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ARTÍCULO DE REVISIÓN POLIFENOLES CON EFECTO ANTI-HELICOBACTER PYLORI: FUENTES DE OBTENCIÓN Y SU POTENCIAL UTILIZACIÓN EN FITOMEDICAMENTOS, NUTRACÉUTICOS Y ALIMENTOS FUNCIONALES. (Polyphenols with anti-Helicobacter pylori effect: Sources and its potential use in phytomedicines, nutraceutics and functional foods) Edgar R. Pastene N.1*,Ph.D., Sonja Hebel G.1,2, B.Q. y Apolinaria García C.2,Ph.D. 1 2 Laboratorio de Farmacognosia, Departamento de Farmacia, Facultad de Farmacia, Universidad de Concepción, Concepción, Chile. Laboratorio de Patogenicidad Bacteriana, Departamento de Microbiología, Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad de Concepción. RESUMEN --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Helicobacter pylori (H. pylori) infecta la mucosa gástrica de la mitad de la población mundial, siendo el único microorganismo conocido por su capacidad de colonizar exitosamente el estómago humano. Muchos estudios han permitido establecer que H. pylori es uno de los principales agentes etiológicos de la gastritis crónica, úlcera duodenal y del linfoma MALT. En 1994, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC/OMS), definió a H. pylori como un agente carcinógeno tipo I, por su directa asociación al cáncer gástrico de origen no genético. En Chile, la infección por H. pylori posee una alta prevalencia (~ 80%) y el régimen de erradicación habitualmente considera la aplicación de una terapia múltiple, la cual combina dos (o tres) antibióticos y un inhibidor de la bomba de protones (PPI). No obstante, se espera que el desarrollo de resistencia a los antibióticos por parte de algunas cepas de H. pylori vaya en aumento. Lo anterior ha incentivado la búsqueda de nuevas substancias con propiedades antibióticas, así como otras que dificulten el asentamiento exitoso de la bacteria en la mucosa gástrica. En esta revisión se presenta brevemente algunos aspectos de la infección por H. pylori y sus mecanismos de daño a la mucosa gástrica, con énfasis en la producción de especies reactivas del oxígeno y el nitrógeno (ERON). Con la descripción de dichos mecanismos, y a la luz de recientes hallazgos en el campo de la fitofarmacología, se persigue dirigir la atención hacia nuevos blancos moleculares poco explorados. En particular, destaca un número importante de productos obtenidos del reino vegetal, pertenecientes a distintos grupos fitoquímicos como los terpenos, alcaloides y los polifenoles, para los cuales se ha descrito efectos anti-H. pylori a través de diferentes mecanismos. Por su presencia ubicua en muchas plantas que se emplean con fines medicinales y su consumo a través de ciertos alimentos ricos en ellos, en este trabajo se discutirá el rol de los polifenoles con efectos anti-H. pylori. Estos, no sólo poseen actividad antimicrobiana, antioxidante y gastroprotectora, sino que también juegan un papel como agentes capaces de neutralizar ciertos factores de virulencia de H. pylori. Los antecedentes científicos y los resultados de nuestros estudios sugieren que estos compuestos tendrían una real utilidad al ser administrados como agentes fitoterapéuticos, nutracéuticos o ingredientes funcionales. Palabras Claves: Helicobacter pylori, polifenoles, antioxidantes, ureasa, radicales libres. Publicado por la Sociedad de Farmacología de Chile --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- 1. EPIDEMIOLOGÍA Y PRINCIPALES MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LA INFECCIÓN POR Helicobacter pylori. Helicobacter pylori (Hp) fue identificado por primera vez por Marshall y Warren en 1982 como una bacteria flagelada, microaerófila, Gram-negativa de forma bacilar y espiralada. Hp destaca por su alta capacidad para colonizar el epitelio gástrico humano e in vitro necesita condiciones exigentes de cultivo, multiplicándose de manera lenta (3-5 días) con una temperatura óptima de 35-37 ºC, a pH neutro (Warren 1983; Marshall, 1984). --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Correspondencia a: Dr. Edgar R. Pastene, Laboratorio de Farmacognosia, Departamento de Farmacia, Facultad de Farmacia, P.O. Box 237, Universidad de Concepción, Concepción, Chile. email edgar.pastene@gmail.com Rev. Farmacol. Chile (2012) 5(2): 35 En los países no desarrollados la infección es normalmente adquirida en la niñez y en ausencia de tratamiento puede persistir toda la vida. Hp es un microorganismo cosmopolita, estimándose que más de la mitad de la población mundial está infectada (EUROGAST, 1993). Dicho agente puede ser aislado en personas tanto sintomáticas como asintomáticas. En individuos infectados en forma crónica, Hp constituiría el principal agente etiológico de enfermedades como la gastritis crónica, la úlcera péptica, el adenocarcinoma y el linfoma asociado a la mucosa gástrica (MALT) (Blaser, 2004). El curso de la infección es muy variable y depende tanto de factores propios de la bacteria como del huésped. La infección no sólo altera en forma directa la mucosa gástrica, sino que, además, modifica a nivel del antro gástrico la secreción de polipéptidos gastrointestinales con acción hormonal (p.e. gastrina), generando alteraciones en la fisiopatología gástrica relevantes a la posterior ulceración de la mucosa. En base a los antecedentes epidemiológicos disponibles, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer clasificó a Hp como un carcinógeno humano clase I (IARC., 1994). El cáncer gástrico ocupa el segundo lugar entre las causas de muerte por neoplasias a nivel mundial, y en Chile representa la primera causa de muerte por tumores malignos en varones, habiéndose estabilizado a partir de la década de los 80´ la tasa de mortalidad cruda en alrededor de 20 por cada 100.000 habitantes (Parkin, 2002; 2005). 1.1. Estrategias de tratamiento y prevención de la infección 1.1.1. Tratamiento farmacológico, IV Consenso de Maastricht. La evaluación de nueva evidencia experimental, así como el tratamiento a utilizar en la erradicación de este patógeno se evalúa cada cuatro o cinco años por expertos en el denominado consenso de Maastricht. La triple terapia convencional que incluye un PPI y los antibióticos claritromicina y amoxicilina o metronidazol recomendado en el primer consenso ha demostrado una pérdida de eficiencia debido a la alta resistencia bacteriana a claritromicina y con frecuencia sólo permite como máximo un 70% de cura en los pacientes. Esta terapia provoca malestar en muchos pacientes, incluyendo cefaleas, náuseas, vómitos y sensación de mareo, siendo responsable del abandono de la misma y contribuyendo así a la resistencia bacteriana. La terapia actual recomendada se basa en la resistencia a claritromicina presente en cada zona geográfica: cuando ésta es menor a un 15 o 20% el tratamiento empírico recomendado de primera línea es el ya mencionado, con la adición de bismuto como alternativa, en cambio cuando la resistencia es mayor, este último componente es altamente recomendable y debe adicionarse si la triple terapia convencional falla, junto al reemplazo de la claritromicina por levofloxacino. Es favorable además, utilizar altas dosis de PPI, dos veces al día y aumentar la duración del tratamiento, de 10 a 14 días, en vez de los 7 recomendados anteriormente (Malfertheiner, 2012). 1.1.2. Vacunas. Los estudios de vacunas utilizando diversos modelos animales han probado que el desarrollo de una estrategia de vacunación es viable y que un candidato vacunal contra Hp es factible (revisado por Harris et al., 2006; Kabir et al., 2007; Del Giudice, 2009), pero aún no se ha tenido éxito. Se han realizado numerosos estudios en animales para determinar el devenir de la infección y para explorar la viabilidad de una vacuna para la prevención o erradicación de la infección por este microorganismo. Sin embargo, los modelos animales, con la posible excepción de los monos, no han servido lo suficiente para aclarar dudas debido a los contradictorios resultados (Kotiw et al., 2012). Según el Departamento de Gestión de Información del Instituto Finlay (Cuba), organización científica que se preocupa de la investigación y producción de vacunas, todos los candidatos vacunales dirigidos contra Hp están en fase experimental, y señalan que son varios los problemas a resolver antes de que se pueda llegar a desarrollar una vacuna contra este patógeno (http://www.finlay.sld.cu/ domingo, 20 de agosto de 2006, 22:39:22). Svennerholm y Lundgren (2007) en su minireview sobre el progreso del desarrollo de vacunas contra Hp concluyen que hay una gran necesidad de clarificar el principal mecanismo inmune protector contra Hp al igual que identificar un cóctel de antígenos protectores fuertes, o cepas bacterianas recombinantes que expresen tales antígenos, los cuales podrían ser administrados mediante un régimen que origine una respuesta inmune efectiva en humanos. Actualmente se sabe que la colonización del estómago por Hp induce una respuesta inmune fuerte pero no protectora, efectuada principalmente por las células Th1. Estas células producen interferon gamma, interleuquina -2 y factor de necrosis tumoral-beta, el cual activa a los macrófagos y es responsable de la inmunidad mediada por células y de la respuesta protectora dependiente de fagocitos. Por el contrario, las células Th2 producen IL-4, IL5, IL-10 e IL-13-, las que estimulan las síntesis de anticuerpos y la activación de eosinófilos e inhiben varias funciones de los macrófagos, proporcionando una respuesta protectora independiente de los fagocito. Por esto, se cree que la eficiencia de una potencial vacuna contra Hp dependerá de la inducción de la respuesta inmune humoral (Malfertheiner, 2012). 2. CARACTERÍSTICAS ESPECÍFICAS DE LA PATOLOGÍA MOLECULAR DE LA INFECCIÓN POR Helicobacter pylori. 2.1. Evasión de la respuesta inmune e inflamatoria En la interacción huésped-Hp, el movimiento del patógeno hacia la mucosa gástrica se ve favorecido por la morfología espiralada y los flagelos. Posteriormente, Hp se une a Rev. Farmacol. Chile (2012) 5(2): 36 ciertos receptores de células del epitelio gástrico (Hessey, 1990; Logan, 1996), a través de adhesinas del tipo BabA, SabA, AlpA, AlpB, OipA y HopZ, desencadenando la producción de interleuquinas, como IL-8 (pro-inflamatoria) y de otras quimioquinas, como la ENA-78 (péptido activador de neutrófilos derivado de células epiteliales) y el GRO-α (encogen-α regulado por crecimiento). Un factor endógeno que, adicionalmente facilita la unión de Hp a las células epiteliales, es la glicoproteína denominada DAF (Decay-accelerating Factor, 70 kDa) (Servin, 2005; O´Brien et al., 2006), la cual en presencia de Hp puede ser upregulada. Tras su adhesión a la mucosa, Hp secreta toxinas de naturaleza peptídica, como VacA y CagA, capaces de actuar localmente sobre el epitelio blanco. Si bien Hp logra asociarse al epitelio gástrico con bastante éxito, una vez ahí debe lidiar con la primera línea de defensa constituida por la inmunidad innata. Este sistema consta de componentes de barrera (epitelios, defensinas y linfocitos T intraepiteliales), células efectoras circulantes (neutrófilos, macrófagos y células NK) y diversas proteínas efectoras circulantes (complemento, colectina, factores de coagulación, proteína C-reactiva y citoquinas como TNF-α, IL-1, 10, 12, 15). Aunque algunos de estos componentes poseen receptores capaces de reconocer patrones moleculares asociados a patógenos (PAMPs), que llevan a la destrucción del agente extraño, Hp es capaz de vulnerarlos eficazmente. Por ejemplo, el TLR4 (un receptor del tipo Toll), que normalmente reconoce a los LPS bacterianos para activar a NF-κB, genera frente al LPS de Hp una respuesta que si bien es proinflamatoria, es notablemente más débil en comparación con la de los LPS de otras bacterias entéricas (menor reconocimiento). Del mismo modo, en contraste con las flagelinas secretadas por otros patógenos Gram negativos, como Salmonella o Escherichia coli, que activan consistentemente la respuesta pro-inflamatoria mediada por los receptores TLR5, la flagelina presente en Hp no es secretada y por ende se considera no inflamatoria (Gewirtz et al., 2004). A su vez, Hp es capaz de interferir con algunas de las respuestas inmunes locales; por ejemplo, inhibiendo la producción de óxido nítrico por parte de macrófagos y down-regulando la expresión de receptores a quimioquinas en neutrófilos infiltrantes. En forma adicional a la respuesta inmune innata, la infección por Hp induce una respuesta inmune caracterizada por la infiltración de la mucosa con neutrófilos, linfocitos y otras células inflamatorias, y por la producción local y sistémica de anticuerpos y de otros mediadores de la respuesta celular. Si bien las respuestas celulares y humorales son importantes en la patogénesis de Hp, éstas, como tal, son inefectivas para erradicar la infección. Aún más, como resultado de la interacción de linfocitos, neutrófilos, macrófagos y mastocitos, la respuesta inmuno-celular es conducente a una amplificación de la inflamación inicial en el sitio infectado. Tras ser atraídas al sitio de la lesión, las células infiltrantes liberan mediadores como citoquinas, eicosanoides, y activadores de la cascada del complemento, capaces de perpetuar la inflamación. Junto a dichos mediadores, las células referidas liberan al medio una diversidad de especies reactivas del oxígeno y nitrógeno (ERON), generando una condición de estrés oxidativo crónico en el epitelio afectado. Las respuestas del huésped permiten la activación y diferenciación de linfocitos Th0 (CD4+), los que según el patrón de citoquinas presentes en el medio y de las condiciones inmunes del individuo, logran diferenciarse en Th1, mediando una respuesta de tipo celular, o bien Th2 con una respuesta de tipo humoral. La respuesta de tipo celular es mediada a través de citoquinas tipo Th1 –tales como IFNγ, IL-2 y TNF-α, mientras que las citoquinas tipo Th2 –como la IL-4 e IL-5- promueven una respuesta de tipo humoral. Recientemente se ha comenzado a comprender cómo –a través de mecanismos que permiten a Hp evadir la respuesta inmune- la bacteria logra perpetuar la inflamación de la mucosa gástrica (Ganten, et al., 2007). Un ejemplo de esto último lo constituye la habilidad que tienen ciertas cepas de Hp (60190; CagA+; VacA+) para inducir la apoptosis de linfocitos T a través de la vía intrínseca (mitocondrial) y no la extrínseca. Lo anteriormente expuesto se suma a reciente evidencia que pone en el centro del proceso inflamatoria a la citoquina IL-32 como un factor amplificador de la activación de NF-kB y producción de IL-8. Así, considera que el control efectivo del proceso inflamatorio promovido por Hp contribuiría en forma importante en la prevención de muchas complicaciones asociadas, incluyendo al cáncer (Sakitani et al., 2012). 2.2. Helicobacter pylori y evasión del estrés oxidativo Mención aparte merecen las enzimas con que Hp está equipado para combatir las especies reactivas del oxígeno y de nitrógeno liberadas por células del sistema inmune del huésped (revisado por Wang et al., 2006). Entre ellas, la más abundante es la alquilhidroperoxido reductasa (AhpC), una enzima que dada su alta expresión en Hp evita la acumulación de lipoperóxidos al interior del patógeno. Las cepas de Hp mutantes para AhpC presentan una aumentada sensibilidad a diversas condiciones de estrés oxidativo (Olczak et al., 2002), sobre-expresan la proteína activadora de neutrófilos (Olczak et al., 2003), y presentan una menor actividad catalasa (Wang et al., 2004). Junto a lo anterior, Hp dispone de actividad superóxido dismutasa para la remoción de radicales superóxido generados por células del sistema inmune (Comtois et al., 2003), y es capaz de aumentar la expresión de enzimas antioxidantes como la metionina sulfo-reductasa, necesaria para corregir la modificación oxidativa de proteínas en sus residuos metionina (Alamuri et al., 2006). Una de las características de la infección por H. pylori es su alto grado de infiltración linfocítica (Allen, 2001). Los neutrófilos y células mononucleares infiltran la mucosa Rev. Farmacol. Chile (2012) 5(2): 37 estomacal infectada por H. pylori ocasionando inflamación y producción de especies reactivas del oxígeno. Se ha observado que ciertas proteínas acuosolubles de H. pylori son capaces de primar a los neutrófilos, incrementando su capacidad para producir ROS y quimioquinas cuando se usan agentes inductores como el PMA y el fMLP (Shimoyama et al., 2003; Nørgaard et al., 1995). Satin y colaboradores (2000), informaron que la proteína HP-NAP es uno de los factores que estimulan a la NADPH oxidasa en neutrófilos, si bien, se observó un retardo en el patrón de respuesta (medido como quimioluminiscencia incrementada para luminol), en comparación con los agentes convencionales que inducen el estallido respiratorio. Específicamente, los autores observaron que la producción de ROS alcanzó un máximo entre 40-60 minutos después de la incubación. Hp induce la migración de los neutrófilos desde los capilares a la lámina propria y a la zona glandular de la mucosa, especialmente en las proximidades de los cuellos glandulares, donde se encuentran las células germinales. fuente adicional de nutrientes. Respecto a la capacidad que tienen los macrófagos activados en la mucosa gástrica para producir óxido nítrico, especie reactiva que en conjunto con otras persigue la eliminación del patógeno, cabe destacar que Hp puede limitar los efectos bactericidas del NO., tanto in vitro como in vivo, gracias a que expresa (gen rocF) una actividad arginasa capaz de “sifonar” la Larginina lejos de la iNOS del huésped (revisado por Peek, 2005). Un beneficio adicional asociado a la alta actividad arginasa de Hp es la generación de urea (y ornitina) durante la hidrólisis de arginina. Si bien la arginasa puede ser inactivada por diversas ERON (McGee et al., 2006), y desnaturalizada por altas concentraciones de urea, Hp utiliza una tioredoxina (Trx1) como chaperona para recuperar la actividad catalítica de la arginasa. Por tanto, se considera que el sistema arginasa/Trx1 actuaría en forma concertada como sistema de adaptación y defensa contra el estrés oxidativo resultante de la respuesta inmuno-celular. Los neutrófilos son activados por factores citotóxicos del propio Hp (como N-formilmetionil-leucil-fenilalanina) y por la IL-8 procedente de las células del epitelio tras la adhesión bacteriana (Mooney et al., 1991). Aun más relevante es que Hp posee la propiedad única de alterar la distribución de NADPH oxidasa en los neutrofilos (Allen et al., 2005). Lo anterior se explica por un ensamblaje anómalo del complejo funcional NADPH oxidasa en la membrana celular y no en el fagosoma. Específicamente, mientras el flavocitocromo b558 puede ser adquirido por los fagosomas, las subunidades p47phox o p67phox no pueden ser reclutadas eficientemente. Los factores responsables de éste tipo de evasión aun no han podido ser identificados. La evidencia sugiere que se trataría de moléculas sensibles al calor, resistentes al tratamiento con formalina y localizadas en la superficie de H. pylori. Estos últimos factores no serían requeridos para estimular el estallido respiratorio de los neutrófilos. Por otro lado, el resultado de investigaciones previas indican que las citotoxinas CagA y VacA son innecesarias para la activación de los neutrófilos (Danielsson et al., 2000). Otros autores sugieren que la adhesina SabA de H. pylori podría jugar un papel preponderante como factor activador de neutrófilos (Unemo, et al., 2005). De cualquier modo, este mecanismo le permite a H. pylori desviar la producción de anión superóxido hacia el exterior, evitando su acumulación en el fagosoma. De acuerdo a dicho mecanismo, Hp actuaría concertadamente con los neutrófilos para producir ulceración gástrica y además evadir su destrucción una vez fagocitado. Consistente con lo anterior, se ha observado que la densidad de neutrófilos infiltrantes se correlaciona directamente con la habilidad de Hp para causar daño a la mucosa gástrica. Por otra parte, el daño provocado por las ERON sobre las células del epitelio gástrico permite que Hp pueda acceder a una 2.3. Efectos de la respuesta inmuno-celular y del estrés oxidativo sobre el huésped Sumado al daño directo inducido por los ERON sobre la mucosa gástrica, los eventos que conducen al proceso inflamatorio anteriormente discutido, llevan a aumentar in vivo (en mucosa gástrica y a nivel sistémico) diversos parámetros de daño oxidativo a lípidos (reflejado como aumento en los niveles de MDA e isoprostanos) (Daví et al., 2005; Drake IM et al., 1998 ) y al DNA (aumentada excreción de 8-hidroxi-guanidina) (Smoot et al. 2000; Ladeira et al. 2004; Siomek et al. 2006). La respuesta inmuno-celular produce, además, ciertos eicosanoides biológicamente activos a través de un mecanismo de peroxidación del ácido araquidónico catalizada por radicales del oxígeno (Davi et al., 2005). Se ha planteado que el daño que en etapas tempranas (niñez y adolescencia) genera Hp sobre el DNA estaría asociado con el desarrollo de varios tipos de cáncer en la etapa adulta (Hatakeyama, 2004). Sin embargo, tal extrapolación no puede ser directa debido a que el desarrollo del cáncer en respuesta a un agente carcinogénico puede tomar entre 20 a 40 años. No obstante, se debe recordar que las ERON son una de las explicaciones más socorridas cuando se trata de buscar la posible asociación entre desarrollo de cáncer y Hp (Kawanishi 2006; Schotterfeld, 2006). Por otra parte, se ha demostrado también un aumento del ácido hipocloroso (HClO) en mucosa gástrica de individuos infectados por Hp (Matthews, 2005). El HClO es un potente pro-oxidante generado a partir de H2O2 (en presencia de CI ) por la enzima mieloperoxidasa (MPO), liberada desde neutrófilos activados. El HClO es capaz de reaccionar rápidamente con el NH3 generado a nivel local por la enzima ureasa, para Rev. Farmacol. Chile (2012) 5(2): 38 formar monocloroamina (NH2Cl). Este último compuesto es altamente lipofílico y por tanto capaz de atravesar fácilmente membranas biológicas, facilitando la oxidación de macromoléculas al interior de las células epiteliales. Se ha observado, además, que NH2Cl es capaz de inducir la infiltración y activación de neutrófilos en la mucosa gástrica de manera similar a lo observado por Hp (Matthews, 2005). A su vez, se ha encontrado que ciertos mecanismos endógenos de defensa antioxidante como el glutatión (GSH) y el ácido ascórbico están disminuidos en mucosas infectadas por este agente (Arend, 2005; Naito, 2002; Ernst, 1999). Más aún, en la mucosa gástrica de pacientes infectados, relativo a pacientes Hp(-), no solo los niveles de GSH están disminuidos, sino que también los de la enzima GSH-transferasa (Verhlust et al., 2000; Shirin et al., 2001; Jung et al., 2001). Lo anterior conlleva una mayor producción local de ERON, las que al acumularse pueden -vía regulación de ciertos genes, e induciendo daño oxidativo al ADN- aumentar el riesgo de desarrollo de cáncer gástrico (Smoot et al., 2000; Pignatelli et al., 1998). Cabe mencionar que bajo condiciones desfavorables (por ejemplo, de estrés oxidativo), Hp es transformado desde la forma bacilar original a la cocoide. Sólo esta última es capaz de generar radicales hidroxilo, reconocidos como la especie de mayor reactividad hacia sustratos biológicos (Nakamura et al., 2000). Se ha descrito que en mucosa gástrica de sujetos asintomáticos, la erradicación de Hp mediante terapia tradicional conduce a una normalización de los niveles de actividad de ciertas enzimas antioxidantes (como iNOS y catalasa) (Felley et al., 2002). 3. ASPECTOS GENERALES A CONSIDERAR EN RELACIÓN CON EL EFECTO DE LOS POLIFENOLES SOBRE Helicobacter pylori. Dado que el estrés oxidativo asociado a la respuesta inmune que sucede a la presencia de este patógeno representa uno de los principales mecanismos de daño al epitelio gástrico, parece muy relevante disponer de eficientes sistemas antioxidantes (tanto endógenos como dietarios) en la zona colonizada por Hp. Sin embargo, las estrategias de supervivencia con que cuenta Hp contra el estrés oxidativo, hacen surgir la interrogante de cuán beneficiosa puede ser la administración o ingesta de antioxidantes. Los antecedentes que a continuación serán revisados sugieren que estos compuestos podrían tener un efecto protector no sólo para el huésped (citoprotegiendo el epitelio), sino también sobre Hp (contribuyendo a sus defensas antioxidantes). Teóricamente, al aumentar la capacidad de Hp para “lidiar” con las ERON generadas por el sistema inmune del huésped, se aumentaría también la posibilidad de que la colonización del epitelio por Hp persista en el tiempo. No obstante, estudios en los cuales se han evaluado extractos de plantas ricos en compuestos antioxidantes dan cuenta de efectos anti-Hp tanto in vitro como in vivo (vide infra; Nostro et al., 2005; Mahady et al., 2005; Ustun et al., 2006). La actividad anti-Hp de dichos preparados parece, sin embargo, estar asociada a determinadas especies vegetales de uso médico y/o alimenticio, y por consiguiente pudiera estar limitada a sólo algunas familias fitoquímicas. Ejemplos de esto lo constituyen diferentes bayas (berries ricos en polifenoles), algunas crucíferas (brócoli rico en glucosinolatos), propóleos y especies con aceites esenciales. Sin embargo, dentro de los grupos de fitoquímicos más estudiados destacan los polifenoles. La importancia de estos compuestos en salud humana ha sido ampliamente revisada (Ross, 2002; Hwa-Young Kim, 2003; Kris-Etherton et al., 2004; Raumussen et al., 2005; Ramassamy, 2006). No obstante, lo disperso de la información relativa con su absorción, metabolismo, distribución y excreción ha llevado a muchos investigadores a poner en duda algunos de los efectos de los polifenoles a nivel sistémico. De esta forma, se ha sugerido que el primer y principal sitio donde estos compuestos podrían ejercer su acción antioxidante, sería el tracto gastrointestinal (Revisado por Clifford, 2004). De acuerdo a antecedentes de la literatura, algunos compuestos polifenólicos poseen reconocida actividad bactericida, dada probablemente por mecanismos inespecíficos que no necesariamente guardan relación con su actividad antioxidante (citoprotectora) sobre las células del epitelio gástrico (Puupponen-Pimia et al., 2001). Una de las hipótesis que se ha aceptado como paradigma, es que los polifenoles ejercen parte de su actividad antimicrobiana mediante interacciones inespecíficas con componentes de la membrana plasmática (Mori et al., 1987; Haraguchi et al., 1998; Funatogawa et. al., 2004). Al respecto, se observó un efecto dosis-dependiente al evaluar el daño provocado por algunos polifenoles en los modelos de integridad de liposomas y de alteraciones en la morfología de Hp (Funatogawa et al., 2004). Sin embargo, este mecanismo es relevante y explica la actividad de taninos hidrolizables del tipo gálico (telimagrandina I y II), para los cuales se determinó valores de MIC hasta 7 - 8 veces inferiores a los obtenidos con los taninos condensados (procianidinas). Dado que sólo algunas de las especies vegetales ricas en polifenoles muestran efectos anti-Hp, resulta evidente que los vínculos mecanísticos entre las actividades antimicrobiana y antioxidante no son obligados (Correia et al., 2004; Shin et al., 2005). Debido a que, entre las moléculas fitoquímicas bio-activas, los polifenoles son los de mayor presencia en la dieta humana, se han publicado varios estudios que relacionan su consumo con un efecto sobre Hp (Figura 1). Rev. Farmacol. Chile (2012) 5(2): 39 Figura 1. Estructura de diferentes polifenoles con efecto sobre Helicobacter pylori o sus factores de virulencia. Rev. Farmacol. Chile (2012) 5(2): 40 La mayoría de dichos estudios, exceptuando aquellos realizados con té verde y cranberry, han contemplado la evaluación de extractos obtenidos a partir especies vegetales de uso regional, no existentes en Chile. Considerando que la aplicación de las terapias triples y cuádruples es muy costosa, que presenta un alto nivel de reacciones adversas, y que junto a la aparición de resistencia, su uso masivo sería controversial en poblaciones con infección endémica por Hp, se hace crecientemente necesario investigar el potencial que pudieran tener extractos vegetales usados como ingredientes de productos fitoterapéuticos, nutracéuticos, o alimentos funcionales. Dichos productos ricos en antioxidantes polifenólicos podrían usarse en individuos colonizados asintomáticos contribuyendo a disminuir la evolución de otras patologías gástricas y extra-gástricas. Por otro lado, se ha explorado de manera creciente las potenciales relaciones sinérgicas entre productos naturales y los antimicrobianos usados convencionalmente para la erradicación de Hp. Al respecto, en cepas de Hp con diferente grado se susceptibilidad se ha descrito que el uso combinado de extractos de jengibre o propóleos con claritromicina posee un efecto sinérgico o aditivo sobre la inhibición y el desarrollo de resistencia hacia éste antibiótico, (Nostro et al., 2006). Tal como se describe más adelante (sección 3.1), una serie de estudios en los cuales se ha intentado aislar e identificar los polifenoles presentes en plantas y alimentos, sugieren que la actividad anti-Hp de los concentrados polifenólicos estaría asociada, mayormente, a los antocianos, flavonoides, taninos hidrolizables (gallotaninos y ellagitaninos) y taninos condensados (procianidinas) como los sub-grupos más activos (Tómbola et al., 2003). Sin embargo, dentro de un mismo grupo de compuestos fenólicos existen diferentes grados de actividad sobre Hp, lo que sugiere que los mecanismos de acción no son tan inespecíficos como se pensaba. Por ejemplo, numerosos estudios realizados con flavonoides, concluyen que la mayor solubilidad en lípidos se asocia con un efecto bactericida más potente (Hashimoto et al., 1998; Bae et al., 1999, 2001; Shin et al., 2005; Isobe et al., 2006; Ustün et al., 2006; Zhu et al., 2007). Se ha propuesto un nuevo mecanismo mediante el cual ciertos flavonoides de baja polaridad pueden ejercer un efecto anti-Hp. Así, la actividad bactericida de quercetina [1], apigenina [2] y (S)-sakuranetina [3], ha sido atribuida a su capacidad de inhibir en forma competitiva a la βhydroxyacyl-acyl carrier protein dehydratase (HpFabZ) (Zhang et al., 2008). La principal función de HpFabZ es participar en la fase de elongación durante la biosíntesis de ácidos grasos saturados e insaturados. Dicha proteína también es blanco de otros productos naturales como la juglona (hidroxi-1,4-naftoquinona, [4]), la cual es capaz de inhibirla en forma competitiva (Park et al., 2006; Kong et al., 2008). 3.1. Antocianos, flavonoides, catequinas, proantocianidinas y taninos hidrolizables. Los pigmentos antociánicos son aquellos polifenoles que confieren el color a las frutas, flores, cereales y algunos tubérculos. Uno de los productos que más concentra antocianos es el jugo de cranberry (Vaccinium macrocarpon). Este último ha sido estudiado, particularmente, por sus propiedades antimicrobianas. Estudios clínicos han demostrado que el consumo sostenido de jugo de cranberry previene las (re)infecciones del tracto urinario en mujeres (Avorn et al., 1995; Henil et al., 2000; Kontiokari et al., 2001; Stothers, 2002; Di Martino et al., 2006). Se ha sugerido que los polifenoles de cranberry actuarían evitando la adhesión de E. coli al uroepitelio (Howell et al., 2002; 2005). Recientemente, las propiedades antimicrobianas de cranberry han sido extendidas a Hp. No obstante, aunque los antocianos contribuyen en forma importante a la capacidad antioxidante del cranberry, se ha demostrado que la inhibición de la adhesión de Hp a la mucosa gástrica humana, se debería más bien a sus constituyentes de alto peso molecular (procianidinas tipo A, [5]) (Burger et al., 2000). Basado en la evidencia arrojada por este último estudio, Zhang et al. (2005) realizaron un ensayo clínico aleatorizado, placebo-controlado y doble ciego, en una población adulta de Linqu (China). En tal estudio, se demostró que la administración de 250 ml de jugo de cranberry (2 veces al día por 90 días) ayudó a la supresión de Hp en un 14% de la población estudiada. Estudios in vitro han demostrado que el jugo de cranberry asociado con otros extractos (Vitis vinifera; arándano y orégano) inhibe el crecimiento in Vitro de Hp en forma sinérgica, correlacionándose la mayor presencia de polifenoles con una mayor capacidad antioxidante de la “compleja” mezcla ensayada (Lin et al., 2005; Vattem et al., 2005a). Al respecto, se debe considerar que tal complejidad se relaciona con la presencia de otros constituyentes como ácidos fenólicos. Utilizando bioprocesamiento en estado sólido (con los hongos Rhizopus oligosporus y Lentinus edodes), los mismos investigadores lograron aumentar la extracción de los polifenoles de la pomasa de cranberry, obteniendo un producto con mayor efecto anti-Hp (Vattem et al., 2005b). En una aproximación similar, otros investigadores (Correia et al., 2004) encontraron una actividad anti-Hp en extractos (ricos en quercetina y estructuras tipo bifenilos) de desechos bioprocesados de la piña (Ananas cosmosus). Sin embargo, en este último estudio no se logró correlacionar la actividad anti-Hp con la capacidad antioxidante de los extractos empleados; estos últimos concentraban compuestos con una mayor presencia de Rev. Farmacol. Chile (2012) 5(2): 41 grupos fenólicos (asociados a las propiedades antioxidantes de los polifenoles) (Correia et al., 2004). En otro estudio donde se evaluó la actividad antimicrobiana de 12 tipos de berries nórdicos sobre una serie de patógenos humanos, se encontró que Hp y Bacillus cereus fueron las bacterias más sensibles. Interesantemente, aunque se observó que los niveles totales de polifenoles disminuyeron durante el almacenamiento en frío, la actividad antimicrobiana no fue modificada significativamente (Nohynek et al., 2006). Por otra parte, en atención a su alta concentración de polifenoles, se ha investigado también una posible acción anti-Hp en diferentes tipos de té. Estudios in vitro realizados con infusiones al 5% de té verde (Lung Chen, cv) demostraron la inhibición de la multiplicación de Hp (Yee et al., 2000), proponiendo que dicha actividad residiría en la presencia de un flavan-3-ol conocido como galato de epigalocatequina (EGCG, [6]). El mismo equipo de investigadores, realizó posteriormente un estudio prospectivo entre dos grupos de individuos, infectados con Hp (n = 42) y no infectados (n = 30), comparando el efecto del consumo de té con la presencia de Hp en biopsias gástricas. Se concluyó que habría una relación inversa y significativa entre el consumo de té y la infección por Hp (Yee et al., 2002). A la luz de los antecedentes dados por la etnomedicina, ocasionalmente avalados por estudios experimentales de validación farmacológica, se han buscado diversos modelos para explicar los mecanismos que posiblemente subyacerían a la acción anti-Hp de los polifenoles presentes en los recursos etnomédicos y alimenticios anteriormente referidos. Dentro de los mecanismos propuestos, se ha explorado la relación entre el tipo de estructura de los polifenoles y su efecto como inhibidores de la actividad de VacA (medida como actividad vacuolizante y el flujo de urea transmembrana en células HeLa) (Tombola et al., 2003; Ruggiero et al., 2006). Así, el resveratrol [7], la morina [8], el ácido tánico [9] y el piceatanol [10] parecen compartir características estructurales que sugieren la existencia de interacciones específicas molécula-molécula entre ciertos polifenoles y VacA. Otros polifenoles, con alta actividad antioxidante (incluso con mayor presencia de grupos fenólicos), como el ácido ellágico [11] y la miricetina [12], se mostraron total o parcialmente inactivos hacia VacA, respectivamente. Estos últimos compuestos están presentes en cantidades variables en muchos alimentos de origen vegetal y se les puede encontrar en altas concentraciones en el vino, cerveza, chocolate amargo y té verde. Recientemente, un antecedente adicional respecto a la existencia o bien ausencia de relación entre actividad antioxidante de los polifenoles y actividad anti-Hp (medida como inhibición de vacuolación y del crecimiento de Hp) emergió del estudio de 13 diferentes tipos de estructuras flavonoideas, todas con propiedades antioxidantes (Shin et al., 2005). Dentro de los compuestos evaluados, sólo quercetina [1] y naringenina [13] (dos aglicones) inhibieron la vacuolación inducida por Hp en células HeLa. Como evidencia adicional en favor de la asociación no obligada entre actividad antioxidante y efecto anti-Hp, Shin et al (2005) demostraron también que antioxidantes de estructuras tan disímiles como el ácido ascórbico, el glutatión, la epicatequina [14] y el trolox (análogo hidrosoluble del α-tocoferol) tienen en común el ser inefectivos como inhibidores de VacA. Entre estos últimos antioxidantes, se ha evaluado la acción inhibitoria del crecimiento de Hp para epicatequina y vitamina C, siendo activa sólo esta última tanto in vivo como in vitro por un mecanismo aun no esclarecido pero que, en todo caso no estaría asociado al efecto del pH (Zhang et al., 1997; Mabe et al., 1999: Wang et al., 2000). La literatura informa que otro hecho relevante es que algunos polifenoles inhiben la activación de procaspasa-3 a caspasa-3 inducida por VacA, sin cambios en la expresión de las proteínas Bax y Bcl-2 (proteínas antiapoptóticas). Por lo tanto, quercetina puede proteger a las células gástricas de la apoptosis inhibiendo la acción vacuolante de la toxina VacA de Hp. Si bien estas propiedades antioxidantes y citoprotectoras para los compuestos señalados son reconocidas, llama la atención que en otros modelos se observe una capacidad de inducir muerte y/o arresto de la proliferación en líneas celulares inmortalizadas derivadas de tumores (Wang, 2000; Lu et al., 2002). Esta polifuncionalidad por parte de algunos compuestos fenólicos (EGCG por ejemplo), es evidente si se considera que además, éstos podrían generar ambientes oxidativos diferenciales que permitan proteger a las células del huésped de las ERON y por otro lado promover la apoptosis de las células tumorales (Yamamoto, et al., 2003). Una hipótesis recientemente planteada para explicar el por qué solo ciertos antioxidantes polifenólicos se muestran activos contra Hp, considera el potencial efecto prooxidante que muestran ciertos polifenoles. La forma en que los polifenoles podrían actuar como generadores de especies reactivas del oxígeno fue abordada por varios investigadores (Aragawa et al., 2003; Arakawa et al. 2002, 2004; Aoshima et al. 2005), y utilizando como modelo de polifenol, catequinas de té verde (cuya propiedad bactericida es conocida), los autores demostraron que a pH 7-8 (o superiores), tal tipo de estructura es capaz de generar cantidades significativas de peróxido de hidrógeno. De acuerdo a los autores, la generación de peróxido de hidrógeno podría explicar el efecto bactericida de los flavan-3-oles. La habilidad de las catequinas para generar peróxido de hidrógeno sería favorecida por el arreglo de grupos hidroxilo en este tipo de moléculas, lo + que permitiría la disociación del H en solución y un Rev. Farmacol. Chile (2012) 5(2): 42 electrón en el fenol que reduce al oxígeno, generándose en consecuencia anión superóxido. El anión superóxido posteriormente sufre reducción por la catequina (ej. 2EGCG), lo que lleva a la formación de O2 ; adicionalmente, el protón se combina con el superóxido generando H2O2. Este mecanismo no sólo explicaría la generación de H2O2 producida por catequinas puras sino también por parte de infusiones de té negro, té verde y té Oolong -4 -4 -4 correspondientes a 1.5 x 10 , 2.4 x 10 y 0.87 x 10 mol/l respectivamente. Estos niveles de H2O2 serían suficientes para ejercer una acción bactericida en cepas Gram positivas y negativas (Arakawa et al., 2004). Si bien es improbable que la generación de H2O2 ocurra en el medio gástrico, podría especularse que el mayor pH del periplasma de Hp, dado por la actividad ureasa, supondría un “ambiente” favorable a la formación de superóxido en presencia de ciertos polifenoles. Por otra parte, cabe mencionar que cepas de lactobacilos entéricos o gástricos, capaces de producir bacteriocinas, ácido láctico y acético, son también capaces de generar concentraciones bactericidas de H2O2 (Fernández, 2003; García et al., 2009). Interesantemente, los autores observaron que el co-cultivo de Hp con lactobacilos entéricos o gástricos supone la inhibición del crecimiento de Hp. 4. LA ACTIVIDAD DE LOS POLIFENOLES COMO AGENTES GASTROPROTECTORES EN LA INFECCIÓN POR Helicobacter pylori. Los polifenoles son constituyentes comunes de plantas medicinales y de uso alimenticio cuya principal ventaja radica en la baja toxicidad respecto de otras substancias. Tal como se describió anteriormente, muchos polifenoles en forma aislada han mostrado diferentes grados de actividad anti-Hp (sección 3). Cabe notar, sin embargo, que la evidencia de que un determinado componente de un extracto es activo contra Hp no necesariamente debe ser interpretada como evidencia de que el extracto, como tal, compartirá también la actividad observada para el componente aislado. Si bien son escasos los estudios dirigidos a evaluar la actividad anti-Hp de los compuestos aislados, para algunos de los polifenoles se ha demostrado una actividad anti-ureasa y/o anti-VacA. Este es el caso para los flavonoides (derivados de quercetina), las procianidinas (tipo-B, [15]), y la floridzina [16]. En el caso de los flavonoides mencionados, Shin et al., (2005) ha descrito que dichos compuestos inhiben la vacuolación inducida por Hp en células HeLa y que adicionalmente tendrían una moderada actividad inhibitoria de la ureasa. En el caso de las procianidinas, utilizando extractos de Vitis vinifera ricos en procianidinas tipo B y C, Lee et al. (2006) observó que dichos compuestos son particularmente activos inhibiendo la ureasa (ya a una concentración de 0.1 mg/mL). En el caso de la floridzina, se ha encontrado que esta chalcona promueve una acción anti-Hp inhibiendo la actividad formadora de poros de la toxina VacA. La actividad anti-VacA (IC50= 273 µM) de floridzina es, sin embargo, extremadamente baja respecto a la del ácido tánico (IC50= 2,7 µM), observado como el polifenol más activo en dicho estudio. Respecto al ácido tánico, se ha establecido que éste (en asociación con N-propil-galato) es muy efectivo en inhibir la gastritis en un modelo de ratón infectado por Hp o por VacA (Ruggiero et al., 2006). Adicionalmente, se ha comprobado que ciertos polifenoles de alto peso molecular como las procianidinas oligoméricas extraídas de lúpulo, son capaces de formar complejos con VacA in vitro (Yahiro et al., 2005; aspecto revisado por Friedman, 2007). Yahiro observó que la interacción entre las proantocianidinas oligoméricas (con un grado de polimerización promedio equivalente a 22 unidades de catequina) y la toxina VacA constituye un potencial mecanismo de neutralización de virulencia de la bacteria. Dichos compuestos fueron efectivos bloqueando la unión de VacA a sus receptores RPTPα y RPTPβ, inhibiendo la unión no específica de VacA a la membrana celular, disminuyendo la vacuolación celular in vitro y atenuando en forma significativa la gastritis inducida en ratones por la administración de VacA. De la misma forma, Ruggiero et al, (2007) demostraron que la administración de extractos de vino tinto y/o de té verde a ratones a los cuales se les indujo gastritis por infección con Hp o por administración de la toxina VacA, tienen un claro efecto gastroprotector, sugiriendo que la toxina sería un potencial blanco molecular de los polifenoles presentes en los extractos utilizados. Interesantemente, Hamauzu et al., 2006, observó que en relación a los extractos de pulpa de manzana, extractos de pulpa de membrillo tienen un efecto antiulcerogénico claramente mayor sobre la injuria gástrica inducida por etanol y HCl. Los autores sugieren que la diferencia en la efectividad anti-ulcerogénica de dichos extractos residiría en la notablemente mayor concentración de procianidinas con un alto grado de polimerización promedio en la pulpa del membrillo (DP=29) relativo a la pulpa de manzana (DP=3). En relación a esto último, Saito et al., (1998) había reportado previamente que extractos de semilla de Vitis vinifera, así como sus procianidinas (de alto PM), tienen un efecto antiulcerogénico; los autores postularon que parte de dicho efecto se debería a la fuerte unión de estos compuestos a proteínas presentes en la mucosa gástrica, permitiendo la formación de una barrera protectora con potencial actividad antioxidante y antiinflamatoria local. En efecto, recientemente se ha establecido que extractos de pulpa de manzana, ricos en polifenoles, promueven una acción antioxidante y citoprotectora en cultivos primarios Rev. Farmacol. Chile (2012) 5(2): 43 de células de mucosa gástrica (MKN-28) sometidas a un sistema xantina-xantino oxidasa, como generador de radicales anión superóxido (Grazziani et al., 2005). El efecto protector de dichos extractos ha sido observado también en un modelo in vivo de injuria a la mucosa gástrica inducida por la administración de indometacina Grazziani et al., 2005). Interesantemente, el daño oxidativo y las lesiones a la mucosa gástrica inducidas por indometacina son exacerbadas por la infección con Hp (Arend et al., 2005). Figura 1. Principales blancos moleculares de los polifenoles sobre H. pylori. En otro estudio, se ha establecido que extractos de cáscara de manzana inhiben, tanto in vitro como in vivo, la activación de AP-1 y la transformación neoplásica (Ding et al., 2004). La activación del complejo AP-1 es uno de los eventos claves en la promoción de tumores mediada por la citotoxina CagA de Hp. Al respecto, se ha sugerido que los polifenoles de manzana podrían inhibir la activación de AP1 interfiriendo con la señalización vía MAP kinasas, ERK y JNK. Mediante experimentos de ESR, Ding et al. (2004) confirmaron el efecto estabilizador de los extractos de . .manzana sobre los radicales OH y O2 . Esto último sería particularmente relevante dado que, ERKs, JNKs y p38 son moléculas activadas en respuesta a estímulos oxidantes. Finalmente, en estudios adicionales conducidos en ratones, los mismos autores demostraron que los extractos también inhiben la inducción de tumores por TPA (éster 12-O-tetradecanoil-forbol-13-acetato). El efecto de los polifenoles sobre el estallido respiratorio inducido por PMA y fmlp en neutrófilos ha sido reportado por Limasset y colaboradores (Limasset et al., 1993). Los autores evaluaron el efecto de 34 polifenoles sobre la producción de ROS concluyendo que ésta depende del estímulo, llegando en algunos casos a ser opuesta. Lo anterior sugiere que existen diferentes mecanismos mediante los cuales estos compuestos pueden inhibir la producción de especies reactivas es dicho contexto celular. En otro trabajo, Krol y colaboradores (1992) estudiaron 14 flavonoides, confirmando que un grupo hidroxilo en el C-3, dos hidroxilos en el anillo B y la presencia de un doble enlace entre C-2 y C-3, son de vital importancia para la inhibición de la producción de ROS en neutrófilos. Los mismos investigadores además sugieren que la liposolubilidad podría ser una de las propiedades preponderantes para que la actividad de los flavonoides sea relevante en dicho sistema celular. Posteriormente, Limasset et al., (1999) evaluaron un grupo de 18 polifenoles y algunos de sus metabolitos putativos como algunos ácidos fenólicos. Ellos observaron que los metabolitos resultaron ser inhibidores menos potentes y específicos que los compuestos parentales. Moreira y colaboradores (2007) estudiaron el efecto de cuatro flavonoides (quercetina [1], miricetina [12], canferol [17] y galangina [18]) sobre la producción de ROS en neutrófilos de conejo estimulados con dos receptores del complemento (FcγR, CR). Interesantemente, aunque la actividad de los flavonoides sobre la producción de ROS pareció ser independiente del receptor estimulado, sí mostró estar directamente relacionada con la liposolubilidad del compuesto estudiado e inversamente correlacionada con el número de hidroxilos presentes en el anillo B. Como se indicó previamente, debido a la alteración en el ensamblaje del complejo NADPH oxidasa, la producción de ROS inducida por Hp podría ser responsable de la exacerbación del daño a la mucosa gástrica por lo tanto, la presencia de antioxidantes eficaces en la biofase donde ocurre este fenómeno es muy importante. En estudios realizados por nuestro grupo, los flavonoides presentes en un extracto de manzana (APPE) fueron capaces de neutralizar la producción de ROS y atenuar el daño a la mucosa de animales infectados con Hp (Pastene et al., 2009b). El APPE posee una importante concentración de glicósidos de quercetina (58% del total de polifenoles), siendo la rutina [19], hiperósido [20], isoquercitrina [21] y quercitrina [22] los más importantes. Estos resultados nos permitieron concluir además, que mientras algunos compuestos fenólicos ayudan por sus consabidas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, otros neutralizan factores de virulencia como la ureasa, VacA y las adhesinas de este patógeno (Pastene et al., 2010). En efecto, utilizando el mismo APPE, previamente habíamos descubierto que la ureasa de Hp podía ser inhibida en forma muy eficiente. Sin embargo, tal efecto Rev. Farmacol. Chile (2012) 5(2): 44 sólo pudo ser asociado al otro grupo de polifenoles identificados en la manzana, las proantocianidinas (Pastene et al., 2009a). Las proantocianidinas se conocen también como taninos condensados y son abundantes en varias plantas medicinales como el Espino blanco, Ginkgo biloba e hipérico pero, además son constituyentes normales de ciertos alimentos como el chocolate, vino tinto, jugo de cranberry y manzana. En dichos frutos, normalmente las cáscaras y/o semillas concentran proantocianidinas y pueden ser utilizados como fuente para su obtención a bajo costo. Así, en otra iniciativa ideada por nuestro laboratorio (PFT-014, Universidad de Concepción), las cáscaras de paltas fueron aprovechadas para la obtención de un polvo enriquecido en proantocianidias con elevado poder anti-ureásico (Chávez et al., 2011). Este proyecto dio origen a otro financiado por Innova Bio-Bio (2012) que tiene por objeto realizar los estudios de diferentes variedades, optimización del rendimiento y desarrollo de operaciones de escalamiento con el fin de calcular la rentabilidad de la producción del extracto de cáscara de palta. Sin embargo, hasta ahora, los estudios llevados a cabo con las procianidinas de manzana y palta sólo nos habían permitido visualizar la importancia del grado de polimerización sobre la actividad inhibitoria de la enzima. Producto de estudios realizados en proantocianidinas obtenidas de otras fuentes vegetales, quedó de manifiesto que la naturaleza de los monómeros que las originan y probablemente las diferentes conformaciones espaciales que adoptan en solución, son factores críticos en su actividad biológica. Tal situación representa un grado de complejidad adicional y que motivó que recientemente nuestro grupo de investigación se adjudicara el proyecto Fondecyt titulado “Structureactivity relationship of natural and semi-synthetic proanthocyanidins as anti-Helicobacter pylori molecules through the inhibition of its urease activity and adherence to AGS cells” (N°11110442). Esta iniciativa aborda por primera vez en nuestro país la investigación de interacciones químico-biológicas entre Hp y polifenoles, centrándose en las proantocianidinas extraídas de diversas materias primas como plantas medicinales, orujos de uva, pomasa de cranberries y las cáscaras de manzana y paltas, por nombrar algunas. 5. CONCLUSIONES En virtud de los antecedentes que indican que algunos polifenoles muestran una interesante actividad anti-Hp (ya sea promoviendo una acción antimicrobiana directa, o bien indirectamente afectando la virulencia y/o sobrevivencia de la bacteria). Tal como se observa en la Figura 2 los potenciales blancos moleculares o sitios de acción que los compuestos polifenólicos pudieran tener como agentes destinados a complementar el manejo de la infección por Hp y/o de sus consecuencias. Algunos de estos blancos moleculares (Ureasa, VacA, flagelos, adhesinas), están siendo estudiados en profundidad por nuestro grupo de investigación. Sin embargo, la inhibición de otros factores altamente relevantes y especializados como la toxina CagA, permanecen aun difíciles de neutralizar. Los productos fitoterapéuticos y alimentos diferenciados (funcionales), debieran estar orientados en primera instancia a la prevención y en segundo lugar a complementar las estrategias terapéuticas existentes. Si bien algunos polifenoles pueden interaccionar específicamente con varios factores de virulencia de la bacteria, incluso comprometiendo su viabilidad, otros lo hacen en forma muy inespecífica. Claramente, se requiere mucha evidencia preclínica y clínica que avale la real contribución de muchos productos enriquecidos en polifenoles en el manejo eficaz de esta infección y sus alcances intra y extragástricos. AGRADECIMIENTOS Proyecto Fondecyt N° 11110442, INNOVA BIOBIO 12.57EM.TES (12.171), CONICYT Programa Formación de Capital Humano Avanzado/ Beca de Magíster en Chile, Año Académico 2012 15550904, Proyecto Interno Universidad de Concepción Nº 212.085.033-1.0 BIBLIOGRAFÍA: Akhter Y., Ahmed I., Devi M., Ahmed N. The co-evolved Helicobacter pylori and gastric cancer: trinity of bacterial virulence, host suceptibility and lifestyle. Infectious Agents and Cancer. 2007, 2: 2-5. Alamuri P., Maier R. Methionine sulfoxide reductase in Helicobacter pylori: Interaction with methionine-rich proteins and stress-induced expression. J. Bacteriol. 2006, 188(16): 5839-5850. Alberto MR., Canavosio MAR., Manca de Nadra MC. 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