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sumario REVISIÓN Alternativas farmacológicas para el tratamiento de la dermatitis atópica grave JOSHUA B. DICARLO, CALVIN O. MCCALL Departamento de Dermatología, Unidad de Farmacología Clínica, Facultad de Medicina de la Universidad de Emory, Atlanta, Georgia La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad crónica de la piel, bastante frecuente, que se caracteriza por prurito y alteraciones cutáneas eccematosas, agudas, subagudas y crónicas, que exhiben una morfología y una distribución de lesiones clásicas, así como unas alteraciones secundarias importantes. Típicamente, los pacientes con DA también tienen antecedentes familiares o personales de atopia. En general, las características de la DA de la piel son familiares para la mayoría de los médicos. Sin embargo, es importante considerar los aspectos clínicos formales propuestos para DA porque los tipos de tratamiento que producen efectos inmunorreguladores amplios pueden ser negativos o enmascarar o exacerbar otras enfermedades graves de la piel. La constelación de características clínicas propuestas por Hanifin y Rajka (1) en 1980 (Tabla 1) siguen siendo el patrón para el diagnóstico de la DA. Algunas consideraciones diagnósticas importantes en el diagnóstico diferencial de la DA pueden ser psoriasis, linfoma cutáneo de linfocitos T, sarna, infección por dermatofitos, dermatitis seborreica y también algunas formas alérgicas e irritativas de la dermatitis de contacto. De hecho, en cualquier paciente que sufre DA puede producirse a lo largo de la vida cualquiera de estas dermatosis e incluso todas ellas. Las personas con DA pueden experimentar morbilidad importante, con hospitalizaciones, infecciones, incapacidad para el trabajo, alteraciones del sueño y repercusiones psicológicas (2). Se han determinado los costes de los servicios públicos para la atención de la DA y se ha demostrado que en el tratamiento de esta enfermedad puede gastarse un 8% de la renta personal media, lo que indica que la DA se asocia con reducciones importantes de la calidad de vida (3). Este hecho puede ser una consideración importante para el tratamiento eficaz de la DA grave que puede no estar adecuadamente controlada con los tratamientos convencionales que utilizan corticosteroides tópicos sólo. La descripción de "leve, moderada o grave" usada para describir clínicamente la DA se basa en varias puntuaciones graduadas y en escalas de gravedad de las enfermedades de la piel (4,5). En la Tabla 2 se muestra un sistema de puntuación frecuente desarrollado por Rajka y Langeland (4), que se ha utilizado para clasificar la DA por grado de afectación de la piel, duración de la enfermedad e intensidad del prurito, específicamente en relación con la interrupción del sueño. La puntuación de la gravedad de la DA puede ayudar al clínico a tomar la decisión de emplear medios farmacológicos alternativos para controlar la enfermedad. En una gran mayoría de pacientes con DA, el control y mejoría de la enfermedad, especialmente en formas leves a moderadas, puede conseguirse con corticosteroides tópicos, emolientes y antihistamínicos; sin embargo, los esteroides tópicos pueden no ser suficientes para conseguir una respuesta terapéutica adecuada en pacientes con DA grave. Adicionalmente, puede observarse taquifilaxia, un término utilizado para describir la reducción de respuesta a un fármaco, en pacientes tratados durante mucho tiempo con ciclos ininterrumpidos de corticosteroides tópicos. El uso crónico corticosteroides tópicos tiene la potencialidad de producir atrofia permanente de la piel. Especialmente preocupante puede ser el uso crónico de corticosteroides crónicos en la población pediátrica, ya que puede originar niveles elevados de absorción sistémica que pueden potencialmente causar supresión adrenal y retrasar el crecimiento (6). Los nuevos conocimientos de la inmunología de la DA han dado alguna esperanza sobre la posibilidad de dirigirse a varios blancos terapéuticos para controlar la enfermedad. Los pacientes con DA tienen una inmunidad celular defectuosa, en parte relacionada con un desequilibrio en dos subgrupos de linfocitos T CD4 (7). El desequilibrio de los subgrupo de linfocitos T crea una predominancia de linfocitos T de memoria en la vía de los linfocitos T colaboradores 2 (TH2). Los linfocitos TH2 expresan un grupo de citoquinas (por DiCarlo JB, McCall CO. Pharmacologic alternatives for severe for severe atopic dermatitis. International Journal of Dermatology 2001; 40: 82-88. © Blackwell science Ltd. 347 Vol. 4, Núm. 6. Septiembre 2001 Tabla 1 Características clínicas para el diagnóstico de la dermatitis atópica (DA) (adaptado de Hanifin y Rajka1) Deben observarse tres características principales o más Prurito Morfología y distribución de las lesiones típicas de DA Áreas en pliegues en adultos Áreas faciales y en extensores en niños Dermatitis crónica o con recaídas Antecedentes personales o familiares de atopia Deben observarse tres características leves o más Comienzo a una edad temprana En pliegues anteriores del cuello Prurito con exudación Intolerancia a alimentos Oscurecimiento de las órbitas Propensión a dermatitis en manos/pies Xerosis Hiperlinealidad palmar Queratosis pilaris Elevación de IgE en suero Dermatitis de pezones Líneas de Dennie-Morgan Queratocono Propensión a infecciones cutáneas bacterianas y víricas Queilitis Antecedentes de conjuntivitis recurrente Pitiriasis alba Intolerancia a la lana Palidez y eritema facial Dermografismo Cataratas subcapsulares anteriores ejemplo, interleucina-4 (IL-4), IL-5, IL-10 e IL-13) que contribuyen a la hipereosinofilia, elevación de inmunoglobulina E en suero (IgE), inflamación cutánea mantenida, liberación de histamina y prurito que se observa en la DA (7,8). La sobreproducción de citoquinas de TH2 puede ser el resultado de que haya niveles intracelulares bajos de adenosina-monofosfato cíclico (AMPc), que es un regulador negativo de las respuestas inmunes, debido al aumento de la hidrólisis por isoformas muy activas de la fosfodiesterasa de AMPc (FDEAMPc) (9). Este defecto de la inmunidad celular explica la respuesta reducida al antígeno Rhus que se observa en los pacientes con DA. Algunos de los procedimientos utilizados para actuar sobre la regulación inmune subyacente son la fototerapia, el interferón y los antiinfecciosos, reguladores inmunes sistémicos y tópicos, e inhibidores tópicos de PDE, que pueden utilizar los dermatólogos además de los corticosteroides tópicos para el tratamiento de los pacientes con formas resistentes y graves de DA. ■ Fototerapia Las modalidades de fototerapia parecen ser eficaces en el tratamiento de formas moderadamente graves de DA. La combinación de radiación UVA y UVB tiene una eficacia potencial del 90% para eliminar las lesiones, mientras que la radiación UVA o UVB por separado eliminan aproximadamente el 70% (10). En un estudio multicéntrico reciente, en el que participaron 53 pacientes, se demostró que se conseguía una efica- Tabla 2 Puntuaciones de la gravedad de la dermatitis atópica (datos de Rajka y Langeland4) Extensión Curso Intensidad Puntuación total Fase infantil/adulta Puntuación* Afectación de menos del 9% del cuerpo 1 Afectación de más del 9% y menos del 36% del cuerpo 2 Afectación de más del 36% del cuerpo 3 Fase infantil Afectación de menos del 18% de la superfice de la piel 1 Afectación de más del 18% y menos del 54% de la superfice de la piel 2 Afectación de más del 54% de la superfice de la piel 3 Más de tres meses de ausencia de dermatitis a lo largo del año† 1 Menos de tres meses de ausencia de dermatitis a lo largo del año† 2 Dermatitis de curso continuo 3 Prurito leve, que sólo altera el sueño ocasionalmente 1 Puntuación del prurito mayor de 1, menor de 3 2 Prurito intenso, que altera el sueño frecuentemente 3 3-4 = leve 4,5-7,5 = moderada 8-9 = grave *También pueden usarse puntuaciones de 1,5 ó 2,5 †Pueden hacerse ajustes en niños si el comienzo se produjo menos de un año antes de la puntuación. 348 Alternativas farmacológicas para el tratamiento de la dermatitis cia terapéutica mayor con exposiciones diarias de 10 minutos a una dosis alta de un tipo de UVA, llamado UVA1 (340-400 nm), frente a una combinación de UVA y UVB durante diez días (11). Los investigadores también demostraron valores significativamente más bajos de eosinofilia y de proteína catiónica eosinofílica (PCE) y virtualmente ningún efecto secundario grave en el grupo sometido a dosis altas de UVA1. Las dosis altas de UVA1 pueden ejercer un efecto terapéutico mayor porque estas radiaciones penetran más en las capas dérmicas que producen regulación a la baja de las citoquinas derivadas de los linfocitos T colaboradores, por medio de la inducción de la apoptosis de los linfocitos T humanos (11,12). Otros estudios han demostrado que el tratamiento con UVA1 origina una reducción de la molécula de adhesión intracelular 1 (ICAM-1), una molécula de adhesión inducible por citoquinas, que se expresa en las células endoteliales microvasculares dérmicas y en los queratinocitos y que participa en la circulación de los linfocitos y en la citotoxicidad debida a linfocitos de la DA (13). Se sabe que ICAM-1 se expresa más fuertemente en los queratinocitos en la DA grave. El tratamiento convencional con UVA1 puede acompañarse de intenso sudor debido al inmenso calor que se produce durante el proceso. Recientemente, se ha desarrollado una unidad de fototerapia de luz fría con dosis medias de UVA-1, que utiliza un filtro especial y un sistema de refrigeración, y se ha comprobado que es tan eficaz como UVA1 y que no genera la carga de calor y sudor de los pacientes en comparación con el sistema convencional UVA1 (12). El tratamiento de psoraleno + UVA (PUVA), dos o tres veces a la semana, se utiliza como alternativa de tratamiento a corto plazo de la DA grave. En un estudio de niños y adolescentes se demostró que con PUVA se conseguía casi una eliminación completa de las lesiones en 10-25 semanas (14). En la mitad de los pacientes se mantuvieron las remisiones de la DA a largo plazo. Una ventaja principal de PUVA, observada en el estudio, fue la recuperación del crecimiento normal en los niños que previamente habían experimentado retraso del crecimiento por debajo del percentil 5. Existe preocupación sobre la formación de cataratas y el aumento de la incidencia de cánceres de piel que limita todas las formas de fototerapia directa con UV a largo plazo. La fotoféresis (fotoquimioterapia extracorpórea) se está investigando actualmente como modalidad potencial de tratamiento en casos de DA grave que no responden a la fototerapia convencional (15). Este tratamiento consiste en el paso de la sangre del paciente que contiene metoxisaleno fotoactivable a través de un sistema de exposición extracorpóreo a UVA (la irradiación UVA activa el metoxisaleno farmacológicamente inactivo para que reaccione con los leucocitos en la preparación sanguínea, que después se reinfunde en el paciente). Una ventaja potencial de la fotoféresis es que la piel del paciente queda libre de la exposición directa a los rayos UVA. Igual que otras formas de fototerapia, el mecanismo de acción de la fotoféresis también parece ser la apoptosis de los linfocitos T. Se observaron descensos de la IgE, de la eosinofilia y de PCE en el 70% de los pacientes con DA que participaron recientemente en un estudio abierto de 24 semanas; el mantenimiento de la remisión clínica de la DA requiere continuación de la fotoféresis extracorpórea en intervalos prolongados de 12 semanas (15). Aunque la fotoféresis extracorpórea parece tolerarse bien, la logística, el gasto y los requerimientos de tiempo parecen limitar considerablemente este procedimiento. ■ Interferón-γ (IFN-γ) Como mencionamos antes, los pacientes con DA muestran una predominancia de linfocitos TH2 (subgrupo de CD4) que secretan citoquinas IL-4 y IL-5, pero no IFN-γ, que es una citoquina secretada por los linfocitos colaboradores 1 (TH1) (7). La IL-4 es fundamental para la síntesis de IgE, e IFN-γ inhibe la síntesis de IgE inducida por IL-4. Por esto, los investigadores formularon la hipótesis de que el tratamiento con IFN-γ reduciría los valores de IgE, mejorando así el estado atópico. En 1990 se evaluó la respuesta inmune de la DA a IFN-γ en 10 pacientes con DA grave tratados tres veces a la semana con inyecciones subcutáneas de IFN-γ durante un mes (16). Todos los pacientes experimentaron mejorías clínicas significativas que, en algunos, duraron hasta 50 días. Sin embargo, no hubo ninguna alteración importante de las concentraciones séricas de IgE durante el tratamiento con IFN-γ, incluso observándose mejoría clínica. Se especuló que IFN-γ ejerce su efecto beneficioso restaurando los cocientes TH1/TH2, que disminuirían la activación de TH2 y disminuirían la secreción de IL4 e IL-5 (16). En un estudio de mayor tamaño, terminado en 1996, se evaluó la seguridad y eficacia del IFNγ a largo plazo en la DA grave (17). Los pacientes fueron tratados con 50 µg/m2 de IFN-γ recombinante una vez al día o en días alternos, durante al menos 12 meses, y se observó en todos los participantes una respuesta clínica importante que se prolongó uno a dos meses después del tratamiento (17). No hubo ningún efecto sobre los parámetros de crecimiento en los niños estudiados, ni tampoco se observaron efectos secundarios ni alteraciones de los parámetros de laboratorio. Los autores concluyeron que el tratamiento a largo plazo con IFN-γ es seguro y eficaz en pacientes con DA grave. Debemos destacar que en algunos de 349 Vol. 4, Núm. 6. Septiembre 2001 los pacientes del estudio que necesitaron esteroides sistémicos por experimentar asma simultáneamente se eliminaron los corticosteroides mientras recibieron el tratamiento con IFN-γ. Además, hubo un descenso notable en el número de infecciones de la piel que necesitaban antimicrobianos orales durante el tratamiento con IFN-γ. Se especuló que el IFN-γ reducía las infecciones bacterianas a través de su capacidad conocida para activar a los macrófagos y a los linfocitos naturalkiller y para prolongar la supervivencia de los neutrófilos (17). ■ Inmunosupresores sistémicos Hace dos décadas que se han desarrollado los inmunosupresores sistémicos y cada vez se están utilizando con mayor frecuencia para el tratamiento de la DA, ya que los dermatólogos cada vez conocen mejor el perfil de seguridad y los efectos secundarios de estas medicaciones. Los investigadores han demostrado que ciclosporina (CSA) es bastante eficaz como tratamiento a corto plazo de formas graves de DA (18-21). El mecanismo de acción de CSA parece ser la inhibición de la producción de IL-4 y la diferenciación de los linfocitos T en linfocitos TH2 (22). CSA (Sandimmune®) puede administrase inicialmente en dosis de 5 mg/kg/día, y cuando se consigue el control de la enfermedad, puede reducirse a una dosis eficaz mínima de 4 mg/kg/día (19,20). Recientemente, los investigadores han demostrado que Neoral®, una fórmula en microemulsión de CSA, en dosis de 4-4,5 mg/kg/día, tiene un comienzo de acción más rápido y una eficacia inicial mayor después de dos semanas de tratamiento, comparada con Sandimmune®. Ambas fórmulas consiguieron mejorías similares en la DA después de ocho semanas de tratamiento (23). Aunque muchos investigadores han demostrado que, en estas dosis, CSA oral es rápida y eficaz para el tratamiento de la DA, la reaparición de la enfermedad después de terminar el tratamiento y el riesgo de producción de efectos secundarios graves, en particular, la nefrotoxicidad, puede limitar la utilidad de este fármaco (24-27). La preocupación sobre la toxicidad sistémica en el tratamiento a largo plazo llevó a los investigadores a estudiar una fórmula tópica de CSA; sin embargo, los pacientes no mostraron ninguna respuesta, probablemente porque la penetración del compuesto en la piel fue insuficiente (28). Un grupo de investigadores británicos fueron los primeros que estudiaron CSA en niños en 1995 (21). En el estudio participaron 18 niños y se demostró que CSA tenía un 95% de eficacia y seguridad como tratamiento a corto plazo de la DA grave (21). Dosis iniciales de 5-6 mg/kg/día de CSA para un ciclo de tratamiento de 6-12 semanas produjeron, en promedio, una respuesta clínica buena, con intervalos de remi- 350 sión que duraron hasta 38 semanas en algunos casos. Algunos niños que experimentaron retraso en el crecimiento durante el tratamiento sistémico anterior con corticosteroides mostraron mejoría en el crecimiento cuando se trataron con CSA. No se detectó nefrotoxicidad relacionada con CSA por medio de alteraciones del BUN sérico (concentración de nitrógeno en forma de urea en sangre)/Cr, ni por alteración de las presiones arteriales en los niños estudiados. Recientemente, se ha demostrado que la administración continua de CSA era eficaz para controlar la DA grave en niños (edades 2-16 años) durante un período de un año, y que se toleraba bien, sin observarse cambios clínicamente significativos en las concentraciones de creatinina sérica ni en la presión arterial (26). Queda una cuestión por aclarar que es si CSA es segura como tratamiento a largo plazo de la DA. Algunas contraindicaciones absolutas para el uso de CSA son inmunodeficiencia, infección activa, hipertensión incontrolada, antecedentes de malignidad, trastornos renales y consumo simultáneo de medicaciones que disminuyen el metabolismo de CSA. Algunos de los efectos secundarios de CSA observados clínicamente, generalmente, están en relación con la dosis y son: hipertricosis, hiperplasia gingival, fatiga, parestesias y temblor. El control periódico mediante recuentos celulares sanguíneos, pruebas analíticas de la función hepática/renal, electrolitos, urianálisis, determinación de la presión arterial y valoración de los síntomas de los pacientes se aceptan por la mayoría de los dermatólogos como medidas prudentes para controlar la toxicidad y seguridad del tratamiento con CSA. Se han publicado algunos artículos que indican que azatioprina (Imuran®), un antagonista de las purinas, puede ser un tratamiento eficaz para la DA grave de adultos (29). El mecanismo de acción de azatioprina no está claro, pero puede consistir en depresión de las respuestas inmunes celulares que participan en la fisiopatología de la DA (30). En un estudio retrospectivo en el que participaron 35 pacientes con DA grave, que recibieron una media de 100 mg/día de azatioprina durante siete meses, se demostró un 69% de mejoría subjetiva y un 62% de ventajas subjetivas a los 12 meses después del tratamiento. Los investigadores también demostraron que con el tratamiento con azatioprina había menos hospitalizaciones, menos ciclos de antimicrobianos y menos necesidad de administrar corticosteroides tópicos de gran potencia. La principal preocupación sobre azatioprina es la supresión de la médula ósea, pero parece ser que la dosis de este estudio no tuvo ningún efecto sobre las líneas celulares de la médula ósea, en función de los recuentos celulares. Un resultado negativo de este estudio fue que se produjo un 10% de efectos secundarios graves, es decir, náuseas y dolor epigástrico, asociados con azatio- Alternativas farmacológicas para el tratamiento de la dermatitis prina. Los autores consideraron que dado el bajo coste y el control sencillo de azatioprina (recuento celular), sería preferible como tratamiento sistémico inicial de la DA resistente grave. Puede ser importante investigar la deficiencia de los pacientes de tiopurina-S-metiltransferasa (TPMT) antes de iniciar el tratamiento estándar con azatioprina. La deficiencia de TPMT aumenta el riesgo de acumular cantidades tóxicas de medicación que pueden originar una mielosupresión significativa e incluso mortal. TPMT cataliza la S-metilación de azatioprina. TPMT muestra un polimorfismo genético, teniendo el 10% de la población actividad intermedia debido a heterocigosis y, aproximadamente, 1 de 300 personas muestran deficiencia de TPMT como rasgo autosómico recesivo (32). ■ Antifúngicos y antibacterianos Los pacientes con DA tienen tasa elevadas de colonización por bacterias patógenas, como Staphylococcus aureus y algunos autores han propuesto el tratamiento con antimicrobianos en casos graves de DA (33,34). También se encuentran frecuentemente levaduras en la piel de pacientes con DA. Se ha especulado que la colonización por levaduras puede relacionarse con los brotes de la DA, especialmente, en la dermatitis facial (35). Estos pacientes pueden sensibilizarse a estos microorganismos, que desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la inflamación cutánea. Recientemente, se ha sugerido que el ácido lipoteicoico de las bacterias gram-positivas y otros productos de bacterias epidérmicas, pueden unirse directamente a un receptor específico tipo "toll", que activa a un factor de transcripción, llamado factor nuclear ΚB (FNΚB), que puede estimular la expresión génica de los mediadores que participan en la inflamación de la piel (37). Hay también subgrupos de pacientes con DA que muestran una respuesta de IgE a exotoxinas estafilocócicas secretadas por bacterias de la piel (38). Se ha propuesto que estas toxinas actúan como "superantígenos" que contribuyen a una respuesta de hipersensibilidad que ocasiona un brote de DA. La combinación entre bacterias cutáneas y hongos puede producir una forma particularmente grave de DA. Recientemente, los investigadores han observado una correlación entre la gravedad clínica de DA y las respuestas proliferativas de los monocitos de sangre periférica a uno de los superantígenos de S. aureus, la enterotoxina estafilocócica B (39). Se ha especulado que la respuesta inmune suprimida a superantígenos bacterianos en formas graves de DA acarrea el empeoramiento de las infecciones bacterianas de la piel, que continúan exacerbando la enfermedad. Kolmer et al. (36) describieron cinco casos de DA grave que no respondieron al tratamiento estándar (es- teroides y emolientes tópicos) que demostraron una mejoría clínica significativa con antimicrobianos combinados a largo plazo y antifúngicos específicos de especies que fueron aisladas de los cultivos de piel. Dichas observaciones pueden suponer una alternativa al tratamiento a largo plazo con esteroides en el subgrupo de pacientes con DA grave que son portadores de grandes cantidades de bacterias y hongos en la piel afectada (36). ■ Macrolactámicos tópicos Tacrolimus es un inmunosupresor, miembro de la familia de los macrólidos, como CSA, que se han utilizado en la medicina de trasplantes. Tacrolimus (FK 506) se extrajo por primera vez de Streptomyces tsukubaensis, un microorganismo encontrado en el suelo del Monte Tsukuba, por investigadores japoneses en 1984 (40). Su mecanismo de acción parece ser por medio de unión a proteínas ligadoras citosólicas, conocidas como las inmunofilinas, formando un complejo inhibidor que bloquea la actividad fosfatasa de calcineurina, que, como consecuencia, inhibe la transcripción de citoquinas y la activación de los linfocitos T que desempeñan algún papel en la disregulación inmune de la DA (40,41). Además, tacrolimus parece tener propiedades específicas para unirse a las células epidérmicas presentadoras de antígenos, como las células de Langerhans, en la zona del receptor de IgE, limitando así las respuestas de IgE y regulando a la baja la expresión de la gran afinidad del receptor por IgE (42,43). Una preocupación importante sobre la administración sistémica de tacrolimus es la nefrotoxicidad (44). Por esto, suscitó mucho interés a principios de la década de 1990 el estudio de una fórmula tópica. En un estudio multicéntrico clínico, en el que participaron 200 adultos con DA, se demostró que tacrolimus tópico, en concentraciones de 0,03%, 0,1% y 0,3%, conseguía una mejoría clínica significativa de la DA, con una reducción del 85% de las puntuaciones clínicas después de tres semanas de tratamiento. Además, se produjo una reducción drástica del prurito en sólo 2-4 días, con absorción sistémica mínima del fármaco. En otro estudio multicéntrico reciente, en el que participaron 180 niños con DA moderada a grave, se estudió tacrolimus en una dosis similar y concentraciones similares y se encontró que tenía una eficacia del 67 al 75% en comparación con el placebo (38% de mejoría) después de tres semanas de tratamiento tópico (46). De mayor significación fue que los síntomas subjetivos de los pacientes fueron "mejor" o "mucho mejor" en el 91% de los pacientes tratados con una crema de tacrolimus al 0,3%, en comparación con un 52% en el grupo de pacientes tratado con placebo y vehículo a las tres semanas. No hubo ninguna muestra 351 Vol. 4, Núm. 6. Septiembre 2001 de absorción sistémica importante ni efectos secundarios. El efecto secundario más frecuente fue el aumento de prurito local y quemazón en la zona de aplicación, que descendió al cuarto día del estudio en todos los grupos. Los autores concluyeron que tacrolimus tópico es una alternativa eficaz de tratamiento, con un comienzo de acción rápido, de la DA moderada a grave en niños, especialmente en la cara y cuello, donde los esteroides crónicos pueden producir atrofia de piel y telangiestasias. Se están realizando actualmente estudios a largo plazo de más de un año para confirmar la seguridad de la crema de tacrolimus al 0,1%. Parece que tacrolimus tópico tiene una actividad similar a los corticosteroides tópicos para el tratamiento de la DA sin efectos secundarios importantes, absorción y atrofia de la piel (47). Este fármaco está actualmente en estudios clínicos de fase III y podría recibir la autorización de la Food and Drug Administration (FDA) en un futuro próximo. Debemos destacar que el tacrolimus tópico puede tener propiedades farmacológicas que limitan su absorción y potencial toxicidad, al disminuir la inflamación de la DA con el tratamiento. Puesto que los compuestos con pesos moleculares mayores de 500 Da tienen dificultad para penetrar en la epidermis queratinizada normalmente, se ha sugerido que tacrolimus, una molécula de 823 DA, tendrá más dificultades para penetrar en la piel con la cicatrización de la DA, limitando así la cantidad de absorción sistémica total (43). El derivado de ascomicina SDZASM981 es otro macrolactámico tópico que está investigándose actualmente para el tratamiento de la DA. SDZASM981 parece inhibir la activación/proliferación de los linfocitos T, mastocitos y la transcripción de citoquinas de TH1 y de TH2 (48,49). Al tener un peso molecular de 810 Da, SDZASM981 es probablemente capaz de penetrar a través de la barrera de la piel defectuosa de la DA activa (50). El primer estudio en el que se utilizó crema de SDZASM981 al 1% demostró que la aplicación limitada a dos veces al día a un 1-2% de la superficie corporal era significativamente más eficaz para eliminar las lesiones de DA que la crema de placebo después de tres semanas de tratamiento (50). En este estudio, la aplicación tópica de SDZASM981 se toleró bien y los niveles del fármaco en sangre periférica fueron indetectables o relativamente bajos. Están realizándose actualmente estudios de fase II y III más elaborados para investigar profundamente la acción de SDZASM981 en el tratamiento de la DA. anormalmente elevadas de FDE-AMPc, que originan un aumento de la actividad hidrolítica de AMPc (51). El exceso de actividad FDE origina niveles inadecuados de AMPc celular, particularmente en los monocitos (52). El descenso de los niveles de AMPc intracelular lleva a la pérdida de regulación negativa de respuestas inmune e inflamatoria que originan el espectro de hiperreactividad observado en la DA (53). El aumento de los niveles de FDE en leucocitos de DA cultivados se ha correlacionado con el aumento de la liberación de histamina in vitro y con la producción elevada de IgE, y ambos parámetros pueden normalizarse con los inhibidores de FDE (52,54). Por tanto, se ha especulado que la alteración de las isoenzimas de FDE es responsable de muchas de las alteraciones inmunes de la DA, y de hecho, la inhibición de FDE puede regular la sobreproducción de prostaglandina E2 (PGE2), IL-10 e IL-4 de los monocitos (55). En estudios recientes se ha demostrado que con la administración tópica de CP80633, un inhibidor de la FDE de tipo 4, se consiguió una mejoría significativa de las lesiones de DA cuando se aplicaba dos veces al día en forma de crema al 0,5%55. La respuesta antiinflamatoria observada con CP-80633 fue rápida y no se observó irritación ni otros efectos secundarios durante el estudio de 28 días, doble ciego y controlado por placebo. El fármaco actualmente se está sometiendo a nuevas investigaciones y se esperan otros inhibidores de FDE para el tratamiento de la DA en el futuro (53). ■ Inhibidores ■ Agradecimientos de la fosfodiesterasa Los leucocitos de sangre periférica de los pacientes con dermatitis atópica tienen concentraciones 352 ■ Conclusiones El número de terapias farmacológicas para la DA continúa creciendo, al aumentar nuestro conocimiento de los mecanismos inmunes de la atopia. Aunque los corticosteroides tópicos son actualmente la base del tratamiento de la DA crónica, puede ser importante considerar otras terapias de regulación inmune para formas resistentes y graves de la enfermedad, cuando el paciente no experimenta ninguna respuesta adecuada favorable. Muchas de las alternativas del tratamiento farmacológico que están surgiendo y que están disponibles actualmente, resumidas en este artículo, parecen ser eficaces para conseguir el control de la enfermedad y, si se vigilan adecuadamente, estas medicaciones son seguras en ciclos de un año y quizá incluso más. Queremos agradecer a S. Wright Caughman sus valiosas sugerencias y la revisión crítica del original. Alternativas farmacológicas para el tratamiento de la dermatitis Bibliografía 1. Hanifin JM, Rajka G. Diagnostic features of atopic dermatitis. Acta Derm Venereol (Stockh) (Suppl) 1980; 92: 4447. 2. Leung DYM, Rhodes AR, Geha RS. Atopic dermatitis. In: Fitzpatrick T, Eisen A, Wolff K, eds. Dermatology in General Medicine. New York: McGraw-Hill, 1993:1543-1563. 3. Lundberg L, Johannesson M, Silverdahl M, et al. Quality of lite, health-state utilities and willingness to pay in patients with psoriasis and atopic eczema. Br J Dermatol, 999; 141: 1067-1075. 4. Rajka G, Langeland T. 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