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AUTOR SOCIEDAD DE CARDIOLOGIA DE CORRIENTES Nacke, Marta Luciana Residencia de Cardiología Clínica. Instituto de Cardiología de Corrientes “Juana F. Cabral” los extra-estímulos eran provistos por el dispositivo recién implantado, lo que restringiría su valor predictivo, a diferencia del novel trabajo, el que utilizó un protocolo validado años atrás por el mismo grupo de investigación 9. Como se expuso anteriormente, la diferencia en el punto primario entre aquellos con un EEF negativo y los que fueron inducibles, fue a expensas de los eventos arrítmicos, los que eran detectados de manera mucho más frecuente en el grupo al que se les implantó el dispositivo, ya que contaban con un monitoreo endocavitario continuo, lo cual puede significar un gran sesgo. Tampoco es detallado en el ensayo la medicación que se encontraban recibiendo cada grupo de pacientes, a sabiendas de los beneficios en la mortalidad a corto plazo que los betabloqueantes presentan, y el grado en el que estos pudieron influenciar los resultados finales. REVISIÓN DE MIOCARDITIS Igualmente el objetivo principal del trabajo, el de comparar la tasa de eventos entre los pacientes con FEVI menor de 30% o 35% en clase funcional II-III y EEF negativo, respecto del grupo control con FEy mayor a 40%, no presentó este sesgo, ya que en ninguno de los dos se habían implantado CDIs. Como sabemos la definición clásica de miocarditis requiere la observación histopatológica de un infiltrado celular inflamatorio con o sin necrosis por lo que la incidencia y prevalencia de esta entidad en nuestro medio es poco clara. Por ello, aunque muy interesante esta nueva propuesta, aún es muy pronto para aceptarla; es necesario el desarrollo de ensayos clínicos, randomizados, y a mayor escala, ya que el número estimado de pacientes para observar una diferencia significativa de hasta 1% en la mortalidad es de miles por grupo; hasta ese momento el criterio clínico y las recomendaciones actuales seguirán siendo nuestra brújula. BIBLIOGRAFÍA 1. Cynthia M. Tracy, Andrew E. Epstein, DawoodDarbar, col. 2012 ACCF/AHA/HRS FocusedUpdateIncorporatedIntothe ACCF/AHA/HRS 2008 GuidelinesforDevice-BasedTherapy of CardiacRhythmAbnormalities. Journal of the American College of Cardiology 2013. Vol 60, No 3. 2. Arthur J. Moss,W. Jackson Hall, David S. Cannom. Improvedsurvivalwithanimplanteddefibrillator in patientswithcoronarydisease at highriskfor ventricular arrhythmia. N Engl J Med 1996;335:1933-40. 3. Buxton AE, Fisher JD, Josephson ME, et al. 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Por otro lado, estudios inmunohistoquímicos demostraron que alrededor de la mitad de estos pacientes presentan inflamación por un mecanismo autoinmunitario en ausencia de genoma viral 4,5. Considerando la importancia de la inflamación miocárdica en diferentes situaciones clínicas, nos planteamos la necesidad de realizar una revisión sobre la miocarditis, sus formas de presentación clínica y el tratamiento adecuado en cada caso. Epidemiología La miocarditis es una enfermedad insidiosa que usualmente es asintomática. Algunos estudios sugieren que es una causa importante de muerte súbita inexplicable (20%) y de miocardiopatía dilatada (MCPD) en adultos menores de 40 años 5 o atletas jóvenes 6, por lo que cobra importancia en la cardiología. La miocarditis tiene una incidencia que varía, de acuerdo a las diferentes series, del 0,2 al 12% en la población general, probablemente debido a que se desconoce la verdadera incidencia de miocarditis debido a que la biopsia endomiocárdica (BEM), método de elección para realizar el diagnóstico, es un procedimiento infrecuente. predisposición ya que los estrógenos son hormonas protectoras de la viremia y de la afección del miocardio, disminuyendo la reacción inflamatoria 7. En ciertas ocasiones el compromiso puede extenderse hacia el pericardio configurando un cuadro denominado miopericarditis (15%). Etiología La miocarditis puede ser de causa infecciosa (más frecuentes) o no infecciosa. Dentro de la primera, los virus son los principales agentes causales, con una variación del tipo de virus según las regiones y las épocas. Los más habituales de encontrar son el parvovirus B19, Herpes Virus 6, virus de la Hepatitis C, virus de Ebstein Barr, Coxsackie A y B, y adenovirus, entre otros. Es importante aclarar que previamente la etiología viral estaba dada por enterovirus, pero actualmente, con las nuevas técnicas de detección de genomas virales (reacción en cadena de la polimerasa y técnicas de hibridación) se ha demostrado con mayor frecuencia la presencia de virus no entéricos (Figura 1) 8. Las bacterias encontradas, aunque poco frecuentes, son Borrelia (enfermedad de Lyme), gonococo, estreptococos, estafilococos, entre otras. En cuanto a los parásitos, la miocarditis parasitaria por Trypanosoma Cruzi, es la más frecuente en el mundo, causando la enfermedad de "Chagas-Mazza", endémica en zonas de América del Sur y Central. Generalmente se asocia a trastornos de la conducción intraventricular, aneurisma apical y MCPD 9. Dentro de las causas no infecciosas encontramos a las autoinmunes, las post-infarto agudo de miocardio (IAM), post-pericardiectomía y En cuanto a la distribución, el sexo masculino tiene mayor PAG 5 SOCIEDAD DE CARDIOLOGIA DE CORRIENTES SOCIEDAD DE CARDIOLOGIA DE CORRIENTES invasivo que detecta áreas de inflamación y fibrosis. La RNM es útil para diagnosticar un SCA, IC, contusión cardiaca, enfermedades infiltrativas, quimioterapia cardiotóxica, ablación, pericarditis, miocarditis y enfermedad valvular 16. Figura 1. Evolución de las causas virales de miocarditis en el tiempo. CVA = coxsackievirus A, CVB = coxsackievirus B, EBV = Epstein-Barr virus. HCV = hepatitis C virus, HHV6 = human herpesvirus 6, PVB19 = parvovirus B19. Reproducido de Shauer A, Gotsman I, Keren A et al. ImAJ 2013; 15: 180–185 post-traumática. Además, las enfermedades del colágeno como el lupus eritematoso sistémico, la artritis reumatoidea, la esclerosis sistémica, el Síndrome de Sjögren y algunas vasculitis, pueden estar presentes. Los tumores primarios (mesotelioma) y las metástasis (principalmente de mama, pulmón, y linfomas) pueden causar miocarditis. Los traumas (tanto directos como indirectos) y algunas drogas (metildopa, cocaína, sulfonamidas, antraciclinas) son desencadenantes menos frecuentes, pero pueden producir miocarditis eosinófila que se caracteriza por presentarse con rash, tos, insuficiencia cardíaca (IC), fibrosis endocárdica y valvular, con trombos intraventriculares9. Fisiopatología Los enterovirus ingresan al intestino o al tracto respiratorio, entran al sistema retículo endotelial y atacan al miocardio como órgano secundario. Así, la inflamación miocárdica se produce por daño viral directo por la respuesta inmune antiviral. Existe una amplia gama de agentes virales cardiotrópicos, recordando que la inflamación miocárdica no depende únicamente del virus sino que también dependerá de la receptividad del huésped (variabilidad individual) 9,10. Los virus cardiotrópicos comparten los receptores llamados CAR (receptores de adenosina y coxsackie), siendo la expresión de éstos mayor en las primeras décadas de la vida (lo que explica la susceptibilidad de los niños a las miocarditis virales). Se han identificado autoanticuerpos antimiocárdicos contra las proteínas de las mitocondrias, las proteínas contráctiles, receptors ß1 adrenérgicos y muscarínicos. Los estreptococos y el coxsackie comparten epítopes con la miosina, creando anticuerpos cruzados, por lo que una vez eliminado el virus, la reacción inflamatoria continúa, desarrollando una miocarditis linfocítica. Además, al producir reacción cruzada con los receptores adrenérgicos β1, contribuyen a la apoptosis celular 11. Se ha detectado también, que los virus producen alteraciones en las proteínas de las células huésped a través de proteinasas virales, que afectan principalmente la distrofina (proteína involucrada en la resistencia de la fibra muscular), aumentando aún más la apoptosis y estimulando el desarrollo de una miocardiopatía dilatada 12,14. PAG 6 En la mayoría de los casos el agente patógeno es erradicado y la reacción inmunitaria entra en un proceso de desactivación progresiva dejando escasas secuelas. Sin embargo, en otros pacientes, el agente patógeno no es eliminado y persiste el daño a los miocitos junto con una inflamación cardiaca residual de etiología autoinmune 11. Clínica Generalmente cursa de forma asintomática, benigna, autolimitada y sin secuelas, aunque algunos casos pueden evolucionar a la MCPD. En las formas sintomáticas, se puede presentar simulando un síndrome coronario agudo (SCA), con síntomas de insuficiencia cardíaca (IC), arritmias ventriculares, supraventriculares o con bloqueo aurículo-ventricular completo, MCPD o con muerte súbita. La miocarditis que se presenta con shock cardiogénico es llamada miocarditis fulminante, y su causa principal es la miocarditis de células gigantes. Sobre 3055 pacientes con sospecha de miocarditis aguda o crónica que fueron evaluados en el European Study of the Epidemiology and Treatment of Inflammatory Heart Disease, 72% tenían disnea, 32% tenían precordialgia y 18% tenían arritmias15. Los pacientes que se presentan con clínica de SCA suelen tener una miocarditis de horas o días, mientras que la IC aguda se presenta luego de días o semanas; la etiología generalmente es linfocítica en ambos casos (mejor pronóstico, aunque puede requerir de soporte inotrópico o circulatorio), pero también puede ser eosinofílica o de células gigantes. Cuando se presenta como MCPD suele tener una evolución de semanas a meses, y, cuando ésta se asocia a arritmias, la causa más frecuente es la miocarditis de células gigantes, con un pronóstico sombrío por mortalidad elevada y necesidad de trasplante cardíaco 11. ¿Cuándo buscar miocarditis en un SCA? En aquellos pacientes que se presentan con dolor precordial y elevación de biomarcadores cardíacos pero sin lesiones coronarias angiográficas que lo justifiquen, debemos evaluar la presencia de otras causas de injuria miocárdica, entre ellas la miocarditis. Para establecer el diagnóstico certero en estos pacientes, la resonancia nuclear magnética (RNM) es de gran utilidad, ya que es un estudio no En un estudio de 60 pacientes que se presentaron con dolor precordial, troponina elevada y lesiones coronarias no significativas, en los que se realizó una RNM buscando otra causa de lesión miocárdica, el diagnóstico alternativo más frecuente fue miocarditis (50%), SCA en (12%, asumiéndose como IAM reperfundido con trombolíticos, embolización, o espasmo), mientras que menos frecuentes fueron los diagnósticos de Tako-Tsubo (1,5%) y MCPD (1,5%), quedando sin diagnóstico el 35% de los casos 17. La explicación fisiopatológica de la presentación con clínica coronaria se explica por las siguientes vías: la inflamación miocárdica predispone a la formación de trombos en el ventrículo izquierdo, lo que puede producir embolia coronaria; en la fase viral aguda se liberan citoquinas y catecolaminas que pueden producir espasmo coronario; y el Parvovirus B19 produce arteritis, que asociada a la activación plaquetaria, puede causar trombosis coronaria8. MCPD post miocarditis En un estudio de 1230 pacientes con MCPD de causa desconocida 18 que se realizaron una BEM para definir la etiología, la incidencia de miocarditis fue del 9,6%, pudiendo alcanzar hasta el 40% en aquellos pacientes que no responden a la terapia convencional. La presentación clínica típica es con signos de IC tras una infección viral de vías aéreas superiores o gastrointestinal. Se pueden presentar con MCPD, miocardiopatía restrictiva o hipertrófica 19. La explicación del desarrollo de MCPD se sustenta en que los virus producen proteínas que causan daño miocárdico directo, proteólisis y apoptosis; y además, los linfocitos T liberan citoquinas que asociadas al aumento del factor de necrosis tumoral y al óxido nítrico producen una reacción inmunológica exagerada y aumentan la injuria miocárdica 20. En un estudio de 245 pacientes con MCPD “idiopática”, en quienes se realizó BEM para la detección de genomas virales, se encontraron dichos genomas en 67.4%: enterovirus (9,4%), adenovirus (1,6%), parvovirus B19 (51.4%), herpes virus 6 (21.6%), Ebstein Barr (2.0%), citomegalovirus (0.8%), y 27.3% con infección múltiple 21. Arritmias por miocarditis Las arritmias en el cuadro de una miocarditis se pueden producir por micro-reentradas, por la presencia de necrosis y fibrosis en parches; por el efecto proarritmogénico de las citoquinas y los mediadores de la inflamación, que actúan modificando los canales iónicos; y por las proteasas, que clivan la distrofina 22. Es por ello, que los inmunosupresores en estos pacientes van a disminuir la inflamación miocárdica y las arritmias ventriculares. Los trastornos de la conducción más frecuentes son el bloqueo aurículo-ventricular (BAV) de 2° o 3° grado (6% de los pacientes con causa inexplicable), las taquicardias supraventriculares y ventriculares. A su vez, las arritmias van a predisponer al deterioro de la función ventricular 22. Debemos sospechar de las causas específicas de miocarditis relacionadas a arritmias: enfermedad de Lyme, sarcoidosis y enfermedad de Chagas. A su vez, la difteria está asociada a bradiarritmias y BAV. Evolución Existen 3 etapas: miocarditis aguda (viral), subaguda (inmune) y crónica (miocárdica). Pueden ser evolutivas y terminar en la curación, o producir la muerte, dependiendo de la suceptibilidad inmunológica, la virulencia del germen y del estado de salud previo del paciente. La etapa aguda representa las primeros días a semanas, y se caracteriza por presentar infiltrado viral y celular en el miocardio, encontrándose linfocitos T natural killer y macrófagos, con edema celular. La etapa subaguda se desarrolla en semanas a meses, y se caracteriza por aumento de los linfocitos T específicos y de los anticuerpos, comenzando a desarrollarse la fibrosis. La fase crónica comienza luego de los 6 meses, encontrándose remodelado miocárdico y mayor fibrosis que conduce a la MCPD (figura 2). Diagnóstico Ante la sospecha clínica debemos realizar exámenes complementarios: • Electrocardiograma: donde podemos encontrar taquicardia sinusal, inversión de la onda T, ascenso o descenso del ST, ondas Q o bloqueos completos de rama, arritmias supra y ventriculares. La onda Q y los bloqueos de rama se asocian a elevada tasa de muerte o Trasplante cardíaco 24. • Biomarcador es: es más frecuente que la troponina se eleve en comparación con la CPK-MB, y es indicadora del pronóstico, ya que sus valores se relacionan con la extensión del daño miocárdico. La eritrosedimentación, la leucocitosis y la proteína C reactiva no se utilizan para diagnostico a pesar de que frecuentemente están elevados. • Ecocardiograma: se utiliza para evaluar la fracción de eyección (FEy), la función del VD y para descartar otras causas de IC. También evidencia la presencia de trombos (presentes en un 25%). La disfunción del VD o biventricular es predictor de muerte y trasplante cardíaco. • RNM: es un estudio de alta sensibilidad y especificidad (85 y 95% PAG 7 SOCIEDAD DE CARDIOLOGIA DE CORRIENTES SOCIEDAD DE CARDIOLOGIA DE CORRIENTES las lesiones miocárdicas, la miocardiopatía y la mortalidad. Luego del tratamiento con interferón alfa en pacientes con miocarditis y presencia de virus en la BEM, se evidenció mejoría de los valores de la fracción de eyección y de los diámetros ventriculares, significativamente 33, tanto en pacientes con disfunción ventricular izquierda tanto global como regional (Figura 5). Además, en las BEM se observó ausencia de actividad viral en el 100%. Sin embargo, en general, en la mayoría de los pacientes se diagnostica miocarditis en forma tardía, por lo que el tratamiento antiviral sería eficaz solo en ciertos casos. Figura 2. Curso temporal de la miocarditis, dividida en fases. Reproducido de Kindermann I, Barth C, Mahfoud F, et al. J Am Coll Cardiol. 2012 Feb 28;59(9): 779-92. respectivamente), y sirve como diagnóstico y como guía de la BEM. • BEM: tiene alta especificidad (100%) pero baja sensibilidad (38%), por lo que su uso es limitado. La sensibilidad se ve afectada por la recogida de muestras de miocardio no afectado y por la alta variabilidad inter-observador. Además, no siempre se afecta el ventrículo derecho que es de donde se saca la muestra. Ecocardiograma La miocarditis fulminante se suele presentar con diámetros ventriculares normales y espesor miocárdico aumentado, presentando mejoría a los 6 meses. Contrariamente, la miocarditis aguda no fulminante se presenta con diámetros ventriculares aumentados y espesor normal, siendo rara la mejoría 26. RNM Se deben realizar 4 secuencias para lograr el diagnóstico de miocarditis 27. • La secuencia de eco gradiente en modo cine evidencia el edema miocárdico, el grosor y volumen ventricular, la disfunción del ventrículo izquierdo, derrame pericárdico y alteraciones de la contractilidad. • La secuencia de eco espín rápida denota el edema miocárdico transmural, parcheado o difuso. Siempre se debe comparar con el músculo esquelético porque cuando es difusa puede pasar desapercibida. • La secuencia de realce precoz (producida en los primeros 3 minutos luego de la inyección de gadolinio) evalúa el grado de hiperemia y el aumento de la permeabilidad capilar producida por la vasodilatación del miocardio inflamado. • El realce tardío se analiza luego de 10 a 15 minutos de una segunda inyección de gadolinio, y en presencia de necrosis se observa la entrada del contraste a las células por alteraciones de la membrana celular, y las zonas de fibrosis. El realce es típicamente subepicárdico e intramiocárdico. (Figura 4.) 27 BEM PAG 8 Las recomendaciones para la realización de la BEM de la Sociedad Americana y la Sociedad Española de Cardiología son 28: • Clase I (nivel de evidencia B): IC aguda menor a 2 semanas, con VIDD normal o aumentado y compromiso hemodinámico; y la IC aguda de 2 semanas a 3 meses, con VIDD dilatado, arritmias, BAV de 2° o 3° grado o sin respuesta al tratamiento durante 1 ó 2 semanas. • Clase IIa (nivel de evidencia C): IC mayor a 3 meses con VIDD dilatado, arritmias, BAV de 2° o 3° grado o sin respuesta al tratamiento durante 2 semanas; IC con MCPD asociada a alergia y/o eosinofilia; IC con sospecha de MCPD por antraciclinas; IC con MCP restrictiva inexplicable; Sospecha de Tumor cardíaco; y MCPD en niños. • Clase IIb: IC mayor a 2 semanas con VIDD dilatado, pero sin arritmias, que responde al tratamiento durante 1-2 semanas (nivel de evidencia B); arritmias ventriculares inexplicables; sospecha de displasia arritmogénica del ventrículo derecho (nivel de evidencia C). • Clase III (nivel de evidencia C): fibrilación auricular inexplicable. Inicialmente el diagnóstico de miocarditis viral se realizaba a través de la detección serológica (viremia) o del dosaje de títulos de anticuerpos en el suero de los pacientes durante la fase aguda o la convalescencia 29. Recientemente, se ha puntualizado que el diagnóstico definitivo de miocarditis viral debe realizarse a través de la BEM, utilizando técnicas como la reacción de la cadena pesada de la polimerasa y la hibridación 30. Tratamiento Se basa en 3 pilares: medidas de soporte de la IC, tratamiento antiviral, y modulación de la respuesta inflamatoria 7. Medidas de soporte de la IC: se deben iniciar precozmente los inhibidores de la enzima convertidora de la angiotensina o lo antagonistas de los receptores de la angiotensina II, porque evitan el remodelado ventricular y la progresión a la MCPD. Se deben usar betabloqueantes, teniendo en cuenta que el tipo de betabloqueante utilizado tiene diferente impacto en la inflamación. El carvedilol Figura 3. Realce tardío típico en miocarditis aguda. Se observa realce subepicárdico e intramio- cárdico, que no sigue un patrón de distribución vascular y solo respeta los segmentos medio-inferior y basal-anterior (flechas). Reproducido de A. Bustos García de Castroa. Radiología. 2012.http://dx.doi.org/10.1016 j.rx.2012.07.007 mostró ser cardioprotector en ratas, suprimiendo más las citoquinas inflamatorias y evidenciando su poder antioxidante, constatándose disminución significativa de los valores de interleucina 1, en comparación con el metoprolol y propranolol; mientras que el metoprolol demostró aumentar la inflamación y empeorar el pronóstico. Se desconoce el mecanismo implicado 31. Los antagonistas de la aldosterona deben considerarse parte del tratamiento por tener efectos antiinflamatorios, antifibróticos y por inhibir las proteasas virales. Con respecto a la digoxina, debemos evitar esta droga o solo usarla en dosis bajas, porque en ratas ha aumentado la mortalidad durante la miocarditis viral. Se vio que aumenta la inflamación demostrado por mayor liberación de citoquinas y mayor necrosis e inflamación 32. El tiempo de tratamiento de la IC luego de la recuperación no está definido. No existen recomendaciones específicas para el manejo de las arritmias en la miocarditis, y se deben seguir las recomendaciones de las guías de la Sociedad Española de Cardiología actuales. El marcapaseo temporario puede ser necesario en el BAV completo. La necesidad del implante de un cardiodesfibrilador es controversial y debe evaluarse una vez solucionado el episodio agudo 25. En algunos casos se requerirá el uso de soporte inotrópico, balón de contrapulsación intraaórtica y hasta el trasplante cardíaco. Antivirales: se han utilizado la rivavirina y el interferón alfa (de administración subcutánea), y demostraron reducir la severidad de Inmunosupresores: se utilizan la ciclosporina, prednisona y azatioprina. En general, la prednisona se considera que tienen sólo un beneficio clínico marginal, y no debe ser administrado como terapia estándar para la miocardiopatía dilatada. Solo deben usarse una vez descartada la presencia de virus en la BEM. Los inmunosupresores están indicados principalmente en miocarditis de células gigantes porque mejoran la sobrevida sin requerimiento de trasplante, y en las enfermedades sistémicas como el lupus eritematoso y la sarcoidosis. En el estudio TIMIC 34, se evaluó la eficacia de inmunosupresores en pacientes con MCPD inflamatoria. Fueron 85 pacientes con miocarditis e IC de más de 6 meses de duración, que no respondían a la terapia convencional y tenían inflamación en la BEM, pero no tenían genomas virales presentes. Recibieron prednisona 1 mg/kg/día por 4 semanas y luego 0.33mg/kg/día por 5 meses, y azatioprina 2 mg/kg/día por 6 meses (Grupo 1) o placebo (Grupo 2), además de la terapia convencional para IC. Se vio mejoría de la FEY (punto 1°, entendido como aumento del 10%) y reducción del VIDD (también mayor al 10%). El tratamiento debe durar 3 a 6 meses. Inmunoglobulinas: altas dosis de inmunoglobulina intravenosa modula la respuesta inmune e inflamatoria por una variedad de mecanismos, y se utiliza en un número importantes de enfermedades autoinmunes sistémicas. Su uso se ha asociado con mejoría de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo en IC crónica sintomática de varias causas, pero fue ineficaz en el reciente estudio IMAC 35, en el que sólo el 15% de los pacientes con MCPD de reciente comienzo tenían miocarditis en la biopsia. Sin embargo, no tienen efectos adversos importantes y pueden ser utilizadas en la miocarditis refractaria a la terapia convencional de la IC, tanto en las formas virales como en las autoinmunes, principalmente si es mediada por anticuerpos 25. Por la falta de estudios multicéntricos aleatorizados en miocarditis diagnosticadas por BEM, no se recomienda el uso de inmunoglobulinas, por lo que su eficacia aún está discutida. Inmunoadsorción: las estrategias terapéuticas utilizadas en los trastornos autoinmunes, como la neutralización o inmunoadsorción, podrían ser opciones de tratamiento para la miocarditis autoinmune y la MCPD. Pequeños estudios aleatorizados con pacientes con MCPD han demostrado que la inmunoadsorción induce mejora de la función ventricular y disminuye la inflamación36. Pero hasta que haya un ensayo clínico controlado y aleatorizado, no se recomienda PAG 9 SOCIEDAD DE CARDIOLOGIA DE CORRIENTES SOCIEDAD DE CARDIOLOGIA DE CORRIENTES BIBLIOGRAFÍA Figura 2. Cambios hemodinámicos en pacientes con disfunción ventricular izquierda tanto global (n 12) como regional (n 10) durante el tratamiento con interferón. Reproducido de Kühl U, Pauschinger M, Schwimmbeck PL, et al. Circulation 2003; 107: 2793-2798. su uso. Estatinas: las estatinas podrían ser eficaces por sus efectos pleiotrópicos de inhibir la inflamación. Se sabe que el actor principal en la miocarditis es el Linfocito T helper 1, asociado a la interleucina 17 producida por el linfocito T helper 17 que se encarga de la progresión a la MCPD. Las estatinas inhiben a ambos, inhibiendo además las citoquinas y así la traducción de señales, la proliferación y diferenciación celular, el transporte de vesículas, ensamblado del citoesqueleto, moléculas de adhesión, células presentadoras de antígenos, etc. Se han hecho estudios en ratas que demostraron mejorar parámetros ecocardiográficos e histológicos. Solo un estudio en humanos se hizo incluyendo a pacientes con MCPD con BEM que demostraba inflamación. Fueron 74 pacientes que recibieron atorvastatina 40mg/día contra placebo por 6 meses, evidencinándose mejoría de los parámetros clínicos (mejoró la clase funcional), los parámetros ecocardiográficos (mejoró la FEY) e histológicos (disminuyó la inflamación) 37. No usar AINES: no parecen ser efectivos e incluso han demostrado un aumento de la mortalidad por activación del daño miocárdico. Intensifican la inflamación, producen retención de sodio y agua, empeoran la función renal y los signos de IC. Se deberían utilizar únicamente para control sintomático cuando se asocia a pericarditis, con dolor precordial y FEY conservada38. Se debe evitar el ejercicio físico, por lo menos durante 6 meses, y hasta que los diámetros ventriculares y FEY se normalicen y se descarte la presencia de arritmias en el Holter7,8. Pronóstico El pronóstico es difícil de evaluar por la variabilidad de la clínica y de la evolución. Los pacientes que se presentan con clínica fulminante suelen tener más probabilidad de recuperarse que aquellos con miocarditis aguda. Los factores que indican mal pronóstico son: la FEY < 45%, una CF III – IV, la presencia de hipotensión arterial, el ensanchamiento del QRS, los signos de inflamación inmunohistológicos, la elevación de marcadores de inflamación (interleucina 10) o de apoptosis, y la PAG 10 ausencia de tratamiento con betabloqueantes 39. Seguimiento Todos los pacientes deben ser seguidos ya que algunos se recuperan completamente y otros llegan a la miocardiopatía. Se deben controlar cada 1 – 3 meses, y se tienen que evaluar los signos de IC (porque 10-20% evolucionan a MCPD). Se recomienda solicitar un ecocardiograma cada 3 meses y luego 1 por año 40. Conclusiones La miocarditis es una enfermedad sub-diagnosticada, relacionada a infecciones, reacciones inmunes y tóxicos. Debemos sospecharla en todo paciente con SCA y arterias coronarias sin lesiones de significación, MCPD idiopática, con o sin arritmias ventriculares o BAV, IC que no responda al tratamiento médico convencional, o en jóvenes con muerte súbita. ¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de tratar la IC por miocarditis? Que no debemos usar AINES, ni digoxina. Debemos elegir al carvedilol como betabloqueante, y tener en cuenta a las estatinas, que todavía están en estudio. 1. Kibrick S, Benirschke K. Severe generalized disease (encephalohepatomyocarditis) occurring in the newborn period and due to infection with Coxsakie virus, group B: evidence of intrauterine infection with this agent. Pediatric 1958;22:857-74. 2. Smith WG. Adult heart disease due Coxsackie virus group B. Br Heart J 1966;28:204-20. 3. Richardson P, McKenna, W, Bristow M, et al. 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