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Módulo 3 O RGANIZACIÓN DE 0251658240251661312251660288251662336 0251658240251661312251660288251662336 RGANIZACIÓN DE LA LA E STRATEGIA STRATEGIA DE DE T RATAMIENTO RATAMIENTO A BREVIADO BREVIADO E STRICTAMENTE STRICTAMENTE S UPERVISADO UPERVISADO PARA PARA EL EL C ONTROL ONTROL DE DE LA LA T UBERCULOSIS UBERCULOSIS EN EN LAS LAS U NIDADES NIDADES DE DE A TENCIÓN TENCIÓN P RIMARIA RIMARIA DE DE S ALUD ALUD T A E S TRATAMIENTO DE LA TUBERCULOSIS Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias “Dr. Emilio Coni” ANLIS - “Dr. Carlos G. Malbrán” Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán ÍNDICE Introducción ........................................................................................................ 3 Medicamentos esenciales .................................................................................. 5 Isoniacida (H) ................................................................................................... 6 Rifampicina (R) ................................................................................................. 6 Pirazinamida (Z) ............................................................................................... 7 Etambutol (E).................................................................................................... 7 Estreptomicina (S) ............................................................................................ 8 Medicamentos combinados ............................................................................... 9 Codificación de los tratamientos ....................................................................... 10 Esquemas de tratamiento ................................................................................... 10 Caso nuevo: 2HRZE/4HR ................................................................................. 10 Caso con tratamiento previo ............................................................................. 12 Tratamiento de la TB en situaciones especiales............................................... 14 Embarazo ......................................................................................................... 14 Lactancia .......................................................................................................... 14 Antecedentes de trastornos hepáticos o hepatopatía crónica estable ............... 14 Enfermedad hepática avanzada o inestable ..................................................... 15 Insuficiencia renal ............................................................................................. 15 Reacciones adversas a los medicamentos antituberculosos .......................... 16 Manejo de las reacciones adversas a los fármacos antituberculosos (RAFAs) ................................................................................. 17 Manejo de las reacciones cutáneas .................................................................. 17 Manejo de la hepatitis inducida por fármacos ................................................... 18 Control del tratamiento ....................................................................................... 19 Referencias bibliográficas .................................................................................. 21 Módulo 3 Pág. 1 Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán INTRODUCCIÓN Los objetivos del tratamiento de la TB son: Curar al paciente y recuperar/mejorar la calidad de vida y productividad. Prevenir la muerte por TB activa, o sus secuelas. Prevenir la recaída de TB. Reducir la trasmisión de TB en la población. Prevenir el desarrollo y trasmisión de TB resistente a drogas. Actualmente todos los enfermos de TB tienen posibilidades de curarse. Pero no obstante el extraordinario poder de la quimioterapia las tasas de curación no son satisfactorias. En general las tasas de éxito pueden alcanzarse en todos los servicios de salud ya que se dispone de drogas con las cuales se pueden combinar regímenes de 100% de eficacia. Por lo tanto la curación no reside en la introducción de nuevas y mejores drogas y regímenes sino en otros factores de orden técnico y operacional. El tratamiento de la TB se basa en los siguientes principios bacteriológicos: Prescripción de regímenes adecuados, cuya eficacia haya sido establecida mediante experiencias clínicas. Los medicamentos elegidos deben darse en la misma dosificación, al mismo ritmo (diario o intermitente) y por el mismo período con que fueron dados en las experiencias controladas. La duración del tratamiento es de por lo menos 6 meses con dos fases. Una fase intensiva generalmente de 2 meses de duración y otra de continuación generalmente de 4 meses. En la fase intensiva la mayoría de los bacilos que causan la enfermedad, los que tienen plena actividad metabólica, son destruidos por la medicación (fase bactericida de la terapia). En la fase de continuación los bacilos con escasa actividad metabólica o persistente son eliminados (fase esterilizante). Si el número de dosis es insuficiente pueden suceder reactivaciones (o recaídas) después de terminado el tratamiento. Regularidad en la toma de los medicamentos. Numerosos cambios han ocurrido en el tratamiento de la TB. Las combinaciones de drogas, la dosis, el ritmo de la administración y la duración del tratamiento han variado, pero persiste la necesidad de la regularidad en la toma de la medicación. Debe completarse para cada fase el número total de dosis prescriptas de acuerdo al esquema. Cualquier interrupción del tratamiento incrementa el riesgo de fracaso o resistencia aún en los regímenes más eficaces. Organización adecuada del tratamiento. Lo anterior se logra si el tratamiento es organizado teniendo en cuenta la conveniencia del enfermo antes que la del servicio. La descentralización de esta actividad, desde los servicios especializados a los establecimientos de salud locales, es un paso fundamental para lograr una mayor cobertura y adherencia de los pacientes al tratamiento antituberculoso. El mejor Módulo 3 Pág. 3 régimen disponible tendrá una baja tasa de éxito si los servicios no se concentran en la cooperación del enfermo. Los regímenes terapéuticos pueden tener mucho éxito sólo cuando se administran a través de una organización adecuada. Administración supervisada, es decir, directamente observada por el personal de salud y, en situaciones especiales, por otro miembro responsable de la comunidad. Es necesaria para lograr el cumplimiento del tratamiento, factor fundamental que determina el éxito del tratamiento. La quimioterapia bien administrada, tiene un impacto importante en el control de la TB, consiguiendo elevadas tasas de curación en las poblaciones enfermas. Por si misma, esta medida sola puede conseguir una disminución anual de la endemia del 7% al 8%. Tan importante como indicar un buen esquema es también asegurarse que el paciente lo cumpla hasta el final. El tratamiento actual de la TB es de una duración menor a los usados en el siglo pasado. Las bases de la quimioterapia abreviada son: Necesidad de asociar fármacos, para evitar la selección de cepas bacterianas resistentes. Al inicio del tratamiento la población bacilar es numerosa y dentro de la misma hay bacilos mutantes naturales que poseen resistencia a alguno de los fármacos antituberculosos. Si se comienza un tratamiento con un solo medicamento, no podrá eliminar al que sea resistente natural, y este se multiplicará y pasará a ser el predominante, llevando a un fracaso de tratamiento. La asociación de tres o más fármacos al inicio, cuando la población bacilar es más numerosa, evita la selección de cepas resistentes, ya que no suele haber bacilos que posean una resistencia natural a todos los fármacos. Necesidad de prolongar el tratamiento, para poder eliminar todas las poblaciones bacilares. Dentro de la población bacilar existen cepas con multiplicación activa y otras metabólicamente poco activas. Estos bacilos latentes son los que condicionan una recaída de la enfermedad cuando el tratamiento se suspende en forma temprana. Actualmente se considera que una duración del tratamiento de 6 meses (salvo algunas excepciones que se verán oportunamente) es suficiente para evitar estas recaídas y poder eliminar a las cepas bacilares latentes. Conveniencia de administrar cada medicamento en una sola toma diaria y bajo observación directa, para asegurarse que el enfermo recibe con regularidad todo el tratamiento prescrito. La administración de todos los fármacos juntos, en la misma toma, mejora los picos séricos de todos ellos, lo que facilita su acción bactericida y esterilizante, condicionando un mayor efecto post antibiótico. Además, se facilita así la supervisión del tratamiento directamente observado (TDO). Por lo tanto, si el enfermo tolera bien la medicación no es recomendable dividir las dosis diarias de los medicamentos. Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán MEDICAMENTOS ESENCIALES Todos los pacientes (incluidos los infectados por el VIH) que no hayan sido tratados anteriormente deben recibir una pauta de tratamiento de primera línea internacionalmente aceptada, en la que se empleen fármacos de calidad asegurada. Los tratamientos antituberculosos deben cumplir con los siguientes requisitos: Potencia bactericida contra los bacilos metabólicamente activos. Actividad esterilizante contra los bacilos de metabolismo semi - activos y persistentes. Prevenir la selección de bacilos resistentes durante el tiempo del tratamiento. Cinco medicamentos son actualmente indicados como necesarios en el tratamiento de la TB: isoniacida (H), rifampicina (R), pirazinamida (Z), estreptomicina (S) y etambutol (E). Los medicamentos antituberculosos poseen estas propiedades en grados diferentes. La H y R son los medicamentos bactericidas más potentes, activos contra las poblaciones de bacilos tuberculosos localizadas en espacios extracelulares cavitarios, en los intracelulares de los macrófagos y en las lesiones caseosas. La Z es activa contra bacilos que se replican lenta o intermitentemente dentro de los macrófagos. La H es el medicamento que posee mayor “actividad bactericida temprana”; se denomina así a la capacidad del fármaco de matar los bacilos en los primeros días de tratamiento. La mayor actividad bactericida de la H podría deberse a que tiene un margen terapéutico mayor ya que no está unida a la albúmina del plasma; en cambio, sólo el 15% de la R no está unida a albúmina, siendo esta la fracción de droga activa. Así, en los primeros dos días de tratamiento la H es la droga más bactericida contra los bacilos de multiplicación rápida. Después, comienzan a tener mayor relevancia la R y Z. La R mata los bacilos que se multiplican lentamente o aquellos que tienen crecimiento intermitente y la Z mata a los que por estar en un medio ácido también son de multiplicación lenta, mientras que la H no puede eliminar estos bacilos. La S tiene también propiedades bactericidas, pero exclusivamente contra los bacilos de división rápida (metabólicamente activos y en crecimiento continuo). El E es un medicamento bacteriostático que se asocia a medicamentos bactericidas más potentes para evitar la emergencia de bacilos resistentes. Como no se conoce ningún agente quimioterápico que posea en sí mismo todos los requisitos, se deben utilizar cuatro drogas en forma combinada en los primeros dos meses (fase inicial intensiva), para eliminar la mayor parte de la población bacilar rápidamente y obtener la conversión bacteriológica en el plazo más breve posible. En los meses restantes (fase de continuación) se administran por lo menos dos drogas cuyo objetivo es reducir el número de bacilos persistentes a fin de evitar recaídas después de finalizado el esquema. Módulo 3 Pág. 5 ISONIACIDA (H) Se administra por vía oral y se presenta en comprimidos de 100 y 300 mg. La dosis terapéutica diaria es de 5 mg por Kg de peso. La posología diaria total no debe pasar de 300 mg. En los regímenes intermitentes que se administran tres veces por semana en días no consecutivos, la dosis es de 10 mg por Kg de peso tanto en adultos como en niños (máximo 600 mg/toma). En niños se recomienda una dosis terapéutica diaria de 10mg/kg de peso. En las dosis anteriormente señaladas la H carece prácticamente de efectos adversos. Puede observarse una reacción de hipersensibilidad, como fiebre, erupción cutánea, anemia hemolítica, vasculitis y neutropenia. Las reacciones tóxicas son muy raras; cuando ocurren adoptan la forma de neuritis periférica, hepatitis, excitación del sistema nervioso central (SNC), somnolencia y letargia, pueden estar asociadas a sobredosificación en personas desnutridas, diabéticas, alcohólicas o con hepatopatías. Contraindicaciones: hipersensibilidad conocida a la droga y enfermedad hepática activa descompensada. De todos los fármacos esenciales, la H es la más económica, poco tóxica y la más aceptable. Es además muy potente. Por esos motivos se incluye en todos los regímenes ordinarios. RIFAMPICINA (R) La R es bactericida sobre Mycobacterium tuberculosis y presenta actividad variable frente a otras especies micobacterianas no tuberculosas. Se administra por vía oral. Se presenta en cápsulas de 300 mg y en suspensión (5 cm3 = 100 mg). La dosis diaria es de 10 mg por Kg de peso, tanto en adultos como en niños. La dosis máxima es de 600 mg/día. En niños y pacientes que pesan menos de 50 Kg la dosis debe ser de 450 mg. A diferencia de la H, no debe administrarse en posología incrementada durante los regímenes intermitentes. La sobredosificación de R, en especial si se acompaña de H, incrementa el riesgo de hepatotoxicidad, ya que interfiere con la eliminación farmacológica a nivel hepático. Después de la absorción por el tracto gastrointestinal, la R se elimina rápidamente por la bilis y se produce circulación enterohepática. La R puede causar síntomas gastrointestinales como anorexia, náusea, dolor abdominal y vómitos. De manera excepcional aparecen reacciones tóxicas graves como púrpura trombocitopénica, anemia hemolítica o anuria que requieren supresión definitiva de este fármaco. La hepatitis tóxica es rara y por lo general desaparece de manera espontánea; en 80% de los casos se puede retomar el tratamiento con R, pero la dosis que se administre en estas condiciones nunca pasará de 8 mg por Kg de peso corporal. La vigilancia sistemática mediante pruebas de la función hepática antes y durante el tratamiento es recomendable. Debe advertirse a los pacientes que el tratamiento puede producir una coloración rojiza en la orina, las lágrimas, la saliva y los esputos, y que las lentes de contacto pueden quedar coloreadas de modo irreversible. La R incrementa la metabolización de las drogas en el hígado, como corticoides, anticonceptivos esteroides, agentes hipoglucemiantes orales, warfarina, cimetidina, ciclosporina, glucósidos digitales, anticonvulsivantes, antibióticos macrólidos (claritromicina, eritromicina) e inhibidores de Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán las proteasas (antirretrovirales) entre otros. Los pacientes deben ser advertidas de usar un método de control de natalidad no hormonal durante todo el tratamiento y hasta un mes posterior al mismo o utilizar píldoras con mayor concentración de estrógenos (50 g). Se les recomienda la consulta especializada. Contraindicaciones: hipersensibilidad conocida a las rifamicinas y enfermedad hepática activa descompensada. PIRAZINAMIDA (Z) M. tuberculosis es especialmente sensible a Z mientras que otras especies de micobacterias no tuberculosas suelen ser resistentes. La importancia de su acción durante las primeras semanas del tratamiento consiste en que contribuye a la destrucción de los bacilos intracelulares y previene las recaídas. Se administra por vía oral y se presenta en comprimidos de 250 mg y 400 mg. La dosis diaria es de 25 - 30 mg por Kg de peso. No debe administrarse más de 2 gramos al día en total. La Z es la droga que más reacciones adversas presenta. La toxicidad hepática puede ser muy grave, especialmente en alcohólicos y enfermedad hepática crónica. Si aparece hepatitis grave, debe suspenderse la Z en forma definitiva. Es recomendable monitorear el tratamiento en forma clínica y, con estudios de función hepática, en pacientes con enfermedad hepática preexistente. La hiperuricemia asintomática es un efecto frecuente de la droga, generalmente sin consecuencias adversas, no estando indicada la suspensión de la Z. Las artralgias se tratan con facilidad y raramente requieren ajustar la dosis o discontinuar la administración del fármaco. Advertir al paciente sobre una posible fotosensibilidad. Contraindicaciones: hipersensibilidad conocida, enfermedad hepática activa descompensada, porfiria, hiperuricemia. ETAMBUTOL (E) Es un agente bacteriostático que se emplea como acompañante de los dos medicamentos bactericidas principales, H y R, con el fin de prevenir o retrasar la emergencia de cepas resistentes. Se administra por vía oral y se presenta en comprimidos de 400 mg. En regímenes diarios la dosis ordinaria es de 15 - 20 mg por Kg de peso durante la primera fase. En general, este medicamento se tolera bien. Su efecto tóxico más importante es la neuritis óptica retrobulbar, que culmina en la disminución de la agudeza visual, confusión de la visión de los colores rojo y verde (dificultad para discriminar los colores rojo y verde) y ceguera si no se suspende oportunamente el fármaco. Este efecto adverso es dosis dependiente, con la dosis diaria de 15 mg/kg el riesgo es mínimo. La probabilidad de recuperar la visión está relacionada con la dosis total administrada y con el grado inicial de pérdida de visión. La toxicidad se identifica con facilidad en adultos, y se evitan las complicaciones ulteriores si se interrumpe su administración. El daño ocular es generalmente reversible al interrumpir la administración de E, pero puede ser prolongado. Contraindicaciones: hipersensibilidad conocida, neuritis óptica preexistente de cualquier causa. Usar con precaución en niños menores de 6 años. Módulo 3 Pág. 7 ESTREPTOMICINA (S) Es un antibiótico aminoglucósido, bactericida, ejerce su acción contra los bacilos tuberculosos extracelulares de crecimiento rápido y en medio alcalino (por ejemplo en las lesiones cavitarias). Por lo tanto, la S contribuye a la negativización rápida del esputo. Se administra por vía intramuscular, pudiendo utilizarse endovenosa (EV) lenta, diluida en solución fisiológica. Se presenta en ampollas de 1000 mg para dilución en el momento en que se va a inyectar. La dosis terapéutica es de 15 mg/kg de peso, dosis máxima 1000 mg. En los pacientes mayores de 65 años se debe reducir a 10 mg/kg/día, máximo 750 mg/día. Alcanza óptimas concentraciones en el líquido cefalorraquídeo. Una desventaja del tratamiento con estreptomicina consiste en que el medicamento debe inyectarse, aunque este hecho es ocasionalmente favorable pues ayuda al enfermo a “adherirse” al tratamiento supervisado. Los efectos adversos más frecuentes de la S son: dolor en el sitio de la inyección, nefrotoxicidad y ototoxicidad (disturbios vestibulares y acústicos). Otras manifestaciones inusuales son: anafilaxia, fiebre por hipersensibilidad y erupción cutánea. No se debe utilizar en embarazadas porque atraviesa la placenta y puede provocar lesiones del nervio auditivo y nefrotoxicidad en el feto. Contraindicaciones: Embarazo, deterioro del nervio auditivo, miastenia gravis e hipersensibilidad conocida. Relativa: insuficiencia renal grave. En los enfermos con coinfección TB-VIH se desaconseja usar S para evitar riesgos al personal de salud. Tabla 1 Medicamentos recomendados para la TB Dosis Recomendadas (mg/Kg) Medicamentos Fase de Mantenimiento Acción Fase Inicial (Diaria) Diaria Intermitente (3 veces por semana) Isoniacida (H) Bactericida 5* mg/Kg/día (300mg/día) 5 mg/Kg/día 10 mg/Kg/día (600 mg/día) Rifampicina (R) Bactericida 10 mg/Kg/día (600 mg/día) 10 mg/Kg/día 10 mg/Kg/día Pirazinamida (Z) Bactericida (1) 25-30 mg/Kg/día - - Estreptomicina (S) Bactericida (2) 15 mg/Kg/día - - 15-20 mg/Kg/día - - Etambutol (E) Bacteriostática * En niños se recomienda 10 mg/kg/día. (1) En medio ácido intracelular. (2) En medio alcalino o neutro extracelular. Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán MEDICAMENTOS COMBINADOS La aceptación de los medicamentos, al igual que la tolerancia a los mismos por el paciente, es de suma importancia para el cumplimiento del tratamiento, por lo que la asociación de los tres o cuatro medicamentos básicos para la primera fase (HRZ/HRZE) y de los dos utilizados en la fase de mantenimiento (HR) en un solo preparado farmacéutico, disminuye sustancialmente el número de comprimidos, lo que aumenta el cumplimiento y en consecuencia facilita la curación del paciente. Ventajas de los medicamentos combinados: Impide el abandono selectivo de uno o más medicamentos, evitando el riesgo de monoterapia y su consecuencia, la farmacorresistencia y la TB crónica. Aumenta el grado de adhesión al tratamiento por parte del paciente. Proporciona al paciente un menor número de comprimidos a tomar. Facilita la supervisión del tratamiento. Desventaja: Impide identificar el fármaco específico que causa un efecto adverso. Las formas combinadas en uso actualmente son: Doble Asociación (DA): (HR) Isoniacida / Rifampicina. Estos dos medicamentos bactericidas principales, se encuentran combinados en forma de comprimidos. Cada cápsula contiene 150 mg de H y 300 mg de R. Triple Asociación (TA): (HRZ) Isoniacida / Rifampicina / Pirazinamida. Estos tres medicamentos se encuentran combinados en comprimidos o grageas. Cada comprimido o gragea puede contener 75 mg de H, 150 mg de R y 400 mg de Z. Cuádruple asociación (CA) (HRZE): Isoniacida / Rifampicina / Pirazinamida / Etambutol. Cada comprimido contiene 75 mg de H, 150 mg de R, 400 mg de Z, 275 mg de E. Verificar si los medicamentos disponibles tienen la concentración que se especifica en los esquemas de tratamiento recomendados. En caso de no ser así, modificar la cantidad a administrar. Módulo 3 Pág. 9 CODIFICACIÓN DE LOS TRATAMIENTOS Existe un código estándar para señalar los distintos tratamientos. Cada fármaco antituberculoso tiene una abreviatura ya mencionada anteriormente. Un régimen consiste en dos fases. El número que precede a la fase es la duración de la misma en meses. El número subíndice después de la letra es número de dosis por semana. Si no existe un número subíndice el tratamiento es diario. Si se usa una droga alternativa aparece la abreviatura entre paréntesis. Ejemplos: 2HRZE/4HR: Significa: fase inicial de 2 meses con cuatro medicamentos, en forma diaria. Fase de continuación de 4 meses con dos medicamentos también en forma diaria. 2HRZE/4H3R3: Significa: fase inicial de 2 meses igual que el anterior ejemplo pero las drogas se administran en forma intermitente 3 veces por semana en la fase de continuación. Mientras más dosis se dan en forma semanal menor es el riesgo de recaídas, además, si se pierde una dosis es menor el tiempo transcurrido entre toma y toma. ESQUEMAS DE TRATAMIENTO El tratamiento de la TB consiste en una fase inicial diaria y una fase de continuación, recomendada en forma diaria. Como opción se puede hacer una fase de continuación trisemanal en días no consecutivos, siempre y cuando el tratamiento sea directamente observado (TDO). Ambas fases deben ser totalmente supervisadas a fin de garantizar el cumplimiento del mismo. Antes de iniciar tratamiento solicitar siempre serología de VIH. CASO NUEVO: 2HRZE/4HR Este esquema se conocía tradicionalmente como Categoría 1 de la OMS. Actualmente se recomienda que este esquema diario sea aplicado a todos los enfermos, tanto a los portadores de TB pulmonar con baciloscopía positiva o negativa, como extrapulmonares, y también en pacientes VIH positivos. Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán Fase inicial: isoniacida (H) + rifampicina (R) + pirazinamida (Z) + etambutol (E). Durante 2 meses en forma diaria que corresponde a 60 tomas (meses 1 y 2). Tan importante como el tiempo total de tratamiento es el número de dosis que el enfermo debe recibir para asegurar la curación. Para esta primera fase se recomienda administrar un mínimo de 60 dosis, diariamente, de lunes a viernes o sábado indistintamente (5 a 6 veces por semana). Dado que a veces es difícil que los enfermos cumplan en forma totalmente regular el tratamiento, la duración de éste puede sobrepasar en varias semanas los 6 meses prescritos. Debido al amplio margen terapéutico se comprobó que algún grado de irregularidad no altera los resultados del tratamiento, pero se debe insistir que cuánto más irregular sea ésta, más probabilidad habrá de fracaso bacteriológico y desarrollo de resistencia bacteriana. Se puede usar S en lugar de E. En meningitis tuberculosa el E debe reemplazarse por S, ya que ésta última difunde mejor a través de las meninges. Siempre debe asegurarse de incluir Z en caso de meningitis tuberculosa, por su excelente penetración al líquido céfalo-raquídeo (LCR). Se recomienda tratamiento adyuvante con corticoides en TB meníngea y pericárdica (a menos que se sospeche resistencia a fármacos), en dosis de 1mg/kg peso de prednisona (2mg/kg en los niños), durante tres a seis semanas, con reducciones semanales hasta suspender. El corticoesteroide, asociado a la quimioterapia antituberculosa específica, se utiliza para: - TB meníngea: reduce el edema cerebral y los exudados inflamatorios en la base del cerebro, previniendo el bloqueo cerebroespinal y las secuelas neurológicas (prevenir el desarrollo de hidrocefalia). - TB pericárdica: reabsorción más rápida del exudado, menor mortalidad y menor tendencia a la pericarditis constrictiva. En embarazadas no debe utilizarse la S y es conveniente evitarla en pacientes VIH positivos. En niños menores de 6 años utilizar E a dosis exacta de acuerdo al peso. Si el resultado de la baciloscopía de esputo al final del segundo mes es positivo (sospecha de fracaso de tratamiento), realizar cultivo y prueba de sensibilidad (PS). Con estos resultados se tomará la determinación de reformular o no el esquema de tratamiento. Fase de continuación: isoniacida (H) + rifampicina (R) Puede realizarse: - En forma diaria, durante 4 meses (120 tomas). - En forma intermitente (3 veces por semana en días no consecutivos; generalmente lunes, miércoles y viernes, durante 4 meses) (48 tomas). No indicarlo si no se puede garantizar la supervisión. Se recomienda una fase de continuación de 7 meses con HR diario para los casos afectados por las siguientes formas de TB: meningitis, miliar, osteoarticular y la TB asociada a inmunodepresión (VIH/sida, diabetes). En pacientes embarazadas, VIH positivos, alcohólicos, desnutridos, con enfermedad hepática crónica y/o falla renal, se aconseja prescribir piridoxina 25 mg/día para prevenir la neuropatía periférica inducida por H. Para tratar una polineuritis ya constituida, se aconsejan 100 a 200 mg/día de piridoxina (Vitamina B6). Módulo 3 Pág. 11 Tabla 2 Esquema de tratamiento - Casos nuevos FASE INICIAL Triple Asociación (TA) Isoniacida 75 mg / Rifampicina 150 mg / Pirazinamida 400 mg + Etambutol: 400mg * Cuádruple Asociación (CA) Isoniazida 75 mg / Rifampicina 150 mg / Pirazinamida 400 mg / Etambutol 275 mg Frecuencia Diaria (60 tomas) Diaria (60 tomas) Duración 2 meses 2 meses < 40 Kg 2 comprimidos TA + 2 comprimidos E 2 comprimidos 40-55 Kg 3 comprimidos TA + 3 comprimidos E 3 comprimidos > 55 Kg 4 comprimidos TA + 4 comprimidos E 4 comprimidos Caso nuevo Peso FASE DE CONTINUACIÓN (elija uno de los siguientes esquemas) Doble Asociación (DA): (Isoniacida 150 mg- Rifampicina 300 mg) Doble Asociación (DA): (Isoniacida 150 mg Rifampicina 300 mg) + Isoniacida (H): 300 mg Frecuencia Diaria (120 tomas) Supervisada: 3 veces por semana (48 tomas) Duración 4 meses 4 meses < 40 Kg 1 comprimido DA 1 comprimido DA + 1 comprimido H 40-55 Kg 2 comprimidos DA 2 comprimidos DA + 1 comprimido H > 55 Kg 2 comprimidos DA 2 comprimidos DA + 1 comprimido H Caso nuevo Peso (*) Se puede usar estreptomicina en lugar etambutol. Nota: Antes de indicar el tratamiento verifique la concentración de los fármacos disponibles. CASO CON TRATAMIENTO PREVIO A todos los pacientes previamente tratados se les debe solicitar cultivo y antibiograma al inicio del tratamiento. La prueba de sensibilidad resulta necesaria al menos para H y R. La obtención de la muestra para cultivos y prueba de sensibilidad no debe retrasar el inicio del tratamiento. La terapia empírica debe iniciarse de inmediato, especialmente si el paciente está gravemente enfermo o si la enfermedad evoluciona rápidamente. Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán Recaídas o abandonos Los pacientes con recaídas y abandonos del esquema primario tienen características bacteriológicas comunes y en general se manejan en forma parecida. Generalmente mantienen la sensibilidad inicial, o amplifican muy poco su patrón de resistencia, y pueden curar con el mismo esquema primario. Por eso se aconseja: Comenzar con un esquema de 2HRZE/4HR, hasta tener el resultado del cultivo y antibiograma. De acuerdo al mismo, ver si es necesario modificar el esquema. De este modo, si el paciente con recaída o abandono tiene bacilos sensibles se curará con el mismo esquema; pero si tienen bacilos portadores de algún tipo de resistencia, por lo menos no se corre el riesgo de amplificarla. Cuando el paciente con abandono es recuperado y presenta baciloscopías positivas, deberá reiniciarse la terapia desde el día 0. Cuando el enfermo vuelve al tratamiento luego del abandono y presenta baciloscopías negativas, se puede continuar con la misma asociación que tenía al momento del abandono, hasta completar el número de dosis que faltaron. Si el enfermo consulta más de un año después de haber abandonado el tratamiento y su enfermedad, luego de un exhaustivo estudio, aparece como inactiva, deberá seguirse su evolución, practicando baciloscopías y cultivos cada 3 meses durante un año, y sólo se reiniciará el tratamiento si estos exámenes se hacen positivos. Si la recaída se produce después de varios años luego del tratamiento inicial, puede tratarse de una reinfección más que de una recaída, igual este hecho no cambia las indicaciones del tratamiento. Fracasos o TB con resistencia probada a fármacos Incluso con las asociaciones terapéuticas mejores, hay un pequeño porcentaje de pacientes que fracasan con el tratamiento primario. El concepto de fracaso es bacteriológico y por ello lo ideal es que siempre sea confirmado por cultivo. En estos casos se deberá evaluar la regularidad y la adherencia al tratamiento. Se entiende como fracaso al paciente en tratamiento que presenta bacteriología positiva (baciloscopía y/o cultivo de esputo) al final del cuarto mes de iniciado un primer tratamiento. Esto puede deberse a que nunca negativizó las baciloscopías o a que después de negativizarlas éstas volvieron a ser positivas, debido al fenómeno de descenso y ascenso de la población bacilar durante el tratamiento, lo que implica gran probabilidad de desarrollo de resistencia a los fármacos empleados. Los pacientes cuyo tratamiento ha fracasado u otros grupos con alta probabilidad de TB multirresistente (TB MR) deben comenzar un régimen para TB MR empírico. Cuando se conozcan los resultados de la prueba de sensibilidad, los regímenes deben ajustarse debidamente. Luego nos detendremos más en este tema en el módulo de TB fármacorresistente. Módulo 3 Pág. 13 TRATAMIENTO DE LA TB EN SITUACIONES ESPECIALES EMBARAZO En caso de prescribir S a una mujer, determinar si está embarazada, ya que es ototóxica para el feto. Los demás medicamentos antituberculosos de primera línea pueden ser utilizados durante el embarazo. Hay que explicar a la embarazada que el éxito del tratamiento que prevé el régimen normatizado recomendado es muy importante para que el embarazo llegue a su término normal. LACTANCIA Si bien algunos fármacos antituberculosos pueden pasar a través de la leche materna, lo hacen en cantidad insuficiente como para causar efectos adversos. Por lo tanto, la mujer que amamanta puede recibir todos los medicamentos antituberculosos de primera línea y el bebé no debe ser separado de la madre y puede amamantarlo. Se debe descartar TB activa en el recién nacido, vacunarlo con BCG, vigilando nódulo precoz y comenzar quimioprofilaxis o tratamiento según corresponda. En todas las mujeres embarazadas o en período de lactancia que están tomando isoniacida se recomienda un suplemento de piridoxina (25 mg/día). ANTECEDENTES DE TRASTORNOS HEPÁTICOS O HEPATOPATÍA CRÓNICA ESTABLE Pueden recibir regímenes habituales de quimioterapia. En este grupo se incluyen los pacientes con enfermedad hepática crónica estable (ausencia de manifestaciones clínicas y/o alteraciones de la función hepática): portadores de virus de hepatitis, antecedentes de hepatitis aguda o consumidores de cantidades excesivas de alcohol (con reserva hepática conservada). Debe realizarse monitoreo clínico y de laboratorio (función hepática) más frecuente para detectar injuria hepática inducida por fármacos. Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán ENFERMEDAD HEPÁTICA AVANZADA O INESTABLE Los pacientes con enfermedad hepática avanzada o insuficiencia hepática deben realizarse un examen de función hepática antes de iniciar el tratamiento. Si el nivel de transaminasas es mayor a tres veces el valor normal al inicio del tratamiento, los siguientes regímenes deben ser considerados (a mayor inestabilidad o gravedad de la enfermedad hepática, se deben usar las drogas menos hepatotóxicas): Fase inicial: 6 meses de S, E, Levofloxacina (Lfx) y Cicloserina (Cs). Fase de continuación: 18 meses de E, Lfx y Cs. Si la situación clínica lo permite, debe intentar administrarse R y/o H, lo cual permite acortar el régimen. Se recomienda consultar a un experto en TB para tratar pacientes con enfermedad hepática avanzada o inestable. Realizar un monitoreo clínico y exámenes de función hepática a todos los pacientes con enfermedad hepática preexistente durante el tratamiento. INSUFICIENCIA RENAL A todos los pacientes con enfermedad renal se les debe solicitar un clearance (aclaramiento) de creatinina de 24 horas. En pacientes que se encuentren en diálisis, dar el tratamiento al terminar cada sesión de diálisis. La H y la R son metabolizadas por el hígado y se eliminan por vía biliar, por lo que pueden administrarse a las dosis e intervalos habituales en los pacientes con insuficiencia renal grave. La Z también es metabolizada por el hígado, pero sus metabolitos pueden acumularse en pacientes con insuficiencia renal avanzada (con un clearence menor de 30 ml/min) o con hemodiálisis; en esos casos la frecuencia de la Z no debe ser diaria sino trisemanal, a dosis de 25 mg/kg. El esquema sería 2HRZ3/6HR. El E es excretado por el riñón, ajustar la dosis según clearance (clearance 10-49 ml/min, 50-100% dosis; <10ml/min y hemodializados, 25-50% de la dosis). La S debería ser evitada en pacientes con falla renal, por riesgo aumentado de nefro y ototoxicidad. Si la S debe ser usada, la dosis es de 15 mg/kg, 2 o 3 veces por semana, máximo 1 gramo por dosis, y de ser posible, controlar los niveles séricos. Realizar un monitoreo clínico y exámenes de función hepática a todos los pacientes con enfermedad hepática preexistente durante el tratamiento. Se recomienda consultar con un especialista. Módulo 3 Pág. 15 REACCIONES ADVERSAS A LOS MEDICAMENTOS ANTITUBERCULOSOS Con los actuales tratamientos abreviados, que habitualmente asocian H, R, Z, E y/o S, la mayoría de los pacientes pueden completarlo sin presentar ningún efecto secundario significativo a los medicamentos. La proporción de efectos desfavorables que obliguen a la suspensión de una o más de las drogas empleadas, es bajo (alcanza solamente del 2 al 3 % de los casos). Por lo tanto es importante que sean controlados clínicamente durante todo el tratamiento, para detectar precozmente y manejar adecuadamente dichas reacciones. No es necesario realizar pruebas de laboratorio de rutina a todos los pacientes que reciben tratamiento antituberculoso. El personal de salud puede llevar a cabo la vigilancia de los efectos adversos de los medicamentos antituberculosos dos maneras: Enseñando a los pacientes a reconocer los síntomas de los efectos adversos más comunes y notificarlos al personal de salud. Preguntando acerca de los síntomas cuando asisten a tomar la medicación al servicio de salud. En este contexto, la aplicación de un tratamiento estrictamente supervisado permite también un control clínico más cercano y facilita la detección precoz de las reacciones adversas. Principales reacciones adversas a los medicamentos antituberculosos Medicamento Isoniacida Rifampicina Reacción adversa Neuropatía periférica. Hepatitis. Gastrointestinales: anorexia, náusea, vómitos, dolor abdominal. Hepatitis. Reacciones de hipersensibilidad Pirazinamida Dolor articular. Gota. Hepatitis Daño a los nervios auditivos y vestibular (también en el feto). Estreptomicina Daño renal. Erupción cutánea. Etambutol Neuritis óptica (disminución de la agudeza visual y/o dificultades para discriminar los colores rojo- verde en uno o en ambos ojos). Recuerde, todo paciente que presente estos síntomas debe ser referido a un médico. Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán MANEJO DE LAS REACCIONES ADVERSAS A LOS FÁRMACOS ANTITUBERCULOSOS (RAFAS) Con los actuales tratamientos abreviados, que habitualmente asocian H, R, Z, E y/o S, la mayoría de los pacientes pueden completarlo sin presentar ningún efecto secundario significativo a los medicamentos. La proporción de efectos desfavorables que obliguen a la suspensión de una o más de los fármacos empleados, es bajo (alcanza solamente del 2 al 3% de los casos). Por lo tanto es importante controlar al paciente clínicamente durante todo el tratamiento, para detectar precozmente y manejar adecuadamente dichas reacciones. No es necesario realizar pruebas de laboratorio de rutina a todos los pacientes que reciben tratamiento antituberculoso. El personal de salud puede llevar a cabo la vigilancia de los efectos adversos de los medicamentos antituberculosos de dos maneras: Enseñando a los pacientes a reconocer los síntomas de los efectos adversos más comunes y notificarlos al personal de salud. Preguntando acerca de los síntomas cuando asisten a tomar la medicación al servicio de salud. En este contexto, la aplicación de un tratamiento estrictamente supervisado permite también un control clínico más cercano y facilita la detección precoz de las reacciones adversas. Se debe realizar un seguimiento clínico con el fin de detectar y manejar en forma oportuna efectos adversos a la medicación. Lo primero que hay que descartar es que las manifestaciones se deban a algún cuadro intercurrente. Las RAFAs se clasifican en: (1) menores, en las que normalmente no es necesario suspender el tratamiento antiTB y (2) mayores, que generalmente requieren la suspensión del tratamiento antiTB (ver cuadro). MANEJO DE LAS REACCIONES CUTÁNEAS Las reacciones de hipersensibilidad generalmente suelen aparecer en forma precoz, a menudo dentro de la primera fase del tratamiento. Si el paciente presenta picazón o prurito sin exantema y no hay otra causa evidente, tratar sintomáticamente con antihistamínicos y humectación de la piel, y continuar con el tratamiento antiTB observando al paciente en forma cercana. Descartar escabiosis. Si desarrolla exantema cutáneo se deben suspender todos los fármacos antiTB. Una vez que la reacción se resuelva, se deben reintroducir los medicamentos antiTB de a uno por vez, comenzando por el menos probable de ser el causante de la reacción (H o R) a la menor dosis. Se debe continuar el procedimiento añadiendo un fármaco por vez. Si aparece una reacción luego de la introducción de un fármaco, se identifica el causante de la misma. De ser necesario, se debe rotar a algún régimen alternativo (consultar con un experto en TB). Módulo 3 Pág. 17 MANEJO DE LA HEPATITIS INDUCIDA POR FÁRMACOS Los medicamentos de primera línea capaces de causar hepatitis inducida por drogas son: Z, H y R. Además, esta última puede dar ictericia asintomática sin hepatitis (colestasis). Ante un paciente que desarrolle ictericia, acompañada de síntomas clínicos y alteraciones de laboratorio características de hepatitis durante el tratamiento, se deben suspender todos los medicamentos (una vez descartadas otras causas posibles). Se pueden tolerar aumentos de transaminasas de hasta 5 veces el valor normal siempre que el paciente se mantenga asintomático, pero en presencia de síntomas, un aumento de transaminasas de 3 veces sobre el valor normal es indicación de suspender el tratamiento de inmediato. Controlar al paciente hasta que el hepatograma vuelva a valores normales y los síntomas se resuelvan. Una vez que el paciente mejore, se deben reintroducir las drogas de a una por vez, comenzando por E, luego de una semana de tolerancia reintroducir la R, después la H y finalmente agregar Z. Si la hepatitis ha sido grave, se puede prescindir de esta última. Si los síntomas recurren o hay un aumento de las transaminasas se debe suspender la última droga introducida. Al reintroducir los fármacos comenzar con dosis bajas, con un incremento a lo largo de los días, hasta llegar a dosis plenas al final de la semana. Solicitar pruebas de función hepática cada 3 días aproximadamente. Existen dos situaciones en las que se debe indicar un régimen alternativo con E, S y Levofloxacina. Una de ellas es cuando el paciente tiene una TB avanzada y no es conveniente suspender el tratamiento; la otra cuando los síntomas y signos de hepatitis no mejoran con la suspensión de la medicación. Se debe consultar a un experto en TB para el manejo de estos casos, así como también ante situaciones que requieran regímenes alternativos. Tabla 3 Manejo de RAFAs mayores Fármaco/s probablemente responsable/s Conducta R, H, Z, E, S Suspender tratamiento; reintroducir medicamentos de a uno una vez resuelto el cuadro. Cambiar el esquema en casos reincidentes o graves. S Suspender S, reiniciar esquema sin S. Hepatotoxicidad Z, H, R Suspender tratamiento. Una vez resuelto el cuadro, reintroducir los fármacos de a uno por vez, controlando la función hepática. Psicosis, crisis convulsiva, encefalopatía tóxica o coma H Suspender H, reiniciar esquema sin H. Neuritis óptica E Suspender E, reiniciar esquema sin E. R Suspender R, reiniciar esquema sin R. R Suspender R, reiniciar esquema sin R. Efectos Adversos Exantema cutáneo o hipersensibilidad moderada a grave Hipoacusia, acúfenos, vértigo, nistagmus Trombocitopenia, leucopenia, eosinofilia, anemia hemolítica, agranulocitosis, vasculitis Nefritis intersticial. Insuficiencia renal aguda Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán Tabla 4 Manejo de las RAFAs menores Fármaco/s probablemente responsable/s Conducta Anorexia, náuseas, dolor abdominal Z, R, H, E Dar las drogas con comidas o antes de acostarse. Si los síntomas persisten o empeoran, o tiene vómitos persistentes o cualquier signo de sangrado, considerar efecto adverso mayor. Dolores articulares Z, H Dar Aspirina, AINES o paracetamol. Neuropatía periférica H Dar Piridoxina 100-200 mg/día Somnolencia o insomnio, cefalea, ansiedad, euforia. H Tranquilizar al paciente. Dar la medicación antes de acostarse. Orina anaranjada/colorada R Tranquilizar al paciente. Explicar. Síndrome seudogripal (fiebre, malestar, temblores, cefalea, mialgias) R en dosis intermitente (trisemanal) Administrar R en forma diaria. Hiperuricemia sin síntomas Z Dar dieta hipopurínica. Hiperuricemia con síntomas Z Suspender la Z. Reiniciar esquema sin Z. Dar tratamiento específico de gota. Efecto adverso Recuerde: Todo paciente que presente síntomas de efectos adversos a los medicamentos antituberculosos debe ser referido a un médico. CONTROL DEL TRATAMIENTO El control del tratamiento o vigilancia es fundamentalmente bacteriológico, los enfermos con esputo directo positivo deben ser controlados con exámenes periódicos de la expectoración. El examen clínico permite detectar precozmente una intolerancia o efectos adversos a los medicamentos, evaluar el estado general del paciente y la evolución de los síntomas. Se debe realizar seguimiento clínico de los pacientes por lo menos al primero, segundo, cuarto y sexto mes de tratamiento, con el fin de incentivar la toma de medicamentos, evaluar toxicidad a las drogas, ajustar la medicación al peso del paciente y solicitar los controles bacteriológicos según corresponda. La respuesta al tratamiento debe ser vigilada por baciloscopía de esputo. Las muestras de esputo deben ser recolectadas para baciloscopía según se indica en la tabla. La baciloscopía negativa en los tiempos mencionados es un indicador del buen progreso del tratamiento, esto alienta al paciente y al trabajador de salud encargado de la supervisión del tratamiento. Módulo 3 Pág. 19 Tabla 5 Controles bacteriológicos mínimos del tratamiento en los casos de tuberculosis pulmonar Si el paciente es clasificado como: Examen de esputo (controles mínimos) - Baciloscopía al final del 2do mes (si el resultado es positivo, solicitar cultivo y prueba de sensibilidad). Caso nuevo Caso pulmonar con baciloscopía positiva - Baciloscopía al final del 4to mes (si el resultado es positivo, solicitar cultivo y prueba de sensibilidad). - Baciloscopía al final del 6to mes o final del tratamiento (si es posible realizar cultivo). - Baciloscopía al final del 2do mes (si el resultado es positivo, solicitar cultivo y prueba de sensibilidad). Caso nuevo (con baciloscopía negativa) - Si las baciloscopías de inicio y de control al final del 2 do mes son negativas, no es necesario realizar más controles bacteriológicos. Debe continuar con control clínico del tratamiento. - Baciloscopía, cultivo y prueba de sensibilidad al inicio. - Baciloscopía al final del 2do mes (si es positiva solicitar Caso previamente tratado Recaída o abandono cultivo y prueba de sensibilidad). - Baciloscopía al final del 4to mes (si es positiva solicitar cultivo y prueba de sensibilidad). - Baciloscopía y cultivo al final del 6to mes o final del tratamiento. La Red de laboratorios de la tuberculosis de Argentina permite realizar cultivos en todos los casos indicados. El estudio radiológico se puede utilizar al comienzo y finalización del tratamiento para documentar la evolución de la enfermedad. El control clínico lo efectuará el médico con frecuencia mensual y consistirá básicamente en: evaluación de la evolución bacteriológica, evaluación del cumplimiento del tratamiento, control del peso, interrogatorio al paciente sobre su estado general, tolerancia a las drogas y motivación del paciente para completar el tratamiento correcto. Es importante el control por baciloscopía en forma mensual, pero las fundamentales son al final de la fase inicial y al final del tratamiento. Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias - Dr. Emilio Coni ANLIS - Dr. Carlos G. Malbrán R EFERENCIAS B IBLIOGRÁFICAS - Caminero Luna J. Guía de la tuberculosis para médicos especialistas. Paris: UICTER. 2003. Pp.60-153. - Coalición Antituberculosa para la Asistencia Técnica (CAAT). Normas Internacionales para la Asistencia Antituberculosa (NIAA). La Haya: Coalición Antituberculosa para la Asistencia Técnica. 2006. Pp. 11-28. - Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas. Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Dr. E. Coni. Curso de Organización de la Estrategia de Tratamiento Abreviado Estrictamente Supervisado (TAES). Módulo I. Argentina. Revisión 2006. Pp. 7-16. - Palmero D, Donato V, Eiguchi K. Guías de Neumonología.1º Edición. Buenos Aires. 2007. Pp.102-111. - Toman K. Tuberculosis. Detección de casos, tratamiento y vigilancia. Preguntas y Respuestas. 2ª Edición. OPS. Publicación Científica y Técnica Nº 617. 2004 Pp. 3-104. - Programa Nacional de Control de la Tuberculosis. Normas Técnicas. Santa Fe. Argentina. 4ª. edición. 2013 (ISBN 92 75 32673 8). - Farga V, Caminero J. Tuberculosis. 3ª Edición. Editorial Mediterráneo. 2010. Módulo 3 Pág. 21