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Capítulo 150 Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías & e150-1 EPIDEMIOLOGÍA Artritis relacionada con entesitis La ARE constituye aproximadamente el 10% de las AIJ, que se calcula ocurre en alrededor del 0,4% de los niños. La EA está presente en el 0,2-0,5% de los adultos, y aproximadamente el 15% de los casos empiezan en la infancia (EA de inicio juvenil, o EAJ). A diferencia de otras formas de AIJ, la espondiloartritis es más frecuente en los niños mayores. Estos trastornos son con frecuencia familiares, debido en gran medida a la influencia del HLA-B27. Este alelo del HLA se encuentra en >90% de las EA y EAJ, en comparación con <10% de los sujetos sanos. También es muy frecuente en los pacientes con otras formas de espondiloartritis, particularmente cuando hay una inflamación del esqueleto axial. Se considera que un niño tiene ARE si presenta artritis y/o entesitis con dos de las siguientes características adicionales: 1) sensibilidad articular sacroilíaca o dolor inflamatorio lumbosacro (v. tabla 1501), 2) presencia del HLA-B27, 3) >6 años de edad y sexo masculino, 4) uveítis anterior aguda y 5) antecedentes de enfermedad asociada al HLA-B27 (ARE, sacroilitis con EII, artritis reactiva o uveítis anterior aguda) en un familiar de primer grado. Los pacientes con psoriasis (o antecedentes de psoriasis en un familiar de primer grado), con un resultado positivo en la prueba del factor reumatoide (FR) o con artritis sistémica, quedan excluidos de este grupo. Muchos niños con ARE sufren con el tiempo EA, pero otros muchos no, y esto hace que actualmente no sea posible determinar qué ARE va a progresar. ETIOLOGÍA Y PATOGENIA Espondilitis anquilosante juvenil Las espondiloartropatías son enfermedades génicas complejas en las que la predisposición está determinada en gran medida por la información génica. El HLA-B27 es responsable de aproximadamente el 40% de la predisposición a la EA, con los genes que codifican el receptor de la interleucina 23 (IL-23) (IL23R), ERAP1 (aminopeptidasa del retículo endoplásmico 1, conocida también como ARTS-1 [aminopeptidasa reguladora del desprendimiento del receptor para el factor de necrosis tumoral del tipo 1]), IL-1a (IL1A) y otros que desempeñan funciones importantes. La infección entérica por ciertos microorganismos patógenos digestivos o genitales puede desencadenar la artritis reactiva (cap. 151); no se han identificado los desencadenantes ambientales de otras formas de espondiloartritis. Aunque el mimetismo molecular entre el HLA-B27 y los antígenos de la bacteria se ha planteado como un mecanismo subyacente de la enfermedad, las pruebas que apoyan esta hipótesis son escasas. Podrían intervenir otras propiedades inusuales del HLA-B27, como su tendencia a plegarse mal y a formar estructuras de superficies celulares inusuales. Las articulaciones inflamadas en las espondiloartropatías contienen linfocitos T, linfocitos B, macrófagos, fibroblastos en proliferación y una neovascularización de la membrana sinovial. La entesitis, una característica clave de las espondiloartropatías, es considerable debido a la inflamación de la zona donde los tendones, los ligamentos y las cápsulas articulares se insertan en el hueso. Las lesiones de la entesitis también muestran inflamación crónica, que produce calcificación de los ligamentos y artrodesis de las articulaciones en el estadio avanzado de la enfermedad como en la EA. La EAJ suele empezar con oligoartritis y entesitis. La artritis afecta predominantemente a las extremidades inferiores y a menudo a la cadera, en contraste con la AIJ oligoarticular. Además, a diferencia de la EA de inicio en la edad adulta, en la EAJ la afectación axial suele faltar hasta fases posteriores de la enfermedad (fig. 150-1). La [(Figura_1)TD$IG] MANIFESTACIONES CLÍNICAS La inflamación de las articulaciones axiales y periféricas y la entesitis provocan dolor y edema, sensibilidad localizada, rigidez y pérdida de la amplitud de movimiento. Las manifestaciones extraarticulares frecuentes son la inflamación digestiva incluso sin EII evidente, y la inflamación ocular, que causa dolor, eritema y fotofobia. Figura 150-1 Pérdida de la movilidad de la columna lumbodorsal en un niño con espondilitis anquilosante. La parte inferior de la columna permanece recta cuando el paciente se inclina hacia delante. © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. Tabla 150-1 SUPERPOSICIÓN DE CARACTERÍSTICAS DE LAS ESPONDILOARTROPATÍAS CARACTERÍSTICA Entesitis Artritis axial Artritis periférica Positividad del HLA-B27 Positividad de anticuerpos antinucleares Positividad del factor reumatoide Enfermedad sistémica: Ojos Piel Mucosas Aparato digestivo ESPONDILITIS ANQUILOSANTE JUVENIL ARTRITIS PSORIÁSICA JUVENIL ENFERMEDAD INFLAMATORIA INTESTINAL ARTRITIS REACTIVA +++ +++ +++ +++ + ++ +++ + ++ + ++ +++ +++ ++ + +++ +++ + + + + + ++++ + + + ++++ Frecuencia de las características: , ausente; +, <25%; ++, 25-50%; +++, 50-75%; ++++, 75% o más. De Cassidy JT, Petty RE: Textbook of pediatric rheumatology, 5.a ed., Filadelfia, 2005, Elsevier/Saunders. e150-2 & Parte XVI Enfermedades reumáticas de la infancia [(Figura_2)TD$IG] [(Figura_3)TD$IG] Figura 150-3 Sacroilitis bien desarrollada en un varón con espondilitis anquilosante. Las dos articulaciones sacroilíacas muestran una esclerosis extensa, una erosión de los bordes articulares y un ensanchamiento aparente del espacio articular. Tabla 150-2 SÍNTOMAS CARACTERÍSTICOS DEL DOLOR DE ESPALDA INFLAMATORIO Figura 150-2 Punteado ungueal (flecha) y «dedo en salchicha» (dactilitis) en el dedo índice izquierdo de una niña con artritis psoriásica juvenil. (De Petty RE, Malleson P: Spondyloarthropathies of childhood, Pediatr Clin North Am 33:1079–1096, 1986.) entesitis es particularmente frecuente y se manifiesta como una sensibilidad localizada y a menudo intensa en las inserciones tendinosas características (así como en el ligamento, la fascia o la cápsula) alrededor de la superficie plantar del pie, el tobillo (tendón de Aquiles) y la rodilla (rótula). El curso de la enfermedad es variable y puede incluir períodos de baja actividad. La fiebre y la pérdida de peso son infrecuentes y, si aparecen, se incrementa la posibilidad de EII. Artritis psoriásica La artritis psoriásica es igual de frecuente en las niñas y los niños, y la artritis puede preceder a la psoriasis. La presentación más frecuente es la artritis asimétrica que afecta a <5 articulaciones. Puede afectar a articulaciones grandes (rodillas, tobillos) y pequeñas (dedos de las manos y de los pies), y también a las articulaciones interfalángicas distales. La presencia del HLA-B27 no es un factor de riesgo de psoriasis, y la mayoría de los pacientes con artritis psoriásica no presenta afectación axial. Pero cuando está presente el HLA-B27, la artritis axial es más frecuente. En un niño con oligoartritis o incluso poliartritis, la presencia de punteado ungueal (fig. 150-2), dactilitis, onicólisis o antecedente familiar de psoriasis apoya el diagnóstico de artritis psoriásica. Artritis con enfermedad inflamatoria intestinal Dos patrones de artritis complican la EII. La poliartritis que afecta a las articulaciones grandes y pequeñas es más frecuente y suele reflejar la actividad de la inflamación intestinal. Con menos frecuencia tiene lugar la artritis en el esqueleto axial que incluye las articulaciones sacroilíacas, y da como resultado una EA. Al igual que en la artritis psoriásica, la presencia del HLA-B27 es un factor de riesgo para el desarrollo de la enfermedad axial. La gravedad de la afectación axial depende de la actividad digestiva. DATOS DE LABORATORIO Las pruebas de laboratorio de inflamación sistémica con elevación de la velocidad de sedimentación globular y de la proteína C reactiva son variables en la mayoría de las espondiloartropatías y pueden estar o no presentes al inicio de la enfermedad. No hay FR ni anticuerpos antinucleares (ANA), excepto en los pacientes con artritis psoriásica, de los cuales hasta el 50% tiene ANA. El HLA-B27 Dolor durante la noche con rigidez matutina No hay mejoría con el descanso Mejoría con el ejercicio Inicio gradual está presente en >90% de niños con EAJ, en comparación con 7% de los sujetos sanos, pero es menos frecuente en la ARE y en otros tipos de espondiloartritis. Los cambios radiográficos tempranos en las articulaciones sacroilíacas incluyen los bordes desdibujados y las erosiones, y la esclerosis empieza de forma característica en el lado ilíaco de la articulación (fig. 150-3). Las articulaciones periféricas pueden mostrar osteoporosis periarticular, con pérdida de los bordes corticales definidos en las zonas de entesitis, y finalmente pueden mostrar erosiones o espolones óseos. La forma cuadrada de los ángulos de los cuerpos vertebrales y la clásica «columna de bambú», con formación de sindesmofitos y calcificación de los ligamentos características de la EA avanzada, aparecen tarde. Estos rasgos no son frecuentes en la enfermedad temprana, particularmente en la infancia. DIAGNÓSTICO El inicio de una oligoartritis o una entesitis en un niño mayor, con frecuencia del sexo masculino, indica una espondiloartritis. La artritis afecta de forma predominante a las caderas, las rodillas, los tobillos y los pies (a menudo las articulaciones intertarsianas). Cuando afecta al esqueleto axial, los pacientes pueden experimentar un dolor inflamatorio en la espalda, que se caracteriza por dolor durante la noche y una rigidez matutina considerable que mejora con la actividad y empeora con el reposo (tabla 150-2). Con el progreso de la enfermedad aparece una pérdida de la lordosis lumbar normal, una incapacidad para tocarse los dedos de los pies con las piernas rectas y dolor sacroilíaco a la palpación o la compresión de la pelvis. La EA se diagnostica si hay signos radiográficos suficientes de sacroilitis y si el paciente reúne al menos un criterio clínico entre el dolor de espalda inflamatorio, la limitación del movimiento en la columna lumbar o la limitación de la expansión torácica. Hay EAJ si el paciente tiene <16 años. El término EA de inicio juvenil se usa frecuentemente para describir la EA cuando los síntomas empiezan antes de los 16 años pero no se reúnen todos los criterios para el diagnóstico. Como los signos radiográficos de la sacroilitis pueden tardar 10 años o más en aparecer y las manifestaciones clínicas pueden ser sutiles, puede ser difícil diferenciar la espondiloartritis de la AIJ temprana en la evolución de la enfermedad. Se están haciendo esfuerzos para establecer criterios más sensibles para el diagnóstico de la espondiloartritis Capítulo 150 Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías & e150-3 axial con RM, y está en camino el uso de otros rasgos y marcadores clínicos. En un niño con artritis crónica, la presencia de eritema nudoso, pioderma gangrenoso, fiebre, pérdida de peso o anorexia indica una EII. El inicio de la artritis precedido por antecedentes recientes de diarrea y síntomas de uretritis o conjuntivitis puede indicar una artritis reactiva. La psoriasis, los cambios ungueales (v. fig. 150-2) o los antecedentes familiares de psoriasis indican una artritis psoriásica. Es difícil la diferenciación temprana entre las diversas formas de espondiloartritis mediante datos radiográficos o de laboratorio. En la RM puede observarse la afectación de la articulación sacroilíaca o la entesitis, que incluye el edema adyacente de la médula ósea, y los resultados de una gammagrafía ósea con tecnecio Tc 99m pueden ser positivos, pero los resultados de un examen posterior a menudo son más difíciles de interpretar en niños y adolescentes. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL El dolor en la parte baja de la espalda puede estar provocado por una artritis supurativa de la articulación sacroilíaca, una osteomielitis de la pelvis o la columna, un osteoma osteoide en los elementos posteriores de la columna, una polimiositis de los músculos pélvicos o tumores malignos. Además, deben considerarse las causas mecánicas como la espondilólisis, la espondilolistesis y la enfermedad de Scheuermann. El dolor de espalda secundario a una fibromialgia afecta generalmente a las partes blandas de la porción superior de la espalda siguiendo un patrón simétrico y se asocia a puntos dolorosos bien localizados (cap. 671.5). La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes (necrosis avascular de la cabeza femoral), el deslizamiento de la epífisis de la cabeza femoral y la condrólisis también pueden manifestarse con dolor sobre el ligamento inguinal y pérdida de la rotación interna de la articulación de la cadera, pero sin otros rasgos de espondiloartritis, como la afectación de otras entesis y articulaciones. Una radiografía o una RM son cruciales para distinguir estas enfermedades. © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. TRATAMIENTO La finalidad del tratamiento de la EAJ es controlar la inflamación, minimizar el dolor, conservar la función y evitar la anquilosis (artrodesis de los huesos adyacentes), y para ello emplea una combinación de fármacos antiinflamatorios, fisioterapia y educación. Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), como el naproxeno (15-20 mg/kg/día), suelen emplearse al principio y pueden reducir la evolución ósea si se usan continuamente. Con una enfermedad relativamente benigna como la que podría presentarse en una ARE, los AINE pueden ser útiles cuando se usan durante algún tiempo junto a corticoides intraarticulares (p. ej., el hexacetónido de triamcinolona) para controlar la inflamación articular periférica. Sin embargo, para la EAJ suele ser necesario añadir un fármaco de segunda línea. La sulfasalazina (más de 50 mg/kg/día; máximo 3 g/día) o el metotrexato (10 mg/m2) pueden ser beneficiosos para la artritis periférica, pero no se ha demostrado que estos fármacos mejoren la enfermedad axial en los adultos. Los fármacos biológicos que inhiben el factor de necrosis tumoral a (TNF-a) (etanercept, infliximab, adalimumab) han reducido los síntomas y han mejorado la función en los adultos con EA, y hay pruebas de que se han observado respuestas similares en los niños. Los inhibidores del TNF no han frenado la progresión ósea en la EA confirmada, lo que subraya la necesidad de un reconocimiento temprano y unos tratamientos mejores. El programa de tratamiento para todos los niños con espondiloartritis debería incluir fisioterapia y ejercicio de baja intensidad. El ejercicio para mantener la amplitud de movimiento en la espalda, el tórax y las articulaciones afectadas debería instituirse al principio de la evolución de la enfermedad. Las plantillas a medida son particularmente útiles en el tratamiento de la entesis dolorosa en el pie, y puede ser práctico usar almohadas para colocar las extremidades inferiores mientras el niño está en la cama. PRONÓSTICO Y COMPLICACIONES Hay pocos estudios fiables sobre la espondiloartritis juvenil. No se han respondido aún preguntas importantes, como por ejemplo qué pacientes con ARE presentarán una EA o EAJ. En un estudio de seguimiento, hasta un 60% de los adultos con espondiloartritis indiferenciada evolucionó a una EA después de 10 años. La evolución de la EAJ comparada con la de la EA de inicio en la edad adulta indica que una enfermedad que precise una artroplastia de cadera es más frecuente en los niños, pero que la enfermedad axial es más grave en los adultos. La afectación del mediopié puede presagiar un pronóstico peor. La artritis reactiva puede ser corta (varias semanas o meses), pero puede hacerse crónica y evolucionar a una EA. La uveítis anterior aguda aparece en hasta el 25% de los pacientes con EAJ. La iridociclitis crónica similar a la de la AIJ oligoarticular o poliarticular aparece en aproximadamente el 15% de los niños con artritis psoriásica, pero es poco frecuente en la EAJ. La insuficiencia de la válvula aórtica es una complicación poco frecuente pero importante de la EA. BIBLIOGRAFÍA Braun J, Sieper J: Ankylosing spondylitis, Lancet 369:1379-1390, 2007. 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