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• 28-32 Laboratorio 2/3/04 09:40 Página 28 Un laboratorio clínico, urante los noventa, nuevas normas federales hicieron que muchos médicos se lo pensaran dos veces antes de montar laboratorios en su propia consulta. Pero no se han dejado intimidar por la normativa y, en la actualidad, los laboratorios se han convertido con rapidez en una característica indispensable de la propia consulta. El mayor aumento de laboratorios se ha dado a costa de los que podemos llamar elementales, básicos y fáciles de utilizar, que realizan pruebas sencillas, como glucemia, ovulación, análisis basados en reactivos simples, detección rápida de estreptococos, y otras similares. Estos laboratorios son atractivos porque están sujetos a muy escasas exigencias por parte del CLIA (Clinical Laboratory Improvement Amendments) de 1988. Pero los médicos están tendiendo a montar laboratorios capaces de hacer estudios algo más complejos, como hemogramas, determinación de PSA, perfiles bioquímicos rutinarios y antibiogramas. Estos laboratorios de complejidad moderada o alta han de atenerse a un número de exigencias federales muy estrictas, incluyendo inspecciones rutinarias. Los médicos que han montado laboratorios lo han hecho para mejorar su consulta. Muchos informan de un mejor nivel asistencial, de mayor eficacia y de una mayor satisfacción de los pacientes. Pero los laboratorios de consulta no son para todo el mundo, y no todos los consultorios que los instalan lo hacen de la manera adecuada. “Existen dos grandes errores”, dice Charles Root, doctor en medicina, presidente y director ejecutivo de MCF Compliance, un consultorio de Barrington, Illinois. “Los médicos a veces hacen pruebas que no deben hacer, aumentando así sus ingresos, o utilizan equivocadamente el laboratorio”. Más allá del número de pruebas o de la utilización adecuada, los médicos que piensen en instalar un laboratorio en la consulta, deberían tener en cuenta ciertos aspectos, como las directrices del CLIA, los gastos y el diseño adecuado. No vamos a entrar en estos aspectos generales, D Wayne J. Guglielmo centrándonos en ofrecer una serie de consejos para los distintos tipos de consulta. Primero, hacer las preguntas adecuadas El momento para hacer las preguntas idóneas es antes de que haya decidido montar el laboratorio. Le mostramos ocho preguntas que necesita responder. ¿Qué pruebas puede tener montadas con rapidez? El médico de familia Gregory T. Lyon-Loftus ejerce en una clínica rural, con cuatro médicos, en Mont Alto, Pennsylvania. Un día, sus colegas y él (junto con dos enfermeras), se interesaron por un surtido de pruebas relativamente simples, pero necesarias (detección de estreptococos, prueba de embarazo, hemoglobina glicosilada, glucemia y análisis básicos de orina). La ubicación relativamente remota de la clínica hace difícil contar con los resultados de cualquier análisis con rapidez, por lo que, hace ya 10 años, Lyon-Loftus decidió montar un laboratorio básico en su consulta. “Consigue que la atención del paciente sea mucho más que una simple transacción, ahorrando, además, mucho dinero”, comenta. Si la prueba que necesita hacer está entre las que el CLIA autoriza para este tipo de laboratorios, tiene motivos para felicitarse. Las exigencias normativas son mínimas, y decidir si tiene sentido, desde el punto de vista económico, que usted mismo haga las determinaciones es relativamente sencillo: ¿le proporcionan más de lo que le cuesta hacerlos? Para prepararse antes de abrir un laboratorio básico, lo único que tiene que ha- 28 MEDICAL ECONOMICS | EDICIÓN ESPAÑOLA | 5 de marzo de 2004 www.medecoes.com • 28-32 Laboratorio 2/3/04 09:40 Página 29 ¿es bueno para su consulta? líticas que pide. “Si suele solicitar entre ocho y diez hemogramas al día, mejor que los haga usted mismo”, dice Ann Bachean, una asesora de DoctorsManagement, de Knoxville, Tennessee. “Si pide de diez a doce perfiles bioquímicos al día, también le interesa hacerlos a usted. Pero si pide dos o tres determinaciones de hormonas tiroideas a la semana, es mejor que se las mande a un laboratorio especializado, que probablemente consiga hacerlas por menor precio”. Pero para algunos médicos, obtener un beneficio económico es secundario; les interesa más satisfacer a los pacientes y mejorar la eficacia general de la consulta, lo que les servirá para elevar el nivel de la misma. Un laboratorio puede mejorar la satisfacción del paciente y aumentar el nivel de su consulta. Aquí le mostramos cómo decidir si resulta bueno para usted instalar uno, con independencia de las características de su consulta. cer es apuntarse al programa del CLIA y abonar sus tasas cada dos años. ¿Tiene suficiente volumen de pacientes? Los cálculos económicos son algo más difíciles si su especialidad le exige analíticas más complejas, ya que cuanto más difícil es la prueba, más caro resulta el equipo que tiene que montar, más cualificado tiene que estar el personal y la normativa es más exigente sobre cada detalle de funcionamiento. Por esta razón, los expertos aconsejan repasar con atención el número de determinaciones ana- ¿Le pagarán adecuadamente? “Si suele hacer 30.000 determinaciones bioquímicas generales al cabo del año, y su contrato con las compañías apenas cubre el 10 por ciento, tiene un serio problema”, dice Cathy Kenny, asesora de un laboratorio independiente de Winterville, Ohio. Afortunadamente, los planes de salud se han ido haciendo mucho más flexibles en los últimos años. “Si negocia a tiempo, probablemente pueda incluir en el contrato las determinaciones que haga en su laboratorio”, dice Kenny. “Debe asegurarse de atar bien todos los puntos conflictivos durante las negociaciones, como las distintas coberturas que pretende dar en su consulta o las medidas que adoptará para disminuir el número de visitas de seguimiento”. También se aconseja proporcionar por adelantado un listado de las distintas tarifas que va a cobrar. Aunque todo esto es fácil de acordar con Medicare, hay que dejarlo suficientemente claro con las aseguradoras privadas. “Puede no resultar factible para usted, desde el punto de vista económico, realizar un análisis, o una serie de ellos, porque las aseguradoras ya tengan acuer- www.medecoes.com MEDICAL ECONOMICS | EDICIÓN ESPAÑOLA | 5 de marzo de 2004 29 • 28-32 Laboratorio 2/3/04 09:40 Página 30 dos con laboratorios de referencia que, debido al gran volumen de muestras que manejan, pueden hacerlo por menos dinero. Podría estar haciendo un excelente contrato con el que, al final, perdería dinero”. ¿Qué certificaciones del CLIA necesita? El proceso de acreditación comienza rellenando un certificado de registro de la CMS, necesario para constar en el registro del CLIA, y obtener un número del CLIA. Existen impresos concretos y se pueden enviar a través de las correspondientes agencias estatales, habitualmente el departamento estatal de salud, o una oficina regional de la CMS. Apenas se necesitan otras certificaciones si se va a instalar un laboratorio básico, incluyendo pruebas elementales de microscopía, como determinación de eosinófilos en el moco nasal, examen de ácaros o estudio de leucocitos en heces. Los médicos que quieran realizar otras pruebas de laboratorio de moderada o alta complejidad deben adaptarse a exigencias estrictas, incluyendo la acreditación ante la CMS o alguna de las muchas agencias privadas que existen. ¿Necesitará personal adicional? La respuesta es no, para laboratorios básicos y pruebas microscópicas elementales. Pero para pruebas más complejas, el CLIA exige al menos cuatro niveles profesionales distintos: director de laboratorio, personal de laboratorio, asesor técnico y asesor clínico, aunque un sólo individuo puede desarrollar más de un puesto, asumiendo que está adecuadamente preparado. El personal de laboratorio debe tener, como mínimo, graduado escolar o similar, y prácticas documentadas en el tipo de prueba que va a realizar. Para laboratorios más complejos, habitualmente el director, que suele ser uno de los médicos de la consulta, necesita tener una experiencia de al menos un año dirigiendo o supervisando un laboratorio no básico, o un curso de formación continuada de 20 horas. Sólo el personal de laboratorio debe estar presente mientras se realiza la determinación. ¿Debería comprar el equipo o alquilarlo? “Es raro que haya que comprar el equipo”, dice el asesor y analista económico Charles Root. “La mayoría de los vendedores suele tener excelentes ofertas de alquiler“. Root defiende también una forma de alquiler llamada “arrendamiento de reactivos”. En contra del arrendamiento clásico, en el que paga una can- tidad fija con independencia del número de determinaciones analíticas que haga, los vendedores también ofrecen alquileres de reactivos con un precio fijo por cada análisis en el que se incluye el coste del reactivo necesario para el mismo. “Habitualmente se requiere un número mínimo de análisis en un período determinado para tener acceso a esta opción”, dice Root. “Si no llega a lo estipulado, el vendedor tiene derecho a llevarse el equipo. Pero como estos vendedores también suelen proporcionar otros tipos de equipos a las consultas, lo normal es que estas cosas se hagan amistosamente y que no haya problemas”. Cathy Kenny piensa que la solución de los reactivos es excelente “si uno no puede tener acceso a toda la tecnología que necesita”. Pero advierte que para una consulta que se expande y crece, puede suponer una merma en las ganancias. “Suponga que al cabo de un año realiza 50.000 determinaciones bioquímicas en vez de las 25.000 que hacía cuando firmó el acuerdo”, dice. “Podría estar haciendo un gran negocio con tan gran volumen de trabajo si no estuviera atado por un acuerdo que le obliga a pagar 50 céntimos por cada determinación, con independencia del volumen”. ¿Ha calculado los costes? Algunos gastos, jeringas y gasas, por ejemplo, probablemente sean parte de sus gastos fijos. Pero quizás no lo sean las tiras para determinación de la glucemia. “Procure tener un médico o una enfermera que se encargue de manera habitual de todo lo que se refiere a las necesidades del laboratorio”, dice Kathryn Kocevar, asesora de The Health Care Group, de Plymouth Meeting, Pennsylvania. “Luego calcule cuánto puede costar realmente hacer una serie de análisis a un paciente determinado”. Piense, sin embargo, que el mero hecho de tener un laboratorio en la consulta puede reducir sus gastos generales por paciente por el aumento de la eficiencia de la consulta, como algunos estudios han sugerido. Estas reducciones generales pueden compensar potencialmente, al menos en algo, los gastos de las determinaciones analíticas por paciente. ¿Necesitará renovarse? La mayoría de los médicos subestiman el espacio que van a necesitar 30 MEDICAL ECONOMICS | EDICIÓN ESPAÑOLA | 5 de marzo de 2004 www.medecoes.com • 28-32 Laboratorio 2/3/04 09:40 Página 31 para montar el laboratorio, para el laboratorio en sí mismo, para extraer la sangre, para almacenar el material y para ubicar el equipo, como la incubadora, centrifugadora, autoclave y demás. También tienden a infravalorar los costes de las mejoras o los cambios de los sistemas de ventilación y acondicionamiento térmico, sistemas eléctricos y accesorios luminosos necesarios para cumplir con las exigencias de los departamentos de Salud y Seguridad Laboral. “En una ocasión encontré un laboratorio en el que el analizador de inmunoquímica estaba enchufado al mismo circuito que el microondas de la sala de descanso”, dice Kenny. “Cada vez que alguno ponía en marcha el microondas para calentar su almuerzo, se obtenían unos resultados realmente absurdos”. Kenny piensa que la mayoría de las consultas ganan lo suficiente como para afrontar las necesarias reestructuraciones en el diseño. “Después de todo, las preguntas y respuestas son similares a las que se formulan cuando se plantean cuántas salas de exploraciones deben tener o dónde colocar un aparato de rayos X”, dice. “También aquí tendrán el asesoramiento de un representante cualificado del vendedor. Pero la cautela sigue corriendo por parte del comprador”. También hay una serie de aspectos que deben conocer los médicos, dependiendo del tamaño de su consulta. Consultas pequeñas (de uno a tres médicos) Puede resultar difícil para una consulta pequeña hacer funcionar con éxito un laboratorio de mediana o gran complejidad: una consulta de atención primaria necesita al menos cinco médicos para asegurarse un número suficiente de determinaciones, dice Root. Pero un laboratorio básico bien instalado puede ser suficiente. Sharon Martin-Holm, una médico de familia de Longview, Texas, comparte la consulta con otra médico de familia y, juntas, tienen un laboratorio básico. Empezaron ofreciendo un menú de pruebas limitado, embarazo, sedimento urinario, detección de estreptococos, pero el volumen de pacientes y la posibilidad de tener los resultados antes de que el paciente abandonara la consulta, las llevó a aumentar la oferta de pruebas. Los resultados en el acto, comenta, “ahorran un tiempo importante en llamadas telefónicas y en atención a través del teléfono”. Ahora se están planteando añadir otras pruebas, como determinación de colesterol, tiempos de protrombina y hemoglobina glicosilada. “Busque un microscopio y úselo”, recomienda. “Hago preparaciones en fresco de casi todas las muestras vaginales de mujeres a las que practico una exploración ginecológica y citología vaginal, y estoy sorprendida de la cantidad de tricomoniasis que se me habrían escapado de no actuar así. También utilizo mi microscopio para estudiar micosis cutáneas, e incluso examino microscópicamente, de vez en cuando, centrifugados de orina”. Consultas medianas (de cuatro a diez médicos) El laboratorio de mediana complejidad de J. Epperson, médico de familia, proporciona un beneficio modesto (en parte porque otras consultas del mismo edificio también tienen acceso a él). Pero la verdadera rentabilidad para los cinco médicos de Murrells Inlet, Carolina del Sur, ha sido una mayor eficiencia y un mejor servicio a los pacientes. “Cuando utilizábamos un laboratorio externo, los pacientes esperaban entre una y dos horas hasta tener los resultados”, dice Epperson. “Ahora suelen esperar entre 10 y 30 minutos”. Epperson tiene varios consejos para quienes quieren instalar un laboratorio de complejidad media: Evitar la compra de equipamiento nuevo. “Yo animaría a los médicos a comprar equipos usados y revisados”, comenta. “Los analizadores bioquímicos nuevos cuestan en torno a los 60.000 dólares, mientras que los usados no superan los 30.000 dólares. Funcionan bastante bien y cuestan mucho menos”. Contratar a las personas adecuadas. “Cuando yo empezaba, contraté a un técnico de laboratorio que tenía un montón de títulos y 30 años de experiencia, pero que fue incapaz de que las cosas funcionaran día a día”, dice Epperson. “Ahora tengo una con una inteligencia increíble que sólo se dedicaba a pinchar venas, pero a la que mi enfermera ha enseñado a hacer todo lo que se requiere para que las cosas funcionen bien. Se necesita alguien en quien se pueda confiar, con bastante capacidad para aprender y que tenga una obsesión compulsiva por generar datos correctos”. www.medecoes.com MEDICAL ECONOMICS | EDICIÓN ESPAÑOLA | 5 de marzo de 2004 31 • 28-32 Laboratorio 2/3/04 09:40 Página 32 Invierta en un sistema de información para el laboratorio, preferiblemente uno que sea compatible con el sistema informático habitual de su consulta. “Sin dicho sistema”, dice Epperson, “el esfuerzo para tratar de mantener la información adecuada se vuelve horroroso”. El comentario final de Epperson para consultas pequeñas o medianas es este: “No espere poder descansar en los primeros seis o doce meses”. Consultas grandes (más de diez médicos) Aunque comparten muchos de los problemas de las consultas pequeñas y medianas, los médicos de consultorios numerosos se enfrentan a problemas propios y singulares debido a la complejidad y volumen de las pruebas que solicitan. La Clínica Elkhart, en Elkhart, Indiana, es una consulta de multiespecialidad con 36 médicos, desde especialistas en atención primaria hasta neurocirujanos (sin incluir obstetras, ortopedas y urólogos). Para satisfacer sus necesidades, el laboratorio de la clínica realiza análisis básicos y de moderada y gran complejidad, con un volumen de determinaciones que excede las 300.000 al año. Debido a este volumen, la informatización del laboratorio es “absolutamente necesaria”, dice Joan Dolan, directora del laboratorio. Además, no es un sistema cualquiera. Su laboratorio etiqueta las muestras con códigos de barras, que evita los errores y, además, contabiliza lo solicitado por cada médico y asegura el pago de las pruebas no cubiertas por Medicare, ya que utiliza un programa que es compatible con el sistema de contabilidad. Los beneficios del laboratorio se distribuyen equitativamente, pero con matices. Las normas impiden compensar a los médicos según el número de analíticas solicitadas. Para evitar saltarse la normativa, muchas consultas mezclan los beneficios procedentes de los distintos servicios auxiliares, como el laboratorio, y luego los reparten por igual. Elkhart utiliza una fórmula parecida, con pequeñas variantes. “Lo que hacemos es asignar cuatro niveles de participación, según la especialidad”, dice Darryl Busby, el administrador jefe. “Los oncólogos tienen nivel cuatro, el más alto, debido a la cantidad de pruebas que solicitan, mientras que los cirujanos tienen nivel uno, ya que casi todas las analíticas las hacen en los hospitales donde operan. Todos los especialistas de la misma categoría reciben la misma compensación, pero las categorías reconocen distinciones entre especialidades”. ¿Puede ser esto ilegal? “Nuestros abogados han revisado el sistema cuidadosamente y creen que pasaría cualquier inspección legal”, dice Busby. ¿Cómo se presenta el futuro para los laboratorios de las consultas? “La tecnología se hace cada vez más sencilla, más para tontos”, dice el médico de familia Paul B. Fisher, de Evans, Georgia, que es uno de los mayores expertos en este campo. Ya existe una empresa californiana que ofrece determinaciones sencillas de colesterol y demás lípidos, glucemia y función hepática. Otras compañías también han empezado su particular carrera para competir en este campo. “Dentro de diez años, los médicos podrán hacer análisis tan fáciles de realizar que ni siquiera podrán considerarse verdaderos análisis”, dice Charles Root. “Pondrás un poco de saliva en el instrumento y te dará un resultado. Cuando esto ocurra, los laboratorios tradicionales, en cierto sentido, desaparecerán, excepto para pruebas muy infrecuentes. La mayoría de los análisis se podrán hacer en la propia consulta, y la mayor parte de ellos entrarán en la categoría de básicos”. ■ 32 MEDICAL ECONOMICS | EDICIÓN ESPAÑOLA | 5 de marzo de 2004 www.medecoes.com