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# 1 SEGURIDAD EN QUIMIOTERAPIA Dr. Fabián Vítolo Noble Compañía de Seguros La administración de agentes antineoplásicos es un proceso complejo, plagado de oportunidades para cometer errores con potencial daño para los pacientes. Los desafíos a la seguridad crecen a medida que el número de esquemas quimioterapéuticos se expande, que la quimioterapia oral se vuelve más común y que la variedad de lugares adonde se administra es también cada vez mayor (centros oncológicos, salas de internación general, centros ambulatorios, consultorios, internación a, etc.) Dada la toxicidad inherente de los agentes antineoplásicos, es mucho más probable que un error de medicación en quimioterapia resulte en daños significativos o en muerte que un error con cualquier otro tipo de medicación (23% de invalideces permanentes.) Se estima que la mitad de estos daños pueden ser prevenidos. La FDA de los Estados Unidos continuamente publica alertas de seguridad relacionadas con fármacos antineoplásicos señalando sus potenciales riesgos. Además, a estos eventos suelen seguirle juicios por mala praxis, repercusiones negativas en los medios de comunicación, revocación de licencias y aún causas penales. Es por ello que la administración segura de estos medicamentos debe ser una prioridad de cualquier programa de administración de riesgos y seguridad del paciente. Sin dudas, la quimioterapia antineoplásica tiene características que la hacen de alto riesgo: • Se manejan fármacos con estrecho margen terapéutico. • Amplia variedad de tratamientos para la misma indicación. • Las dosis de un mismo fármaco son variables, dependiendo de la indicación, vía y sistema de administración. • Los esquemas son complejos, por incluir combinación de antineoplásicos. • La individualización de dosis y del número de ciclos es una variable determinada por el paciente y su situación. • Dosis máximas citostáticos) limitantes • Los riesgos de errores se caracterizan por ser de gravedad potencialmente alta. • Las respuestas adversas son desproporcionadas en relación a cualquier otra familia de fármacos. • Alto costo de los medicamentos. Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 (algunos # El alto grado de complejidad del sistema de utilización de medicamentos antineoplásicos y el elevado número de actuaciones sucesivas e interrelacionadas de diferentes profesionales de la salud demanda una comunicación horizontal para un manejo óptimo de los esquemas terapéuticos en el paciente oncológico, desde el diagnóstico e indicación, pasando por la preparación y hasta la administración y seguimiento del paciente. Muchos pacientes oncológicos participan además de protocolos de investigación clínica, lo que obliga a las instituciones en donde éstos se realizan a considerar aspectos regulatorios y bioéticos, cuyos incumplimientos también pueden exponerlas. Por último, los administradores de riesgo deben estar advertidos de los aspectos ambientales y de seguridad laboral relacionados a la utilización de drogas para tratar el cáncer. El objetivo de este artículo es alertar sobre esta problemática a los responsables de manejar la seguridad de los pacientes, estimulándolos al desarrollo de programas interdisciplinarios que minimicen la posibilidad de daño en la utilización de quimioterápicos. Errores en quimioterapia El tema de seguridad en quimioterapia saltó a la primera plana de los diarios de Estados Unidos en 1995, cuando Betsy A Lehman, prestigiosa periodista de 39 años especializada en temas de salud del diario Boston Globe, falleció a consecuencia de una sobredosis de ciclofosfamida en el Dana Farber Cancer Institute, una de las instituciones oncológicas más prestigiosas del mundo. Otro paciente del Dana Farber también sufrió ese año lesiones permanentes a partir de otro error de medicación oncológica. Si bien en todas las instituciones se cometen errores en quimioterapia, el hecho de que estos eventos hayan ocurrido en un centro especializado en cáncer tan reconocido sorprendió a la comunidad médica. En el caso de Betsy Lehman, la indicación de ciclofosfamida era “4 g/m2 en cuatro días” (“4g/sq m over four days”). La dosis correcta era de 1 gramo por metro cuadrado por día durante cuatro días. Sin embargo, la paciente recibió 6,52 g/día durante cuatro días consecutivos, totalizando 26,08 gramos en lugar de los 6,52 gramos que debería haber recibido. La cuadruplicación de la dosis de ciclofosfamida fue letal. El análisis posterior reveló que la orden pudo haber sido ambigua. Nunca hubo una clarificación por parte de farmacia o de enfermería, a quienes se les pasó por alto la dosis mortal. El segundo evento en la misma institución involucró la indicación incorrecta por parte de un médico de una droga de rescate que debía ser administrada a una paciente con cáncer ovárico con metástasis. Al prescribir la medicación, el profesional colocó mal una coma decimal y como resultado de ello la paciente, que estaba recibiendo cisplatino, recibió sólo un décimo de la dosis apropiada de la medicación de rescate, la cual se indicaba para prevenir o mitigar la toxicidad por cisplatino. A consecuencia de este error, la paciente entró en fallo renal y tuvo pérdida de audición, secundarios a toxicidad por cisplatino. La complicación hizo que la paciente se perdiera seis ciclos de cisplatino; murió 18 meses después del error de medicación. Las secuelas de estos eventos fueron importantes. 18 enfermeras involucradas en el primer error de medicación recibieron sanciones disciplinarias por parte del Massachusetts Board of Nursing; el director de farmacia y el médico jefe del centro de cáncer renunciaron; el departamento de salud del estado publicó una reprimenda y la Joint Commission (JCAHO) rebajó el status de acreditación del hospital a “condicional”, obligándolos a la implementación de un plan de corrección para volver a una acreditación plena. El caso tuvo además gran repercusión mediática. Estos errores de medicación demostraron ser un problema sistémico, y no solamente la equivocación de un médico, una enfermera o un Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 2 # farmacéutico. Estos eventos impulsaron al Dana Farber no sólo a investigar los errores y la atención general brindada en la institución, sino también a aprovechar las lecciones aprendidas para favorecer cambios, creando una cultura de seguridad en toda la organización, comenzando por sus líderes ejecutivos. Dentro de los tres primeros años de estos trágicos episodios, el centro se transformó en uno de los líderes nacionales en seguridad del paciente, implementando sistemas de órdenes informatizadas, protocolos online, un programa de farmacéuticos clínicos e historias clínicas electrónicas, entre otras iniciativas tendientes a reducir el riesgo para los pacientes. Juicios de mala praxis por quimioterapia Dado el potencial inherente que tienen los agentes antineoplásicos para causar daños graves o muertes, no llama la atención que la negligencia, impericia o imprudencia en su administración originen juicios por responsabilidad profesional. Si bien en nuestro país no contamos con una base de datos de estos casos tan rica como la de los Estados Unidos, resulta oportuno conocer algunos ejemplos de juicios por quimioterapia originados en dicho país. Los oncólogos, enfermeros, farmacéuticos y centros especializados en cáncer de Argentina también se encuentran expuestos a recibir reclamos a veces millonarios por errores muy similares. Si bien la mayoría de estos errores son problemas de sistemas de trabajo, las víctimas tienden a buscar compensación demandando a los individuos que identifican como responsables y a las instituciones oncológicas. Error en la indicación de la droga El demandante en este caso era un paciente de 22 años que estaba siendo tratado por enfermedad de Hodgkin. El plan de tratamiento incluía seis ciclos de quimioterapia, seguido de radioterapia. En el servicio de oncología en donde era atendido, se estaba instituyendo un nuevo protocolo, por el cual un asistente del médico escribía las órdenes de quimioterapia bajo la supervisión de un oncólogo. El asistente se equivocó en la transcripción de la medicación, y una enfermera del servicio administró vistacrina, como estaba escrito, en lugar de la droga que correspondía, vinblastina. Habiendo advertido el error, el centro contactó al paciente en su casa informándole del mismo. El paciente fue internado de urgencia en el hospital, adonde recibió múltiples sesiones de plasmaféresis, buscando revertir los efectos neurotóxicos de esa dosis potencialmente fatal de vistacrina. Entre otros efectos adversos, el paciente experimentó importantes espasmos musculares y neuropatías en todas las extremidades. Fueron demandados el hospital y distintos profesionales involucrados en el error. En la mediación, la defensa destacó que el error fue advertido a tiempo y que se actuó rápidamente en forma acertada para mitigar el daño al paciente. Finalmente se llegó a un acuerdo por el cual se indemnizó al paciente en US$ 162.500. Administración equivocada de vincristina por la vía Los derechohabientes de dos pacientes oncológicos atendidos en dos hospitales distintos de Nueva Jersey demandaron a sendas instituciones y a varios profesionales por la administración negligente de la droga vincristina. En el primer caso, un radiólogo inyectó erróneamente vincristina por vía intratecal a un paciente de 49 años, pese a las etiquetas de advertencia en el envase de la droga, en la ampolla y en la jeringa que claramente especificaban que la droga sólo debía inyectarse por vía intravenosa y que era fatal si se la administraba por vía intratecal. Como resultado de este error, el paciente falleció cuatro días más tarde. En el segundo caso, un neurólogo inyectó por error vincristina intratecal a un paciente de 57 años, cuando una enfermera se equivocó y le alcanzó esta medicación en lugar del metrotexate y la hidrocortisona que estaban Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 3 # indicados por esa vía para tratar un cuadro de leucemia. La enfermera se dio cuenta del error a segundos de la administración. En un intento para mitigar el daño, neurocirujanos realizaron trepanaciones en el cráneo y drenajes espinales para extraer la mayor cantidad de droga del lìquido cefaloraquìdeo. Pese a los esfuerzos terapéuticos, el paciente sufrió parálisis generalizada y dolor, falleciendo 76 días después. Problemas de comunicación: Órdenes verbales En este caso, el error se gatilló cuando un farmacéutico del hospital transcribió una orden verbal para doxorrubicina y vincristina que le leyó por teléfono una enfermera de piso. Si bien la orden del médico claramente especificaba que la dosis total debía ser administrada a lo largo de cuatro días, la enfermera leyó que el paciente debía recibir esa dosis “por cuatro días”. Así lo interpretó el farmacéutico, por lo que la paciente recibió cuatro veces la dosis que correspondía. Las normas del hospital exigían que las indicaciones fueran faxeadas a farmacia y fue lo que se hizo luego de haber dado las instrucciones por vía telefónica para acelerar el proceso. Fueron faxeados tanto la indicación del médico como el pedido de la enfermera. Sin embargo, el farmacéutico nunca leyó la orden médica que no era ambigua y no dejaba lugar a dudas. Este error, similar al caso de Betsy Lehman comentado previamente, derivó en la muerte de la paciente, que estaba siendo atendida de manera ambulatoria (hospital de día). Los familiares demandaron por negligencia y se llegó a un acuerdo por US$ 1,2 millones. El farmacéutico recibió sanciones administrativas y cargos penales. Un segundo farmacéutico, responsable de hacer un doble chequeo de las órdenes, recibió sólo sanciones administrativas. 4 los profesionales involucrados en la serie de errores que llevaron a la tragedia. La niña recibió una dosis de cisplatino 10 veces superior a la que correspondía. De acuerdo a la investigación del caso, el error ocurrió cuando una enfermera reescribió en un formulario en blanco la orden de la droga y descartó la orden médica original. Otro médico rubricó la orden reescrita por la enfermera sin rechequear los cálculos. La farmacia del hospital preparó la medicación de acuerdo a esta prescripción errónea y una enfermera administró 204 mg de cisplatino en vez de los 20,4 mg que correspondían. El paciente falleció 42 hs. después, luego de sufrir convulsiones y de haber sido puesto en ARM. Tanto el médico como la enfermera involucrados recibieron sanciones disciplinarias. Extravasación Desestimando el testimonio de un perito médico por parte de la defensa, un jurado obligó a un centro oncológico y a una enfermera a indemnizar en U$S 500.000 a una paciente por el dolor, sufrimiento y desfiguración resultante de la extravasación de un agente quimioterápico. La enfermera que administró la medicación habría fallado en la colocación de la vía venosa. A consecuencia de ello, la droga se esparció por el tejido blando de la mama izquierda de la paciente, lo que derivó en una mastectomía, luego de sufrir 11 semanas de dolor. Durante el juicio, la parte actora se apoyó en el informe de sus peritos (un oncólogo y una enfermera especializada en oncología) que declararon que la enfermera debería haber chequeado adecuadamente el retorno venoso de la vía. El experto de la defensa, en cambio, era un cirujano de trauma que no tenía experiencia en oncología o en procedimientos de quimioterapia. El mismo afirmó que purgar la vía con solución fisiológica era una práctica aceptable. Transcripción errónea de la dosis Error en la velocidad de administración La familia de una beba de 10 meses que murió a consecuencia de la falta de una coma decimal en su orden de quimioterapia demandó al hospital y a La programación incorrecta de una bomba de infusión en un hospital determinó que un paciente recibiera una dosis de quimioterapia en cinco Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 # horas, cuando la misma debía ser administrada en un período de cinco días. El paciente entró en coma y falleció 45 días después, supuestamente debido a los efectos tóxicos de la droga erróneamente administrada. En el juicio por mala praxis resultante, la familia del paciente alegó que el mismo llevaba una vida activa pese a su enfermedad y a su tratamiento, y que había respondido bien a una infusión previa de la misma droga con una adecuada posología. El perito de los demandantes sostuvo que la causa de muerte fue una neumonía causada por la inmunodepresión generada por la sobredosis del medicamento. La defensa del hospital discutió dicha causa de muerte y declaró que aunque la droga hubiera sido administrada correctamente, igualmente le paciente hubiera muerto al poco tiempo por la naturaleza de su enfermedad. La disputa fue finalmente resuelta mediante un acuerdo de pago de US$ 650.000. Capacitación del personal y calificación Todo el personal involucrado en el manejo de pacientes con cáncer y quimioterapia debe ser extremadamente competente en el ejercicio de sus funciones. Esta competencia debe poder ser medida de manera objetiva, idealmente de manera anual, acreditando cuáles son las tareas que cada profesional puede realizar. Cada institución debe establecer normas y procedimientos que garanticen la competencia de aquellos que preparan, dispensan y administran medicación antineoplásica y de quienes controlan a los pacientes que la reciben. Sólo debe participar de este proceso personal designado que ha sido entrenado, acreditado y autorizado para administrar quimioterapia. Los médicos generales sólo deberían prescribir quimioterapia bajo la dirección y supervisión de un oncólogo o hematólogo. No se les debería dar a farmacéuticos clínicos sin el conocimiento o la experiencia suficiente en el tratamiento del cáncer la responsabilidad de manejar la quimioterapia de estos pacientes. Todo el personal de enfermería que va a administrar estos fármacos debe haber completado un adecuado plan de capacitación, no sólo en quimioterapia, sino también en el manejo de bombas de infusión y de vías centrales. Deberían establecerse también mecanismos para garantizar un adecuado entrenamiento y supervisión del personal menos experimentado o que se encuentra en capacitación. Además, el personal involucrado en la atención del paciente con quimioterapia debería ser fácilmente identificable para el paciente, de acuerdo a la disciplina y especialidad que representa (ej: enfermería, farmacia, médico, patólogo, etc.). Esto permite al paciente dirigir preguntas sobre su tratamiento de cáncer a la persona más apropiada. Los estudiantes y personas en entrenamiento también deben ser identificados ante el paciente. Entre los conocimientos y habilidades que se les debería exigir a los profesionales que intervienen en la prescripción, dispensación y administración de quimioterápicos se incluyen: • • • • • • • Los principios involucrados en el tratamiento de pacientes con cáncer. Los principios básicos de la quimioterapia, incluyendo los mecanismos de acción, métodos de dosificación, planificación y administración. Los protocolos de quimioterapia comúnmente utilizados en el ámbito de la práctica clínica. Los efectos adversos y toxicidad asociada a la quimioterapia, incluyendo la identificación temprana, el monitoreo continuo y los principios de la prevención y del manejo. Los principios del manejo seguro de la quimioterapia La preparación, almacenamiento y transporte de la medicación quimioterápica, Información y apoyo que necesitan los pacientes y sus familias, incluyendo el acompañamiento psicológico de las Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 5 # • • • personas que se encuentran siendo tratadas por cáncer. Los aspectos éticos y legales asociados al uso de quimioterapia. Las normas y procedimientos de la institución a la que pertenece relacionadas al tratamiento del cáncer. Todas las vías de administración utilizadas en la institución (parenteral, oral, intratecal, intraperitoneal, intrvesicular,) Capacitación del paciente y de su familia/cuidadores Los pacientes que han sido adecuadamente informados sobre su tratamiento y que lo comprenden son la última barrera para prevenir errores relacionados a la quimioterapia. La educación de los mismos es fundamental para la seguridad del proceso. Quienes reciben tratamientos sistémicos para combatir el cáncer suelen recibir numerosas y variadas medicaciones de soporte, en conjunción con los agentes antineoplásicos, y deben ser educados acerca del propósito, efectos adversos, dosificación y vías de administración de todos estos medicamentos. Los pacientes que recibirán quimioterapia oral requieren de un entrenamiento especial, como así también los que deberán aplicarse inyecciones subcutáneas o quienes deben manejar bombas de infusión portátiles. Médicos, enfermeras y farmacéuticos tienen un rol en la provisión de esta información. Resulta esencial que la misma sea brindada por personal adecuadamente entrenado y que exista una coordinación entre las distintas disciplinas para garantizar que el paciente o su cuidador reciban información apropiada y relevante con respecto al tratamiento. Cada paciente debería recibir información verbal y escrita que le permita comprender los objetivos, efectos y probable evolución del tratamiento propuesto. Tanto los pacientes ambulatorios como los de hospital de día e internados deberían recibir la misma capacitación. Si se desarrollan folletos o gacetillas, las mismas deberían estar verificadas por las tres disciplinas (médicos, farmacia y enfermería) y aprobadas por la institución, debiendo ser escritas en un lenguaje sencillo y comprensible para el paciente y sus cuidadores. Los pacientes también deberían ser advertidos acerca de los programas institucionales para prevenir errores de medicación en quimioterapia, alentándolos a realizar preguntas sobre su tratamiento antes de que sea administrado. Los profesionales de la salud, a su vez, deben estar dispuestos a escuchar y atender las dudas que los pacientes puedan manifestar. Los pacientes que están familiarizados con los protocolos de seguridad de la institución pueden ayudar a garantizar su propia seguridad alertando al prestador si observan alguna desviación con respecto a las prácticas habituales. Por ejemplo, si los pacientes conocen las normas y procedimientos para garantizar una correcta identificación del paciente, aceptarán mejor y cooperarán más con esta medida de seguridad. Los pacientes que no están informados sobre los protocolos de identificación pueden sentirse molestos cuando sus enfermeras, que han estado administrándole quimioterapia durante varios ciclos, continúan confirmando el nombre para verificar que la identidad del paciente coincide con la medicación a ser administrada. La Sociedad de Oncología Clínica de Australia sugiere brindar al paciente la siguiente información: 1. El proceso de tratamiento • Lugar adonde se brindará el tratamiento (ej: hospital de día, guardia, etc.) • Duración esperada de las consultas, exámenes de laboratorio y otros procedimientos. • El método de administración del tratamiento (ej: intravenoso, oral) y de otros Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 6 # dispositivos de administración asociados (ej:portacath) • Otras modalidades terapéuticas involucradas (ej: radiación) • Duración total del tratamiento y esperada evolución 2. El nombre y la indicación de cada medicación anti-cáncer y de soporte que recibirá • Se le debe decir al paciente el nombre genérico de la droga como así también el nombre comercial. La fonética de cada droga puede ser útil para ayudar a los pacientes a su pronunciación y a familiarizase con el término. Cuando el medicamento forma parte de un protocolo, también se le debe informar el nombre del mismo. 3. Los efectos adversos generales y específicos esperables del tratamiento • Efectos inmediatos (ej: reacciones de hipersensibilidad, extravasación) • Efectos a corto plazo (ej: náuseas y vómitos, neutropenia, alopecía) • Efectos a largo plazo (ej: infertilidad, carcinogénesis, cardiotoxicidad) • Cuando corresponda, información acerca de potenciales efectos teratogénicos de los agentes citotóxicos y precauciones respecto al embarazo. 4. El manejo de los efectos adversos esperados • Por ejemplo, el cuidado de la boca en casos de mucositis, tomarse regularmente la temperatura en casos de neutropenia, uso de loperamida en diarreas, etc,) 5. Cómo y cuándo tomar cada medicina en su casa • Es particularmente importante diferenciar entre aquellas medicinas que son utilizadas como tratamiento o para prevenir efectos de manera regular de aquellos que sólo deben ser utilizados si se desarrolla algún síntoma. Esta información debe incluir: o Qué hacer si el paciente se saltea una o más dosis. o Qué hacer si el paciente vomita luego de tomar una dosis o La dosis máximas diarias de las medicaciones que se prescriben “según necesidad”. 6. Cuándo y cómo obtener, si corresponde, nuevas recetas de medicación de apoyo y otra medicación. • Es esencial que los pacientes estén advertidos de qué recetas pueden ser obtenidas de su médico general y cuáles sólo deben ser obtenidas de su oncólogo tratante. 7. Detalle de personal de contacto fácilmente accesibles las 24 hs. • Personal médico, de enfermería y de farmacia que el paciente puede contactar por dudas o problemas con su tratamiento o sus efectos adversos. Toda esta información debe ser provista de manera verbal y escrita. Los pacientes y quienes los cuidan en sus casas cada vez participan más directamente en la administración de medicación. Comienzan así a manejar y a auto-administrar drogas antineoplásicas orales con características y requerimientos particulares de manejo, depósito y Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 7 # administración. Estas personas deberían ser provistas con la siguiente información adicional: La necesidad de tragar las tabletas /cápsulas enteras y de no morderlas: Deben remarcarse los riesgos de mezclar las tabletas mordidas con alimentos o de vaciar el contenido de las cápsulas en comidas o bebidas. Instrucciones sobre qué efectos adversos pueden requerir una suspensión inmediata de la terapia o una atención médica urgente Ej: Diarrea severa con capecitabina. Principios de seguridad en el manejo, almacenamiento y eliminación de los quimioterápicos orales Los pacientes consejos: • • • • deben recibir los siguientes Guardar todos los medicamentos, inclusive aquellos que requieren refrigeración, de manera segura, fuera del alcance de los niños. Guardar los medicamentos que sobren o que no utilicen en una bolsa o recipiente seguro y devolverlos al hospital o a la farmacia para un correcto tratamiento del residuo. Abolir o minimizar el uso de tabletas/cápsulas por parte de miembros de la familia. Lavarse las manos luego de manejar tabletas o cápsulas. Estandarización de protocolos de atención los La estandarización de los esquemas antineoplásicos en un servicio de oncología supone que se prescribe, prepara y administra el mismo esquema de tratamiento con independencia del prescriptor, existiendo así menor probabilidad de error y mayor probabilidad de detección de cualquier equivocación en las validaciones posteriores en la preparación y administración. Toda quimioterapia debería brindarse sobre la base de un protocolo de referencia. La utilización de pautas predefinidas y esquemas desarrollados con indicación de orden de administración, fármacos y dosis, volumen y vehículo de preparación y duración de la administración disminuyen los errores de prescripción. El protocolo debe provenir, siempre que sea posible, de fuentes publicadas con evidencia científica sólida y, antes de implementarse, debería pasar por el filtro de un equipo multidisciplinario, que debe aprobarlo. La utilización de un abstract o de un artículo científico original como fuente directa para indicar una quimioterapia debe ser desalentada, a no ser que se trate de un caso excepcional. Los errores en estos artículos originales o sus malas interpretaciones han llevado a desenlaces fatales. Los requerimientos asociados con la utilización del protocolo a nivel local también deberían ser considerados, incluyendo la disponibilidad de servicios de soporte (ej: patología), y la capacidad del lugar para manejar efectos adversos esperados. A su vez, el protocolo debería ser revisado sobre bases periódicas para garantizar que se mantenga actualizado y que no haya habido cambios. El formato del protocolo debería ser, además de estandarizado, fácilmente reconocible, claro y no ambiguo. Los protocolos deben encontrarse tipeados o en formato electrónico, pero nunca manuscritos. Si se encuentra informatizado, debe presentarse sólo en modo lectura, para evitar alteraciones del original. El acceso al documento del protocolo original debe encontrarse restringido a personas autorizadas. Las referencias científicas deben ser claras y el protocolo a utilizar en la institución deberá tener autores, especificando la fecha de aprobación. Debe encontrarse fácilmente disponible para todo el personal involucrado. Las Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 8 # intranet locales e internet son útiles para garantizar el acceso desde locaciones alejadas de la institución (consultorios en otros edificios, etc.). • Efectos adversos conocidos a drogas, alergias, intolerancia a medicamentos o alimentos. • Estadísticas vitales necesarias para determinar la intensidad del tratamiento y para calcular las dosis (ej: altura, peso, superficie de área corporal, edad, sexo y resultados de laboratorio pertinentes) • Listado de todos los medicamentos utilizados por el paciente, incluyendo fecha, nombre, vía, esquema de administración, nombre del fabricante, lote del medicamento y fechas de vencimiento. • Componentes adicionales y agentes de dilución • Referencias primarias que describan el régimen de tratamiento. Comunicación y acceso a la información El acceso a toda la documentación relativa al tratamiento y a los antecedentes del paciente es un aspecto importante de la seguridad. Toda la información clínica debería estar actualizada y ser fácilmente accesible para todo el personal que interviene en la atención. Esto incluye tanto a la historia clínica principal como a cualquier documentación aplicable al proceso de quimioterapia. Si bien todos los ámbitos son vulnerables a errores de comunicación y de interpretación, la atención ambulatoria y la internación domiciliaria son más propensas al riesgo de omisiones o duplicación de dosis. Esto ocurre porque muchas veces los prestadores no tienen en estos lugares la historia clínica entera y no cuentan con la participación de farmacia en la atención del paciente. Tradicionalmente, los farmacéuticos clínicos mantienen archivos específicos de cada paciente, en donde especifican las medicaciones que fueron prescriptas y entregadas. Se recomienda que los profesionales de la salud que deban atender a pacientes oncológicos en estos ámbitos desarrollen y mantengan por escrito un perfil del paciente que incluya lo siguiente: • • El nombre del paciente y algún otro identificador Breve resumen de historia identificando el diagnóstico de cáncer La documentación en papel debe ser legible, organizada y actualizada. Cuando se utilizan registros informatizados, deben existir procedimientos de almacenamiento y acceso autorizado. Las pantallas de registros no contemporáneos deben presentarse en modo lectura, de manera tal que impidan cualquier modificación que pueda llevar a errores. Estandarización de las órdenes Las órdenes de quimioterapia sólo deberían ser prescriptas por médicos con apropiado entrenamiento y competencia en el manejo del cáncer. Los médicos generales sin formación oncológica sólo deberían completar las órdenes Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 9 # bajo la supervisión de un oncólogo o hematólogo, según corresponda. Estas órdenes deberían presentar la información relativa al procedimiento de forma clara, no ambigua y consistente. Todos los especialistas coinciden en las siguientes recomendaciones: • No se deben admitir órdenes verbales de quimioterapia bajo ninguna circunstancia. Sólo podrían admitirse para discontinuar tratamientos. • Deben evitarse en lo posible las indicaciones manuscritas (drogas y dosis). Cuando las mismas son inevitables, deberían escribirse con tinta indeleble, preferentemente negra. • Deben utilizarse formatos de órdenes preimpresas o electrónicas específicamente desarrolladas para la prescripción de agentes antineoplásicos. • Estos formatos (preimpresos o electrónicos) deben estar aprobados por el comité de farmacia y de terapéutica de la institución. • Se deben evitar los formularios preimpresos multipropósito con listados de agentes antineoplásicos por orden alfabético, ya que estos formatos pueden contribuir a errores de prescripción cuando dos drogas con nombre muy similar aparecen muy próximas en dicho listado. • Las órdenes preimpresas deben enumerar todos los agentes quimioterápicos del protocolo a aplicar y los parámetros de dosis individuales. Todos los medicamentos del régimen deben escribirse utilizando los nombres genéricos completos. Los nombres comerciales sólo deberían incluirse en órdenes cuando hay múltiples productos de la droga o cuando el mismo ayuda a identificar una formulación única de la droga. • Los formularios preimpresos deben dejar suficiente espacio para permitir una clara descripción de la medicación, fecha y hora de la administración, la dosis, la vía, la frecuencia y las firmas del prescriptor, de farmacia y de enfermería. • Todas las órdenes deberían contener, de manera estandarizada la siguiente información. o Nombre completo del paciente y un segundo o tercer identificador tal como el Nº de historia clínica, fecha de nacimiento, DNI, etc. o Fecha en la que se administrará el tratamiento. o Diagnóstico o Nombre del protocolo de quimioterapia y número de ciclo (ej: ciclo 1 de 4) o Altura, peso y superficie de área corporal o cualquier otra variable a utilizar para calcular la dosis. o Alergias a drogas, toxicidades y resultados de laboratorio relevantes o Listado de todas las drogas que se administrarán como parte del protocolo. Esto incluye tanto a la quimioterapia parenteral, oral y dirigida como a la medicación de soporte que forma parte del protocolo (ej: hidratación, antieméticos, medicación sintomática a utilizar en la casa, etc.) o Dosis. (se debe hacer referencia a la dosis por factor específico del paciente – ej: X mg/m2- y la dosis real calculada a ser administrada o Vía y velocidad de aplicación (si corresponde) de cada droga o Días y horarios en los que deben administrarse cada droga (los Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 10 # regímenes de varios días deben ser escritos en un formato que especifique la dosis por m2 para cada día. Cuando las dosis deben ser dadas en días específicos (ej día 1 Y día 8) esto debe quedar claro para que no se malinterprete como 1-8, administrando la droga por ocho días seguidos con la consiguiente sobredosis. o Dosis acumulativa (si aplica). o Modificaciones de dosis de acuerdo a resultados de laboratorio o efectos adversos. o Nombre, firma del médico que prescribe y fecha en que la orden fue escrita. Esta fecha debería ser claramente diferenciable de la fecha de administración si ambas difieren. • Se deben evitar abreviaturas, acrónimos o nombres de fantasía para describir a la medicación antineoplásica. Su utilización ha llevado a errores fatales. En el cuadro 1 se describen las principales abreviaturas a evitar. 11 • Cuando se diseñan los formularios que serán completados manualmente, deben evitarse las líneas de los renglones, ya que las mismas pueden dificultar la lectura de los que se escribe. • Cuando se debe enviar una copia de la orden a una localización distante, la misma debería ser escaneada y no faxeada. El fax produce una copia muy pobre del original y pueden darse errores cuando, por ejemplo una línea no deja ver un punto decimal o detalles de la dosis. Tampoco deben utilizarse copias de papel carbónico. • Los recursos de infraestructura y de personal deberían permitir que el médico pueda completar la orden lejos de distracciones o interrupciones, para maximizar la seguridad del proceso. Cuadro 1. Abreviaturas peligrosas a evitar Abreviatura a evitar μg Significado buscado Razón para evitarla Alternativa aceptable microgramo Confusión con miligramo U unidades Confusión con 0 IU Unidades Internacionales centímetros cúbicos Confusión con IV o con el número 10 Confusión con dos ceros “00” Escribir la palabra “microgramo” completa Escribir la palabra “unidades” completa Escribir “unidades internacionales” Escribir “ml” 0.5 mg Mal leído como 5 mg Escribir 0.5 mg o 500 microgramos 5 mg Mal leído como 50 mg No utilizar puntos decimales luego de números enteros subcutáneo Confusión con sublingual Escribir “subcutáneo” o subcut sublingual Confusión con subcutáneo Escribir “sublingual” o CC Falta de un cero antes de un punto decimal (ej: .5mg) Cero luego de un punto decimal (ej: 5.0 mg) SC SL Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 # “bajo la lengua” Escribir “INTRATECAL” de manera destacada y completa Escribir “INTRAPERITONEAL” de manera destacada y completa IT intratecal Puede ser confundido con IV IP intraperitoneal Puede ser confundido con IV d día m n 6/24 1/7 mañana noche Cada 6 horas Por un día Confusión con dosis (p. ej. “3d” para Usar “días” indicar “tres días” puede confundirse con “tres dosis”) Confusión con n (noche) Confusión con m (mañana) Confusión con “6 veces por día” Confusión con “por una semana” >y< “Mayor que” y “Menor que” Confusión entre los dos símbolos. Además “<10” puede confundirse con “40” • • Escribir “días” en forma completa Escribir “mañana” Escribir “noche” Escribir “cada 6 horas” Escribir “Por UN día SÖLO” en forma completa Usar “mayor que” y “menor que” Se debe tener cuidado cuando un número precede el nombre de la droga (ej. 6mercaptopurina o 5-fluorouracilo, ya que estos números pueden malinterpretarse como instrucciones de dosis Debe considerarse el redondeo de dosis para dosis grande en adultos. Ej: Es mejor escribir Cisplatino 186 mg que Cisplatino 185,62 mg, ya que se reduce así el riesgo de sobredosis cuando no se lee el punto decimal La quimioterapia oral conlleva los mismos riesgos potenciales que las terapias indicadas por otras vías, y deberían escribirse con el mismo estándar riguroso de la medicación parenteral, sobre la base de protocolos aprobados, en formularios especiales y por profesionales idóneos en el tratamiento del cáncer. Cuando se prescribe quimioterapia oral o dirigida, deben tenerse en cuenta los siguientes detalles: • La cantidad de droga prescripta debería limitarse a la cantidad de tabletas/cápsulas que el paciente requiere para ese ciclo de tratamiento. (no se debe indicar medicación para la totalidad de los ciclos) • No deberían darse recetas antedatadas. Las dosis de quimioterapia pueden variar de acuerdo a los análisis de sangre, efectos adversos y respuesta terapéutica. Si esto sucede, puede haber confusiones en las dosis correctas. • Cuando se calculan las dosis según el área de superficie corporal, deben redondearse las dosis según las formulaciones de comprimidos/cápsulas disponibles. Las presentaciones comerciales suelen ser limitadas y generalmente no deben partirse. Cuando el redondeo no corresponde, puede llegar a ser necesario alterar el esquema: Ej. si un paciente requiere una dosis diaria de 175 mg de ciclofosfamida, la misma puede indicarse como 150 mg un día y 200 mg al día siguiente para completar la dosis total. • Se le debe advertir al paciente que no debe triturar o disolver los comprimidos. Cuando un paciente tiene dificultad para tragar comprimidos grandes, debe solicitar la asistencia de farmacia. Además de aparejar riesgos por exposición, la trituración del comprimido puede alterar su Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 12 # biodisponibilidad. Los farmacéuticos suelen saber cuáles son las formulaciones que pueden ser disueltas o mezcladas. Límites de dosis y vías de administración Muchas drogas antineoplásicas tienen efectos tóxicos que pueden ser ocasionados tanto por una dosis única como por acumulación de dosis. Es recomendable desarrollar controles que establezcan límites de dosis máximas, horarios y vías de administración. Estos límites deberían incluir la máxima cantidad que puede ser administrada en una dosis única, como así también la dosis máxima que puede ser administrada durante un período definido de tiempo (incluyendo la dosificación y velocidad de la medicación parenteral) y la vías de administración de cada droga indicada. También deberían establecerse límites para la máxima cantidad de droga que puede ser administrada durante un ciclo de tratamiento y la máxima cantidad de dosis que el paciente puede recibir en su vida. En el caso de regímenes combinados, deben establecerse límites de dosis para cada una de las drogas, con especial atención a las toxicidades y efectos adversos que pueden ser exacerbados por la combinación. La tecnología informática puede ayudar, con alertas automáticos cuando una orden excede los límites definidos. La claridad en la indicación de la vía de administración también es una herramienta de seguridad indispensable. Si bien cualquier agente puede potencialmente ser administrado por la vía incorrecta si no se siguen los procedimientos de seguridad apropiados, los alcaloides de la vinca se han visto implicados en la mayoría de accidentes graves (muertes e incapacidades permanentes), al ser administrados por vía intratecal. Este error ocurre pese a las advertencias del fabricante de que sólo deben ser administrados por vía intravenosa, siendo potencialmente mortal si se administra por otra vía. Farmacia debe reforzar esta advertencia con carteles o etiquetas que resalten esta indicación. La administración errónea de vincristina por via intratecal ocurre porque esta droga usualmente forma parte de regímenes multidroga que incluyen agentes que comúnmente se administran por vía intratecal (metrotexato, cytarabina, etc.). Todo el personal responsable de la prescripción, dispensación y administración de quimioterapia intratecal debería estar advertido de las consecuencias fatales de este error y recibir el adecuado entrenamiento. Todas las prescripciones deben especificar la palabra “INTRATECAL” completa. La abreviatura IT es inaceptable. Las normas y procedimientos también pueden ayudar a minimizar esta posibilidad, por ejemplo administrando inyecciones intratecales en horarios y lugares en donde no se administra medicación intravenosa. Especialistas en seguridad en la medicación recomiendan que farmacia nunca entreguen vincristina si el paciente se encuentra simultáneamente recibiendo medicación intratecal, hasta no recibir y registrar el llamado del personal clínico confirmando que han completado la terapia intratecal, retirado el catéter y que se encuentran listos para recibir la medicación intravenosa. Dobles controles, verificación y monitoreo Todas las drogas quimioterápicas deben ser etiquetadas inmediatamente luego de su preparación, incluyendo, como mínimo, la siguiente información: nombre completo del paciente y algún otro identificador, nombre genérico completo de la droga, vía de administración, dosis total a ser administrada, volumen total requerido para administrar es dosis, fecha de administración, fecha y hora de la preparación y de vencimiento. Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 13 # La verificación de la orden y el monitoreo de la medicación son salvaguardas fundamentales contra el error. Un sistema de verificación ideal debe incluir distintos puntos de doble chequeo a lo largo del proceso a ser utilizados por los médicos, farmacéuticos y enfermeras para garantizar que el agente antineoplásico. Se recomienda un doble control, con la participación de dos personas cuando se prescribe la medicación, cuando se prepara, cuando se dispensa, y en el momento de la administración. Dos personas de enfermería deberán verificar antes de administrar la droga el nombre y el otro identificador del paciente, los nombres de las drogas, las dosis, el volumen, la vía y velocidad de administración. Seguridad laboral en el manejo de medicamentos antineoplásicos La importancia de este aspecto se debe a que los fármacos antineoplásicos tienen posibilidad de riesgos sanitarios muy importantes: teratogénicos, carcinógenos, mutagénicos, alteración corneal, cardiotóxicos, hepatotóxicos, nefrotóxicos, toxicidad hematológica, vesicante, irritación de piel y mucosas, emetizante, tóxicos parala reproducción. En el enfoque de la seguridad del personal sanitario se deben contemplar las fuentes de exposición, las vías de penetración, las vías de eliminación y las posibles alteraciones analíticas para detectar la contaminación de los profesionales de la salud expuestos. Como fuentes de exposición en la manipulación de fármacos antineoplásicos debemos considerar: • Fabricación, envasado, etiquetado, transporte, almacenamiento. Aunque se escapan en parte del entorno sanitario del paciente, los principios generales de manejo y las medidas de precaución son similares a las otras fuentes de exposición. • Preparación-dispensación. • Transporte. • Administración de antineoplásicos. • Eliminación de residuos o deshechos. • Accidentes en cualquiera de estos procesos. Cabe destacar, en la preparación de antineoplásicos, la doble garantía de la calidad de preparación: libre de contaminación bacteriana y química y la de la seguridad del operador. Para ello se requiere un área centralizada, una zona de trabajo aislada con acceso restringido, comunicación controlada entrada-salida de materiales y de desechos. El equipamiento requerido consiste en una cámara de seguridad biológica, de flujo laminar vertical clase II tipo B o aislador. Las medidas de protección personal (dobles guantes, vestido protector, protección respiratoria, de ojos y cara) y las prácticas de trabajo seguras (técnica aséptica, etiquetar todos los preparados, desechar jeringas y agujas en contenedores de seguridad —congelador—, manejo de frascos y ampollas) son fundamentales para minimizar la exposición. Tanto el área como las prácticas de trabajo deben ser revisadas y certificadas periódicamente. Además, debe disponerse de un equipo en caso de derrames y contaminación personal. Los preparados antineoplásicos deben manipularse lo menos posible fuera de la cabina de preparación. De ser posible, la preparación completa debe realizarse de forma completa en la cabina, incluido el purgado. El personal que administra también debe protegerse de posibles contaminaciones con el equipo de protección personal. El área de trabajo debe estar libre de obstáculos, bien aireado e iluminado, y disponer del material necesario (bancada con empapadores, bombas de administración). Igualmente importante es observar unas cuidadosas prácticas de trabajo (limpieza, preparados etiquetados, en bolsas individuales por paciente) y disponer de Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 14 # contenedores de seguridad (congelador) para desechos, así como equipo para derrames (empapador, limpieza, neutralización) y un equipo para atención en caso de contaminación personal. En la zona de administración debe disponer de equipo para extravasaciones con material e instrucciones y un registro de utilización y revisión. Las vías de penetración en el personal que manipula citostáticos son: • Inhalación de los aerosoles y microgotas que se desprenden durante la preparación de las soluciones de citostáticos y durante su administración, o por rotura de ampollas, al purgar el sistema, etc. • Por contacto directo, por penetración del medicamento a través de la piel o de las mucosas. • Por vía oral: ingestión de alimentos, bebidas, cigarrillos contaminados. Es la vía menos frecuente. con excretas. Algunos citostáticos tardan hasta 7 días en eliminarse completamente por orina o por heces, como sucede con las antraciclinas y los alcaloides de la vinca. Deben excluirse del manejo de antineoplásicos: • Mujeres embarazadas, durante el puerperio y la lactancia. • Pacientes tratados con antineoplásicos, inmunosupresores o con radioterapia. • Personas expuestas a radiaciones ionizantes (radiología, medicina nuclear). • Personas con antecedentes de abortos o malformaciones congénitas. • Personal del que se sospeche daño genético. • Antecedentes citostáticos. de • Por vía parenteral: Introducción directa del medicamento a través de pinchazos o cortes producidos por rotura de ampollas. Las vías de eliminación de los citostáticos tras una contaminación laboral incluyen la metabolización de los fármacos en el organismo y la eliminación de excretas a través de heces y orina. La detección de antineoplásicos en sangre o en orina o de sus metabolitos resulta poco operativa por los bajos niveles de exposición laboral y la dificultad técnica de tener que determinar diferentes fármacos a concentraciones muy bajas. Otra posibilidad de determinar la exposición crónica a citostáticos sería determinar alteraciones mutagénicas en sangre del personal expuesto. Esta exposición no se produce solo mientras se preparan o administran los antineoplásicos, sino también durante el periodo de eliminación o metabolización en el paciente, a través del contacto Bibliografía: Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 15 alergia a medicamentos # Para la elaboración de este artículo se consultaron las siguientes fuentes: • Clinical Oncological Society of Australia. Guidelines for the Safe Prescribing, Dispensing and Administration of Cancer Chemotherapy. Novembre 2008. Accedido por internet en Abril 2013: https://www.eviq.org.au/LinkClick.aspJx?file ticket=X4HOdn_f6So%3D&tabid=58 • Jacobson JO; Polovich M; McNiff KK. et al. American Society of Clinical Oncology/Oncology Nursing Society Chemotherapy Administration Safety Standards. Journal of Clinical Oncology. ASCO Special Article. Vol 27. Nº32, November 10 2009. • ECRI. Chemotherapy: Overview of Risk Management, Safety and Regulatory Issues. HRC Volume 4. Risk Analysis. Pharmacy and Medications. 1.1. July 2004. • Real Academia Nacional de Farmacia. La Seguridad del Paciente Oncológico. Estándares Internacionales para el Manejo de Citotóxicos. Mesa Redonda organizada por la Fundación José Casares Gil, 12 de junio de 2008. Accedido por internet en abril 2013. http://www.analesranf.com/index.php/funda /article/view/951/939 Biblioteca Virtual NOBLE | Abril 2013 16