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Qué hacer ante la insistencia de continuar conduciendo LA CONDUCCIÓN • El enfermo no suele reconocer sus dificultades en la conducción, y sobrestima sus habilidades ¿Qué ocurre? La capacidad para conducir se altera precozmente en la enfermedad de Alzheimer. Al principio, los pacientes presentan dificultades para mantenerse en su carril, tienden a ignorar los vehículos que se les aproximan, abusan de los frenos, etcétera. El curso de la enfermedad -con la consecuente pérdida de memoria, desorientación, aumento del tiempo de reacción y disminución de la capacidad de concentración y razonamiento- puede generar situaciones de conducción poco seguras y/o temerarias. A pesar de ello, el enfermo suele no reconocer estas dificultades, resta importancia a la complejidad de la conducción y sobrestima sus habilidades. ¿Qué podemos hacer? No existe un examen único o indicador que determine cuándo una persona que padece demencia constituye un peligro para sí misma y para las otras personas. Si un enfermo de Alzheimer experimenta uno o más de los siguientes problemas, se considera que puede haber llegado el momanto de limitar o impedir que conduzca un vehículo: * Se pierde cuando conduce, incluso en zonas familiares. * No se fija en las señales de tráfico. * Conduce a una velocidad inadecuada. * Se muestra irritable, frustrado o confundido mientras conduce. * Toma decisiones lentas o inapropiadas. Explicar al enfermo que ya no puede conducir puede resultar muy difícil, pues supone una pérdida de su autonomía, su individualidad y su autoestima. CONSEJOS ÚTILES qué se debe hacer • Ofrézcase a conducir. • Camine con el enfermo cuando sea posible, e intente que estos paseos sean un acontecimiento especial. • Utilice el transporte público. Infórmese de cuáles son los bonos y descuentos especiales para personas de la tercer edad o con discapacidad. • Considere la posibilidad de vender el vehículo y destinar el dinero que se ahorra en seguros, reparaciones y combustible para pagar taxis. • Cuando el deterioro cognitivo y motor exija abandonar la conducción y el enfermo se niegue, se deberá trabajar conjuntamente (familia, amigos, profesionales) para convencerle con una única y sencilla explicación de la necesidad de hacerlo. Estas explicaciones pueden ser del tipo "no puedes conducir porque estás bajo el efecto de la medicinas", "el doctor ordenó que ya no conduzcas", "tienes problemas de memoria y es un riesgo que conduzcas"... • Solicite al doctor que escriba en un informe que se desaconseja la conducción. A veces una orden proveniente de un profesional es más efectiva que la de un miembro de la familia. • Consultar la posibilidad de que le sea retirado el carné de conducir. qué se debe evitar • No menosprecie su conducción. Explíquele que cada día es más difícil conducir y que si la memoria está un poco floja puede ser muy peligroso. • No intente convencer al paciente con múltiples argumentos acerca de la conveniencia de abandonar la conducción. Es preferible un único y repetido argumento para su comprensión e interiorización. • No deje al alcance del enfermo, al que se le desaconseja la conducción, el vehículo, las llaves, combustible...