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R E V I S TA E S PA Ñ O L A D E PATOLOOÍA MACULA no d e di f usi V ítreo ay sp E ■■Tratamiento de las telangiectasias maculares idiopáticas Sociedad REVISIONES - -Ó ga ón r Volumen III - Nº 2 - Junio de 2012 añol a d e Re tin J. Coca Robinot, M. Capote Díez, J. García Martínez ■■Maculopatías traumáticas Lara Borrego Sanz, Laura Morales Fernández, María Jiménez Santos, Juan Donate López CASOS CLÍNICOS ■■¡El tiempo cura, pero deja huella! M.J. Díaz Granda, Eduardo Esteban González ■■Bevacizumab intravítreo en el tratamiento de la neovascularización coroidea idiopática Laura Martínez Pérez, María C. Costa González, Maximino Abraldes López-Veiga ■■Aneurismas miliares de Leber: a propósito de dos casos Montserrat Bausili Portabella, Bachar Kudsieh, Santiago Abengoechea Hernández BIBLIOGRAFÍA ■■Artículos destacados de revistas internacionales Juan Donate López ■■Distrofia de conos ■■Foseta papilar ■■Avulsión coroidea ■■Coroiditis central serosa CON EL PATROCINIO DE EDITA: IMÁGENES STAFF R E V I S TA E S PA Ñ O L A D E PATOLOOÍA MACULA Coordinadores: Juan Donate López Roberto Gallego Pinazo Madrid Valencia Comité de honor: Julián García Sánchez Francisco Gómez-Ulla de Irazazábal José M. Ruiz Moreno Manuel Díaz Llopis Rosa Coco Clemencia Torrón Inmaculada Selles M. Concepción Hernáez M. Isabel Pinilla Miguel Ángel de la Fuente Félix Armadá Maresca Miguel Ruiz Miguel Enrique Cervera Taulet Eduardo Esteban González José Garrido López Javier Montero Moreno Alfredo García Layana Luis Arias Barquet Javier Araiz Iribarren Daniel Vilaplana Blanch Jesús García Martínez José Luis Olea Vallejo Ramón Torres Imaz M. Jesús Escobar Moreno M. Jesús Pérez Álvarez Inés Molina Guilabert Aurora Gimeno Quintana Marta Suárez de Figueroa María Isabel López Gálvez Enrique de la Rua Franch Juan Reche Frutos Cristina Calvo González Jose Ignacio Muñoz Ávila Alfonso Hernández Lara José Andonegui Elena Rodríguez Neila Madrid Santiago de Compostela Alicante Valencia Consejo editorial: Valladolid Zaragoza Murcia Cantabria Zaragoza Madrid Madrid San Sebastián Valencia Sevilla Vizcaya Alicante Navarra Barcelona Vitoria Barcelona Madrid Palma de Mallorca Madrid Madrid Madrid Madrid Cáceres Madrid Valladolid Valladolid Madrid Madrid Granada Elche Navarra Badajoz EDITA: C/ Concha Espina, 8 - 1º Dcha. 28036 Madrid. Teléfono: 91 411 00 32 – Fax: 91 411 01 46 E-mail: informacion@lineadecomunicacion.com © 2012. Línea de Comunicación Título abreviado: Rev. esp. patol. macular ISSN: 1889-6626. Depósito Legal: M-12.329 – 2009 3 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - VOLUMEN III – Nº 2 - JUNIO DE 2012 SUMARIO R E V I S TA E S PA Ñ O L A D E PATOLOOÍA MACULA Volumen III - Nº 2 - Junio de 2012 REVISIONES ■■Tratamiento de las telangiectasias maculares idiopáticas J. Coca Robinot, M. Capote Díez, J. García Martínez 6 ■■Maculopatías traumáticas Lara Borrego Sanz, Laura Morales Fernández, María Jiménez Santos, Juan Donate López 14 CASOS CLÍNICOS ■■¡El tiempo cura, pero deja huella! M.J. Díaz Granda, Eduardo Esteban González 22 ■■Bevacizumab intravítreo en el tratamiento de la neovascularización coroidea idiopática Laura Martínez Pérez, María C. Costa González, Maximino Abraldes López-Veiga 26 ■■Aneurismas miliares de Leber: a propósito de dos casos Montserrat Bausili Portabella, Bachar Kudsieh, Santiago Abengoechea 30 BIBLIOGRAFÍA ■■Artículos destacados de revistas internacionales Juan Donate López 35 IMÁGENES ■■Distrofia de conos ■■Foseta papilar ■■Avulsión coroidea ■■Coroiditis central serosa 4 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - VOLUMEN III – Nº 2 - JUNIO DE 2012 40 41 41 41 REVISIÓN Maculopatías traumáticas Tratamiento de las telangiectasias maculares idiopáticas J. Coca Robinot, M. Capote Díez, J. García Martínez Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario La Paz Madrid Las telangiectasias maculares idiopáticas han sido nuevamente clasificadas en tres grandes grupos. Las telangiectasias aneurismáticas o tipo 1 son típicamente unilaterales y no tienen un tratamiento establecido; se han utilizado diversas alternativas, como la fotocoagulación con láser, la terapia fotodinámica y los antiangiogénicos intravítreos. Las telangienctasias perifoveales o tipo 2 son típicamente bilaterales, pudiendo desarrollar neovascularización coroidea. Si existe dicha neovascularización, el uso de anti-VEGF intravítreos es la terapia más empleada. Si no aparece membrana neovascular, no se ha demostrado ninguna terapia superior al resto. Correspondencia Javier Coca Robinot – Hospital Universitario La Paz – Paseo de la Castellana, 261 28046 Madrid – Teléfono: 917 277 000 – E-mail: cocajavi@hotmail.com lateral con manifestaciones clínicas y de imagen más constantes. Precozmente aparece pérdida de transparencia retiniana, adquiriendo un color grisáceo. También es característico la aparición de un depósito cristaliniano macular (Figura 3). En la OCT se puede observar un quiste lamelar interno (Figura 4). Dentro de este tipo se encuentran dos estadios: - No proliferativo cuando existen telangiectasias exudativas y atrofia foveal (Figura 5). - Proliferativo, con neovascularización subretiniana, asociado a hemorragia subretiniana y proliferación fibrovascular (Figura 6). El epitelio pigmentario se puede considerar sano, en comparación con los pacientes que tienen neovascularización subretiniana en el contexto de una degeneración macular asociada a la edad. Por este motivo, es raro encontrar desprendimiento del epitelio pigmentario en pacientes con telangiectasias maculares. La historia natural de las telangiectasias tipo 2 ha sido recientemente estudiada por Shukla et al.5: estudió 203 ojos de 104 pacientes, concluyendo que dicha enfermedad condiciona a una perdida visual moderada la mayoría de los casos. En un 85% de ojos estudiados, la AV permanece estable dentro de dos líneas de Snellen. En dicho estudio, 128 ojos Las telangiectasias maculares idiopáticas son una ectasia de los capilares de la mácula con dilatación irregular de los mismos y en los que no se encuentra una causa que justifique dicha alteración1. Fue descrito por Gass y Oyakawa en 1982, recibiendo el nombre de telangiectasias retinianas yuxtafoveolares idiopáticas2. Posteriormente fue clasificado por Gass y Blodi en 19933. En 2006, Yannuzzi et al. modifican la clasificación basándose en nuevas observaciones clínicas y de imagen4 y pasando a llamarse telangiectasias maculares idiopáticas. Clasificación Yannuzzi describe tres tipos: - Tipo 1: telangiectasia aneurismática. Trastorno unilateral, más frecuente en varones de manifestación clínica variada. De manera constante se encuentra una microangiopatía consistente en microaneurismas capilares, arteriolares y venulares (Figura 1). Apenas hay signos de isquemia retiniana y se pueden encontrar depósitos lipídicos (Figura 2). En la OCT se observa edema macular y cambios quísticos foveales, y en estadios más avanzados pueden verse desprendimientos maculares. - Tipo 2: telangiectasia perifoveal. Trastorno bi- 6 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 301-307 REVISIÓN J. Coca Robinot, M. Capote Díez, J. García Martínez comenzaron con una buena agudeza visual (20/40 o superior), permaneciendo el 78% de los mismos estables. Otra conclusión importante acerca del pronóstico visual funcional es que la mayoría de los pacientes conservan una buena AV en al menos uno de los ojos. La neovascularización coroidea, que es la principal causa de pérdida de visión, aparece en una minoría de casos. - Tipo 3: telangiectasia oclusivas. Aparecen telangiectasias con obliteración capilar y aumento progresivo de la zona avascular foveal. En su revisión, Yanuzzi et al. consideran este tipo como un trastorno isquémico con telangiectasias secundarias. Lo consideran una no-perfusión de capilares foveales en el contexto de una enfermedad sistémica más que un subtipo de telangiectasia primaria. Figura 1.- Angiografía fluoresceínica que muestra microaneurismas en área macular. Tratamiento de las telangiectasias aneurismáticas (tipo 1) No existe un tratamiento establecido para la telangiectasias maculares de tipo 1. Se han publicado diversas alternativas terapéuticas: fotocoagulacion con láser, terapia fotodinámica y bevacizumab intravítreo. En 1978 se describió la fotocoagulación con láser argón como un posible tratamiento, realizándose un estudio sobre una serie de 3 casos6. Stoffelns et al.7 publican recientemente un estudio realizado a 12 pacientes, recibiendo 6 de ellos fotocoagulación con Figura 2.- Depósitos lipídicos en paciente con telangiectasias tipo 1. Figura 3.- Retinografía de paciente con telangiectasias bilaterales. Se aprecia pérdida de transparencia retiniana (color grisáceo) en área macular. 7 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 301-307 REVISIÓN Tratamiento de las telangiectasias maculares idiopáticas láser. El edema macular disminuye en 4 pacientes y mejora la agudeza visual en 3 de ellos. De este modo, concluyen que la fotocoagulación láser puede ser una alternativa terapéutica en telangiectasias tipo 1. Sin embargo, es preciso estudios con mayor número de casos para asegurar un buen riesgobeneficio. Otro tratamiento utilizado es la terapia fotodinámica (TFD); Kotoula et al.8 describen un caso clínico en el cual un paciente con telangiectasias tipo 1 es tratado con una sola sesión de TFD, mejorando la agudeza visual del paciente y permaneciendo estable hasta 32 meses después del tratamiento. Kotoula postula que la activación con verdeporfina podría actuar sobre el endotelio de los vasos telangiectásicos disminuyendo su permeabilidad. Sin embargo, de nuevo carecemos de estudios con mayor número de pacientes para comprobar la eficacia de dicho tratamiento. La inyección de bevacizumab intravítreo ha sido empleado por diversos autores. Gamalescu et al.9 y Koay et al.10 publican dos artículos con un caso clínico cada uno en el que el bevacizumab intravítreo mejora la agudeza visual, el edema macular cuantificado por OCT y la fuga de fluoresceína. La explicación fisiopatológica que podría justificar el uso de anti-VEGF es que recientemente se han encontrado niveles intraoculares elevados de VEGF en pacientes con enfermedad de Coats11. La enfermedad de Figura 4.- OCT muestra quistes lamelares. Figura 5.- Angiografía fluoresceínica que muestra exudación, sin neovascularización coroidea. Figura 6.- Angiografía fluoresceínica en paciente con telangiectasias tipo 2 en estadio proliferativo. 8 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 301-307 REVISIÓN J. Coca Robinot, M. Capote Díez, J. García Martínez o a una serie de tres casos18. En 2007, se publica un estudio de tratamiento con TFD en 12 ojos de 7 pacientes con un seguimiento de 12 meses. Los resultados son similares a los estudios previos, consiguiéndose en la mayoría de los pacientes mantener la AV y prevenir la pérdida de AV moderada-severa19. Sin embargo, hasta en un 80% de los pacientes se produce un daño colateral del EPR. Por lo tanto, lo resultados de la TFD son prometedores, pero son necesarios estudios sobre más pacientes y con seguimiento más a largo plazo. La inyección intravítrea de acetato de triamcinolona ha resultado efectiva en un caso clínico de paciente con telangiectasias bilaterales, sin NVC. Gracias al efecto antinflamatorio del corticoide se consigue mejorar el edema macular y mejorar levemente la AV20. Se ha publicado un caso clínico acerca de la eficacia de la combinación de TFD e inyección intravítrea de triamcinolona en un paciente con NVC secundaria a telangiectasias. En dicho caso se consigue la regresión de la membrana subretiniana y la mejoría de la AV21. Otro alternativa terapéutica utilizada se apoya en la angiografía con verde indocianina. Esta técnica consigue imágenes de gran resolución de la vascularización retiniana y coroidea, pudiendo detectar lesiones que pasan desapercibidas en una angiografía fluoresceínica (vasos que tienen fuga en la fase tardía). Se ha publicado un estudio utilizando esta técnica en 7 pacientes con telangiectasias, de los cuales 5 eran de tipo 1 y 2 de tipo 2. Los aneurismas de las telangiectasias tipo 1 si serían fácilmente identificables en la angiografía fluoresceínica. Con esta técnica se detectan las lesiones susceptibles de ser tratadas con fotocoagulación láser y posteriormente se inyecta acetato de triamcinolona subtenoniano para disminuir la inflamación que produce el láser. En la mayoría de los pacientes de dicho estudio se disminuye el edema macular, se recupera el perfil foveal y se mejora la AV22. Sin embargo, son necesarios estudios con mayor número de pacientes. Existen numerosos estudios acerca de la efectividad del bevacizumab, con resultados dispares en función de la presencia o ausencia de neovascularización. En el tipo no proliferativo los resultados son variables, encontrándose efectos inconstantes sobre la agudeza visual y el espesor macular 9, 23-26. La opinión actual es que las estructuras quísticas Coats se ha relacionado con las telangiectasias maculares de tipo 1, de tal forma que las telangiectasias tipo 1 podrían ser una forma de enfermedad de Coats localizada en la mácula4. Sin embargo, Takayama et al.12 realizan un estudio retrospectivo sobre el tratamiento de Bevacizumab intravítreo en 5 pacientes con telangiectasias maculares tipo 1. Un solo paciente consiguió una leve mejoría de la agudeza visual, permaneciendo el grosor macular similar en todos los casos. El motivo de las diferencias encontradas en los resultados del uso del bevacizumab podrían deberse a los diferentes protocolos utilizados por los distintos autores13. Por lo tanto, son necesarios estudios con más pacientes usando los distintos protocolos para evaluar la eficacia de dicho tratamiento. En conclusión, no se ha comprobado la eficacia de ningún tratamiento para dicha patología, con pobres resultados de los mismos. Tratamiento de las telangiectasias perifoveales (tipo 2) Son diversos los tratamientos empleados hasta el momento en el tratamiento de las telangiectasias tipo 2. Repasamos a continuación los mas importantes: La fotocoagulación con láser es uno de los primeros tratamientos utilizados para tratar el edema macular asociado a las telangiectasias. Los resultados de este tratamiento no son buenos, no consiguiendo estabilizar ni mejorar la AV14. La termoterapia transpupilar (TTT) se ha utilizado para el tratamiento de la neovascularización secundaria a las telangiectasias. En un amplio porcentaje de pacientes consigue la regresión de la neovascularización sin efectos sobre la telangiectasia. Se ha descrito que hasta un 88% de pacientes estabilizan o mejoran la agudeza visual a los 9 meses de tratamiento15. Se han publicado algunos artículos acerca de la eficacia de la terapia fotodinámica (TFD) en el tratamiento de la neovascularización coroidea. Los resultados son satisfactorios, consiguiendo estabilizar la AV de dichos pacientes. La TFD consigue cerrar, tras varias sesiones, los nuevos vasos subretinianos. La hipótesis acerca de dichos resultados es que en esta patología el EPR está sano y puede responder mejor a la estimulación con verdeporfina. Sin embargo, los artículos publicados se refieren a un solo caso 16-17 9 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 301-307 REVISIÓN Tratamiento de las telangiectasias maculares idiopáticas observadas en la OCT reflejan más bien una pérdida de tejido retiniano y atrofia foveal en lugar de una acumulación de fluido intrarretiniano. Se ha descrito que el VEGF podría tener un factor neuroprotector de los fotorreceptores; por lo tanto, en un paciente sin neovascularización subrretiniana, la inyección de anti-VEGF podría acentuar la atrofia y la pérdida de fotorreceptores27. De este modo, la tendencia actual es a no utilizar los fármacos anti-VEGF en la fase no proliferativa. Respecto a la fase proliferativa existe mayor consenso acerca de la eficacia del bevacizumab. Hasta en un 89% de los pacientes, regresa la neovascularización, mejorando o manteniéndose la AV en un 78% de los ojos27. Antes de la aparición de los agentes antiangiogénicos, la terapia fotodinámica era el tratamiento de elección en la neovascularización asociada a telangiectasias maculares. Este tratamiento producía importantes cicatrices maculares y la recidiva era elevada. No existen estudios que comparen la superioridad de los antiangiogénicos sobre la TFD y los numerosos estudios publicados sobre la efectividad de los anti-VEGF están limitados al ser retrospectivos y con un tamaño muestral pequeño. Sin embargo, este tratamiento es el más usado en la neovascularización de las telangiectasias maculares27. un año por telangiectasias maculares tipo 1 en OI (Figura 1). La mejor AV corregida en el momento del diagnóstico es en OD 1 y en OI ½. Es tratado con antiangiogénicos intravítreos: valorado 5 semanas después de la inyección, encontrándose una leve mejoría del edema macular valorado por OCT sin apenas cambios en la agudeza visual. Tras un periodo de observación reaparece el edema macular y se decide nuevamente tratamiento con antiangiogénicos. En la valoración posterior desaparece el edema, quedando quiste residual, siendo la AV de 0.5 (igual a la fecha del diagnóstico). En la actualidad sigue revisiones periódicas manteniendo la misma AV. Caso clínico 3 Paciente de 51 años en seguimiento en consulta de retina desde hace 6 meses por telangiectasias maculares tipo 2 y MNVSR en AO (Figura 6). La mejor AV corregida en el momento del diagnóstico es en OD ¼ y en OI de ½. Fue tratado con antiangiogénicos intravítreos en ambos ojos, mejorando levemente el edema macular; la AV del OD permanece igual y en OI mejora a 1/3. Se pautan más inyecciones y en la actualidad está en espera de nueva valoración. Conclusiones Las telangiectasias maculares tipo 1 no tienen un tratamiento establecido, no habiéndose descrito en la literatura un tratamiento superior al resto. La fotocoagulación con láser y la TFD son dos alternativas terapéuticas útiles. Respecto al uso de los antiangiogénicos intravítreos existen controversias respecto a su uso, siendo necesarios mayores estudios para demostrar eficacia. Dentro de los dos subtipos de las telangiectasias tipo 2, sí que existe consenso acerca del tratamiento en las proliferativas, siendo los anti-VEGF intravítreos el tratamiento más empleado, consiguiendo aceptables resultados visuales y funcionales. Cuando no existe neovascularización, la tendencia actual es no utilizar dicha terapia. Se han publicado diversas alternativas terapéuticas (TTT, TFD, triamcinolona intravítrea, fotocoagulación con láser guiada por angiografía con verde indocianina…), pero ninguna ha demostrado ser realmente eficaz. De este modo, no se ha establecido ningún tratamiento efectivo para las telangiectasias tipo 2, en ausencia de neovascularización. Casos clínicos Presentamos a continuación varios casos clínicos con distintas actuaciones terapéuticas: Caso clínico 1 Mujer de 65 años en seguimiento desde hace 4 años por telangiectasias maculares tipo 2 sin neovascularización asociada (Figura 3). La AV en el momento del diagnóstico es de: OD: 2/3 cae 1 dif. OI: 1/3+ cae ½. Desde entonces ha sido tratada con 3 inyecciones de bevacizumab y 2 de ranibizumab en OD y 1 inyección de bevacizumab y 1 de ranibizumab en OI: la decisión de tratar se tomó en función de la pérdida de AV y de la presencia de líquido subretiniano. La AV actualmente es en OD de 1/3 sin mejoría cae y en OI de 1/6 cae ¼. La paciente tiene una pérdida de AV moderada, sin que el tratamiento haya mejorado la AV. Caso clínico 2 Varón de 51 años en seguimiento desde hace 10 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 301-307 REVISIÓN J. Coca Robinot, M. Capote Díez, J. García Martínez BIBLIOGRAFÍA 1.- 2.- 3.- 4.- 5.- 6.- 7.- 8.- 9.- 10.- 11.- 12.- 13.- 14.- Chew EJ. Telangiectasia parafoveal. En: Ryan SJ, Schachat AP. Retina. 4ed. Nueva York: Elsevier; 2009. p. 1265-72. Gass JD. Idiopathic juxtafoveolar retinal telangiectasis. Arch Ophthalmol 1982;100:769-80. Gass JD, Blodi BA. Idiopathic juxtafoveolar retinal telangiectasis: update of classification and follow-up study Ophthalmology 1993;100: 1536-46. Yannuzzi LA, Bardal AM, Freund KB, Chen KJ, Eandi CM, Blodi B. Idiopathic macular telangiectasia. Arch Ophthalmol 2006;124(4):450-60. Shukla D, Neelakantan N, Tiwari S, Gupta S, Patwardhan AR, Soubhya TB. Type 2: Idiopathic Macular Telangiectasia. Retina 2012 Feb;32(2): 265-74. Chopder A. Retinal telangiectasis in adults: fluorescein angiographic findings and treatment by argon laser. Br J Ophthalmol 1978;62:243-50. Stoffelns BM, Shoepfer K, Kramann C. Idiopathic macular telangiectasia - follow-up with and without laser photocoagulation. 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Intravitreal bevacizumab for treatment of proliferative and nonproliferative type 2 idiopathic macular telangiectasia. Retina 2011 Oct;31(9):1848-55. 12 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 301-307 REVISIÓN Maculopatías traumáticas Lara Borrego Sanz, Laura Morales Fernández, María Jiménez Santos, Juan Donate López Servicio de Oftalmología. Hospital Clínico San Carlos Madrid La afectación macular y retiniana tras traumatismos contusos supone una de las complicaciones más frecuentes de la práctica clínica habitual. Debido a la existencia de lesiones asociadas periféricas y a la gran vulnerabilidad macular, condicionan un pronóstico visual reservado en muchos de los casos. Un seguimiento preciso, así como un adecuado manejo de las complicaciones derivadas de los mismos, son necesarios para asegurar una evolución favorable. Correspondencia Lara Borrego Sanz – Hospital Clínico San Carlos C/ Profesor Martín Lagos, s/n – 28040 Madrid – Teléfono 913 303 949 – E-mail: larabs70@hotmail.com Las contusiones oculares se observan con frecuencia en la práctica clínica, sobre todo tras accidentes de tráfico o deportes de riesgo. Constituyen la principal causa de pérdida visual unilateral en pacientes con edades entre 20 y 44 años, frecuentemente por neuropatía o afectación macular severa. Además, los traumatismos oculares están asociados a un gran número de complicaciones retinianas en el segmento posterior, como el edema de Berlin, diálisis retinianas, hemorragias vítreas o prerretinianas, roturas coroideas o agujeros maculares traumáticos. Las coriorretinopatías traumáticas pueden dividirse en aquellas causadas por traumatismos sistémicos a distancia y las derivadas de lesiones directas en el ojo o por fuerzas expansivas, permaneciendo intacta la esclera. Su diagnóstico se basa en la observación del fondo de ojo, y la OCT, que por su alta resolución e inocuidad para el paciente resulta un método de gran eficacia, pero la utilización del TC o ECO nos permitirá en ocasiones identificar patología del polo posterior a pesar de la presencia de opacidad de medios a causa del traumatismo. A continuación hacemos una revisión de las maculopatías traumáticas más frecuentes en la práctica clínica. 1. Agujero macular traumático Los agujeros maculares traumáticos pueden aparecer tras un edema de Berlin, una hemorragia subretiniana con rotura de coroides o un edema cistoide macular secundarios principalmente a traumas oculares contusos1. Sin embargo, cabe destacar la aparición iatrogénica de estos agujeros maculares tras el uso de alta energía con láser YAG 2, 3. Como en todos los traumatismos oculares, aparecen con más frecuencia en varones en la 2º o 3º década de la vida, encontrándose una incidencia que varía entre un 1-9% de los traumatismos retinianos. Se trata de una rotura de espesor completo de las capas de la retina desde la limitante interna hasta la capa de fotorreceptores. Aunque se desconoce la fisiopatología con exactitud, se han propuesto diversos mecanismos básicos de formación, pudiendo originarse por la necrosis postconvulsiva de los tejidos, la dehiscencia de la fóvea inmediatamente tras el traumatismo o la persistencia de una tracción vítrea que origina el agujero macular días después. Como síntoma, el paciente refiere un escotoma central con pérdida de AV. Esta oscila entre 1/10 a 4/10, siendo los márgenes del agujero elípticos y con bordes irregulares, en contraposición a los agujeros maculares idiopáticos, 14 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 308-314 REVISIÓN Lara Borrego Sanz, Laura Morales Fernández, María Jiménez Santos, Juan Donate López generalmente bien definidos y con bordes regulares. La OCT resulta el método diagnóstico más usado por su alta resolución e inocuidad para el paciente, y resulta fundamental para el seguimiento adecuado de la evolución, así como para vigilar el desarrollo de complicaciones como la MER, que acompaña al agujero macular traumático en raras ocasiones (Figuras 1, 2 y 3). La AFG constituye un método diagnóstico coadyuvante, mostrando típicamente una hiperfluorescencia central por efecto ventana correspondiente a la base del agujero y una hiperfluorescencia tardía alrededor del agujero que se corresponde al líquido subretiniano3, 4. En cuanto a su tratamiento, se aconseja una actitud conservadora inicialmente, dado el alto índice de recuperación espontánea. En pacientes jóvenes con agujero macular traumático de pequeño tamaño sin asociación a MER, se ha descrito una resolución espontánea de más del 50%, principalmente entre el 2º y 3er mes5. Tras este tiempo, si no se consigue una recuperación espontánea, puede realizarse una VPP con pelado de la MLI e intercambio de gas C3F8 o SF6, lo que suele conllevar un buen pronóstico visual en la mayoría de los casos6. 2. Edema de Berlin vs conmoción retiniana La conmoción retiniana es la maculopatía traumática más común tras las contusiones oculares, llegando a aparecer en el 20,8% de las alteraciones postraumáticas en el fondo de ojo. Son las alteraciones que se originan en la retina por el efecto de contragolpe, es decir, por las ondas de choque, que atraviesan y lesionan el ojo en la zona opuesta al impacto. La fisiopatología de la conmoción retiniana ha sido objeto de gran controversia. Originalmente se postuló que los cambios visibles eran causados por la presencia de edema extracelular. Más tarde se identificó, mediante estudios histopatológicos, que el hallazgo principal consistía en la disrupción de los segmentos externos de los fotorreceptores. También se ha documentado lesión a nivel del epitelio pigmentario de la retina y un escaso compromiso de la barrera hematorretiniana7. La conmoción retiniana indica una contusión de la retina sensorial que provoca una opacificación geográfica de color blanquecino de la parte externa de la retina con márgenes mal definidos. Cuando afecta al polo posterior puede dar una imagen de falsa “mancha rojo cereza” (Figura 4). Figuras 1, 2 y 3.- Formación de un agujero macular traumático junto con una rotura coroidea tras traumatismo contuso, sin resolución espontánea. Figura 4.- Edema de Berlin postraumático. Se observa la opacificación blanquecina de la retina periférica. 15 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 308-314 REVISIÓN Maculopatías traumáticas Los síntomas se encuentran determinados principalmente por la localización de la lesión, particularmente con respecto a la mácula. El paciente puede no tener ninguna queja si sólo la retina periférica está afectada, o puede referir afección visual severa si hay lesiones extensas confinadas al polo posterior. La AV puede oscilar de 20/20 a 20/400, generalmente de curso transitorio, ya que suele resolverse espontáneamente sin dejar secuelas, con retorno de la agudeza visual a niveles pretraumáticos. El diagnóstico se hace principalmente mediante exploración de fondo de ojo, y en ocasiones es necesario realizar pruebas complementarias, como AFG, en la que se observan zonas de hiperfluorescencia por efecto ventana e hipofluorescencia por bloqueo en los casos con hemorragia vítrea o subretiniana asociadas, y OCT en la que se ha descrito la presencia de un vacío óptico confinado a la interfase retina-EPR por disrupción de las capas externas de la misma. Además, pueden asociarse hemorragias (sub, intra y prerretinianas), roturas coroideas y desprendimientos serosos de retina. El pronóstico en los casos leves es bueno, con resolución espontánea sin secuelas en varias semanas; no obstante, si existe afectación de la mácula, pueden asociarse cambios maculares postraumáticos que incluyen formación de agujeros maculares o degeneración pigmentaria progresiva por migración pigmentaria hacia la retina, asemejando una retinosis pigmentaria8. En cuanto al tratamiento, algunos autores defienden el uso de corticoterapia, más intensa cuanto más grave sea el traumatismo. Aunque un edema leve sea autolimitado sin secuelas, si hay afectación macular se debe dar corticoterapia sistémica a menos que haya contraindicación, ya que alivia la inflamación de partes blandas. membrana de Bruch, del EPR y de la retina. Estos tejidos se retraen, y dejan visible oftalmoscópicamente la esclera subyacente intacta9, 10. En estadios agudos, se acompaña de hemorragia vítrea, subretiniana y coroidea, roturas coroideas y retinianas, áreas de necrosis y edema. En estadios avanzados, la proliferación del tejido fibroso favorece la fusión de la retina con la pared ocular y reduce considerablemente el riesgo de desprendimiento de retina; sin embargo, la visión casi siempre es muy escasa, sobre todo si hay repercusión a nivel del nervio óptico o atrofia macular y es necesario un periodo prolongado de seguimiento al existir importantes complicaciones asociadas tardías que aparecen con frecuencia por la tracción. El pronóstico, tanto visual como funcional, es malo, por la hipotonía severa que desarrollan, las complicaciones asociadas y la alta frecuencia de aparición de CEIO, por lo que es necesario completar la exploración con la realización de TC orbitario para descartar su existencia. Eventualmente se puede realizar VPP si se desarrollan DR o hemorragias vítreas11. 4. Rotura coroidea Se producen por mecanismo de presión y contrapresión y compresión anteroposterior del globo ocular con expansión horizontal del contenido ocular y acontece en el 8% de los traumatismos contusos. La coroides y EPR se rompen respetando la retina neurosensorial y esclera12. Habitualmente la rotura es en forma de semiluna concéntrica al disco óptico y suele afectar a la mácula (Figura 5). La dificultad en el diagnóstico radica en que siempre existe una hemorragia subretiniana a nivel del epitelio pigmentario y de la coroides, asociándose, a veces, hemorragias intrarretinianas o vítreas que dificultan la visualización de la rotura reciente. Semanas o meses después, al absorberse la sangre, se hace visible una línea blanca vertical en forma de la citada medialuna. La prueba complementaria más utilizada y fundamental, cuando la hemorragia no permite identificar el cuadro, es la AGF. Lo característico es una hiperfluorescencia precoz y constante a lo largo de toda la prueba. También puede realizarse una angiografía con verde indocianina en caso de no poder verse con claridad mediante AFG13. El pronóstico visual de estos pacientes se basa, 3. Retinopatía esclopetaria Ocurre tras traumatismos de la órbita producidos por proyectiles a alta velocidad. Se ha descrito un doble mecanismo de lesión, directo por el trayecto del proyectil y otro indirecto, por las ondas de choque que provoca el proyectil en la órbita, ya que las lesiones se producen en la zona adyacente a la trayectoria del misil y a distancia, en la mácula. Se produce una rotura de la coroides, de la 16 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 308-314 REVISIÓN Lara Borrego Sanz, Laura Morales Fernández, María Jiménez Santos, Juan Donate López en un primer momento, en si la fóvea está o no incluida en la región afectada. Sin embargo, son pacientes que requieren vigilancia y control periódico, por el peligro de padecer membranas neovasculares coroideas incluso años después del traumatismo, sobre todo si las roturas se localizan cerca de la foveola, o si estas son muy extensas (Figura 6). El tratamiento con antiangiogénicos o la cirugía vitreorretiniana son los tratamientos de elección14. También se ha utilizado la fotocoagulación con láser en las membranas de localización extrafoveal, la terapia fotodinámica o la fotocoagulación del vaso nutricio guiado por verde de indocianina. Figura 5.- Roturas coroideas tras traumatismo contuso en globo ocular. Nótese la forma de semiluna típica de las mismas. 5. Retinopatía de Purtscher La retinopatía de Purtscher se caracteriza por una disminución brusca de la agudeza visual, asociada a un edema generalizado e intenso de la retina, exudados superficiales y hemorragias intrarretinianas y alrededor de la papila, junto con signos oftalmoscópicos de isquemia del polo posterior15, 16. Ocurre en pacientes que han sufrido un traumatismo craneal grave o por compresión torácica, sin contusión directa del globo ocular y su patogenia se atribuye a múltiples embolismos. Por ello, en patologías que producen embolismos grasos, como en la pancreatitis o en la fractura de huesos largos, se ven lesiones similares y se conocen como retinopatía tipo Purtscher17 (Figura 7). La agudeza visual varía, desde contar dedos a la unidad, según el caso. Suele ser bilateral, aunque también se describen casos unilaterales. Los hallazgos oftalmológicos pueden aparecer inmediatamente o a lo largo de las primeras 48 horas después del traumatismo. La recuperación anatómica y muchas veces funcional suele ser frecuente, aunque en ocasiones es impredecible, pues pueden desaparecer sin más las lesiones, quedar simples cambios pigmentarios en la mácula o producir una atrofia óptica. No existe tratamiento, solo de la causa subyacente. Figura 6.- Hiperfluorescencia precoz en la AFG del mismo paciente, con posterior desarrollo de MNVC. cuentemente como resultado de un traumatismo. Pueden darse con o sin desprendimiento de retina asociado, y cuando aparece éste suele ser bastante estable, poco elevado y de progresión lenta al impedir la base del vítreo la incorporación de líquido detrás de la retina. En ocasiones, existen signos de desprendimiento crónico, como líneas de demarcación. Las diálisis espontáneas, típicas en varones jóvenes, son más frecuentes en la retina inferotemporal, mientras que las traumáticas se localizan más a menudo en la retina superonasal. 6. Diálisis retiniana Es una solución de continuidad a nivel de la ora serrata en la inserción de la retina con la pars plana, que puede producirse espontáneamente o más fre- 17 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 308-314 REVISIÓN Maculopatías traumáticas Figura 7.- Retinopatía de Purtscher bilateral tras un cuadro de pancreatitis aguda. El tratamiento es la cirugía escleral, apoyando con un implante toda la diálisis. 7. Síndrome de Terson El síndrome de Terson se define como una hemorragia prerretiniana seguida de cualquier tipo de sangrado intracraneal, debido a una hipertensión intracraneal trasmitida a través del espacio de la vaina del nervio óptico, ésta se dilata, comprimiendo y obstruyendo a su vez las anastomosis retinocoroideas18, 19. Todo ello conlleva a una marcada reducción del drenaje venoso ocular con subsecuente hipertensión y hemorragia venosa retiniana20. Los hallazgos de fondo de ojo incluyen hemorragia vítrea en la mayoría de los casos, pero también pueden encontrarse hemorragias peripapilares, prerretinianas, intrarretinianas o subretinianas (Figuras 8 y 9). Puede ser uni o bilateral. El rango de AV oscila de percepción de luz, con hemorragia masiva, a la unidad. La complicación más frecuente es el desarrollo de una MER. Las opciones de tratamiento incluyen observación, vitrectomía vía pars plana o administración de láser Nd: YAG para drenar el hematoma a la cavidad vítrea evitando así los efectos tóxicos retinianos de la hemoglobina21. Figura 8.- Exudados y hemorragias pre, intra y subretinianas en un Síndrome de Terson. 8. Retinopatía por traumatismo/latigazo cervical Figura 9.- Imagen de AFG del paciente anterior; obsérvese hiperfluorescencia tardía en zonas de isquemia y en las hemorragias pre e intrarretinianas hipofluorescencia por bloqueo. Es secundaria a un traumatismo cervical con flexoextensión forzada de la cabeza y el cuello, debida 18 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 308-314 REVISIÓN Lara Borrego Sanz, Laura Morales Fernández, María Jiménez Santos, Juan Donate López generalmente a un accidente de circulación. En el 26% de los casos se presentan alteraciones oculares. Los síntomas más frecuentes son alteraciones en la convergencia o acomodación, pero también pueden producirse alteraciones retinianas con disminución de visión. En los casos de mínimo impacto puede observarse un desprendimiento posterior del vítreo, con coloración blanquecina transitoria grisácea de la fóvea, con una diminuta foseta foveolar persistente (50-100 micras) de límites bien definidos similar a la que aparece en la retinopatía por quemadura solar. En casos más graves, puede asociarse a formación de agujero macular22. La AV no suele disminuir de forma importante y suele ser reversible. Parece que su patogenia se centra en una destrucción selectiva de fotorreceptores centrales. Figura 10.- Hemovítreo tras traumatismo contuso. Se observa fulgor del fondo de ojo, sin clara definición de los detalles retinianos. so descartar la presencia de un desgarro o de un desprendimiento de retina mediante exploración de fondo de ojo o ecografía en modo B24, 25 (Figura 10). 9. Hemovítreo y desgarros retinianos Conclusiones Como consecuencia de un traumatismo fuerte, el vítreo tira violentamente de la retina, produciendo en las zonas de mayor adherencia una desinserción retiniana, favoreciendo la entrada de líquido por la rotura, y produciendo un desprendimiento limitado23. Los pacientes jóvenes, al poseer un vítreo de gran densidad, hacen desprendimientos loco regionales. El tratamiento consiste en la fotocoagulación láser de los desgarros, y si es necesario cirugía escleral y crioterapia de las roturas. La AV puede oscilar entre pérdida brusca de visión con percepción de manchas oscuras en caso de hemorragia vítrea a visión sin alteraciones en casos de desgarros periféricos asintomáticos. En toda hemorragia vítrea traumática es preci- Los traumatismos contusos pueden provocar lesión ocular por golpe, contragolpe o compresión ocular directa. En ocasiones, la existencia de lesiones asociadas, como hipema, hemorragia prerretiniana o vítrea, impiden la valoración de la retina y mácula, siendo esta última extremadamente vulnerable a los traumatismos, por lo que es necesario un seguimiento periódico de su evolución. Aunque en la mayoría de los casos no se observa ninguna de las alteraciones mencionadas, los traumatismos oculares constituyen patologías con un pronóstico reservado y en muchos casos grave, por lo que una observación minuciosa de los signos y síntomas involucrados en la historia natural del trauma macular es necesaria. BIBLIOGRAFÍA 1.- 2.- 3.- Klopfer J. Traumatic maculopathy. 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Departamento de Oftalmología Hospital Universitario Virgen Macarena Sevilla La coriorretinopatía serosa central (CSC) suele ser una enfermedad esporádica y autolimitada que afecta preferentemente a hombres jóvenes y de mediana edad1. Suele tener un buen pronóstico visual y contamos con varias pruebas diagnósticas, no invasivas, para su diagnóstico y control evolutivo, no así para su tratamiento, al menos en fase aguda. coherencia óptica (OCT), con el fin de confirmar sospecha diagnóstica de coriorretinopatía central serosa en ojo derecho (OD). El paciente acude tras 4 meses de demora ya asintomático, no refiere antecedentes familiares ni personales de interés. En la exploración oftalmológica se observa agudeza visual (AV) de la 1 en ambos ojos (AO). La biomicroscopia de segmento anterior, así como la tensión ocular y el fondo de ojo, resultaron también normales en AO. Se le realiza OCT macular (Figuras 1 A, 1 B, 1 C y 1 D) y autofluorescencia (Figuras 2 A y 2 B), donde sí se evidencian alteraciones. Caso clínico Paciente de 40 años de edad que fue remitido a nuestra unidad, para realización de tomografía de 1B 1A 1D 1C Figura 1.- Las retinografías y las OCT están dentro de la normalidad. 22 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 315-317 CASO CLÍNICO MJ Díaz Granda, Eduardo Esteban González 2B 2A Figuras 2 A y 2 B.- Se aprecian signos de hiperautofluorescencias. Comentario tamaño y la elevación de los desprendimientos, el desarrollo de atrofia retiniana, así como alteraciones del EPR, lo cual proporciona ayuda en el pronóstico visual luego del episodio de CCS, pero no fue así en nuestro caso. La imagen de autofluorescencia (AFF) es un método no invasivo para registrar los cambios fisiológicos del fondo de ojo inducidos por la enfermedad3. Es una técnica que documenta la presencia de lipofuscina en el EPR5, pigmento derivado de la degradación de los segmentos externos de los fotorreceptores6, que exhibe una característica autofluorescente cuando es excitada con luz azul o ultravioleta (UV)4. La evaluación del nivel de autofluorescencia de fondo representa un balance entre la acumulación y la aclaración de lipofuscina, así como la actividad metabólica de los fotorreceptores y del EPR7, así permite una evaluación de su disfunción de forma rápida y no invasiva3. Al realizar la autofluorescencia fue cuando pudimos confirmar la sospecha diagnóstica del compañero, que remitió al paciente para estudio, así como detectar alteraciones en el OI que no se habían sospechado; esto nos hizo reexplorar de nuevo al paciente, buscando signos oftalmoscopios que pudieran haber pasado desapercibidos, solicitar el test de aliento para descartar infestación por Helicobacter Pylori, programar revisiones adecuadas, etc. Y sobre todo comprobar la utilidad de esta prueba capaz de orientarnos sobre el pasado y futuro de una patología. La coriorretinopatía serosa central (CSC) se caracteriza clínicamente por un desprendimiento seroso de la retina neurosensorial en el polo posterior y/o desprendimiento del epitelio pigmentario (DEP), con un buen pronóstico visual, que sucede con mayor frecuencia en pacientes varones entre 20 y 45 años de edad con personalidad tipo A3, 4. Suele ser una enfermedad autolimitada, y es esta característica, al margen de la demora asistencial, el motivo por el que en determinadas circunstancias los pacientes acudan a realizarse pruebas complementarias estando asintomáticos y sin signos evidentes de su enfermedad. Fue la demora asistencial por lo que nuestro paciente acudió ya asintomático, y al realizar la prueba solicitada (OCT), no se evidenció a priori ninguna alteración, considerándose, por tanto, como dentro de la normalidad. La OCT nos permite confirmar el diagnóstico, al visualizar de una forma no invasiva el desprendimiento neurosensorial y/o el desprendimiento del epitelio pigmentario, incluso en algunos casos no evidenciados por biomicroscopia. En ocasiones podemos detectar pequeños desprendimientos de epitelio pigmentario (DEP) en el ojo motivo de estudio o el adelfo, que nos hace sospechar la existencia de episodios antiguos. La OCT brinda información adicional acerca del 23 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 315-317 CASO CLÍNICO ¡El tiempo cura, pero deja huella! BIBLIOGRAFÍA 1.- 2.- 3.- 4.- 5.- Kanski J. Oftalmología Clínica. 3ra ed. Madrid: Mosby Doyma S.A. 1996. Montesinos Ventura B, Abreu Reyes P, Gil Hernández MA. Coriorretinopatía central serosa: una presentación atípica. Arch Soc Canar Oftal 2001;12. Katsimpris JM. Coroido-Retinopatía central serosa. Un acertijo sin resolver. Highlights of Ophthalmology 2006;43(3):14-6. Gass JDM. Stereoscopic Atlas of Macular Diseases: Diagnosis and Treatment. 4th ed. St. Louis: Mosby 1997. Delori FC, Dorey CK, Staurenghi G, Arend O, 6.- 7.- Goger DG, Weiter JJ. In vivo fluorescence of the ocular fundus exhibits retinal pigment epithelium lipofuscin characteristics. Invest Ophthalmol Vis Sci 1995;36(3):71829. Spaide RF. Autofluorescence from the outer retina and subretinal. En: Holz FG, Schmitz S, Spaide R, Bird AC. 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La NVCI presenta mejor pronóstico que el observado en la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), siendo en los pacientes de menor edad en los que se obtienen los mejores resultados funcionales7. Presentamos el caso de un varón de 35 años sin antecedentes personales ni familiares de interés, diagnosticado de una membrana neovascular coroidea idiopática en su ojo derecho. El paciente presentó una agudeza visual al diagnóstico de 20/200 que mejoró a 20/32 después del tratamiento con tres dosis de bevacizumab intravítreo. Tras seis meses de seguimiento se produjo una reabsorción de la sangre y del fluido subretiniano permaneciendo inactiva la lesión. El fármaco fue bien tolerado y no se presentó ninguna complicación. Introducción Caso clínico La neovascularización coroidea idiopática (NVCI) es una patología infrecuente que afecta a individuos menores de 50 años y es de predominio unilateral. La miopía magna, las estrías angioides, la histoplasmosis, la ruptura traumática de la membrana de Bruch, la toxoplasmosis y otras patologías retinianas pueden cursar con membrana neovascular en el adulto, por lo que deben ser excluidas antes de realizar un diagnóstico de membrana neovascular idiopática1. Se han formulado diversas teorías acerca de su patogénesis. Algunas consideran la existencia de alteraciones anatómicas en la estructura vascular de la coroides y otras de tipo funcional se fundamentan en un desequilibrio entre los factores activadores e inhibidores de la angiogénesis vascular1, 2. No existe un consenso sobre el tratamiento óptimo de la NVCI. En la literatura se recogen casos de observación clínica, tratamiento con láser de argón, la cirugía submacular, la terapia fotodinámica con verteporfina, el empleo de diversos fármacos antiVEGF en monoterapia o en combinación con inyecciones de triamcinolona intravítreas3, 4. A la dificultad de elegir el tratamiento más idóneo, en caso del empleo de antiVEGF debe seleccio- Presentamos el caso de un varón de 35 años de edad remitido a la Unidad de Retina por visión borrosa en el ojo derecho (OD) de 15 días de evolución. No refiere historia de dolor, ojo rojo o fotofobia. No presenta antecedentes traumáticos, médicos o quirúrgicos reseñables. A la exploración, la mejor agudeza visual corregida (MAVC) es de 20/200 en el ojo derecho (OD) y de 20/25 en su ojo izquierdo (OI). La exploración biomicroscópica del segmento anterior está dentro de la normalidad en ambos ojos (AO). En la biomicroscopía del segmento posterior del ojo derecho presenta una membrana coroidea subfoveal con levantamiento foveal y sangre subretiniana. El fondo de ojo izquierdo es normal. No se observan drusas, cambios en el epitelio pigmentario de la retina (EPR) o exudados maculares en ningún ojo. En la angiografía fluoresceínica (AGF) se observa una lesión hiperfluorescente bien definida compatible con una MNVC clásica subfoveal que muestra difusión en tiempos tardíos (Figura 1). En la tomografía de coherencia óptica (OCT) del OD se observa una pérdida de la depresión fo- 26 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 318-321 CASO CLÍNICO Laura Martínez Pérez, María C. Costa González, Maximino Abraldes López-Veiga Figura 1.- A. Retinografía: MNVC subfoveal con hemorragias adyacentes. B, C y D. En la AGF se objetiva difusión de la MNVC tanto en tiempos precoces (B) como tardíos (C y D). Figura 2.- SD-OCT: MNVC subfoveal con fluido subretiniano. veal con desprendimiento de retina neurosensorial (DRNS) y zonas de mayor absorción de señal compatibles con puntos de sangrado (Figura 2). La exploración tomográfica del OI es normal. Las exploraciones complementarias solicitadas: analítica de sangre (serología y marcadores de infla- mación) y la radiografía de tórax resultaron dentro de la normalidad, diagnosticándose por exclusión de MNVC idiopática. Tras obtenerse el consentimiento informado, se procede al tratamiento con 0,05 cc de bevacizumab intravítreo inyectados a 3,5 mm del limbo bajo anes- 27 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 318-321 CASO CLÍNICO Bevacizumab intravítreo en el tratamiento de la neovascularización coroidea idiopática Figura 3.- SD-OCT: MNVC cicatricial resuelta tras el tratamiento. Figura 4.- A. Retinografía: MNVC cicatricial con reabsorción del fluido y las hemorragias. B. AGF: MNVC subfoveal cicatricial con área de atrofia en borde superior de la lesión. tesia tópica. Se realiza una pauta de tres dosis separadas por un intervalo de un mes. Tras la primera dosis de bevacizumab, no se encuentra mejoría significativa. Al mes de la 2ª dosis, la MAVC del OD es de 20/100 con escotoma central, la presión intraocular y el segmento anterior no presentan cambios y en el fondo de ojo se observa una MNVC con DRNS y sin lesiones de sangrado. En la OCT se observa una marcada reducción del fluido subretiniano, por lo que se decide inyectar una tercera dosis. Después de cuatro meses de seguimiento, tras la tercera dosis del fármaco, la MAVC en el OD es de 20/32, observándose en la AGF y la OCT una fibrosis subretiniana con reabsorción del fluido intra y subretiniano y sin signos de progresión (Figuras 3, 4 y 5). A los seis meses del tratamiento, el paciente permanece estable. Figura 5.- Imagen de autofluorescencia: MNVC subfoveal cicatricial con área de atrofia perilesional. 28 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 318-321 CASO CLÍNICO Laura Martínez Pérez, María C. Costa González, Maximino Abraldes López-Veiga como la observación clínica, la fotocoagulación con láser de argón, la terapia fotodinámica, la cirugía submacular y el empleo de fármacos antiVEGF. Actualmente el empleo de terapia con láser de argón no parece la mejor opción debido a que en membranas subfoveales hay pérdida visual inmediata por el daño de los fotorreceptores del área tratada4. La terapia fotodinámica presenta un elevado coste y en ocasiones requiere retratamiento. Produce daño al EPR, siendo difícil de realizar en pacientes muy jóvenes3. La cirugía submacular es compleja, requiere de un cirujano de retina entrenado y no está exenta de un alto riesgo complicaciones9. Los fármacos antiVEGF se muestran como una alternativa potencial en el tratamiento de esta enfermedad ya que son de fácil administración y se puede repetir en función de la respuesta. El riesgo de complicaciones observadas con el empleo de este tratamiento es menor que el observado en otras técnicas 5, 6. Durante el periodo de seguimiento, la MNVC permanece estable y no se han registrado efectos adversos atribuibles al fármaco o al procedimiento. Discusión Existen múltiples causas de MNVC en el adulto que deben ser descartadas antes de proceder al diagnóstico de NVCI del adulto. Se deben realizar una minuciosa exploración oftalmológica y un estudio radiológico y de laboratorio completo que incluya serologías infecciosas y marcadores indicadores de inflamación1. Los estudios publicados corresponden a casos clínicos o a series de casos de pequeño tamaño muestral que han puesto de manifiesto resultados visuales variables. El pronóstico visual de esta entidad es más favorable que el de la degeneración macular asociada a la edad, recogiéndose buenos resultados visuales7, 8. Se han empleado diferentes tratamientos, tales BIBLIOGRAFÍA 1.- 2.- 3.- 4.- 5.- Cohen SY, Laroche A, Leguen Y, Soubrane G, Coscas G. Etiology of choroidal neovascularization in young patients. Ophthalmology 1996;103:1241-4. Grarbiya M, Bozzoni F, Grandinetti F, Balacco C. Indocyanine green angiographic findings in idiopathic choroidal neovascularisation. Eye 1999;13:621-6. Spaide RF, Martin ML, Slakter J, Yannuzzi LA, Sorenson J. Treatment of idiopathic subfoveal choroidal neovascular lesions using photodynamic therapy with veteporfin. Am J Ophthalmol 2002;134(1):62-8. Macular Photocoagulation Study Group. Argon laser photocoagulation for idiophatic neovascularization. Results of a randomized clinical trial. Arch Ophthalmol 1983;101:1358-61. Yi X, Ogata N, Komada M y cols. Vascular endotelial growth factor expresion in choroidal neovas- 6.- 7.- 8.- 9.- cularization in rats. Graefes Arch Clin Exp Ophthalmol 1997;235:313-9. Nguyen QD, Shah sm, hafiz G, et al. Intravenous bevacizumab causes regresion of choroidal neovascularization secondary to diseases other than age-related macular degeneration. Am J Ophthalmol 2008;145:257-66. Lindblom B, Andersson T. The Prognosis of Idiopathic Choroidal Neovascularization in Persons Younger than 50 years of Age. Ophthalomology 1998;105:1816-20. Ho AC, Yannuzzi LA. The natural history of idiopathic subfoveal neovascularization. Ophthalmology 1995;102:782-9. Thomas MA, Dickinson JD, Melberg NS, Ibanez HE, Dhaliwal RS. Visual results after surgical renoval of subfoveal choroidal neovascular membranes. Ophthalmology 1994;101:1384-96. 29 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 318-321 CASO CLÍNICO Aneurismas miliares de Leber: a propósito de dos casos Montserrat Bausili Portabella, Bachar Kudsieh, Santiago Abengoechea Hernández Departamento de Retina y Vítreo. Centro de Oftalmología Barraquer Barcelona Se exponen dos casos con exudación lipídica periférica y dilataciones aneurismáticas en zona temporal. La angiografía con fluoresceína sódica confirma las dilataciones y la fuga tardía vascular. Discusión: Los aneurismas miliares de Leber son una vasculopatía retiniana primaria caracterizada por múltiples dilataciones vasculares asociadas a exudados lipídicos intrarretinianos. El diagnóstico se realiza a través del examen funduscópico y de los hallazgos en la angiografía fluoresceínica. El pronóstico visual de esta patología está ligado a la afectación macular. El tratamiento de elección es la fotocoagulación con láser argón de los aneurismas y de la isquemia periférica. forman parte de las llamadas telangiectasias primarias junto con las telangiectasias yuxtafoveales y la enfermedad de Coats. Es importante diferenciar esta entidad de otras que cursan con aneurismas, ya que el pronóstico puede ser muy variable. En este artículo presentamos dos pacientes diagnosticados de AML que fueron tratados con fotocoagulación (FCG) con láser Argón obteniendo una regresión del cuadro. Casos clínicos Caso 1 Los aneurismas miliares de Leber (AML) son una enfermedad idiopática y poco frecuente que afecta principalmente a varones a partir de la cuarta década de la vida. Se presenta característicamente como unas dilataciones vasculares aneurismáticas que se localizan principalmente en la periferia retiniana produciendo una exudación y oclusión vascular que se traduce en una pérdida de campo visual. Los AML Paciente de 60 años que acude por pérdida de visión central y periférica desde hace 1 semana en ojo izquierdo (OI). Su agudeza visual con corrección (AVCC) es de 1 en ojo derecho (OD) y 0’75 en OI, presentando metamorfopsia en OI. No presenta ninguna alteración en el segmento anterior y la presión intraocular (PIO) es de 16 en AO. Funduscópicamente, en OI observamos una exudación lipídica temporal a la fóvea con microaneurismas (MA) asociados (Figura 1). La tomografía de coherencia óptica (OCT) muestra un edema macular (EM) quístico nasal a la fóvea (Figura 2). Figura 1.- Fondo de ojo con exudación lipídica temporal al polo posterior. Se aprecian claramente dos dilataciones aneurismáticas a nivel de arcada temporal superior. Figura 2.- OCT del OD con edema macular quístico y un mínimo DR neurosensorial.. Introducción 30 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 322-326 CASO CLÍNICO Montserrat Bausili Portabella, Bachar Kudsieh, Santiago Abengoechea Hernández Es diagnosticado de AML. Se realiza FCG directa sobre los aneurismas, así como sobre el área de isquemia periférica. En la angiografía fluoresceínica (AGF) del OI se observan dilataciones aneurismáticas vasculares en las zonas correspondientes a la exudación temporal, con fuga tardía de colorante, así como una manifiesta isquemia periférica (Figuras 3, 4, 5 y 6) Caso 2 Paciente de 55 años de edad que acude por pérdida de visión y metamorfopsia en OD desde hace menos de 15 días. Su AVCC en OD es de 0,5 y 0,8 e OI. A nivel funduscópico presenta una exudación lipídica densa junto a la arcada temporal inferior. Asimismo existe una redistribución del epitelio pigmentario macular (Figura 7). El OI no presenta alteraciones. En la OCT del OD se observa un desprendimien- Figura 6.- Tiempos tardíos de la AGF donde se evidencia la extravasación vascular. Figuras 3, 4 y 5.- Tiempos iniciales de AGF del OD con dilataciones aneurismáticas hiperfluorescentes en la zona temporal superior, así como una marcada hipofluorescencia por isquemia periférica. Figura 7.- Fondo de OD con exudación a nivel temporal, hemorragias puntiformes inferiores y dilataciones aneurismáticas en arcadas vasculares superiores. 31 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 322-326 CASO CLÍNICO Aneurismas miliares de Leber: a propósito de dos casos unilateralmente en hombres jóvenes. A estas dos patologías se las llamó enfermedad de Coats y aneurismas miliares de Leber, respectivamente. Aunque compartían muchas características se las consideró como entidades separadas hasta mediados de siglo XX, cuando en 1955 Reese las agrupó como dos variantes de la misma patología. En ese momento se creó una nueva entidad a la que fue denominada telangiectasias retinianas primarias2. Las telangiectasias retinianas primarias son un grupo de enfermedades raras que pueden ser de origen idiopático, congénito o adquirido. Son anomalías vasculares retinianas y se caracterizan por la presencia de aneurismas múltiples que provocan extravasación en diferentes grados y exudados lipídicos intrarretinianos. Las telangiectasias retinianas afectan al lecho capilar, a las arteriolas y a las vénulas. Estas malformaciones vasculares acaban produciendo síntomas con el paso de los años al producir hemorragias, edema o exudación lipídica. Hablaremos de telangiectasias primaras cuando éstas no están asociadas a ninguna otra patología sistémica u ocular. De acuerdo con la gravedad de las telangiectasias, podemos clasificarlas en 3 grupos: A) Telangiectasia yuxtafoveal idopática. B) Aneurismas miliares de Leber. C) Enfermedad de Coats. Los AML se presentan con una pérdida de la agudeza visual central, unilateral, en varones adultos (a partir de los 40 años) a diferencia de la enfermedad de Coats que aparece más comúnmente en niños to de retina neurosensorial y un edema macular (Figura 8). La AGF del OD muestra un área de isquemia entre las arcadas vasculares temporales junto con la presencia de aneurismas (Figuras 9 y 10). Se realiza FCG tanto de los aneurismas como de las áreas de isquemia. Tras tres sesiones de FCG desaparece la exudación y los MA se obliteran. Meses después de la última sesión de FCG, la AVCC en OD es de 0,55 (Figuras 11 y 12). Discusión En 1908, Coats describió una enfermedad caracterizada por anomalías vasculares retinianas junto con exudación en varones jóvenes y típicamente unilateral1. Más tarde, en 1912, Leber describió otra patología caracterizada por la formación de múltiples aneurismas y degeneraciones retinianas que aparecían Figura 8.- OCT de OD con desprendimiento de retina y leve edema macular. Figuras 9 y 10.- AGF de OD donde se observa fuga de contraste coincidente con la exudación, aneurismas y zonas hemorrágicas. Detalle de la periferia donde se observan los aneurismas vasculares. 32 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 322-326 CASO CLÍNICO Montserrat Bausili Portabella, Bachar Kudsieh, Santiago Abengoechea Hernández Figura 11.- Fondo de OD con cicatrices pigmentadas tras la FCG de los aneurismas y la regresión de la exudación lipídica. Figura 12.- AGF de OD tras la fotocoagulación, no se observa exudación. menores de 10 años3. En mujeres representa menos de un 10%, y son pocos los casos bilaterales4. Para el diagnóstico son imprescindibles el examen funduscópico y la AGF. En el examen de fondo de ojo se pueden observar dilataciones fusiformes y saculares de las vénulas y las arteriolas, más frecuentemente en la periferia temporal retiniana, entre polo posterior y la retina periférica. Estas dilataciones corresponden a los aneurismas que, con el tiempo, producen una extravasación crónica y localizada, que formará la exudación lipídica. En la fase temprana de la AGF existe una hiperfluorescencia de las anomalías vasculares, así como una hipofluorescencia marcada de las áreas de no perfusión. La fase tardía muestra la fuga de contraste que puede provocar edema macular5. El diagnóstico diferencial debe realizarse principalmente entre los otros dos tipos de telangiectasias retinianas primarias. La telangiectasias yuxtafoveales idopáticas es una enfermedad rara que aparece más frecuentemente en varones de mediana edad, produciendo una pérdida de visión típicamente central. Funduscópicamente existirán pequeñas hemorragias intrarretinianas, y en la AGF, pequeñas dilataciones perifoveales6. La enfermedad de Coats es la más grave de las formas englobadas dentro de las telangiectasias retinianas. Afecta típicamente a pacientes en la primera década de vida. Puede manifestarse como afectación visual grave, estrabismo o leucocoria (en estos casos es importante realizar el diagnóstico diferencial con retinoblastoma). Funduscópicamente, existe una exudación más extensa, llegando inclu- so a producir desprendimiento de retina seroso. El pronóstico, incluso con tratamiento, es peor que las otras formas primarias de telangiectasias. Se han descrito algunos casos de Coats en adultos, éstos tienen menor alteración visual, pero más alteraciones a nivel funduscópico7. Algunos autores proponen que los AML es una forma más leve de enfermedad de Coats8. También resulta importante realizar un correcto diagnóstico diferencial con la retinopatía diabética. La ausencia de las características analíticas de la diabetes mellitus es clave para la orientación clínica. Otro diagnóstico diferencial que debemos establecer es con los macroaneurismas arteriales retinianos. Éstos aparecen más frecuentemente en mujeres hipertensas con cambios arterioscleróticos, suelen estar localizados dentro de las tres primeras bifurcaciones arteriales o cruces arterio-venosos. Finalmente hay que descartar cualquier patología vascular, tanto de tipo oclusivo como tumoral o con antecedentes de radiación. Los casos clínicos que presentamos fueron diagnosticados como AML tras descartar cualquiera de las patologías antes descritas. El pronóstico de esta entidad es variable y dependiente de la afectación foveal. El tratamiento consiste en realizar una obliteración de las anomalías vasculares mediante FCG. La inyección intravítrea de antiangiogénicos puede disminuir más rápidamente el edema macular y favorecer el pronóstico visual. Si existen complicaciones del tipo membrana epirretiniana o tracciones maculares puede ser necesaria la realización de vitrectomía. 33 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 322-326 CASO CLÍNICO Aneurismas miliares de Leber: a propósito de dos casos BIBLIOGRAFÍA 1.- 2.- 3.- 4.- 5.- Cotas G. Forms of retinal disease with massive exudation. Royal London Ophtalmic Hospital Reports 1908;17:440-525. Reese AB. Telangiectasis of retina and Coats’ disease. Am J Ophthalmol 1956;42:1-8. Do DV, Haller JA. Coat’s Disease. In: Ryan SJ. Retina. 4th Ed. Elsevier Mosby 2006. Vol II:1417-23. Gass JDM. Stereoscopic Atlas of Macular Diseases diagnosis and treatment. 4th Ed. St. Louis: Mosby 1997. Vol 1:494-502. Bugallo Rivas A, Barbón García JJ, Sanpedro López A. Telangiectasias retinianas: enferme- 6.- 7.- 8.- dad de Leber versus enfermedad de Coats del adulto. Studium Ophthalmologicum 2008;1: 27-30. Yanuzzi LA, Bardal AM, Freund KB, Chen KJ, Eandi CM, Blodi B. Idiopathic macular telangiectasia. Arch Ophthalmol 2006;124:450-60. Andonegui J, Aranguren M, Berástegui L. Enfermedad de Coats de comienzo en adulto. Arch Soc Esp Oftalmol 2008;83:117-20. Querques G, Bux AV. Leber miliary aneurysms and multiple sclerosis. Eur J Ophthalmol 2009; 19(4):690-3. 34 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR 2012; 3 (2): 322-326 BIBLIOGRAFÍA Artículos destacados de revistas internacionales Juan Donate López Hospital Clínico San Carlos. Clínica La Luz. Madrid ■■ Lutein: more than just a filter for blue light Aize Kijlstra, Yuan Tian, Elton R Kelly, Tos TJM Berendschot. Progress in Retinal and Eye Research 2012 July;31(4):303-15. La eliminación de la luteína de la dieta induce cambios de degenerativos precoces en la mácula de animales de experimentación, así como la toma de luteína reduce el riesgo de desarrollar degeneración asociada a edad o catarata. Esto supone una línea de debate en busca de las propiedades de la de molécula de la luteína, así como de su carrier. SR-B1 se ha identificado como una proteína de unión a luteína, identificable en la retina. EN sangre es transportada por las proteínas de alto peso molecular. Así, los genes que controlan los niveles de HDL y la proteína SR-B1 pueden ser los factores predisponentes para el desarrollo de DMAE, implicando las vías de control de los niveles de colesterol y de la luteína. También parece que, además de los efectos directos de la luteína, puede implicar cambios en la regulación inflamatoria, disminuyendo la expresión de ésta en modelos experimentales. ■■ One-year results of three monthly ranibizumab injections and as-needed reinjections for polypoidal choroidal vasculopathy in Japanese patients Taiichi Hikichi, Makoto Higuchi, Takuro Matsushita, Shoko Kosaka, Reiko Matsushita, Kimitaka Takami, Hideo Ohtsuka, Hiroko Ariga. American Journal of Ophthalmology 2012 July;154(1):117124.e1. El tratamiento con Ranibizumab, con 3 inyecciones en régimen mensual, reinyectando según necesidad en la vasculopatía polipoidea, es capaz de mantener la mejoría inicial al menos durante el primer año, si bien no desaparece el complejo vascular. ■■ Progression of retinal pigment epithelial atrophy in Stargardt disease Vikki A. McBain, John Townend, Noemi Lois. American Journal of Ophthalmology 2012 July;154(1): 146-154. El patrón de pérdida funcional detectado con las pruebas electrofisiológicas está fuertemente relacionado con el incremento de la atrofia en el tiempo, sirviendo de factor pronóstico de la evolución en el tiempo. ■■ Macular choroidal thickness and volume in eyes with angioid streaks measured by swept source optical coherence tomography Abdallah A. Ellabban, Akitaka Tsujikawa, Akiko Matsumoto, Ken Ogino, Masanori Hangai, Sotaro Ooto, Kenji Yamashiro, Masahiro Akiba, Nagahisa Yoshimura. American Journal of Ophthalmology 2012 June;153(6):1133-1143.e1. Se trata de medir el grosor medio de la coroides y el volumen de la mácula en ojos con estrías angiodes usando tomografía de coherencia óptica. Se evidencia que la coroides en los sujetos con estrías angiodes sin neovascularización es tan gruesa como las de los sujetos control, pero significativamente más delgada en los casos en los que hubo crecimiento de neovasos. ■■ Improvement of photoreceptor integrity and associated visual outcome in neovascular age-related macular degeneration Yong Min Kim, Ji Hyun Kim, Hyoung Jun Koh. American Journal of Ophthalmology 2012 July;154(1): 164-73.e1. Los cambios tomográficos en la línea de fotorreceptores ( IS/OS), tanto antes como después del tratamiento antiangiogénico, podría ser útil como indicador tanto de respuesta como de resultado en AV en pacientes con DMAE. Esto ocurre tanto en los que sufren disrupciones en la línea IS/OSD durante el tratamiento como en los que experimentan una mejoría de la misma (hasta un 49%). 35 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - VOLUMEN III – Nº 2 - JUNIO DE 2012 BIBLIOGRAFÍA ■■ Clinical and genetic characteristics of late-onset Stargardt’s disease Sarah C. Westeneng-van Haaften, Camiel J.F. Boon, Frans P.M. Cremers, Lies H. Hoefsloot, Anneke I. den Hollander, Carel B. Hoyng Ophthalmology 2012 June; 119(6):1199-210. Se pretendió describir el genotipo y fenotipo de los pacientes con enfermedad de Stardgardt tardía. Ésta es una patología causada por las mutaciones ABCA4-. La AV está frecuentemente bien conservada en sujetos con menos daño foveal, y este fenotipo está causado por las variantes 1 y 2 de las mutaciones ABCA4. El diagnóstico diferencial entre el Stardgardt tardío y degeneración macular asociada a edad podría cambiar, e incluso podría obligar a consejo genético. dad, con dos años de seguimiento. Se hicieron 3 grupos: 1) sujetos tratados inicialmente con ranibizumab (600); 2) pacientes que fueron randomizados como control y que transversalmente se cambiaron a ranibizumab (190); 3) pacientes no tratados previamente con ranibizumab (63). Se encontró, entre 3.552 inyecciones, 1 caso de endoftalmitis. No hubo efectos adversos serios reportados a nivel ocular (desprendimiento, daño cristalino, desgarros…). Por grupos, hubo los siguientes incrementos de PIO postinyección: was 9,2%, 6,6%, y 0%, teniendo en cuenta que el 3,2%, 4,2%, y 3,2% tenían diagnóstico previo de glaucoma. El desarrollo de catarata fue significativamente menor en el grupo de pacientes no tratados previamente. La proporción de accidentes tromboembólicos fue de 5,3 % en los casos de pacientes con tratamiento los últimos 2 años y 3,2 % en los no tratados previamente. A los 48 meses, el cambio de AV medio fue de +2,0 en los que llevaban tratamiento previo ( 24 meses), -11,8 en el grupo 2 y 3. Se concluye que las inyecciones múltiples a lo largo de 4 años fueron bien toleradas, con un descenso de la ganancia de AV menor en los casos en los que el tratamiento fue mensual ■■ Reduced-fluence photodynamic therapy combined with intravitreal bevacizumab for polypoidal choroidal vasculopathy Min Sagong, Suho Lim, Woohyok Chang.- American Journal of Ophthalmology 2012 May;153(5): 873-882.e2. Se trataron 16 pacientes con VPI con TFD de baja fluencia y se siguieron mensualmente durante 12 meses, midiendo AV, grosor por OCT, verde indocianina y angiografía fluoresceínica cada 3 meses. Los pacientes fueron retratados con TFD de baja fluencia o con bevacizumab en monoterapia cuando estuvo indicado. La TFD combinada con bevacizumab pareció ser efectiva para la mejoría de AV y para reducir las complicaciones en los tratamientos de la VPI. ■■ Pharmacokinetic study of vitreous and serum concentrations of triamcinolone acetonide after posterior sub-tenon’s injection Kyle Kovacs, Sushant Wagley, Matthew T. Quirk, Olga M. Ceron, Paolo A. Silva, Ravinder J. Singh, Hovhannes J. Gukasyan, Jorge G. Arroyo. American Journal of Ophthalmology 2012 May; 153(5):939-48. El modelo teórico predice que es eficiente la distribución del a triamcinolona en el espacio subtenon hacia la matriz extracelular coroidea. Se encontraron evidencias del paso transescleral hacia la cámara vítrea. ■■ HORIZON: an open-label extension trial of ranibizumab for choroidal neovascularization secondary to age-related macular degeneration Michael A. Singer, Carl C. Awh, SriniVas Sadda, William R. Freeman, Andrew N. Antoszyk, Pamela Wong, Lisa Tuomi. Ophthalmology 2012 June; 119(6):1175-83. Evalúa la seguridad y eficacia de múltiples inyecciones de ranibizumab a largo plazo, en régimen de tratamiento a demanda, según criterio del investigador en pacientes con degeneración macular asociada a la edad en su forma exudativa. Se reclutó a pacientes que habían completado la fase de tratamiento para control de la enferme- ■■ Subfoveal choroidal thickness after ranibizumab therapy for neovascular age-related macular degeneration: 12-month results ophthalmology Taizo Yamazaki, Hideki Koizumi, Tetsuya Yamagishi, Shigeru Kinoshita. In Press, May 2012. Se concluyó que el grosor coroideo disminuye con las inyecciones repetidas de ranibizumab, independientemente del tipo de complejo 36 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - VOLUMEN III – Nº 2 - JUNIO DE 2012 BIBLIOGRAFÍA cientes con NCVC secundaria a DMAE. 300 pacientes randomizados recibieron ranibizumab 0,5 mg en monoterapia; TFD con fluencia estándar (SF) combinado con ranibizumab y TFD con fluencia reducida (RF) cmbinada con ranibizumab 0,5 mg. Ranibizumab se administró en monoterapia mensualmente y en los grupos combinados, se inyectó 3 dosis de inducción + PRN. Ranibizumab monoterapia o combinada con TFD mejoró la AV a 12 meses, pero no se pudo demostrar la no inferioridad de los regímenes en combinación. TFD RF no ofreció ventajas frente a TFD SF. Todos los tratamientos fueron bien tolerados. neovascular. Así se evidencia que los efectos no solo ocurren en la membrana neovascular, sino también en la coroides subyacente. ■■ Verteporfin plus ranibizumab for choroidal neovascularization in age-related macular degeneration: twelve-month results of the DENALI study Peter K. Kaiser, David S. Boyer, Alan F. Cruess, Jason S. Slakter, Stefan Pilz, Annemarie Weisberger, DENALI Study Group. Ophthalmology May 2012;119(5):1001-10. El propósito fue determinar la no inferioridad de ranibizumab en combinación con TFD frente a ranibizumab en monoterapia en pa- 37 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - VOLUMEN III – Nº 2 - JUNIO DE 2012 IMÁGENES A Foseta papilar Alejandro Filloy Rius, Noel Padrón Pérez, Josep Maria Caminal Mitjana Hospital Universitario de Bellvitge. L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona) B Mujer de 32 años con foseta papilar y desprendimiento macular seroso asociado. La foseta y el desprendimiento pueden apreciarse en la retinografía (A). La tomografía de coherencia óptica de alta resolución a nivel de la foseta (B, flecha) muestra la comunicación del canal óptico hacia el área de esquisis retiniana y el desprendimiento neurosensorial adyacente. Avulsión coroidea Juan Donate López Hospital Clínico San Carlos. Clínica La Luz. Madrid. Rotura postraumatismo contuso de epitelio pigmentado de la retina y repliegue sobre el polo posterior. Vemos en imagen infrarroja la coroides bajo la retina desnuda. Coroiditis central serosa Juan Donate López Hospital Clínico San Carlos. Clínica La Luz. Madrid. Vemos imagen RED-FREE la sobreelevación del neuroepitelio. Quizá no nos ayude para decidir un tratamiento, pero es importante experimentar con las posibilidades de los equipos que manejamos, pues mejora la perspectiva que tenemos de las patologías retinianas. 39 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - VOLUMEN III – Nº 2 - JUNIO DE 2012 IMÁGENES 1A Distrofia de conos Juan Donate López Hospital Clínico San Carlos. Madrid. 1B Apreciamos en el OD (1A) y en OI (1B), hiperfluorescencia rodeando área de silencio foveal. 2A 2B Imagen de autofluorescencia, 4 años después: se aprecia aumento de fluorescencia en borde de atrofia que ya avanzó afectando a fóvea en ambos casos. Ese punteado en el borde y en el parénquima cercano hace pensar que la atrofia aún será mayor. 40 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - VOLUMEN III – Nº 2 - JUNIO DE 2012 NORMAS DE PUBLICACIÓN Recepción de trabajos E Primera página n el espíritu de la revista está fomentar el intercambio de información, por lo que te invitamos a que nos envíes, para su evaluación y publicación si procede, trabajos en relación con la mácula, médica o quirúrgica. El trabajo ha de cumplir los siguientes requisitos: - Estar relacionado con la mácula. - Tener relación con un tema de actualidad o de un mínimo de interés médico-científico. - Poder clasificarlo como: artículo de revisión, caso clínico o artículo original. - Estructurado según las normas de la Sociedad Española de Oftalmología publicadas en Archivos de la SEO. Remitir a Dr. Juan Donate López: Juan.donate@ gmodonate.com, indicando n ombre y apellidos, teléfono de contacto, E-mail, centro y ciudad de trabajo y dirección de correspondencia. Los manuscritos deberán ser mecanografiados a doble espacio (30 líneas, 60 pulsaciones), en DIN-A4 por una sola cara, con un margen no inferior a 25 mm, y con las páginas numeradas correlativamente. 1.- Título: debe ser conciso e informativo. 2.- Nombre y apellidos completos del autor o autores. 3.- Centro y Departamento en que se realizó el trabajo. 4.- Dirección para correspondencia. 5.- Título corto, inferior a 40 caracteres. 6.- Resumen (7 líneas de texto). Bibliografía Las citas se presentarán según el orden de aparición en el texto, con numeración correlativa en superíndices, vaya o no acompañada del nombre de los autores en el texto. Las citas se comprobarán sobre los originales y se ordenarán según las normas de Vancouver disponibles en http://www.icmje.org Ilustraciones Se podrán publicar en blanco y negro, o a color; si se utilizan fotografías de personas identificables, es necesario tener la autorización para su publicación. Si puede aportar las ilustraciones en formato digital, es recomendable utilizar formato bmp, jpg o tiff, con un mínimo de 300 puntos por pulgada. Si las figuras no son originales, aun cuando cite la procedencia o las modifique, debe obtener permiso de reproducción del autor o de la editorial donde se publicó originalmente. Estructura El trabajo, en general, deberá estar estructurado en diversos apartados: Introducción, Material y métodos, Resultados y Discusión. En trabajos especialmente complejos podrán existir subapartados que ayuden a la comprensión del estudio. RECEPCIÓN DE REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR Si desea recibir Revista Española de Patología Macular, cumplimente este boletín Nombre Apellidos Calle Población Distrito postal Provincia E-mail REMITIR A: Línea de Comunicación: C/ Concha Espina, 8, 1º Derecha – 28036 Madrid Teléfono: 91 411 00 32 – Fax: 91 411 01 46 E-mail: redaccion@lineadecomunicacion.com 41 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - VOLUMEN III – Nº 2 - JUNIO DE 2012 NOTICIAS Imagen Multicolor de OCT Spectralis: Versatilidad y Precisión La visualización de las imágenes en modalidad MultiColor o por colores individuales resalta los detalles estructurales de las distintas profundidades de la retina y aporta mayor precisión al diagnóstico. S En el exudado duro y signos de hemorragia en la retinopatía diabética, toda la amplitud del cambio estructural es visible en la imagen MultiColor, que también muestra las alteraciones de la mácula altamente reflectante. El SD-OCT simultáneo confirma la presencia de quistes intrarretinales en este área. En Retinopatía diabética – Edema macular diabético. La imagen MultiColor revela un área de estructura anómala en la mácula que puede ser difícil de identificar en la imagen de la retinografía a color. En Drusas reticulares, la presencia y la extensión de múltiples drusas reticulares son fácilmente visibles en la imagen MultiColor. También evidencia una zona anómala de RPE (flecha) que podría resultar difícil de identificar en la imagen del Retinógrafo a color. canning Laser Imaging aporta una nueva dimensión a la plataforma multimodal SPECTRALIS mediante la combinación simultánea del SD-OCT con una imagen en color de la retina. La imagen simultánea con varios colores de láser proporciona información para el diagnóstico procedente de las diferentes estructuras y a distintos niveles de la retina. El diagnóstico por imagen de SPECTRALIS MultiColor ofrece imágenes detalladas y de gran contraste incluso en pacientes difíciles con cataratas o nistagmo. La claridad y el detalle de las imágenes son el resultado de la fusión de las tecnologías principales de SPECTRALIS: láser confocal de barrido, función «liveeye tracking» activa y la tecnología de reducción de ruidos. La imagen Multicolor se compone de tres imágenes generadas por tres láseres de colores distintos y las imágenes son adquiridas simultáneamente. La posibilidad de visualizar las imágenes en modalidad MultiColor o en modalidad individual por colores individuales permite un diagnóstico muy preciso al resaltar los detalles estructurales de las distintas profundidades de la retina. Scanning Laser Imaging MULTICOLOR ofrece ventajas: • Imagen multimodal MultiColor simplifica la identificación de los detalles anatómicos: Las múltiples drusas de tamaño medio-pequeño múltiples aparecen bien delimitadas en la imagen MultiColor. La imagen SD-OCT simultánea confirma los patrones de drusas confluentes. • Retinógrafo color MultiColor con SD_OCT de alto contraste de imagen y excelente calidad de las imágenes. • La precisión y versatilidad multimodal Diagnóstica por imágenes con SPECTRALIS. • Disponible para todos los modelos SPECTRALIS. En la AMD exudativa, la imagen MultiColor revela toda la extensión de las alteraciones subretinales y del RPE. La precisión multimodal Diagnóstico por imágenes con SPECTRALIS Retinopatía diabética – Edema macular diabético MultiColor SD-OCT. 42 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - VOLUMEN III – Nº 2 - JUNIO DE 2012 NOTICIAS Topcon introduce una nueva generación de microperímetros L Microperímetro Maia. EDEMA macular. AMD severo. a microperimetría es una técnica cuyo desarrollo comenzó hace algunas décadas y fue concebida para la evaluación de la sensibilidad macular. Para aquel entonces los modelos existentes resultaban costosos, poco precisos, complejos de manejo y su utilización requería de una importante inversión de tiempo. Sin embargo, fruto de una constante I+D+í, hoy en día todos estos problemas han quedado aparcados con la irrupción del nuevo Microperímetro MAIA (Macular Integrity Assesment) que, además de la sensibilidad retiniana, permite evaluar la fijación del paciente. La microperimetría moderna abre nuevos campos en el diagnóstico y control de los tratamientos de los pacientes con patologías maculares. Cuando se realizan terapias antiVEGF y/o láser es frecuente observar el retorno morfológico de la retina a su estado inicial. Habitualmente, la AV suele ser el parámetro funcional sobre el cual basamos la mejora del paciente cuando ésta existe. Sin embargo, cuando esto no sucede, la microperimetría ayuda a dar explicación, a si puede ser debido a una fijación excéntrica o inestable (posiblemente entrenable), o a factores clave como haber aplicado láser sobre el punto de fijación excéntrica que puede utilizar el paciente (fuera de la fóvea), etc. Realizando microperimetría a nuestros pacientes antes de cada tratamiento, es posible evitar estas situaciones y obtener un pronóstico más preciso de los tratamientos que vamos a aplicar. El novedoso sistema MAIA abre una nueva era en este campo, gracias a la incorporación de un rápido y preciso sistema eyetracker combinado con SLO, que controla los movimientos del ojo a tiempo real. De esta manera, se asegura que las proyecciones sobre los puntos evaluados se encuentran en las zonas escogidas para la evaluación, no solamente durante el examen, sino en controles posteriores, donde el equipo memoriza los puntos y los evalúa de nuevo en la misma posición ofreciendo un altísimo índice de repetitividad. A su vez, el control del eyetracker reduce considerablemente los tiempos de examen hasta un 50%, disminuyendo también la posibilidad de falsos positivos y falsos negativos. Por otro lado, el interface resulta muy intuitivo y, gracias a su pantalla táctil, el usuario puede seleccionar todas las opciones de manera rápida e intuitiva, presentando una curva de aprendizaje realmente corta. El Microperímetro MAIA también incluye un software para entrenamiento de la fijación en pacientes con baja visión, aportando una manera más cómoda y científica de mejorar la AV de dichos pacientes, obteniendo en todo momento información precisa de la fijación del paciente y el registro de su evolución. 44 REVISTA ESPAÑOLA DE PATOLOGÍA MACULAR - VOLUMEN III – Nº 2 - JUNIO DE 2012