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08 133-140 PRAC 2407 9/3/05 15:49 Página 133 Documento descargado de http://www.doyma.es el 10/12/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 80.253 LA PIEL EN LA PRÁCTICA DIARIA Estadificación y pronóstico del melanoma Josep Manel Casanova Seuma, Rosa María Martí Laborda y Manel Baradad Brusau Servicio de Dermatología. Hospital Universitari Arnau de Vilanova. Universitat de Lleida. Lleida. España. FACTORES PRONÓSTICOS DEL MELANOMA Ya hace más de 50 años que se estudia los factores pronósticos del melanoma, entre los que se ha incluido múltiples características clinicopatológicas1. Últimamente el American Joint Committee on Cancer (AJCC) ha realizado un amplio trabajo de revisión del sistema de estadificación del melanoma con el fin de determinar cuáles son los principales factores pronósticos. Para ello ha analizado una base de datos de 30.450 pacientes, que incluía a 17.600 de los que se disponía de información detallada2,3. Se ha comprobado que, en el momento del diagnóstico, el pronóstico del melanoma depende principalmente de que haya o no metástasis a distancia. Si no las hay, del estado de los ganglios regionales y, si la enfermedad está confinada a la piel, de la profundidad que el tumor haya alcanzado (Breslow). En ese caso, cuanto mayor es el grosor del melanoma, mayor es el riesgo de metástasis linfáticas o a distancia y, por tanto, peor el pronóstico3,4. Se ha comprobado que también es determinante la ulceración histológica del tumor primario5. Algunas características como la localización del tumor primario, la edad y el sexo del paciente, el nivel de invasión (Clark), el índice mitótico, los signos de regresión, la intensidad del infiltrado linfocitario, el patrón de crecimiento del melanoma y la invasión vascular también influyen en el pronóstico, pero su relevancia es menor. Características del tumor primario (T) Grosor (Breslow y Clark). Para determinar la profundidad del tumor se requiere la evaluación histológica cuidadosa de toda la pieza por un patólogo experimentado. Se mide en milímetros con un micrómetro ocular, desde la capa granulosa –o, si hay ulceración, desde la Correspondencia: Dr. J.M. Casanova. Servicio de Dermatología. Hospital Universitari Arnau de Vilanova. Rovira Roure, 80. 25198 Lleida. España. Correo electrónico: jmcasanova@medicina.udl.es 53 TABLA I. Clasificación de Clark Nivel I Nivel II Nivel III Nivel IV Nivel V Lesiones limitadas a la epidermis (melanoma in situ). Lesión no invasiva Invasión de la dermis papilar, sin alcanzar la interfaz entre dermis papilar y reticular La invasión llena y expande la dermis papilar, pero no penetra la dermis reticular Invasión de la dermis reticular, pero no del tejido subcutáneo Invasión por toda la dermis reticular del tejido subcutáneo base de ésta– hasta la máxima profundidad identificable que alcancen las células del melanoma6. Los intervalos definidos por Breslow en sus primeros trabajos fueron ≤ 0,75 mm, de 0,76 a 1,5 mm, de 1,6 a 3 mm, de 3,01 a 4 mm, y > 4 mm. En la estadificación actual se ha pasado a números enteros (≤ 1 mm, de 1,01 a 2 mm, de 2,01 a 4 mm y > 4 mm), más fáciles de recordar. El grosor de Breslow mide indirectamente la masa tumoral, es un tipo de medida fácilmente reproducible y predice con bastante precisión la conducta posterior del melanoma en las lesiones > 1 mm. Según dicha medida, cuanto más grueso sea el tumor, peor será el pronóstico. En la actualidad ha adquirido menos importancia el nivel anatómico de invasión local (clasificación de Clark, tabla I), aunque tiene utilidad en las áreas de piel fina como las orejas o el cuello, donde un melanoma delgado, < 1 mm de grosor (T1), puede alcanzar un nivel V. Esto le confiere capacidad biológica de producir metástasis, ya que las células tumorales pueden acceder más fácilmente a las estructuras vasculares y linfáticas7. Ambos parámetros histopatológicos, el grosor tumoral de Breslow y los niveles de invasión de Clark, son la base de la clasificación pronóstica del melanoma primario. Entre ambos sistemas de estadificación existe un 80% de correlación, pues ambos miden indirectamente el volumen tumoral8, aunque el Breslow es una variable continua y proporciona un índice más preciso de dicho volumen. Ulceración histológica. Se define como la ausencia de epidermis sobre el melanoma primario. Por potencia, es el segundo predictor independiente de la enfermedad localizada. Influye en el pronóstico incluso en caso de que los ganglios estén afectados9-11. Su importancia es tal que es uno de los factores que se ha incorporado al actual sistema de estadificación del tumor primario (T). Cuando se detecta ulceración, el pronóstico empeora y, de hecho, el melanoma ulcerado se clasifica en un estadio inmediatamente superior al de un melanoma sin ulceración. Del mismo modo, se ha observado que los melanomas ulcerados > 4 mm sin afección ganglionar tienen peor pronóstico que algunos melanomas con metástasis locorregionales, aunque no parece que tenga significación pronóstica en melanomas < 1 mm, como se ha comprobado en un reciente estudio12. Localización. En algunos estudios se ha comprobado que es un factor pronóstico independiente. Los pacientes con lesiones localizadas en las extremidades (excepPiel. 2005;20(3):133-40 133 08 133-140 PRAC 2407 9/3/05 15:49 Página 134 Documento descargado de http://www.doyma.es el 10/12/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Casanova Seuma JM, et al. Estadificación y pronóstico del melanoma to en manos y pies) tienen mejor pronóstico que cuando las tienen en el tronco y la extremidad cefálica. El pronóstico es peor para las lesiones de manos y pies y del cuero cabelludo13-15. Edad. Varios trabajos demuestran que, en el melanoma, la edad del paciente es un factor pronóstico independiente15-17. En concreto, los pacientes mayores de 65 años, en especial si son varones, tienen un peor pronóstico. En los ancianos es más frecuente la aparición de metástasis a distancia, mientras que los jóvenes son más propensos a desarrollar enfermedad locorregional18. La inmunodepresión, propia de la edad avanzada, probablemente sea la causa de la rápida progresión de la enfermedad en estos casos. Sexo. Los resultados de los diferentes estudios son contradictorios, aunque parece que las mujeres tienen un pronóstico ligeramente mejor, ya que suelen presentar melanomas más finos, localizados en las extremidades y no ulcerados. En los varones son algo más frecuentes los melanomas del tronco, gruesos y ulcerados. Algunos estudios demuestran que el sexo es una variable independiente y que los varones tienen peor pronóstico17-19. 134 Índice mitótico. La mayoría de los expertos coincide en afirmar que los melanomas con un mayor número de mitosis/mm2 en el componente dérmico tienen peor pronóstico19,20. Ya en 1989, Clark21 comprobó que la supervivencia a los 8 años de los pacientes con melanomas con más de 6 mitosis/mm2 fue de sólo el 38,2%, frente al 95% de los que no presentaban mitosis. Para otros autores22, es más importante el denominado índice pronóstico, que resulta de multiplicar el índice mitótico por el grosor en milímetros. En el grupo de melanomas de 1,5 a 3,99 mm, Kopf et al23 encontraron peor supervivencia entre los que tenían un índice pronóstico mayor de 19 que los que lo tenían inferior. Respuesta inflamatoria/inmunitaria. La relación del melanoma con la intensidad del infiltrado inflamatorio es un tema controvertido desde hace años. Algunos estudios demuestran que un infiltrado inflamatorio denso proporciona un pronóstico favorable21-24 mientras que otros no lo confirman25. Por otra parte, es un factor difícil de evaluar porque no existe una definición estándar. Unos autores se refieren a los linfocitos que rodean al tumor26 mientras otros se refieren únicamente a los que lo infiltran21 (tumor-infiltrating lymphocytes, TIL), que se cree que son los que originan la reacción inmunitaria específica. Para Clark et al21, un número elevado de TIL condiciona un buen pronóstico, como se ha comprobado en otros estudios27. Del mismo modo, la ausencia de respuesta inflamatoria parece ser un factor de mal pronóstico en melanomas gruesos28. Regresión. También es difícil de evaluar, ya que no existe acuerdo sobre el significado histológico de la regresión. La mayoría de los expertos la definen por la Piel. 2005;20(3):133-40 presencia de fibrosis y proliferación vascular en dermis papilar, sin que se observe células tumorales, y un infiltrado compuesto por melanófagos y linfocitos dispersos en un área contigua o en el interior de un melanoma29. Se ha estudiado especialmente la regresión en melanomas finos con el fin de intentar predecir cuáles de ellos metastatizarán. Los resultados son contradictorios. En varios trabajos no se ha confirmado que la regresión tenga significado pronóstico30,31, mientras que otros han acreditado su importancia en melanomas finos (< 0,76 mm de grosor)21,32. En un estudio realizado sobre 103 pacientes con melanomas finos, se vio que los que tenían más de un 70% de regresión tenían mayor riesgo de que se desarrollen metástasis viscerales, mientras que los pacientes sin regresión no presentaron metástasis33. En otra serie de 121 enfermos con melanomas finos, el 19% presentaba signos de regresión histológica. En ese grupo se detectó el 71,4% de las metástasis34. Patrones de crecimiento del melanoma. No parece que exista una relación pronóstica con los 4 patrones de crecimiento del melanoma: melanoma sobre lentigo maligno, melanoma de extensión superficial, melanoma nodular y melanoma lentiginoso acral. Pero, como el melanoma nodular tiene crecimiento vertical desde el inicio, suele tener peor pronóstico que el de extensión superficial35. Incluso el lentigo maligno, que crece en superficie durante años, tiene un pronóstico equiparable al de las demás lesiones cuando se desarrolla un melanoma invasivo en su interior36. Invasión vascular. Éste es otro de los criterios puestos en duda. En algunas series se ha encontrado que es un factor independiente de mal pronóstico25,37, mientras que otras no lo han confirmado21. Como la invasión vascular tiene relación directa con la profundidad del melanoma y la microsatelitosis, es un predictor significativo de la afección ganglionar37. Metástasis regionales (N): microsatélites, metástasis en tránsito y metástasis de los ganglios de drenaje Microsatélites y metástasis en tránsito. Hablamos de microsatélites cuando se detecta un nido tumoral ≥ 0,05 mm en el mismo corte histológico que el tumor primitivo, aunque separado de éste. Una metástasis en tránsito es una lesión situada a más de 3 cm del tumor primario, pero que no ha alcanzado los ganglios regionales29. En la anterior clasificación, los microsatélites se incluían en la estadificación de la lesión primaria (T), pero se ha visto que tienen un pronóstico similar al de las metástasis en tránsito y la afección ganglionar, y por ello actualmente se incluyen en el estadio N29,38. Metástasis en los ganglios regionales. En la nueva clasificación del AJCC, el número de ganglios linfáticos metastásicos es más importante que el tamaño de las metástasis. Se ha determinado 4 intervalos: 1, 2, 3 y 4 o más. Cada uno de los tramos tiene peor pronóstico que 54 08 133-140 PRAC 2407 9/3/05 15:49 Página 135 Documento descargado de http://www.doyma.es el 10/12/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Casanova Seuma JM, et al. Estadificación y pronóstico del melanoma el anterior21,38,39. Respecto al tamaño, se habla de micrometástasis y macrometástasis. Se denomina micrometástasis a las que no son detectables clínicamente; se descubren en la biopsia del GC o en los ganglios de una linfadenectomía electiva. Hablamos de macrometástasis cuando las adenopatías palpables se confirman histológicamente. También se denomina así a las metástasis ganglionares que rompen la cápsula y se extienden al espacio extraganglionar. En este caso la supervivencia es menor que los que tienen micrometástasis15,21,40. Metástasis a distancia (M) Se han creado 3 subgrupos pronósticos (M1a, M1b y M1c) según la localización de las metástasis. La supervivencia a 1 y 2 años es mayor en caso de metástasis no viscerales (piel, tejido subcutáneo o ganglios a distancia) (M1a), que en las viscerales (M1c)21. También parece que los pacientes con metástasis pulmonares tienen mejor pronóstico al año del diagnóstico que los que tienen metástasis en otras vísceras, y por ello se les incluye en la categoría M1b4,41. En la categoría M también se tiene en cuenta la lactato deshidrogenasa (LDH) sérica, que con frecuencia se encuentra elevada en la enfermedad metastásica21,42. La elevación de la LDH resitúa al paciente en el subgrupo M1c, siempre que se descarte otras causas, como hemólisis o linfoma. ESTADIFICACIÓN Tras la microestadificación del tumor primario, se realiza la evaluación de las metástasis regionales y a distancia. Si el melanoma es > 1 mm y no se detecta adenomegalias clínicamente, la mayoría de los expertos recomiendan realizar en primer lugar biopsia del GC. Biopsia del ganglio centinela Anteriormente, en muchos centros se realizaba linfadenectomía a los pacientes con melanoma > 1,5 mm. Se suponía que la extirpación ganglionar, si sólo hubiese micrometástasis, evitaría la diseminación. Cuando se detecta clínicamente las adenopatías, la carga tumoral es grande y el riesgo de metástasis, elevado. Pero se han realizado 4 estudios prospectivos y aleatorizados sobre la linfadenectomía profiláctica, y en ninguno de ellos se ha demostrado que aumente la supervivencia16,37,43,44. Existen otros argumentos en contra de la linfadenectomía indiscriminada. En primer lugar, que los melanomas < 1 mm no suelen diseminarse y que en el 80% de los > 1 mm tampoco se detecta metástasis en la linfadenectomía. Además, el procedimiento no está exento de efectos secundarios. En el 40% de los casos se producen seromas, hematomas e infección de la herida quirúrgica y en un 10%, complicaciones crónicas como linfedema y compresión neural. Por todo ello, la mayoría de los centros la han abandonado y sólo se hace vaciamiento ganglionar cuando se detecta adenomegalias. El melanoma se disemina por vía linfática y hematógena. Se ha demostrado que las metástasis no se producen al azar, sino de una manera ordenada y secuencial, 55 empezando por un ganglio, que denominamos ganglio centinela (GC), y luego extendiéndose a ganglios de un nivel superior, antes de causar metástasis viscerales46,47. Si dicho ganglio no está invadido, tampoco lo estará el resto48,49. La biopsia del GC es positiva en el 18-20% de los casos estudiados, porcentaje similar al de metástasis ganglionares de los melanomas en general46,48,50. Si el GC está invadido, se practica una linfadenectomía completa, pero ahorramos la morbilidad de esa intervención al 80% restante. La técnica es mínimamente invasiva, ya que la incisión mide de 2 a 4 cm, se puede realizar con anestesia local de forma ambulatoria y tiene pocas complicaciones, que, en manos de un cirujano experimentado, se limitan a sobreinfección, seroma y, en menos del 1% de los casos, reacciones alérgicas al radiotrazador. Aunque no exenta de controversias, la biopsia del GC se ha incluido en la nueva clasificación pronóstica del melanoma, lo que ha permitido una mejor estadificación. Actualmente se la considera el factor pronóstico más importante en pacientes sin evidencia de enfermedad ganglionar51. Está por determinar si con ello mejora la supervivencia. La respuesta la tendremos cuando finalice el estudio Multicentre Selective Lymphadenectomy Trial. Respecto a las indicaciones, cada vez hay más consenso en realizar esta técnica a los pacientes que, libres de enfermedad metastásica, sean portadores de un melanoma > 1 mm de grosor. También se debe incluir los que midan menos de 1 mm si están ulcerados o si el nivel de Clark es IV o V52. Existen dudas sobre introducir o no los tumores primarios gruesos (Breslow > 4 mm), ya que en esos casos el riesgo de que se hayan diseminado por vía hematógena es muy elevado. Una de las principales ventajas de esta técnica es que el patólogo sólo debe examinar 1 o 2 ganglios y, por tanto, puede hacerlo con mayor detalle49. Lo ideal sería realizar el estudio intraoperatorio de material congelado o de improntas citológicas y, en caso de ser positivos, realizar en el mismo acto quirúrgico la linfadenectomía53,54. Pero, aunque la especificidad de ambas muestras es de casi el 100%, la sensibilidad del material congelado es baja, de entre un 35 y un 54%53, y la de las improntas, de sólo el 38%55. Por ello, la mayoría de los expertos aconsejan realizar la linfadenectomía de forma diferida. En ese caso los cortes se analizan con hematoxilina-eosina (H-E). Si el tejido es sospechoso, se realiza un estudio inmunohistoquímico con anticuerpos contra S-100, Melan-A y antígeno HMB-45. La S100 es muy sensible, pero puede producir falsos positivos porque también tiñe las células reticulares interdigitales y las células névicas benignas. El HMB-45 es más específico (95%), pero menos sensible (45-65%), por lo que recientemente se ha propuesto que sea sustituido por el Melan-A56. Con esta técnica se incrementa la capacidad de identificación de las metástasis microscópicas en un 10%. Por otra parte, el estudio histológico con H-E combinado con la inmunohistoquímica hace que aproximadamente el 22% de los pacientes en estadio I o II sean reclasificados como estadios III57,58. Piel. 2005;20(3):133-40 135 08 133-140 PRAC 2407 9/3/05 15:49 Página 136 Documento descargado de http://www.doyma.es el 10/12/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Casanova Seuma JM, et al. Estadificación y pronóstico del melanoma 136 En 1994, Wang et al59 adaptaron la técnica molecular de la transcriptasa inversa de la reacción en cadena de la polimerasa (RT-PCR) de la tirosinasa en el estudio del GC. Sus resultados tienen una excelente correlación con el grosor de Breslow del tumor primario60-62. Se ha visto que los pacientes con RT-PCR positiva tienen peor evolución, incluso si el resultado del GC por histología convencional e inmunohistoquímica ha sido negativo. En un estudio se comprobó que, de 12 pacientes que desarrollaron adenomegalias meses después de que la biopsia del GC hubiese sido negativa en el examen convencional con H-E y por inmunohistoquímica, al ser revaluados, 11 (92%) tenían positiva la RT-PCR63. Por el contrario, pacientes con melanoma grueso pero RT-PCR negativa tienen poco riesgo de recurrencias64. El problema de la técnica es que es demasiado sensible, ya que detecta con facilidad el ARNm de la tirosinasa de células névicas ganglionares, presentes a nivel subcapsular en el 15% de los individuos sanos65, y por ello proporciona falsos positivos. Se está llevando a cabo un amplio estudio multicéntrico, el Sunbelt Melanoma Trial, sobre si la estadificación molecular del GC mediante RT-PCR es realmente útil en la clínica66. De momento la mayoría de los expertos recomiendan no decidir la linfadenectomía sobre la sola base de la RT-PCR. Recientemente se ha diseñado sondas para detectar otros antígenos del melanoma como MAGE-3, MART-1 y gp10064,65. La biopsia del GC debe realizarse en los pacientes en riesgo de sufrir metástasis. Son candidatos todos los melanomas > 1 mm de grosor o que, midiendo menos, están ulcerados o tienen un Clark de IV o V, lo que aumentaría su nivel de estadificación. Cascinelli et al67 encontraron que sólo 1 (2%) de 50 melanomas < 1 mm tenían un GC positivo y concluyó que no es preciso realizar la técnica en este grupo de enfermos. Pero el porcentaje aumenta al 5% en caso de nivel de Clark IV-V o melanoma ulcerado, casos en que se considera que sí es recomendable. Ahora bien, sólo debe realizarse en centros que dispongan de un equipo multidisciplinario experimentado que incluya a un cirujano, un patólogo y un especialista en medicina nuclear. Se ha comprobado que los resultados son fiables cuando el equipo alcanza un total de 30 biopsias. En caso de afección de los ganglios regionales, se clasifica al paciente en el estadio III. El 65% de estos pacientes desarrollan metástasis a distancia y la supervivencia a 5 años se sitúa entre el 24 y el 65%, según el grado de afección linfática (tamaño de las metástasis, número de ganglios afectados, etc.)68,69. Los pacientes con adenomegalias palpables clínicamente tienen el peor pronóstico. Si no se detecta adenopatías, la biopsia del GC es fundamental. La supervivencia a 3 años de los pacientes con biopsia del GC negativa es del 88,5%, y sólo del 55,8% cuando es positiva. Si hay afección ganglionar, el tratamiento estándar es el vaciamiento ganglionar. Otras pruebas complementarias para la estadificación del melanoma Con la excepción del estudio de la enfermedad locorregional con la técnica del GC (sobre la que existe un Piel. 2005;20(3):133-40 acuerdo bastante generalizado) y de la linfadenectomía terapéutica en caso de adenomegalias, no hay consenso internacional sobre cómo descartar la presencia de metástasis a distancia en los pacientes con melanoma cutáneo primario. En los pacientes de riesgo bajo o intermedio, parece que no es necesario realizar estudios de imagen complejos si la historia clínica y la exploración física no lo indican70-73. La incidencia de metástasis en pacientes asintomáticos en estadios I o II es muy baja (1,3%), mientras que la tasa de falsos positivos (imágenes compatibles con metástasis que finalmente correspondieron a procesos benignos) alcanza el 16% y produce ansiedad en el paciente, preocupación en el médico y un coste innecesario de procedimientos diagnósticos invasivos caros y no exentos de morbilidad. En estos casos la historia clínica es fundamental. Se debe estratificar por sistemas y preguntar por cefalea o síntomas de déficit neurológicos o visuales; tos, disnea o dolor torácico; dolor abdominal o cambios en el ritmo de las deposiciones y dolor óseo de aparición reciente. También debe ser meticulosa la exploración física. Debemos inspeccionar y palpar la herida y la región vecina, los ganglios regionales de drenaje del tumor primario y demás territorios ganglionares y el abdomen, en busca de masas o visceromegalias. Además, algunos autores proponen añadir una analítica completa, que incluya pruebas hepáticas y LDH y una radiografía de tórax. Otros grupos de trabajo proponen realizar también una ecografía abdominal. Todo ello puede ser utilizado como estudio basal en caso de que posteriormente aparezcan cambios en la analítica o una imagen sospechosa de metástasis. Sobre los pacientes de alto riesgo hay más controversia. Por un lado, en estudios realizados en enfermos en estadio III asintomáticos y con LDH y radiografía de tórax normales, la incidencia de metástasis detectadas mediante estudios extensos con técnicas de imagen no es muy alta (7%), mientras que sigue habiendo un alto porcentaje de falsos positivos (22,5%). Sin embargo, por otro lado, se considera que la resección quirúrgica de metástasis únicas, que con frecuencia son asintomáticas, es uno de los factores que más influyen en la supervivencia. Por ello, muchos expertos recomiendan, además de la analítica básica con LDH, realizar una tomografía computarizada tóraco-abdominal en todos estos pacientes, que incluya la pelvis si el tumor primario estuviera localizado en la mitad inferior del tronco o las extremidades inferiores y el área cervical en caso de melanomas de cabeza y cuello74,75. La resonancia magnética cerebral y, especialmente, la gammagrafía ósea suelen reservarse para los pacientes sintomáticos. Queda aún por determinar la utilidad de la tomografía por emisión de positrones (PET)76. En los enfermos con enfermedad metastática conocida (estadio IV) se recomienda, además de las pruebas ya solicitadas para los pacientes con melanoma de alto riesgo, una resonancia magnética craneal. Está en discusión que sea necesaria la gammagrafía ósea de los pacientes asintomáticos. Se debe indicar las demás pruebas complementarias (p. ej., tránsito gastrointestinal) en función de la clínica74,75. 56 08 133-140 PRAC 2407 9/3/05 15:49 Página 137 Documento descargado de http://www.doyma.es el 10/12/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Casanova Seuma JM, et al. Estadificación y pronóstico del melanoma TABLA II. Clasificación TNM Tumor primario (T) TX No se pueden evaluar (biopsia por afeitado, melanoma recidivado) T0 No hay evidencia de tumor primario Tis Melanoma in situ T1 Tumor ≤ 1 mm de grosor con/sin ulceración T1a ≤ 1 mm de grosor, Clark II o III, sin ulceración T1b ≤ 1 mm de grosor, Clark IV o V o con ulceración T2 Tumor > 1 mm de grosor, pero < 2 mm con/sin ulceración T2a Tumor > 1 mm de grosor pero ≤ 2 mm, sin ulceración T2b Tumor > 1 mm de grosor pero ≤ 2 mm, con ulceración T3 Tumor > 2 mm de grosor pero ≤ 4 mm con/sin ulceración T3a Tumor > 2 mm de grosor pero ≤ 4 mm sin ulceración T3b Tumor > 2 mm de grosor pero ≤ 4 mm con ulceración T4 Tumor > 4 mm de grosor con/sin ulceración T4a Tumor > 4 mm de grosor sin ulceración T4b Tumor > 4 mm de grosor con ulceración Ganglios regionales (N) NX No se pueden evaluar N0 Ganglios regionales negativos N1 Metástasis en 1 ganglio N1a Metástasis clínicamente oculta (micrometástasis) N1b Metástasis clínicamente aparente (macrometástasis) N2 Metástasis en 2 o 3 ganglios regionales o metástasis regional intralinfática sin metástasis ganglionar N2a Metástasis clínicamente ocultas (micrometástasis) N2b Metástasis clínicamente aparente (macrometástasis) N2c Metástasis satélites o en tránsito, sin metástasis ganglionares N3 Metástasis en 4 o más ganglios linfáticos o metástasis en tránsito o satelitosis con metástasis ganglionares Metástasis a distancia (M) Mx No se pueden evaluar M0 Ausencia de metástasis a distancia M1 Metástasis a distancia M1a Metástasis a la piel, el tejido subcutáneo o a ganglios linfáticos distantes M1b Metástasis pulmonares M1c Metástasis a cualquier otra víscera o metástasis en cuaquier localización asociada con elevación de lactato deshidrogenasa Las micrometástasis se diagnostican después de la linfadenectomía electiva o tras la práctica del ganglio centinela; las macrometástasis se definen como metástasis ganglionares detectables clínicamente pero confirmadas mediante linfadenectomía terapéutica, o cuando una metástasis ganglionar presenta extensión extracapsular. Con excepción de los estadios clínicos 0 y IA (con bajo riesgo de afección de los ganglios regionales), la estadificación histológica incluye la microestadificación del melanoma primario y de los ganglios regionales tras la realización de la biopsia del ganglio centinela o, en caso de adenomegalias palpables, de la linfadenectomía completa. CLASIFICACIÓN Y PRONÓSTICO Teniendo en cuenta el grosor del melanoma, la existencia o no de ulceración histológica, la invasión o no de los ganglios linfáticos regionales, el número de ganglios invadidos y la existencia o no de metástasis en tránsito o a distancia, el AJCC ha propuesto recientemente un nuevo sistema de estadificación3 (tablas II y III). En esta clasificación, los pacientes con melanoma localizado se incluyen en el estadio I o II, según su grosor y la presencia o no de ulceración histológica; los que presentan satelitosis o lesiones metastásicas en tránsito o tienen metástasis en los ganglios regionales, en el estadio III, y los que tienen metástasis a distancia, como estadio IV. En los estadios I y II, los parámetros histopatológicos del grosor tumoral de Breslow y los grados de invasión 57 TABLA III. Clasificación resumida Estadio 0 Estadio I Estadio IA Estadio IB Estadio II Estadio IIA Estadio IIB Estadio IIC Estadio III Estadio IV Tis, N0, M0 T1a, N0, M0 T1b, N0, M0 T2a, N0, M0 T2b, N0, M0 T3a, N0, M0 T3b, N0, M0 T4a, N0, M0 T4b, N0, M0 Cualquier T, N1-3, M0 Cualquier T, cualquier N, M1 de Clark son la base de la clasificación. Se usan como puntos de corte 1, 2 y 4 mm de profundidad7. Si existe ulceración histológica del melanoma primario, se incrementa su estadio al inmediatamente superior. Como ya hemos dicho, los melanomas finos, < 1 mm, con un nivel de invasión de Clark IV o V se clasifican en estadio IB. Por otra parte, las lesiones < 1 mm ulceradas o no y las que miden entre 1 y 2 mm sin ulceración tienen un riesgo de sufrir metástasis bajo. En las lesiones ulceradas de 1-2 mm de grosor y en las que miden 2-4 mm sin ulceración histológica, el riesgo es moderado, mientras que son considerados melanoma de alto riesgo todas las que miden 2-4 mm y están ulceradas y todas las > 4 mm3,17,77. El pronóstico de un paciente con melanoma en estadio IA es muy bueno, ya que la supervivencia a los 5 años de un melanoma < 1 mm no ulcerado es de más del 95%, mientras que baja al 91% cuando está ulcerado o el nivel de Clark es IV-V (IB). Dicha supervivencia disminuye de forma significativa en los pacientes con estadio II, ya que se sitúa entre el 45 y el 80% (estadio IIA, 80%; estadio IIB, 65%; estadio IIC, 45%). En los enfermos con melanoma en estadio 0 y IA, no es necesario realizar biopsia ganglionar porque se ha visto que el riesgo de metástasis es muy bajo. Para la estadificación anatomopatológica de los demás pacientes, se precisa la microestadificación de los ganglios linfáticos, ya sea mediante el examen del GC o por linfadenectomía completa78. Si los ganglios están invadidos (o se objetiva satelitosis o metástasis en tránsito), el paciente es clasificado en estadio III. En estos casos el pronóstico depende del número de ganglios afectados por micrometástasis (detectadas mediante la técnica del GC) o macrometástasis (adenomegalias clínicas o rotura de la cápsula e invasión extracapsular en la biopsia). Como hemos comentado, en el estadio III la supervivencia del paciente a los 5 años disminuye considerablemente. La presencia o no de ulceración en el tumor primario también repercute en el pronóstico de los pacientes en ese estadio, ya que en caso positivo se incrementa 1 nivel la estadificación3,77. El estadio III comprende un grupo heterogéneo de pacientes que se clasifican en 3 subgrupos, IIIA, IIIB y IIIC, con significativas diferencias entre ellos respecto a la supervivencia. A los 5 años sobreviven entre el 25 y el 70% del total del grupo: entre el 65 y el 70% del subgrupo IIIA, entre el 45 y el 53% del subgrupo IIIB Piel. 2005;20(3):133-40 137 08 133-140 PRAC 2407 9/3/05 15:49 Página 138 Documento descargado de http://www.doyma.es el 10/12/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Casanova Seuma JM, et al. Estadificación y pronóstico del melanoma TABLA IV. Clasificación del AJCC del melanoma ESTADIO 0 IA IB IIA IIB IIC IIIA IIIB IIIC IV 138 T N M BRESLOW ULCERACIÓN In situ T1a T1b T2a T3a T3b T4a T4b T1-4a T1-4a T1-4a T1-4b N0 N0 N0 N0 N0 N0 N0 N0 N1a N1b N2a N2b,2c M0 M0 M0 M0 M0 M0 M0 M0 M0 M0 M0 M0 ≤ 1 mm ≤ 1 mm 1,01-2 mm 1,01-2 mm 2,01-4 mm 2,01-4 mm > 4 mm > 4 mm No No No Sí No Sí No Sí T1-4b N3 M0 T1-4b N1-3 M y entre el 25 y el 30% del IIIC3,79, ya que el pronóstico empeora al aumentar el número de ganglios invadidos. En caso de micrometástasis, la supervivencia a 5 años es del 61% si el paciente tiene sólo 1 ganglio positivo, pero es sólo del 35% cuando se detecta metástasis en 3 ganglios3. Si las adenomegalias son palpables (macrometástasis), el paciente sube 1 escalón en la estadificación y entonces la supervivencia a 5 años es de sólo un 46%. Una modificación respecto a la clasificación antigua es que la presencia de lesiones satélites o metástasis en tránsito, sin metástasis ganglionares, clasifica al paciente en el estadio IIIB, con una supervivencia a los 5 años entre el 46 y el 59%. Si además hay metástasis ganglionares, el paciente se clasifica en el grupo IIIC cuya supervivencia a 5 años es de sólo el 26%3,17. Se considera estadio IV la presencia de metástasis a distancia (tabla IV). El 20% de los pacientes con melanoma I y II y el 60% de los pacientes con melanoma grupo III de la AJCC desarrollan metástasis a distancia. Éstas se producen en más del 80% de los casos durante los primeros 3 años de seguimiento. Los órganos más afectados son la piel, el tejido subcutáneo y los ganglios linfáticos regionales, donde se detecta el 60% de las metástasis del melanoma. Les siguen en frecuencia el pulmón, que alberga metástasis en un 20-40% de los casos; el hígado, en un 15-20%; el sistema nervioso central y los huesos, en un 12-20%, y el aparato gastrointestinal, en cerca del 5%. El riesgo de recidiva se reduce con el paso del tiempo, aunque se ha descrito metástasis tar-días82. Existen pequeñas diferencias en cuanto a la supervivencia a 1 año según la localización de las metástasis. Si son cutáneas, subcutáneas o linfáticas a distancia (M1a) es del 59,3%, cuando son pulmonares (M1b), del 57,0%, y si afectan a otras vísceras o se detecta una elevación de las LDH en relación con metástasis (M1c) es del 40,6%. Las diferencias prácticamente desaparecen a los 5 años, cuando las supervivencias son del 18,8, el 6,7 y el 9,5%, respectivamente3,17. En caso de metástasis a distancia, la Piel. 2005;20(3):133-40 GANGLIOS 1 ganglio 1 ganglio 2-3 ganglios 2-3 ganglios ≥ 4 ganglios o combinaciones de metástasis en tránsito satelitosis o melanoma ulcerado y ganglios metastásicos Micrometástasis Macrometástasis Micrometástasis b: macrometástasis c: metástasis en tránsito/satelitosis sin metástasis supervivencia media es de unos 6 meses3,4, y si las metástasis son cerebrales, disminuye a 4,1 meses81. El número de metástasis parece influir en el pronóstico de alguna manera, ya que se ha descrito algunos casos de supervivencias prolongadas tras la extirpación de una metástasis solitaria en el pulmón, los huesos, el cerebro o el aparato digestivo82,83. Por suerte, gracias a las campañas de información y difusión en los medios de comunicación, hoy los pacientes llegan a la consulta con melanomas más superficiales y en estadios más precoces y no se suele detectar metástasis en el momento del diagnóstico. BIBLIOGRAFÍA 1. Allen AC, Spitz S. 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