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Artículo de Comunicación Prof. Dr. Osvaldo Perasso* Dr. José Méndez** Dr. Julio Chertcoff*** Dr. Miguel Blasco**** Dr. Gustavo Lyons***** Rotura de tráquea *Profesor Titular de la Cátedra de Anestesiología de la Facultad de Medicina de la Universidad del Salvador. Consultor del Servicio de Anestesiología del Hospital Británico de Bs. As. Doctor en Medicina. **Docente de la Cátedra de Anestesiología de la Universidad del Salvador. Integrante del Servicio de Anestesiología del Hospital Británico de Buenos Aires. ***Jefe del Servicio de Neumonología del Hospital Británico de Buenos Aires. Integrante del Servicio de Cuidados Intensivos y Unidad Coronaria del Hospital Británico de Buenos Aires. ****Médico del Servicio de Neumonología y del Servicio de Cuidados Intensivos y Unidad Coronaria del Hospital Británico de Bs. As. *****Médico del Servicio de Cirugía Torácica del Hospital Británico de Bs. As. Palabras Clave Rotura de tráquea. Complicaciones de la intubación orotraqueal Inglés Key Words Tracheal fracture Complications of endotracheal intubation 174 Volumen 68 · Nº 2 · Mayo · Agosto 2010 Resumen En este trabajo se presenta un caso de rotura traqueal posextubación orotraqueal ocurrido durante una cirugía laparoscópica habitual. La rotura o laceración traqueal se produce por un aumento de la presión en la vía aérea, el uso de mandriles, la exposición a gases anestésicos o sobreinsuflación en el manguito del tubo endotraqueal, o por praxis no anestésicas (cirugía de esófago, broncoscopías, etc.) Es detectada en el posoperatorio inmediato (quirófano, sala de recuperación posanestésica o primeras horas en sala), y aunque es una patología de muy baja incidencia, el anestesiólogo debe estar involucrado activamente en su diagnóstico porque las posibilidades de morbimortalidad son elevadas. El objetivo de esta presentación es señalar las causas del evento para tratar de evitar su ocurrencia, describir los primeros signos y síntomas para ayudar a su diagnóstico precoz y realizar una recopilación de los tratamientos reconocidos. Recordemos que por su baja incidencia no se conocen trabajos randomizados sobre la adopción a tiempo de medidas clínicas y quirúrgicas, incluidas la del tratamiento expectante, que es la conducta más aceptada, rápida y con menores o ninguna secuela para resolver la rotura traqueal posextubación. Tracheal fracture Summary This paper presents a case of tracheal fracture after endotracheal extubation following a routine laparoscopic surgery. Tracheal fracture or laceration may be caused by an increase of pressure in the airway, the use of mandrels, exposure to anesthetic gases or excessive insufflation in the cuff of the endotracheal tube, or due to non-anesthetic practices (esophageal surgery, bronchoscopy, etc.) It was detected in the immediate postoperative period (operating theater, post-anesthesia recovery room or first hours in the ward), and although it is a rare occurrence, the anesthesiologist must be actively involved in its diagnosis because of the high possibilities of morbi-mortality. The purpose of this presentation is to point out the causes of this occurrence so as to attempt to avoid it, to describe the first signs and symptoms for early diagnosis and to compile renowned treatment. Bear in mind that due to its low incidence there are no known randomized papers on timely adoption of clinical and surgical measures, including the expectant treatment, which is the most Rotura de tráquea accepted and fastest one, with the least or no consequences to solve the post-extubation tracheal fracture. Portugués Palavras - chave Ruptura de traquéia. Complicações da intubação orotraqueal Ruptura de traquéia Resumo Neste trabalho é apresentado um caso de ruptura traqueal pós-extubação orotraqueal durante uma cirurgia laparoscópica habitual. A ruptura ou laceração traqueal ocorre por aumento da pressão na via aérea, uso de mandris, exposição a gases anestésicos, superinsuflação no manguito do tubo endotraqueal, ou por práticas não anestésicas (cirurgia de esôfago, broncoscopias, etc.). É detectada no pós-operatório imediato − na sala de operações, na sala de recuperação pós-anestésica ou nas primeiras horas na sala− e apesar de ser uma patologia de incidência muito baixa, é necessário que o anestesiologista se envolva ativamente em seu diagnóstico, já que as possibilidades de morbimortalidade são elevadas. O objetivo desta apresentação é apontar as causas do evento a fim de evitar sua ocorrência, descrever os primeiros sinais e sintomas que facilitem o diagnóstico precoce e realizar uma recopilação dos tratamentos reconhecidos. É importante lembrar que por sua reduzida incidência não se conhecem trabalhos randomizados sobre adoção de medidas clínicas e cirúrgicas em tempo adequado, entre as quais se inclui o tratamento expectante, a conduta mais aceita, rápida e com menores ou nenhuma sequela para resolver a ruptura traqueal pós-extubação. Introducción La rotura o laceración traqueal es un hecho posible de observar en la práctica anestesiológica, a pesar de su baja frecuencia. En los años 60, los relatos de rotura traqueal, ya sea por aumento de presión en la vía aérea, el uso de mandriles, la exposición a gases anestésicos o la sobreinsuflación en el manguito del tubo endotraqueal, o por prácticas no anestésicas (cirugía de esófago, broncoscopías, etc.) referían a hechos que resultaron en la mejora de los elementos utilizados para facilitar el abordaje de la vía aérea y preservar su integridad. El relato de este caso trata de ilustrar la forma de evitar la aparición de la patología y advertir sobre los parámetros a considerar para un diagnóstico precoz, teniendo en cuenta las características de presentación, con la finalidad de elegir el tratamiento clínico correcto, incluyendo la conducta expectante, o eventualmente decidir un tratamiento quirúrgico. RAA 175 Artículo de Comunicación Caso clínico Paciente femenino de 63 años de edad que en agosto del 2008 es programada para una colecistectomía laparoscópica; como antecedentes quirúrgicos refirió amigdalectomía, histerectomía subtotal, apendicectomía y nódulo de mama, procedimientos que toleró sin inconvenientes, además de antecedentes de tabaquismo de 5 años de suspensión; 70 kg de peso, 1,57 m de altura, índice de masa corporal de 28,4 (sobrepeso). Mallampatti grado II. Apertura bucal de 4 cm, distancia tiromentoniana de 6 cm. Técnica anestésica Se utilizó como medicación preanestésica ondansetrón 4 mg, dexametasona 4 mg, droperidol 0,8 mg, fentanilo 150 μg, cefazolina 1g, ketorolac 60 mg. Preoxigenación con máscara facial y O2 al 100%. Inducción: propofol 170 mg, relajación neuromuscular con 4,5 mg de vecuronio. Con un TOF de primera y única respuesta al 20% se procedió, sin ninguna dificultad visual ni técnica, a la intubación endotraqueal, insuflando el manguito del tubo endotraqueal de 7 French, con 6 cm de aire. El mantenimiento anestésico se realizó con sevoflurano al 0,25%, N2O al 66% e infusión de remifentanilo al 5% con bomba Abboth a una dosis de 0,25 ml/kg.h. Los parámetros vitales fueron controlados con un monitor Cardiocap V5 (Datex), registrándose sat de O2, pletismografía, CO2, capnometría y capnografía, curvas de P/V y F/V, presión pico, presión plateau y compliance. Los valores de presión arterial oscilaron entre 109 y 160 la presión sistólica y 79 y 96 de diastólica. La frecuencia cardíaca varió entre 53 y 80 latidos por minuto, CO2 entre 26 y 30 mmHg y la saturación de O2 entre 98 y 99%. La ventilación positiva intermitente se mantuvo con una presión de 30 cm de H2O de presión plateau, 8 ml/kg de volumen corriente, PEEP de 9 cm de H2O a una frecuencia de 10 ciclos por minuto. La intervención duró 32 minutos y durante la extubación la paciente tosió consecutivamente en tres ocasiones con el manguito 176 Volumen 68 · Nº 2 · Mayo · Agosto 2010 insuflado. Inmediatamente se lo exsufla y se procede a la extubación, observándose una suficiente ventilación espontánea con signos vitales normales, como en todo el intraoperatorio. La paciente es trasladada a la sala de recuperación posanestésica, en donde permanece 45 minutos (desde las 12,30 h a 13,15 h) hasta su alta con un registro de 3 en la escala de Aldrete de 10. Cuando a las 15 h es trasladada a la sala, la paciente presenta enfisema subcutáneo cervical, hemoptisis y disfonía, por lo que se indica radiografía de cuello y tórax que revelan enfisema subcutáneo cervical, neumomediastino y ausencia de neumotórax, lo cual se confirma mediante una tomografía axial computarizada, decidiéndose la internación en UTI. Después que el Servicio de Neumología evaluó a la paciente en la UTI, se efectúa una fibrobroncoscopía en la que se observan cuerdas vocales sin lesión y restos hemáticos, y en la cara posterior de la tráquea, 10 mm por debajo de las cuerdas vocales, una solución de continuidad de bordes anfractuosos de 20-25 mm de longitud sin lesión en el resto del trayecto hasta la carina, que se la encuentra fina y móvil. Habiendo tolerado bien el procedimiento, el Servicio de Cirugía Torácica evalúa a la paciente y decide adoptar una conducta expectante y controlar su evolución con antibioticoterapia (Acantex ®) y el uso de máscara facial alimentada con 50% de O2. La evolución fue la siguiente: Rotura de tráquea 1er día del posoperatorio: Un registro de estado subfebril a la mañana, normalizándose al mediodía. Saturación de O2 del 98% con máscara 50%, sin dolor. Glasgow 15/15. T.A.120/60, FC 78 latidos por minuto. Enfisema subcutáneo en mandíbula, cuello y tórax superior sin progresión, buena entrada de aire bilateral. Continúa conducta expectante. 2do día del posoperatorio: Sala de cuidados intermedios. Afebril, eupneica, saturando 95% con aire ambiente, voz clara, enfisema subcutáneo limitado fundamentalmente a la región cervical. Se moviliza. Control evolutivo. Dieta blanda. 3er día de la internación: Continúa con Cefriaxone (Acantex®). Satura 96% con aire ambiente, TA 160/80 mmHg, FC 69 latidos por minuto. Deambula, leve enfisema subcutáneo. Control radiológico que no muestra neumotórax, neumomediastino menor. Prosigue la dieta blanda. 4to día del posoperatorio: Disminuye la crepitación cervical, continuando con el mismo antibiótico. Deambula. Parámetros vitales continúan normales. 5to día del posoperatorio: Paciente con parámetros vitales normales. Auscultación de algunos rales subcrepitantes en bases, con laboratorio Hto. 38%, glóbulos blancos 4000, creatinina 0,5, plaquetas 207.000, urea 21, Na 141, K 4,3. Menor enfisema subcutáneo. Continúa con las mismas indicaciones, sin venoclisis. 6to día del posoperatorio: Sin venoclisis, deambula afebril; mejoría importante del enfisema subcutáneo, no se palpa enfisema subcutáneo del lado derecho y escasa crepitación del izquierdo. 7mo día del posoperatorio: Franca disminución del enfisema subcutáneo. Imagen cicatrizal en cara posterior traqueal, con mínimo enfisema subcutáneo y neumomediastino (burbujas aisladas) en la tomografía axial computarizada realizada ese día. Se decide el alta por su evolución y control por consultorio externo. Discusión La ruptura traqueal es una infrecuente contingencia iatrogénica que se observa habitualmente con enfisema subcutáneo de cabeza, cuello y hemitórax superior; puede ser causada por varias maniobras en la vía aérea −intubación, traqueostomía, broncoscopía, colocación de stent (esófago)−, en intervenciones quirúrgicas, como esofagectomía, y en otras cirugías de cuello y hemitórax superior1. Las distintas comunicaciones, por su dispersión, fueron excepcionalmente comunicadas con nivel de metaanálisis. Riesgos descritos para el daño traqueal posintubación endotraqueal (DTPiE) De los casos reportados desde 1995 se desprende que los riesgos para que se produzca un daño traqueal posintubación endotraqueal (DTPiE) son los siguientes: a) Riesgos aceptados como establecidos: 1) sexo femenino (prevalencia en un 86,2%); 2) intubaciones en situaciones de emergencia; 3) mayores de 50 años; 4) tubo de doble lumen; 5) grosera sobreinsuflación del manguito neumático; 6) factores anatómicos que incluyen anomalías congénitas, como la traqueomalacia, y debilidad de la parte membranosa de la tráquea, además de lesiones inflamatorias adquiridas del árbol traqueobronquial; 7) accesos de tos con el tubo endotraqueal colocado. b) Otros riesgos probables son: 1) uso de corticoides; 2) mala posición del tubo endotraqueal; 3) pacientes con EPOC o gran compromiso del estado general; 4) uso indebido de tubos de excesivo diámetro, uso de estiletes o mandriles. c) Las situaciones de riesgo de DTPiE sin evidencia de alto grado son: 1) traqueotomía percutánea; 2) brevilíneos; 3) obesos; 4) cifosis marcada; 5) uso de óxido nitroso2. RAA 177 Artículo de Comunicación Figura 1. TAC multicorte, lesión traqueal (en negro) y enfisema en tejidos circundantes (en azul) Siendo incierto el principal mecanismo de lesión, Miñambres y col. clasificaron los factores de riesgo en mecánicos y anatómicos. Entre los factores mecánicos se incluyen los múltiples intentos forzados de intubación; el grado de inexperiencia del operador (protrusión del mandril o estilete más allá de la punta del tubo endotraqueal, sobreinsuflación del manguito con o sin uso de óxido nitroso, reposición del tubo sin desinsuflación del manguito, tamaño de tubo inapropiado), y significativo acceso de tos y movimientos inadecuados de la cabeza y región cervical durante la intubación. Los factores anatómicos (algunos ya descritos por frecuencia) incluyen anormalidades congénitas de la tráquea, debilidad de 178 Volumen 68 · Nº 2 · Mayo · Agosto 2010 la parte traqueal membranosa, EPOC, lesiones inflamatorias del árbol traqueobronquial, enfermedades que alteren la posición de la tráquea (colecciones mediastinales, nódulos linfáticos o tumores), uso crónico de corticoides, edad avanzada (mayores de 50 años) y sexo femenino; el índice de mortalidad en el sexo masculino es mayor, supuestamente por el número de afecciones asociadas a la necesidad de realizar la intubación orotraqueal. Algunos autores han sugerido como causas del predominio del sexo femenino la debilidad de la parte membranosa traqueal y la utilización de tubos de mayor calibre para esas tráqueas. Rotura de tráquea Figura 2. Fibrobroncoscopía que muestra la lesión traqueal de la pared posterior. Con respecto a la altura de los pacientes, en algunos estudios (Marty – Ané y col. además de Massard y col.) se observó que el promedio era menor que 1,65 m, y en otros (Hoffman y col.) que la estatura del 50% de esos pacientes era inferior a 1,60 m1, 3-6. Se ha puesto énfasis en las circunstancias que rodean al procedimiento de la intubación; por ejemplo, si fue realizada en una situación de emergencia o reglada, o por personal entrenado o de escasa experiencia. Los resultados probaron que el riesgo de ruptura traqueal es claramente mayor en circunstancias de emergencia y cuando el personal es poco experimentado1. Manifestaciones clínicas de la ruptura traqueal Las manifestaciones clínicas más comunes son el enfisema subcutáneo, el enfisema mediastínico y el neumotórax. Otros signos y síntomas incluyen disnea, disfonía, tos, hemoptisis y neumoperitoneo7. Estos con frecuencia se manifiestan inmediatamente después de la extubación, aunque en algunos casos se presentaron varios días después, como en la serie de Carbonagni y col., con apariciones de síntomas a partir de la quinta hora y aun transcurridas las cien horas de la lesión. El enfisema subcutáneo ha sido el signo más importante en frecuencia de aparición, transformándose en un factor de protección para evitar dilatar el diagnóstico de la existencia de una ruptura traqueal y el inicio del tratamiento correcto8, 9. Sin duda, el medio de confirmación diagnóstica es la visualización directa de la lesión por broncoscopía, que nos muestra el sitio de la lesión y su extensión, y ayuda a elaborar el plan terapéutico; ese procedimiento puede incluso facilitar una eventual reincubación, si fuera necesaria. La mayoría de las lesiones son longitudinales y se ubican en la pars membranosa, parte posterior que pierde el soporte cartilaginoso8, 9. Con frecuencia, las manifestaciones clínicas de la lesión traqueal no son inmediatas, por lo que es lógico pensar que la gravedad de las RAA 179 Artículo de Comunicación Figura 3. Reconstrucción 3D TAC de la lesión, menor a 2 cm. complicaciones aumentan proporcionalmente con el tiempo que se demora en llegar al diagnóstico, lo que se asocia con mayor morbilidad por aparición de mediastinitis10. Sin embargo, el diagnóstico dilatado no sería una causa del aumento de la mortalidad, y sí lo sería la enfermedad de base por la que se necesitó realizar la intubación endotraqueal4, 10, 11. Manejo y tratamiento de la ruptura traqueal El tiempo para diagnosticar la lesión y determinar su magnitud influye significativamente en las condiciones clínicas futuras del paciente. 180 Volumen 68 · Nº 2 · Mayo · Agosto 2010 Aunque hasta hace muy pocos años el tratamiento de elección era la conducta intervencionista, en la actualidad se está imponiendo el manejo conservador y expectante con eventual tratamiento médico y controles radiológicos y de fibrobroncoscopía3, 7, 10, 11. Cuando la lesión es identificada durante la cirugía torácica, los autores concordarían en que la mejor opción es realizar una cirugía reparadora inmediata1. La mayoría de ellos estaría de acuerdo en adoptar una conducta expectante en caso de que las lesiones fuesen menores de 2 cm, con tendencia a realizar un tratamiento quirúrgico, según sea la evolución clínica, si fue- Rotura de tráquea sen mayores de 2 cm7, 10, 12. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que en el caso de que hubiera habido diagnóstico con reparación quirúrgica en otra cirugía posterior al evento, el riesgo de morbimortalidad aumenta al doble13, 14. La mayoría de los recientes estudios sugiere que deberían ser manejados con conducta conservadora los pacientes clínicamente estables, con respiración espontánea, sin dificultad respiratoria, sin signos de progresión clínica (enfisema o neumoperitoneo) y sin signos ni síntomas de infección, o cuando sea probable tener que realizar una extubación dentro de las primeras 24 horas, o cuando los pacientes requieran ventilación mecánica para tratar un problema ventilatorio subyacente1, 3, 13-15. Conclusiones En el caso presentado, las características favorecedoras de la ruptura traqueal eran el biotipo por peso y la talla de la paciente; los episodios de tos previos a la extubación y la utilización de óxido nitroso no lo serían, no solo por el corto tiempo de la cirugía, sino por ser una característica muy controvertida como causa de ruptura traqueal. A pesar de haber sido realizado fuera de la sala de operaciones, el diagnóstico se definió rápidamente a fin de disminuir la posibilidad de que se presenten complicaciones como la temida mediastinitis. Los medios de diagnóstico fueron los que la bibliografía cita como correctos (laboratorio, radiología convencional, tomografía computarizada y broncoscopía). Se estableció una conducta expectante y conservadora, de acuerdo con los trabajos publicados. El alta fue dada en tiempo y forma, conforme la evolución de la paciente. Esta patología no es frecuente pero tiene un alto riesgo de morbimortalidad si no se realiza el acompañamiento o tratamiento adecuados. Es esencial sospecharla y eventualmente confirmarla lo más temprano posible por broncoscopía. Aunque es más frecuente su aparición en mujeres mayores, la mortalidad es más alta en hombres. Las intubaciones de emergencia son un factor de riesgo mayor de muerte que las intubaciones programadas. Aunque el tratamiento es motivo de controversias, en la actualidad pareciera que el manejo conservador está asociado con una mejor evolución. Será necesario realizar nuevos estudios en el futuro para evaluar mejores opciones de tratamiento. RAA 181 Artículo de Comunicación Referencias Bibliográficas 1. Eduardo Miñambres, Javier Burón, María Angeles Ballesteros y col. Tracheal rupture after endotracheal intubation: a literatura systematic review. European Journal of Cardiothoracic Surgery 35 (2009)10561062. 2. 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Prof. Dr. Osvaldo Perasso E-mail: operasso@hotmail.com 182 Volumen 68 · Nº 2 · Mayo · Agosto 2010