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GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 1 de 12 COMENTARIOS INTRODUCTORIOS Las infecciones del tracto urinario (ITUs) son la segunda causa más frecuente de indicación de antibióticos en la práctica médica; por otro lado se trata de entidades de elevadísima prevalencia e incidencia, estimándose que hasta el 20% de la población general habrá padecido algún evento a lo largo de su vida. Pese a estas cifras impactantes, existen relativamente pocos estudios controlados y aleatorizados o de alto nivel de evidencia para los distintos tópicos que rodean a las ITUs. De hecho, la mayor parte de las recomendaciones vigentes se basan en opiniones de expertos en la materia. En lo que respecta a la Argentina, se publicó en diciembre de 2006 un Consenso Intersociedades con la participación de la Sociedades Argentinas de Infectología (SADI), Urología (SAU), Microbiología Clínica (SADEBAC), Medicina (SAM) y de la SOGIBA (Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Buenos Aires), con el fin de orientar lo concerniente a propuestas de diagnóstico y tratamiento para las ITUs. El enfoque fundamental de la presente Guía está dirigida a la práctica ambulatoria y presentará dividida en 4 grandes secciones: ITU en la mujer, ITU en el varón, ITUs en situaciones especiales y bacteriuria asintomática. El tratamiento de la ITU en el paciente internado escapa a los contenidos de este trabajo. PRIMERA PARTE: ITUs EN LA MUJER Î Cistitis aguda en la mujer Generalidades Se denomina cistitis a la infección de la vejiga, la cual puede ocurrir concurrentemente o no con pielonefritis. Se considera en general que la cistitis aguda en una mujer sana, no embarazada, es una infección no complicada. Cabe recordar que llamamos ITU complicada a aquella asociada con una condición que incremente el riesgo de fallo del tratamiento habitual. La cistitis aguda es harto común; la incidencia acumulada en los primeros 10 años de vida en las niñas llega a ser del 3% y según algunos estudios hasta el 50% de las mujeres adultas han referido al menos un episodio a lo largo de su vida. Copia N° : Nombre Representante de la Dirección: Fecha: Revisó Dr. Leonardo Gilardi Aprobó Dra. Inés Morend 11/07 20/07 Firma Fecha GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 2 de 12 Etiología La casi totalidad de las cistitis no complicadas en mujeres se deben a etiología bacteriana, siendo E.coli la responsable de cerca del 85% de las mismas, con creciente patrón de resistencia al uso de antibióticos. En orden siguiente de frecuencia se cita a S.saprophyticus y en menor medida a Proteus spp, Klebsiella spp y enterococos. Es importante la identificación de S.saprophyticus ya que se trata de un estafilococo coagulasa negativo el cual es un patógeno urinario real y no un contaminante, como suele ocurrir en otras situaciones clínicas. Es prudente recordar que en mujeres con disuria y piuria pero con urocultivos convencionales negativos («síndrome uretral agudo»), debe sospecharse la presencia de clamidias como agentes causales. Patogenia Las ITUs en las mujeres suelen desarrollarse por colonización del introito vaginal, la uretra y la vejiga a partir de flora fecal, en general facilitadas por factores mecánicos, siendo la actividad sexual probablemente el más importante. Otro factor destacable es el uso de espermicidas, ya sea solos o con métodos contraceptivos de barrera, ya que estas sustancias alteran la flora vaginal normal y permiten su colonización con patógenos. Son asimismo predictores independientes para el desarrollo de ITUs en las mujeres el antecedente de infecciones urinarias previas y la condición de diabetes requiriente de insulina. En lo que respecta al agente causal, existen factores de virulencia bacteriana que determinan la agresividad de los mismos, sobre todo la capacidad de adherencia de las bacterias al urotelio. Clínica El síntoma cardinal es la disuria, la cual habitualmente se acompaña de poliaquiuria, estranguria, dolor suprapúbico y en ocasiones hematuria. Puede ser difícil distinguir estos elementos de los causados por uretritis o vaginitis, donde también la disuria puede ser un síntoma de consulta. En estos casos, el interrogatorio puede ser de utilidad, debiendo recabarse acerca de antecedentes de GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 3 de 12 infecciones de transmisión sexual (ITS), nuevos compañeros sexuales o manifestaciones similares en la pareja, la presencia de flujo vaginal y/o dispareunia. La presencia de fiebre, lumbalgia, náuseas o vómitos nos orientará a pensar en pielonefritis, lo cual llevará a otro enfoque diagnóstico. Diagnóstico La historia clínica y el examen físico (incluyendo el control térmico, la semiología abdominal y la puño percusión) suelen proveer información suficiente para el diagnóstico. Se propone el examen ginecológico en caso de duda diagnóstica o ante la sospecha de vaginitis o ITS. La presencia de disuria y poliaquiuria en ausencia de flujo o prurito vaginal tiene una sensibilidad del 90% para el diagnóstico de ITU; de hecho son numerosos los autores que proponen el inicio de tratamiento empírico de existir la citada asociación de síntomas en caso de no disponerse de tests diagnósticos de laboratorio. La búsqueda de piuria en el chorro medio de la orina es el test más valioso para la detección de las ITUs y puede efectuarse con el hemocitómetro convencional; la presencia de 10 ó más leucocitos por milímetro cúbico se considera anormal. Si se observan cilindros leucocitarios a la microscopía debe plantearse el diagnóstico de pielonefritis. La hematuria, por su parte, es frecuente pero no implica necesariamente la presencia de una ITU complicada ni la necesidad de un tratamiento más prolongado. La búsqueda de bacterias suele no ser necesaria en agudo e implica dificultades técnicas de tinción, pese a lo cual si se observa predominancia de gérmenes de un mismo tipo debe sospecharse fielmente el diagnóstico de ITU. En lo que hace a las tiras reactivas, aquellas que detectan estearasa leucocitaria tienen una sensibilidad del 75% y una especificidad de hasta el 98% para la detección de 10 ó más leucocitos por campo. No ocurre lo mismo con la detección de nitritos, que resulta menos sensible y que tiene numerosos falsos positivos vinculados al uso de distintos medicamentos, incluyendo analgésicos e hipoglucemiantes orales. En lo que al urocultivo respecta, no es estrictamente necesaria en aquella paciente con cistitis no complicada, dado que se conocen ampliamente los gérmenes frecuentes y su sensibilidad habitual. Sin embargo, debería plantearse la toma de urocultivo previo al inicio de tratamiento en pacientes con sospecha de ITU complicada, en caso de síntomas ambiguos, ante la historia de ITUs recurrentes, o GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 4 de 12 ante la persistencia de síntomas al estar tratándose una probable ITU sin cultivo previo. Se considera un desarrollo significativo a la presencia de 105 colonias de uropatógenos por mililitro de orina, en base a grandes estudios poblaciones de fines de la década de 1960. Sin embargo, estudios epidemiológicos controlados más recientes han evidenciado que dicho punto de corte tiene alta especificidad pero pobre sensibilidad. Distintos organismos internacionales han propuesto que un corte de 103 colonias / mL en un paciente sintomático debería ser considerado como ITU. Tabla 1. – Recuento de colonias en el urocultivo Tabla 2. – Causas de falsos positivos y negativos en urocultivos Tratamiento Las ITUs representan el 15% de la indicación total de antibióticos en la práctica ambulatoria; paradójicamente, se sabe que casi un cuarto de las ITUs no complicadas se resuelve espontáneamente sin tratamiento. A la hora de elegir la terapéutica apropiada, se considerarán distintos factores: ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 5 de 12 Concentración urinaria de la droga elegida Actividad frente a los uropatógenos más habituales Dosis espaciadas (relacionadas con la adherencia al tratamiento) Efectos adversos sobre la flora vaginal y fecal Efectos adversos infrecuentes pero potencialmente severos Costo del tratamiento Los antibióticos más estudiados en relación a las ITUs han sido las aminopenicilinas (cuya alta tasa de resistencia actual no las convierte en drogas de primera línea), el cotrimoxazol (TMS) y las quinolonas. Los porcentajes de resistencia al TMS en estudios locales controlados han demostrado menores niveles que los publicados en otras naciones. De hecho, en episodios de cistitis no complicada, puede considerarse tratamiento empírico de primera línea durante 3 días. En cambio, en pacientes que han recibido antibióticos recientemente o que presenten factores de riesgo que incrementen la probabilidad de uropatógenos resistentes, se propone el uso de quinolonas durante 3 días o bien de nitrofurantoína durante 7 días. En caso de utilizarse beta lactámicos, la duración del tratamiento deberá ser también de 7 días. En cuanto al tratamiento no antibiótico, deben considerarse: ¾ Hidratación abundante ¾ Analgésicos: la fenazopiridina constituye un recurso eficaz para el tratamiento sintomático de la disuria cuando la misma resulta intolerable ¾ Acidificación de la orina: ya sea mediante vitamina C o merced a otros mecanismos, la acidificación puede resultar útil para mejorar la opsonización de gérmenes, pero paralelamente puede disminuir la actividad bactericida de muchas drogas. En consecuencia, no existe recomendación actual para esta indicación ¾ Jugo de arándanos: si bien algunos ensayos clínicos describen su utilidad para disminuir el número de infecciones sintomáticas, el abandono y el uso errático del producto objetivado a lo largo del tiempo impiden realizar una recomendación formal ¾ Evitar la constipación ¾ Uso de estrógenos locales en caso de vaginitis atrófica: los estudios disponibles resultan equívocos, por lo cual tampoco existe recomendación actual para su utilización GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 6 de 12 Î Pielonefritis aguda Introducción Corresponde a aquellas ITUs que comprometen la vía urinaria en forma proximal a los meatos ureterales. Los factores que aumentan la probabilidad de padecer una pielonefritis (PNF) aguda incluyen: ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ Alteraciones anatómicas del árbol urinario PNF previa Diabetes Fiebre prolongada por más de7 días Fallo terapéutico al tratar una cistitis con esquema de 3 días Uronefrolitiasis Germen multirresistente Clínica Los hallazgos clínicos habituales son fiebre elevada (superior a los 39ºC), escalofríos, pirogenemia, dolor lumbar y deterioro del estado general. La fiebre es el dato más conspicuo para distinguir entre una ITU alta de una baja. Es frecuente asimismo observar la presencia de náuseas y vómitos e incluso de diarrea, lo cual obliga al diagnóstico diferencial con otras formas de abdomen agudo médico o quirúrgico Laboratorio La piuria está presente en el 95% de los casos de PNF y su ausencia debe sugerir un diagnóstico alternativo. La presencia de hematuria, si bien es común, no es indicador de complicación, tal cual se mencionó líneas arriba. El laboratorio sérico de estas pacientes suele exhibir hallazgos inespecíficos, como leucocitosis, aumento de la eritrosedimentación y de los niveles de proteína C reactiva. Debe pesquisarse en estas pacientes la función renal y el urocultivo resulta imperioso, valiendo los mismos criterios y puntos de corte citados con anterioridad. En cuanto a los hemocultivos, se realizarán en pacientes con criterios de hospitalización, no resultando de utilidad en las decisiones terapéuticas para las pacientes ambulatorias. GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 7 de 12 Criterios de internación en PNF ¾ ¾ ¾ ¾ Imposibilidad de ingesta oral de medicamentos o líquidos Inquietud sobre adherencia al tratamiento Duda diagnóstica Compromiso del estado general (fiebre elevada, pirogenemia, dolor incoercible, inestabilidad hemodinámica) ¾ Persistencia de síntomas con tratamiento adecuado ¾ Embarazo ¿Cuándo solicitar estudios por imágenes? ¾ ¾ ¾ ¾ ¾ Infección recurrente Síntomas persistentes intratratamiento Hematuria persistente Sospecha de complicaciones supuradas Patógeno multirresistente El estudio de elección es siempre la ecografía renal. Si la información es ambigua o no resulta útil, debe considerarse la TAC de abdomen y pelvis. El urograma excretor continúa siendo el recurso por excelencia ante la sospecha de litiasis ureteral o de alteración anatómica; el rol de la urorresonancia en estas situaciones se encuentra en pleno crecimiento y debe considerarse ante la imposibilidad de recibir medios de contraste convencionales. Tratamiento ambulatorio Las drogas de elección en el tratamiento empírico ambulatorio de la PNF son las quinolonas fluoradas durante 7 a 14 días, dependiendo de las condiciones individuales de cada paciente. La ciprofloxacina continúa siendo el fármaco por excelencia, ya que la moxifloxacina alcanza pobres concentraciones urinarias y la gatifloxacina se ha asociado a complicaciones metabólicas severas, incluyendo trastornos críticos de la glucemia. GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 8 de 12 SEGUNDA PARTE: ITUs EN EL VARÓN Introducción. Factores de riesgo La ITU en el varón joven es poco frecuente y siempre debe considerarse como complicada. La prevalencia de la entidad comienza a subir a partir de los 50 años, fruto del incremento paralelo de las enfermedades prostáticas. La distinta epidemiología se debe fundamentalmente a la mayor longitud de la uretra masculina y las propiedades bactericidas del fluido prostático Ante la posibilidad diagnóstica de una ITU en el varón, debe indagarse la historia sexual (coito anal, antecedentes de ITS), los antecedentes de vaginitis en la pareja y el antecedente personal de urolitiasis. El diagnóstico de ITU en el varón habitualmente lleva a sospechar patología estructural subyacente en la vía urinaria. Sin embargo, son numerosos los estudios poblacionales disponibles según los cuales es posible recomendar que, ante un primer y único episodio de ITU, no es necesaria la investigación por imágenes del árbol urinario, ya que la misma no modificará las conductas. Este concepto NO es válido en caso de fracaso terapéutico, recurrencia temprana o tardío o hematuria persistente. En este caso, rigen los mismos criterios para elegir el método apropiado que fueron mencionados para la PNF. Etiología Al igual que en las mujeres, E.coli es el patógeno más frecuente, involucrando cerca del 50% de los casos, sucedido por otros Gram negativos incluyendo Proteus spp y Providencia spp. Los cocos resultan menos habituales Tratamiento A lo antedicho en relación a la elección de fármacos, debe agregarse aquí una óptima llegada a los tejidos prostáticos, habitualmente de difícil penetración para numerosas drogas. Así, según la sensibilidad local, el antibiótico de elección será una quinolona, siendo la más estudiada la ciprofloxacina, proponiéndose 7 a 10 días para las ITUs bajas y 14 días para las PNF ambulatorias. GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 9 de 12 En pacientes que no puedan recibir quinolonas, se recomienda el uso de cefalosporinas, ya que la nitrofurantoína tiene pobre penetración prostática. Ante la sospecha de prostatitis crónica, se recomienda la consulta con Infectología y Urología para la toma de decisiones. TERCERA PARTE: POBLACIONES ESPECIALES El paciente con catéter vesical La instrumentación de la vía urinaria para evacuar la vejiga con inmediata remoción de la sonda se asocia a un 1% de tasa de bacteriuria en adultos jóvenes y hasta un 20% en ancianos. Si el catéter permanece colocado, se estima una tasa de colonización de hasta un 5% diario. Así, la duración de la cateterización es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de la bacteriuria; también son influyentes la técnica de colocación, el cuidado del circuito cerrado y el antecedente de diabetes. Es oportuno remarcar que la bacteriuria del paciente sondado crónico NO es sinónimo de ITU. Se considerará infectado a aquel paciente con bacteriuria asociada a piuria persistente o determinados síntomas (fiebre, dolor hipogástrico o lumbar o pirogenemia sin otro foco) La bacteriuria en estos enfermos se considerará significativa incluso en recuentos de 102 UFC/mL. Para el manejo ambulatorio de estos pacientes se recomienda el uso inicial empírico de quinolonas durante 10 días hasta contar con información del urocultivo. En caso de que el mismo sea positivo para Candida spp, se recomienda el recambio o remoción del catéter y el tratamiento con fluconazol durante 14 días La paciente embarazada La ITU es la complicación infecciosa más frecuente durante la gestación. Durante el embarazo se producen cambios fisiológicos que debilitan las barreras anatómicas habituales que protegen contra las ITUs (dilatación ureteral, mayor volumen miccional, menor tono vesical, mayor estasia urinaria y mayor prevalencia de proteinuria). GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 10 de 12 Por otro lado, se conoce desde antaño que las ITUs no tratadas durante el embarazo conllevan alto riesgo de mortalidad fetal, prematurez y nacidos con bajo peso. Además de las ya descriptas formas de presentación clásica (cistitis o ITU baja y PNF o ITU alta), debemos destacar que el embarazo representa una de las pocas condiciones en la práctica diaria en que la bacteriuria asintomática es tratada tal como si se tratara de una infección sintomática. Tabla 3. – Propuesta de tratamiento ambulatorio en ITU y embarazo (*) Sólo utilizable en el 2do trimestre CUARTA PARTE: BACTERIURIA ASINTOMÁTICA Se denomina bacteriuria asintomática (BA) a la presencia de un número específico de bacterias en la orina correctamente recogida de una persona sin síntomas compatibles con ITU. Si bien en condiciones normales la vía urinaria es estéril, con la excepción e la uretra distal, este fenómeno es relativamente frecuente y se asocia con distintos factores, entre ellos la edad, las enfermedades neurológicas, la presencia de sondas vesicales o stents urinarios y la incontinencia fecal. Muchas veces en las llamadas «orinas de chequeo» puede documentarse BA (es prudente recordar que las Guías de control periódico de salud en pacientes sanos no contemplan la realización de exámenes de orina de modo rutinario). La microbiología habitual de las BA se asemeja sensiblemente a la de las ITUs y debe destacarse que la presencia de piuria en estos enfermos no constituye diagnóstico de infección. GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 11 de 12 Se ha debatido enormemente cuales son los grupos poblaciones en los que la detección y tratamiento de la BA resultarían costo efectivos. En líneas generales, puede considerarse que SE INDICA la búsqueda y tratamiento de BA en: ¾ Embarazadas ¾ Pacientes que serán sometidos a cirugía urológica ¾ Pacientes que serán sometidos a cirugías limpias vasculares o con colocación de prótesis Se acepta que NO SE BENEFICIAN con la detección y tratamiento de la BA los siguientes grupos de enfermos: ¾ ¾ ¾ ¾ Mujeres jóvenes premenopáusicas Diabéticos Ancianos sanos, institucionalizados o no Pacientes sondados a corto o largo plazo Existe un grupo de pacientes en quienes no es clara la evidencia para establecer una recomendación en un sentido o en el otro, a saber: ¾ Transplantados renales ¾ Pacientes seropositivos para VIH ¾ Transplantados de otros órganos sólidos GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA Cli- 59 Recomendaciones para el manejo de la Infección Urinaria en la Práctica Ambulatoria. Año 2007 - Revisión: 0 Página 12 de 12 BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA ¾ Consenso Intersociedades para el Manejo de la Infección del Tracto Urinario. 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