Download FLAPPSIP VIII Congreso Latinoamericano- Clínica
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
FLAPPSIP VIII Congreso Latinoamericano- Clínica Psicoanalítica en el sigloXXI. Desafíos a la escucha. Mayo 2015 CONVIVIENDO CON LA MUERTE. Autoras: * Lic. Ma. Fernanda Rodríguez ** Lic. Ema C. Quiñones “No es que tenga miedo a morirme. Tan sólo no quiero estar allí cuando suceda”. Woody Allen RESUMEN Este trabajo es una reflexión sobre un caso clínico. Trabajamos desde hace más de veinte años en una Institución Médica Colectivizada en el Departamento de Colonia, Uruguay; en la tratamos pacientes con múltiples patologías. Queremos destacar que no se trata de una investigación sino del abordaje psicoterapéutico que en ocasiones debemos realizar a pacientes, entre los que se encuentran los que padecen diversos tipos de cáncer de distinta etiología. Resolvimos escribir sobre un caso, no puede englobar todas las situaciones clínicas que hemos atendido; tienen en común la puesta en marcha de mecanismos defensivos tales como la negacióny la desmentida. Estos mecanismos que en otros momentos podrían considerarse inadecuados, sirven de facilitadores para enfrentar y superar las condiciones que la enfermedad conlleva, permitiendo a su vez sostener los tratamientos. Desde nuestra experiencia podemos plantear que es de suma importancia el vínculo que se establece con el paciente, vínculo que es el sostén afectivo frente a la crisis que implica la enfermedad. Palabras clave: duelo, escucha, muerte, sufrimiento psíquico. 1 INTRODUCCIÓN Este trabajo está dedicado a esos que tanto nos enseñan sobre el sentido de la vida y la esperanza, que no se agota en un diagnóstico que puede resultar catastrófico, sino que el deseo de vivir atenúa lo destructivo que puede contener en sí el ser humano. Todos sabemos acerca de nuestra finitud, pero es un saber diferente en tanto es un conocimiento racional, llegamos a este mundo con fecha de vencimiento; pero no sabemos cuándo ocurrirá, vivimos en la incertidumbre. El otro es un saber diferente, en tanto la muerte anunciada se encuentra al lado, esperando pacientemente el momento oportuno. ¿Cuál? No se sabe, es lo que vuelve siniestra la incertidumbre. En cuanto a la muerte ajena, siempre constituyó un espejo donde uno miraba la muerte del otro y en ese espejo aprehendía vivencialmente en forma parcial que también era mortal aún en los casos de negación extrema. Lo perecedero (hombre, animal, árbol, casa, etc.) de la materia viviente e incluso de lo inanimado pone “ante los ojos” la realidad de la polaridad vivo-muerto. La muerte ajena es muerte propia proyectada y provoca curiosidad. (Alizade.M, 1995: 30) Ante estas situaciones nos planteamos qué tipo de abordaje psicoterapéutico es el más indicado en cada caso particular. Las modificaciones que necesariamente se deben realizar en el encuadre tradicional. Teniendo presente que no contamos con el tiempo que requiere un proceso terapeútico tradicional, sino por el contrario, es un tiempo acotado, y cuya finalización, no es un acuerdo entre paciente y terapeuta por haber logrado la “cura”. Es la muerte la que pone punto final. Por momentos parece que jugamos una partida de póker con las cartas en contra, dudamos acerca de los beneficios que pueda reportar nuestro accionar; a la vez que nos sorprenden los cambios que vamos observando en ese ser sufriente que se prepara para la muerte sintiéndose desvalido y en la mayoría de los casos “no queriendo preocupar a la familia”. El duelo por la muerte propia es un duelo complejo,el trámite es muy penoso y angustiante. Se puede aceptar la enfermedad y someterse a todos los tratamientos médicos –y en ocasiones también, en paralelo, a los de la medicina alternativa-, que permiten mantener la ilusión de una vida más larga. 2 Cuando la fantasía del tiempo infinito desaparece, éste se vuelve más importante, se reconsideran los sistemas de valores y cambian las prioridades. Sobre esta base se pueden tomar importantes decisiones antes postergadas o impensadas, u otras, que se materializan en detalles –regalar un libro, confeccionar una cortina- a modo de seguir “viviendo” en aquellos a quien se quiere. CASO CLÍNICO Nos detendremos en el análisis de un caso clínico que de alguna manera condensa la “lucha” permanente que enfrentan con la enfermedad estos pacientes y lo beneficioso que resulta el análisis; en él, se acentúa el compromiso que tiene con el mismo, el deseo de vivir y la pulsión de vida. Destacamos que cuando le pedimos la autorización para utilizar el material para realizar un trabajo científico, se emocionó y nos agradeció con lágrimas en los ojos, contenta porque viajaría simbólicamente a Lima. Le preguntamos cómo le gustaría que la nombráramos y nos contestó “Andrea!!!”. Andrea es un nombre que deriva del griego, y significa fuerza vital. El nombre en diferentes países tiene un valor neutral y se utiliza tanto en masculino como en femenino. Entendemos que al hacerle esta propuesta, le permitíamos trascender como ella deseaba. Todo ser humano necesita saber que va a ser recordado más allá de su desaparición física, es el gran drama; y en Andrea aún más dados los aspectos narcisistas que fuimos encontrando. El trabajo con esta paciente se realizó en equipo con el Médico Psiquiatra y Oncóloga tratantes. Andrea, actualmente tiene 48 años; consulta por primera vez a los 46 años derivada por el psiquiatra tratante por una importante conflictiva familiar. En pareja desde hace varios años, tiene una hija adolescente. El desencuentro entre su pareja y su hija es motivo de alejamiento de ésta última del hogar materno, ocasionándole un gran dolor. También había fallecido su padre hacía pocos meses, con el que mantenía un vínculo muy afectuoso. A los 43 años se le diagnostica un tumor maligno de mama, del que es operada con éxito y recibió los tratamientos correspondientes. En dos 3 oportunidades en que estuvo en tratamiento con quimioterapia, la psicoterapia se vio interrumpida, no así en esta última oportunidad, que concurre a todas las sesiones. Luego de tres años de la primer operación, cuando contaba con 46 años, al realizarse un control tomográfico aparecen metástasis óseas, pulmonares y hepáticas, que son reducidas con quimioterapia. Un año después reaparecieron las mismas lesiones, estando otra vez en tratamiento hasta la actualidad. Simultáneamente, acude a tratarse con métodos alternativos. El cuerpo está saturado de contenidos terroríficos que necesitan ser neutralizados por múltiples abordajes. ¿Cuál será entonces el lugar del analista? ¿Será uno más para contrarrestar lo destructivo que habita en ella? No alcanza ninguna barrera de “protección”. Andrea nos dice: “con las quimio me siento protegida, después me viene el bajón, me pongo ansiosa, es esa desprotección que siento”. También en otro momento expresa: “la oncóloga me dice que mi estado físico no coincide con mis estudios, sólo siento cansancio, yo me siento bien, sin dolor, con ganas; tampoco tengo veinticinco años que pueda estar sin cansarme. No tengo problemas para respirar, tengo los bronquios perfectos. Cuando tengo ganas de llorar, tengo que llorar pero no sé hasta dónde. Esto mío de no demostrar es la fuerza mía que tengo para seguir. Es para adelante, para adelante, para adelante… Si me dan seis meses vivo un año por las ganas que le pongo. No me tiene que dar miedo morirme porque ahí me entra el pánico” “No puedo permitir entregarme, te entregaste y te comió. Tengo miedo que al aflojar un poco… si aflojo y no puedo levantarme?...” La paciente se vale de una serie de mecanismos tales como la negación, la omnipotencia, la disociación, la desmentida para tolerar la angustia que resulta devastadora. En este sentido pensamos que estos son una herramienta más de protección que le permiten seguir “para adelante”. En la medida que el Yo siente amenazada su integridad se vale de la escisión para mantener separada la percepción que tiene de sí mismo, no enfrentando de esta forma una realidad traumática que angustia. El miedo a la muerte es inevitable. 4 Respecto de la angustia Freud nos dirá: “Deberíamos decir que la angustia nace como reacción frente al peligro de la pérdida del objeto.” (Freud,1926 -1925:158). Pero,¿cuál es el objeto a perder? Se trata del cuerpo sano que adquiere estatuto de objeto, y, en última instancia la vida. Nos preguntamos, ¿es posible el duelo? Tenemos noticia, además, de otra reacción de sentimiento frente a la pérdida del objeto: es el duelo. El duelo se genera bajo el influjo del examen de realidad, que exige categóricamente separarse del objeto porque él ya no existe más. Debe entonces realizar el trabajo de llevar a cabo ese retiro del objeto en todas las situaciones en que el objeto fue asunto de una investidura elevada. (Freud, S. 1926-1925:161) Si el trabajo y la finalización del duelotieneque ver entonces con la posibilidad de que el yo pueda disponer nuevamente de sus investiduras, el duelo nunca podría continuar ni finalizarse en estos pacientes. Es un duelo anticipado y radical. …se trata de una pérdida que aún no ha tenido lugar, donde el objeto a perder es la propia vida, dejar de ser, dejar de existir es lo que está en juego:es la propia identidad y la propia estructura psíquica las que son puestas a prueba . Si el duelo consiste en matar al muerto, aquí el muerto es la propia persona, el yo, el ser. (Fulco, M.C. 2002:281) La muerte implica no ser más, el olvido; que los otros y las cosas sigan existiendo a pesar del moribundo. Andrea apela a su fortaleza: “Yo sé que estoy enferma pero no quiero que me lo recuerden a cada momento”. “Soy yo que me lo impongo, ¿cómo me voy a permitir llorar si yo soy la fuerte? Si tuviera mis desahogos no se me haría tan cuesta arriba. El lunes me dolía la mano, el brazo y ahí sí, hice una catarsis, les dije: pónganse en mi lugar, para ver cómo reaccionaban ellos. Capaz que es lo malo que he hecho yo, tengo una imagen con la que tengo que vivir: Andrea fuerte, capaz que no voy a dar más y van a conocer la otra Andrea”. Estas palabras fueron pronunciadas en un momento en que la quimioterapia había dejado huellas visibles en el cuerpo, el dolor no se calmaba y estaba muy enojada. Podemos plantear que el sistema narcisista está colapsando, la intensa herida narcisista pone en riesgo el equilibrio yoico. El narcisismo arraigado en el cuerpo va desmoronándose. Hay un correlato entre cuerpo y 5 narcisismo.Estos son los momentos en que no puede sostener la imagen de sí grandiosa y omnipotente. La posibilidad de derrumbe tan temido del Yo grandioso, la vuelven más vulnerable, afloran sentimientos celosamente guardados, como la ira, el resentimiento, y la envidia por los que están y seguirán vivos.Se trata entonces que los otros sepanlo que le está pasando. El narcisismo es la investidura libidinal del Yo, se observa como en momentos en que la realidad se impone, apareciendo en primer plano el desfallecimiento del cuerpo, las murallas narcisistas que se levantaron se resquebrajan. No se puede seguir negando lo innegable, las marcas de la enfermedad están ahí, a la vista y duelen. Elaborar la muerte es un trabajo costoso y difícil; implica un cambio psíquico que permite dar paso a un nuevo orden. En el transcurso del tiempo se van duelando las distintas etapas de la vida, hasta que se llega al final. Pero, es muy diferente elaborar la proximidad de la muerte que se va a dar naturalmente, a la que es impuesta por una enfermedad. Aquí lo que vemos es que la atadura a cada de las fases por las que se atraviesa, a veces vivida con miedo si los resultados de los exámenes clínicos “dan mal” o con alegría si “dan bien”. Lo que sí es seguro que ya no se podrá vivir desligado de la convicción de que el fin está próximo. LA FUNCION DEL ANALISTA La tarea del analista es ser continente, acompañando y esclareciendo. el continente implica la puesta en ejercicio de las envolturas de alivio psíquico durante el trabajo de acompañamiento con miras a procurar una mejor calidad de vida y una buena calidad de muerte. El trabajo se centra en paliar la herida narcisista del enfermar y del tener que morir, en procurar una cierta elaboración de la muerte y en sostener la calidad de la vida…(Alizade, M.1995:160). Es en este sentido que decimos que el analista tiene que tener la suficiente flexibilidad para adaptarse a cada momento que transita el paciente, y estar atento a los cambios que se van produciendo en el psiquismo del mismo. El objetivo es buscar el mayor alivio posible para el paciente, trabajando en 6 transferencia –aunque no la interpretemos siempre-, teniendo muy en cuenta los aspectos contratransferenciales. Debemos sí, ser muy cuidadosos y evaluar críticamente nuestras intervenciones, lo que nos ayudará en la tarea. Este tipo de abordajes exige una constante revisiónde nuestro quehacer y cambios en la metodología empleada, de acuerdo a la evolución de la enfermedad orgánica: las sesiones pueden trascurrir en el consultorio, pero si el paciente está internado, tenemos que trasladarnos a sala, a veces no puede concurrir y es una llamada telefónica.El objetivo no es solo acompañar al paciente y atenuar el sufrimiento psíquico que produce la enfermedad, es fortalecerlo y ayudarlo en la elaboración de estrategias a seguir y en poder tomar decisiones. El trabajo con pacientes oncológicos nos interpela acerca de nuestro quehacer como psicoanalistas, las modificaciones del encuadre, la escucha, la transferencia. la contratransferencia y toda una dinámica vertiginosa en la que nos vemos envueltos.No disponemos de un tiempo ilimitado de trabajo: trabajamos con la muerte a nuestro lado, la muerte como fenómeno real que a corto o mediano plazo se presenta.El paciente está abocado a la difícil tarea de duelar por su propia vida, es un duelo anticipado que conlleva un intenso sufrimiento psíquico.Trabajo de duelo que es una necesidad del paciente y del analista. Esto nos cuestiona y nos enfrenta también a nuestra propia finitud y a nuestros propios duelos. A Andrea le preocupaba que aumentara el dolor y la pérdida de la dignidad como persona en los momentos finales de la enfermedad, pero confiaba en la ayuda que podía brindarle el analista. Es así que en una sesión toma a la analista de la mano y le dice que le tiene que pedir un gran favor “prométeme que no me vas a dejar sufrir, a eso es lo que le tengo miedo”. Es un pacto. Se la tranquiliza, sabiendo que es otro tipo de dolor el que quiere evitar y no solamente “una muerte dolorosa” del cuerpo, lo cual conlleva un gran alivio para la paciente.Desde nuestra escucha tenemos que estar atentos a lo que se nos está demandando, entendemos que es no dejarla sola. 7 Desde la realidad le podemos explicar que nunca se deja “sufrir” a los pacientes y ella lo sabe, necesita la certeza de que se estará a su lado hasta el final para aliviar el dolor psíquico. En el vínculo afectivo que se va gestando con el correr del tiempo, se comparten esperanzas y desesperanzas, por más que estén claros los roles analista-paciente. En última instancia se trata del encuentro de dos subjetividades. A MODO DE CONCLUSIÓN El trabajo con pacientes oncológicos implica un constante desafío en nuestra práctica, nos obliga a elaborar-reelaborar la temática de la muerte, que también nos involucra. No solamente por los duelos que todos hemos tenido que realizar a lo largo de nuestra historia, sino que nos enfrenta constantemente a nuestra propia mortalidad. Es una permanente reflexión sobre lo efímero de la vida. Morir se puede morir de muchas maneras, lo complejo es prepararse. Parafraseando a Alizade podemos decir que cada persona muere como mejor puede. } 8 BIBLIOGRAFIA. Alizade, M. (1996). Clínica con la muerte. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores.:281 Alizade, M. (2000) Duelos del cuerpo. Asociación Psicoanalítica del Uruguay (2000) 1° Congreso de Psicoanálisis-XI Jornadas Científicas. Los Duelos y sus Destinos. Depresiones, Hoy. Montevideo: Comisión de Publicaciones de la Asociación Psicoanlítica del Uruguay. Impresora Gráfica.:27 Alkolombre, P. (2011). Travesías del cuerpo femenino. Buenos Aires, Argentina. Letra Viva Editorial. Fulco, M.C. Duelo por la propia muerte: ¿Duelo Posible? Asociación Psicoanalítica del Uruguay (2002). 2° Congreso de Psicoanálisis-XII Jornadas Científicas. El Cuerpo en Psicoanálisis. Montevideo: Comisión de Publicaciones de la Asociación Psicoanalítica del Uruguay. Impresora Central Papelera.:279 Freud, S. (1914). Introducción al narcisismo. (2° ed.) (1988).Buenos Aires, Argentina: Amorrortu editores, Tomo XIV. Freud, S (1926 -1925). Inhibición, síntoma y angustia.(2° ed.) (1988). Buenos Aires, Argentina: Amorrortu editores, Tomo XX Green, A. (1983). Narcisismo de vida, narcisismo de muerte. (1993).Buenos Aires, Argentina: Amorrortu editores. Varela, B., Alonso, R., Galain, A., Ibañez, A., Abreu, A. Defensas y afrontamiento frente al cáncer de mama luego del diagnóstico y cirugía. Revista de Psiquiatría del Uruguay. Vol. 75 N° 2 Diciembre 2011. Sociedad de Psiquiatría del Uruguay. 9 *Colonia- Uruguay Especialista en Psicoterapia Psicoanalítica de AUDEPP Miembro de AUDEPP maferrod@adinet.com.uy **Colonia-Uruguay Psicoterapeuta Habilitante de AUDEPP Docente Supervisor del Posgrado de AUDEPP (IUPA) Miembro de AUDEPP emaquinones@hotmail.com 10