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Capítulo 548 Anomalías vulvovaginales y müllerianas & e548-1 © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. EMBRIOLOGÍA (PATOGENIA) La diferenciación sexual fenotípica, especialmente durante la formación de los sistemas vulvovaginal y mülleriano, se determina por influencias genética (46,XX), gonadal y hormonal (cap. 576). El sexo genético del embrión se determina en la fecundación cuando los pronúcleos de los gametos se fusionan. Las células germinales primordiales (oogonias o espermatogonias) migran desde el saco vitelino hasta las crestas gonadales. Las gónadas primitivas son indistinguibles hasta aproximadamente la séptima semana de desarrollo. El desarrollo gonadal determina la progresión o regresión de los conductos genitales y la posterior producción hormonal, y, por lo tanto, los genitales externos. Se cree que las zonas críticas en la región SRY (región determinante del sexo en el cromosoma Y) son los factores que dirigen el desarrollo de un testículo desde una gónada primitiva, así como la espermatogénesis. El testículo comienza a desarrollarse entre la 6.a y la 7.a semana de gestación, primero con las células de Sertoli seguido por las células de Leydig, y la producción de testosterona comienza alrededor de la 8.a semana de gestación. El aparato genital empieza a diferenciarse más tarde que las gónadas. La diferenciación de los conductos de Wolff comienza con un aumento de testosterona y la acción local de ésta activa el desarrollo de los epidídimos, de los conductos deferentes y de la vesícula seminal. Además, los conductos genitales masculinos y las estructuras genitales externas dependen de la conversión de la testosterona en dihidrotestosterona (DHT). En un embrión 46,XX, la diferenciación sexual femenina se produce aproximadamente 2 semanas después de la diferenciación gonadal en el varón. A causa de que los ovarios se desarrollan antes y por separado de los conductos de Müller, las mujeres con anomalías de dichos conductos suelen tener unos ovarios y una producción de hormonas esteroideas normales. La regresión de los conductos de Wolff es el resultado de la falta de producción de testosterona gonadal local, y la persistencia de los conductos de Müller (o paramesonéfricos) es el resultado de la falta de producción de HAM (hormona antimülleriana o sustancia inhibidora mülleriana). Los conductos de Müller siguen diferenciándose en las trompas de Falopio, en el útero y en la parte superior de la vagina sin interferencia de la HAM. Existen complejas interacciones tempranas entre los conductos mesonéfricos, paramesonéfricos y metanéfricos (el metanefros se convierte en el riñón adulto) en el desarrollo embrionario, y el desarrollo normal del sistema de mülleriano depende de dicha interacción. Si este proceso se interrumpe, en el momento de la exploración de la mujer se detectan con frecuencia anomalías conjuntas müllerianas y renales. La diferenciación a lo largo de la vida de la mujer suele ser a menudo una ruta predeterminada, pero se trata de un proceso extremadamente complejo regulado por la ausencia, presencia o compensación de niveles de numerosos productos genéticos (p. ej., genes SRY, SOX9, SF-1, WTI, Wnt-4, GATA4, DAX-1, BMP4, HOX, etc.) y sigue siendo no del todo comprendido. Alrededor de la 10.a semana de gestación, las porciones caudales de los conductos de Müller se fusionan en la línea media para formar el útero, el cuello uterino y la parte superior de la vagina, en una estructura en forma de Y formando las trompas de Falopio primordiales. Inicialmente, los conductos de Müller son cordones sólidos que se canalizan gradualmente a medida que crecen a lo largo y cruzan los conductos mesonéfricos ventralmente, y se fusionan en la línea media. Los conductos mesonéfricos se abren caudalmente en el seno urogenital y los conductos de Müller contactan con la pared dorsal del seno urogenital, donde la proliferación de las células en el punto de contacto forma el tubérculo de Müller. Las células situadas entre el tubérculo de Müller y el seno urogenital siguen proliferando para formar la placa vaginal. Al mismo tiempo que se fusionan los conductos müllerianos en la línea media, las paredes medias comienzan a degradarse produciéndose la reabsorción para formar la cavidad central del canal uterovaginal. Se piensa que la reabsorción del tabique uterino se produce en una dirección caudocefálica y se completa aproximadamente hacia la 20.a semana de gestación. Esta teoría ha sido analizada debido a que algunas anomalías no encajan en el sistema de clasificación estándar. Es posible que la reabsorción septal comience en algún punto medio y continúe en ambas direcciones. Alrededor de la 16.a semana de gestación, las células centrales de la placa vaginal se descaman produciéndose la reabsorción y formándose la luz vaginal. Inicialmente, la luz de la vagina está separada del seno urogenital por una fina membrana himeneal. La membrana himeneal sufre una reabsorción central y se perfora antes del nacimiento. Las etapas secuenciales de este complejo proceso pueden ser interrumpidas en muchos puntos a lo largo de la vía de diferenciación. EPIDEMIOLOGÍA Las anomalías de Müller pueden incluir anomalías parciales o completas de las trompas de Falopio, útero, cérvix y vagina. Es difícil establecer estimaciones verdaderas de prevalencia debido a la variedad de presentaciones y la naturaleza asintomática de algunas de las anomalías. Las técnicas de imagen han contribuido de forma significativa en el diagnóstico de anomalías uterovaginales, lo que ha permitido describirlas detectándose combinaciones adicionales de anomalías. La mayoría de autores estima que las anomalías de Müller están presentes en el 2-4% de la población femenina. La incidencia aumenta en las mujeres con un historial de abortos o infertilidad: del 5% al 10% de las mujeres infértiles sometidas a histerosalpingograma, del 5% al 10% de las mujeres con abortos recurrentes y el 25% o más de las mujeres con abortos tardíos y/o partos prematuros presentan defectos müllerianos. MANIFESTACIONES CLÍNICAS Las anomalías vulvovaginales y müllerianas pueden manifestarse en varios momentos de la vida de la mujer: desde la infancia y adolescencia hasta la edad adulta (v. tabla 548-1). La mayoría de las malformaciones genitales externas se manifiestan al nacimiento y, a menudo, incluso son sutiles desviaciones de lo normal en un recién nacido varón o hembra que se detectan durante la exploración. Las anomalías estructurales del aparato reproductor pueden verse al nacimiento o se pueden detectar en la menarquia o en cualquier otro momento durante la vida reproductiva de la mujer. Algunas anomalías müllerianas son asintomáticas, mientras que otras pueden causar problemas ginecológicos, obstétricos o de infertilidad. Las manifestaciones clínicas y los tratamientos dependen del tipo específico de anomalía mülleriana y son muy variados. Se puede observar una masa pélvica, que puede o no producir síntomas. Una masa abultada en el introito o dentro de la vagina indica una obstrucción del tracto de salida completa o parcial. Una adolescente puede presentar dolor pélvico asociado con amenorrea primaria o varios meses después de la menarquia. Las pacientes también pueden estar asintomáticas hasta que presentan un aborto involuntario o un parto prematuro. Cuando la sintomatología es aguda, puede ser necesario un tratamiento urgente. La obstrucción puede ser el resultado de una serie de distintas anomalías, que incluyen un himen imperforado, un septo vaginal transverso y un cuerno rudimentario no comunicante. A medida que se acumula el flujo menstrual próximo a la obstrucción, se va formando un hematocolpos y una hematometra que producen dolor cíclico o una masa pélvica. Tabla 548-1 ANOMALÍAS MÜLLERIANAS FRECUENTES ANOMALÍA DESCRIPCIÓN Hidrocolpos Hemihematometra Acumulación de moco o fluido no hemático en la vagina Segmento atrésico de la vagina con acúmulo de fluido menstrual Acumulación de fluido seroso en la trompa de Falopio, dando a menudo como resultado final un piosalpinx Dos cuellos uterinos, cada uno asociado con un cuerno uterino Un cuello uterino asociado con dos cuernos uterinos Resultado del fallo en el descenso de un conducto mülleriano Hidrosalpinx Útero didelfo Útero bicorne Útero unicorne e548-2 & Parte XXV Problemas ginecológicos de la infancia PRUEBAS COMPLEMENTARIAS ANOMALÍAS UTERINAS Se han empleado muchos estudios radiográficos, en ocasiones en combinación, para establecer el diagnóstico, incluidas la ecografía, histerosalpingograma (HSG), ecohisterografía (ecografía con infusión salina) y RM. La laparoscopia y la histeroscopia constituían el patrón estándar para la valoración de las anomalías müllerianas, pero en la actualidad la prueba principal puede ser la RM debido a que no es invasiva y a sus capacidades de alta calidad. La RM es la técnica de imagen más sensible y específica empleada para la valoración de las anomalías müllerianas, ya que se pueden obtener imágenes de casi todas las estructuras reproductoras, del flujo sanguíneo, de los contornos externos, de la zona de unión mediante imágenes ponderadas en T2, de otras anomalías renales o imágenes de otras alteraciones asociadas. La RM presenta también una buena correlación con los hallazgos quirúrgicos gracias a sus capacidades multiplanares y a su alta resolución espacial. La ecografía en tres dimensiones (ECO 3D) es otra herramienta útil en el diagnóstico, y puede llegar a ser superior a la ecografía pélvica tradicional y a la HSG. Es importante valorar el contorno externo del útero para distinguir los diferentes tipos de anomalías uterinas. Con frecuencia requiere una combinación de modalidades radiológicas para valorar la cavidad uterina, el contorno externo y la posible permeabilidad de las trompas. Puede ser necesario establecer el diagnóstico mediante laparoscopia o histeroscopia en función de la presentación de la anomalía, pero cada vez se emplean menos gracias al desarrollo de la RM y de otras técnicas de imagen. El diagnóstico de las anomalías müllerianas debe incluir una exploración física, una ecografía pélvica, en ocasiones una RM, y valoraciones renales y esqueléticas para detectar anomalías asociadas. Las anomalías renales se han cifrado en un 30-40% y anomalías esqueléticas, en el 10-15% de pacientes con anomalías müllerianas. Se detecta agenesia renal unilateral en el 15% de las pacientes. Las anomalías esqueléticas más frecuentes son vertebrales. Las pacientes normalmente presentan un cariotipo femenino normal (46,XX), pero se han descrito numerosas segregaciones familiares y mutaciones genéticas y/o cariotipos anormales (v. tabla 548-2). Alrededor del 5-8% de las pacientes con anomalías müllerianas congénitas presenta cariotipos anormales. Muchas de las malformaciones son esporádicas, con un mecanismo poligénico y una etiología multifactorial. Las pacientes adolescentes pueden presentar una obstrucción aguda del tracto de salida debida a una anomalía mülleriana, que requiere una valoración urgente y tratamiento quirúrgico. Un pequeño porcentaje de chicas presenta una retención urinaria concomitante debida a una alteración de un ángulo de la uretra o a una presión sobre el plexo sacro. La dificultad para orinar y el vaciado incompleto causados por una obstrucción pueden estar presentes antes del dolor abdominopélvico en una paciente de cualquier edad. El desarrollo anómalo del útero puede ser simétrico o asimétrico y/o provocar o no obstrucción. Las pacientes pueden presentar amenorrea primaria o ciclos menstruales irregulares o regulares. Puede detectarse una masa pélvica asintomática o dismenorrea. Tanto en adolescentes como en mujeres adultas, el aborto puede ser el primer indicio de una anomalía uterina. El tratamiento es altamente específico para la anomalía específica. Tabla 548-2 ALTERACIONES HEREDITARIAS ASOCIADAS A ANOMALÍAS MÜLLERIANAS MODO DE HERENCIA Autosómica dominante Autosómica recesiva Poligénica/ multifactorial Ligada a X ALTERACIÓN Camptobraquidactilia Mano-pie-genital Kaufan-McCusick Johanson-Blizzard Anomalías renal-genital-oído medio Síndrome de Fraser Síndrome hernia uterina Síndrome de MayerRokitansky-Küster-Hauser Síndrome hernia uterina DEFECTO MÜLLERIANO ASOCIADO Septo vaginal longitudinal Fusión mülleriana incompleta Septo vaginal transverso Septo vaginal longitudinal Atresia vaginal Fusión mülleriana incompleta Derivados del conducto mülleriano persistentes Aplasia mülleriana Derivados del conducto mülleriano persistentes Útero tabicado Un septo uterino es la anomalía mülleriana más frecuente, representando un poco más de la mitad de todas ellas, y es la anomalía estructural uterina más frecuente. Tras la fusión de los 2 conductos müllerianos en la línea media puede producirse una reabsorción para unificar las cavidades endometriales; un fallo en este proceso origina un cierto grado de septo uterino. Puede variar en longitud desde debajo del fondo uterino hasta más allá del cuello, en función de la cantidad de reabsorción caudal. Un útero tabicado presenta un contorno externo normal, lo que lo distingue de un útero bicorne o didelfo. Una RM puede servir para diferenciar un septo de predominio fibroso de un septo muscular o miometrial. Como un septo puede estar pobremente vascularizado, el útero tabicado es la anomalía más frecuentemente asociada con el aborto, así como con otros resultados adversos del embarazo. Se recomienda generalmente realizar una metroplastia histeroscópica (escisión septal) en el contexto de un aborto previo. Existe todavía controversia respecto a si una mujer debe ser sometida a dicho procedimiento quirúrgico sin haber tenido un aborto previo. La longitud del tabique no tiene por qué estar correlacionada con la frecuencia o aparición de embarazos problemáticos. Es extremadamente importante diferenciar con precisión el útero bicorne del útero tabicado para establecer estrategias terapéuticas eficaces y seguras. Útero bicorne Ambos conductos de Müller se desarrollan y alargan de forma anómala, pero no se fusionan completamente en la línea media. La vagina y el cérvix externo son normales, pero la extensión de la división de las dos cavidades endometriales varía en función de la extensión de la fusión errónea entre el cérvix y el fondo uterino. El útero bicorne se asocia también con un aumento de parto prematuro, presentaciones fetales anómalas y abortos. Esta anomalía representa alrededor del 10-20% de las anomalías müllerianas y un significativo porcentaje de anomalías uterinas. Útero unicorne y cuernos rudimentarios Un útero unicorne es el resultado de la creación normal de una trompa de Falopio, útero funcional, cérvix y vagina a partir de un conducto mülleriano. El otro lado no se desarrolla, dando como resultado la ausencia del conducto de Müller contralateral o un cuerno rudimentario. En el 30-40% de los casos se asocia con anomalías renales. Si se identifica un cuerno rudimentario, es importante determinar si existe endometrio funcional (generalmente con imágenes de RM ponderadas en T2). Alrededor de 2/3 de los cuernos rudimentarios no son comunicantes, y algunos presentan una banda fibrosa que conecta las dos estructuras. Los cuernos rudimentarios pueden también comunicarse con el útero contralateral. Un óvulo fecundado puede implantarse y desarrollarse dentro de un cuerno rudimentario. Estos embarazos son incompatibles con una gestación normal y la rotura del cuerno podría llegar a ser mortal. La rotura suele producirse en una etapa más tardía de la gestación que en el embarazo ectópico y la hemorragia es grave. Las pacientes con cuernos rudimentarios con endometrio funcional pueden también presentar dolor por el acúmulo de reglas. Debido a que el otro cuerno presenta un tracto de salida normal, estas pacientes presentan dolor y no amenorrea primaria. Los embarazos en un útero bicorne se asocian con un aumento del trabajo de parto y parto pretérmino, presentaciones fetales anómalas y abortos involuntarios. Capítulo 548 Anomalías vulvovaginales y müllerianas & e548-3 Útero didelfo Útero arcuato Un útero didelfo es el resultado de un fallo completo de la fusión y representa el 5% de las anomalías müllerianas. Existen 2 trompas de Falopio, 2 cavidades uterinas completamente separadas, 2 cuellos uterinos y con frecuencia 2 canales vaginales o 2 canales parciales originados por un septo vaginal longitudinal asociado (75% de los casos). Debe valorarse la presencia de anomalías renales ya que también son frecuentes. A veces, el septo longitudinal se adhiere a una pared lateral y obstruye un lado de la vagina (o hemivagina). La combinación de útero didelfo, hemivagina obstruida y agenesia renal ipsilateral constituye una variante del amplio espectro de anomalías müllerianas conocido como síndrome de Heryln-WernerWunderlich (SHWW) o síndrome de hemivagina obstruida y anomalía renal ipsilateral (SHVOARI) en la literatura (fig. 548-1). Las adolescentes con esta alteración presentan generalmente dolor abdominal poco después de la menarquia. A pesar de que puede existir un riesgo de resultados adversos en el embarazo en un útero didelfo (parto prematuro, presentaciones fetales anómalas), los resultados globales del embarazo son habitualmente buenos y se asocian con un menor riesgo que en las demás anomalías uterinas. Un útero arcuato es una cavidad uterina con un pequeño septo en la línea media, debido a la falta de una pequeña cantidad de reabsorción, y en ocasiones una pequeña hendidura en el fondo uterino. Un útero arcuato puede representar una variedad de lo normal en lugar de una anomalía mülleriana. Los resultados adversos del embarazo son poco frecuentes y la corrección quirúrgica no está justificada. Anomalías uterinas en pacientes expuestas al DES La exposición intrauterina al dietilestilbestrol (DES) se asocia con un incremento del riesgo de desarrollar anomalías uterinas y adenocarcinoma de células claras de vagina y cérvix. Se empleó el DES para prevenir el parto prematuro, suspendiéndose su uso en 1971. Comúnmente se han observado características uterinas asociadas con exposición al DES como el útero en forma de T, hipoplasia cervical, irregularidades en las trompas de Falopio, contorno del endometrio festoneado o de forma irregular, bandas constrictoras y otras. Varios investigadores han demostrado que el DES suprime y/o altera los genes Wnt y HOX en los ratones, y, por tanto, puede © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. [(Figura_1)TD$IG] Figura 548-1 Hemivagina derecha ocluida y ausencia de riñón derecho. A, Niña de 2 días de vida con una masa quística gris en el introito vaginal. B, Urografía intravenosa que muestra ausencia de función renal derecha (probable ausencia de riñón). En un cistograma (no se muestra), la vejiga se desplazó hacia delante por la masa. La permeable hemivagina izquierda pudo ser sondada y se demostró que estaba marcadamente desplazada hacia la izquierda. En vaginogramas frontal (C) y lateral (D), la solución de contraste introducida a través de una aguja insertada en la masa quística en el introito opacifica una hemivagina derecha marcadamente distendida y el útero (hidrometrocolpos unilateral) (asteriscos). La solución de contraste de estudios anteriores todavía está presente en la vagina (V) y vejiga (b). (De Slovis TL, editor: Caffey’s pediatric diagnostic imaging, 11.a ed., Filadelfia, 2008, Mosby, pág. 2438.) e548-4 & Parte XXV Problemas ginecológicos de la infancia afectar la expresión de genes en el desarrollo del conducto de Müller, originando anomalías uterinas, adenosis vaginal y un potencial carcinoma. Tratamiento El tratamiento depende de la anomalía específica. La resección quirúrgica histeroscópica está ampliamente recomendada para los septos uterinos. Si un útero tabicado se extiende a través del canal cervical, muchos optan por no tocar esta porción cervical del septo ya que puede afectar en un futuro a la funcionalidad uterina, a pesar de que las incisiones se han realizado sin incidentes en el seguimiento de los casos descritos. La mayoría apoyaría la realización de la incisión en un septo uterino en el contexto clínico de un aborto, pero otros defenderían la metroplastia profiláctica en caso de que no existan antecedentes de aborto involuntario, especialmente antes de la fecundación in vitro. Un cuerno no comunicante con endometrio funcional debe ser resecado para mejorar la calidad de vida o prevenir futuras complicaciones; las opiniones varían en cuanto a si está justificada la resección de un cuerno comunicante o de un cuerno sin endometrio funcional. Cualquier resección quirúrgica de un cuerno rudimentario requiere una cuidadosa técnica quirúrgica con el fin de proteger la irrigación del ovario ipsilateral y el miometrio del útero unicorne restante. Aunque la metroplastia había sido defendida en los úteros didelfo y bicorne, y con antecedentes de malos resultados obstétricos, en la actualidad, la mayoría de los médicos piensa que no existe suficiente evidencia para defender un procedimiento tan complicado. Cualquier obstrucción del tracto de salida debe ser corregida; puede precisar la realización de una ventana vaginal o la escisión de un septo hemivaginal. ANOMALÍAS VAGINALES Con frecuencia coexisten la agenesia uterina y vaginal debido a su estrecha relación durante el desarrollo, cuando en el proceso hay un fallo temprano en el desarrollo de los conductos de Müller. La causa más frecuente de agenesia vaginal es el síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKH), cuya incidencia es de 1:4.000-10.000 nacimientos femeninos. La causa es desconocida y probablemente su etiología sea multigénica y multifactorial. El MRKH se caracteriza por amenorrea primaria, vulva normal, anomalías uterinas (generalmente aplasia o agenesia), trompas de Falopio poco marcadas, ovarios normales, cariotipo femenino normal y otras anomalías asociadas (las más frecuentes renales y esqueléticas). La vagina está ausente por completo o aparece con una pequeña apertura con hoyuelos. Suele ser necesaria la RM para determinar si hay algún pequeño remanente uterino (a menudo localizado en la pared pélvica o cerca de los ovarios y suele ser sólo un pequeño remanente fibromuscular) y para delimitar claramente la anomalía. La ausencia de la vagina y del útero presenta implicaciones significativas anatómicas, fisiológicas y psicológicas para la paciente y su familia. Cualquier diagnóstico de agenesia mülleriana también debe ser diferenciado de la insensibilidad a los andrógenos (feminización testicular); el cariotipo, los niveles plasmáticos de testosterona y la distribución del vello púbico suelen servir para distinguirlas. Asociadas al síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser aparecen lesiones que afectan a otros sistemas orgánicos. Las más frecuentes son anomalías del tracto urinario (15-40%), detectándose sobre todo una ausencia unilateral de riñón, un riñón en herradura o pélvico y anomalías esqueléticas (5-10%), que afectan principalmente al desarrollo vertebral. Septo vaginal longitudinal El septo vaginal longitudinal representa un fallo de la completa canalización de la vagina. Ocurre a menudo en presencia de anomalías uterinas como se ha visto anteriormente. Anomalías del himen Septo vaginal transverso (defectos de la fusión vertical) Un himen imperforado es la anomalía obstructiva más común, y se han descrito casos familiares. Su incidencia más frecuentemente descrita es de aproximadamente de 1:1.000. En el período del recién nacido y de la infancia temprana, puede ser diagnosticado por la presencia de una membrana abultada debida a un mucocolpos originado por la estimulación estrogénica materna de la mucosa vaginal. Eventualmente se puede reabsorber si no es demasiado grande o sintomático. Más frecuentemente se diagnostica en el momento de la menarquia, cuando se acumula el flujo menstrual. Las manifestaciones clínicas más frecuentes son una membrana abultada negroazulada, dolor, amenorrea primaria y caracteres sexuales secundarios normales. Según los casos, las pacientes pueden presentar dolor abdominal cíclico o una masa abdominal. Se han descrito otras anomalías del himen. Uno normal puede presentar distintas configuraciones (anular, creciente). Algunas membranas himeneales no sufren una reabsorción o perforación completas, lo que origina un himen microperforado, cribiforme o un himen en forma de septo. La edad de detección varía en los bebés y niñas, pero con frecuencia las anomalías del himen se descubren después de la menarquia cuando a la adolescente le resulta difícil usar tampones. Los defectos de la fusión vertical pueden originar un septo transverso que puede estar imperforado y asociado con hematocolpos o hematometra en las adolescentes, o con mucocolpos en los bebés. Son anomalías mucho menos comunes, detectadas en 1:80.000 mujeres. La mayoría de las pacientes presenta amenorrea y dolor cíclico alrededor de la menarquia. Las pacientes que tienen una pequeña apertura en el septo transverso pueden presentar mucha secreción vaginal y flujo. El septo vaginal transverso puede localizarse en varios sitios de la vagina (15-20% en el tercio inferior, pero casi siempre en la mitad o en el tercio superior de la vagina) y presentar distinto grosor que generalmente es 1 cm. Las localizaciones altas, el septo grueso y los orificios vaginales estrechos representan difíciles casos quirúrgicos. El septo vaginal transverso puede asociarse con otras anomalías congénitas, aunque de forma menos frecuente que en el caso de la agenesia mülleriana. Estas pacientes presentan un útero funcional normal a diferencia de las mujeres con MRKH. Existe también un aumento de incidencia de endometriosis secundaria a la menstruación retrógrada. La valoración del septo vaginal transverso incluye una cuidadosa exploración pélvica y con frecuencia pruebas de imagen pélvica, habitualmente con RM y ecografía, para delimitar las anomalías anatómicas. La RM resulta especialmente útil para determinar el grosor del septo y la presencia del cérvix, y para planificar la intervención quirúrgica. El diagnóstico y el tratamiento deben establecerse lo más pronto posible después de la menarquia, ya que una acumulación significativa de hematometria y/o hematosalpinx podrían afectar el futuro reproductivo, alterando negativamente el útero y/o la función tubárica. Ausencia congénita de vagina y síndrome de Mayer-RokitanskyKüster-Hauser La agenesia o atresia vaginal es el resultado del fallo de canalización de la placa vaginal. En la exploración física aparece como una vagina muy acortada, a veces denominada hoyuelo vaginal. La agenesia vaginal aislada (parcial) afecta a un área de la aplasia localizada entre la porción distal de la vagina y la vagina superior normal, cérvix y útero. De entrada, se puede confundir con un septo transverso bajo o con un himen imperforado, y por tanto es fundamental delimitar claramente la anomalía antes de iniciar una reparación quirúrgica. Se puede también manifestar con un dolor cíclico y una masa abultada justo después de la menarquia. La reparación y reconstrucción quirúrgicas son complicadas y distintas para cada paciente, por lo que deben ser estudiadas por varios especialistas. Tratamiento Un himen imperforado requiere una resección para prevenir o corregir la obstrucción del tracto de salida. Muchos cirujanos recomiendan una incisión horizontal o cruzada, extirpar el tejido en exceso y reanastomosar los bordes de la mucosa. Si la paciente está © ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito. Capítulo 548 Anomalías vulvovaginales y müllerianas & e548-5 sintomática, la reparación puede efectuarse al mismo tiempo que el diagnóstico. Aunque la lesión puede ser reparada en cualquier momento en el período neonatal, infancia o adolescencia, la estimulación estrogénica facilita la cirugía y, por tanto, es preferible intervenir en la adolescencia después de la pubertad o de la menarquia. El tratamiento de la ausencia congénita de vagina normalmente se pospone hasta que la paciente esté preparada para iniciar su vida sexual. El tratamiento de primera línea más frecuente es el manejo no quirúrgico debido a la alta tasa de éxito y la muy baja morbilidad. Requiere el empleo de dilatadores para crear una vagina funcional. Los tamaños de los dilatadores que se emplean van aumentando progresivamente y son necesarias la madurez y compromiso de la paciente para utilizarlos diariamente (20-30 min diarios). Si se hace correctamente, es posible obtener una longitud vaginal funcional (6-8 cm), anchura y ángulo fisiológico que permitan el coito al cabo de 6-8 semanas de tratamiento. Cuando se alcanza el tamaño del dilatador que permite el coito, la paciente debe utilizarlo o practicar el coito con una frecuencia que permita mantener la longitud vaginal adecuada. El manejo quirúrgico requiere mucha experiencia y, con frecuencia, dilataciones vaginales posquirúrgicas para garantizar el resultado funcional. Existen controversias en cuanto a las subespecialidades quirúrgicas, ya que los cirujanos y urólogos pediátricos recomiendan con frecuencia crear una neovagina en la infancia. Los ginecólogos pediátricos y los endocrinólogos reproductores piensan que se consiguen mejores resultados creando una neovagina cuando la mujer joven piensa iniciar su actividad sexual y puede participar en la decisión de someterse a una cirugía y en su propia recuperación postoperatoria. No existe consenso en cuanto a la mejor opción quirúrgica; los procedimientos más empleados incluyen 2 actos quirúrgicos seguidos por el uso de dilatadores o un solo acto empleando un asa del intestino para reconstruir la vagina. Las pacientes necesitan ser asesoradas en relación con la posibilidad de usar sus propios ovocitos y de recurrir a una portadora gestacional a través de fecundación in vitro para conseguir un embarazo. Estas terapias pueden llegar a ser bastante complicadas tanto física como emocionalmente. Es mejor el manejo multidisciplinario, habitualmente con la participación de un psicólogo y de cirujanos con formación especializada. En el caso del septo vaginal transverso, el tratamiento consiste en la resección quirúrgica de la obstrucción a través de un abordaje vaginal. Algunos cirujanos recomiendan esperar más de 1 ciclo menstrual o emplear dilatadores antes de la cirugía desde la zona inferior para aumentar la profundidad y la circunferencia de la vagina distal, y para permitir que la sangre menstrual se acumule y dilate la porción superior de la vagina. Se debe intentar realizar una completa resección del septo, con anastomosis primaria de los segmentos superior e inferior de la mucosa. En ocasiones, tras la cirugía, se coloca un stent vaginal para mantener la permeabilidad y permitir la epitelización escamosa de la parte superior de la vagina y del cérvix. Tras retirar el stent, puede ser necesario seguir usando dilatadores. Es importante realizar una valoración preoperatoria cuidadosa ya que los cirujanos pueden pensar que intervienen un himen imperforado y luego pueden encontrarse planos quirúrgicos completamente diferentes y más complejos. Independientemente del enfoque quirúrgico, es mejor aplazar la vaginoplastia hasta que la paciente sea madura y esté preparada física y psicológicamente para participar en el proceso terapéutico y en los tratamientos dilatadores posquirúrgicos. Los septos vaginales transversos por sí mismos no conducen a resultados reproductivos adversos, pero pueden producir síntomas en la paciente, causando dispareunia, dificultades para la colocación de un tampón o en el parto vaginal. Tales preocupaciones pueden justificar la resección de los septos vaginales. En un pequeño número de pacientes puede haber obstrucción unilateral de una hemivagina, pudiendo requerir su incisión y resección. ANOMALÍAS CERVICALES La atresia congénita o la agenesia completa del cuello uterino es extremadamente rara y habitualmente se manifiesta en la pubertad con amenorrea y dolor pélvico. Se asocia con anomalías renales significativas en el 5-10% de las pacientes. Con frecuencia está justificada la RM pélvica para definir totalmente la anomalía. Habitualmente, el dolor y la obstrucción son importantes, y es necesaria la realización de una histerectomía. Los intentos de volver a conectar el útero con la vagina rara vez tienen éxito y se asocian con tasas significativas de morbilidad y reintervenciones. Como ocurre con muchas de las anomalías müllerianas, los ovarios habitualmente son normales y puede haber reproducción futura a través de la FIV y de una portadora gestacional. ANOMALÍAS VULVARES Y OTRAS Duplicación vulvar completa La duplicación de la vulva es una anomalía congénita rara que se observa en la infancia y consiste en la presencia de 2 vulvas, 2 vaginas y 2 vejigas, un útero didelfo, recto y ano únicos, y 2 sistemas renales. Hipertrofia y asimetría de los labios Al inicio de la pubertad, los labios menores se agrandan y crecen hasta alcanzar el tamaño adulto. Los labios de la mujer pueden variar en tamaño y forma. La asimetría de los labios, cuando los labios derecho e izquierdo son de distinto tamaño y forma, constituye una variante de lo normal. Algunas mujeres se sienten incómodas al ver sus labios menores asimétricos o agrandados y presentan timidez y molestias al llevar ropa ajustada, realizar ejercicio o mantener relaciones sexuales. Los labios agrandados pueden presentar una apariencia protuberante y anómala, y pueden llegar a ser funcional o psicológicamente molestos. La irritación local, los problemas en la higiene personal durante la defecación o la menstruación, las molestias en las relaciones sexuales, en la posición sentada o realizando ejercicio, han hecho que aumenten las solicitudes de reducción de los labios. Algunos cirujanos ofrecen procedimientos para corregir los labios menores desiguales o agrandados. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos no recomienda la realización de este tipo de intervención a menos que exista un deterioro significativo de la función. Los procedimientos quirúrgicos médicamente indicados incluyen la reversión o reparación de la anomalía y tratamiento de la hipertrofia labial o crecimiento labial asimétrico secundario a enfermedades congénitas, irritación local o exceso de hormonas androgénicas. Las complicaciones de la cirugía de los labios incluyen pérdida de sensibilidad, formaciones queloides y dispareunia. Anomalías del clítoris La agenesia del clítoris es rara. Se ha descrito duplicación del clítoris asociada con frecuencia con anomalías orgánicas pélvicas, incluida la agenesia de otras estructuras del aparato genital y extrofia vesical. Anomalías cloacales Las anomalías cloacales son lesiones raras que representan un seno urogenital común dentro del cual coexisten los canales gastrointestinal, urinario y vaginal. Por lo general, existe una anomalía en todos o en alguno de los procesos de fusión de los conductos de Müller, en el desarrollo de bulbos senovaginales o en el desarrollo de la placa vaginal. La apertura única (cloaca) requiere una corrección quirúrgica, preferiblemente por un equipo quirúrgico pediátrico multidisciplinar. Remanentes ductales A pesar de que el conducto opuesto regresa en ambos sexos, puede existir en ocasiones una pequeña porción de cada uno de los conductos de Müller y de Wolff que permanecen tanto en el varón como en la hembra respectivamente. Estos remanentes pueden formar quistes que son los que los hacen visibles clínicamente durante la intervención quirúrgica, la exploración o las pruebas de imagen. Muchos de ellos no causan dolor, aunque se han descrito casos de torsión, y algunos de ellos, pequeños y asintomáticos, no requieren e548-6 & Parte XXV Problemas ginecológicos de la infancia habitualmente resección. Los remanentes más frecuentemente descritos son los quistes hidatídicos de Morgagni (remanente de un conducto de Wolff derivado de la trompa de Falopio), quistes del ligamento ancho y los quistes de los conductos de Gartner, que pueden formar un uréter ectópico o pueden encontrarse a lo largo del cuello uterino o de las paredes vaginales. BIBLIOGRAFÍA American College of Obstetricians and Gynecologists: Endometriosis in adolescents. ACOG committee opinion no. 310, Obstet Gynecol 105:921-927, 2005. American College of Obstetricians and Gynecologists: Vaginal ‘‘rejuvenation’’ and cosmetic vaginal procedures. 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