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Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SERIES. VENTILACIÓN MECÁNICA EN PEDIATRÍA (III) RETIRADA DE LA VENTILACIÓN, COMPLICACIONES Y OTROS TIPOS DE VENTILACIÓN Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos Retirada de la asistencia respiratoria J. Balcells Ramírez Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital Vall d’Hebron. Barcelona. España. La retirada de la VM define el proceso que permite el paso de VM a ventilación espontánea. Se trata de un proceso que puede ocupar una porción significativa de la duración total de la VM y cuyo éxito o fracaso tiene implicaciones de gran trascendencia para el paciente. Para asegurar al máximo su éxito es preciso evaluar minuciosamente al paciente mediante: valoración de los requisitos para la extubación, tanto clínicos como de soporte ventilatorio; realización de una prueba preextubación y la evaluación de los indicadores pronósticos del éxito o fracaso de la extubación. La valoración preextubación pasa generalmente por una prueba de respiración espontánea en tubo en T o bien con CPAP con presión de soporte, sin que ninguno de los dos métodos haya demostrado superioridad sobre el otro. El mejor indicador pronóstico del éxito de la extubación es la valoración clínica del esfuerzo respiratorio del paciente. Por último, una vez llevada a cabo la retirada del soporte ventilatorio puede ser necesario tratar sus complicaciones o, incluso, reinstaurar la VM. patient outcome. Thus, to ensure maximum success, patient readiness for weaning and extubation should be evaluated through the following steps: the patient must fulfill pre-established clinical and ventilatory support criteria for extubation, the patient should be observed during a breathing trial on minimal or no ventilatory support, and variables used to predict weaning success should indicate a favorable outcome. Breathing trials are usually conducted while the patient breathes spontaneously through a T-tube system or through the ventilator circuit on minimal ventilatory support. Neither of these methods has proved superior to the other. The best prognostic indicator of weaning outcome is clinical assessment of respiratory effort. Once mechanical ventilation is discontinued, it may be necessary to treat post-extubation complications or even to resume ventilatory support. Key words: Mechanical ventilation. Weaning. Extubation. T tube. Support pressure. Post-extubation croup. Palabras clave: Ventilación mecánica. Retirada de la asistencia respiratoria. Extubación. Tubo en T. Presión de soporte. Estridor por extubación. WEANING FROM MECHANICAL VENTILATION Weaning from mechanical ventilation can be defined as the process that allows the transition from mechanical ventilation to spontaneous breathing. This process can account for a significant proportion of total ventilation time and failure to resume spontaneous breathing affects CONCEPTOS GENERALES La retirada de la VM define el proceso que permite el paso de la VM a la ventilación espontánea. Como todo proceso, se distinguen en él varias fases: fase de partida o de soporte ventilatorio total; fase de transición o de soporte ventilatorio parcial y fase final o extubación. No todos los pacientes deben pasar por todas las fases del proceso, ya que en determinados casos es posible pasar de la fase de soporte total casi directamente a la extuba- Correspondencia: Dr. J. Balcells Ramírez. Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital Vall d’Hebron. P.º Vall d’Hebron, 119-129. 08035 Barcelona. España. Recibido en abril de 2003. Aceptado para su publicación en abril de 2003. 00 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 155 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación TABLA 1. Requisitos clínicos para la extubación FASE DE TRANSICIÓN O DE SOPORTE VENTILATORIO PARCIAL Resolución del proceso que motivó la VM Estabilidad hemodinámica Nivel de conciencia adecuado que garantice el esfuerzo respiratorio necesario y la correcta protección de la vía aérea (reflejo de tos, reflejo nauseoso) Fuerza muscular suficiente Ausencia de hemorragia activa y/o anemia significativa Ausencia de signos clínicos de sepsis y de síndrome febril no controlado La fase de transición es aquella en la que el paciente empieza a participar de forma gradual en la actividad mecánica ventilatoria. Así, durante este período, el paciente asume de una forma progresiva tanto el control de la función respiratoria como la carga de realizar el trabajo respiratorio por sí mismo. Las distintas técnicas o modalidades ventilatorias que pueden emplearse en esta fase de transición se han explicado anteriormente. VM: ventilación mecánica. FASE FINAL O EXTUBACIÓN TABLA 2. Requisitos de soporte ventilatorio para la extubación Saturación de hemoglobina > 90 % con FiO2 < 50 % o relación PaO2/FiO2 > 200 (salvo en cardiopatías cianosantes) PEEP ⱕ 5 cmH2O Presión pico < 30 cmH2O PaCO2 < 45 mmHg (en ausencia de insuficiencia respiratoria crónica) ción (p. ej., en los pacientes que reciben soporte ventilatorio durante unas horas en el postoperatorio de una cirugía mayor no complicada). Como norma general, será posible aplicar una retirada rápida de la VM en pacientes con una patología aguda ya resuelta y que han recibido un soporte ventilatorio de corta duración. Por otro lado, pacientes con patología aguda muy grave, patología aguda “cronificada” y/o soporte ventilatorio muy prolongado o complejo precisarán una retirada gradual o lenta de la VM1. Así, los principales determinantes de la duración de la retirada del soporte ventilatorio son el tipo de enfermedad que motivó la VM y la duración de la propia VM. En general, la rapidez del descenso de la asistencia respiratoria debe ser inversamente proporcional a la duración de la VM. FASE DE PARTIDA O DE SOPORTE VENTILATORIO TOTAL El proceso de la retirada de la VM empieza, desde un punto de vista conceptual, en el momento en que puede plantearse una reducción del soporte ventilatorio máximo que ha precisado un paciente (si esa reducción se debe a un cambio en la evolución del proceso de base hacia la mejoría). Así, en este período se lleva a cabo una reducción progresiva de la frecuencia respiratoria, la concentración de oxígeno inspirado y la PEEP hasta parámetros que podríamos considerar “parecidos” a los de la ventilación espontánea, es decir, frecuencia respiratoria normal para la edad, FiO2 < 50 % y PEEP ⱕ 5 cm H2O. A pesar de esta reducción, en esta fase y hasta este momento, toda la actividad mecánica respiratoria depende del respirador. 156 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 Es aquella en la que el soporte ventilatorio es mínimo, de modo que se plantea la retirada de la VM de forma definitiva. Llegado este punto, procede confirmar que el paciente cumple los requisitos necesarios para la extubación, hacer una última valoración preextubación y finalmente extubar al paciente. Requisitos para la extubación Los requisitos previos que debe cumplir un paciente ventilado para considerar la retirada de la VM se dividen en requisitos clínicos (tabla 1) y requisitos de soporte ventilatorio (tabla 2). Requisitos clínicos El inicio de la resolución del proceso de base es una condición sine qua non para considerar la retirada de la VM. Es preciso señalar que no debe esperarse, en la mayoría de situaciones, a una resolución completa de la causa inicial que motivó la VM, y que es suficiente con que se haya producido una disminución de las necesidades de apoyo ventilatorio (hasta los parámetros ya mencionados) y que la trayectoria de mejoría esté claramente instaurada. Estado hemodinámico. Los pacientes que van a ser extubados deben tener una situación hemodinámica estable con o sin tratamiento vasoactivo. Es decir, no es condición indispensable que el paciente no reciba fármacos vasoactivos para considerar la extubación; ahora bien, tampoco es razonable retirar la VM en pacientes con soporte cardiovascular importante en los cuales existen dudas sobre su capacidad de asumir las demandas impuestas por el trabajo respiratorio. No es prudente establecer recomendaciones precisas de qué nivel de soporte hemodinámico debe usarse como punto de corte, y el médico debe valorar a cada paciente individualmente, considerando variables como en qué fase se encuentra el proceso que motiva el apoyo circulatorio, qué trabajo respiratorio es esperable que tenga que realizar el paciente una vez extubado, qué papel puedan estar desempeñando los sedantes y analgésicos (propofol, mórfi- 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación cos, benzodiacepinas, etc.) en los requerimientos de fármacos vasoactivos (teniendo en cuenta que estos fármacos serán suspendidos al retirar la VM). el fracaso de la retirada de la VM, tanto por agotamiento respiratorio como por incapacidad para eliminar las secreciones bronquiales (tos débil). Nivel de conciencia. Por lo que respecta al nivel de conciencia que se considera adecuado, es preciso hacer algunas matizaciones. Así, idealmente, el paciente debería estar despierto y colaborador previo a la extubación, pero en muchas ocasiones, y sobre todo con pacientes pediátricos, es imposible mantener al niño intubado, despierto y colaborador. Con frecuencia se plantea, sobre todo en lactantes, una situación de todo o nada, es decir, o se seda profundamente al paciente o se procede a la extubación sin apenas poder evaluar su estado de conciencia. En esta situación es fundamental haber valorado bien el resto de requisitos para la extubación, ya que si todos se valoran positivamente, por lo general es posible extubar con éxito al lactante que lucha con el respirador. Cabe hacer mención especial a los lactantes sometidos a VM postoperatoria que han recibido dosis significativas de fentanilo durante la anestesia, los cuales, con frecuencia, intercalan en las primeras 3 a 6 h de postoperatorio intervalos breves de desadaptación con momentos sedación profunda; la extubación “diligente” o precoz de estos niños antes de que eliminen suficientemente la anestesia puede generar alguna situación comprometida ya que, una vez desaparece el estímulo del tubo endotraqueal, suelen quedar profundamente sedados, realizando algunos de ellos pausas de apnea (por obstrucción de la vía aérea superior) que pueden requerir reintubación o uso de antídotos (naloxona, flumazenilo). Un grupo de pacientes que debe considerarse aparte lo constituyen los pacientes con lesiones del sistema nervioso central (SNC). El paradigma de los mismos son los pacientes con traumatismo craneoencefálico (TCE) grave. Así como el criterio fundamental (desde el punto de vista neurológico) para intubar a estos pacientes es un estado de conciencia con una puntuación en la escala de Glasgow < 8, no es necesario (y muchas veces no es posible) esperar a que recuperen un Glasgow > 8 para proceder a la extubación. Así, los pacientes con un TCE grave en quienes quedan importantes secuelas recuperan los mecanismos necesarios para mantener una ventilación espontánea (reflejo tusígeno, nauseoso, estímulo respiratorio), mucho antes de que se produzca una recuperación neurológica en términos de estado de conciencia y conexión ambiental. Otros factores. La presencia de hemorragia, anemia, fiebre y signos de sepsis debe ser valorada en términos de gravedad y de previsión del curso evolutivo. En los pacientes que presentan estos signos o procesos de forma leve y con previsión de ser fácilmente controlados, es posible proceder a la retirada de la VM. Fuerza muscular. La valoración de la fuerza muscular será especialmente relevante en pacientes con patología aguda muy grave (riesgo de hipercatabolismo muscular, neuropatía del enfermo crítico), con enfermedad crónica caquectizante (insuficiencia cardíaca o respiratoria crónica grave, malnutrición de cualquier origen) o con patología neuromuscular aguda o crónica (síndrome de Guillain-Barré, miopatías). La debilidad muscular condiciona 00 Requisitos de soporte ventilatorio Los pacientes que no cumplen los requisitos enumerados en la tabla 2, no deberían a priori, ser considerados para la extubación. Las excepciones más frecuentes a la regla la constituirán los pacientes con enfermedad obstructiva crónica de la vía aérea en los cuales quizá no sea posible conseguir una presión pico menor a 30 cmH2O, y los pacientes bajo efecto residual de sedantes en los cuales la PaCO2 puede ser discretamente elevada, pero en los que es esperable con un alto grado de certeza una mejoría de ésta en un plazo breve. Valoración preextubación La valoración preextubación consiste en un último análisis de la situación del paciente con la finalidad de proceder o no a la extubación. Se trata de un momento tan importante como la indicación de la VM, ya que de su correcta o incorrecta realización se derivan consecuencias de gran trascendencia para el paciente. Así, una valoración falsamente negativa que no identifique a un paciente como apto para ser extubado, cuando en realidad sí lo es, expone al paciente a una prolongación innecesaria de la VM. Por otro lado, una valoración falsamente positiva que no detecte aquellos pacientes en los que es posible anticipar un fracaso de la retirada de la VM, pone al paciente en una situación de estrés físico y psicológico, además de exponerlo a una situación de riesgo vital como puede ser una reintubación urgente. A pesar de la relevancia que tiene la correcta o incorrecta indicación de la retirada de la VM, este es un apartado del soporte ventilatorio en el que se ha profundizado poco y en el que escasean datos objetivos extrapolables a la mayoría de pacientes críticos, sobre todo a los niños. A pesar de ello, en los últimos años han aparecido varios trabajos que han contribuido a arrojar algo de luz sobre el tema2-4. A la hora de evaluar a un paciente es preciso decidir a qué tipo de prueba o evaluación va a someterse al paciente y escoger qué parámetros se van a valorar para considerar la prueba positiva o negativa. Respecto al primer punto existen fundamentalmente dos opciones: a) prueba de respiración espontánea con tubo en T y b) prueba con soporte ventilatorio mínimo (CPAP con o sin presión de soporte). An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 157 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación Prueba de tubo en “T” La prueba de tubo en “T” es una prueba sencilla que consiste básicamente en desconectar al paciente del respirador y dejarlo respirar espontáneamente a través del tubo endotraqueal. Con la finalidad de garantizar una FiO2 suficiente y una humidificación adecuada del gas inspirado, el tubo endotraqueal se conecta mediante una pieza en forma de “T” a una tubuladura por la que circula un flujo de aire y oxígeno humidificados. En el momento de iniciar la prueba, el médico debe decidir la FiO2 inspirada (que será como mínimo la misma que recibía estando conectado al respirador) y el flujo que debe circular por el circuito. Este último punto tiene una importancia no siempre reconocida, ya que un flujo inapropiadamente bajo puede propiciar que el paciente respire aire atmosférico (con FiO2 del 21 %) y que, por lo tanto, la FiO2 inspirada real del paciente no sea la pautada; además, un flujo insuficiente en el circuito no lava el aire espirado y favorece la reinhalación de aire espirado con la consiguiente hipercapnia. La administración de flujos altos en el circuito del tubo en “T” no tiene ninguna repercusión sobre el paciente, por lo que siempre debe ajustarse el flujo al alza. Ventajas de la prueba de tubo en “T”: 1. Permite valorar al paciente en una situación en la que no recibe ningún tipo de ayuda del respirador. 2. Permite la valoración clínica de la función diafragmática, la cual no es posible realizar si el paciente recibe algún tipo de soporte inspiratorio (p. ej., presión de soporte). Inconvenientes de la prueba de tubo en “T”: 1. El paciente es sometido a un sobreesfuerzo al ser obligado a respirar sin ayuda a través del tubo endotraqueal, el cual, indudablemente, incrementa la resistencia de la vía aérea y, por lo tanto, el trabajo respiratorio. 2. Precisa de la preparación de material específico con la carga económica y de trabajo que ello supone para el equipo asistencial. Prueba de CPAP con presión de soporte Consiste en disminuir el soporte ventilatorio hasta el punto de administrar sólo una PEEP final positiva de 5 cmH2O o menos y una presión de soporte (PS) de entre 5 y 10 cmH2O. Ventajas del CPAP con PS: 1. No requiere de la preparación de material auxiliar, ya que se hace con el respirador y circuitos que ya emplea el paciente. 2. El soporte inspiratorio pretende compensar el trabajo respiratorio impuesto por el tubo endotraqueal, permitiendo así la valoración del paciente en una situación más fisiológica. 158 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 Inconvenientes del CPAP con PS: 1. Enmascara una posible disfunción frénica, de modo que los pacientes de alto riesgo de disfunción frénica (p. ej., reintervenciones de cirugía cardíaca) deberían ser valorados preferiblemente con tubo en “T” o solamente con CPAP. 2. No es posible predecir el trabajo respiratorio que impone el tubo endotraqueal en el paciente individual, así que el ajuste de la presión de soporte se hace de acuerdo con recomendaciones genéricas y no individualizadas. Los datos disponibles en la literatura apuntan hacia una equivalencia entre la prueba de tubo en “T” y la prueba de CPAP (PEEP < 5 cmH2O) y PS (8 a 10 cmH2O). En niños, algún trabajo apunta a que el tubo en “T” sería equivalente a CPAP con PS de 10 cmH2O; en cualquier caso, una presión de soporte de 10 cmH2O debe ser considerada un apoyo respiratorio significativo en niños, sobre todo en aquellos en los que la VM debe ser retirada con lentitud. Así, en estos casos es más prudente disminuir la presión de soporte hasta 5 cmH2O antes de considerar la extubación. Por otro lado, en lo que respecta a la duración de la prueba en sí, se recomienda una duración de entre 30 a 120 min. Ahora bien, parece que si se opta por la prueba larga (120 min) la mayoría de pacientes que no van a superar la prueba pueden ser identificados en los primeros 30-60 min. Criterios de extubación Se han propuesto numerosos parámetros para ser valorados como indicadores del éxito de la extubación (tabla 3). Ningún parámetro tiene un comportamiento óptimo para valorar el éxito o fracaso de la extubación, aunque, en adultos, la respiración rápida superficial (f/VT) se ha mostrado superior a otros. En niños, no se ha validado ninguno de estos parámetros. Tanto para pacientes adultos como para niños, la valoración clínica del esfuerzo respiratorio del paciente realizada por una persona experta es superior a cualquiera de los indicadores propuestos. Dicha valoración deberá complementarse con la observación del patrón respiratorio (una respiración rápida y superficial es un indicador de mal pronóstico) y la integración de los datos de la gasometría (tanto TABLA 3. Variables usadas para predecir el éxito de la extubación Esfuerzo respiratorio Relación PaO2/FiO2 > 200 Capacidad vital > 10-15 ml/kg Presión inspiratoria negativa máxima PImáx: ≤ 30 cmH2O Distensibilidad del sistema respiratorio Volumen minuto/ventilación voluntaria máxima Presión de oclusión de la vía aérea en los primeros 100 ms (P0,1) Razón entre frecuencia respiratoria y volumen corriente (f/VT): < 100 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación los datos basales como los cambios que se producen durante la prueba preextubación). Extubación: técnica Una vez tomada la decisión de extubar al paciente debemos, en primer lugar, preparar el material necesario para la reintubación: mascarilla facial, bolsa autohinchable, sondas de aspiración, cánula de Guedel, tubos endotraqueales, laringoscopio y medicación (sedoanalgesia, relajantes musculares). Una vez preparado el material se realiza una última aspiración de las secreciones traqueales, se comprueba que se ha deshinchado el balón del neumotaponamiento y se procede a la extubación, que puede realizarse a presión negativa o a presión positiva. La extubación a presión negativa consiste en retirar el tubo endotraqueal mientras se aspiran las secreciones traqueales con una sonda introducida a través del tubo con la finalidad de dejar la vía aérea limpia de secreciones en el momento de que el paciente inicie la respiración espontánea. La extubación a presión positiva consiste en retirar el tubo endotraqueal al mismo tiempo que se realiza una insuflación con bolsa autohinchable a través de éste, con la finalidad de que al retirar el tubo el paciente tenga los pulmones expandidos y pueda toser con fuerza para eliminar las secreciones respiratorias. COMPLICACIONES POSTEXTUBACIÓN La principal complicación de la extubación es que fracase4. En un porcentaje no insignificante de los casos, fracasa a pesar de haber seguido una metodología cuidadosa en la retirada de la VM y en la valoración preextubación. Son muchas las causas por las que puede fallar la retirada de la VM y se enumeran en la tabla 4. La mayoría pueden ser intuidas o sospechadas durante la valoración previa a la extubación; otras, en cambio, como la aparición de obstrucción alta de la vía aérea, bien sea por laringitis inflamatoria o por lesiones establecidas como estenosis o granulomas no se manifiestan hasta el momento en que se retira el tubo endotraqueal. Así, habrá que anticipar la posible aparición de estridor postextubación mediante la valoración de los siguientes factores de riesgo: antecedentes de intubación complicada, reintubaciones previas, tubo endotraqueal grande, desplazamientos repetidos del tubo, presión del neumotaponamiento excesivamente alta, presencia de infección laringotraqueal. En ocasiones, se emplea el tratamiento con corticoides sistémicos para prevenir la aparición del estridor postextubación, pero su utilidad no se ha demostrado. El tratamiento del estridor postextubación incluye: adrenalina inhalada (0,5 mg/kg, máximo 5 mg), budesonida inhalada (2 mg), metilprednisolona intravenosa (2 mg/kg), inhalación de mezclas de helio y oxígeno y, finalmente, reintubación si es preciso. Respecto al uso de mezclas de helio y oxígeno conviene señalar, que si bien pueden resultar muy útiles para rescatar a algunos pacientes de la 00 TABLA 4. Causas de fracaso de la extubación Problemas neuromusculares Disminución de la fuerza muscular: malnutrición, atrofia, corticoides o paralizantes Parálisis frénica: cirugía torácica Efecto residual de fármacos sedantes Polineuropatía secundaria a fallo multiorgánico Mielopatía secundaria a estatus asmático Afectación del centro respiratorio: neurocirugía de fosa posterior, trauma Depresión respiratoria por alcalosis metabólica Obstrucción de vía aérea alta Estridor postextubación Estenosis y/o granulomas glóticos Obstrucción de vía aérea baja Traqueobroncomalacia Compresión vascular Broncospasmo Insuficiencia respiratoria Fibrosis pulmonar tras SDRA Atelectasias Insuficiencia cardíaca izquierda (latente) Fallo de contractilidad Defectos residuales tras cirugía cardíaca Fístulas sistemicopulmonares con flujo excesivo Ansiedad-dolor Requerimientos ventilatorios elevados Fiebre Acidosis metabólica con administración de bicarbonato Exceso de hidratos de carbono SDRA: síndrome de dificultad respiratoria aguda. reintubación, en ocasiones pueden hacer que ésta se retrase hasta un punto en que la obstrucción de la vía aérea sea tal que la reintubación sea técnicamente muy difícil o imposible. Por tanto, debe quedar claro que la administración de mezclas de helio y oxígeno es una medida paliativa, destinada a ganar tiempo mientras otros tratamientos (adrenalina inhalada, budesonida inhalada, etc.) controlan la inflamación laríngea. BIBLIOGRAFÍA 1. Tobin MJ, Alex CG. Discontinuation of mechanical ventilation. En: Tobin MJ, editor. Mechanical ventilation. New York: McGraw-Hill, 1994; p. 1177-206. 2. Randolph AG, Wypij D, Venkataraman ST, Gedeit RG, Meert KL, Luckett PM, et al. Effect of mechanical ventilation weaning protocols on respiratory outcomes in infants and children. JAMA 2002;288:2561-8. 3. Farias JA, Retta A, Alía I, Olazarri F, Esteban A, Golubicki A, et al. A comparison of two methods to perform a breathing trial before extubation in pediatric intensive care patients. Intensive Care Med 2001;27:1649-54. 4. Epstein SK. Decision to extubate. Intensive Care Med 2002;28: 535-46. An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 159 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación Complicaciones de la ventilación mecánica C. Reina Ferraguta y J. López-Herceb Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos. aHospital Son Dureta. Palma de Mallorca. bHospital Gregorio Marañón. Madrid. España. La VM puede originar múltiples complicaciones. Las complicaciones agudas más importantes son: problemas mecánicos (fallos de la fuente de gases o del respirador, problemas con las tubuladuras), error en la programación del respirador y sus alarmas, problemas en la vía aérea (desconexión, extubación, malposición del tubo endotraqueal, fuga, lesiones en el ala de la nariz, obstrucción del tubo endotraqueal por acodadura o secreciones, intubación bronquial selectiva, broncospasmo, estridor postextubación), complicaciones pulmonares (lesión inducida por la VM, con volutrauma, barotrauma y biotrauma), alteraciones hemodinámicas, infecciones (traqueobronquitis, neumonía, otitis, sinusitis), problemas de adaptación del paciente y el respirador y trastornos nutricionales. Las secuelas crónicas más importantes de la VM son la estenosis subglótica, la lesión pulmonar crónica y las alteraciones psicológicas. Palabras clave: Ventilación mecánica. Complicaciones de la ventilación mecánica. Lesión inducida por ventilación. Barotrauma. Volutrauma. Estridor postextubación. Neumonía nosocomial. Niños. COMPLICATIONS OF MECHANICAL VENTILATION Mechanical ventilation can produce multiple complications. The most important acute complications are mechanical problems (respirator failure, problems with the connections and circuit, incorrect parameters or alarms), problems in the airway (disconnection, extubation, malpositioning of the endotracheal tube, leaks, nose erosions, obstruction of the endotracheal tube due to secretions or kinking, mainstem bronchus intubation, bronchospasm, postextubation croup), pulmonary complications (ventilator-induced lung injury with barotrauma, volutrauma and biotrauma), hemodynamic complications, nosocomial infections (tracheobronchitis, pneumonia, otitis, sinusitis), failure of adjustment of the respirator to the patient, and nutritional complications. The most important chronic problems are subglottal stenosis, chronic pulmonary injury, and psychological alterations. Key words: Mechanical ventilation. Mechanical ventilation complications. Ventilator-induced lung injury. Barotrauma. Volutrauma. Postextubation croup. Nosocomial pneumonia. Children. INTRODUCCIÓN La utilización de la VM en el paciente crítico supone un riesgo de complicaciones, con el agravante de la mayor dificultad de la VM en el niño, tanto por las características propias de la edad pediátrica, como de los respiradores utilizados. Las características del niño que dificultan la VM son la inmadurez pulmonar en el neonato/prematuro, la mayor frecuencia respiratoria, la respiración irregular, menor volumen corriente utilizado, menor esfuerzo respiratorio por parte del niño, la dificultad de la monitorización y la falta de colaboración del paciente pediátrico. Por otro lado, los respiradores utilizados tienen una menor precisión en volúmenes bajos (con lo que aumenta el riesgo de hipo/hiperventilación), su sensibilidad es menor ante pequeños esfuerzos y la adaptación en cada respiración es más difícil. Es preciso un adecuado conocimiento tanto de las características especiales del niño, como de las limitaciones de los respiradores, para conseguir los máximos beneficios de la VM, minimizando los riesgos de complicaciones. Las complicaciones de la VM pueden clasificarse en agudas y crónicas (o secuelas). COMPLICACIONES AGUDAS Fallo de dispositivos externos y de programación Se produce por pérdida de la fuente eléctrica al respirador, fallo en la fuente de gases (mala colocación de conexiones, etc.), fallo del respirador o error de programación (alarmas mal colocadas, fugas, tanto por desconexión, como alrededor del tubo endotraqueal, mala programación de la sensibilidad, que provoca un exce- Correspondencia: Dra. C. Reina Ferragut. Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital Son Dureta. Andrea Doria, 55. 07009 Palma de Mallorca. España. Recibido en abril de 2003. Aceptado para su publicación en abril de 2003. 160 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación sivo esfuerzo para conseguir ciclo respiratorio o autociclado). Para evitar estos problemas es necesario, antes de poner el respirador al paciente, conectar el respirador a un pulmón de prueba, para comprobar que el funcionamiento de éste es correcto, no hay fugas en el circuito y que las alarmas estén colocadas de acuerdo con la ventilación programada. Tras su conexión al paciente, además de volver a revisar estos parámetros, hay que comprobar que se produce una adecuada expansión torácica, la oxigenación y ventilación son normales y no hay asincronía entre el paciente y el respirador1-3. Obstrucción del tubo endotraqueal por acodadura, mordedura, acumulación de secreciones o sangre Producen un aumento de la presión en la vía aérea (en ventilación por volumen) e hipoventilación con hipoxemia e hipercapnia (en ventilación por presión). Para prevenirlo, es preciso mantener una humidificación continua de la vía aérea, realizar aspiraciones suaves periódicamente y evitar la relajación profunda. En caso de obstrucción del tubo endotraqueal por secreciones o sangre, pueden realizarse lavados con SSF, N-acetilcisteína, MESNA o rHDNasa, pudiendo llegar a precisar lavado por broncoscopia o cambio del tubo endotraqueal. Complicaciones relacionadas con el tubo endotraqueal y la vía aérea Problemas bronquiales La presencia del tubo endotraqueal en la vía aérea produce un aumento de la producción de secreciones que no pueden ser eliminadas de forma espontánea por el paciente, por lo que requiere aspiraciones periódicas. Las aspiraciones son las responsables fundamentales del desarrollo de broncospasmo y sangrado de la vía respiratoria. Para prevenir el broncospasmo es necesario que las aspiraciones no sean ni muy intensas ni prolongadas, e introducir la sonda de aspiración sólo hasta el final del tubo endotraqueal. No hay evidencias que la administración previa de broncodilatadores prevenga la aparición del broncospasmo secundario a la aspiración. Si aparece sangrado por daño en la vía aérea el lavado con suero salino y adrenalina diluida al 1/10.000 puede ayudar a controlarlo. Desconexión o extubación Se produce por sedación insuficiente, falta de vigilancia o mala fijación del tubo endotraqueal. Puede provocar insuficiencia o parada respiratoria, además de lesión de la vía aérea (sobre todo en el caso de extubación con el balón de neumotaponamiento hinchado)1-3. Malposición del tubo endotraqueal La más importante es la intubación en bronquio derecho, por la anatomía propia del árbol bronquial. Puede provocar hipoxemia e hipercapnia, atelectasia del lóbulo superior derecho y del hemitórax izquierdo, así como neumotórax o hiperinsuflación de hemitórax derecho. Debe sospecharse en un paciente que presenta aumento de las necesidades ventilatorias, hipoxemia e hipercapnia, con aumento de presiones en el caso de ventilación por volumen y disminución del VC en ventilación por presión; en la exploración existe una hipoventilación de hemitórax izquierdo. Fuga de aire alrededor del tubo Generalmente se debe a la utilización de un tubo endotraqueal pequeño o en posición muy alta, a presiones altas de la vía aérea en pacientes ventilados sin balón o a rotura del balón o de su válvula. La existencia de una pequeña fuga espiratoria es normal en los niños ventilados con tubos sin balón; sin embargo, si la fuga es importante y dificulta la ventilación es necesario cambiar el tubo endotraqueal por uno mayor o con balón. Lesiones en el ala de la nariz y en la zona de fijación del tubo endotraqueal Los niños intubados por la nariz pueden presentar lesiones por decúbito en el ala de la nariz, que pueden llegar a necrosis con pérdida irreversible del tejido y erosión en las zonas de fijación del esparadrapo. Para prevenirlas es recomendable realizar una protección de las zonas de fijación con hidrocoloides y vigilar de forma periódica la piel y el ala de la nariz. 00 Estridor postextubación Los factores de riesgo fundamentales son la dificultad para la intubación, la reintubación o cambios repetidos de tubo endotraqueal, la utilización de presión alta en el balón de neumotaponamiento y la infección laringotraqueal asociada. Se manifiesta con sintomatología de estridor inspiratorio y dificultad respiratoria tras la retirada de tubo endotraqueal. El efecto preventivo de la metilprednisolona intravenosa a 2 mg/kg en el momento previo a la extubación es muy discutido, y no existen pruebas claras sobre su utilidad. Para su tratamiento debe administrarse adrenalina inhalada 0,5 ml/kg (máximo 10 ml). En caso de no mejoría pueden asociarse la budesonida inhalada 0,5-1 mg, metilprednisolona 2 mg/kg/IV, y/o heliox. En ocasiones puede ser necesaria la utilización de CPAP nasal, VM no invasiva o la reintubación. Problemas pulmonares Lesión inducida por ventilación mecánica Mecanismo. La VM no es un proceso fisiológico, por lo que puede producirse lesión pulmonar por barotrauma (presión) o volutrauma (volumen). La utilización de presiones pico y meseta elevadas son los factores de riesgo An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 161 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación más importantes para la aparición de barotrauma, con lesión de vía aérea, sobre todo por presiones pico excesivas, y de lesión alveolar por elevadas presiones meseta. La presión pico inicia la lesión en la vía aérea, mientras que el volumen excesivo distiende el alvéolo, manteniéndose y progresando la lesión. En los últimos años se ha demostrado también el papel del estiramiento por colapso y apertura de los alvéolos en cada ciclo respiratorio que produce daño de las fibras elásticas de la pared alveolar y pérdida de surfactante. También se ha sugerido que la VM al actuar sobre la vía aérea y las células alveolares, estimula la liberación de mediadores inflamatorios que actuarían aumentando la lesión pulmonar (biotrauma). Además de los efectos mecánicos y biológico el oxígeno a concentraciones superiores a 0,6 produce lesión en la vía aérea y el alvéolo pulmonar, y otros factores como la sobreinfección pulmonar contribuyen al desarrollo y el mantenimiento de la lesión pulmonar4,5. Manifestaciones clínicas. La lesión inducida por VM puede producir: 1. Alteraciones del parénquima pulmonar: edema pulmonar, enfisema intersticial, atrapamiento aéreo, hemorragia pulmonar. 2. Escape aéreo (neumotórax, neumomediastino, neumopericardio, neumoperitoneo). Los factores de riesgo más importantes son: enfermedad pulmonar grave, lucha con el respirador por sedación insuficiente, utilización de presiones o volúmenes elevados, ventilación manual, aspiración enérgica de secreciones. En caso de neumotórax pequeño con escasa repercusión clínica el tratamiento consistirá en drenaje con aguja en la línea media clavicular del segundo espacio intercostal. Si el neumotórax es grande, debe realizarse drenaje con catéter en la línea axilar media del quinto espacio intercostal, y conexión a aspiración continua con presión negativa a –10, –20 cmH2O y sello de agua. Prevención. La mejor prevención de las complicaciones de la VM es buscar una correcta ventilación del paciente, mediante la utilización de volúmenes y presiones mínimas necesarias, la utilización de modalidades de VM de soporte, y realización de aspiración frecuente de secreciones de forma suave. Algunos estudios experimentales han demostrado que en los casos de ventilación con volúmenes y/o picos de presión elevados la aplicación de PEEP disminuye el daño inducido por ventilación al prevenir el colapso y el estiramiento pulmonar. Aspiración pulmonar Está favorecida por las características del paciente conectado a VM (posición horizontal, disminución del nivel de conciencia por coma o medicación, y relajación) y 162 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 agravado por la utilización de tubo endotraqueal sin balón en la edad pediátrica y la no colocación de sonda nasogástrica en el paciente intubado, o bien administración de alimentación gástrica. Para prevenir la aspiración pulmonar es recomendable mantener al paciente en posición semiincorporada 30-45°, administración de alimentación transpilórica, disminuir al máximo la utilización de relajantes musculares optimizando la sedoanalgesia, colocación de sonda nasogástrica abierta a bolsa, utilización de balón en los pacientes en los que no esté contraindicado y aspiración frecuente suave supraglótica (evitando el reflejo nauseoso). Problemas hemodinámicos La VM aumenta la presión intratorácica (sobre todo cuando se asocia PEEP elevada), por lo que dificulta el retorno venoso, aumenta la sobrecarga al ventrículo derecho y disminuye el gasto cardíaco sistémico, reduciendo la perfusión de otros órganos. Por ello, es necesario realizar una monitorización hemodinámica al menos de la frecuencia cardíaca (FC), la PA y la PVC, especialmente cuando el paciente precise VM con presión media en la vía aérea elevada, compensando el efecto negativo de la VM con expansión de volumen y/o fármacos inotrópicos6. Problemas de interacción paciente-respirador: sedación La mala adaptación del respirador al paciente puede deberse a una sedación inadecuada o a selección incorrecta de la modalidad respiratoria, o de la sensibilidad del mando de disparo. Esto puede provocar la lucha del paciente contra el respirador que conduce a la fatiga respiratoria, riesgo de barotrauma, hipoventilación, estrés psicológico. Es necesario alcanzar la sedoanalgesia adecuada, que consiga que el paciente esté tranquilo, sin dolor y bien adaptado al respirador, respetando las respiraciones espontáneas, y evitando siempre que sea posible la parálisis muscular. También hay que tener en cuenta los efectos negativos de los sedantes (disminución del esfuerzo respiratorio, rigidez de la pared torácica con el fentanilo) y los relajantes musculares, sobre todo cuando se asocian a corticoides en los pacientes con sepsis (atrofia muscular, polineuromiopatía del paciente crítico). Problemas infecciosos La VM facilita un importante riesgo de infecciones. La incidencia de infecciones respiratorias en pacientes sometidos a VM oscila entre el 6 y el 26 %. El mayor riesgo sucede entre los 5 y 15 días de VM, con una incidencia creciente a medida que ésta se prolonga. Las infecciones respiratorias más frecuentes en el niño sometido a VM son la neumonía asociada a VM, la traqueobronquitis, la sinusitis y la otitis. 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación TABLA 1. Criterios diagnósticos de neumonía nosocomial* Crepitantes o matidez a la percusión y uno de los siguientes: 1. Inicio de esputo purulento o cambio en las características del esputo 2. Microorganismo aislado en hemocultivo 3. Aislamiento de un patógeno en aspirado traqueal, cepillado bronquial o biopsia Radiografía de tórax con infiltrado nuevo o progresivo, cavitación, consolidación o derrame pleural y uno de los siguientes: 1. Inicio de esputo purulento o cambio en las características del esputo 2. Microorganismo aislado en hemocultivo 3. Aislamiento de un patógeno en aspirado traqueal, cepillado bronquial o biopsia 4. Aislamiento de virus o detección de antígeno viral en secreciones respiratorias 5. Diagnóstico simple de anticuerpos IgM o seroconversión (aumento 4 veces de IgG) ante un patógeno 6. Evidencia histopatológica de neumonía Paciente < 12 meses con dos de los siguientes: apnea, taquipnea, bradicardia, sibilancias, roncus o tos y uno de los siguientes: 1. Incremento de la producción de secreciones respiratorias 2. Inicio de esputo purulento o cambio en las características del esputo 3. Organismo aislado en hemocultivo 4. Aislamiento de un patógeno en aspirado traqueal, cepillado bronquial o biopsia 5. Aislamiento de virus o detección de antígeno viral en secreciones respiratorias 6. Diagnóstico simple de anticuerpos IgM o seroconversión (aumento 4 veces de IgG) ante un patógeno 7. Evidencia histopatológica de neumonía Paciente < 12 meses con radiografía de tórax que muestra infiltrado nuevo o progresivo, cavitación, consolidación o derrame pleural y uno de los siguientes: 1. Incremento de la producción de secreciones respiratorias 2. Inicio de esputo purulento o cambio en las características del esputo 3. Microorganismo aislado en hemocultivo 4. Aislamiento de un patógeno en aspirado traqueal, cepillado bronquial o biopsia 5. Aislamiento de virus o detección de antígeno viral en secreciones respiratorias 6. Diagnóstico simple de anticuerpos IgM o seroconversión (aumento 4 veces de IgG) ante un patógeno 7. Evidencia histopatológica de neumonía *Deben cumplirse al menos uno de los anteriores epígrafes. Tomada de Garner et al8. Los factores de riesgo más importantes son la presencia del tubo endotraqueal, que altera los mecanismos de defensa y actúa como vehículo para la transmisión y colonización de microorganismos a las vías respiratorias inferiores, el contacto con personal sanitario o equipo contaminado, la posición en decúbito supino (sin elevación del tercio superior del cuerpo), el coma, enfermedad subyacente (neoplasia, inmunodeficientes, trasplantes), malnutrición, infección viral previa, administración de antibióticos de amplio espectro y bloqueantes neuromusculares, la presencia de tubo nasotraqueal y sondas nasogástricas (en el caso de sinusitis y otitis)7-10. Los microorganismos que mayor número de infecciones respiratorias producen en el niño con VM son los gramnegativos (Pseudomonas, Enterobacter, Klebsiella, Escherichia coli, Haemophilus, Serratia, Proteus), y grampositivos (estafilococos, enterococos). El diagnóstico de neumonía nosocomial es más difícil en pacientes ventilados, ya que los síntomas pueden ser escasos, la fiebre puede corresponder a numerosas etiologías, y a menudo tienen infiltrados en la radiografía, que no siempre son de origen infeccioso. Los criterios clínicos son inespecíficos (fiebre, tos, secreción purulenta en aspirado, deterioro clínico, leucocitosis, aparición de infiltrados nuevos en la radiografía de tórax). El cultivo de secreciones endotraqueales es poco específico, ya 00 que a menudo son microorganismos de la orofaringe. Para considerarlo valorable deben existir > 106 unidades formadoras de colonias (UFC)/ml y el microorganismo debe aparecer en dos muestras. También pueden utilizarse el lavado broncoalveolar (LBA): por encima de 104 UFC/ml, y la broncoscopia con cepillo protegido (> 102-103 UFC/ml), hemocultivos, cultivos de derrame pleural, empiema, etc. Los criterios diagnósticos vienen recogidos en las tablas 1 y 2. Para el diagnóstico de la sinusitis es necesario el uso de punción de la cavidad sinusal o ecografía, radiografía de tórax y tomografía computarizada (TC) (tabla 3)8. Las medidas de prevención de la infección respiratoria nosocomial en el niño con VM se recogen en la tabla 48. La administración de antibióticos locales para descontaminación orofaríngea e intestinal, y sistémicos, ha demostrado en múltiples estudios disminuir la incidencia de neumonía asociada a VM, sin disminuir la mortalidad, pero produce una selección de microorganismos multirresistentes, por lo que en la actualidad sólo se recomienda en pacientes inmunodeprimidos. El tratamiento empírico inicial de la infección respiratoria debe valorar el estado del paciente, los días de ingreso y los microorganismos predominantes en la unidad. Un tratamiento adecuado sería la asociación de cefalosporina de tercera o cuarta generación (ceftacidima o cefepima) + aminoglucó- An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 163 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación TABLA 2. Criterios diagnósticos de bronquitis, traqueobronquitis, bronquiolitis o traqueítis Ausencia de neumonía con signos evidentes de infección sin otra causa conocida y presencia de: TABLA 4. Prevención de las infecciones del aparato respiratorio en los niños sometidos a ventilación mecánica Lavado de manos entre pacientes Dos de los siguientes signos: 1. Fiebre > 38 °C 2. Tos 3. Expectoración reciente o incrementada 4. Roncus o sibilancias 5. Apnea 6. Bradicardia 7. Insuficiencia respiratoria Medidas de aislamiento para pacientes con microorganismos multirresistentes Y uno de los siguientes signos: 1. Aislamiento de microorganismos obtenidos por punción transtraqueal o broncoscopia 2. Antígeno positivo en secreciones respiratorias 3. Diagnóstico simple de anticuerpos IgM o seroconversión (aumento 4 veces de IgG) ante un patógeno Cambio de tubuladuras del respirador entre cada paciente Tomada de Garner et al8. Desinfección del equipo, uso de aerosoles y humidificación estériles Descolonización de la mucosa oral con hexetidina o clorhexidina/8 h Utilizar filtros humidificadores y cambiarlos cada 24-48 h, o bien cambiar diariamente el agua del humidificador Lavar y desinfectar el respirador después de cada paciente Realizar aspiración, con sondas de un solo uso, lavado de manos y guantes estériles Aspirar primero el tubo endotraqueal y después con una sonda diferente la orofaringe Modificada de Calvo Rey7. TABLA 3. Criterios diagnósticos de sinusitis Microorganismos aislados de cultivo de material purulento obtenido de la cavidad sinusal o Uno de los siguientes signos: 1. Fiebre > 38 °C 2. Dolor o edema sobre las zonas que recubren los senos 3. Cefalea 4. Exudado purulento u obstrucción nasal Y al menos uno de los siguientes signos: 1. Transiluminación positiva 2. Evidencias radiológicas de infección (radiografía o TC) TC: tomografía computarizada. Tomada de Garner et al8. sido intravenoso. El tratamiento debe ser modificado tras la llegada de los cultivos bacteriológicos7,8. Problemas nutricionales La VM dificulta la nutrición del paciente crítico, ya que aumenta la presión intraabdominal y con frecuencia produce distensión gástrica. Además, la situación crítica y los fármacos sedantes disminuyen la motilidad gástrica, dificultan la tolerancia digestiva y aumentan el riesgo de aspiración. Por otra parte, la malnutrición disminuye la fuerza muscular respiratoria, prolongando la VM. El niño con VM debe recibir nutrición precozmente, con un aporte calórico suficiente para evitar la fatiga respiratoria pero sin llegar a la sobrecarga calórica, que aumenta las necesidades de ventilación. La vía y técnica de administración de la nutrición (oral, gástrica intermitente, gástrica continua, transpilórica o nutrición parenteral) depende del estado general del paciente, el estado de conciencia, la integridad del aparato digestivo y la administración de sedantes y relajantes musculares, aunque siempre debe intentarse el método de nutrición más fi- 164 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 siológico y seguro. En el momento actual la mayor parte de los pacientes sometidos a VM deben ser alimentados por vía enteral. COMPLICACIONES CRÓNICAS O SECUELAS Lesiones de la vía aérea Son secundarias a la instrumentación de la vía aérea. Se producen por decúbito, por inserción de un tubo endotraqueal de mayor tamaño del necesario, o utilización de presiones elevadas en el manguito (para evitarlas es recomendable realizar una monitorización continua de la presión de balón manteniendo la presión entre 18 y 22 mmHg). Las lesiones más frecuentes son la estenosis laríngea, granuloma glótico/subglótico, parálisis de las cuerdas vocales, estenosis traqueal y broncomalacia. Producen sintomatología de estridor e insuficiencia respiratoria tras la extubación. El tratamiento inicial, al igual que en el estridor postextubación es la adrenalina inhalada, los corticoides inhalados y/o sistémicos y/o el heliox. En el caso de lesiones graves, puede ser preciso el tratamiento con traqueotomía, dilataciones traqueales o cirugía correctora. Lesión pulmonar La utilización prolongada de VM favorece las complicaciones pulmonares a largo plazo por los mismos mecanismos que produce la lesión aguda y la administración de oxígeno a concentraciones superiores a 0,6 produce toxicidad pulmonar y retinopatía. Las complicaciones crónicas o secuelas más importantes son la displasia broncopulmonar (sobre todo en grandes prematuros que han precisado VM prolongada con altas concentraciones de oxígeno), la fibrosis pulmonar y la dependencia crónica de oxigenoterapia. 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación EFECTOS PSICOLÓGICOS El niño sometido a VM puede sufrir importantes alteraciones psicológicas ya que el niño está incómodo, se le somete de forma periódica a maniobras molestas y dolorosas como la aspiración endotraqueal o el cambio de fijación del tubo endotraqueal, se le impide la movilidad y frecuentemente está sujeto de pies y manos y no puede comunicarse verbalmente ni con sus padres ni con el personal sanitario. Por ello, es necesario que se ajuste la sedación para hacer la ventilación lo más cómoda posible, y facilitar en los niños que están conscientes la presencia y comunicación gestual con los padres y personal sanitario. BIBLIOGRAFÍA 1. Velasco Jabalquinto M, Ulloa Santamaría E, López-Herce Cid J. Ventilacion mecánica. En: López-Herce Cid J, Calvo Rey C, Lorente M, Jaimovich D, Baltodano A, editors. Manual de cuidados intensivos pediátricos. Madrid: Publimed, 2001; p. 620-43. 2. Ruza F, González Garrido M. Modalidades de ventilación artificial en el niño. En: Ruza F, editor. Tratado de Cuidados Intensivos Pediátricos. Madrid: Norma, 1994; p. 381-99. 3. Chatburn RL. Ventilación asistida. En: Blumer JL, editor. Guía práctica de cuidados intensivos en pediatría. Madrid: Mosby, 1993; p. 943-55. 4. Ricard JD, Dreyfuss D, Saumon G. Ventilator-induced lung injury. Curr Opin Crit Care 2002;8:12-20. 5. Pinhu L, Whitehead T, Evans T, Griffiths M. Ventilator-associated lung injury. Lancet 2003;361:332-40. 6. Pellicer C, Sanchís R, Aragó J. Efectos hemodinámicos de la ventilación artificial. En: Modesto V, editor. Ventilación artificial en el niño críticamente enfermo. Medicina Crítica Práctica. Barcelona: EdikaMed, 2002; p. 1-10. 7. Calvo Rey C. Infección nosocomial: diagnóstico y tratamiento empírico. En: López-Herce Cid J, Calvo Rey C, editors. Manual de cuidados intensivos pediátricos. Madrid: Publimed, 2001; p. 278-87. 8. Garner JS, Jarvis WR, Emori TG, Horan TC, Hughes JM. CDC definitions for nosocomial infections, 1988. J Infect Control 1988;16:128-40. 9. Johanson WG Jr, Dever LL. Nosocomial pneumonia. Intensive Care Med 2003;29:23-29. 10. Craven DE, De Rosa FG, Thornton D. Nosocomial pneumonia: Emerging concepts in diagnosis, management and prophylaxis. Curr Opin Crit Care 2002;8:421-9. Ventilación no invasiva M. Pons Ódena y F.J. Cambra Lasaosa Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Unidad Integrada de Pediatría. Hospital Sant Joan de Déu-Clínic. Universidad de Barcelona. España. La necesidad de minimizar la agresividad y las complicaciones de la VM en los pacientes con insuficiencia respiratoria, ha favorecido la reutilización de la VNI, es decir, sin intubación traqueal. Actualmente, la técnica más extendida es la VNIP, que se realiza mediante una mascarilla sujetada con arneses. Esta técnica puede aplicarse con diferentes mascarillas (nasal, buconasal, facial completa) con distintos mecanismos de sujeción. Puede optarse por una gran variedad de respiradores, desde aquellos de uso convencional en las unidades de cuidados intensivos (UCI), a aquellos específicos para VNI, pasando por respiradores convencionales de UCI con módulos de VNI. Así mismo, existen diferentes modalidades ventilatorias en función del respirador (BiPAP, ventilación asistida proporcional, presión de soporte, SIMV, etc.). Sus principales indicaciones son la insuficiencia respiratoria crónica agudizada: enfermedades neuromusculares, fibrosis quística en fase pretrasplante y síndrome de apnea obstructiva del sueño. También está indicada en la insuficiencia respiratoria aguda: neumonía, insuficiencia respiratoria postextubación, estatus asmático, edema agudo de pulmón. La contraindicaciones principales son la incapacidad de proteger la vía aérea (ausencia de reflejo tusígeno) y la inestabilidad hemodinámica. Las ventajas de la VNI derivan sobre todo de la eliminación de las complicaciones asociadas a la ventilación invasiva. La VNI no está exenta de inconvenientes. Destacan el Correspondencia: Dr. M. Pons Ódena. Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos. Hospital Sant Joan de Déu. P.º Sant Joan de Déu, 2. 08950 Esplugues de Llobregat. Barcelona. España. Correo electrónico: mpons@hsjdbcn.org Recibido en abril de 2003. Aceptado para su publicación en abril de 2003. 00 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 165 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación mayor requerimiento de atención y trabajo para conseguir una buena adaptación del paciente al respirador. La lesión cutánea por presión en el puente nasal es la secuela más frecuente de la VNI. Palabras clave: Ventilación mecánica no invasiva. BiPAP. Niños. Presión de soporte. NONINVASIVE VENTILATION Noninvasive ventilation (NIV), i.e. without tracheal intubation, has been reintroduced for the treatment of respiratory failure to reduce the complications of mechanical ventilation. Nowadays, NIV with positive pressure is the preferred method, applied through a mask held in place by a harness. Several masks can be used (nasal, bucconasal, facial) and a variety of means can be used to keep them in place. Many respirators can be selected, ranging from those traditionally used in the intensive care unit (ICU) to specific NIV respirators and conventional ICU respirators with specific software for NIV. Many respiratory modalities can be used according to the respirator (biphasic positive airway pressure [BIPAP], proportional assist ventilation, pressure support, synchronized intermittent mandatory ventilation [SIMV], etc.). NIV is mainly indicated in exacerbations of chronic respiratory failure: neuromuscular diseases, pretransplantation cystic fibrosis, and obstructive sleep apnea syndrome. It is also indicated in acute respiratory failure: pneumonia, status asthmaticus, and acute lung edema. The main contraindications are a weakened airway protection reflex (absent cough reflex) and hemodynamic instability. The advantages of NIV derive mainly from avoiding the complications associated with invasive ventilation. NIV also presents some disadvantages, especially the greater workload involved to ensure good patient adaptation to the respirator. The most common sequelae of NIV are skin lesions due to pressure on the nasal bridge. Key words: Non invasive ventilation. BiPAP. Children. Support pressure. INTRODUCCIÓN La necesidad de minimizar la agresividad y las complicaciones de las medidas terapéuticas en los pacientes con insuficiencia respiratoria aguda (IRA) o crónica agudizada (IRCA) ha favorecido la reutilización de la VNI, es decir, sin intubación traqueal. La VNI se utilizó hace aproximadamente 40 años con los pacientes que desarrollaban IRA en el curso evolutivo de la poliomielitis, entonces se realizaba ejerciendo una presión negativa sobre la caja torácica con los llamados pulmones de acero. Actualmente, la técnica más extendida es la VNIP, que se realiza mediante una mascarilla (nasal o facial) sujetada con arneses. La aplicación de esta técnica ventilatoria en adultos tiene casi 20 años de evolución, pero su introducción en el paciente pediátrico se inició a mediados de 1990 en Estados Unidos1-3. MATERIAL NECESARIO Figura 1. VNI con respirador convencional. Insuficiencia respiratoria hipercápnica en el postoperatorio de escoliosis. Figura 2. VNI con BiPAP Vision. Insuficiencia respiratoria hipoxémica en neumonía. 166 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 Mascarillas Existen mascarillas nasales, nasobucales y de cara completa. En adultos se está empezando a utilizar la interfase tipo casco (Helmet) (figs. 1 y 2). La mascarilla nasobucal es más adecuada para situaciones agudas en que el paciente no pueda respirar sólo por la nariz, pero es más claustrofóbica, con mayor riesgo de aspiración en caso de vómito y menos cómoda para su utilización a largo plazo. La mascarilla facial completa minimiza la posibilidad de fugas, con los mismos inconvenientes que la mascarilla nasobucal. La mascarilla nasal es más cómoda, pero precisa que el paciente mantenga la boca cerrada, pues en caso contrario la compensación de fugas hará intolerable la mascarilla. Existen también interfases que no son propiamente mascarillas como la interfase tipo Adams, que se acopla en las fosas nasales y se apoya sobre el vértice craneal (fig. 3) evitando producir apoyo sobre el puente nasal o el Helmet diseñado para adultos (fig. 4). 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación El material de la mascarilla es variable: la silicona es el componente principal en la mayoría, aunque la adaptación a la cara del paciente puede ser insuficiente. El gel de silicona (modelo Profile) (fig. 5) tiene la ventaja de ser modelable y permitir un mejor acoplamiento a la nariz del paciente. Sistemas de sujeción La mascarilla puede sujetarse mediante gorros o cinchas. El gorro es más fácil y rápido de colocar, pero la transpiración que permite es menor y resulta incómodo en verano. Las cinchas precisan de un mayor entrenamiento para el ajuste adecuado, pero son menos calurosas. Respirador Respiradores de VNI y convencionales Respiradores de ventilación no invasiva (compensan fugas, fáciles de usar y programar, transportables, permiten uso domiciliario, permiten pocas modalidades, no todos tienen oxígeno incorporado, sólo algunos permiten monitorización). Existen modelos ciclados por presión (BiPAP Respironics) y por volumen (Breas, O’nyx). Respiradores convencionales (no compensan fugas, no se sincronizan bien con el paciente, no suelen tener posibilidad de uso domiciliario, permiten más modalidades y posibilidad de monitorización). Administración de oxígeno. Aerosoles y humidificación El oxígeno se administra en aquellos respiradores que no lleven toma incorporada, en la parte proximal de la tubuladura mediante una pieza en “T”. En algunas mascarillas (Respironics) puede administrarse conectando la línea de oxígeno en unos orificios de la mascarilla pero se producen turbulencias. La humidificación puede realizarse con tubuladuras especiales con trampa de agua que permiten intercalar un humidificador. En cuanto a los aerosoles pueden administrarse intercalando dispositivos de aerosolización en los circuitos de las tubuladuras con válvula espiratoria (respiradores volumétricos). Figura 3. Máscara tipo Adams. Figura 4. Interfase tipo Helmet. MODALIDADES DE VENTILACIÓN NO INVASIVA Existen diversas modalidades de ventilación no invasiva: CPAP, BiPAP y ventilación asistida proporcional. CPAP Se genera un nivel de presión positiva en la vía aérea mediante un flujo continuo, siendo la respiración del paciente espontánea. Su utilidad está casi limitada a pacientes con apneas (prematuros, lactantes con bronquiolitis) y en el edema pulmonar cardiogénico. También se utiliza 00 Figura 5. Máscara nasal con gel de silicona (Profile). An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 167 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación en niños con síndrome de apnea obstructiva (SAOS), como en los adultos. Se puede administrar mediante un tubo nasofaríngeo conectado a respirador convencional, o mediante un flujo continuo a través de una cánula de Benveniste o de cánulas nasales sujetas con arnés (“Infant flow system”). BiPAP Modalidad de presión producida mediante una turbina que administra dos niveles de presión (IPAP durante la inspiración y EPAP durante la espiración) y que permite la sincronización con la respiración espontánea del paciente mediante un trigger de flujo muy sensible, así como la compensación de las fugas alrededor de la mascarilla. Es la modalidad de uso más generalizado para todo tipo de pacientes y situaciones clínicas. Ventilación asistida proporcional Modalidad asistida en la que se programa una proporción de ayuda al esfuerzo inspiratorio del paciente; de esta manera, el paciente recibe una presión de soporte proporcional a sus necesidades en cada ciclo respiratorio. La ventilación asistida proporcional es la modalidad ventilatoria más moderna, recientemente incorporada en adultos con buenos resultados. PARÁMETROS A FIJAR A continuación se detallan las características básicas de la programación de los dos modelos de respirador más utilizados para VNI, así como la programación más adecuada para el uso de ventiladores convencionales. Programación del BiPAP S/T Modalidades 1. S (espontánea). El paciente realiza todas las respiraciones. 2. S/T. (espontánea/programado). El respirador garantiza un mínimo de respiraciones si la frecuencia respiratoria del paciente desciende por debajo del valor programado. 3. T (programada). El respirador administra el número de respiraciones programadas. Parámetros iniciales 1. IPAP: 8 cmH2O. 2. EPAP: 4 cmH2O. 3. % IPAP aproximadamente 33 % (relación 1: 2) (en S/T o T). 4. Frecuencia respiratoria (en S/T o T). Parámetros diana 1. IPAP: 14-20 cmH2O. Ascenso de 2 en 2 cmH2O. 2. EPAP: 4-6 cmH2O. Ascenso de 1 en 1 cmH2O. 168 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 Programación del BiPAP Vision Modalidades 1. CPAP. 2. S/T: el respirador garantiza un mínimo de respiraciones si la frecuencia respiratoria del paciente desciende por debajo del valor programado. En las respiraciones espontáneas le administra un presión de soporte igual hasta llegar a la IPAP. 3. PAV: el respirador administra una presión de soporte variable de acuerdo con el esfuerzo respiratorio del paciente. Parámetros iniciales Al inicio se debe realizar una prueba del orificio espiratorio de la tubuladura. 1. IPAP: 8 cmH2O (sólo en la modalidad de BiPAP). 2. EPAP: 4 cmH2O (es el valor mínimo posible). 3. % IPAP aproximadamente 33 % (relación 1:2). 4. Frecuencia respiratoria (sólo en la modalidad de BiPAP). 5. Tiempo de rampa: 0,4 s en niños (más lento cuanto menor sea el niño). 6. FiO2. Las diferencias respecto al BiPAP-S/T son: 1. Permite regular con precisión la concentración de FiO2. 2. Permite regular la rapidez de entrada de flujo inspiratorio desde 0,05 a 0,4 s (rampa) lo que facilita la adaptación a los niños más pequeños. 3. Tiene monitorización gráfica de curvas de presión, volumen y flujo. 4. Permite la monitorización de la frecuencia respiratoria, volumen corriente, volumen minuto y volumen de fugas. 5. Tiene alarmas de volumen minuto. Programación del respirador convencional En aquellos centros en que no se disponga de respiradores específicos para VNI, se utilizarán los respiradores convencionales. Modalidad Puede programarse en cualquier modalidad, aunque se recomienda la modalidad de presión-control, a pesar de que la sincronización no es óptima en pacientes muy taquipneicos y no realiza compensación de fugas. En la modalidad de presión-soporte, las fugas comportan un alargamiento del tiempo inspiratorio (TI) puesto que en esta modalidad, el TI no finaliza hasta alcanzar la presión programada. De esta forma, el paciente inicia la espiración en contra del respirador con el consiguiente incremento del trabajo respiratorio, causando descoordinación y fracaso de la técnica. Este inconveniente puede 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación evitarse en los respiradores en los que se puede fijar un tiempo máximo de presión de soporte. Parámetros iniciales 1. Sensibilidad al máximo, a ser posible con disparo de flujo (evitando el autociclado). 2. Ajustar la frecuencia respiratoria: a) Al máximo: frecuencia parecida a la del paciente y sincronizar. b) Al mínimo: permitir el ritmo respiratorio del paciente. 3. En caso de fugas elevadas, puede añadirse un flujo de oxígeno al asa espiratoria para engañar a la alarma de bajo volumen minuto y apnea. siempre que las necesidades de oxígeno sean inferiores al 60 %. 4. Programación. Respiradores de ventilación no invasiva: parámetros iniciales: IPAP, 10 cmH2O; EPAP, 4 cmH2O; incrementos de IPAP de 2 en 2 cm. La IPAP eficaz oscila entre 10 y 16 cmH2O, siendo entre 10-14 los valores mejor tolerados. La EPAP recomendada oscila entre 5-7 cmH2O. En adultos se está empezando a utilizar en el manejo del síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) la interfase tipo casco (Helmet) que permite administrar 10-12 cm de EPAP. 5. Respiradores convencionales. La modalidad ventilatoria mejor tolerada es la presión control con una frecuencia respiratoria ajustada a la que realiza de forma espontánea el paciente. Algunos respiradores convencionales de última generación, disponen de una modalidad específica de VNI (Evita 2 Dura, Evita4, Galileo, etc.) MONITORIZACIÓN Y VIGILANCIA VENTILACIÓN NO INVASIVA EN EL PACIENTE AGUDO 1. Frecuencia respiratoria. 2. VC administrado. 3. Volumen de fugas. 4. Score de dificultad respiratoria. 5. Presencia de distensión abdominal. 6. Pulsioximetría. 7. Control gasométrico (CO2). 8. Respuesta clínica: la respuesta clínica suele producirse en la primera hora, reduciéndose la taquipnea y el tiraje o bien, en caso contrario, precipitándose la intubación por el incremento de trabajo respiratorio inducido por la desadaptación a la VNI. Insuficiencia respiratoria hipercápnica 1. Mascarilla. La mascarilla nasal es bien tolerada, pero necesita de un proceso de adaptación dado que el paciente tiene que mantener la boca cerrada para evitar las fugas en el circuito. Este proceso de adaptación acostumbra a ser lento, aunque puede oscilar entre sólo unos minutos y varios días. 2. Respirador. Como opción preferida se utilizan respiradores de presión que administren 2 niveles de presión de forma sincronizada con la respiración del paciente (presión inspiratoria- IPAP, presión espiratoria- EPAP). 3. Programación. Parámetros iniciales: IPAP; 8 cmH2O; EPAP; 2-4 cmH2O. Incrementos progresivos de 2 en 2 cm de IPAP, una vez conseguida la tolerancia a la mascarilla, hasta alcanzar una IPAP entre 14-20 cm. En pacientes con atelectasia se recomienda elevar la EPAP hasta 5-7 cmH2O. Insuficiencia respiratoria hipoxémica 1. Indicación. La adaptación lenta en el niño limita el uso de esta técnica en la insuficiencia respiratoria aguda hipoxémica; a pesar de todo, en el adolescente colaborador puede utilizarse con éxito, evitándose la intubación. 2. Mascarilla. Modelo buconasal que se adapte mejor a la cara del paciente (Resmed, Respironics), o en pacientes adolescentes el modelo facial completo (Respironics), aunque algunos autores consiguen buenos resultados con mascarilla nasal1. 3. Respirador. La elección ideal es un respirador de VNI con toma de oxígeno (p. ej., BiPAP Vision), o respiradores convencionales con módulo de VNI. En caso de disponer de un BiPAP S/T 30 puede administrarse oxígeno en una entrada en la parte proximal de la tubuladura, 00 Los parámetros que se deben vigilar y monitorizar durante la VNI son los siguientes: VENTAJAS Las ventajas de la VNI derivan sobre todo de la eliminación de las complicaciones asociadas a la ventilación mecánica convencional (barotrauma, neumonía asociada al ventilador, lesiones laringotraqueales, traqueítis necrosante, polineuropatía asociada al uso de paralizantes musculares, etc.). Así pues, supone un nuevo paradigma que rompe el axioma por el cual todo paciente con insuficiencia respiratoria grave precisa intubación traqueal y conexión a un respirador. En su uso domiciliario, en pacientes neuromusculares, se ha demostrado una mejoría en la calidad de vida. Con ello mejora el descanso nocturno, disminuye la tasa de complicaciones respiratorias, y el número de ingresos hospitalarios4-7. Posiblemente en pocos años se podrá demostrar también una prolongación de la vida media de este grupo de pacientes. INCONVENIENTES Y COMPLICACIONES La ventilación no invasiva no está exenta de inconvenientes8. Dentro de los más frecuentes es el mayor requerimiento de atención y trabajo sobre el paciente para An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 169 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación ajustar la mascarilla, minimizar las fugas y así conseguir una buena adaptación al respirador. Otro inconveniente, a veces difícil de salvar, es la carencia del material adecuado, como respiradores específicos de VNI, modelos de mascarilla, etc., lo cual conduce a una tasa de éxito menor y también a una pérdida de confianza en la técnica. Finalmente, en el paciente pediátrico existen muchas variables (edad, variedad de patología, etc.) que limitan su uso a un número relativamente pequeño de pacientes con insuficiencia respiratoria, dificultando la adquisición de experiencia para manejo de pacientes complejos. Las complicaciones asociadas a la VNI se dividen en dos grupos: relacionados con la mascarilla y relacionados con la presión en la vía aérea. Relacionadas con la mascarilla Intolerancia Suele ser causada por el incremento de flujo secundario a la compensación de fugas. También puede deberse a alteraciones neurológicas secundarias a la hipercapnia-hipoxemia o la sensación de claustrofobia. El ajuste adecuado de la mascarilla, o el cambio a otro tipo de mascarilla que sea más adecuado al perfil del paciente, solucionarán la mayor parte de las intolerancias. En paciente angustiados puede utilizarse durante las primeras horas sedación intravenosa continua con midazolam o propofol en dosis bajas. Dermatitis irritativa Se produce en la zona de apoyo de la mascarilla. Puede conducir a necrosis cutánea en el puente nasal. Es la complicación más frecuente en los pacientes que precisan VNI de forma continua. La prevención se basa en la interposición de apósitos especiales antiescaras, la alternancia de dos modelos de mascarilla diferente o el uso de una mascarilla tipo Adams (apoyo directo sobre las fosas nasales) (v. fig. 3). Conjuntivitis irritativa La fuga de aire por los bordes laterales de la mascarilla puede causar irritación conjuntival. Su prevención y tratamiento es el ajuste adecuado de la mascarilla o el cambio a un modelo con perfil más acorde con la cara del paciente. Hipercapnia El uso de un circuito de una sola rama en los ventiladores específicos de VNI, y de mascarillas faciales con un importante espacio muerto, condicionan un riesgo de hipercapnia durante la VNI. Para evitarla se recomienda el uso de la mascarilla con menor espacio muerto posible. Existen válvulas que, intercaladas en el circuito, tienen una mayor capacidad de eliminar CO2. Se debe recordar que una EPAP por debajo de 4 cm no garantiza, en 170 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 los circuitos de fuga controlada, la eliminación del aire espirado, lo cual podría causar hipercapnia por rebreathing. Relacionadas con la presión en la vía aérea Distensión gástrica. Esta complicación suele presentarse sólo con presiones inspiratorias superiores a 25 cmH2O, aunque en pacientes neuromusculares puede presentarse con presiones inferiores a 20 por la debilidad de la musculatura diafragmática. El riesgo asociado de vómito hace que sea una complicación potencialmente grave. Para prevenirla se recomienda usar la presión mínima efectiva para ventilar al paciente. Algunos autores minimizan esta complicación administrando fármacos contra la aerofagia (Aerored o similares) y recomendando la posición de decúbito lateral izquierdo durante la ventilación. Aspiración alimentaria. En los pacientes que mantienen una ingesta oral o por sonda nasogástrica existe el riesgo del vómito y aspiración alimentaria, sobre todo en aquellos portadores de mascarilla facial. Para disminuir el riesgo se recomienda, en la VNI intermitente, no realizar VNI durante las 2 h postingesta. En aquellos pacientes que precisen VNI continua y estén alimentados por sonda enteral se recomienda el débito continuo asociando procinéticos. Aunque la sonda transpilórica no reduce la tasa de reflujo puede ser útil. Hiperinsuflación pulmonar. Herniación orbitaria. Está descrita, de forma excepcional, en pacientes con fractura etmoidal en los que se produce una comunicación con la fosa orbitaria9. INDICACIONES Las indicaciones de la VNI en pediatría se observan tanto en la fase aguda en el ámbito hospitalario como de forma continua en el domicilio. Insuficiencia respiratoria aguda Dentro de las aplicaciones en los pacientes pediátricos críticos (tabla 1)9,10, destaca especialmente su utilidad en el rescate de pacientes con hipodinamia en el período inmediato postextubación con alto riesgo de reintubación, como por ejemplo los pacientes neuromusculares tras intervención correctora de escoliosis. También se ha establecido su utilidad en la fase pretrasplante de los pacientes afectados de fibrosis quística. Respecto a la insuficiencia respiratoria hipoxémica los resultados suelen ser peores, pero en adolescentes colaboradores se puede conseguir evitar la intubación; en este aspecto, la VNI durante la fase precoz de la insuficiencia respiratoria aguda en pacientes oncológicos puede convertirse en una posibilidad terapéutica. Insuficiencia respiratoria crónica La VNI domiciliaria está dirigida sobre todo a pacientes con enfermedades neuromusculares que favorecen los 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación TABLA 1. Indicaciones de la ventilación no invasiva en pediatría Insuficiencia respiratoria crónica agudizada Enfermedades neuromusculares: atrofia espinal, enfermedad de Duchenne Fibrosis quística: fase pretrasplante SAOS Insuficiencia respiratoria aguda hipoxémica Neumonía (Pneumocystis, Legionella) Insuficiencia respiratoria postextubación Estatus asmático Edema agudo de pulmón Insuficiencia respiratoria en paciente oncológico SAOS: Síndrome de apnea obstructiva del sueño. TABLA 2. Indicaciones de ventilación no invasiva domiciliaria en pacientes neuromusculares Atelectasias/neumonías de repetición Capacidad vital < 40 % Disminución del 25 % de la capacidad vital en decúbito SatHb < 95 % diurna sin patología respiratoria aguda Registro pulsioximétrico nocturno patológico SatHb inferior a 90 % > a 1 h Episodios de bradicardia secundarios a desaturación TABLA 3. Contraindicaciones de la ventilación no invasiva Ausencia de reflejo de tos o nauseoso Secreciones respiratorias abundantes Parálisis de cuerdas vocales Neumopatía bullosa Neumotórax Inestabilidad hemodinámica Traumatismo craneoencefálico con neumoencéfalo o rinoliquorraquia Agitación o falta de colaboración del paciente para mantener la mascarilla Infección sinusal/ótica (contraindicación temporal) problemas respiratorios repetidos. En el paciente con patología neuromuscular, la hipodinamia es la causante de aparición de atelectasias, siendo el riesgo superior durante la noche al disminuir el impulso voluntario de la respiración, y generarse un volumen corriente inferior. Como es lógico, este problema se acentúa en presencia de infecciones respiratorias, pues la producción de moco junto con un menor drenaje de éste, facilita la impactación del moco en la vía aérea. Así pues, parece claro el avance que representa una técnica que asegure un VC adecuado mientras el paciente duerme y presenta riesgo de hipoventilar. La aplicación nocturna de una asistencia ventilatoria domiciliaria permite al paciente disfrutar de 00 un período de sueño correcto7, mantener una autonomía durante el día y minimizar el riesgo de aparición de lesiones en el puente nasal por el uso continuo de la mascarilla. La aplicación durante el día puede ser necesaria en situaciones puntuales como infecciones respiratorias o cuando se instaura un deterioro secundario a defectos de la caja torácica (cifoescoliosis). En estos pacientes, la VNI está indicada cuando presentan criterios de insuficiencia crónica respiratoria hipercápnica (tabla 2) con empeoramiento nocturno confirmado por registro de frecuencia cardíaca, respiratoria y pulsioximetría9. Los niños con SAOS secundario a malformaciones craneofaciales que no mejoran con adenoidectomía, pueden requerir VNI de forma crónica. También pueden requerir VNI en el período perioperatorio inmediato, o cuando sufren sobreinfecciones respiratorias. CONTRAINDICACIONES La tabla 3 recoge las contraindicaciones de la VNI. La alteración de conciencia profunda con ausencia del reflejo de tos e incapacidad de eliminación de secreciones, la inestabilidad hemodinámica, la insuficiencia respiratoria grave con neumotórax y las complicaciones locales son las contraindicaciones más importantes9,10. BIBLIOGRAFÍA 1. Padman R, Lawless ST, Von Nessen S. Use of BIPAP by nasal mask in the treatment of respiratory insufficiency in pediatric patients: Preliminary investigation. Pediatric Pulmonol 1994;17: 119-23. 2. Padman R, Lawless ST, Kettrick RG. Noninvasive ventilation via bilevel positive airway pressure support in pediatric practice. Crit Care Med 1998;26:169-73. 3. Fortenberry JD, Del Toro J, Jefferson LS, Evey L, Haase D. Management of pediatric acute hypoxemic respiratory insufficiency with bilevel positive pressure (BiPAP) nasal mask ventilation. Chest 1995;108:1059-64. 4. Netzer N, Werner P, Korinthenberg R, Matthys H. Nasal BIPAP respiration with controlled respiratory mode in neuromuscular diseases and severe kyphoscoliosis. Pneumologie 1995;49 (Suppl 1):161-4. 5. Díaz-Lobato S, Dorgham A, García Tejero MT, Redondo MA, Echevarri C, Martinez J, et al. Home mechanical ventilation by nasal mask in a patient with Duchenne’s disease. Rev Neurol 1996;24:562-3. 6. Nirajan V, Bach JR. Noninvasive management of pediatric neuromuscular ventilatory failure. Crit Care Med 1998;26:2061-5. 7. Guilleminault C, Philip P, Robinson A. Sleep and neuromuscular disease: Bilevel positive airway pressure by nasal mask as a treatment for sleep disordered breathing in patients with neuromuscular disease. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1998;65: 225-32. 8. Hill NS. Complications of noninvasive ventilation. Respir Care. 2000;45:480-1. 9. García Teresa MA, Martín Barba C. Ventilación no invasiva. En: López-Herce J, Calvo C, Lorente M, Jaimovich D, editores. An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 171 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación Manual de Cuidados Intensivos Pediátricos. Madrid: Publimed, 2001; p. 655-60. 11. Fortenberry JD. Noninvasive ventilation in children with respiratory failure. Crit Care Med 1998;26:2095-96. 10. Raposo G, Correia M. Ventilación mecánica no invasiva. En: Ruza F, editor. Tratado de cuidados intensivos pediátricos. Madrid: Norma-Capitel, 2003; p. 690-5. 12. Padman R, Nadkarni VM. Noninvasive nasal mask positive pressure ventilation in a pediatric patient with acute hypoxic respiratory failure. Pediatr Emerg Care 1996;12:44-7. Ventilación de alta frecuencia F. Martinón-Torresa, I. Ibarra de la Rosab, M. Fernández Sanmartína, E. García Menorb y J.M. Martinón Sáncheza aServicio bHospital de Críticos y Urgencias Pediátricas. aHospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. Universitario Reina Sofía. Córdoba. España. En la era de las estrategias de ventilación protectoras para el pulmón, la ventilación de alta frecuencia oscilatoria (VAFO) ha logrado un interés renovado, y su uso ha aumentado de manera significativa en las unidades de cuidados intensivos neonatales y pediátricas. La VAFO es capaz de disminuir el daño pulmonar inducido por la ventilación, limitando la incidencia de volutrauma, atelectrauma, barotrauma y biotrauma. Durante la VAFO, se logra una oxigenación y una ventilación adecuadas, utilizando volúmenes corrientes bajos y pequeños cambios de presión, a frecuencias suprafisiológicas. Al contrario que otros modos de ventilación de alta frecuencia, la VAFO tiene una fase espiratoria activa. La VAFO constituye un modo de ventilación seguro y eficaz en el tratamiento de pacientes pediátricos con insuficiencia respiratoria refractaria a la ventilación mecánica convencional optimizada, con mejores resultados cuando se inicia precozmente. Por otro lado, el uso electivo de VAFO requiere más estudios que precisen sus beneficios sobre los modos convencionales de VM y que justifiquen su uso habitual como tratamiento de primera línea. El Grupo de Trabajo Respiratorio de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos revisa en este trabajo los principales aspectos de la aplicación pediátrica de la VAFO. Además, establece un protocolo general práctico y estrategias específicas de tratamiento, monitorización, cuidados del paciente y otros aspectos peculiares, del uso de la VAFO en el contexto pediátrico. ficiencia respiratoria. Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricos. Palabras clave: High-frequency ventilation. Children. Lung protective ventilatory strategies. Mechanical ventilation. Respiratory insufficiency. Pediatric intensive care units. Ventilación de alta frecuencia. Niños. Estrategia ventilatoria protectora pulmonar. Ventilación mecánica. Insu- HIGH-FREQUENCY VENTILATION In the era of lung-protective ventilation strategies, high frequency oscillatory ventilation (HFOV) has attracted renewed interest and its use has dramatically increased in neonatal and pediatric intensive care units. HFOV is able to reduce ventilator-induced lung injury by limiting the incidence of volutrauma, atelectrauma, barotrauma and biotrauma. During HFOV, adequate oxygenation and ventilation is achieved by using low tidal volumes and small pressure swings at supraphysiologic frequencies. Unlike other high-frequency ventilation modes, HFOV has an active expiration phase. HFOV constitutes a safe and successful ventilation mode for managing pediatric patients with respiratory insufficiency refractory to optimized conventional mechanical ventilation and provides better results when initiated early. However, the elective use of HFOV requires further studies to identify its benefits over conventional modes of mechanical ventilation and to support its routine use as a first line therapy. In the present article, the Respiratory Working Group of the Spanish Society of Pediatric Critical Care reviews the main issues in the pediatric application of HFOV. In addition, a general practical protocol and specific management strategies, as well as the monitoring, patient care and other special features of the use of HFOV in the pediatric setting, are discussed. Key words: Correspondencia: Dr. F. Martinón-Torres. Servicio de Críticos y Urgencias Pediátricas. Hospital Clínico Universitario de Santiago. A Choupana, s/n. 15706 Santiago de Compostela. España. Correo electrónico: fedemartinon@hotmail.com Recibido en abril de 2003. Aceptado para su publicación en abril de 2003. 172 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación INTRODUCCIÓN La ventilación de alta frecuencia oscilatoria (VAFO) constituye una modalidad ventilatoria que puede definirse por su carácter protector pulmonar y la aplicación sistemática de una estrategia basada en el reclutamiento alveolar y el establecimiento de un volumen pulmonar óptimo1-4. Las evidencias existentes en el campo experimental muestran cómo la VAFO, aplicada correctamente, es capaz de proteger eficazmente el pulmón y disminuir la incidencia de barotrauma, volutrauma, atelectrauma y biotrauma, con un efecto protector del pulmón equivalente al de la ventilación líquida parcial y superior al de la VMC aplicada incluso con una estrategia de reclutamiento-protección1-7. En el ámbito pediátrico, la VAFO constituye una técnica de rescate pulmonar segura y eficaz, con mejores resultados cuanto más precozmente se inicia su uso, capaz de disminuir la mortalidad y la incidencia de enfermedad pulmonar crónica. En cuanto a la aplicación electiva de VAFO frente a la VMC, en pacientes pediátricos con patología respiratoria que precisa ventilación asistida, no existen en la actualidad evidencias que demuestren las ventajas o desventajas de una técnica frente a la otra1-4,8-14. CONCEPTOS La VAFO, a diferencia de otras modalidades de ventilación, trata de “abrir el pulmón y mantenerlo abierto”, utilizando para ello volúmenes corrientes muy pequeños (1-2 ml/kg en comparación con los 8-15 ml/kg utilizados en VMC) a frecuencias suprafisiológicas (240-900 resp./min [4-15 Hz] frente a las 15-30 resp./min utilizadas en VMC)1-4. El modo exacto por el que se produce el intercambio gaseoso durante la VAFO no está completamente aclarado, aunque se sabe que intervienen diferentes mecanismos como la ventilación alveolar directa, la difusión molecular, el mezclado cardiogénico, la dispersión aumentada de Taylor, el perfil de velocidad asimétrica o el efecto “Pendelluft” entre otros. DESCRIPCIÓN DE LA TÉCNICA El aparato de VAFO requiere tres elementos fundamentales: una fuente de flujo de gas fresco continuo, un mecanismo “oscilador” capaz de generar oscilaciones de la columna de gas en el circuito y en la vía aérea a altas frecuencias (en general un diafragma o un pistón), y un puerto espiratorio con un sistema de filtro low-pass que mantenga la Paw a lo largo de todo el ciclo respiratorio1-4. El aparato de VAFO genera así ondas oscilatorias de presión que son de alta amplitud a nivel proximal, pero que se atenúan por las fuerzas resistivas del circuito y las fuerzas conductivas de la vía aérea, de modo que a nivel alveolar sólo llegan ondas de presión de baja amplitud (menores del 10 % de la amplitud producida por el aparato y medida a nivel proximal). En consecuencia, las 00 presiones pico, tanto inspiratorias como espiratorias, están marcadamente disminuidas en el alvéolo. Además de esta menor oscilación de presión, el VC utilizado es más pequeño (menor que el espacio muerto anatómico y fisiológico) y el volumen teleespiratorio mayor que los empleados en VMC, y ambos son mantenidos de forma prácticamente constante (menor oscilación de volumen). El volumen minuto continúa siendo eficaz gracias a la utilización de frecuencias respiratorias muy altas y la existencia de un sistema de espiración activa que, además de permitir una eliminación de carbónico más eficaz y controlable, disminuye el riesgo de atrapamiento de aire. Ventajas de la VAFO frente a otras modalidades de ventilación de alta frecuencia 1. Espiración activa. La diferencia principal con otras modalidades de alta frecuencia subyace en el mecanismo de espiración activa, que permite una eliminación de carbónico regulable, segura y efectiva, y disminuye los riesgos derivados del atrapamiento de aire. Esta espiración activa se origina gracias al desplazamiento hacia atrás del pistón o diafragma, que genera una presión espiratoria negativa. Por tanto, en la VAFO, la oxigenación y la ventilación pueden ser manejadas de modo prácticamente independiente: la oxigenación mediante la regulación de la Paw y la FiO2, y la ventilación a través de la amplitud (delta-P), la frecuencia (Hz) y la relación inspiración/espiración (% inspiración). 2. Posibilidad de ventilación de cualquier paciente. Hasta hace poco, una de las limitaciones en su aplicación en niños mayores y adultos era que los ventiladores de alta frecuencia existentes no proporcionaban flujos de gas, rangos de presiones y amplitudes suficientes para niños mayores de 2 kg; en la actualidad existen aparatos cuyas características técnicas permiten realizar VAFO sin limitaciones por el peso del paciente (tabla 1). TABLA 1. Diferencias entre los principales dispositivos de VAFO Sensormedics Sensormedics Stephanie 3100A 3100B Tipo de oscilatoria Tasa de flujo (bias-flow) Diafragma Diafragma Pistón 0-40 l/min 0-60 l/min 0-25 l/min Paw 3-45 cmH2O 3-55 cmH2O 0-25 cmH2O Delta-P (máximo proximal) > 90 cm H2O > 100 cmH2O < 60 cm H2O Frecuencia 3-15 Hz 3-15 Hz 5-15 Hz Porcentaje inspiratorio 30-50 % 30-50 % 30-40-50 % Límite teórico de peso* 35 kg Sin límite 20 kg Límite práctico de peso Sin límite Sin límite 10-12 kg *Determinado por el fabricante. VAFO: ventilación de alta frecuencia oscilatoria. An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 173 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación 3. Compatibilidad con otras técnicas. La VAFO es compatible con la utilización simultánea de otras modalidades terapéuticas respiratorias como el óxido nítrico (NO), el helio, la ventilación en prono, la insuflación traqueal o la ventilación líquida parcial12. INDICACIONES 1. Indicación electiva o rescate. No existen evidencias de que la aplicación de la VAFO de manera electiva tenga ventajas sobre la VMC. Su papel actual es de rescate, ante el fracaso de la ventilación mecánica convencional optimizada. El criterio de inclusión empleado en nuestra unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) es el siguiente: insuficiencia respiratoria grave de cualquier etiología (infecciosa, inhalatoria, etc.) con un índice de oxigenación (IO) mayor de 13, en dos muestras de gases arteriales en un intervalo de 6 h, a pesar de la utilización de VMC optimizada (índice de oxigenación = 100 × FiO2 × presión media vía aérea/PaO2)1-4,8-14. 2. En la práctica, la mayoría de los pacientes que precisan VAFO padecen síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) grave o infección pulmonar por virus respiratorio sincitial (VRS). 3. Escape aéreo. Los pacientes con síndromes de escape aéreo grosero (neumotórax, neumoperitoneo, neumomediastino, etc.) responden particularmente bien a la VAFO, lo cual permite la retirada precoz de los drenajes por la rápida resolución del escape; por este motivo, en muchos centros aplicamos la VAFO de manera electiva en estos casos. CONTRAINDICACIONES 1. Existencia de resistencias en la vía aérea muy aumentadas. 2. Presión intracraneal elevada. 3. Presión arterial media baja. 4. Dependencia de flujo sanguíneo pulmonar pasivo. Estos criterios de exclusión son relativos y deben ser aplicados de forma individualizada en cada caso, valorándose la relación riesgo/beneficio, al no existir evidencias de que la VAFO sea más perjudicial que cualquier otra modalidad ventilatoria en dichas circunstancias. Son condiciones que, teóricamente, dificultan la aplicación de la técnica, o disminuyen la probabilidad de respuesta positiva a la misma, pero que no constituyen contraindicaciones absolutas1-4,8-14. 1. Aumento de las resistencias en la vía aérea. Teóricamente aumenta el riesgo de atrapamiento aéreo y favorece el mecanismo de hiperinsuflación dinámica, aunque la aplicación de una estrategia adecuada (frecuencias más bajas, amplitudes menores) puede minimizar los riesgos potenciales de la VAFO. 2. Presión arterial media baja. La necesidad de una presión arterial media adecuada previa a la instauración 174 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 de la técnica, se basa en las grandes presiones medias en la vía aérea que se alcanzan con la VAFO, sobre todo durante la fase de reclutamiento. Sin embargo, una preparación previa adecuada del paciente y/o la instauración de medidas terapéuticas adicionales en caso de presentarse hipotensión (expansión líquida y/o inicio/ajuste de soporte inotrópico) permiten aplicar la VAFO con seguridad en estas circunstancias. 3. También se ha referido en la literatura médica su aplicación en pacientes con presión intracraneal elevada o intervenidos de cirugía de Fontan, sin incidencias destacables. MÉTODO PRÁCTICO DE APLICACIÓN Aparatos de VAFO Las características de los aparatos de VAFO disponibles para uso pediátrico se recogen en la tabla 1. El siguiente protocolo, desarrollado por el Grupo de Trabajo respiratorio de la Sociedad Española de Cuidados Intensivos Pediátricos, ha sido diseñado para su uso pediátrico con los modelos 3100A y 3100B de Sensormedics que, en la práctica, permiten realizar VAFO prácticamente en cualquier paciente, al margen de su peso. La última generación de Sensormedics 3100B presenta dos diferencias en el cuadro de mandos con respecto a las versiones anteriores y al modelo 3100A: a) no tiene mando de “Limit”. de modo que la Paw se controla exclusivamente con el mando de “adjust”; y b) el pistón se centra automáticamente, por lo que no es necesario centrarlo periódicamente como ocurre en el 3100A. Este mismo protocolo puede utilizarse con pequeñas variaciones con el Stephanie (v. apartado específico)1-4. Requisitos de monitorización del paciente 1. PVC. 2. PA intraarterial. 3. Monitorización de pH, PO2 y PCO2 (arterial discontinuo, transcutáneo o intraarterial continuo [Paratrend]). Preparación del ventilador: calibraciones y montaje El montaje del circuito del paciente es sencillo y lógico, siguiendo las instrucciones del fabricante. No obstante, deben tomarse en consideración algunas precauciones: 1. Asegurar el perfecto estado y colocación de las válvulas de vaciado, control y límite, ya que constituye la causa más frecuente de fallo en las calibraciones. Es esencial que las válvulas encajen perfectamente en el circuito del paciente, así como poner especial cuidado en que no se desajusten al colocar los conectores de rosca de los tubos-sensores correspondientes. 2. Cierre correcto de los cuatro cierres del compartimiento oscilatorio (sujeción circuito-diafragma) y de la válvula del desagüe de la trampa de agua (es recomendable colocar un tapón de seguridad-cierre estándar). 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación 3. Una vez conectado el circuito y previamente a la conexión al paciente, deben realizarse las calibraciones obligatorias: del circuito del paciente y de comprobación de funcionamiento del ventilador (figuran en la carcasa del aparato y en el manual del operador). Si no se pasan correctamente las calibraciones, debe buscarse el origen del problema, que en la mayoría de los casos se debe al inadecuado montaje del circuito y/o la existencia de fugas. 2. Considerar aumentar previamente el pH con bicarbonato, si es menor de 7,28. 3. Sedación en todos los casos y bloqueo neuromuscular en pacientes mayores de 2 meses, según la tolerancia. 4. Aspirar bien al paciente previamente a la instauración del respirador. 5. Utilizar sistemas de aspiración “cerrados o en línea”. Programación inicial del respirador de VAFO (Sensormedics) Preparación del paciente 1. Control hemodinámico: asegurar una PA media adecuada a la edad del paciente y una PVC de entre 10 y 15 cmH2O. Es fundamental mantener una PA media normal para su edad. Las medidas que se deben aplicar serán: a) Aumentar inicialmente la PVC hasta 10-15 mmHg, utilizándose, si fuera necesario, expansión de volumen con coloides o cristaloides. Si está monitorizada la presión de enclavamiento con catéter de Swan-Ganz se seguirá con la expansión de volumen mientras la PCP sea menor de 15 mmHg. b) Si la PVC es 10-15 mmHg y no está colocado un catéter de Swan-Ganz, o la PCP es superior a 15 mmHg, instaurar aminas (idealmente dobutamina de 5 a 20 g/kg/min) o ajustar las dosis si ya las estaba recibiendo. 1. Hacer las dos calibraciones obligatorias del aparato antes de iniciar su uso en cada paciente (fig. 1). 2. FiO2 al 100 % 3. Paw: comenzar con una Paw de 4 a 8 cmH2O por encima de la Paw que se venía utilizando en el ventilador convencional, con incrementos progresivos de 1-2 cmH2O según sea necesario hasta lograr un volumen pulmonar óptimo, que será aquel que: a) Proporcione una SatO2 que permita disminuir de manera progresiva la FiO2 a ⱕ 60 %. b) Coloque el diafragma a nivel de T8-T9 en la radiografía de tórax. 4. Flujo (bias flow): previa conexión al paciente, colocar los mandos de ajuste (adjust) de Paw y límite (limit) Delta-P Paw % T. insp. Regulador de flujo Alarmas Regulador de presión (Paw) Frecuencia NO Flow NO Conexión al paciente Sensor NOx Flujo Del NO 1.000 Figura 1. Cuadro de mandos del ventilador Sensormedics 3100A, esquema del circuito, y conexión de óxido nítrico (NO). 00 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 175 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación en posición máxima en sentido de las agujas del reloj. A continuación aumentar el flujo (bias flow) hasta que la Paw sea 12-15 cmH2O mayor que la deseada. Luego, debe reposicionarse el mando de limit 3 cmH2O por encima de la Paw deseada para finalmente colocar el mando de adjust de Paw hasta obtener el valor de la Paw de inicio deseado. Como orientación el flujo (bias flow) necesario inicialmente será de 20-30 l/min hasta los 20 kg de peso, 30-40 l/min entre 20 y 50 kg de peso, y mayor de 30 l/min por encima de los 50 kg de peso. Utilizar siempre un flujo mínimo de 20 l/min. 5. Frecuencia: de entrada, se establecerá según el peso del paciente: de 2 a 12 kg, 10 Hz; de 13 a 20 kg, 8 Hz; de 21 a 30 kg, 7 Hz; de > 30 kg, 6 Hz. 6. Amplitud (delta-P): comenzar con un power setting de 4.0 y aumentar progresivamente hasta conseguir que la vibración del pecho del paciente llegue hasta el ombligo en el recién nacido y lactante, y hasta el muslo en el niño y adolescente. Por lo general, este patrón de vibración se logra con un delta-P de 15 a 20 cmH2O por encima de la Paw programada. 7. Porcentaje de tiempo inspiratorio del 33 %. Ventilación de alta frecuencia oscilatoria de pistón (Stephanie) Existe un aparato de VAFO de pistón (Stephanie) cuyas principales diferencias con respecto al Sensorsmedic son: 1. Inicio: a) seleccionar el modo de ventilación CPAP; b) activar el pistón (mando HFO). 2. Posee un mando de selección de frecuencia y de amplitud. 3. La presión media se regula mediante el mando de PEEP. 4. El porcentaje de tiempo inspiratorio es por defecto del 33 %, y puede cambiarse a 40 o 50 % entrando en el menú opciones del módulo de alta frecuencia. 5. El flujo no puede regularse. 6. El resto de protocolo de aplicación es similar. ESTRATEGIA GENERAL DE MANEJO Y MODIFICACIÓN DE PARÁMETROS El manejo del paciente en VAFO posee peculiaridades diferenciales frente a otros modos de ventilación asistida, cuyo conocimiento es esencial para el éxito de la técnica. En este sentido, la instrucción y sensibilización adecuadas del personal, tanto médico como de enfermería, son factores determinantes en su eficacia1-4: 1. FiO2. Debe ser el primer parámetro que debe disminuirse, en función de la gasometría del paciente (SatO2 ≥ 90 %). Una vez alcanzada una FiO2 menor o igual al 60 %, se pasará a modificar otros parámetros (véase Paw). 2. Paw. Una vez alcanzada una FiO2 menor o igual al 60 %, se disminuirá la Paw en decrementos de 1 cmH2O, si es tolerada por el paciente. 176 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 3. Amplitud (delta-P). Se disminuirá o aumentará cada vez en 5 cmH2O según la PaCO2 deseada (a más delta-P, menor PaCO2; a menos delta-P, mayor PaCO2). Cuando sea necesario mejorar la eliminación de CO2, se aumentará la delta-P en incrementos de 5 cmH2O hasta alcanzar el máximo delta-P, en cuyo caso, si todavía sigue siendo necesario aumentar la eliminación de CO2, el siguiente paso será disminuir la frecuencia, de Hz en Hz. 4. Frecuencia. Una vez ajustada la frecuencia deseada, debe mantenerse igual durante todo el proceso de ventilación de alta frecuencia. Únicamente se disminuirá en caso de hipercapnia a pesar de un delta-P máximo. 5. Porcentaje inspiratorio. Se mantendrá siempre al 33 %, salvo que no se pueda disminuir la PaCO2 a pesar de tener el máximo delta-P y la frecuencia mínima (3 Hz), en cuyo caso se aumentará el porcentaje inspiratorio, maniobra ésta de carácter excepcional. 6. Tasa de flujo. No es necesario modificarla, salvo en casos de hipercapnia refractaria a otras maniobras, circunstancia en la que se aumentará la tasa de flujo en incrementos de 5 l/min (cada 15-30 min). Es preciso tener en cuenta que, si se aumenta el flujo, debe reajustarse a la baja el mando de adjust de Paw para mantener la Paw deseada previa. La tabla 2 muestra un resumen de la estrategia de modificación de parámetros en función de las principales situaciones gasométricas durante la VAFO. Criterios y modo de retirada de la VAFO Criterios de retirada 1. Clínico: el paciente está preparado para la retirada de la VAFO cuando durante la succión y/o desconexión transitorias no se produzcan desaturaciones significativas ni mantenidas (> 10 min), una vez reinstaurada la VAFO. 2. Siguiendo parámetros objetivos: en el momento que el paciente tiene: a) FiO2 < 40 %. b) Paw < 15 cmH2O. c) Delta-P < 40 cmH2O. Modo de retirada 1. Se puede cambiar a modalidad ventilatoria convencional, recomendándose: a) Programar el ventilador convencional: – Modo: controlado por presión. – Volumen corriente 6-8 ml/kg. – I:E: 1:1. – PEEP: 10. – Paw similar a la usada en VAFO. – FiO2 10 % mayor que la programada en VAFO. 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación b) Cuando la FiO2 ⱕ 40, cambiar progresivamente I:E a 1:2. c) A continuación disminuir progresivamente la PEEP hasta 5 cmH2O. d) Paso a espontánea, utilizando CPAP con presión de soporte, u otra modalidad, según criterio médico. 2. Alternativamente, y según la indicación, la VAFO puede mantenerse durante más tiempo, pasando al paciente directamente a ventilación espontánea o a una modalidad no invasiva de presión de soporte. Criterios de fracaso de la VAFO 1. Fallo en mejorar la oxigenación, entendido como la incapacidad de descender la FiO2 un 10 % en las primeras 24 h de VAFO. 2. Fallo en mejorar o mantener una ventilación adecuada, entendido como la incapacidad de mantener una PCO2 por debajo de 80-90 cmH2O con un pH > 7,25. Estos criterios de fracaso son relativos, ya que la única alternativa existente, modalidades de oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO), no está disponible en la mayoría de los centros. Por otro lado, el fracaso de la VAFO no indica necesariamente la vuelta a VMC ya que, en muchos casos, los pacientes todavía evolucionarán peor con otras modalidades ventilatorias convencionales. ASPECTOS PRÁCTICOS DEL MANEJO DEL PACIENTE EN VAFO Desconexión y desreclutamiento alveolar El reclutamiento alveolar y “apertura” del pulmón durante la VAFO para lograr el volumen pulmonar “óptimo” es un proceso costoso y en general lento. La desconexión, sea obligada o accidental, supone un importante retroceso en el tratamiento del paciente, ya que se produce un rápido desreclutamiento alveolar, más deletéreo cuanto más inestable esté el paciente, menos tiempo lleve en VAFO y más agresivo sea el soporte ventilatorio que precise. Por ello, deben extremarse las precauciones ante cualquier manipulación del paciente y utilizar sistemas cerrados de aspiración, que permiten realizar la aspiración de secreciones sin desconectar al paciente del ventilador y con una repercusión mucho menor sobre el volumen pulmonar. En caso de desconexión y/o despresurización accidental del ventilador, se dispara la alarma y el oscilador se detiene automáticamente. Para volver a ponerlo en marcha, debe presurizarse el sistema paciente-tubuladura-ventilador antes de encender el oscilador y además se incrementarán de forma transitoria la Paw 1-2 cmH2O y la FiO2 al 100 %1-4,15-17. Control clínico del paciente: vibración El parámetro más importante en el control clínico inicial y evolutivo de la ventilación adecuada del paciente 00 TABLA 2. Modificación de parámetros durante la VAFO en función de la gasometría* Situación previa FiO2 ⱕ 0,6, PaCO2 alta** y PaO2 normal PaO2 baja PaO2 alta Intervención Aumentar delta-P Aumentar delta-P y aumentar FiO2*** Aumentar delta-P y disminuir Paw FiO2 ⱕ 0,6, PaCO2 normal y No realizar cambios PaO2 normal Aumentar FiO2 PaO2 baja PaO2 alta Disminuir Paw FiO2 ⱕ 0,6, PaCO2 baja y PaO2 normal PaO2 baja PaO2 alta FiO2 > 0,6, PaCO2 alta** y PaO2 normal PaO2 baja PaO2 alta FiO2 > 0,6, PaCO2 normal y PaO2 normal PaO2 baja PaO2 alta FiO2 > 0,6, PaCO2 baja y PaO2 normal PaO2 baja PaO2 alta Disminuir delta-P Disminuir delta-P y aumentar FiO2 Disminuir delta P y disminuir Paw Aumentar Delta-P y valorar aumentar Paw Aumentar Delta-P y aumentar Paw*** Aumentar Delta P y disminuir FiO2 Valorar aumentar Paw Aumentar Paw Disminuir FiO2 Disminuir delta P (y valorar aumentar Paw) Disminuir delta P y aumentar Paw Disminuir delta P y disminuir FiO2 *Las intervenciones propuestas son orientativas y basadas exclusivamente en datos gasométricos; en la práctica, debe considerarse siempre la situación particular del paciente, patrón de vibración, volumen pulmonar radiológico y situación hemodinámica, entre otros factores. **Ante una situación de hipercapnia que persiste tras aspiración de secreciones y exclusión de otras complicaciones agudas, y que es refractaria al incremento máximo de delta-P, aplicaremos, secuencialmente y en este orden, disminución de la frecuencia hasta el mínimo (3 Hz), aumento del porcentaje de tiempo inspiratorio y aumento del bias-flow. ***La situación de hipoxia e hipercapnia, al margen de complicaciones agudas (secreciones, migración tubo endotraqueal, etc.), debe sugerir siempre la posibilidad de volumen pulmonar insuficiente, por lo que además de los ajustes de FiO2 y delta-P, se valorará siempre la necesidad de aumentar Paw. en VAFO se basa en el “temblor” que ésta origina en el paciente. Este “temblor” o “vibración” no debe estar sólo limitado al área del tórax, sino que debe extenderse hasta el ombligo en el lactante, y hasta la raíz de los miembros inferiores o mitad del muslo en los niños mayores y adultos. El control de la vibración se considera más sensible que la auscultación en la detección precoz de complicaciones durante la VAFO. Cuando el patrón de vibración del paciente disminuye sin haber cambiado la programación del aparato, lo primero que debe pensarse es que el paciente necesita ser aspirado. Si con una aspiración adecuada no se consigue que el paciente vibre del modo que lo venía haciendo, deberá sospecharse la aparición de alguna complicación mayor y realizar un con- An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 177 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación trol radiológico. Por el contrario, el aumento en el patrón de vibración sin modificación previa en los parámetros puede indicar indirectamente un aumento del volumen pulmonar, por lo que habrá que valorar un ajuste de los parámetros. Auscultación Las características de la auscultación durante la VAFO son distintas a la VMC, pero no por ello inútiles. 1. No es posible identificar los ruidos pulmonares normales durante la VAFO. 2. Ruido de la oscilación del diafragma. Se debe prestar atención al tono e intensidad del mismo, y especialmente a su simetría en ambos campos pulmonares. Si deja de ser simétrico, debe valorarse en primer lugar la necesidad de aspiración de secreciones. Si la asimetría persiste tras una aspiración adecuada, será necesario un control radiológico para descartar una migración accidental del tubo endotraqueal e intubación bronquial selectiva, una atelectasia o un neumotórax. 3. Auscultación cardíaca. No es factible durante la oscilación. Si es necesario realizarla, se apagará durante el menor tiempo posible el oscilador (dejarán de oscilar el diafragma y el paciente), sin desconectar al paciente del aparato. De este modo, puede auscultarse el corazón, evitando el “desreclutamiento” y manteniendo el paciente mientras tanto en modo CPAP. 4. Ruido emitido por el aparato: El cambio en las características del ruido emitido por el aparato de VAFO puede indicar un malfuncionamiento del mismo, sobre todo la necesidad de recambio del diafragma. Aspiración del paciente: sistema cerrado de aspiración El paciente debe ser aspirado a conciencia previamente a la colocación del aparato de alta frecuencia. Después, se aspirará sólo si lo necesita, sobre todo durante las primeras 24-48 h de VAFO, por el efecto deletéreo de la pérdida del volumen pulmonar óptimo. Aun así, el funcionamiento de la VAFO, especialmente la espiración, es extremadamente sensible a la acumulación de secreciones en el tubo endotraqueal y el paciente debe ser aspirado siempre que disminuya el “temblor” del paciente, se vean secreciones en el tubo, aumente el nivel de carbónico o descienda sin otra explicación la SatO2. La aspiración se realizará preferiblemente a través de un sistema cerrado de succión, sin desconectar al paciente del ventilador y aumentando de forma transitoria la FiO2 al 100 %. Al colocar un sistema cerrado de aspiración, es importante que el adaptador no sea de menor calibre que la conexión del tubo endotraqueal, ya que se produce un aumento significativo de la PaCO2 en los pacientes en los que se utiliza un adaptador de menor calibre (por la amortiguación de delta-P). 178 An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 Monitorización respiratoria 2. Pulsioximetría. Constituye la guía para ajustar la FiO2. Por lo general, su medición no se interfiere por la VAFO, aunque la fiabilidad varía en función del tipo de pulsioxímetro utilizado y el tamaño del paciente: en los niños más pequeños, el temblor que la VAFO produce puede originar interferencias constantes que no siempre son identificables en la curva del pulso y que dan lugar a lecturas erróneas. 2. PaO2 y PaCO2. A través de controles gasométricos, que deben ser al menos horarios durante la estabilización inicial del paciente (primeras 6 h); la periodicidad posterior dependerá de la evolución del paciente y se hará siempre que se modifiquen los parámetros del aparato. Alternativamente puede utilizarse la monitorización transcutánea de O2 y CO2, o mejor la intraarterial invasiva continua Paratrend (Philips Medical Systems), que además de permitir una evaluación continua en tiempo real de los parámetros gasométricos, agiliza, rentabiliza y aumenta el rango de seguridad de las maniobras de reclutamiento, así como el ajuste inmediato de parámetros y la detección precoz de complicaciones. No es posible la realización de capnografía durante la VAFO. 3. Radiografía de tórax. La primera radiografía de tórax debe realizarse una hora después de la colocación del paciente en VAFO, para determinar si el volumen pulmonar es correcto (nivel diafragmático en 8.ª-9.ª costilla), especialmente cuando aún no se está familiarizado con la técnica. Más tarde, debe repetirse cada 6 h hasta la estabilización del paciente. La pauta posterior será según indicación médica, y siempre que se tengan dudas de si existe sobre o infradistensión pulmonar, o se sospeche la presencia de alguna complicación. La radiografía sirve para determinar si el volumen pulmonar durante la VAFO es adecuado, por lo que debe realizarse siempre con el oscilador funcionando, y poniendo especial cuidado en evitar la desconexión accidental del ventilador durante el procedimiento. Monitorización hemodinámica Es esencial monitorizar la frecuencia cardíaca, PA media, PVC, tiempo de relleno capilar y, según el paciente, gasto cardíaco, saturación venosa mixta y presión de enclavamiento. Analgosedación y relajación neuromuscular El paciente será sedado y/o paralizado, no sólo para garantizar una ventilación adecuada, sino para prevenir la sensación de disnea que la VAFO puede producir en el paciente consciente o semiconsciente al no producirse una expansión/contracción fisiológica del tórax. La paralización se recomienda durante el reclutamiento inicial, y casi imprescindible en enfermedades específicas como los escapes aéreos o los cuadros con resistencias aumentadas de la vía aérea. La retirada de la relajación 00 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación neuromuscular se realizará según la tolerancia del paciente a la modalidad ventilatoria. ESTRATEGIA DE VAFO EN SITUACIONES ESPECIALES Escape aéreo grosero Cuidados generales del paciente La inmovilización del paciente junto con las vibraciones de alta frecuencia pueden favorecer la aparición de lesiones cutáneas de decúbito. En este sentido, es aconsejable utilizar un colchón antiescaras, además de intensificar los cambios posturales. Aunque la utilización de colchones de aire no se recomienda por su posible interferencia en la frecuencia de resonancia de la caja torácica durante la VAFO, nosotros no hemos tenido problemas en los casos en los que los hemos utilizado. Colocación del paciente y posición de la tubuladura La cabeza del paciente debe orientarse por lo general hacia el ventilador, garantizando en cualquier caso que la tubuladura tenga una ligera inclinación descendente hacia el aparato, para permitir el drenaje de agua y/o secreciones hacia el depósito situado debajo del diafragma. El paciente puede ser ventilado en decúbito supino, lateral o prono, si bien esta última posición dificulta el control clínico del patrón de vibración del paciente. Humidificación y calentamiento Se puede utilizar cualquier sistema convencional de humidificación y calentamiento, intercalado en el circuito del paciente. Las calibraciones iniciales deben realizarse con el humidificador ya colocado. El único cuidado especial añadido es el vaciado frecuente y parcial del depósito de agua, dejando un sello de líquido que evite el cambio en las presiones del sistema. EFECTOS SECUNDARIOS A pesar de su papel protector del pulmón, la VAFO no elimina el riesgo del daño pulmonar agudo y, además, tiene una morbimortalidad asociada dependiente de la experiencia del equipo que realiza la técnica y/o de la aplicación inadecuada de ésta. La mortalidad global de los pacientes pediátricos ventilados con VAFO oscila entre el 33 y el 45 %, siendo mayor del 85 % la mortalidad de los pacientes que no responden a la técnica18,19. Se aplicará una estrategia de hiperoxia e hipercapnia permisivas1-16. 1. Comenzar con una Paw similar a la que venía utilizando en VMC, aún a expensas de utilizar una FiO2 más alta (“hiperoxia permisiva”): de forma ideal ajustar la Paw por debajo de la “presión de fuga”. Dicha presión se determina mediante ventilación manual con bolsa autoinflable y un transductor de presión, siendo la presión a partir de la cual aparecen burbujas en el drenaje torácico. Si la presión de fuga es menor de 15 cmH2O, es posible que la Paw ajustada a este nivel sea insuficiente para mantener una oxigenación adecuada, en cuyo caso diferiremos dicha estrategia hasta que la presión de fuga alcance los 15 cmH2O. En estos casos, priorizar el descenso de Paw al descenso de la FiO2. 2. La frecuencia inicial será de 2 Hz por debajo de la correspondiente para su peso. 3. Programar el delta-P mínimo que garantice un pH > 7,25 (hipercapnia permisiva). 4. Se realizará relajación neuromuscular del paciente. Cuadros obstructivos-resistencias aumentadas: asma, bronquiolitis En los cuadros con patrón obstructivo: asma o bronquiolitis aguda de cualquier etiología, la estrategia que debe emplearse incluye ciertas variaciones orientadas a minimizar los riesgos de atrapamiento y/o barotrauma: 1. Establecer una Paw inicial, únicamente 1-2 cm por encima de la que se estaba empleando en VMC. 2. La frecuencia será de 1-2 Hz por debajo de la estimada en función del peso, para proporcionar un tiempo espiratorio más largo. 3. Programar un delta-P mínimo que garantice un pH > 7,25. 4. Flujo de 5-10 l/min por encima del correspondiente, con reajuste de la Paw al nivel deseado. 5. Relajación neuromuscular del paciente. Patología combinada 1. La principal complicación es la aparición de nuevos síndromes de escape aéreo (20-25 % de los casos). 2. Repercusión hemodinámica. Algunos trabajos que sugieren que la VAFO puede disminuir el retorno venoso de la circulación sistémica al comprometer la circulación pulmonar cuando el alvéolo es sobredistendido. Sin embargo, esta disminución del llenado ventricular izquierdo puede prevenirse mediante un manejo adecuado de los líquidos y soporte inotrópico; más aún, existen algunos datos que apuntan que las interferencias de la VAFO sobre la función miocárdica y el gasto cardíaco, son similares o menores que en la VMC con presiones medias y/o PEEP equivalentes. 00 En los casos de patología combinada, la estrategia aplicada debe individualizarse, dependiendo de la situación del paciente y el predominio de cada enfermedad. Idealmente, en el caso de coexistir escape aéreo y SDRA, trataremos de solucionar en primer lugar la fuga (hiperoxia e hipercapnia permisivas), para posteriormente, realizar la estrategia de SDRA (estrategia general de reclutamiento, con prioridad en descenso de FiO2). Terapia con óxido nítrico La fuente de NO se coloca habitualmente en el puerto del circuito más proximal al ventilador, y el sensor del An Pediatr (Barc) 2003;59(2):155-80 179 Documento descargado de http://www.doyma.es el 28/11/2006. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. SECIP. Retirada de la ventilación, complicaciones y otros tipos de ventilación monitor de NO en el más distal (v. fig. 1); o alternativamente, la fuente de NO se pone en “T” a nivel del humificador, y el sensor en alguno de los tres puertos del circuito (en general, en el más proximal al ventilador). Ventilación en prono Tiene las mismas indicaciones, limitaciones y complicaciones que durante la VMC. Se debe prestar especial atención en evitar la desconexión accidental durante el cambio postural, así como a la variación en el patrón de vibración del paciente (mayor amortiguación y extensión diferente). Terapia con helio No existen en el momento actual, dispositivos comerciales específicamente diseñados para la realización de VAFO con gas helio. En la práctica, lo que hacemos es conectar la toma de aire a la fuente de gas helio. Es importante tener en consideración varias precauciones: 1) calentar adecuadamente el gas, para evitar la inducción de hipotermia, especialmente en los pacientes más pequeños; 2) establecer controles externos de la FiO2 entregada, si se utiliza helio puro, para evitar la administración de una mezcla hipóxica; y 3) realizar controles clínicos estrechos, puesto que los volúmenes entregados según la presión y la FiO2 programadas, varían con respecto a la utilización de aire-oxígeno, y sólo podemos determinarlos estimativamente. BIBLIOGRAFÍA 1. Martinón-Torres F, Pérez Gil J, Ginesta V, Martinón Sánchez JM, Álvarez J. Ventilación de alta frecuencia oscilatoria: pasado, presente y futuro. Act Anest Reanim 2001;11:136-49. 2. 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SatO2: saturación de oxígeno en sangre arterial. SIMV: ventilación mecánica intermitente mandatoria sincronizada. VC: volumen corriente. VM: ventilación mecánica. VMC: ventilación mecánica convencional. VNI: ventilación no invasiva. VNIP: ventilación no invasiva con presión positiva. 00