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Centro Integral del INCAP para la Prevención de Enfermedades Crónicas Revisado por: Licda. Dina Roche y Licda. Fernanda Kroker Fecha: agosto 2010 Intervenciones para promover cambios en la actividad física y estilos de vida alimentarios para reducir los factores de riesgo cardiovascular en adultos. Una declaración científica de la Asociación Americana del Corazón. Aproximadamente 79, 400, 000 adultos estadounidenses, o 1 de cada 3, padecen una enfermedad cardiovascular -ECV- y es la principal causa de muerte entre los hombres y mujeres (1 muerte en Estados Unidos cada 37 segundos). Los adultos mayores, las poblaciones minoritarias (etnias minoritarias) y las poblaciones de estratos socioeconómicos bajos, tienen una mayor prevalencia de ECV y factores de riesgo metabólicos como la hipertensión, dislipidemias (alteraciones en los niveles de colesterol y triglicéridos en plasma) y diabetes. Las personas más propensas a tener factores de riesgo son aquellas sedentarias, con sobrepeso, obesidad y/o con hábitos alimentarios poco saludables. Hasta los cambios más pequeños en el estilo de vida pueden reducir sustancialmente la morbilidad y la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares. Muchos de los efectos beneficiosos de los cambios en los estilos de vida se acumulan con el tiempo; y por eso es tan importante la adherencia al tratamiento del paciente para maximizar los beneficios a largo plazo. La literatura médica existente demuestra que las intervenciones clínicas orientadas a los cambios en los hábitos alimentarios, reducción de peso, y nuevos hábitos en los patrones de actividad física suelen dar lugar a impresionantes cambios iniciales de comportamiento; pero con frecuencia estos cambios no se mantienen largo plazo. La Asociación Americana del Corazón, proporciona a la comunidad científica en un artículo publicado en el 2010 1 una revisión de toda la evidencia científica en el tratamiento y mantenimiento de estilos de vida saludables para resumir recomendaciones basadas en la evidencia sobre la aplicación de intervenciones a nivel dietético y de actividad fìsica en adultos (incluyendo adultos de grupos étnicos minoritarios y de estratos socioecómicos bajos). Estas recomendaciones pueden ser utilizadas por nutricionistas, médicos y educadores de la salud para promover cambios en el estilo de vida (dietéticos y de actividad física). Recomendaciones de la Asociación Americana del Corazón Estrategias cognitivas y de comportamiento para promover cambios en el estilo de vida a nivel clínico (individual) o a nivel clínico grupal. • • • Diseñe intervenciones individuales con metas a corto y mediano plazo enfocadas a cambiar estilos de vida y patrones de actividad física-AFProvea retroalimentación en todo el proceso hacia el cumplimiento de las metas. Provea en la consulta clínica, estrategias para que el paciente pueda auto-monitorearse (E.g; conteo diario del consumo de calorías, conteo de pasos diarios, seguir la reducción de peso mediante gráficas, conteo de distancias, etc) 1 Durstin, N, et all, Interventions to Promote Physical Activity and Dietary Lifestyle Changes for Cardiovascular Risk Factor Reduction in Adults. A Scientific Statement From the American Heart Association. Circulation, Jul, 2010. 1 • • • • • • • • • • • Centro Integral del INCAP para la Prevención de Enfermedades Crónicas Revisado por: Licda. Dina Roche y Licda. Fernanda Kroker Fecha: agosto 2010 • Establezca un plan de la frecuencia y duración de las consultas de seguimiento. (en persona, oral, por escrito, medios electrónicos). Este plan debe ser acorde a las necesidades y preferencias de cada persona y así asegurar el progreso y el logro de las metas establecidas. Utilice estrategias como las entrevistas motivacionales, especialmente cuando un individuo se resiste a los cambios en su estilo de vida. Provea apoyo a largo plazo, utilizando programas comunitarios de apoyo y de seguimiento (grupos de apoyo y otros programas que existan en la localidad) para disminuir la baja adherencia al tratamiento que normalmente comienza al 4to-6to mes en los programas de cambios de comportamiento. Incorpore estrategias para fomentar la autoeficacia de la intervención; por ejemplo: incentivos al culminar una meta, demostraciones de cocina como preparación de platillos saludables y degustación de platillos saludables; sesiones de actividad física (20-30 minutos), llamadas telefónicas, mensajes de texto para promover cambios de comportamiento o mensajes motivacionales, sesiones específicas para resolver problemas. Combine dos o más estrategias descritas anteriormente. Por ejemplo: fijación de metas a corto plazo, automonitoreo y entrevistas motivacionales. Utilice sesiones individuales orientadas a evaluar en donde se encuentra el individuo en relación con el cambio de comportamiento, para identificar de forma conjunta las metas para reducir el riesgo y mejorar la salud cardiovascular, y desarrollar un plan personalizado para lograrlo. Utilice sesiones grupales con estrategias cognitivas-comportamiento para enseñar habilidades que modifiquen la dieta y desarrollen un programa de AF, para promover un papel modelo y aprendizaje observacional positivo, y aumentar los beneficios del apoyo entre compañeros y la solución de problemas a nivel de grupo. Para ciertas poblaciones, utilice programas de internet para abordar el cambio dietético y actividad física; existe poca evidencia sobre abordar solamente AF; el agregar una forma de consejería online mejora los logros (Nivel de Evidencia: B). Tome en cuenta las variables culturales y sociales que influyen el cambio de comportamiento. Utilice a la Iglesia, comunidad, trabajo y centros clínicos para proveer las intervenciones. Utilice una estrategia de varios componentes que incluya el componente grupal más que a nivel individual o solo acercamientos grupales (Nivel de Evidencia: A). Utilice estrategias culturalmente adaptadas, utilice personal de salud para aumentar la confianza; adapte los mensajes de salud y las estrategias de consejería para que sean sensibles a las creencias culturales, valores, lenguaje, alfabetismo y costumbres de la población. Resuelva los problemas para abordar las barreras relacionadas con AF y cambios en la dieta, como la falta de acceso a alimentos, falta de recursos para AF, barreras en transporte, y poca seguridad local (Nivel de evidencia B). 2 Centro Integral del INCAP para la Prevención de Enfermedades Crónicas Revisado por: Licda. Dina Roche y Licda. Fernanda Kroker Fecha: agosto 2010 En conclusión, la evidencia sugiere que las estrategias cognitivas-comportamiento son un componente esencial de las intervenciones orientadas al cambio de comportamiento a nivel dietético y de actividad física en pacientes con enfermedad cardiovascular. A través de estas estrategias se establecen las metas, se genera confianza del paciente en el profesional y permite el involucramiento de la persona en el alcance y desarrollo de sus propias metas. Todo esto debe realizarse dentro de un contexto motivacional, tomando en cuenta la población a quien va dirigida y establecer una estrategia que sea sensible a los factores ambientales, culturales y la escolaridad del grupo o individuo. Finalmente, también es necesario comprender la forma de adaptar estas estrategias basadas en videncia a la práctica clínica, a través de la diseminación de información y la investigación. Referencia: Durstin, N, et all, Interventions to Promote Physical Activity and Dietary Lifestyle Changes for Cardiovascular Risk Factor Reduction in Adults. A Scientific Statement From the American Heart Association. Circulation, Jul, 2010 3