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V Encuentro Cientifico ASANEC. Torremolinos, 22 Febrero 2008 EL SENTIR DE LAS PROFESIONES Y USUARIOS RESPECTO DE LA PRESCRIPCIÓN ENFERMERA EN PAISES CON EXPERIENCIA Durante el año 2007 ha habido un fuerte debate en nuestro país en torno a la prescripción enfermera. Los posicionamientos en la profesión abanderados por la Organización Colegial y las Asociaciones profesionales han sido unánimes en defensa del derecho a prescribir de las enfermeras. La encrucijada que provocó la Ley 29/2006 de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios en su artículo 77 “la receta médica, pública o privada, y la orden hospitalaria de dispensación, son los documentos que aseguran la instauración de un tratamiento por instrucción de un médico o un odontólogo, único profesionales con facultad para ordenar la prescripción de medicamentos” fue tan tajante que las soluciones para enmendarla a través de la disposición adicional duodécima son arto complejas. El artículo 77 bloquea en muchos aspectos la magnífica Ley 44/2003 de Ordenación de las profesiones sanitarias que hacía desaparecer cualquier relación de subordinación para los enfermeros respecto de otras profesiones. ¿Cómo no quedaremos subordinados cuando los productos básicos precisos para desempeñar nuestro trabajo debe autorizarlos otro profesional? La Ley de garantías y uso racional de los medicamentos que nos trasladó por arte de magia de la alegalidad a la ilegalidad nos ha hecho incómodamente visibles. Dos enfoques han sido debatidos en estos días: • El enfoque legalista basado en la dificultad para mantenerse dentro de la legalidad vigente en el ejercicio profesional eficiente. En este sentido algunas profesiones más ubicadas en el ejercicio privado como los podólogos han ejercido una razonable presión dado que su ejercicio profesional era imposible. • El enfoque centrado en el usuario del sistema que abogaba por tomar decisiones basadas en lo más adecuado para los pacientes y no pivotando sobre los intereses corporativos. Este es un discurso plagado de opiniones a favor y en contra donde se han confrontado seguridad y accesibilidad de manera poco científica y más bien maniquea. Y un factor precipitante: • El factor político abanderado por Marina Geli, Consejera de Salud de la Generalitat y por Mª Jesús Montero Cuadrado, Consejera de Salud del Gobierno Andaluz. Es difícil interpretar este tipo de decisiones políticas, máxime cuando nos alejamos del paradigma de gobernar para el voto. ¿Han hecho falta mujeres en el poder para visualizar los agravios de una profesión mujer y empezar a rectificar? En mi opinión creo y quiero creer el último discurso que le oí a nuestra Consejera en el que de manera firme y convencida apostaba por desarrollo de las enfermeras. Necesito creer que han descubierto el interés de las enfermeras en el funcionamiento de la sanidad pública, la honestidad de las enfermeras y su capacidad de trabajo. Creo que empezamos a tener visibilidad. Creo que los políticos inteligentes van a comprender del demérito al que hemos estado sometidos y están siendo árbitros del corporativismo desmedido e injustificado. Claro que se puede ser mal pensante, McCartney1 et al. (1999), en un perspicaz artículo, argüía que el Gobierno Conservador en el Reino Unido tenía tres objetivos principales para la introducción de la prescripción enfermera: o En primer lugar, ahorrar tiempo y dinero. 1 Juan Carlos Morilla Herrera V Encuentro Cientifico ASANEC. Torremolinos, 22 Febrero 2008 En segundo lugar, se permitió a las enfermeras hacerse cargo de la rutina de trabajo de los médicos y, hacerlo, ayudó a ocultar la escasez de subyacente de Médicos. o En tercer lugar, se envió un mensaje claro a los médicos sobre que su poder y sus privilegios pueden ser desregulados. o Ahora se abre un camino de desarrollo en el que debemos seguir avanzando con convencimiento, sabiduría y buen hacer. No quiero mirar atrás, quiero mirar hacia delante, por eso mi ponencia de hoy irá enfocada a contarles lo que sabemos de las “vivencias” de otros que pasaron por aquí antes que nosotros. Para realizar este análisis usaré los conceptos que emergen en el estudio de Bradley2 : 9 9 9 9 9 Impacto en el rol de las enfermeras Impacto en el individuo Impacto en el equipo Impacto en la atención a los usuarios Ventajas derivadas de prescribir Impacto en el rol de las enfermeras Nuestros vecinos de UK iniciaron la andadura en 1992 cuando la Ley de prescripción enfermera sitúo a unas 28.000 enfermeras de distrito y visitadoras en situación de prescribir de una lista cerrada de materiales y medicamentos. El objetivo era satisfacer las necesidades específicas de los pacientes en la Comunidad. En mayo de 2001 el Gobierno de UK anuncia la ampliación del número de enfermeras acreditadas para prescribir y el número de medicamentos susceptibles de ser prescritos (Formulario Extendido), para cubrir 4 grandes áreas: dolencias menores, heridas menores, promoción de la salud y cuidados paliativos, haciendo especial hincapié en garantizar la seguridad de los pacientes. Esta normativa de 2001 también regulaba la “prescripción suplementaria” por parte de enfermeras y otros profesionales sanitarios, de forma que tras la evaluación y prescripción inicial por parte de un médico y de acuerdo a un protocolo clínico las enfermeras y farmacéuticos podían introducir modificaciones especialmente dirigidas al manejo de pacientes crónicos (asma, diabetes, cardiopatías y enfermedades mentales). La prescripción independiente y suplementaria junto con el uso de los llamados Patient Group Directions (PGDs) algo similar a nuestros Procesos Asistenciales están marcando la hoja de ruta del Gobierno UK respecto de la prescripción enfermera que alcanzó en 2004 a la mitad de las enfermeras del Reino Unido. Los requisitos que deben cumplirse para poder acceder a la prescripción extendida son: • ser una enfermera (o matrona ) colegiada de primer nivel • tener al menos 3 años de experiencia profesional • haber superado con éxito el programa de preparación específico Los programas de entrenamiento para apoyar esta extensión de la prescripción independiente se iniciaron en la primavera de 2002 y se imparten en instituciones de educación superior. 2 Juan Carlos Morilla Herrera V Encuentro Cientifico ASANEC. Torremolinos, 22 Febrero 2008 En un editorial del BMJ del 19 de Noviembre de 2005 se discutía sobre la decisión tomada por el gobierno una semana atrás, para que las enfermeras y farmacéuticos acreditados pudieran prescribir todos los medicamentos prescribibles por los médicos de familia (GP) excepto aquellos que contuvieran sustancias controladas. En dicho editorial se reflexionaba sobre la necesidad de formación en diagnóstico de dichos profesionales pero también se afirmaba que esta formación cada vez está más accesible. Simultáneamente, un estudio encargado por el Departamento de Políticas de Salud fue tranquilizador al aclarar que las enfermeras y farmacéuticos que realizaban prescripción independiente lo hacían sobre condiciones de salud menores y los asesores médicos corroboraron que las indicaciones fueron apropiadas. Los primeros datos recogidos de enfermeras y farmacéuticos prescribiendo de manera independiente en atención primaria describían patrones de prescripción adaptados a las habilidades de estos profesionales en el marco de enfermedades leves y contribuyendo al manejo de pacientes crónicos. Estas pretensiones de ampliación fueron puestas de manifiesto en algunos trabajos anteriores publicados en Reino Unido como el de Luker3 et al. (1997) quienes encontraron que la prescripción por enfermeras con experiencia era valorada como un éxito y que las enfermeras querrían asumir algunas otras áreas de prescripción. Luker entrevistó a 49 enfermeras en 4 ocasiones, las enfermeras refirieron un ahorro de tiempo y comodidad al no tener que solicitar la prescripción a un médico. También informaron de un sentimiento de satisfacción y de autonomía y percibieron que los pacientes recibieron mejor información. Un cuestionario más reciente realizado por Rodden4 (2001) en un Trust de Escocia, se centró en los cambios que la enfermera prescriptora percibía en su autonomía e independencia. Noventa de 127 enfermeras contestaron al cuestionario, lo que supone una tasa de respuesta del 71%. Las conclusiones son similares a las de Luker et al.(1997) :el 90% de las enfermeras considera que la prescripción fue en general positiva para su desarrollo e identificaron algunos beneficios como el ahorro de tiempo y la mejora de la imagen profesional, el 76% consideró que su autonomía había aumentado y el 66,5% entendió que se habían convertido en menos dependiente del médico de cabecera. Sin embargo, el 27% opinó que no había habido cambios en su nivel de dependencia respecto de sus colegas médicos. Una posible explicación a esta percepción negativa tiene que ver con que estos trabajos se realizaron cuando sólo estaba autorizado el original NPF con un número muy limitado de medicamentos disponibles para las enfermeras. Otway5 (2001 2002) informa de que la mayoría de las enfermeras prescriptoras que contestaron a su cuestionario de una muestra de 241 pertenecientes a un Trust consideró la prescripción como una habilidad esencial de la práctica básica, y que “en general, las enfermeras prescriptoras describieron la prescripción como un camino muy positivo".Otway informa igualmente que los comentarios negativos que a menudo refieren las enfermeras están en relación a la frustración asociada a las limitaciones de la NPF. Con respecto a los aspectos mejorables, 73 enfermeros de salud mental encuestados por Nolan6 et al. (2001) citaron una serie de posibles mejoras que contribuirían a mejorar la accesibilidad al medicamento, el cumplimiento, la prevención de recaídas y la eficiencia. Wilhelmsson7 en Suecia entrevistó a 23 enfermeras y 9 médicos y encontró que el aumento de conocimientos en farmacología reforzó el rol y la eficacia de las enfermeras 3 Juan Carlos Morilla Herrera V Encuentro Cientifico ASANEC. Torremolinos, 22 Febrero 2008 pero, sin embargo este incremento de estatus se vio limitado por el hecho que muchos fármacos están disponibles sin necesidad de prescripción. Otro aspecto destacado en el estudio de Wilhelmsson7 es la eficiencia que provee la prescripción enfermera a la atención que se ofrece. La enfermera puede hacer un diagnóstico, prescribir y hacer el seguimiento. Antes, debía pedirle a un médico una prescripción en base a un diagnóstico propio. Impacto en el individuo La inicial ansiedad desencadenada por la prescripción y relacionada con los sentimientos de incertidumbre acerca del diagnóstico se destacó por Luker8 et al. (1998) y Baird9 (2001). La adecuación de la "base de conocimientos en farmacología" se identifica como una preocupación respecto de la formación de las enfermeras. Si bien es cierto que todos los entrevistados relatan haber vivido momentos de ansiedad en los inicios y en relación con la inexperiencia esta se diluyó cuando se familiarizaron con la prescripción. Wilhelmsson7 en Suecia constató que la prescripción de drogas por enfermería se percibía como una gran responsabilidad, y las enfermeras se mostraban muy cuidadosas antes de prescribir. Incluso algunas mitigaban parte de esta gran responsabilidad desarrollando sistemas de auto-monitoreo. Los participantes del estudio de Bradley2 sentían que convertirse en prescriptor había elevado su autoestima, su satisfacción profesional y su autonomía para la práctica. Tenían sensación de entregar al paciente un producto más completo. La importancia de la prescripción no estaba tanto en el número de prescripciones como en la sensación de sentirse capaces de proveer a los usuarios una mejor información sobre la medicación: “es la educación a los pacientes, familiares y cuidadores, la información que he sido capaz de dar, la información de cómo funcionan los medicamentos, los efectos que puede provocar..” Su conocimiento creciente sobre la medicación les ayudaba a mejorar sus relaciones con médicos y aumentar su confianza así como a poder participar en el debate sobre los tratamientos en el seno del equipo. Impacto en el equipo Baird9 (2001) entrevistó a grupos de médicos y enfermeras y esto le permitió describir las reacciones al cambio en el equilibrio de poder entre ambas profesiones. Algunos médicos opinaron que su función estaba cambiando y se sintieron amenazados por la pérdida de poder. Sin embargo, los médicos que prestaron su apoyo en la formación, coincidieron en que es adecuado para las enfermeras prescribir artículos especiales, tales como productos para el cuidado de heridas (Luker et al., 1997a). En Suecia, Wilhelmsson7 constata que la formación continuada es difícil de mantener, los farmacéuticos han resultado unos excelentes consultores y más accesibles que los médicos. Desde el punto de vista organizacional algunas deficiencias se produjeron por desconocimiento de los médicos del trabajo que podían desempeñar las enfermeras. Los mayores beneficios se reconocieron en el ámbito domiciliario donde la enfermera podía resolver los problemas de prescripción directamente. Sin embargo, los productos prescribibles son muy marginales. No existen facilidades por parte de los médicos a la prescripción enfermera. La resistencia viene de la mano del miedo a perder poder y competencias. Las enfermeras no se sintieron estimuladas por sus compañeros médicos 4 Juan Carlos Morilla Herrera V Encuentro Cientifico ASANEC. Torremolinos, 22 Febrero 2008 a prescribir. Algunas vieron dificultades para asistir a los cursos de formación y para ser visitados por la industria farmacéutica. Desde el punto de vista económico se temió un mayor gasto basado fundamentalmente en que muchos de los productos prescribibles por las enfermeras eran fármacos que podían obtenerse sin receta y que ahora pasaban a estar financiados. En Suecia hay enfermeras atendiendo procesos crónicos pero no pueden prescribir los fármacos necesarios. Se espera una evolución hacia la prescripción colaborativa del mismo modo que ha sucedido en Reino Unido. La posición de la dirección del centro se manifestó como crucial respecto de la actitud del resto del equipo. Impacto en la atención a los usuarios Respecto de los pacientes la percepción sobre la prescripción enfermera antes y después de la introducción de la reforma en UK ha sido descrita por Luker10 et al. (1997, 1998) en un estudio que muestreo la opinión de 148 pacientes. Los pacientes se mostraron satisfechos y manifiestan haber obtenido su tratamiento con más prontitud y comodidad. En algunos casos, opinan que las enfermeras se encuentran en una mejor posición para prescribir que los médicos de familia. Brooks11 et al.(2001) en una muestra de 50 clientes de atención primaria encuentra beneficios similares a los comunicados por Luker, sin embargo en este estudio aparece una interesante reseña a la relación con los pacientes quienes hacen hincapié en la calidad, sobre todo en lo referente a la tranquilidad que trasmite la enfermera, la continuidad de cuidados, la información y promoción de la salud y la accesibilidad. Books detecta un uso intermitente de los servicios lo que hace pensar que los pacientes perciben beneficios al atravesar el escenario de prescripción enfermera a no prescripción por el médico. El estudio de Wilhelmsson7 en Suecia, no analizó la percepción de los pacientes. .EN DIFERENTES CONTEXTOS LA PRESCRIPCIÓN ENFERMERA AVANZA El número de enfermeras prescriptoras en los Estados Unidos ha aumentado en los últimos 10 años de 30000 a alrededor de 65000, según datos de la American Academy of Nurse Practitioners. Un 85% trabajan en el ámbito ambulatorio y la mayoría se encuentran en la atención primaria. Lo sorprendente es que se prevé un incremento del doble en los próximos años mientras que los médicos crecerán sólo un 10%. Estas enfermeras, en función de las diferentes regulaciones estatales, prestan un variado elenco de servicios donde se incluye el diagnóstico y tratamiento de patologías agudas y la atención de problemas crónicos de salud; cuidados prenatales, cuidados de la infancia, cuidados de la mujer y el cuidado y chequeo de adultos .También se ocupan de traumas menores que incluyen la sutura de heridas y la colocación de férulas, así como de la prescripción de los medicamentos necesarios para la prestación de todos estos servicios, y la enseñanza para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. 5 Juan Carlos Morilla Herrera V Encuentro Cientifico ASANEC. Torremolinos, 22 Febrero 2008 Las enfermeras prescriptoras tienen presencia en 50 estados. La práctica enfermeras está regulada por leyes en cada estado, sin embargo es posible obtener una acreditación a nivel nacional. En más de la mitad de los estados las enfermeras pueden ejercer sin ningún tipo de supervisión o colaboración con el médico y en todos los estados existe un nivel de prescripción independiente. Además, los profesionales de enfermería son ahora elegibles para el reembolso directo de Medicaid en todos los estados. SIMILITUDES Y DIFERENCIAS El modelo UK o el australiano nacen de modo reactivo a un sistema de financiación que sitúa el dinero en manos del médico quien a su vez decide contratar servicios de enfermería avanzados como un modo de abaratar costes. La práctica enfermera avanzada interesa al médico de atención primaria. Aunque estas experiencias son más conocidas por nosotros quizás las condiciones en las que se han dado no sean las más parecidas a las nuestras, quizás el caso de Suecia sea el que más se asemeje a las motivaciones que han determinado el proceso en nuestro país. Desde 1994 las enfermeras en Suecia están autorizadas a prescribir de una lista restringida de medicamentos. La idea proviene de una reforma iniciada en 1988 que ensaya una experiencia en la que 37 enfermeras que han completado un curso de 5 semanas adquieren el derecho a prescribir. En 1992 se realizaron dos evaluaciones llevadas a cabo por médicos que mostraron que la seguridad y la calidad de las prescripciones eran correctas, aún así, los profesionales médicos se resistieron a la reforma y se propuso un nuevo período de prueba, pero el Gobierno decidió dar una autorización general para prescribir. Para dicha autorización, las enfermeras debían completar un curso de capacitación sobre farmacología y tratamiento de un mínimo de 8 semanas después de su Diplomatura en enfermería. Inicialmente el gobierno sueco asignó un fondo especial para la financiación de los cursos de formación. Hoy, esta formación está incluida en el currículo de la carrera. La Junta Nacional de Salud y Bienestar Social de Suecia decide la lista de fármacos prescribibles por las enfermeras según los siguientes criterios: • Aquellas indicaciones que conciernen a los cuidados de enfermería y no requieren de pruebas de laboratorio. • Aquellos preparados farmacéuticos que lleven autorizados y en uso al menos 2 años. • La prescripción sólo concierne a la lista de indicaciones aprobadas y sólo puede hacerse por enfermeras tituladas. • La lista debe revisarse anualmente • Las normas sobre documentación y responsabilidad son las mismas que para los médicos. 1 McCartney W, Tyrer S, Brazier M, Prayle D. Nurse prescribing: radicalism or tokenism? J Adv Nurs. 1999 Feb;29(2):348-54. 2 Bradley E, Nolan P. Impact of nurse prescribing: a qualitative study. J Adv Nurs. 2007 Jul;59(2):120-8. Epub 2007 May 25. 3 Luker K., Austin L., Ferguson B. & Smith K. (1997b) Nurse prescribing: the views of nurses and other health care professionals.British Journal of Community Health Nursing 2, 69–74. 6 Juan Carlos Morilla Herrera V Encuentro Cientifico ASANEC. Torremolinos, 22 Febrero 2008 4 Rodden C. (2001) Nurse prescribing: views on autonomy and independence. British Journal of Community Nursing 6, 350–355. 5 Otway C. (2001) Informal peer support: a key to success for nurse prescribers. British Journal of Community Nursing 6, 586–591. 6 Nolan P., Sayeed Haque M., Badger F., Dyke R. & Khan I. (2001) Mental health nurses’ perceptions of prescribing. Journal of Advanced Nursing 36, 527–534. 7 Wilhelmsson S, Foldevi M. Exploring views on Swedish district nurses' prescribing--a focus group study in primary health care. J Clin Nurs. 2003 Sep;12(5):643-50. 8 Luker K.A., Austin L., Hogg C., Ferguson B. & Smith K. (1998) Nurse-patient relationships: the context of nurse prescribing. Journal of Advanced Nursing 28(2), 235–242. 9 Baird A. (2000) Crown II: the implications of nurse prescribing for practice nursing. British Journal of Community Nursing 5(9), 454– 461. 10 Luker K.A., Austin L., Hogg C., Ferguson B. & Smith K. (1998) Nurse-patient relationships: the context of nurse prescribing. Journal of Advanced Nursing 28(2), 235–242. 11 Brooks N., Otway C., Rashid C., Kilty E. & Maggs C. (2001) The patient’s view: the benefits and limitations of nurse prescribing. British Journal of Community Nursing 6(7), 342–348. 7 Juan Carlos Morilla Herrera