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Úlceras Vasculares Guía para ayudar a minimizar el dolor, el traumatismo y el estrés Las úlceras vasculares son un grave problema de salud que afecta a personas de todo el mundo. Un 80% del total de úlceras vasculares son úlceras venosas1. Las úlceras venosas también suponen una importante carga económica en los recursos sanitarios. El número de úlceras venosas aumentará en los próximos años debido a factores como la edad, obesidad, enfermedades recurrentes, abuso de fármacos intravenosos y aislamiento social. Definición de úlceras vasculares Las úlceras vasculares son lesiones superficiales o profundas causadas por una pérdida en la integridad cutánea. En la mayor parte de las ocasiones se originan por alteraciones en la circulación y aparecen generalmente en la mitad inferior de la pierna. Suelen ser dolorosas y dificultan la movilidad de los pacientes. Además son lesiones de difícil cicatrización y en muchos casos poseen un carácter crónico y/o recidivante, es decir, que tras la total curación de las mismas es muy probable que vuelvan a aparecer. La duración media del tratamiento es de 6 semanas o más. Las úlceras vasculares suponen un problema de salud importante, ya que las sufren entre el 1 y 3% de la población. Problemas en la calidad de vida de los pacientes con úlceras vasculares Además de suponer un coste sanitario elevado; también implican un coste físico, psicológico y económico importantes para el paciente. El dolor puede usarse como indicador de la etiología y la carga bacteriana de la úlcera. Hofman et al (1997) describe el dolor como la peor parte de tener una úlcera vascular, ya que a menudo se subestima. Consecuencia de ello son una mala gestión del dolor y sufrimiento del paciente. Con frecuencia las personas que padecen úlceras vasculares, debido a uno o más síntomas de la úlcera, tienen problemas a la hora de desempeñar actividades habituales, lo que puede derivar en ansiedad y depresión. Todo ello se agrava en pacientes mal evaluados a los que no se aplica el tratamiento adecuado. Por ello, es esencial una evaluación precisa que identifique la etiología subyacente y ayude en el diagnóstico de la úlcera vascular, para proporcionar así el tratamiento más apropiado. Es muy importante que el personal sanitario realice una evaluación y diagnóstico correctos, para poder aplicar al paciente el tratamiento adecuado. Tipología y etiología de las úlceras vasculares Podemos clasificar las úlceras vasculares según su etiología en: 1. Úlceras venosas o de éstasis Las úlceras venosas suponen entre un 80-90% del total de las úlceras vasculares. Se originan por un deterioro de la microcirculación cutánea consecuencia de una hipertensión venosa, producida por un mal funcionamiento en el sistema de retorno venoso. La circulación venosa se clasifica en profunda y superficial, ambos sistemas se comunican a través de las venas perforantes. Todas las venas tienen válvulas de único sentido para prevenir el retorno del flujo. Si estas válvulas no se cierran adecuadamente, se produce un retorno del flujo sanguíneo,que produce una dilatación de las venas superficiales y eleva la tensión del sistema venoso superficial (hipertensión venosa). Esto restringe la transferencia de nutrientes y causa una fuga de moléculas a los tejidos. También afecta a la acumulación de residuos que acaban atrapados en los tejidos. Además la hipertensión venosa produce signos visibles, como manchas marrones (causadas por los depósitos de hemosiderina), edema y eczema varicoso. Las úlceras venosas suelen estar localizadas en el tercio inferior de la pierna y en el área supramaleolar interna. Tienen una mayor incidencia en mujeres y en mayores de 65 años. 2. Úlceras arteriales o isquémicas Las úlceras arteriales suponen entre un 10-20% del total de las úlceras vasculares. Son consecuencia de un déficit de circulación sanguínea en la extremidad afectada, consecuencia de un trastorno arterial generalmente crónico (como por ejemplo, arteriosclerosis obliterante en un 90% de los casos, vasculitis, tromboageitis obliterante o enfermedad de Buerger, hipertensión arterial, etc). También se localizan en el tercio inferior de la pierna, especialmente en prominencias óseas, dedos, maléolo y tibias. Las úlceras arteriales tienen una mayor incidencia en varones y al igual que las úlceras venosas, su incidencia es superior en la población mayor de 65 años. 3. Úlceras mixtas Combinan características de las úlceras venosas y arteriales. Las úlceras venosas suponen entre un 80-90% del total de las úlceras vasculares. Diferencias entre las úlceras venosas y arteriales Las úlceras venosas y las arteriales se diferencian en las siguientes características: Venosas Arteriales Apariencia • Bordes irregulares • Grandes • Exudativas • Bordes planos y definidos • Pequeñas • Exudado mínimo Localización • Mitad inferior de la pierna • Cara interna maléolo • No aparecen en la piel sana • Prominencias óseas • Dedos • Base seca y necrótica Etiología • Insuficiencia venosa • Fractura en extremidad • • • • • Dolor • • • • • Muy dolorosas • Dolor con ejercicio, por la noche o en decúbito Otros signos Moderadamente dolorosas Dolor localizado en la úlcera Pesadez de piernas Se alivian en decúbito • Edema y picor • Pulsos presentes • Hiperpigmentación de la piel perilesional • Eczema / dermatitis • Piel enrojecida • Calor local • Varicosidades • • • • • • • Arteriosclerosis Enfermedad de Buerger Hipertensión Tabaquismo Diabetes Piel fina y seca No tienen pulsos Brillante Blanquecina No caliente Uñas más gruesas Ausencia de vello Evaluación de las úlceras vasculares Antes de tratar una úlcera vascular es esencial determinar la etiología subyacente y descartar trastorno arterial. 1. Evaluación del estado vascular Usar un Doppler portátil para registrar la presión del Índice Tobillo-Brazo (ITB) y evaluar la insuficiencia venosa. 2. Interpretación del ITB Valor < 0.5 mmHg Interpretación Posible isquemia crítica. Es requerida derivación vascular urgente. 0.5 - 0.7 mmHg Trastorno arterial importante. Considerar derivación vascular. 0.8 - 0.9 mmHg Trastorno arterial leve. > 0.9 mmHg Flujo arterial normal. Es aceptable pautar terapia de compresión con valores entre 0.8 y 1.3 pero es importante seguir los protocolos locales y/o nacionales. > 1.3 mmHg Puede indicar que el vaso es incompresible, lo que puede deberse a una calcificación o una complicación del trastorno arterial. Es importante escuchar el sonido de la señal, por ejemplo si es: trifásica, bifásica o monofásica. 3. Hemograma completo Para excluir diabetes, anemia y descartar otra etiología y causas de edema. 4. Evaluar la historia médica previa en relación a: TRASTORNO ARTERIAL: 1. Dolencia cardivoascular 2. Accidente cerebro-vascular 3. Claudicación intermitente 4. Hipertensión 5. Diabetes Mellitus 6. Artritis reumatoide 7. Factores de riesgo: fumar, colesterol alto, medicación, etc TRASTORNO VENOSO: 1. Trombosis venosa profunda 2. Antecedentes familiares 3. Venas varicosas 4. Cirugía previa o tratamiento para las vena varicosas 5. Episodios de inmovilidad 6. Desequilibrio en las articulaciones como artritis HISTORIAL DE LA ÚLCERA: 1. Primera úlcera o recurrente 2. Duración del episodio recurrente de ulceración 3. Número total de episodios 4. Evaluación del dolor 5. Úlceración unilateral o bilateral 6. Número total de úlceras 5. Inspección de las extremidades y la piel • • • • • • • Forma de la extremidad Circunferencia de la extremidad (tobillo y pantorrilla) Edema y localización Venas varicosas visibles Hiperqueratosis, piel seca, eczema (húmedo / seco) Lipodermatosclerosis Infección 6. Inspección de la úlcera • • • • • • • Examinar los bordes: si está enrollada (posible malignidad), mezcla de azul y rojo (posible vasculitis) Lecho de la úlcera: ¿Sigue un proceso de granulación favorable) Examinar las áreas de la úlcera que parezcan diferentes, como granulación anormal (posible malignidad) Presencia de necrosis o esfacelos Examinar si la úlcera está seca o húmeda (el edema produce niveles elevados de exudado) ¿Están los bordes de la úlcera macerados? ¿Es una úlcera profunda con relieve? Tratamiento de las úlceras venosas Una de las claves para la prevención y la cicatrización de una úlcera venosa es la utilización de la terapia compresiva, la cual es esencial para recuperar el correcto retorno de la sangre al corazón. Revertir la hipertensión venosa se logra mediante, la aplicación de vendajes compresivos ya que permiten que la sangre fluya en la dirección adecuada. La fuerza de presión recomendada es de 40 mmHg para el área del tobillo y 20mmHg para el área de la rodilla. La presión ejercida durante la aplicación del vendaje compresivo depende de una serie de factores, entre los que se encuentran: • Elasticidad, fuerza y extensibilidad del vendaje • Número de capas de vendaje • Tensión del vendaje • Grosor del vendaje • Circunferencia de la extremidad Existen distintas opciones para el paciente a la hora de elegir una terapia compresiva: • Sistemas elásticos multicapa • Sistemas inelásticos multicapa • Compresión neumática intermitente • Medias de compresión Medias de compresión La utilización de medias de compresión es esencial para la prevención de úlceras venosas en personas que padecen insuficiencia venosa, así como para prevenir que las ya cicatrizadas vuelvan a aparecer. Es de extrema importancia que el paciente haya tenido una evaluación profunda completa para poder excluir problemas de insuficiencia arterial ya que está contraindicado el uso de medias de compresión cuando el paciente tiene trastornos arteriales. Además es importante considerar: • Irrigación arterial • Integridad de la piel • Posibles alergias a componentes de las medias de compresión • Examen de las deformidades de las miembros • Evaluar la capacidad de comprensión del paciente • Comprobar la destreza del paciente a la hora de recomendar los autocuidados • Evaluar la capacidad de movimiento de los dedos del pie • Medir cuidadosamente la extremidad para asegurar que se ajusta correctamente (tobillo y pantorrilla) • Para formas anormales de las extremidades se recomiendan medias a medida Tratamiento de las úlceras venosas infectadas Parte de la evaluación continuada de la herida es monitorizarla para buscar signos de infección. Más allá de reconocer síntomas más sutiles de infección, también hay que considerar los signos habituales como dolor, enrojecimiento, calor e inflamación, descritos por Cutting y Harding (1994). Signos y síntomas de infección sutiles • Celulitis e inflamación • Aumento de esfacelos, pus y exudado • Decoloración de la superficie, amarilla/verde/negra • Incremento del olor • Cavitaciones o tunelizaciones superficiales en la base de la herida • Deterioro de la herida o dehiscencia • Dificultad de cicatrización • Aumento del malestar y sensibilidad • Formación de absceso • Tejido frágil de granulación - que sangra fácilmente ¿Cómo gestionar la infección? 1 Optimizar la respuesta del huésped 2 Control del dolor 3 Gestión de comorbilidad ej. control de glucemias 4 Minimizar o eliminar los factores de riesgo de infección 5 Mejorar el estatus nutricional e hidratación 6 Buscar y tratar otros focos de infección como por ejemplo, la infección de tracto urinario 7 Optimizar el lecho de la herida y reducir la carga bacteriana 8 Prevenir la extensión de la contaminación o contaminación cruzada con un buen control de la infección 9 Limpiar la herida para retirar los esfacelos y desbridar 10. Terapia antimicrobiana – antisépticos tópicos/ antimicrobianos +/- antibióticos sistémicos dependiendo de la fase de la infección Algunos pacientes son más propensos a infecciones que otros, como aquellos que coexisten con problemas médicos como la Diabetes Mellitus Cuidados de la piel El cuidado de la piel es una parte fundamental a la hora de tratar una úlcera vascular. Una de las consecuencias de que produce la hipertensión venosa es que la piel pierde sus aceites naturales y se seca desarrollando hiperqueratosis. Por lo tanto, además de cuidar meticulosamente la piel, es necesario limpiar toda la piel muerta lavando el área afectada con un sustituto adecuado del jabón. Para que la piel esté siempre hidratada debemos utilizar emolientes, de esta forma el paciente recuperará la barrera natural epidérmica, evitando la pérdida de agua la piel se mantiene flexible. Debemos elegir un emoliente que se adecue a las características de cada paciente. Los factores clave de los emolientes son: • Los emolientes que contengan glicerina son muy apropiados ya retiene la hidratación de la piel. • Componentes puros que no irriten y permitan atraer el agua de la dermis a la epidermis hidratando así la capa externa de la piel. • Para niveles de afección de leve a moderado, utilizar emolientes que contengan agua, como cremas. • Para niveles de afección de moderados a graves, utilizar emolientes que contengan nada o poca agua, como ungüentos. • Las cremas son más cómodas y fáciles de usar para el paciente durante el día. Mientras que por la noche es más recomendable los ungüentos. • Evitar emolientes que contengan irritantes, como perfumes, aditivos o conservantes. Otros tratamientos a tener en cuenta • Elevar las extremidades • Farmacología – Agentes para reducir los cólicos como la Quinina – Pentoxifilina (Cochrane 2009). Derivación Los pacientes que presenten serios problemas arteriales deberán ser derivados a un equipo médico de tratamiento vascular. Así mismo, pacientes que sufran de enfermedades concomitantes como Diabetes Mellitus o artritis reumatoide tendrán que ser evaluados por el correspondiente equipo médico. Pacientes con úlceras venosas pueden ser sometidos a ecografía duplex para considerar si la intervención quirúrgica es apropiada y para mejorar el proceso de cicatrización. Sin embargo, Barwell et al en 2004 no encontró ninguna ventaja en realizar una intervención quirúrgica en presencia de una úlcera venosa, pero sí en realizarla tras la cicatrización de la herida, ya que reduce la recurrencia del 28% al 12% durante el primer año. Es fundamental cuidar meticulosamente la piel con emolientes adecuados Recomendaciones y consejos para el paciente Siguiendo una serie de pautas los pacientes pueden evitar ciertos problemas vasculares, aunque es importante considerar que la terapia compresiva no cura la enfermedad subyacente, sí hace las funciones de controlar y corregir. Revisar el estado de las extremidades Elegir el tratamiento correcto que se amolde a sus necesidades Dieta equilibrada Utilizar medias apropiadas en cada situación No fumar ¡! Cuidado e hidratación de la piel Elevación de las extremidades Ejercicio físico Abordaje de las úlceras vasculares 1. MEJORAR LAS CONDICIONES DE LA PIEL LIMPIAR E HIDRATAR 2. GESTIONAR EL EXUDADO Y MINIMIZAR EL DOLOR NIVEL BAJO DE EXUDADO NIVEL MODERADO DE EXUDADO Fijación* (ej. Tubifast y Mefix) Fijación* (ej. Tubifast y Mefix) Fijación* (ej. Tubifast y Mefix) Fijación* (ej. Tubifast y Mefix) NIVEL ELEVADO DE EXUDADO SELECCIÓN DEL APÓSITO PREVENCIÓN Y/O INFECCIÓN 3. APLICAR TERAPIA DE COMPRESIÓN (VENDAJES COMPRESIVOS) Doppler ITB mmHg 0.71 mixta arterial / venosa 0.8 mixta arterial / venosa 1.1 úlcera venosa 20 – 30 30 – 40 Setopress Setopress 1.2 posible calcificación de vasos 1.3 posible calcificación de vasos 1.4 posible calcificación de vasos 30 – 20 Setopress Elset IMPORTANTE: Los pacientes que reciben terapia de compresión deben ser monitorizados a menudo para asegurarnos de que toleran correctamente la compresión y los signos monitores de cicatrización. Si no se reduce el tamaño de la úlcera un 25% en 4 semanas o no se logra la cicatrización en 12 semanas, debería ser considerado por un especialista referente. “Desde el primer día, Safetac significó menos dolor en los pacientes. Es fácil – no se adhiere a la herida, por lo que ni daña ni produce dolor. Y si no dañas la herida ni le produces dolor al paciente… la cicatrización tiene mejores resultados” Rose-Marie Fredrikson, Enfermera Directora de Desarrollo Mölnlycke Health Care AB Suecia ¿Por qué usar productos con Tecnología Safetac en úlceras vasculares? Minimiza el dolor3 • La Tecnología Safetac no se pega en la superficie húmeda, asegurando que el apósito no se adhiera a la herida durante su retirada. • La Tecnología Safetac cubre la mayor parte de la superficie de la piel, repartiendo la fuerza de retirada para prevenir el desprendimiento celular de la piel y las ampollas. Minimiza el traumatismo4-6 Los apósitos con adhesivo tradicional producen dolor y desprendimiento de las células de la piel Los apósitos con Tecnología Safetac no producen traumatismo ni en la herida ni en la piel perilesional Safetac previene el sufrimiento innecesario Muchos pacientes todavía sufren durante el cuidado de las heridas. El sufrimiento es físico y psicológico. Uno de los objetivos por los que Mölnlycke Health Care creó la Tecnología Safetac fue para liberar a los pacientes de este sufrimiento innecesario durante el periodo de cicatrización de la herida. • La Tecnología Safetac sella los bordes de la herida, evitando la fuga del exudado y la maceración. • Sella suavemente los bordes de la herida, fácilmente y de forma instantánea, por lo que puede recolocarse sin traumatismo en caso necesario. • Favorece un ambiente húmedo óptimo para la cicatrización. Minimiza el estrés7-8 • La Tecnología Safetac reduce el dolor que deriva en estrés. • Se ha demostrado que la Tecnología Safetac reduce los niveles de estrés en pacientes con heridas crónicas. Láminas de contacto con microadherencia selectiva Fina espuma de poliuretano muy adaptable NUEVO NUEVO Espuma de poliuretano absorbente Apósito Apósito extrafi deno transferencia autoadherente de Espuma de poliuretano absorbente e impermeable exudado Apósito Apósitoextrafi multicapa, no autoadherente autoadherente Espuma de poliuretano absorbente e impermeable e impermeable Espuma de poliuretano antimicrobiana Apósito antimicrobiano i i bi de transferencia de exudado Apósito antimicrobiano, multicapa, autoadherente e impermeable Apósito antimicrobiano de fibras de alginato Apósito de fibras de alginato Emolientes para el tratamiento de pieles secas * Fijaciones ESWC0006 Soluciones Mölnlycke Health Care para las Úlceras Vasculares Vendaje tubular ligero Esparadrapo de tejido sin tejer Referencias: 1. Agnew MS, Gottrup F (2007) Causation of venous leg ulcers, cited in Marson MJ et al Leg ulcers a problem based learning approach. Mosby London. 2. Morrison MJ, Moffatt C (2004) Leg ulcers in MJ et al (eds), Chronic wound care; A problem based learning approach. Edinburgh Mosby. 3. Anderson I (2006) Aetiology assessment and management of leg ulcers, Wound Essentials; 1, 20-37. 4. Tiwari et al (2003) Differential diagnosis investigation and current treatment of lower limb lymphoedema, Archives of surgery; 138, 152-161. 5. Hofman D et al (1997) Pain in venous leg ulcers, Journal of Wound Care 6; 5, 222-224. 6. Cutting K, Harding K (1994) Criteria for identifying wound infection, Journal of Wound Care 3; 198-201. 7. Gardener SE, Frantz RA, Doebbeling BN (2001) The validity of the clinical signs and symptoms used to identify chronic wound infection, Wound repair and regeneration 9; 178-186. 8. Thomson PD, Smith DJ (1994) What is infection?, American Journal of Surgery 167 (Suppl 1A) 75-115. 9. Moffatt C et al (2007) Leg ulcer management, London Blackwell. 10. 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