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PRUEBA DE ESFUERZO ¿Qúe es una prueba de esfuerzo? La prueba de esfuerzo es una herramienta diagnóstica que se usa en atletas profesionales, ameteurs y personas con patología cardiaca (como infartos) porque aporta gran información sobre el estado cardiopulmonar de una persona. Es una prueba validada por la American College of Cardiology, American Heart Association y por The American College of Sports Medicine. Tiene varias modalidades o tipos que se usan dependiendo del tipo de paciente, deporte que practica o condición de enfermedad basal. De esta forma, se puede usar el test de Bruce (más ampliamente utilizado), Bruce modificado para personas con cardiopatía, Montreal, Naughton, Balke, test de la milla, etc. Se lo realiza sobre una banda ergométrica (tapiz rodante) o cicloergómetro e incluso existen tests que se realizan sobre bicicleta. Se puede regular la velocidad, la inclinación y cuando se usa cicloergómetro o bicicleta (kilopondímetros o watios). La prueba puede realizarse con o sin monitoreo de electrocardiograma, pero siempre con uso de una banda para sensar la frecuencia cardiaca. Es un procedimiento considerado habitualmente seguro en el que se han reportado 1 caso de falla cardiaca súbita o muerte en 10.000 pruebas. Parámetros que aporta la prueba: Consumo de oxígeno o VO2max. Unidades o equivalentes metabólicos (METs) Frecuencia cardiaca máxima Umbral aeróbico, que es la intensidad de ejercicio o de trabajo físico por encima de la cual empieza a aumentar de forma progresiva la concentración de lactato en sangre, a la vez que la ventilación se incrementa también de una manera desproporcionada con respecto al oxígeno consumido Umbral aeróbico En pacientes con cardiopatía isquémica, diabetes, obesidad (sobrepeso) e hipertensión la prueba nos ayuda a determinar las zonas cardiacas en las que el paciente debe entrenar para poder bajar de peso, retardar la acumulación de lactato y capacidad cardiopulmonar en ese momento. En pacientes que han sufrido infarto la prueba se realiza en: - Clase I: con finalidad pronóstica, para prescribir el tratamiento médico o la actividad física. Debe practicarse preferentemente antes del alta (submáxima o máxima limitada por síntomas a partir del 5-7 día); si no se pudo practicar antes del alta puede hacerse ergometría limitada por síntomas a los 14-21 días. - Clase IIa: para evaluar los programas de rehabilitación cardíaca. - Clase IIb: antes del alta en pacientes que han sido cateterizados, para identificar isquemia en una lesión que esté en el límite de la significación. Pacientes con ECG anormal (bloqueo completo de rama izquierda, preexcitación, hipertrofia ventricular izquierda, tratamiento con digoxina, depresión del segmento ST superior a 1 mm en el ECG basal, ritmo estimulado por marcapasos). - Clase III: pacientes con esperanza de vida limitada por cualquier causa. Indicaciones de la prueba de esfuerzo en adultos sanos - Clase I: ninguna. - Clase IIa: ninguna. - Clase IIb: evaluación de individuos con múltiples factores de riesgo. Evaluación de varones mayores de 40 años y mujeres mayores de 50 años asintomáticos que: a) deseen comenzar a realizar ejercicios físicos vigorosos, especialmente si eran sedentarios; b) tienen trabajos u ocupaciones que impliquen seguridad pública, y c) presenten alto riesgo de cardiopatía isquémica (insuficiencia renal crónica, trasplantados renales, diabéticos con vasculopatía periférica, etc.). - Clase III: valoración rutinaria de pacientes asintomáticos. Indicaciones de la prueba de esfuerzo en ancianos - Clase I: ninguna. - Clase IIa: ancianos con enfermedades crónicas que se puedan beneficiar de la prescripción individualizada del ejercicio dentro de un programa de rehabilitación (EPOC, enfermedad vascular periférica, etc.). - Clase IIb: valoración de ancianos con múltiples factores de riesgo. Valoración en varones y mujeres mayores de 65 años sintomáticos: a) que desean comenzar a realizar ejercicio vigoroso (intensidad > 60% VO 2 máximo y especialmente si son sedentarios), y b) quienes padezcan enfermedades crónicas que supongan un alto riesgo de padecer enfermedades coronarias (diabetes, insuficiencia renal crónica, etc.). - Clase III: detección rutinaria en ancianos asintomáticos.