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811-835 Ped3 5/4/06 14:20 Página 811 CLÍNICAS PEDIÁTRICAS DE NORTEAMÉRICA Pediatr Clin N Am 52 (2005) 811 – 835 SAUNDERS Diferenciar entre síndromes de fiebre prolongada, recurrente y periódica: pauta de un subespecialista en enfermedades infecciosas pediátricas Sarah S. Long, MDa,b,* aDepartment bSection of Pediatrics, Drexel University College of Medicine, Philadelphia, PA 19134, USA of Infectious Diseases, St. Christopher’s Hospital for Children, Erie Avenue at Front Street, Suite 1112, Philadelphia, PA 19134, USA Plantear el diagnóstico diferencial de un niño con fiebre prolongada, recurrente o periódica requiere una entrevista extensa con una disección disciplinada de la historia. Los diagnósticos se plantean y se confirman o se excluyen. Se emplea la revisión de los sistemas para comprender la totalidad del cuadro y buscar algunos datos específicos para el diagnóstico planteado. Una exploración física cuidadosa y completa se basa en los sistemas, empezando con el crecimiento y acabando con una exploración neurológica completa. Las pruebas de laboratorio raramente establecen un diagnóstico inesperado. Se emplean para apoyar o confirmar un diagnóstico, o para establecer que los sistemas orgánicos mayores «están bien» como predice la historia y la exploración física. Este artículo comenta tres objetivos para el médico: 1) clasificar los patrones de enfermedades febriles y priorizar los diagnósticos diferenciales; 2) diagnosticar y tratar el síndrome febril que se encuentra con mayor frecuencia, agotamiento o pérdida de la condición física, y 3) expandir el conocimiento y la pauta para diagnosticar los síndromes de fiebre periódica. La pauta que se describe en este artículo representa la experiencia perfilada de 30 años de una subespecialista en enfermedades infecciosas pediátricas. Las definiciones de los síndromes febriles se muestran en el cuadro 1. Las figuras 1 y 2 son algoritmos para ayudar al pediatra a enfrentarse con confianza a la mayoría de los pacientes con fiebre prolongada o recurrente, y a reconocer a los pacientes que precisan una consulta posterior con el subespecialista. *Section of Infectious Diseases, St. Christopher’s Hospital for Children, Erie Avenue at Front Street, Suite 1112, Philadelphia, PA 19134. Dirección electrónica: sarah.long@drexelmed.edu 811 811-835 Ped3 5/4/06 14:20 Página 812 812 SARAH S. LONG Cuadro 1. Definición de los patrones de la fiebre* Fiebre prolongada: una enfermedad única en la que la duración de la fiebre supera lo que se espera según el diagnóstico clínico (p. ej., > 10 días para las infecciones del tracto respiratorio superior; > 3 semanas para la mononucleosis) o Una enfermedad única en la que la fiebre fue el síntoma inicial principal y posteriormente pasó a febrícula o sólo un problema percibido Fiebre de origen desconocido: una enfermedad única de al menos 3 semanas de duración en la que existe fiebre > 38,3 °C la mayoría de los días, y el diagnóstico es incierto después de una semana de evaluación intensa Fiebre recurrente: una enfermedad única en la que la fiebre y otros signos y síntomas aparecen y desaparecen (a veces en relación con la interrupción del tratamiento antibiótico) o Infecciones febriles no relacionadas repetidas del mismo sistema orgánico (p. ej., senopulmonar, tracto urinario) o Múltiples enfermedades que se producen a intervalos irregulares, afectando a diferentes sistemas orgánicos, en las que la fiebre es un componente variable Fiebre periódica: episodios recurrentes de enfermedad en los que la fiebre es el signo cardinal, y los otros síntomas asociados son similares y predecibles, y la duración es de días o semanas, con intervalos intermedios de semanas o meses de bienestar completo. Los episodios pueden tener una periodicidad «de relojería» o irregular *Las categorías no son diagnósticos. Las definiciones son útiles sólo porque ayudan a hacer un diagnóstico diferencial (v. figs. 1 y 2) y priorizar el estudio y la derivación. Historia La consulta ambulatoria más frecuente realizada por esta subespecialista es evaluar a niños con el síntoma predominante de fiebre o una enfermedad prolongada que incluye fiebre. La primera etapa es clasificar la enfermedad según el patrón y la duración de la temperatura elevada. Los datos acompañantes de la enfermedad, las exposiciones ambientales y los antecedentes genéticos suelen ser claves importantes para el diagnóstico. Fig. 1. Árbol de decisión del médico de atención primaria ante un niño o un adolescente con fiebre prolongada. EF: exploración física; EI: enfermedad infecciosa; GI: gastrointestinal; Hem/Onc: hematología/oncología; Reum: reumatología. Menos probable/no compatible Se resuelve Derivar a un subespecialista en enfermedades infecciosas pediátricas No se resuelve o evoluciona Revalorar la adherencia al tratamiento Seguir con cuidados ambulatoriamente Todavía el mejor diagnóstico Revaloración del diagnóstico inicial Diagnóstico definitivo al inicio Sí, EI sugestiva Diagnóstico de EI Derivar a subespecialista (Reum, GI, Hem/Onc) Sí, no EI sugestiva No se resuelve Se resuelve Tratar u observar EI según sea apropiado No diagnóstico Realizar prueba(s) relevante(s) (p. ej., radiografía de tórax, anticuerpos frente a Bartonella, tomografía computarizada abdominal) No Órgano diana o exposición clave identificada por historia, EF, pruebas de laboratorio de cribado Valorar: fiebre confirmada de 38,3 ºC durante más de 2 semanas Sin diagnóstico inicial o actual Fiebre prolongada ***Derivar a un subespecialista en enfermedades infecciosas pediátricas sólo para confirmar la exclusión de una infección criptogenética Derivar para tratamiento psiquiátrico y familiar No se resuelve Proceder con la recuperación de la condición física Normales Se resuelve Buscar el diagnóstico y el tratamiento según sea adecuado Anormales Pruebas de laboratorio de cribado Síntomas inespecíficos, pero no signos; fiebre menor 811-835 Ped3 5/4/06 14:20 Página 813 SÍNDROMES FEBRILES 813 Se resuelve Derivar a un subespecialista en EIP No se resuelve o evoluciona Derivar a un subespecialista apropiado dependiendo de la gravedad del problema y de la diana sospechada/probada Derivar a un experto en enfermedades de inmunodeficiencia pediátrica Valorar y recomendar respecto a entorno y exposiciones (p. ej., guardería, consumo de tabaco) Valorar la predisposición del órgano diana (p. ej., alergias respiratorias, eccema, reflujo vesicoureteral) Revalorar el diagnóstico, la pauta de tratamiento y la adherencia Derivar a experto pediátrico (v. texto) Sospecha de síndrome de fiebre periódica no infecciosa (v. tabla 3) Episodios repetidos en los que la fiebre es el signo cardinal, los síntomas asociados son los mismos y no incluyen el tracto respiratorio, los episodios suceden a intervalos predecibles o impredecibles, durante días o semanas, con período intermedio de bienestar completo y buen crecimiento 814 Seguir cuidadosamente Múltiples enfermedades bacterianas o víricas prolongadas graves, múltiples órganos diana, escaso crecimiento Múltiples enfermedades víricas autolimitadas, diferentes sistemas orgánicos, sin periodicidad Múltiples enfermedades bacterianas, mismo órgano diana, sin periodicidad (p. ej., oído medio, piel, pulmón, tracto urinario) Enfermedad única (es decir, la misma constelación clínica) con un curso oscilante Fiebre recurrente 811-835 Ped3 5/4/06 14:20 Página 814 SARAH S. LONG 811-835 Ped3 5/4/06 14:20 Página 815 SÍNDROMES FEBRILES 815 Fiebre de origen desconocido Por convención, la fiebre de origen desconocido (FOD) se define como una enfermedad única que ha durado 3 o más semanas, con una temperatura superior a los 38,3 ºC la mayoría de los días, y con un diagnóstico incierto después de una semana de estudio intenso (antes incluía la hospitalización; actualmente incluye la tomografía computarizada [TC] de abdomen). La pauta más provechosa es prestar atención a las exposiciones descubiertas, los síntomas, los signos o los hallazgos de laboratorio que señalan a un órgano o a múltiples órganos para hacer el diagnóstico correcto. Se han publicado revisiones excelentes de la FOD [1-3]. Un diagnóstico diferencial meditado y la realización de la prueba de laboratorio crucial es una pauta más efectiva que «seguir una lista». Los principios generales del diagnóstico de las enfermedades infecciosas pertenecen a la FOD –es decir, es más probable que el paciente tenga una presentación infrecuente (fiebre prolongada) de una enfermedad común que una enfermedad rara– [4]. El diagnóstico frecuente de enfermedad por arañazo de gato visceral como causa de FOD es un ejemplo, y una historia de exposición a gatos es la clave [3,5]. La tabla 1 ofrece ejemplos en los que pueden faltar los hallazgos evidentes de las enfermedades, pero los hallazgos sutiles pueden dar lugar a una prueba sencilla para confirmar el diagnóstico, el mejor estudio diagnóstico o el lugar de una biopsia. Existen algunas enfermedades infecciosas en las que la fiebre y síntomas y signos inespecíficos pueden ser los únicos hallazgos, como la endocarditis, la tuberculosis y la meningococemia crónica. En los pacientes con FOD deben realizarse hemocultivos para bacteriología de rutina y aislamiento de micobacterias. Existen numerosos casos de FOD que no son enfermedades infecciosas. Las enfermedades inflamatorias y las neoplasias son destacadas entre las etiologías no infecciosas. El seguimiento de la aparición de anomalías específicas de órgano o de laboratorio puede ser la única forma de diagnosticar algunas neoplasias malignas. Eliminar las exposiciones a productos «medicinales» puede ser diagnóstico y terapéutico. Enfermedad prolongada con fiebre Una de las derivaciones más frecuentes al subespecialista en enfermedades infecciosas pediátricas por «fiebre prolongada» es un adolescente con febrícula o fiebre falsamente percibida que generalmente no se encuentra bien ni puede asistir a la escuela o a las actividades sociales –el adolescente tiene lo que se denomina «bajones»–. Estos pacientes requieren la misma realización disciplinada de la historia y la exploración que los que tienen una FOD real. La derivación a un subespecialista en enfermedad inflamatoria pélvica frecuentemente es una de ellas. Para que el subespecialista proporcione una opinión definitiva, la familia debe percibir que se ha llevado a cabo una consulta completa y meditada. Hay que revisar todos los resultados de las pruebas de laboratorio, los estudios de imagen reales y las preparaciones de biopsias. Los hallazgos citados en el cuadro 2 tomados juntos sugieren que no existe una infección criptogenética o un cuadro Fig. 2. Árbol de decisión del médico de atención primaria ante un niño o un adolescente con fiebre recurrente. EIP: enfermedades infecciosas pediátricas. Historia Malestar abdominal intermitente vago o heces sueltas Fatiga Exposición a gatos Fatiga, edema periorbitario Cuadro similar a mononucleosis (exantema, dolor de garganta, mialgia, artralgia), sudores nocturnos Enfermedad inflamatoria intestinal Endocarditis bacteriana Enfermedad por arañazo de gato visceral Infección por el VEB Infección por el VIH Linfadenopatía, faringitis Esplenomegalia Lesión cutánea papular; dolorimiento abdominal; hepatomegalia; esplenomegalia Dolorimiento o defensa abdominal leve; pliegue cutáneo perianal; eritema nudoso; disminución de la velocidad de crecimiento Soplo cardíaco, esplenomegalia, hemorragias en astilla Exploración Linfocitos reactivos; elevación sérica de las enzimas hepáticas; elevación de la bilirrubina directa Linfocitos reactivos, leucopenia, trombocitopenia Anemia microcítica e hipocroma; elevación de la VSG o la PCR; prueba de sangre oculta en heces; prueba de pANCA Anemia, trombocitopenia; sedimento de orina con hematíes; aumento de la VSG; disminución del complemento Elevación de la VSG Prueba de laboratorio de cribado anormal 816 Enfermedad Tabla 1 Claves para el diagnóstico en casos enigmáticos de fiebre de origen desconocido* 811-835 Ped3 5/4/06 14:20 Página 816 SARAH S. LONG Fatiga; cambios amplios de fiebre diaria Fatiga, pérdida de peso excesiva no relacionada con el apetito Fiebre matutina; «exceso» de ingesta de líquidos Historia de empleo de productos medicinales sin prescripción, con prescripción o alternativos Malestar abdominal leve y persistente; escaso apetito AIJs Neoplasia maligna Diabetes insípida nefrogénica Dolorimiento o defensa abdominal leve Normal Aumento de tamaño ganglionar inusual (p. ej., supraclavicular, cervical posterior, aumento de tamaño amigdalar asimétrico) Normal Dolorimiento o defensa abdominal leve en el cuadrante inferior o superior derecho Exantema en el tronco durante la fiebre Anemia de la inflamación crónica; VSG elevada (< 60 mm/h) Hemograma y VSG normales; hipernatremia, elevación de la urea Eosinofilia leve Desviación a la izquierda de los neutrófilos; enzimas hepáticas séricas levemente elevadas; VSG > 60 mm/h VSG > 60 mm/h, con frecuencia ≥100 mm/h Neutropenia o disminución de todas las series celulares sanguíneas; elevación sérica del ácido úrico AIJs: artritis idiopática juvenil de inicio sistémico; pANCA: anticuerpo citoplasmático antineutrófilo perinuclear; PCR: proteína C reactiva; VEB: virus de Epstein-Barr; VSG: velocidad de sedimentación globular. *Claves por la historia, la exploración o el resultado de una prueba de laboratorio que frecuentemente son sutiles o se han pasado por alto. Generalmente se presentan aisladas; su registro debe dar lugar a un diagnóstico diferencial estrecho o a una prueba confirmatoria dirigida. Seudotumor inflamatorio crónico Hipersensibilidad a fármacos Exposición; sin apetito → rápida pérdida de peso Infección por Salmonella y Yersinia 811-835 Ped3 5/4/06 14:20 Página 817 SÍNDROMES FEBRILES 817 811-835 Ped3 5/4/06 14:20 Página 818 818 SARAH S. LONG Cuadro 2. Hallazgos típicos en los pacientes con pérdida de la condición física • • • • • • • • • • • • Edad > 12 años Rendimiento alto previo a la enfermedad Expectativas de la familia elevadas Enfermedad febril aguda con inicio fácilmente fechado Atención de la familia y exterior elevada Lista larga, pero síntomas vagos Síntomas raros (p. ej., dolores «penetrantes»; «ceguera» de 30 segundos; temblores, sacudidas o «parálisis» esporádicos estereotipados, breves y unilaterales) Sin sueño durante el día Peso conservado Cooperación extrema en la exploración Exploración física y neurológica normales Resultados normales de las pruebas de laboratorio de cribado (v. texto y cuadro 4) médico grave. La pérdida de la condición física (es decir, la disminución de la fuerza física, la resistencia y la vitalidad), la pérdida de la autoestima, el miedo a fallar en el rendimiento según las expectativas previas y la ganancia secundaria pueden jugar un papel en el estado clínico. Antes de la enfermedad, el paciente suele ser un atleta superenergético o un estudiante con resultados superiores. Las expectativas propias y de la familia son elevadas. La autoestima o el lugar en la familia se basa en el rendimiento. Se produjo una enfermedad aguda, con una fecha de inicio definida y hallazgos objetivos –frecuentemente fiebre, cefalea, congestión, dolores musculares, poco apetito y sueño excesivo– que impidió las actividades habituales y que causó preocupación en los padres, en toda la familia, los compañeros de clase, los entrenadores o los maestros. La enfermedad aguda es autolimitada, pero el adolescente no se encuentra bien «al 100%» ni vuelve a la escuela o a las actividades. Todas las partes interesadas se preocupan aún más. El médico de atención primaria recomienda reposo. Todo el modus operandi de la familia se centra alrededor del paciente a pesar de la falta de anomalías objetivas. Durante las 4 o 6 semanas siguientes, el paciente se vuelve cada vez más sedentario. La temperatura raramente supera los 38 ºC después de la primera semana. La revisión por sistemas suele dar lugar a múltiples respuestas positivas subjetivas. El peso que se perdió en las primeras 2 semanas se ha recuperado; a veces existe un aumento excesivo de peso. El relato inducido de un período de actividad típico de 24 horas revela que se despierta tarde por la mañana, come algo, se estira, horas de televisión y actividad en el ordenador, realización de los deberes escolares enviados a casa o por e-mail, y ningún sueño diurno o escaso a pesar de una sensación constante de cansancio. La actividad por la noche consiste en hablar con la familia o los amigos (por teléfono u ordenador), y se retira pronto a su habitación, aunque le cuesta quedarse dormido (y a menudo es 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 819 SÍNDROMES FEBRILES 819 tarde), y después el sueño es ininterrumpido. No existe actividad o ejercicio físico. Con frecuencia se evitan o impiden las participaciones en sucesos sociales o escolares por miedo o por la sensación de cansancio o agotamiento. Cuando se pregunta al adolescente qué problema impidió asistir a la escuela el día anterior, no hay una respuesta concreta. Puede haber un modelo familiar de enfermedad crónica, enfermedad mental o pérdida reciente de una persona importante para el paciente. Éste está desapasionado al menos o se muestra muy animado mientras enumera los síntomas y expresa la esperanza y los planes para el futuro cuando se le pregunta. (Si éste no es el sentimiento que se observa, la depresión es un posible diagnóstico.) El paciente y sus padres deben entrevistarse a solas para preguntar acerca de sucesos familiares disruptivos o posibles abusos. La exploración física y neurológica y el crecimiento son normales. La laxitud de las articulaciones ha sido un hallazgo en algunos pacientes con fatiga prolongada [6]. Las pruebas de laboratorio de cribado (hemograma completo; pruebas bioquímicas séricas con electrolitos, nitrógeno de urea en sangre y creatinina, enzimas hepáticas, ácido úrico, calcio y glucosa; velocidad de sedimentación globular y proteína C reactiva; sedimento de orina) son normales; cuando se ha realizado un estudio de laboratorio amplio, puede haber un hallazgo que no es importante fuera de los valores normales. A veces se han interpretado incorrectamente las pruebas serológicas del virus de Epstein-Barr, el citomegalovirus o la enfermedad de Lyme. Es un perjuicio diagnosticar un «síndrome de fatiga crónica» en este paciente o inferir la necesidad o el hecho de derivarle a otro subespecialista por síntomas dirigidos cuando son menores, como congestión o cefalea. Hay que tratar dos conclusiones precisas de la consulta con los padres y el paciente: cuál es el diagnóstico y cuál no lo es. Después de la sumación oral de la historia, se concluye que el mantenimiento del peso, el patrón anormal pero no excesivo del sueño, la exploración física normal (citando los sistemas orgánicos evaluados) y las pruebas de laboratorio de cribado normales (citando los sistemas orgánicos evaluados) tantas semanas después del inicio de la enfermedad, prácticamente excluyen una infección criptogenética y cuadros médicos graves. Señalar la discordancia entre la larga lista de síntomas frente a los hallazgos paralelos normales físicos y en las pruebas de la función de órganos críticos, ayuda a la valoración del problema como una pérdida de la condición física más que una enfermedad en curso. El tratamiento incluye un regreso forzado y progresivo a la escuela y a otras actividades (con la decisión de que cualquier día se quede en casa para la exploración por el pediatra), y la promesa de los miembros de la familia de no imponer expectativas de productividad y de centrarse en la salud y no en la enfermedad. Finalmente, el médico reflexivo necesita validar que el paciente se siente realmente enfermo, y deberá trabajar la sensación aumentada de fatiga durante el proceso de recuperación de la condición física. El pediatra ha de asumir el papel de líder para establecer el ritmo de actividad y determinar la necesidad de tratamiento familiar profesional o de atención psiquiátrica. Fiebre recurrente Los niños tienen normalmente diez o menos enfermedades víricas autolimitadas cada año durante los primeros 2 o 3 años de vida. Los niños que acuden a la guardería presentan más. Muchas de estas enfermedades se asocian con fiebre, especialmente cuando 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 820 820 SARAH S. LONG se complican con otitis media (o sobre todo en el «niño con tendencia a la otitis»). En un niño con múltiples enfermedades autolimitadas, sin infecciones graves o inhabituales, y con un crecimiento y desarrollo óptimos, no hay que buscar defectos en la respuesta inmunitaria o infecciones criptogenéticas. Aunque la mayoría de los niños con fiebres recurrentes ha tenido una serie de infecciones autolimitadas, otras enfermedades infecciosas a tener en cuenta incluyen infección del tracto urinario, infección senopulmonar e infección dentaria oculta. Si hay una historia de ciertas exposiciones, se piensa en brucelosis, borreliosis y paludismo. Las enfermedades autoinmunitarias (p. ej., lupus eritematoso sistémico) y especialmente las autoinflamatorias (p. ej., enfermedad inflamatoria intestinal y artritis juvenil idiopática de inicio sistémico) también pueden manifestarse como fiebre recurrente [7,8]. Preguntas adicionales dirigidas ayudan a clasificar las enfermedades víricas autolimitadas recurrentes comunes en los niños sanos, y a descubrir al niño poco habitual con un síndrome de fiebre periódica o al niño raro con un defecto congénito o adquirido de la función inmunitaria (tabla 2). De forma mucho más importante, hay que determinar los datos exactos de los episodios, la rapidez de recuperación de la salud al finalizar los episodios, el intervalo de tiempo entre ellos y la historia familiar. Los elementos clave de los síndromes de fiebre periódica son que la fiebre es el dato cardinal de la enfermedad, los episodios se repiten después de intervalos libres de síntomas y tienen un curso predecible (es decir, la misma constelación de síntomas), y faltan síntomas respiratorios. Se identifican los datos específicos de los episodios (cuadro 3). La historia familiar incluye los antecedentes genéticos y la historia en miembros de la familia o los hermanos de problemas similares, enfermedad autoinmunitaria o autoinflamatoria o amiloidosis. Es importante preguntar si las inmunizaciones produjeron una respuesta febril elevada o desencadenaron un episodio típico. Exploración física La exploración física y el estudio de laboratorio son componentes importantes de la evaluación de los niños con fiebre prolongada, recurrente o periódica (cuadro 4). Puede ser muy tranquilizador que la evaluación de la gráfica de crecimiento revele la recuperación del peso entre los episodios de fiebre y una velocidad constante de aumento del peso y de la talla en el tiempo. La enfermedad inflamatoria intestinal puede presentarse con fiebres recurrentes (que típicamente son «febrícula» y con una periodicidad variable). La exploración está dirigida a excluir anomalías en los órganos diana que podrían estar afectados si la infección es la causa de la fiebre prolongada, y para detectar la presencia de signos consistentes con enfermedades no infecciosas, como neoplasias malignas y enfermedades autoinmunitarias, endocrinas y metabólicas. Hay que presentar una atención especial a la presencia de úlceras orales, gingivitis o exantemas; anomalías de las articulaciones o los ganglios linfáticos, o hallazgos en la exploración abdominal en pacientes que están siendo valorados por un síndrome de fiebre periódica. Estudios de laboratorio y estudios de imagen Las pruebas de laboratorios en los pacientes con fiebre prolongada o recurrente son sencillas y deben dirigirse a órganos específicos (v. cuadro 4) [1,2,4]. El principal objetivo Curso oscilante de una enfermedad única (p. ej., VEB); enfermedades simples múltiples (es decir, diferentes síntomas, exantemas, diagnósticos) Enfermedad concurrente en los contactos (hogar, guardería, escuela); pocos o ningún episodio en verano Cada uno como se espera del agente infeccioso Características de los episodios Agrupamiento de los episodios Excelente Recuperación del crecimiento y la energía Escaso Nunca está bien generalmente; síntomas específicos prolongados Incluso las infecciones simples (p. ej., OMA, infecciones de la piel y las partes blandas) son prolongadas; las infecciones cutáneas curan con cicatrices Curso grave y prolongado; hospitalización Recaída/recurrencia de infección bacteriana rápidamente después de interrumpir los antibióticos Respuesta lenta al tratamiento de las infecciones bacterianas (p. ej., senopulmonares); algunos episodios requieren hospitalización/ tratamiento antibiótico parenteral Enfermo en todas las estaciones, cuando los demás lo están a veces Huésped comprometido* OMA: otitis media aguda; VEB: virus de Epstein-Barr; VHS: virus del herpes simple. *Cuadros como inmunodeficiencia adquirida (asociada con el VIH) o congénita, fibrosis quística o discinesia ciliar. Completamente bien (o frecuentemente síntomas atópicos) Intervalo entre episodios Historia de enfermedades infantiles Curso esperado (p. ej., varicela, identificables estomatitis por el VHS, gastroenteritis) Curso de los episodios Irregular Periodicidad de los episodios Infecciones autolimitadas en el niño sano Tabla 2 Datos diferenciales en la historia que ayudan a clasificar el problema en niños con fiebre recurrente Excelente Curso esperado (a menudo notablemente menos enfermo, menos frecuentemente que los compañeros) Completamente bien Idéntico, curso con síntomas predecibles Episodios en todas las estaciones; los contactos no están enfermos antes o después Inicio y cese bruscos; fiebre dominante; sin síntomas del tracto respiratorio Periodicidad de relojería o irregularidad frecuente u ocasional Niño con un síndrome de fiebre periódica 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 821 SÍNDROMES FEBRILES 821 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 822 822 SARAH S. LONG Cuadro 3. Preguntas dirigidas en la historia de los episodios en niños con sospecha de síndrome de fiebre periódica • • • • • Pródromo y primeros síntomas del episodio Cadencia de aparición de otros síntomas Máxima fiebre Duración de la fiebre Síntomas y signos asociados (p. ej., exantema; úlceras en la boca; dolor abdominal, torácico y articular; cambio de humor) • Duración de los síntomas y signos asociados • Similitud de los síntomas y curso de cada episodio Cuadro 4. Exploración física y pruebas de laboratorio en niños con fiebre prolongada, recurrente o periódica Exploración física • Gráfica de crecimiento • Exploración general completa • Exploración específica por órganos cuidadosa • Anotación de úlceras bucales, exantema, anomalías articulares, ganglios linfáticos Pruebas • Simple (durante el episodio y el intervalo, si hay fiebre periódica) • Hemograma completo con recuento diferencial manual de leucocitos • Velocidad de sedimentación globular y proteína C reactiva • Pruebas bioquímicas sanguíneas de cribado (y cifra de ácido úrico si hay fiebre prolongada) • Cifras séricas cuantitativas de inmunoglobulinas • Sedimento de orina • Urocultivo • Radiografía simple de tórax (si hay fiebre prolongada o recurrente) • Otras técnicas de imagen sólo según oriente la exploración • Hemocultivo (si hay fiebre prolongada) de llevar a cabo pruebas de laboratorio en niños con fiebre periódica es dirigir al médico hacia una enfermedad específica (p. ej., infección recurrente del tracto urinario) o apoyar el diagnóstico de un síndrome de fiebre periódica no infecciosa. Las pruebas aisladas raramente confirman un síndrome de fiebre periódica no infeccioso específico. Las pruebas para causas infecciosas inhabituales de fiebre recurrente raramente son diagnósticas en ausencia de una historia de exposición específica. 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 823 SÍNDROMES FEBRILES 823 Las pruebas iniciales a tener en cuenta en el estudio de los pacientes con fiebre prolongada o recurrente incluyen un hemograma completo con recuento manual de los leucocitos; velocidad de sedimentación globular y proteína C reactiva; pruebas de bioquímica sérica de cribado, incluyendo enzimas hepáticas y albúmina, y cuantificación de inmunoglobulinas, incluyendo IgA, IgD e IgE. Los hemocultivos y urocultivos bacterianos deben realizarse durante al menos dos episodios febriles, y hay que obtener una muestra para cultivo faríngeo para Streptococcus pyogenes si ha habido síntomas o signos de faringitis. Diagnóstico diferencial de la fiebre periódica La fiebre periódica se define como episodios recurrentes de enfermedad en la que la fiebre es el dato cardinal y se asocia con un grupo predecible y similar de síntomas que duran días o semanas. Cada episodio está separado por intervalos libres de síntomas que duran semanas o meses. En algunos casos, los episodios tienen una periodicidad de relojería consistente, mientras que en otros esto no ocurre. Los pacientes con enfermedades autoinflamatorias en las que la urticaria, la artritis y la disfunción multiorgánica recurrentes son el dato predominante de los episodios febriles, probablemente no se derivan a consultores en enfermedades infecciosas [9,10]. Estas enfermedades incluyen el síndrome de MuckleWells, el síndrome autoinflamatorio familiar por frío, la enfermedad multisistémica de inicio neonatal, y el síndrome cutáneo y articular neurológico infantil crónico. Estas enfermedades no se comentan más adelante. Las enfermedades que se tratan tienen todas como dato cardinal la fiebre periódica; se consideran en orden de frecuencia (tabla 3). Fiebre periódica, estomatitis aftosa, faringitis y adenopatía cervical (PFAPA) es la enfermedad más frecuente que cursa con fiebre periódica, no tiene una etiología definida, ni se dispone de pruebas de laboratorio confirmatorias. Otros síndromes son poco frecuentes, y cada uno de ellos se asocia con una mutación genética específica que se puede diagnosticar. Sólo la neutropenia cíclica tiene un hallazgo único en una prueba de laboratorio que es confirmatorio (neutropenia) y una mutación genética confirmatoria. Se han publicado varias revisiones excelentes de los síndromes de fiebre periódica hereditarios [11-14]. Con la disposición de las pruebas genéticas (http://www.genedx.com), las enfermedades que previamente se consideraban raras se están diagnosticando cada vez más, y el espectro de hallazgos clínicos se está ampliando. En la tabla 4 se muestran los datos diferenciales de los síndromes de fiebre periódica [15]. Tabla 3 Síndromes de fiebre periódica* Síndrome Causa Síndrome PFAPA Neutropenia cíclica Fiebre mediterránea familiar SIHD TRAPS Desconocida Defecto enzimático Defecto de proteínas Defecto enzimático Defecto de proteínas SIHD: síndrome de hiperinmunoglobulinemia D; TRAPS: síndrome asociado con el receptor del factor de necrosis tumoral. *Cuadros por los cuales es probable que el paciente sea derivado a un subespecialista en enfermedades infecciosas. Neutropenia cíclica Habitual; a menudo < 1 año de edad 5-7 días Cada 21 días en > 90% Úlceras, gingivitis, periodontitis; otitis media y sinusitis; peritonitis rara; septicemia por bacilos gramnegativos o clostridios rara No étnica PFAPA Esperado 4 días Cada 3-6 semanas (28 días) Faringitis 65-70%; estomatitis aftosa 65-70%; adenopatía cervical 75-85% Ninguna; raro en hermanos Inicio < 5 años Duración del episodio febril Periodicidad de los episodios Síntomas/signos asociados Etnia/geografía Tabla 4 Datos diferenciales de los síndromes de fiebre periódica Judíos, armenios, árabes, turcos Poliserositis; exantema similar a la erisipela; dolor y tumefacción escrotales Intervalos irregulares: semanalmente, cada 3-4 meses o menos a menudo Intervalos irregulares; varía de semanas a años Semanas; a veces días Variable Holandeses, franceses, otros Irlandeses y escoceses, pero variable, incluyendo ascendencia mediterránea Dolor abdominal, diarrea en Mialgia migratoria; los pequeños; artralgia; seudocelulitis; exantemas; conjuntivitis, edema esplenomegalia; cambios periorbitario; otros de humor; desencadenado por inmunizaciones Cada 4-8 semanas o irregular 4 días Esperado; a menudo < 1 año de edad TRAPS 824 Frecuente; inicio máximo a mitad de la primera década 2 días Fiebre mediterránea familiar SIHD 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 824 SARAH S. LONG Colchicina Cromosoma 16; mutaciones sin sentido de MEFV que dan lugar a ↓ pirina Elevación de los reactantes de fase aguda Autosómica recesiva Autosómica dominante Simvastatina (preliminar) Etanercept (preliminar) Corticoides Etanercept (preliminar) Elevación de los reactantes Elevación de los reactantes de fase aguda; ↓ variable de fase aguda del colesterol sérico; ↑ variable de IgA e IgD Cromosoma 12; mutaciones Cromosoma 12; mutaciones de MVK que dan lugar de TNFRSF1A que dan a ↓ de mevalonatocinasa lugar a ↓ de la superfamilia e isoprenoides del receptor soluble del TNF de tipo 1A Autosómica recesiva G-CSF: factor estimulante de las colonias de granulocitos; VSG: velocidad de sedimentación globular. Modificado de Long S. Periodic fever. En: Pollard AJ, Finn A, editores. Hot topics in infection and immunity in children. New York: Kluver Academic/Plenum Publishers; 2005. p. 101–15. Tratamiento Etiología/diagnóstico Autosómica dominante Recuento absoluto de neutrófilos < 200 células/mm3 durante 3-5 días Desconocida; diagnóstico Cromosoma 19; clínico mutaciones ELA2 que dan lugar a elastasa neutrófila mutante; apoptosis de las células mieloides de la médula ósea Ninguno establecido G-CSF recombinante; (v. el texto) atención periodontal agresiva; tratamiento agresivo si se sospecha septicemia Ninguna; los padres pueden tener historia de fiebres altas excesivas cuando eran niños Hallazgos de laboratorio Neutrofilia leve; VSG elevada < 60 mm/h sólo durante el episodio Herencia 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 825 SÍNDROMES FEBRILES 825 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 826 826 SARAH S. LONG Fiebre periódica, estomatitis aftosa, faringitis y adenopatía cervical La PFAPA es una enfermedad autoinflamatoria no hereditaria descrita por primera vez en 12 niños de Tennessee y Alabama en 1987 [16]. Actualmente se han descrito o comunicado de forma anecdótica más de 200 casos que corresponden a todos los antecedentes raciales y los continentes excepto Sudamérica y África. Europa y Oriente Medio suponen la mayoría de los casos fuera de Estados Unidos. Ninguna definición de caso o prueba diagnóstica se ha aceptado de forma universal. No existen datos de incidencia de base poblacional. Puede haber una menor representación en Estados Unidos de niños afroamericanos e hispanos; los sesgos de declaración no se pueden excluir como motivo. En Estados Unidos, el diagnóstico de la PFAPA es mucho más frecuente que los diagnósticos de neutropenia cíclica y otros síndromes de fiebre periódica determinados genéticamente. En 1992, Feder [17] describió un efecto beneficioso de la cimetidina sobre las manifestaciones de episodios individuales y la frecuencia de la enfermedad recurrente. En 1989, Abramson et al [18] describieron la resolución inesperada de la PFAPA después de la amigdalectomía en 3 casos. Excepto 2 casos anecdóticos, en los que se describió una infección por el virus de Epstein-Barr con una respuesta de anticuerpos aberrante [19] y se comprobó infección diseminada por Mycobacterium chelonae en un niño normal [20], no se ha establecido ninguna causa infecciosa o autoinmunitaria de esta enfermedad. Marshall et al [16] observaron una resolución espectacular de episodios individuales de la enfermedad después de una dosis única de corticoides; trabajos posteriores apoyaron esta observación [21-23]. Signos clínicos De acuerdo con numerosas series de casos, ha surgido una constelación de signos y síntomas que diferencian a la PFAPA como un síndrome, separado de los demás (v. tabla 4). Es típico un discreto predominio masculino y el inicio antes de los 3 años de edad (casi siempre antes de los 5 años). El niño presenta un pródromo breve de lagañas y «ojos vidriosos», después la temperatura aumenta bruscamente hasta 39 o 40,5 ºC, seguido de escaso apetito, baja energía y escalofríos, pero sin rigidez. La fiebre típicamente responde mal al paracetamol y al ibuprofeno, y dura 3 o 4 días. Durante el episodio pueden aparecer algunas úlceras superficiales y levemente dolorosas en la boca. Todos los síntomas y signos ceden después de 4 o 5 días. Los episodios se producen a intervalos de 21 a 36 días (típicamente 28 días). Las únicas anomalías de laboratorio son una elevación leve de los leucocitos durante los episodios (típicamente, cerca de 13.000/mm3) con neutrofilia y a veces una modesta desviación a la izquierda. Las plaquetas son normales o están discretamente aumentadas (< 400.000/mm3); la velocidad de sedimentación globular está elevada (generalmente < 60 mm/h). La hemoglobina característicamente no está afectada; el sedimento de orina es normal; las enzimas hepáticas, la albúmina y las inmunoglobulinas son normales. Entre los episodios los niños no tienen síntomas prolongados, parecen inusualmente energéticos y tienen buen apetito. No presentan infecciones recurrentes, inusuales o graves. Los padres refieren menos «resfriados habituales» que sus hermanos o compañeros. Todas las alteraciones de laboratorio se normalizan entre los episodios. 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 827 SÍNDROMES FEBRILES 827 En la mayoría de los casos, el síndrome es típico y el diagnóstico de trabajo se hace con confianza. La PFAPA no debe ser el diagnóstico de trabajo si la edad de inicio es superior a los 5 años, el niño no está completamente sano fuera de los episodios, existen «síntomas extra» (p. ej., síntomas gastrointestinales o neuroconductuales repetidos o graves) durante los episodios, o cuando un hermano tiene además un síndrome de fiebre periódica. La PFAPA se considera un síndrome autoinflamatorio. No tiene una causa conocida ni existe una prueba diagnóstica confirmatoria. A veces una dosis única de prednisona al inicio de un episodio puede ser útil como «prueba». Aunque se espera una resolución rápida en la PFAPA, la especificidad de esta respuesta es desconocida. Tratamiento y evolución En 1999, Thomas et al [21] describieron un estudio de seguimiento de 94 niños atendidos en Tennessee y Connecticut durante un período de 10 años. La edad media en el seguimiento fue de 8,9 años. La duración media de la PFAPA fue de 4,5 años; sólo el 41% de los niños presentó resolución durante un seguimiento medio de 3,3 años, y los episodios mantuvieron las características del momento del diagnóstico. La cimetidina, que se empleó en menos de una tercera parte de los niños como tratamiento o profilaxis, se consideró «algo o muy efectiva» en el 43%. La prednisona (habitualmente administrada en una o dos dosis de 1-2 mg/kg/día) se consideró algo o muy efectiva en el 90%. Inexplicablemente, pero de acuerdo con la experiencia de la mayoría de los expertos, la prednisona se asoció a menudo con episodios de enfermedad más frecuentes. La amigdalectomía y la adenoidectomía se llevaron a cabo en 47 de los 94 niños, y se consideró algo o muy efectiva en el 86%. Las características de los episodios febriles no cambian en la PFAPA, aunque el intervalo de bienestar puede alargarse como precursor de la resolución. El diagnóstico de trabajo debe revisarse con el tiempo porque otros síndromes de fiebre periódica evolucionan durante años, y a veces los datos iniciales podrían simular la PFAPA. Neutropenia cíclica La neutropenia cíclica es una enfermedad hematológica rara caracterizada por la aparición regular de cambios cíclicos del recuento periférico de neutrófilos (hasta un mínimo < 200 células/mm3) y un complejo sintomático que se manifiesta durante las cifras mínimas de neutropenia. Los monocitos, los reticulocitos, las plaquetas y los linfocitos en sangre tienen oscilaciones periódicas similares a los neutrófilos, por lo que la enfermedad se llama a veces hematopoyesis cíclica. La neutropenia cíclica se identificó por primera vez hace casi un siglo. El patrón de herencia autosómica dominante, la historia natural y las asociaciones clínicas de las ulceraciones mucosas y las infecciones cutáneas se describieron hace medio siglo. En 1989, Hammond et al [24] describieron la respuesta favorable al factor estimulante de las colonias de granulocitos, y 10 años más tarde se identificaron las mutaciones del gen de la elastasa neutrófila (ELA2) [25]. Todos los casos de neutropenia cíclica y la mayoría de los casos de neutropenia congénita grave se deben a mutaciones de ELA2. En 2001, Aprikyan et al [26] establecieron la hipótesis de que la apoptosis celular acelerada era la causa de la neutropenia cíclica. 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 828 828 SARAH S. LONG Signos clínicos El diagnóstico de la neutropenia cíclica suele establecerse pronto en la infancia. Los signos cardinales incluyen fiebre recurrente con una periodicidad de relojería, faringitis, úlceras bucales y linfadenopatía. Algunos casos se diagnostican debido a celulitis o forunculosis recurrente. En comparación con las manifestaciones orales leves del síndrome PFAPA, los niños con neutropenia cíclica presentan úlceras bucales profundas y dolorosas que a menudo duran más de una semana. Al contrario que en la PFAPA, la gingivitis y la periodontitis son frecuentes en los pacientes con neutropenia cíclica. Es frecuente la presencia de otitis media bacteriana recurrente, sinusitis y faringitis. La celulitis y la forunculosis recurrentes después de picaduras de insecto, cortes menores o abrasiones, diferencian la neutropenia cíclica de otros síndromes de fiebre periódica. Algunos pacientes tienen pocas y relativamente menores infecciones bacterianas asociadas, pero se han descrito peritonitis bacteriana aguda y shock séptico, y la septicemia masiva por bacilos gramnegativos o clostridios debida a úlceras del colon durante el período de neutropenia. Aunque las úlceras, la gingivitis y la enfermedad periodontal se prolongan, el niño suele estar mejor antes del inicio del siguiente episodio. Etiología y pruebas diagnósticas Durante el período de neutropenia, los neutrófilos periféricos están reducidos a menos de 200 células/mm3 durante 3 a 5 días. Luego el recuento suele aumentar hasta aproximadamente 2.000 células/mm3, que se mantienen hasta el siguiente período de neutropenia. Si se examina la médula ósea al principio de la neutropenia, existen precursores mieloides precoces, pero faltan neutrófilos posmitóticos. La recuperación es rápida, con células de formas promielocíticas hasta neutrófilos en banda. La neutropenia que aparece en la sangre periférica puede resolverse en el momento de los signos clínicos de fiebre, estomatitis y linfadenopatías dolorosas, por lo que en los niños con una historia compatible con neutropenia cíclica debe realizarse un hemograma completo dos veces a la semana empezando durante el período de bienestar y continuando hasta el siguiente episodio febril. La neutropenia cíclica se hereda como una enfermedad autosómica dominante con penetrancia completa, pero con una gravedad variable de las manifestaciones clínicas. Habitualmente no se ha identificado un padre afectado de un niño con neutropenia cíclica porque las manifestaciones clínicas y de laboratorio son más leves. La anomalía genética está localizada en el cromosoma 19p13.3, dando lugar a una mutación de ELA2 y su producto, la proteína elastasa neutrófila. El diagnóstico se confirma mediante estudio genético. Tratamiento y evolución Los efectos secundarios de la neutropenia cíclica incluyen dolor y malestar, enfermedad periodontal frecuente que da lugar a extracción de los dientes de leche en la infancia, infecciones bacterianas comunes recurrentes, e infecciones bacterianas graves o con riesgo vital. Se han descrito tasas aumentadas de abortos espontáneos en las mujeres con neutropenia cíclica. No se ha observado tendencia a la malignidad en los niños con neutropenia cíclica. 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 829 SÍNDROMES FEBRILES 829 La mayoría de los niños con neutropenia cíclica debe tratarse con factor estimulante de las colonias de granulocitos recombinante diariamente o a días alternos (≤ 5 µg/kg/día) [27]. Más del 90% de los niños responde a este tratamiento con una frecuencia reducida de episodios de neutropenia y complicaciones asociadas. Fiebre mediterránea familiar La fiebre mediterránea familiar (FMF) es un síndrome autoinflamatorio hereditario en el que el estrés o traumatismos aparentemente no provocados o menores causan fiebre y serositis/sinovitis inflamatoria sin autoanticuerpos o linfocitos T autorreactivos. La FMF es una enfermedad autosómica recesiva y el síndrome de fiebre periódica hereditario más prevalente, que afecta a más de 10.000 individuos en todo el mundo. La FMF está casi completamente limitada a judíos no asquenazís, armenios, árabes y turcos [28]. Más del 90% de los pacientes judíos con FMF son de origen sefardí o de Oriente Medio. Se ha especulado que la alta frecuencia de portadores heterocigotos (> 1 de cada 10 judíos norteafricanos y armenios) ha conferido una ventaja de supervivencia, probablemente frente a un microorganismo infeccioso [29]. En 1997, el International Familial Mediterranean Fever Consortium y el French Familial Mediterranean Fever Consortium independientemente clonaron el gen mutante MEFV, y el primer grupo denominó a la proteína producto como pirina (indicando la relación con la fiebre), y el segundo la llamó marenostrina (que significa «nuestro mar», indicando la relación con el mar Mediterráneo). La proteína pirina es un miembro de la superfamilia del pliegue-dominio-muerte, que proporciona vías bioquímicas críticas de apoptosis e inmunidad innata [30,31]. Las mutaciones de MEFV son más variadas y complejas de lo descrito originalmente. Las correlaciones únicas genotipo-fenotipo no son sólidas, y existen múltiples genotipos. La descripción de las manifestaciones como si la FMF fuera una enfermedad única sólo son válidas como generalidades. Signos clínicos Los síntomas de la FMF empiezan antes de los 2 años de edad en el 20% de los pacientes; las dos terceras partes de los individuos afectados tienen manifestaciones antes de los 10 años de edad. Menos del 10% empiezan después de los 30 años. Los episodios no tienen una periodicidad predecible. Un ataque típico viene precedido por dolor abdominal, después un aumento de la temperatura hasta 40 ºC, seguido de escalofríos. La fiebre dura entre 12 horas y 3 días y raramente es la única manifestación. El dolor abdominal, que a veces se acompaña de diarrea, existe en más del 90% de los pacientes, empieza bruscamente algunas horas antes de la fiebre, y persiste 1 o 2 días después de la defervescencia. Esta presentación puede simular otras causas de «abdomen agudo», y los ataques pueden seguir a un traumatismo quirúrgico de la serosa peritoneal. El dolor torácico pleurítico se da en el 25 al 80% de los pacientes; es la manifestación de presentación de menos del 10% de los pacientes. La pericarditis es menos frecuente (< 1% de los casos). Se pueden detectar pequeñas colecciones de líquido con diversas técnicas de imagen cuando se produce afectación de la serosa. La artritis es frecuente y su naturaleza varía según el origen étnico. Es típica la presencia de dolor agudo y derrame en las 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 830 830 SARAH S. LONG muñecas, los tobillos y las rodillas, que ocurre de forma asimétrica y se resuelve completamente en algunos días. Un exantema similar a la erisipela se describe en el 7 al 40% de los pacientes, y afecta casi invariablemente a la superficie de extensión de la extremidad inferior y al dorso del pie. Suele ser unilateral y desaparece espontáneamente en 2 o 3 días. Existe esplenomegalia en el 30 al 50% de los pacientes. Etiología y pruebas diagnósticas No existe un marcador de laboratorio específico de la FMF. Durante los ataques febriles se producen elevaciones inespecíficas de los mediadores inflamatorios, el fibrinógeno, la proteína C reactiva, los neutrófilos y la velocidad de sedimentación globular. Si se obtienen muestras, el líquido seroso o sinovial muestra pleocitosis neutrofílica. La proteinuria (> 0,5 g de proteínas/24 horas) en los pacientes con FMF sugiere amiloidosis. Se han descrito al menos 28 mutaciones de MEFV, la mayoría agrupadas en un exón, en el brazo corto del cromosoma 16. El estudios genético es la prueba confirmatoria de la FMF, con algunas limitaciones. Los laboratorios genéticos generalmente buscan las cinco mutaciones más frecuentes (que suponen el 85% de los casos de FMF). Además se ha descrito la enfermedad con un único alelo mutante y la no presencia de enfermedad con los dos alelos mutantes. Tratamiento y evolución La colchicina es el tratamiento de elección. El fármaco se concentra en los neutrófilos, donde actúa sobre los microtúbulos, posiblemente mediante regulación de la expresión del gen MEFV. La colchicina previene los ataques en el 60% de los individuos con FMF y reduce de forma significativa el número de ataques en otro 20 al 30%. La adherencia al tratamiento es importante porque los ataques pueden seguir a los días de abandonarlo. Independientemente de la eficacia en la prevención de los ataques, el tratamiento con colchicina detiene o evita la amiloidosis, la complicación con riesgo vital de la FMF. Síndrome de hiperinmunoglobulinemia D y fiebre periódica El síndrome de hiperinmunoglobulinemia D (SIHD) y fiebre periódica fue descrito por primera vez en varios pacientes holandeses por van der Meer et al en 1984 [32]. La mayoría de los pacientes con SIHD es blanca y procede de países de Europa occidental; el 60% son holandeses o franceses. El registro del SIHD en Holanda tiene actualmente datos de más de 200 pacientes en todo el mundo. En 1999, el defecto de los pacientes con SIHD se mapeó en mutaciones del gen MVK en el brazo largo del cromosoma 12, que codifica la mevalonatocinasa [33,34]. El SIHD se hereda como un rasgo autosómico recesivo; la mayoría de los pacientes afectados son heterocigotos compuestos para mutaciones sin sentido del gen MVK. En la mayoría de los pacientes con SIHD la actividad de la mevalonatocinasa es el 5 al 15% de la normal. Menos del 1% de los pacientes tiene una deficiencia completa de la enzima, que se asocia con aciduria mevalónica. La aciduria mevalónica se caracteriza por signos dismórficos, retraso del crecimiento, retraso mental, ataxia, ataques de fiebre recurrentes y muerte en la primera infancia. Se han descrito 5 adultos con signos y síntomas neurológicos y deficiencia de mevalonatocinasa, lo que sugiere que puede haber síndromes solapados y una continuidad de la enfermedad [35]. 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 831 SÍNDROMES FEBRILES 831 Signos clínicos Los ataques recurrentes de fiebre suelen empezar en el primer año de vida [36]. La periodicidad puede variar, pero es típica la recurrencia cada 4 o 6 semanas. De forma característica, algunos ataques son desencadenados por inmunizaciones, traumatismos o estrés, y van precedidos por escalofríos seguidos de un aumento rápido de la temperatura hasta 39 ºC o superior. La fiebre suele durar 4 o 6 días. Cefalea, dolor abdominal, vómitos y diarrea pueden acompañar a los ataques. Algunos niños con SIHD muestran una conducta irritable o agresiva durante los ataques febriles. Es frecuente la existencia de una linfadenopatía cervical prominente. Son menos habituales la presencia de artralgias o artritis de las articulaciones medias (rodillas, tobillos, muñecas) y un exantema macular eritematoso, papular o petequial, predominantemente en las extremidades. En algunos pacientes puede haber úlceras aftosas dolorosas en la boca o la vagina. Se ha descrito orquitis. Los pacientes están bien entre los ataques y el crecimiento está afectado. Con el aumento de la edad la frecuencia y la gravedad de los episodios febriles tienden a disminuir. Etiología y pruebas diagnósticas El SIHD debe sospecharse cuando la fiebre periódica empieza en la época de lactante. La elevación de las cifras séricas de IgD (> 100 UI/dl) e IgA (> 5 veces el límite superior de la normalidad) es característica, pero no existe de forma universal, especialmente en los niños menores de 3 años de edad [36,37]. El cribado de las mutaciones de MVK es confirmatorio. Se han identificado más de 20 mutaciones, pero una de ellas, la V3771, existe en más del 80% de los pacientes. La búsqueda de esta mutación es una primera etapa importante. Si no se encuentra la mutación y la sospecha sigue siendo alta, está indicada la secuenciación del gen para detectar otras mutaciones. La determinación de la actividad de la mevalonatocinasa en los leucocitos en la orina tiene limitaciones intrínsecas y no se recomienda como prueba diagnóstica. Tratamiento y evolución No existe un tratamiento establecido para el SIHD. Se ha descrito el efecto beneficioso de la simvastatina, que actúa inhibiendo la hidroximetilglutaril-coA reductasa en la vía de los isoprenoides [38]. Aunque las anomalías en el factor de necrosis tumoral (TNF)-α no son la causa primaria del SIHD, las cifras plasmáticas de TNF-α están elevadas en los pacientes con SIHD durante los ataques. Se ha descrito el tratamiento con etanercept [39]. Aunque se pensaba antes que el SIHD no se asociaba con un aumento de la mortalidad o amiloidosis, en 2004 se describió el primer caso de amiloidosis en un paciente con SIHD [40]. Síndrome periódico asociado con el receptor del factor de necrosis tumoral El síndrome periódico asociado con el receptor del TNF (TRAPS, TNF receptor associated periodic syndrome) se describió por primera vez en 1982 en una gran familia irlandesa. Se denominó fiebre familiar irlandesa [41]. Aunque la mayoría de las familias descritas con TRAPS son de ascendencia irlandesa o escocesa, se ha encontrado una 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 832 832 SARAH S. LONG amplia variedad de orígenes étnicos [42]. Aunque la herencia es autosómica dominante, existe una penetrancia variable y ocasionalmente aparecen casos esporádicos. El gen de susceptibilidad de este síndrome de fiebre periódica familiar ha sido mapeado en el brazo corto del cromosoma 12. Se debe a una mutación sin sentido del gen TNFRSF1A, del que surge el nombre TRAPS [43,44]. La hipotética patogenia del TRAPS es que las mutaciones sin sentido dan lugar a anomalías estructurales que causan un fallo de la salida del receptor del TNF-α desde su lugar intracelular a la circulación extracelular, donde su unión con el TNF-α evitaría la inducción continuada de inflamación. Signos clínicos El síndrome clínico típico descrito en la fiebre familiar irlandesa sólo es una manifestación de un grupo siempre creciente de genotipos y fenotipos del TRAPS. Algunos casos son similares a la FMF, otros son parecidos al SIHD y se han descrito algunos afines con defectos combinados. La edad de inicio varía desde algunas semanas hasta más de 40 años. Los hermanos pueden estar afectados. Muy a menudo, los síntomas ocurren primero en niños en edad escolar. Los ataques de fiebre van precedidos por dolor localizado intenso y rigidez de un grupo muscular, que es migratoria, en la mayoría de los pacientes. Los exantemas cutáneos –placas dolorosas y elevadas que parecen celulitis– se presentan muy frecuentemente en las extremidades y migran distalmente. La conjuntivitis dolorosa y el edema periorbitario también diferencian al TRAPS de otros síndromes de fiebre periódica. Otros síntomas menos específicos pero frecuentes son dolor abdominal, artralgia, dolor testicular y dolor torácico pleurítico. La duración de la fiebre y otros síntomas suele ser superior a una semana, pero se han descrito síntomas más breves y más leves, síntomas inespecíficos o fiebre sola. La descripción del caso de diagnóstico genético de TRAPS en un hombre que había sido diagnosticado de PFAPA (con signos atípicos) a los 8 años de edad destaca las situaciones en las que el análisis genético sería valioso [45,46]. El estudio con resonancia magnética (RM) ha sugerido la afectación del tejido subcutáneo, la aponeurosis y los músculos; las muestras de biopsia han demostrado la existencia de infiltración por células mononucleares de la aponeurosis sin miositis en un caso [47], y paniculitis con vasculitis de los vasos pequeños en otro caso [48]. Los ataques se producen a intervalos irregulares de semanas o años y pueden desencadenarse por infecciones menores, estrés físico o estrés emocional. La neutrofilia y la elevación de la proteína C reactiva y de la velocidad de sedimentación globular son hallazgos típicos durante los ataques. Puede existir aumento de las inmunoglobulinas séricas, incluyendo IgA e IgD. Etiología y pruebas diagnósticas En los pacientes con síntomas que sugieren TRAPS, la identificación de mutaciones en el gen TNFRSF1A es la prueba diagnóstica definitiva. Se han descrito más de 28 mutaciones que dan lugar a anomalías cualitativas o cuantitativas de las proteínas tipo 1A de la familia del receptor del TNF. La mayoría están en los exones 2 a 4 en los dominios extracelulares. En 2003, Aganna et al [49] mostraron defectos génicos heterogéneos en pacientes con síndromes similares al TRAPS familiar, pero encontraron que las mutaciones de TNFRSF1A no se asociaban habitualmente con casos esporádicos (no familiares) similares al TRAPS. En el TRAPS «clásico», el TNFSFR1A soluble es bajo 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 833 SÍNDROMES FEBRILES 833 (< 1 mg/ml). Durante los ataques, las cifras séricas pueden aumentar hasta los límites normales. Si no se dispone de análisis genético, la determinación de los valores séricos de TNFSFR1A soluble entre los ataques se puede emplear como prueba de cribado. Tratamiento y evolución Los ataques del TRAPS responden de forma espectacular a dosis elevadas de prednisona (> 20 mg en adultos), pero la respuesta disminuye con el tiempo. La colchicina no tiene efecto. El etanercept es muy efectivo; se encontró que daba lugar a remisiones a largo plazo en algunos pacientes después de una tanda única [50]. El pronóstico está relacionado principalmente con la presencia o la ausencia de amiloidosis, cuya aparición se describió en el 10 al 25% de las familias afectadas. Algunas mutaciones de TNFRSF1A y otros genes modificadores pueden influir en la aparición de amiloidosis. Resumen La mayoría de los niños con fiebre prolongada, recurrente o episódica están sanos y tienen enfermedades comunes autolimitadas. Con una definición cuidadosa de los signos específicos de la enfermedad, la confirmación del mantenimiento del crecimiento y de la sensación de bienestar, y asegurando la normalidad de los hallazgos en la exploración física, el médico de atención primaria suele ser capaz de tranquilizar a las familias y seguir valorando al paciente según dicten las circunstancias. Para un niño con una fiebre realmente de origen desconocido, hay que consultar con un subespecialista en enfermedades infecciosas pediátricas. Para el niño poco habitual con una evolución compatible con un síndrome de fiebre periódica no infecciosa, la derivación a un subespecialista es importante porque se dispone de pruebas diagnósticas e intervenciones específicas de cada enfermedad o están en estudio, el consejo genético puede ser importante, y el seguimiento de la evolución de la enfermedad o sus secuelas es crucial. El consultor puede ser un inmunólogo pediátrico, un reumatólogo, un consultor en enfermedades infecciosas o un hematólogo, dependiendo de los hallazgos y de la experiencia de los consultores disponibles. Para el niño raro con sospecha de un defecto inmunológico, es necesaria la derivación a un inmunólogo (o un subespecialista en enfermedades infecciosas en algunas zonas geográficas) para empezar los estudios complejos, que a menudo dan lugar a tratamientos que pueden salvar la vida. Bibliografía 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 834 834 SARAH S. LONG 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 835 SÍNDROMES FEBRILES 835 811-835 Ped3 5/4/06 14:21 Página 836