Download evaluación en hipnosis y psicoterapia erickson
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE EVALUACIÓN EN HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA ERICKSONIANA1 Brent B. Geary Como todos los otros aspectos del enfoque ericksoniano, la evaluación está íntimamente unida a la utilización. Esta es la fábrica del modelo ericksoniano –utilización entrelazada con evaluación. El terapeuta es un diseñador, que corta a medida el tratamiento para que encaje con las circunstancias particulares del paciente. La evaluación provee las medidas con las cuales son confeccionadas las intervenciones. Esto permite que el clínico decida qué utilizar y cómo utilizarlo. EVALUACIÓN COMO PROCESO Erickson desdibujaba las fronteras entre la evaluación y otros aspectos del tratamiento. Demostró que la evaluación es un proceso, no una fase estática. La evaluación es permanente; ocurre a la largo de la terapia. Los profesionales [en la tradición] ericksonianos están conscientes de la evaluación desde el contacto inicial con un paciente hasta el termino [de la terapia]. La perspectiva de la utilización promueve una fuente de información continua (v.g., retroalimentación de parte del paciente, cambios en la red social, las propias asociaciones del paciente) y la evaluación de esos ítem que son descartados y aquellos que son incorporados con fines terapéuticos. Principios clave La evaluación en el marco ericksoniano se apoya en dos axiomas guía. Todo puede ser utilizado Erickson, desde luego, era la ejemplificación de esta proposición. Utilizaba aspectos de su propia personalidad y su experiencia, las dinámicas en la relación terapéutica, y una multitud de variables asociadas con sus pacientes. Incluso factores supuestamente indeseables (v.g., resistencia, falta de insight, tratamientos previos fracasados) eran incorporados a las técnicas de Erickson (Haley, 1973). Su trabajo ilustró las múltiples dimensiones en la vida de cada persona y todo lo que podía ser utilizado en cada encuentro: tiempo, espacio, lo real y lo imaginado, esperanzas, temores, “Assessment in Ericksonian Hypnosis and Psychotherapy”, In B. Geary and J. Zeig (Eds.), The Handbook of Ericksonian Psychotherapy, Phoenix: The Milton H. Erickson Foundation Press, 2001, p. 1-17 (Traductor: Ps. Mario Pacheco) 1 1 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE logros, habilidades. Así, una faceta importante de la evaluación es mantener una perspectiva amplia y abierta respecto a la miríada de posibilidades que existen para la utilización. No todo será utilizado Existen demasiados datos, muchas experiencias que señalar y usar en una sesión particular o a través de todo el proceso de tratamiento. Por consiguiente, la segunda tarea crucial del tratamiento es escoger esos aspectos del contexto terapéutico que ofrecen una mayor promesa de tener un impacto cuando son utilizados. Este es el arte de la evaluación; en un tratami ento individualizado, cada terapeuta descubrirá una multitud de cosas que pueden ser utilizadas y crear a partir de ellas una terapia adecuada al paciente en particular. EVALUACIÓN TRADICIONAL La hipnosis tradicional ha empleado métodos acostumbrados –tests de susceptibilidad o hipnotizabilidad para evaluar el grado en el cual los individuos pueden o responderán a sugestiones para alterar la percepción, la memoria y el comportamiento (Kilhlstrom, 1985; Weitzenhoffer y Hilgard, 1959, 1962). Esto obedece a la proposición que la hipnotizabilidad es una característica relativamente estable entre las personas (Hilgard, 1965). A menudo se usan otros métodos de la evaluación psicológica que se suponen valiosos en la dirección del modo en el cual la hipnosis es incorporada en la psicoterapia, incluyendo instrumentos psicométricos objetivos, instrumentos proyectivos, entrevistas diagnósticas estructuradas, y reportes de terceros. Los profesionales de diversas orientaciones podrían usar también metodologías de medición para evaluar constructos teóricos específicos (v.g., fortaleza del ego, regresión, disociación, nivel de desarrollo) que se ven como destacados en su perspectiva. Desde este punto de vista, la evaluación es algo diferente a la del modelo ericksoniano. Aquí, la evaluación es concebida como una fase inicial del proceso terapéutico, seguida por el tratamiento y las mediciones de los resultados. Los ericksonianos no obtienen necesariamente la información a partir de fuentes estandarizadas. Sin embargo, las mediciones de la hipnotizabilidad, la personalidad y otras variables no ocupan un lugar central en el enfoque ericksoniano. La premisa es que todo proceso mental intacto puede beneficiarse en algún grado con la hipnosis2. El grado en que es posible, se mide a través de la intervención clínica más que por la administración de un conjunto de procedimientos que llevan a resultados cuantificables. Al igual que las herramientas de autorreporte, los métodos objetivos y proyectivos pueden suministrar información valiosa, y no hay dudas que muchos profesionales ericksonianos utilizan esos instrumentos. Pero el contexto primario para la evaluación en el enfoque ericksoniano continúa siendo la narrativa del paciente y su disposición a cooperar en la relación psicoterapéutica. [N.T.] Esta frase permite suponer que para el autor la hipnosis es una terapia en si misma. Erickson no habría estado de acuerdo con tal afirmación. 2 2 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE DIMENSIONES DE LA EVALUACIÓN Un número de áreas proveen val iosa información para ayudar a los profesionales a responder la difícil interrogante, “Si puedo utilizar todo, ¿qué utilizo?” Hay un amplio rango de variables del paciente, el terapeuta y la relación, que forman un conjunto comprensivo sobre las cuales construir. Disposición hacia el tratamiento La motivación para el tratamiento ha sido reconocida desde hace mucho como una de las variables más críticas en la psicoterapia (Mann, 1973; Prochaska, DiClemente y Norcross, 1992). Son particularmente útiles para la organización de esta variable compleja, dos concepciones de la disposición hacia el tratamiento. Fisch, Weakland y Segal (1982) clasificaron a los pacientes que se presentan a terapia como “vitrineantes”, “quejosos” o “compradores”. La determinación del nivel de motivación deriva de la forma en que los pacientes (abierta o encubiertamente) responden a dos interrogantes: (1) “¿Hay un problema?” y (2) “¿Está dispuesto a trabajar en el problema?” Los vitrineantes responden con un “No” a ambas preguntas; los quejosos dicen “Sí” a la primera, pero “No” a la segunda; y el comprador replica afirmativamente a ambas preguntas. Los autores bosquejan varias estrategias y procedimientos para trabajar con todos los niveles de motivación.3 Prochaska y sus colegas (Prochaska, 1991; Prochaska y DiClemente, 1992; Prochaska, DiClemente y Norcross, 1992) han identificado cinco fases que las personas atraviesan en forma típica cuando se comprometen en el cambio personal. La primera fase, Pre-contemplación, está marcada por una falta de conciencia o una subvaloración del problema y el individuo no tiene la intención de cambiar su comportamiento en el futuro cercano. La contemplación está caracterizada por “donde quiero ir, pero no estoy preparado aun” (Prochaska, DiClemente y Norcross, 1992, p. 1103), estando consciente que el problema existe y pensando en el cambio, pero sin actuar. La persona en la tercera fase, Preparación, comienza con instituir medidas conductuales para el cambio, pero no al grado de emprender acciones efectivas. La fase de Acción, implica gastar tiempo y energía para la modificación del comportamiento y experiencia con la firme intención de conquistar el(los) problema(s). La fase final, Mantención, implica la consolidación del progreso y estabilización del comportamiento para evitar recaídas. Prochaska (1995) añadió posteriormente una sexta fase y final, Terminación, durante la cual “hay cero tentación por involucrarse en el comportamiento problema, y hay un 100 por ciento de confianza (autoeficacia) que uno no se involucrará en el antigua problema, independientemente de la situación” (p. 253). Esos investigadores abogan por “la necesidad de evaluar la fase en la disposición del cliente para el cambio e intervenir de acuerdo a ella” (Prochaska, DiClmente y Norcross, 1992, 1110). Hay abundante investigación que apoya esa recomendación, y la disposición para el tratamiento es una variable que todos los terapeutas debieran tener en mente. [N.T.] Se sugiere revisar I. Berg y S. Miller, Trabajando con el problema del alcohol, Gedisa, Barcelona, 1996, para conocer las sugerencias de la Terapia Breve Orientada a la Solución de Milwaukee en este punto. 3 3 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE Expectativa La expectativa es un factor tremendamente poderoso en la forma en que los pacientes responden al tratamiento y esto es especialmente verdadero respecto a la hipnosis.4 Sin embargo, las expectativas de los pacientes respecto a la hipnosis puede ser una hoja de doble filo. En su lado positivo, las impresiones favorables respecto a las posibilidades que puede revelar la hipnosis en la vida de uno añaden una tremenda influencia a la disposición a responder del paciente a las intervenciones hipnóticas. Por otro lado, las expectativas no realistas son las peores enemigas de la hipnosis. A menudo los pacientes sueñan que con una sola aplicación de la hipnosis cambiarán su carácter esencial, o pautas de comportamiento de larga data, u obtendrán otras soluciones mágicas. En sus 22 años de práctica de la hipnosis, este autor ha escuchado, por ejemplo, requerimientos para la hipnosis para “Haga que deje de comer”, “Capacíteme para que mi esposo deje de consumir cocaína”, “Ayúdeme a extraer el estado de mi yo que estaba presente antes que yo aprendiera a hablar, de modo que pueda aprender un nuevo lenguaje sin la interferencia del lenguaje que habla.” Es necesario que los profesionales averigüen las expectativas que tienen los pacientes acerca de la hipnosis, para modificarlas si fuera necesario, para que sean realistas y alcanzables. No hacer esto es destinar la terapia a desacuerdos o al fracaso. Fenómenos hipnóticos5 Diversos clínicos (Geary, 1994; Gilligan, 1987; Wolinsky, 1991) han hecho notar las simi litudes entre los estados hipnóticos y los procesos implicados en los problemas psicológicos y en los problemas interpersonales. Específicamente, la consciencia focalizada que es característica del trance es un rasgo cardinal de las dificultades que llevan los pacientes a la psicoterapia. Los ejemplos son abundantes: la melancolía y la ruminación en la depresión, la fijación en el miedo y la evitación en los desórdenes de ansiedad, las peleas repetitivas en las relaciones, et c. De esto se desprende que los basamentos de los estados de trance terapéutico, los fenómenos hipnóticos, también estarían presentes en otras situaciones parecidas al trance, como aquellas que se encuentran en los desórdenes emocionales e interpersonales. Geary (1994) propuso un sistema en el cual los fenómenos de trance que están implicados en la mantención de los problemas presentados pueden ser evaluados y utilizados. Desde esta perspectiva, los fenómenos hipnóticos son vistos en un continuo de experiencia (Tabla 1). [N.T.] Ver, W. Matthews, J. Conti and L. Starr, «Ericksonian Hypnosis: A Review of the Empirical Data». In W. Matthews and J. Edgette (Eds.), Current Thinking and Research in Brief Therapy. Solutions, Strategies, Narratives. Vol. 2. New York: Brunner/Mazel, 1998 5 [N.T.] Véase el concepto de “trance sintomático” en Hipnoterapia Ericksoniana: Nivel Avanzado. Co-creando un contexto para el cambio. Instituto Milton H. Erickson de Santiago 4 4 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE Tabla 1 Continuo de los Fenómenos de Trance Regresión de edad -------------- ----------------------------------------------- ----------------Progresión de Amnesia ---------------------------- ----------------------------------------------- -------------------------Hipermnesia Anestesia --------------------------- ------------- Analgesia --------------------- Catalepsia ------------------------- ----------------------------------------------- -- edad --------------------Hipersensibilidad -----------Flexibilidad/Movimiento Disociación ------------------------- ----------------------------------------------- ----------------------------Asociación Alucinación positiva ------------- ----------------------------------------------- ---------------Alucinación -- negativa Expansión de tiempo ----------- ----------------------------------------------- ----------Condensación de -- tiempo Sugestión posthipnótica ----------------------------------------------- ------------Sugestión prehipnótica6 Los diversos fenómenos hipnóticos representan los polos extremos de la mayoría de ese continuo. Sin embargo, no todos los fenómenos hipnóticos tienen complementos que también son fenómenos hipnóticos. En esos casos, se han agregado las etiquetas apropiadas para los opuestos de esos fenómenos hipnóticos particulares (v.g., progresión de edad, hipersensibilidad, flexibilidad/movimiento). Los marcadores conductuales y perceptuales de los respectivos fenómenos hipnóticos (y sus complementos) son usados en forma figurativa en este sistema. Por ejemplo, debido a que la alucinación positiva es una creación de una experiencia sensorial que no es real, las fantasías encontradas en los celos pueden ser consideradas como representantes metafóricas de las alucinaciones positivas. Está claro que una definición psiquiátrica estricta no incluiría esas experiencias. De este modo, las definiciones de los fenómenos hipnóticos deben poseer alguna similitud para que esas clasificaciones tengan utilidad clínica. Un examen con ojos figurativos del fenómeno de trance puede permitir que consideremos el problema bajo una nueva luz. Los pacientes a menudo se presentan en estados de “rigidez” (catalépticos), iracundos (hipersensibles), aprehensivos (progresión de edad), o son incapaces de extraer (disociados de) los recursos que los ayudarían a lograr sus metas en la vida. Una ventaja de este sistema es que los elementos de los problemas son traducidos de inmediato en procesos hipnóticos. En la utilización clínica, el profesional decide cuáles fenómenos (siempre hay diversos fenómenos implicados en cualquier problema) ofrecen los mayores potenciales cuando son el blanco de la intervención. A veces un fenómeno específico que está implicado en un problema será utilizado en forma isomórfica, es decir, en la misma forma. Por [N.T.] Geary denomina “sugestiones prehipnóticas” a aquellos temas que se discuten con el cliente antes de inducir/evocar trance hipnótico (fase de “preparación” en la microdinámica de la inducción de trance y sugestión terapéutica [M. Erickson, E. Rossi & S. Rossi, Hypnotic Realities , New York: Irvington, 1976]), y que facilitan el proceso de trance y los fenómenos hipnóticos que se busca extraer. 6 5 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE ejemplo, el individuo celoso podría ser estimulado a continuar generando alucinaciones positivas , pero se le dan instrucciones para que las modifique en escenarios más benignos. Otras veces, los complementos de los mismos fenómenos tienen una mayor promesa para efectuar cambios en los síntomas. Uno podría usar metáforas orientadas a la acción que estimulan el movimiento, por ejemplo, en el tratamiento de un paciente deprimido inactivo y retirado del entorno social. Este enfoque une la evaluación y la utilización desde el inicio de la terapia. Variables del paciente Todos los pacientes aportan fortalezas, limitaciones y un estilo peculiar de expresión, al encuentro terapéutico. El método ericksoniano generalmente busca la identificación y la utilización de los recursos mientras da un rodeo o se acomoda a las limitaciones. Por tanto, las capacidades y las restricciones deben ser evaluadas para formular un plan de tratamiento realista. Zeig (en Robles, 1991) ofrece un conjunto de criterios para la evaluación cuyo foco son las formas en que los pacientes interactúan con el ambiente interno y externo. Por ejemplo, algunos individuos tienden a preferir estilos de procesamiento de la información lineal o en mosaico, y aumentan algunas experiencias mientras reducen otras. Zeig recomienda que los entrevistadores evalúen esas variables, así como también otras, tales como si la persona es focalizada o difusa en su estilo atencional, si tienden a ser extra o intrapunitivos, o si son absorbedores o emisores en los contextos relacionales. La información obtenida de esta “evaluación de acción” es diseñada para el “foco del terapeuta, suministrando información acerca de cómo el paciente ‘hace’ el problema.” Erickson parecía ser particularmente sagaz respecto a las habilidades que poseían los pacientes, buscando transferir esos talentos a las soluciones potenciales a los problemas. También probaba los referentes experienciales, ejemplos del pasado del paciente que podían ser repetidos en la memoria y/o la acción para superar dificultades contemporáneas. Haley (1973) también señaló la habilidad de Erickson para evaluar los niveles del desarrollo, transiciones y obstáculos en la vida de los pacientes. Otra área de evaluación, discernir la función de un síntoma, ha sido muy refinada en la terapia familiar, pero esto por cierto atañe también al proceso terapéutico individual y de pareja. Variables del terapeuta La evaluación es presentada a menudo como un concepto unilateral, con el escrutinio del paciente como el único foco. Sin embargo, ya que al menos están implicadas dos personas en la relación terapéutica, la evaluación debiera ser una calle de doble vía. El terapeuta debe comprometerse en un evaluación de si mismo para determinar si está calificado o no para tratar a un paciente en particular, qué formas de reacción provoca el paciente, y cuáles habilidades de dispone el terapeuta son las más destacadas para un caso específico. Los terapeutas pueden recordar a los pacientes pasados que presentaron problemas y estilos similares para estimular su pensamiento acerca de qué podría ser beneficioso o efectivo en la situación actual. Las 6 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE asociaciones que son generadas en la terapia durante las conversaciones terapéuticas pueden ser muy valiosas. Uno puede escuchar los temas (v.g., problema, esperanza, mantener/dejar), los símbolos (v.g, “Este calor en mi estómago”) y las metáforas (“Es como si estuviera en un tren rápido y no pudiera encontrar el freno de mano”) para estimular sus ideas acerca de los acercamientos que podrían ser valiosos para el paciente. Las experiencias y las reacciones personales del terapeuta debieran ser una parte integral de todo proceso de evaluación. La relación terapéutica La importancia de la evaluación continua de la dinámica en la relación terapéutica no puede ser subestimada. Destacados psicoterapeuta de todas las corrientes psicoterapéuticas dan énfasis al rol crítico que juega una alianza positiva al proveer información acerca de los fundamentos de una técnica específica. Diversas investigaciones dan un fuerte apoyo a esta afirmación (Orlinsky, Grave y Parks, 1994)7. Como la hipnosis a menudo acelera e intensifica el proceso de la relación, el profesional que emplea métodos hipnóticos debe vigilar el modo en el cual las variables de la relación surgen y se desarrollan. Por ejemplo, la confianza en el terapeuta es extremadamente importante si los pacientes están absortos y utilizan procesos hipnóticos en su grado máximo. Entonces, antes de iniciar la hipnosis, es deseable que el terapeuta preste atención al nivel de confianza que está presente en la terapia. La empatía, el respeto, ser genuino –aquellas cualidades que Rogers identificó hace mucho como esenciales para la estimulación del cambio– son sobresalientes en la actualidad y es vital que los profesionales ericksonianos las evalúen durante el proceso terapéutico.8 Valores La reciente investigación de Shalom Schwartz y sus colegas (Schwartz, 1992, 1994; Schwartz y Bilsky, 1987) ha sistematizado el estudio de los valores y han hecho que estén más disponibles para su uso en psicoterapia. Debido a que los valores “guían la selección o evaluación del comportamiento y los sucesos” (Schwartz y Bilsky, 1987, p. 551), son extremadamente importantes en la génesis y la mantención de los problemas y son fuerzas poderosas respecto al cambio. El trabajo de Erickson está repleto con ejemplos de las formas en las cuáles es discernía los valores de los [N.T.] Véase: Duncan, B., Hubble, M., and Miller, S. (1997).Psychotherapy with “Impossible Cases” The Efficient Treatment of Therapy Veterans. New York: Norton. Duncan, B.; Miller, S.; and Hubble, M. (1998) An Uncommonly Common Therapy: Focusing on What Works. In W. Matthews and J. Edgette (Eds.), Current Thinking and Research in Brief Therapy. Solutions, Strategies, Narratives. Vol. 2. New York: Brunner/Mazel, 1998, p. 203-235 Duncan, B. and Miller, S. (2000) The Heroic Client. Doing Cliented-Directed, Outcome-Informed Therapy. San Francisco: Jossey-Bass Hubble, M.; Duncan, B. and Miller, S. (Eds.) (1999) The Heart of Soul of Change: What Works in Therapy. Whashington: American Psychological Association Miller, S.; Duncan, B., and Hubble, M. (1997) Escape from Babel. Toward a Unifying Language for Psychotherapy Practice. New York: Norton 8 [N.T.] Aunque desde el punto de vista de Duncan et al., es el prop io paciente quién debiera retroalimentar al terapeuta en este aspecto; es decir, preguntándole en forma directa, sesión a sesión, acerca de la alianza. Véase: Duncan, B.; Miller, S. y Hubble, M. (in press) Client-Directed, Outcome-Informed Clinical Work: Directing Attention to “What Works” in Treatment (www.talkingcure.com) 7 7 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE pacientes y los utilizaba con fines terapéuticos (Geary, 1998). La evaluación de los valores permite que el terapeuta investigue acerca de la motivación y los significados que son evidentes en la vida del paciente. La consideración de los valores suministra información vital respecto a la forma en la cual la terapia puede ser adaptada hacia lo que es más importante para un individuo en particular. Por ejemplo, las estrategias hipnóticas para una persona que está orientada hedonísticamente serán dramáticamente diferentes de aquellas diseñadas para ayudar a una persona que coloca un gran énfasis en la tradición y en la conformidad. Sherman (1988) discutió las diversas formas en que Erickson incorporaba los principios de la psicología social en su terapia. El estudio de los valores exhibe otra forma en la cual la psicología social ha aportado un conocimiento valioso que los profesionales pueden usar en beneficio del paciente. Métodos directos e indirectos Ya que la evaluación clínica está orientada hacia la formulación de las intervenciones terapéuticas, desde el inicio del contacto con el paciente, el profesional ericksoniano está recogiendo información con la cual decidir qué acercamiento tomar con esa persona en terapia. Erickson empleaba técnicas directas e indirectas, aunque las últimas han sido enfatizadas en los escritos acerca de su enfoque. Sin embargo, el campo ericksoniano ha sido algo descuidado en proveer una guía clara respecto a los contextos en los cuales dos diversos mét odos bajo las categorías directo e indirecto son más terapéuticamente apropiados. Este autor cree que la siguiente guía para el uso de los métodos directos e indirectos es útil en la evaluación de los acercamientos alternativos. Debiera advertirse que se ha encontrado una efectividad igual en las sugestiones directas e indirectas en las investigaciones de hipnosis (Lynn, Neufeld y Maré, 1993)9 y que los terapeutas ericksonianos usarán, en realidad, una combinación de esas técnicas. También, el lector debiera recordar que las guías están basadas en la experiencia clínica y la evidencia anecdótica más que en estudios bien controlados. Además, ya que son de naturaleza necesariamente general, hay situaciones específicas en las cuales ellas no se ajustan completamente. Estilo atribucional del paciente Algunas personas ven al ambiente externo como el determinante de su comportamiento. Se ven a si mismos respondiendo a fuerzas que provienen del exterior. Otras personas tienen una [N.T.] Las investigaciones acerca de la eficacia de la sugestiones directas vs. las indirectas, a mi juicio, se enmarcan dentro de la tradición “moderna” en psicoterapia (es decir, la técnica como variable independiente que ocasiona cambios en la variable dependiente; es decir, causalidad lineal), y no consideran que el “conejillo de indias” sobre el cual se aplican es un individuo que posee motivaciones y expectativas, y por lo tanto la respuesta a esas intervenciones estará determinada por el modo particular de reaccionar a la influencia social del individuo en ese contexto (cuya naturaleza es muy diferente si se trata del laboratorio psicológico o el encuentro terapéutico). El asunto no es si esas “intervenciones” son más o menos eficaces por si mismas; sino que deben incluirse en el estudio las variables individuales de cada sujeto, en esa relación particular. Al respecto es interesante que Erickson haya considerado como una variable crucial para sus acercamientos terapéuticos el estilo de respuesta del cliente a la interacción cliente-terapeuta; al tomar en cuenta esa variable, la diferencia y eficacia de los acercamientos directos o indirectos adquiere sentido. (Véase, M. Pacheco [2002] Psicoterapia Ericksoniana: El Legado de Milton H. Erickson a la Psicoterapia Actual) 9 8 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE perspectiva diferente, sosteniendo que ellos son agentes activos en el control de lo que deciden hacer en un momento dado. La forma en que el paciente atribuye el control y la influencia puede ser una consideración importante al escoger un acercamiento. Ya que el terapeuta es parte del ambiente externo, los individuos con un estilo externo podrían responder mejor a los métodos directos y claros cuando los influencian en las direcciones positivas. A la inv ersa, aquellos que consideran que su es su derecho decidir qué hacer y cuándo hacerlo, podrían adaptarse mejor a una acercamiento indirecto en el cual los terapeutas ofrecen posibilidades más que dictar las formas de comportarse. Estilo cognitivo del paciente Las personas que son concretas en su pensamiento generalmente responderán mejor a la comunicación que es más directa respecto a la expectativa y los propósitos, mientras que aquellos con un estilo más abstracto son mejores en recoger mensajes que pueden estar intercalados en una comunicación más metafórica. La terapia debiera ser diseñada para tomar en cuenta las necesidades y estimular la motivación del paciente al nivel que es mejor para su comprensión. Los terapeutas pueden evaluar cómo sus pacient es procesan la información para transmitir mensajes terapéuticos en las formas que sean más adecuadas a las preferencias de éstos. Estilo del terapeuta En el espíritu de la evaluación de si mismo, los clínicos debieran ser conscientes de los estilos que ellos encuentran que les son más cómodos. Algunos profesionales no son adeptos a ser directos con los pacientes; otras encuentran que la abstracción, las anécdotas y la comunicación metafórica son difíciles. Aunque los métodos particulares pueden ser aprendidos y es deseable que los terapeutas desarrollen un bagaje lo más amplio posible de técnicas terapéuticas, deben permanecer fieles a sus preferencias de estilo, lo que les permitirá mantener el contacto humano esencial, más que solamente aplicar técnicas. El rol que el paciente quiere que el terapeuta juegue Los pacientes acuden a terapia por una variedad de razones y desean diferentes formas de interacción con los terapeutas. Algunas personas quieren un guía, otras necesitan consejos, y otros buscan la calidez de una relación acogedora. En un nivel simbólico, los pacientes buscan terapeutas que serán padres, profesores, amigos, compañeros y un presentador de otras figuras. Debido, a que sobre todo, la psicoterapia es el suministro de un servicio, es apropiado que el terapeuta se asegure del rol que los pacientes quieren que juegue. Esto puede ayudar a guiar el papel que el terapeuta toma en la relación. Si un paciente quiere que un terapeuta actúe como un consultor, los métodos indirectos que ofrecen posibilidades son consistentes con el deseo del paciente. En otros casos, los métodos directos podrían ser relevantes si el cliente busca consejos y dirección. 9 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE Pacientes temerosos/aprensivos La hipnosis está plagada de mitos y creencias erróneas. Muchos pacientes que son candidatos para los procedimientos hipnóticos10 están nerviosos respecto a lo que podría suceder. Es sensible y respetuoso ser relativamente directo con esos pacientes en las fases iniciales de la terapia hipnótica. Cuando se dan mensajes claros respecto a los procesos hipnóticos se puede ayudar a aliviar los temores y se permite que las sugestiones sean más efectivas. Después que la aprensión se ha calmado, otras variables asumen más importancia en el diseño del enfoque de la terapia. Situaciones de crisis Los métodos indirectos son esencialmente contraindicados en las situaciones en las cuales los pacientes presentan o experimentan circunstancias apremiantes. Los individuos en crisis están en un estado aumentado de disposición a responder y responden muy rápidamente a las comunicaciones directas. A medida que la naturaleza apremiante de la situación se calma, los métodos indirectos pueden ser más útiles. El grado de resistencia anticipada o encontrada Se ha abogado que los métodos indirectos son particularmente útiles con los pacientes resistentes (Zeig, 1980). Sin embargo, los ericksonianos han ignorado a menudo el hecho que muchos pacientes también son resistentes a los métodos indirectos. Durante la evaluación, el clínico puede probar la disposición a responder y/o la resistencia a los métodos directos o indirectos. En esta forma, la resistencia a las intervenciones puede ser disminuida o rodeada11 a través de otras opciones respecto a cuáles métodos usar. Mantener la influencia en la relación terapéutica Si a un sujeto se le dice durante la hipnosis que ocurrirá algo y eso no sucede, el fracaso será atribuido a la inadecuación del paciente o del terapeuta, ya que a menudo los métodos directos corren ese riesgo12. Si hay incertidumbre respecto a qué respuesta ocurrirá, es mejor ofrecerla como una posibilidad; es decir, a través de una sugestión indirecta. Por otro lado, la credibilidad del terapeuta aumenta si le dice al sujeto hipnótico que algo ocurrirá y eso sucede. En las situaciones en las cuales hay una elevada expectativa que una experiencia ocurrirá, las sugestiones directas generalmente trabajan bien. La ocurrencia de elevada probabilidad en hipnosis incluye la [N.T.] Desafortunadamente el autor de este artículo no incluyó sus criterios para determinar cuándo es adecuado usar los “procedimientos” hipnóticos. ¿Será acaso en aquellas situaciones en las cuales la queja del cliente se asemeja a una experiencia hipnótica? Pareciera que aquí nuevamente se desliza la visión de la hipnosis como terapia que pareciera tener el autor. 11 [N.T.] O transformada en cooperación. Recuérdese el objetivo de las intervenciones paradojales en terapia estratégica, de las cuales, según Haley, Erickson fue el inventor (Terapia para resolver problemas. Amorrortu Editores, B. Aires, 1980). 12 [N.T.] Aquí obviamente el terapeuta se ha colocado en una posición de experto, que augura la ocurrencia de un evento. Podríamos afirmar que el riesgo a que se refiere Geary, es el riesgo al que siempre se expone el terapeuta al asumir ese rol. 10 10 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE relajación (cambios en la respiración, tono muscular, etc.), alteraciones perceptuales (v.g., aumento de la realidad [de la experiencia], analgesia y anestesia), catalepsia y amnesia espontánea para porciones de la sesión hipnótica. Son menos confiables la amnesia específica, la levitación de mano, los recuerdos específicos y las alucinaciones. El terapeuta aumenta sus oportunidades para mantener la influencia terapéutica al sugerir que los eventos de baja probabilidad de ocurrencia podrían o pueden ocurrir y que las alteraciones con una elevada probabilidad de ocurrencia sucederán. Metas del tratamiento A medida que se obtiene la información acerca de la naturaleza y la historia del problema, y sus significados para el paciente, y otros factores relevantes, el terapeuta y el paciente identifican las metas de la terapia (aunque, desde luego, el paciente podría expresar sus metas al inicio del encuentro). Similarmente como con las expectativas por la hipnosis, las metas de los pacientes tienen que ser clarificadas, reformuladas y/o negociadas. Los pacientes a menudo tienen objetivos que no se comprenden a que son poco realistas para el encuentro terapéutico (v.g., “No quiero sentir ansiedad nunca más”). Los terapeutas siempre se orientan hacia dos metas. Cada sesión tiene un objetivo particular que es un incremento en el alcance de la meta jerárquica para el proceso terapéutico completo. Ambas deben ser realistas y alcanzables. Corresponde al terapeuta formular objetivos que puedan ser satisfechos y promover los tipos de cambio que el paciente desea. Otras variables Las consideraciones anteriores no constituyen una lista exhaustiva de los factores que pueden ser evaluados en el proceso psicoterapéutico. Algunos profesionales ericksonianos consideran las variables familiares (v.g., orden de nacimiento, reglas y roles de la familia, secretos familiares) que pueden tener influencia en el origen y mantención del problema y, por consiguiente, son usados en el tratamiento. Erickson estaba interesado si su paciente se había criado en un ambiente rural o urbano, utilizando en su terapia los respectivos temperamentos que creía eran el resultado de esas crianzas (Zeig, 1985). Pueden obtenerse datos valiosos al preguntarles a los pacientes respecto a las formas típicas en que ellos cambian, cómo creen que su problema se resolverá, las veces que en el pasado se han sobrepuesto a esa dificultad, y qué fortalezas o recursos personales creen que serán más útiles para lograr lo que ellos buscan.13 Cualquier área que se aborde en el tratamiento es posible de ser utilizada y debiera ser considerada. [N.T.] El hecho que el autor haya dejado para el final y trate en un espacio tan reducido otras variables para la evaluación, que en otros enfoques son claves para el tratamiento (por ejemplo, Enfoque Orientado a las Soluciones), es una indicación más de la postura (implícita) de Geary para el rol del terapeuta: el terapeuta como un experto, que utiliza las diversas variables obtenidas en el proceso de la evaluación para diseñar intervenciones que ofrecer a sus pacientes. Véase , M. Pacheco, “La terapia ericksoniana en un mundo posmoderno”, Revista de Psicoterapia Ericksoniana, N° 1, 2002) 13 11 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE CASO EJEMPLO Rhonda, una mujer de 36 años, casada, dos hijos, buscó ayuda para su depresión. Describió su disforia en términos de estar “atascada, sin llenar a ningún lado.” Rhonda dijo que se sentía “desplazada” de su vida, su familia y su trabajo. Se quejó que “Ya no siento las cosas como antes.” Presentó un recuento secuencial, cronológico, de una serie de eventos de los últimos seis años que ella encontraba que habían alterado su ánimo. Rhonda admitió que tenía una tendencia a “tomar las cosas a mal”, que estaba propensa a interpretar los comentarios de otros como críticas y pensar en ellas “durante días.” Al preguntarle qué era lo más molesto de su depresión, replicó “Creo que es mi falta de goce, la falta de energía que siento. Incluso parece que no tengo la misma clase de motivación para estar comprometida con mis hijos y ayudarlos como antes.” Había asistido a psicoterapia previamente, dijo, “Pero sólo hablábamos. Dejé de ir. Yo quería experimentar algo, sentir algo.” Rhonda estaba tomando medicamentos y encontraba que eran útiles “en parte”, pero estaba interesada en la hipnosis, porque: “Quizá pueda ayudarme a sentir más energía, más viva. Quiero comenzar a concentrarme en lo que es bueno para mi, lo que necesito hacer por mi misma. Quiero sentirme mejor respecto a cómo puede ser el futuro. Consideraría que esto es exitoso si fuera capaz de moverme de 5 a 7 [en una escala de 10 puntos] en mi ánimo.” A partir de esta breve sinopsis de la primera sesión con Rhonda, se destacan un número de áreas de evaluación descritas en este capítulo, por su influencia en la forma en que la hipnosis fue llevada a cabo. La descripción de esta paciente de estar “atascada” y “no llegan a ningún lado” es una representación clásica de catalepsia. Además. Rhonda estaba experimentando disociación (el desplazamiento de su vida, su familia y su trabajo) y analgesia en el nivel emocional, como se muestra en su lamento respecto a “no sentir lo mismo que antes.” La regresión de edad también estaba implicada en el recuento de Rhonda de los eventos que habían ocasionado la declinación en su ánimo. Parecía que ella tenía una expectación realista respecto a la hipnosis; todos sus objetivos estaban por cierto dentro del método solicitado. Rhonda exhibía un estilo lineal y absorbente (según el criterio de Zeig), y estaba especialmente perturbada por la forma en que la depresión había interferido con su habilidad para derivar gozo (“hedonismo” en el sistema de valores de Scwartz) de la vida y ser amorosa y útil (“benevolencia”) con sus hijos. El estilo atribucional de Rhonda tendía a ser externo; su estilo cognitivo era moderadamente abstracto. Su solicitud al terapeuta parecía ser que éste jugara el rol de facilitador y no había una resistencia identificable. Rhonda parecía estar preparada para el tratamiento. La sesión hipnótica inicial empleó un acercamiento que implicó intervenciones complementarias para la catalepsia, la disociación, analgesia y regresión de edad. Se usó una combinación de métodos directos e indirectos para acomodarse, respectivamente, a su estilo atribucional externo y su habilidad para abstraer de las analogías y las anécdotas. La inducción de hipnosis fue lograda en un modo secuencial (utilizando el estilo de procesamiento lineal), dirigiéndola hacia los sistemas sensoriales, con relajación progresiva en el cuerpo. Se ofrecieron 12 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE sugestiones que Rhonda disfrutaría totalmente el conjunto de sensaciones e imágenes en “este lugar”, borrando algo que sonara como “desplazamiento”, un juego en base a una de las palabras que usó para describir sus experiencias con la depresión. Se le recordó que mucha de las cosas que ella escuchara y experimentara “estarían con ella durante días”, de modo que ella pudiera considerarlas y personalizar el material en su vida. Al utilizar la progresión de edad, se le solicitó que se imaginara en algún punto en el futuro admirando los logros de sus hijos y reconociendo su rol vital en el desarrollo de ellos. También se le sugirió que su mente inconsciente “podía moverla de 5 a 6; algo que realmente su inconsciente pude hacer con facilidad. Y si puede moverla de 5 a 6, por cierto que puede ayudarla a moverse de 6 a 7.” Se ofrecieron sugestiones posthipnóticas que le permitirían sentirse conectada con su vida, su familia y su trabajo, y permitieran que el gozo que ella había derivado durante la hipnosis se expandiera a sus actividades diarias. Se mezclaron algunas breves analogías respecto a la “conexión” (v.g., los carros de un tren, la energía de los imanes). Rhonda escuchó la cinta de audio casi todos los días. Reportó gran satisfacción con los resultados y, a través de los siguientes seis meses, mejoró en forma constante. Las sesiones hipnóticas posteriores construyeron sobre la información derivada de la evaluación inicial e incorporaron comentarios que Rhonda iba ofreciendo. PROCESO DE LA EVALUACIÓN La evaluación realmente nunca termina. La evaluación inicial suministra la plataforma para la psicoterapia. Pero los clínicos continúan evaluando la disposición a responder de sus pacientes, tanto en el consultorio como en sus reportes de las experiencias entre las sesiones. Debido a que la terapia generalmente está compuesta de múltiples encuentros, se mantiene un foco consistente con el grado en el cual el tratamiento está facilitando el cambio en la dirección deseada. Ya sea que se utilicen métodos hipnóticos u otros métodos, la evaluación del proceso terapéutico promueve ajustes constantes y un refinamiento en la utilización. La última evaluación ocurre, desde luego, cuando los pacientes deciden si han logrado o no sus ambiciones terapéuticas. Si las han logrado, la evaluación ha llegado a su término. Si no las han logrado, el ciclo de la evaluación comienza nuevamente. CONCLUSIÓN La utilización es el combustible que impulsa a la psicoterapia ericksoniana, un vehículo que permite a los terapeutas y a los pacientes a navegar grandes distancias en el cambio y evolución personal. La evaluación es el mecanismo por medio del cual el rango de posibilidades para la utilización puede ser acotado e individualizado. La evaluación y la utilización están en una relación recíproca: a través de la evaluación se refina lo que será utilizado y ésta, a su vez, estimula más material para ser evaluado. El principio revolucionario de Erickson de la utilización continúa 13 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE reverberando a través del mundo de la psicoterapia. Promueve una concepción de la evaluación como un tema perpetuo en el proceso de la psicoterapia. Es tan esencial para la utilización como lo es la melodía para una canción. Puntos claves Ø La evaluación comienza con el primer contacto del terapeuta y el paciente. Ø La evaluación no finaliza hasta que termina la terapia. Ø Todo puede ser utilizado; todo puede ser evaluado. Ø La evaluación que el terapeuta hace de si mismo es tan importante como la evaluación del paciente. Ø La evaluación y la utilización son inseparables. Referencias Fisch, R.; Weakland, J. & Segal, L. (1982) The tactis of change. San Francisco: Jossey-Bass [Las tácticas del cambio, Ed. Herder, Barcelona, 1984] Geary, B. (1994, December). “Systematic utilization of the hypnotic phenomena in Ericksonian hypnosis and psychotherapy.” Presented at the Sixth International Congress on Ericksonian Approaches to Hypnosis and Psychotherapy, Century City, CA. Geary, B. (1996, May) “Guidelines in the utilization of direct and indirect methods in hypnotic psychotherapy.” Presented at the International Congress on Hypnosis and Modified States of Consciousness, Rome, Italy Geary, B. (1998, November) Utilization of values in Ericksonian hypnosis and psychotherapy. Presented at the Thrid European Congress on Ericksonian Hypnosis and Psychotherapy, Venice, Italy Haley, J. (1973) Uncommon therapy. The psychiatric techniques of Milton H. Erickson, M.D. New York: Norton [Terapia no convencional. Las técnicas psiquiátricas de Milton H. Erickson. Amorrortu, Buenos Aires, 1980] Hilgard, E. (1965) Hypnosis susceptibility. New Cork: Harcourt, Brace & World Kihlstrom, J. (1985) Hypnosis. Annual Review of Psychology, 36, 385-418 Lynn, S.; Neufeld, V. & Maré, C. (1993) Directed versus indirect suggestions: A conceptual and methodological review. International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis, 41(2), 124-152 Mann, J. (1973) Time-limited psychotherapy. Cambridge, MA: Harvard University Press Orlinsky, D.; Grawe, K. & Parcs, B. (1994) Process and outcome in psychotherapy—Noch einmal. In A. Bergin & S. Garfield (Eds.), Handbook of psychotherapy and behavior change (4th ed.). New York: Wiley Prochaska, J. (1991) Prescribing to the stages and levels of change. Psychotherapy, 28, 463-468 14 I NSTITUTO MILTON H. ERICKSON DE SANTIAGO CENTRO P ARA EL D ESARROLLO DE LA P SICOTERAPIA E STRATÉGICA BREVE Prochaska, J. (1995) Common problems—common solutions. Clinical Psychology: Science and Practice, 2, 101105 Prochaska, J. & DiClemente, C. (1992) Stages of change in the modification of problem behaviors. In M. Hersen, R. Eisler & P. Miller (Eds.), Progress in behavior modification (p. 184-214), Sycamore. Il: Sycamore Press Prochaska, J., and DiClemente, C. & Norcross, J. (1992) In search of how people change. American Psychologist, 47, 1102-1114 Robles, T. (Ed.) (1991) Terapia cortada a la medida. Un seminario Ericksoniano con Jeffrey K. Zeig. México: Alom Editores Rogers, C. (1951) Client -centered therapy: Its current practice, theory, and implications. Chicago: HoughtonMifflin Scwartz, S. (1992) Universals in the content and structure of values: Theoretical advances and empirical tests in 20 countries. Advances in Experimental Social Psychology, 25, 1-65 Scwartz, S. (1994) Are there universal aspect in the structure and contents of human values? Journal of Social Issues , 50, 19-45 Scwartz, S. & Bilsky, W. (1987) Toward a psychological structure and contents of human values. Journal of Personality and Social Psychology, 53, 550-562 Sherman, S. (1988) Ericksonian psychotherapy and social psychology. In J. Zeig & S. Lankton (Eds.), Developing Ericksonian therapy: State of the art. New York: Brunner/Mazel Weitzenhoffer, A. & Hilgard, E. (1959) Stanford Hypnotic Susceptibility Scale, Forms A and B. Palo Alto, CA: Consulting Psychologists Press Weitzenhoffer, A. & Hilgard, E. (1962) Stanford Hypnotic Susceptibility Scale, Form C. Palo Alto, CA: Consulting Psychologists Press Wolinsky, S. (1991) Trances people live. Falls Village, CT: Bramble Zeig, J. (1985) Experiencing Erickson. New York: Brunner/Mazel 15