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_________________________________________________ PREVENCIÓN DE NEUMONÍA ASOCIADA AL RESPIRADOR _________________________________________________ Juan José Diaztagle Fernández*, MD, Internista, Epidemiólogo, MSc. en Fisiología *Unidad de Cuidados Intensivos, Hospital El Tunal E.S.E Correo electrónico: htunalcove@hospitaleltunal.gov.co ; htunalcove@yahoo.com Material de educación continua. 2011 julio. Actualizado en ago 2013. Objetivo Brindar elementos básicos para la prevención, diagnóstico, y tratamiento de la neumonía relacionada con el respirador a los profesionales de la salud, en especial de la Unidad de Cuidados Intensivos para Adultos del Hospital El Tunal (HET), con el propósito de disminuir el número de casos del evento, estandarizar criterios diagnósticos y parámetros de tratamiento. Introducción La Neumonía Asociada al Respirador (NAR) hace parte del grupo de las neumonías asociadas al cuidado de la salud, las cuales son un componente de las ahora denominadas Infecciones Asociadas al Cuidado de la Salud (IACS). The Centers Disease Control and Prevention (CDC) y The National Healthcare Safety Network (NHSN) definen la NAR como aquella neumonía que se presenta en personas que tienen un dispositivo para asistencia o control de la respiración de manera continua a través de una traqueostomía, o por intubación endotraqueal, dentro de un período de 48 horas antes del inicio del cuadro clínico de infección, incluyendo el período de retiro de la ventilación. Las neumonías adquiridas en el hospital pueden ser clasificadas según el tiempo de inicio en tempranas y tardías. Las neumonías de inicio temprano ocurren en los primeros 4 días de hospitalización, mientras que las de inicio tardío ocurren luego de estos 4 días. Las primeras, son a menudo causadas por Moraxella Catarrhalis, H. Influenza y S. pneumoniae, mientras que las segundas son frecuentes por bacilos Gram-negativos o Staphyloccus aureus, incluyendo el Staphyloccus aureus Meticilino-Resistente (SAMR). Por su parte, las neumonías por broncoaspiración son catalogadas como asociadas al cuidado de la salud, si no estaban claramente presentes o en proceso de instauración al ingreso del paciente al hospital. Por otra parte, cuando se reportan múltiples episodios de neumonía asociadas al cuidado de la salud en un mismo paciente, es necesario observar evidencia de resolución de la infección inicial. La adición o el cambio en el patógeno, sólo, no son evidencia de un nuevo episodio de neumonía. Es necesario combinar nuevos signos o síntomas y evidencia radiográfica. (Horan T et al. 2008) El impacto Las Tasas La NAR es común en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Afecta hasta el 27% de los pacientes con respirador. Diversas agencias sanitarias y grupos ofrecen cifras para las tasas de prevalencia de NAR en UCI. El NHSN es un sistema de vigilancia epidemiológica dependiente de los CDC en los Estados Unidos, establecida en el 2005, con el fin de integrar 3 sistemas de vigilancia previos: el NNIS (National Nosocomial Infections Surveillance), el DSN (Dyalisis Surveillance Network) y el NHSN (National Surveillance Systems for Healthcare Workers). El NHSN facilita el reporte voluntario de los datos de vigilancia de las IACS para agregarlos en una base de datos nacional. Entre los objetivos de esta base de datos se encuentra: estimar la magnitud de las IACS, monitorizar las tendencias de las IACS y facilitar comparaciones entre hospitales, que puedan ser utilizadas para realizar actividades de mejora de la calidad. En el reporte del NHSN publicado en diciembre de 2009, las tasa de NAR oscilan entre 0.7-7.4 x 1000 días respirador. Estas tasas varían según el tipo de UCI. Por ejemplo, la mayor tasa se reporta en UCI para quemados. En esta UCI, para los percentiles 25, 50 y 75 las tasas son de 2.4, 7.4 y 13.1 x 1000 ¡PREVENIR ES LO PRIMERO! 1/9 días-respirador respectivamente. Por su parte, para una UCI de trauma son de 2.1, 5.2 y 10 x 1000 días-respirador.(Edwars J et al. 2009) Por su parte, el INICC (International Nosocomial Infection Control Consortium) con un sistema de vigilancia basado en el NHSN, y que. actualmente agrupa por lo menos 173 UCI de 25 países de América Latina, Asia, Africa y Europa, en su reporte publicado en marzo del 2010 presenta que el promedio de las tasas para la NAR oscila entre 9.3-51.7 x 1000 días-respirador según el tipo de UCI. Para UCI de trauma el promedio fue de 51.7 (46.4-57.6) x 1000 días respirador, mientras que para una UCI médico-Quirúgica, el promedio fue de 14.7 (14.2-15.2) x 1000 días respirador (Rosenthal VD et al. 2010). Varios hospitales en Colombia, hacen parte del INICC. En Colombia Una publicación realizada en el 2006 recopila los datos recolectados para 10 UCI de 9 hospitales en el país. En este reporte, la tasa promedio de NAR fue de 10.0 (8,593) x 1000 días-respirador (Alvarez C. et al 2006). Posteriormente el Grupo Nacional de Vigilancia Epidemiológica de las Unidades de Cuidados Intensivos (GRUVECO), liderado desde la ciudad de Medellín, realizo un estudio, publicado en 2009 estudio en el que participaron 35 UCI de 7 ciudades de Colombia. Para la NAR, los percentiles 25, 50, 75 fueron 4.27, 7.37 y 9.91 x 1000 días-respirador respectivamente. (Molina F. et al. 2009) Factores de riesgo Se han identificado algunos factores de riesgo asociados a la NAR, entre los cuales están: duración de la respiración asistida, presencia de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), sepsis, Síndrome de Dificultad Respiratoria Aguda (SDRA), enfermedades neurológicas, trauma, uso previo de antibióticos y las transfusiones sanguíneas (Chastre J, Fagon JY, 2002). ellos concluyen que en pacientes con SDRA y con trauma no hay evidencia de mortalidad atribuible a NAR. Recientemente, Nguile-Makao M et al. (2010) publicaron un estudio que evaluó la mortalidad atribuible a NAR. En este estudio los autores utilizan como herramienta estadística la regresión logística condicional y un modelo multiestado conocido como modelo de incapacidad progresiva (progressive disability model), el cual fue desarrollado para tomar en cuenta la dependencia del tiempo que presenta el factor de riesgo evaluado. En los resultados, utilizando el modelo ajustado de regresión logística condicional, la NAR estuvo asociada con un incremento del riesgo de muerte (OR=1.71; IC95%, 1.32-2.22; p<0.0001). La mortalidad atribuible a NAR fue de 10.4% según el modelo de regresión y de 8.1% según el modelo multiestado. Sin embargo, este último análisis mostró que la mortalidad atribuible era diferente en los subgrupos de análisis, de tal forma que la relación estaba mejor establecida en pacientes quirúrgicos, pacientes con valores intermedios de SAPS II, pacientes con NAR de inicio tardío y pacientes con puntajes de LOD > 5. Los autores concluyen que la mortalidad atribuible a NAR varía ampliamente con el casemix. Costos Los costos atribuibles a la NAR también han sido sujeto de evaluaciones en estudios europeos y norteamericanos. Warren et al. (2003) diseñaron un estudio que tuvo como objetivo determinar los costos atribuibles a NAR en pacientes ventilados en UCI en un centro médico suburbano no universitario, para lo cual utilizó un modelo de regresión linear múltiple de los costos hospitalarios totales. El resultado mostró que el costo atribuible fue de 11,897 dólares (IC95%; 5.265-26214 dólares). En la revisión sistemática mencionada de Safdar et al (2005), se evaluó también el tema de los costos y se determinó que el costo atribuible a la NAR puede oscilar entre 10,019 y 13,647 dólares. Morbilidad y Mortalidad La tasa de mortalidad de la NAR oscila entre 20-50% y puede llegar hasta un 70% cuando la infección es causada por patógenos multi-resistentes. La incidencia de mortalidad atribuible a la NAR es difícil de cuantificar, sin embargo se conoce que puede incrementar la mortalidad de la enfermedad subyacente hasta en un 30%. También está asociada con una considerable morbilidad, incluyendo estancia en UCI prolongada, respiración asistida prolongada y aumento de los costos (Rea-Neto A, et al. 2008). Safdar et al. (2005) realizaron una revisión sistemática sobre las consecuencias clínicas y económicas de la NAR. En este estudio los autores identificaron 9 reportes de 8 estudios de cohorte que evaluaron el tema. De los 9 reportes, 4 fallaron en encontrar una mortalidad significativa atribuible a la NAR, mientras que 5 encontraron un exceso de mortalidad atribuible que varió entre 15% y 50% comparados con los controles. El OR estimado para 6 estudios que evaluaron mortalidad en UCI fue de 2.03 (IC95%, 1.16-3.56), sin embargo se encontró una heterogeneidad significativa entre los estudios. En 4 estudios que evaluaron la mortalidad hospitalaria, el OR fue de 1.64 (IC95%, 0.86-3.04). Por otra parte el promedio de días adicionales en UCI atribuibles a la NAR, calculados a partir de datos de 3 estudios, fue de 6.1 (IC95%, 5.32-6.87). Melsen W et al. (2009) realizaron otra revisión sistemática en la que se incluyeron 52 estudios observacionales. En sus resultados, encontraron una tasa de mortalidad variable, el RR agregado para estos estudios fue de 1.27 (IC95%, 1.15-1.39) pero existió una considerable heterogeneidad entre ellos. Cuando se evaluaron ciertos subgrupos, no se evidenció heterogeneidad significativa en los grupos de pacientes con SDRA y con trauma. En pacientes de trauma el RR para mortalidad fue de 1.09 (IC95%, 0.87-1.37), y en pacientes con SDRA, el RR fue de 0.86 (IC95%, 0.72-1.04). Por esta razón, Enfoque diagnóstico y terapéutico En la NAR el enfoque diagnóstico es fundamental. Un retardo en el diagnóstico y subsecuentemente en el inicio de la terapia adecuada puede estar asociado con peores resultados en estos pacientes. Por otra parte, un diagnóstico incorrecto puede permitir un tratamiento inadecuado y complicaciones posteriores que se relacionan con la terapia. Para realizar un adecuado proceso diagnóstico, se han propuesto ciertos criterios que incluyen manifestaciones clínicas, técnicas de imagen, métodos para obtener e interpretar especímenes broncoalveolares, y biomarcadores de respuesta al huésped. Debida a la falta de un “gold standar” aceptable, la exactitud de estos métodos en el diagnóstico es controversial (Rea-Neto A, et al. 2008). Diagnóstico clínico El diagnóstico clínico de la NAR tradicionalmente ha sido hecho por la asociación de una consolidación nueva o progresiva en la radiografía de tórax, más al menos dos de las siguientes variables: fiebre mayor de 38°C, leucocitosis o leucopenia, y secreción purulenta. Estos criterios fueron propuestos por Johanson et al. (1972), en el año de 1972, y, a pesar de ser ampliamente utilizado, y ser los que actualmente recomienda la American Thoracic Society Consensus Conference sobre NAR (ATS 2005), carece de evaluaciones objetivas que establezcan su rendimiento como prueba diagnóstica. Se conoce un solo estudio que evalúa el desempeño diagnóstico de estos criterios, realizado por Fabregas et al. (1999). En este estudio se comparó los criterios de Johanson con resultados de biopsias pulmonares post-morten mostrando una sensibilidad de 69% y una especificidad de 75%. ¡PREVENIR ES LO PRIMERO! 2/9 The National Nosocomial Infection Surveillance (NNIS), es un sistema de vigilancia epidemiológica desarrollada en los años 70 por el CDC como una herramienta para describir la epidemiología de las infecciones adquiridas en el hospital y producir información común que permitiera la comparación interhospitalaria. El NNIS-CDC propuso recientemente unos criterios para establecer el diagnóstico de NAR. Estos criterios no han sido comparado con resultados de patología (Rea-Neto A, et al. 2008), sin embargo, fue evaluado en un estudio donde se comparó con resultados de cultivos del Lavado Broncoalveolar (BAL). En este estudio, realizado en 292 pacientes con trauma se observó una sensibilidad de 84% y una especificidad de 69% (Miller N et al. 2006). A pesar que su desempeño diagnóstico es bastante aceptable, estos criterios son complejos, con múltiples componentes que lo hacen difícil de aplicar en la práctica clínica diaria. Posteriormente, The Clinical Pulmonary Infection Score (CPIS) fue propuesto por Pugin et al. (1991) como una herramienta para establecer el diagnóstico de NAR. Este puntaje utiliza 6 variables (temperatura, recuento de leucocitos, aspirado traqueal, oxigenación, resultados radiográficos y cultivos semicuantitativos de aspirado traqueal) y aunque la descripción original mostró una sensibilidad de 93% y una especificidad de 100%, este estudio incluyó solo 28 pacientes, y se comparó contra un cultivo cuantitativo de BAL que utilizó un “índice bacteriano” que no es considerado un “gold estándar” adecuado para el diagnóstico de NAR. Sin embargo, a diferencia de los anteriores, este índice ha sido evaluado ampliamente en muchos estudios clínicos en cuanto a su desempeño diagnóstico. Comparado con diagnósticos patológicos, el CPIS tiene un rendimiento moderado, con una sensibilidad entre 7277% y una especificidad entre 42-85% (Fabregas et al. 1999, Papazian et al. 1995), mientras que cuando se comparó con los cultivos establecidos por BAL, la sensibilidad estuvo entre 3089% y la especificidad entre 17-80%. Estos resultados tienen una amplia variación y la evaluación del CPIS ha tenido diversas limitaciones, una de ellas comunes a todos los índices y es que no existe un verdadero gold estándar contra el cual se puedan comparar, y otra, propia del CPIS es que el cálculo ha sido modificado por algunos autores y se han utilizado diferentes puntos de corte para realizar el diagnóstico de la NAR (ReaNeto A, et al. 2008). Enfoque bacteriológico Muchos estudios han evaluado el valor de los datos bacteriológicos para establecer el diagnóstico de la NAR. Al respecto, hay dos controversias principales en el enfoque: La primera, es acerca de la superioridad diagnóstica de los estudios cuantitativos versus los cualitativos. La segunda, la superioridad de la utilidad de los enfoques invasivos versus los no invasivos para obtener la muestra con el fin de establecer el diagnóstico. En cuanto al primer punto, una revisión sistemática realizada por Berton et al. (2008) publicada recientemente en la base de datos de Cochrane tuvo como objetivo comparar el beneficio de utilizar cultivos cuantitativos con cualitativos obtenidos de muestras de secreciones respiratorias, en cuanto a los resultados clínicos del pacientes con NAR. Ellos identificaron 3 Estudios Clínicos Aleatorizados (ECA) que comparaban estas técnicas, y en su metanálisis no encontraron diferencias significativas en la tasa de mortalidad (RR=0.91, IC 95% 0.751.11). Tampoco hubo diferencias significativamente estadísticas en cuanto al número de días de respiración asistida, la longitud de la estancia en UCI o cambios de antibióticos (Berton DC, et al. 2008). En cuanto a la segunda controversia, los cultivos cuantitativos obtenidos por diferentes métodos, incluyendo, BAL (punto de 4 4 corte 10 UCF), BAL protegido (pBAL) 10 , cepillado protegido 3 (PSB)10 , o aspirado traqueo-bronquial (TBA)105 parecen ser equivalentes en el diagnóstico de la NAR. Comparado con un diagnostico patológico de la NAR, el BAL tiene una sensibilidad entre 19-83%, y una especificidad entre 45-100%; el pBAL, 39- 80% y 66-100% respectivamente; el PSB, 36-83% y 50-95%; y, el TBA 44-87% y 31-92% (Rea-Neto A, et al. 2008). Shorr et al. (2005) realizaron un metanálisis con el objetivo de evaluar el impacto de estrategias invasivas para obtener cultivos, sobre los resultados en NAR. Ellos identificaron cuatro estudios que cumplieron los requisitos de inclusión y exclusión (Sanchez Nieto JM, et al. 1998, Ruiz M, et al. 2000, Fagon JY, et al. 2000, Sole Violan J, et al. 2000). En los resultados no encontraron diferencias en cuanto a la mortalidad (OR=0.89, IC95% 0.561.41), sin embargo si notaron diferencias en el cambio del uso de antibióticos con la estrategia invasiva (OR=2.85, IC95% 1.455.59). La revisión sistemática de Cochrane citada anteriormente (Berton DC, et al. 2008), evaluó también este último punto. Ellos identificaron 5 ECA que compararon las técnicas invasivas y no invasivas en el enfoque de las NAR. En el análisis estadístico realizado, no hubo diferencias en la reducción de la mortalidad a 28 días en el grupo invasivo comparado con el grupo no invasivo (RR=0.93, IC 95% 0.78-1.11). Tampoco encontraron diferencias significativas entre las intervenciones con respecto al número de días de respiración asistida, la duración de la estancia en UCI y los cambios de antibióticos. Este último metanálisis incluyó un estudio importante publicado en el 2006 (The Canadian Critical Care Trials Group, 2006), que evaluó esta hipótesis, y que no se inlcuyo en el metanálisis de Shorr et al. (2005). En este estudio se comparó el cultivo cuantitativo del BAL, y el cultivo no cuantitativo obtenido por TBA en 740 pacientes críticamente enfermos con sospecha de NAR. Los resultados evidenciaron que la tasa de mortalidad fue de 18.9%, versus 18.4% respectivamente, p=0.94. También produjeron resultados similares en cuanto los días sin antibióticos y la duración de la estancia en UCI. Los autores concluyeron que las dos estrategias diagnósticas para NAR estaban asociadas con resultados clínicos similares, así como también en el uso de antibióticos. Este estudio ha recibido diversas críticas, empezando desde su editorial (Kollef M, 2006), sin embargo, tiene gran impacto a la hora de realizar conclusiones y recomendaciones de Medicina Basada en la Evidencia (MBE) (Kwon Y, et al. 2009, Valencia M, Torres A. 2009). Un Journal Club publicado recientemente evalúa en detalle este estudio, comparándolo con el estudio de Fagon JY, et al. (2000), que es el mayor estudio que demuestra la evidencia contraria (Kwon Y, et al. 2009). Kwon Y, et al. (2009) concluyen que “la evidencia actual no soporta el uso de técnicas invasivas sobre los enfoques no invasivos para el diagnóstico de la NAR en la mayoría de pacientes, excepto en aquellos con alto riesgo de infecciones por microorganismos multiresistentes. La estrategia más importante es empezar pronto un antibiótico apropiado cuando se sospecha la NAR y disminuir el espectro o ajustar la terapia tan pronto los resultados de los cultivos estén disponibles”. Mauricio Valencia y Antoni Torres (2009) concluyen en una revisión reciente que, “al presente, no parece ser necesario realizar técnicas invasivas en todos los pacientes para obtener muestras de secreciones respiratorias del tracto inferior, ya que las técnicas ciegas o el aspirado traqueal ofrecen rendimientos diagnósticos similares, en mortalidad y uso de antibióticos”. Por lo anterior, si bien es cierto que la evidencia de MBE no apoya el uso rutinario de una estrategia invasiva para realizar el enfoque diagnóstico de la NAR, esta conclusión debe ser tomada con cautela e individualizada según la situación clínica del paciente y las condiciones propias de cada hospital. Es bueno anotar que, la utilidad de los cultivos ha sido cuestionada por diversas razones. Se ha demostrado por ejemplo, que el uso de antibióticos previos disminuye considerablemente la sensibilidad de las muestras de cultivo del BAL (Torres A, et al. 2000). Se ha reportado que el microorganismo identificado en cultivos cuantitativos de un método transtraqueal, frecuentemente no se correlaciona bien con el cultivo obtenido de una muestra patológica. Por último, se ha demostrado también, una variabilidad intra-individual al comparar dos procedimientos de PSB consecutivos en el mismo ¡PREVENIR ES LO PRIMERO! 3/9 pulmón. Gerbaux et al. (1998), demostró una repetibilidad de solo 75%, la cual disminuye a 53% cuando se utiliza una muestra de pulmón contralateral (Bultler K, et al 2004). Antibioticoterapia En el enfoque de manejo de la NAR se ha recomendado el uso de la terapia antibiótica “empírica”, esto es, el inicio de la terapia antibiótica al tiempo de la sospecha de la NAR. Se ha demostrado que retardar la terapia antibiótica hasta la obtención de cultivos no presenta un beneficio en la mortalidad, y potencialmente aumenta los costos y la estancia del paciente en UCI. Existen múltiples estudios observacionales que sugieren que hay daño en el paciente cuando la terapia antibiótica es retardada. En cuanto al número de antibióticos que se deben iniciar, se ha evaluado el beneficio de utilizar monoterapia de amplio espectro versus terapia combinada como enfoque de manejo antibiótico “empírico”. Sobre la base de 5 estudios clínicos que compararon estas estrategias, las Guías de la Sociedad Canadiense de Cuidado Crítico concluye que no hay ventaja en cuanto a la terapia combinada. Estos estudios no demostraron ninguna diferencia en la mortalidad o en la tasa de respuesta clínica, sin embargo, el beneficio de una reducción en el uso de antibióticos y en los costos favorece la monoterapia. El antibiótico específico que se debe iniciar, debe ser definido según los modelos de resistencia local y los factores de riesgo de los pacientes. (Muscedere J et al. 2008) En cuanto a la duración de la terapia antibiótica, un estudio publicado en el año 2003 por Chastre et al. compara la suspensión de la terapia antibiótica a los 8 días, cuando el antibiótico inicial era el adecuado, contra una duración de la terapia de 15 días. En este estudio no hubo diferencias en la mortalidad, la duración de la estancia en UCI o la duración de la respiración asistida (Chastre et al, 2003), por lo tanto, en términos generales, la duración de la terapia antibiótica se encuentra entre 7-10 días, sin embargo, ésta debe ser individualizada teniendo en cuenta la presencia de cierto tipo de microorganismos como bacterias gram negativas no fermentadoras, Pseudomonas aeruginosa o Acinetobacter o ciertos factores de riesgo de cada paciente. Prevención Diversas medidas han demostrado ser benéficas en la prevención de la NAR. Una de las que presenta alguna controversia es la utilización de la Clorhexidina como antiséptico bucal. Al respecto, basados en la información de tres ECA Fourrier et al. (2000, 2005) y Koeman et al (2006), el consenso canadiense recomienda considerar el uso de la Clorhexidina para prevenir la NAR. También hay información disponible de por lo menos tres metanálisis que evalúan el papel de los decontaminates orales. El metanálisis publicado por Chan et al. (2007) evaluó el efecto de la descontaminación oral con varios agentes en el resultado de los pacientes, y no se limitó a la Clorhexidina, por lo tanto nos centraremos en los otros metanálisis. En el 2006, Pineda L. et al. (R35) publicó un metanálisis que tuvo como objetivo evaluar la eficacia de la aplicación de la Clorhexidina oral sobre la incidencia de neumonía en pacientes con respiración asistida. Ellos identificaron 4 estudios con los cuales realizaron el análisis (DeRiso A et al. 96, Fourrier F et al. 2000, Houston S et al. 2002, Fourrier A et al. 2005). En los resultados, la incidencia de NAR fue de 7% en el grupo control y de 4% en el grupo de Clorhexidina, sin embargo este resultado no alcanzó significancia estadística (OR: 0.42, IC95% 0.16-1.06). Los autores concluyeron que el uso de la Clorhexidina no resultó en una reducción significativa en la incidencia de la NAR. En el 2007, Chlebicki M y Safdar N (595), publicaron un metanálisis con el mismo objetivo que incluyó 7 ECA (DeRiso A et al. 1996, Fourrier F et al. 2000, Houston S et al. 2002, Grap MJ, et al. 2004, MacNaughton P, et al. 2004, Fourrier A et al. 2005, Koeman M et al. 2006). En sus resultados, la Clorhexidina redujo en la incidencia de NAR. Este resultado alcanzó significancia estadística cuando se utilizó en el metanálisis un modelo de efectos fijo (RR=0.74, IC 95% 0.56-0.97; p=0.02); sin embargo, cuando se utilizó un modelo de efectos aleatorios el resultado no alcanzó significancia estadística (RR=0.70, IC 95% 0.47-1.04; p=0.07). Los autores concluyeron que la Clorhexidina tópica es benéfica en prevenir la NAR; este beneficio es mayor en pacientes de Post-Operatorio (POP) de cirugía cardíaca. Más recientemente Tantipong H et al. (2008) publicaron un estudio con el objetivo de determinar la efectividad de la descontaminación oral con Clorhexidina al 2% para prevenir la NAR. En los resultados, estos autores encontraron una incidencia de NAR de 4.9% en el grupo de Clorhexidina comparado con 11.4% en el grupo control (p=0.08), con una tasa de NAR de 7 x 1000 días-respirador y 21 x 1000 díasrespirador respectivamente (p=0.08). Vale la pena mencionar que los estudios han utilizado formas variables en la aplicación de la Clorhexidina. Fourrier et al. (2000, 2004) utilizaron Clorhexidina al 0.2% en gel tres veces al día, DeRiso et al. (1996) al igual que MacNaughton et al. (2004) utilizaron Clorhexidina 0.12% 15 ml dos veces al día, mientras que Koeman et al. (2006) utilizaron Clorhexidina al 2%, 4 veces al día. Se ha planteado que la concentración de la Clorhexidina puede afectar los resultados. Tantipong H et al. (2008) realizaron un metanálisis de 2 estudios que utilizaron Clorhexidina al 2%, donde demostró una disminución del riesgo relativo para NAR de 0.53 (IC 95% 0.31-0.9, p=0.02). Estrategias de prevención The Society for Healthcare Epidemiology of America (SHEA) y la Infectious Diseases Society of America (IDSA), han publicado recientemente la actualización de las estrategias de prevención para la NAR (2008). En este documento se realizan las siguientes recomendaciones: Educación Los esfuerzos en educación deben ir encaminado al personal en general, quienes ofrecen cuidado de salud en el paciente crítico en general; y, a los clínicos en particular: La educación al personal general de salud incluye: Conocimiento de la epidemiología local, los factores de riesgo y los resultados de los pacientes. Por su parte, la educación al clínico, va encaminada, además, al conocimiento de las estrategias de respiración asistida no Invasiva (RANI). Vigilancia de la Neumonía Asociada al Respirador Realizar una observación directa de la adherencia a las guías con la medición de los siguientes procesos: • Higiene de manos • Posición de la cama • Interrupción de la sedación diaria • Evaluación de la buena disposición a la extubación • Cuidado oral regular Tener una conducta de investigación activa para la NAR. • Recolectar datos que soporten la identificación de los pacientes con NAR y calcular las tasas. Práctica • Implementar políticas y prácticas para la desinfección, la esterilización y el mantenimiento del equipo respiratorio alineadas con estándares basados en la evidencia. ¡PREVENIR ES LO PRIMERO! 4/9 • • • Asegurar que todos los pacientes (excepto aquellos con contraindicaciones médicas) se mantengan en posición semirecumbente. Realizar un cuidado oral antiséptico regular en concordancia con la recomendación. Ofrecer fácil acceso a equipos de ventilación no invasiva e implementar protocolos para promover el uso de respiración asistida no invasiva. Responsabilidades • • • • • Soportar un programa de control y prevención de la NAR. El jefe del servicio es responsable para asegurar que personal entrenado sea asignado al programa de control y prevención de infecciones. El jefe del servicio es responsable de asegurar que el personal del cuidado de salud, incluyendo personal licenciado y no licenciado sean competentes para desarrollar el trabajo bajo sus responsabilidades. El personal directamente responsable del cuidado del paciente y el personal auxiliar es responsable que las prácticas de control y prevención de las infecciones sean utilizadas todo el tiempo. Las personas quienes manejan los programas de prevención y control son responsables de asegurar la implementación de un programa activo para identificar NAR, que los datos sobre NAR sean analizados y regularmente enviados a quienes usan la información para mejorar el cuidado de la calidad, y que las prácticas basadas en la evidencia sean incorporadas al programa. Enfoques especiales para la prevención de la NAR Estos enfoques son recomendados en sitios o poblaciones hospitalarias que tiene tasas inaceptablemente altas de NAR a pesar de la implementación de un programa adecuado de prevención de la NAR e incluyen: • Utilizar tubos endotraqueales con succión en línea y subglótica. • Asegurar que todas las camas en UCI utilizadas para pacientes con respiración asistida tengan una herramienta construida que ofrezca un monitoreo continuo del ángulo de inclinación. Guías de NAR La no adherencia a las guías de manejo de NAR es común entre médicos y enfermeras y se ha documentado en varias investigaciones. Heylan D et al. (2002) realizó una investigación en Canadá donde se documento que 16.6% de los directores de UCI encuestados refirieron cambiar circuitos de respirador cada 48 horas, lo cual no es correcto, y en observaciones directas, el 54% de los pacientes tuvieron una elevación de la cabecera de la cama <30°, lo que no está acorde con las guías. En otro estudio realizado en España, se encuestaron 32 directores de UCI de hospitales públicos. En los resultados se resalta que el 25% de las UCI realizaban cambios de circuitos en un tiempo menor a 72 horas, un 11% utilizaba una práctica de suspensión diaria de la sedación, 75% tenían una guía específica para la terapia con antibióticos y 29% diagnosticaban NAR sin confirmación bacteriológico. Los autores concluyeron que procedimientos comunes de prevención y diagnóstico en la práctica clínica difieren de las recomendaciones basadas en la evidencia (Sierra R, et al 2005). También se ha evaluado la adherencia a las guías por parte del personal de enfermería y se ha visto que hasta un 22% de las enfermeras no se adhieren a las guías de manejo de prevención de la NAR (Ricart M et al. 2003). Se ha evaluado el conocimiento de las guías entre el personal asistencial de una UCI. En un estudio publicado recientemente, el personal de salud fue evaluado mediante un cuestionario de 10 preguntas acerca de varios puntos de la guía de prevención de NAR. En los resultados, se demostró un conocimiento adecuado entre el 78-80%. Los autores resaltan la importancia de involucrar a todo el personal de UCI en la aplicación de las guías de manejo (El-Khatib M, et al. 2010). Finalmente, Rello et al. (2002) publicó un interesante estudio en donde evaluó mediante un cuestionario a 110 líderes de opinión en NAR acerca de las medidas de prevención. En los resultados, la tasa de no adherencia al total de las estrategias de prevención estuvo en un 37%. Entre las razones más comunes para la no adherencia se encontraron el desacuerdo con la interpretación de los estudios clínicos (35%), la pérdida de recursos (31.3%) y los costos (16.9%). En otro estudio que evaluó el concepto de las enfermeras, las razones más importantes para la no adherencia a las guías fueron la disponibilidad de recursos (37%), el discomfort de los pacientes (8.2%), el desacuerdo con el resultado de los estudios (7.8%) y los costos (4%) (Ricart M et al. 2003). Los bundle Una de las organizaciones que ha abanderado la asistencia de las instituciones del cuidado de la salud con programas para implementar guías de práctica basadas en la evidencia es The Institute for Healthcare Improvement (IHI). El componente estándar del enfoque del IHI es el “bundle” de cuidado, definido como grupos pequeños y compactos de prácticas (generalmente de tres a cinco), que cuando se realizan colectiva y confiablemente, han sido probadas que mejoran los resultados en los pacientes. Específicamente en la NAR, el IHI estableció el “ventilator bundle”, el cual consiste en 4 prácticas basadas en la evidencia que mejoran los resultados de la respiración asistida: I. Profilaxis de la úlcera péptica II. Profilaxis de la trombosis venosa profunda (TVP) III. Elevación de la cabecera de la cama IV. Retiro diario de la sedación y evaluación para el weining (proceso de retiro de la asistencia con respirador) El IHI ofreció la metodología no solo para la implementación de bundles, sino también para medir la adherencia con estas recomendaciones, y el objetivo es definido como un 95% de adherencia a los 4 elementos del bundle. (Zilberberg M. et al. 2009) Zilberberg et al. (2009) realizaron una revisión sistemática con el objetivo de evaluar el beneficio de la implementación de este “ventilator bundle” sobre el desarrollo de la NAR y los resultados clínicos. En esta revisión se identificaron 4 estudios que evaluaron estas intervenciones. Dos estudios midieron la tasa de adherencia al bundle. En uno, el 60% de los centros participantes alcanzaron una tasa de adherencia del 95%, mientras que en el otro estudio, el 100% alcanzaron la adherencia a los 6 meses posterior al inicio del estudio. En los 4 estudios se demostró una disminución de las tasas de NAR (de 6.6 a 2.7; 8.2 a 3.3; 6.01 a 2.66 y de 2.7 a 0 x 1000 díasrespirador) (Zilberberg M. et al. 2009). Otros estudios han evaluado bundles con algunas diferencias con respecto al propuesto por el IHI, con resultados favorables. Algunos autores piensan que las intervenciones priorizadas en los bundles no siempre son las identificadas por las guías de tratamiento basado en la evidencia. Con esta concepción un estudio reciente conducido por Rello et al. (2010) desarrolló un paquete de bundle utilizando una metodología formalizada basada en la evidencia. En este estudio 12 participantes de un comité europeo de diferentes disciplinas desarrollaron el bundle utilizando una metodología que comprometía un análisis de decisión muticriterio. Una lista de intervenciones para prevenir la NAR fue considerada, y cada una de las intervenciones fue evaluada mediante criterios que intentaban establecer la ¡PREVENIR ES LO PRIMERO! 5/9 aplicabilidad de la intervención. Estos criterios tenían en cuenta la facilidad de la aplicación de la intervención, la efectividad clínica, la consistencia de los hallazgos en los estudios, la costoefectividad, entre otros puntos. En los resultados las siguientes intervenciones que fueron las de mayores puntajes, deben constituir el bundle: I. Cambio del circuito del respirador cuando esté clínicamente indicado II. Higiene de manos estricta con alcohol-glicerinado III. Uso de un recurso humano entrenado y educado de forma apropiada IV. Incorporar el retiro de la sedación y los protocolos de weining (proceso de retiro de la asistencia con respirador) en el paciente crítico V. Cuidado oral con Clorhexidina Rello et al. (2010) Estrategias de aplicación Las estrategias de implementación de guías pueden mejorar los procesos e impactar de forma variable los resultados del cuidado del paciente. El grado de mejoramiento depende del contexto, los objetivos clínicos y el método de implementación de la guía. Diversas estrategias de implementación han sido propuestas. En términos generales, estas pueden ser pasivas o activas (Sinuff T. et al. 2008). La taxonomía Effective Practice and Organization of Care Group propuesta por el grupo de trabajo liderado por el doctor Grimshaw clasifica las estrategias de implementación de guías en las siguientes intervenciones: 1. 2. 3. 4. 5. 6. Materiales Educativos Reuniones educativas Visitas educativas externas Recuerdos Líderes de opinión local Auditorías y retroalimentaciones (Grimshaw J, et al. 2004) Las estrategias pasivas tales como la distribución de materiales educativos y lecturas didácticas pueden permitir un mejoramiento en el proceso del cuidado, pero no resulta en cambios del comportamiento sostenido o en mejoría de los resultados clínicos. Por otra parte, independiente de la estrategia elegida, las estrategias únicas activas, son más efectivas que las estrategias pasivas. Además, las estrategias multifacéticas adaptadas a las necesidades locales son más efectivas. Estos tipos de estrategias pueden iniciar un cambio sostenido, aunque el tamaño del efecto es variable. (Sinuff T. et al. 2008) Educación en Guías Varios estudios observacionales prospectivos confirman que las intervenciones educativas pueden fortalecer las prácticas tipo bundle para NAR y por lo tanto, reducir significativamente las infecciones. Estudios observacionales unicéntricos en hospitales universitarios y comunitarios sugirieron que el solo uso programas educativos para implementar guías de prevención de NAR pueden ser útil para reducir la incidencia de NAR. En estos estudios observamos que la dirección de las estrategias educativas y las intervenciones mismas no fueron homogéneas. Estos estudios realizaron intervenciones educativas hechas a la medida generalmente fija para médicos, enfermeras y terapistas respiratorias. La variedad de estrategias educativas incluyeron módulos de autoestudio, programas multifacéticos (lecturas didácticas, pósters, provisiones pasivas de materiales de referencias), y otros métodos para mejorar la calidad. A pesar de intervenciones variadas hubo aproximadamente un 50% de disminución en las tasas de NAR a través de los estudios. Sin embargo no es posible realizar una inferencia acerca de los determinantes del éxito en estas intervenciones. (Sinuff T. et al. 2008) Como ejemplos, Babcock et al. (2004) condujeron un estudio de serie de tiempos donde evaluaron la utilidad de una intervención educativa para reducir las NAR. En este estudio, las tácticas específicas para reducir el riesgo fueron: 1) higiene meticulosa de manos, 2) posición de la cabecera mayor a 30°, 3) intubación oral y 4) drenaje del condensado de los circuitos del respirador. Estas intervenciones disminuyeron la tasa de NAR en un 58% (p<0.001) en un hospital universitario (Zack JE et al.2002) y en 46 % (p<0.001) en otro estudio de 4 hospitales (Babcock et al. 2004). Otro estudio unicéntrico que utilizó la educación en combinación con auditorías y retroalimentaciones para implementar una guía para prevención de NAR, también demostró una reducción en la incidencia de NAR (Baxter A et al. 2005). En general estos estudios se enfocaron solo en estrategias preventivas y no evaluaron el mantenimiento de la estrategia en el tiempo ni cointervenciones como líderes de opinión y recuerdos. Muchas veces el impacto de estas intervenciones es cuestionado, debido a que es incierto si ellos mejoran la práctica. La adherencia a las medidas preventivas no siempre se monitorizan sistemáticamente después de la implementación de la intervención y además, la disminución en la tasa de infección puede ser atribuibles a factores no relacionados con la estrategia. Por lo tanto, además de las tasas, es fundamental evaluar la adherencia a las medidas propuestas. En este sentido, la evaluación de los procesos es fundamental. Uno de los estudios recientes que abordó este tema, tuvo como objetivo evaluar el impacto de la instauración de un programa multifacético para prevenir la NAR sobre la adherencia a medidas preventivas para NAR. Boudama L et al. (2010), realizaron un estudio en el Hospital Bichad-Claude-Bernard en Francia, en donde diseñaron una estrategia con los siguientes componentes: 1. Un programa educativo para fomentar en los trabajadores de la salud la adopción de las prácticas recomendadas. 2. Recuerdos regulares retroalimentaciones de la evaluación del desempeño para reforzar cambios. 3. Diseño técnico para mejorar la adherencia con medidas menos factibles de alcanzar en el trabajo diario. Dos dispositivos fueron introducidos, uno para evaluar la posición de la cabecera de la cama y otro para monitorizar la presión del neumotaponador. Las recomendaciones del programa educativo se dirigieron a 8 objetivos teniendo en cuenta que fueran incluidas en guías recientes, fáciles y precisas de definir, y dirigidas al comportamiento de los trabajadores de la salud. Estas fueron: I. II. III. IV. V. VI. VII. VIII. Higiene de manos con alcohol-glicerinado Utilización de gorros y guantes Mantener una posición semirecumbente Mantener la presión del neumotaponador >20 mmHg Sondas orogástrica en vez de nasogástrica Evitar la sobredistensión gástrica Decontaminación oral con Clorhexidina Eliminación de succión traqueal no esencial Cada una de estas recomendaciones fue evaluada mediante un indicador de desempeño al cual se le evaluó la tasa de adherencia. Las medidas de desempeño fueron evaluadas en 5 ocasiones: una basal, una al mes, 6, 12 y 24 meses. En cada una se evaluó el desempeño durante 4 semanas previas a la medición. Las evaluaciones de desempeño consistieron en reuniones regulares, documentación gráfica de la adherencia y publicación de las tasas de NAR en lugares visibles para todo el personal de la salud. En los resultados este estudio demostró un incremento significativo en la adherencia con cada una de las medidas preventivas. Los autores concluyeron que su programa de prevención de NAR incrementó exitosamente la adherencia con medidas preventivas directamente dependientes del desempeño de los trabajadores de la salud. La tasa de NAR disminuyó de 23.5 x 1000 días-respirador a 14.9 y 11.5 al segundo año del ¡PREVENIR ES LO PRIMERO! 6/9 estudio. El enfoque multidimensional fue crítico para que estos cambios fueran marcados, progresivos y sostenidos. Boudama L et al. (2010) aspirado orotraqueal. En el servicio se cuenta con una ficha epidemiológica para captura de datos de neumonía asociada al respirador, la cual debe ser diligenciada por el medico y la terapeuta respiratoria cuando se sospecha este evento. Temas no resueltos Las pautas de prevención de neumonía asociada al respirador adoptadas en la unidad de cuidado intensivo de adultos del Hospital El Tunal son: • Evitar los antagonistas H2 y los Inhibidores de bomba de protones para pacientes quienes no tiene alto riesgo para desarrollar sangrado gastrointestinal (SGI). Descontaminación selectiva del tracto gastrointestinal para todos los pacientes bajo respiración asistida. Utilización de tubos endotraqueales impregnados con antisépticos. Control glicémico intensivo. • • • • • • • • • • Neumonía asociada al respirador en el Hospital El Tunal En la UCI de adultos del Hospital El Tunal, durante 4 años de seguimiento se han presentado 90 neumonías asociadas al respirador, su relación con los expuestos al riesgo permite establecer la tasa, la cual se construye tomando como numerador el número de infecciones relacionada con el dispositivo y en el denominador la suma del número de días que los pacientes estuvieron expuestos al dispositivo, este dato es capturado día a día por los profesionales de enfermería de las unidades de cuidado intensivo del hospital. Con anterioridad entre representantes de la UCI adultos y vigilancia epidemiológica se estableció como referente de comparación los datos publicados por National Healthcare Safety Network (NHSN) para el periodo 2006-2007, para unidad de cuidado intensivo mixta, este valor de referencia se encuentra en las gráficas identificable como una línea de color rojo, señalando el valor 3,4. Al evaluar la tendencia de la tasa se observa una disminución sostenida, con éxitos loables de cero y en una ocasión tres meses seguidos de cero neumonías (mar-abr y may de 2010), ver gráfico 1. Las pautas de terapéutica antimicrobiana empírica basadas en la epidemiología local fueron establecidas por consenso entre la UCI adultos, infectología y vigilancia epidemiológica se resumen en el cuadro 1. Cuadro 1. Hospital El Tunal E.S.E. UCI adultos. Pautas de terapéutica antimicrobiana empírica para neumonía asociada al respirador año 2011. El esquema se debe ajustar según resultados del cultivo y antibiograma. Estas pautas estarán vigentes hasta tanto se mantenga el perfil de sensibilidad y resistencia de los microorganismos asilados en las neumonías asociadas al respirador, una vez su perfil microbiológico cambie, se requerirá nueva estrategia de abordaje, se espera realizar evaluación periódica anual. Grafico 1. Tendencia de la tasa de neumonía asociada al respirador, en UCI adultos, ene 2009 a dic 2012. 18 16 14 12 10 8 6 4 2 jul-12 ene-12 jul-11 ene-11 jul-10 ene-10 jul-09 Bibliografía ene-09 Tasa por mil dias de uso del respirador • • Higiene de manos. Aplicación de precauciones de aislamiento. Educación en prevención de neumonía asociada al respirador. Cabecera a 30° (excepto en quien este contraindicado). Enjuagues bucales con Clorhexidina 2 veces al día. Higiene diaria del paciente en cama, con clorhexidina (baño de gato). Evaluación diaria de la necesidad de retiro de la sedación. Evaluación diaria de la pertinencia de la VM invasiva. Retroalimentación. Percentil 75 NHSN 3.4 Fuente: Estadísticas UCI adultos, Vigilancia Epidemiológica estadísticas 2009 y 2012. Como estrategia de diagnóstico se determinó el uso del CPIS, un valor mayor de 6 establece una alta probabilidad de neumonía asociada al respirador, esta escala debe ser aplicada al momento de la sospecha clínica y sobre las 72 horas posteriores con el resultado de cultivos de secreción orotraqueal tomado por aspiración con técnica estandarizada, el punto de 6 unidades corte para aceptar como positivo es > 1 X 10 formadoras de colonias. El lavado broncoalveolar puede ser usado en casos de inmunocompromiso o en los que el médico tratante no considere suficiente la información obtenida por el Alvarez C, Rosenthal V, Olarte N, et al. Device-associated infection rate and mortality in intensive care units 0f 9 colombian hospital: findings of the international nosocomial infection control consortium. Infect Control Hosp Epidemiol 2006; 27:349-356 ATS. 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