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Revista Atalaya Medica nº 5 / 2014 C•••• •• !"••• Pág. 35-37 INESTABILIDAD POSTRAUMÁTICA DE LA ARTICULACIÓN TRAPEZIOMETACARPIANA Dr. José Vicente Díaz Martínez / Dr. Angel Castro Sauras / Dr. Juan José Ballester Gimenez / Dr. Jose Adolfo Blanco Llorca /Dra. Pilar Muniesa Herrero / Dra. Marta Osca Guadalajara Servicio de Traumatología. Hospital Obispo Polanco. Teruel Paciente de 13 años de edad sin antecedentes médico-quirúrgicos de interés. Acude por hipermovilidad en primer dedo de la mano izquierda con antecedente de fractura de la base del primer metacarpiano (Fig. 1A) de cuatro meses de evolución, tratada de forma conservadora, con férula antebraquial con extensión al primer dedo, durante tres semanas. una discreta subluxación externa del metacarpiano y aumento de la distancia ar!cular trapeciometacarpiana en su ver!ente externa y pinzamiento de la ver!ente interna de la ar!culación. Existe irregularidad en la superficie ar!cular medial metafisaria asociando cambios de edema en relación a fractura subcondral exis!endo edema y sospecha diagnos!ca de desplazamiento del pequeño fragmento asociando liquido ar!cular y marcada edema!zación de las partes blandas adyacentes (Fig. 2) . EXAMEN FÍSICO Inestabilidad en abducción del primer dedo a nivel de la ar!culación trapezio metacarpiana. Dolor selec!vo a la palpación a nivel de la base del primer metacarpiano DIAGNÓSTICO EPIFISIOLISIS CON ARRANCAMIENTO DEL LIGAMENTO PALMAR OBLÍCUO Pruebas complementarias Rx simple: Se aprecia epifisiolis grado IV de la base del primer metacarpiano (Fig. 1A) TAC: Control de fractura de la base del primer metacarpiano de la mano izquierda, con fragmento óseo medial aparentemente consolidado cierre de #sis debido al trauma!smo, sin alteraciones valorables a nivel ar!cular (Fig. 1B) RMN: Pérdida de la congruencia ar!cular carpometacarpiana del primer dedo con TRATAMIENTO Dada la clínica de inestabilidad manifiesta a nivel de la ar!culación trapeziometacarpiana (TMC), se opta por el tratamiento quirúrgico realizando una plas!a con hemitendón del palmar mayor (Eaton Li$ler) (Fig. 3A). Se basa en tratar la inestabilidad de la ar!culación TMC, la cual, debido a esos movimientos errá!cos provoca dolor, hidrartros y 35 C•••• •• !"••• cambios degenera!vos precoces1. Tratamos de evitar los movimientos aberrantes tanto laterales como rotatorios del pulgar. Esta hipermovilidad dolorosa es la que a medio largo plazo provocará el envejecimiento prematuro de esa ar!culación. Una vez realizada la artrotomía, debemos comprobar que las carillas ar!culares están bien preservadas y sin lesiones importantes. El obje!vo de esta técnica es reforzar el ligamento oblicuo volar o beak ligament, con hemitendón del palmar mayor, conservando el trapecio2. El tensado de nuevo ligamento es muy importante ya que se considera más resistente aún que la cápsula ar!cular original. Se remite a rehabilitación tras mantener inmovilización durante 5 semanas. 36 EVOLUCIÓN Actualmente tras 4 meses de la intervención quirúrgica el paciente se encuentra sin dolor y con ar!culación trapeziometacarpiana estable (Fig. 3B). Con alto grado de sa!sfacción. DISCUSIÓN La luxación de la ar!culación trapezio-metacarpiana (ATM) es una lesión rara. Hay controversias acerca del mecanismo de lesión, de las estructuras capsuloligamentosas que se lesionan, del grado de inestabilidad tras la reducción y finalmente en cuanto al tratamiento de elección3. INESTABILIDAD POSTRAUMÁTICA DE LA ARTICULACIÓN TRAPEZIOMETACARPIANA C•••• •• !"••• El mecanismo lesional más comúnmente aceptado es el de una fuerza aplicada en el eje del metacarpiano mientras la ATM está en flexión. El segundo mecanismo implicado ha sido el de una fuerza de cizallamiento aplicada desde la comisura (tesis de Monsche citado por Toupin et al4 La ATM es una ar"culación en doble silla de montar estabilizada anteriormente por el ligamento carpometacarpiano oblicuo anterior, dorsalmente por el ligamento oblicuo posterior, lateralmente por el ligamento carpometacarpiano radial y medialmente por el ligamento intermetacarpiano anterior. Según Eaton y Li#ler, el ligamento oblicuo anterior también denominado palmar oblicuo reforzado por una expansión del ligamento anular anterior del carpo es el principal estabilizador de la ATM. Otros autores aplican esta función al ligamento intermetacarpal. Las observaciones realizadas tras cirugía y en los estudios en cadáveres 3 indican que las estructuras capsuloligamentosas dorsoradiales son las encargadas de prevenir la luxación de la ATM, de forma que la lesión del resto de las estructuras capsuloligamentosas (pero con preservación del ligamento dorsoradial) produciría algún grado de inestabilidad aunque no una luxación completa de la ar"culación5. La luxación de la ATM es fácilmente reducible, pero clásicamente se había considerado inestable. Sin embargo, hay publicaciones en que se conseguía una estabilidad ar"cular completa tras reducción. En cuanto al tratamiento de elección, no hay uniformidad de criterios entre los dis"ntos autores. Algunos autores abogan por la inmovilización con yeso antebraquial, mientras que otros prefieren la fijación temporal con agujas de Kirschner combinadas con el yeso, finalmente, otros autores prefieren una reducción abierta y estabilización de la ar"culación mediante ligamentoplas"a. Wa# y Hopper trataron a 9 de sus 12 sujetos tan sólo con yeso antebraquial y obtuvieron un 67% de buenos resultados (6 sujetos estaban asintomá"cos).. Toupin et al realizaron una revisión de la literatura médica en la que compararon los resultados obtenidos entre los sujetos tratados mediante reducción y estabilización con agujas de Kirschner asociado a yeso (16 sujetos) y los sujetos tratados mediante reducción abierta y ligamentoplas"a (14 sujetos), y no hallaron diferencias significa"vas entre ambos Revista Atalaya Médica nº 5 / 2014 grupos5. Por tanto, se concluyó que la reducción cerrada seguida de estabilización mediante agujas de Kirschner y yeso sería el tratamiento de elección. De acuerdo con Wa# y Hopper, se considera que en el tratamiento de las luxaciones agudas de la ATM el punto más importante es valorar el grado de estabilidad tras la reducción cerrada1; asimismo, consideran que aquellas luxaciones que se valoren como estables tras la reducción deben inmovilizarse con un yeso antebraquial que incluya el pulgar y, en aquellos otros casos en que tras la reducción se aprecie inestabilidad y por tanto haya tendencia a la reluxación, debe realizarse fijación temporal de la ar"culación con una o 2 agujas de Kirschner. Finalmente, los autores también creen que el tratamiento quirúrgico mediante ligamentoplas"a debe reservarse para aquellos casos de inestabilidad sintomá"ca tardía y para luxaciones inveteradas1. BIBLIOGRAFÍA 1. Belcher H., Nicholl J. A comparison of trapeziectomy with or without ligament reconstruc"on and tendon interposi"on. J.Hand Surg., 2000, 25-B, 350-356. 2. Shah J, Patel M. Disloca"on of the carpometacarpal joint of the thumb Clin Orthop. 1983; 17: 605-11. 3. Freedman DM, Eaton RG, Glickel SZ. Long-term results of volar ligament reconstruc"on for symptoma"c basal joint laxity. J Hand Surg [Am] 2000; 25: 297-304. 4. Tomaino M., Pellegrini V., Burton R. Arthroplasty of the basal joint of the thumb. J. Bone Joint Surg., 1995, 77-A, 346-355. 5. Khan AM, Ryan MG Teplitz G.A. Bilateral carpometacarpal disloca"ons of the thumb Am J Orthop. 2003; 23: 575-87. 37 Revista Atalaya Medica nº 5 / 2014 C•••• •• !"••• Pág. 38-42 FAVISMO: A PROPÓSITO DE UN CASO Dra. Clara López Mas1 / Dra. Beatriz Sanchis Yago2 / Dra. Pilar Sanz de Miguel3 1 Residente de Medicina Familiar y Comunitaria. Hospital Obispo Polanco. Teruel 2 Servicio de Urgencias. Hospital Obispo Polanco. Teruel 3 Servicio de Pediatría. Hospital Obispo Polanco. Teruel INTRODUCCIÓN Se denomina favismo a la hemólisis aguda producida tras la ingesta de habas o el polen de éstas, tras padecer determinadas infecciones o tras la toma de ciertos fármacos, en individuos gené•camente predispuestos . La causa es un desorden gené•co que da como resultado un déficit de la enzima glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa (G6PDH), enzima fundamental en el metabolismo energé•co del eritrocito. Este defecto enzimá•co permanecerá latente hasta que un factor desencadenante lo ponga de manifiesto, por lo que los individuos afectos permanecerán asintomá•cos largos periodos de •empo. Los microorganismos principalmente implicados son Salmonella sp., E. coli, Streptococcus beta-hemolí•co y Rike•sia. En cuanto a fármacos, aquellos con riesgo definido de hemólisis para la mayoría de los sujetos con déficit de G6PDH serán determinados an•palúdicos, sulfamidas, nitrofurantoína, nalidíxico y quinidina4. El déficit de G6PDH es un desorden gené•co ligado al cromosoma X, en el cual la disminución de la ac•vidad de esta enzima da como resultado una anemia hemolí•ca . Es la eritroenzimopa•a más frecuente y mejor conocida, exis•endo más de 400 millones de portadores en el mundo . En cuanto a su distribución racial, es más frecuente en la raza negra, seguida por la caucásica de la región mediterránea y la asiá•ca, con dis•ntos grados de afectación. En la forma más común de la población afroamericana la deficiencia es leve, y la hemólisis afecta principalmente a los eritrocitos más viejos, por lo que estos individuos presentarán una clínica menos acusada1. Existe además una relación bien definida entre el déficit de G6PDH y el paludismo, lo que explica su elevada frecuencia en aquellas regiones en las que esta úl•ma es una infección endémica, ya que los individuos afectos presentarán una protección natural frete a ella. Los síntomas que caracterizan esta enfermedad son náuseas, vómitos, malestar general, ictericia, orina de coloración oscura y vér•gos. Estos síntomas presentan una remisión espontánea tras el cese del contacto con el tóxico o la remisión de la infección causante. Para su diagnós•co es fundamental una correcta anamnesis, exploración •sica y la determinación de la ac•vidad enzimá•ca de la G6PDH . Se debe educar al paciente con consejos dieté•cos y deben conocer la posibilidad de nuevas crisis hemolí•cas agudas ante determinadas infecciones y exposición a determinados fármacos o tóxicos. CASO CLÍNICO Se presenta el caso de un niño de 8 años, adoptado, procedente de E•opía, que reside desde hace 5 años en España junto a su hermano biológico. A la anamnesis, no presenta antecedentes médicos de interés y está correctamente vacunado. Presenta un adecuado desarrollo ponderoestatural. No refiere viajes al extranjero en los úl•mos meses, no habiendo vuelto a su país de origen desde que su llegada a España. Acude a urgencias remi•do desde su centro de salud por presentar ictericia conjun•val acompañada de orina de color naranja de 48 horas de evolución. No refiere náuseas ni vómitos, ni dolor abdominal, presentando deposiciones normales. Afebril. No astenia. No ha presentado procesos infecciosos intercurrentes en los úl•mos meses que puedan estar relacionados con el cuadro clínico, ni refiere consumo de fármacos de ningún •po. A la exploración •sica presenta buen estado general y buena hidratación, con signos meníngeos nega•vos. No presenta exantemas ni petequias en la piel. La auscultación cardiopulmonar es normal, con buena entrada de aire bilateral y tonos rítmicos sin soplos. Otoscopia bilateral normal y orofaringe 38 C•••• •• !"••• normal, no conges!va, sin exudados ni placas pultáceas. No se encuentran adenopa"as. Como único signo de alarma a destacar en la exploración encontramos conjun!vas ictéricas. Ingresa en planta de pediatría, donde se realiza analí!ca de sangre con los siguientes valores a destacar: Bilirrubina total 1,6 mg/dL, Bilirrubina indirecta 1,2mg/dL, GOT 40 UI/L, LDH 978UI/L,Hb 10,1 g/dL, Hto 28,4%, coagulación normal. Se repite la analí!ca a las 12h, habiéndose normalizado los parámetros bioquímicos: Bilirrubina total 0,54 mg/dL, Bilirrubina indirecta 0,26mg/dL, GOT 25 UI/L, LDH 309 UI/L. Persiste anemia: Hb 10 g/dL, Hto 28,9%. Se completa el estudio realizando una ecogra#a abdominal que también resulta normal, y nuevas analí!cas con los siguientes resultados: Test de Coombs directo nega!vo, serologías para VHA, VHB, VHC, CMV, VEB, VIH y Toxoplasma nega!vas, gota gruesa nega!va, detección de parásitos en heces nega!vos, complemento normal y haptoglobina 350mg/dL (valores normales: 41-165 mg/dL). Fro!s de sangre periférica: serie roja sin alteraciones significa!vas, excepto esquistocitos. Durante el ingreso, el paciente permanece asintomá!co, remi!endo paula!namente la sintomatología de coluria, y normalizándose progresivamente las cifras de bilirrubina. Se decide alta tras 48 de observación, con impresión diagnós!ca de crisis hemolí!ca a estudio. Previo al alta, se realiza de nuevo una anamnesis, en la que se inves!ga de nuevo el consumo de fármacos y se pregunta acerca de la dieta seguida por el niño en los úl!mos días. En esta ocasión, los padres refieren que el niño había comido habas el día anterior. Con este nuevo dato, y ante la sospecha diagnós!ca de favismo, se solicita una nueva analí!ca en la que se solicita la medición de la ac!vidad enzimá!ca de determinadas enzimas, encontrando Glucosa6-fosfato-deshidrogenasa 71,3 y Piruvato-kinasa normal. Dado el déficit que presenta el paciente de la G6PDH, y dado que este es un defecto enzimá!co hereditario, se aconseja estudio enzimá!co en el hermano, que hasta la fecha ha permanecido asintomá!co. Al alta se entrega a los padres una lista de fármacos potencialmente tóxicos, informándoles de la posibilidad de que aparezcan nuevas crisis tras sufrir determinadas Revista Atalaya Médica nº 5 / 2014 infecciones, o tras la ingesta de habas o estos fármacos. DISCUSIÓN El favismo es una enfermedad que cursa con una anemia hemolí!ca aguda, causada por un defecto gené!co de la enzima glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa, en pacientes previamente asintomá!cos. Fisiopatológicamente, esta anemia se produce porque el déficit de G6PDH se traduce en la disminución del poder reductor del eritrocito y su defensa an!oxidante . Esta enzima es fundamental en el proceso de síntesis de NADPH, principal agente reductor del eritrocito. Consecuencia del déficit de NADPH, los agentes oxidantes actuarán sobre la hemoglobina, oxidándola y desnaturalizándola. Esta hemoglobina oxidada se fijará en la membrana del eritrocito junto a las proteínas de membrana del citoesqueleto, formando agregados insolubles que toman el nombre de cuerpos de Heinz, e intervienen en el proceso de hemólisis modificando la elas!cidad de la membrana eritrocitaria e impidiendo que la célula se deforme6. Por tanto, los eritrocitos defectuosos quedarán atrapados en los pequeños capilares del bazo y el hígado, donde los cuerpos de Heinz los hacen reconocibles por los macrófagos como anormales, produciéndose una hemólisis extravascular. En los casos en los que la afectación es mayor y la lesión de la membrana es de mayor magnitud, podrá producirse además una hemólisis intravascular, con destrucción de eritrocitos en los vasos sanguíneos, apareciendo así hemoglobinemia y hemoglobinuria. El déficit de G6PDH es asintomá!co en los pacientes afectos hasta el momento en que el paciente entra en contacto con alguna sustancia de intenso poder oxidante, con determinadas infecciones y ciertos trastornos metabólicos. En condiciones normales el déficit permanecerá latente1-2-4. Consecuencia de este proceso, el paciente sufrirá crisis hemolí!cas agudas, generalmente intensas, presentando hemoglobinemia y hemoglobinuria, con emisión de orinas oscuras. Son caracterís!cos de la enfermedad los vér!gos y las náuseas y vómitos, acompañados en mayor o menor medida de malestar general y dolor ab39 C•••• •• !"••• dominal. El paciente presentará ictericia y generalmente esplenomegalia. Esta clínica es autolimitada, y desaparece generalmente a los dos o tres días del cese del contacto con el tóxico o agente causante1-6-7. mental una determinación de la ac!vidad enzimá!ca de la G6PDH, que se verá reducida. Esta determinación se debe realizar fuera de la crisis aguda, ya que durante la crisis podemos encontrar una función falsamente aumentada, debido al mayor Para el diagnós!co es necesario realizar una número de re!culocitos circulantes, que poseen detallada anamnesis, indagando el consumo de mayor can!dad de G6PDH que los eritrocitos. Se habas, fármacos potencialmente tóxicos y proce- debe determinar también la ac!vidad enzimá!ca sos infecciosos intercurrentes. Habrá que realizar de la Piruvato-Kinasa, que también interviene en una exhaus!va exploración "sica buscando signos el metabolismo del eritrocito, realizando así un suges!vos de la enfermedad. Además, es funda- diagnós!co diferencial con los procesos hemolí!Corpusculares: alteración a nivel del hema•e Extracorpusculares: alteración fuera del hema•e Defectos de la membrana: Inmune: Con morfología específica: Aloinmune - Esferocitosis hereditaria - Anemia hemolí!ca del recién nacido - Eliptocitosis hereditaria - Transfusión sanguínea incompa!ble - Estomacitosis hereditaria Autoinmune Idiopá!ca Anemia hemolí!ca congénita con eritrocitos deshidratados Secundaria: infección viral o bacteriaAlteración en la composición de fosfolípidos (aumento na, medicamentos, enfermedades hematológicas, enfermedades autoinmunes, tumores de leci!na) Defectos secundarios de la membrana (abetalipoproteinemia) No inmune: Idiopá!ca Defectos enzimá!cos: Secundaria: Defecto de hexoquinasa - Infección viral, bacteriana, fúngica Defecto de fosfofructoquinasa - Medicamentos Defecto de triosafosfatoisomerasa - Enfermedades hematológicas Defecto de fosfogliceratoquinasa - Microangiopá!ca Defecto de piruvatoquinasa Defecto de glucosa-6-P deshidrogenasa Defectos de la hemoglobina: Del grupo hem: - Porfiria congénita eritropoyé!ca De la globina: - Cualita!va: hemoglobinopa$as - Cuan!ta!va: síndromes talasémico Tabla 1. Clasificación de las anemias hemolí!cas4 40 FAVISMO: A PROPÓSITO DE UN CASO C•••• •• !"••• cos causados por su déficit. Asimismo, la realización de un fro"s de sangre periférica puede ser muy ú"l para el diagnós"co, ya que los cuerpos de Heinz que se forman en las membranas eritrocitarias son visibles en el fro"s mediante una "nción especial. Analí"camente, encontraremos anemia normocí"ca con re"culocitosis y aumento de la bilirrubina no conjugada con transaminasas normales, aumento de LDH y disminución de la haptoglobina2. Existen varios "pos de anemias hemolí"cas, que cursarán con ictericia y aumento de re"culocitos. Por ello, es importante realizar un correcto diagnós"co diferencial para poder concretar la e"ología de la anemia. Analí"camente, en todas ellas encontraremos anemia con aumento de re"culocitos, aumento de bilirrubina indirecta, descenso de haptoglobina y aumento de LDH. En los casos de hemólisis intravascular, aparecerá además hemoglobinuria. Se debe realizar en todos los pacientes un fro"s de sangre periférica, valorando la posible presencia de defectos de la membrana (esferocitos, eliptocitos, esquistocitos, etc.)4. En nuestro caso, nos encontramos frente a un paciente que debutó con un cuadro de ictericia a costa de una elevación de la bilirrubina indirecta, que además presentó aumento de LDH y anemia normocí"ca. El paciente se encontraba previamente asintomá"co y no presentó hepatomegalia, teniendo además las transaminasas normales. Por ello, se realizó un diagnós"co diferencial con otras anemias hemolí"cas. Con las pruebas realizadas se descartó que se tratase de un cuadro de "po inmune ya que el test de Coombs fue nega"vo. Asimismo, se descartó también que se tratase de una membranopa#a, tras visualizarse en la extensión de sangre periférica una morfología normal de los eritrocitos. El diagnós"co se centró por tanto en una anemia hemolí"ca causada por un defecto enzimá"co. Con los datos previos y tratándose de un paciente de raza negra, con un cuadro de anemia hemolí"ca aguda que se normalizó sin tratamiento en 12 horas, y confirmándose el antecedente de la ingesta de habas el día anterior, ante la sospecha de un posible déficit de G6PDH, se solicitó el estudio enzimá"co que confirmó el diagnós"co de favismo. Revista Atalaya Médica nº 5 / 2014 Es importante destacar que la distribución racial y geográfica de esta enfermedad nos ayudó a orientar nuestro diagnós"co, ya que el déficit de G6PDH presenta una elevada frecuencia entre los individuos de raza negra, así como una fuerte relación con la resistencia al paludismo, siendo más frecuente en las regiones en las que ésta es una enfermedad endémica. Esto es así porque el Plasmodium falciparum, parásito causante de la malaria, u"liza la ac"na distribuída en filamentos de la hemoglobina para construir un citoesqueleto empleado para el transporte a la superficie celular de las proteínas que fabrica. Ya que en el favismo la hemoglobina de los eritrocitos se encuentra oxidada formando agregados, el parásito no puede completar este citoesqueleto con éxito, por lo que se reduce significa"vamente la adherencia del parásito a las células. Algo similar ocurre en la anemia de células falciformes, también más frecuente en estos individuos, en la que la hemoglobina confiere una forma inusual, la Hb S, que el parásito tampoco puede u"lizar para su proceso de infección. Por úl"mo, en cuanto al tratamiento del favismo, a pesar de que las crisis hemolí"cas presentar una remisión espontánea al re"rar el elemento que las produce, en algunos casos es necesario instaurar algún "po de tratamiento, que generalmente será e"ológico, en el caso de procesos infecciosos. En la mayoría de los casos la anemia no es tan importante como para requerir transfusiones, pero sí puede ser necesaria una intensa hidratación para mantener la diuresis en caso de hemoglobinuria importante. Es conveniente educar al paciente con unas correctas pautas dieté"cas, y adver"rle de posibles futuras crisis tras determinados procesos infecciosos, así como informar de los fármacos y sustancias potencialmente peligrosas. En algunos casos, los pacientes pueden presentar un síndrome hemolí"co más intenso que requiera de transfusiones sanguíneas para su resolución. Incluso algunos pacientes necesitarán de una esplenectomía palia"va para evitar la destrucción de eritrocitos. En otros casos puede presentarse además insuficiencia o fallo renal, producida por la precipitación de hemoglobina en los túbulos renales5-6. 41 C•••• •• !"••• BIBLIOGRAFÍA 42 ca!ons.Transfus Med Hemother. 2013 Oct;39(5):328-34. 1. J.M. Romero Requena. Favismo: una en!dad a tener en cuenta en la zona mediterránea. SEMERGEN. 2007; 33(7): 380-2. 4. Riesco Riesco S, Beléndez Bieler C, Sastre Urguellés A, Plaza López de Sabando D. Manual de diagnós!co y terapéu!ca en pediatría. 2011; 11(99): 921-930. 2. T. 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Hospital Obispo Polanco. Teruel 2 Médico especialista en Radiodiagnóstico. Hospital Obispo Polanco. Teruel INTRODUCCION La dilatación gástrica es una complicación poco común y frecuente de diversas e•ologías, entre ellas, la anorexia nerviosa y la bulimia principalmente, y la reanudación de la alimentación después de la inanición, la diabetes mellitus, bezoars (bola de material extraño pelo o fibra), tumores gastrointes•nales, entre otras1. Y además producir comorbilidad de manera secundaria a compresión cardiaca, aór•ca, mesentérica y de vísceras abdominales, lo que ocasionaría lesión isquémica de intes•nos y extremidades inferiores (ausencia de pulsos femorales)2. La sintomatología precoz resultante de ésta patología, son resultado de las alteraciones gastrointes•nales, la disminución de la mo•lidad gástrica, nausea intensa, y vómitos muy poco habituales, por lo que un retraso o demora en su diagnós•co e intervención temprano podría evolucionar a necrosis gástrica, perforación, shock y muerte1,2. CASO CLÍNICO Varón de 74 años de edad, con antecedentes de HTA, EPOC, AC x FA, tabaquismo y alcoholismo moderado, usuario en varias ocasiones de CPAP. Caracterizado por su falta de adherencia a su tratamiento habitual y por el incumplimiento de medidas dieté•cas prescrito por su factores de riesgo, es traído por el 061 al servicio de urgencias por presentar episodio de epigastralgia aguda, vómitos y sincope, precedido de cortejo vegeta•vo. Como dato importante esa tarde había ingerido varios litros de cerveza. TA 204/105, FC 88, Sat 94 %, Glucemia 225. Paciente obeso, confuso agitado, diaforé•co, Glasgow 14, y edema de miembros inferiores. A la exploración cardiaca ruidos rítmicos sin soplos y a la auscultación pulmonar roncus y subcrepitantes. Abdomen: Globuloso, distendido, doloroso a la palpación en todo el abdomen, con •mpanismo generalizado, peritonismo, resistencia muscular y ruidos intes•nales apagados. A nivel analí•co destaca acidosis respiratoria con H 7,1 y pC02 90 mmHg. Se solicita ecogra!a abdominal urgente que describe la presencia de signos compa•bles con neumoperitoneo. Tras ser valorado por el servicio de cirugía se decide intervención. Se realiza laparotomía obje•vando distención gástrica importante, con salida de más de 1 litro de contenido por sonda nasogástrica, se busca perforación que no se encuentra y se procede al cierre, siendo derivado a UCI. DISCUSION La incidencia de dilatación gástrica aguda es rara comparada con otras patologías gástricas (abdomen agudo obstruc•vo, perfora•vo o inflamatorio) y aun es mas infrecuente la progresión de la dilatación a necrosis, perforación, shock y muerte. Por lo que pensar en su posibilidad diagnós•ca precoz facilitaría su tratamiento médico y quirúrgico inmediato, disminuyendo la morbimotalidad de esta patología. Descrita por primera vez como complicación postoperatoria de cirugía abdominal por Duplay en 1833, se asocia también a paciente jóvenes con diagnós•co de anorexia nerviosa y bulimia, y a diversas condiciones médicas, que se incluyen las antes descritas y patologías como diabetes mellitus, trastornos hidroelectrolí•cos, vólvulo gástrico, trauma, enfermedades debilitantes, acumulo de contenido de aire gástrico, ingesta alimen•cia abundante, espasmo pilórico y síndrome de la arteria mesentérica superior entre otras. En 1842 von Rikotansky, describió el síndrome de la arteria mesentérica superior, en la que la dilatación gástrica estaba acompañado de obstrucción duodenal por la mesentérica superior. En 1859, se describió la atonía gástrica por Briton, en disturbios hidroelectrolí•cos como la hipocalemia y la hipocloremia. Sin embargo, pese a múl•ples intentos de explicar la fisiopatología de la dilatación gástrica, es 43 C•••• •• !"••• probable que ésta sea de origen mul!factorial3. En el caso que nos ocupa, no encontramos frente a un paciente mayor, con enfermedades debilitantes, con comorbilidad asociada crónica, con dificultad para el cumplimiento y adherencia a su tratamiento habitual, hipercápnico crónico, añadido a ello sus hábitos tóxicos habituales como la ingesta aguda de alcohol, hace de ello un diagnós!co di#cil de realizar, frente a la amplia gama de posibilidades diagnós!cas por sus antecedentes, que conllevan a un retraso diagnós!co y por ende a su tratamiento médico efec!vo, por lo que debemos mantenernos alertas a esta posibilidad diagnós!ca, sobre todo en grupos de edad en los cuales no es muy habitual su presentación. La necrosis del estómago sigue siendo una complicación grave, como consecuencia severa de la dilatación gástrica, pese a su rica irrigación, así como también en casos de estrangulamiento de un vólvulo de estómago o hernia intratorácica. Su rica vascularización se ve perjudicada cuando la presión intragástrica excede los 20 cm de agua, lo que conlleva a isquemia y necrosis. Y el infarto gástrico se da como resultado de la oclusión del drenaje venoso del estómago por la alta presión gástrica3,4. Pese a que los vómitos se presentan en más del 90 % de los casos, existe un 10% que presentan dificultad para hacerlo, lo que se explicaría por la oclusión esofagogástrica debido a la alta presión de fundus gástrico que se angula contra el hemidiafragma derecho. Entre otros síntomas acompañantes tenemos el dolor progresivo, hipotensión arterial, compromiso respiratorio, acidosis y alcalosis metabólica y oliguria. La disminución del retorno venoso producido por la compresión de la cava inferior por la distención gástrica, contribuye con el shock, y con el secuestro esplácnico venoso asociado , favoreciendo la hipoxia !sular y la acidosis metabólica. La analí!ca y gasometría confirmarían las alteraciones hidroelectrolí!cas del pH. 44 La radiogra#a de abdomen pondría en evidencia la distención gástrica con presencia de niveles hidro aéreos, y de exis!r perforación, el neumoperitoneo. El TAC de abdomen, es muy ú!l, evidencia la distención gástrica, y su posible e!ología, entre las que se ha descrito el síndrome de la arteria mesentérica superior u otra patología abdominal. La fibroendoscopia iden!fica causas mecánicas de obstrucción y facilita la efec!va descompresión gástrica3-5. El diagnos!co diferencial a realizarse tras descartar abdomen agudo inflamatorio y perfora!vo, es el abdomen agudo obstruc!vo, dentro de ellos el vólvulo gástrico que se define como rotación del estómago alrededor de uno de sus ejes, pueden ser órgano axial o mesentérico axial, según sea el eje de rotación6. Y pueden ser primario, por la laxitud de sus ligamentos o secundario a hernia diafragmá!ca (paraesofágica), que debuta con epigastrálgia súbita e intensa, acompañado de dolor torácico y nauseas, siendo caracterís!co la imposibilidad para progresar la sonda nasogástrica. Su diagnós!co de realiza con radiogra#a de tórax que evidencia víscera grande llena de gas, dentro del tórax y el estudio gastrointes!nal confirma su diagnós!co4,7. El tratamiento inicial se base es la descompresión abdominal mediante sonda nasogástrica, fluido terapia, an!bió!co terapia y monitorización estrecha para evitar cirugía2. La sonda nasogastrica, no solo favorece al vaciamiento del contenido gástrico, además alivia la sintomatología y reduce el riesgo de necrosis y perforación gástrica. En caso de perforación o necrosis, la cirugía de urgencias es de elección, en la que se realiza resección de necrosis, gastrectomía total con esofagoyeyunoanastomósis, solo si no hubo peritoni!s previa. Y en caso de presentarlo, la resección sin reconstrucción del tránsito diges!vo es lo recomendado. El diagnós!co temprano garan!za un tratamiento precoz y una reducción de la mortalidad quirúrgica en 50 a 65 %, que llegaría a 100% sin tratamiento quirúrgico1-3. DISTENCIÓN GASTRICA AGUDA C•••• •• !"••• BIBLIOGRAFIA 1. Gyurkovics E, Tithanyi B, Kaliszky P, Temesi V, Hedvig SA, Kupcsulik P. Desenlace Fatal, Dilatación Gástrica Aguda extrema. 2006. Nov; 39(7): 602-5. 2. Tweed-Kent A, Fagenholz P, Alam H. Dilatación Gastrica aguda en anorexia. Caso Clínico. Journal of Emergencies, Trauma and Shock. 2010. Vol.3 Issue 4. 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Revista Atalaya Médica nº 5 / 2014 45 Revista Atalaya Medica nº 5 / 2014 C•••• •• !"••• Pág. 46-51 CARCINOMA EPIDERMOIDE DE LENGUA Dr. Carlos Hernández Avila1 / Dr. Pablo Hernández Avila2 / Dra. Teresa Lahoz3 1 Servicio de Urgencias. Hospital Obispo Polanco. Teruel 2 Médico especialista en Radiodiagnóstico 3 Médico adjunto de Otorrinolaringología. Hospital Obispo Polanco. Teruel INTRODUCCION El carcinoma epidermoide o de células escamosas, de cavidad oral, también llamado carcinoma de células planas, se define como una neoplasia maligna derivada del epitelio plano, cuyo origen son las células escamosas que recubre la mucosa oral, como consecuencia de la transformación de células normales a anormales (displasia epitelial por mutación gené•ca) (Fig. 3 - 4) que conduce a una mul•plicación desordenada, que rompen la membrana basal e invaden el tejido conjun•vo de tejidos cercanos con capacidad de diseminarse a otras regiones a través del sistema circulatorio y linfá•co1,2. Es la más frecuente de la cavidad oral. Ocupa el número 12 de todas las neoplasias malignas en el mundo3, “que representa un 3 %” 4, con variación de porcentaje según la región, con importantes diferencias clínicas, epidemiológicas y patológicas entre las localizaciones labial, intraoral y orofaríngea3,4. El cáncer de la cavidad oral, faringe y laringe , representa el 85 % de cánceres de cabeza y cuello, de éstos el 90% a 94 % son epidermoides y el 14 % restante corresponde a tumores de glándula •roides, piel, huesos del esqueleto facial, car•lago y partes blandas. Desde el punto de vista oncológico se divide en cavidad oral, orofaringe, rinofaringe, hipofaringe y laringe1,4. La cavidad oral se divide en los siguientes subsi•os: labio, encía, reborde alveolar, paladar duro, piso de la boca, mejilla intraoral y trígono retromolar. La orofaringe se subdivide en paladar blando, base de la lengua, amígdala y pared faríngea. La lengua es un órgano móvil situado en el interior de la boca, impar, medio y simétrico que desempeña importantes funciones como la mas•cación, deglución, lenguaje y el sen•do del gusto. Es un musculo potente, considerado el más poderoso de todo el cuerpo en relación a tamaño y fuerza2. Entre los principales factores de riesgo para el carcinoma intraoral y orofaríngeo se encuentran los causales exógenos como el alcohol, tabaco , leucoplasia, eritroplasia y la exposición a toxinas, y como causales endógenos la herencia, malnutrición, factores hormonales y de riesgo •po profesional como exposición a fibras tex•les, refinamiento del níquel y trabajo con madera. La infección del virus papiloma humano, en especial los geno•pos de alto riesgo oncogénico 16 y 18, son una causa potencial de cáncer oral, además de ser una fuente común de infección de transmisión sexual, planteándose una estrecha relación entre sexo oral y esta patología4,5. Entre otros se encuentra la infección por sífilis, líquen plano bucal , VIH, irritantes mecánicos, higiene bucal deficiente, factores hereditarios3. A pesar de que la causa de lesiones premalignas y malignas es mul•factorial, encontramos los efectos por separado y combinados de estos factores predisponentes. La localización en cavidad oral produce un alto grado de morbilidad y deformidades, además de la incapacidad , convir•endo en ocasiones al afectado en un ser marginado y repulsivo para la sociedad5. Su incidencia es mayor a par•r de la 5ª y 6ª década de vida, aunque úl•mamente se ha reportado casos en menores de 30 años5,6. En términos generales las tres cuartas partes de carcinoma epidermoide o de células escamosas o epitelioma espinocelular , se localizan en los bordes laterales (Fig. 2-4) y en el tercio medio de la lengua (porción libre), siendo raro encontrar en otras localizaciones de la lengua como la unión con el suelo de la boca y el dorso2, podrían no presentar manifestaciones clínicas evidentes debido a que los músculos intrínsecos de la lengua producen un mínimo de barrera, que facilita el crecimiento del tumor y retarda su manifestaciones clínicas, pudiendo empezar como una lesión ulcerada e indolora (Fig. 3 y 4), de aparición espontánea que no cura en más de 20 días y que a medida que crece comienza a ejercer presión en los órganos cercanos, vasos sanguíneos y ner46 C•••• •• !"••• vios que ocasionan algunos de los signos y síntomas del cáncer tales como dolor local, otalgia ipsilateral , dolor mandibular, trismus y síntomas generales como fiebre extrema, cansancio extremo y pérdida de peso2,6. El periodo medio de "empo que pasa entre el comienzo de los síntomas y la consulta al médico especialista es de unos 5 meses, siendo el más frecuente la presencia de moles"as inespecíficas en la cavidad oral5. De hecho pacientes con carcinomas primarios con hábitos de fumar y beber alcohol, pueden presentar múl"ples lesiones cancerosas y precancerosas, conocido con el nombre de cancerización de campo, a través del tracto diges"vo superior3. Por lo tanto ante cualquier lesión o herida de la lengua que no duela, (Fig. 2-4) pero que no cure en 15 dias, (duele si ya esta infiltrado o ulcerado), en un paciente fumador o bebedor, con higiene dental deficiente o alguna pieza dental en mal estado o rozadura de prótesis, así como síntomas únicos o acompañantes como dolor local, dolor de oído y dolor en la mandibula con presencia de bulto en el cuello, debe ser remi"do al especialista2,5,7,8. Es imposible hacer el diagnós"co solo por el aspecto de las lesiones tempranas, por lo que es preciso realizar una biopsia para determinar si se trata de una lesión maligna2. La supervivencia global a los 5 años es in- ferior al 50 %, si el diagnós"co es tardío y si presenta diseminación metastásica cervical asciende hasta un 85%. Los factores que determinan el riesgo de afección cervical son la localización, tamaño y profundidad tumoral9. Por tanto, la terapéu"ca a u"lizar está determinada por lo anterior, así como el grado de diferenciación histológica y la presencia o no de metástasis. Sin embargo se es"ma una recurrencia de cáncer en un tercio de los pacientes, por lo que no siempre el tratamiento propuesto intenta la curación del enfermo, debido al pronós"co ominoso de la enfermedad7. La Meta en el tratamiento de estos pacientes es obtener control local y regional de la neoplasia, siendo el factor pronós"co mas importante el estado histológico ganglionar, así como la disección del cuello como única forma de estadiaje (Tabla 1), por lo que debe ser incluida de forma ru"naria como método de diagnós"co y estra"ficación en todo paciente con neoplasias epiteliales originadas en la mucosa de la cavidad oral10. La recurrencia loco-regional es la principal causa de mortalidad en pacientes con cáncer de lengua11. Por tanto, omi"r la linfadenectomía cervical , incrementa la tasa de recurrencias regionales, evita el adecuado estadiaje de los pacientes con carcinoma epidermoide invasor de la cavidad Fig. 1 y 2 Revista Atalaya Médica nº 5 / 2014 47 C•••• •• !"••• Fig. 3 y 4 oral e impide la iden!ficación de pacientes con riesgo elevado de recurrencia10. con resultado anatomopatológico de carcinoma epidermoide. El fracaso terapéu!co y la pobre supervivencia de estos enfermos, está determinado por diagnós!co a veces tardío, debido a la evolución oligosintomá!ca inicial y mayoritariamente por el poco conocimiento de la enfermedad entre pacientes y profesionales de la salud11. En TAC de cuello se informa de T4N2Mx, con afección ganglionar contralateral y rebosamiento del tumor primi!vo de la línea media de la lengua llegando hasta la base. Adenopa$a submaxilar derecha y submentoniana. CASO CLINICO Se presenta un caso clínico de un paciente varón de 48 años de edad, con antecedentes fumar más de 20 cigarrillos diarios de tabaco negro, bebedor habitual y con mala higiene bucodental, que fue remi!do por su médico de atención primaria al servicio de otorrinolaringología, tras no mejorar una lesión a nivel de encías y de borde libre izquierdo de la lengua, tratado con an!bio!coterapia en varias tandas y an!inflamatorios, con diagnós!co de flemón dentario secundario a caries dental. En el servicio de Otorrinolaringología, se evidencia neoformación ulcerada en borde libre de la lengua, de bordes duros y sobreelevados, con presencia de adenopa$a submaxilar derecha asociada (Fig. 1-4), y se realiza biopsia de lengua, 48 Se propone protocolo de conservación de órgano con tratamiento de inducción (NEOTAX con tres ciclos), seguido de radioterapia concomitante, con cispla!no con intención radical. Se solicita TAC de reevaluación tras finalizar la inducción, con informe de regresión parcial de neoformación lingual, con adenopa$a submaxilar derecha. (buena respuesta clínica). Se cursa propuesta de canalización para radioterapia radical. DISCUSION La alta incidencia y prevalencia de carcinoma epidermoide de cavidad oral, en pacientes con malos hábitos de higiene oral y el consumo de sustancias (alcohol y tabaco), entre las más frecuentes, hace imprescindible trabajar con mucho interés sobre sus causales directos, fomentando la importancia del abandono de sus CARCINOMA EPIDERMOIDE DE LENGUA C•••• •• !"••• hábitos, mediante la correcta educación de la población, y del personal sanitario de primer nivel, quiénes son los primeros en tomar contacto con los paciente en riesgo, para una correcta valoración, y remisión temprana al especialista ante lesiones precancerosas sospechosas1. La detección temprana de estas lesiones, evita su desarrollo hacia fases avanzadas de la enfermedad (ver imagen), que oscurecen su pronós!co, por medio de una atención rápida y adecuada, biopsia oportuna, y tratamiento precoz, evitando que los pacientes sean mu!lados, sufran o mueran por esta causa3,6. Una adecuada exploración "sica (inspección, palpación), tanto extra oral en busca de asimetrías, cambios de volumen o hundimientos en cabeza y cuello, regiones submaxilar, supraclavicular, de tejidos periorales; como intraoral mediante la inspección y palpación secuencial de todos los tejidos blandos (cara dorsal, lateral y ventral de la lengua, piso de la boca, mucosa yugal) conductos salivares y paladar, evitará que los pacientes en riesgo pasen inadver!dos y sean beneficiarios de una buena conducta sanitaria1. La alta frecuencia de presentación en el hombre respecto a las mujeres , se ha reducido progresivamente en las úl!mas décadas, debido en parte a la exposición más equita!va de ambos sexos a estos reconocidos carcinógenos (alcohol, tabaco) así como la reducción de consumo de alimentos que tendrían un efecto protector (frutas y verduras frescas), que aportarían folatos y an!oxidantes4. La sospecha debe ser clínica, epidemiológica (de acuerdo a sus hábitos), así como de las caracterís!cas macrocópicas de la lesión (tamaño, aspecto) y microscópicas (grado, diferenciación) de la neoplasia4. La u!lización de azul de toluidina mejora la probabilidad de diagnós!co clínico, y la biopsia para tejido sospechoso1. Castellsague y colaboradores en un estudio mul!céntrico realizado en España, con un total de 345 pacientes con diagnós!co reciente de cáncer de cavidad oral, observó un aumento de riesgo 2 a 4 entre sujetos que consumían tabaco negro y ron, en comparación con los que consumían tabaco rubio y vino o cerveza, respec!vamente5. La biopsia consiste en la toma de un troRevista Atalaya Médica nº 5 / 2014 zo de tejido lesionado con anestesia local, para realizar un análisis microscópico y determinar si hay cáncer de lengua y si se confirma, de que !po de cáncer se trata. Además se incluyen otros métodos de diagnós!co como la tomogra"a computarizada (TAC), ultrasonogra"a o Resonancia Magné!ca(RM) (es mas exacta que la TAC en tumores de cavidad oral). La TAC y la RM !enen exac!tud similar en la detección de metástasis en ganglios cervicales. A todos los paciente con cáncer de cabeza y cuello de alto riesgo (tabaquismo severo, tumores T3 –T4 o síntomas asociados) se debe realizar TAC de tórax1,2. La selección de la terapia adecuada depende del paciente, del tumor y la ins!tución tratante (experiencia, recursos y filoso"a). Se divide en quirúrgicas y no quirúrgicas, o una combinación de ambas. El tratamiento quirúrgico se divide en técnicas abla!vas y reconstruc!vas. El manejo no quirúrgico incluye la radioterapia y quimioterapia3. El tratamiento quirúrgico es muy agresivo y mu!lante, por lo que debe fundamentarse en un buen estudio histopatológico previo, (ver tabla 1) apoyo psicológico y explicación clara sobre la intervención y sus secuelas6. La conducta quirúrgica varía según el estadio de la lesión8. Hemiglosectomía con vaciamiento ganglionar profilác!co o terapéu!co en estadios tempranos y en estadios más avanzados se recomienda las resecciones radicales, glosectomía total y la laringectomía con vaciamiento linfoganglionar del cuello con radioterapia posoperatoria7,8. Aunque se u!liza también radioterapia como único tratamiento, así como también combinada con cirugía o preoperatoria . Radioterapia cuando el cáncer se localiza detrás de la lengua y tumores pequeños de menos de 4 cm, que pueden ser tratados también con cirugía. Tumores de más de 4 cm, deben ser tratado con cirugía y radioterapia posoperatoria2,7,8, El uso de quimioterapia y radioterapia adyuvante en estadio III y IV resecados y con riesgo de recaída lo reduce a un 41%. El uso de quimioradioterapia posoperatoria se asocia a mayor toxicidad aguda que la radioterapia sola. Se recomienda el uso de cispla!no concomitante con radioterapia en pacientes operados y presencia de factores de riesgo por recaída1. 49 C•••• •• !"••• En el caso que nos ocupa, el paciente presenta factores de riesgo importantes como el fumar cigarrillos negros, consumo de alcohol de manera habitual y el mal estado de higiene de sus piezas dentales, sumado a ello, el diagnós!co tardío como consecuencia de un tratamiento médico previo, hace de él presa fácil para el desarrollo del cáncer epidermoide de grado histológico avanzado (Tabla 1), por lo que se propone tratamiento de inducción, seguido de radioterapia concomitante con cispla!no con intención radical. El dato de peor pronós!co previo al tratamiento es la presencia de metástasis en el cuello, siendo la causa más frecuente de muerte en estos pacientes, la reaparición del tumor en la len- 50 gua o la aparición de metástasis en el cuello2. A pesar de las numerosas formas de tratamiento y el descubrimiento de los dis!ntos factores de riesgo para carcinoma epidermoide de la cavidad bucal, si se diagnos!ca en estadio avanzado los pacientes tendrán mal pronós!co. Como conclusión recalcamos la importancia de un diagnós!co temprano de lesiones bucales sospechosas de premalignas y malignas de cavidad oral, mediante la canalización adecuada del paciente al especialista para realizar un diagnós!co temprano y oportuno tratamiento según sea el caso, que mejore su pronós!co y calidad de vida1. CARCINOMA EPIDERMOIDE DE LENGUA C•••• •• !"••• BIBLIOGRAFIA 1. Mar!nez Mar!nez G, et. al, diagnós!co y tratamiento de cáncer apidermoide de la cavidad oral en pacientes mayores de 18 años. Evidencias y recomendaciones IMSS-323-10. Mexico: Secretaria de Salud 2010. 2. Alfaya Salgueiro B, González Rivera A, Mulero Fernandez R, Valencia Conejo M. Carcinoma epidermoide de lengua: Presentación de un caso y revisión de literatura. 2009-2010. 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Teruel INTRODUCCIÓN Bajo el término mieli•s transversa aguda (MTA) se engloban un grupo heterogéneo de enfermedades que •enen el nexo común de producir una lesión focal inflamatoria de la médula espinal, de instauración brusca. Se caracterizan por la aparición de inflamación, edema y necrosis en uno o varios segmentos medulares, produciendo una alteración de la función motora, sensi•va o autonómica. Se trata de una en•dad poco frecuente, con una incidencia de 1,34 casos por cada millón de habitantes al año. Puede afectar a cualquier edad, aunque es más frecuente en adultos, y su incidencia es mayor en pacientes inmunocomprome•dos. El segmento medular más frecuentemente afectado es el torácico. Las e•ologías o agentes desencadenantes son muy diversos, como procesos infecciosos, tumorales o relacionados con enfermedades sistémicas, fundamentalmente inmunitarias . Sin embargo, a pesar de disponer cada vez de más y mejores métodos diagnós•cos, y tras realizar una extensa búsqueda del agente causal, muchas veces se deben considerar como MTA de causa idiopá•ca. El curso clínico de la enfermedad es muy variable, abarcando desde la recuperación completa hasta secuelas neurológicas permanentes. Es muy importante el diagnós•co precoz de esta enfermedad, basado en una detallada historia asociada a una exploración neurológica minuciosa. Esto es debido a que se trata de una patología •empo-dependiente, exis•endo constancia de que la intervención precoz mejora el pronós•co de estos pacientes y disminuye en un gran porcentaje las secuelas. CASO CLÍNICO Se presenta el caso de una mujer de 27 años que acude al servicio de urgencias por presentar cuadro de parestesias a nivel abdominal con extensión a nivel de extremidades superiores a nivel distal, de varios días de evolución. Hace unos 10-12 días, cuadro catarral de carácter viral sin complicaciones y con resolución completa. A la exploración neurológica consciente, orientada, pares craneales normales, marcha normal, Romberg nega•vo, no signos cerebelosos ni meníngeos, ROT presentes y simétricos, cutaneoplantares en flexión, MMSS e II fuerza y tono muscular conservados. Sensibilidad epicrí•ca y artrociné•ca normal. Reflejos superficiales abdominales normales, no nivel sensi•vo. A nivel general normocoloreada y normohidratada, tonos cardiacos rítmicos a 80 lpm, normoven•lación. Abdomen anodino. MMII sin edemas ni frialdad. En la analí•ca sanguínea parámetros bioquímicos normales. Serología para virus neurotropos y borrelia nega•vos. Estudio de trombofilia normal. Estudio autoinmune: IgG en sangre 1601, IgG en LCR 9 mg/dl. LCR: hema"es 60, leucocitos 10, glucosa 85mg/dl, proteínas 16mg/dl. En el estudio de bandas no se observan bandas oligonoclonales. Ac IgG An•-Neuromieli•s Óp•ca nega•vos. No se detectan Ac An•nucleares ("tulo 1:1). Se realiza RMN cerebral, sin hallazgos de interés. La RMN cervical y dorsal muestra en médula espinal (en secuencias FSE T2, GRE T2* y FSE STIR) una lesión focal hiperintensa, rela•vamente definida, de 10mm de longitud x 3.5mm de grosor, de localización hemimedular posterior, a la altura de C2-C3, compa•ble con foco de desmielinización, de e•ología por determinar. Los hallazgos sugieren considerar entre los diagnós•cos diferenciales mieli•s transversa aguda probablemente parainfecciosa vs enfermedad desmielinizante. Resto de la 52 C•••• •• !"••• micos como localizados en el sistema nervioso central, afectando a la vainas de mielina. Otros procesos causantes son los de origen infeccioso, que provocan una agresión directa en la médula espinal. Son muchos los microorganismos causantes, principalmente virales, como sarampión, rubeola, paro!di!s, polio, dengue, VHC, B y E, CMV, VEB, VVZ, Coxachie, influenza, VHS y VIH. En menor medida puede estar causada por microorganismos bacterianos como micobacterias, Mycoplasma pneumoniae, sífilis, Listeria o Borrelia; o por parásitos . Podemos encontrar además, con mucha menor frecuencia, mieli!s transversas asociadas a enfermedades del colágeno (LES), enfermedades vasculares, síndromes paraneoplásicos y tratamientos con radioterapia. médula cervical sin otras alteraciones. Columna dorsal con médula espinal y cono medular de tamaño, situación, morfología e intensidad de señal conservadas, sin evidencia de lesiones. Se pauta terapia cor!coidea con prednisona a dosis descendente y gabapen!na, sin presentarse complicaciones, con regresión parcial de la clínica. DISCUSIÓN La mieli!s transversa aguda es un síndrome clínico en el que se manifiestan señales de pérdida parcial o completa de las funciones neurológicas por debajo de una lesión que suele tener una dimensión longitudinal limitada en la médula espinal, en ausencia de enfermedad neurológica previa. Es una en!dad poco frecuente, con una incidencia de 1,34 casos por cada millón de habitantes. Afecta a cualquier individuo, independientemente de raza, sexo, edad o predisposición familiar. Es más frecuente en adultos, donde existen dos picos de frecuencia, entre los 10 y 19 años y entre los 30 y 39 años. Aproximadamente el 28% de los casos ocurre en edad pediátrica. La e!ología de la MTA está principalmente asociada a procesos autoinmunes, tanto sistéRevista Atalaya Médica nº 5 / 2014 Es importante remarcar que en un número importante de casos, hasta dos tercios del total, es complejo discernir su patogenia, quedando definidos como de e!ología idiopá!ca. En cuanto a la clínica de la MTA, es importante destacar que son pocos los síntomas guía para su sospecha. Aproximadamente un tercio de los pacientes refieren antecedente de enfermedad aguda infecciosa reciente. Uno de los primeros síntomas en aparecer es el dolor súbito de la zona afecta, frecuente pero no siempre constante. Asimismo aparecerán también de forma temprana disestesias o parestesias en extremidades y abdomen, y pérdida sensi!va. El paciente presenta paraparesias, seguidas de parálisis progresiva, que afecta principalmente miembros inferiores y que asciende hasta comprometer miembros superiores, progresando siempre de forma paralela y simétrica. Otro de los síntomas iniciales es la alteración vesical y rectal, con retención urinaria. Generalmente, el máximo déficit se produce en un lapso menor a 4 semanas. El diagnós!co se fundamenta en la realización de diversas pruebas complementarias, que además de mostrar los hallazgos en la médula espinal, nos orientarán para esclarecer la e!ología de la enfermedad . La sospecha de MTA se presentará en pacientes que presenten un cuadro de déficit motor, sensi!vo y disfunción esfinteriana de inicio agudo o subagudo, con presencia de un nivel sensi!vo con límite superior bien definido, en 53 C•••• •• !"••• ausencia de compresión medular, de progresión máxima dentro de 4 semanas, en ausencia de otras enfermedades como sífilis, sarcoidosis, trauma"smos vertebrales, malformaciones arteriovenosas espinales e infección por HTLV-1 . La primera prueba a realizar será la RMN de columna con contraste , de forma urgente, que se deberá solicitar tanto del nivel sensi"vo como del nivel superior, ya que la lesión puede estar por encima del segmento que presente la sintomatoloFrente un paciente de estas caracterís"cas, gía. La primera prioridad será descartar una lesión debe plantearse un diagnós"co diferencial minu- compresiva, como un hematoma o tumor. En los cioso, que comenzará por discriminar si nos encon- casos de MTA, la RMN de columna muestra una tramos realmente ante un proceso medular, ya que señal hiperintensa de localización central, segmenmuchas veces puede confundirse con un cuadro taria (normalmente abarcando de 3 a 4 segmentos del sistema nervioso periférico, como el síndrome vertebrales) en la secuencia T2. En los cortes axiade Guillain-Barré. Una vez confirmado que se trata les, se observa una isointensidad central que code un verdadero cuadro medular, el diagnós"co se rresponde a la sustancia gris comprome"da. Existe basará en descartar procesos ocupantes de espa- además un moderado realce con el contraste de cio, como los causados por patología infecciosa- forma nodular focal o difusa. En la secuencia T1 inflamatoria tales como abscesos intramedulares o en cortes sagitales se visualiza un ensanchamiento mieli"s infecciosas compresivas, así como patolo- del cordón medular. La RMN "ene una alta sensigía tumoral compresiva o mielopa$as paraneoplá- bilidad diagnós"ca, por lo que debe realizarse en sicas. Hay que tener también en cuenta procesos todos los casos . causados por patología vascular, como mielopa$as En el estudio de LCR se puede evidenciar de origen vascular arterial o isquemia por malfor- pleocitosis leve, con aumento de lifocitos y proteímaciones arteriovenosas, que pueden cursar de nas. Se estudiarán asimismo IgG y albúmina, así forma similar, al igual que procesos autoinmunes como IgG y albúmina en suero, encontrando un como la esclerosis múl"ple, y metabólicos, como índice IgG elevado (IgG LCR / IgG sérica; Albúmina los causados por déficit de vitamina B12. LCR / Albúmina sérica). Fig. 1a. Algoritmo diagnós"co de proceso medular agudo. 54 MIELITIS TRANSVERSA AGUDA C•••• •• !"••• Fig. 1b. Algoritmo diagnós"co de mieli"s transversa aguda . Se realizarán además estudios de electromiogra!a y neuroconducción, y potenciales somatosensoriales y motores, en los que se evidencia bloqueo de la conducción central. Como tratamiento de la MTA, se administra de forma ru"naria tratamiento cor"coideo intravenoso en dosis altas, suponiendo un mecanismo inmunopatogénico de la enfermedad, dado que los cor"coides poseen ac"vidad an"inflamatoria, inmunosupresora y an"prolifera"va. Se recomienda la administración de me"lprednisona a dosis de 30mg/kg/día I.V. durante 5 días, seguido de esteroides orales de 4 a 6 semanas. Otras opciones terapéu"cas son la inmunoglobulina intravenosa a dosis de 2g/kg/día durante dos días y la plasmaféresis, que se puede u"lizar en casos leves o moderados que no responden a tratamiento cor"coideo. La mieli"s transversa aguda es una enfermedad de aparición súbita y rápidamente progresiva, que cursa con unos signos de alarma muy Revista Atalaya Médica nº 5 / 2014 inespecíficos y variables, lo que puede retrasar su diagnós"co . Su iden"ficación y la rápida instauración del tratamiento van a ser fundamentales para su pronós"co, por lo que es muy importante la correcta realización de la historia clínica asociada a una minuciosa exploración neurológica. La recuperación de la enfermedad comienza de 2 a 12 semanas tras la aparición de los síntomas iniciales, pudiendo llegar a durar hasta 2 años. Sin embargo, en aquellos pacientes en los que no hay mejoría en los 3 a 6 primeros meses, la recuperación significa"va es poco frecuente. Aproximadamente un tercio de los pacientes presentarán una recuperación completa sin secuelas, recuperando la capacidad normal para la deambulación y presentando pocos problemas urinarios o abdominales. En otro tercio de los pacientes encontraremos una recuperación parcial, permaneciendo un caminar espás"co, problemas sensoriales o urgencia e incon"nencia urinaria. El tercio restante presentará secuelas neurológicas 55 C•••• •• !"••• permanentes, como la dificultad o imposibilidad para la deambulación o no recuperación de la función esfinteriana. No se pueden prevenir los resultados de forma individualizada, pero se pueden definir factores de mal pronós"co como son un inicio hiperagudo del cuadro, presencia de dolor, paraplejia, incon"nencia urinaria y ausencia de recuperación a los tres meses de evolución. BIBLIOGRAFÍA 1. Berman M, Feldman S, Alter M, Zilber N, Kahana E. Acute transverse myeli"s: incidence and e"ologic considera"ons. Neurology 1981. 2. Villaverde MV, López Canales C, Gu"érrez Moreno F, Mar#nez Hernández A, Vela P. Urinary reten"on in inmunocompetent pa"ent: acute transverse myeli"s. Anales del Sistema Sanitario de Navarra. 2011; 34 (3): 523-526. 3. 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The role of neuroradiological inves"ga"ons and review of the literature. Neurol Sci 2001; 22: 69-73. MIELITIS TRANSVERSA AGUDA Revista Atalaya Medica nº 5 / 2014 C•••• •• !"••• Pág. 57-61 TENOSINOVITIS TUBERCULOSA. FORMA INFRECUENTE DE PRESENTACIÓN DE TUBERCULOSIS EXTRAPULMONAR Y EXTRAESPINAL Dra. Mª Pilar Muniesa Herrero1 / Dra. Mª Teresa Espallargas Doñate2 / Dr. M. Angel Sauras Herranz3 1 Médico Interno Residente de Cirugía Ortopédica Traumatología 2 Facultativo Especialista de área de Cirugía Ortopédica Traumatología 3 Facultativo Especialista de área de Medicina Interna RESUMEN La tenosinovi•s tuberculosa es una forma poco frecuente de la tuberculosis extrapulmonar, se presenta principalmente en las manos y las muñecas y con poca frecuencia en las extremidades inferiores. Los síntomas sistémicos o pulmonares están ausentes habitualmente. Raramente es poliar•cular. Es •pico el retraso diagnós•co, debido a la vaguedad de los síntomas. Es necesario un alto índice de sospecha clínica para no retardar el diagnós•co. Se presenta el caso clínico de un varón con tenosino•vis tuberculosa extrapulmonar y extraespinal que evolucionó favorablemente con el tratamiento an•tuberculoso via oral. PALABRAS CLAVE Tuberculosis osteoligamentosa-ar•cular (TBC-OA), absceso subcutáneo tuberculoso (gomas), diagnós•co, tratamiento an•tuberculoso. INTRODUCCIÓN La tuberculosis se man•ene como un problema de salud pública internacional. Actualmente, se es•ma que un tercio de la población sufre de tuberculosis en el mundo1,2. La incidencia anual es de 8 millones, con una tasa de mortalidad de 3 millones por año3,4. El aumento de la incidencia está directamente relacionado con el aumento en el número de pacientes inmunosuprimidos (pacientes VIH posi•vos), migración, desarrollo de micobacterias resistentes al tratamiento an•tuberculoso, malnutrición, bajo nivel socioeconómico, edad y aumento de trabajadores de salud expuestos a la enfermedad. La tuberculosis osteoar•cular representa del 1 al 3 % de las formas extrapulmonares donde la columna vertebral ocupa alrededor del 50%4,6. En el 10% se pueden encontrar lesiones múl•ples. Existen diferentes formas de diseminación del microorganismo hacia el sistema osteoar•cular, predominando la hematógena, secundaria de un foco primario ac•vo o latente ya sea en el pulmón, ganglios o vísceras, que llega al sistema músculo esquelé•co por canales vasculares arteriales7. En la presentación ar•cular la forma de diseminación es por vía directa a través de los vasos subsinoviales o por vía indirecta a través del hueso adyacente. El curso es lento, produciendo hipertrofia y formación de tejido de granulación en la sinovial con derrame ar•cular, diseminación peritendinosa y por úl•mo erosión del hueso6. La tuberculosis osteoligamentosa-ar•cular (TBC-OA) clásicamente se ha descrito como una monoartri•s de presentación aguda o insidiosa de curso lento, asociado a febrícula, astenia, anorexia y pérdida de peso. Los síntomas sistémicos o pulmonares están ausentes habitualmente. Raramentes es poliar•cular. Es •pico el retraso diagnós•co, debido a la vaguedad de los síntomas y al bajo índice de sospecha y de rendimiento de las pruebas diagnós•cas. La enfermedad es producida por el mycobacterium tuberculosis, bacilo alcohol resistente. El bacilo de Koch se ubica inicialmente en la ar•culación, en el tejido subsinovial linfoideo, cons•tuyéndose una sinovi•s tuberculosa como primera expresión de la enfermedad tuberculosa. En los niños es más frecuente la iniciación sinovial y se man•ene en esta fase por bastante •empo antes de lesionar el resto de la ar•culación. Este hecho es de gran importancia clínica, ya que puede dar el •empo necesario para hacer el diagnós•co antes que los daños óseos car•laginosos sean irreversibles y, por lo tanto, el tratamiento puede conseguir una ar•culación normal desde el punto de vista anatomo-funcional. En cambio, en el adulto la fase 57 C•••• •• !"••• Fig.1. RM Tobillo derecho: tumefacción con áreas de abscesificación en la parte anterolateral del tobillo derecho, localizada en tejido subcutáneo sobre tendones extensores de los dedos. Fig. 1A. RM tobillo: corte sagital STIR. sinovial es brevísima y el proceso destruye tempranamente el hueso y el car!lago. En raras ocasiones una osteoartri"s tuberculosa en el adulto mejora con indemnidad funcional. 58 Fig. 1B. RM tobillo: corte sagital T2. puede presentarse dificultad para hacer el diagnós"co de esta patología, ya que en muchos casos puede comportarse como osteomieli"s aguda o subaguda o como una artri"s sép"ca3,4,9,10. La prueba de tuberculina (PPD) generalmente es posi"va, teniendo en cuenta que en pacientes con anergia por inmunosupresión o por desnutrición puede dar resultado falso nega"vo2,4. La sinovi"s tuberculosa puede adquirir dos formas evolu"vas (granulosa o caseosa) que estarán determinadas por el grado de virulencia del bacilo de Koch, el estado inmunitario del paciente, factores agravantes de la infección (mal estado nutri"vo, cor"coide…) etc. La forma granulosa se caracteriza por la formación de tubérculos subsinoviales y exudación fibrinosa, especialmente en el contorno de los fondo de saco sinoviales. Estas masas se organizan formando los cuerpos riciformes ( como granos de arroz) muy caracterís"cos de la sinovi"s tuberculosa (forma del caso presentado ver Fig. 2). La forma caseosa es una forma muy agresiva de la infección tuberculosa, en la que predominan los procesos osteolí"cos y la formación de caseum (caseificación), destruyéndose la ar"culación en forma completa. Presentamos el caso de un varón de 24 años, de nacionalidad pakistaní, ingresado en Medicina Interna por poliartralgias de dos meses de evolución, fiebre de 38º de predominio nocturno. El diagnós"co de la tuberculosis se basa en 7 criterios: clínico, epidemiológico, prueba cutánea de la tuberculina (PPD), radiológico, baciloscopia, cul"vo e histopatológico8. Sin embargo, Exploración $sica: se obje"van adenopa!as axilares y lesiones nodulares en cara interna de muslo derecho y en cara interna de brazo izquierdo. El propósito de este ar!culo es presentar un caso de tuberculosis osteoar"cular en un hombre de 24 años aparentemente sano, sin ningún antecedente de tuberculosis pulmonar o en la familia. CASO CLÍNICO TENOSINOVITIS TUBERCULOSA C•••• •• !"••• Fig. 2: Imágenes intraoperatorias. Fig. 2A. pre-exéresis (forma granulosa, piciforme, granos de arroz) Presenta tumoración blanda, dolorosa, caliente y flogó"ca en cara anterolateral de tobillo derecho. Exploración neurovascular distal conservada, dolor al realizar flexión dorsal de tobillo contrarresistencia. Fig. 2B. post-exéresis res, lavado con abundante suero fisiológico y envío de muestras a AP y microbiología. Resultando nuevamente la baciloscopia nega"va. Tratamiento: Se comenzó inicialmente tratamiento an"microbiano durante su ingreso con Isoniazida, Pirazinamida , Etambutol y Levofloxacino dada la Pruebas complementarias: -Radiogra#a simple de tobillo, sin hallazgos presencia de posible resistencia a Rifampicina en la PCR de la PAAF. Tras una semana de tratamiento de lesiones óseas agudas. an"bió"co y limpieza quirúrgica del absceso pre-RM de tobillo derecho: Tumefacción de par- maleolar externo, el paciente se encuentra afebril, tes blandas con áreas de abscesificación en la parte asintomá"co y sin nuevas lesiones extrapulmonaanterolateral del tobillo derecho, a nivel del tejido res; se decidió alta a domicilio tras 18 días de insubcutáneo, parece exis"r comunicación con el ex- greso. tensor común de los dedos y probable afectación En seguimiento en Consultas Externas de osteomielí"ca del extremo distal del peroné. Medicina Interna, se confirmó el diagnós"co con -PAAF de absceso tobillo derecho: Micobac- cul"vo de Lownstein Jensen, posi"vo para Mycoterias: PCR MTB: Posi"vo, detectada resistencia a bacterium tuberculosis complex, con an"biograma Rifampicina. sensible a Rifampicina. Se suspendió tratamiento -Exéresis quirúrgica absceso tobillo derecho: con Levofloxacino y se asocia al resto de an"microdesbridamiento quirúrgico de tendones extenso- bianos Rifampicina 600mg/24h. Revista Atalaya Médica nº 5 / 2014 59 C•••• •• !"••• DISCUSIÓN La tuberculosis con!núa siendo un problema de salud pública en el mundo. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, diez millones de casos nuevos de TBC ac!va ocurren cada año a nivel mundial, de los cuales el 15% corresponden a TBC extrapulmonar. Las localizaciones extrapulmonares más frecuentes son los sistemas linfá!co, genitourinario y músculo esquelé!co. La TBC esquelé!ca es una forma infrecuente de la enfermedad, cons!tuyendo del 1 al 5% de todos los casos, siendo los individuos jóvenes el grupo de más alto riesgo, aunque puede presentarse a cualquier edad. Llama la atención la presentación de la enfermedad en pacientes aparentemente sanos, de un entorno social y cultural bueno y sin antecedente epidemiológicos de tuberculosis. La Tomogra$a axial nos ayuda a demostrar la fase destruc!va de la enfermedad como compromiso del hueso3. Por otra parte, la resonancia magné!ca !ene mayor valor en el diagnós!co y en el pronós!co, ayuda a detectar lesiones en su fase temprana, derrames ar!culares, presencia de cuerpos libres calcificados, engrosamientos de la cápsula y la sinovial, compromiso neurovascular y compromiso de tejidos blandos. Se han reconocido cinco síndromes de TBCOA, de los cuales el más común es la espondili!s tuberculosa o enfermedad de Po"(50%), seguido de la artri!s periférica (30%), y un grupo menos frecuente (20%) cons!tuido por la dac!li!s, la tenosinovi!s y la enfermedad de Poncet 13,14. El tratamiento de esta en!dad en el compromiso osteoar!cular generalmente es médico con esquemas de 6 a 9 meses4,6,7. El tratamiento quirúrgico no se recomienda en las fases iniciales a menos que el paciente requiera curetaje y desbridamiento por infecciones concomitantes4,6 o en el caso de compromiso de la columna vertebral cuando afecta la estabilidad. El pronós!co dependerá de la terapia médica instaurada tempranamente, del hueso o de la ar!culación comprome!da5,12. La TBC-OA extraespinal no es frecuente, por lo que no se sospecha a la hora de plantear un diagnós!co diferencial de una artri!s. Es necesario un alto índice de sospecha clínica para no retrasar el diagnós!co. Ante un paciente con una monoartri!s siempre que sea fac!ble se debe realizar una punción ar!cular con fines diagnós!cos, debiendo considerarse a la tuberculosis como una de las causas potenciales de dar dicho proceso. El diagnós!co se establece por demostración en cul!vo de M. tuberculosis o el hallazgo de granulomas caseosos en una histología (biopsia sinovial).Las tasas de cul!vo pos!ivo en líquido sinovial son del 80% y en tejido histológico 90%. Los métodos de inmunocromatogra$a o PCR permiten establecer el diagnós!co más precozmente en los centros donde dicha técnica esta disponible. La presencia de radiogra$a de tórax normal puede darse hasta en el 50% de los casos, por lo que una monoartri!s o lesión ósea con radiogra$a de tórax normal no debe excluir el diagnós!co de tuberculosis osteoar!cular. Los estudios radiológicos ar!culares son inespecíficos en fases precoces. Los cambios ra60 diológicos aparecen después de la cuarta semana. Inicialmente se observa reacción periós!ca y osteopenia. Más tarde aparecen zonas lí!cas, quistes subcondrales y erosiones3,4,6. Phemister enunció la triada radiológica conformada por osteoporosis yuxtaar!cular, erosiones marginales y disminución del espacio ar!cular2,9. La confirmación se realiza con la biopsia ya sea por aguja guiada o por cirugía abierta. El tratamiento no difiere al de la tuberculosis pulmonar considerándose que 6 meses pueden ser suficientes con régimenes de alta efec!vidad (rifampicina, isoniazida, pirazinamida), si bien la mayoría de autores dada la di$cil penetración en el hueso sugieren ampliar a 9 meses la duración del tratamiento15. La TBC-OA extraespinal, cualquiera que sea su localización: factores como la edad, su duración e inicio de tratamiento, !enen gran influencia sobre el pronós!co de la enfermedad. Pero el pilar del pronós!co de la TBC-OA radica en el grado de sospecha por parte del médico y su tratamiento precoz, corroborando posteriormente el diagnós!co a través del cul!vo del tejido sinovial. La TBC es una enfermedad curable siempre que se realice un tratamiento adecuado y lo más precoz posible. TENOSINOVITIS TUBERCULOSA C•••• •• !"••• BIBLIOGRAFIA 1. Arciniegas W, Orjuela D. Tuberculosis extrapulmonar revisión de 102 casos en el Hospital Universitario San Jorge de Pereira 2000-2004. Facultad Ciencias de la Salud Universidad Tecnológica de Pereira. 2. Cooper DG, Fazal MA, William RL. Isolated tuberculous osteomyeli!s of the ones of the hindfoot: a case report and review of the literature. Footand ankle Surg. 2001; (7): 181-185. 3. Vohra R, Kang HS, Dogra S, Sharma R. Tuberculous Osteomyeli!s. J Bone and Joint Surg. 1997 Jul; 79-B(4): 562-566. 4. Wa"s H, Lifeso R. Tuberculosis of Bones and Joints. J Bone and Joint Surg. Feb 1996; 78-A(2), 288-299. 5. Dhillon M, Nagi O. Tuberculosis of the Foot and Ankle. Clin Orthop Related Research. May 2002; (398):107-113. 6. Tuli S. General Principles of Osteoar!cular Tuberculosis Clinical Orthop Relat Res. May 2002; (398): 11-19. 7. 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Hospital Obispo Polanco de Teruel INTRODUCCIÓN La incidencia de la otomastoidi•s en la era prean•bió•ca era muy importante entre el 20 al 25 % de los pacientes con OMA la desarrollaban y la mortalidad era muy alta debido principalmente al desarrollo posterior de complicaciones intracraneales. Actualmente se trata de una complicación poco frecuente de o••s media, cuya prevalencia ha disminuido desde la aparición de de las penicilinas. Su prevalencia en países desarrollados es aproximadamente del 0,2-2%, siendo la edad infan•l la de mayor incidencia. Palva y cols encontraron en Finlandia una incidencia de mastoidi•s de 2 a 3 casos por cada millón de habitantes1. Las complicaciones de las otomastoidi•s se agrupan en 2 grandes grupos: las extracraneales (o intratemporales) y las intracraneales. Las complicaciones extracraneales •enen una prevalencia del 0,45%, y ocurren por propagación de la infección hacia el hueso temporal, pudiendo producir mastoidi•s aguda, parálisis facial y laberin••s. Las formas más graves o intracraneales son menos frecuentes (0.24-0.36%), y se producen por extensión de la infección al endocráneo, ocasionando cuadros como meningi•s, trombosis de los senos venosos o abscesos intracerebrales1,2. CASO CLÍNICO Niña de 5 años que presenta cuadro de cefalea y vómitos de 48 horas de evolución sin tolerancia oral. Fue valorada por su pediatra el día previo al ingreso por cefalea y otalgia, con diagnós•co de faringoamigdali•s aguda y o••s media aguda derecha, iniciándose tratamiento con Amoxicilina/ Ac. Clavulánico (80mg/kg/d). A la exploración !sica se encuentra afebril con estado general afectado, lengua pastosa y coloración pajiza. La otoscopia derecha muestra abombamiento •mpánico e hiperemia, sin desplazamiento del pabellón auricular ni dolor a la palpa- ción de la región mastoidea, signo del trago nega•vo bilateral y orofaringe levemente eritematosa. Sin evidencia de alteración neurológica. Resto de la exploración normal. En las pruebas complementarias destaca leve leucocitosis con neutrofilia (Leucocitos: 13.000/L; Neutrófilos: 87.9%; Linfocitos: 10.1%; Monocitos: 1.5%), Hemoglobina 12.9 g/dl; Hematocrito 37.5%, Plaquetas 389000/L y VSG 58 mm/H. PCR 55 mg/l. Ac•vidad de protrombina 77%, fibrinógenos 928 mg/dl. La función renal, hepá•ca y •roidea fue normal. Gasometría venosa: pH 7.38, pCO2 27, Bicarbonato 16, lactato 4.1 con iones normales. Radiogra!a de tórax normal. Se ingresa a la paciente iniciándose tratamiento intravenoso con Amoxicilina/ácido clavulánico y analgesia. A las 24 horas, debido a la persistencia de cefalea y postración de la paciente, se decide realizar tomogra!a computarizada (TC) craneal donde se obje•va ocupación de las celdas mastoideas derechas por material de aparente origen inflamatorio y caracterís•cas similares al material del oído medio, compa•ble con otomastoidi•s derecha. Adyacente a la pared posterior del peñasco se aprecia un área ovoidea hiperdensa de 1,4 cm x 8 mm, que podría corresponderse a una complicación extraxial del mismo o una hiperdensidad del seno transverso, no apreciándose alteraciones a nivel del parénquima (Fig. 1). Posteriormente se realiza punción lumbar obje•vándose salida de líquido cefalorraquídeo (LCR) a presión. El análisis del LCR muestra hema$es 10, Leucocitos 0, Glucosa 64 mg/dl, proteínas 10 mg/dl, Cl 125 mEq/l. En la •nción Gram no se observan gérmenes. Cul•vo nega•vo. Se cambia el tratamiento an•bió•co a Cefotaxima (300mg/kg) y Vancomicina (60mg/kg.). Ante la no mejoría clínica de la paciente se repite hemograma y estudio de coagulación con 9600 leucocitos y 78.2% neutrófilos, ac•vidad de 62 C•••• •• !"••• Fig. 1. A. Ocupación de celdas mastoideas derechas (Otomastoidi"s). Fig. 2. A. Otomastoidi"s. B. Área ovoidea hiperdensa. B. Impronta del seno sigmoide prominente. protrombina 86%, fibrinógeno 665 mg/dl y dímero D 645 ng/ml (normal <500 ng/ml). Se solicita TC de peñasco donde se visualiza pérdida de aireación mastoidea derecha y cavidad en oído medio con remodelación ósea, sin erosión, impronta marcada del seno sigmoideo ipsilateral y marcada asimetría respecto al lado contralateral, (aunque también se asocia a una asimetría del orificio yugular), sin apreciarse defectos de repleción que sugieran trombosis del seno dural al administrar contraste (Fig. 2). Estos hallazgos son compa"bles con asimetría de las estructuras venosas como variante de la normalidad, sin ser posible descartar la existencia de afectación del seno sigmoideo por el proceso inflamatorio adyacente. Dada la persistencia de cefalea y somnolencia de la paciente, se deriva al servicio de Neuropediatría donde se instaura perfusión hidroelectrolí"ca y se con"núa con la pauta de an"bió"co intravenosa. Se realiza consulta al servicio de O$almología, obje"vándose pseudopapiledema bilateral con drusas papilares. Se realiza ecogra&a ocular compa"ble con la normalidad. En la resonancia magné"ca (RM) se confirma el diagnosRevista Atalaya Médica nº 5 / 2014 "co de otomastoidi"s derecha sin afectación del parénquima cerebral y ausencia de hipertensión intracraneal. En la angiogra&a cerebral se visualiza importante asimetría de los senos transversos y sigmoides derechos, que parece corresponder a una variante anatómica normal (Fig. 3). La evolución de la paciente fue lenta, presentando episodios de cefalea intermitente durante los primeros días, que ceden con analgesia, y rechazo del alimento. Progresivamente fue mejorando el ape"to y desapareció la cefalea por lo que se da el alta a los 11 días, con buen estado general, con controles posteriores por los servicios de o$almología y otorrinolaringología. DISCUSIÓN La otomastoidi"s aguda es una patología frecuente en la edad infan"l que produce inflamación de la mucosa mastoidea y erosión de las trabéculas óseas de la mastoides, pudiendo dar complicaciones extracraneales o intracraneales2. La tasa de complicaciones intracraneales como consecuencia de un proceso otomastoideo es del 6,8 %, siendo una de ellas la trombosis de los se63 C•••• •• !"••• sos con tratamiento médico, aun así, las secuelas neurológicas son más frecuentes en niños que en adultos4,5,6. Teniendo en cuenta que la mayoría de los pacientes con clínica de TSVC cumplirán también criterios diagnós"cos de Pseudotumor Cerebri (PC), el diagnós"co diferencial con esta en"dad es un paso obligado. Fig. 3. Senos transversos y sigmoides derechos asimétricos. nos venosos cerebrales (TSVC), con una incidencia anual de 0,67 casos/100.0003. Un proceso infeccioso agresivo o una erosión de la lámina ósea mastoidea pueden originar una reacción inflamatoria endotelial, produciéndo una trombosis venosa, o bien mediante la extensión de la infección otomastoidea a través de las venas que van desde la mastoides hasta el seno venoso. Clinicamente, la TSVC se caracteriza por una gran variabilidad clínica, la cefalea, alteración del nivel de conciencia y convulsiones, son los síntomas más frecuentes, aunque pueden aparecer otros como vómitos, alteraciones de la alimentación, papiledema y síndrome de hipertensión intracraneal, de aparición subaguda3,4. El diagnós"co se basa en pruebas de neuroimagen. La RM combinada con angioRM es la técnica diagnós"ca de elección. Existe controversia en cuanto al tratamiento de la TSVC en el niño. Las revisiones apuntan que el pilar fundamental del tratamiento es el uso de an"bió"co. Algunos defienden además la pauta de an"coagulación con heparina, mientras que otros no son par"darios de ello por el riesgo de hemorragia cerebral. El tratamiento quirúrgico queda reservado a pacientes con mala evolución, abordando la patología del oído medio. La evolución es favorable en la mayoría de los ca64 El PC o Hipertensión Intracraneal Idiopá"ca (HII), es un trastorno poco común y de e"ología incierta, que afecta $picamente a mujeres obesas en edad fér"l, aunque también puede ocurrir en la edad pediátrica7,8. La incidencia aproximada es de 1,2/100 000 habitantes/año, y parece ser tan frecuente en la infancia y adolescencia como en la población general9,10. Clínicamente se caracteriza por la presencia de síntomas y signos producidos por hipertensión intracraneal. La cefalea con papiledema bilateral y deterioro de la agudeza visual son los síntomas principales. Otros síntomas son "nnitus pulsá"l, diplopía por parálisis del sexto par craneal y otras alteraciones visuales como fotopsias11,12. EL diagnós"co se realiza mediante los criterios de Dandy, que incluyen: 1) signos y síntomas de aumento de la presión intracraneal, 2) paciente consciente y alerta, 3) ausencia de déficit neurológico focal, excepto paresia del VI par craneal, 4) Estudios de neuroimagen normales, sin evidencia de e"ología de HII, 5) aumento de la presión del LCR, de composición normal, 6) ausencia de otras causas de HII12,13. Los estudios complementarios deben incluir un estudio o%almológico completo, estudios de neuroimagen que excluyan causas secundarias de HII, siendo de primera elección la RM, aunque también puede ser necesaria la realización de TC. La punción lumbar es necesaria para la medición de la presión del LCR, junto con el estudio citológico y cul"vo, para descartar otras posibles e"ologías de HII14,15,16. El tratamiento va encaminado a aliviar los síntomas, fundamentalmente la cefelea, y preservar la visión. Pueden usarse fármacos como acetazolamida junto con diuré"cos, como furosemida, ya que reducen la presión intracraneal y el papiledema. Otras opciones son el uso de cor"coides o diuré"cos osmó"cos y en ocasiones se requiere punción lumbar evacuadora. El tratamiento quirúrgico se reserva a casos refractarios a tratamiento médico o con evolución desfavorable17,18,19. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL DE LAS COMPLICACIONES DE OTOMASTOIDITIS EN LA INFANCIA C•••• •• !"••• En nuestra paciente, los hallazgos clínicos de somnolencia y cefalea, en el contexto de una otomastoidi!s aguda, con elevación del Dimero D, la imagen de pseudopapiledema en el fondo de ojo y la imagen de hiperdensidad próxima a la pared posterior del peñasco, plantea como primera sospecha de diagnos!co la existencia de una posible trombosis-tromboflebi!s del seno sigmoideo. Finalmente la angio-RM descarta esta posibilidad, describiendo los hallazgos como variantes anatómicas de la normalidad, por lo que se decide una ac!tud expectante sin iniciar an!coagulación, pendientes de completar el estudio. BIBLIOGRAFÍA 1. PalvaT, Virtaken H, Makinen H. Acute and latente mastoidi!s in children. J Laryngol otol 1992; 106:535-537. 2. Sanchis Yago. B, Lahoz Zamarro. MT, Pérez-Bermúdez. C, Iannuzzelli Barroso. C, López Mas. C, Yago Escusa. D. Abscesos Mastoideos. Absceso de Bezold. Bole*n S.A. 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