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Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. mi paciente es… Un varón transexual procedente de Paraguay, infectado por VIH y preocupado por... Elisabeth Gómez Moyano Residente de tercer año del Servicio de Dermatología. Complejo Hospitalario Carlos Haya. Málaga Vicente Crespo Erchiga Jefe del Servicio de Dermatología. Complejo Hospitalario Carlos Haya. Málaga Andrés Sanz Trelles Médico adjunto del Servicio de Anatomía Patológica. Complejo Hospitalario Carlos Haya. Málaga 14 Mi paciente es un varón transexual de 26 años, procedente de Paraguay y residente en España desde hacía 10 meses. Acudía a consulta, derivado desde el servicio de urgencias, por una lesión en el párpado superior derecho, de 8 meses de evolución, que le preocupaba desde el punto de vista estético, y que, aunque había sido extirpada quirúrgicamente en una visita reciente a su país, había vuelto a aparecer hacía un mes. Entre sus antecedentes destacaba una coriorretinitis herpética en el ojo izquierdo hacía 3 meses, que requirió ingreso hospitalario para su tratamiento, siendo diagnosticado posteriormente de infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). En el momento de la visita persistía una disminución de la agudeza visual en dicho ojo y estaba en tratamiento con efavirenz, abacavir, lamivudina y trimetoprima-sulfametoxazol. A la exploración presentaba una úlcera infraciliar derecha de 2 cm de diámetro, de bordes infiltrados, eritematosos y bien definidos, cubierta por una costra serohemática (fig. 1). No presentaba fiebre ni otros síntomas sistémicos acompañantes. Tampoco se objetivaron lesiones mucosas ni a otro nivel del tegumento cutáneo. Se tomaron dos biopsias en sacabocados: una para estudio histopatológico y otra para cultivo micológico. Figura 1. Úlcera de bordes infiltrados, eritematosos y bien definidos, cubierta por una costra serohemática. También se obtuvo una muestra de exudado para cultivo microbiológico. En el estudio histológico se podía observar una densa inflamación granulomatosa no necrotizante, con abundantes estructuras basófilas intrahistiocitarias, redondeadas, de pared gruesa (fig. 2), que se teñían con ácido peryódico de Schiff (PAS) y metenamina de plata (fig. 3), indicativas de histoplasmosis. En el cultivo histológico en agar Sabouraud dextrosa, con y sin actidiona, se identificaron colonias de Histoplasma capsulatum, y el mismo germen se aisló en el cultivo del exudado en agar sangre. En la analítica destacaba una leve elevación de las transaminasas (GPT: Más Dermatol. 2009;7:14-16 Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. Gómez Moyano E, et al. Un varón transexual procedente de Paraguay, infectado por VIH y preocupado por... Figura 2. Infiltrado inflamatorio granulomatoso, con abundantes histiocitos, en cuyo interior se observan pequeñas estructuras redondeadas basófilas. Figura 3. Estructuras redondeadas de pared gruesa, intrahistiocitarias que se marcan con la tinción de metenamina de plata. 67; GOT: 93), carga viral de 175.824 copias/ml, y 30 CD4/mm3. El hemograma, la coagulación y el resto de la bioquímica eran normales. Ingresó en el servicio de enfermedades infecciosas de nuestro hospital, donde permaneció afebril, no objetivándose linfadenopatías ni hepatoesplenomegalia. Se realizaron cultivos de esputo, sangre y orina, con resultado negativo. En la radio- Más Dermatol. 2009;7:14-16 logía de tórax, la ecografía de abdomen y la resonancia magnética cerebral no se objetivaron hallazgos patológicos. Con el diagnóstico de histoplasmosis cutánea primaria se inició tratamiento con itraconazol a dosis de 100 mg cada 12 horas durante 12 semanas, con resolución total de la lesión. En la actualidad realiza profilaxis secundaria con 100 mg de itraconazol cada 12 horas. Dadas sus escasas posibilidades económicas, que no le permitirían pagarse la medicación antirretroviral en su país, ya que no es costeada por el sistema sanitario, decide quedarse en España para seguir su tratamiento. La histoplasmosis es una enfermedad granulomatosa endémica en zonas templadas o tropicales, causada por el hongo dimórfico H. capsulatum. El reservorio del histoplasma son las aves y los murciélagos, y está presente en sus heces, produciéndose la infección más frecuentemente por inhalación de las esporas que por inoculación directa1. Aunque H. capsulatum se considera patógeno en individuos sanos, se comporta como oportunista en pacientes inmunosuprimidos, especialmente en los pacientes con sida, en los cuales la histoplasmosis representa la segunda micosis sistémica potencialmente mortal y se incluye entre las enfermedades marcadoras del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Las manifestaciones mucocutáneas pueden ser primarias (muy raras), causadas por inoculación directa, o secundarias a diseminación hematógena en casos de formas subagudas o crónicas de histoplasmosis diseminada1. Las manifestaciones cutáneas son muy variadas, siendo las formas más frecuentes las papulonecróticas, las moluscoides o las variceliformes, y se pueden presentar más raramente como úlceras en sacabocados o lesiones purpúricas. Además, se han descrito casos de erupción rosaceiforme, pápulas queratósicas con eliminación transepidérmica, nódulos y vegetaciones. Las lesiones en inmunodeprimidos se localizan predominantemente en cara, cuello y tórax. Su aspecto poco llamativo y el hecho de ser asintomáticas son los motivos por los que estas lesiones pasan con frecuencia inadvertidas2. 15 Documento descargado de http://www.masdermatologia.com. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. mi paciente es… Un varón transexual procedente de Paraguay, infectado por VIH y preocupado por... La afección de las mucosas se observa en forma de nódulos, lesiones exofíticas, úlceras orales o perianales. La histoplasmosis cutánea primaria es extremadamente rara. De hecho, hasta 1979 se habían documentado muy pocos casos en la literatura médica, dos de ellos relacionados con un accidente de laboratorio, un tercero por contacto sexual, y un cuarto por trauma. En los tres primeros casos los pacientes eran inmunocompetentes y las lesiones fueron autolimitadas sin necesidad de tratamiento. En cambio, el cuarto caso era un paciente inmunosuprimido que requirió amfotericina B por vía intravenosa. Desde entonces se han documentado casos esporádicos, la mayoría en pacientes inmunosuprimidos, con sida3, artritis reumatoide, diabetes, papuloeritrodermia y también se ha documentado en la infancia4. Se ha propuesto que las cepas responsables de la histoplasmosis cutánea primaria sean más sensibles a la temperatura y por ello menos virulentas, quedando limitada la infección exclusivamente a la piel3. Es probable que la menor frecuencia de casos documentados en individuos inmunocompetentes se deba al curso benigno y a la rápida cicatrización, que hace que estas lesiones a menudo no sean consultadas al médico. El diagnóstico de histoplasmosis cutánea primaria no debería hacerse hasta descartar que la afección cutánea es manifestación de una enfermedad diseminada desde un foco pulmonar o extrapulmonar. El diagnóstico puede realizarse mediante pruebas serológicas, cultivo en tejidos o líquidos corporales, o por identificación del hongo en estudios histopatológicos. Existe una prueba de detección rápida del antígeno polisacárido en sangre y orina. Se ha descrito el uso de técnicas de hibridación in situ sobre las biopsias cutáneas. 16 La histoplasmosis cutánea primaria en pacientes con sida requiere tratamiento inmediato, por su potencial progresión y diseminación a otras áreas cutaneomucosas u órganos internos. El tratamiento consta de una fase inicial de inducción a la remisión con amfotericina B de 0,5-1 mg/kg/día durante 12 semanas. En pacientes que no requieren hospitalización, la inducción se puede realizar con itraconazol 300 mg, dos veces al día durante 3 días, seguido por 200 mg dos veces al día hasta cumplir 12 semanas. En nuestro paciente se usaron dosis más bajas a causa de la interacción de este fármaco con el tratamiento antirretroviral. También se ha empleado el fluconazol1. En la actualidad es posible interrumpir la profilaxis secundaria en pacientes con buena adherencia al tratamiento antirretroviral con niveles adecuados de CD45. Este nuevo caso ilustra la necesidad de conocimiento de las enfermedades importadas, dado el aumento de la inmigración que se ha producido en España en los últimos años. BIBLIOGRAFÍA 1. Reyes M, Arenas LA, Pichardo P, Vick R, Torres A, Zacarías R. Histoplasmosis cutánea y sida. Gac Med Mex. 2003;103(3): 270-5. 2. Corti M, Villafañe MF, Negroni R, Palmieri O. Lesión eritematocostrosa de cara en un paciente con sida. Enferm Infecc Microbiol Clin. 2006;24(2):131-2. 3. Krunic A, Calonje E, Jeftovic D, Berger S, Milinkovic M. Primary localized cutaneous histoplasmosis in a patient with Acquired Immunodeficiency Syndrome. Int J Dermatol. 1995;34(8):55862. 4. Romano C, Castelli A, Laurini L, Massai L. Primary cutaneous histoplasmosis in an immunosuppressed patient. Mycoses. 2000;43:151-4. 5. Negroni R, Helon S, López-Daneri G, Robles AM, Arechavala AI, Bianchi MH. Interuption of antifungal secondary prophylaxis in AIDS-related histoplasmosis. Rev Iberoam Micol. 2004;21:75-8. Más Dermatol. 2009;7:14-16