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4 Volumen 71 Año 2006 Revista Argentina de Urología Vol. 71, Nº4, año 2006 Revista Argentina de UROLOGIA Organo de la Sociedad Argentina de Urología COMITÉ EJECUTIVO Director: Asesores del Director: Propietario Editor Responsable Sociedad Argentina de Urología Comité Editorial: Director Dr. Carlos Alberto Ameri Comité de Redacción: Domicilio legal Pasaje De la Cárcova 3526, (1172) Ciudad de Buenos Aires, República Argentina. Tel.: 4963-8521/4336/4337 E-mail: sau@sau-net.org Derecho de Propiedad Intelectual Nº 501.013/2006 Coordinación y corrección Rosa Frontera Tel.: 4504-0577 Dr. Cobreros, Christian Dr. Favre, Gabriel Dr. Corbetta, Juan Pablo Dr. Bechara, Amado J.; Cap. Fed. Dr. Becher, Edgardo F.; Cap. Fed. Dr. Bernardo, Norberto; Cap. Fed. Dr. Bogado, Humberto E.; Ba. Blanca Dr. Borghi, Marcelo; Cap. Fed. Dr. Casabé, Alberto R.; Cap. Fed. Dr. Costa, Miguel; Cap. Fed. Dr. Frattini, Gustavo; Mar del Plata Dr. Garrido, Gustavo; Cap. Fed. Dr. Giúdice, Carlos R. (h); Cap. Fed. Dr. Gueglio, Guillermo; Cap. Fed. Dr. Hernández, Alberto; Cap. Fed. Dr. López Laur, José Daniel; Mendoza Dr. Mazza, Osvaldo N.; Cap. Fed. Dr. Mingote, Pablo; Cipoletti Dr. Minuzzi, Gustavo; Córdoba Dr. Moisés, Miguel J.; Tucumán Dr. Pautasso, Oscar; Córdoba Dr. Podestá, Miguel L.; Cap. Fed. Dr. Rey Valzacchi, Gastón; Cap. Fed. Dr. Romano, S. Víctor; Cap. Fed. Dr. Rozanec, José J.; Cap. Fed. Dr. Sáenz, Carlos; Cap. Fed. Dr. Villaronga, Alberto; Cap. Fed. Dr. Zeno, Lelio; Rosario CONSEJO EDITORIAL INTERNACIONAL Dr. Arap, Sami; Brasil Dr. Boccon-Gibod, Laurent; Francia Dr. Escovar, Paul; Venezuela Dr. García Guido, Luis; Uruguay Dr. González, Ricardo; Estados Unidos Dr. Jiménez Cruz, Fernando; España Dr. Jordan, Gerald; Estados Unidos Dr. Lobel, Bernard; Francia Dr. Morales, Álvaro; Canadá Dr. Resnik, Martín I.; Estados Unidos Dr. Rodrigues Netto, Nelson (Jr.); Brasil Dr. Schulman, Claude; Bélgica Dr. Valdivia-Uría, José G.; España Dr. Vallancien, Guy; Francia Edición Febrero de 2007. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Argentina Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Dr. Contreras, Pablo Dr. Barros, Diego CONSEJO EDITORIAL NACIONAL Diagramación e impresión «Marcelo Kohan/ diseño + broker de impresión», estudio@marcelokohan.com.ar Revista Argentina de Urología indexada en la base de datos de LILACS. Dr. Ameri, Carlos A. Dr. Rovegno, Agustín R. Dr. Chéliz, Germán SOCIEDAD ARGENTINA DE UROLOGÍA COMISIÓN DIRECTIVA 2006-2007 Presidente: Vicepresidente: Secretario Científico: Prosecretario Científico: Secretario Administrativo: Prosecretario Administrativo: Dr. Oscar Héctor Damia Dr. Alberto Ricardo Casabé Dr. Amado José Bechara Dr. Ubaldo César Iturralde Dr. Ernesto Omar Rodríguez Dr. Emilio Miguel Longo Vocales Titulares: Dr. Hugo Carlos Borgnia; Dr. Raúl Néstor Galigniana; Dr. Roberto Esteban Hernández Dr. Ricardo Miguel Nardone; Dr. Andrés Rebaudi; Dr. Alfredo Osvaldo Rizzi Vocales Suplentes: Dr. Daniel Jorge Coppola; Dr. Carlos Salvador Palazzo Órgano de Fiscalización: Dr. Miguel Angel Costa; Dr. Alberto José Muzio; Dr. Miguel Luis Podestá COMITÉS DE LA SAU Comité de Congresos y Jornadas Comité de Publicaciones y Sesiones Científicas Dr. Miguel Ángel Costa Dr. Carlos Alberto Ameri Comité de Biblioteca Comité de Educación Médica Continua Dr. Pablo Alejandro Ranitzsch Dr. Jorge Humberto Schiappapietra Comité de Residencias Médicas en Urología Comité de Especialidades Urológicas Dr. Juan José Solari Dr. Osvaldo Néstor Mazza Comité Colegio Argentino de Urólogos Comité de Relaciones Internacionales Dr. Horacio A. Levati Dr. León Bernstein Hahn Comité de Interior Comité de Ética Dr. Carlos A. Acosta Güemes Dres. Marco Aurelio Castría; Alfredo Osvaldo Rizzi; Roberto Juan Barisio Comité de Defensa de los Intereses Profesionales Dr. César E. Aza Archetti Dr. Horacio Manuel Rey II Comité de Bioética Indice HISTORIA DE LA UROLOGÍA 201 Historia del Instituto Municipal de Clínica Urológica “Dr. Benito Villanueva” en el Hospital Durand EDITORIAL Dr. Norberto Fredotovich 211 Bioética: reflexión formativa. Conceptos y funciones de sus Comités Dres. Aza Archetti César E.; Boccardo Mirta C.; Cassese Stella M.; Bronstein Roberto; Wimmers Haydeé; Antón Cecilia 215 Cáncer de riñón: Implicancia del compromiso ganglionar ARTÍCULOS ORIGINALES Dres. Ameri Carlos; Rozanec José; Nardone Ricardo; Graziano Claudio 219 Estenosis traumática de uretra anterior Dres. Belinky J.; Castro Brizuela F.; Rey HM.; Romano VS.; Fredotovich N.; Chéliz GMJ. 223 Endopielotomía percutánea anterógrada Dr. Frattini Gustavo 228 Inflamación crónica, la clave de la carcinogénesis Dres. Fernández J. Nicolás 240 Evaluación y seguimiento de la hidronefrosis prenatal Dres. Massó D.; Valenti D.; Luscialdo E.; Aguilar M.; Sperperato C.; Ramos S.; Hentschel S.; Vázquez L.; Perea C. 243 Tratamiento del cáncer localizado de próstata con braquiterapia: 6 años de experiencia Dres. Martínez Pablo; Dourado Leandro; Giúdice Carlos; Villamil Wenceslao; Palacios Víctor; Sardi Mabel; Damia Oscar. 248 Pacientes con enfermedad renal terminal bajo hemodiálisis: libido y función eréctil Dres. Vélez Juan D. MD; Prieto Lina MD; Herrera Sandra MD; Cotes José Miguel Ph D; COMUNICACIÓN DE CASOS 254 Linfoma testicular primario bilateral de células B, como primera manifestación de un linfoma no-Hodgkin. Diagnóstico y tratamiento de este infrecuente tumor Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Herrera Ana M. MD, PhD; Julio Ferrer MD Dres. Verger-Kuhnke A.B; Beccaria M.L.; Seyrich T.; Reuter M.A.; Outrata J. COMUNICACIÓN DE CASOS IMÁGENES EN UROLOGÍA 260 Uropatía obstructiva secundaria a aneurisma aórtico Dres. Espinoza Marcelo; González Martín; García Mauro; García Carlos; Burgos Néstor 263 Uretra doble completa en un paciente de 26 años Dr. Chéliz Germán M.J. 264 Seminoma de larga evolución Dres. Ríos Pita H.; Ameri C. VI Index HISTORY OF THE UROLOGY EDITORIAL 201 History of Municipal Institute of Urologic Clinic “Dr. Benito Villanueva” in Durand Hospital Dr. Norberto Fredotovich 211 Bioethics: formative reflection. Committees: concepts and functions Dres. César E. Aza Archetti; Mirta C. Boccardo; Stella M. Cassese; Roberto Bronstein; Haydeé Wimmers; Cecilia Antón 215 Renal cell carcinoma: ganglionic implication ORIGINAL ARTICLES Dres. Ameri Carlos; Rozanec José; Nardone Ricardo; Graziano Claudio 219 Anterior urethra traumatic stricture Dres. Belinky J.; Castro Brizuela F.; Rey HM.; Romano VS.; Fredotovich N.; Chéliz GMJ. 223 Percutaneous antegrade endopyelotomy. Evaluation of 35 cases Dr. Gustavo Frattini 228 Chronic inflammation, the key of carcinogenesis Dres. J. Nicolás Fernández 240 Evaluation and follow up of prenatal hydronephrosis Dres. Massó D.; Valenti D.; Luscialdo E.; Aguilar M.; Sperperato C.; Ramos S.; Hentschel S.; Vázquez L.; Perea C. 243 Treatment of localized prostate cancer with brachytherapy: six years experience Dres. Martínez Pablo; Dourado Leandro; Giúdice Carlos; Villamil Wenceslao; Palacios Víctor; Sardi Mabel; Damia Oscar. 248 Patients with terminal renal disease in hemodialysis: libido and erectile function Dres. Vélez Juan D. MD; Prieto Lina MD; Herrera Sandra MD; Cotes José Miguel Ph D; CASE REPORTS Herrera Ana M. MD, PhD; Julio Ferrer MD 254 Bilateral primary testicular lymphoma of B-cell, as first manifestation of a no-Hodgkin lymphoma.Diagnostic and treatment of this infrequent tumor Dres. Verger-Kuhnke A.B; Beccaria M.L.; Seyrich T.; Reuter M.A.; Outrata J. 260 Obstructive uropathy secondary to aortic aneurysm Dres. Espinoza Marcelo; González Martín; García Mauro; García Carlos; Burgos Néstor. IMAGES IN UROLOGY 263 Complete double urethra in a 26 years patient Dr. Germán M.J. Chéliz 264 Long evolution seminoma Dres. Ríos Pita H.; Ameri C. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 IX HISTORIA DE LA UROLOGÍA HISTORY OF THE UROLOGY Historia del Instituto Municipal de Clínica Urológica “Dr. Benito Villanueva” en el Hospital Durand History of Municipal Institute of Urologic Clinic “Dr. Benito Villanueva” in Durand Hospital Dr. Norberto Fredotovich* Desde que accedí por concurso abierto de la Carrera Profesional Hospitalaria MCBA, en 1989 a la Jefatura de la División Urología del Hospital General de Agudos “Carlos G. Durand”, constituyó en mí, una preocupación constante el poder desentrañar la historia del “Instituto Municipal de Clínica Urológica”. La División de la que me hice cargo, luego de la reestructuración hospitalaria, era continuación directa de dicho Instituto. Recuerdo que conocí el Hospital Durand como estudiante en la Cátedra del Profesor Dr. Luis Munist, pero al Instituto lo hice recién como médico durante el examen de ingreso a la Carrera en 1972, cuando hacía 9 años que el Profesor Dr. Luis Figueroa Alcorta había dejado su Dirección. Aunque a éste lo llegué a conocer personalmente en las Reuniones Científicas de la SAU y en los Congresos de la PAMA Capítulo Urológico 1967 en Buenos Aires y en Montevideo 1968, lamentablemente sólo guardo en mi memoria vagos recuerdos de su persona. De lo que sí quedé impresionado y gratamente, fue de conocer el Instituto en el denominado “Pabellón Villanueva”, me pareció enorme frente a los servicios hospitalarios de la especialidad, en ese entonces, su aula, su biblioteca y su internación de 70 camas (el “Pena” mi hospital de esa época contaba con 24 camas) y 3 quirófanos propios, todo en un mismo edificio moderno y bastante bien cuidado. Desafortunadamente la División Urología del Hospital Durand, en 1989 había quedado reducida a un pequeño sector en un ala del 1º piso del “Pabellón Romano” (Ex Instituto Municipal de Cirugía “Profesor José M. Jorge” y después Ex Hospital Naval sobre la calle * Jefe División Urología del Hospital Carlos G. Durand. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Ambrosetti) con un consultorio con 4 boxes, una pequeña aula, una sala de endoscopia, un despacho y un baño y en el “Pabellón Villanueva” sólo tenía asignado un sector de 10 camas para hombres en primer piso y 4 camas para mujeres en el segundo piso. A eso había quedado reducido el tan mentado Instituto de Urología. ¿Qué había pasado? ¿Por qué esa drástica reducción? ¿Ese era el destino de una “donación” a la Municipalidad?. Esas y muchas más fueron las preguntas que me impuse aclarar. Por mi actividad en el ámbito de la Pcia. de Buenos Aires, actuando como Consejero en el “Colegio de Médicos” y como Representante de Círculo Médico de Esteban Echeverría, ante la Federación Médica de la Provincia, tuve la suerte de conocer al Dr. Vicente Gasbarro, urólogo y distinguido dirigente gremial, entre otras cosas fundador y después Director de la Caja de Previsión y Seguro Médico de la Pcia., quien resultó haber sido el primer Secretario Administrativo del Instituto de Urología desde su fundación y posteriormente médico del “staff ” de dicha entidad. Asimismo integraba la planta de la División Urología el Dr. Samuel Herzberg, que también lo fuera del Instituto de los años 50; así como del “viejo” clínico del Hospital Durand, docente, historiador, profesor de latín y poseedor de una vasta cultura el Dr. León Cubellum. Con los tres profesionales supe tener interminables horas de conversación acerca de todo lo ligado al Instituto de Urología, la idea primigenia, su gestación, sus autores, su funcionamiento, la verdadera “intra-historia” de lo que había sucedido. El Dr. Gasbarro fue finalmente, por su condición de íntimo partícipe y su prodigiosa memoria, quién acercó mayor claridad a todas mis inquietudes. La recopilación de elementos probatorios no fue 201 sólo la transmisión oral, tuve que visitar en varias ocasiones la Hemeroteca del Congreso de la Nación, la Biblioteca del Congreso de la Nación, la Biblioteca del Palacio Legislativo de la Ciudad Autónoma de Bs. As., la Secretaria de Infraestructura y Planeamiento del GCABA, la Biblioteca de la SAU y la Biblioteca de la Asociación de Profesionales del Hospital Durand. Además llegó a mis manos una copia mimeografiada del Reglamento del Funcionamiento interno del Instituto redactada por su Director el Profesor Dr. Luis Figueroa Alcorta en 1942 y algo de suma importancia y que realza la investigación: el “Libro de Visitantes” del Instituto. La lectura y el análisis pormenorizado de todos estos datos me capacitaron, para que ahora pueda contarles algo que hasta ahora nunca nadie escribió: la Historiografía del Instituto Municipal de Urología “Dr. Benito Villanueva” del Hospital “Carlos G. Durand”. L O S AC TOR E S Y S U É P O C A A comienzos del siglo XX la Argentina con sus casi 4,8 millones de habitantes gracias al aporte de la inmigración europea, presentaba una estabilidad y un crecimiento económico importante, a la vez que gozaba de la consideración de las naciones más poderosas de entonces. Desde esa elevada posición se aprestaba a celebrar el “Centenario” de su vida institucional para 1910. En 1904 fallecía en Buenos Aires el destacado cirujano toco ginecológico Dr. Carlos G. Durand, hijo de un médico francés que supo actuar como cirujano de los ejércitos napoleónicos e inmigró a estas tierras. Poseedor de una cierta fortuna incrementada con el ejercicio de su profesión, especialmente en la zona de Caballito y al no poseer éste herederos directos, legó al Municipio de la Ciudad la suma de $700.000 para la construcción de un hospital para 220 camas, en dicho barrio de quintas, dado que carecía de un lugar de internaciòn y poseía sólo un dispensario “San Carlos Norte”. Por elección del Dr. José Pena se adquirió un predio de 2 hectáreas de la quinta de Ezpeleta en la zona del antiguo Parque del Oeste donde hoy está ubicado el Parque Centenario y el Ingeniero Alfredo Buschiazo se encargó de su diseño y construcción según modelo del Hospital Imperial de Hamburgo. El 13 de marzo de 1912 se procedió a inaugurar el Hospital que lleva el nombre de su benefactor. En la misma época una “Convención de Notables” elegía a un abogado cordobés Senador Nacional por esa provincia, el Dr. José Figueroa Alcorta para completar la fórmula presidencial con el Dr. Manuel Quintana de Buenos Aires. Asumieron el 9 de octubre de 1904 la Presidencia y Vice-Presidencia y Presidencia del Sena- 202 do de la Nación respectivamente. En 1906 fallece el Dr. Quintana y el Dr. Figueroa Alcorta asume la Presidencia hasta completar el período en 1910. En esos tiempos éste traba amistad con el Dr. Benito Villanueva, un abogado nacido en Mendoza en 1856, Diputado Nacional por dicha provincia en varios períodos, desde 1890 a 1904, que presidía entonces la Cámara de Diputados en el Congreso de la Nación. Al dejar la Presidencia el Dr. José Figueroa Alcorta sería designado Ministro de la Corte Suprema de la Nación y más tarde Presidente de dicha Corte convirtiéndose en el único ciudadano que presidió los tres poderes de la República: el Legislativo, el Ejecutivo y el Judicial. Para ese entonces el acaudalado hombre de negocios “del petróleo”, Director del “Anglo-Ecuadorian-Oil-Company” y Gerente de la “Dubbs Craming Company” el Sr. Rodolfo P. Peracca, argentino nacido en Bs. As. en 1880, entabla amistad con el Dr. Benito Villanueva y con la familia Figueroa Alcorta; no sólo son amigos, sino que también comparten ciertos emprendimientos financieros. El 12 de octubre de 1916 asume la fórmula presidencial elegida por el “sufragio popular” en el que se estrenó la Ley Saenz Peña (voto universal, secreto y obligatorio), estaba integrada por Hipólito Irigoyen presidente y el riojano Pelagio B. Luna como vicepresidente, ambos por el Partido Radical. En septiembre de 1919 fallece el Vice-Presidente electo. El primero en la sucesión presidencial pasó a ser entonces el presidente provisorio del Senado, el Senador por Mendoza desde 1904 Dr. Benito Villanueva, que en este caso pertenecía al primer partido de la oposición, uno de los fundadores del partido del Dr. Lisandro de la Torre, el Partido Demócrata. Este demócrata que llevaba una larga trayectoria parlamentaria se convirtió en Vice-Presidente en ejercicio del radical Irigoyen, durante 3 años hasta el fin del período en octubre de 1922. Ya la Argentina contaba con 8,8 millones de habitantes, de los cuales 1/3 era inmigrantes extranjeros. Uno de los hijos del Dr. José Figueroa Alcorta, Luis nacido en Córdoba el 5 de diciembre de 1896, que cursó sus estudios secundarios en El Salvador e ingresó en la carrera de Medicina en 1913 en la Universidad de Córdoba. Continuando luego en la Universidad de Buenos Aires, donde en 1918 se recibe de Médico. Alcanza su doctorado en 1921 e ingresa en el Servicio de Urología del Profesor Bernardino Maraini en el “Hospital Rawson”; donde en 1926 comienza su adscripción a la Cátedra. Había contraído nupcias con Elena Castex (hija del Profesor de Clínica Médica Mariano Castex) con la que tuvo 2 hijos que posteriormente serían médico y abogado respectivamente. Discípulo predilecto del Profesor Bernardino Maraini, el Dr. Luis Fifura 1: Boletín Municipal Nº 5313 de fecha 10/12/38 con la Ordenanza 9685 aceptando la donación del sr. Rodolfo P. Peracca. Figueroa Alcorta en 1933 logra por concurso el Título de Profesor Adjunto de Urología. Dos años antes había fallecido su padre José y ese año (1933) también fallece el Dr. Benito Villanueva. La gestación del proyecto: Es entonces cuando el Dr. Luis Figueroa Alcorta inicia conversaciones con el Sr. Peracca acerca de la conveniencia de que éste realice una obra de carácter benéfico, con el significado de devolverle en parte al País, algo de lo que éste le había facilitado al convertirlo en un hombre de fortuna. De esta forma él lograría la concreción de un sueño que venía pergeñando, tener un Servicio Hospitalario de Urología. Así fue como comenzaron a plasmar dicha decisión, conversando con los distintos estamentos del Gobierno Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, con el Director de la Asistencia Pública y con miembros del Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires. A fines de 1937 éstos autorizaron provisoriamente la construcción de un edificio dentro del predio del Hospital Carlos Durand sobre la esquina de la Avenida Díaz Vélez y la calle Ambrosetti, que estaría destinado totalmente a un “Instituto de Urología”; ya que dicho Hospital no contaba con un Servicio de Urología. Efectivamente, la “Urología” era sólo entonces un sector del Servicio de Cirugía General cuyo jefe era el Profesor de Clínica Quirúrgica Dr. José M. Jorge y lo complementaba un Dispensario Antivenéreo. Acordaron igualmente que este Instituto gozaría de algunas excepciones con respecto a otros Servicios del Municipio, en cuanto a su estructura administrativa, dependencia económica y manejo. En 1937 el Profesor Luis Figueroa Alcorta era elegido para ocupar la Presidencia de la Sociedad Argentina de Urología durante el año 1938. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 El Sr. Peracca se abocó rápidamente a cristalizar su donación y asignó al Arquitecto Fernando Esquirru el diseño y dirección del proyecto, colaborando el Dr. Luis Figueroa Alcorta en pautar las características y necesidades del nuevo Instituto. Contrató a la empresa constructora Trionfetti Hermanos para llevarla a cabo. Los datos aportados por la Secretaría de Infraestructura y Planeamiento MCBA permiten establecer en planos que el edificio en cuestión tendría una superficie cubierta total de 2.850 m2. La piedra fundamental se colocó a comienzos de 1938, estando prevista su finalización para 1939, siendo el costo total presupuestado para la obra y su equipamiento de $1.800.000 (aproximadamente en aquella época U$ 600.000). El Honorable Concejo Deliberante sancionó el 18 de noviembre de 1938 la Ordenanza Nº 9685 aceptando la donación hecha por el Dr. Rodolfo P. Peracca (expediente 171421/38) con una “minuta” sugiriendo aumentar el número de camas, dado que en ese nosocomio existe un pabellón destinado al alojamiento de las Hermanas de Caridad. Fue promulgada por el Departamento Ejecutivo el 30 de noviembre de 1938, firmada por el Intendente Goyeneche y publicada en el Boletín Municipal Nº 5313 de fecha 10 de Diciembre de 1938. La citada ordenanza establecía en su Artículo 1º: “Acéptase la donación hecha por el Sr. Rodolfo P. Peracca, consistente en la construcción de un pabellón destinado a Clínica Urológica en el Hospital Durand, sujeta a las siguientes condiciones: Primero: El Sr. Rodolfo Peracca entregará a la Municipalidad de la Capital, listo para ser habilitado dentro del término de un año a contar de la promulgación presente un pabellón destinado exclusivamente a Clínica Urológica con capacidad para 60 camas. Dicho pabellón se entregará con dotación completa de aparatos e instrumental quirúrgico, así como los elementos necesarios para el funcionamiento de los servicios auxiliares. El plan de construcción, así como los planos definitivos, deberán someterse a la aprobación del Departamento Ejecutivo. Contará de 5 secciones principales distribuidas en 5 pisos y un subsuelo, que se agruparán de la siguiente manera. • Primera Sección: Departamentos de Consultorios Externos: salas de espera para hombres y para mujeres, salas consultorios hombres con 9 mesas de examen y consultorios para mujeres con 3 mesas de examen, salas de lavajes uretrales y uretrovesicales para hombres, sala de fisioterapia, sala para uretroscopias, sala de cirugía menor y curaciones, 203 laboratorio de investigaciones rápidas, sala de recepción y fichas. • Segunda Sección: Enfermos internados: sala para hombres con 45 camas (1º piso), sala para mujeres con 15 camas (2º piso), salas de curaciones, offices de enfermería, baños y habitaciones para Hermanas de Caridad. • Tercera Sección: Departamento de Exploraciones Clínicas (3º piso): sala de espera, sala de endoscopia para hombres, 2 mesas de examen, sala de endoscopia para mujeres, 2 mesas de examen, sala instrumental y esterilización, sala de radiología con sala de espera y revelado, salas de laboratorio con sección de exámenes químicos y otra de bacteriológicos y una tercera para trabajos de experimentación, salas de espera y de extracción. • Cuarta Sección: Departamento Quirúrgico (4º piso): dos salas de cirugías aséptica y una de cirugía séptica, sala de anestesia y recuperación, sala de instrumental quirúrgico, sala de esterilización, vestuarios, baños, lavatorios. • Quinta Sección: Servicios Auxiliares (2º piso): despacho Director, sala de Médicos, sala de archivos de Historias Clínicas, biblioteca, laboratorio de anatomía patológica, sala de fotografía y microfotografía, museo de patología, aula (anfiteatro para 130 personas, 4º piso), Mesa de Entradas, Esterilización Central, instalación de calefacción y agua caliente central, incinerador de residuos, teléfonos internos, montacargas, ascensor, sistema busca personas, sección experimentación con quirófano, laboratorio y bioterio (5º piso). Segundo: El emplazamiento del pabellón estará dentro del Hospital Durand, dado las especiales circunstancias que en dicho nosocomio no existe Servicio de Urología y por tratarse de un Hospital que sirve una zona densamente poblada de la Capital Federal. Tercero: El primer Director del Instituto a construirse será el Profesor Adjunto de Clínica Urológica de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA, Dr. Luis Figueroa Alcorta, el cual sólo cesará en sus funciones por fallecimiento, renuncia o por haber llegado a los 65 años de edad. Cuarto: La Municipalidad de la Capital proveerá el personal técnico y administrativo para el funcionamiento correcto, tanto de los servicios esenciales como los auxiliares del Instituto. Quinto: El pabellón a construirse se denominará “Instituto Municipal de Clínica Urológica Dr. Benito Villanueva” y llevará como subtítulo la inscripción “Donación Rodolfo P. Peracca” Articulo 2º: Comuníquese, etc. 204 Figura 2: Dr. Benito Villanueva (1854 - 1933) L A I N AU G U R A C I Ó N D E L A O B R A Los trabajos de construcción se realizaron con buen ritmo y la obra fue finalizada a fines de 1939. Previamente durante ese año había fallecido el Profesor Dr. Bernardino Maraini, quien legó al Dr. Luis Figueroa Alcorta su completa Biblioteca para que ésta sirviera de base a la del futuro Instituto. Finalmente el 30 de abril de 1940 se llevó a cabo el acto inaugural del Instituto, el periódico LA NACIÓN anunció ese día el mismo y cubrió ampliamente dicho acto en su edición del 1º de Mayo de 1940, cuando sus titulares de primera plana anunciaban la “Invasión alemana a Noruega”, “Luchan duramente las fuerzas expedicionarias inglesas y francesas con los nazis”. Asistieron a dicho evento el Presidente de la República Dr. Roberto M. Ortiz y Ministros del Ejecutivo Nacional, el Secretario de Obras Públicas Dr. Nereo Jiménez Melo en representación por enfermedad del Intendente Municipal Dr. Arturo Goyeneche, el Sr. Rodolfo Peracca, el Director de la Asistencia Pública Dr. José Tobías, el Presidente de la Academia Nacional de Medicina Profesor Dr. Mariano R. Castex, el Presidente de la Sociedad Argentina de Urología el Dr. Alfonso Von Der Becke, el Decano de la Facultad de Ciencias Médicas Profesor Dr. Micanor Palacios Costa, el Profesor Titular de Clínica Urológica Profesor Enrique Castaño, el Presidente del Departamento General de Higiene Dr. José Etchepareborda, el Vicario General de la Arquidiócesis Monseñor Fortunato Devoto, representantes del Poder Legislativo, el Director del Hospital Durand Dr. Nicolás Romano y el Profesor Dr. Luis Figueroa Alcorta quien asumiría la dirección del Instituto inaugurado y una gran cantidad de público, dieron categoría de acontecimiento importante al acto y demostración del amplio auspicio popular que acompaña a todas las manifestaciones destinadas a mejorar la salud de la población”. El donante del pabellón Sr. Rodolfo P. Peracca fue el primer orador quien expresó: “Además de ofrecer a la gran ciudad que me vio nacer un elemento que contribuye al mejoramiento de sus servicios públicos, no hago sino pagar débilmente, la deuda de gratitud de todo ciudadano con la sociedad que lo formó, educándolo gratuitamente en sus escuelas y ofreciéndole después todas las oportunidades para consolidar su personalidad propia y conquistar una posición digna e independiente”. Agregó después: “es motivo de una íntima satisfacción, la de asociar a la fundación de este Instituto el nombre muy querido para mí del Dr. Benito Villanueva que fue diputado, senador, vice-presidente y presidente en ejercicio de la República e ilustre estadista, caballero sin tacha que me honró en vida con su confianza y amistad”. Finalizando: “A la notoria competencia profesional en la especialidad urológica del Profesor Luis Figueroa Alcorta que ha sabido honrar su alta con grandes méritos, queda confiada la Dirección de este nuevo Instituto, seguro de que su diligente preocupación sabrá convertirlo en una expresión de auspicioso abrigo para los enfermos y un eficiente laboratorio de investigación científica que permita mitigar sus males”. Seguidamente el Dr. Giménez Melo agradeció al Sr. Peracca en nombre del Municipio y de los habitantes de la Ciudad el noble gesto y la altruista vocación de ayuda hacia su comunidad. El orador puso seguidamente en posesión del cargo de director del Instituto de Clínica Urológica al Dr. Luis Figueroa Alcorta manifestando la complacencia con que el Departamento Ejecutivo veía a este profesional en tal función. Finalmente el Dr. Luis Figueroa Alcorta agradeció la designación en él recaída y la presencia de las autoridades presentes y al Sr. Peracca por su gesto material al que agrega la generosidad del recuerdo hacia su amigo dilecto, el esclarecido ciudadano Dr. Benito Villanueva, quien se vincula perdurablemente a una obra útil erigida para bien de la comunidad, agregando: “Deseo evocar el recuerdo del Profesor Bernardino Maraini quien iluminará con su ejemplo más de 30 años de labor científica ininterrumpida, humanitaria y docente dedicada al engrandecimiento de la Urología Argentina. Su nombre en esta casa será un símbolo que nos impulse al trabajo y al estudio”. El Dr. Ortiz y su comitiva recorrieron las instalaciones del nuevo Instituto interiorizándose de todos los detalles que hacen a su funcionamiento y adelantos técnicos. Una medalla de bronce, conmemorativa del evento y de muy corta emisión fue obsequiada a las autoridades; constaba en el anverso con la imagen edilicia del Instituto Municipal de Clínica Urológica Dr. Benito Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Villanueva, Donación Rodolfo Peracca. En el reverso el nombre de las autoridades asistentes y la fecha 30 de abril de 1940, la misma me fue aportada por el Dr. Gasbarro, habiéndosela entregado personalmente el Sr. Rodolfo Peracca a su contador el Sr. Vicente Antonio Gasbarro, padre del Dr. Vicente Gasbarro. SUS COMIENZOS De acuerdo con lo solicitado en la minuta de la Ordenanza 9685/38 se destinaron las habitaciones para las Hermanas de Caridad de la Orden de San Camilo, como salas de internación. Así se incrementa de 60 a 70 el número de camas, siendo destinadas 50 para hombres y 20 para mujeres. El plantel inicial de profesionales estuvo integrado por: Urólogos: Dr. Julio Dante, Jefe Clínicas Dr. Guillermo Iacapraro, Jefe Clínicas Dr. Luís R. Molina, Jefe Clínicas Dr. José Gorodner, Jefe Clínicas Dr. Adolfo M. López, Jefe Consultorios Externos Dr. Luis R. Bartes Dr. Simón Teplitzky Dr. Raúl Sandro Dr. Alberto Godel Dr. Orestes Massolo Dr. Ernesto Iturriaga Dr. Rene Zappa Dr. Faustino Couchoud Dr. Marcelo Imposti Dr. José R. Echemique Dr. Carlos Vainesman Dr. José González Ginecólogos: Dr. Manuel S. Copello Clínicos: Dr. Ernesto Aberg Cobo Patólogo: Dr. Raimundo Rovere y Odino Radiólogo: Dr. Eduardo Fernández Rey Laboratorio: Dr. Baldomero E. Castells Dr. Eros Zecchi Odontólogo: Dr. Osvaldo Perri Secretario Administrativo: Sr. Vicente Gasbarro Secretario de Cátedra de UBA: Sr. Juan José Camoirano 205 Fotógrafo: Dr. José Svibel La primera intervención quirúrgica en el Instituto de Urología, su “bautismo de sangre”, fue practicada al paciente Lino del Piero de 21 años de edad con diagnóstico de tumor de testículo. Actuó como cirujano el Dr. Julio Dante y como ayudante el Dr. Raúl Sandro, realizando una orquiectomîa radical a mediados del mes de junio de 1940; el informe histopatológico del Dr. Rovere fue “seminoma de testículo”. Respecto de la cirugía, el Instituto contó desde su inauguración con un poderoso equipo marca LEITZ que transmitía desde el quirófano la imagen del campo operatorio directamente al anfiteatro, proyectándola y ampliándola sobre una pantalla de 4 x 4 metros, mientras que a su vez, el cirujano por micrófono relataba los detalles de la misma al auditorio. Este equipo, considerado el más perfecto de su época, fue el primero en ser instalado en Latinoamérica; pudiendo ser “comparable” hoy (salvando las distancias) a la transmisión por un circuito cerrado de TV color. El “reglamento interno” establecía puntillosamente las funciones, deberes y obligaciones de todo el personal del Instituto tanto médico, técnico o administrativo. Entre sus puntos destacados establecía la designación de un “médico de guardia” rotatorio con la obligación de realizar todos los días (se trabajaba de lunes a sábados) una recorrida de 19 a 21 horas de los pacientes operados e internados e informar telefónicamente a un superior sobre la evolución de los mismos quedando en guardia pasiva ante cualquier urgencia. Los días domingos y feriados la recorrida debía realizarse de 9 a 11 horas a fin de controlar a los pacientes. Otro detalle de dicha preocupación era la participación de médicos clínicos a los efectos de colaborar en el diagnóstico y control de las eventuales alteraciones en el curso de otras patologías generales o complicaciones. El cuidado llegaba también a realizar preventivamente el control y ficha odontológica de los pacientes internados o previo a la cirugía. Merece un comentario detallado la realización del “Ateneo” semanal del Instituto. Se realizaba los días martes, o el primer día hábil siguiente de 11 a 12:20 horas en el anfiteatro. Con cinco minutos de antelación un timbre sonaba en todos los pisos del Instituto llamando la atención y otro un minuto antes del comienzo. Tenían obligación de participar todos los médicos presentes, sólo quedaban eximidos de una concurrencia puntual quienes tenían aún obligaciones pendientes (consultorios externos y quirófanos). “Se recomendaba procurar, siempre que no se perjudique el servicio, dar 206 término a sus tareas a las 11 horas del día martes, a fin de no privar al Ateneo de su valioso aporte y colaboración”. Eran presididos por el Director, actuaba como Secretario el Dr. Faustino Couchoud y llevaba el registro taquigráfico el Secretario administrativo Sr. Vicente Gasbarro. Contaba para su realización con un pizarrón móvil accionado por motor eléctrico, pantalla proyección, un negatoscopio móvil de aluminio para 14 placas, retroproyector, proyector de preparados microscópicos y proyector cinematográfico. En él se presentaban a la discusión los pacientes quirúrgicos a operar en la semana siguiente. Además se realizaba la presentación del resultado anatomo-patológico de los pacientes ya operados, así como la discusión sobre las complicaciones presentadas y su evolución. En el 2º piso, y junto al despacho de la Dirección, se encontraba la Biblioteca del Instituto donada por el Profesor Dr. Bernardino Maraini, con su sala de lectura, se encontraba al frente de la misma el Dr. Ernesto Iturriaga. Poseía los tratados urológicos más importantes desde la creación de la especialidad, Guyón, Albarrán, Legueu, Papín, Von Lichtemberg, Kelly, Burnam, Hartman, Gil Vernet y Dodson. La sección hemeroteca poseía suscripciones de distintas revistas médicas y de la especialidad en idioma español, inglés, francés, alemán y portugués; facilitaban a los profesionales estar informados sobre los avances científicos y las modernas técnicas quirúrgicas de la urología. Un punto a destacar de la Reglamentación establecía: “es elemental deber propender al crecimiento científico del personal del Instituto. Siendo reconocido el valor que se asigna a las publicaciones en el orden nacional e internacional y existiendo numerosos casos clínico-quirúrgicos de verdadero interés que merecen ser divulgados, los señores médicos del servicio tienen la obligación ineludible e inexcusable de publicar trabajos científicos, clínicos o experimentales...”. fijaba la siguiente producción mínima anual para los Jefes de Clínica 4 trabajos, Médicos de hospital 3 trabajos, Médicos agregados y Asistentes 2 trabajos. Como institución de cierta importancia y cosa común en las de su época, al Instituto no le faltó su “Libro de firmas” para los visitantes a partir de 1944. En su primera página, un ilustre visitante escribe: “Admirado de este formidable Instituto de Urología único en América, me felicito de conocerlo con el detalle que la amabilidad de su Director y animador Profesor Figueroa Alcorta me lo ha mostrado.” Buenos Aires 10 de octubre 1944. Profesor Dr. Antonio Puigvert Gorro. Datos aportados oportunamente en 1997 por el Profesor Francisco Sole Balcells y el Dr. Norberto Mallo Fifura 3: Medalla Recordatoria del Acto Inaugural del “Instituto Municipal de Urología”, 30 de abril de 1940. Anverso y Reverso. Propiedad del Dr. V. Gasbarro. Medalla Recordatoria del Acto Inaugural del “Instituto Municipal de Urología”, 30 de abril de 1940. Anverso y Reverso. Propiedad del Dr. V. Gasbarro. Huergo, quienes por ese entonces eran Directores Docente y Asistencial respectivamente de la “Fundación Puigvert”, confirmaron que el Profesor Puigvert manifestó haberse inspirado en el “Instituto” dirigido por el Profesor Figueroa Alcorta de Buenos Aires para transformar su vieja “Clínica Privada Profesor Puigvert” (1928) de Barcelona en el “Instituto de Urología” en 1944; para después, al ganar la Jefatura del Servicio de Urología del “Hospital de la Santa Cruz y San Pablo” en 1951, trasladar dentro de dicho hospital a su propio instituto en 1952 denominado “Instituto de Urología HSCSP” con su primer Internado Rotatorio. Recién en 1961 creó la “Fundación Puigvert” que inaugura sus nuevas instalaciones en 1966. Otras prominentes figuras de la Urología Americana y Europea visitaron el “Instituto Municipal de Clínica Urológica Dr. Benito Villanueva”, desde ese entonces hasta comienzos de la década del sesenta. Recorriendo las páginas resaltan a la vista los nombres de los Profesores: Uruguay Luis A. Surraco Pedro Barcia Juan R. Delger Frank Hughes Brasil Álvaro Cumplido de Sant¨Anna Ugo Pinheiro Guimaraes Ángelo Pinheiro Machado Filho Roberto Rocha Brito Geraldo de Campos Freire Chile J. Luis Brisquert España Antonio Puigvert Gorro Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Francia Albert De Gennes Bernard Fey Robert Loustpault Italia Erimano Mingazzini Portugal Antonio Carneiro de Moura Estados Unidos Robert Gutiérrez H. O. Findlay En virtud de sus méritos profesionales, su destacada personalidad y el empuje con el que acometió para cristalizar su anhelado sueño del “Instituto de Urología”, la Academia Nacional de Medicina lo designó Académico de Número. Su Presidente el Profesor Mariano Castex lo invitó a ocupar su sitial el 22/08/1940 y en su discurso el Profesor Luis Figueroa Alcorta manifestó “asumo sucediendo a mi insigne maestro el Profesor Bernardino Maraini”. SU PRODUCCIÓN Referente a la actividad asistencial, se basaba fundamentalmente en la asistencia del consultorio externo y su internaciòn que era de 70 camas. En el consultorio se atendía los días martes, jueves y sábados de 8 a 12 horas. El promedio de su asistencia era de 120 pacientes por semana, aproximadamente unos 7.000 consultas en el año. En la internaciòn se registraban 1.200 egresos anuales, donde el 70% eran por cirugías. La actividad quirúrgica se desarrollaba a) la cirugía menor ambulatoria en la sala quirúrgica de la planta baja únicamente los días jueves de 8 a 11 hs., realizándose alrededor de 300 cirugías menores al año; b) la cirugía intermedia y mayor con internaciòn en los 3 quirófanos del 4º piso, operando los días lunes, miércoles y viernes de 8 a 12 horas. Se efectuaban unas 18 cirugías semanales, que representaban unas 900 cirugías anuales. El total de cirugías anual era de 1.200 operaciones. La anestesia era general inhalatoria (éter-cloroformo), realizándola como era de práctica en esa época los propios médicos cirujanos Dres. Godel y Bartes; para las peridurales se solicitaba la ayuda de un médico anestesista del Hospital, que eran muy pocos. El Dr. López se desempeñaba como responsable de todo el material quirúrgico y endoscópico. La realización de las cirugías mayores (aproximadamente 500 operaciones al año) se distribuía de la siguiente manera: 60% Profesor Figueroa Alcorta, 20% Profesor Iacapraro, 10% Dr. Dante, 10% Dr. Molina y otros. 207 La labor docente se ejerció fundamentalmente en el pre-grado, estaba a cargo del Profesor Adjunto Dr. Luis Figueroa Alcorta secundada por el Profesor Adjunto Dr. Guillermo Iacapraro, colaborando los docentes Dres. Adolfo López y Orestes Massolo y como Jefe de Trabajos Prácticos de la Facultad de Ciencias Médicas el Dr. José Gorodner. Durante el período 15/09/52 al 01/03/53 el Profesor Luis Figueroa Alcorta fue designado internamente al frente de la Cátedra de Urología de la Facultad de Ciencias Médicas UBA y trasladó durante dicho período su sede al Hospital Durand en el Instituto de Urología. También en 1975 al crear el CD de la Facultad de Medicina de UBA, la 2º Cátedra de Urología rotatoria el Profesor José Casal designado Titular de la misma llevó su sede al Instituto del Hospital Durand y en su libro de visitantes escribió: “Al inaugurar la Segunda Cátedra de Urología en el Instituto Municipal de Urología, creo haber cumplido con el deber inexcusable de intentar jerarquizar esta magnifica obra del Profesor Luis Figueroa Alcorta”. EL FINAL La década del 60 no auguraba buenas noticias, en 1962 dejaba de existir a los 82 años de edad en Paris, Rodolfo P. Peracca quien con su desinteresado gesto había facilitado la concreción de un sueño. Cuando el Profesor Luis Figueroa Alcorta estaba por cumplir los 23 años ininterrumpidos al frente de la Dirección del “Instituto Municipal de Clínica Urológica Dr. Benito Villanueva” el 28 de febrero de 1963, inesperadamente, recibió el cese por retiro a la edad de 67 años. Con su ida se cerró definitivamente una etapa en la vida del “Instituto”. El País venia sufriendo golpes militares que se alternaban con breves períodos democráticos y continuaría así por casi tres décadas. A sus instituciones no les iría mejor y al “Instituto de Urología” tampoco. Lo sucedieron en la Dirección del Instituto en forma interina y por períodos de pocos años, los Dres. Luis R. Bartes, Simón Teplitsky, Amilcar López Anau, nuevamente Simón Teplitzky, González Culacciatti y finalmente Roberto Brianceschi hasta 1976, en que fue desactivada la estructura del Instituto. Años después el “Pabellón Villanueva” sería transformado en Pabellón Docente. A partir de ahí, sucesivos cambios en la conducción de la política sanitaria municipal, produjeron reestructuraciones hospitalarias, agrupamientos, recategorizaciones y hasta el cierre de hospitales. Una División Urológica dependiente de un Departamento Quirúrgico vino a continuar en el organigrama 208 Figura 4: “Libro de Firmas de Visitantes” del Instituto de Urología del Hospital Durand (1944 - 1962) la figura del “Instituto de Urología” y fue mudada al primer piso del moderno Pabellón Central construido en el Hospital General de Agudos “Carlos Durand”. El Profesor Rolando Hereñu obtuvo en concurso abierto por la Carrera MCBA la nueva Jefatura de la División Urología en 1978. Coincidentemente ese mismo año a los 82 años se apagaba la vida de quien había sido el impulsor de ese sueño, el Profesor Luis Figueroa Alcorta. COROLARIO El historiador debe saber leer imágenes, hechos y textos que no están escritos. No creo que leer imágenes sea sólo intuitivo, debe seguir la intuición, pero debe justificar las conclusiones a la que llega por la intuición. Debe construir el pasado más allá de sus posturas e imaginaciones personales. Los materiales y hechos pueden ser elegidos, combinados, ordenados e interpretados de manera tal que una historia en particular puede ser contada, o que un aspecto puntual se vuelva visible, allí se evidencia la similitud “Historia-Ficción”. A diferencia de la ficción pura, el historiador tiene que apoyarse en archivos, documentos y otro tipo de huellas que nos ha legado el pasado, que establecen límites y entregan una cierta discusión al trabajo de reconstrucción que hacemos desde el presente. Surge de todo lo precedentemente expuesto en el relato que fue el Dr. Luis Figueroa Alcorta quien supo impulsar a su amigo el Sr. Rodolfo Peracca en la concreción de su sueño, la creación del “Instituto de Urología”. El donante quiso a su vez homenajear la memoria de su dilecto amigo, un insigne hombre pùblico y ésa era la única razón por la que un Instituto de Urología lleve el nombre de “Dr. Benito Villanueva” un abogado político y no un médico o un urólogo destacado. Es justo reconocer que el Instituto de Urología tuvo desde su concepción-gestación y posterior funcionamiento el reconocimiento unánime de que era algo muy importante no sólo para quien lo había “soñado”. Fue durante muchos años un motivo de orgullo para la Urología Argentina y para muchos urólogos extranjeros meritorios que lo llegaron a calificar de “único en América”, “entre los mejores del mundo” y “hace honrar a la Argentina”. Conocemos que el Profesor Puigvert supo inspirarse en el Instituto, tomar lo mejor de él para transformar su antigua Clínica Privada en un moderno Instituto Urológico, desarrollar la docencia en el post-grado y cuando ganó la Jefatura del Servicio de Urología en el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, recién ofrecer incorporar su Instituto privado a la estructura Hospitalaria y posteriormente convertirlo en la Fundación. Su objetivo fue poner al alcance de la población, de cualquier nivel cultural, económico y social, los mismos medios asistenciales y una idéntica filosofía de atención. Un centro altamente tecnificado, donde los enfermos pudieran beneficiarse con la capacidad y experiencia de un equipo médico totalmente integrado. Dar a la vez la asistencia publica, la de la seguridad social y la privada en un mismo centro (como una autogestión de hoy, pero en 1952). ¡Brillante!. El artículo tercero de la Ordenanza Municipal 9685/38 imponía la designación del Profesor Adjunto de Clínica Urológica Dr. Luis Figueroa Alcorta como Director del Instituto, casi en forma “vitalicia”. Esta sería una razón de peso, entre las objeciones que se le harían al mismo y que provocarían “roces” con la Dirección del Hospital y más tarde con la entidad gremial médica a partir de la sanción de la primera “Carrera Médica Hospitalaria” en 1947. Pese a poseer todas las condiciones necesarias para desarrollar la docencia en urología; un buen número de docentes calificados, elevado número de camas de internación, importante número de pacientes en consultorio externo, mostraciones quirúrgicas, endoscópicas, y radiológicas, una reputada biblioteca y hemeroteca, así como un excelente museo patológico; tan sólo llevó a cabo la docencia en el pre-grado. En el post-grado, pocas y muy aisladas pasantías de médicos extranjeros y nunca se desarrollaron cursos de capacitación especializado, simposios o mostraciones quirúrgicas programadas, ni internados rotatorios. En cuanto a promover la capacitación y destrezas quirúrgicas de sus propios médicos, hubo poca o es- Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 casa dedicación docente y desprendimiento. Con sólo observar la distribución de la actividad quirúrgica en los quirófanos de 4º piso, queda demostrado que no existió la vocación de “hacer una escuela” que asegurara la continuidad en la excelencia de la asistencia en el Instituto. Igualmente se puede decir en cuanto a la producción de literatura médico-urológica. Pese a estar establecida en la propia Reglamentación, la publicación de trabajos científicos, una revisión de la “Revista Argentina de Urología” de 1940 a 1960 nos permite constatar que el número de trabajos fue de 45 y que no se cumplieron las metas establecidas en su propia reglamentación (sólo el 25% de lo previsto). Lamentablemente el Instituto Municipal de Clínica Urológica siguió perteneciendo al Hospital económica y administrativamente. Las autoridades no cumplieron la palabra acordada con el Sr. Peracca, no le hicieron excepciones. Nunca le asignaron un “presupuesto propio” para desarrollarse y poder crecer. Sólo se hicieron cargo del personal técnico y administrativo. Las autoridades lo siguieron llevando muy corto en recursos, se debió recurrir a donaciones y el Sr. Peracca contribuyó mensualmente con una importante suma de dinero. Cuando les empezó a molestar, jubilaron a su impulsor y no cubrieron su cargo de Director por concurso, para posteriormente desactivarlo. Evidentemente tenían otros “sueños”. Por otro lado, debemos tener en cuenta que en el Instituto de un plantel inicial de 26 médicos, sólo 4 de ellos, excluido el Director, cobraban un sueldo por el Municipio (Ley Padilla). Aunque posteriormente dicho número se vio incrementado, nunca sobrepasó el 30% de asalariados. Se hace aquí necesario evaluar ahora el carácter del Director del Instituto, en forma coincidente los informantes hablan de un “carácter absorbente, rígido y fuerte” del Profesor Figueroa Alcorta. Este chocaba permanentemente con sus médicos lo que provocó durante los 10 primeros años, que por alguna u otra razón, la mayoría de los que iniciaron el plantel se retiraran del Instituto. En pocas palabras el Profesor Figueroa Alcorta tuvo un sueño, “crear un Instituto de Urología” y lo pergeñó hasta en sus más mínimos detalles. El Sr. Peracca con su donación, le cristalizó sobradamente ese sueño, pero la acción del Profesor Figueroa Alcorta no logró perpetuarlo e incrementarlo con el transcurso del tiempo. No “hizo escuela” y no tuvo “discípulos” que continuaron lo que él tan auguriosamente había comenzado. 209 Addenda: A comienzos de la década del noventa logramos juntamente con la Directora del “Hospital Durand” Dra. Rita Regueiro de Comando convencer al Secretario de Salud MCBA Dr. Peluffo (en ocasión de instalar en Urología un moderno equipo de litotricia extracorpórea) de restituir en parte a la División Urología del hospital, algo de lo mucho que había perdido al desactivar la planta del “Instituto de Urología” inaugurado con la Dirección del Prof. Figueroa Alcorta. Así fue como a comienzos de 1994 se inauguró una moderna planta, asignándole un ala completa del 1º piso del “Pabellón Romano”, con una superficie cubierta de más de 500 m2. Esta contaba con 9 consultorios individuales, una sala de en- 210 doscopia, una sala de urodinamia, una sala de ecografía, una amplia sala de litotricia extracorpórea con otra sala de recuperación con 2 camas, 3 baños, una recepción, un depósito, un despacho y una sala de Ateneos con biblioteca, además de contar con 16 camas de internación indiferenciada de los Departamentos Quirúrgico-Materno Infantil y quirófanos centrales los 5 días hábiles de la semana. Pudiendo disponer de 20 profesionales: 11 urólogos de planta, 5 residentes y 4 concurrentes. Con dicha infraestructura y equipamiento, la División Urología llegó a evacuar 13.000 consultas externas, tuvo 420 egresos y realizó 530 cirugías por año. EDITORIAL EDITORIAL Bioética: reflexión formativa. Conceptos y funciones de sus Comités Bioethics: formative reflection. Committees: concepts and functions Dres. César E. Aza Archetti1; Mirta C. Boccardo2; Stella M. Cassese3; Roberto Bronstein4; Haydeé Wimmers5; Cecilia Antón6. Director; 2 Abogada; 3 Médica Médico; 5 Farmacéutica 6 Antropóloga. Comité de Bioética de la S.A.U 1 4 Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 La Bioética es la ética aplicada a la vida que nos induce a un nuevo enfoque filosófico del ser humano ante los desafíos y avances científico-tecnológicos. Fue definida por la Enciclopedia de Bioética como “el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias biológicas y la atención de la salud en la medida en que esta conducta se examine a la luz de los valores y principios morales”. A la medicina tradicional preventiva, terapéutica o reparadora se le agregaron nuevos jalones de referencia a los hechos más naturales de la vida, como el nacer, procrear y morir. El Profesor Mainetti J. A. al referirse a los transplantes de órganos y tejidos, a la donación de gametas o embriones y a la ingeniería genética, manifiesta que se abre una nueva dimensión intersubjetiva del cuerpo “la fenomenología de la intercorporeidad” en la que asistimos a una persona potencial y otra residual del “ser entre nadas” que es el hombre. Estamos frente a un reto al futuro en donde la bioética es una interdisciplina que concibe una visión de la medicina en la que el hombre es una unidad biopsicosocial, de allí que su finalidad es más formativa que informativa. La Bioética es una manifestación de la “Tercera Cultura” que aparece en la segunda mitad del siglo XX y que intenta salvar la incomunicación entre lo técnico y lo simbólico, entre las ciencias y las humanidades. En la tercera cultura se procura fusionar los conocimientos sobre la naturaleza a los conocimientos sobre la conciencia, teniendo en cuenta los impactos sociales de los avances técnicos y científicos ya mencionados. Podemos afirmar que la bioética tuvo varias fechas de nacimiento, pero todas ellas se originaron en función del respeto a la dignidad humana y de los derechos fundamentales de las personas, elementos éstos que crearon la necesidad de adoptar nuevas instancias de reflexión, asesoramiento y control ético. Se torna imperioso crear una alquimia con los valores biológicos, jurídicos, humanitarios, sociales y agregarles los valores bioéticos para darle un fundamento moral a la vida. Una de las preguntas generales de debate que se formulan habitualmente, considerando los aportes tecnológicos, todo lo que puede ser realizado, ¿debe hacerse? De responderse en forma positiva, ¿en qué casos? y entonces, ¿cuáles son los límites? Al momento de la toma de decisiones clínicas, ante situaciones de casos muy complejos y de cuestiones paradojales éticas, los profesionales se sienten imposibilitados de dar una repuesta única y terminante en todos los casos. La opción aconsejable parecería ser la consulta a un Comité de Ética hospitalario o perteneciente a una Sociedad científica a los fines de propiciar el análisis y, sobre todo, la reflexión sobre ciertos actos médicos desde una perspectiva bioética. 211 MODELOS DE COMITÉ Y SUS MIEMBROS INTEGRANTES Los denominados Comités de Ética Clínica y los llamados Comités de Ética de Investigación entre otras denominaciones y/o clasificaciones según lo investigado tienen diferentes objetivos, tanto en lo que respecta a sus decisiones vinculantes o no, a sus funciones y a la composición de sus miembros. En Bioética debe procurarse el pluralismo de las ideas, las culturas, y de las especialidades. Pluralismo cultural, religioso y filosófico. Al decir del Prof. Kohn Larica, los comités bioéticos deben ser un caleidoscopio que refleje un auténtico policromatismo y no simple agregados de expertos cuyas diferencias ideológicas sean tan sólo cosméticas. Se debe rechazar el pseudopluralismo donde bajo un maquillaje de diversidad se impone un pensamiento dominante. Destacamos la perspectiva argumentativa y critica del debate de la diversidad cultural que debe considerarse como parte de los imperiosos caminos reflexivos del campo problemático de la bioética. Asumir esta diversidad implica abrir el diálogo con las diferentes miradas y concepciones del mundo, con la diversidad de lenguajes, de creencias religiosas, de estilos de vida etc. En el caso de los Comités de Ética Clínica al tener carácter interdisciplinario están constituidos por profesionales del campo de la salud y así es como también prevén profesionales de disciplinas sociales y normativas: antropólogos, abogados, filósofos, ministros religiosos, administradores, y legos en carácter de representantes de la comunidad y/o de los pacientes. Los integrantes pueden ser permanentes o temporarios. Estos últimos serán expertos de reconocida trayectoria convocados ad honorem para asesorar sobre problemáticas específicas. Para el caso de los Comités de Etica de Investigación están integrados en general por investigadores, farmacólogos, médicos, legos y técnicos en estadística. Es oportuno, en ambos casos, que realicen reuniones regulares para discutir temas éticos, mantener un adiestramiento, discutir material bibliográfico, intercambiar conocimientos y fijar estrategias con otros grupos de trabajo e inclusive el dictado de seminarios dedicados a temas bioéticos. Los dilemas morales son referidos a situaciones que encierran un conflicto de valores que dificultan la consecución de algún fin. La solución al problema es especialmente compleja y dificultosa, ya que por lo general se trata de elegir entre valores deseables para un individuo. Pueden tener varias alternativas, obligando a los sujetos involucrados a reflexionar cuál de ellas se considera más adecuada. Es el ámbito donde el discruso de la diversidad se recrea permanentemente y se torna necesario. En este sentido, la validez del juicio ético se manifiesta a través de la generación de consenso construido mediante la comunicación y el intercambio de argumentos racionales. La razón, teniendo en cuenta los aportes de Habermas, es “dialógica”, esto significa que no puede haber excluidos en la discusión y que todos los argumentos deben ser atendidos. FUNCIONES DEL COMITÉ DE BIOÉTICA CLÍNICA Son foros de discusión y consejo. Sus funciones pueden agruparse de la siguiente manera: A- Educativas: Formación para todo el personal profesional y administrativo sobre el manejo de la información de los pacientes, así como sobre las reglas de veracidad y confidencialidad, el consentimiento informado o esclarecido, etc. B- Consultivas: • Reunir toda la información relevante de cada caso a tratar y corroborar si ésta fue comunicada en forma fehaciente al paciente y sus allegados. 212 • Identificar y diferenciar los temas éticos de los legales, religiosos, profesionales etc. para un enfoque adecuado de los intereses y obligaciones en conflicto. • Contribuir a la solución de desacuerdos surgidos por una deficiente información o la mala interpretación de hechos o principios. • Evaluar el grado de competencia de un paciente y si el mismo fuese incompetente sugerir o controlar la existencia de un custodio. C- Normativas: Establecer lineamientos institucionales acerca de la conducta a seguir con el consentimiento informado, criterio de asignación de recursos escasos, alcance de los conceptos de equidad, eficacia, cantidad y calidad de los servicios. Este Comité, es válido destacarlo, no tiene carácter de tribunal de disciplina, por lo que no aplica sanciones y sus recomendaciones no son vinculantes. FUNCIONES DEL COMITÉ DE ÉTICA E N I N V E S T IG AC I Ó N Su principal función es evaluar los protocolos de investigación clínica, entendiéndose por tales a los documentos que proporcionan antecedentes, razones y objetivos de proyectos de investigación clínica, describiendo su diseño, metodología y organización. La revisión del protocolo por parte de este Comité y desde el punto de visto ético y científico se realiza previo al inicio del mismo, respetando los derechos que se derivan del principio de dignidad del ser humano y basándose en Guías Éticas nacionales e Internacionales. Es también función importante de este Comité la revisión minuciosa del consentimiento informado, que es la conformidad escrita y firmada que realizara el paciente o voluntario sano en presencia de un testigo para participar en el Protocolo de Investigación Clínica después de haber recibido y comprendido toda la información necesaria respecto de posibles ventajas y riesgos, para tomar una decisión libre y autónoma. La consulta previa al inicio del Protocolo de Investigación es obligatoria y por ende el dictamen vertido vinculante. CONCLUSIONES Los Comités de Bioética Clínica son un mecanismo de procedimiento que ayudan a enfrentar la toma de decisiones “éticas” difíciles, sin garantizar, (a pesar de utilizar criterios fundamentados) que la decisión aconsejada sea la única, quedando por lo tanto en manos del profesional médico el curso de acción a seguir. No hay fórmulas precisas para resolver problemas morales. Las acciones humanas deben ser juzgadas en el contexto de los hechos. Toda decisión está vinculada con un conjunto determinado de circunstancias llamado “caso” en donde se entremezclan factores médicos, humanos y económicos entre otros. Al mismo tiempo, la ética médica no debe caer en la trampa de las protocolizaciones que limitan el campo de acción. La función consultiva se vincula con el aporte de análisis y de reflexión cuando alguien expone un conflicto planteado en el ámbito de la realidad médica a nivel moral, y entonces se solicita, o bien una solución razonada del conflicto, o bien un análisis de la solución elegida por el protagonista que llega al Comité trayendo sus inquietudes. En cuanto al Comité de Ética en Investigación Clínica, que actúa como órgano de aprobación institucional para el desarrollo de investigaciones clínicas con seres humanos, la consulta previa al inicio del protocolo de investigación es obligatoria y por ende el dictamen vertido vinculante. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 213 BIBLIOGRAFÍA 1. 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Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 El cáncer de rinón representa el 3% de los tumores malignos del organismo. La presencia de ganglios positivos constituye un signo de mal pronóstico, ya que se refieren supervivencias de un 5% a los 5 años.1,2,3 El tratamiento del cáncer de riñón, en la actualidad, depende casi exclusivamente de la cirugía. Desde la primer nefrectomía por tumor, que realizó Walcott en 1871, los avances terapéuticos han sido en base a extender los límites de esta cirugía. Mortensen en 1948 propuso ampliar la exéresis del riñón junto a la grasa perirrenal y la glándula suprarrenal4. En 1963 Robson5 publicó los beneficios de agregar a dicha cirugía la linfadenectomía retroperitoneal y en 1969 publicó una supervivencia del 35% a 5 años realizando el vaciamiento ganglionar6. Esta experiencia fue avalada por Giuliani en 19837 quien en 19908 refirió que la linfadenectomía ofrecía el beneficio de un menor índice de recidiva local. Herrlinger en 1991 coincidió en principio con dichas experiencias, pero a posteriori observó que a los 5 años ya no había diferencia en la supervivencia con y sin linfadenectomía. Este trabajo entre otros sirvió para fundamentar que el compromiso ganglionar era expresión de una enfermedad generalmente diseminada. El 82% de los pacientes con ganglios positivos tendrán metástasis a distancia dentro de los 5 años.9 Desde el planteo de Herrlinger, sigue siendo tema de discusión cuál es la utilidad de la linfadenectomía. No está debidamente aclarado si tiene valor terapéutico, modificando la supervivencia, o sólo aporta una mejoría en la estadificación. Tampoco está claro en qué pacientes estaría indicada. En la actualidad se detecta un alto índice de tumores incidentales que suelen ser de bajo grado y estadio, y éstos en general se tratan con una cirugía conservadora de parénquima renal y sin linfadenectomía. Con la mejor sensibilidad que presentan los estudios por imágenes, el diagnóstico de adenomegalias se hace más preciso. Las preguntas que nos planteamos y que trataremos de responder son: ¿Cuál es la incidencia de micrometástasis ganglionares en presencia de una TAC negativa? ¿Es necesaria la linfadenectomía en pacientes que presentan TAC negativa? Aparte de una estadificación más precisa, ¿aporta algún beneficio terapéutico? ¿Estaría indicada ante cualquier T? (1,2,3a-b-c?) N-0 ¿Cuál debería ser la extensión de dicha linfadenectomía? ¿Tiene la linfadenectomía alguna utilidad en el caso de adenomegalias ya detectadas? ¿ En qué extensión? En referencia al porcentaje de casos de tumor renal con compromiso ganglionar Robson refiere un 25% y Giuliani un 24% sobre 200 tumores operados. Por otro lado, Pantuck10 con un 14% de 535 casos y Terrone con 13,6%11, presentan porcentajes casi 215 un 50% menores que los referidos por los autores anteriores. Esta diferencia puede ser explicada en parte por tratarse de épocas diferentes, básicamente por el uso de tecnología avanzada para el diagnóstico por imágenes. En la actualidad contamos con estudios que permiten diagnósticos más precisos. Minervini y Blom hallaron en linfadenectomías 2,3% y 3,2% de hallazgo de ganglios positivos respectivamente cuando en tomografías preoperatorias no había sospechas de adenomegalias.12,13 Ameri y col. en 74 pacientes con tumores hasta 4 cm tuvieron un informe preoperatorio de adenomegalias en 6 casos, las linfadenectomías de los mismos fueron todas negativas.14 Johnsen y Hellsten15 investigaron el compromiso ganglionar de 554 tumores renales hallados en el examen de 47.532 autopsias, dichos tumores habían sido insospechados en vida, hubo 80 (14%) con metástasis en ganglios, este porcentaje fue similar a los obtenidos cuando los tumores se habían diagnosticado en vida. De las experiencias expuestas se puede inferir que el porcentaje de compromiso ganglionar está en disminución en base al diagnóstico más precoz y al alto número de tumores de bajo grado de malignidad, que tendrán menor probabilidad estadística de tener compromiso linfático. Cuando se constata la presencia de ganglios positivos, la bibliografía es coincidente en el alto porcentaje de asociación entre el compromiso ganglionar y metástasis a distancia. Giuliani8 observó que de 48 casos con ganglios positivos, el 50% tenían metástasis en otro sitio; Pantuck10 de 129 casos con ganglios positivos 47 fueron N1 y 82 N2, en el 67% de los casos estaban asociados con metástasis a distancia, en la experiencia de Johnsen y Hellsten, en autopsias, hallaron un 99,01% de los pacientes con ganglios positivos que tenían metástasis a distancia, de manera que sólo el 0,9% eran con compromiso ganglionar retroperitoneal solo; cuando los ganglios retroperitoneales estaban asociados con el compromiso de ganglios mediastinales el 95% se asociaba con metástasis pulmonares y cuando los ganglios comprometidos fueron mediastinales, supraclaviculares o axilares siempre estuvieron asociados con metástasis a distancia.15 Saitoh16 analizó el compromiso de los ganglios mediastinales y la presencia de metástasis y halló que en el 71% de los casos había compromiso pulmonar y sin compromiso en pulmón sólo el 4,1%, de manera que ante ganglios de mediastino positivos se debe tener presente la alta probabilidad de metástasis pulmonar. El estadio y el grado de malignidad del tumor influyen sobre la presencia de ganglios comprometidos. 216 Pantuck10 en relación con los estadios halló que el 18% con ganglios positivos fueron estadios hasta T2 y el 82% estadio T3. El grado tumoral fue en el 32% de los casos con Fuhrman 1-2 y el 68% con Fuhrman 3-4. El estadio T3a, invasión de la grasa perirrenal, fue el más frecuente asociado ganglios positivos. Relativo a la histopatología los carcinomas a células claras con diferenciación sarcomatoide tienen 3 veces mayor frecuencia que otras estirpes celulares. Canfield en relación con el estadio y grado tumoral sobre 39 casos con ganglios positivos halló 12 N1 y 27 N2. De los N1 había 7,7% correspondiente a tumores organoconfinados, T1 y T2, y 12,8% estadio T3; de los N2 fueron 23,07% de estadios T1 y T2 y 56,41% de estadio T3. Respecto del grado de malignidad, de los N1 fueron Fuhrman 2 16,7% y N2 3,7%; N1 con Fuhrman 3 había el 33,33% y N2 el 40,7% y finalmente N1 con Fuhrman 4 el 50% y N2 el 55,6%. Ambas experiencias marcan un más severo compromiso ganglionar asociado con mayores parámetros de malignidad.17 Con respecto a la relación con la cirugía Sigel18 refirió que cuando el abordaje fue por lumbotomía halló un 4% de ganglios positivos, nefrectomía radical sin linfadenectomía reglada 14%, y con nefrectomía con linfadenectomía reglada 29%. Pizzocaro19 halló 25% de ganglios positivos con linfadenectomía extendida y 15% cuando la misma fue sólo regional y Giuliani8 siempre con linfadenectomía completa halló un 24% de compromiso ganglionar. Terrone11 relacionó el número de ganglios resecados y el porcentaje de ganglios positivos obtenidos. Cuando se resecaron 13 o más ganglios, el 20,8% fueron positivos, con menos de 13 el porcentaje disminuye al 10,2%. Relativo al estadio local del tumor, cuando fueron organoconfinados con 13 y más de 13 ganglios resecados, los porcentajes de ganglios positivos fueron 3,4 y 10,5% y con tumores localmente avanzados, los porcentajes fueron 19,7% y 32,2%. Estos porcentajes son elocuentes como para considerar que si un paciente tuviera indicación de linfadenectomía, ésta, para ser efectiva, debe ser completa y deberían haber como mínimo 13 ganglios resecados. Con referencia a los hallazgos intraoperatorios Blom12 refiere que cuando los ganglios fueron palpables el 18% fueron positivos y sin ser palpables sólo el 1% estaban comprometidos, siendo la experiencia de Giuliani contrapuesta, ya que halló 85% de ganglios positivos sin evidencia macroscópica. Esta discordancia puede tener relación en distintas épocas de estas experiencias, ya que probablemente en la actualidad, se pueda seleccionar mejor los pacientes en base a la buena definición de los estudios por imágenes. Es sabido que la diseminación del tumor renal no sigue una vía predecible y dicha regla tambien involucra a los ganglios. Giuliani y Saitoh hallaron compromiso de los ganglios hiliares en los pacientes con ganglios retroperitoneales positivos en el 33 y 13% respectivamente. Giuliani describió que los sitios más frecuentes de metástasis ganglionar fueron en tumores del lado derecho los retrocavos e intercavoaórticos, y del izquierdo retroaórticos y lateroaórticos.8,16 Según el número total de ganglios resecados éstos tendrían según Camp, valor pronóstico a pesar de ser negativos. Más de 20 ganglios hallados significan mal pronóstico, ya que los mismos serían por una respuesta inmunológica a un tumor agresivo que provocarían la hiperplasia linfática con un aumento en el número de ganglios; ello constituye una forma indirecta de saber que estamos en presencia de una estirpe tumoral más agresiva a pesar de tener ganglios sin metástasis.20 Referente al pronóstico de los pacientes con compromiso ganglionar, en principio, debemos consignar si la linfadenectomía ofrece beneficios cuando no hay evidencia de compromiso ganglionar. Siminovitch no halló diferencia en la sobrevida a 2 y 5 años con linfadenectomía hiliar, regional y extendida cuando los ganglios fueron negativos23 y esta experiencia fue coincidente con las de Blom12, Minervini13 y Pantuck21. Ello ratifica que el tumor renal al no seguir una vía de diseminación constante la resección de ganglios no corta la posibilidad de dar metástasis, ya que éstos no representarán la primera línea de diseminación. Con los ganglios comprometidos Pantuck y Canfield tuvieron una supervivencia media de 35,7 meses con resección de ganglios N1 y 14,5 meses con ganglios N2. La supervivencia de pacientes N+M0 es similar a N0M+, pero en pacientes con M+ cuando se asocia con N+ el pronóstico empeora, 21% supervivencia M+N+ y 39% con M+N0 y 42% N+M0 y 75% N0M0. Ello marca que los ganglios comprometidos son indicadores de peor pronóstico; pero ante la sospecha de ganglios positivos cuando ellos fueron resecados la supervivencia es mejor que cuando no se resecan, con la linfadenectomía se refiere una supervivencia media de 20 meses. La ventaja en la supervivencia que se obtiene por la resección ganglionar sería aproximadamente de 5 meses (Canfield17). Cuando un tumor recidiva, el tiempo medio con ganglios positivos es de 4,9 meses y sin ganglios de 32,6 meses.10,17,24 Referente a la respuesta a alternativas terapéuticas sobre casos avanzados, tumores metastásicos, que suelen tratarse con cirugía citorreductiva y modificadores de la respuesta inmunológica, la presencia de ganglios Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 comprometidos empeora el pronóstico, así lo demostraron las experiencias de Vaselli sobre 154 casos de tumores metastásicos, 82 sin ganglios positivos y 72 con ganglios positivos, 8,5 meses de supervivencia media con ganglios positivos y 14,7 meses con ganglios negativos y Pantuck sobre 286 casos sin ganglios comprometidos y 86 con compromiso ganglionar la supervivenvcia fue de 10,5 meses y 20,4 meses con ganglios positivos y negativos respectivamente.22,25 Giuliani en 200 tumores con linfadenectomía presentó una supervivencia global a 5 y 10 años de 37% y 23,8%, este porcentaje bajo de supervivencia fue a expensas de los tumores con compromiso ganglionar y metástasis a distancia y/o compromiso venoso, 7 y 0% a 5 y 10 años, cuando el compromiso era solamente de ganglios la supervivencia a 5 y 10 años fue de 52% y 26%, pero cuando no había compromiso ganglionar la supervivencia fue del 72 y 47% a 5 y 10 años, lo que marca una notoria diferencia en la supervivencia cuando se agrega el compromiso ganglionar, ya sea solos o asociados a metástasis. RESUMEN La presencia de ganglios positivos en el cáncer de riñón es signo de mal pronóstico, la mayoría de las veces asociado con enfermedad generalizada, sin embargo su resección completa parece asociarse a una leve mejoría en la supervivencia. La realización de la linfadenectomía en tumores de bajo estadio y sin adenomegalias no parece justificada. Ante el hallazgo de adenomegalias, una resección ganglionar completa estaría indicada, y queda por definir si en pacientes con alto riesgo (T3 o G 3-4) con TAC negativa se justificaría la realización de una linfadenectomía sistemática. BIBLIOGRAFÍA 1. Lee C, Katz J, Shi W, Thaler H, Reuter V y Russo P.: Surgical management of renal tumors 4 cm or less in a contemporary cohort. J Urol 163:730-734; 2000. 2. Marshall F, Stewart A and Menck H.: The National Cancer Data Base: Report on kidney cancers> The American College of Surgeons Commission on Cancer and tha American Cancer Society. Cancer 80: 2167-2172, 1997. 3. 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Herrlinger A, Schrott K, Schott G y Sigel A.: What are the benefits of extended dissection of the regional renal lymph nodes in the therapy of renal cell carcinoma. J Urol 146: 1224- 1228; 1991. 10. Pantuck A, Zisman A, Dorey F, Chao D, Han K, Said J y col.: Renal cell carcinoma with retroperitoneal lymph nodes: Role of lymph node dissection. J Urol 169: 20762083; 2003. 11. Terrone C, Guercio S, De Luca M, Poggio E, Castelli E, Scaffone R y col.: The number of lymph nodes examined and staging accuracy in renal cell carcinoma. BJU Int. 91: 37-40; 2003. 12. Blom J, van Poppel H, Marechal J, Jacquim D, Sylvester R, Schroeder F.: Radical Nephrectomy with ans without lymph node dissection; preliminary results of the EORTC randomized phase III protocol 30881. EORTC Genitourinary Group. Eur Urol 36: 570-575; 1999. 13. 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Sigel A, Chlepas S, Schrott K, Hermanek P.: Die operation des nierentumors. Chirurg 52: 545-549; 1981. 19. Pizzocaro L, Piva R, Salvioni R.: Lymph node dissection in radical nephectomy for renal cell carcinoma; is it necessary? Eur Urol 9: 10-14, 1983. 20. Camp R, Rimm E, Rimm D.: A high number of tumor free axillary lymph nodes from patients with lymph node negative breast carcinoma in associated with poor outcome. Cancer 88:108-113; 2000) ( Joslyn S, Sirintrapun J y Konety B. Impact of lymphadenectomy and nodal burden in renal cell carcinoma: Retrospective analysis of the national surveillance, epidemiology, and end results database. Urology 65: 675-680; 2005 21. Pantuck A, Zisman A, Dorey F, Chao D, Han K, Said J y col.: Renal cell carcinoma with retroperitoneal lymph nodes. Cancer 97: 2995-3002; 2003. 22. Vaselli J, Yang J, Linehan M, White D, Rosenberg S, Walther M.: Lack of retroperitoneal lymphadenopathy predicts survival of patients with metastatic renal cell carcinoma. 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Material y Métodos: Se trata de una población de 12 pacientes evaluados retrospectivamente, con estenosis traumática de uretra anterior con un seguimiento promedio de 4,5 años. El 41,6% fueron derivados sin intento terapéutico alguno. Resultados: La característica patológica intraoperatoria más relevante fue la presencia de espongiofibrosis densa y extendida a todo el espesor uretral, con longitudes inferiores a los 3 cm, y a la altura de la unión penoescrotal. El 58,3% requirió algún tipo de ampliación uretral frente a un 42,6% de resecciones anastomosis primaria. El 8,3% tuvo que ser reintervenido habiéndose realizado 1 uretrotomía interna de la boca proximal de una resección anastomosis ampliada. Conclusiones: 1. En la población estudiada la espongiofibrosis marcada y de no más de 3 cm de longitud fue la característica patológica más relevante. 2. El método quirúrgico más empleado fue algún tipo de ampliación uretral. 3. En la población estudiada la recurrencia observada fue de 8,3%. P A L A B R A S C L A V E : Pene; Cirugía; Trauma. Departamento de Cirugía, División Urología, Hospital Durand, Buenos Aires, Argentina. Sector Cirugía Reconstructiva Genital. 1 Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Objective: In patients with anterior urethra stricture due to straddle injury: 1) Mention the most relevant urethral stricture pathology observed. 2) Frequency and type of surgical procedure employed. 3) Describe recurrence stricture incidence. Material and Methods: A population of 12 patients with anterior urethra traumatic stricture, with an average follow up of 4.5 years, was studied in a retrospective way. 41.6% were referred without performing any therapeutic procedure at all. Results: The most remarkable intraoperative observation was a dense area of espongiofibrosis that extended all along the depth of the urethra, near the penoescrotal junction, no longer than 3 cm. 58.3% of patients required an augmented anastomosis and 42.6% an excision primary anastomosis. 8.3% of patients required an internal urethrotomy correction for stricture recurrence. Conclusions: In the described population a dense spongiofibrosis adjacent to the penoescrotal junction no longer than 3 cm was the most remarkable intraoperative observation. Augmented anastomosis was the most employed surgical procedure Recurrence observed was 8.3%. K E Y W O R D S : Penile; Surgery; Trauma. 219 INTRODUCCIÓN La estenosis traumática de la uretra anterior por “caída a horcajadas” reconoce un mecanismo de acción y una topografía que le son propios: la atricción de la uretra bulbar entre el borde inferior del cuerpo del pubis y un objeto romo, que impacta con o contra dicho segmento uretral y óseo.1,2,3 La energía cinética absorbida por el perineo suele ser elevada y la espongiofibrosis del bulbo uretral, es el hallazgo más probable. Es interesante observar la escasez de series que describan la evolución de este tipo de casos. Los objetivos de esta serie son: 1) evaluar las características más relevantes de la estenosis observada, 2) evaluar la frecuencia de los métodos quirúrgicos empleados, 3) describir la incidencia de recurrencia de la estenosis. M AT E R I A L Y M É T O D O 1) Población en estudio: Se trata de una serie retrospectiva de 12 pacientes con estenosis traumática de uretra anterior (caída a horcajadas en todos los casos). En 11/12 la misma se encontraba a nivel del borde inferior del pubis, y en 1/12 en la uretra bulbar adyacente al diafragma urogenital. La edad promedio era de 38,5 años, el seguimiento promedio de 4,5 años (8 a 92 meses). 2) Tratamientos preoperatorios: Los pacientes se presentan a la consulta con talla y plástica diferida. 5/12 (41,6%) pacientes recibieron algún método mínimamente invasivo tendiente a la reconstrucción uretral (Tabla 1), los cuales fueron reiterados y se asociaron en todos los casos con uretrorragia y recidiva rápida de la estenosis. 3) Criterios de evaluación y seguimiento: Consideramos fracaso a la necesidad de realizar un procedimiento quirúrgico o mínimamente invasivo tendiente a la obtención de calibre adecuado. Los pacientes fueron seguidos cada 3, 6 y 12 meses el primero, segundo y tercer años respectivamente. R E S U LTA D O S a) Características de la estenosis: En todos los casos la espongiofibrosis era densa y ocupaba todo el espesor de la uretra, al extremo de que sólo en 2/12 casos había un resto de luz uretral (Figura 1). El segmento de espongiofibrosis no superó en ningún caso los 3 cm de longitud. b) Uretroplastia utilizada: Resección anastomosis primaria (RAP) en el 41,6% (5/12 pacientes). El 58,3% (7/12) requirió algún tipo de resección anastomosis ampliada (RAA): Anastomosis ampliada en 4/12 con colgajo fasciocutáneo de piel de pene y en 3/12 con injerto total de mucosa bucal, (Figura 2). 5/7 pacientes que requirieron algún tipo de ampliación uretral tenían como antecedente relevante la realización de dilataciones instrumentales ciegas con o sin uretrotomías internas reiteradas. c) Recurrencia: Un paciente (8,3%) (Figura 2) tuvo que ser reintervenido. En este caso se realizó 1 uretrotomía interna de la boca proximal de una resección anastomosis ampliada con colgajo fasciocutáneo de piel de pene. La estenosis originariamente se presentó adyacente al diafragma urogenital, las adherencias periuretrales eran marcadas, y la sutura proximal se realizó a la uretra membranosa. d) Otras complicaciones: Un paciente tuvo que ser reintervenido para resecar un remanente de prepucio que había desarrollado un linfedema crónico. D I S C U S I Ó N Y C O M E N TA R I O S Los resultados obtenidos y la literatura revisada nos merecen los siguientes comentarios. 8% 42% 58% RAP RAA Figura 1. Técnica empleada 220 92% S/Estenosis Figura 2. Técnica empleada C/Estenosis a) Mecanismo de la estenosis: La caída a horcajadas y la consiguiente atricción de la uretra entre un objeto romo y el borde inferior del pubis, conlleva la absorción de gran cantidad de energía cinética por parte de la uretra.1,2,3 La uretrorragia por lesión de la mucosa y el hematoma penoescrotal por lesión de la uretra y de la fascia de Buck son frecuentemente observadas en agudo.1,3,4 A diferencia de la estenosis traumática de uretra posterior, no es frecuente observar compromiso hemodinámico del paciente ni lesiones abdomino-pelvianas asociadas.5,6 b) Características de la estenosis: La violencia del trauma, observada en los casos que constituyen la población en estudio, justifica la aparición de espongiofibrosis densa que se extiende en todo el espesor uretral en todos los casos (Figura 3). La presencia de adherencias periuretrales y segmentos de ¨uretra blanca¨ que exceden en longitud a los segmentos de uretra francamente estenosados o con luz casi inexistente, pese a no ser pasibles de objetivación mensurable, fueron observadas en todos los casos. A pesar de la densidad de la estenosis, la misma no superó en ningún caso los 3 cm de longitud, seguramente porque el borde inferior del pubis, responsable último de la atricción, no supera el centímetro Paciente Localización de espesor. No obstante lo observado en nuestra serie, otras describen que la localización de la estenosis sería frecuentemente identificable adyacente al diafragma urogenital, lo cual observamos sólo en un caso.1,5,6,7 c) Técnicas quirúrgicas empleadas: La resección de un segmento de uretra bulbar fue necesaria en todos los casos debido a la espongiofibrosis con o sin presencia de luz uretral remanente (Figura 3). Los defectos crea- Figura 3. Espongiofibrosis de todo el espesor de la uretra (Tricrómico de Mallory) Tratamiento preoperatorio Tratamiento 1 BD Dilatación instrumental ciega Talla & plástica diferida RAA & CFC 2 Talla & plástica diferida RAA & CFC 3 BD Uretrotomía interna, dilatación instrumental ciega RAA & CFC 4 BP Talla & plástica diferida RAP 5 BD Talla & plástica diferida RAA & CFC 6 BD Talla & plástica diferida RAP 7 BD Talla & plástica diferida RAP 8 BD Dilatación instrumental ciega Talla & plástica diferida RAA & Mucosa bucal 9 Talla & plástica diferida RAP 10 BD Dilatación instrumental ciega Talla & plástica diferida RAA & Mucosa bucal 11 Talla & plástica diferida RAP Dilatación instrumental ciega Talla & plástica diferida RAA & Mucosa bucal BD BD BP 12 BD BD: bulbo distal a nivel de la unión penoescrotal; BP: bulbo proximal adyacente al diafragma urogenital; RAP: resección anastomosis primaria RAA: resección anastomosis ampliada; CFC: colgajo fasciocutáneo de piel de pene o prepucio Tabla 1. Población en estudio Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 221 dos inferiores a los dos centímetros pudieron ser resueltos con una RAP sin mayores dificultades, el resto requirió algún tipo de RAA. Observamos una clara asociación (58,3%) entre la necesidad de resecar y ampliar la uretra con el antecedente de maniobras mínimamente invasivas traumáticas y reiteradas. Cuando la estenosis se encuentra en la unión penoescrotal, la movilización agresiva de toda la uretra fija debe ser realizada en todos los casos, teniendo la precaución de conservar la permeabilidad de las arterias bulbares, proximales al área estenosada. Estas se localizan invariablemente ventrolaterales a la uretra membranosa. Es por eso que, sea para la disección del ligamento triangular o para la sección del ligamento falciforme del bulbo, el secreto es mantener la disección en la línea media. Si se constata la lesión de las arterias bulbares y bulbouretrales, hay que desechar el bulbo disecado y cambiar de estrategia, inexorablemente. Es interesante mencionar que casi siempre hay un par de arterias bulbares que penetran, como su nombre lo indica, en la cara dorsal o cavernosa del bulbo, en sentido dorsal a las arterias uretrales, constituyendo éstas un pedículo accesorio a las bulbouretrales, las cuales pueden suplir vascularmente a este segmento uretral en ausencia o por resección de las arterias bulbouretrales. d) Recurrencia: La estenosis postoperatoria observada en nuestra serie fue del 8,3% (1/12), datos comparables a la literatura revisada.8,9,10 Si bien la característica de la población no permite sacar una conclusión estadística válida, es interesante observar que la recurrencia observada se encuentra en un paciente en el cual se realizó una ampliación con CFC de piel de pene. En la literatura revisada es una constante la observación de recurrencias menores en casos en los cuales se empleó una RAP en comparación con los casos en los cuales se empleó algún tipo de ampliación uretral. 222 CONCLUSIONES 1) En la población estudiada la espongiofibrosis marcada y de no más de 3 cm de longitud fue la característica patológica más relevante. 2) El método quirúrgico más empleado fue algún tipo de ampliación uretral. 3) En la población estudiada la recurrencia observada fue de 8,3%. BIBLIOGRAFÍA 1. Chapple C, Barbagli G, Jordan G, Mundy AR, Rodríguez-Netto N, Pansadoro V, McAninch JW.: Consensus statement on urethral trauma. BJU International 93(9):1195-1202, June 2004. 2. Ying-Hao S, Chuan-Liang X, Xu G, Guo-Quiang L, Jian-Guo H.: Urethroscopic Realignment Of Ruptured Bulbar Urethra. J Urol. 2000 Nov;164(5):1543-1545. 3. Park S, Mc Aninch J. Straddle: Injuries to the Bulbar Urethra: Management and Outcomes in 78 Patients. J Urol. 2004 Feb;171(2 Pt 1):722-725. 4. 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Journal of Urology; 153: 67-71. 1995. ARTÍCULO ORIGINAL ORIGINAL ARTICLE Endopielotomía percutánea anterógrada. Evaluación de 35 casos Percutaneous antegrade endopyelotomy. Evaluation of 35 cases Dr. Gustavo Frattini. Objetivo: Evaluar la eficacia de la endopielotomía percutánea anterógrada en el tratamiento de la estenosis pieloureteral. Materiales y Métodos: Se analizaron en forma retrospectiva todos los pacientes sometidos a endopielotomía percutánea anterógrada en el período 1995-2006. Se analizaron las características de los pacientes, el tipo de estenosis, la técnica quirúrgica utilizada, la duración del procedimiento, el tipo de catéter usado y las complicaciones observadas. Se consideró como éxito la resolución de la obstrucción y el alivio sintomático, consignándose el tiempo de seguimiento en cada caso. Resultados: Entre 1995 y 2006 fueron operados 35 casos de estenosis pieloureteral a los que se le realizó una endopielotomía anterógrada; 70,6% fueron hombres y en la mayor parte se llegó al diagnóstico porque los pacientes presentaron dolor lumbar (67,6%). El tiempo quirúrgico fue de 65 minutos y la internación de 2,3 días. Sólo 2 pacientes (5,7%) tuvieron complicaciones mayores (sepsis – hemorragia) El seguimiento promedio fue de 39 meses, y se obtuvo un éxito terapéutico con resolución de la obstrucción en el 88,57% de los casos. Conclusiones: La endopielotomía percutánea anterógrada es un método eficaz en el tratamiento de la estenosis pieloureteral. P A L A B R A S C L A V E : Percutánea; Endopielotomía. Clínica Privada Pueyrredón, Mar del Plata, Argentina. Email: gustavofrattini@hotmail.com Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Objective: The purpose of this study is to evaluate the efficacy of percutaneous antegrade endopyelotomy in treatment of UPJ stenosis. Materials and Methods: A retrospective analysis was performed in all patients undergoing antegrade endopyelotomy in the period between 1995-2006. Several characteristics were analyzed in patients, such as type of stenosis, surgical techniques, procedure length, type of catheter used in each case, and complications. Obstruction resolution and symptomatic relief were successful. Follow-up time was noted in all cases. Results: Between 1995-2006 percutaneous antegrade endopyelotomy was performed in 35 cases of UPJ obstruction; 70,6% were male patients, who could be diagnosed after claiming in most cases to suffer from lumbar pain (67,6%). Surgical time was 65 minutes and hospital admission lasted for 2 to 3 days. Only 2 patients (5,7%) had major complications (sepsis and haemorrhage). The standard follow-up process took 39 months, and therapeutic success with obstruction resolution was achieved in 88,57% of all cases. Conclusion: Percutaneous antegrade endopyelotomy is an effective method in the treatment of UPJ stenosis. K E Y W O R D S : Percutaneous; Endopyelotomy. 223 INTRODUCCIÓN La estenosis de la unión pieloureteral es probablemente la anomalía congénita más común del uréter. Es una patología que ocurre en 1 de cada 1.000 nacimientos, afecta a los hombres mayoritariamente (5/2), y puede ocasionarse por obstrucciones intrínsecas (donde la hipoplasia o mal desarrollo de la unión es la más frecuente), extrínsecas (vasos polares, etc.) o secundarias (postquirúrgicas, etc.).1,2,3,4 La plástica pieloureteral desmembrada a cielo abierto ha sido considerada por mucho tiempo el gold standard de tratamiento de esta patología. Sin embargo, el desarrollo de técnicas endourológicas basadas en los principios de recuperación tisular ureteral planteados por Davis en 1943, ha permitido implementar una serie de tratamientos mínimamente invasivos para resolver la obstrucción.5,6,7,8,9,10,11 El objetivo del presente trabajo es el de establecer la eficacia y complicaciones de la endopielotomía percutánea anterógrada en el tratamiento de la estenosis pieloureteral. M AT E R I A L E S Y M É T O D O S Se analizaron en forma retrospectiva todos los casos de estenosis pieloureteral a quienes se les realizó como tratamiento de la misma una endopielotomía percutánea anterógrada durante el período 1995 - 2006. Se consignaron la edad, sexo y el riñón afectado. Se registraron además los síntomas de presentación, así como los medios por los que se llegó al diagnóstico y se evaluó la obstrucción. Se registró la función renal pre y posoperatoria evaluada con gamagrafía renal (DMSA), y sólo se incluyeron para este estudio los casos en que se constató la obstrucción de la unión pieloureteral con radiorrenograma (DTPA) y test de furosemida. La única excepción para incluir casos sin DTPA previo fueron aquellos pacientes con fracasos de cirugías previas por estenosis pieloureteral. Se anotaron asimismo las patologías asociadas (como litiasis), la causa de la estenosis, dividiéndolas en intrínsecas, extrínsecas y secundarias. Se tomó en cuenta el tiempo quirúrgico, el tiempo de internación, la técnica quirúrgica, el tipo de catéter utilizado como tutor posoperatorio, y el tiempo que se dejó colocado el mismo. Finalmente, se revisaron las complicaciones posoperatorias y el éxito de la cirugía en resolver la obstrucción a nivel de la unión pieloureteral. Se consideraron como exitosos aquellos casos en que los síntomas se resolvieron con la cirugía y los 224 métodos auxiliares de diagnóstico (radiorrenograma con test de furosemida, urograma, etc.) revelaron una resolución en la obstrucción. En todos los casos se registró el tiempo de seguimiento y los estudios efectuados durante el mismo. TEC NICA QUIRÚRGICA El primer gesto quirúrgico fue la colocación de un catéter ureteral open end del lado afectado, que permitió contrastar la vía urinaria para la punción, y avanzar una guía hacia la pelvis renal. Con el paciente en decúbito ventral, se punzó preferentemente el cáliz medio, dilatando el tracto con dilatadores telescopados de Alken hasta colocar vaina de Amplatz 26 Fr. A continuación, se extrajo por la vaina de Amplatz la guía colocada en pelvis renal a través del catéter open end ureteral, y se efectuó la sección de la unión pieloureteral en forma lateral con cuchilla fría de uretrotomía o bien con corte eléctrico con asa de Collins. En los casos pediátricos se utilizaron vainas 16 Fr. y ureteroscopio, seccionando la unión con corte eléctrico a través de un catéter especialmente diseñado a tal fin. Finalmente se avanzó un catéter (Smith–Retromax o doble jota) por la guía ureteral dejándolo bien posicionado en pelvis renal y vejiga con control radioscópico. En los casos en que se colocó catéter Retromax o doble jota, se dejó una sonda Foley de nefrostomía por 48 – 72 horas. El tutor ureteral fue retirado a las 6 semanas del procedimiento. R E S U LTA D O S Durante el período 1995-2006, 35 casos de estenosis pieloureteral (EPU) (34 pacientes, 1 caso bilateral) fueron sometidos a una endopielotomía percutánea anterógrada como tratamiento de su patología obstructiva de la vía urinaria. La edad promedio fue de 34,3 años, el 70,6% fueron pacientes de sexo masculino, observándose que 16 EPU fueron del lado derecho (47%), 17 del izquierdo (50%) y en un caso (2,94%) la estenosis fue bilateral. En todos los pacientes el diagnóstico se efectuó por urograma excretor y la obstrucción se constató con radiorrenograma (DTPA) con test de furosemida. La función renal se estableció con gamagrafía (DMSA), y fue superior a 30% en todos los casos. La forma de presentación clínica o los medios que llevaron al diagnóstico se detallan en la Tabla 1, siendo las causas más frecuentes el dolor (67,64%), la hematuria macroscópica (23,5%) y la infección urinaria (23,5%). Hallazgos 2,9% Dolor 67,6% Dispepsia 14,7% Hematuria microscópica 5,8% Hematuria macroscópica 23,5% Infección urinaria 23,5% Litiasis asociada 14,7% Tabla 1. Formas de presentación En un 85,7% de los casos (30/35) la causa de la EPU fue intrínseca, siendo un 5,7% (2/35) extrínsecas (por vaso polar), y secundarias (postquirúrgicas) en el 8,57% (3/35). Se observó litiasis renal asociada en el 14,7% de los casos, la cual fue resuelta en el mismo acto quirúrgico. Se utilizó corte frío en 18 de las EPU (51,4%) y corte eléctrico con asa de Collins en 17 (48,6%). En relación con el tipo de catéter utilizado, se dejó un catéter de endopielotomía Retromax en el 48,6% de las EPU operadas, un catéter de Smith en el 42,8% y un catéter doble jota en el 8,57%. El tiempo quirúrgico fue de 65 minutos promedio, el tiempo de internación de 2,3 días y el catéter se dejó por 6 semanas postoperatorias en todos los casos. Las complicaciones vinculadas con la cirugía se detallan en la Tabla 2, siendo la más frecuente la hematuria leve a moderada postoperatoria (14,3%). Se observaron complicaciones mayores en 2 casos (5,7%) siendo éstas: un caso de sepsis postoperatoria, y un voluminoso hematoma perirrenal por sección accidental de vaso polar inadvertido en el preoperatorio, que resolvió con conducta expectante y transfusiones sanguíneas. 14,3 Hemorragia (hematoma perirrenal) 2,85 Infección urinaria 8,57 Desgarro piélico extenso 5,7 Sepsis 2,85 Dificultad para avanzar Tabla 2. Complicaciones Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Todos los casos que fracasaron lo hicieron dentro de los primeros 2 años de la cirugía, y fueron resueltos con cirugía abierta. La Tabla 3 muestra que ni el tipo de corte ni el catéter utilizado fueron factores que determinaron el éxito de la intervención en esta serie. DISCUSIÓN La estenosis de la unión ureteropiélica obedece a diversas causas que determinan un proceso obstructivo al correcto pasaje de la orina hacia el uréter y la vejiga. Sin embargo, no todas las dilataciones piélicas obedecen a cuadros obstructivos y, por lo tanto, no todas requieren ser tratadas. Es importante entonces determinar la obstrucción con métodos cuantificables para decidir que pacientes deben ser operados. En esta serie, se determinó la función renal y la obstrucción con pruebas de medicina nuclear (DTPA y DMSA), métodos de probada eficacia en la objetivación del grado obstructivo.12,13,14 Respecto de la técnica quirúrgica utilizada, como puede verse en la descripción, se ha seguido la técnica % Hematuria (leve- moderada) El catéter (Retromax) El seguimiento postoperatorio promedio fue de 39 meses (rango: 6- 85 meses). El éxito terapéutico, definido como resolución sintomática y objetivable por pruebas contrastadas (urograma excretor) y de medicina nuclear (DTPA con test de furosemida) mostraron que la endopielotomía percutánea anterógrada fue eficaz en el 88,57% de las EPU tratadas (31/35 unidades renales). Las causas de fracaso fueron (4 casos): • 1 Paciente con gran uronefrosis • 1 Sección incompleta de la estenosis en un niño de 3 años con plástica abierta previa • 1 Reestenosis en niño de 4 años con plástica desmembrada abierta previa. • 1 Paciente con vaso polar 2,85 Exito Fracaso Retromax 82,3% 17,6% Smith 100% Doble jota 66,6% 33,3% Cuchilla 88,9% 11,1% Collins 88,2% 11,7% p NS NS Tabla 3. 225 clásica de tratamiento anterógrado descripta inicialmente por Badlani y Smith, a la que se le efectuaron algunas modificaciones15,16. Respecto del sitio de corte, se prefirió la sección lateral de la unión, basados en los hallazgos anatómicos de Sampaio para evitar posibles accidentes con vasos sanguíneos adyacentes al área de corte17. A pesar de esta precaución, hallamos un caso de sección accidental de un vaso cercano a la unión, que determinó un profuso sangrado retroperitoneal, que afortunadamente no requirió más que tratamiento conservador, y no comprometió el éxito de la intervención. El tiempo de permanencia del tutor ureteral (6 semanas) se determinó por el tiempo de regeneración ureteral descripto por Davis y Oppenheimer5,7. Con respecto al tipo de catéter a utilizar, si bien los casos en que se dejó catéter doble jota fueron pocos, no observamos en esta serie diferencias en los resultados vinculadas con el calibre o tipo de catéter usado. Hwang comparó en su serie el uso de catéteres 14/7 versus 6 Fr. en estenosis de uréter superior y no halló diferencias significativas entre ambos grupos que avalen el uso de catéteres de mayor diámetro. Este hallazgo ha sido observado por otros autores.18,19 Danuser halló en su serie de 132 pacientes, que el uso de catéteres de gran diámetro (27 Fr.) mejora los resultados de la endopielotomía anterógrada. Liang ha reportado una serie donde no dejaba ningún tipo de drenaje luego de la sección de la unión pieloureteral; sin embargo, no hay mucha evidencia bibliográfica que avale el uso de alguna de estas dos modalidades.20,21 La tasa de éxito obtenida en esta serie (88,57%) fue similar a la reportada por diversos autores (Gupta: 82% y 85%, Van Cangh: 84%, Danuser: 89%).22,23,24,25 Albani menciona en su serie de 150 casos con seguimiento a largo plazo, que la tasa de éxito de las técnicas endourológicas para el tratamiento de la EPU es de 63,3%; que el 85% fracasa dentro de los primeros dos años y que ningún fracaso se halló después de los 3 años.26 Los hallazgos de nuestra serie confirman sus afirmaciones, ya que todos los pacientes que fracasaron lo hicieron dentro de los primeros dos años de operados. Se observaron fallas de la técnica en 2 de 3 pacientes con cirugías previas por EPU. Esta tasa de fracasos del 66,6 % no se condice con los excelentes resultados reportados en estenosis secundarias por autores como Capolicchio y Yabbour, y posiblemente se deba al reducido numero de casos de nuestra serie (tres) y a que dos de estos casos fueron realizados en niños de 3 y 4 años con un ureteroscopio, hecho que motivó algunas dificultades técnicas.27,28 226 Los tres factores de riesgo que reducen la tasa de éxito de la endopielotomía son: Las grandes uronefrosis, los vasos polares y las estenosis de gran longitud. En nuestra serie, el 50% de los fracasos estuvo dado por dos de estas causas (vaso polar y gran uronefrosis).29,30,31 Finalmente, las complicaciones observadas en esta serie no fueron diferentes de las observadas por otros autores.16,24,32 CONCLUSIONES La endopielotomía percutánea anterógrada constituye un método eficaz y de baja morbilidad en el tratamiento de la estenosis pieloureteral. BIBLIOGRAFÍA 1. 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Métodos: Se realizó una revisión sistemática de la literatura teniendo como criterios de inclusión los eventos inflamatorios crónicos y los eventos moleculares con relación al cáncer prostático. Resultados: Hallazgos tan evidentes como los son la atrofia proliferativa inflamatoria y su conversión en carcinoma in situ permiten determinar la directa relación entre la inflamación y la carcinogénesis. Ahondando más en la cascada de eventos moleculares, las alteraciones de radicales libres y el daño de éstos sobre el material genético y otros componentes celulares nos acercan aún más a los puntos clave del desarrollo de neoplasias. Conclusiones: El disbalance entre procesos nocivos (radicales libres, etc.), mecanismos protectores (antioxidantes), alteraciones en el material genético (mutaciones en genes involucrados en procesos pro y antiinflmatorios) son la clave de futuras intervenciones terapéuticas. La importancia del presente artículo es dar a conocer el estado del arte en la carcinogénesis prostática y facilitar herramientas de manejo. P A L A B R A S C L A V E : Carcinoma; Carcinógenos; Próstata; Inflamación; Fisiopatología. Médico y Cirujano Hospital Universitario San Ignacio Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá - Colombia Tel: (571) 6107370. Email: fernandez.j@javeriana. edu.co nicolasfernandezb@gmail.com Transv 23 # 103 a 17. APTO 301 1 228 Introduction: Cancer is the second cause of death in the general population after cardiovascular events. Specifically in males the prostate cancer is the second in mortality rates after the lung carcinoma. Human scientists have made great efforts to describe all the pathophysiology events involved in the carcinogenesis of prostate cancer. One of the most important ones is the chronic inflammation as prerequisite for the development of cancer. Methods: A systematic analysis of the literature was made. The criteria were molecular basis of inflammation and its relationship with the development of prostate cancer. Results: It is well established the relationship between inflammation and cancer. Findings such as the proliferative inflammatory atrophy of the prostate as a precursor for a carcinoma in situ are key features to confirm the hypothesis. Beyond this, at a more molecular basis, alterations made by reactive oxygen species (ROS) on the DNA and other cell structures are very important in the understanding of the prostate cancer pathophysiology. Conclusions: The imbalance between harmful events made by (ROS) and protective mechanisms such as antioxidants, Alterations and genes involved in inflammatory events are the key for future interventional therapies for the prostate carcinoma. K E Y W O R D S : Carcinoma; Carcinogens; Prostate; Inflammation; Pathophysiology. INTRODUCCIÓN El cáncer es una enfermedad multifactorial, con un componente hereditario y uno ambiental. Cuando el tejido es proclive a desarrollar alteraciones genotípicas (componente hereditario) y es expuesto a un microambiente que favorece los distintos tipos de lesión celular, a nivel del material genético, se van desarrollando mutaciones. Estas mutaciones se van acumulando hasta que se producen cambios fenotípicos suficientes como para que el ciclo celular se altere y empiecen con una multiplicación anormal y descontrolada.1 Se han propuesto diferentes hipótesis al respecto. Actualmente los procesos inflamatorios crónicos son la clave en el estudio de la etiología y desarrollo de mutaciones. Aproximadamente un cuarto de las lesiones malignas tienen origen en un proceso inflamatorio crónico2. Desde la propuesta de Virchow en 1863 se ha hablado de la relación entre la carcinogénesis y los eventos inflamatorios crónicos.3 La inflamación en general es una respuesta del cuerpo ante un agente nocivo. En otras palabras es un mecanismo de defensa del hospedero en contra de un huésped exógeno o de algún componente endógeno reconocido. Para generar una respuesta inflamatoria es necesario que el cuerpo reconozca el agente (microorganismos, proteínas, agentes inorgánicos, etc.) y organice una respuesta para controlar la presencia de ese material reconocido. El principal objetivo es proteger al cuerpo de cualquier lesión exógena y/o endógena. Los mismos mecanismos inflamatorios, principalmente los mediados por radicales libres, cuando se extienden en el tiempo y en intensidad, dejan de ser un mecanismo de defensa y se convierten en eventos nocivos para el mismo cuerpo. Se producen alteraciones estructurales en el ADN que al expresarse fenotípicamente darán origen a células de comportamiento tumoral. (Figura 1). La respuesta inflamatoria es la base de muchas patologías, como lo son el asma, la ateroesclerosis, la artritis reumatoidea, e indudablemente con respecto al cáncer, la inflamación desempeña un papel fundamental. En la actualidad múltiples estudios han permitido demostrar la relación entre inflamación crónica y el desarrollo de cáncer. Los agentes infecciosos se han considerado un gatillo en el inicio de una respuesta inflamatoria, tales son los casos del Helicobacter pylori y su relación con el cáncer gástrico, el virus de la hepatitis B y C y su relación con el hepatocarcinoma, la esquistosomiasis y su relación con el carcinoma de vías biliares.4,5,6 Dicho modelo de inflamación crónica se ha propuesto en la carcinogénesis del cáncer de próstata (CaP) mediante una gran cantidad de estudios. Algu- Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 nos de éstos, enfocados en las terapias como los son los agentes antioxidantes, han logrado establecer una relación entre los procesos inflamatorios y el CaP.7,8,9 Se sabe que el factor del tiempo de evolución para el desarrollo y acumulación de mutaciones es innegable, esto se ha demostrado mediante estudios epidemiológicos que demuestran que a mayor edad, mayor es el riesgo de presentar una neoplasia en el tejido prostático.10 Lamentablemente las manifestaciones clínicas de la enfermedad inflamatoria prostática (prostatitis) no se correlacionan directamente con la severidad de la enfermedad y por lo tanto no es posible establecer en forma clínica una relación epidemiológica entre el CaP y los procesos inflamatorios. Por lo tanto, la mayoría de estudios son a nivel molecular con las limitaciones que esto implica.11,12,13 El presente artículo tiene como objetivo el presentar los conocimientos que se tienen hasta la actualidad de los distintos agentes involucrados en la compleja cascada inflamatoria y su relación con el desarrollo del CaP. EPIDEMIOLOGÍA A nivel mundial, el CaP es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en el hombre adulto y es la segunda causa de muerte por cáncer después del cáncer de pulmón. En los años 80 y 90´s se generó un cambio en la incidencia de esta patología por la implementación de pruebas de tamizaje con marcadores tumorales como el PSA. Actualmente la incidencia ajustada para la edad es de 170,3 por 100.000 habitantes. Cuando se mira raza por raza, los afroamericanos tienen una incidencia de 258,3 por 100.000 habitantes, los latinos por su parte tienen una incidencia de 141,1 por 100.000 habitantes y los de menor incidencia son los asiáticos con 96,8 por 100.000 habitantes.14,15 El National Cancer Institute estima que para finales del año 2006, 234.460 hombres serán diagnosticados con CaP y 27.350 morirán por dicha enfermedad.16 La edad promedio de muerte en pacientes con CaP (independientemente del grado) es a los 80 años de edad. La mortalidad entre los 75 y 84 años de edad es del 29,1%. La edad promedio de diagnóstico es a los 68 años de edad, aunque cada vez se ven pacientes más jóvenes con este diagnóstico. Este resultado puede deberse a la implementación de las pruebas de tamizaje.17 En la mayoría de poblaciones occidentales el comportamiento del CaP es relativamente similar en cuanto a historia natural, expectativa de vida y mortalidad. 229 Figura 1. Cascada de eventos moleculares generales en la inflamación y carcinogénesis prostática. A. Es un corte coronal de una próstata. B. Aumento esquemático del tejido glandular prostático. 1. Las células presentadoras de antígenos captan los diferentes antígenos. 2. Envían citoquinas a los linfocitos y macrófagos para activar su respuesta. 3. Se reclutan más células y se inicia la respuesta citotóxica con producción de radicales libres para la destrucción de los agentes nocivos. 4. Simultáneamente se comprometen las células epiteliales prostáticas por los radicales libres con lesiones sobre su material genético y desarrollo de cambios fenotípico neoplásicos. En Europa, se ha demostrado que existe una mayor proporción de CaP en países escandinavos con respecto a países del sur de este mismo continente. Por otro lado, Japón y China son los países con la menor incidencia de CaP a nivel mundial. Las sutiles diferencias que existen entre las diferentes culturas se deben a dos causas principales: Los factores genéticos y los ambientales. Sin embargo, múltiples estudios han demostrado que pacientes orientales al ingresar en la cultura occidental adquieren los mismos factores de riesgo y por lo tanto su comportamiento con respecto a la enfermedad cambia. Con la implementación del PSA como método de tamizaje en el año de 1990, la incidencia de enfermedad en estado metastásico para el momento del diagnóstico, ha disminuido dramáticamente. Para el año de 1995 la 230 incidencia de enfermedad metastásica al momento del diagnóstico bajó en un 17,9% con respecto a 1990.18 Aunque son pocos los datos sólidos que se tienen con respecto a la epidemiología del CaP en Latinoamérica, algunos estudios han demostrado que es el tipo de cáncer más frecuentemente diagnosticado en la población hispana en el sexo masculino mayores de 50 años de edad.19 Durante el año 2003 aproximadamente ocurrieron 1.200 muertes por este tipo de neoplasia siendo así la segunda causa de muerte por cáncer después del carcinoma colorrectal. Cuba es uno de los pocos países latinoamericanos que ha realizado un estudio serio con respecto a la sobrevida por cáncer. Los resultados para el CaP fueron: Para el año de 1999, el riesgo relativo de sobrevida, a 5 años era inferior al comparado con USA.20 En un estudio realizado por el departamento de patología de la Universidad del Valle (Cali, Colombia) se encontró una incidencia promedio de 27,5 por 100.000 habitantes.21 Por otro lado, la enfermedad inflamatoria prostática es una patología que clínicamente es muy inespecífica. Un meta-análisis reveló una significancia estadística en pacientes quienes tuvieron alguna vez de sus vidas prostatitis un odds ratio de 1,57 con relación al desarrollo de CaP.5 Hay que tener en cuenta de todos modos que los pacientes que acuden por sintomatología de prostatitis tienen una mayor probabilidad de ser estudiados y diagnosticados incidentalmente. Existen también estudios en los que se ha demostrado una relación entre el antecedente de enfermedades de transmisión sexual y el CaP. Esto implica un proceso infeccioso inflamatorio crónico que resulta en un microambiente favorable para la formación de atipías celulares. Focos de prostatitis crónica en prostatectomías radicales muestran una prevalencia de focos inflamatorios de hasta en el 95%. Gerstenbluth y col. encontraron que en un 57% de los casos estudiados había una asociación entre infiltrados inflamatorios y adenocarcinoma. Por otro lado se ha demostrado con estudios de patología obtenidos en pacientes con factores de riesgo para CaP, (niveles de PSA elevados y tacto rectal anormal.) una alta incidencia de hallazgos de infiltrados inflamatorios crónicos acompañados de una alta tasa de proliferación, lo cual se conoce como atrofia proliferativa inflamatoria (de sus siglas en inglés PIA, proliferative inflammatory atrophy).22,23 Se ha establecido que la PIA es una lesión premaligna que puede progresar en dirección a atipías celulares y finalmente a CaP. Muestras de tejido prostático obtenidas de prostatectomías radicales, han demostrado hallazgos positivos de PIA en 34,5% de los casos relacionados con focos de carcinoma in situ.3 I N F L A M AC I Ó N Y C A P Virchow en 1863, fue el primero en proponer que eventos inflamatorios eran lesiones que facilitaban el desarrollo de cambios celulares malignos.24 Gran cantidad de estudios han sido encaminados en la búsqueda de la respuesta a dicho supuesto. Los resultados han sido abundantes y confirman las relaciones. Sin embargo, la investigación actual busca esclarecer los detalles de esta cascada de eventos. El principal mecanismo de defensa es el sistema inmune celular el cual tiene la facultad de combatir antígenos estimulados por la producción de una gran Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 cascada de eventos moleculares (citoquinas). Unas de las herramientas usadas por el sistema inmune es la producción de radicales libres. Sustancias producidas por fagocitos mediante la reducción incompleta del oxígeno. Estos radicales libres tienen la facultad de destruir los agentes infecciosos. Sin embargo, tienen también el potencial de generar lesiones en las células produciendo cambios ultraestructurales como oxidación de lípidos, transiciones, transversiones y deaminaciones, alquilaciones y oxidación de bases nucleotídicas.25,26 Dichos cambios dependen de la intensidad y duración de la exposición a estos agentes. La acumulación de estas lesiones lleva a que las células pierdan su funcionalidad y se comporten como células malignas. Algo característico de las células tumorales es la pérdida del mecanismo normal de apoptosis en el que las células tienen su ciclo celular alterado con lo que hay una proliferación anárquica. La importancia de la edad de los pacientes y el incremento de la incidencia con el paso de los años de vida tiene su explicación a nivel molecular. A medida que pasan los años, el ser humano tiene un menor potencial apoptótico comparado con pacientes más jóvenes; de igual forma la actividad enzimática, específicamente las enzimas antioxidantes presentan una disminución en su actividad. Todo esto favorece la acumulación de lesiones a nivel del ADN, como ha sido mencionado anteriormente. AT R O F I A P R O L I F E R AT I VA I N F L A M AT O R I A P R O S T Á T I C A En el año de 1988, aparece en la literatura una descripción detallada del vínculo entre un proceso inflamatorio y la presencia de tejido atrófico en el parénquima prostático. McNeal propuso que los hallazgos de atrofia focal se debían a lesiones secundarias a procesos inflamatorios crónicos.27 Luego, para el año de 1992 Blumenfeld y col. propusieron el término de prostatitis linfocítica dada por los hallazgos de infiltrados linfocíticos focales que circunscribían al tejido atrófico.28 Siete años más tarde, aparece en la literatura el término de atrofia proliferativa prostática (PIA), propuesto por primera vez por De Marzo y col. En dicho reporte determinaron la correlación de la PIA con el desarrollo de CaP.29,30 Hasta la actualidad, los estudios no han podido esclarecer en forma concisa la etiología de los focos de PIA. Se considera que puede deberse a una lesión principalmente inflamatoria sobre el tejido glandular y en respuesta se desencadena un proceso regenerativo con un aumento en la tasa proliferativa celular; se 231 pueden considerar como dichas lesiones los procesos infecciosos, isquemia o exposición a toxinas del medio ambiente, radicales libres y sustancias presentes en la dieta como comidas ricas en grasas saturadas.31 La atrofia del tejido prostático se reconoce por la pérdida del volumen de tejido glandular y del estroma circundante. Se definen dos tipos diferentes de atrofia: local y difusa. En el caso de la atrofia difusa, ésta se debe a la privación o disminución en los niveles hormonales circulantes sobre el tejido prostático. Por lo contrario, el tipo local se ha encontrado en estrecha relación con infiltrados inflamatorios de tipo linfocítico y de macrófagos, con un predominio de los linfocitos T CD3+, B CD20+ y macrófagos CD68+. Por lo general, el tejido circundante a los focos de atrofia suele ser normal.32 Por lo general, la localización de los focos de atrofia es más en la periferia del tejido prostático, zona en donde la incidencia de CaP es mayor. De igual forma se observa con mayor proporción, focos de PIA a mayor sea la edad del paciente, lo cual confiere una estrecha relación con la aparición de dichos hallazgos y la necesidad de largo tiempo de evolución para que se den los cambios necesarios para el desarrollo de la atrofia tisular y el posterior paso a CaP. Con respecto a las alteraciones cromosómicas, se ha encontrado una relación entre la PIA, PIN con la pérdida de la heterocigocidad en el cromosoma 8 p. Aproximadamente el 80% de los CaP en fase metastásica han demostrado una alteración en el cromosoma 8p21. El gen comprometido en dicha ubicación es el NKX3.1.33 Estudios de ratones knockout para este gen presentan alteraciones en la morfogénesis ductal y alteraciones en las secreciones de ciertas proteínas. Con el tiempo estos ratones han demostrado una aparición mucho más temprana de lesiones neoplásicas en la próstata.34 La expresión del NKX3.1 se aumenta con la presencia de andrógenos. Por esto se considera que la importancia de este gen tiene mayor importancia en la progresión tumoral derivada de andrógenos que de procesos inflamatorios simplemente. Puede que el término de atrofia resulta algo paradójico con respecto a su potencial para desarrollar lesiones malignas. Recientemente se ha encontrado que en la zonas focales de atrofia existe una mayor tasa proliferativa en comparación con el tejido sano. De igual forma el índice apoptótico en estas zonas no es mayor con respecto a lo normal. Con el uso de marcadores moleculares para la proliferación celular como el Ki-67, se confirmó dicho supuesto encontrando que los focos de PIA presentan una tasa proliferativa activa y mayor a lo normal.35 Más del 70% de la actividad proliferativa se encuen232 tra en la capa basal del tejido epitelial, el cual presenta una alta expresión de p63, Bcl-2, receptores para factor epidérmico de crecimiento, y keratinas 5 y 14 y una baja expresión de keratinas 8 y 18 al igual que una baja expresión de receptores para andrógenos, siendo estos últimos sobreexpresados en las capas más superficiales.35 La comunicación celular es vital en la homeostasis tisular. Cuando se pierde esta comunicación intercelular, se inicia un disbalance funcional, siendo importante las alteraciones en la proliferación celular. Las comunicaciones celulares son las uniones GAP, las zónulas adherens; para estas últimas las keratinas resultan la base estructural. En las lesiones de PIA, se ha demostrado que existe una mayor expresión de K5 (39,2% +/- 7,4%) comparado con el tejido epitelial normal en el cual la expresión de K5 alcanza sólo el 2,4% +/- 2,3% siendo estas mediciones en las capas luminales de los distintos tejidos. (p < 0,00001)35 Por otro lado, se ha demostrado que casi un 100% de las lesiones de PIA expresan K8/18. Dichos resultados permiten establecer que se puede determinar cualquier lesión de PIA si cumple los siguientes criterios: Hallazgos en los estudios de histología con hematoxilina y eosina que demuestren características de atrofia a nivel luminar, es decir que tengan una apariencia cuboide y sean basofílicas. El otro criterio es que haya una expresión a nivel luminar de keratinas basales como lo es la K5.35 Teniendo en cuenta la distribución y actividad mitótica por capas en el tejido glandular, se puede establecer un punto clave para poder determinar en qué lugar es donde hay mayor probabilidad para que se den los cambios premalignos. Para poder esclarecer dicho supuesto se requerirán estudios complementarios. Los estudios actuales se encuentran enfocados en las capas intermedias, ya que es aquí donde se sospecha se dan la mayoría de mutaciones y cambios fenotípicos premalignos. Continuando con los estudios moleculares que han permitido determinar la relación entre la PIA y el CaP, encontramos que la expresión de p27kip1 se encuentra disminuida en los focos de PIA, al igual como ha sido demostrado en los adenocarcinomas. La p27kip1 tiene como posible función la supresión de la proliferación del tejido epitelial prostático. De igual forma se reportó una expresión aumentada del Bcl-2 relacionado directamente con los bajos índices de apoptosis encontrados en la PIA. Por otro lado, la Glutation S-transferasa 1 (GSTP1) es una enzima cuya función es la de detoxificar las células de radicales libres.36 Brooks y col., encontraron que el promotor CpG para dicha enzima se encuentra hipermetilado en el 70% de los carcinomas in situ (PIN) y en el 90,9 a 100% de los adenocarcinomas.37 Estudios de microdisección con láser demostraron que no hay hipermetilación del promotor CpG en el epitelio sano.36 Focos de PIA tienen una sobreexpresión del GSTP1, siendo interpretado como una respuesta a un estrés del oxidativo celular. En caso de que se sobrepasen los mecanismos de defensa celulares, los daños sobre éstas (afección sobre el material genético) serán inevitables. En el 40% de los casos las lesiones de PIN emergen directamente de los focos de PIA.38 Al igual que la GSTP1, los niveles de la COX2 se han encontrado incrementados en los focos de PIA confirmando así que las células epiteliales se encuentran en una respuesta frente al estrés del microambiente dado principalmente por los radicales libres producidos por la respuesta inflamatoria. C I C L O OX I G E N A S A Y A N T I OX I D A N T E S La fisiopatología molecular del CaP ha demostrado tener un gran componente de alteraciones a nivel del material genético y la expresión de proteínas relacionadas con los procesos proinflamatorios. De las vías moleculares, una de las más estudiadas es la vía de la ciclooxigenasa y los radicales libres.39 El nombre de prostaglandinas se deriva por supuesto del lugar en donde fueron descubiertas, la próstata. Es en el tejido prostático donde se encuentran las mayores concentraciones con respecto al resto de tejidos en el cuerpo. Su actividad fisiológica a nivel del tracto genitourinario masculino es la de coadyuvar en la fecundación del óvulo mediante su actividad vasoactiva y la estimulación del músculo liso. En la actualidad es ampliamente conocida la importancia de los radicales libres en la carcinogénesis; los resultados de múltiples estudios sobre agentes antioxidantes como posibles terapias antineoplásicas, confirman esta teoría. Un importante indicativo de la presencia de un estrés oxidativo en los tejidos neoplásicos es la medición de productos de dicho proceso celular como lo son los aductos de ADN, proteínas oxidadas entre otros. Algunos estudios han encontrado elevados niveles de metabolitos en las lesiones tumorales con un predominio mucho más acentuado en las lesiones de CaP en estado metastático. La principal fuente de radicales libres está dada por la producción a nivel celular en los procesos inflamatorios principalmente. Cuando dicho proceso se Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 prolonga, la exposición a los radicales libres favorece una cascada de eventos procarcinogénicos que de lo contrario, en una exposición de menor tiempo o intensidad, no se producirían. Por esta razón la cronicidad juega un papel fundamental como ha sido mencionado anteriormente. Los radicales libres tienen un efecto directo sobre el DNA generando la oxidación de las bases nucleotídicas produciendo así cambios promutagénicos como los son la 8-hidroxideoxiguanosina, también conocida como aductos de DNA. Por otro lado, los procesos oxidativos crónicos producen una peroxidación de los lípidos, especialmente los de la membrana celular, produciendo metabolitos tóxicos como el malonilaldehido, sustancia capaz de producir aductos de DNA. Factores transcripcionales como el c-fos y c-jun cuya actividad es altamente oncogénica, favorecen la transformación neoplásica de los tejidos.25,39 Un estudio de casos y controles reportó una disminución del 70% del riesgo para desarrollar CaP en pacientes bajo terapia con antiinflamatorios no esteroideos (AINE´s).10 Estudios in-vitro han demostrado que las células de CaP presentan niveles elevados de COX-2 al igual que de prostaglandinas, especialmente el tipo E2 con niveles 10 veces más altos a los normales.40 Al momento en que se agregó a dicho cultivo celular AINE´s se observó una reducción en la tasa de proliferación celular y un aumento en la tasa de apoptosis.41 Normalmente aunque los niveles encontrados en muestras de tejido prostático normal reportan presencia de ciclooxigenasa-2 (COX-2), para fines fisiopatológicos, la cantidad de COX-2 expresada no se considera importante.42 Por el contrario, resultados en la medición de COX-2 en muestras de adenocarcinomas reportan niveles significativamente elevados. Un estudio reciente demostró que en el 85% de los casos de adenocarcinomas estudiados existe una metilación del gene que codifica para la COX-2, mientras que en ninguno de los tejidos normales se encontró dicha alteración.43 La COX-2, entre sus funciones proinflamatorias conocidas, cumple un papel poco conocido sobre el ciclo celular, estimulando la proliferación e inhibiendo la apoptosis. Su modulación de la respuesta inmune resulta crucial en el proceso antineoplásico propio del cuerpo. La angiogénesis es un proceso fundamental para la proliferación tumoral, ya que el rápido crecimiento celular demanda un mayor consumo metabólico.44 Por lo general, la demanda metabólica se hace más evidente a partir de tumores sólidos mayores de 2 mm 233 de diámetro. La proliferación vascular alrededor de las células tumorales resulta directamente proporcional a las demandas metabólicas. Estudios con AINE´s han permitido descubrir la actividad antineoplásica mediante la inhibición de la angiogénesis produciendo así un incremento en la apoptosis y una disminución del tamaño tumoral. De forma indirecta, la sobreexpresión de la COX-2 en las células neoplásicas tiene un efecto sobre la formación de las E-cadherinas, moléculas de vital importancia en las uniones intercelulares.45 Otra acción indirecta de la COX como agente prooncogénico es la producción de prostaglandina E2, la cual tiene un efecto estimulante de la apoptosis sobre las células natural killer y linfocitos T citotóxicos produciendo una respuesta inmunológica inadecuada.44,45 Estudios posteriores realizados en tejidos celulares de células prostáticas tumorales (LNCaP) demostraron que los niveles expresados de COX – 2 se encontraban elevados con respecto a los niveles normales esperados. Paralelamente se analizaron los niveles de expresión del gen Bcl-2 luego de agregar al cultivo celular un inhibidor selectivo de la COX-2 lo que produjo una disminución en la actividad enzimática y una elevación en los niveles de expresión del gen.44 Por lo tanto, se propuso que puede entonces haber una relación entre la COX-2 y la actividad genética mediadora de la apoptosis.25,41,44,46 De esta forma entonces se puede explicar la relación entre la COX-2 y la apoptosis como agente involucrado en el ciclo celular.47 Al hacer mediciones más selectivas de la expresión enzimática por zonas del tejido prostático.25 se encontró un predominio de sobreexpresión en los lóbulos periféricos. Estos hallazgos se fueron acentuando a mayor fuera la edad del paciente. La vía de la lipooxigenasa (LOX) se encarga de la producción de leucotrienos, los cuales son potentes quimiotácticos (LTB4). Su posible participación en el CaP ha sido estudiada. Se han vinculado algunos de los metabolitos de esta vía como la 15-LOX, la cual se encuentra sobreexpresada. Por el contrario, se ha encontrado que la 15-LOX-2 se halla sobreexpresada en el tejido prostático normal y disminuida en el CaP.48 En cuanto a la 12-LOX, los estudios demuestran que está sobreexpresada en neoplasias con potencial maligno y agresividad mayor. Una gran cantidad de estudios epidemiológicos han demostrado que el uso de agentes antioxidantes disminuye el riesgo de desarrollar CaP. El uso prolongado de AINE´s y aspirina reduce el riesgo en un 30 a 50% de desarrollar cáncer colorrectal; resultado que se puede extrapolar en teoría a otros tipos de cáncer como ha 234 sido demostrado en el adenocarcinoma esofágico, gástrico, seno, pulmón, próstata, vejiga y ovario.49 Existe una gran variedad de moléculas que tienen acción antioxidante y por lo tanto resultan atractivas para ser estudiadas. Entre las más conocidas y estudiadas en el CaP, se encuentran: las vitaminas C, E, selenio, la enzima glutation-S-transferasa y carotenoides; todos éstos intracelulares. Los extracelulares son: el licopene y la vitamina D principalmente.50 Dietas ricas en licopene como lo son los productos derivados del tomate (salsa de tomate siendo la de mayor concentración) han demostrado reducir el riesgo de presentar CaP, cáncer de seno, pulmón y endometrio, al igual que de forma colateral disminuyen significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares.51 La isoforma más activa del licopene es la trans, siendo el 59,8% de la encontrada en la dieta normal.52 La licopene ciclasa tiene la capacidad de convertir el licopene ingerido en la dieta y transformarlo en – caroteno, otro tipo de antioxidante celular.52 Su acción antineoplásica es ser antioxidante. En un estudio en el cual se dio a los pacientes una dieta de 25 g de puré de tomate durante 14 días lo que corresponde a 7 mg de licopene y 0,3 mg de – caroteno. Se demostró una elevación de los niveles de licopene en sangre comparados con la muestra al inicio del estudio. Un resultado adicional fue el de una mayor resistencia linfocitica al estrés oxidativo (p< 0,0001).51,52 El licopene a niveles fisiológicos (0,1 µM/l) logra una inhibición en el crecimiento de las células tumorales mediante la interacción con receptores de membrana. La presencia del licopene estimula la expresión del gen que codifica para la proteína conexina-43. Esta es una proteína que cumple su función en la formación de uniones celulares tipo GAP, las cuales se encuentran disminuidas y deficientes en los tejidos neoplásicos, por lo cual su estimulación puede favorecer la formación y funcionalidad de dichas comunicaciones intercelulares permitiendo una inhibición de la proliferación celular.52,53 Otro mecanismo de acción posible del licopene como agente antiproliferativo es la disminución de la función del factor de crecimiento insulina-like (por sus siglas en inglés IGF-I) con lo cual se vio una inhibición en la proliferación celular. Esta disminución en la función del IGF-I se debe a un bloqueo de los receptores para dicha molécula.52 Un mecanismo que tal vez no se considera como antineoplásico, pero sí como protector frente al desarrollo del cáncer, es su capacidad hipocolesterolémica. Es conocido que las células neoplásicas tienen las vías del metabolismo de los lípidos alteradas, lo cual va a favorecer un microambiente proclive a las lesiones sobre el ADN.53 Algunos estudios atribuyen una actividad antiinflamatoria del licopene, ya que se ha demostrado una disminución en los niveles de la interleuquina 1-. La combinación de licopene con vitamina D (1,25dihidroxi vitamina D3) tiene un efecto sinérgico sobre la inhibición de la proliferación tumoral. La vitamina E, se ha demostrado que su uso de forma crónica tiene un efecto en la disminución en los niveles de andrógenos, forma por la cual se supone se cumple su efecto protector. Por otro lado se le ha atribuido también una acción como agente modulador del ciclo celular deteniéndolo el paso de G1 a S; dicho proceso ocurre al parecer por proteínas dependientes de la vitamina E como lo son la ciclina D1, D3 y E. Continuando con los agentes antioxidantes, las dismutasas son un grupo de enzimas que catalizan el paso de los radicales superóxido en agua.54 Existen dos formas principales de dismutasas, una que se encuentra intracelularmente en el citosol dependiente de cobre y zinc, la otra se encuentra a nivel mitocondrial. Algunos estudios han demostrado que la actividad de los dos tipos de enzimas se encuentra disminuida en las células del CaP. Por lo tanto, la capacidad de responder al estrés oxidativo resulta ineficiente y favorece la acumulación de daños en el material genético.55 Resultados similares se han encontrado al analizar las catalasas cuya función es la de convertir los peróxidos de hidrógeno en agua. Al hacer la medición en células tumorales, su inmunorreactividad se vio disminuida.56 El selenio cumple su efecto como cofactor de la enzima glutation peroxidasa. Recientemente se ha demostrado que el selenio tiene un efecto sobre la activación del p53 mediante un mecanismo de oxidorreducción, favoreciendo así la reparación en los daños ocasionados sobre el DNA. cancer – 1) El gen implicado se conoce como el RNASEL y se expresa de forma constitutiva codificando una endorribonucleasa.4 La función de dicha enzima es la mediar la respuesta inmune del sistema innato mediante el sistema de interleuquinas que reaccionan frente a procesos virales; de igual forma tiene la facultad de participar como agente proapotótico.58 La forma como regula la inducción del sistema de muerte celular programada se basa en que una vez la célula es expuesta al interferón, el gen RNASEL se activa y codifica una enzima encargada de la degradación del RNA de una sola hebra iniciando así el proceso de apoptosis.59 Por lo tanto, al ser un gen supresor tumoral, las mutaciones se manifestaran con alteraciones en la apoptosis favoreciendo así el crecimiento de células neoplásicas.60 La forma de mutación más frecuente encontrada es la de tipo missense Arg462Gln. Se ha observado que los pacientes heterocigotos para esta alteración tienen un 50% más de riesgo de desarrollar CaP que los no portadores y con respecto a los homocigotos portadores de la lesión, tienen más del doble de riesgo de desarrollar la neoplasia. Por lo general, las mutaciones en este gen han demostrado una reducción en la expresión de aproximadamente 1/3 con respecto a los valores normales.61,62 La ausencia de un sistema inmune apropiado que permita una adecuada respuesta frente a agentes virales, indica que este gen tiene una relación con procesos infecciosos e inflamatorios.63 Los estudios del DNA han determinado una gran variedad de diferentes genes implicados en el CaP. Sin embargo, los mencionados a continuación, además de presentar una relación con el CaP, tienen importancia en los diferentes eventos de la respuesta inmunológica y la inflamación crónica.57 HPC2 Otro gen relacionado con el CaP se encuentra ubicado en el cromosoma 17. Su locus se conoce como el HPC2. El gen implicado es el ELAC2. Se considera como un gen crítico, ya que gran cantidad de estudios han demostrado que mutaciones en dicho gen predisponen a desarrollar CaP. Este es un gen que codifica para una cadena de aminoácidos homóloga a la de unas bacterias y algunas levaduras. Las mutaciones más frecuentes presentan sustituciones en el residuo 217 de una serina por una leucina y en el 541 de una alanina por una treonina.64 Por su relación con agentes infecciosos, éste es un gen de vital importancia en el estudio de la carcinogénesis del CaP y su relación con los procesos inflamatorios. Rnasel Posiblemente el gen más estudiado por su directa relación con el CaP se encuentra ubicado en el locus del cromosoma 1q24.25. A esta región se le conoce como HPC1 por sus siglas en inglés (hereditary prostate MSR1 El gen MSR1 (macrophage scavenger receptor 1). La ubicación de este gen se encuentra en el cromosoma 8p22 y codifica para un receptor de membrana de los macrófagos con la capacidad de unirse a diferentes A LT E R A C I O N E S G E N É T I C A S Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 235 ligandos como lipoproteínas peroxidadas, lipopolisacáridos bacterianos y células apoptóticas, entre otros. La expresión de este gen es exclusiva de los macrófagos específicamente los que se encuentran en zonas de inflamación.65 Ratones knockout para este gen tienen una mayor susceptibilidad a desarrollar infecciones por Listeria monocytogenes, Estafilococo aureus y E. coli. Cuando estas infecciones se prolongan en tiempo e intensidad, favorecen la presencia de estrés oxidativo dando el paso hacia las mutaciones en el ADN.66 La mutación en este gen ha demostrado una estrecha relación con el desarrollo de CaP, especialmente en afroamericanos y europeos.67 Se considera por lo tanto que alteraciones en el MSR1 y el RNASEL son cambios que confieren una alteración a nivel del sistema inmune innato predisponiendo al paciente a infecciones y respuestas inflamatorias exageradas dadas por una respuesta de defensa insuficiente. Estudios en animales han demostrado que las mutaciones en estos dos genes predisponen a la infección de agentes bacterianos y otros tipos de agentes infecciosos.68,69 De igual forma estos estudios dirigidos a largo plazo se relacionan también con una predisposición a desarrollar CaP. GSTP1 Como fue mencionado anteriormente, los mecanismos antioxidantes son un sistema complejo y de gran importancia para evitar los eventos que predisponen la carcinogénesis. Con respecto a dichos sistemas, el gen GSTP1 codifica para una enzima, la glutation S-transferasa π, que pertenece a la superfamilia de enzimas antioxidantes de fase II con la función de catalizar la conjugación de agentes oxidantes con el glutation. La expresión de este gen en los tejidos normales no es completamente homogénea, en las diferentes capas celulares de un mismo tejido hay una expresión variable; en la capa basal es donde más se expresa siendo naturalmente la capa con actividad mitótica mayor y más proclive a lesiones premalignas. A medida que las células se van haciendo más luminales, la expresión es cada vez menor siendo ninguna para fines prácticos en las células luminales.70 En el 100% de los casos de CaP, la expresión se encuentra disminuida o ausente.71 Estudios en animales experimentales han demostrado que la ausencia de función de la GSTP1 se correlaciona directamente con la aparición de mutaciones en el DNA que favorecen el desarrollo de neoplasias.72 Se ha reportado que la mutación de dicho gen se 236 considera la mutación más prevalente en el CaP, siendo uno de los cambios más tempranos en el proceso de carcinogénesis. En el 70% de los casos se encuentran hipermetilación en el promotor de dicho gen en los estudios histopatológicos de tejidos positivos para PIN y en 90,9% de los casos de CaP.73 Por el contrario, en tejidos prostáticos sanos no existen las mutaciones en el promotor ni en el gen.74 La razón por la cual se da la hipermetilación en la zona promotora (isla CpG) no esta aún esclarecida por completo.75 Otros tipos de cáncer presentan mutaciones del GSTP1 como lo son el de hígado en 70% de los casos y de mama en el 30%.76 El microambiente celular al encontrarse bajo estímulos nocivos como lo son los radicales libres y demás carcinógenos estimula los mecanismos de defensa; en este caso se ha visto que la expresión del GSTP1 se encuentra aumentada como mecanismo protector. Alteraciones en este gen van a desproteger las células confiriéndoles la disposición a generar lesiones procarcinogénicas. En algunos estudios las mutaciones en el GSTP1 por sí solas se relacionan con un mal pronóstico.77 I M P L IC AC IO N E S F U T U R A S Los avances en el conocimiento de los diferentes procesos moleculares involucrados en el CaP y en general en todos los cánceres permiten proyectar a futuro diferentes posibilidades terapéuticas y diagnósticas. Desde el advenimiento de los marcadores tumorales, la detección temprana e inclusive la prevención se han convertido en un tema de vital importancia como parte del manejo del cáncer. Dentro de los mismos procesos moleculares existen varias etapas: tempranas, que corresponden a los eventos inflamatorios. Estos eventos iniciales son puntos clave en el desarrollo del cáncer. El intervenir tempranamente en los eventos moleculares permitirá evitar el paso a displasia y a carcinoma in situ e invasivo. El amplio estudio genético ha permitido ver los genes implicados en el desarrollo del CaP y los involucrados con los procesos inflamatorios crónicos. Por lo tanto, un ejemplo de intervención temprana podría ser la terapia génica con tanta controversia en la actualidad, pero con excelentes proyecciones a futuro. Por otro lado, el tener claros los diferentes procesos inflamatorios involucrados en la etiopatogenia del CaP nos permiten proyectar la posibilidad de implementar terapias inmunomoduladoras específicas con el fin de evitar la aparición de los cambios celulares predisponentes. La complejidad del sistema inmune hace que esta proyección requiera de mayores investigaciones, sin embargo es con seguridad un campo de vital importancia en el futuro terapéutico del cáncer. CONCLUSIONES El microambiente celular es un entorno que en parámetros fisiológicos permite la homeostasis celular y por ende un ciclo celular normal de crecimiento, producción y muerte celular programada. En los casos en los que existen alteraciones en dicho microambiente, es posible que se desencadenen cambios genotípicos en las células que al expresar su fenotipo presentarán transformaciones malignas. Conocer la cascada de eventos moleculares del CaP es una investigación que ha requerido una gran cantidad de esfuerzo y tiempo para el mundo científico. Los resultados han permitido modificar las estadísticas del comportamiento del cáncer básicamente por un mayor conocimiento de la enfermedad. Un punto clave estudiado es la importancia de las alteraciones inmunológicas en el desarrollo del cáncer. Toda la cascada de eventos proinflamatorios es un mecanismo de defensa del cuerpo. Pero en el momento en que se extiende en el tiempo y en intensidad entonces se torna un evento patológico. Las modificaciones de esta respuesta han demostrado ser una terapia efectiva como antineoplásicos. Aún faltan más estudios para esclarecer los detalles de esta cascada de eventos. Sin embargo, existen proyecciones futuras claras en la intervención molecular específicamente para la terapia del CaP. BIBLIOGRAFÍA 1. Deutsch E, Maggiorella L, Eschwege P, Bourhis J, Soria JC, y col.: Environmental, genetic, and molecular features of prostate cancer. Lancet Oncol. 2004; 5: 303 – 313. 2. Coussens LM, Werb Z.: Inflammation and cancer. Nature. 2002; 420: 860–867. 3. Lucia MS, Torkko KC.: Inflammation as a target for prostate cancer chemoprevention: Pathological and laboratory rational. J Urol. 2004; 171: 30–35. 4. Wang L, McDonell SK, Elkins DA, Slager SL, Christensen E, y col.: Analysis of the RNASEL gene in familial and sporadic prostate cancer. Am J Hum Genet. 2002; 71: 116–123. 5. Platz EA, de Marzo AM.: Epidemiology of inflammation and prostate Cancer. J Urol. 2004; 171: 36–40. 6. Dong X, Wang L, Taniguchi K, Wang X, Cunningham JM, y col. Mutations in CHEK2 associated with prostate cancer risk. Am J Hum Genet. 2003; 72: 270–280. 7. 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Massó D.1; Valenti D.2; Luscialdo E.2; Aguilar M.2; Sperperato C3; Ramos S.4; Hentschel S.; Vázquez L.1; Perea C.5 Mediante la ultrasonografia prenatal se diagnostican anormalidades urinarias en el 1% de fetos.De éstas sólo persisten en el 50% de los recién nacidos (RN). Existen diferencias en la consideración del valor de corte del diámetro anteroposterior de la pelvis (DAP) fetal para definir hidronefrosis prenatal (HNPN) y numerosas controversias en el manejo de RN con ecografía normal o leve dilatación. Objetivos: Determinar inicialmente la incidencia de HNfetal en nuestra población de embarazadas y detectar la persistencia de la HNPRN en los RN, objetivando a su vez la incidencia de reflujo vesicoureteral [RVU] y obstrucción. Material y Métodos: Se revisaron las ecografías de embarazadas de segundo y tercer trimestre controladas en nuestro hospital desde noviembre de 2002 a noviembre de 2004 y ulterior seguimiento de los RN con HNPN detectadas prenatalmente. Resultados: Se analizaron 69 pacientes con 103 UR con HNPN, de los cuales 57 eran de sexo masculino y 12 de sexo femenino. La edad gestacional al momento del diagnóstico fue de X: 33,3 s (r: 22 a 40 s). El tiempo de seguimiento fue de X: 9 meses (r: 1 a 45 m). Veinticinco (24,5%) de las 103 UR fueron consideradas transitorias prenatales (TP), ya que no persistieron en etapa postnatal, mientras que 78 mostraron dilatación persistente. Sólo seis {6} de éstas, presentaron reflujo vesicoureteral. Del total de los 69 pacientes estudiados 29 (42%) manifestaron uropatías diversas distribuidas en 15 (22%) estenosis ureteropiélica (EUP), 7 (10%) riñón multiquístico (RMQ), 4 (6%) RVU y 2 (1,5%) megauréter primario no obstructivo. Conclusiones: De las 103 UR el 24% normalizaron postnatal y 76% persistieron. De éstas la EUP fue la más frecuente y el 87,5% tenía HNPN G. Las HNPN ≤ 10 mm son poco preocupantes, dado que la mayoría mejoraron y ninguna requirió cirugía. Las HNPN de más de 10 mm persistentes deben tener un seguimiento ecográfico seriado, dada la posibilidad de empeoramiento o cirugía. El RVU fue asociado en el 85% con dilatación postnatal G y no se halló en ningún paciente con ER postnatal Normal; por lo tanto, no se justificaría realizar CUGM a los RN con DAP ≤ 10 mm. P A L A B R A S C L A V E : Diagnóstico prenatal; Ectasia piélica prenatal; Hidronefrosis; Reflujo vesicoureteral. Servicio de Pediatría, sección Nefrología, 3Diagnóstico por imágenes. 4 Servicio de Neonatología, 5Servicio de Cirugía infantil, sección Urología. 2 Servicio de Obstetricia, Diagnóstico por imágenes, Docencia, e Investigación. Hospital Nacional “Prof. Alejandro Posadas”, Buenos Aires, Argentina. 1 240 Prenatal ultrasonography is Useful in urinary malformations diagnosis in already 1% of fetus Pelvic dilation remains only in 50% of newborns. There is not clear agreement in pelvis renal DAP to define hydronephrosis. Several controversies in newborn hydronephrosis management exists. Objectives: Our aim was to determine prenatal hydronephrosis incidence in a pregnant population as well as hydronephrosis persistence in newborns as vesicoureteric reflux and obstruction incidence. Population, Material and Methods: A retrospective study was performed between november 2002 and November 2004. Prenatal ultrasound studies of pregnant women under control were analized Sistematic follow up of newborns with prenatal renal dilation. Results: 69 patients with 103 UR con HNPN, 57 male and 12 female were enrolled. Gestational age at diagnosis was a mean 33.3 s (r: 22 a 40 s). Follow was mean: 9 months (r: 1 a 45 m). Twenty five (24.5%) were considered transient (TP) as 78 showed persistent dilation. Vesicoureteric reflux in only six {6%}. Uropathies in 29/69 (42%) 15 (22%) pelviureteric junction obstruction, 7 (10%) multicistic dysplastic kidneys y 2 (1.5%) non obstructive primary megaureter. Conclusions: 24% showed normal newborn ultrasound and 76% persistence. Higher incidence for pelviureteric junction obstruction is showed. Prenatal hydronephrosis ≤ 10 mm tends to improve without requiring surgery whereas those more than 10 mm should be followed. Vesicoureteric reflux was no present in case of normal neonatal ultrasound. It seems to be not justified to perform voiding cystouretrography with normal ultrasound or prenatal dilation lesser than 10 mm. K E Y W O R D S : Prenatal diagnosis; Prenatal pelvic ectasia; Hydronephrosis; Vesicoureteric reflux. INTRODUCCIÓN O B J E T I VO S S E C U N DA R IO S Mediante la ultrasonografia prenatal se diagnostican anormalidades urinarias en el 1% de fetos. De éstas sólo persisten en el 50 % de los recién nacidos (RN). Distintos autores difieren en el valor de corte del diámetro anteroposterior de la pelvis renal prenatal (DAPp) para la definición de hidronefrosis (HN). Habitualmente se estudian radiográficamente los pacientes que presentan HN, existiendo controversias respecto del valor de los estudios y seguimiento en aquellos que muestran estudios postnatales normales. Búsqueda de punto de corte en mm del diámetro de la pelvis renal prenatal (DAP pre) con mayor sensibilidad y especificidad para diagnóstico de RVU y otras uropatías. HIPÓTESIS Dentro de las hidronefrosis detectadas prenatalmente (HNPRN) habría 3 categorías: 1) Dilataciones transitorias 2) Reflujo vesicoureteral 3) Uropatía obstructiva O B J E T I V O S P R I N C I PA L E S a. Determinar la incidencia de HNPN en nuestra población de embarazadas durante un período de tiempo (2 años). b. Detectar el porcentaje HNPRN transitorias y persistentes postnatal. c. Determinar prevalencia de reflujo vesicoureteral (RVU) en todos los recién nacidos (RN). d. Determinar la prevalencia de obstrucción en los RN con HNpostnatal persistente. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 R E S U LTA D O S Encontramos una incidencia de hidronefrosis del 0,2% (130 pacientes de 6.500 partos en el período de noviembre 2002–octubre 2004). La población estudiada fueron 69 recién nacidos con 103 unidades renales con HNPN. Con respecto a la edad gestacional el promedio fue de X de 33,3 s (r 22 a 40). El tiempo de seguimiento promedio de 9 m (r de 1 a 45 m). La diferencia por sexo fue 57 del sexo masculino y 12 de sexo femenino. En cuanto a la evolución el 41% presentó resolución antes del año de vida. Hubo un 24% con normalizacion prenatal con ecografía normal luego del nacimiento. En un 17% se constató normalizacion postnatal con desaparición de la dilatación antes del año de vida. En 28 de 103 UR [27%] se observó estabilización o mejoría. Solamente en 32% (33 de 103 UR) se presentaron con uropatía y/o reflujo vesicoureteral. Veamos los diagnósticos: • Estenosis Uretero Piélica (EUP) 48,5% (16/33) • Riñón multiquístico (RMQ) 21% (7/33) UR con erróneo diagnóstico de HNPN • RVU 18% (6/33) (un paciente con RVU bilateral y Válvula de U. Posterior) • Megauréter primario(MUP) 6% (2/33) 241 Al analizar la correlación entre diámetro prenatal y diagnóstico ulterior observamos que correspondía a las uropatías el DAP ≥ 15 mm , a su vez hallado en 75% de las UR, mientras que el DAP ≤ 15 mm correspondia al 25 % de las UR El 75 % de aquellos pacientes sin patología tuvieron un diámetro DAP ≤ 9,4 mm. Con respecto a la sensibilidad (S) y especificidad (E)para el reflujo vesicoureteral, con DAP prenatal de 9,8 mm se obtiene una S y E de 83 y 53% respectivamente (sólo 6 riñones) y considerando las uropatías con DAP prenatal de 14,5 mm S y E de 83% y 67,5% respectivamente. El 40% de los riñones dilatados normalizaron antes del año de vida y de estos la mayoría (75%) tenía DAP prenatal ≤ 10 mm. Sólo el 42% de los pacientes (32% de las UR) presentó alguna patología, siendo EUP la más frecuente, (48,5% ). La mayoría de las uropatías tuvo un DAP p ≥ 15 mm. La mayoría (75%) de las UR con RVU tuvo un DAP pren ≥ 12,5 mm ( pocos pacientes). El valor de corte del DAP prenatal con mayor S y E para diagnóstico de RVU fue de 9,8 mm. El valor de corte del DAP prenatal con mayor S y E para diagnóstico de uropatías fue de 14,5 mm. 242 CONCLUSIONES De las 103 UR el 24% normalizaron postnatal y 76% persistieron. De éstas la EUP fue la más frecuente y el 87,5% tenían HNPN grave. Las HNPN ≤ 10 mm son poco preocupantes, dado que la mayoría mejoraron y ninguna requirió cirugía. Las HNPN de más de 10 mm persistentes deben tener un seguimiento ecográfico seriado dada la posibilidad de empeoramiento o cirugía. El RVU fue asociado en el 85% con dilatación postnatal G y no se halló en ningún paciente con ER postnatal Normal, por lo tanto no se justificaría realizar CUGM a los RN con DAP ≤ 10 mm. 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Introducción: La utilización de la ecografía para la realización de punciones biopsias prostáticas, las nuevas terapias radiantes y la mejor selección de los pacientes ha permitido que la braquiterapia tenga un lugar importante en el tratamiento de la patología localizada. El objetivo de este trabajo es revisar nuestros resultados en el tratamiento de cáncer de próstata localizado con la utilización de braquiterapia con Iodo 125. Materiales y Métodos: En el Hospital Italiano de Buenos Aires entre diciembre de 1999 y julio de 2006 se ha realizado braquiterapia con Iodo 125 en 100 pacientes con cáncer de próstata, de los cuales uno recibió terapia combinada (braquiterapia + radioterapia externa), quedando excluido para la realización del presente trabajo. La edad promedio fue de 65,95 años (52-79). Los estadios tumorales fueron T1c en el 81% de los pacientes y T2a en el 19%. El PSA fue siempre menor a los 15 ng/ml, con un promedio de 8,92 ng/ml. Menor de 10 ng/ml en 72 pacientes y entre 10 y 15 ng/ml en 28. El volumen prostático promedio fue de 34,68 c.c., (18,70 c.c. - 58,00 c.c.) El score de Gleason combinado fue menor de 6 (excepto tres pacientes con Gleason 7 que presentaron PSA menor de 10, estadio T1c). La dosis utilizada fue de 16.000 cGy o 14.500 cGy a partir de las recomendaciones del TG43. La carga energética de cada semilla osciló entre 0,28 a 0,40 mci. A los 30 días se realizó tomografía axial computada de próstata cada 3 mm. con grilla milimetrada cada 5 mm. para control dosimétrico del implante. Resultados: La edad promedio fue de 65,95 años (52-79). La tomografía computada de control mostró una adecuada cobertura dosimétrica para todo el volumen prostático, con una dosis uretral máxima no superior a los 400 Gy y dosis rectal máxima por debajo de 100 Gy. Todos descendieron el PSA a valores normales a los 6 meses del tratamiento. El seguimiento promedio de los 71 pacientes evaluables desde el punto de vista oncológico fue de 38,15 meses con un mínimo de 18 y máximo de 72 meses. Actualmente siete pacientes de los evaluados (9,86%) presentan recaída bioquímica, de los cuales a uno se le realizó una prostatectomía radical de rescate y otro se encuentra con bloqueo androgénico completo. A los cinco pacientes restantes no se les ha realizado. tratamientos adicionales hasta la actualidad. No se requirió RTU de próstata en ningún paciente. La complicaciones fueron disuria 27%, trastornos rectales 27% y retención aguda de orina 5%, no presentaron complicaciones 58%. El 98% de los pacientes refieren tener una calidad de vida aceptable. Conclusión: En nuestra experiencia podemos decir que la braquiterapia prostática es efectiva en el cáncer de próstata localizado. La selección adecuada de los pacientes permite obtener buenos resultados oncológicos. Las complicaciones se presentaron en un bajo porcentaje no siendo nunca éstas de gravedad, la calidad de vida de los pacientes post-implante es excelente. P A L A B R A S C L A V E : Braquiterapia; Patología localizada. Hospital Italiano de Buenos Aires, Argentina. Servicio de Urología y Servicio de Terapia Radiante. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Introduction: The usage of ultrasound scan to perform prostate biopsy punctures, the new radiation therapies and the more accurate selection of patients has allowed brachytherapy to play an important 243 role in the treatment of the localized pathology. The objective of this paper is to review the results obtained when treating the localized prostate cancer by using brachytherapy with mud 125. Materials and methods: Between December, 1999 and July, 2006, 100 prostate cancer patients were treated in the Hospital Italiano de Buenos Aires using brachytherapy with mud 125. One of the patients was treated with a combined therapy (brachytherapy + external radiotherapy). For that reason, the patient was not taken into consideration for this paper. The average age was 65.95 (52-79). The tumoral stages were T1c in 81% of the patients and T2a in 19% of them. The PSA was always below 15 ng/ml, with an average of 8.92 ng/ml; inferior to 10 ng/ml in 72 patients and between 10 and 15 ng/ml in 28 of them. The average prostate volume was 34.68 c.c. (18.70 c.c. –58.00 c.c.). The combined Gleason score was below 6 (except for three patients with Gleason 7 who had a PSA below 10, stage T1c). The dose used was 16,000 cGy as recommended by the TG43. The energy charge of each seed was between 0.28 and 0.40 mci. Thirty days later, a prostate axial computer tomography was carried out every 3 mm. with a scanning set every 5 mm. to perform a dosimetric control of the implant. Results: The average age was 65.95 (52-79). The control computer tomography showed an adequate dosimetric coverage for the entire prostate volume, with a maximum urethral dose not above 400 Gy and a maximum rectal dose below 100 Gy. The PSA of all patients decreased to a normal level 6 months after the treatment started. The average follow-up of the 71 patients able to be tested from an oncological perspective lasted 31.15 months, with a minimum of 18 and a maximum of 72 months. Currently, seven patients of those tested (9.86%) manifest a biochemical relapse. One of them was submitted to a recovery radical prostatectomy and another one has a full androgenic block. The remaining five patients were not submitted to any further treatment to the date. No prostate RTU was required for any patient. Complications were disurya 27%, rectal disorder 27% and acute urine retention 5%. 58% of the patients did not manifest any complication. 98% of the patients claim to have an acceptable quality of life. Conclusion: According to our experience, we can assert that prostate brachytherapy is efficient for localized prostate cancer. The proper selection of patients allows the obtaining of good oncological results. Complications appeared in a low percentage and no case was serious. The quality of life of the patients after the implant is excellent. K E Y W O R D S : Brachytherapy; Localized pathology. INTRODUCCIÓN Aproximadamente 180.000 hombres son diagnosticados de cáncer de próstata anualmente1. Con la utilización del antígeno prostático específico más pacientes se diagnostican con cánceres de próstata localizados, lo que permite realizar tratamientos con intento curativo. La utilización de la ecografía para la realización de punciones biopsias prostáticas, las nuevas terapias radiantes y la mejor selección de los pacientes ha permitido que la braquiterapia tenga un lugar importante en el tratamiento de la patología localizada. En 1983 Holm y colaboradores describen en Dinamarca, el implante cerrado de semillas radioactivas por vía perineal guiado con ecografía transrectal2. Esto transforma a la braquiterapia en un tratamiento menos invasivo y más aceptado, ya que no requiere de la cirugía abierta para la colocación de las semillas radioactivas como se había realizado anteriormente. Esta 244 nueva técnica se fue perfeccionando con los adelantos tecnológicos hasta la que hoy en día se realiza. La braquiterapia consiste en implantar una forma de energía radiante directamente en la próstata y por ende en el tumor3. Los tejidos vecinos reciben mínima irradiación y la próstata una alta dosis radiante, ya que la radiación dada por esta fuente se circunscribe en un área de 5 a 10 mm. Luego de algún tiempo de prueba los datos clínicos sugieren que la braquiterapia es equivalente a la radioterapia externa y a la prostatectomía radical4,5, pero asociado con menor morbilidad6,7,8. Debido a la biología del adenocarcinoma prostático es difícil de establecer el éxito o fracaso de un tratamiento si no se lo analiza a largo plazo. El objetivo de este trabajo es revisar nuestros resultados en el tratamiento de cáncer de próstata localizado con la utilización de braquiterapia con Iodo 125. En el Hospital Italiano de Buenos Aires entre diciembre de 1999 y julio de 2006 se ha realizado braquiterapia con Iodo 125 en 100 pacientes con cáncer de próstata, de los cuales uno recibió terapia combinada (braquiterapia + radioterapia externa), quedando excluido para la realización del presente trabajo. Fueron incluidos pacientes con edades comprendidas entre 52 y 79 años, estadios tumorales hasta T2a, score de Gleason combinado menor de 6 (excepto tres pacientes con Gleason 7 que presentaron PSA menor de 10, estadio T1c), antígeno prostático específico (PSA) menor de 15 ng/ml, sin antecedentes de obstrucción infravesical ni cirugías prostáticas. El score de IPSS (International Prostate Score Symptom) debe ser menor de siete. El volumen prostático no superior a 50 c.c. A todos los pacientes se les realizó volumetría con ecografía transrectal, utilizando un transductor de 7 mHz y haciendo cortes cada 5 mm. Estos datos fueron guardados con las grillas de coordenadas, conociendo así el exacto volumen de la próstata y la forma de la misma. Con las imágenes obtenidas se efectuó el cálculo dosimétrico sobre la ubicación y número de semillas a colocar para alcanzar una dosis de 16.000 cGy o 14.500 cGy a partir de las recomendaciones del TG43. La carga energética de cada semilla osciló entre 0,28 a 0,40 mci. La noche previa al implante se le aplicó un enema evacuante a todos los pacientes. El procedimiento se realizó con anestesia general, y profilaxis antibiótica. Las semillas se colocaron en una aguja de 18 gauge con espaciadores de catgut de 5 mm. El implante se llevó a cabo utilizando el mismo ecógrafo transrectal, un arco en C y la grilla alfanumérica que nos permitió conocer las coordenadas donde colocar las semillas. Al paciente se le coloca una sonda vesical y se infla el balón con material de contraste. Se instila en la vejiga con 300 ml de solución fisiológica. Se tomó radiografía postimplante, y se realiza uretrocistofibroscopia para verificar la ausencia de semillas en el tracto urinario inferior. Se colocó sonda vesical que se retiró a las 4 horas de finalizado el procedimiento. Todos los pacientes fueron dados de alta el mismo día, con tratamiento alfabloqueante por un lapso mínimo de 3 meses. A los 30 días se realizó tomografía axial computada de próstata cada 3 mm con grilla milimetrada cada 5 mm para control dosimétrico del implante. Como seguimiento se solicitó PSA al mes, a los 3 meses, a los 6 meses, y luego semestralmente. Tacto rectal cada 6 meses y centellograma óseo anual. Como respuesta favorable se tomó un descenso del Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Distribución del Score de Gleason 70 61% 60 50 Pacientes M AT E R I A L Y M É T O D O 40 30 20 10 17% 11% 4% 2% 3% 2% 0 1 Gleason Ca. mínimo Gleason 2 Gleason 3 Gleason 5 Gleason 6 Gleason 7 Gleason 4 Gráfico 1. PSA a partir del tercer mes, y como curación serológica un PSA menor de 1 ng/ml. Se evaluó la ausencia de metástasis en centellogramas anuales y la ausencia de alteraciones del tacto rectal. Se evaluó la potencia sexual pre y post-tratamiento y el score de calidad de vida. Llamamos recaída bioquímica a: 1) elevación del PSA por arriba de 4 ng/ml, 2) elevación del PSA en más de 2 oportunidades una vez que llegó al nadir, y 3) PSA mayor que el diagnóstico9. Se incluyeron en la evaluación de los resultados oncológicos a los pacientes con un mínimo de 18 meses de seguimiento, siendo éstos un total de 71 pacientes. Se evaluaron las complicaciones y la calidad de vida. R E S U LTA D O S La edad promedio fue de 65,95 años (52-79). La distribución del score de Gleason de los 100 pacientes seleccionados se muestra en el Gráfico 1. Los estadios tumorales fueron T1c en el 81% de los pacientes y T2a en el 19%. El PSA fue siempre menor de los 15 ng/ml, con un promedio de 8,92 ng/ml. Menor de 10 ng/ml en 72 pacientes y entre 10 y 15 ng/ml en 28. El volumen prostático promedio fue de 34,68 c.c., con un mínimo de 18,70 c.c. y un máximo de 58,00 c.c. Cabe aclarar que en pacientes con un volumen prostático superior a 50 c.c. se les aplicó bloqueo androgénico para reducir el tamaño prostático. La cantidad de semillas con Iodo-125 implantadas 245 Complicaciones Trastornos rectales 27% Disuria 27% Raco 5% Asintomáticos 58% Gráfico 2. varió entre 41 y 115, con un promedio de 68,41 semillas. No tuvimos complicaciones en el implante de las mismas. Todos los pacientes fueron dados de alta el mismo día. El 98% de los pacientes retomaron su actividad cotidiana a los 4 días de implantados. Dos lo hicieron luego de una semana. La tomografía computada de control mostró una adecuada cobertura dosimétrica para todo el volumen prostático, con una dosis uretral máxima no superior a los 400 Gy y dosis rectal máxima por debajo de 100 Gy. Todos descendieron el PSA a valores normales a los 6 meses del tratamiento. El seguimiento promedio de los 71 pacientes evaluables desde el punto de vista oncológico fue de 38,15 meses con un mínimo de 18 y máximo de 72 meses. Actualmente siete pacientes de los evaluados (9,86%) presentan recaída bioquímica, de los cuales a uno se le realizó una prostatectomía radical de rescate y otro se encuentra con bloqueo androgénico completo. A los cinco pacientes restantes no se les ha realizado tratamientos adicionales hasta la actualidad. El centellograma y el tacto rectal fueron negativos para progresión de enfermedad en todos los pacientes. Las complicaciones se representan en el Gráfico 2 No se requirió RTU de próstata en ningún paciente. Cabe aclarar que de los pacientes con trastornos rectales, dos de ellos tuvieron una duración de 6 meses. El 98% de los pacientes refieren tener una calidad de vida aceptable. DISCUSIÓN La braquiterapia como monoterapia es una herramienta más con la que puede contar el urólogo a la hora de 246 tratar un cáncer localizado de próstata de bajo riesgo, ya que este tratamiento ofrece una alta dosis radiante que se concentra muy bien en la próstata, pero que irradia pobremente los tejidos periprostáticos por donde puede extenderse un tumor de alto riesgo. Es éste el motivo por cual decimos que el éxito del método está asociado con una adecuada selección de pacientes. Sin embargo, cada vez es más creciente el tratamiento de tumores de riesgo intermedio y alto con implante de semillas aplicándolas en el tejido periprostático y de esa forma lograr dosis uniformes (14.500 cGy) en la extensión extracapsular de la enfermedad. El implante de semillas debe ser muy meticuloso18. Los resultados obtenidos en este grupo de pacientes son prometedores con descenso del PSA a valores normales en todos los pacientes a los 6 meses. Es notable cómo el descenso se va marcando con el correr de los años. Altos porcentajes continúan con su curva descendente, lo que se encuentra dentro de lo esperable pudiendo demorar hasta 4 años en alcanzar su nadir5. Siete pacientes presentaron recaída bioquímica con paulatino ascenso de su PSA en 3 ocasiones luego de alcanzado el nadir. El centellograma óseo es negativo y el tacto rectal normal. Es importante remarcar que algunos pacientes en su curva descendente del PSA han presentado en uno o dos controles elevación del PSA con respecto a su valor previo y que luego continuaron su curva descendente. Estos eventos pueden ser atribuidos a episodios de prostatitis. Desde el trabajo de Holm publicado en 1983 en Dinamarca, la braquiterapia prostática ha continuado evolucionando y perfeccionándose gracias a los avances tecnológicos y los mejores métodos de diagnóstico temprano2. La evolución de esta técnica la ha llevado hasta lo que es hoy día uno de los tratamientos curativos del cáncer de próstata localizado en pacientes bien seleccionados. No son despreciables los criterios de selección relacionados con la obstrucción infravesical o la resección prostática previa con gran defecto, ya que éstos pueden atentar contra la normal micción post implante llevando al paciente a la retención urinaria o al incorrecto emplazamiento de las semillas. Con respecto a la retención, si ésta fuera refractaria al tratamiento médico, requerirá de una intervención activa como es una resección prostática dejando a la uretra remanente, con menor tejido, expuesta a mayor radiación, estableciéndose así los factores de riesgo para 2 complicaciones temidas como son la fístula y la incontinencia urinaria por lesión actínica del esfínter. Si hubiera una resección prostática previa con importante defecto la uretra tendría mayor radiación que soportar (por tener menor tejido) y nuevamente estamos ante factores de riesgo para complicaciones graves10,11. No hemos tenido en nuestra experiencia estas complicaciones. En el caso de tener que implantar a un paciente que fue sometido a una resección endoscópica es recomendable utilizar una distribución periférica e incluso pericapsular con el mayor riesgo que esto implica de migración de semillas12. El bajo índice de complicaciones es atribuible a la selección adecuada de pacientes para el método y la obstrucción al flujo de salida o disuria tiene una frecuencia similar a la descripta en la literatura11,13,14. El tenesmo y la frecuencia rectal responden a la irradiación por vecindad del recto y son más comunes en los primeros 6 meses donde la carga energética de las semillas es mayor14.Con respecto a la disfunción sexual todos los pacientes potentes previamente a la braquiterapia continúan con su vida sexual activa requiriendo algunos del uso de sildenafil en dosis variables. Los reportes internacionales que refieren potencia sexual entre el 96 y 79% no especifican a quien definen como impotente ni si están o no medicados con citrato de sildenafil15. Otro factor a tener en cuenta en nuestra población de pacientes es la edad promedio de éstos, el paso de los años desde que fueron tratados y los factores comórbidos que ellos tienen (tres pacientes requirieron cirugía vascular). Es importante destacar que todos los pacientes previamente potentes continuaron manteniendo (algunos con medicación) su vida sexual. La neoadyuvancia con hormonobloqueo la consideramos útil para reducir volumen prostático y hacer que ésta llegue al volumen necesario, sorteando así las limitaciones anatómicas para ser tratada. Se reporta una reducción promedio del 33% del tamaño16. Otros dos beneficios del bloqueo hormonal consisten en el alejamiento del recto de la próstata y en aumentar la radiosensibilidad tumoral. Todos los pacientes, excepto dos, se manifestaron muy conformes con el tratamiento recibido refiriendo una adecuada calidad de vida17. CONCLUSIÓN En nuestra experiencia podemos decir que la braquiterapia prostática es efectiva en el cáncer de próstata localizado. La selección adecuada de los pacientes permite obtener buenos resultados oncológicos. Las complicaciones se presentaron en un bajo porcentaje no siendo nunca éstas de gravedad, la calidad de vida de los pacientes post-implante es excelente. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. BIBLIOGRAFÍA 1. Greenlee, R.; Murray, T.; Bolden, S. y col.: Cancer Statistics 2000. CA Cancer J. Clin; 50:7, 2000. 2. Holm, H.; Juul, N.; Pedersen, J.; Hansen, H. Y Stoyer, I.: Transperineal iodine-125 seed implantation in prostatic Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 19. cancer guided by transrectal ultrasonography. J. Urol., 130: 283-286, 1983. Porter, A.; Blasko, J.; Grimm, P.; Reddy, S.; Radge, H.: Brachytherapy for prostate cancer. J. Clin., 45: 165-178, 1995. D’Amico, A.V.; Whittington, R.; Malkowicz, S. B. y col.: Biochemical outcome after radical prostatectomy, external beam radiation therapy for clinically localized prostate cancer. JAMA, 280: 969; 1998. Radge, H.; Blasko, J. C.; Grimm, P. 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Urol ,173: 803-807, 2005. 247 ARTÍCULO ORIGINAL ORIGINAL ARTICLE Pacientes con enfermedad renal terminal bajo hemodiálisis: libido y función eréctil Patients with terminal renal disease in hemodialysis: libido and erectile function Dres. Vélez Juan D. MD; Prieto Lina MD; Herrera Sandra MD; Cotes José Miguel Ph D; Herrera Ana M. MD, PhD; Julio Ferrer MD. Introducción: Los hombres en avanzado estado de Insuficiencia Renal Crónica (IRC) tratados con hemodiálisis presentan una alta prevalencia de Disfunción Eréctil (DE). Sin embargo, ha sido poco estudiado si estos pacientes preservan o no su deseo sexual a pesar de su estado de salud. Objetivo: Evaluar la integridad del deseo sexual y la prevalencia de DE en pacientes que padecen IRC y en terapia con hemodiálisis y la frecuencia de tratamiento en ellos. Métodos: Estudio multicéntrico de corte transversal llevado a cabo en 5 diferentes unidades renales en Medellín, Colombia. Ciento treinta y dos pacientes en tratamiento con hemodiálisis fueron evaluados para DE mediante el Índice Internacional de Función Eréctil (IIEF) usando dos de sus dominios: Libido y función eréctil. La asociación con otras patologías también fue investigada. Resultados: La edad media de los pacientes fue de 60 +-14,5 años. 61,4% y 81% de los pacientes tenían asociadas Diabetes mellitus e Hipertensión arterial respectivamente. La DE fue severa en el 70% de los pacientes, leve en el 19% y 11% no presentaron DE; 29% de los pacientes habían buscado tratamiento para la DE y de ellos 29% recibió tratamiento farmacológico. El deseo sexual fue calificado como de frecuencia moderada o alta en el 67,4% de los pacientes y la intensidad del deseo sexual moderada a muy alta en el 60,6% de los pacientes. Conclusiones: La libido fue altamente preservada en más del 60% de los pacientes, sin embargo la prevalencia de DE es muy alta (89%). A pesar de esto solamente el 11,3% de los pacientes recibieron tratamiento médico para mejorar su desempeño sexual. P A L A B R A S C L A V E : Insuficiencia renal; Disfunción sexual; Diálisis. Instituto de Ciencias de la Salud CES, Medellín, Colombia. 248 Introduction: Men with an advanced state of Chronic Renal Failure (CRF) treated with hemodialysis manifest a high Erectile Dysfunction (ED) prevalence. However, it has been scarcely studied whether these patients keep their sexual drive or not in spite of their disease. Objective: To test the integrity of the sexual drive and the ED prevalence in patients suffering from CRF and being treated with hemodialysis and their treatment frequency. Methods: Transversal cut multi-centric study carried out in 5 different renal units in Medellín, Colombia. One hundred and thirty two patients being treated with hemodialysis were tested for ED through the Erectile Function International Index (EFII) using two of its fields: libido and erectile function. Its association with other pathologies has also been studied. Results: The average age of patients was 60 +- 14.5 years. 61.4% and 81% of the patients suffered also from Diabetes mellitus and arterial hypertension respectively. The ED was severe in 70% of the patients, light in 19% and 11% did not suffer from ED. 29% of the patients had sought treatment for their ED and among them, 29% were treated pharmacologically. The sexual drive was considered of a moderate or high frequency in 67.4% of the patients and the sexual drive intensity was considered between moderate and very high in 60.6% of the patients. Conclusions: The libido was highly preserved in more than 60% of the patients. However, the prevalence of ED is very high (89%). In spite of this, only an 11.3% of the patients received medical treatment to improve their sexual performance. K E Y W O R D S : Renal failure; Sexual dysfunction; Dialysis. INTRODUCCIÓN La Disfunción Eréctil (DE) es una entidad común que afecta a un alto porcentaje de la población masculina mundial. En el norte de Sudamérica (Colombia, Venezuela y Ecuador), la prevalencia de DE en la población general es de 53,3%1. Esta condición ha sido asociada con muchos factores de riesgo tales como la edad, tabaquismo, y con múltiples patologías como Diabetes mellitus, Hipertensión arterial y Falla renal crónica1,18. En pacientes en estado avanzado de Insuficiencia Renal Crónica (IRC), se ha encontrado que la prevalencia de DE llega hasta el 86,4% y el 90% en aquellos mayores de 50 años2,5. Se cree que la DE en la IRC bajo tratamiento con hemodiálisis es causada por alteraciones en el Sistema Nervioso Autónomo, alteraciones en la función del músculo liso peneano y en la homeostasis hormonal6,9. Algunas alteraciones hormonales pudieran tener influencia en la libido de estos pacientes7. Muchos estudios a nivel mundial han determinado la correlación entre IRC y DE2,5, pero pocos estudios han evaluado el estado del deseo sexual y la frecuencia de búsqueda y ofrecimiento de atención médica para la DE en ellos7. Estudios previos han mostrado que este grupo de pacientes no recibe frecuentemente atención médica para la DE5, y no está claro en la literatura médica si mantienen o no el deseo sexual. Dadas las serias condiciones médicas y tratamientos que esta población usualmente experimenta, sería posible hipotéticamente que ellos perdieran su deseo sexual. En tal caso, la relativa falta de tratamiento de la DE pudiera ser entendida. Por lo tanto, si los pacientes bajo hemodiálisis mantienen o no su deseo sexual a pesar de su deteriorada salud es materia de nuestra investigación. MÉTOD OS Este es un estudio de corte transversal en 5 Centros de diálisis diferentes en la ciudad de Medellín, Colombia entre los años 2004 a 2005. Los datos se basan en una encuesta aplicada a pacientes con diagnóstico de IRC y tratados con hemodiálisis. El tamaño muestral (n=132), fue calculado (Epiinfo 6) y seleccionado Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 sobre la base del número de pacientes con IRC tratados con hemodiálisis en nuestra ciudad al tiempo del estudio. Los pacientes fueron entrevistados aleatoriamente por un encuestador que explicó las preguntas a los participantes en el estudio, quienes firmaron un consentimiento informado, respondieron las preguntas privadamente y retornaron las encuestas en sobre cerrado. El cuestionario fue creado de acuerdo con el Indice Internacional de Función Eréctil (IIEF)8, usando dos de sus dominios: Función eréctil y deseo sexual o libido. Las preguntas buscaban encontrar la presencia y la severidad de la disfunción eréctil y evaluar el deseo sexual en términos de la frecuencia y la intensidad del mismo. La asociación de DE en estos pacientes con la edad y otras patologías como la diabetes y la hipertensión también fueron evaluadas. Los datos recolectados fueron procesados usando Epi Info 6 y Excel. Los valores de frecuencia se expresaron como porcentajes con sus respectivos intervalos de confianza (95% CI). Se usaron tablas de 2 x 2 para encontrar las relaciones de riesgo y las razones de disparidad (Odds Ratio) de variables dicótomas. Un valor de P menor de 0,05 fue utilizado como el criterio de significancia estadística. R E S U LTA D O S Un total de 117 pacientes (89%), presentaron algún grado de DE, 25 (19%) se clasificaron con DE leve, 92 (70%) fueron moderados a severos y 15 (11%) no sufrían DE. La edad promedio de los pacientes (n=132) fue de 60 ±14,5 años (1 SD), con un rango entre 18 y 87 años. La edad aumentó el riesgo de sufrir ED severa (IIEF menor de 18) en un 7% por año (OR 1.067), (IC 95%1,02-1,10) (p=0,0001). La Diabetes mellitus asociada fue encontrada en 61,4 % de los pacientes y la hipertensión arterial en el 81% de ellos. El riesgo de sufrir DE en pacientes con IRC tratados con hemodiálisis es 4,49 (95% IC 4,51-13,39) y 4,00 (95% IC 1,30-12,29) veces más alto en los que tienen asociación de Diabetes e Hipertensión (p=0,0069 y p=0,0155) 249 Figura 1. Frecuencia del deseo sexual. La figura muestra que más de la mitad de la muestra (N=89) tenía preservación del deseo sexual en un nivel moderado o alto (67,4%). Los valores son expresados en porcentajes con los respectivos IC 95%. comparados con aquellos sin ninguna de estas condiciones asociadas. La frecuencia de la libido fue calificada de acuerdo con el IIEF como baja (nada, casi nunca y pocas veces) en 32,6% de los pacientes (IC 95% 0,25-9,41), y fue moderada a alta (algunas veces, la mayoría de las veces y casi siempre en 67,4% de los pacientes (95% IC 0,59-0,75). Figura 1. La intensidad del deseo sexual fue calificada como baja (muy baja o baja) en 39,4% (IC 95% 0,31-0,49) y moderada a alta (moderado, alto y muy alto) en el 60,6% (IC 95% 0,51-0,69). Figura 2. Cuando los pacientes fueron interrogados acerca de la capacidad de alcanzar buenas erecciones, ellos reportaron como ninguna o no intentaron en el 38,6%, casi nunca 7,6%, pocas veces 9,8%, algunas veces 16,7% y casi siempre en el 10,6% de los casos. En términos de la capacidad para mantener una buena erección, ésta fue nula o no intentado en 41,7%, casi nunca 9,1%, pocas veces 9,1, algunas veces 12,1, la mayoría de las veces 15,1% y casi siempre 12,9%. De todos los pacientes que participaron en el estudio, 38 (29%) consultaron por DE y sólo 29% (11 de ellos) recibieron tratamiento farmacológico. Sin embargo, 11%15 del total de la muestra habían recibido en algún momento tratamiento farmacológico para su DE indicando que 4 pacientes utilizaban medicación para DE sin prescripción médica. DISCUSIÓN En nuestro estudio se registró que el 89% (n=117) de los pacientes evaluados exhibieron algún grado de disfunción eréctil. Este es un porcentaje muy similar 250 Figura 2. Intensidad del deseo sexual. Las barras indican que más de la mitad de la muestra (N=80) tenía una intensidad de deseo sexual en un nivel moderado a alto (60%) a pesar de sus condiciones de salud. Los valores son expresados en porcentajes con los respectivos IC 95%. al encontrado hace 30 años por Abrams y col. quienes reportaron que el 80% de los pacientes con IRC en hemodiálisis tenían disminuida la potencia sexual10. Un estudio más reciente en Londrina, Brasil4 reportó algún grado de DE en 86,4% de una muestra de 118 pacientes con enfermedad renal terminal bajo hemodiálisis. Otra cohorte similar en Philadelphia informó 82% de prevalencia de DE2. La edad ha sido considerada como un factor de riesgo independiente para la presentación de DE en pacientes de población general y también en los que tienen IRC y están en hemodiálisis2. En nuestro estudio se encontró que esta variable podría aumentar el riesgo de sufrir DE severa (IIFE menor de 18) en 7% por año (p=0,0001). La alta prevalencia de DE entre pacientes con IRC en hemodiálisis es importante, pero también lo es su severidad. Un estudio previo2 reportó que 45% de sus pacientes tenían DE severa. En nuestra serie el 70% fueron moderados a severos y el 19% fueron considerados con DE leve de acuerdo con los puntajes del IIFE. Todos estos hallazgos sugieren que la DE debe ser considerada un factor importante afectando la calidad de vida de estos pacientes. Algunos estudios han evaluado este aspecto particular. Rosas y col. examinaron 302 pacientes con IRC en hemodiálisis y concluyeron que la disfunción eréctil estaba asociada con una pobre calidad de vida, en particular en la interacción social y disminución de la sensación de bienestar11. Turk y col. también evaluaron la calidad de vida entre 148 pacientes en hemodiálisis en Turquía y encontraron que los que sufrían DE tenían puntajes más pobres en casi todos los componentes mentales del SF-36 (Medical Outcome Score), una herramienta de medición de calidad de vida. En concordancia con la alta prevalencia de DE y del impacto descripto en la calidad de vida, parecería obvio esperar una alta tasa de tratamiento de la DE en estos pacientes. Sin embargo, éste no parece ser el caso. Un hallazgo llamativo en el estudio de Londrina4 fue el hecho de que aunque dos tercios de los pacientes reportaron que se sentirían cómodos discutiendo acerca de su disfunción eréctil con un médico u otro trabajador de la salud, 90,4% de los pacientes que tenían DE moderada o completa, nunca recibieron tratamiento. Sin embargo, no hay muchos datos acerca del tratamiento de la DE en este grupo de pacientes en estudios hechos en otras partes del mundo. En nuestra serie sólo 38 pacientes (29%) consultó por DE y solamente 11 (29% de ellos) recibieron tratamiento farmacológico para esta condición. Por otra parte, 15 pacientes (11% del total de la muestra) recibieron tratamiento, lo que sugiere una automedicación en 4 de ellos. ¿Cuáles podrían ser las razones para tan pequeño número de pacientes tratados? Una de las posibles explicaciones es la idea preconcebida de que estos pacientes tengan una libido baja. Algunos informes previos con pequeños números de pacientes apoyan esta idea. Rodríguez y col.13 reportaron que solamente 35% de los pacientes en hemodiálisis mantenían su libido comparados con 70% de los receptores de transplantes renales, y que los pacientes hemodializados presentaban altos niveles de estradiol y prolactina, los cuales al menos en parte pudieran explicar esta baja libido. En nuestro estudio nosotros utilizamos el dominio de la libido basados en el IIFE porque es un cuestionario utilizado ampliamente a nivel mundial y que ha sido validado en español8. En nuestra serie, 40,9% de los pacientes reportaron tener deseo sexual “casi siempre”, pero si incluimos aquellos que reportaron “algunas veces” este porcentaje se eleva al 67,4%. La intensidad del deseo sexual fue considerada como “moderada”, “alta” o “muy alta” en 60,6% de ellos, lo que indica que más de la mitad de la muestra tenía deseo sexual frecuente y de buena intensidad. Estos hallazgos sugieren que aunque hay una alta tasa de DE entre estos pacientes, la frecuencia y la intensidad del deseo sexual está frecuentemente preservada. Es posible que el porcentaje de pacientes que recibió atención médica para la DE sea tan bajo a pesar de su libido preservada debido al hecho de que los pacientes con IRC bajo hemodiálisis tienen tantas complicaciones y quejas de salud general que la atención usualmente se dirige hacia otros problemas por parte de los médicos tratantes. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Finalmente, es importante notar que el tratamiento de la disfunción eréctil en este grupo de pacientes con medicaciones orales tales como los inhibidores de fosfodiesterasa 5 (sildenafil, vardenafil, tadalafil) es seguro y simple y la eficacia ha sido reportada hasta en el 85%14,15,16,17. Considerando que la DE entre estos pacientes es muy frecuente y se asocia con frecuencia a la preservación de la frecuencia y la intensidad del deseo sexual, se aconseja diagnosticar activamente y tratar esta condición. Los profesionales de la salud que tienen que ver con estos pacientes deben ser motivados para ofrecerles tratamiento médico. CONCLUSIÓN Nosotros evaluamos la prevalencia de Disfunción Eréctil en pacientes IRC que reciben tratamiento con hemodiálisis en una ciudad colombiana y obtuvimos una prevalencia similarmente alta a la encontrada en algunos estudios de diferentes países. Adicionalmente reportamos una alta preservación del deseo sexual en frecuencia e intensidad en esta población. Sin embargo, la DE no es rutinariamente evaluada en estos pacientes y los médicos raramente ofrecen cualquier tipo de tratamiento. Este hecho es aún más interesante cuando tenemos en cuenta que los pacientes con IRC en hemodiálisis frecuentemente mantienen el deseo sexual a pesar de su condición patológica y tratamiento, sin importar la severidad de la disfunción eréctil. Por lo tanto, esta población es un objetivo importante de tratamiento de la disfunción eréctil. A N E XO Cuestionarios aplicados en la encuesta. Preguntas relacionadas con la función eréctil. 1. Durante las últimas 4 semanas, ¿qué tan frecuente tuvo usted la capacidad de lograr una erección durante la actividad sexual? Puntos 0 Ninguna actividad sexual 1 Casi nunca o nunca 2 Pocas veces (mucho menos de la mitad de las veces) 3 Algunas veces (aproximadamente la mitad de las veces) 4 La mayoría de las veces (mucho más de la mitad de las veces) 5 Casi siempre o siempre 251 2. Durante las últimas 4 semanas, cuándo tuvo erecciones con la estimulación sexual, ¿qué tan frecuente fueron lo suficientemente firmes para la penetración? Puntos 15. Durante las últimas 4 semanas, ¿cómo calificaría la confianza de que podría lograr y mantener una erección? Puntos 1 Muy baja 0 Ninguna actividad sexual 2 Baja 1 Casi nunca o nunca 3 Moderado 4 Alta 5 Muy alta 2 Pocas veces (mucho menos de la mitad de las veces) 3 Algunas veces (aproximadamente la mitad de las veces) 4 La mayoría de las veces (mucho más de la mitad) 5 Casi siempre o siempre 3. Durante las últimas 4 semanas, cuando intentó tener relación sexual, ¿qué tan frecuente tuvo usted la capacidad de penetrar (entrar) a su pareja? Puntos Preguntas relacionadas con la libido. 11. Durante las últimas 4 semanas, ¿qué tan frecuente ha tenido deseo sexual? Puntos 1 Casi nunca o nunca 2 Pocas veces 0 No intenté relación sexual 3 Algunas veces 1 Casi nunca o nunca 4 La mayoría de las veces 2 Pocas veces (mucho menos de la mitad de las veces) 5 Casi siempre o siempre 3 Algunas veces (aproximadamente la mitad de las veces) 4 La mayoría de las veces (mucho más de la mitad) 5 Casi siempre o siempre 4. Durante las últimas 4 semanas, durante la relación sexual, ¿qué tan frecuente tuvo usted la capacidad de mantener la erección después de la penetración? Puntos 0 No intenté relación sexual 1 Casi nunca o nunca 2 Pocas veces (mucho menos de la mitad de las veces) 3 Algunas veces (aproximadamente la mitad de las veces) 4 La mayoría de las veces (mucho más de la mitad) 5 Casi siempre o siempre 5. Durante las últimas 4 semanas, durante la relación sexual, ¿qué tan difícil fue mantener la erección para terminarla? Puntos 0 No intenté relación sexual 1 Supremamente difícil 2 Muy difícil 3 Difícil 4 Ligeramente difícil 5 Sin dificultad 252 12. Durante las últimas 4 semanas, ¿cómo calificaría su nivel de deseo sexual? Puntos 1 Muy bajo o nada en absoluto 2 Bajo 3 Moderado 4 Alto 5 Muy alto BIBLIOGRAFÍA 1. Morillo L, Díaz J, Estévez E, Costa A, Méndez H, Dávila H y col.: Prevalence of erectile dysfunction in Colombia, Ecuador and Venezuela: a population-based study (DENSA). IJIR 2002; 14 (Suppl 2): S10-S18. 2. Rosas SE, Joffe M, Franklin E, Strom Brian L, Kotzker W, Brensinger C, y col.: Prevalence and determinants of erectile dysfunction in hemodialysis patients. Kidney International 2001, 59: 2259-2266. 3. Naya Y, Soh J, Ochiai A, Mizutani Y, Ushijima S, Kamoi K y col.: Significant decrease of the International Index of Erectile Function in male renal failure patients treated with hemodialysis. IJIR 2002, 14:172-177. 4. Neto AF, Rodríguez F, Fittipaldi S, Moreira ED Jr.: The epidemiology of erectile dysfunction and its correlates in men with chronic renal failure on hemodialysis in Londrina, southern Brazil. IJIR 2002 14 (Suppl. 2): S19-S26. 5. Cerqueira J, Moraes M , Glina S.: Erectile dysfunction: prevalence and associated variables in patients with chronic renal failure. IJIR 2002, 14: 65-71. 6. Kaufman JM, Hatzichristou DG, Goldstein I, Mulhall JP, Fitch WP.: Impotence and chronic renal failure: a study of the hemodynamic patophysiology. J Urol 1994,151: 612-618. 7. Toorians A, Janssen E, Lann E, Gooren LT, Giltoy EJ, Oe PL, y col.: Chronic renal failure and sexual functioning: clinic status versus objectively assessed sexual response. Rev Nefr 1997, 12:2654-2663. 8. Rosen RC, Riley A, Wagner G, y col.: The International Index of erectile function (IIEF): a multidimensional scale for assessment of erectile dysfunction. Urology 1997, 49(6):822-830. 9. Mendoza C, Carreras A, Ruiz E, Ortega E, Hervas J, Osorio C. Hypothalamo-hypophyseo-gonadal axis in individuals with chronic renal insufficiency subjected to hemodialysis. Rev Esp Fisiol. 1985, 41(4):443-446. 10. 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J Urol. 1994;151(1):54-61. 253 COMUNICACION DE CASOS CASE REPORTS Linfoma testicular primario bilateral de células B, como primera manifestación de un linfoma no-Hodgkin. Diagnóstico y tratamiento de este infrecuente tumor Bilateral primary testicular lymphoma of B-cell, as first manifestation of a no-Hodgkin lymphoma. Diagnostic and treatment of this infrequent tumor Dres. Verger-Kuhnke A.B1; INTRODUCCIÓN Beccaria M.L.1; En casi todos los tejidos del cuerpo, es posible que se desarrolle un cáncer. El cuerpo humano posee aproximadamente 30 billones de células (3 x10 elevado 13), en el transcurso de una vida se producen (1 x 10 elevado 16 divisiones celulares) sin tener en cuenta la influencia de carcinógenos externos. Se ocasionan casi 1.000.000 de mutaciones espontáneas por gen, debido a errores naturales en la replicación del ADN celular. Así se encuentran teóricamente en una vida (10 x 10 elevado 10) mutaciones genéticas en el organismo humano. Si observamos estos números es para sorprenderse que los procesos neoplásicos en general no se desarrollen más tempranamente en la vida7. Como con otros órganos que en principio no pertenecen al sistema linfático, se presentan también en los testículos linfomas primarios. Se observan sobre todo entre la 5° y 8° década de la vida, en general como masas tumorales indoloras unilaterales, también de forma bilateral y a veces sincrónicos que pueden adquirir un gran tamaño. El linfoma no-Hodgkin (LNH) es una neoplasia maligna del sistema linfático y derivan tanto de linfocitos B como T, el 70 % aproximadamente son de bajo grado de malignidad y el 30 % restante son de un alto grado de malignidad. Las 2/3 partes de todos los LNH tienen su origen en los nódulos linfáticos, y solamente 1/3 se originan en hueso, sistema nervioso, testículos, piel, tracto gastrointestinal, etc.1,2,4,5,6,8. Linfomas malignos del testículo suelen combinarse con procesos similares en la piel, SNC, o en el anillo faríngeo de Waldeyer. Macroscópicamente es de color blanco-grisáceo y su aspecto recuerda al del seminoma. En contraste con el seminoma, donde se produce una destrucción masiva de los conductos seminíferos, en el linfoma son respetados, ya que el proceso tumoral tiene lugar en el espacio peri-canalicular, pero de todas formas la espermatogénesis está perturbada8,9,10,11. Ante la presencia de un linfoma testicular se debe pensar siempre en una enfermedad extratesticular primaria con afectación testicular. Según la literatura actual se debe considerar estrictamente como linfoma testicular primario, aquel tumor que no presenta masas tumorales en el resto del organismo o que presentándolas, su volumen no supera la masa del tumor testicular10. Seyrich T.1; Reuter M.A.1; Outrata J.2. Reuter Klink, Servicio de Urología hospital Karl-Olga Krankenhaus, Hospital escuela de la Universidad de Ulm. 2 Servicio de Anatomia patológica Hospital Karl-Olga Krankenhaus, Hospital escuela de la Universidad de Ulm. Hack Str. 61 C.P. 70190. Stuttgart, Estado Federal de Baden-Württemberg, Germany. 1 254 Clasificación de Ann Arbor (1971) Estadio I Afectación de una sola región ganglionar (I), de un solo órgano o de un único lugar extralinfático (IE) Estadio II Afectación de dos o más regiones ganglionares del mismo lado del diafragma (II), o afectación localizada de un órgano o lugar extralinfático y de una o más regiones ganglionares del mismo lado del diafragma (IIE). Puede incluirse el bazo (IIS o IIES) Estadio III Afectación de regiones ganglionares situadas a ambos lados del diafragma (III). Puede incluir afectación de un lugar extralinfático (IIIE), del bazo (IIIS) o de ambos (IIIES) Estadio IV Afectación diseminada o difusa de uno o más órganos extraganglionares, con o sin afectación ganglionar asociada (IV) IV a: pacientes sin síntomas de afección generalizada IV b: pacientes con síntomas de afección sistémica como fiebre, pérdida de peso y sudor nocturno. postmiccional. Próstata de 5,5 cm de ancho por medición suprapúbica. La sonografía escrotal demuestra la presencia de un testículo izquierdo de ecoestructura heterogénea e inhomogénea con áreas hipoecogénicas e hiperecogénicas alternadas, el tamaño aproximado es de 7 cm x 6,5 cm, el epidídimo no se puede individualizar de la masa tumoral testicular. El testículo derecho es de características similares y debido a ello, también sospechoso de patología tumoral, pero de menor volumen, el tamaño aproximado es de 4 cm x 3,2 cm. Marcadores tumorales : Los marcadores tumorales AFP, fracción BetaGCH y LDH dentro de límites normales. T R ATA M I E N T O Q U I R Ú R G I C O La orquifuniculectomía bilateral Debido a la fuerte sospecha de tumores testiculares bilaterales se decide efectuar una exposición de ambos testículos a través de un abordaje inguinal alto. Se comienza por el testículo izquierdo, el aspecto CASO CLÍNICO Anamnesis: Paciente de 75 años se presenta por una masa indolora en el testículo izquierdo de 4 semanas de evolución. El paciente carece de antecedentes nosológicos, no padece pérdida de peso, tendencia a infecciones, alergias u otros síntomas de enfermedad en las últimas semanas. Examen físico al momento de la consulta: Paciente de hábito masculino, en buen estado general y nutrición. Examen cardiovascular sin particularidades, abdomen blando, sin resistencias, hígado y bazo no palpables, puño percusión renal y trayectos ureterales indoloros. Figura 1. Sonografía testículo izquierdo Genitales externos: Pene y piel escrotal normales, ambos testículos aumentados de tamaño e indurados, el izquierdo de aproximadamente 10 cm de diámetro. Ausencia de hernias y linfadenopatías inguinales. El tacto rectal demuestra una próstata de consistencia adenomatosa ligeramente aumentada de tamaño. Sonografía: Sonográficamente ambos riñones de tamaño, localizacion y forma normal, vejiga normal y sin residuo Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Figura 2. Sonografía testículo derecho 255 macroscópico es sin duda alguna de un proceso tumoral, el corte por congelación intra-operatorio indica la presencia de un linfoma maligno, el posible diagnóstico diferencial sería el seminoma anaplásico. Debido al diagnóstico intraoperatorio se resuelve efectuar una orquifuniculectomía (el conduco espermático es extirpado hasta el anillo inguinal interno). Se prosigue con la exposicion del testículo derecho, el diagnóstico es el mismo que el izquierdo, por lo que se efectúa la ablación. El preparado quirúrgico izquierdo tiene un diámetro de 9 cm, el parénquima testicular es totalmente reemplazado por una masa tumoral blanco-grisácea. El epidídimo es dificil de diferenciar del tumor. El testículo derecho tiene un diámetro de 6 cm y permite diferenciar en su interior un tumor de aproximadamente 4 cm x 1 cm x 0,8 cm demarcado del tejido sano. El conducto espermático tiene una longitud de 6 cm. Figura 3. Piezas de orquifuniculectomía. Pieza izquierda con testículo de 9 cm de diámetro totalmente infiltrado por el LNH; pieza derecha con tumor de menor tamaño. Histopatología del LNH testicular Figura 4. Túnica albugínea y túbulos seminíferos. Figura 6. Células linfoideas polimorfas Linfoma testicular Figura 5. Atrofia tubular y LNH 256 Figura 7. Coloración PAS neg. del LNH.(9) Diagnóstico microscópico del testículo izquierdo: Se observa una completa destrucción parenquimatosa testicular por una infiltración difusa de células linfoideas con núcleos poligonales. De forma aislada se observan algunos túbulos seminíferos. El tumor infiltra el epidídimo y el conducto espermático hasta el extremo de ablación del mismo. El conducto deferente está libre de tumor. Diagnóstico: linfoma maligno no-Hodgkin con infiltración masiva del epidídimo y cordón espermático. El borde de ablación es infiltrado por la neoplasia. Diagnóstico microscópico del testículo derecho: Parénquima testicular con acentuada atrofia de los conductos seminíferos, además áreas con infiltración tumoral similar a la descripta en el testículo izquierdo. El tumor infiltra también en un punto la túnica albugínea. No se observa infiltración del epidídimo o del cordón espermático. Diagnóstico: linfoma maligno no-Hodgkin sin infiltración del epidídimo y cordón espermático. Control histopatológico adicional: En el estudio por inmunohistoquímica se demuestra una fuerte positividad para células B con marcadores CD 20.También una fuerte expresión del marcador bc 12. Las células son negativas para CD 10 y CD 5. La proliferación tumoral es muy acentuada y estimada en 90 %. Se trata, por lo tanto, de un tumor maligno noHodgkin (LNH) del testículo de un alto grado de malignidad, especialmente un infiltrado difuso por células B grandes, de tipo monomorfo-centroblástico. La evolución post-operatoria fue sin complicaciones, el paciente fue derivado a un Servicio de oncología para su estadificación tumoral completa y tratamiento quimioterápico. Estudios complementarios efectuados luego de la orquifuniculectomía bilateral: Inmunoelectroforesis: gamapatía monoclonal Ig M, tipo Kappa. IgG 10,7g/l, IgA 1,5g/l, IgM 3,3 g/l RMN de cráneo: sin patología. Contol otorrinolaringológico: sin particularidades. ECG: ritmo sinusal , frecuencia 100/m. Extrasístoles ventriculares aisladas. RX de tórax: sin evidencia de patología tumoral TAC de cuello: sin evidencia de nódulos ganglionares o osteólisis. TAC tórax: sin evidencia de metástasis mediastinales o intrapulmonares. TAC abdomen y pelvis: masas ganglionares paraaorRev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 tales, iliacales y retroperitoneales de hasta 3 x 3 cm. Colon ascendente con estenosis del lumen (sospecha de infiltración tumoral por el linfoma). Sospecha de trombosis de la vena femoral derecha. Diverticulitis del sigma. Biopsia de médula ósea: infiltración por el LNH. Histopatología del colon: biopsia endoscópica del colon ascendente a 70 cm del conducto anal, demuestra una infiltración de la submucosa, por un linfoma maligno no-Hodgkin. Plan terapéutico luego de la orquifuniculectomía bilateral: 1. Quimioterapia con el esquema CHOP: ciclofosfamida (750 mg/m²), adriamicina (50 mg/m²), vincristina (1,4 mg/m²) y prednisona (100 mg/m²) de 4 a 8 ciclos. 2. Anticuerpos monoclonales CD-20: Rituximab (375 mg/m²). 3. Radioterapia: de 45 Gy en los focos con LNH residuales luego de la quimioterápia. Diagnósticos hemato-oncológicos del paciente: 1. Linfoma testicular primario bilateral, en estadío IV a según ANN ARBOR (enfermedad diseminada con afección de órganos extra-linfáticos sin síntomas sistémicos) e infiltración de médula ósea, testículos y colon por el LNH. 2. Anemia macrocítica hipercrómica 3. Gamapatía monoclonal de tipo IgM, clase kappa, en el marco de un síndrome paraneoplásico. Evolución del Paciente: El estado general del paciente desmejoró en las semanas siguientes a la operación de forma rápida y acentuada, aunque las heridas quirúrgicas curaron por primera. Se efectuó su traslado a un Servicio de oncología, donde se continuó con las medidas terapéuticas previstas, que no pudieron modificar la evolución desfavorable del LNH, falleciendo el paciente a consecuencia de la progresión fulminante del proceso neoplásico, poco tiempo después. DISCUSIÓN Linfomas no-Hodgkin primarios del testículo son una entidad infrecuente. A partir de los 50 años son los linfomas primarios del testículo la segunda enfermedad tumoral maligna luego de los seminomas17. Representan entre el 2 y 4 % de todos las neoplasias testiculares. La mayor cantidad de tumores se presentan entre la 5° y 8° década de la vida. A menudo se afectan ambos testículos en forma sincrónica o asincrónica21. 257 La etiología de los LNH es aún en gran parte desconocida, sin embargo ciertos estados de inmunodeficiencia adquiridos o congénitos, agentes infecciosos, agentes químicos y físicos se han asociado con una mayor incidencia de estos tumores. En estados de inmunodeficiencia y la permanente desregulación inmune, asociado con la exposición crónica de antígenos, aumenta el riesgo de desarrollar LNH secundario. Enfermedades congénitas como los síndromes de Ataxia-Telangectásica, Wiscott-Aldridge, linfoproliferativo asociado con cromosoma X, tienen una alta incidencia de LNH B de alto grado. De la misma forma inmunodeficiencia asociada con drogas o infecciones también presentan mayor incidencia. Por ejemplo en pacientes post-transplante presentan un riesgo de entre 25-50% mayor de desarrollar LNH en comparación a la población general. Caso similar se observa en pacientes VIH cuyo riesgo aumenta en casi 90-100 veces en comparación con la población general. Enfermedades tales como el síndrome de Sjogren, tiroiditis de Hashimoto, Enfermedad celíaca, promueven el desarrollo de tejido linfoide asociado con mucosas (MALT) y aumentan el riesgo de LNH tipo B. No ha sido posible demostrar riesgo similar en pacientes con AR o LES. Helicobacter pylori, la infección por este gérmen a nivel del estomago promueve el desarrollo de gastritis crónica y MALT con alta asociación a linfoma gástrico. El virus Epstein-Barr infecta e inmortaliza a los linfocitos B, su infección tiene alta asociación con el linfoma de Burkitt y tumores de células B en pacientes inmunocomprometidos. HTLV Retrovirus tipo C originalmente aislado en pacientes con linfoma de células T de adulto en USA y Japón. La infección por este virus endémico en ciertas regiones del Caribe y Japón, pueden ir de síntomas gripales hasta el desarrollo de linfomas y leucemias en adultos. Alta incidencia de linfomas se ha observado en pacientes con exposición a radiaciones intensas (bomba atómica o explosión de reactores), así mismo en pacientes sometidos a quimioterapia, especialmente con agentes alquilantes, el desarrollo de estos tumores es más frecuente. El diagnóstico diferencial más frecuente es el seminoma, la inmunohistoquímica, asi como la clasificación de los antígenos de superficie de los linfomas, sirven hoy en día para un diagnóstico de certeza, también el marcador PLAP para los seminomas12,13,14,15. A diferencia de los linfomas, en los seminomas no se observa una infiltración difusa del epidídimo o conducto espermático. En el linfoma los conductos seminíferos 258 son desplazados y comprimidos por el proceso tumoral y no son destruidos como en el seminoma debido a que el proceso tumoral se desarrolla “entre” éstos18,19,20. La terapia estándar de los LNH es la quimioterapia con el esquema CHOP-(ciclofosfamida, adriamicina, vincristina y prednisona), el agregado de etopósido o la combinación con rituximab mejoran marcadamente la respuesta antitumoral y por lo tanto el pronóstico. Rituximab es un anticuerpo monoclonal dirigido hacia los antígenos de superficie CD-20, que se presentan en casi todos los linfomas de células B3,16. Según la literatura actual se debe considerar estrictamente como linfoma testicular primario, aquel tumor que no presenta masas tumorales en el resto del organismo o que presentándolas, su volumen no supere la masa de tumor testicular21. La sistematización de Ann Arbor, diseñada para la enfermedad de Hodgkin, es imperfecta para ser usada en los linfomas no Hodgkin, pero nos proporciona una clasificación por estadios de gran valor pronóstico, como han validado la mayoría de los trabajos. BIBLIOGRAFÍA 1. Darby S; Hancock BW Oncology Centre, Academic Unit of Clinical Oncology, Weston Park Hospital, Whitham Road, Sheffield S10 2SJ, UK. Localized non-Hodgkin lymphoma of the testis: the Sheffield Lymphoma Group experience. Int J Oncol 2005 Apr;26(4):1093-9 2. Duncan y col. (1980): Extranodal non-Hodgkin lymphoma presenting in the testicle. A clinical and pathological study of 24 cases. Cancer 45: 1578-1584. 3. Fischer RI., Gaynor ER., Dahlberg S.: Comparison of a standard regimen (CHOP) with three intensive chemotherapy regimens for advanced Non-Hodgkin`s lymphoma. Engl J Med 1993,328: 1002-1006. 4. Galati G; Sammartino F; Tiziano G; Fiori E; Bononi M; Caputo M; Gazzanelli S: Non-Hodgkin’s lymphoma of the testis. Report of a clinical case and review of the literature]. Dipartimento di Chirurgia Pietro Valdoni, Universita degli Studi La Sapienza Roma. G Chir 2002 Jun-Jul;23(6-7):257-259. 5. Gowing NFC (1976): Malignant Lymphoma of the testis. Pathology of the testis. Blackwell Scientific, Oxford, London, Edinburgh, melburne, pp 334-355. 6. Hasselblom S. Ridell B. Wedel H.et al.(2004). Testicular lymphoma-a retrospective, population-based, clinical and immunohistochemical study. Actab Oncol 43:758-765. 7. Kassen A., Hofmockel G. Molekulargenetische und zellbiologische Grundlagen der Entstehung von malignen Tumoren. Urologische Universitätsklinik der Ruhr-Universität Bochum, Germany. Der Urologe A.(2000) 39:214-221. 8. Levin und Mostofi (1970). Symptomatic plasmacytoma of the testis. Cancer 25: 1193-1203. 9. Liggins AP; Brown PJ; Asker K; Pulford K; Banham AH Nuffield Department of Clinical Laboratory Scien- 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. ces, University of Oxford, LRF Immunodiagnostics Unit, Level 4 Academic Block, John Radcliffe Hospital, Oxford, Oxfordshire OX3 9DU, UK. amanda.liggins@ ndcls.ox.ac.uk. A novel diffuse large B-cell lymphomaassociated cancer testis antigen encoding a PAS domain protein. Br J Cancer 2004 Jul 5;91(1):141-149. Mitrou P.S. (2001): Non-Hodgkin-lymphome Buchreihe des Tumorszentrums Rhein-Main e.V. Frankfurt S 214-215. Moller M.B. dÁmore F. Christensen B.E. (1994): Testicular lymphoma: a population-based study of incidence, clinicopathological correlations and prognosis. The Danish Lymphoma Study Group, LYFO. Eur J Cancer A 30:1760-1764. Petrescu A; Dobrea C; Vasilica M; Andrei F; Niculescu L Pathology Department, «Prof. dr. Th. Burghele» Hospital, Bucharest, etamy58@yahoo.com. Primary malignant lymphoma of the testis. Rom J Morphol Embryol 2005;46(2):83-86. Schmoll HJ. Höffken K. Possinger K (1999): Kompendium internistische Onkologie. Springer, Berlin, Heidelberg, New York, S:430-432. Shahab N. Doll DC. (1999): Testicular lymphoma. Semin Oncol 26:259-269. Talerman A. (1977): Primary malignant lymphoma of the testis. J. Urol. 118: 783-786. Visco C. Medeiros LJ. Mesina OM. Et al. (2001): NonHodgkin´s lymphoma affecting the testis: is it curable with doxorrubicin-based therapy? Clinc Lymphoma 2: 40-46. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 17. Wilkins et al. (1989). Morphological and immunohistological study of testicular lymphomas. Histopathologie 15: 147-156. 18. Xie X; Wacker HH; Huang S; Regitz E; Preuss KD; Romeike B; Parwaresch R; Tiemann M; Pfreundschuh M Department of Internal Medicine, Saarland University Medical School, D-66421 Homburg/Saar, Germany. Differential expression of cancer testis genes in histological subtypes of non-Hodgkin’s lymphomas. Clin Cancer Res 2003 Jan;9(1):167-173. 19. Yang JL; ShiYK; He XH; Zhou AP; Liu P; Ai B; Zhang CG Department of Medical Oncology, Cancer Institute (Hospital), Chinese Academy of Medical Sciences, Beijing 100021, China. Clinical and pathological features of 23 patients with primary lymphoma of the testis] Zhonghua Zhong Liu Za Zhi 2003 Sep;25(5):498-500 20. Zucca E. Conconi A. Mughal TI. y col. (2003): Patterns of outcome and prognostic factors in primari large-cell lymphoma of the testis in a survery by the international Extranodal Lymphoma Study Group. J Clin Oncol 21:2027. 21. Zugor V(1). Frank M(2). Krause F.S(1). Schott G.E(1). Aigner T(3). Engenhausen D.G(3) Urologische Klinik mit Poliklinik, Friedrich-Alexander Universitäts-Erlangen-Nürnberg, Erlangen, Germany. 22. Medizinische Klinik II, Waldkrankenhaus St. Marien, Erlangen, Germany. 23. Institut für Pathologie der Universitäts- Leipzig, Germany. B-Zell-Lymphome des Hodens. Der Urologe 2006 45:1308-1311. 259 COMUNICACIÓN DE CASOS CASE REPORT Uropatía obstructiva secundaria a aneurisma aórtico Obstructive uropathy secondary to aortic aneurysm Dres. Espinoza Marcelo; INTRODUCCIÓN González Martín; Los aneurismas inflamatorios de la aorta abdominal (AIAA) representan el 3% al 10% de todos los aneurismas aórticos1,4 y se caracterizan por un engrosamiento marcado de la pared del vaso, la fibrosis del retroperitoneo adyacente y la adherencia de las estructuras próximas a la pared del mismo1. La oclusión de los uréteres por fibrosis retroperitoneal (FR) es una entidad conocida desde la descripción realizada por Ormond en 19483, complicación que se observa en un 20% a 40% de las series consultadas1,4. Presentamos el caso de un paciente con AIAA que se manifestó clínicamente por insuficiencia renal obstructiva secundaria al atrapamiento ureteral bilateral. García Mauro; García Carlos; Burgos Néstor. CASO CLÍNICO Servicio de Urología. Hospital Nacional “Prof. Dr. Alejandro Posadas” Buenos Aires, Argentina 260 Varón de 65 años de edad, tabaquista severo, concurre al Servicio de urgencias acompañado por un familiar quien niega otro antecedente; presenta un cuadro de desorientación temporoespacial, mala perfusión periférica, taquipneico, taquicárdico, y sangrado bucal. El familiar refiere evolución de 48 horas de anuria y episodios de alucinaciones, y 14 días de astenia, adinamia y distensión abdominal. La exploración física al ingreso muestra datos positivos como Glasgow 14/15, excitación psicomotriz, lenguaje incoherente, mala mecánica ventilatoria, taquipneico, taquicárdico, abdomen globuloso sin defensa. La T.A. a su ingreso era de 100/60 mmHg, F.C. 160/min. EAB: pH 7,06, PCO2 29, PO2 99, Bic. 9,6, Exceso de bases –18,1. La bioquímica sérica destacaba los valores de creatinina 24,6 mg/dl y urea 312 mg/dl. Se progresó una sonda vesical foley 18 french sin débito de orina por la misma. Se practicó una ecografía abdominal que demostró hidronefrosis bilateral a predominio izquierdo, aneurisma fusiforme de aorta abdominal de unos 8,7 cm de diámetro con trombosis excéntrica, que impresiona implicar arterias renales y se extiende hasta la bifurcación ilíaca (Figura 1). Se ingresa a quirófano al paciente para realizar una pielografía ascendente, donde se constata estrechez ureteral bilateral a nivel de L4, por lo que se progresan catéteres doble jota, de 4,7 fr. al derecho y de 6 fr. al izquierdo (Figura 2). Se realizó una TAC de abdomen y pelvis con contraste en la que se apreciaba un aneurisma de aorta abdominal infrarrenal de 86 x 77 mm aproximadamente, que se extendía por debajo del nacimiento de las arterias renales y comprometía ambas arterias iliacas, con trombosis excéntrica y signos de fibrosis periaórtica y uronefrosis bilateral (Figura 3). El paciente pasó a hemodiálisis, y a las 24 horas de la canalización de los uréteres se obtuvieron diuresis en torno a los 2.700 ml/24 horas, con mejora en los síntomas y los parámetros analíticos, evolucionando con fase poliúrica en días posteriores. Actualmente en plan quirúrgico por el Servicio de cirugía vascular. Figura 1. Figura 2. Figura 3. DISCUSIÓN Los aneurismas inflamatorios de aorta abdominal suponen un 3-10% del total de los aneurismas de esta localización1,4. Hace más de 30 años que Walker acuñó el término de “aneurisma inflamatorio”, refiriéndose al AIAA como una entidad clínica y patológicamente distinta del resto de los aneurismas aórticos2. Esta creencia ha sido suplantada por la que dice que es una variante del típico aneurisma con elementos de fibrosis5. Aunque su patogenia continúa debatida, se manejan hipótesis tales como considerar que la inflamación es secundaria a la extravasación de sangre subclínica, que la fibrosis es resultante de la compresión de los linfáticos retroperitoneales por los aneurismas, y que la aparición de fibrosis es producida por una reacción autoinmune contra una lipoproteína insoluble de la pared ateromatosa del vaso5. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Aunque todos los aneurismas producen algún grado de respuesta inflamatoria, es característico de los AIAA que tal proceso disminuya o se detenga tras la reparación del vaso. Además en estudios recientes, en donde se realizaba tomografía computada seriada en pacientes posquirúrgicos de reparación aneurismática, se confirmaba la regresión de la fibrosis retroperitoneal7. Cualquier estructura anatómica cercana a la aorta abdominal puede quedar envuelta por el tejido fibroso perianeurismático, pero la complicación más frecuente es la obstrucción ureteral que se observa en un 20% de las series consultadas1,4. La ureterólisis en el mismo acto quirúrgico de la reparación del vaso aneurismático es controvertida, ya que estudios han demostrado que la obstrucción ureteral generalmente resuelve sin intervención8. Sin embargo, puede ser necesaria la resolución 261 quirúrgica de la vía urinaria posteriormente en aquellos pacientes que no evolucionan con mejoría o normalización de los parámetros de función renal. BIBLIOGRAFÍA 1. Pennel RC, Holier LH, Lie JT, Bernatz y col.: Inflammatory abdominal aortic aneurysms: A thirtyyear revision. J Vasc Sur 1985; 2: 859-869. 2. Walker Di, Bloor K, Willians G, Gillie I: Inflammatory aneurysms of the abdominal aorta. Br J Surg 1972;59:609-614. 3. Ormond JK: Bilateral obstruction due to envelopment and compression by an inflammatory retroperitoneal process. J Urol 1948; 59: 1.072-1.079. 4. Lacquet Jp, Lacroix H, Nevelsteen A, Suy R: Inflamatory abdominal aortic aneurysms. A retros- 262 pective study of 110 cases. Acta Chir Belg 1997; 97: 286-292. 5. Rasmussen T, Hallett JW: Inflammatory aortic aneurysms: a clinical review with new perspectives in pathogenesis. Ann Surg 1997;225:155-164. 6. Kashyan VS, Fang R, Fitzpatrick CM, Hagino RT: Caval and ureteral obstruction secondary to an inflammatory abdominal aortic aneurysm. J. Vasc. Surg. 2003; 38(6):1416-1421. 7. Pistolese GR, Ipolitti A, Mauriello A, y col.: Postoperative regression of retroperitoneal fibrosis in patients with inflammatory abdominal aortic aneurysms: evaluation with spiral computed tomography. Ann Vasc Surg 2002;16:201-209. 8. Stella A, Gargiulo M, Faggioli Gl, y col.: Postoperative course of inflammatory abdominal aortic aneurysms. Ann Vasc Surg 1993;7:229-238. IMAGENES EN UROLOGÍA IMAGES IN UROLOGY Uretra doble completa en un paciente de 26 años Complete double urethra in a 26 years patient Dr. Germán M.J. Chéliz Hospital Durand - División Urología Sector Patología Reconstructiva genital gcheliz@yahoo.com.ar La uretra doble se manifiesta por anomalía y número de la uretra y ocasionalmente de los meatos uretrales. En el caso específico del hipospadias el meato se localiza lejos de la punta del glande a lo largo de la cara ventral del pene. Por el contrario, en el epispadias el meato se localiza dorsalmente, en el cuerpo peneano. En el caso particular de la uretra doble, frecuentemente ambas uretras desembocan en un meato común. Lo más habitual de ver es una uretra dorsal accesoria incompleta, terminando en fondo de saco en el tercio medio del pene. Frecuentemente se asocian con una curvatura peneana congénita ventral. En este caso observamos dos meatos uretrales (Figuras 1 y 2) en un paciente que además consulta por epididimitis reiteradas asociadas con el inicio de la actividad sexual del mismo. En este caso en particular ambos meatos son evidentes y notorios. Al realizar una uretrografía retrógada se comprueba la longitud manifiesta de la uretra secundaria que desemboca en la uretra subesfinteriana, hallazgo que se confirma por medio de una endoscopía uretral bajo anestesia con un ureteroscopio de bajo calibre (Figura 3). Figura 1. Vista frontal del glande. Se observa claramente ambos meatos, dorsal el accesorio y ventral el principal Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Figura 2. Primer plano del meato accesorio, sobrelevado, más evidente que el principal. Figura 3. Uretrografía retrógrada simultánea por ambos meatos. La uretra principal es evidente y ventral con respecto a la secundaria. 263 IMAGENES EN UROLOGÍA IMAGES IN UROLOGY Seminoma de larga evolución Long evolution seminoma Dres. Ríos Pita H.; Ameri C. Servicio de Urologia del Hospital Alemán, Buenos Aires, Argentina. Paciente de 46 años que refiere dolor testicular izquierdo posterior a un golpe leve. Dentro de los antecedentes menciona el agrandamiento de dicho testículo de al menos un año. Al examen se encuentra un testículo aumentado de tamaño y consistencia en forma generalizada y leve dolor a la palpación. Se solicita ecografía que informa testículo aumentado de tamaño por proceso sólido con acentuación de la circulación, epidídimo de difícil identificación por estar incluido en el proceso sólido. Marcadores LDH 1121 UI/L, alfa feto proteína 2.2 y beta gonadotrofina de 14 mUI/ml. Se realiza la orquidofuniculectomía por diagnóstico neoformación. (Fotos 1 y 2). Histopatología informa seminoma típico puro de 8,5 cm de diámetro que invade epidídimo y albugínea con compromiso de la vaginal pT2. Se estadifica con tomografia computada. (Fotos 3 y 4). Realizó quimioterapia (cisplatino y etopósido cuatro ciclos). Motiva la presentación mostrar un tumor de testiculo librada a una larga evolución. Foto 3. Conglomerado adenomegálico paraaórtico izquierdo. Foto 4. Adenomegalia en espacio paraaórtico adyacente a la vena acigos. Fotos 1 y 2. Pieza quirúgica 264 Reglamento de publicaciones Los trabajos deberán ser enviados al director del Comité editorial de la Revista Argentina de Urología, Dr. Carlos Ameri. Sociedad Argentina de Urología (SAU) Tel./fax: (5411) 4963-4336/ 4337 / 8521 E-mail: sau@sau-net.org La revista se reserva el derecho de rechazar los originales que no considere apropiados, así como sugerir modificaciones cuando el Comité editorial lo considere necesario. Los trabajos no deberán haber sido publicados anteriormente ni presentados simultáneamente a otra publicación. Una vez aceptados son propiedad de esta revista y no podrán ser reimpresos sin autorización total o parcialmente. Se presentará el trabajo original acompañado de dos copias (texto, gráficos e ilustraciones cuando las hubiere) en diskette o CD, aclarando el formato de los mismos. • En la 1ª página constará: Título del trabajo, nombre completo y apellidos de los autores, Institución donde fuera realizado el trabajo, localidad y país. Si desea hacer mención de los cargos que desempeñan los autores, se hará una referencia a pié de página. El primer autor será considerado el autor responsable, por lo cual debe adjuntar dirección, TE, e-mail y fax si los hubiere. El autor responsable será el interlocutor válido entre el Comité editorial y los miembros del trabajo. Los autores son los responsables exclusivos de todas las opiniones, conclusiones y métodos que presenten en sus escritos. • La 2ª página incluirá el resumen del trabajo y palabras clave en castellano y en inglés. El resumen constará de las siguientes partes: Introducción, Material y Método, Resultados y Conclusiones y no excederá de las 200 palabras. • Las secciones del trabajo son las siguientes: Introducción, Material y Método, Resultados, Discusión, Conclusión. • Referencias Bibliográficas • Bibliografía de Revistas: Apellidos e iniciales de todos los autores (a partir de tres autores se añadirá “y cols.”), título del trabajo en su idioma original, abreviatura de la revista según patrón internacional, número del volumen, primera página y año. • Bibliografía de Libros: Apellidos e iniciales de todos los autores, título del libro en su idioma original, páginas, editorial, ciudad y año, en este orden. Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 • Figuras. Se enviarán las figuras por duplicado, en papel (tamaño 9 x 13) o diapositivas. También puede enviarlas en diskette (en formato Tiff con una resolución igual o superior a 300 dpi) pero en ese caso incluya una copia en papel. La revista se reserva el derecho a rechazar las figuras que no considere de calidad o inapropiadas, así como cuando el trabajo incluya un número excesivo de figuras. Las figuras deben estar perfectamente numeradas e identificadas con el título y nombre del autor en el reverso de las mismas, así como sentido en que han de publicarse señaladas con una flecha. Las leyendas de las figuras irán en hoja aparte. No escriba con bolígrafo detrás de las fotografías, pues se estropean. • Tablas. Con su título correspondiente se incluirán separadamente, con numeración independiente de las figuras y en caracteres romanos. Las tablas y gráficos también pueden enviarse en diskette, en formato Tiff con una resolución igual o superior a 300 dpi, pero adjuntando original y dos copias en papel. • Los casos clínicos deben presentarse en forma concisa, tendrán un máximo de 2 ó 3 ilustraciones y no se acompañan de un abstract inicial, guardando la siguiente estructura: Introducción, Casos Clínicos, Discusión. Enviar original y copia de texto y figuras. • Revisiones bibliográficas. El director de la Revista Argentina de Urología elige el tema de la revisión y designa a tal fin un “Editor invitado” que es el único responsable del contenido la misma. El Editor invitado elige los autores que colaboran. Los trabajos monográficos deben cumplir las normas expuestas en los puntos anteriores. Las secciones que componen una revisión bibliográfica son: Objetivo, Material y Método, Resultados, Conclusión. • Las publicaciones presentadas para que sea considerada su publicación que no cumplan con los requisitos explicitados anteriormente serán remitidos al autor responsable para su modificación. IX Indice temático y de autores año 2006 Volumen 71, Número 1 HISTORIA DE LA UROLOGÍA 1 Los orígenes de la transmisión del conocimiento médico: de Crotona a Montpellier (Primera parte) EDITORIAL 6 El ensayo clínico en Urología. Normas de Buena Práctica Clínica ARTÍCULOS DE ACTUALIZACIÓN Dr. Norberto M. Fredotovich Dres. De Bonis, W. Casabé, A. 9 Cáncer de testículo e infertilidad. ¿Qué debe conocer el urológo? Dr. Rey Valzacchi, G. 17 Finasteride en el año 2006 ARTÍCULOS ORIGINALES Dra. Perazzo, F. 22 Masa ocupante renal sólida hasta 4 cm: análisis de 78 casos Dres. Ameri, C.; Contreras, P.; Villasante, N.; Ríos Pita, H.; Richards, N.; Mazza, O. 34 Tratamiento del cáncer de próstata estadio clínico T3. ¿Una enfermedad quirúrgica? Dres. Joniau, S. G.; Van Baelen, A. A.; Hsu, C. Y.; Oyen, R. H.; Van Poppe, H. P. 43 Dos años de experiencia en Prostatectomía Radical Laparoscópica (Primeros 37 casos) TÉCNICA QUIRÚRGICA 51 Pieloplastia Laparoscópica Retroperitoneal COMUNICACIÓN DE CASOS Dres. Villamil, W.; Giúdice, C.; Jurado, A.; Martínez, P.; Liyo, J.; Morandi, A.; Damia, O. Dr. Moldes, J. 55 Fístula próstato-rectal con estenosis de uretra posterior por impacto de arma de fuego: resolución quirúrgica Dres. Rizzo, M.; Chéliz, G.; Belinky, J.; Vaquer, N.; Rey, H.; Fredotovich, N. 58 Quiste urotelial parauretral. Presentación de un caso Dres. Pautasso, O. S.; Paradello, M.; Marengo, R.; Pautasso, A. C.; Pautasso S. 60 Enfermedad de Bourneville y su relación con la urología. Presentación de dos casos y revisión de la literatura Dres. Chevalier, L.; Crivella, G.; Urday, N.; Quintar A.; Casal, J. M.; Grippo, L. 67 Migración de un dispositivo intrauterino a la vejiga. Complicación litiásica COMENTARIO DE TRABAJOS Dres. Pautasso, O. S.; Marengo, R.; Pautasso, A. C.; Pautasso S.; Santo, R. 70 Dr. Omar Layús Volumen 71, Número 2 EDITORIAL 73 Discurso del presidente saliente, Dr. Norberto M. Fredotovich 75 Discurso del Dr. Oscar Héctor Damia en la asunción de la Presidencia HISTORIA DE LA UROLOGÍA 77 Los orígenes de la transmisión del conocimiento médico: de Crotona a Montpellier (Segunda parte) EDITORIAL 85 Tratamiento del cáncer de próstata hormonorrefractario Dr. Norberto M. Fredotovich Dr. Gustavo Jankilevich ARTÍCULOS ORIGINALES 89 Técnica del ganglio centinela dinámico en pacientes con cáncer de pene. Evaluación de la experiencia inicial del Instituto de Oncología Angel H. Roffo.U.B.A. Dres. Malagrino, Héctor N.; Tsou, Chi Liang; Menniti, Leonardo; Zarlenga Ana Cristina; Prof. Dr. Casabé, Alberto R. 97 El tratamiento del adenoma prostático sintomático con el KPT-Láser de 80 watt y la resección transuretral de baja presión Dres. Verger-Kuhnke A.B.; Reuter M.; Epple W.; Ungemach G.; Beccaría M.L. 104 Experiencia preliminar con quimioterapia de inducción basada en docetaxel y estramustina en cáncer de próstata andrógeno-independiente Dres. González Morales, M.; Montes de Oca, L.; Becher, E.; Borghi, M.; De Cristófaro, O.; Hernández Morán, J.; Lewi, D.; Chernobilsky, V. 113 Resultados significativamente superiores en continencia y micción con la neovejiga colónica derecha parcialmente destubulizada. Trece años de experiencia Dres. D`Orazio; Osvaldo R.; Lambert, Osvaldo L.; Vallati, Juan C.; De Lasa Stewart, Tomás A.; Borelli, Damián R.; Romano, Salomón V.; Saénz, Carlos A. 121 Los quistes renales complejos: evaluación mediante la clasificación de Bosniak Dres. Vázquez Avila LG.; Braschi EJ.; Matteoda M.; Guraiib Muhala AF.; Santomil FM.; Varea SM. COMUNICACIÓN DE CASOS 126 Divertículos paraureterales congénitos de vejiga en adulto joven como causante de obstrucción ureteral. Reporte de un caso Dres. Mansur, J.; Espada, J.D.; Mórtola, J.; Cabrera, A.; Bóveda, A. 130 Metástasis infrecuente de tumor mixto testicular TÉCNICA QIRÚRGICA 133 Nefrectomía parcial laparoscópica en tumores renales: nuestra técnica COMENTARIO DE TRABAJOS Dres. Gómez Elías, J.; Mazurski, F.; Vitali, A.; Arias, M.; Teiblum, V.; De Oliveira, L. Dres. Octavio Castillo; Gonzalo Vitagliano. 136 Dr. Fernando Ambrosetti; Dr. Claudio Koren; Dr. Gabriel Favre; Prof. Dr. Rubén Bengió. Volumen 71, Número 3 HISTORIA DE LA UROLOGÍA 144 Cultos, dioses, héroes y símbolos en la medicina EDITORIAL 155 El oncocitoma renal ¿puede y debe ser diferenciado del resto de los tumores renales? ARTÍCULOS ORIGINALES Dr. Norberto Fredotovich Dra. Alejandra Avagnina 160 Mecanismos de continencia en reservorios ostómicos. Evaluación en modelo experimental 167 Dres. Malventano M; Olmedo A; Casazza S; Zapiola M; Lapenna L; D’Orazio A; Longo E M; Villaronga A. R. Resultados del sling en el tratamiento de la incontinencia femenina en un hospital público Dres. Romano S.V.; Marconi G.; Ponce C.; García Penela E.; Belinky J.; Haime S.; Rizzo M.; Rey H.; Fredotovich N. 173 Impacto de los márgenes quirúrgicos positivos en pacientes post-prostatectomía radical Dres. Guraiib Muhala, A.; Santomil, F. M.; Menéndez, N.; Varea, S.M.; Vázquez Avila, L..G.; Braschi, E.J.; Guagnini, M.; Zoppi, J. 179 Nefrectomía radical laparoscópica mano-asistida: seguimiento a largo plazo COMUNICACIÓN DE CASOS 186 Adenoma nefrogénico. Consideraciones clínicas Rev. Arg. de Urol. · Vol. 71 (4) 2006 Dres. Liyo, Juan Cruz; Villamil, Wenceslao; Gueglio, Guillermo; Jurado, Alberto; Tobia, Ignacio; Damia, Oscar. Dres. Rochman, Elías; Damia, Omar; Sicher, Rubén; Villalba, Víctor. XI 188 Derivación urinaria continente en un paciente hemicorporectomizado TÉCNICA QIRÚRGICA 192 Reemplazo ureteral distal con flap de Boari laparoscópico. Nuestra técnica IMÁGENES EN UROLOGÍA Dres. Octavio Castillo; Gonzalo Vitagliano. 195 Carcinoma de apéndice cecal infiltrante de vejiga COMENTARIO DE TRABAJOS Dres. Liyo, Juan Cruz; Cedeira, Francisco; Dourado, Leandro; Tejerizo, Juan Carlos; Damia, Oscar. Dres. Ameri C; Contreras P; Mazza O. 196 Dr. José Rozanek; Dr. Claudio Terradas; Dr. Reynaldo Kantt. Volumen 71, Número 4 HISTORIA DE LA UROLOGÍA 201 Historia del Instituto Municipal de Clínica Urológica “Dr. Benito Villanueva” en el Hospital Durand EDITORIAL Dr. Norberto Fredotovich 211 Bioética: reflexión formativa Dres. Aza Archetti César E.; Boccardo Mirta C.; Cassese Stella M.; Bronstein Roberto; Wimmers Haydeé; Antón Cecilia 215 Cáncer de riñón: Implicancia del compromiso ganglionar ARTÍCULOS ORIGINALES Dres. Ameri Carlos; Rozanec José; Nardone Ricardo; Graziano Claudio 219 Estenosis traumática de uretra anterior Dres. Belinky J.; Castro Brizuela F.; Rey HM.; Romano VS.; Fredotovich N.; Chéliz GMJ. 223 Endopielotomía percutánea anterógrada Dr. Frattini Gustavo 228 Inflamación crónica, la clave de la carcinogénesis Dres. Fernández J. Nicolás 240 Evaluación y seguimiento de la hidronefrosis prenatal Dres. Massó D.; Valenti D.; Luscialdo E.; Aguilar M.; Sperperato C.; Ramos S.; Hentschel S.; Vázquez L.; Perea C. 243 Tratamiento del cáncer localizado de próstata con braquiterapia: 6 años de experiencia Dres. Martínez Pablo; Dourado Leandro; Giúdice Carlos; Villamil Wenceslao; Palacios Víctor; Sardi Mabel; Damia Oscar. 248 Pacientes con enfermedad renal terminal bajo hemodiálisis: libido y función eréctil Dres. Vélez Juan D. MD; Prieto Lina MD; Herrera Sandra MD; Cotes José Miguel Ph D; COMUNICACIÓN DE CASOS Herrera Ana M. MD, PhD; Julio Ferrer MD 254 Linfoma testicular primario bilateral de células B, como primera manifestación de un linfoma no-Hodgkin. Diagnóstico y tratamiento de este infrecuente tumor Dres. Verger-Kuhnke A.B; Beccaria M.L.; Seyrich T.; Reuter M.A.; Outrata J. 260 Uropatía obstructiva secundaria a aneurisma aórtico Dres. Espinoza Marcelo; González Martín; García Mauro; García Carlos; Burgos Néstor. IMÁGENES EN UROLOGÍA 263 Uretra doble completa en un paciente de 26 años Dr. Chéliz Germán M.J. 264 Seminoma de larga evolución Dres. Ríos Pita H.; Ameri C. XII FICHA DE SUSCRIPCIÓN 2006 4 NÚMEROS ANUALES Revista Argentina de UROLOGIA Exclusivamente para no socios de la SAU Enviar ficha de suscripción a: SOCIEDAD ARGENTINA DE UROLOGÍA Pasaje de la Cárcova 3526, (1172), Buenos Aires, Argentina IMPORTE DE LA SUSCRIPCIÓN ANUAL Argentina $40. Latinoamérica u$s 80. Otros países u$s 100. DIRECCIÓN DE ENVÍO: Nombre y Apellido: ............................................................................................................................. Dirección: ........................................................................... Nº:....................Piso: . ............................. Código Postal:..................................................................... Provincia:.........País: .............................. Tel: .............................................................................................................. Fax:................................. Especialidad: ..................................................................................................................................... Departamento: ................................................................................................................................... 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