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| Gordis L. Epidemiología 3a. Ed.España: Elsevier España, 2005 Pp. 32-47 capitulo 3 Medida de la ocurrencia de la enfermedad: I. Morbilidad Debemos todos los mayores avances del conocimiento a aquellos que intentaron encontrar cuánto había de todo. — James Maxwell, físico (1831-1879) Si usted puede medir aquello de lo que habla y puede expresarlo con un número, entonces sabe algo sobre el tema; pero si no puede medirlo, su conocimiento es escaso e insatisfactorio. — William Thomson, Lord Kelvin, ingeniero, matemático y físico (7824-1907) diagnóstico y se inicia un tratamiento. Entonces puede producirse uno de los siguientes resultados: cura, control de la enfermedad, incapacidad o muerte. En el Capítulo 2 comentamos cómo se transmiten las enfermedades. Está claro a partir de esta exposición que para estudiar la transmisión de la enfermedad en las poblaciones humanas debemos ser capaces de medir la frecuencia de ocurrencia de la enfermedad y de muerte por ella. En este capítulo expondremos, por tanto, cómo utilizar los índices que expresan la extensión de la morbilidad resultante de una enfermedad y en el siguiente capítulo (Capítulo 4) volveremos a expresar la extensión de la mortalidad en términos cuantitativos. ¿Qué fuentes pueden utilizarse para obtener información sobre la enfermedad de la persona? Para el período de la enfermedad que necesita hospitalización son útiles los registros médicos y hospitalarios. Si no es necesaria la hospitalización, la mejor fuente puede ser el historial médico. Si deseamos información sobre la enfermedad incluso antes de que se haya buscado asistencia médica, podemos obtener cierta información a partir del paciente utilizando un cuestionario o una entrevista. En esta figura no se muestran los registros de las aseguradoras sanitarias, que a veces pueden proporcionar información muy útil. El origen de los datos a partir de los cuales se identifican los casos influye claramente en los índices que calculamos para expresar la frecuencia de una enfermedad. Por ejemplo, los registros hospitalarios no incluirán datos respecto a pacientes que sólo fueron atendidos en consultas médicas. En consecuencia, cuando miramos los índices de ocurrencia de una cierta enfermedad, debemos identificar las fuentes de los casos y determinar cómo se identificaron antes de interpretarlos y compararlos con los descritos en otras poblaciones y en otros momentos. La ocurrencia de una enfermedad puede medirse utilizando tasas o proporciones. Las tasas nos dicen lo rápido que la enfermedad se producen en una población y las proporciones nos dicen qué parte de la población se afecta. Volvamos a cómo utilizar las tasas y proporciones para expresar la extensión de una Comencemos esta exposición considerando el desarrollo y curso de una enfermedad en un individuo a lo largo de un período. La figura 3-1 muestra la progresión de la enfermedad en una población reflejada por los niveles de enfermedad y asistencia médica. El rectángulo externo representa la población total y los rectángulos más pequeños subgrupos progresivamente más pequeños, desde pacientes enfermos a hospitalizados. Las muertes están presentes en todos estos rectángulos, pero la mortalidad es proporcionalmente mayor en los grupos con una enfermedad más grave. La figura 3-2 muestra la línea temporal del desarrollo de una enfermedad en un individuo. Un individuo está sano (es decir, sin enfermedad) y en cierto punto se produce el inicio biológico de una enfermedad. La persona a veces es inconsciente del momento en el que comienza la enfermedad. Después, aparecen los síntomas y llevan al paciente a buscar asistencia técnica. En ciertas situaciones puede ser necesaria la hospitalización, bien para el diagnóstico, el tratamiento o ambos. En cualquier caso, en algún punto se hace un 32 CAPÍTULO 3 MEDIDA DE LA OCURRENCIA DE LA ENFERMEDAD: I. MORBILIDAD FIGURA 3-1 V Población: progresión desde la salud a diversos grados de gravedad de la enfermedad. (Aclaptado de White KL, Williams TF, Greenberg BG: The ecology of medical care. N Engl i Med 265:885 -892, 1961.) enfermedad en una comunidad u otra población. En este capítulo se exponen las medidas de la enfermedad o morbilidad, seguido de una exposición de las medidas de la mortalidad en el Capítulo 4. Medidas de la morbilidad Incidencia La incidencia de una enfermedad se define corno el número ele casos nuevos de una enfermedad que se producen durante un período especificado en una población con riesgo de sufrir la enfermedad. Incidencia por 1000 = Número de casos nuevos de una enfermedad que se producen durante un período especificado de tiempo Número de personas con riesgo de sufrir esa enfermedad durante ese período x 1000 En esta tasa, el resultado se ha multiplicado por 1000 para que podamos expresar la incidencia por 1000 personas. La elección de 1000 es completamente arbitraria, podríamos haber utilizado 10.000, 1 millón o cualquiera otra cifra. FIGURA 3-2 Historia natural de la enfermedad y algunas fuentes de datos relacionados con cada intervalo. . 33 El elemento crítico en la definición de la incidencia son los casos nuevos de la enfermedad. La incidencia es una medida de los acontecimientos: la .enfermedad se identifica en una persona que presenta la enfermedad y no la tenía antes. Dado que la incidencia es una medida de los acontecimientos (es decir, la transición desde un estado no morboso a uno enfermo), la incidencia es una medida del riesgo. Este riesgo puede verse en cualquier grupo de población, como un grupo de una edad particular, varones o mujeres, un grupo ocupacional o un grupo que se ha expuesto a un cierto agente ambiental, como la radiación o una toxina química. El denominador de la incidencia representa el número de personas con riesgo de sufrir la enfermedad. Para que la incidencia sea significativa, cualquier individuo incluido en el denominador debe poder formar parte del grupo que se recuerda en el numerador. Luego si estamos calculando la incidencia del cáncer uterino, el denominador debe incluir sólo las mujeres, porque los varones no tendrían ese potencial de formar parte del grupo que se representa en el numerador, es decir, los varones no tienen riesgo de sufrir cáncer de útero. Aunque esto parece obvio, no siempre está tan claro, y expondremos este aspecto más adelante. Otro aspecto importante respecto al denominador es la cuestión del tiempo. Para que la incidencia sea una medida del riesgo, debernos especificar un período, y_ debemos saber que se ha seguido a todos los sujetos del grupo representados por el denominador durante todo ese período. La elección del período es arbitrario: podemos calcular la incidencia en 1 semana, la incidencia en un 1 mes, la incidencia en 1 año, la incidencia en 5 amos y así sucesivamente. El punto importante es que cualquiera que sea el tiempo que utilicemos en el cálculo debe especificarse claramente, y debe haberse observado a todos los sujetos incluidos en el cálculo (con riesgo) durante todo el período. La incidencia calculada del resultado utilizando un período durante el cual todos los individuos de la población se consideran en riesgo se denomina incidencia acumulada, que es una medida del riesgo. 34 ABORDAJE EPIDEMIOLÓGICO DE LA ENFERMEDAD Y LA INTERVENCIÓN Desde un punto de vista práctico, ¿cómo identificarnos todos los casos nuevos en una población durante un período especificado? En ciertas situaciones es posible vigilar una población entera a lo largo del tiempo con pruebas que pueden detectar casos nuevos de una enfermedad. Pero a menudo esto no es posible y en su lugar se identifica una población y se busca en ella la enfermedad a nivel basal (casos prevalentes definidos en la siguiente sección) (figura 3-3). A los que no tienen la enfermedad se les sigue durante un tiempo especificado, por ejemplo un año, y después se les vuelve a e studiar (figura 3-4). Cualquier caso que se identifique se habrá producido claramente durante el período de un año ya que aquellos a los que se siguió no tenían la enfermedad al comienzo del año. Luego estos casos son casos nuevos o incidentes y sirven como numerador para la incidencia. En la figura 3-4 se muestra el total de la población que ha sido seguida durante el período completo de seguimiento, 1 año. Pero a menudo no se ha seguido a todos los individuos del denominador todo el tiempo especificado. Por diferentes razones, incluidas las pérdidas de seguimiento, puede ¡haberse observado a diferentes individuos durante' períodos diferentes. En tal caso, calculamos una tasa de incidencia (también denominada densidad de incidencia), en la que el denominador consta de la suma de los diferentes tiempos en que cada individuo estuvo en riesgo. Esto se expresa a menudo en términos de persona/año, lo que se expone con gran profundidad en el Capítulo 6. Esto no afecta al número de casos reflejados en el numerador. En ocasiones, el tiempo puede especificarse de forma implícita en lugar de explícita. Por ejemplo, al investigar un brote de enfermedad producido por un FIGURA 3-3 Identificación de casos recién detectados de una enfermedad. Paso 1: Cribado de casos prevalentes a nivel basal. FIGURA 3-4 Identificación de casos recién detectados de una enfermedad. Paso 2: Seguimiento y nuevo cribado al cabo de 1 año para identificar los casos que han surgido a lo largo del año. alimento sabemos que la mayoría de los casos se producen a las pocas horas o días de la exposición. Luego los casos que aparecieron meses después no se consideran parte del mismo brote. Pero en muchas situaciones el conocimiento de la biología y la historia natural de la enfermedad no definen claramente la franja temporal, por lo que el tiempo debe establecerse de forma explícita. Aunque en la mayoría de las situaciones es necesario expresar la incidencia especificando un denominador, a veces sólo el número de casos puede ser informativo. Por ejemplo, la figura 3-5 muestra el número de casos esperados y observados de tuberculosis comunicados en Estados Unidos desde 1980 a 1992. (Observe que el eje vertical es una escala logarítmica.) El número más pequeño de casos comunicados en un año en Estados Unidos (desde que empezó la declaración) fue en 1985. El número se redujo FIGURA 3-5 Número esperado y observado de casos tuberculosis, Estados Unidos, 1980-1992. (De Centers for sease Control and Prevention: MMWR 42:696, 1993.) CAPITULO 3 MEDIDA DE LA OCURRENCIA DE LA ENFERMEDAD: I. MORBILIDAD de 198(1 a 1985, y la cifra muestra e l número de casos que sería de esperar si la reducción continuara. Pero la reducción se detuvo bruscamente en 1985. Desde 1985 a 1992 el número de casos comunicados de tuberculosis aumentó en un 20%; si la reducción prevista hubiera continuado, era de esperar que se hubieran producido 51.700 casos menos. Gran parte del aumento de la tuberculosis visto aquí se asoció a la infección simultánea por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Pero incluso antes de que se reconocieran el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) y el VIH como problemas de salud pública importante, la tuberculosis continuó siendo un problema grave aunque a menudo descuidado, sobre todo en ciertas regiones urbanas de Estados Unidos. Vernos que incluso un gráfico que refleja el número de casos sin un denominador puede ser muy útil cuando no hay razón para sospechar un cambio significativo en el denominador durante un período dado. Prevalencia La prevalencia se define como el número de personas afectadas presente en la población en un momento especificado dividido por el número de personas en la población en ese momento. Prevalencia por 1000 = Número de casos de una enfermedad presentes en la población en un momento especificado Número de personas en la población en ese tiempo especificado x 1000 Por ejemplo, si estamos interesados en conocer la prevalencia de artritis en una cierta comunidad en una cierta fecha, podemos visitar todos los hogares de esa comunidad y, utilizando entrevistas o exploraciones físicas, determinar cuántas personas tienen artritis ese día. Esta cifra es el numerador de la prevalencia. El denominador es la población en la comunidad en esa fecha. ¿Cuál es la diferencia entre incidencia y prevalencia? La prevalencia puede verse como un corte de la población en un momento dado en el cual se determina quién tiene la enfermedad y quién no. Pero al hacerlo así, no estamos determinando cuándo se produjo lo enfermedad. Algunos individuos pueden haber sufrido artritis ayer, algunos la semana pasada, algunos el último año y algunos hace 10 o 20 años. Luego, cuando estudiamos una comunidad para calcular la prevalencia de una enfermedad, generalmente no tenemos en cuenta la duración de la enfermedad. En consecuencia, el numerador de la prevalencia comprende una mezcla 35 de personas con diferentes duraciones de enfermedad, y por tanto no obtenemos una medida de riesgo. Si deseamos medir el riesgo, debemos utilizar la incidencia, porque al contrario que la prevalencia, comprende sólo casos nuevos o acontecimientos y un período especificado durante el cual se produjeron esos acontecimientos. En la bibliografía médica y de salud pública, la palabra prevalencia se utiliza a menudo en dos sentidos. PREVALENCIA PUNTUAL. La prevalencia de la enfermedad en un momento dado. El uso que acabamos de exponer. PREVALENCIA DE PERÍODO. Cuántas personas han tenido la enfermedad en un momento dado durante un cierto período, como durante un año de calendario. Algunas personas pueden haber presentado la enfermedad durante .ese período y otras pueden haberla tenido antes y fallecido o haberse curado durante ese período. El punto importante es que toda persona representada en el numerador tuvo una enfermedad en algún momento durante el período especificado. Los dos tipos de prevalencia, así como la incidencia acumulada, se ilustran en la tabla 3-1 utilizando preguntas respecto al asma. Volviendo a la prevalencia puntual, es prácticamente imposible estudiar una ciudad entera en un solo día. Por tanto, aunque desde un punto de vista conceptual estemos pensando en un solo punto temporal, en realidad el estudio debería tomar mucho más tiempo. Cuando vemos la palabra prevalencia utilizada sin un modificador, generalmente se refiere a una prevalencia puntual, y para el resto de este capítulo utilizaremos prevalencia en el sentido de prevalencia puntual. Consideremos la incidencia y la prevalencia. La figura 3-6 muestra cinco casos de una enfermedad en una comunidad en el 2004. El primer caso de la enfer- 36 ABORDAJE EPIDEMIOLÓGICO DE LA ENFERMEDAD Y LA INTERVENCIÓN medad se produjo en 2003, y el paciente falleció en 2004. El segundo caso apareció en 2004 y continuó en 2005. El tercer caso en una persona que enfermó en 2004 y se curó en 2004. El cuarto caso se produjo en 2003 y el paciente se curó en 2004. El quinto caso ocurrió en 2003 y continuó a lo largo de 2004 y hasta 2005. En este ejemplo consideraremos sólo los casos (numeradores) e ignoraremos los denominadores. En este ejemplo ¿cuál es el numerador de la incidencia en 2004? Sabemos que la incidencia cuenta sólo casos nuevos y debido a que dos de los cinco casos aparecieron en 2004, el numerador de la incidencia en 2004 es 2. ¿Y qué hay acerca del numerador en la prevalencia puntual? Eso depende de cuando hacemos nuestro estudio de prevalencia (figura 3-7). Si hicimos el estudio en mayo, el numerador será 4. Si lo hicimos en julio, el numerador también será 4. Pero si lo hicimos en septiembre, el numerador será 3 y si fuera en diciembre, el numerador será 2. Luego la prevalencia dependerá del punto del año en el que se realice el estudio. La figura 3-8 muestra la relación que hay entre la incidencia y la prevalencia. Se muestra un matraz que representa una comunidad, y las bolas dentro de él representan la prevalencia de una enfermedad en esa comunidad. ¿Cómo podemos aumentar la prevalen- cia? Como se ve en la figura 3-9, podemos hacerlo a través de la incidencia: añadiendo nuevos casos. ¿Qué ocurriría si pudiéramos sacar bolas del matraz y reducir la prevalencia? ¿Cómo podría conseguirse esto? Como se ve en la figura 3- 10, podría producirse por muerte o cura. Estos dos resultados representan claramente una diferencia importante para el paciente, pero con respecto a la prevalencia, la cura la muerte tienen el mismo efecto: reducen el numero de personas enfermas en la población y con ello la prevalencia. Por tanto, lo que existe es la situación dinámica que se muestra en la figura 3-11. Una admisión continua de nuevos casos (incidencia) aumenta la prevalencia, mientras que la muerte, la cura o ambas la reducen. Este efecto de reducción de la prevalencia por muerte o cura está detrás de un aspecto importante de la salud pública y la medicina clínica. Por ejemplo, cuando se dispuso de insulina por primera vez ¿qué ocurrió con la prevalencia de diabetes? La prevalencia aumentó porque la diabetes no se cu sino que sólo se controlaba. Muchos pacientes con diabetes que antes habían fallecido. sobreviven ahora; por tanto, la prevalencia aumentó. Esta vez CAPÍTULO 3 MEDIDA DE LA OCURRENCIA DE LA ENFERMEDAD: I. MORBILIDAD 37 gan lugar en el impacto de la enfermedad. Pero si deseamos mirar a la causa de la enfermedad, debemos explorar la relación existente entre una exposición y el rente paradoja esa menudo el caso de los programas de salud pública: se introduce una nueva medida que favorece la supervivencia o detecta la enfermedad en más personas, y el efecto neto es un incremento aparente de la prevalencia. Puede ser difícil convencer a algunas personas de que un programa tiene éxito si la prevalencia de la enfermedad que es el objetivo del programa aumenta en realidad. Pero esto ocurre claramente cuando la muerte se evita y la enfermedad no se cura. Hemos dicho que la prevalencia 110 es una medida del riesgo. Si es así, ¿por qué nos preocupa estimar la prevalencia? La prevalencia es una medida importante y útil del impacto de una enfermedad en una comunidad. Por ejemplo, ¿cuántas personas en la comunidad tienen artritis? Esta información podría ayudarnos a determinar, por ejemplo, cuántas clínicas, qué tipos de servicios de rehabilitación y cuántos y qué tipos de profesionales sanitarios se necesitan. La prevalencia es por tanto valiosa para planificar los servicios sanitarios. Cuando utilizamos la prevalencia, también deseamos hacer proyecciones futuras y anticiparnos a los cambios que es probable que ten- riesgo de enfermedad, y para hacerlo necesitamos la incidencia. La tabla 3-2 lista algunas posibles fuentes de datos estadísticos sobre la morbilidad. Cada una tiene sus limitaciones, sobre todo porque la mayoría de estas fuentes no se crearon con fines de investigación. Por tanto, pueden caracterizarse por datos incompletos o ambiguos, y, a veces, por el uso de una población muy seleccionada que puede no ser representativa de la población a la cual nos gustaría generalizar los resultados. Problemas con las medidas de la incidencia y la prevalencia PROBLEMAS CON LOS NUMERADORES. El principal problema es definir quién tiene la enfermedad. Un ejemplo muestra este problema: la artritis reumatoide (AR) es una enfermedad difícil con frecuencia de diagnosticar, y cuando surge esta dificultad, se invita a grupos de expertos a establecer criterios diagnósticos. Dos grupos de criterios diagnósticos de la AR son los de la New York Rheumatism Association y la American Rheurrzatisrn Association (tabla 3-3). La figura 3-12 muestra los resultados de un estudio TABLA 3-2 Algunas fuentes de datos estadísticos sobre la mortalidad 1. Declaración de enfermedades: enfermedades contagiosas, registros del cáncer. 2. Datos acumulados como resultado de tramitación de seguros y planes de asistencia médica con prepago. a. Seguros sanitarios y de accidentes de grupos. b. Planes de asistencia médica prepago. c. Planes de seguros de incapacidad estatales. d. Compañías de seguros de vida. e. Planes de seguros hospitalarios: Blue Cross. f. Railroad Retirement Board. 3. Asistencia pública y planes de asistencia médica financiados con impuestos. a. Asistencia pública, ayuda a ciegos, ayuda a discapacita dos. b. Planes de asistencia médica estatales o federales. c. Fuerzas armadas. d. Administraciones de veteranos. 4. Hospitales y clínicas. 5. Registros de absentismo: industria y colegios. 6. Exploraciones físicas previas al empleo o periódicas en la industria y los colegios. 7. Programas de búsquedas de casos. 8. Registros del personal militar. 9. Estudios de morbilidad en muestras de población (p. ej., National Health Survey, National Cancer Surveys). 38 ABORDAJE EPIDEMIOLÓGICO DE LA ENFERMEDAD Y LA INTERVENCIÓN realizado en Sudbury, Mass., utilizando ambos criterios. Vemos que el cálculo de prevalencia se ve significativamente afectado por los criterios utilizados. De forma más reciente se ha estudiado una cohorte de 1879 varones y mujeres de 65 años de edad o mayores reclutados en el Canadian Study of Health and Aging (CSHA)1. Se calculó la proporción a la que se hizo un diagnóstico de demencia utilizando seis sistemas de clasificación comunes. Dependiendo de qué sistema diagnóstico se utilizara, la proporción de sujetos con demencia variaba del 3,1 al 29,1% (figura 3-13). Esta variación acentuada de la prevalencia estimada podría tener implicaciones importantes para la investigación y la provisión de servicios sanitaria adecuados. Cuando se comunican los resultados cualquier estudio de morbilidad, es esencial especificar claramente la definición precisa utilizada para el caso. La decisión sobre qué definición utilizar no siempre es sencilla. A menudo dependerá en gran medida del objetivo específico para el cual se ha realizado estudio dado. El siguiente aspecto relacionado con los numeradores es estar seguro de qué personas deben incluirlos en ellos. ¿Cómo encontramos los casos? Podemos utilizar los datos disponibles de forma periódica o, como se expuso antes en este capítulo, podemos realizar estudio específicamente diseñado para obtener datos que calculen la incidencia o la prevalencia. En muchos estudios los datos se obtienen a través de entrevista y en la tabla 3-4 se muestran algunos de los problemas de los datos obtenidos por este medio. PROBLEMAS DE LOS DATOS HOSPITALARIOS. FIGURA 3-12 Porcentaje de población con un diagnóstico de artritis reumatoide. Criterios de Nueva York frente a criterios de la American Rheumatism Association (ARA), Sudbury, Massachusetts, 1964. (Adaptado de O'Sullivan JB, Cathcart ES: The prevalence of rheumatoid arthritis: Follow-up evaluation of the effect of criteria on rates in Sudbury, Massachusetts. Ann Intern Med 76:573-577, 1972.) datos procedentes de centros hospitalarios no son fuentes más importantes de información en los estudios epidemiológicos. Pero la tabla 3-5 lista alguna los problemas que surgen al utilizar datos hospitalarios con fines investigadores. En primer lugar, los Ingresos hospitalarios son selectivos. Pueden ser selectivos en función de las características personales la gravedad de la enfermedad, los trastornos médicos asociados y las normas de ingreso que varían de un hospital a otro. En segundo lugar, los registros hospitalarios no están diseñados para la investigación ni para la asistencia del paciente. Los registros pueden ser incompletos, ilegibles o faltar. La calidad diagnóstica de los registros de los hospitales, médicos servicios clínicos puede diferir. Por consiguiente, seamos agregar pacientes de diferentes hospitales. CAPÍTULO 3 MEDIDA DE LA OCURRENCIA DE LA ENFERMEDAD: I. MORBILIDAD 39 FIGURA 3-13 Número de personas con demencia y prevalencia (%) en la cohorte del Canadian Study of Health and Aging (N = 1879) diagnosticados por diferentes sistemas de clasificación. Las diferentes abreviaturas se refieren a manuales diagnósticos de uso común para trastornos médicos. (Dalos de Erkinjuntti T, Ostbye T, Steenhuis R, Hachinski V: The effect of different diagnostic criteria on the prevalence of dementia. N Engl J Med 337:16671774, 1997.) demos tener problemas de comparabilidad. En tercer lugar, si deseamos calcular tasas, tenemos un problema al definir los denominadores, porque la mayoría de los hospitales no tienen áreas de captación definidas que exijan que todas las personas de una región dada se hospitalicen en un hospital particular y que nadie de fuera de ese área de captación sea ingresada en ese hospital. En el Capítulo 5 volveremos a cómo utilizar las pruebas de cribado y diagnósticas para identificar individuos enfermos (incluidos en el numerador) y distinguirlos de la población que no está enferma. PROBLEMAS DE LOS DENOMINADORES. Hay muchos factores que afectan a los denominadores utilizados. Puede producirse un recuento selectivo insuficiente de ciertos grupos de la población. Por ejemplo, faltan en muchos recuentos de población los varones jóvenes de minorías étnicas. Con frecuencia, deseamos determinar si un cierto grupo tiene un riesgo de enfermedad mayor del esperado de forma que puedan dirigirse medidas preventivas adecuadas a ese grupo. Por tanto, estarnos interesados en tasas de en- fermedad para diferentes grupos étnicos en lugar de sólo en toda la población. Pero hay diferentes formas de clasificar a las personas por grupos étnicos, como por el lenguaje, el país de origen, la herencia o el grupo étnico parental. Cuando diferentes estudios utilizan diferentes definiciones, es difícil comparar los resultados. Lo que es más importante en cualquier estudio es que la definición de trabajo se establezca claramente para que el lector pueda juzgar si los resultados son verdaderamente comparables. En una sección previa, hemos establecido que para que una tasa tenga sentido todo el grupo representado por el denominador debe tener la posibilidad de entrar en el grupo que está representado por el numerador. El aspecto no es sencillo. Por ejemplo, la histerectomía es una de las intervenciones quirúrgicas más realizadas en Estados Unidos. Esto planteaba la cuestión sobre la frecuencia del cáncer uterino. Si incluirnos en el denominador mujeres que habían sufrido una histerectomía, está claro que no tienen riesgo de presentar ese tipo de cáncer. La figura 3-14 muestra la incidencia de cáncer uterino en el condado de Alameda, California; se presentan tasas corregi- TABLA 3-4 Posibles fuentes de error en los estudios mediante entrevistas 1. El que responde puede tener la enfermedad, pero puede no tener síntomas y no ser consciente de ella. 2. El que responde puede tener la enfermedad y puede tener síntomas, pero puede no haber buscado asistencia médica y por tanto puede no saber el nombre de la enfermedad. 3. El que responde puede tener la enfermedad y puede haber buscado atención médica, pero puede no haberse llegado al diagnóstico, no habérsele comunicado o haberlo entendido mal. 4. El que responde puede no recordar en ese momento un episodio de enfermedad o exposiciones relacionadas con la enfermedad. 5. El que responde puede estar implicado en litigios sobre la enfermedad y puede preferir no responder o alterar su respuesta. 6. El que responde puede proporcionar información, pero el entrevistador puede no registrarla o hacerlo de forma incorrecta. 7. El entrevistador puede no plantear la cuestión que se supone que debe plantear o puede hacerlo de forma incorrecta. 8. El entrevistador puede estar sesgado en cuanto a que conoce la hipótesis a testar y puede interrogar con mayor intensidad a un grupo de respondedores que a otro. 9. Puede haber problemas de sesgo de selección, posiblemente con tasas de falta de respuesta significativas. 40 ABORDAJE EPIDEMIOLÓGICO DE LA ENFERMEDAD Y LA INTERVENCIÓN TABLA 3-5 hospitalarios Algunas limitaciones de los datos 1. Los ingresos hospitalarios son selectivos respecto a: a. Las características del personal b. La gravedad de la enfermedad c. Los trastornos asociados d. Las normas de ingreso 2. Los registros hospitalarios no están diseñados para la investigación. Pueden ser: a. Incompletos, inteligibles o faltar b. Variables en su calidad diagnóstica 3. Generalmente no se define la/s población(es) en riesgo (denominador). das y sin corregir para la histerectomía. Vemos que las tasas corregidas son mayores. ¿Por qué? Porque en las tasas corregidas se retiró del denominador a las mujeres sometidas a una histerectomía. En consecuencia, el denominador es más pequeño y aumenta la tasa, pero en este caso la tendencia en el tiempo no cambia significativamente utilizáramos tasas corregidas o sin corregir. Relación entre la incidencia y la prevalencia Hemos dicho que la incidencia es una medida del riesgo y la prevalencia no, porque no tiene en cuenta la duración de la enfermedad. Pero hay una relación importante entre la incidencia y la prevalencia: en una situación en estado estable, en lo que las tasas no cambian y lo inmigración es igual a la emigración, se aplica la siguiente ecuación: . Prevalencia = incidencia x duración de la enfermedad Esto se demuestra en el siguiente ejemplo hipotético. Utilizando radiografías de tórax se busca tuberculosis en 2000 personas: 1000 son sujetos con ingresos altos de Hitown y 1000 con ingresos bajos de Lotown (tabla 3-6). Las observaciones radiológicas son positivas en 100 de las personas de Hitown y en 60 de las personas de Lotown. ¿Podemos concluir entonces que el riesgo de tuberculosis es menor en las personas de Hitown que en las de Lotown? Claramente no, porque lo que nosotros estamos midiendo con una radiografía de tórax es una prevalencia puntual de la enfermedad: no sabemos desde cuándo cualquiera de las personas con una prueba positiva tenían la enfermedad (tabla 3-7). Podemos de hecho considerar un escenario hipotético que podría explicar la mayor prevalencia en personas de Hitown que no está relacionada con ningún riesgo mayor en las personas de Hitown (tabla 3-8). Hemos dicho que FIGURA 3-14 V Incidencia de cáncer uterino ajustado por edad, corregido y no corregido por el estado relativo a la histerectomía, condado de Alameda, California. (De Lyon 1L, Gardner JW: The rising frequency of hysterectomy: Its effect on uterine cancer rates. Am J Epidemiol 105:439-443, 1977.) prevalencia = incidencia x duración. Supongamos que las personas de Lotown tienen un riesgo mucho mayor (incidencia) de tuberculosis que los personas de Hitown: 20 casos/año en personas de Lotown comparadas con 4 casos/año de Hitown. Pero por diferentes razones, como un peor acceso de asistencia médica y un peor estado nutricional, las personas de' Lotown sobreviven con su enfermedad una media de sólo 3 años, mientras que las personas de Hitown, lo hacen una media de 25 años. En este ejemplo, por. tanto, hay una mayor prevalencia en personas de Hitown que de Lotown no porque el riesgo de enferTABLA 3-6 Ejemplo hipotético de cribado con radiografía de tórax: I. Poblaciones estudiadas y número con observaciones radiológicas positivas Población estudiada 1000 Hitown 1000 Lotown N.° con observaciones radiológicas positivas 100 60 CAPÍTULO 3 MEDIDA DE LA OCURRENCIA DE LA ENFERMEDAD: I. MORBILIDAD TABLA 3 -7 Ejemplo hipotético de cribado con radiografía de tórax: II. Prevalencia puntual Población estudiada 1000 Hitown 1000 Hitown N.° con observaciones radiológicas positivas 100 60 Prevalencia puntual por 1000 habitantes 100 60 medad sea mayor en Hitown, sino porque las personas de Hitown afectadas sobreviven más tiempo; la prevalencia de enfermedad (incidencia x duración) es por tanto mayor en las personas de Hitown que en las de Lotown. La figura 3-15 muestra el porcentaje de todos los nacimientos en Nueva Zelanda que eran extramaritales entre 1962 y 1979. Este hecho preocupó por el aparente aumento estable de nacimientos extramaritales. Pero, como se ve en la figura 3-16, realmente no ha habido un aumento de la tasa de nacimientos extramaritales; ha habido una reducción de todos los nacimientos que en gran medida es responsable de una reducción de los nacimientos en mujeres casadas.- Luego los nacimientos extramaritales son responsables de un mayor porcentaje de todos los nacimientos, aunque la tasa de nacimientos extramaritales no haya aumentado. Este ejemplo tiene dos puntos: primero, una proporción no es una tasa, y volveremos a este punto en nuestra exposición de la mortalidad. En segundo lugar, el nacimiento puede verse como un acontecimiento, igual que la aparición de una enfermedad es un acontecimiento, y pueden calcularse las tasas adecuadas. Al hablar de niños que nacen con malformaciones, algunas personas prefieren hablar de prevalencia de malformaciones en el nacimiento en lugar de incidencia de malformaciones en el nacimiento, porque la malformación estaba claramente presente ya (pero a menudo pasada por alto), incluso antes del nacimiento. Además, debido a que cierta proporción de casos con malformaciones abortan antes del nacimiento, es posible que cualquier estimación de la frecuencia de malformaciones en el nacimiento infravalore 41 significativamente la incidencia verdadera. Por ello se usa a menudo el término prevalencia en el nacimiento. La figura 3-17 muestra la incidencia del cáncer de mama en mujeres por edad y la distribución de cáncer de mama en mujeres por edad. Ignore el gráfico de barras por el momento y considere la curva. El patrón es de incidencia en aumento continuo con la edad, con un cambio en la pendiente de los 45 y 50 años. Este cambio se observa en muchos países. Se ha sugerido que algo pasa cerca del momento de la menopausia y que los cánceres de mama premenopáusico y posmenopáusico pueden ser diferentes enfermedades. Observe que, incluso a edades avanzadas, la incidencia o riesgo de cáncer de mama continúa aumentando. Veamos el histograma: la distribución de cáncer de mama por edad. Si la incidencia está aumentando tan espectacularmente con la edad, ¿por qué sólo menos del 5% de los casos se producen en el grupo de edad de mujeres más mayor? La respuesta es que hay muy pocas mujeres vivas a esa edad, de forma que incluso aunque tengan un mayor riesgo de cáncer de mana, el grupo es tan pequeño que contribuye sólo a una pequeña proporción del número total de casos de cáncer de mama a vistos en todas las edades. El hecho de que tan pocos casos de cáncer de mama se vean en este grupo de edad ha contribuido a dar una impresión pública falsa de que el riesgo de cáncer de mama es bajo en este grupo y que, por tanto, la mamografía no es importante en las edades avanzadas. Éste es un error grave. La necesidad de cambiar la idea del público sobre este asunto es un desafío sanitario importante. Por tanto, vemos la importancia de distinguir entre la distribución de lo enfermedad o la proporción ele casos y la incidencia o riesgo de la enfermedad. MAPAS DE PUNTOS. Una forma de estudiar diferencias geográficas espaciales en la incidencia es dibujar los casos sobre un mapa, de forma que cada punto represente un caso. La figura 3-18 muestra un mapa ele puntos de fiebre reumática en Baltimore de 1960 a 1964. La fiebre reumática se observó con frecuencia en este período, y como se ve en el mapa, los casos se agrupaban en el interior de la ciudad, lo que 42 ABORDAJE EPIDEMIOLÓGICO DE LA ENFERMEDAD Y LA INTERVENCIÓN Año FIGURA 3 -15 Porcentaje de nacimientos extramaritales en Nueva Zelanda, 1962 -1979, basado en d Departamento de Estadística. ( de Benfield J, Kjellstrom T: New Zenuptial births and domestic purpose 1980 in a different perspective. N Z Nurs J (1981.) es compatible con la observación frecuente de que la fiebre reumática se asocia poderosamente a un estado socioeconómico bajo. Debe señalarse que este agrupamiento visto en el mapa de puntos no demuestra una mayor incidencia en la región del agrupamiento. Si la población también se agrupa en esta área, la tasa en el área de agrupamiento puede no diferir de la de otro lugar de la ciudad. Pero un mapa de puntos puede ofrecer pistas importantes sobre la causa de la enfermedad que puede perseguirse con estudios más rigurosos. La figura 3-19 muestra este tipo de mapa de puntos en 1977-1981. En ese tiempo, la enfermedad era casi inexistente en Baltimore, a pesar de la falta de cualquier programa concertado dirigido a la erradicación de la enfermedad. El agrupamiento, el fenómeno mostrado por los mapas de puntos, es un fenómeno que se describe con frecuencia. Los residentes de una comunidad para informar de grupos aparentes de muertes en niños. Por ejemplo, en Woburn, Massachussets comunicó un grupo de casos de leucemia infantil se atribuyó a la contaminación industrial'. Esta ocu pación llevó a realizar acciones penales'. muchas agrupaciones aparentes se deben sólo un desafío epidemiológico importante es tales grupos de casos y excluir una causa a para lo que parece ser una proximidad deje una enfermedad mayor de la esperada en el espacio. Vigilancia La vigilancia es una función fundamental pública. La vigilancia puede realizarse para FIGURA 3-11 30 CAPÍTULO 3 MEDIDA DE LA OCURRENCIA DE LA ENFERMEDAD: I. MORBILIDAD 43 FIGURA 3-17 Incidencias de cáncer de mama en mujeres blancas y distribución de los casos por edad. (Datos de Cutler SJ, Young Jr JL: Third National Cancer Survey: Incidence data. Natl Cancer Inst Monogr 41, 1975.) cambios en la frecuencia de la enfermedad o cambios en la prevalencia de los factores de riesgo. Gran parte de nuestra información sobre la morbilidad y la mor- talidad por enfermedades procede de programas de vigilancia sistemática de la enfermedad. La vigilancia se realiza con más frecuencia en las enfermedades in- FIGURA 3 -18 Mapa de puntos de la distribución de la residencia de los pacientes con fiebre reumática, de 5 a 19 años, hospitalizados por un primer ataque, Baltimore, 19601964. (Reproducido de Gordis L, Lilienfeld A, Rodríguez R: Studies in the epidemiology and preventability of rheumatic fever: I. Demographic factors and the incidence of acute attacks. I Chroni c Dis 21:645-654, 1969. Copyright 1969, con autorización de Elsevier Science Ltd.) FIGURA 3-19 Mapa de puntos para los pacientes con fiebre reumática, de 5 a 19 años, hospitalizados por un primer ataque, Baltimore, 1977-1981. (Reproducido con autorización. De Gordis L: The virtual disappearance of rheumatic fever in the United States: Lessons in the rise and fall of disease. Circulation 72:1155-1162, 1985. Copyright 1985, American Heart Association.) 44 ABORDAJE EPIDEMIOLÓGICO DE LA ENFERMEDAD Y LA INTERVENCIÓN facciosas, pero en los últimos años cada vez es más importante vigilar los cambios de otros tipos de trastornos como las malformaciones congénitas, el cáncer, el asma y la intoxicación química y de lesiones y enfermedades tras desastres naturales corno huracanes o terremotos. La vigilancia también se utiliza para vigilar la integridad de la cobertura de una vacunación, la protección de una población y la prevalencia de microorganismos resistentes a fármacos como los causantes de la tuberculosis y el paludismo resistentes. Los Centers for Disease Control and Prevention definieron la vigilancia epidemiológica como «la recogida activa y sistemática, el análisis e interpretación de los datos sanitarios esenciales para la planificación, la puesta en marcha y la evaluación de la práctica sanitaria pública estrechamente integrada con la diseminación a tiempo de estos datos entre aquellos que necesitan saberlos»4. Un elemento importante de esto, así como de otras definiciones de la vigilancia, es proporcionar a los que toman las decisiones una guía para desarrollar y poner en marcha la mejor estrategia de los programas de prevención y control de enfermedades. Para que los países o estados sean capaces de obtener una salud pública coordinada son esenciales mecanismos para el intercambio de información. En consecuencia, son necesarias definiciones estandarizadas de enfermedad y criterios diagnósticos que puedan aplicarse en diferentes países. También deben estandarizarse los formularios utilizados para hacer los informes. La vigilancia puede ser de dos tipos: pasiva o activa. La vigilancia pasiva utiliza datos sobre enfermedades declarables o cuya información es obligada o solicitada, y la responsabilidad de la notificación recae en el personal sanitario o el oficial sanitario del distrito. El carácter íntegro y la calidad de estos datos comunicados dependen en gran medida de estos individuos y de su personal, que a menudo realiza esta tarea sin fondos ni recursos adicionales. Por ello, es probable que se comuniquen menos casos de los reales y que los informes no sean completos; para minimizar este problema, los instrumentos de información deben ser simples y cortos. Cuando se utiliza el informe pasivo, se pueden pasar por alto brotes locales debido a que el número relativamente pequeño de casos asegurados (numerador de incidencia) se diluye dentro de un gran denominador de una población total de una provincia o condado. Pero un sistema de informe pasivo es relativamente barato y fácil de poner en marcha inicialmente. Además, dado que muchos países tienen sistemas de información pasiva para diferentes enfermedades declarables que son generalmente infecciosas, la comunicación pasiva permite hacer comparaciones internacionales que pueden identificar áreas con una urgente necesidad de ayuda para confirmar casos nuevos y proporcionar intervenciones adecuadas para su control y tratamiento. La vigilancia activa consiste en un sistema en el cual el personal hace visitas de forma periódica a instalaciones sanitarias como clínicas y hospitales para identificar casos nuevos de una enfermedad o enfermedades o muertes por la enfermedad ocurrida (hallazgo de casos). La vigilancia activa puede consistir en entrevistar a médicos y pacientes, revisar historias médicas y, en los países en desarrollo y áreas rurales, investigar pueblos y ciudades para detectar casos bien de forma habitual o tras la comunicación de un caso índice. La comunicación es generalmente más precisa cuando es activa y pasiva porque la vigilancia activa la ejercen individuos que se han formado específicamente para tener esta responsabilidad. Esto contrasta con la vigilancia pasiva en la que los responsables de informar sobre nuevos casos están sobrecargados por sus responsabilidades básicas de proporcionar asistencia sanitaria y administrar servicios sanitarios. Para ellos, rellenar informes es una carga adicional que a menudo ven como periférica tras sus principales responsabilidades. Con el informe activo se identifican generalmente los brotes locales. Pero el informe activo es más caro de mantener que el pasivo y a menudo más difícil de poner en marcha inicialmente. La vigilancia en los países en desarrollo puede presentar problemas adicionales. Por ejemplo, las regiones que necesitan vigilancia pueden ser difíciles de alcanzar y puede ser difícil mantener la comunicación entre tales regiones y las autoridades centrales que deben tomar decisiones normativas y distribuir los recursos necesarios para controlar y prevenir la enfermedad. Además, las definiciones de enfermedad utilizadas en los países desarrollados pueden ser a veces inadecuadas o inútiles para los países en desarrollo por la falta de un laboratorio y otros recursos avanzados necesarios para una evaluación diagnóstica completa de los casos sospechosos. El resultado puede ser, por tanto, un informe insuficiente de los casos clínicos observados. La vigilancia tiene un gran valor en muchos marcos. La figura 3-20 muestra la tendencia de la incidencia de cáncer tiroideo de niños de Bielorusia, Ucrania, y Rusia desde 1986 a 1994 tras la explosión del reactor de Chernobyl5. La mayor incidencia se encontró en las regiones más contaminadas (Gomel en el sureste de Bielorusia y partes del norte de Ucrania). Pero un problema a la hora de inter- CAPÍTULO 3 MEDIDA DE LA OCURRENCIA DE LA ENFERMEDAD: I. MORBILIDAD FIGURA 3 -20 Tendencias de la incidencia de cáncer tiroideo infantil en Bielorusia, Ucrania, y Rusia, 19861994. (De Bard D, Verger P, Hubert P: Chernobyl, 10 years after: Health consequences. Epidemiol Rev 19:187204, 1997.) pretar estos datos es la posibilidad de que el aumento observado pudiera deberse a un cribado intensivo tras el accidente, lo que podría haber identificado tumores que de otra manera hubieran pasado desapercibidos. Pero ahora existe un acuerdo general en que el aumento observado de cáncer tiroideo en niños y adolescentes en regiones expuestas a Chernobyl es un hecho real. La vigilancia también puede realizarse para evaluar cambios en los niveles ele factores de riesgo ambientales de enfermedad. Por ejemplo, pueden vigilarse las concentraciones ele partículas contaminantes en el aire o de la radiación atmosférica, sobre todo tras un accidente como la explosión del reactor nuclear Three Mile islam,. Este tipo de vigilancia puede dar lugar a una alerta rápida sobre un posible aumento de la frecuencia de enfermedades asociadas a ese agente ambiental. Luego la vigilancia de los cambios en las tasas de enfermedad o en los niveles de factores de riesgo ambientales pueden servir ele medida de la gravedad del accidente y apuntar a posibles direcciones para reducir tales riesgos en el futuro. Calidad de vida La mayoría de las enfermedades tienen un impacto importante sobre los sujetos afectados que está por encima y más allá de la mortalidad. Enfermedades que pueden no ser mortales pueden asociarse a un sufrimiento e incapacidad considerables. Por esta razón también es importante considerar el impacto de una enfermedad midiendo su efecto sobre la calidad de vida, incluso aunque tales medidas no sean de hecho medidas de la ocurrencia de la enferme- dad. Por ejemplo, es posible estudiar el grado en el que la enfermedad afecta a los pacientes con artritis al llevar a cabo actividades de la vida diaria. Aunque existe una controversia considerable sobre qué medidas de la calidad de vida son más adecuadas y válidas, existe un acuerdo general en que tales medidas pueden utilizarse razonablemente para planificar programas terapéuticos a corto plazo en grupos de pacientes. A tales pacientes se les puede evaluar durante un período de meses para determinar los efectos del tratamiento sobre la calidad de vida que ellos mismos manifiestan. Las medidas de la calidad de vida también se utilizan para establecer prioridades en el caso de recursos sanitarios escasos. Aunque la priorización de los recursos sanitarios se basa habitualmente en datos de mortalidad, debido a que muchas enfermedades son crónicas y no ponen en peligro la vida, la calidad de vida debe tenerse también en cuenta con este objetivo. Los pacientes pueden dar diferente importancia a diferentes medidas de la calidad de vida dependiendo del ámbito cultural, la educación y, por ejemplo, los valores religiosos. Por ello, sigue siendo difícil medir la calidad de vida y obtener límites válidos que sean útiles para poder comparar datos en diferentes pacientes y diferentes poblaciones. Conclusiones En este capítulo hemos revisado diferentes métodos para medir la morbilidad. Hemos visto que una tasa implica la especificación de un numerador, un denominador de personas con riesgo y un tiempo, ya sea de forma explícita o implícita. En el siguiente capítulo volveremos a medir la mortalidad. 46 ABORDAJE EPIDEMIOLÓGICO DE LA ENFERMEDAD Y LA INTERVENCIÓN BIBLIOGRAFÍA 1. Erkinjuntti T, Ostbye T, Steenhuis R, Hachinski V: The effect of different diagnostic criteria on the prevalence of dementia. N Engl J Med 337:1667, 1997. 2. Lagakos SW, Wessell BJ, Zelen M: An analysis of contaminated well water and health effects in Woburn, Massachusetts. J Am Stat Assoc 81:583, 1986. 3. Harr J: A Civil Action. New York, Random House, 1995. 4. Thacker S, Berkelman RL: Public health surveillance in the United States. Epidemiol Rev 10:164, 1988. 5. Bard D, Ve rger..P,Hubert P: Chernobyl, 10 years after: health consequences. Epidemiol Rev 19:187, 1997. e. No puede determinarse si las tasas aumentarían o disminuirían. 5. Se ha realizado un estudio entre población adulta no hospitalizada en Estados Unidos desde 1988 a 1991. Los datos de este estudio se muestran a continuación. PREGUNTAS DE REPASO DEL CAPÍTULO 3 1. En un estudio inicial realizado en Oxford, Mass., se observó migraña en 5 de cada 1000 varones de 30 a 35 años y en 10 de cada 1000 mujeres de la misma edad. La inferencia de que las mujeres tienen dos veces más riesgo de presentar migraña que los varones en este grupo es: a. Correcta. b. Incorrecta, porque se ha utilizado una tasa para comparar varones y mujeres. c. Incorrecta, porque no se reconoce el efecto de la edad en los dos grupos. d. Incorrecta, porque no se ofrece ningún dato para la comparación ni un grupo control. e. Incorrecta, porque no se distingue entre la incidencia y prevalencia. 2. Un estudio de prevalencia realizado entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2003 identificó 1000 casos de esquizofrenia en una ciudad de 2 millones de personas. La incidencia que se define en esta población es de 5 por 100.000 personas al año. ¿Qué porcentaje de los 1000 cas os eran nuevos diagnósticos en 2003? 3. ¿Cuáles de las siguientes son una ventaja de la vigilancia activa? a. Requiere un personal menos dedicado. b. Es relativamente barata. c. Más precisa debido a la menor carga en la realización de informes sobre los profesionales de salud. d. Se apoya en definiciones de enfermedades diferentes para tener en cuenta todos los casos. e. Se pueden obtener con rapidez sistemas de comunicación. 4. ¿Cuál sería el efecto sobre la incidencia específica por edad si se excluyera a las mujeres con histerectomías del denominador de los cálculos, suponiendo que hay algunas mujeres en cada grupo a las que se ha realizado una histerectomía? a. Las tasas seguirían siendo las mismas. b. Las tasas tenderían a reducirse. c. Las tasas tenderían a aumentarse. d. Las tasas aumentarían en los grupos mayores y disminuirían en los más jóvenes. Los investigadores establecieron que había un aumento relacionado con la edad del riesgo de hipertensión en esta población. Usted concluye que la interpretación de los investigadores: a. Es correcta. b. Es incorrecta porque no se basa en tasas. c. Es incorrecta porque la incidencia no describe el riesgo. d. Es incorrecta porque se utiliza la prevalencia. e. Es incorrecta porque los cálculos no están ajustados por edades. Las preguntas información: 6 y 7 utilizan la siguiente Población de la ciudad de Atlantis el 30 de marzo de 2003 = 183.000. Número de casos activos nuevos de tuberculosis (TB) entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2003 = 26. Número de casos de TB activa de acuerdo con el registro municipal del 30 de junio de 2003 = 264. 6. La incidencia de casos activos de TB en el período de 6 meses fue: a. 7 por 1.000.000 de habitantes. b. 14 por 100.000 habitantes. c. 26 por 100.000 habitantes. d. 28 por 100.000 habitantes. e. 130 por 100.000 habitantes. 7. La prevalencia de TB activa el 30 de junio de 2003 fue: a. 14 por 100.000 habitantes. b. 130 por 100.000 habitantes. c. 144 por 100.000 habitantes. d. 264 por 100.000 habitantes. e. Ninguna de las anteriores.