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Medicamentos biológicos: Terapia de última generación contra la artritis reumatoidea Los fármacos biológicos detienen la inflamación y devuelven la funcionalidad a los pacientes, razón que los hace altamente efectivos y más seguros. De ahí la importancia de que pronto puedan ser incluidos dentro de la canasta de prestaciones del Plan Auge. POR soledad Torres foto alejandro cabello A fines de 2008 un importante anuncio de parte del Ministerio de Salud alegró a los directivos de la Sociedad Chilena de Reumatología (Sochire), y a los 85.000 pacientes que sufren artritis reumatoidea en nuestro país. Se anunció que en enero se iniciaría un plan piloto para que durante un año 50 pacientes Auge recibieran medicamentos biológicos como tratamiento para combatir su enfermedad. Una decisión trascendental a juicio del doctor Francisco Radrigán, reumatólogo de la Universidad Católica y presidente de la Sociedad Chilena de Reumatología. Y es que este tipo de medicamentos han cambiado el desarrollo de la reumatología en el mundo entero, permitiendo mejorar sustantivamente la calidad de vida de los pacientes. El médico explica que debido a razones burocráticas el piloto no se inició en enero, pero está ad portas. “El proceso comenzó hace dos años, cuando como Sochire participamos en la creación de las guías clínicas para el tratamiento de la artritis reumatoidea (AR). Por un tema de costos los medicamentos biológicos no fueron garantizados en la canasta del Plan Auge, y decidimos solicitar que se incorporaran como parte de las Garantías Explícitas en Salud (GES). Desde junio 2009 In vitro 39 entonces se ha estado trabajando con ese fin, en diversas reuniones con el Minsal”. Explica que el plan piloto consiste en utilizar medicamentos biológicos en 50 pacientes con AR a lo largo de todo Chile. “En volumen quizá sea poco, pero al menos se está dando la opción a algunos pacientes con el objetivo de que a futuro se incluya en el Plan Auge y se pueda extender más allá. La Sochire tiene un esquema armado de cómo seleccionar los pacientes para que sea equitativo, y una comisión que participa en ello”, advierte el médico. En Chile están aprobados adalimumab, etanercept, infliximab, abatacept y rituximab. Dos de ellos entrarían al piloto. De última generación Pero, ¿cuáles son las características de los medicamentos biológicos que los hacen tan valiosos para el tratamiento de la AR? Lo primero es que se trata de medicamentos de última generación desarrollados hace no más de una década en el caso de la AR. Se trata de proteínas producidas en laboratorio de modo similar a como lo hace el sistema inmune y que, precisamente, atacan a los componentes específicos de este sistema que participan en la génesis y desarrollo de la enfermedad, preservando las funciones inmunológicas que sí son útiles. Este tipo de medicamentos no se obtiene a través de métodos químicos, como el común de los fármacos, sino que son derivados de componentes de origen biológico como microorganismos, órganos y tejidos de origen vegetal o animal, así como células o proteínas de origen humano. El doctor Radrigán agrega que los medicamentos biológicos se desarrollan mediante sofisticadas técnicas de ingeniería molecular, razón que explica el que sean terapias tan costosas y difíciles de financiar por los pacientes en forma particular. “Han generado un vuelco en el enfrentamiento de las enfermedades inmunológicas o con algún componente inmunológico. Esto, ya que permiten actuar en cada etapa y bloquear específicamente aquel paso clave dentro de la actividad y en forma planeada previamente. La ingeniería genética 40 In vitro junio 2009 hace posible diseñar una acción para actuar en cada paso, y eso nos da la posibilidad de alta especificidad en el tratamiento evitando a su vez posibles efectos secundarios como ocurre con la mayoría de los medicamentos que actúan en muchos sitios distintos”. Advierte que la AR, a diferencia de la artrosis que es el desgaste de las articulaciones producto de los años, es una enfermedad del sistema inmunológico. “Lo que sucede es que este sistema ataca y daña las articulaciones y por lo tanto se requiere de tratamientos que ataquen el proceso, por eso los antiinfla- “Los medicamentos biológicos se desarrollan mediante técnicas de ingeniería molecular, razón que explica el que sean terapias tan costosas y difíciles de financiar en forma particular”. Dr Francisco Radrigán. Dr. Francisco Radrigán, reumatólogo de la Universidad Católica y presidente de la Sociedad Chilena de Reumatología. matorios no son efectivos en estos casos. En ese sentido, existen algunos medicamentos que están garantizados en el Plan Auge como metotrexato, leflunomida y sulfasalazina, que actúan en parte en el sistema inmunológico y retardan en cierto grado el daño que se produce en las articulaciones, pero no lo evitan. Y, lo peor es que para muchos pacientes no es suficiente, no les sirve”. Es precisamente en ese tipo de pacientes que los medicamentos biológicos pueden ser un alivio, ya que actúan como si fueran anticuerpos del organismo, en pasos específicos de la cascada inmunológica y de la inflamación. “Eso los hace altamente efectivos y específicos para el tratamiento que uno quiere hacer. El tema es que son muy costosos, y por eso el acceso es difícil”. Cabe destacar que la prevalencia de la AR en Chile es de un 0,5% de la población, es decir, unos 85 mil pacientes. Más efectivos y más seguros En relación a las cualidades de estos medicamentos, el doctor Javier Basualdo, reumatólogo y director de la Sociedad Chilena de Reumatología, sostiene que se los puede definir como anticuerpos monoclonales desarrollados por ingeniería molecular. “Actúan como si fueran un componente orgánico, específicamente sobre citoquinas proinflamatorias como la TNF, interleukina 1, interleukina 6 y bloqueando linfocitos CD 20, así como factores de coestimulación de células T, propias de un cuadro de artritis reumatoidea”. Sobre las ventajas que tiene este tipo de medicamentos, el especialista asegura que poseen un rápido comienzo de acción con respecto al tratamiento tradicional de la AR con DMARs (drogas modificadoras de la AR). “Ello, a su vez implica mejor calidad de vida para los pacientes, se evitan erosiones y problemas de discapacidad. Asimismo, se puede prever una incorporación más temprana al trabajo, una reducción de los costos de reposo, de jubilaciones anticipadas y cirugías ortopédicas en los casos que se requieran”. Cabe señalar que si bien los beneficios asociados a los medicamentos biológicos son claros, no son para todo tipo de personas. “El principal efecto no deseado de las drogas biológicas es el aumento en la tasa de infecciones”. Dr Javier Basualdo. El presidente de la Sochire explica que están indicados en los pacientes con el diagnóstico correcto (AR), que hayan recibido tratamiento con las drogas actuales en dosis adecuadas y que pese a haber sido bien hecho y bien llevado por varios meses no exista una respuesta satisfactoria, es decir, el paciente persista con más de seis articulaciones inflamadas o dolorosas. El ideal es que sea una AR de menos de dos años de evolución, ya que el cuadro parte dañando las articulaciones los dos primeros años. “Si damos medicamentos biológicos a una persona que lleva 15 años enferma le será útil, pero la efectividad a largo plazo será mucho menor que si se trata al comienzo, porque entonces permite evitar los daños y el impacto es mayor”, asegura el doctor Radrigán. De ahí la importancia de que el diagnóstico de la AR se haga en forma precoz, actualmente los pacientes llegan a la consulta después de cuatro años de enfermedad. “No sólo es importante contar con los medicamentos sino también con la oportunidad terapéutica, es decir, utilizarlos en el momento adecuado”, añade el médico. El doctor Basualdo advierte que si bien los fármacos biológicos detienen la inflamación y devuelven la funcionalidad a los pacientes, no se puede obviar que en ciertos casos puede haber efectos secundarios no deseados. De hecho, un reciente estudio publicado en la revista JAMA plantea que un cuarto de los medicamentos biológicos vendidos desde 1995 en Estados Unidos y Europa ha provocado efectos como reacciones alérgicas o infecciones, por lo que se ha enfatizado la necesidad de escoger bien a los pacientes que los reciben. “Como actúan en el sistema inmunológico el principal efecto no deseado de las drogas biológicas es el aumento en la tasa de infecciones, ya sea de piel, tejidos blandos y/o respiratorias. También se cuentan las alergias por infusión, así como las infecciones oportunistas por listeria, hongos y legionella, y una mayor incidencia de cuadros de tuberculosis, por lo que es necesario descartar infección latente o activa con PPD y RX Tórax. También se han descrito entre los efectos secundarios enfermedades desmielinizantes e inducción de lupus, aunque Dr. Javier Basualdo, reumatólogo y director de la Sociedad Chilena de Reumatología, no hay una mayor incidencia de neplasia”, asegura el doctor Basualdo. El doctor Radrigán añade que en el caso específico de los pacientes con AR el principal efecto puede ser la reactivación de la tuberculosis. Es por ello que deben ser controlados, y si existen antecedentes de tuberculosis tal vez no puedan ocupar estas drogas o bien necesitan ser tratados para evitar que se reactive. “Si bien la efectividad de los medicamentos biológicos es mucho mayor que la de los remedios actuales, puede suceder que en un paciente x no funcionen, y es que en medicina no existe el 100% de efectividad. Siempre hay personas que reaccionan distinto, y en ese caso lo que se hace es cambiar de medicamento, porque cada enfermo es un ente individual”, explica el médico. Su entrada al Auge Está claro que el gran “pero” para que estos medicamentos sean parte de las Garantías Explícitas de Salud en nuestro país no son los posibles efectos secundarios, sino su elevado costo. Se estima que el valor mensual podría llegar a los $600 mil, suma que muy pocos pacientes podrían financiar en forma particular. Si bien hoy en día son varias las isapres que los cubren, ya sea en forma total o parcial, la meta de la Sochire es que se integren a las garantías del Plan Auge y se democratice el acceso a ellos. A juicio del doctor Radrigán, el que sean más caros es un tema relativo, ya que los estudios de costo efectividad que se han realizado en el extranjero demuestran que a largo plazo estos medicamentos sí son costos efectivos. “Es decir, lo que evitan vale la pena gastarlo, porque las personas que sufren de AR dejan de trabajar y terminan siendo una carga para la sociedad, pasan con licencia médica o requieren pensiones de invalidez. Incluso sería más costo efectivo que la diálisis, y nadie se cuestiona en hacerla”. En ese sentido, el objetivo del plan piloto liderado por la Sochire es demostrar a las autoridades de salud que son medicamentos útiles, tanto desde el punto de vista médico para el paciente como económico para la sociedad. “Para los pacientes que ingresen al piloto el tratamiento es continuo, pero la meta es que en el plazo de 6 meses a un año contemos con información suficiente para mostrar que los medicamentos biológicos son útiles y que deben implementarse de forma más masiva en la población”. El médico explica que muchas veces en terapias que pueden ser caras, si bien se pueden garantizar, también son necesarios los controles. Eso, a fin de seleccionar bien los pacientes y ver si se justifica o no, o en qué esquema hay que tratarlo para que no se sobreindique y no haya sobregastos. El punto es que quien realmente lo necesite pueda tener acceso. “Gastar miles de millones para salvar un paciente puede que no sea costo efectivo desde el punto de vista sanitario del país, pero es nuestra responsabilidad demostrar que ciertas intervenciones son necesarias y útiles porque ayudan a la gran masa de la población, y permiten cambiar población no útil por invalidez a una población que es útil para la sociedad y para su país”, concluye el presidente de la Sochire. junio 2009 In vitro 41