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Lo más destacado 2011 Hemos dejado para el final los 3 temas más importantes durante el 2011: el tratamiento como prevención, los avances en el tratamiento de la hepatitis C y los estudios que marcan el tiempo óptimo de la TAR en pacientes con coinfección VIH – TB. La aprobación por la FDA de Telaprevir (Incivek®) y de Boceprevir (Victrelis®), los dos primeros inhibidores de proteasa para el tratamiento de la hepatitis C genotipo 1, marca un punto de inflexión en la expectativa de respuesta virológica sostenida en paciente con infección crónica por este genotipo de pobre respuesta a la terapia estándar con Interferon pegilado y Ribavirina. Además, nuevos inhibidores de proteasa, antagonistas nucleosídicos y no nucleosídicos de la polimerasa, inhibidores NS5A y de la ciclofilina, se están desarrollando aceleradamente en un número superior a la veintena en distintas combinaciones de 2 y 3 fármacos e incluso sin el backbone convencional de Interferon – Ribavirina. Los primeros resultados en coinfección VIH – VHC se mostraron este año en el CROI y serán objeto de un módulo exclusivo. En el CROI se presentaron los resultados de los estudios Sapit y STRIDE (ACTG 5221) que terminaron de disipar las dudas sobre cuándo iniciar TAR en pacientes en tratamiento por TB. En el estudio Sapit de 3 brazos con inicio de TAR al término del tratamiento antiTB, hasta 4 semanas después del inicio de la fase bisemanal o bien dentro de las primeras 4 semanas del inicio del tratamiento de la TB, el brazo secuencial con inicio de TAR al término del tratamiento antiTB ya había sido suspendido por mayor mortalidad. Este año se mostraron los resultados finales de los 2 brazos de inicio de TAR durante el tratamiento de la TB, sin diferencias en el riesgo de progresión a Sida o muerte y con más riesgo de Síndrome de Reconstitución Inmune (IRIS) a inicio más temprano. Sin embargo en el subgrupo de pacientes con CD4 < 50 células/ mm3, la mortalidad en los pacientes con inicio en fase bisemanal fue de 26,3% versus 8,5% con el inicio precoz (59). En el estudio STRIDE con sólo 2 brazos, de inicio inmediato de la TAR (dentro de las primeras 2 semanas, en promedio 10 días de tratamiento TB) o temprano (a las 8 a 12 semanas, promedio 10 semanas), se confirmó un riesgo de progresión o muerte similar y mayor riesgo de IRIS con inicio inmediato. Nuevamente en el subgrupo de pacientes con CD4 basal inferior a 50 células/ mm3, la progresión a Sida y muerte en el brazo temprano superó al brazo inmediato (26,6% versus 15,5%) (60). Si agregamos los resultados previos del estudio Camelia, la ventaja del inicio “inmediato” de la TAR es evidente entre los pacientes con menos de 50 CD4. (Tabla 1) Estudio Camelia Stride Sapit Sitio Camboya 4 continentes Sudáfrica n 661 806 642 EndPoint Muerte Progr.-muerte Progr.-muerte CD4 <50 ↓ 34% ↓ 42% ↓ 68% NS NS CD4 >50 Sin duda que el estudio que más se destacó el año 2011 fue el HPTN052, presentado en el IAS y rápidamente publicado en el New England Journal of Medicine que le valió al Dr. Myron Cohen ser destacado por la revista Science como el personaje del año. Aunque varios estudios observacionales habían demostrado menor riesgo de la pareja serodiscordante de adquirir VIH cuando el caso índice recibía TAR, se requería un estudio randomizado para demostrar definitivamente el impacto del tratamiento del VIH en la reducción del riesgo de transmisión. En este estudio realizado en distintos continentes, 1.763 parejas serodiscordantes, mayoritariamente heterosexuales, 886 pacientes iniciaron inmediatamente TAR sin reunir los criterios clínico – inmunológicos mientras que 877 difirieron TAR hasta requerirla. 39 parejas seronegativas resultaron infectadas (2,2%) de las cuales 28 resultaron genéticamente relacionadas. De estas 28 infecciones relacionadas, 27 ocurrieron en el brazo de TAR diferida con lo que la eficacia de la TAR en reducir la transmisión fue de 96%. Incluso el caso de transmisión en el grupo de TAR inmediata ocurrió antes de obtenerse la supresión virológica (reporte verbal de Dr. Cohen). No hubo ventajas en términos de mortalidad de los casos índice con el inicio inmediato, pero sí se observaron menos casos de Tuberculosis (61,62). Las reacciones a este artículo han sido amplias; Onusida definió los resultados como un cambio en las reglas de la prevención y se ha sugerido que “sería antiético no ofrecer tratamiento a las personas infectadas con parejas serodiscordantes”. Sin embargo es prudente establecer una nota de cautela por cuanto hay limitaciones importantes al uso universal de esta estrategia. Por una parte, se requiere un acceso amplio al test y la atención que significan un desafío a la capacidad de los servicios de salud y la retención en tratamiento y la toxicidad de los ARV en personas que no requieren TAR puede diferir de los observados con el manejo estándar. Por otra parte esta estrategia requiere un diagnóstico exhaustivo de los casos de seroconversión, principal fuente de contagio en países con acceso generalizado al diagnóstico. Finalmente hay casos probados de discordancia viral sangre – fluidos genitales y se han descrito conductas de “compensación de riesgo” en personas en TAR con aumento de conductas sexuales inseguras. No hay que olvidar tampoco que este estudio fue realizado en una población mayoritariamente heterosexual y el impacto de la TAR en prevenir la transmisión no ha sido demostrado en parejas del mismo sexo.