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Respuesta al tratamiento de día de los pacientes con dependencia a la cocaína y al alcohol. Arthur I. Alternan, Ph. D. Marian Droba, M.D. A.Thomas McLellan, Ph. D. El Dr. Alterman es director científico asociado y el Dr. McLellan director científico del Departamento de Asuntos de Veteranos (Department of Veterans Affairs) del Centro de Investigación sobre la Adicción de la Universidad de Pensilvania (University of Pennsylvania Addicton Research Center) en el Centro Médico de Asuntos de Veteranos (Veterans Affairs Medical Center) (116), University and Woodland Avenues, Philadelphia, Pennsylvania 19104. Los doctores Alterman y McLellan son profesores y el Dr. Droba es profesor clínico auxiliar en el departamento de psiquiatría de la Facultad de Medecina de la Universidad de Pensilvania (University of Pennsylvania School of Medecine) de Philadelphia. El Dr. Droba es también psiquiatra asistente en el Instituto del Hospital de Pensilvania (Institute of Pennsylvania Hospital). El tratamiento de hospital de día es una intervención eficaz en el tratamiento de varios trastornos psiquiátricos (1). El tratamiento de hospital de día del alcoholismo se compara favorablemente al tratamiento ingresado (2,3). El Centro Médico de Asuntos de Veteranos de Filadelfia (The Philadelphia Veterans Affairs Medical Center) ha estado tratando a hombres pobres con dependencia de alcohol con un programa de hospital de día durante más de 15 años, obteniendo buenos resultados. Cuando un número creciente de sujetos con dependencia a la cocaína empezó a solicitar tratamiento en nuestro servicio hace ya varios años, no disponíamos de intervenciones específicas para ellos, a pesar de que parecían necesitar un tratamiento intensivo (4). Probamos a tratarlos con el mismo programa de hospital de día que usábamos con los pacientes alcohólicos. El objetivo del estudio que presentamos fue comparar la respuesta al tratamiento de los pacientes con dependencia a la cocaína en el programa de hospital de día con la respuesta de los pacientes con dependencia al alcohol en el programa. Las medidas de la respuesta al tratamiento que se incluyeron fueron: la cantidad de tratamiento que los pacientes de ambos grupos decían estar recibiendo, la proporción de tratamiento completado en cada grupo de tratamiento, la duración del tratamiento de los pacientes RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 8 – 1996 que completaron el tratamiento y la de aquellos que no lo completaron y, para los pacientes con dependencia a la cocaína, datos de toxicología de la orina a lo largo del tratamiento. Muchos de los pacientes con dependencia a la cocaína iniciaron el tratamiento sin el beneficio de la desintoxicación. Por esta razón consideramos importante determinar la probabilidad de que los pacientes con un test de detección de toxicología urinaria positivo al inicio del estudio, completen el tratamiento. Métodos Sujetos. Entre septiembre de 1987 y agosto de 1990, se seleccionaron sesenta hombres con dependencia a la cocaína y 67 hombres con dependencia al acohol que estaban siguiendo un tratamiento de hospital de día en el ‘Philadelphia VA Medical Center’. Los diagnósticos de abuso de substancias se basaron en una entrevista diagnóstica clínica realizada por un psiquiatra del programa, siguiendo los criterios DSMIII-R (5). Los pacientes mayores de 59 años, aquellos con antecedentes de trastorno psicótico o demencia, los sujetos para los que se consideró médicamente inadecuado un tratamiento a régimen abierto o aquellos que reunían criterios para un diagnóstico de abuso de substancias por otras substancias a parte del alcohol, 5 la cocaína o la marihuana, no se incluyeron en el estudio. Programa de tratamiento. El tratamiento de hospital de día está disponible para los veteranos tanto cocaínadependientes como alcohol-dependientes. Su objetivo es proveer un marco estructurado en el que el paciente pueda iniciar la abstinencia de cualquier droga de la que abuse. El tratamiento suministra 27 horas de tratamiento semanales durante aproximadamente un mes, incluyendo terapia de grupo diaria centrada en los patrones cognitivo y conductual de la adicción, sesiones educativas sobre los aspectos psicosociales de la adicción, recreo en grupo con supervisión y terapia familiar en los casos indicados. Se dispone de terapia individual si es necesario. Se dispone de cuidados médicos de mantenimiento y preventivos. De manera auxiliar, se prescribe ocasionalmente medicación psicotrópa (normalmente para la depresión). Para controlar la abstinencia de los pacientes, se utilizan tests de detección de toxicología urinaria que se administran dos veces por semana. Otras medidas de evolución controladas por el equipo asistencial del programa son la asistencia, la participación en las sesiones de grupo y en las educativas, y la participación al menos 3 veces por semana en el grupo de ‘alcohólicos anónimos’ o de ‘narcóticos anónimos’. Un paciente es excluido del programa si se evidencia el uso de cocaína u alcohol, indicado por tres resultados positivos consecutivos en el test de detección de orina, especialmente si se acompaña de incumplimiento del programa. El programa requiere que el paciente se mantenga sin consumo de drogas, indicado por test de orina negativo, durante al menos 14 días antes de avanzar a un programa de mantenimiento con dos sesiones semanales. Para los pacientes que no cumplían este criterio, el tratamiento se prolongó superando el período prestablecido de un mes. Procedimiento. Todos los pacientes dieron su consentimiento informados antes de participar en el estudio. Al inicio del tratamiento un técnico-investigador entrenado suministró el Addiction Severity Index (ASI) IIndice de Severidad de la Adición) (6,7). El ASI, una entrevista semiestructurada con una duración de aproximadamente 45 minutos, proporciona datos sociodemográficos e información de problemática pasada y presente en siete áreas de funcionamiento: médica, laboral, relación con el alcohol, relación con las drogas, legal, familiar y social y psiquiátrica. 6 Investigaciones previas han demostrado que el ASI tiene una alta fiabilidad y una alta validez concurrente y predictiva (7). La toxicología urinaria y los datos de asistencia se obtuvieron de la hoja de seguimiento del paciente. Al final de cada una de las cuatro semanas de tratamiento se administró el Treatment Services Review (TSR) (Revisión de los Servicios de Tratamiento) (8). El TSR es una entrevista semiestructurada breve utilizada para obtener información de los pacientes sobre el uso que hacen de varios servicios de tratamiento dirigidos a las siete áreas problemáticas evaluadas en el ASI. La puntuación del TSR se deriva de asignar 1 punto por cada servicio que el paciente dice haber recibido en cada área de servicio. Los puntos se suman para obtener una medida de tratamiento total. Datos preliminares de fiabilidad y validez del TSR se han descrito recientemente (8). Los datos del ASI y TSR fueron analizados utilizando tests chi cuadrado y t-test; la significación estadística se fijó en valores p inferiores a 0.05 RESULTADOS. Análisis iniciales. Los pacientes con dependencia a la cocaína eran significativamente más jovenes que los pacientes alcohólicos (media +- SD edad=33.9+-6.4 y 42.5 +-7.2 anos, respectivamente; t=7.09, gl=125, p<0.001). El 96.7% de los pacientes alcohólicos lo era un 76.1, siendo la diferencia de porcentajes estadísticamente significativa (c2 =9.57, gl=1, p=0.002). Los dos grupos de pacientes no diferían significativamente en otras variables sociodemográficas, como estado civil, años de educación y residencia fija. Las diferencias previsibles entre grupos, en variables que miden el uso de substancias, se pusieron de manifiesto. Los pacientes alcohólicos informaron de una historia de consumo de alcohol hasta niveles tóxicos más larga que la de los pacientes cocaínadependientes (16.2+-8.9 años, en comparación a 8+-8.2 años; t=5.34, gl=125, p<0.001). En los 30 días anteriores a la entrevista, pasaron más del doble de días intoxicados por alcohol (15.3+-7.58 días, en comparación a 7+-8.1 días; t=5.97, gl=125, p<0.001) y gastaron más del triple de dinero en alcohol (147 dólares +- 195, en comparación a 42dolares +- 89; t=3.83, gl=125, p<0.001). Durante los 30 días previos a la entrevista los pacientes con dependencia a la cocaína consumieron cocaína una media de 11.5 días, mientras los pacientes alcohólicos lo hicieron una media de 0.8 días (t=10.35, RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 8 – 1996 gl=125, p<0.001). Los primeros gastaron en drogas una media de 524 dólares +-SD=471, mientras los segundos gastaron 22 dolares+-75 (t=8.62, gl=125, p<0.001). Los pacientes cocaína-dependientes informaron de menos problemas médicos y más problemas legales que los pacientes alcohol-dependientes, en el momento de iniciar el tratamiento. Los grupos no mostraron diferencias significativas en el número de días en que trabajaron durante los 30 días anteriores a la entrevista, ni en antecedentes psiquiátricos, problemas familiares o sociales. Asistencia y cumplimiento del tratamiento. La proporción de pacientes que completaron el tratamiento de hospital de día en el grupo de pacientes con dependencia a la cocaína fue significativamente inferior a la del grupo de pacientes alcohólicos (53.3 %, en comparación a 86.6 %; c2 = 15.36, gl=1, p<0.0001). Sin embargo, entre los pacientes que completaron el tratamiento, la proporción de pacientes que entraron en el programa de mantenimiento fue similar en los dos grupos de pacientes (81% en el grupo de cocaína-dependientes y 90% en el de alcohólicos). Los pacientes de ambos grupos que completaron el tratamiento no mostraron diferencias significativas en la duración media del tratamiento (31.4 días en el grupo de pacientes con dependencia a la cocaína y 29.7 días en el de pacientes alcohólicos). En referencia a los pacientes que no completaron el tratamiento, no se detectaron diferencias significativas entre los dos grupos de pacientes en la cantidad media de días que permanecieron en tratamiento (15.5 días, con un rango de 2 - 29 días, los pacientes dependientes de cocaína y 12.8 días, con una rango de 3 - 25 días, los alcohólicos). Aunque la probabilidad de ser expulsado del programa de tratamiento fue superior en el grupo de pacientes cocaína-dependientes que en el grupo de alcohólicos, esta diferencia no alcanzó significación estadística. La razón principal para expulsión fue el uso continuado de substancias, mientras algunos casos fueron expulsados por repetidas faltas de asistencia no autorizadas. Servicios del Tratamiento. Los resultados sobre el uso de los servicios se basan en los datos recogidos la primera semana de tratamiento para un total de 54 pacientes con dependencia a la cocaína y 64 pacientes alcohólicos, incluyendo algunos pacientes que abandonaron más tarde el tratamiento. Nos centramos en RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 8 – 1996 este período de tiempo para incluir datos del mayor número posible de casos. Sin embargo, el análisis con los datos de los pacientes que recibieron cuatro semanas de tratamiento mostró resultados similares. El análisis multivariante de la varianza (MANOVA) reveló diferencias significativas entre los pacientes con dependencia a la cocaína y los dependientes al alcohol en el uso de los servicios de tratamiento dirigidos a las siete áreas problemáticas evaluadas mediante el ASI (F=24.86, gl=7,110, p<0.001). Este hallazgo justificó exámenes posteriores de las diferencias entre grupos en el uso de servicios específicos. Los dos grupos mostraron diferencias significativas en la cantidad de uso de servicios relacionados con el alcohol, servicios relacionados con las drogas y servicios psiquiátricos. Como era de esperar, los pacientes con dependencia a la cocaína recibieron significativamente menos servicios relacionados con el alcohol que los pacientes alcohólicos (puntuación media de TSR 4.5 y 15.6 respectivamente; F=74.41, gl=1.116, p<0.001) y significativamente más servicios relacionados con las drogas (puntuación media de TSR 12 y 4.7 respectivamente; F=28.23, gl=1.116, p<0.001). Los pacientes cocaína-dependientes también recibieron significativamente menos tratamiento para problemas psiquiátricos que los alcohólicos (puntuación media de TSR 1.2 y 3 respectivamente; F=4.61, gl=1.116, p=0.034). Tests de detección de toxicología urinaria. Del grupo de pacientes con dependencia a la cocaína y resultado negativo en el test de toxicología urinaria al inicio del tratamiento, un 75 % (18 de 24) completó el tratamiento con éxito. Del grupo de pacientes con resultado positivo para la cocaína solo lo completó con éxito un 44% (c2=4.27, gl=1, p=0.039). Discusión. Los resultados sugieren que una proporción significativa de pacientes con dependencia a la cocaína se benefició del tratamiento de rehabilitación en un hospital de día, lo cual es muy alentador en vista de las dificultades encontradas a menudo en el tratamiento de esta población (4). También es alentador el hecho de que entre los pacientes que completaron el tratamiento de día, entraron en el tratamiento de mantenimiento casi tantos pacientes con dependencia a la cocaína como pacientes alcohólicos. Sin embargo, los pacientes con dependencia a la cocaína tenían una probabilidad significativamente superior de abandonar el tratamiento. Los pacientes con dependencia a la cocaína libres de droga al inicio 7 del tratamiento tenían una probabilidad de completar el tratamiento superior a la de los pacientes con resultados positivos en el test de detección de toxicología urinaria. Estos resultados sugieren que los pacientes con dependencia a la cocaína se pueden beneficiar de un período de desintoxicación o de estabilización antes de entrar en un tratamiento de rehabilitación en un programa de tratamiento de día. Sin embargo, la ausencia de desintoxicación no parece ser el único factor contribuyente al fracaso del tratamiento; el resultado de éste puede ser explicado por otras diferencias entre los pacientes libres de droga al inicio del tratamiento y los que no lo son. La futura investigación de estas diferencias puede ayudar a mejorar el desarrollo de programas eficaces de tratamiento de día para los pacientes con dependencia a la cocaína. Agradecimentos Esta investigación fue esponsorizada por el Servicio de Investigación Médica (Medical Research Service) y el Servicio de Investigación y Desarrollo de Servicios Humanos (Human Services Research and Development Service) del Departamento de Asuntos de Veteranos (Department of Veterans Affairs), por la beca DA05186 del Instituto Nacional de Abuso de Drogas (National Institute on Drug Abuse) y la beca 07257-04 del Instituto Nacional de Abuso de Alcohol y Alcoholismo (National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism). 8 Bibliografía 1. Parker S, Knoll KL: Partial hospitalization: an update. American Journal of Psychiatry 147:156-160,1990. 2. Fink EB, Longabauh R, McCrady BM, et al: Effectiveness of alcoholism treatment in partial versus inpatient settings: twenty-four-month outcomes. Addictive Behaviors 10:235-248,1985. 3. McLachlan JFC, Stein RL: Evaluation of a day clinic for alcoholics. Journal of Studieson Alcohol 43:261-272, 1982. 4. Washton AM, Gold MS, Pottash AC:Treatment in cocaine abusers, in Problems on Drug Dependence 1989. National Institute on Drug Abuse research monograph 67. Edited by Harris LS. Rockville, Md, National Institute on Drug Abuse, 1986. 5. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 3rd ed, rev. Washington, DC, American Psychiatric Association, 1987. 6. McLellan AT, Luborsky L, O’Brien CP, et al: An improved evaluation instrument for substance abuse patients: the Addiction Severity Index. Journal of Nervous and Mental Disease 173:412-423,1980. 7. McLellan AT, Luborsky L, Cacciola J, et al: New data from the Addiction Severity Index: reliability and validity in three centers. Journal of Nervous and Mental Disease 173:412-423,1985. 8. McLellan AT, Alterman Al, Cacciola J, et al: A new measure of substance abuse treatment: initial studies of the Treatment Services Review. Journal of Nervous and Mental Disease 180:101-110,1992. RET, Revista de Toxicomanías. Nº. 8 – 1996