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Publicación trimestral de la Asociación Colombiana de Psiquiatría Fundada en 1964 Volumen 37, Nº 2 Junio de 2008 rev.colomb.psiquiat. Cra. 18 N.º 84-87, Of. 403 Bogotá, Colombia Tels.: (571) 2561148, 2563549; fax: 6162706 www.psiquiatria.org.co/revista Correo electrónico: revista@psiquiatria.org.co Director-Editor Carlos Gómez-Restrepo Comité Editorial César Augusto Arango Dávila, MD, PhD Rubén Ardila, PhD Jaime Eduardo Bernal, MD, PhD Antonio Bulbena Vilarrasa, MD, MSc España Gerardo Campo Cabal, MD, MMED Carlos Gómez-Restrepo, MD, MSc María Isabel Gutiérrez, MD, MSc, PhD Carlos López Jaramillo, MD, Master Iván Darío Montoya, MD, MSc Estados Unidos Carlos Palacio Acosta, MD, Maestría María Nelcy Rodríguez, Bioestadística, MPH Maritza Rodríguez Guarín, MD, Maestría Comité Científico Nacional Gonzalo Arboleda (Universidad del Rosario) Nora Daníes Lusk Ricardo De la Espriella Guerrero (Universidad Juan N. Corpas) Franklin Escobar Córdoba (Universidad Nacional) Carlos Filizzola Donado (Universidad Javeriana) Marco Fierro Urresta (Universidad del Rosario) Álvaro Franco Zuluaga (Universidad del Bosque) Jenny García Valencia (Universidad de Antioquia) José Antonio Garciandía Imaz (Universidad Javeriana) Luis Eduardo Jaramillo González (Universidad Nacional) Diana Matallana Eslava (Universidad Javeriana) Alexánder Pinzón Amado (Universidad Industrial de Santander) Hernán Rincón Hoyos (CES) Juan Carlos Rivas (Universidad del Valle) Álvaro Rodríguez Gamma (Unisanitas) Página web Christian Muñoz Farias (Editor) Alexander González Gutiérrez (Webmaster) Jorge E. Echeverry Chabur (Colaborador) Publicidad y suscripciones Deyanira Ortiz Ramírez Asistente del Comité Alexander González Gutiérrez Corrección de estilo Gustavo Patiño Díaz y Ella Suárez Directores anteriores Ricardo Azuero (1964-1965) Humberto Roselli (1966-1970; 1971-1979) Alejandro Pinto (1970-1971) Rafael Salamanca (1979-1983) Roberto Chaskel (1983-1994) Carlos Arteaga (1994-2002) Carlos Felizzola Donado (e) (2002) ISSN: 0034-7450 Germán Rueda Jaimes (Universidad Autónoma de Bucaramanga) Ricardo Sánchez Pedraza (Universidad Nacional) César Sánchez Vergara (Universidad de Cartagena) Manuel Torres Gutiérrez (Universidad Javeriana) Miguel Uribe Restrepo (Universidad Javeriana) Comité Científico Internacional Sergio Aguilar-Gaxiola (Estados Unidos) Renato Alarcón (Estados Unidos) Victoria Arango (Estados Unidos) Shrikant Bangdiwala (Estados Unidos) Germán Berríos (Reino Unido) Francisco Cornejo M. (Ecuador) Javier I. Escobar (Estados Unidos) Neil Fernando (Sri Lanka) Steve Fisher (Australia) José de León (Estados Unidos) Paola Leone Campo (Reino Unido) Manuel Martín (España) Juan Mezzich (Estados Unidos) Ricardo Morla (Ecuador) Robert Schwartz (Estados Unidos) Brigit Racket (Alemania) Mauricio Sierra-Siegerd (Reino Unido) Sergio Strejilevich (Argentina) Rebecca Syed (Reino Unido) Marta Torrens (España) Mark Underwood (Estados Unidos) Benjamín Vicente (Chile) Eduard Vieta (España) Milton Wainberg (Estados Unidos) Junta Directiva de la Asociación Colombiana de Psiquiatría 2007-2008 Presidente: Carlos A. López Jaramillo Vicepresidente: Carlos A. Miranda Bastidas Secretario: Jaider Barros Bermúdez Tesorero: Alfonso Rodríguez González Vocales: Martha Marcela Alzate García, Beatriz Helena Caamaño León, Carlos A. Felizzola Donado, Pedro Gómez Méndez, Ramón E. Lopera Lopera, Christian Muñoz Farias, Víctor M. Salamanca Solís, Gustavo A. Zambrano Sanjuán Revisor fiscal: Ramón Ortega Reyes La Revista Colombiana de Psiquiatría está indexada en: PsycINFO, SciELO, DOAJ, REDALYC, PSICODOC, Publindex (categoría A1), Banco Nacional de Datos en Salud y Ciencias Biomédicas, Periódica, Literatura Latinoamericana y del Caribe en Ciencias de la Salud (Lilacs), Latindex, Índice Mexicano de Revistas Biomédicas (Imbiomed) y Catálogo BIBLOS. Diagramación e impresión Editorial Kimpres Ltda. Esta revista está hecha con papel sin ácido 1.0 00 ejemplares Bogotá, Cra. 18 No. 84-87 Of. 403 • 2561148, 2563549 • Fax 6162706 • acp@psiquiatria.org.co Contenido Nuestra portada 150 . . .Pilar . . .Gómez: . . . . .Al. viento ............................. Editorial Limitación del riesgo cardiovascular generado por la clozapina 152 . . .Carolina . . . .Aponte . . . Urdaneta, . . . . .Joseph . . . P.. .McEvoy ..................... Artículos originales Prevalencia del trastorno depresivo mayor y factores asociados: un estudio poblacional en Bucaramanga (Colombia) Mauricio Rueda-Sánchez, Luis Alfonso Díaz-Martínez, Germán Eduardo Rueda-Jaimes 159 169 182 195 ......................................... Implementación de una prueba automatizada para la evaluación de la memoria operacional: Memonum Ángela Pilar Albarracín Rodríguez, Marta Isabel Dallos Arenales, . . .Carlos . . .Arturo . . .Conde . . . Cotes ............................. Aspectos psicopatológicos del coeficiente intelectual limítrofe: un estudio en el Hospital de la Misericordia, 2000-2005 Juana Yolanda Atuesta Fajardo, Rafael Antonio Vásquez Rojas, Zulma Consuelo Urrego Mendoza ......................................... Prevalencia del consumo de sustancias en estudiantes de secundaria de Bucaramanga (Colombia) y su área metropolitana Germán Eduardo Rueda-Jaimes, Paul Anthony Camacho López, Andrés Mauricio Rangel-Martínez-Villalba, Eliana Duarte Pineda ......................................... Artículos de revisión/actualización Neurobiología de la impulsividad y los trastornos de la conducta alimentaria Luis Felipe Orozco-Cabal, David Herin 207 220 236 ......................................... Depresión como entidad médico-psiquiátrica . . .Teraiza . . . E.. .Meza . . R.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hormonas gonadales y depresión en la perimenopausia . . .Mónica . . . Flores . . . Ramos, . . . .Martha . . . Ontiveros . . . . . Uribe .................... Epistemología, filosofía de la mente y bioética Bioética y derechos humanos en psiquiatría 247 . . .Juan . . Carlos . . . Tealdi ................................. Metodología de investigación y lectura crítica de estudios El análisis de datos en la investigación en psiquiatría y salud mental 263 . . .Pedro . . Monterrey, . . . . . .Carlos . . .Gómez-Restrepo ........................... Reporte de caso Pesticidas como método suicida: un reporte de caso con Chlorfenapyr 272 . . .María . . José . . .Sarmiento . . . . .Suárez, . . . Andrea . . . .Caballero . . . . Duque ................. Dilación, dilatación e inclinación en hidrocefalia de presión normal Fidias E. León-Sarmiento, Gustavo Pradilla Ardila, Andrés Calderón, José R. Duque 280 287 289 ......................................... Agenda de eventos ......................................... Reglamento de publicaciones ......................................... Content Nuestra portada Our cover 150 156 . . .Pilar . . .Gómez: . . . . .Al. viento ............................. Editorial Limiting Cardiovascular Risk from Clozapine . . .Carolina . . . .Aponte . . . Urdaneta, . . . . .Joseph . . . P.. .McEvoy ..................... Original articles Prevalence of Major Depressive Disorder and Related Factors: A Population Study in Bucaramanga (Colombia) Mauricio Rueda-Sánchez, Luis Alfonso Díaz-Martínez, 159 169 . . .Germán . . . .Eduardo . . . .Rueda-Jaimes .............................. Use of a Computarized Test to Evaluate Working Memory: Memonum Ángela Pilar Albarracín Rodríguez, Marta Isabel Dallos Arenales, Carlos Arturo Conde Cotes ......................................... Psychopathological Aspects of Borderline Intellectual Functioning: A Study in Hospital de la Misericordia, 2000-2005 Juana Yolanda Atuesta Fajardo, Rafael Antonio Vásquez Rojas, Zulma Consuelo Urrego Mendoza 182 ......................................... Prevalence of Substance Use in Middle and High School Students in Bucaramanga (Colombia) and Metropolitan Area Germán Eduardo Rueda-Jaimes, Paul Anthony Camacho López, 195 . . .Andrés . . . Mauricio . . . . Rangel-Martínez-Villalba, . . . . . . . . . . . .Eliana . . . Duarte . . . .Pineda ............ Review/updating articles Neurobiology of Impulsivity and Eating Disorders 207 220 236 ......................................... Luis Felipe Orozco-Cabal, David Herin Depression as a Medical-Psychiatric Entity . . .Teraiza . . . E.. .Meza . . R.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Gonadal Hormones and Perimenopausal Depression . . .Mónica . . . Flores . . . Ramos, . . . .Martha . . . Ontiveros . . . . . Uribe .................... Epistemology, philosophy of mind and bioethicis Bioethics and Human Rights in Psychiatry 247 . . .Juan . . Carlos . . . Tealdi ................................. Research methodology and critical reading of studies Data Analysis in Psychiatry and Mental Health Research 263 . . .Pedro . . Monterrey, . . . . . .Carlos . . .Gómez-Restrepo ........................... Case report Use of Pesticides as a Suicide Method: A Case Report with Chlorphenapyr 272 280 287 289 . . .María . . José . . .Sarmiento . . . . .Suárez, . . . Andrea . . . .Caballero . . . . Duque ................. Delay, Dilation, and Bending in Normal Pressure Hydrocephalus Fidias E. León-Sarmiento, Gustavo Pradilla Ardila, Andrés Calderón, José R. Duque ......................................... Calendar . . . . . . . . of . . .events .............................. Publication policy ......................................... Nuestra Nuestra Portada portada Pilar Gómez: Al viento* Mi trabajo obedece en esencia a la naturaleza documental de la fotografía. Por años he observado la estética del paisaje de acuerdo con la cultura del lugar donde me encuentro, lo significativo de la vida cotidiana, sus situaciones y objetos. Construyo un lenguaje visual que asocie arte, arquitectura, naturaleza y presencia humana, inspirada en la evolución que ha tenido este arte en el mundo contemporáneo. El concepto de la fotografía de viaje se ha transformado en el último siglo, el fotógrafo era un profesional de oficio que viajaba para documentar un lugar, para captar un suceso y a su regreso contar una historia a la prensa. Los enormes cambios tecnológicos han hecho posible que en el siglo XXI haya autonomía de los hechos y del lugar, lo importante ahora para un fotógrafo es su forma particular de ver el mundo. En lo que exploro actualmente, la imágenes son expresivas, independientes de los sucesos o los lugares, y el diseño es el vehículo que conduce su contenido. Intento que los contrastes causen tensión y le den dinamismo a la composición, que los tonos y las formas produzcan reacciones físicas y psicológicas; la relación que establezco con la escena fotografiada es vital y me entusiasma que quien observe mis imágenes pueda adivinarla en su lectura. Para lograrlo estoy consciente de su valor simbólico; estoy de acuerdo con que un símbolo hace por la composición visual lo que las tradiciones sociales o religiosas hacen por el lenguaje verbal. Experimento con película infrarroja en blanco y negro. El reto es entender que la luz a la que responde esa película no es la misma que yo estoy viendo. Fotografiar con ella implica aprender a ver de una forma diferente; detectar la luz visible y la invisible; visualizar con anterioridad los resultados; saber que tendrá una reacción especial ante el calor que emana un ser vivo —humano, animal o vegetal—; trabajar con su delicada fragilidad en el laboratorio, sometiéndola a saturaciones químicas y temperaturas determinadas para lograr resultados extremos de grano que propongan algo mas allá de la representación gráfica, siempre buscando manifestar una visión personal, una forma sorprendente de ver el mundo. * Fotógrafa colombiana cuyos trabajos han sido publicados por diversas revistas del país y por Villegas Editores. Ha realizado exposiciones en Colombia y Estados Unidos. 150 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Nuestra portada Los efectos de esta técnica aportan a mis fotografías una gran posibilidad de expresión artística; son totalmente diferentes de los que resultan de una película convencional, y es se esta forma como puedo representar sueños, evocar recuerdos, capturar el viento, transformar imágenes reales en visiones ensoñadoras y mágicas, hacer que el poder de la luz, las densas nubes y los tonos dramáticos de la fotografía infrarroja realcen lo que nuestros ojos y nuestra mente perciben. Mirándolo así, mi camino particular como fotógrafa es más claro; a veces toma tiempo saber cuál es la motivación, otras veces vibro con un reflejo en un vidrio, con un ambiente con niebla, con unos niños que juegan en el agua; tomo decisiones técnicas y doy rienda suelta a la fotografía, por el placer de hacerla. Es fascinante. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 151 Editorial Editorial editorial Limitación del riesgo cardiovascular generado por la clozapina La esquizofrenia es una enfermedad terrible cuyas víctimas, en un porcentaje importante, no alcanzan una respuesta terapéutica adecuada con tratamiento antipsicótico estándar. La clozapina ha demostrado ofrecer beneficio terapéutico adicional para pacientes que de otra forma serían resistentes al tratamiento (1). Se ha demostrado que este medicamento tiene ventajas en la reducción de comportamientos agresivos (2) y suicidas (3), así como en el tratamiento de polidipsia compulsiva (4) y tal vez en la reducción de la comorbilidad con abuso de sustancias (5). Se ha prestado mucha atención a los efectos adversos peligrosos de la clozapina: agranulocitosis y miocarditis. El aumento de peso y los trastornos metabólicos han sido considerados simplemente molestos. Ahora es claro que estos efectos secundarios (aumento de peso y trastornos metabólicos) han sido silenciosa y lentamente letales para muchos más pacientes tratados con clozapina que la miocarditis o la agranulocitosis. Los pacientes que comenzaron el tratamiento en los años noventa ahora están muriendo entre los 40 y 50 años de edad por enfermedad cardiovascular acelerada (6). Dado que el tratamiento de la esquizofrenia ha aumentado en efectividad, es preocupante que la mortalidad en este grupo de la población haya ido en aumento en comparación con la población general (7). Esto no es necesario. En la población general el aumento a escala mundial en las tasas de obesidad y riesgo cardiovascular asociado ha generado estrategias de parte del cuerpo médico para controlar el riesgo. Estas mismas estrategias deben ser aplicadas ahora a los pacientes en tratamiento con clozapina. La resistencia a la insulina y la dislipidemia en inflamación inducidas por clozapina proceden silenciosamente por años y décadas, hasta que las células β del páncreas fallan (diabetes mellitus) o hasta cuando ocurren efectos cardiovasculares (infarto agudo del miocardio o cerebral). No tiene sentido alguno esperar hasta que el daño ocurra. Se deben instaurar medidas preventivas cuando el tratamiento con clozapina es iniciado. La metformina puede reducir significativamente el aumento de peso secundario al inicio de antipsicóticos atípicos (8) y ayuda a quienes han 152 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Limitación del riesgo cardiovascular generado por la clozapina aumentado de peso a disminuirlo (9). La metformina reversa la resistencia a la insulina, y retarda así la falla de las células β del páncreas durante varios años e incluso décadas. No hay ninguna razón para retardar el uso de metformina cuando se inicia el manejo con clozapina. La dosis inicial es de 850 mg/día y se puede aumentar según sea necesario a 850 mg, dos veces por día con las comidas. La metformina es generalmente bien tolerada, pero debe usarse cautelosamente en insuficiencia renal. Así mismo, se deben revisar los niveles de colesterol y triglicéridos en ayunas, seis a ocho semanas después de iniciar tratamiento con clozapina. Cuando el colesterol LDL está elevado, las lipoproteínas de baja densidad entran en el endotelio vascular, en áreas de flujo no laminar, por ejemplo en lugares de bifurcación de las arterias coronarias o carótidas, donde estas se separan de la aorta. El colesterol LDL se oxida y se convierte en un irritante y así desencadena la respuesta inflamatoria local, atrayendo macrófagos, los cuales se acumulan bajo el epitelio en forma de células espumosas, al haber ingerido los lípidos (10). Algunas de estas células espumosas mueren, resultando en macrófagos necróticos, así como suaves y frágiles gotas de lípidos que protruyen el endotelio. Los esfuerzos por recubrir estas protrusiones con tejido conectivo generalmente son fallidos. Estas placas ateromatosas pueden romperse y vaciar sus contenidos en el lumen arterial, provocando agregación plaquetaria y activación de la cascada de coagulación, lo cual lleva a la formación de un trombo y muerte de los tejidos dístales. Las estatinas disminuyen los niveles de lipoproteínas de baja densidad y aumentan los de las lipoproteínas de alta densidad (HDL); el resultado es menos lípidos LDL acumulados en las paredes arteriales y más lípidos removidos de las mismas paredes por las lipoproteínas HDL. Así mismo, las estatinas reducen, por una parte, la inflamación, atenuando la reacción oxidativa de los lípidos, y por otra, el riesgo de infarto agudo de miocardio y de accidentes cerebrovasculares, así como de otros eventos cardiovasculares en poblaciones de alto riesgo (11). En pacientes en tratamiento con clozapina que tengan niveles de colesterol LDL altos, se puede iniciar el tratamiento con simvastatin, 20 mg en la noche. La formación de placas ateromatosas disminuirá y las placas presentes se estabilizarán al reducir los niveles de LDL y la inflamación. Los efectos secundarios de las estatinas, como el daño muscular y la elevación de enzimas hepáticas, son dosis-dependientes y relativamente raros en las bajas dosis utilizadas para prevención. Una aspirina diaria Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 153 Editorial reduce la agregación plaquetaria y la formación de trombos alrededor de placas ateromatosas inestables (12). Dada la mejoría en la función cerebral que solo la clozapina puede alcanzar en muchos pacientes, vale la pena el esfuerzo que nosotros como psiquiatras, en conjunto con nuestros colegas de atención primaria y medicina preventiva, debemos llevar a cabo para manejar las dificultades que presenta la clozapina. Si hacemos esto bien, nuestros pacientes vivirán más con menos psicopatología. Carolina Aponte Urdaneta, MD Joseph P. McEvoy, MD Duke University Medical Center, Department of Psychiatry Durham, NC, Estados Unidos carolina.aponteurdaneta@duke.edu Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. McEvoy JP, Lieberman JA, Stroup TS, Davis SM, Meltzer HY, Rosenheck RA, et al. Effectiveness of clozapine versus olanzapine, quetiapine, and risperidone in patients with chronic schizophrenia who did not respond to prior atypical antipsychotic treatment. Am J Psychiatry. 2006 Apr;163(4):600-10. Krakowski MI, Czobor P, Citrome L, Bark N, Cooper TB. Atypical antipsychotic agents in the treatment of violent patients with schizophrenia and schizoaffective disorder. Arch Gen Psychiatry. 2006 Jun;63(6):622-9. Meltzer HY, Alphs L, Green AI, Altamura AC, Anand R, Bertoldi A, et al. Clozapine treatment for suicidality in schizophrenia: International Suicide Prevention Trial (InterSePT). Arch Gen Psychiatry. 2003 Jan;60(1):82-91. Canuso CM, Goldman MB. Clozapine restores water balance in schizophrenic patients with polydipsia-hyponatremia syndrome. J Neuropsychiatry Clin Neurosci. 1999 Winter;11(1):86-90. Green AI. Treatment of schizophrenia and comorbid substance abuse: pharmacologic approaches. J Clin Psychiatry. 2006;67. Henderson DC, Nguyen DD, Copeland PM, Hayden DL, Borba CP, Louie PM, et al. Clozapine, diabetes mellitus, hyperlipidemia, and cardiovascular risks and mortality: results of a 10-year naturalistic study. J Clin Psychiatry. 2005 Sep;66(9):1116-21. Saha S, Chant D, McGrath J. A systematic review of mortality in schizophrenia: is the differential mortality gap worsening over time? Arch Gen Psychiatry. 2007 Oct;64(10):1123-31. Wu RR, Zhao JP, Guo XF, He YQ, Fang MS, Guo WB, et al. Metformin Addition Attenuates Olanzapine-Induced Weight Gain in Drug-Naive First-Episode Schizophrenia Patients: A Double-Blind, Placebo-Controlled Study. Am J Psychiatry 2008 March; 165:352–358. Wu RR, Zhao JP, Jin H, Shao P, Fang MS, Guo XF, et al. Lifestyle intervention and metformin for treatment of antipsychotic-induced weight gain: a randomized controlled trial. JAMA. 2008 Jan 9;299(2):185-93. 154 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Limitación del riesgo cardiovascular generado por la clozapina 10. Eharal S, Naruko T, Shirai N, Itoh A, Hai E, Sugama Y, Ikura Y, et al. Small Coronary Calcium Deposits and Elevated Plasma Levels of Oxidized Low Density Lipoprotein are Characteristic of Acute Myocardial Infarction. J Atheroscler Thromb. 2008;15(2):7581. 11. Baigent C, Keech A, Kearney PM, Blackwell L, Buck G, Pollicino C, et al. Efficacy and safety of cholesterol-lowering treatment: prospective meta-analysis of data from 90,056 participants in 14 randomised trials of statins. Lancet. 2005 Oct 8;366(9493):126778. 12. Bredie SJ, Wollersheim H, Verheugt FW, Thien T. Low-dose aspirin for primary prevention of cardiovascular disease. Semin Vasc Med. 2003 May;3(2):177-84. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 155 Editorial Editorial editorial Limiting Cardiovascular Risk from Clozapine Schizophrenia is a terrible illness, and a substantial percentage of its victims fail to achieve a good therapeutic response to standard antipsychotic treatment. Clozapine has been shown, in multiple studies, to offer additional therapeutic benefit to otherwise treatment-unresponsive patients (1). Clozapine has distinctive advantages for reducing aggressive (2) and suicidal (3) behaviors, for treating compulsive water drinking (4), and, perhaps, for reducing co-morbid substance use (5). Much attention has been paid to clozapine’s dramatically dangerous side effects: agranulocytosis and myocarditis. Weight gain and metabolic side effects caused by clozapine have been considered annoying. It is now vividly clear that weight gain and metabolic side effects are slowly and surreptitiously lethal to far more patients treated with clozapine than agranulocytosis or myocarditis. Patients started on clozapine in the 1990s are now dying in their 40s and 50s of accelerated cardiovascular disease (6). Given that the treatment of schizophrenia is increasingly more effective, it is worrisome to see that the mortality gap is in fact widening (ie. Schizophrenics are dying even earlier than the general population) (7). This is not necessary. Worldwide increases in obesity and associated cardiovascular disease in the general population have provoked medical practitioners to develop strategies to manage this risk. These strategies now must be applied to patients treated with clozapine. Clozapine-induced insulin resistance, dyslipidemia, and inflammation proceed quietly for years to decades before pancreatic beta cells fail (diabetes mellitus) or cardiovascular events (myocardial infarction or stroke) occur. It makes no sense to wait until damage has been done to intervene. Pre-emptive interventions should be initiated as clozapine is started. Metformin can greatly reduce the weight gain associated with starting atypical antipsychotic treatment (8), and help patients who have already gained weight to lose it (9). Metformin reverses insulin resistance, thereby delaying the failure of pancreatic beta cells by years if not decades. There is no reason to delay starting metformin when starting clozapine. The initial dose is 850 mg daily, to be increased to 850 mg BID with breakfast and 156 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Limiting Cardiovascular Risk from Clozapine dinner. Metformin is usually well-tolerated, but must be used cautiously in patients with renal failure. Fasting lipids should be checked 6-8 weeks after starting clozapine. Elevated low-density lipoproteins (LDL) enter vascular epithelium in areas of non-laminar flow, e.g. where the coronary or carotid arteries branch steeply off the aorta. LDL lipids are oxidized, becoming irritants causing local inflammation and attracting macrophages that burrow under the epithelium and ingest the lipids (10). Some of these lipid-gorged macrophages (foam cells) die. Soft, fragile, inflamed droplets of lipid and necrotic macrophages bulge the epithelium. Efforts to cover the bulges with connective tissue are usually flawed. These atheromatous plaques may rupture and spill their contents into the arterial lumen, provoking platelet adhesion and the clotting factors cascade. A thrombus forms and downstream tissues die. Statins lower low-density lipoprotein levels, and raise high-density lipoprotein (HDL) levels; fewer lipids are delivered to arterial cell walls by LDL, and more are removed by HDL. Statins reduce inflammation; the reaction to oxidized lipids is attenuated. Statins have been shown to significantly reduce the risk for myocardial infarction, stroke, and other cardiovascular events in high-risk populations (11). In clozapine-treated patients with elevated LDL levels, simvastatin can be started at 20mg QHS. Plaque formation will slow; already present plaques will stabilize as the lipid levels in them decline and inflammation is reduces. Side effects of statins such as muscle damage or elevation of liver function tests are dose-related and relatively rare in the low dose range used for prevention. A single aspirin daily reduces platelet aggregation and thrombus formation around unstable plaques (12). The better brain function that only clozapine brings to many patients is well worth the efforts that we psychiatrists, working with primary-care colleagues, must expend in managing clozapine’s liabilities. If we do this well, out patients will have longer lives as well as lives with less psychopathology. Carolina Aponte Urdaneta, MD Joseph P. McEvoy, MD Duke University Medical Center, Department of Psychiatry Durham, NC, Estados Unidos carolina.aponteurdaneta@duke.edu Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 157 Editorial References 1. McEvoy JP, Lieberman JA, Stroup TS, Davis SM, Meltzer HY, Rosenheck RA, et al. Effectiveness of clozapine versus olanzapine, quetiapine, and risperidone in patients with chronic schizophrenia who did not respond to prior atypical antipsychotic treatment. Am J Psychiatry. 2006 Apr;163(4):600-10. 2. Krakowski MI, Czobor P, Citrome L, Bark N, Cooper TB. Atypical antipsychotic agents in the treatment of violent patients with schizophrenia and schizoaffective disorder. Arch Gen Psychiatry. 2006 Jun;63(6):622-9. 3. Meltzer HY, Alphs L, Green AI, Altamura AC, Anand R, Bertoldi A, et al. Clozapine treatment for suicidality in schizophrenia: International Suicide Prevention Trial (InterSePT). Arch Gen Psychiatry. 2003 Jan;60(1):82-91. 4. Canuso CM, Goldman MB. Clozapine restores water balance in schizophrenic patients with polydipsia-hyponatremia syndrome. J Neuropsychiatry Clin Neurosci. 1999 Winter;11(1):86-90. 5. Green AI. Treatment of schizophrenia and comorbid substance abuse: pharmacologic approaches. J Clin Psychiatry. 2006;67. 6. Henderson DC, Nguyen DD, Copeland PM, Hayden DL, Borba CP, Louie PM, et al. Clozapine, diabetes mellitus, hyperlipidemia, and cardiovascular risks and mortality: results of a 10-year naturalistic study. J Clin Psychiatry. 2005 Sep;66(9):1116-21. 7. Saha S, Chant D, McGrath J. A systematic review of mortality in schizophrenia: is the differential mortality gap worsening over time? Arch Gen Psychiatry. 2007 Oct;64(10):1123-31. 8. Wu RR, Zhao JP, Guo XF, He YQ, Fang MS, Guo WB, et al. Metformin Addition Attenuates Olanzapine-Induced Weight Gain in Drug-Naive First-Episode Schizophrenia Patients: A Double-Blind, Placebo-Controlled Study. Am J Psychiatry 2008 March; 165:352–358. 9. Wu RR, Zhao JP, Jin H, Shao P, Fang MS, Guo XF, et al. Lifestyle intervention and metformin for treatment of antipsychotic-induced weight gain: a randomized controlled trial. JAMA. 2008 Jan 9;299(2):185-93. 10. Eharal S, Naruko T, Shirai N, Itoh A, Hai E, Sugama Y, Ikura Y, et al. Small Coronary Calcium Deposits and Elevated Plasma Levels of Oxidized Low Density Lipoprotein are Characteristic of Acute Myocardial Infarction. J Atheroscler Thromb. 2008;15(2):7581. 11. Baigent C, Keech A, Kearney PM, Blackwell L, Buck G, Pollicino C, et al. Efficacy and safety of cholesterol-lowering treatment: prospective meta-analysis of data from 90,056 participants in 14 randomised trials of statins. Lancet. 2005 Oct 8;366(9493):126778. 12. Bredie SJ, Wollersheim H, Verheugt FW, Thien T. Low-dose aspirin for primary prevention of cardiovascular disease. Semin Vasc Med. 2003 May;3(2):177-84. 158 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Artículos Prevalencia del trastorno depresivo mayor y factores asociados: un estudio poblacional ... originales Prevalencia del trastorno depresivo mayor y factores asociados: un estudio poblacional en Bucaramanga (Colombia) Mauricio Rueda-Sánchez1 Luis Alfonso Díaz-Martínez2 Germán Eduardo Rueda-Jaimes3 Resumen Objetivo: Calcular la prevalencia del trastorno depresivo mayor y la asociación entre síntomas depresivos de importancia clínica (SDIC) y factores de riesgos conocidos. Método: Estudio de corte trasversal de 1.505 adultos seleccionados al azar en Bucaramanga, Colombia. La encuesta incluyó la escala autoadministrada para depresión de Zung; factores sociodemográficos, del estilo de vida, de la condición de salud, y eventos estresantes en los últimos tres meses. La presencia de SDIC se consideró cuando la escala de Zung fue ≥40 puntos. Para ajustar la potencial confusión se utilizó un modelo de regresión logística que tuvo en cuenta el efecto del muestreo. Resultados: Un total de 328 personas tenían SDIC (prevalencia ajustada: 22,3% e IC95%: 20,0-24,6), correspondiente a una prevalencia de trastorno depresivo mayor de 11,2% (IC95%: 9,7-12,9%). No se encontró asociación entre SDIC con la edad ni con consumo de café, pero sí en forma positiva con ser mujer, historia de intento de suicidio, historia clínica de cefalea y familiar de cefalea diaria crónica, historia de pérdidas significativas recientes y tener dificultades laborales o familiares; en forma negativa estaba asociado con la escolaridad. Conclusión: La prevalencia actual del trastorno depresivo mayor en Bucaramanga es alta y se asocia con factores conocidos en la literatura como sexo femenino, escolaridad, intento suicida previo, problemas psicosociales recientes y algunos síntomas físicos como problemas de sueño, cefalea y cefalea diaria crónica. Palabras clave: Trastorno depresivo mayor, cefalea, prevalencia, factores de riesgo. Title: Prevalence of Major Depressive Disorder and Related Factors: A Population Study in Bucaramanga (Colombia) 1 2 3 Médico neurólogo. Investigador invitado del Grupo de Neuropsiquiatría, Centro de Investigaciones Biomédicas, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Bucaramanga, Bucaramanga, Colombia. Médico pediatra. Magíster en Epidemiología. Investigador del Grupo de Neuropsiquiatría, Centro de Investigaciones Biomédicas, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Bucaramanga, Bucaramanga, Colombia. Departamento de Pediatría, Escuela de Medicina, Facultad de Salud, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia. Médico psiquiatra. Director del Grupo de Neuropsiquiatría, Centro de Investigaciones Biomédicas, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Bucaramanga, Bucaramanga, Colombia. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 159 Rueda-Sánchez M., Díaz-Martínez L., Rueda-Jaimes G. Abstract Objective: To estimate the prevalence of major depressive disorder and the association between depressive symptoms of clinical importance (DSCI) and known risk factors. Method: Cross-sectional study of 1,505 adults selected at random in Bucaramanga, Colombia. The survey included Zung’s Self-rating Depression Scale, socio-demographic factors, life style factors, previous and current health conditions and vital stressor events in the last three months. DSCI was considered when the rating of the Zung’s Depression Scale was ≥40 points. In order to adjust possible confusion factors a model of logistic regression was used, keeping in mind the effect of the sampling. Results: 328 subjects had DSCI (prevalence adjusted: 22.3%, CI95%: 20.0-24.6) corresponding with a Major Depressive Disorder prevalence of 11.2% (CI95%: 9.7-12.9%). No association was found among DSCI and age or coffee consumption, but the association was positive with being a woman, having a history of suicide intent or headache, having a relative with Daily Chronic Headache, suffering recent significant losses and significant family or work difficulties, and was negative regarding educational level. Conclusion: The actual prevalence of Major Depressive Disorder in Bucaramanga is high and is associated with known risk factors such as female gender, educational level, previous suicide intent, recent psychosocial difficulties and some physical symptoms like sleep problems, headache and Daily Chronic Headache. Key words: Major depressive disorder, headache, prevalence, risk factors. Introducción El trastorno depresivo mayor (TDM) es el cuarto trastorno de salud con mayor carga global de enfermedad y discapacidad, ya que implica el 4,5% del total de años de 160 vida perdidos ajustados con discapacidad (AVAD) y el 12,1% del total de años de vida con discapacidad (AVD), después de los problemas perinatales, la infección respiratoria baja y la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). En el continente americano, el TDM presenta un AVAD de 8% y se ha convertido en el problema con mayor carga de enfermedad (1,2). El TDM tiene una alta prevalencia actual en adultos de la población general, que puede oscilar entre 3,4 y 8,5% (3-7). En 1987, se encontró en Colombia una prevalencia de depresión de 25,6%, y en 1993, de 25,1%, en estudios en los cuales se utilizó la Escala para la autoevaluación de depresión de Zung (ZDS) (8,9). Sin embargo, esta escala evalúa síntomas depresivos de importancia clínica que incluye, además del TDM, condiciones con síntomas similares, como el duelo y el trastorno adaptativo con síntomas depresivos, lo que podría sobrevalorar la prevalencia de TDM (10). Por otro lado, entre 1997 y 2003 se documentó en Colombia una prevalencia actual del TDM entre 1,9% y 8,5% mediante la Entrevista diagnóstica internacional compuesta (CIDI) (6,7,11). Esta entrevista fue diseñada para grandes estudios epidemiológicos y es aplicada por personal no médico (12). Sin embargo, ha mostrado una baja sensibilidad para la detección de TDM (13,14). Esta característica de la CIDI podría subestimar la prevalencia de TDM en la población colombiana. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Prevalencia del trastorno depresivo mayor y factores asociados: un estudio poblacional ... Como lo evidencia la información disponible en Colombia, el TDM es un problema de salud pública, que requiere atención, lo cual incluye el conocimiento preciso, confiable y actualizado de tanto de su prevalencia como de los factores asociados en las diferentes regiones del país. Dado que las estrategias utilizadas para evaluar poblacionalmente la prevalencia de TDM no han tenido en cuenta las capacidades operativas de las pruebas utilizadas y que hacerlo por medio de una entrevista clínica por profesionales entrenados es muy costoso, una estrategia práctica, rápida y económica para hallar la prevalencia del TDM es utilizar escalas de autoevaluación validadas en la misma población donde se aplican y ajustar los hallazgos de acuerdo con los valores predictivos de tal evaluación (10). Los objetivos de este informe son, por un lado, presentar los resultados de la evaluación hecha de la prevalencia de TDM en una población general urbana, empleando la estrategia propuesta; por el otro, determinar el papel de asociación o confusión de varios factores de riesgo reconocidos en la literatura médica. Material y métodos El estudio se realizó en una muestra al azar de la población general de Bucaramanga (Colombia), durante el 2006. Mediante un muestreo aleatorio simple se seleccionaron 1.841 viviendas entre las 64.206 registradas en el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad (15). En una segunda etapa se identificaron todas las personas de entre 18 y 65 años de edad residentes en cada vivienda, de donde se seleccionó al azar a una de ellas. Se incluyeron a todas las personas letradas que aceptaron participar en el estudio, el cual había sido aprobado por el Comité de Ética en investigación de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Cada persona respondió una SDS de manera autodiligenciada, que había sido validada previamente en la misma población. Para establecer que una persona tenía síntomas depresivos de importancia clínica se utilizó como punto de corte 40 o más puntos, punto en el cual la sensibilidad es de 88,6%; la especificidad, de 74,8%; el valor predictivo positivo, de 41,1%, y el valor predictivo negativo, de 97,1% (16). Adicionalmente, la encuesta incluyó preguntas sobre factores sociodemográficos (edad, sexo, educación, nivel socioeconómico), factores de estilo de vida (consumo de cafeína o alcohol, eventos estresantes como el antecedente de maltrato infantil, maltrato físico actual, antecedente de abuso sexual, pérdida reciente, vivir solo o tener dificultades en el ámbito laboral, económico, de pareja, familiar o de otro tipo) y factores médicos (presencia actual de cefalea o cefalea diaria crónica, síntomas de insomnio y antecedentes de hiper- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 161 Rueda-Sánchez M., Díaz-Martínez L., Rueda-Jaimes G. tensión arterial, trauma craneal o enfermedad médica grave), así como el Cuestionario de diagnóstico de migraña, para evaluar la presencia de esta condición. Esta última prueba también está validada en la misma población, con una sensibilidad del 65,5% y una especificidad del 92% (17,18). La población se describió por medio de proporciones e intervalos de confianza del 95% (IC95%), promedio y desviación estándar o mediana y rango intercuartil (RIQ), según el tipo de variable. La prevalencia del TDM se ajustó a partir de la prevalencia de síntomas depresivos de importancia clínica, de acuerdo con los valores predictivos determinados en la validación previa (16). Se determinó la asociación entre las variables interrogadas y la presencia de depresión mediante un modelo de regresión logística siguiendo las recomendaciones de Greenland (19). Todas las estimaciones y pruebas estadísticas se ajustaron por el efecto de muestreo en el módulo SVY de Stata 9.0 (20) y se consideraron significativas aquellas diferencias con un error tipo I menor de 0,05. Resultados Se estudiaron 1.505 personas luego del proceso de selección al azar, 1.062 de las cuales eran mujeres (70,6%). La mediana de la edad en los hombres era de 34 (RIQ 24-45) años, mientras entre las mujeres era 36 (RIQ 26-47) años (p=0,008). Un 162 total de 354 (23,5%) participantes tenía algún grado de educación primaria; 818 (54,4%), educación secundaria, y 333 (22,1%), educación superior. Hay una mayor proporción de mujeres que sólo tuvo educación primaria (26,6%), en comparación con los hombres (16%; p<0,001). Un total de 438 personas vivía en estrato socioeconómico bajo (29,1%); 991, en estrato medio (65,8%), y 76, en estrato alto (5,5%). La proporción de hombres en el estrato bajo fue de 23,7%; en el medio, del 30,6%, y en el alto, de 47,4% (p<0,001). Esto es indicativo de algún grado de sesgo de selección, por lo que se incluyó un factor de corrección poblacional al proceso de análisis. Mayor información sobre la población estudiada se encuentra en un informe anterior (21). Se encontró que 328 personas tenían síntomas depresivos de importancia clínica, lo que, luego de ajustar por el muestreo y el potencial sesgo de selección, representa que el 22,3% (IC95%: 20,0-24,6) de las personas encuestadas los presentaban. Al ajustar por los valores predictivos de la prueba, la prevalencia en la población adulta de Bucaramanga de TDM es de 11,2% (IC95%: 9,712,9%). Muchos de los factores conocidos como asociados a la presencia de SDIC se encontraron igualmente asociados en este estudio (Tabla 1). No se encontró asociación con la edad de las personas participantes ni con los consumidores de café. Ahora bien, luego de realizar un proceso de ajuste a un modelo Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Prevalencia del trastorno depresivo mayor y factores asociados: un estudio poblacional ... Tabla 1. Factores asociados con síntomas depresivos de importancia clínica. Sin síntomas (n = 1,177) Variable Con síntomas (n = 328) p Tener seguridad social (%) 73,4 (70,6-76,0) 60,8 (54,8-66,5) <0,001 Ser mujer (%) 64,9 (63,2-66,5) 84,7 (80,3-88,3) <0,001 Edad Años cumplidos 18-25 (%) 26-35 (%) 36-45 (%) 46-65 (%) 36,2 28,2 25,0 20,8 25,9 35,2 34,2 21,1 20,0 24,7 0,201 0,238 Educación Años cursados Primaria (%) Secundaria (%) Universidad (%) 9,9 (9,6-10,1) 20,8 (18,5-23,3) 54,6 (51,6-57,7) 54,6 (22,1-27,3) 8,6 (8,2-9,1) 31,3 (26,2-37,0) 51,6 (45,7-57,5) 17,1 (13,1-21,9) <0,001 <0,001 Estrato Bajo (%) Medio (%) Alto (%) 27,0 (23,4-28,7) 67,4 (65,7-69,1) 5,6 (5,0-6,3) 38,3 (33,2-43,6) 60,0 (54,3-64,8) 2,1 (1,0-2,1) <0,001 Consumo de café Consumo actual (%) Tazas al día 57,3 (54,2-60,3) 1,37 (1,24-1,50) 58,6 (52,6-64,3) 1,44 (1,22-1,67) 0,698 0,560 Alcohol Consumo de alcohol (%) Alcoholismo (%) Antec. Familiar alcoholismo (%) 22,1 (19,7-24,8) 3,1 (2,2-4,5) 30,9 (28,0-33,9) 22,3 (17,7-27,7) 4,0 (2,2-7,0) 47,8 (41,8-53,9) 0,950 0,485 <0,001 Suicidio Historia de intento (%) Historia familiar de suicidio De los padres (%) De hermanos (%) De hijos (%) De otro familiar (%) De cualquier familiar (%) 3,5 0,0 0,4 0,0 4,4 4,9 Historia familiar de depresión De los padres (%) De hermanos (%) De hijos (%) De otro familiar (%) De cualquier familiar (%) 12,2 (10,3-14,4) 6,5 (5,1-8,2) 1,2 (0,7-2,2) 7,9 (6,4-9,7) 27,5 (24,7-30,4) 20,1 (15,6-25,6) 15,2 (11,3-20,0) 2,4 (1,1-5,2) 11,7 (8,3-16,3) 52,0 (45,7-58,3) 0,001 <0,001 0,180 0,053 <0,001 Sueño Dice tener problemas (%) Hay mala percepción (%) Insomnio (%) Uso de hipnóticos (%) 6,7 (5,4-8,4) 1,8 (1,2-2,9) 18,5 (16,2-21,1) 1,1 (0,6-2,0) 27,7 (22,7-33,3) 4,0 (2,1-7,3) 52,8 (46,9-58,7) 5,0 (2,9-8,3) <0,001 0,041 <0,001 <0,001 Cefalea Cualquier cefalea (%) Migraña Puntaje Prevalencia (%) CDC (%) Antec. familiar CDC (%) 52,3 (49,2-55,3) 11,9 (11,2-12,6) 11,1 (9,3-13,3) 5,4 (4,1-7,0) 21,5 (19,0-24,3) Abuso de analgésicos (%) 14,2 (12,2-16,5) 32,5 (27,2-38,3) <0,001 Antecedente de HTA (%) 13,4 (11,4-15,6) 21,6 (17,0-27,1) 0,001 Antecedente de trauma craneal (%) 13,7 (11,7-16,1) 26,5 (21,4-32,3) <0,001 Antecedente maltrato infantil (%) Maltrato actual (%) Historia de abuso sexual (%) 14,1 (12,0-16,5) 1,3 (0,7-2,2) 1,1 (0,6-2,0) 26,4 (21,5-32,0) 7,4 (4,9-11,1) 4,6 (2,8-7,5) <0,001 <0,001 <0,001 (35,3-37,0) (25,4-31,2) (22,4-27,8) (18,5-23,4) (23,3-28,7) (2,5-5,0) (0,0-0,6) (0,2-0,9) (0,0-0,6) (3,3-5,9) (3,7-6,5) (33,6-36,7) (28,6-40,3) (16,8-26,2) (15,9-24,9) (20,0-30,1) 18,3 (14,3-23,4) 0,8 (0,3-2,5) 1,4 (0,5-3,7) 0,3 (0,0-0,5) 7,6 (5,0-11,6) 10,3 (7,2-14,6) 78,1 14,4 22,7 19,3 39,0 (55,4-60,7) (13,4-15,5) (18,1-28,0) (15,0-24,5) (33,2-45,1) <0,001 0,019 0,039 0,062 0,037 0,001 <0,001 <0,001 <0,001 <0,001 <0,001 Historia de enfermedad mayor (%) 4,7 (3,5-6,2) 15,0 (11,2-19,8) <0,001 Pérdida reciente (%) 14,3 (12,3-16,6) 29,4 (24,1-35,4) <0,001 Vive solo (%) 2,0 (1,3-2,9) 4,4 (2,6-7,3) 0,015 Dificultades Laborales (%) Económicas (%) De pareja (%) Familiares (%) De otro tipo (%) 16,7 56,4 14,9 16,0 14,2 36,9 33,8 39,1 46,0 34,2 <0,001 <0,001 <0,001 <0,001 <0,001 (14,4-19,2) (53,3-59,4) (12,7-17,3) (13,8-18,4) (12,1-16,6) (31,3-42,8) (28,5-40,0) (33,4-45,1) (40,1-52,0) (28,9-40,0) HTA: hipertensión arterial; CDC: cefalea diaria crónica Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 163 Rueda-Sánchez M., Díaz-Martínez L., Rueda-Jaimes G. para controlar la posible confusión existente entre las variables, se encontró que por tipo de seguridad social y edad persisten como factores asociados en forma positiva con síntomas depresivos de importancia clínica: ser mujer, historia de intento de suicidio, historia clínica de cefalea y familiar de cefalea diaria crónica, historia de pérdidas significativas recientes y tener dificultades laborales o familiares; a su vez, son factores asociados en forma negativa el mayor nivel académico (Tabla 2). Discusión En este estudio se encontró una alta prevalencia actual de TDM. La presencia de síntomas depresivos de importancia clínica se asoció con el sexo femenino, con la escolaridad (como factor protector), con el intento suicida previo, con problemas psicosociales recientes y con algunos síntomas físicos como problemas de sueño, cefalea y cefalea diaria crónica. La prevalencia actual de TDM hallada en el presente estudio es alta en Bucaramanga, si se compara con estudios nacionales e internacionales realizados en la población general. Blazer y cols. (3), en una muestra representativa de estadounidenses, encontraron una prevalencia de 4,9%. Vicente y cols. (5) documentaron en seis ciudades chilenas una prevalencia actual de TDM de 3,4%. Vorcaro y cols. (4), en una pequeña ciudad brasileña, hallaron una prevalencia de 8,2%. Por último, Battaglia y cols. (22) hallaron el 10,8% en una comunidad italiana. En la población colombiana de varias ciudades, Posada-Villa y cols. (6) encontraron una prevalencia de TDM de 1,9%, mientras GómezRestrepo y cols. (7) informaron una prevalencia actual de TDM de 8,5% (7). Esta disparidad, así como la que hay con los datos que se presentan en este trabajo, se puede atribuir a la utilización de la CIDI para el diagnóstico de TDM en los dos estudios Tabla 2. Modelo de regresión logística para tener síntomas depresivos de importancia clínica* Variable Ser mujer Educación secundaria Educación superior Intento de suicidio previo Manifiesta problemas de sueño Historia de cualquier tipo de cefalea Antecedente familiar de CDC Pérdidas recientes Dificultades laborales Dificultades familiares * Ajustado por tipo de seguridad social y edad. CDC: cefalea diaria crónica. 164 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 OR (IC 95%) 2,73 (1,80-4,15) 0,55 (0,37-0,84) 0,35 (0,20-0,61) 3,67 (1,97-6,83) 3,14 (1,98-4,98) 1,90 (1,33-2,72) 1,65 (1,16-2,33) 1,77 (1,18-2,67) 2,13 (1,48-3,07) 2,53 (1,76-3,64) Prevalencia del trastorno depresivo mayor y factores asociados: un estudio poblacional ... disponibles. Como se mencionó, la CIDI es una entrevista aplicada por personas legas y tiene baja sensibilidad para TDM (13,14), lo que puede explicar estas diferencias e indicar el subregistro en los dos estudios previos. Dos estudios anteriores mencionan altas prevalencias de depresión en Bucaramanga. En el Primer Estudio Nacional de Salud Mental se afirma que el departamento de Santander es una zona de “alto riesgo” para TDM (9), mientras que en el 2005, con la Entrevista estructurada para diagnósticos del Eje I (SCID-I), aplicada por psiquiatras en Bucaramanga, se halló una prevalencia actual de TDM de 16,5% (23). Podría pensarse que la alta prevalencia TDM encontrada en el presente estudio es consecuencia del uso de una sola escala, ya que estas tienden a sobreestimar la prevalencia de las entidades que pretender evaluar (10). Sin embargo, para evitar este inconveniente, se realizaron los ajustes correspondientes según los valores predictivos determinados en la validación poblacional previa en la población de Bucaramanga, la misma en la que se realizó este trabajo (16). El sexo femenino presentó una fuerza de asociación con síntomas depresivos de importancia clínica mayor de dos, similar a previos informes en Colombia (6,7) y en el mundo (3-5). Probablemente, las diferencias estén relacionadas con las condiciones culturales, econó- micas y sociales de la mujer como factores precipitantes de síntomas y trastornos depresivos (24,25). Como en estudios previos, la prevalencia de síntomas depresivos de importancia clínica se asocia con baja escolaridad (4,6,7), hecho que tal vez tenga relación con los estilos de vida, la oportunidad de empleo y la condición socioeconómica que conlleva la pobre preparación académica (26). Como se ha documentado previamente en Colombia (7), es esperable un mayor número de casos de TDM en personas que afrontan problemas relacionados con su capacidad productiva o en las relaciones familiares y afectivas. No obstante, los datos sugieren que estos eventos negativos interactúan con otros factores individuales, que incluyen los genéticos (27,28). Otros factores asociados en la población de Bucaramanga con los síntomas depresivos de importancia clínica son la cefalea y el antecedente familiar de cefalea diaria crónica, lo que es consistente con lo observado en otras poblaciones (29-32). Las tres condiciones presentan alteraciones en las monoaminas y las endorfinas, son más frecuentes en mujeres y parecen tener una relación temporal bidireccional, lo cual sugiere factores etiológicos comunes, incluido lo genético (31,32). La asociación con intentos suicidas previos y problemas de sueño puede interpretarse como síntomas propios de la depresión, que podrían servir para la detección Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 165 Rueda-Sánchez M., Díaz-Martínez L., Rueda-Jaimes G. de esta patología en la comunidad. Si se tiene en cuenta el carácter descriptivo transversal de este estudio, las conclusiones respecto al modelo de asociación no permiten establecer una relación de causalidad, particularmente porque no es posible establecer la orientación de las asociaciones encontradas. Una limitación potencial del estudio es la mayor proporción de mujeres en la muestra estudiada, lo que puede representar un sesgo de selección, que podría inducir la sobreestimación de la prevalencia TDM en este estudio, sobre todo si se considera que las mujeres tienen un mayor riesgo de sufrir TDM que los hombres. Sin embargo, este problema se detectó en las primeras fases del análisis de los datos, por lo que se introdujo un factor de ponderación que permitiera ajustar el efecto del muestreo diferencial de la población. A pesar de las limitaciones metodológicas mencionadas, este diseño es útil en grandes poblaciones cuando se dispone de pocos recursos económicos. Llama la atención la dimensión que tiene el TDM para la salud pública de un problema reconocido, y muestra algunos factores asociados con los síntomas depresivos de importancia clínica, que a la luz de los antecedentes en la literatura pueden ser interpretados y dar las claves para la intervención preventiva de este problema. En conclusión, la prevalencia actual del TDM en Bucaramanga 166 es alta y se asocia con factores conocidos en la literatura, como sexo femenino, escolaridad (como factor protector), intento suicida previo, problemas psicosociales recientes y algunos síntomas físicos como problemas de sueño, cefalea y cefalea diaria crónica. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Üstün TB, Ayuso-Mateos L, Chatterji S, Mathers C, Murray JL. Global burden of depressive disorder in the year 2000. Br J Psychiatry. 2004;184:38692. López AD, Mathers AD, Ezzati M, Jamison DT, Murray CJL (eds). Global burden of disease and risk factors. 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Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Implementación de una prueba automatizada para la evaluación de memoria operacional: Memonum Implementación de una prueba automatizada para la evaluación de memoria operacional: Memonum Ángela Pilar Albarracín Rodríguez1 Marta Isabel Dallos Arenales2 Carlos Arturo Conde Cotes3 Resumen Introducción: Memonum es un test computarizado que se basa en la tarea de retención de dígitos directos de Wechsler. El estudio evaluó en una población universitaria la influencia de diversos intervalos de presentación de dígitos e interferencia atencional sobre el desempeño mnemónico derivado de la prueba Memonum. Método: La muestra estuvo conformada por 28 estudiantes, entre los 17 y los 25 años de edad, a quienes se les aplicó el Memonum en sus dos presentaciones (blanco-negro sin interferencia atencional y color con interferencia) con intervalos de exposición de 1, 8 y 16 segundos. Al finalizar cada intervalo se aplicó un formato de autoinforme para evaluar las estrategias empleadas y el grado de distracción y dificultad generado por la prueba. Resultados: El número de aciertos alcanzado por los participantes en la prueba Memonum fue similar al reportado con la subprueba de Wechsler. Además, el incremento de los intervalos de exposición de los dígitos en la prueba Memonum aumentó el desempeño mnemónico de los individuos. La presentación en color tuvo un efecto de interferencia atencional detectado por los análisis de variabilidad en el dominio del tiempo. Conclusión: La prueba Memonum es una herramienta útil en la evaluación de la memoria operacional por medio visual, pues detecta la perturbación atencional y se plantea como una prueba viable de evaluación y diagnóstico. Palabras clave: memoria, tiempo de reacción, procesos mentales. 1 2 3 Médica psiquiatra. Magíster en Ciencias Básicas Biomédicas. Miembro del Laboratorio de Neurociencias y comportamiento de la Universidad Industrial de Santander y de la Universidad Pontificia Bolivariana (UIS-UPB). Departamento de Ciencias Básicas, Facultad de Medicina, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia. Médica psiquiatra. Docente asociada al Departamento de Salud Mental, Laboratorio de Neurociencias y comportamiento de la Universidad Industrial de Santander y de la Universidad Pontificia Bolivariana (UIS-UPB). Departamento de Ciencias Básicas, Facultad de Medicina, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia. Médico cirujano, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia. Magíster en Fisiología, Universidad del Valle, Cali, Colombia. Doctor en Ciencias, Universidad de Sao Paulo, Brasil. Director del Laboratorio de Neurociencias y Comportamiento, Universidad Industrial de Santander y de la Universidad Pontificia Bolivariana (UIS-UPB), Departamento de Ciencias Básicas, Facultad de Medicina, Universidad Industrial de Santander, Bucaramanga, Colombia. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 169 Albarracín Á., Dallos M., Conde C. Title: Use of a Computarized Test of Evaluate Working Memory: Memonum Abstract Introduction: The Memonum test is a computerized test based on the Wechsler test for retention of direct digits. The present study evaluated the influence of different intervals of digits presentation and attention interference on the mnemonic performance derived from the Memonum test, in a university population. Method: Twenty-eight students between the ages of 17 and 25 years were tested. All the subjects were tested with the Memonum in two presentations (Black-White without attention interference, and Color with interference), with exhibition intervals of 1, 8 and 16 seconds. After each interval an auto-test format was applied to evaluate the used strategies, and the level of distraction and difficulty generated by the test. Results: The number of successes obtained by the participants in the Memonum test was similar to that reported with the Wechsler sub-test. In addition, the increase of the exhibition intervals of the digits in the Memonum test, increased the mnemonic performance of the subject. The Color presentation had an interference effect at the attention level detected by the analyses of variability in the time dominion. Conclusion: The Memonum test is a useful tool in the evaluation of working memory as a visual test, that detects disturbances at the attention level, rendering a viable test for evaluation and diagnosis. Key words: memory, response time, mental processes. Introducción La memoria operacional es un sistema que mantiene y manipula temporalmente la información necesaria para desarrollar diversas tareas; participa de manera impor- 170 tante en funciones cognitivas, como el aprendizaje, el razonamiento, la comprensión del lenguaje (1), el pensamiento, la planeación y la toma de decisiones (2). Diversos estudios han empleado una gran variedad de tareas visoespaciales (35) y auditivas (6-8), diseñadas para evaluar este tipo de memoria. Una de las subpruebas más reconocidas es la tarea de retención de dígitos directos (6-10) de la escala de Inteligencia y Memoria de Wechsler (11,12). Aplicando esta tarea, algunos estudios han encontrado que las personas jóvenes, en promedio, pueden retener entre 6±1 de dígitos (13), como resultado del protocolo en los que el tiempo de exposición del dígito está alrededor de un segundo. Fisher (3) y Lecerf y Roulin (4) han demostrado que al emplear otros intervalos de exposición de estímulos como 3 y 5 segundos, utilizando tareas visoespaciales, el desempeño mnemónico de los sujetos se modifica y muestra que a medida que aumenta el tiempo de exposición, se incrementa la información almacenada y recordada, que mejora el desempeño de los individuos. En este sentido, es posible pensar que si la manipulación del tiempo de exposición puede cambiar el desempeño mnemónico de las personas frente a tareas visoespaciales, igualmente podría ocurrir frente a la tarea de retención de dígitos directos, por ejemplo, si se emplea una versión automatizada que permita dicha manipulación. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Implementación de una prueba automatizada para la evaluación de memoria operacional: Memonum Por otra parte, la subprueba de Wechsler se ha planteado para evaluar la capacidad atencional (13), al exponer a los sujetos a un aumento progresivo de la cantidad de información y al indicar qué tanta información fue tomada y repetida de manera inmediata. De esta forma, los defectos en la capacidad atencional son examinados dependiendo del rendimiento de los sujetos en la tarea. Para estos casos se plantea que una retención igual o menor a 3 dígitos es defectuosa, pues, por lo general, es producto de una lesión o una disfunción cerebral (13). Lezak propone que los déficits atencionales durante la ejecución de esta tarea pueden ser observados también por una disminución en la rapidez del procesamiento de la información, manifestada en tiempos de respuesta más lentos. Algunos autores plantean la importancia de establecer otros parámetros de evaluación, que permitan estudiar no sólo los defectos atencionales como producto de daño o disfunción cerebral, sino también cualquier otro tipo de alteración; por ejemplo, la que se produce por la inclusión de estímulos interferentes o distractores (14). Con base en lo anterior, y teniendo en cuenta que en el protocolo original de la tarea de retención de dígitos directos de la escala de Wechsler no existe la posibilidad de manipular el tiempo de exposición, ni la extensión de las series, y tampoco pueden ser introducidas interferencias de ningún tipo, el Laboratorio de Neurociencias y Comportamiento de la Universidad Industrial de Santander y la Universidad Pontificia Bolivariana (UISUPB), desarrolló una adaptación de esta tarea en un medio computarizado, denominada Memonum. Esta prueba adaptada permite realizar tanto la manipulación de tiempos de exposición como de la extensión de las series de números presentados; adicionalmente, permite incluir cambios de colores como estímulos distractores o de interferencia, que pueden ser empleados para observar su influencia sobre el desempeño mnemónico y atencional de los sujetos. El programa desarrollado registra, además, los tiempos de respuesta durante el desarrollo de la tarea, lo que permite hacer inferencias acerca del procesamiento de la información. Teniendo en cuenta estas consideraciones, se diseñó el presente estudio, con el objetivo de evaluar la influencia de diversos intervalos de presentación de dígitos e interferencia atencional sobre el desempeño mnemónico derivado de una prueba de memoria a corto plazo, denominada Memonum. Método Participantes En el estudio, que contó con la aprobación del Comité de Ética de la UIS, se evaluaron 28 estudiantes saludables (17 hombres y 11 mujeres), entre los 17 y los 25 años de edad, pertenecientes a la Escuela de Medicina de la Universidad. Los Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 171 Albarracín Á., Dallos M., Conde C. estudiantes participaron de manera voluntaria y fueron evaluados en tres días distintos con la prueba Memonum, cada día con un intervalo de presentación (1, 8 o 16 segundos), que le fue asignado de manera aleatoria. La aplicación se realizó en un salón de computación, en dos grupos de 10 personas y un grupo de 8, a unas condiciones ambientales homogéneas, donde cada sujeto se ubicó frente a un computador. La distancia entre la pantalla del computador y los participantes fue de 40 centímetros aproximadamente, y la medida del monitor de cada computador fue de 17 pulgadas. Instrumentos Prueba Memonum Esta prueba fue diseñada por el Grupo de Neurociencias y Comportamiento de la UIS-UPB, para evaluar memoria a corto plazo, específicamente la memoria operacional, por medio de la tarea de retención de dígitos directos. Consiste principalmente en un software, donde el programa lee diferentes archivos que contienen secuencias de números aleatorios de una cifra y los presenta al evaluado por intervalos de tiempo. Para el presente estudio se emplearon intervalos de 1, 8 y 16 segundos. El software funciona en el sistema DOS y se obtienen los datos con el programa Excel®. El programa presenta en la pantalla del computador una serie de números uno a uno (que van de cero a nueve), es decir, en cada ciclo de 172 presentación de dígitos, el programa muestra un solo número nuevo y el evaluado debe digitar toda la serie que se le ha presentado hasta el ciclo actual. Por ejemplo: en el primer ciclo, el programa presenta durante un tiempo determinado el número 2; en consecuencia, el evaluado debe digitar el número 2. En el siguiente ciclo el programa presenta el número 5; a continuación, el evaluado debe digitar los números 2 y 5, y así consecutivamente, hasta cometer un error. Esta secuencia se repitió tres veces con cada intervalo de tiempo (1, 8 y 16 segundos) y en cada ensayo se presentaron diferentes series de números aleatorios escogidas a partir de una base de datos generada por el programa. Con la misma estructura descrita, el programa tiene la opción de emitir inesperadamente cambios de color en el fondo de la pantalla, con el fin de introducir interferencia en el proceso de atención. Esta secuencia se repitió también tres veces con cada intervalo de tiempo (1, 8, y 16 segundos), para lograr un total de seis ensayos (tres sin interferencia, es decir, en blanco-negro, y tres con interferencia, es decir, a color). Adicionalmente, el programa registró las características técnicas de la sesión, el número de aciertos en cada serie y las latencias de respuesta en la digitación de cada número. Por último, la prueba incluye dos subrutinas: la primera es una subrutina de entrenamiento orientada a ofrecer al evaluado instrucciones y conocimiento sobre Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Implementación de una prueba automatizada para la evaluación de memoria operacional: Memonum la prueba. Para ello se realizaron tres ensayos de entrenamiento con el intervalo de tiempo establecido previamente (1, 8 o 16 segundos). La segunda es la subrutina de evaluación, donde el evaluado ingresa sus datos personales, e inmediatamente después realiza los tres ensayos sin emisión de color (blanco-negro) con el intervalo de tiempo determinado en la subrutina de entrenamiento. Igualmente, cuando termina con los tres ensayos, ingresa nuevamente sus datos y realiza tres ensayos más con emisión de color (color) con el mismo intervalo de tiempo, como en los ensayos anteriores. Formato de autoinforme Con el formato de autoinforme, la persona evalúa tres aspectos, de acuerdo con su desempeño durante la prueba. Estos aspectos son: las estrategias que utilizó para realizar la tarea como secuencias de digitación, que se refiere a mantener la secuencia de números por su ubicación y trayecto de digitación en el teclado numérico; repetición mental, y visualización mental. Además, evalúa su percepción del grado de distracción y del grado de dificultad al realizar la prueba tanto en blanco-negro como en color. Cada aspecto se calificó en escalas de 0 a 10, donde 0 era el mínimo valor, y 10, el máximo. Procedimiento Para todos los participantes, la prueba Memonum se aplicó en tres días diferentes; un día para cada uno de los intervalos (1, 8 y 16 segundos). La secuencia de aplicación de estos intervalos fue aleatoria. El primer día, un miembro del grupo investigador presentó las instrucciones para la realización de la prueba, que estaban acompañadas por una proyección, en video beam, de los pasos. Seguidamente, cada estudiante realizó la subrutina de entrenamiento para verificar el entendimiento del manejo de la prueba. Luego, el sujeto efectuó la subrutina de evaluación, donde ingresó sus datos personales, y el instructor colocó el intervalo de tiempo y la secuencia elegida. Después de terminados los tres primeros ensayos en blanco-negro, el evaluado diligenció nuevamente sus datos y el instructor nuevamente ingresó el intervalo de tiempo y la secuencia, para realizar los tres ensayos con emisión de color. Finalizada la prueba, se solicitó el diligenciamiento del formato de autoinforme, previa instrucción acerca de cómo hacerlo, por parte de uno de los investigadores. En las dos sesiones siguientes se aplicó el mismo procedimiento, exceptuando la presentación de las instrucciones con ayudas audiovisuales, dado que los participantes ya conocían el desarrollo de la prueba. Análisis de datos Se analizó el efecto de los ensayos de cada sesión sobre el desempeño mnemónico, definido como el número de aciertos utilizando el test ANOVA, y análisis post hoc, em- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 173 Albarracín Á., Dallos M., Conde C. pleando la prueba t de Bonferroni. Posteriormente, se analizó la variabilidad en el dominio del tiempo, de los tiempos de respuesta para comparar las tareas con (color) y sin interferencia visual (blanco-negro) de la prueba Memonum. La variable analizada fue la proporción de aumentos y disminuciones de las diferencias consecutivas de los tiempos de respuesta, obtenidas del número de diferencias de los tiempos de respuesta consecutivos mayores o menores que cero. Así, la proporción de aumentos corresponde al número de diferencias mayores que cero, dividido por el número total de diferencias consecutivas (incluidas las diferencias iguales a cero). La proporción de disminuciones corresponde a lo descrito, pero con el número de diferencias menores que cero en el numerador. Cabe resaltar que las diferencias de los tiempos de respuesta consecutivos siempre fueron procesados como tiempo de respuesta n+1, menos tiempo de respuesta n. Por último, el análisis de los datos del formato de autoinforme fue realizado mediante test ANOVA de dos vías. En los casos en que no se cumplieron los requisitos de distribución normal de los datos y dispersiones homogéneas se compararon los grupos con test ANOVA no paramétricos (Kruskal-Wallis). Cuando esta prueba detectó diferencias significativas, se realizaron post hoc comparaciones múltiples utilizando la prueba t de Bonferroni 174 o de Dunn. Para todas las pruebas estadísticas se estableció como nivel de significancia p<0,05, y se empleó el programa estadístico Sigmastat versión 2.0. Resultados Análisis del desempeño mnemónico (número de aciertos) El desempeño mnemónico se analizó a partir del número total de aciertos alcanzado por los participantes. El test ANOVA de una vía no mostró diferencias significativas entre los tres ensayos con cada intervalo de exposición y las presentaciones de la prueba Memonum (p>0,05). De tal manera que se realizó un promedio del número de aciertos de los tres ensayos. El test ANOVA de dos vías (Kruskal-Wallis) evidenció que existen diferencias atribuibles al intervalo (F[2,150]=22.,9, p<0,001), pero no entre las presentaciones (Figura 1). Se encontró que los participantes alcanzaron un menor número de aciertos en el intervalo de un segundo (prueba t de Bonferroni), que en los intervalos de 8 (t = 6,693) y 16 (t = 4,286) segundos. Así mismo, el número de aciertos alcanzado por los participantes en el intervalo de 8 segundos (t = 2,594) fue menor que el alcanzado en el intervalo de 16 segundos. Análisis de los tiempos de respuesta Para este análisis se comparó la proporción de aumentos y disminuciones de los tiempos de respuesta. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Implementación de una prueba automatizada para la evaluación de memoria operacional: Memonum Figura 1. Promedio (±EEM) del número de aciertos según el intervalo y la presentación. * Diferencias entre el número de aciertos alcanzado por los participantes menor en el intervalo de un segundo, que el alcanzado en los intervalos de 8 y 16 segundos (Kruskal-Wallis, p<0,001), para la presentación blanco-negro (BN) y la presentación color (COL). ** Diferencias entre el número de aciertos alcanzado por los participantes menor en el intervalo de 8 segundos, que el alcanzado en el intervalo de 16 segundos (Kruskal-Wallis, p<0,001) para la presentación blanco-negro (BN) y la presentación color (COL). El test ANOVA de dos vías (Figura 2) reveló que existen diferencias atribuibles a la presentación de la prueba Memonum, tanto para la proporción de disminuciones de los tiempos de respuesta (F[1,129] = 19,828, p<0,001) como para la proporción de aumentos (F[1,129] = 26,898, p<0,001). El análisis post hoc (prueba t de Bonferroni) reveló que los participantes presentaron un mayor porcentaje de disminuciones de tiempos (t = 4,453) en la presentación en blanco-negro, comparada con la prueba en color para todos los intervalos. Igualmente, se encontró que los participantes presentaron un mayor porcentaje de aumentos en los tiempos de respuesta (t = 5,186) en la presentación en color, comparada con la presentación en blanconegro para todos los intervalos de exposición. Análisis del formato de autoinforme Al analizar los puntajes asignados para la variable estrategias, se encontró que la estrategia más utilizada por los participantes para desempeñar la prueba Memonum con el intervalo de un segundo fue secuencias de digitación (F[2,67] = 9,519, p<0,001). Mientras en el intervalo de 8 segundos, los participantes utilizaron en mayor medida las estrategias secuencias de digitación y repetición mental (F[2,62] = 6,905, p = 0,002). Por último, durante el desempeño de la prueba Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 175 Albarracín Á., Dallos M., Conde C. Figura 2. Porcentaje de aumentos y disminuciones de tiempos de respuesta (media±EEM) según el intervalo y la presentación. * Diferencias entre disminuciones de tiempos de respuesta (Dism) mayor para la presentación en blanco-negro (BN) en todos los intervalos (1, 8 y 16 segundos), en comparación con la presentación en color (COL) (ANOVA de dos vías, p<0,001). ** Porcentaje de aumentos de tiempos de respuesta (Aum) mayor para la presentación en color en todos los intervalos (1, 8 y 16 segundos), en comparación con la presentación blanco-negro (BN) (ANOVA dos vías, p<0,001). con el intervalo de 16 segundos las mujeres utilizaron en mayor medida las tres estrategias: secuencias de digitación, repetición mental y visualización mental, comparadas con los hombres (F[1,58] = 4,282, p = 0,043). Por otro lado, al analizar los puntajes asignados al nivel de distracción, se encontraron diferencias significativas (ANOVA de dos vías) entre la presentación de la prueba Memonum (F[1,136]=6,386, p = 0,013), lo que mostró que los participantes (prueba t de Bonferroni) asignaron un menor puntaje a la distracción (t = 2,527) para la presentación en blanco-negro, comparada con la presentación en color (Figura 3a). Igualmente, al analizar la variable nivel de dificultad, se encontró que existen diferencias significati- 176 vas (ANOVA de dos vías) entre el intervalo (F[2,136] = 3,684, p = 0,028) y la presentación (F[1,136] = 9,564, p = 0,002) de la prueba Memonum (Figura 3b). El análisis post hoc (prueba t de Bonferroni) reveló que los estudiantes atribuyeron un mayor puntaje a dificultad en el intervalo de un segundo (t = 1,446), comparado con el intervalo de 16 segundos para ambas presentaciones. Igualmente, los estudiantes dieron un puntaje menor al nivel de dificultad (t = 3,093) cuando presentaron la prueba en blanco-negro, que cuando la presentaron en color. Discusión El presente trabajo evaluó la influencia de diversos intervalos de presentación de dígitos e Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Implementación de una prueba automatizada para la evaluación de memoria operacional: Memonum Figura 3a. Nivel de distracción según el intervalo y la presentación. COL>BN: puntaje asignado por los participantes mayor para el nivel de distracción en la presentación en color (COL) de la prueba, que el puntaje asignado a la presentación en blanco-negro (BN) (ANOVA dos vías, p=0,013). interferencia atencional sobre el desempeño mnemónico en sujetos universitarios, utilizando la prueba Memonum. Los resultados mostraron que el desempeño mnemónico de los participantes aumentó al emplear tiempos de exposición más amplios (8 y 16 segundos) en la prueba Memonum. Esto sugiere que la manipulación de los tiempos de exposición de los dígitos en esta prueba presentan el mismo efecto que en las tareas visoespaciales empleadas por otros autores (3,4). Lo anterior puede estar sugiriendo que un tiempo más prolongado de expo- Figura 3b. Nivel de dificultad según el intervalo y la presentación. * Puntaje asignado por los participantes para el nivel de dificultad mayor en el intervalo de 1 segundo, que el puntaje asignado en el intervalo de 16 segundos en las presentaciones en blanco-negro (BN) y en color (COL) de la prueba (ANOVA dos vías, p<0,028). COL>BN: puntajes asignados por los participantes al nivel de dificultad mayor en la presentación en color (COL) de la prueba, que el puntaje asignado a la presentación en blanco-negro (BN) (ANOVA dos vías, p<0,002). Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 177 Albarracín Á., Dallos M., Conde C. sición permite el uso de estrategias, como el ensayo o repetición, lo que mejora el desempeño mnemónico de los individuos (4). Por otra parte, cuando el tiempo de exposición de los dígitos fue de un segundo, el promedio del número de aciertos alcanzado por los estudiantes se encontró alrededor de 8 dígitos (desviación estándar = 2), lo que mostró un desempeño muy similar al reportado con la subprueba de Wechsler (13). Según el resultado, es posible inferir que la prueba Memonum es una herramienta válida en la evaluación de la memoria operacional a través de la tarea de retención de dígitos directos por medio visual. En concordancia con lo anterior, Lecerf y Roulin (4), en un estudio que desarrollaron para comparar la manipulación del tiempo de exposición en una tarea de memoria operacional y una de memoria a corto plazo, encontraron que la manipulación modificó el desempeño mnemónico en la tarea de memoria operacional, pero no en la de memoria a corto plazo. Esto sugiere que este factor podría ser útil en la distinción y determinación sobre si una prueba evalúa memoria operacional o de corto plazo. De tal manera que el Memonum se sigue planteando como una herramienta válida para evaluar la memoria operacional. Aunque el desempeño mnemónico de los sujetos mejoró con la ampliación de los tiempos de exposición de los dígitos, no se 178 encontraron diferencias significativas entre el número de aciertos alcanzado por los participantes en las presentaciones de la prueba Memonum, lo cual indica que los efectos de interferencia atencional producidos por los cambios de color no modificaron este componente del desempeño. Sobre este aspecto, autores como Engle y cols. (15) han propuesto que la capacidad de la memoria operacional está en la habilidad para mantener activamente representaciones o información de manera temporal en presencia de distracción. En este sentido, al parecer los participantes lograron mantener activa la información (serie de números) durante la realización de la prueba, a pesar del cambio de color como estímulo distractor, ya que el desempeño mnemónico o número de aciertos alcanzado por los participantes en la presentación en color no fue diferente del alcanzado en la presentación en blanco-negro de la prueba Memonum. En contraste con lo anterior, el efecto distractor del cambio de color se pudo evidenciar con los análisis de variabilidad de los tiempos de respuesta. De acuerdo con los resultados, los participantes presentaron mayor proporción de aumentos de tiempos de respuesta al realizar la tarea con la presentación en color; es decir, se tomaron más tiempo para digitar las series numéricas, lo que estaría indicando que el nivel de procesamiento de información fue más complejo al realizar la prueba Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Implementación de una prueba automatizada para la evaluación de memoria operacional: Memonum con esta presentación. Por lo tanto, el hecho de desarrollar la tarea cuando se presenta el estímulo distractor, muestra que, tal vez, el procesamiento de la información es más controlado, dirigido a mantener la atención en la serie de números, a pesar del cambio de color en el fondo de la pantalla (4,15). Según este hallazgo, es posible inferir que la presentación en color de la prueba Memonum sí genera un efecto de perturbación atencional y que exige un procesamiento mayor, el cual se ve reflejado en tiempos de respuesta más lentos; así mismo, es posible inferir que su aplicación puede ser de utilidad en la evaluación de pacientes con déficits de atención. Lo anterior está en concordancia con el planteamiento de Luce (16), quien expone que los tiempos de respuesta pueden revelar información acerca de actividad mental, de tal manera que si el procesamiento de información es altamente estructurado, este proceso demandaría diferentes tiempos y, en consecuencia, estas diferencias estarían reflejadas en los tiempos de respuesta, como ocurre con la presentación en color de la prueba Memonum. Por otro lado, con respecto a las estrategias empleadas por los participantes para desarrollar la prueba Memonum, se halló que como consecuencia de la ampliación del intervalo de tiempo de exposición de los dígitos en la prueba, los participantes usaron cada vez mayor cantidad de estra- tegias posibles y que alcanzaron un mayor número de aciertos con los intervalos de 8 y 16 segundos. Al parecer, un mayor tiempo de exposición permite a las personas llevar a cabo un mejor proceso de codificación, a través de la repetición de antiguas o nuevas estrategias, como un mecanismo para mantener activa la información. Esto influye posteriormente en un mejor recuerdo o desempeño mnemónico de los sujetos (4,17). Finalmente, en cuanto a los resultados obtenidos para el nivel de distracción y el nivel de dificultad se encontró que los participantes asignaron una valoración más alta a la presentación en color en todos los intervalos de presentación (1, 8 y 16 segundos), en comparación con la presentación en blanco-negro de la prueba Memonum. Esto muestra que los sujetos percibieron la presentación en color como una prueba con mayor grado de interferencia atencional y de dificultad. A pesar de que el desempeño mnemónico en la presentación en color no se diferenció del desempeño en la presentación en blanco-negro, se pudo evidenciar que la presentación en color genera un efecto de perturbación atencional que es percibido y enunciado por los participantes. Esto puede estar apoyado con lo encontrado en los análisis de variabilidad, donde se presenta un porcentaje de aumentos de los tiempos de respuesta de forma significativa, durante esta presentación. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 179 Albarracín Á., Dallos M., Conde C. Conclusiones Con el presente trabajo se pudo evidenciar, en primer lugar, que la prueba Memonum se perfila como un instrumento útil en la evaluación de la memoria operacional por medio visual. En segundo lugar, que el incremento de los intervalos de exposición de los dígitos en la prueba Memonum aumentó el desempeño mnemónico de los individuos. En tercer lugar, que los análisis de variabilidad evidenciaron diferencias significativas entre las presentaciones del Memonum, por lo cual se propone la presentación en color como una posible herramienta para generar un efecto de perturbación atencional. Y, finalmente, que el formato de autoinforme nos proporciona información útil sobre los posibles procesamientos que llevan a cabo los individuos frente a la prueba Memonum. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. Agradecimientos A la Dirección de Investigación y Extensión de la Universidad Industrial de Santander, por el apoyo financiero (Código del proyecto 5628). Al Laboratorio de Neurociencias y Comportamiento de la UIS-UPB. Al Dr. Luis Carlos Orozco, y a todo el personal estudiantil que participó en el estudio. Referencias 1. 2. Baddeley A. Memoria Humana. Teoría y Práctica. Madrid: McGraw-Hill; 1999. Funahashi S. Prefrontal cortex and working memory processes. Neuroscience. 2006;139(1):251-61. 180 11. 12. 13. 14. 15. Rev. Colomb. 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Aspectos psicopatológicos del coeficiente intelectual limítrofe: un estudio en el Hospital de la Misericordia, 2000-2005 Juana Yolanda Atuesta Fajardo1 Rafael Antonio Vásquez Rojas2 Zulma Consuelo Urrego Mendoza3 Resumen Introducción: El bajo rendimiento académico es un motivo de consulta frecuente en psiquiatría infantil, con posibles causas como el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), los trastornos emocionales de la infancia, los trastornos del aprendizaje, las deficiencias sensoriales y el déficit cognoscitivo. Sin embargo, existe una condición anómala que sin pertenecer a una clasificación nosológica específica, toma cada vez más importancia en la práctica clínica: el coeficiente intelectual limítrofe (CIL), definido por el puntaje entre 71 y 84. Objetivos: Describir las características sociodemográficas y las comorbilidades más frecuentes de pacientes con CIL en el servicio de Psiquiatría Infantil del Hospital La Misericordia entre los años 2000 y 2005. Materiales y métodos: Estudio descriptivo. Revisión de base de datos e historias clínicas de pacientes con WISC R entre 71 y 84. Resultados: Se recolectaron datos de 161 pacientes: 68,94% (n=111) fueron varones; la edad promedio fue 11,5 años; el 92,53% pertenecía a estrato socioeconómico bajo y el motivo de consulta más frecuente fue bajo rendimiento académico en 40,37% (n=65); el antecedente personal más frecuente fue retardo psicomotor, en 20,49% (n=33); 19,87% (n=32) repetía año escolar. El TDAH fue la comorbilidad más frecuente, con 57,14% (n=92), seguido por depresión y/o ansiedad, con 22,98%(n=37). Conclusión: El CIL, sumado a condiciones socioeconómicas desfavorables, es un factor que puede aumentar la vulnerabilidad del individuo a cualquier psicopatología y afectar su calidad de vida. Palabras clave: psicopatología, inteligencia, depresión, ansiedad. Title: Psychopathological Aspects of Borderline Intellectual Functioning: a study in Hospital de la Misericordia, 2000-2005 1 2 3 Médica psiquiatra, Universidad del Rosario, Bogotá, Colombia. Docente de Psiquiatría, Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud-Hospital de San José, Bogotá, Colombia. Psiquiatría de niños y adolescentes, Universidad El Bosque, Bogotá, Colombia. Médico psiquiatra de niños y adolescentes. Profesor titular, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, y del Departamento de Psiquiatría y de la Especialización en Psiquiatría Infantil, Universidad El Bosque, Bogotá, Colombia. Médica psiquiatra, Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá. Especialista en Epidemiología, Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia. MgSc en Psicología Clínica y de la Familia, Universidad Santo Tomás, Bogotá, Colombia. Candidata al Doctorado en Salud Pública, Universidad Nacional de Colombia. 182 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Aspectos psicopatológicos del coeficiente intelectual limítrofe: un estudio en el Hospital ... Abstract Introduction: Poor academic functioning is a common chief complaint in Children and Adolescent Psychiatry services; its possible causes could be Attention- deficit/hyperactivity disorder (ADHD), emotional disorder in childhood, learning disorders, sensorial deficits and mental retardation. But there is an abnormal condition without a specific nosological classification: Borderline intellectual functioning (BIF), determined when IQ is between 71 and 84. Objectives: To describe the sociodemographic characteristics and comorbilities in patients with BIF evaluated by the Children and Adolescent Psychiatry service al La Misericordia Hospital from 2000 to 2005. Methods: This is a descriptive study. We reviewed the data base and medical histories of patients with WISC R between 71 and 84. Results: 161 patients were found. 68.94% (n=111) were men; the mean age was 11.5 years old. 92.53% were poor. The most common chief complaint was poor academic functioning 40.37% (n=65); a history of psychomotor delay 20.49% (n=33) and school failure 19.87% (n=32) was common. ADHD 57.14% (n=92) and depression and anxiety 22.98% (n=37) were the most common comorbilities. Conclusion: BIF with unfavorable socioeconomic conditions could increase the individual’s vulnerability to psychopathology and compromise the quality of life. Key words: psychopathology, inteligence, depression, anxiety. Introducción Lo que medimos con los tests de inteligencia no es lo que aparentemente pretende medir el test, la información del sujeto, su percepción especial o su capacidad de razonar. Lo que miden los tests de inteligencia –lo que esperamos y deseamos que midan– es algo mucho más importante: la capacidad del sujeto de comprender el mundo que le rodea y los recursos que posee para enfrentarse a sus exigencias y desafíos. David Wechsler El bajo rendimiento académico es un motivo de consulta frecuente en el área de la psiquiatría infantil, con posibles causas que abarcan el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) —como la patología psiquiátrica más prevalente en niños escolares (1)—, los trastornos emocionales de la infancia, los trastornos del aprendizaje, las deficiencias sensoriales no diagnosticadas y el déficit cognoscitivo, entre los más comunes (2). Sin embargo, existe una condición anómala que, sin pertenecer a una entidad nosológica específica, comienza a tener importancia en la práctica clínica: el coeficiente intelectual limítrofe (CIL), definido por la Calificación de Coeficiente Intelectual (CI) entre 71 y 84, según la Escala de inteligencia de Wechsler para niños-revisada (WISC-R, por su sigla en inglés) (3). En el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, cuarta edición revisada (DSM-IV-TR) se ubica en el apartado “Otras condiciones que pueden ser foco de atención médica” (4). Entre tanto, para algunas escuelas europeas pertenece al espectro de los trastornos del aprendizaje (learning disabilities), en el apartado de retardo mental (5). Los trastornos del aprendizaje se refieren a las deficiencias en niños o adolescentes para la adquisición de habilidades en lectura, escritura, lenguaje, escucha, razonamiento o matemáticas, en comparación con otros niños de la misma edad y capacidad intelectual Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 183 Atuesta J., Vásquez R., Urrego Z. (6), lo cual conllevan dificultades en la adaptación a situaciones nuevas y cotidianas (7). En Estados Unidos, representan más del 50% de los cinco millones de estudiantes ubicados en colegios de educación especial (8,9) y han sido objeto de estudio durante los últimos 25 años, por su alta comorbilidad con trastornos depresivos (10). La queja principal de los padres y el sistema escolar de un paciente con CIL es el pobre rendimiento escolar (11), que puede o no asociarse con problemas disciplinarios y de convivencia con pares, con deficiencias en los procesos de lectoescritura y cálculo, baja autoestima, pobreza para establecer vínculos afectivos, quejas somáticas inespecíficas (12) e incluso intento de suicidio. Muchas veces estas quejas corresponden al síntoma más sobresaliente y sólo a través de la anamnesis se identifica, además del motivo de consulta inicial, el bajo rendimiento académico concomitante. Si bien los síntomas descritos pueden corresponder a TDAH, trastornos de conducta, trastornos del aprendizaje mixtos o específicos, trastornos ansiosos o depresivos, entre otros, el diagnóstico de una de estas patologías no es excluyente de CIL, lo que es congruente con el hecho de que en psiquiatría infantil la comorbilidad es alta (13,14). Dicha comorbilidad puede corresponder a patologías independientes o secundarias al CIL, como es el caso de cuadros depresivos o ansiosos, 184 al igual que a otras patologías en ejes diferentes al I y II, directamente relacionadas con el CIL, y muchas veces se identifican como sus responsables. Un estudio llevado a cabo durante once años en recién nacidos con muy bajo peso al nacer (<1.500 g), comparados con recién nacidos de peso normal, encontró que el antecedente de prematurez y bajo peso al nacer determinaba múltiples complicaciones, entre ellas mayor porcentaje de trastornos del aprendizaje, incluido el CIL (15). Otros factores que influyen en el bajo peso al nacer y, por ende, en CIL son el tabaquismo activo o pasivo en la madre, las infecciones urinarias graves (como propiciadoras de parto pretérmino), la multiparidad (más de 6 hijos), la desnutrición materna, la ausencia de controles prenatales, etc. (16). Así mismo, ser madre adolescente se ha asociado con bajo peso al nacer. Un estudio sobre embarazo en adolescentes encontró que su coeficiente intelectual era inferior al de pares no gestantes (17). El Estudio Nacional Longitudinal sobre Juventud, en Estados Unidos, concluyó que las adolescentes con CI subnormal tenían inicio más temprano de vida sexual activa y, por ende, más riesgo de embarazos tempranos (18). Otras investigaciones han asociado la disminución del CI a exposición crónica con plomo, tanto en la madre gestante como en los niños. Hay reportes que la exposición a Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Aspectos psicopatológicos del coeficiente intelectual limítrofe: un estudio en el Hospital ... dosis tóxicas de plomo durante la infancia producen una disminución de ocho puntos en el CI total (19). De igual forma, un estudio llevado a cabo en Lima informa la disminución en el CI se asocia con población infantil expuesta a agentes contaminantes del gas natural (20). Varios estudios asocian también la presencia de CI subnormal al antecedente de desnutrición infantil, sobre todo durante los dos primeros años de vida. Esto va de la mano de condiciones socioeconómicas precarias, por lo que se busca frenar este flagelo con la fortificación de alimentos comunes (21) y la difusión de programas que favorezcan la lactancia materna y la detección temprana de factores desfavorecedores del adecuado desarrollo del niño (22). En 2005, el 12,1% del total de menores de cinco años del país presentó desnutrición crónica o retardo en el crecimiento (23), hecho congruente con la situación de exclusión y pobreza en la cual se encuentra cerca del 60% de esta población. En otras palabras, seis de cada diez niños y niñas están privados de un entorno protector, situación que pone en riesgo el desarrollo individual, con mayor concentración en zonas rurales (24). En 2005, alrededor del 2% de los niños y niñas menores de cinco años de edad presentaba algún tipo de discapacidad cognoscitiva, física, sensorial o emocional, por lo que la detección temprana, el acompañamiento y preparación de la familia, así como la oferta adecuada de programas de rehabilitación, garantizan un mejor futuro para estos pequeños (25). Cada vez hay más hallazgos empíricos (no todos documentados) respecto a que los niños con CIL tienen dificultades no sólo limitadas al campo cognoscitivo, sino que afectan otras áreas de su funcionamiento escolar y social, con repercusiones emocionales que generan, potencian y enmascaran comorbilidades que empeoran el pronóstico a corto, mediano y largo plazo (13). En nuestra experiencia, los pacientes con CIL tienen padecimientos emocionales, siempre complicados, de evolución al deterioro, y que generan enorme malestar. Hoy, cuando en consulta se encuentra un paciente con CIL, se tiene la imagen de un pronóstico sombrío y un tratamiento largo y, sobre todo, laborioso. No hay una ruta para explicar al niño o niña y a su familia que el presente es difícil, pero que el futuro puede ser incierto y mórbido si no se toman algunas medidas. Esta hipótesis es la que se intenta resolver con este proyecto. Pacientes y métodos Se revisó la base de datos de la Consulta Externa del Servicio de Psiquiatría Infantil del Hospital Pediátrico Universitario La Misericordia (HOMI), durante el período de enero del 2000 a diciembre del 2005, en busca de pacientes con Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 185 Atuesta J., Vásquez R., Urrego Z. diagnóstico de CIL, confirmado por prueba WISC-R. Se encontraron 161 niños en total. Posteriormente, se revisaron sus historias clínicas, para obtener la mayor cantidad de datos sociodemográficos y médicos. El estudio contó con la aprobación del Comité de Ética del hospital. En cuanto a la escala WISC-R, para cuantificación de inteligencia en niños, que ha tenido varias revisiones, numerosas investigaciones han demostrado su alta validez, confiabilidad y sensibilidad diagnóstica. La edad de aplicación está entre los 6 y los 16 años y consta de un área verbal y un área manipulativa, de tal manera que ofrece tres CI: un cociente intelectual verbal (CIV), un cociente intelectual manipulativo (CIM) y un cociente intelectual total (CIT), que resume la ejecución de una persona en 10 o 12 tareas (26). Resultados Los 161 pacientes con CIL correspondieron al 2,18% del total de consultas durante los seis años estudiados. En general, se observó un incremento en el número de casos por año, a través del tiempo (Tabla 1). De los 161 pacientes, el 68,94% (n=111) eran varones. El promedio de edad en general fue de 11,5 años, con rango de edad entre 6 años y 17 años. En cuanto al estrato socioeconómico —nivel de clasificación de las viviendas de acuerdo con las características de su construcción, la disponibilidad de vías de comunicación, medios de transporte y servicios públicos, divididos en bajo-bajo (estrato 1), bajo (estrato 2), medio-bajo (estrato 3), medio (estrato 4), medioalto (estrato 5) y alto (estrato 6) (27)—, el 54,03% (n=87) pertenecía al estrato 3; el 32,29% (n=52), al estrato 2; el 6,21% (n=10), al estrato 1; el 4,34% (n=7), al estrato 4, y el 3,10% (n=5) no informó el estrato. Del total de pacientes, el 16,14% (n=26) provenía de fuera de Bogotá. El motivo de consulta más frecuente fue bajo rendimiento académico, con el 40,37% (n=65); seguido por Tabla 1. CIL durante 2000 y 2005 en el HOMI 2000 2001 Total consultas 1.027 950 Total consultas con diagnóstico CIL 23 23 2,23 2,42 2002 1.151 20 1,73 2003 1.400 25 1,78 2004 1.452 34 2,34 2005 1.373 36 2,62 Total 7.353 161 2,18 Año 186 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 % Aspectos psicopatológicos del coeficiente intelectual limítrofe: un estudio en el Hospital ... agresividad, en el 15,52% (n=25); inquietud, en el 9,31% (n=15); problemas en la socialización e inatención, con el 8,07% cada uno (n=13); ansiedad, indisciplina e intento de suicidio, con 1,86% (n=3), en cada uno, y anorexia, en el 1,24% (n=2). El motivo de consulta anorexia e intento de suicidio se presentó exclusivamente en mujeres. Existieron otros motivos de consulta con porcentajes menores como accidentes, rebeldía, entre otros. Cabe anotar que lo común es que sean varios los motivos de consulta, pero se jerarquizan de acuerdo con la interferencia que generan en el funcionamiento del paciente, y para este estudio se tomó el de mayor interferencia. Esta última se define por el puntaje que el padre o acudiente le asigna a cada queja que lo lleva a consultar en un rango de 0 a 10, donde 10 es lo más grave. La Tabla 2 resume los antecedentes más frecuentes encontrados en los 161 pacientes. Al momento de la valoración inicial por parte del área de psiquiatría infantil, el 56,52% (n=91) de los pacientes cursaba algún grado de básica primaria y el 2,48% (n=4) estaba desescolarizado. Sólo una paciente estaba cursando el primer semestre de una carrera técnica. El resto de los pacientes estaba cursando algún grado de secundaria. De la población estudiante, tres pacientes estaban repitiendo más de una vez el mismo grado. En cuanto a comorbilidad, el TDAH fue la patología de mayor frecuencia, con el 57,14% (n=92); seguido por trastorno depresivo o ansioso, con el 22,98% (n=37); trastorno del aprendizaje, con el 14,90% (n=24), y trastorno del lenguaje, con el 13,04% (n=21). El TDAH y Tabla 2. Antecedentes Categoría Perinatales Desarrollo psicomotor Patológicos Traumáticos Antecedente Porcentaje Cesárea 9,93% (n=16) Parto instrumentado Ictericia neonatal 5,59% (n=9) 5,59% (n=9) Sufrimiento fetal agudo 4,96% (n=8) Prematurez 3,81% (n=5) Retardo psicomotor 20,49% (n=33) Retardo en la aparición del lenguaje Rinitis alérgica Epilepsia 8,69% (n=14) 11,80% (n=19) 11,18% (n=18) Dermatitis atópica 1,86% (n=3) Trauma craneoencefálico 3,81% (n=5) Académicos Repitencia escolar 19,87% (n=32) Otros Adoptado Maltrato infantil 2,48% (n=4) 2,48% (n=4) Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 187 Atuesta J., Vásquez R., Urrego Z. el trastorno oposicional desafiante (TOD) se presentaron en el 23,60% (n=38). Entre tanto, el 6,2% (n=10) de los pacientes tenía más de tres patologías comórbidas, independientes de la edad. Comorbilidades como abuso de sustancias, Gilles de la Tourette, trastorno de identidad sexual, entre otras, tuvieron porcentajes inferiores. Discusión Los resultados de este estudio muestran que el diagnóstico de CIL en la consulta del área de Psiquiatría Infantil del HOMI se hizo más frecuente a través del tiempo. Esto no implica que haya aumentado su prevalencia en la población que asiste a valoración médica en este centro, sino que mejoró su reconocimiento como entidad nosológica. El HOMI es un hospital pediátrico de tercer nivel de complejidad, centro de referencia en el país de los sectores sociales pertenecientes al régimen de salud contributivo y subsidiado, lo que da a la población que atiende características socioculturales particulares que, por sí mismas, pueden incidir en los resultados de las pruebas psicométricas (28). En seis años de evaluación se logró recoger una muestra de 161 pacientes con un promedio de edad de 11,5 años, de los cuales más de las dos terceras partes eran hombres. El 92,53% de la muestra pertenecía al estrato socioeconómico bajo (estrato 1, 2 o 3), de acuerdo 188 con la distribución del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) (29), que representaba aproximadamente el 82,2% de la población en Bogotá, en el 2005 (30). Los motivos de consulta más frecuentes se relacionaron con situaciones problemáticas en el medio escolar como bajo rendimiento académico, agresividad, problemas de socialización, inquietud e inatención, lo cual resalta el papel de la escuela, al ser el primer escenario fuera del entorno familiar donde se ponen a prueba las competencias cognoscitivas y sociales básicas (31). Igualmente, se destaca que el maestro es un observador privilegiado de la salud mental, en cuanto a población infantil se refiere (2,8,9,11). Otro motivo de consulta fue el intento de suicidio, que se presentó exclusivamente en el sexo femenino, lo cual es congruente con lo reportado en el estudio del Hospital Universitario del Valle, donde la mayoría de los pacientes adolescentes que ingresaron por intento de suicidio y tenían CI bajo eran mujeres (32). Si bien se intentaron explorar antecedentes que, según la literatura médica, están correlacionados con la disminución del coeficiente intelectual, como la exposición a tóxicos (19) o las complicaciones médicas durante el embarazo (16), la edad materna al momento del parto (12,33), el bajo peso al nacer (15) y características del neurodesarrollo (35), no fue posible determinar estos antecedentes en todos los pacientes, Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Aspectos psicopatológicos del coeficiente intelectual limítrofe: un estudio en el Hospital ... pues en muchos casos el informante los desconocía, los reportaba como “normales” o, peor aún, no eran interrogados por el evaluador. Por todas estas inconsistencias en la información, a partir del 2004 al formato habitual de historia clínica por parte del área de Psiquiatría Infantil se le adicionó otro formulario, que explora con detalle aspectos relacionados con el embarazo, el parto y el desarrollo psicomotor. Así, muchos “normales” dejaron de serlo. Muchas de estas dificultades en el desarrollo psicomotor están presentes desde temprana edad (15,34); pero sólo se evidencian cuando las exigencias del medio aumentan y los recursos del niño resultan insuficientes para responder a ellas. Esto explica por qué es en la edad escolar, y por solicitud del colegio, cuando más se consulta a psiquiatría infantil. Un factor propio de la población de estudio que contribuye a que la detección de estas alteraciones cognitivas, conductuales y afectivas no se hagan tempranamente es la presencia de muchas de estas mismas patologías en los padres o cuidadores de los niños. Este factor dificulta la asimilación del diagnóstico y la toma de las medidas de tratamiento pertinentes, lo cual, sumado a condiciones socioeconómicas de pobreza, explica la alta deserción durante el seguimiento (35). En cuanto a comorbilidad, el 100% de la población estudiada la tenía. Esto confirma que en psiquia- tría infantil los diagnósticos puros son escasos (13,14). La comorbilidad más frecuente correspondió a TDAH, lo cual era esperable, al ser la patología psiquiátrica de mayor prevalencia en edad escolar —oscila entre el 8 y el 20% (1)—, y que según el último estudio de Salud mental en Colombia fue de 0,1% para hombres y mujeres de zona urbana, entre los 18 y los 65 años de edad (36). Un estudio realizado por los doctores Muñoz y Franco en Colsánitas, en 1998, encontró una prevalencia de 9,3% para TDAH en esa población específica (37). La patología que más se presentó asociada a TDAH, independiente al CIL, fue el TOD. Esta constelación de síntomas cognitivos y conductuales explica que las complicaciones a mediano plazo sean mayores en estos pacientes, de acuerdo con estudios longitudinales (38). Sin duda, el CIL es una fuente permanente de dificultades que empeora las otras que padece el paciente. La asociación de TDAH, TOD y CIL pronostica más problemas para el paciente, pobre respuesta al tratamiento y, seguramente, mayores dificultades de adaptación en la vida adulta, según estudios internacionales (39-41). Otras patologías comórbidas con alta frecuencia fueron los trastornos afectivos de tipo depresivo o ansioso; en muchos casos, con una gravedad importante. Por ello es mandatario su diagnóstico y tratamiento conjunto, pues de su abordaje integral dependerá el pronós- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 189 Atuesta J., Vásquez R., Urrego Z. tico a largo plazo, como lo reportan diferentes estudios (5,10,12). Otra entidad que también se asoció con el CIL en la muestra estudiada fue el trastorno del aprendizaje inespecífico, lo cual también se evidencia en otros estudios; pero en estos, a diferencia de la presente investigación, el resultado sobre 80 en WISC III fue tomado como normal (8,9). En un estudio realizado por Pallarés-Artigas y cols., los niños con CIL tenían mayores dificultades emocionales, escolares y sociales, comparados con pares con CI normal. Es importante anotar que la evaluación de los aspectos psicológicos fue a través de la aplicación de escalas a los niños y los padres, sin existir valoración por psiquiatría infantil, pues el énfasis del estudio fueron los aspectos relacionados con neurodesarrollo (4,42). Para estos pacientes, el fracaso continuo y persistente en el aula hace que se desinteresen por los contenidos académicos y se marginen de la escuela, incluso antes de que esta los excluya. Este factor se incorpora a la vida de los pacientes y produce alteraciones en su autoimagen, pues se consideran marginales para estudiar. Estamos frente al fracaso como un poderoso factor de facilitación de la psicopatología en niños y adolescentes. Conclusiones El bajo rendimiento académico es un fenómeno multicausal y dinámico, que constituye un reto para 190 el psiquiatra que atiende a niños y adolescentes, pues constituye uno de los principales motivos de consulta en psiquiatría infantil. Aunque poco se conoce en literatura médica sobre las implicaciones psicopalógicas del CIL, es una entidad nosológica que debe tenerse en cuenta como una posibilidad diagnóstica dentro del enfoque del fracaso escolar. Para que el CIL sea tenido en cuenta como una posibilidad diagnóstica, el psiquiatra de niños y adolescentes necesita recocerlo como una entidad nosológica independiente, con la precaución de no sobrediagnosticar o patologizar a todo niño que presente un CI entre 71 y 84, pues este resultado debe ser evaluado dentro de un contexto, sin olvidar que las pruebas psicológicas, dentro de las que se encuentra el WISC, son herramientas que confirman o descartan un diagnóstico establecido por la clínica. El CIL es una condición patológica que puede ubicarse en el eje II dentro de la clasificación nosológica multiaxial en psiquiatría, como un apartado de los trastornos del aprendizaje, de acuerdo con la clasificación de algunas escuelas europeas (5). Si se tiene en cuenta la alta comorbilidad en psiquiatría infantil, es necesaria una exploración detallada y el tratamiento de otras patologías de tipo conductual o emocional, como el TDAH, el TOD y los trastornos depresivos o ansiosos, para que se disminuya el riesgo de complicaciones a mediano y largo plazo. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Aspectos psicopatológicos del coeficiente intelectual limítrofe: un estudio en el Hospital ... Tal como se sospechó, el CIL es un factor que aumenta la vulnerabilidad del individuo a cualquier trastorno psiquiátrico; esto es, aun cuando la condición de presentar un CI inferior al normal es irreversible, si se hace un abordaje integral de cada caso, se pueden realizar modificaciones ambientales que potencien las fortalezas del sujeto y minimicen los factores desfavorecedores, que son directamente proporcionales a la aparición de psicopatología. El tratamiento del paciente con bajo rendimiento académico y CIL debe corresponder a un equipo multidisciplinario que permita la modificación del mayor número de factores individuales y sociales desfavorables concomitantes. En la literatura científica revisada no se encontró un trabajo similar que permita separar los efectos directos del CIL sobre el comportamiento, de los efectos inducidos por un ambiente desfavorable, como la falta de oportunidades para los jóvenes, en especial para aquellos que pertenecen a sectores populares. Este último factor debe ser sometido a una descripción detallada que permita vislumbrar los desafíos que la cultura y, sobre todo, la economía imponen al trabajo terapéutico con jóvenes. Sin embargo, sí queda claro que la sumatoria de todos estos factores deteriora de manera exponencial la calidad de vida de estos jóvenes. Este trabajo es el primero en investigar, desde otra perspectiva, una situación que hace parte del día a día del ejercicio de la psiquiatría de niños y adolescentes: el bajo rendimiento académico. Esperamos sea el comienzo de una línea de investigación en psiquiatría infantil, que permita el mejoramiento de la calidad de vida de nuestros pacientes. Limitaciones No fue posible evaluar todos los factores que la literatura científica relaciona con la disminución del CI, debido a que algunos de ellos no estaban consignados en la base de datos o en las historias clínicas, y otros ni siquiera fueron evaluados. El sesgo de memoria del informante y el sesgo de información por omisión o imprecisión de datos, son otras limitaciones que deben considerarse. En su mayoría, la población estudiada pertenecía a estratos socioeconómicos bajos, por lo que los datos obtenidos no son extrapolables a la población general de Bogotá. Referencias 1. 2. 3. 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Hassiotis A, Ukoumunne O, Tyrer P, Piachaud J, Gilvarry C, Harvey K, et al. Prevalence and characteris- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 193 Atuesta J., Vásquez R., Urrego Z. tics of patients with severe mental illness and borderline intellectual functioning. Report from the UK700 randomised controlled trial of case management. Br J Psychiatry. 1999;175:135-40. 41. Rimmerman A, Yurkevich O, Birger M, Azaiza F, Elyashar S. Quality of life of Israeli adults with borderline intelligence quotient and attention-deficit/hyperactivity disorder. Int J Rehabil Res. 2007;30(1):55-60. 42. Artigas-Pallarés J, Rigau-Ratera E, García-Nonell C. Capacidad de inteligencia límite y disfunción ejecutiva. Rev Neurol. 2007;44 Suppl 2:S67-9. Recibido para evaluación: 12 de mayo de 2008 Aceptado para publicación: 16 de junio de 2008 Correspondencia Juana Yolanda Atuesta Fajardo Fundación Universitaria Ciencias de la Salud Carrera 19 Nº 8A-32 Bogotá, Colombia juanis765@yahoo.com 194 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Prevalencia del consumo de sustancias en estudiantes de secundaria de Bucaramanga... Prevalencia del consumo de sustancias en estudiantes de secundaria de Bucaramanga (Colombia) y su área metropolitana Germán Eduardo Rueda-Jaimes1 Paul Anthony Camacho López2 Andrés Mauricio Rangel-Martínez-Villalba3 Eliana Duarte Pineda4 Resumen Introducción: La adolescencia es la etapa de mayor riesgo para el inicio de consumo de sustancias, lo cual implica complicaciones a corto y largo plazo. En los países latinoamericanos ha aumentado el consumo de sustancias. Objetivo: Determinar la prevalencia del consumo de sustancias en niños y adolescentes escolarizados de Bucaramanga y su área metropolitana, Colombia. Método: Estudio descriptivo de corte transversal en una muestra aleatoria de 2.916 estudiantes adolescentes. Resultados: la edad promedio de los estudiantes fue de 14,4 años (DE 1,65); el 49,88% eran varones. El 2,75% fue la prevalencia anual para el consumo de sustancias legales (sin incluir alcohol y tabaco), en tanto 3,81% fue la prevalencia del consumo de sustancias ilegales. La prevalencia de consumo diario de cigarrillo durante el último mes fue 4,56%. La prevalencia anual de consumo de alcohol fue de 66,39%; de bazuco, 0,76%; de cocaína, 1,35%; de estimulantes, 1,28%; de éxtasis, 1,59%; de heroína, 0,45%; de inhalantes 0,8%; de marihuana, 2,64%, y de tranquilizantes, 1,62%. Conclusión: El consumo de sustancias legales e ilegales por parte de estudiantes de secundaria de Bucaramanga fue alto e inició a edades tempranas. El alcohol sigue siendo la más consumida, seguido por el cigarrillo. La marihuana fue la sustancia ilegal de mayor consumo y se pudo documentar la consolidación en nuestro medio del éxtasis y la emergencia del uso de heroína en niños y adolescentes. El consumo de mujeres tendió a equipararse con el de los hombres. Palabras clave: niño, adolescente, prevalencia, sustancias nocivas. Title: Prevalence of Substance Use in Middle and High School Students in Bucaramanga (Colombia) and Metropolitan Area 1 Médico psiquiatra. Director del Grupo de Neuropsiquiatría, Centro de Investigaciones Biomédicas, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Bucaramanga, Bucaramanga, Colombia. 2 Médico. Magíster en Epidemiología, Investigador Grupo de Neuropsiquiatría, Centro de Investigaciones Biomédicas, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Bucaramanga, Bucaramanga, Colombia. 3 Médico. Joven investigador del Grupo de Neuropsiquiatría, Centro de Investigaciones Biomédicas, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Autónoma de Bucaramanga, Bucaramanga, Colombia. 4 Médica. Miembro del Semillero de Investigación de Neuropsiquiatría, Universidad Autónoma de Bucaramanga, Bucaramanga, Colombia. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 195 Rueda-Jaimes G., Camacho P., Rangel-Martínez-Villalba A., Duarte E. Abstract Introduction: Adolescence is the period of highest risk for starting the use of substances, with short and long term complications. The prevalence of substance use has risen in Latin-American countries. Objective: To establish the prevalence of substance use in children and adolescents who are attending school in Bucaramanga and metropolitan area in Colombia. Method: Descriptive transectional study with a random sample of about 2916 adolescent students. Results: The mean age of the students was 14.4 years (SD 1.65); 49.88% were men. An annual prevalence for legal substances of 2.75% was observed (excluding alcohol and tobacco), whereas the annual prevalence for illegal substances use was 3.81%. The annual prevalence for alcohol use was 66.39%, 0.76% for bazuco, 1.35% for cocaine, 1.28 for stimulants, 1.59% for ecstasy, 0.45% for heroin, 0.8% for inhalants, 2.64% for marihuana, and 1.62% for tranquillizers. Conclusion: The use of legal and illegal substances in school students from Bucaramanga was high and started early in life. Alcohol is still the most used substance followed by tobacco. Marihuana was the illegal substance used the most, and we established the consolidation of the use of substances like ecstasy and the emergence of heroin use in children and adolescents. The use of substances in women tended to match the use in men. Key words: child, adolescent, prevalence, noxae. Introducción En el mundo, el abuso y la dependencia a sustancias legales e ilegales son reconocidos como un problema que impacta en la economía, en la convivencia de las comunidades, en los rendimientos laboral y académico, en el estado de salud y en las relaciones familiares del individuo 196 consumidor. La adolescencia es la etapa de mayor riesgo para el inicio de consumo de sustancias (1), sobre todo la adolescencia tardía (2). Esta conducta implica complicaciones a corto y largo plazo, y algunas irreversibles como el suicidio (3); además, trae consecuencias psicosociales, como el consumo de otras sustancias (4,5), el fracaso académico (6) y la irresponsabilidad, que ponen al adolescente en riesgo de accidentes, violencia, relaciones sexuales no planificadas e inseguras (7,8). En los países occidentales, la prevalencia vital y anual de sustancias ha permanecido alta en las últimas décadas, más aún en aquellos industrializados. El alcohol y el tabaco son las sustancias más usadas, de tal manera que entre el 33,6% y el 66,5% de los adolescentes estadounidenses reportó haber consumido alcohol durante el último año, y entre el 13,9% y el 47,9%, haber tomado hasta la embriaguez. Así mismo, el 9,9% aceptó haber conducido un vehículo automotor bajo los efectos del alcohol en el último mes. Por otra parte, entre el 4% y el 12,2% informó el consumo diario de cigarrillo durante el último mes, y tranquilizantes entre el 2,6% y el 6,6% durante el último año (2,8). Entre el 20,9% y el 48,2% de los adolescentes estadounidenses ha probado en alguna ocasión una sustancia ilícita. La sustancia más consumida es la marihuana, con una prevalencia anual de consumo de entre el 11,7% y el 31,5%; seguida por los inhalantes, entre el Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Prevalencia del consumo de sustancias en estudiantes de secundaria de Bucaramanga... 4,5% y el 9,1%; anfetaminas, entre el 4,7% y el 8,1%; cocaína, entre el 2% y el 5,7%; éxtasis, entre el 1,4% y el 4,1%, y heroína, entre el 0,8% y el 0,9%9. Igualmente, el Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías reportó que durante el 2004 las sustancias ilícitas alcanzaron el menor precio en los últimos años, lo que podría favorecer el acceso de los adolescentes a estas en Europa (9). En Bucaramanga y su área metropolitana en 1996, 1997 y 2004 se realizaron tres estudios con similar metodología para establecer la prevalencia de consumo de sustancias en estudiantes de media vocacional (10-12), pero se necesitan datos actualizados para emprender acciones de prevención. El objetivo de esta investigación es determinar la prevalencia del consumo de sustancias en niños y adolescentes escolarizados de Bucaramanga y su área metropolitana, Colombia. Materiales y métodos Se realizó un estudio trasversal poblacional que evaluó las prevalencias del consumo de sustancias en los estudiantes de básica superior y media vocacional de Bucaramanga y su área metropolitana. Se obtuvo la aprobación del Comité de Ética de la Universidad Autónoma de Bucaramanga y de los directores de las instituciones participantes. A todos los seleccionados se les informó acerca del anonimato de los datos y del carácter voluntario de la participación. A quienes aceptaron se les solicitó su consentimiento informado por escrito y el de sus padres. El presente estudio es de riesgos mínimos, según las disposiciones legales vigentes para la investigación en humanos en Colombia (13). El universo objeto de estudio estuvo conformado por 68.000 estudiantes de media vocacional (10° a 11° grado) y básica secundaria (6° y 9° grado), para el 2006, de 191 colegios registrados, tanto de educación pública como privada. Con el fin de detectar prevalencias de al menos 3,5%, margen de error del 1% y significancia del 5%, el tamaño de la muestra calculado fue 2.841 estudiantes (14). Los estudiantes se seleccionaron mediante un muestreo probabilístico estratificado por conglomerados, donde cada salón de clase o curso representaba un conglomerado. Se asumió que cada conglomerado estaba formado por 35 estudiantes por salón o curso. Finalmente, los conglomerados se seleccionaron de forma aleatoria, proporcional al total de alumnos matriculados por colegio. Los estudiantes fueron evaluados por medio de una encuesta autoadministrada, voluntaria, confidencial y anónima, basada en el modelo del sistema de Vigilancia Epidemiológica para el Consumo de Sustancias Psicoactivas (VESPA), el cual incluye preguntas sobre aspectos sociodemográficos y otras referentes a la frecuencia de consumo de sustancias legales (tabaco, al- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 197 Rueda-Jaimes G., Camacho P., Rangel-Martínez-Villalba A., Duarte E. cohol, tranquilizantes, estimulantes e inhalantes) y sustancias ilegales (marihuana, cocaína y bazuco) (15). Adicionalmente, se preguntó sobre sustancias emergentes no incluidas originalmente en el sistema, como éxtasis y heroína. Por otra parte, se utilizaron el cuestionario CAGE, validado en nuestro medio, para determinar el consumo abusivo de alcohol (1618). Dada la aceptación cultural del consumo de alcohol en la región, se realizaron preguntas adicionales para definir la frecuencia de consumo en cualquier cantidad y la frecuencia de consumo hasta la embriaguez. Para garantizar la confiabilidad del CAGE en esta población se determinó la consistencia interna mediante la formula 20 de Kuder-Richardson. (19) Los datos se analizaron en Stata 9.0 (20). En el modelo descriptivo se calcularon las distribuciones de frecuencia para variables categóricas y el promedio y la desviación estándar (DE) para variables cuantitativas. Se calcularon la prevalencia vital (a largo de la vida), la prevalencia anual, la prevalencia mensual, la prevalencia semanal y la prevalencia de experimentación con sustancias de todas las sustancias interrogadas. Se calculó la prevalencia de consumo de alcohol, cigarrillo, otras sustancias legales (diferentes al alcohol y tabaco) y para cualquier sustancia ilegal. A todas las prevalencias se les calculó el intervalo de confianza al 95% (IC95%). 198 Resultados Se seleccionaron 64 conglomerados en 38 centros de educación básica secundaria y media vocacional de las 191 instituciones existentes en el área metropolitana de Bucaramanga. Se seleccionó un total de 2.931 estudiantes. El promedio de estudiantes por salón (conglomerado) fue 36. Se negaron a participar en el estudio 15 (0,51 %) estudiantes. Este informe es el resultado del análisis de las respuestas de 2.916 estudiantes. La edad de los estudiantes de la muestra estuvo entre los 10 y los 22 años, con una media de 14,4 años (DE 1,65). De ellos, 1.431 eran varones (49,88%) y estudiaban en colegios públicos 1.625 (70,9%). La distribución por cursos y estrato socioeconómico se muestra en la Tabla 1. La prevalencia vital para el consumo de cualquier sustancia (sin incluir alcohol y tabaco) fue de 6,39% (IC95%: 5,52-7,34), y 1,42% (IC95%: 1,02-1,93) ha consumido al menos tres sustancias a lo largo de la vida. La prevalencia vital para el consumo de sustancias legales (sin incluir alcohol y tabaco) fue 3,62% (IC95%: 2,96-4,37) y la prevalencia vital de consumo de las ilegales fue del 4,59% (IC95%: 3,85-5,42). El consumo en el último año de una o más sustancias legales fue del 2,75% (IC95%: 2,18-3,42), mientras que de cualquier ilegal fue del 3,81% (IC95%: 3,14-4,58). El alcohol fue la sustancia más consumida durante el último año (Tabla 2), con una prevalencia de Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Prevalencia del consumo de sustancias en estudiantes de secundaria de Bucaramanga... Tabla 1. Distribución por estrato socioeconómico y curso de los participantes Variable Estrato Curso Frecuencia % Bajo 1.380 49,39 Medio 1.366 48,89 Alto 48 1,72 6y7 510 22,80 8y9 919 41,08 10 y 11 808 36,12 consumo abusivo de alcohol según el CAGE del 14,58% (IC95%: 13,3215,92). La consistencia interna del cuestionario CAGE fue 0,61. La prevalencia de consumo diario de cigarrillo durante el último mes fue del 4,56% (IC95%: 3,80-5,41). A su vez, la marihuana fue la sustancia ilegal que presentó el mayor consumo en todos los lapsos indagados. En la Tabla 2 se presentan todas las prevalencias de consumo de sustancias legales e ilegales con excepción del consumo de cigarrillo; así mismo, en la Tabla 3 se observan los índices de experimentación para cada sustancia. Al analizar de acuerdo con el sexo, se observa que la prevalencia vital de consumo de al menos una sustancia, excepto alcohol y cigarrillo, para los hombres fue del 6,11% (IC95%: 4,91-7,51), y en mujeres, del 6,81% (IC95%: 5,54-8,26), sin Tabla 2. Prevalencia de consumo de sustancias en los estudiantes de secundaria de Bucaramanga y su área metropolitana, 2006 Prevalencia Sustancia Vital (%) IC95% Anual (%) IC95% Mensual (%) IC95% Semanal (%) IC95% Alcohol* 68,33 66,6-70,0 66,39 64,6-68,1 32,67 30,9-34,4 15,66 14.4-17,0 Embriaguez** 33,98 32,2-35,8 21,91 20,4-23,5 11,59 10,4-12,9 4,67 3,90-5,54 Bazuco 1,01 0,67-1,44 0,76 0,48-1,15 0,59 0,34-0,94 0,35 0,17-0,64 Cocaína 1,73 1,29-2,28 1,35 0,96-1,84 0,94 0,62-1,36 0,69 0,42-1,07 Estimulantes 1,80 1,35-2,35 1,28 0,90-1,76 0,90 0,59-1,31 0,55 0,31-0,90 Éxtasis 2,25 1,74-2,86 1,59 1,17-2,12 0,97 0,65-1,40 0,55 0,32-0,90 Heroína 0,63 0,37-0,99 0,45 0,24-0,77 0,35 0,17-0,64 0,24 0,10-0,50 Inhalantes 0,97 0,65-1,40 0,80 0,51-1,20 0,56 0,32-0,9 0,52 0,29-0,86 Marihuana 3,44 2,80-4,17 2,64 2,09-3,29 1,91 1,44-2,48 1,42 1,02-1,93 Tranquilizantes 2,18 1,68-2,78 1,62 1,20-2,15 1,35 0,96-1,84 0,73 0,45-1,11 *Alcohol cualquier cantidad. **Alcohol hasta la embriaguez. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 199 Rueda-Jaimes G., Camacho P., Rangel-Martínez-Villalba A., Duarte E. Tabla 3. Índice de experimentación de sustancias, con excepción de alcohol y cigarrillo, en estudiantes adolescentes de Bucaramanga y su área metropolitana Índice de experimentación (%) IC 95% Bazuco 1,01 0,67-1,44 Cocaína 2,74 2,17-3,40 Sustancia Estimulantes 2,66 1,56-2,63 Éxtasis 2,28 1,77-2,90 Heroína 0,56 0,32-0,90 Inhalantes 2,05 1,56-2,63 Marihuana 4,69 3,95-5,53 Tranquilizantes 3,42 2,79-4,15 encontrar diferencias significativas (p=0,4591). En la Tabla 4 se observa el análisis detallado por sustancia según el sexo. La edad promedio de inicio para las sustancias legales fue de 12,67 años en el caso del cigarrillo (DE=2,19); de 12,97 años para alcohol (DE=2,13); de 13,35 años para la primera embriaguez (DE=2,00); de 13,13 años para estimulantes (DE=2,33),; de 11,96 años para inhalantes (DE=3,07), y de 13,06 años para tranquilizantes (DE=2,34). Para las sustancias ilegales fue 12,21 años para bazuco (DE=3,87), 13,12 años para cocaína (DE=3,03), 13,75 años para éxtasis (DE=2,29), 12,81 años para heroína (DE=3,17) y 13,48 años para marihuana (DE=2,95). Discusión Este estudio muestra un patrón importante de consumo de sustancias legales e ilegales por parte de adolescentes escolarizados a pesar 200 de la legislación vigente y las restricciones impuestas por las autoridades al respecto. El alcohol es la sustancia de mayor consumo, seguido por el cigarrillo. La marihuana es la sustancia ilegal de mayor consumo, y se pudo documentar la emergencia de sustancias en nuestro medio como el éxtasis y la heroína. Se encontró un importante porcentaje de adolescentes escolarizados que manifiestan haber experimentado las diferentes sustancias. Este indicador es referido como el índice de experimentación y está relacionado con la disponibilidad y accesibilidad de las sustancias (21,22). La experimentación con una sustancia se explica mejor por factores externos, mientras que el uso continuado y la dependencia se relaciona más con la vulnerabilidad determinada por factores genéticos (22). Las sustancias con mayor disponibilidad, fuera del alcohol y cigarrillo, para los niños y adolescentes de secundaria en Bucaramanga son Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 0,77 0,92 1,05 3,19 3,72 Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer 201 IC95% 1,43-3,01 1,59-3,23 2,34-4,25 2,80-4,84 0,49-1,57 0,59-1,73 0,39-1,38 0,16-0,93 1,55-3,18 1,59-3,23 1,67-3,34 0,75-1,98 1,20-2,68 1,03-2,42 0,49-1,57 0,64-1,82 31,11-36,29 31,90-37,11 70,72-75,41 61,28-66,33 *Alcohol cualquier cantidad. **Alcohol hasta la embriaguez. 2,12 2,31 0,43 Hombre Hombre Mujer 2,26 2,31 1,84 1,62 Hombre Mujer Hombre Mujer 0,92 1,12 Hombre Mujer 2,40 1,26 33,66 34,47 Hombre Mujer Hombre Mujer 73,11 63,83 Vital (%) Hombre Mujer Sustancia 0,7297 0,4397 0,7265 0,2323 0,9343 0,0227 0,6493 0,5886 0,6616 >0,0001 p 1,41 1,88 2,56 2,74 0,78 0,84 0,63 0,21 1,41 1,82 1,63 0,98 1,20 1,48 0,64 0,91 22,32 21,41 70,78 62,22 Anual (%) p 0,5263 Cocaína 0,2295 Bazuco 0,5753 0,0859 Heroína 0,3921 Éxtasis 0,1281 0,8554 0,7583 0,86-2,17 1,25-2,74 0,3183 Tranquilizantes 1,80-3,52 1,96-3,73 Marihuana 0,39-1,39 0,44-1,47 Inhalantes 0,29-1,20 0,04-0,62 0,87-2,18 1,19-2,65 1,03-2,43 0,54-1,64 Estimulantes 0,70-1,92 0,92-2,25 0,29-1,21 0,49-1,56 20,09-24.67 19,22-23,73 Embriaguez** >0,0001 Alcohol* 68,34-73,14 59,64-64,74 IC95% 1,34 1,40 1,77 2,04 0,35 0,77 0,49 0,14 0,92 1,05 0,99 0,84 0,85 0,98 0,42 0,77 10,73 12,30 36,34 29,0 Mensual (%) Prevalencia p 0,81-2,09 0,86-2,15 1,15-2,61 1,37-2,91 0,12-0,83 0,39-1,38 0,20-1,01 0,02-0,51 0,49-1,57 0,59-1,73 0,54-1,65 0,43-1,46 0,44-1.48 0,54-1,65 0,16-0,92 0,39-1,38 9,12-12,54 10,57-14,20 0,8946 0,6080 0,1384 0,0982 0,7250 0,6737 0,7056 0,2295 0,2097 28,0-32,9 >0,0001 26,66-31,44 IC95% 0,56 0,91 1,35 1,48 0,35 0,70 0,42 0,07 0,35 0,77 0,57 0,56 0,64 0,70 0,21 0,49 4,27 5,16 18,28 13,13 Semanal (%) Tabla 4. Prevalencia de consumo de sustancias de los adolescentes escolarizados de Bucaramanga y su área metropolitana, 2006, según sexo 0,24-1,11 0,48-1,55 0,81-2,10 0,92-2,25 0,12-0,83 0,34-1,29 0,15-0,92 ,002-0,40 0,11-0,82 0,38-1,37 0,24-1,11 0,24-1,10 0,29-1,20 0,34-1,29 0,04-0,62 0,20-1,01 3,24-5,50 4,03-6,50 16,30-20,39 11,42-15,0 IC95% 0,2828 0,7741 0,2032 0,0604 0,1380 0,9831 0,8287 0,2091 0,2772 >0,0001 p Prevalencia del consumo de sustancias en estudiantes de secundaria de Bucaramanga... Rueda-Jaimes G., Camacho P., Rangel-Martínez-Villalba A., Duarte E. la marihuana y los tranquilizantes. Cabe anotar que sustancias emergentes como el éxtasis presentan índices de experimentación similares a otros estimulantes de uso tradicional como la cocaína y las anfetaminas. La heroína fue la sustancia de menor disponibilidad en el medio; sin embargo, esto preocupa si se toma en cuenta su peligrosidad y la edad de los estudiantes experimentadores. Los adolescentes de la ciudad de Bucaramanga iniciaron el consumo de cualquier sustancia indagada, en promedio, entre los 11 y 13 años de edad. Las sustancias de más temprano uso fueron los inhalantes, y la de uso más tardío, en promedio, el éxtasis. En los otros países se han establecido edades de inicio entre los 14 y los 17 años para las diferentes sustancias (9,10,2224); sin embargo, los resultados de estos estudios no son comparables, puesto que se han reportado tomando en cuenta toda la población y no únicamente adolescentes. El alcohol fue la sustancia de mayor consumo en todos los intervalos de tiempo. Uno de cada 6 adolescentes escolarizados informó haber consumido la última semana, y de este grupo cerca de un tercio lo hizo hasta alcanzar la embriaguez. Es probable que en este grupo se encuentre la población de adolescentes con mayor riesgo de desarrollar abuso y dependencia al alcohol. Otros estudios realizados en poblaciones diferentes muestran prevalencias comparables a las presentadas en este informe (25). 202 Un reporte previo de Bucaramanga encontró un mayor consumo de sustancias entre los adolescentes; sin embargo, sólo tomó como población a estudiantes de educación media vocacional (12), lo que no permite realizar comparaciones válidas. En este estudio, no obstante, se encontró una prevalencia de consumo diario de cigarrillo menor a la encontrada en nuestro estudio, lo que es preocupante, si se toma en cuenta que este tomó una muestra de adolescentes de edad menor a la del estudio previo. Esto indica una iniciación de consumo de cigarrillo en patrón de dependencia desde una edad menor a la esperada (26). Otras sustancias legales de abuso, como los estimulantes y los tranquilizantes, presentaron un patrón de consumo importante. Al comparar estos resultados con estudios en adolescentes en Latinoamérica, encontramos prevalencias de consumo similares a las de nuestro medio tanto en hombres como en mujeres (23). Estas sustancias siguen siendo motivo de abuso por parte de adolescentes, tal vez, por su fácil consecución a través de formulación médica, compra irregular en farmacias o en puntos clandestinos. Los inhalantes en nuestro medio son de venta libre y tradicionalmente han sido populares en sectores marginales, por su bajo costo (27); sin embargo, en nuestro medio no se encontraron diferencias por estrato socioeconómico. Esto podría representar un cambio en su Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Prevalencia del consumo de sustancias en estudiantes de secundaria de Bucaramanga... patrón de consumo, pero también podría ser el reflejo del consumo de otra sustancia emergente, denominada Popper, compuesta de nitrito de amilo y cuyo uso es de forma inhalatoria. La prevalencia del consumo de sustancias ilegales durante el último año alcanza un 3,81%, y dentro de este grupo la marihuana es la sustancia ilegal de mayor consumo en los adolescentes escolarizados de Bucaramanga, con una prevalencia del 2,64% en el último año. Estas cifras están por debajo de las reportadas en países industrializados (9). En comparación con países latinoamericanos, no existe homogeneidad. En México, el consumo de sustancias ilegales es similar (23); no obstante, es menor a la reportada en Brasil (28) y Chile (24). Esto puede explicarse por variables sociodemográficas y diferencias culturales entre los distintos países de Latinoamérica. El éxtasis y la cocaína fueron las sustancias ilegales más consumidas, después de la marihuana. Estas sustancias fueron indagadas previamente en estudiantes de media vocacional; sin embargo, esta es la primera ocasión en que se explora en todos los escolarizados de secundaria. Con respecto al éxtasis, se ha identificado como una sustancia emergente en nuestro medio, asociado y de uso especialmente en actividades nocturnas, como fiestas. El consumo de estas sustancias es similar al reportado en población adolescente en otras partes del mundo (23-28). La heroína fue la sustancia ilícita menos consumida en la ciudad, pero antes no había sido identificada, lo que indica su emergencia en el medio, con posibles implicaciones en la salud pública, por su gran morbilidad, asociada especialmente en la población infantil y adolescente. Este estudio encontró mayor prevalencia de consumo de alcohol en hombres, en todos los intervalos de tiempo explorados. Esto ya había sido descrito en la literatura médica. Se ha encontrado, además, que esta diferencia se mantiene a lo largo de la vida (29). En cuanto a las otras sustancias, no se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres, excepto en el consumo estimulantes, donde también fue mayor en hombres. Se aprecian tendencias a un consumo mayor de sustancias ilegales en mujeres. Es posible que no se hayan encontrado diferencias por el diseño del estudio y el tamaño de la muestra. En los primeros estudios en la ciudad era claro la mayor prevalencia en todas las sustancias para los hombres, excepto para los tranquilizantes (10,11). Por otra parte, llama la atención que previamente se había encontrado un mayor consumo de cigarrillo en hombres (26), dato que se equiparó en este estudio para ambos sexos. Hallazgos similares se han dado en Brasil, donde se evaluó el consumo de sustancias durante el último mes en adolescentes, y donde el consumo de alcohol fue mayor en Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 203 Rueda-Jaimes G., Camacho P., Rangel-Martínez-Villalba A., Duarte E. hombres; cigarrillo, en mujeres, y similar, en ambos sexos, para las otras sustancias (30). El estudio de adolescentes implica diversos inconvenientes de orden práctico, que pueden resolverse al utilizar muestras escolares. Este tipo de muestras, aunque tienen en cuenta sólo una parte de la población de adolescentes, constituye el objetivo de la mayoría de estrategias de prevención y promoción. Por otra parte, el hecho de encontrarse reunidos, localizables y distribuidos por niveles educativos equivalentes a los grupos de edad facilita su accesibilidad. Por esto, aun cuando las muestras estudiantiles no se pueden considerar representativas de toda la población adolescente, proporciona datos de parte importante de ella. El aporte más importante de este estudio es la presentación de las prevalencias de consumo de sustancias en una muestra representativa de los niños y adolescentes escolarizados del área metropolitana de Bucaramanga. Sin embargo, los datos no pueden ser generalizados a todos los niños y adolescentes de la región. Probablemente, el consumo sea mayor, por ejemplo, en adolescentes trabajadores que no asisten a centros educativos o de niños en la calle. Así mismo, no se evaluó el consumo en estudiantes residentes en las áreas rurales. Se ha observado que los adolescentes residentes en zonas rurales presentan un patrón de consumo distinto al encontrado en las zonas urbanas (31). 204 Conclusión El consumo de sustancias legales e ilegales por parte de estudiantes de secundaria de Bucaramanga es alto e inicia a edades tempranas. El alcohol sigue siendo la sustancia de mayor consumo, seguido por el cigarrillo. La marihuana es la sustancia ilegal de mayor consumo, y se pudo documentar la consolidación de sustancias en nuestro medio como el éxtasis y la emergencia de la heroína en niños y adolescentes. El consumo de mujeres tiende a equipararse con el de los hombres. Referencias 1. 2. 3. 4. 5. 6. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Bonomo Y, Proimos J. 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Recibido para evaluación: 12 de febrero de 2008 Aceptado para publicación: 23 de mayo de 2008 Correspondencia Germán Eduardo Rueda-Jaimes Universidad Autónoma de Bucaramanga Calle 157 No 19-55 Santander, Colombia. gredu@unab.edu.co 206 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Artículos Neurobiología de la impulsividad y los trastornos de la conducta alimentaria de revisión/actualización Neurobiología de la impulsividad y los trastornos de la conducta alimentaria* Luis Felipe Orozco-Cabal1 David Herin2 Resumen Introducción: La impulsividad es un rasgo de personalidad multidimensional relacionado con el control del comportamiento y las emociones. Está presente de manera diversa en los trastornos de la conducta alimentaria, particularmente, en la bulimia nerviosa (BN). Aunque la relación entre la impulsividad y BN ha sido objeto de numerosas investigaciones, en la actualidad se desconocen los sustratos neurobiológicos de esta relación. Objetivos: Discutir críticamente la evidencia que sugiere que las alteraciones en los sistemas neuronales relacionados con las funciones ejecutivas, con la formación de preferencias y con la regulación de los estados emocionales sirven como base para el rasgo de personalidad impulsiva, así como su estado en subgrupos de pacientes con BN. Métodos: Búsqueda selectiva de la literatura relevante. Resultados y conclusiones: Esta discusión ilustra la complejidad de la relación entre la impulsividad y BN, donde la impulsividad actúa como un factor de vulnerabilidad que puede sensibilizar al sujeto con BN a estados emocionales negativos, durante los cuales modifica el impacto de estímulos internos y externos sobre el comportamiento y su regulación, favoreciendo así patrones de comportamiento maladaptativos e inflexibles. Palabras clave: Personalidad, bulimia nerviosa, neurobiología, factor liberador de corticotropina, trastornos de la conducta alimentaria. Title: Neurobiology of Impulsivity and Eating Disorders. * El contenido de este manuscrito fue presentado de manera parcial por Luis Felipe Orozco-Cabal como ponencia en el Curso de Actualización de Trastornos de la Conducta Alimentaria, entre el 7 y el 9 de febrero de 2008, Facultad de Medicina, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. 1 Médico residente de psiquiatría general, Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. PhD en Neurociencias, University of Texas Medical Branco, Estados Unidos. Profesor asistente, Facultad de Medicina, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia. 2 Médico, PhD, Department of Psychiatry, University of Texas Health Science Center, Houston, Estados Unidos. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 207 Orozco-Cabal L., Herin D. Abstract Introduction: Impulsivity is a complex personality trait related to the control of behavior and emotions and it is present in a wide variety of psychiatric diseases, including eating disorders and particularly in bulimia nervosa (BN). Yet, the relationship between impulsivity and bulimia nervosa, as well as the neurobiological substrates of these disorders, are difficult to discern. Objectives: The present manuscript reviews the neural substrates for impulsivity, including executive function, preference formation and emotional regulation, and the function of these circuits in individuals with BN. Methods: A selective review of the literature related to the subject was performed. Results and Conclusions: The discussion illustrates the complex relationship between impulsivity and BN, where impulsivity may serve as a vulnerability factor that sensitizes the subjects with BN to negative emotional states that bias the impact of environmental and internal stimuli over behavioral regulation processes, favoring maladaptive and inflexible behavioral patterns. Key words: Personality, bulimia nervosa, neurobiology, corticotropin releasing factor, eating disorders Introducción La impulsividad es un complejo rasgo de la personalidad, relacionado con el control del comportamiento y de las emociones (1). Esta se encuentra presente en grados patológicos en algunos subgrupos de pacientes con patologías psiquiátricas prevalentes, que incluyen los trastornos de la conducta alimentaria, particularmente bulimia nerviosa (BN) y anorexia purgativa (2). Aunque la relación entre la impulsividad y los 208 trastornos de la conducta alimentaria (TCA) ha sido objeto de numerosas investigaciones recientes (3-5), se desconocen parcialmente los sustratos neurobiológicos que subyacen a este rasgo de personalidad y su relación con los TCA. Este manuscrito tiene como objetivo principal hacer una revisión crítica (no sistemática) de los sistemas neuronales relacionados con el rasgo impulsividad y su estado en subgrupos de pacientes con TCA. De manera específica, se alude a los hallazgos en pacientes con BN, dada la fuerte asociación entre la impulsividad y algunos comportamientos prevalentes en subgrupos de pacientes con esta condición (6). Para una revisión del vínculo existente entre impulsividad y anorexia nerviosa o trastorno por atracones se sugiere consultar los trabajos de Steiger y Bruce (7) y Grillo (8). Primero se mencionan algunos conceptos generales acerca del rasgo de personalidad impulsiva y su caracterización experimental. Enseguida se discuten los hallazgos que sustentan un rol para tres sistemas neuronales en la mediación de la impulsividad en roedores y humanos. Luego se realiza un paralelo entre el estado de estos sistemas neuronales y los hallazgos en algunos individuos con BN, con el fin de ilustrar la complejidad de la relación entre la impulsividad y este tipo de trastorno psiquiátrico. Finalmente, se discuten las direcciones futuras de las investigaciones en este campo, a la luz de la discusión previa. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Neurobiología de la impulsividad y los trastornos de la conducta alimentaria Métodos Se realizaron búsquedas de literatura médica en las bases de datos PubMed y ISI Web of Science utilizando como palabras clave: anorexia, impulsivity, impulsiveness, bulimia, neurobiology, human experimentation, rats, mice, serotonin, norepinephrine, dopamine, corticotropin releasing factor, salience, prefrontal, eating disorders, neuropeptides, receptors, amygdale, striatum, executive function, emotion, motivation, circuits y behavior. La búsqueda de literatura se restringió a artículos originales y de revisión, en inglés o en español, publicados en revistas indexadas entre 1965 y la actualidad. Las publicaciones fueron seleccionadas por los autores tomando en cuenta el impacto de sus contribuciones al campo de estudio, su relevancia y accesibilidad (24 artículos de revisión, 29 reportes de investigación original, 6 capítulos de libros, libros y un póster). Adicionalmente, se tomaron en cuenta datos de experimentación no publicados y conversaciones personales con el profesor Ernest Barratt, en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Texas Rama Médica, antes de su deceso, y entre sus coautores, así como comunicaciones personales con expertos en este campo del conocimiento. Impulsividad La impulsividad es un rasgo de personalidad complejo, relacionado con el control del comportamiento y las emociones (1). Desde el punto de vista clínico-práctico la impulsividad puede ser definida como: “Una predisposición a realizar acciones rápidas y no planeadas en respuesta a estímulos internos o externos a pesar de las consecuencias negativas que puedan tener tanto para el sujetos impulsivo, como para los demás” (9). Como constructo, la impulsividad no es un monolito (10,11). Existen múltiples tipos y dimensiones. La complejidad de este rasgo de personalidad es evidente en el análisis de los componentes principales de instrumentos de autollenado, ampliamente utilizados en el estudio de este rasgo, como la Escala de Impulsividad de Barratt (12,13), que distingue tres factores o subdimensiones principales del rasgo. Primero una dimensión motora, caracterizada con elementos como: “Hago las cosas en el momento en el que se me ocurren”. Un segundo factor denominado atencional, que se relaciona con elementos como: “Me siento inquieto en clases o conferencias”. Por último, un factor o dimensión denominado de no planeación, que incluye elementos como: “Vivo para el momento”. Es importante mencionar que estas subdimensiones parecen y pueden coexistir en diferentes grados, tanto en un rango normal como patológico. Según Hollander y Stein (10), los grados de impulsividad se consideran patológicos cuando es imposible resistir el impulso y se produce un acto impulsivo. Además de ser un componente esencial de los trastornos de des- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 209 Orozco-Cabal L., Herin D. control de impulsos (TDI) per se y de los TDI no especificados en otros apartes, la impulsividad está asociada, por lo menos, a subgrupos de pacientes con las siguientes condiciones psiquiátricas: trastorno afectivo bipolar (TAB), trastorno por hiperactividad, BN y anorexia nerviosa purgativa, abuso o dependencia a sustancias y trastornos de la personalidad del grupo B (2). Dada la complejidad del rasgo impulsividad, Barratt y otros grupos (1,14) han propuesto que su caracterización debe incluir instrumentos y medidas de varias dimensiones, como son cognoscitiva, biológica, ambiental/social y comportamental. Una aproximación multidimensional de la impulsividad permite construir matrices de caracterización del rasgo que sirven para explorar los sustratos neurobiológicos de sus diferentes subdimensiones (14,15). Ejemplos de esta matriz se han publicado, por ejemplo en Barrat y cols. (14). Adicionalmente, permite ubicar la impulsividad a largo de un espectro de la personalidad junto con el rasgo compulsividad, en relación con la percepción del riesgo de los estímulos ambientales y las motivaciones que originan los actos. En general, es aceptado que los individuos impulsivos suelen involucrarse en comportamientos riesgosos con el fin de buscar gratificación y aumentar su grado de alertamiento. No obstante, el autor y otros han llamado la atención acerca de las diferencias entre los individuos buscadores de sensaciones y los 210 individuos impulsivos, ya que los primeros suelen tener habilidades de planeación intactas, mientras que los segundos no (14). Circuitos neuronales asociados al rasgo de personalidad impulsividad La revisión de los datos recolectados en relación con los sustratos neurobiológicos de la impulsividad ha permitido identificar alteraciones en, por lo menos, tres sistemas funcionales neuronales en estos individuos. El primero, y tal vez el más evidente, es la disfunción del sistema que subyace a la función ejecutiva. Los individuos impulsivos presentan importantes déficits en el procesamiento de la información presentada de manera secuencial. Este déficit se acentúa cuando se aumenta la carga de información, la presión de tiempo (300 ms para realizar una respuesta) y la carga emocional negativa a las respuestas, en tareas de desempeño continuo (14). El segundo, el déficit atencional, consistente en una importante dificultad para sostener la atención en una tarea determinada, y que se ha documentado de forma amplia en estos individuos (16,17). Por último, los grados de impulsividad, relacionados con una pobre inhibición de respuestas aprendidas y procesos de programación motora insuficiente (18,19). Las alteraciones mencionadas ocasionan que estos individuos manifiesten con frecuencia comportamientos inflexibles y perseverativos. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Neurobiología de la impulsividad y los trastornos de la conducta alimentaria También se encuentra que la preferencia que exhiben los individuos y animales impulsivos por recompensas pequeñas e inmediatas sobre recompensas tardías y de mayor magnitud (20) sugiere que la impulsividad se relaciona con alteraciones que afectan el sistema de formación de preferencias o circuito de recompensa. De manera específica, la impulsividad se relaciona con alteraciones en la atribución del valor emocional y motivacional a estímulos internos o externosambientales (21). Sin embargo, el efecto de los estímulos sobre el comportamiento puede no ser constante, sino episódico. Recientes estudios en humanos sugieren que el efecto de los estímulos sobre el comportamiento está modulado por el estado emocional de los individuos (22). Por ejemplo, es bien conocido que los estados afectivos negativos aumentan el impacto de los estímulos en el comportamiento de los individuos impulsivos (23), probablemente porque aumentan el estado de tensión que precede y que sirve de gatillo a los actos impulsivos (2). Lo anterior sugiere que los individuos impulsivos son hipersensibles a las emociones negativas, lo que facilita un patrón de respuesta impulsiva. De igual manera, sugiere que existen alteraciones en los sistemas neuronales que median la generación y la regulación de los emociones en estos individuos. Sin duda alguna, este sistema no se ha analizado profundamente en el estudio de la impulsividad. Por lo tanto, para estudiar la impulsividad es importante reconocer la existencia de una alteración en la regulación emocional frente a los estímulos. La gran mayoría de la literatura en este campo de estudio se refiere a déficits en la inhibición motora (9,21) y alteraciones en la monitorización del comportamiento (24,25), como los principales causantes de la impulsividad. No obstante, se ha sugerido que el estado emocional de los individuos se relaciona con estados funcionales del sistema nervioso, que imprimen un importante sesgo al procesamiento de la información (26). En este contexto, los estados emocionales negativos pueden sesgar el procesamiento de información en individuos impulsivos y aumentar su tendencia a realizar actos impulsivos. Esto explicaría la naturaleza episódica de los actos de este tipo, a pesar de constituir un rasgo de personalidad. En la Figura 1 se encuentran esquematizados los sistemas neuronales asociados con diversos aspectos del rasgo impulsividad. Incluyen estructuras neuronales, como el complejo amigdalino, la corteza prefrontal, las cortezas polimodales relacionadas con la imagen corporal, el estriado ventral, los núcleos de tallo productores de las principales aminas biógenas, los circuitos pálido-tálamo-corticales y las estructuras auxiliares (núcleo subtalámico), la corteza motora suplementaria y la corteza motora primaria. Una revisión exhaustiva de las propiedades de estos circuitos Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 211 Orozco-Cabal L., Herin D. escapa a los objetivos del presente manuscrito. Para este fin se remite al lector revisiones previas del tema (27). No obstante, es importante resaltar algunas características de estos circuitos. Las estructuras enunciadas conforman los circuitos de regulación del comportamiento intencional y de las emociones, según McFarland y Kalivas (28). Como se aprecia en la Figura 1, estas estructuras están íntimamente relacionadas con la corteza prefrontal y, por lo tanto, constituyen los principales circuitos córtico-límbicos y córticoestriatales descritos por Alexander y cols. (29). En consecuencia, su adecuado funcionamiento depende más de la integridad funcional de los circuitos que de la integridad estructural de una región anatómica particular (30). Por ello resulta lógico considerar especialmente los estudios sobre cambios en la microestructura de la sustancia blanca que sirve de sustrato a estos circuitos y sobre el estado funcional de sus principales neurotransmisores moduladores (i.e., dopamina, norepinefrina y serotonina), para identificar los sustratos neurobiológicos del rasgo de personalidad impulsividad. Con respecto a la integridad microestructural de la sustancia blanca, se ha encontrado recientemente que existen alteraciones en la integridad del cuerpo calloso anterior y de la corteza prefrontal de individuos con una mínima inhibición comportamental y pobre discriminación de estímulos (31). De manera similar, Hazlett y cols. (32) han reportado anormalidades microestructurales Figura 1. Sistemas neuronales asociados a diversos aspectos del rasgo de personalidad impulsividad. TS: corteza temporal superior; AMS: área motora suplementaria; DA: dopamina; 5-HT: serotonina; NE: norepinefrina; M1: corteza motora primaria. 212 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Neurobiología de la impulsividad y los trastornos de la conducta alimentaria en las sustancias blanca y gris en la corteza prefrontal y en el cíngulo anterior en pacientes con trastorno de personalidad límite. Sin embargo, las lesiones del cíngulo anterior y de la corteza prefrontal, de manera exclusiva, no se correlacionan con un patrón de respuesta impulsivo en animales, medido con una prueba de preferencias (33). No obstante, en este mismo estudio, alteraciones de los circuitos relacionados con la amígdala basolateral y el núcleo accumbens sí se relacionaron con la impulsividad. Así mismo, Grant y cols. (34) han encontrado que la impulsividad motora y la autoagresión se asocian con alteraciones en la microestructura de los circuitos orbitofrontales. Estas observaciones sugieren que las alteraciones en las vías que median el procesamiento de la información en estos circuitos prefrontales median los efectos de la impulsividad en la regulación del comportamiento y las emociones. Adicionalmente, apuntan a la comunicación interhemisférica como un sustrato importante en la producción de un patrón de comportamiento impulsivo. Invariablemente, la impulsividad se ha asociado con alteraciones en la neurotransmisión serotoninérgica en los circuitos prefrontales. De manera específica, la impulsividad motora se relaciona con un decremento de la neurotrasmisión, mediada por este modulador, que involucra la merma de la liberación de serotonina de las terminales presinápticas, alteraciones de los receptores 5-HT1B y 5-HT2A y alteraciones en los trasportadores para serotonina (35-39). Así mismo, se han reportado alteraciones en la función de los receptores para la norepinefrina, relacionados con la impulsividad motora. Específicamente, una disminución de la función de los receptores α2A o un aumento de la función de los receptores α1 se asocia con impulsividad motora (40). Finalmente, se han controvertido los hallazgos en favor de las alteraciones de la neurotransmisión dopaminérgica en impulsividad. En primer lugar, se ha demostrado que las alteraciones en la disponibilidad de la dopamina presináptica no parecen relacionarse con la impulsividad (41). No obstante, estudios en animales han demostrado contundentemente que una disminución de la disponibilidad de receptores D2/3 en el estriado ventral se asocia con impulsividad motora y con la transición a un patrón de comportamiento compulsivo y maladaptativo (42). Un importante regulador de la actividad dopaminérgica en los circuitos frontolímbicos es el factor liberador de corticotropina (CRF) (43,44). Este es un neuropéptido de 41 aminoácidos que sirve de integrador de las respuestas al estrés en mamíferos, al actuar como un modulador cognoscitivo de los estímulos ambientales potencialmente amenazantes (26). Su función como modulador cognoscitivo está mediada por re- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 213 Orozco-Cabal L., Herin D. ceptores afines y péptidos relacionados en la órbita extrahipotalámica. En estas estructuras neuronales el CRF y sus receptores afines tienen un efecto modulador sobre la transmisión excitatoria e inhibitoria mediada por el glutamato y el ácido gamma-aminobutírico (GABA), respectivamente. Para una revisión comprehensiva de la fisiología sináptica del CRF, véase el estudio de Gallagher y cols. (44). La elevación de las concentraciones de CRF en el núcleo accumbens aumenta el valor motivacional de estímulos ambientales y es responsable del estado disfórico característico de la abstinencia a sustancias de abuso (45,46). Luego es posible que alteraciones en el sistema extrahipotalámico del CRF, que afecten la modulación de la neurotrasmisión dopaminérgica en los circuitos prefrontales, estén relacionadas con el rasgo impulsividad, más que alteraciones dopaminérgicas, por sí solas. En resumen, la impulsividad es un rasgo de personalidad complejo, relacionado con el control del comportamiento y las emociones, al igual que con una disfunción de los circuitos córtico-límbicos y córtico-estriatales. La disfunción de los circuitos está mediada por alteraciones microestructurales en las sustancias blanca y gris, que limitan el procesamiento de información en los circuitos; así como por alteraciones de los neurotransmisores modulares principales (i. e. serotonina, norepinefrina y dopamina) y en sus reguladores (i. e. CRF). 214 Estas alteraciones pueden contribuir de manera significativa a modificar el efecto de los estímulos en la regulación del comportamiento, por medio de la formación anormal de estados emocionales o de un aumento de la sensibilidad a los estados emocionales negativos. Estas conclusiones son consistentes con los hallazgos neurobiológicos en subgrupos de pacientes con BN, lo que sustenta un rol para la impulsividad en este tipo de TCA. Hallazgos neurobiológicos en bulimia nerviosa Invariablemente, la BN se asocia con una disminución en el tono de la neurotransmisión serotoninérgica en el sistema nervioso central. Así como en la impulsividad, estas alteraciones involucran tanto la liberación de serotonina como una modificación en la función de sus receptores, en particular el receptor 5-HT1A y sus transportadores. Por ello no es sorprendente que la hipofunción serotoninérgica sea más marcada en pacientes con BN y altos grados de impulsividad, comparados con los no impulsivos. Sin embargo, a diferencia de otras alteraciones neurobiológicas en BN, la hipofunción serotoninérgica persiste, a pesar de la recuperación sintomática, lo cual sugiere que es un factor de vulnerabilidad o de rasgo asociado al desarrollo de una patrón de comportamiento impulsivo en estos pacientes (6,47), al modificar el equilibrio entre neurotransmisión excitatoria e inhibitoria Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Neurobiología de la impulsividad y los trastornos de la conducta alimentaria en los circuitos córtico-límbicos y córtico-estriatales (48,49). Menos contundentes son los hallazgos relacionados con la disfunción prefrontal en BN, dada la heterogeneidad de los paradigmas comportamentales empleados y las diferencias en el estado de la enfermedad de los sujetos participantes. No obstante, algunos estudios coinciden en alteraciones de la perfusión frontal inferior derecha, temporal derecha y parietal derecha en pacientes con BN y un patrón de comportamiento impulsivo (i. e. purgas) (50). Un hallazgo prevalente en estudios de imagenología funcional es una pérdida de la asimetría hemisférica en el patrón de distribución de las sustancias radiotrazadoras en individuos con BN sintomáticos (51,52). Lo anterior está de acuerdo con el hallazgo Moeller y cols. (31), sobre alteraciones en la microestructura del cuerpo calloso anterior en individuos impulsivos, que sugieren la pérdida de la integridad de la comunicación interhemisférica con altos grados de impulsividad. Sin embargo, los pocos hallazgos consistentes que sugieren disfunción prefrontal parecen ser específicos de un estado activo de enfermedad, ya que se normalizan luego de la recuperación sintomática (53). Relación entre el rasgo de personalidad impulsividad y la bulimia nerviosa La dificultad para caracterizar hallazgos neurobiológicos específi- cos en individuos con BN permite apreciar la complejidad de la relación entre el rasgo de personalidad impulsividad y BN. Si bien numerosos estudios han demostrado que, en general, los individuos con BN presentan altos grados de impulsividad, medidos a través de pruebas de autollenado, como la Escala de Impulsividad de Barratt (12) y el Cuestionario de Impulsividad de Eysenck (54-56), y un mayor número de errores de coomisión en pruebas de desempeño continuo, comparados con controles (individuos con BN y uso de laxantes) (57), no todos los individuos con BN presentan los mismos grados o el mismo tipo de impulsividad. Específicamente, Rosval y cols. (58) demostraron en fecha reciente que, en general, los individuos con TCA presentan alteraciones atencionales, medidas por pruebas comportamentales e instrumentos de autollenado. En este mismo estudio, los individuos con BN y anorexia nerviosa purgativa presentaron déficits específicos en la inhibición motora. Sin embargo, en BN existían de manera específica altos grados de impulsividad del tipo de la no planeación. Los resultados de este estudio sugieren que sólo algunas de las dimensiones de la impulsividad, particularmente la dimensión de no planeación, se encuentran específicamente en algunos individuos con BN. Estudios de este tipo son necesarios para comprender la importante relación entre el rasgo de personalidad impulsividad y los TCA. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 215 Orozco-Cabal L., Herin D. En resumen, los hallazgos sugieren que la impulsividad está presente en grados elevados y de manera diferencial en un subgrupo de pacientes con BN. En estos, la impulsividad se asocia con un decremento de la neurotransmisión serotoninérgica, que puede alterar el equilibrio entre excitación e inhibición en los circuitos córtico-límbicos y córtico-estriatales. La hipofunción serotoninérgica es un factor de vulnerabilidad constante o un rasgo que se puede relacionarse con disfunción prefrontal y alteraciones en la regulación afectiva en estos sujetos. Al financiamiento del Fondo Semilla, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia; a LFOC, y al U. S. National Institute on Drug Abuse. Agradecemos a las dras. Maritza Rodríguez y Juanita Gempeler y al dr. Ricardo de La Espriella, por sus sugerencias y retroalimentación a este manuscrito. Así mismo, deseamos agradecer al señor Juan Romero, por su valiosa asistencia en la preparación de este manuscrito. Direcciones futuras Referencias La complejidad de la relación entre el rasgo de personalidad impulsiva y los TCA, particularmente BN, hace necesario el desarrollo de instrumentos y medidas que permitan un enfoque multidimensional de las características de estos pacientes. Sólo así se podrán validar los endofenotipos que permitan la identificación de sistemas neurales específicos, asociados con los diversos patrones de comportamiento presentes en los pacientes con el espectro de patologías de la conducta alimentaria. Un enfoque de este tipo ya ha mostrado sus frutos en la validación de la unión a receptores plaquetarios de serotonina por parte de la paroxetina (3H), como indicador del rasgo de impulsividad en individuos con BN asintomáticos (59). Finalmente, los endofenotipos auxiliarán en la identificación de los mediadores moleculares de la BN sobre los 216 sistemas neurales que sirvan de blancos terapéuticos para el desarrollo de estrategias de tratamiento a estos pacientes. Reconocimientos 1. 2. 3. 4. 5. 6. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Orozco-Cabal LF, Barratt ES. Implicaciones para el estudio de la neurobiología de la experiencia consciente. El acto impulsivo. Rev Latinoam Psicol. 2007;39(1):109-26. American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders, 4th edition. Washington: American Psychiatric Publishing; 2000. Dawe S, Loxton NJ. The role of impulsivity in the development of substance use and eating disorders. 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Recibido para evaluación: 2 de abril de 2008 Aceptado para publicación: 20 de mayo de 2008 Correspondencia Luis Felipe Orozco-Cabal Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana Cra. 7ª No. 40-62 Bogotá, Colombia l.orozco@javeriana.edu.co Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 219 Meza T. Depresión como entidad médico-psiquiátrica Teraiza E. Meza R.1 Resumen Introducción: La depresión como entidad médico-psiquiátrica obliga al clínico a tomar múltiples herramientas para obtener la etiología exacta, que le permita dilucidar entre los acontecimientos intrapsíquicos y el desequilibrio en la homeostasis del individuo. Método: Se enumeran diferentes entidades médicas que cursan con sintomatología depresiva y algunos enfoques para su tratamiento farmacológico. Conclusión: En un futuro próximo, la psiquiatría podría guiarse mediante pruebas clínicas especializadas, al igual que cualquier otra especialidad y diagnosticar a partir de datos clínicos y pruebas de laboratorio, para aumentar de esta forma la eficacia terapéutica. Palabras clave: depresión, agentes antidepresivos, pruebas de laboratorio. Title: Depression as a Medical-Psychiatric Entity Abstract Introduction: Depression as a medical-psychiatric entity forces the clinician to use multiple tools in order to arrive to the precise etiology that will allow him to discern between intrapsychic events and lost homeostasis. Method: Different medical entities that present with depressive symptomatology and some approaches to pharmacological treatment are listed. Conclusion: In the near future, psychiatry may be guided with the help of specialized clinical tests same as in any other specialty, and diagnose with the use of both clinical and laboratory data thus enhancing therapeutic efficiency. Key words: Depression, antidepressive agents, laboratory techniques and procedures. 1 Medica psiquiatra. Coordinadora de la Unidad de Higiene Mental Estado Portuguesa de Venezuela. Miembro titular del Colegio Venezolano de Neuropsicofarmacología. Miembro titular de la Sociedad Venezolana de Psiquiatría. 220 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Depresión como entidad médico-psiquiátrica Introducción Definición En la consulta diaria, la depresión constituye un reto para el clínico, por la multiplicidad de los factores etiológicos. El depurar los aspectos neurobiológicos, neuroendocrinos, más las variables sociales y psicológicas del individuo hacen que la depresión no sólo sea una entidad psiquiátrica, sino un síntoma de enfermedades somáticas o la manifestación de los factores sociales que afectan al individuo. En un estudio realizado ambulatoriamente en el estado de Mérida en el 2001, en el que se evaluó a través del cuestionario Premier MD a un total de 376 pacientes que acudieron a la consulta de medicina general, se encontró que el 39% tenía sintomatología depresiva, y de este grupo el 13% compartía criterios para depresión mayor (1). Está descrito que la depresión empeora el curso de una serie de enfermedades y la comorbilidad médica agrava los trastornos depresivos. Por otra parte, las variaciones farmacodinámicas y farmacocinéticas de los medicamentos puede exacerbar o disminuir la acción farmacológica de los agentes sistémicos o de los antidepresivos Esa es la razón de la presente revisión, en la cual se intenta realizar una síntesis que permita al clínico un diagnóstico adecuado y completo de la sintomatología afectiva, tomando en cuenta la comorbilidad médicopsiquiátrica. Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM IV-TR), los trastornos depresivos se definen como la presencia de cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período de dos semanas, que representan un cambio con respecto a la actividad previa del individuo. Uno de los síntomas debe ser: un estado de ánimo depresivo o pérdidas de interés o de la capacidad para el placer. Se debe acompañar de, por lo menos, cuatro de los siguientes síntomas: pérdida o aumento importante de peso sin hacer un régimen dietético (p. ej., un cambio de más del 5% del peso corporal en un mes); insomnio o hipersomnia; agitación o lentitud psicomotora; fatiga o pérdida de energía; sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva o inapropiada (que pueden llegar a ser delirantes), no los simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo; disminución de la capacidad para pensar, concentrarse e indecisión, y pensamientos recurrentes de muerte, ideación suicida sin un plan específico o una tentativa de suicidio. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga o un medicamento) o una enfermedad médica (p. ej., hipotiroidismo). Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej., después de la pérdida de un ser querido), y persisten durante más de Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 221 Meza T. dos meses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicóticos o lentitud psicomotora (2). En el DSM-IV-TR se establece la diferencia entre un trastorno depresivo (TD) como entidad psiquiátrica, con la sintomatología depresiva que acompaña a las enfermedades somáticas, y los factores sociales desencadenantes de una reacción depresiva (como respuesta a un hecho vital). En un estudio realizado por Koike y cols., en 2002 (3), con 1.356 pacientes que cumplían con los criterios diagnósticos de depresión mayor y distimia, se encontró que un 43% de ellos presentaba comorbilidad médica, la cual entorpecía el adecuado manejo de la patología psiquiátrica; por otra parte, un grupo de 46 pacientes con enfermedades médicas crónicas, como migraña, artritis reumatoides, úlcera gástrica, asma, diabetes, enterocolitis, tiroideopatía, angina, epilepsia, cáncer, entre otras, presentaban depresión, y esto entorpeció la evolución del cuadro. A continuación se enumeran diferentes entidades médicas que cursan con sintomatología depresiva y algunos enfoques para su tratamiento farmacológico. Cardiopatías Síndrome de muerte súbita Frassure-Smith y cols., en 1996, reportaron que aquellos pacientes que cursaban con arritmia 222 ventricular, desequilibrio autonómico y cambios en la función plaquetaria, acompañados con un episodio depresivo no tratado, tenían un mayor riesgo de muerte súbita cardiaca. Más específicamente refieren que aquellos pacientes que cursan con más de diez contracciones ventriculares prematuras por hora y una fracción de eyección ventricular izquierda menor del 35% son los más propensos. Un antidepresivo recomendado es el bupropion, un compuesto feniletilamínico con perfil noradrenérgico-dopaminérgico en su acción y carente de efecto dependiente de la trasmisión colinérgica, serotoninérgica o bloqueo alfa, razón por la cual no produce efectos adversos en la presión arterial, digestiva y en el área cognitiva (4). El bupropion mejora la tasa de abstinencia al tabaquismo y ayuda a los pacientes infartados fumadores. Sólo está contraindicado en los trastornos convulsivos, por disminuir el umbral (5). Síncope Clínicamente, el paciente refiere desmayos (síncope) durante el ejercicio físico, en momentos de emoción intensa (p. ej., temor, ira o dolor) o en presencia de un sonido fuerte o alarmante (5). Las personas que lo parecen se encuentran en buen estado de salud; generalmente son niños y adultos jóvenes. Esta asociado con cuadros depresivos con sintomatología ansiosa (5). Los fármacos de acción central, como Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Depresión como entidad médico-psiquiátrica los inhibidores de la recaptación de serotonina y o la yohimbina, pueden ser útiles para amortiguar los centros reflejos centrales involucrados en los mecanismos neurocardiógenicos (5). Cardiopatía coronaria Ariyo y cols. (6) reportaron que el riesgo de enfermedad coronaria en personas deprimidas es un 40% mayor que los controles y que el riesgo de muerte en enfermos coronarios es de casi un 60%. El doctor Julio Acosta M., de la consulta de cardiología de la Policlínica Metropolitana (Caracas, Venezuela), estudió durante el primer semestre del 2003 a un grupo de pacientes y los comparó con pacientes consecutivos similares de 1993, y encontró varios hallazgos interesantes (7): • Los pacientes con sintomatología depresiva asociada a condiciones fisiopatológicas cardiacas de base se complican gravemente y pueden causar eventos clínicos cardiovasculares potencialmente fatales. Entre estos se encuentran: disfunción endotelial y trombosis (8). En la génesis de su fisiopatología, los pacientes deprimidos tienen una intensa reducción de la función vasodilatadora del endotelio, provocada por diferentes condiciones bioquímicas, entre ellas activación de la angiotensina II, exceso oxidativo y excreción inadecuada de citocinas y ácidos grasos proinflamatorios y protrombóticos (8). • Los episodios de ira condicionan la aparición de situaciones biológicas, que favorecen la producción de muerte repentina por arritmia cardiaca. El umbral fibrilatorio disminuye por efecto de un incremento en la concentración de las catecolaminas circulantes, así como por una secreción inapropiada de sustancias arritmogénicas como el tromboxano, que es producido en las plaquetas activadas por serotonina. Los pacientes que sufren activación simpática crónica disminuyen la variabilidad de la frecuencia cardiaca, una condición que favorece la aparición de muerte repentina por arritmia (9). • El desbalance agudo entre el aporte de oxígeno al miocardio, disminuido por vasoconstricción o por trombosis, en conjunto con un incremento súbito en la demanda, que ha sido precipitada por un aumento en la frecuencia cardiaca, la contractilidad y la presión arterial, generan isquemia miocárdica aguda y su consecuencia: arritmia letal o necrosis miocárdica (infarto agudo del miocardio) (5,6). En la literatura médica está descrito que los fármacos IRSS promueven una disminución de la activación plaquetaria y, consecuentemente, disminuyen el riesgo de infarto del miocardio. William Sauer (10), de Filadelfia, estudió a 400 pacientes tratados con fárma- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 223 Meza T. cos antidepresivos y observó una reducción del 49% de los infartos al miocardio en aquellos que recibieron antidepresivos de tipo IRSS. El uso de IRSS sería beneficioso si tiene especial cuidado en aquellos pacientes que reciben tratamiento con anticoagulantes como la warfarina, ya que potencia su acción (informado con la fluoxetina) o con cantidades plaquetarias inferiores a las normales (10). La inhibición de la isoenzima CYP450 por los IRSS tiene consecuencias serias si se combina con betabloqueantes (propanolol o metoprolol), por aumento del riesgo de bradicardia grave (4). En los pacientes con cardiopatía es recomendable tener presentes las siguientes interacciones: La combinación de antidepresivos tricíclicos con IMAO o trazodona produce o exacerba la hipotensión ortostática. Los tricíclicos y la trazodona, en algunos casos, intensifican la acción antihipertensiva de los bloqueadores alfa-1-adrenérgico como el prazosin, lo que ocasiona hipotensión importante. La trazodona aumenta el riesgo de hipotensión ortostática y taquicardia ventricular. La velanfaxina en dosis elevadas tiene un efecto hipertensor. Hay que tener en cuenta en los pacientes con cardiopatía que reciben tratamiento con digoxina que esta, al ser combinada con trazodona, lleva a un aumento de las concentraciones de digoxina con el consecuente riesgo de toxicidad (4-5). 224 Infección por VIH Existe una relación importante entre la gravedad de los cuadros depresivos y los pacientes seropositivos con gran actividad en los linfocitos CD8 y elevada taza viral. Se ha encontrado una correlación estadísticamente significativa con el trastorno depresivo mayor aun antes del impacto de la noticia. Factiblemente, por el efecto directo del virus en las áreas límbicas del cerebro. La elección del antidepresivo debe ser cuidadosa, ya que el efecto neuroendocrino y celular puede afectar la función inmunitaria por la respuesta de la prolactina ante su uso. Los pacientes con VIH tienen un perfil farmacocinético similar a los pacientes geriátricos; por lo tanto, la elección del fármaco debe estar guiada más por su perfil de efectos secundarios, que por la sintomatología clínica. Como regla general, se deben evitar los antidepresivos con afinidad a los receptores muscarínicos centrales, ya que se han descrito cuadros de delírium. En cuanto a la fluoxetina, se recomienda utilizar la mitad de la dosis estandarizada, por su metabolito activo (la norfluoxetina), cuando se emplea en combinación con la zidovudina (ZDV), por el riesgo de que desencadene un síndrome serotoninergico y acatisia por acumulación del metabolito activo. Se destaca en el grupo de los IRRS la sertralina y la paroxetina, con Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Depresión como entidad médico-psiquiátrica un buen perfil de tolerancia y sin ningún impacto significativo en la función inmunitaria (4,5,11). Endocrinológicas Las primeras descripciones clínicas de la enfermedad de Cushing y del hipotiroidismo plantearon una posible relación entre hormonas y estados afectivos. Los ejes que se encuentran involucrados son: el hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA), el hipotálamo-hipófisis-tiroideo (HHT), el hipotálamo-hipófisis-hormona de crecimiento (HHHC) y el factor liberador de corticotropina (12). La movilización excesiva o insuficiente de neurotrasmisores, como la noradrenalina, frente al estrés continuo y repetido, reflejada en la modificación patológica de la función del receptor noradrenérgico, sea quizás la vía neuroquímica común final de la disfunción psicoendocrina (13-16). El eje HHA Está bien documentado en la literatura médica que los pacientes con TD presentan una hipersecreción de cortisol, la cual se revierte a los límites normales después de la remisión clínica del cuadro. La prueba de supresión con dexametasona (PSD) fue introducida por primera vez en 1960, para estudiar la enfermedad de Cushing. A finales de esta misma década dos grupos de investigadores diferentes la aplicaron a pacientes deprimidos y encontraron ausencia de la supre- sión en las depresiones endógenas (13-17). La PSD es sencilla: consiste en administrar 2 miligramos de esta en la noche del día anterior a la toma de la muestra y medir al día siguiente las concentraciones de cortisol plasmático a las 8:00 de la mañana y a las 4:00 de la tarde. Es un método óptimo no invasivo y su especificidad es del 96% si se respetan ciertos criterios de exclusión como lo son (18): • Falso positivos: diabetes, obesidad, Cushing, insuficiencia renal y cardiaca, enfermedades crónicas, uso de medicamentos como la carbamacepina, el alcohol y el fenobarbital. • Falsos negativos: embarazo, insuficiencia adrenal (Adisson), desnutrición, anorexia, medicamentos: glucocorticoides, analgésicos, benzodiacepinas, litio, tricíclicos e IMAO. La prueba es positiva si con la dosis administrada se logra una supresión del eje. Los pacientes con depresión mayor con síntomas psicóticos y en los depresivo-unipolares no se logra la supresión del eje, al igual que los pacientes depresivos ancianos. Las anomalías de la PSD parece ser estable durante el episodio depresivo, suele remitir con la recuperación clínica y en ocasiones la precede. La normalización de manera incompleta independiente de la sintomatología sugiere una remisión incompleta del proceso depresivo, por lo cual es necesario continuar con el tratamiento aunque el paciente este asintomático (18-20). Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 225 Meza T. Insuficiencia suprarrenal Los hallazgos clínicos de esta entidad médica son inespecíficos y se caracterizan por anorexia, náuseas, vómitos, hiperpigmentación, pérdida de peso, debilidad y fatiga, acompañada de síntomas depresivos. En los exámenes de laboratorio encontramos: hiponatriemia o hiperpotasiemia, y dependiendo si es primaria o secundaria, hay un aumento o déficit de la adrenocorticotropa (ACTH). Todos los síntomas anteriores son causados por el déficit de cortisol y aldosterona (5,18,21). El eje HHT En 1938 se reportó que algunos pacientes con catatonia periódica mejoraban con extracto tiroideo. Cuarenta años después se observó que dosis pequeñas de triyodotironina (T3) potenciaban los efectos de los antidepresivos tricíclicos. Los sujetos que presentan un hipo o hipertiroidismo, clínico o subclínico, cursan con síntomas depresivos o ansiosos, los cuales suelen revertir con la normalización del estado tiroideo (13). En la patología psiquiátrica es posible encontrar: un hipotiroidismo leve persistente detectado por elevación de la TRH en la depresión unipolar y presencia de anticuerpos antimicrosomales tiroideos en las depresiones de los trastornos bipolares. Se describe también un hipotiroidismo manifiesto o subclínico en los cicladores rápidos. 226 Estos pacientes mejoran con dosis hipermetabólicas de la hormona tiroidea. El beneficio de la hormona en los trastornos afectivos se debe, en parte, a la modulación tiroidea de los receptores adrenérgicos (22). La prueba con estimulación de TRH es útil en psiquiatría para examinar el eje HHT en pacientes con trastorno anímico, pero con función tiroidea normal. El procedimiento es el siguiente: tras una noche de ayuno, se coloca al paciente en decúbito dorsal, se inserta una vía intravenosa por la mañana y se extrae una muestra para determinar la TSH basal. A continuación se inyecta TRH y se extraen varias muestras durante los siguientes 90 minutos, para medir TSH. Es probable encontrar en la depresión concentraciones bajas de TSH. La atenuación de esta última se relaciona con cronicidad y conductas suicidas violentas. Sólo entre un 25% y un 30% de los pacientes con trastorno afectivo unipolar tienen una TSH disminuida. Cuanto más grave es el cuadro depresivo, mayor es la disminución de la TSH. El valor clínico de la prueba es de tipo evolutivo y pronóstico (18,23). La prueba puede arrojar falsos positivos en los casos de desnutrición, insuficiencia renal crónica, síndrome de Klinefelter, pruebas repetidas con TRH y administración de somatostatina, neurotensina, dopamina, hormona tiroidea o glucocorticoides (18,23). Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Depresión como entidad médico-psiquiátrica Hipotiroidismo Los pacientes con hipotiroidismo tienen una gran sensibilidad a los efectos sedantes y anticolinérgicos de los antidepresivos con acción dual y mayor susceptibilidad de inducir fase maniaca con los antidepresivos en el caso de los cicladores rápidos. La patología se caracteriza por somnolencia, desánimo, déficit de memoria, intolerancia al frío, mialgias, piel seca, edema sin fobia (mixedema), hiperlipidemia, hipercolesterolemia e hiponatriemia. Se confirma el diagnóstico con una determinación de TSH plasmática. Un valor normal lo descarta y un valor notablemente alto lo confirma (>20 U/ML). En el caso del hipotiroidismo subclínico, encontramos un aumento de TSH con una T4 normal (22,24,25). Hipertiroidismo Los síntomas y los signos de la enfermedad son más compatibles con los trastorno de ansiedad. Los pacientes presentan palpitaciones, intolerancia al frío, temblor, debilidad, oligomenorrea. Hay una disminución de TSH con una T4 y T3 elevada. Su tratamiento es con yodo 131, que puede desencadenar cuadros similares al TD mayor sin síntomas psicóticos (26,27). Factor liberador de corticotropina Los reportes de la literatura médica informan que existe un aumento del 50% de la hormona liberadora de corticotropina en pacientes deprimidos unipolares y bipolares, pero no con depresión menor. Otro grupo de investigadores no encontró ninguna alteración, por lo cual aún no está claro el origen de los diferentes hallazgos descritos en la depresión y se requieren más estudios (13,25,28). Aminas biógenas Serotonina Los cuerpos de las neuronas serotoninérgicas están localizados en el núcleo del rafe y en el núcleo central superior. Sus axones se proyectan a todo el sistema nervioso central (neocorteza, corteza olfatoria, tálamo, hipotálamo, estructuras límbicas, formación reticular, locus cerúleos, cerebelo y médula espinal). Las concentraciones de 5-HIAA metabolito de la serotonina están reducidas en el líquido cefalorraquídeo (LCR) de los pacientes deprimidos, que cursan con mayor incidencia e intentos de suicidio o actos impulsivos agresivos. Esto sugiere una deficiencia de serotonina en ellos (29-31). La serotonina es difícil de ser medida, ya que el 95% es excretada por las vías gástricointestinales. Una vía confiable, pero menos práctica y más cruenta es medir a través del LCR el ácido 5-hidroxiindol acético (A-5-HIA), posterior a la administración de probenecid. Su disminución está asociada con Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 227 Meza T. cuadros mixtos ansioso-depresivos, fóbicos y trastornos obsesivos compulsivos. Aparentemente, la hipoactividad serotoninérgica se asocia con conductas impulsivo-agresivas (17, 29, 32). Dopamina El papel de la dopamina en la depresión se basa en que las concentraciones de ácido homovanílico (AHV), el principal metabolito de la dopamina, está disminuido en el LCR en pacientes deprimidos con retraso psicomotor y riesgo de suicidio. Además, está elevado en las depresiones no psicóticas, debido a un incremento del recambio de la dopamina, en respuesta a la mayor producción de corticoides (33-35). Esta se puede medir de manera indirecta través del ácido homovanílico, presente en la orina. Algunos autores señalan su disminución en las depresiones inhibidas como en la hipodopaminérgica del Parkinson y su aumento en la manía o en depresiones delirantes psicóticas con movimientos anormales (hiperdopaminérgica de las psicosis) (18,30,36). Catecolaminas Muchos hallazgos sugieren anomalías fisiológicas o metabólicas de las catecolaminas en algunos pacientes depresivos, como el 3-metoxi4hidroxifenilglicol (MHPG), principal metabolito de la noradrenalina central (medido en orina con la técnica de Bigelow), que está disminuido en 228 los pacientes bipolares, más que en los unipolares. Su excreción urinaria es elevada en la manía o en los cuadros de hipomanía. Su disminución orienta hacia la elección de antidepresivos noradrenérgicos. Las concentraciones del ácido 3-metoxi-4-hidroximandélico, otro metabolito, están disminuidas en la depresión bipolar y unipolar (18,37-41). Alteraciones neuroanatómicas Los investigadores han postulado la importancia de las conexiones limbiconeocorticales en los comportamientos emocionales (42). Con la tomografía por emisión de positrones (PET) se demostró que tanto la tristeza normal como la depresión patológica producen una activación límbica (cíngulo e ínsula anterior) y la desactivación cortical (corteza prefrontal derecha y parietal inferior) (43,44). Más importante aún: los pacientes deprimidos en tratamiento exhiben cambios en las áreas cerebrales involucradas —incremento de la actividad en la corteza y disminución de la actividad en la región límbica— (45). Los autores postularon que los tratamientos que tienen como blanco cualquiera de las áreas afectadas, como la psicoterapia cognitivo-conductual (corteza) y los antidepresivos (áreas límbica/cortical), mejoran la actividad funcional, lo cual está demostrado por la PET (46). Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Depresión como entidad médico-psiquiátrica Otros hallazgos • Disminución de la actividad neuronal en la corteza prefrontal lateral izquierda (47). • Disminución de la actividad neuronal en los ganglios basales, especialmente caudado y putamen. Este hallazgo también se correlaciona con las anomalías morfológicas de los ganglios basales encontradas en la resonancia magnética, como reducción del tamaño e incremento de su hiperdensidad (48). • Reducción global del metabolismo cerebral en los deprimidos añosos (49). Las áreas involucradas en los trastornos depresivos son la corteza prefrontal, el núcleo estriado, la amígdala y el hipotálamo. Se cree que la neocorteza y el hipocampo están implicados en los aspectos cognitivos de la depresión, es decir, en las ideas o sentimientos de culpa, de falta de autoestima, de desesperanza, autolíticas y en las alteraciones de memoria (50). Lo anterior se relaciona con el aumento significativo del riesgo de depresiones, en pacientes con antecedentes de lesiones tumorales o vasculares en el lóbulo frontal. Algunos autores defienden la existencia de una especificidad regional, argumentando la existencia de mayor riesgo de depresión en aquellos pacientes con infartos corticales pequeños o localizados en la región frontal izquierda (51,52). La denominada depresión vascular se define como aquella depresión que se debe a múltiples infartos cerebrales “silentes”, es decir, sin síntomas neurológicos (53). Parece ser que este nuevo concepto tiene implicaciones etiológicas, clínicas, terapéuticas (tratamiento de los factores de riesgo vascular) y de pronósticos (curso crónico y recurrente) que difieren del resto de depresiones (53). Existen dos técnicas utilizadas para el estudio de la depresión: la PET y la resonancia magnética funcional (54). Otra área de gran interés en la fisiopatología de la emoción es la amígdala, donde se ha observado un incremento anormal del flujo sanguíneo vascular y del metabolismo de la glucosa en pacientes con depresión y trastornos afectivos bipolares (TAB) tipo I y tipo II, sin síntomas psicóticos. El tratamiento con antidepresivos disminuye el metabolismo de la amígdala a cantidades normales. Por todo ello se postula que la actividad anómala de la amígdala se correlaciona con la gravedad de los episodios depresivos mayores y con una susceptibilidad hacia su recurrencia (55). A diferencia de las enfermedades neurodegenerativas en las que se observa el fenómeno de la gliosis (proliferación e hipertrofia de la glía), en los trastornos del humor no hay un proceso degenerativo convencional, sino una disminución de la glía, en especial de los astrocitos, con disminución del tamaño Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 229 Meza T. o número de algunas poblaciones neuronales (56). Se conoce que los astrocitos están implicados en la migración neuronal, sinaptogenia, neurotransmisión, plasticidad sináptica y mantenimiento de la estructura neuronal. Tanto la glía como la morfología y el número de neuronas están influenciados por factores ambientales y por la expresión genética, pero hasta la fecha se desconoce si las alteraciones neuroanatómicas descritas son consecuencia de la enfermedad o son sus causantes. Tampoco si son estables, reversibles o progresivas. Otras enfermedades a descartar en la evaluación de los TD Diabetes Un alto porcentaje de los pacientes diabéticos cursa con sintomatología depresiva. Se sugiere tener presentes las siguientes acotaciones: el uso de IMAO puede inducir hipoglucemia y aumento de peso. Los tricíclicos inducen hiperglucemia (por efecto sobre la dopamina y la norepinefrina). La amitriptilina aumenta la apetencia por el consumo de carbohidratos. Los IRSS inducen hipoglucemia (13,18,57). Hipoglucemia Las hipoglucemias leves se caracterizan por palpitaciones, temblor, sudoración, hiperfagia, 230 visión borrosa, sensación de letargo, irritabilidad y disminución de la concentración. Como signos encontramos parestesias, taquicardia, hipertensión y diplopía. Por lo anterior, se debería incluir una curva de tolerancia a la glucosa con insulina basal en pacientes con antecedentes previos, antes de comenzar el tratamiento con antidepresivos, debido a que los IMAO tienden a producir hipoglucemias, al igual que la mirtazapina, la mianserina y los IRSS (13,57). Enfermedades neurológicas Los trastornos afectivos son frecuentes en las siguientes patologías: epilepsia (55%), enfermedad de Parkinson (40%), enfermedad de Huntington (35%), esclerosis múltiple, TU frontales, entre otras. Antes de prescribir hay que tomar en cuenta que los ADT y el bupropion disminuyen el umbral convulsivo. El ácido valproico aumenta las concentraciones plasmáticas de los ADT y, por ende, su cardiotoxicidad. Las cefaleas de tipo migrañosa son desencadenadas y exacerbadas con el uso de IRSS y bupropion (13,57,58). Patología oncológica Es frecuente encontrar cuadros depresivos en el cáncer de páncreas (50% de los casos). El antecedente de alcoholismo y unos rayos x simples de abdomen, donde se aprecian calcificaciones pancreáticas, con una hiperglucemia típicamente lábil, Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Depresión como entidad médico-psiquiátrica hacen el diagnóstico. Otros: orofaringe (22%-44%), mama (13%-26%), colon (25%), útero (23%) y estómago (11%) cursan también con sintomatología depresiva (13,57,58). En líneas generales, en los pacientes oncológicos se recomienda usar antidepresivos en dosis más bajas que las utilizadas para la población general, así como mantener el cuidado en la interacciones derivadas con el sistema enzimático del citocromo p450 y el uso de los agentes quimioterapéuticos (58). Pautas de evaluación 1. 2. Enfermedades respiratorias En los pacientes con enfermedades respiratorias y cuadro depresivo es recomendable tener en cuenta que los tricíclicos pueden mejorar los síntomas de la apnea del sueño. La fluvoxamina inhibe el metabolismo hepático de la teofilina e incrementa sus concentraciones plasmáticas; en este caso debe suspenderse o cambiarse a otro antidepresivo. Con respecto a las benzodiacepinas es aconsejable evitar las de larga duración si existe hipercapnea (13,57). 3. Fármacos Hay algunos fármcos de uso frecuente, que son depresógenos. Entre ellos tenemos: reserpina, betabloqueantes, alfa-metil-dopa, levodopa, estrógeno, corticoides, colinérgicos, benzodiacepinas, barbitúricos, ranitidina, calcio antagonistas, alcohol, sedantes hipnóticos, cocaína y psicoestimulantes (4,13). 4. Una adecuada anamnesis psiquiátrica; historia médica general; historia personal, biopsicosocial, profesional y familiar; abuso de sustancias; historia farmacológica; examen funcional, y examen mental y físico. Laboratorio de rutina: hematología completa, funcionalismo hepático (TGO, TGP, lipidograma, colesterol, triglicéridos, hepatitis B), curva de tolerancia a la glucosa (60- 90-120 minutos con insulina basal), eje tiroideo (TSH, T3, T4), eje adrenal (cortisol 8 a. m. y 4 p. m.) y test de supresión con dexametasona. Escalas: (i) Inventario de Pensamientos Suicidas (Indexo f Potencial Suicide, elaborada por Zung en 1974). (ii) Escala de Pensamientos Suicidas (Scale for Suicide Ideation [SSI] elaborada por Beck, en 1974). (iii) Escala de Acontecimientos Vitales (Social Readjustment Rating Scale, elaborada por Colmes y Rahe, en 1967). (iv) Escala de Hamilton para Depresión o HAM-D (Hamilton Depresión Rating Scale, de 1960). (v) Escala Global de Funcionamiento (GAF) (59). Pruebas especiales si son requeridas: electroencefalograma (EEG), tomografía computada (TAC) o resonancia magnética nuclear (RMN). Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 231 Meza T. Conclusión Efectivamente, múltiples estudios han demostrado que los sistemas neuroquímicos, monoamínicos y neuroanatómicos desempeñan un rol significativo en la etiología y el curso de la depresión. Entre estos sistemas están: los neurotransmisores y los neuropéptidos, como el factor liberador de corticotrofina (CRF), la hormona liberadora de tirotrofina (TRH), la somatostatina y el factor liberador de la hormona de crecimiento (GHRF). El concepto de puente farmacológico implica un tránsito en dos direcciones: las alteraciones químicas postuladas pueden ser primarias o responder a una inducción biológica. Los acontecimientos psicológicos que sirven como precipitantes de la depresión podrían iniciar o inducir un desequilibrio neuroquímico/biológico en el individuo, y viceversa. Al tiempo de estos avances en la comprensión de las bases biológicas de la depresión; la investigación se ha centrado no sólo en las alteraciones cerebrales, sino en la patogenia, que incluye factores ambientales (por ejemplo, experiencia vital adversa), diátesis genética (constitución) y fisiopatológicos (33). Por lo anterior, quizás la psiquiatría, en un futuro próximo, podría estar guiada por pruebas clínicas especializadas, al igual que cualquier otra especialidad, a fin de diagnosticar a partir de datos clínicos y pruebas de laboratorio, para 232 aumentar de esta forma la eficacia terapéutica. Referencias 1. 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Libertador entre 31 y 32 Guanare, Venezuela teraizamesa@hotmail.com Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 235 Flores M., Ontiveros M. Hormonas gonadales y depresión en la perimenopausia Mónica Flores Ramos1 Martha Ontiveros Uribe2 Resumen Introducción: La perimenopausia es el intervalo de irregularidades menstruales que precede directamente a la menopausia; también es llamada “transición a la menopausia”. Se caracteriza por cambios biológicos y psicosociales. Durante este período se presentan síntomas vasomotores, pérdida de densidad ósea, alteraciones sexuales, deterioro en la función cognoscitiva y síntomas psiquiátricos como ansiedad y depresión. El papel de las hormonas gonadales en la ocurrencia de estos síntomas se encuentra bien documentado a partir de estudios en animales y en humanos. Objetivo: Revisar la literatura en relación con la depresión en la perimenopausia y la influencia de las hormonas gonadales en ella. Método: Revisión de bases de datos en PubMed, Medscape y Ovid, usando las palabras clave: menopausia, perimenopausia, depresión y hormonas gonadales. Resultados: Se encontraron estudios que sustentan la relación existente entre los síntomas depresivos y la perimenopausia, así como entre la depresión en la perimenopausia y la depresión en el posparto y el período premenstrual; el efecto de las hormonas gonadales en el cerebro y el uso de terapia hormonal de reemplazo en la depresión perimenopáusica. Conclusión: La relación entre cambios hormonales y síntomas depresivos está bien documentada, pero aún no se conoce el mecanismo fisiopatológico que subyace a este fenómeno. Palabras clave: perimenopausia, menopausia, depresión, hormonas gonadales. Title: Gonadal Hormones and Perimenopausal Depression Abstract Introduction: Perimenopause is the interval of irregular menstrual activity which directly precedes menopause, it is also called “menopausal transition”. It is characterized by biological and psychosocial changes. A spectrum of symptoms is present during perimenopause including vasomotor symptoms, loss of bone density, sexual dysfunction, a decline in cognitive function and psychiatric symptoms. The role of gonadal hormones in these symptoms is well documented in animal and human research. Objective: To review the literature focusing on perimenopause and gonadal hormones. Methods: Search of PubMed, Medscape, and Ovid databases using the key words perimenopause, menopause, depression and gonadal hormones. 1 2 Maestra en Ciencias. Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México. Jefa de Hospitalización, Instituto Nacional de Psiquiatría, Ramón de la Fuente, México. 236 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Hormonas gonadales y depresión en la perimenopausia Results: The findings support the relationship between perimenopause and depressive symptoms, also between perimenopause depression and postpartum/premenstrual period depressive symptoms, the influence of gonadal hormones in the brain and usefulness of hormonal therapy for perimenopausal depression. Conclusions: The relationship between hormonal changes and depressive symptoms is well documented, however the physiopathologic process that causes this phenomenon is unknown. Key words: Perimenopause, menopause, depression, gonadal hormones. Introducción La relación entre el ciclo vital de la mujer y los padecimientos psiquiátricos se ha estudiado ampliamente. Se sabe, por ejemplo, que la menarca coincide con la emergencia de síntomas afectivos en la mujer y que existe una proporción mayor de mujeres que de hombres que sufren depresión durante su vida fértil. Así mismo, es bien sabido que el posparto es un período de riesgo para presentar cuadros depresivos. En este artículo revisamos los cambios hormonales que se presentan durante la perimenopausia y su relación con síntomas y trastornos afectivos. Inicialmente trataremos de aclarar el término perimenopausia, para poder después resaltar la importancia de este período en la psicopatología de la mujer. Conceptos generales El uso de múltiples términos que se refieren al período que cir- cunda la última menstruación de la mujer se presta a confusión. En general, existe un acuerdo en que la última menstruación es la menopausia; sin embargo, solamente es posible evaluarla de forma retrospectiva, una vez que ha pasado un año del último período menstrual. Anteriormente se consideraba que la menopausia marcaba un aumento en los síntomas depresivos en la mujer, incluso se hablaba de una “melancolía involutiva”, caracterizada por agitación, insomnio, ideas de culpa y preocupaciones somáticas. Sin embargo, el término fue removido del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), debido a que estudios posteriores demostraron que la menopausia no incrementa el riesgo de sufrir depresión. Al parecer, el período conocido como perimenopausia es el factor que dispara los cuadros depresivos (1,2). La perimenopausia es el tiempo comprendido entre el cese total de la menstruación (menopausia) y el período en que la mujer presenta ciclos menstruales regulares (premenopausia). Dicho de otra manera, es el intervalo de períodos menstruales irregulares que antecede a la menopausia, por lo que también es nombrada como transición a la menopausia. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la perimenopausia es el período que precede la menopausia; que inicia con cambios biológicos, endocrinos y clínicos, y que finaliza un año después del Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 237 Flores M., Ontiveros M. último período menstrual. Los criterios aceptados actualmente para el diagnóstico de la perimenopausia son: un cambio en la duración del ciclo menstrual de más de 7 días, un incremento notable en el flujo menstrual o un cambio en la duración de la menstruación (3). Otros autores (4,5) han validado la definición de perimenopausia en estudios longitudinales, como un período de 3 a 11 meses de amenorrea o cambios en la regularidad menstrual en los 12 meses previos, en mujeres de 45 a 55 años de edad. Algunas pruebas de laboratorio pueden ser útiles para hacer diagnóstico de perimenopausia. Por ejemplo, se sugiere que una sola medición de la hormona foliculoestimulante (FSH) ≥14 UI/litro es diagnóstica de perimenopausia (6). Sin embargo, debido a que durante esta etapa existen variaciones en las concentraciones de esta hormona (7), no podemos considerar que una medición de esta sirva de marcador para la mencionada entidad. Hasta el momento se acepta que la edad y la regularidad de los ciclos, conjuntamente con la sintomatología, constituyen la base del diagnóstico (8). Generalmente la perimenopausia ocurre entre los 45 y los 50 años de edad. Los períodos irregulares en mujeres entre 45 y 55 años son predictivos de menopausia dentro de los siguientes 3 años, con una sensibilidad del 72% y una especificidad del 76%. En el Massachusetts Women’s Health Study (9) se observó que la media de presentación 238 de la perimenopausia es de 47,5 años, con una duración media de 3,8 años. A la edad de 45 años el 40% de todas las mujeres han comenzado o terminado su transición perimenopáusica, y a los 55 años sólo el 2% de las mujeres son premenopáusicas. Perimenopausia y síntomas clínicos Durante la perimenopausia, la mujer puede cursar con sintomatología propia de esta etapa, como síntomas vasomotores, alteraciones del sueño, alteraciones de la sexualidad, pérdida de la densidad ósea y disminución en las funciones cognitivas. Todas estas manifestaciones se han estudiado en relación con los cambios hormonales propios de este período; sin embargo, la fisiopatología que subyace a los síntomas no se conoce del todo. En cuanto a los síntomas psiquiátricos, se tienen aún menos datos científicos que ayuden a comprender su relación con las fluctuaciones hormonales. Un 23,6% de las mujeres entre 45 y 49 años de edad reporta dificultades para dormir y un 39,7% sufre este problema alrededor de los 50 años (10). Los problemas reportados incluyen dificultad para iniciar el sueño, sueño inquieto y despertares frecuentes. Las mujeres perimenopáusicas y posmenopáusicas reportan problemas del sueño con mayor frecuencia que las mujeres premenopáusicas. La presencia de cuadros de ansiedad y depresión en Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Hormonas gonadales y depresión en la perimenopausia la perimenopausia pueden también ser la causa y no la consecuencia de las alteraciones del sueño. Otra característica importante de la perimenopausia es la presencia de síntomas vasomotores, como oleadas de calor y sudoración nocturna. Se ha observado que cuando se presentan estos síntomas, el riesgo de sufrir depresión aumenta considerablemente (11). Se ha propuesto que la depresión ocurre debido a que los síntomas vasomotores interrumpen el sueño de forma repetida; por lo tanto, causan alteraciones en el ánimo de forma indirecta (12). En contraparte, se propone que la depresión en la perimenopausia puede no ser causada por los efectos de los síntomas vasomotores sobre el sueño. En cambio, podría ocurrir que tanto los síntomas vasomotores como la depresión sean marcadores de la sensibilidad a los cambios en las cantidades de estrógenos (13). Endocrinología de la perimenopausia La perimenopausia se caracteriza por una serie de cambios en las concentraciones de las hormonas gonadales, que refleja la disfunción en los ovarios y el cese próximo de la función reproductiva. A medida que el número de folículos contenidos en los ovarios decrece, se disminuye la respuesta a la FSH secretada por la pituitaria. Esto conlleva un aumento en las cantidades de FSH como consecuencia de un intento de la glándula pituitaria por estimular los folículos resistentes (14). Sin embargo, debido a que el desarrollo folicular es errático durante esta etapa, las concentraciones séricas de FSH pueden fluctuar ampliamente en cada ciclo ovárico. El perfil de producción de estrógenos y sus cantidades también se ven alterados durante el período perimenopáusico. Las concentraciones de estradiol permanecen relativamente estables o tienden a aumentar con la edad, hasta el inicio de la perimenopausia, y a permanecer así hasta la perimenopausia tardía, al parecer como consecuencia de las cantidades elevadas de FSH (7). El 17-β-estradiol, producido en las células de la granulosa de los ovarios, disminuye de forma importante; mientras la estrona (que se produce por la conversión de testosterona y androstendiona) se convierte en el principal tipo de estrógeno circulante. En consecuencia, se observa un incremento en el índice estrona/ estradiol (15). Al igual que ocurre con la FSH, las concentraciones circulantes de estrógenos varían durante esta transición, con una caída más precipitada cercana al último período menstrual. Se debe hacer hincapié en que la perimenopausia es un proceso dinámico, con cambios paulatinos y no un evento que ocurre de forma abrupta. Depresión y perimenopausia La transición a la menopausia se ha relacionado con la presencia Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 239 Flores M., Ontiveros M. de síntomas afectivos. En un estudio de cohorte de cuatro años de duración, Freeman y cols. (2) encontraron que los síntomas depresivos aumentan durante la transición a la menopausia y disminuyen en mujeres posmenopáusicas. Así mismo, en un estudio longitudinal con 2.103 mujeres, Maartens y cols. (16) también encontraron un incremento de los síntomas depresivos en la transición de pre a perimenopausia y de perimenopausia a menopausia. Otro estudio llevado a cabo por Harlow y cols. (17) reportó que de todas las mujeres inicialmente premenopáusicas, aquellas que pasaron a la perimenopausia presentaron un primer episodio depresivo en una proporción tres veces mayor que aquellas mujeres de edad similar que permanecieron en la premenopausia. Debido al incremento de los síntomas depresivos durante este período de la vida de la mujer, diversos autores han sugerido que las fluctuaciones en las cantidades de las hormonas gonadales podrían ser responsables de los cambios anímicos en la mujer (18). Además, existen otros factores que apoyan esta teoría, como la mejoría observada de pacientes que presentan síntomas depresivos en la perimenopausia cuando se administran estrógenos (19,20) y la relación existente entre depresión en la perimenopausia y depresión en otros períodos de fluctuaciones hormonales como el posparto y el período premenstrual (21-23). 240 Sin embargo, también se sabe que durante el período perimenopáusico existen cambios psicosociales que pueden influir en la presencia de síntomas psiquiátricos. Schmidt, Haq y Rubinow (24) sostienen que los eventos que ocurren durante la perimenopausia tardía causan el incremento de la depresión en este período, ya que no observaron diferencias en las mediciones hormonales en relación con las mujeres perimenopáusicas sin depresión. Una teoría integradora, propuesta por Rasgon y cols. (14), dice que en el período perimenopáusico existe un incremento en la susceptibilidad a los síntomas psiquiátricos, que puede deberse a los efectos neuroendocrinos de la disminución de las concentraciones de estrógenos, a la experiencia subjetiva de síntomas somáticos resultantes de esta disminución hormonal o a la ocurrencia de eventos en esta etapa de la vida de la mujer. Los autores sugieren que se requieren más estudios para aclarar esta controversia. Además, es importante seguir ciertos lineamientos en la evaluación clínica de mujeres en la perimenopausia para poder llegar a conclusiones certeras (25). Efecto de las hormonas gonadales en el cerebro El conocimiento actual sostiene que los esteroides gonadales pueden afectar los sistemas cerebrales, y mediar en la presencia de ansiedad Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Hormonas gonadales y depresión en la perimenopausia o depresión en múltiples partes de este. Los estudios en animales han demostrado que en las fases de proestro (caracterizadas por la liberación de estrógenos y el inicio de la secreción de progesterona), las ratas muestran mucho menor ansiedad que las ratas en otras etapas del ciclo. De la misma manera, la desesperanza (en un modelo de nado forzado) es menor en el proestro y el estro (26). También en animales se observa un aumento del recambio de norepinefrina y dopamina inducida por estrógenos durante el proestro (27). En ratas castradas aumenta la liberación de noradrenalina y disminuye la liberación de dopamina, con efectos contrarios al administrar estrógenos exógenos (28). El sistema serotoninérgico, igualmente, es afectado por los esteroides gonadales (29), y la administración tanto de estrógenos como de progesterona en ratas castradas afecta de forma positiva el sistema serotoninérgico (30). Por otro lado, se sabe que los estrógenos modifican la concentración y disponibilidad de serotonina, a través del aumento en la degradación de la monoamino oxidasa (31). Los datos reportados en animales sugieren que en el humano los cambios en las concentraciones de hormonas gonadales pueden afectar el estado de ánimo; sin embargo, no es sencillo realizar estudios experimentales en humanos y confirmar esta teoría. Pese a esto, existen muchos indicios indirectos sobre el efecto de las hormonas en los cambios del ánimo en la mujer, como son los estudios de reto con D-fenfluramina y los hallazgos de mejoría en los síntomas depresivos con el tratamiento con terapia hormonal de reemplazo. Hormonas gonadales y cambios en el estado de ánimo Se considera que la deficiencia de estrógenos puede desempeñar un papel importante en la depresión en la mujer (32). En un estudio comparativo, Young y cols. (33) observaron que, en general, las concentraciones séricas de hormonas reproductivas eran normales en mujeres premenopáusicas con depresión o sin esta; sin embargo, las concentraciones de estradiol eran significativamente menores en mujeres deprimidas, en comparación con mujeres sin depresión, de la misma edad. Los mismos autores reportan una vida media menor de la hormona luteinizante (LH) en mujeres con depresión, tanto en la fase folicular como en la fase lútea. Schmidt y cols. (34), quienes evaluaron específicamente a mujeres en la perimenopausia, no concuerdan con los resultados anteriores, ya que no encontraron diferencias significativas en las cantidades basales de hormonas gonadales en mujeres deprimidas, en comparación con mujeres sin depresión. Es de gran importancia que en este trabajo las mujeres deprimidas fueron seleccionadas de tal modo que se Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 241 Flores M., Ontiveros M. encontraban en su primer episodio depresivo. La cuantificación basal de hormonas gonadales en mujeres perimenopáusicas deprimidas ha mostrado resultados contradictorios; sin embargo, la evaluación de los cambios en las concentraciones circulantes de hormonas podría ser de mayor importancia en relación con los síntomas afectivos. Existe un estudio (2) donde se registra que las concentraciones crecientes de FSH se asocian con disminución en los síntomas depresivos y donde los cambios en las cantidades de estradiol se relacionan con un incremento de los síntomas depresivos. De los mismos autores, un estudio reciente (35) encuentra que en las mujeres en transición a la menopausia, las concentraciones incrementados de FSH y LH, y la variabilidad aumentada de las concentraciones de estradiol, FSH y LH se asocian significativamente con un aumento en los síntomas depresivos. Lo anterior, de acuerdo con las puntuaciones en la Escala del Centro de Estudios Epidemiológicos de Depresión (CES-D). Un estudio que evaluó la actividad de las hormonas gonadales y el sistema serotoninérgico, llevado a cabo por Rajewska y cols. (36), encontró que en mujeres en edades entre 38 y 46 años los síntomas menopáusicos eran de mayor intensidad en mujeres deprimidas, al compararse con mujeres no deprimidas; así mismo, las pacientes deprimidas tenían menores concentraciones de 242 estradiol y más de FSH. Ante el reto con D-fenfluramina, se observó un incremento significativo de prolactina y el cortisol en mujeres sanas, y un decremento de estos en mujeres deprimidas; además, una relación entre las concentraciones basales de estradiol y FSH con la magnitud de la respuesta de prolactina y cortisol a D-fenfluramina. Relación entre depresión en la perimenopausia y otros trastornos afectivos La ocurrencia de episodios depresivos y otros trastornos psiquiátricos durante etapas específicas del ciclo reproductivo de la mujer, como el período premenstrual, el posparto y la perimenopausia, han llevado a diversos autores a postular que dichos trastornos podrían tener una base fisiopatológica común (37). Se sugiere que las fluctuaciones hormonales en estos períodos podrían ser los disparadores de síntomas afectivos (38). Pese a que esto aún es controvertido, algunos estudios apoyan el hecho de que cambios hormonales pueden subyacer a problemas como el trastorno disfórico premenstrual y la depresión posparto. En poblaciones clínicas se ha observado que las mujeres que reportan síntomas afectivos durante la perimenopausia también refieren síntomas premenstruales (22,23,39). Además, en mujeres que sufren trastorno disfórico premenstrual se ha visto que la supresión ovárica con leuprolide (un agonista de la hor- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Hormonas gonadales y depresión en la perimenopausia mona liberadora de gonadotropinas) puede reducir los síntomas. Un estudio aleatorizado, doble ciego, que comparó la eficacia del leuprolide contra el placebo en mujeres con síndrome premenstrual encontró una disminución significativa de los síntomas (25). En ese mismo estudio se añadió posteriormente de forma aleatorizada estradiol o progesterona a 10 pacientes, y se observó una significativa recaída en los síntomas premenstruales. Los autores concluyen que las mujeres con síndrome premenstrual tienen una respuesta anormal a los cambios hormonales. Un estudio similar al anterior, en mujeres con antecedentes de depresión en el posparto, afirmó que la supresión de las hormonas gonadales incrementa de forma significativa los síntomas depresivos en mujeres con antecedentes de depresión posparto; pero no en aquellas sin dichos antecedentes (28). Por otro lado, también se han observado concentraciones basales disminuidas de estradiol sérico en pacientes crónicamente deprimidas en el posparto. Dichas pacientes responden de forma adecuada al tratamiento con 17-β-estradiol (40,41). Terapia hormonal de reemplazo y depresión Existen diversos estudios que han tratado de evaluar la eficacia del tratamiento de los síntomas depresivos con la terapia hormonal de reemplazo (THR). Estos estudios tie- nen diversa metodología, definiciones diferentes en cuanto a menopausia, métodos diferentes en la medición y definición del estado hormonal, falta de instrumentos diagnósticos y de medición estandarizados y diferencias en las dosis y vías de administración de las hormonas (15). Sin embargo, los datos apuntan a que un uso adecuado de hormonas puede llevar a la mejoría de síntomas afectivos durante la perimenopausia. Se ha observado que la THR tiene un efecto antidepresivo, al usarse como monoterapia o como tratamiento coadyuvante en mujeres perimenopáusicas (42,43). Por su parte, Soares (20) realizó un estudio aleatorizado, doble ciego, donde comparó el estradiol transdérmico con el placebo en pacientes perimenopáusicas con depresión mayor, distimia o depresión menor. El autor encontró una remisión de la depresión en el 68% de las pacientes tratadas con estradiol, mientras solamente el 20% de las pacientes tratadas con placebo responde. Schmidt y cols. (19) hallaron resultados similares, lo que corrobora la eficacia de la THR en el tratamiento de los síntomas depresivos. Sin embargo, debido a que las bases neurobiológicas de la interacción estrógenos/antidepresivos aún no son claras, es necesario realizar más estudios al respecto (44). Conclusiones El aumento en los síntomas afectivos durante el período peri- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 243 Flores M., Ontiveros M. menopáusico ha sido documentado ampliamente en los últimos años. Se cree que esto puede deberse a los cambios en las concentraciones circulantes de las hormonas gonadales. Pese a que el fenómeno es muy complejo y a que los factores socioculturales tienen un gran peso en este período de transición, existen diversos hallazgos que respaldan la hipótesis hormonal. Los estudios tanto en animales como en humanos han mostrado que los cambios en las concentraciones hormonales influyen en el comportamiento; sin embargo, aún no comprendemos el fenómeno fisiopatológico que lleva al aumento en la incidencia de síntomas depresivos durante el período perimenopáusico. Es necesario realizar más estudios al respecto, para poder incidir en la prevención y el tratamiento adecuado de pacientes que padecen depresión durante este período de la vida. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. Referencias 1. 2. 3. 4. Avis NE, Brambilla D, McKinlay SM, Vass K. A longitudinal analysis of the association between menopause and depression: results from the Massachusetts women’s health study. Ann Epidemiol. 1994;4(3):214-20. Freeman EW, Sammel MD, Liu L, Gracia CR, Nelson DB, Hollander L. Hormones and menopausal status as predictors of depression in women transition to menopause. Arch Gen Psychiatry. 2004;61(1):62-70. Moyer P. Menopause and depression. Abstract NR768. APA 157th Annual Meeting; 2004. Brambilla DJ, McKinlay SM, Johannes CB. Defining the perimenopau- 244 13. 14. 15. 16. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 se for application in epidemiologic investigations. Am J Epidemiol. 1994;140(12):1091-5. Dudley EC, Hopper JL, Taffe J, Guthrie JR, Burger HG, Dennerstein L. Using longitudinal data to define the perimenopause by menstrual cycle characteristics. Climacteric. 1998;1(1):18-25. Soules MR, Sherman S, Parrott E, Rebar R, Santoro N, Utian W, et al. Stages of reproductive aging workshop (STRAW). J Womens Health Gend Based Med. 2001;10(9):843-8. Burger HG, Dudley EC, Robertson DM, Dennerstein L. Hormonal changes in the menopause transition. Recent Prog Horm Res. 2002;57:257-75. Bastian LA, Smith CM, Nanda K. Is this woman perimenopausal? JAMA. 2003;289(7):895-902. Mckinlay SM, Brambilla DJ, Posner JG. The normal menopause transition. Maturitas. 1992;14(2):103-15. Cirignotta F, Mondini S, Zucconi M, Lenzi PL, Lugaresi E. 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Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 245 Flores M., Ontiveros M. 36. Rajewska J, Rybakowski JK. Depression in premenopausal women: gonadal hormones and serotonergic system assessed by D-fenfluramine challenge test. Prog Neuropsychopharmacol Biol Psychiatry. 2003;27(4):705-9. 37. Feld J, Halbreich U, Karkun S. The association of perimenopausal mood disorders with other reproductive-related disorders. CNS Spectr. 2005;10(6):46170. 38. Rapkin AJ, Mikacich JA, Pop VJ. Reproductive mood disorders. Primary psychiatry. 2003;10(12):31-40. 39. Richards M, Rubinow DR, Daly RC, Schmidt PJ. Premenstrual symptoms and perimenopausal depression. Am J Psychiatry. 2006;163(1):133-7. 40. Ahokas A, Kaukoranta J, Aito M. Effect of oestradiol on postpartum depression. Psychopharmacology. 1999;146(1):108-10. 41. Ahokas A, Kaukoranta J, Wahlbeck K, Aito M. Estrogen deficiency in severe postpartum depression: successful treatment with sublingual physiologic 17beta-estradiol: a preliminary study. 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COMPOSICIÓN: Cada TABLETA de ZELTA® 5 contiene: 5 mg de olanzapina. Cada TABLETA de ZELTA® 10 contiene: 10 mg de olanzapina. DESCRIPCIÓN: ZELTA® antipsicótico atípico del grupo tienobenzodiazepina, con alta afinidad in vitro por los receptores de serotonina 5-HT2A/2B/2C 5-HT3, 5HT6, receptores de dopamina D2(1-5), receptores muscarínicos M1-5 y receptores a1-adrenérgicos. INDICACIONES: Antipsicótico, alternativo para el tratamiento de la esquizofrenia. Para el tratamiento alternativo de pacientes con manía bipolar, que no han respondido a la terapéutica tradicional. CONTRAINDICACIONES: Hipersensibilidad a la olanzapina. Pacientes con glaucoma de ángulo estrecho. ADVERTENCIAS: En presencia de fiebre alta inexplicable sin manifestaciones clínicas adicionales de síndrome neuroléptico maligno, se debe descontinuar olanzapina. El riesgo de disquinesia tardía aumenta con la exposición a largo plazo; si aparecen signos y síntomas de disquinesia tardía se debe reducir la dosis o descontinuar el medicamento. PRECAUCIONES: Cuando se administre en combinación con otros medicamentos de acción central, alcohol, en pacientes con antecedentes convulsivos. En ancianos se recomienda ajustar la dosis, controlar cifras de presión arterial. En menores de 18 años no se ha determinado su seguridad de uso. Se deben monitorear los niveles de glicemia en pacientes diabéticos o con historia de diabetes, evaluar riesgo/beneficio en pacientes con hiperglicemia o diabetes. Cuadro hemático y pruebas de función hepática, periódicas durante el tratamiento. DOSIFICACIÓN Y ADMINISTRACIÓN: Como antipsicótico: (Desorden psicótico de la esquizofrenia). Dosis efectiva 10 mg/día. Administrarse vía oral con o sin alimentos, iniciar con una dosis oral de 5 o 10 mg/día e incrementarse a intervalos de una semana en 5 mg. Máxima dosis de 20 mg. (Uso a largo término mayor a 8 semanas). En pacientes con deterioro hepático o con factores que resulten en disminución del metabolismo de olanzapina como mujeres fumadoras y pacientes > 65 años o pacientes con predisposición a la hipotensión es aconsejable iniciar con dosis de 5 mg/día. Trastorno Bipolar: Dosis efectiva de 5-20 mg. -el efecto antimaniaco se ha demostrado en uso a corto término 3-4 semanas. PRESENTACIONES: ZELTA® 5 Tableta por 5 mg. Caja por 14 tabletas, Reg. INVIMA 2001M-0000304. ZELTA ® 10 Tableta por 10 mg. Caja po 7 tabletas, Reg. INVIMA M-0000369. Epistemología Bioética y derechos humanos en psiquiatría filosofía de la mente y bioética Bioética y derechos humanos en psiquiatría* Juan Carlos Tealdi1 Resumen Introducción: Este trabajo considera el alcance crítico y normativo que la bioética y los derechos humanos tienen en el campo específico de la psiquiatría. Método: Se analizan de modo general la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, la perspectiva de la Declaración de Madrid, los Principios para la protección de los enfermos mentales y el mejoramiento de la atención de la salud mental, la Declaración de Hawai y la Declaración sobre los Derechos y Salvaguardas Legales de los Enfermos Mentales, entre otras normativas. Conclusión: para avanzar desde la teoría a la práctica en bioética y derechos humanos en psiquiatría es necesario tener en cuenta seis valores: la salud, el bienestar, la integridad, la libertad, la vida y la identidad tanto personal como comunitaria. Palabras clave: bioética, psiquiatría, derechos humanos. Title: Bioethics and Human Rights in Psychiatry Abstract Introduction: This paper considers the critical and normative scope that bioethics and human rights have in the specific field of psychiatry. Method: The Universal Declaration on Bioethics and Human Rights, the Declaration of Madrid, the Principles for the protection of the mentally ill and the improvement of mental health services, the Declaration of Hawaii and the Declaration of Rights and Legal Safeguards of the Mentally Ill are analyzed in a general way. Conclusion: In order to move from theory to practice in bioethics and human rights in psychiatry, six values must be taken into account: Health, Welfare, Integrity, Liberty, Life, and Identity of both the person and the community. Key words: bioethics, psychiatry, human rights. * Conferencia presentada en el Congreso Colombiano de Psiquiatría, Cartagena de Indias, Colombia, 12 de octubre de 2007. 1 Médico bioeticista. Director del Programa de Bioética del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Asesor de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Argentina. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 247 Tealdi J. Introducción En este trabajo considero el alcance crítico y normativo que la bioética y los derechos humanos tienen en el campo específico de la psiquiatría. La Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, aprobada por la UNESCO en octubre de 2005, dice que la bioética: … trata de las cuestiones éticas relacionadas con la medicina, las ciencias de la vida y las tecnologías conexas aplicadas a los seres humanos, teniendo en cuenta sus dimensiones sociales, jurídicas y ambientales. Y las entiende de modo compatible con el derecho relativo a los derechos humanos. No cabe duda de que con ese alcance amplio, la Declaración, al ser aplicable a la medicina, ya relaciona a la bioética y los derechos humanos con la psiquiatría. Sin embargo, hoy en día, de lo que se trata es de ir desarrollando conceptualmente el modo de vinculación particular que la bioética y los derechos humanos tienen con este campo. Vinculación normativa entre psiquiatría, bioética y derechos humanos Aun cuando todo término admite, en general, más de una definición, para explicitar en un sentido amplio el uso que doy a la palabra psiquiatría, señalo que la he considerado como: 248 ... aquel ámbito del saber, institucionalmente médico en el actual momento histórico, que se ocupa de las consideradas alteraciones psíquicas (mentales o de la conducta) cualquiera sea su génesis, en lo que concierne a la interpretación de las mismas y a su posible terapéutica. (1) También considero la perspectiva adoptada por la Declaración de Madrid, de la Asociación Mundial de Psiquiatría (AMP), cuando afirma que “la Psiquiatría es una disciplina médica orientada a proporcionar el mejor tratamiento posible a los trastornos mentales, a la rehabilitación de individuos que sufren de enfermedad mental y a la promoción de la salud mental” (2). Obviamente, cada uno de los términos utilizados en esas definiciones pueden, a su vez, no sólo precisarse sino también someterse a la crítica. Cabe distinguir, por ejemplo, la relación entre psiquiatría y salud mental. En los Principios para la protección de los enfermos mentales y el mejoramiento de la atención de la salud mental, adoptados por las Naciones Unidas, en 1991, se define una institución psiquiátrica como todo establecimiento o dependencia de un establecimiento que tenga como función primaria la atención de la salud mental, pero se entiende como “profesional de la salud mental” a un médico, psicólogo clínico, profesional de enfermería, trabajador social u otra persona debidamente capacitada en una especialidad relacionada con la atención de la salud mental (3). Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Bioética y derechos humanos en psiquiatría En este sentido, la expresión profesional de la salud mental contiene al término psiquiatra, pero a la vez es más amplio. Sin embargo, y aunque puedan postularse definiciones más exactas y rigurosas, el significado extenso del término psiquiatría que hemos presentado nos resulta suficiente para emprender la tarea de relacionarla con la bioética y los derechos humanos. Para comenzar a hacerlo, podemos atender a los documentos normativos enunciados por la AMP. Desde una perspectiva general, en la Declaración de Hawai se afirma: ... ante la posibilidad de abusar de los conceptos psiquiátricos, del conocimiento y de la tecnología en acciones contrarias a las leyes de la humanidad [se] hacen más necesarios que nunca altos estándares éticos para aquellos que practican el arte y la ciencia de la psiquiatría [… y que] El psiquiatra, como practicante de la medicina y miembro de la sociedad, tiene que considerar las implicancias éticas específicas de la psiquiatría al igual que las exigencias éticas comunes a todos los médicos y los deberes sociales de cada hombre y mujer. (4) Entre esas exigencias generales se enuncian el respeto de la dignidad humana y la autonomía personal, la prohibición del maltrato y los tratamientos compulsivos, la promoción de la salud y los mejores intereses de los pacientes, así como la preocupación por el bien común y la justicia distributiva. Igualmente importantes como instrumentos de alcance general de la Asociación son la ya mencionada Declaración de Madrid, que señala los requisitos éticos para la práctica de la psiquiatría, y la Declaración sobre los derechos y salvaguardas legales de los enfermos mentales (5). A su vez, el Comité de Ética de la AMP también se pronunció en el anexo a la Declaración de Madrid, respecto a situaciones específicas para la psiquiatría, como la pena de muerte, la selección de sexo, la tortura, los trasplantes de órganos y la eutanasia. Y en modo puntual ya había elaborado una declaración particular sobre la participación de los psiquiatras en la pena de muerte (6). Así mismo, la Federación Mundial para la Salud Mental ha afirmado la vinculación entre psiquiatría y derechos humanos, con su Declaración de los derechos humanos y la salud mental (7). Entre tanto, la Asociación Médica Mundial se pronunció con su Declaración sobre los problemas éticos de pacientes con enfermedades mentales (8). De manera tal que tanto en sentido general como en diversas situaciones específicas, en la perspectiva internacional de instituciones de la medicina, la psiquiatría y la salud mental, las relaciones entre psiquiatría, ética y derechos humanos aparecen con una necesaria e imprescindible vinculación para sostener una teoría y una práctica en el campo psiquiátrico que sea a Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 249 Tealdi J. la vez científicamente verdadera, técnicamente eficaz y éticamente legítima y responsable. La vinculación entre psiquiatría, ética y derechos humanos también ha quedado firmemente establecida por otros documentos internacionales. Algunos fueron adoptados por las Naciones Unidas, como la Declaración de los derechos del retrasado mental, la Declaración de los derechos de los impedidos y los ya mencionados Principios para la protección de los enfermos mentales y el mejoramiento de la atención de la salud mental (9,10). Otros fueron establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la Declaración de Caracas —sobre atención psiquiátrica y sistemas locales de salud—, los Diez principios básicos de las normas para la atención de la salud mental, la Declaración de Montreal sobre la discapacidad intelectual, las Guías para la prevención primaria de los trastornos mentales, neurológicos y psicosociales y el módulo “Legislación sobre salud mental y derechos humanos”, del Conjunto de Guías sobre servicios y políticas de salud mental (11-15). También contamos con importantes documentos normativos regionales. El Consejo de Europa se ha pronunciado en el Convenio de Asturias de bioética y en la Recomendación sobre psiquiatría y derechos humanos, de la Asamblea Parlamentaria, entre otras normas (16-19). En nuestra región de América del Sur, contamos de igual 250 modo con varios instrumentos relevantes. El marco general del sistema regional de derechos humanos que sirve a la protección de los derechos civiles y políticos, económicos, sociales y culturales es la Convención americana sobre derechos humanos o Pacto de San José de Costa Rica, que establece como órganos competentes a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y su Protocolo Adicional en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (20,21). Sin embargo, más específicamente aplicable a las personas con alteraciones mentales resulta la Convención interamericana para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas con discapacidad (22). Todos los instrumentos mencionados y su interrelación armónica con todos los que forman parte del derecho internacional de los derechos humanos constituyen normativamente una relación indisociable entre bioética, derechos humanos y psiquiatría. Características de las normas bioéticas y de los derechos humanos Reconocer como un hecho la vinculación normativa establecida institucionalmente entre psiquiatría, bioética y derechos humanos nada nos dice sobre las características propias que una norma tiene en bioética y en derechos humanos. Las normas son enunciados de de- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Bioética y derechos humanos en psiquiatría ber respecto a la conducta humana, pero hay diversos tipos de ellas al considerar su agente creador, su criterio de evaluación y la respuesta a su inobservancia. Hay normas técnicas o instrumentales, por ejemplo, en psiquiatría y otros campos especializados del saber, establecidas por una comunidad de expertos en la materia, dirigidas a regular una práctica profesional particular, evaluadas por el grado de eficacia en lograr los resultados buscados, y de cuyo incumplimiento se deriva una sanción primaria, dada por los propios profesionales. Las normas jurídicas, por otro lado, son establecidas por la autoridad legislativa, están dirigidas a todos los miembros de una comunidad jurídicamente vinculada, se evalúan según su coherencia con la totalidad del corpus jurídico y se sancionan coercitivamente por la autoridad de los jueces. Las normas éticas o comunicativas, a su vez, son establecidas por la conciencia compartida de una comunidad particular o universal de individuos, se dirigen a regular la conducta de toda esa comunidad, se evalúan por el grado de entendimiento basado en definiciones compartidas de esa situación y su incumplimiento es sancionado por la conciencia subjetiva individual o de la comunidad de entendimiento, pero no por coerción externa (23,24). Al poder distinguir con estas primeras consideraciones entre normas técnicas, jurídicas y éticas, comenzamos a explicarnos preliminarmente las características de la vinculación normativa entre psiquiatría, bioética y derechos humanos; sin embargo, también pueden distinguirse otras normas de alcance siempre particular, según la comunidad de origen y aplicación, como son las normas religiosas, culturales y sociales. Por lo tanto, es necesario precisar aún más estas características normativas que estudiamos. Una cuestión que se debe señalar es si ética y moral y, en consecuencia, normas éticas y normas morales son equivalentes o no. Aunque en el lenguaje usual y en el ámbito cultural angloparlante, muy particularmente en el Reino Unido, muchas veces se consideran los términos ética y moral en modo indistinto, la tradición filosófica europeo-continental y la filosofía actual distingue entre uno y otro vocablo. De este modo, ante el fenómeno humano de establecer normas o enunciados de deber acerca de lo bueno y de lo malo, o de lo correcto y lo incorrecto, esto es, frente al fenómeno general de la moralidad humana, se considera la moral particularmente como el ámbito de los hechos o de la realidad empírica y prerreflexiva concerniente a las creencias, actitudes, costumbres y códigos morales, incluidas las normas sociales y culturales, en el que todos los seres racionales participamos de uno u otro modo y Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 251 Tealdi J. que una comunidad más o menos amplia de personas comparte. Se considera ética, en cambio, el proceso de reflexión crítica y fundamentación de las normas y de su lenguaje valorativo y normativo. Algunos autores consideran que la ética, en cuanto reflexión filosófica, y la moral, como reflexión no filosófica, aunque distintas, son dos partes de una totalidad llamada ethos, que alude “al conjunto de actitudes, convicciones, creencias morales y formas de conducta, ya sea de una persona individual o de un grupo social, o étnico, etc.” (25). Así, para comprender las características normativas de la bioética y los derechos humanos es importante entender análogamente que, aunque son campos distintos, forman parte de una totalidad en la cual están asociados. Los derechos humanos son hechos morales, en cuanto expresan enunciados prescriptivos de alcance universal, establecidos por un consenso moral más amplio, logrado a través del compromiso de los Estados miembro de las Naciones Unidas, y cuyo incumplimiento es sancionado por los órganos internacionales o regionales competentes. La bioética, en cambio, en cuanto reflexión crítica y fundamentación normativa en el campo de la medicina y las ciencias de la vida, necesita del filosofar para su incesante tarea de tematización de problemas éticos. Y aunque una concepción filosófica como el neopragmatismo y algunos autores 252 en bioética han querido disociar en modo confuso la bioética de los derechos humanos (26), su vinculación es no sólo clara, sino también imprescindiblemente necesaria. Así es como en el campo de la psiquiatría, en particular, y en el de la medicina y las ciencias de la vida, en general, cuando hablamos de ética, aspiramos, tácita o explícitamente, a cumplir con dos postulados. El primero es el de universalidad o el de procurar que las normas estén dirigidas a todo sujeto racional posible. De ahí que sea necesario no sólo un alto grado de coherencia racional por parte de quienes las formulan, sino que también sean de alcance prescriptivo para quienes la reciben. El segundo postulado es el de universalización o de progreso, es decir, el de procurar que toda norma ética sea formulada desde el grado más amplio posible de acuerdo, consenso y entendimiento fáctico, para que se dirija a extender al máximo ese acuerdo, pues toda norma nueva sólo puede introducirse para mejorar las normas ya existentes, y no para un retroceso moral. Para que la reflexión crítico-filosófica de la bioética pueda tener el mayor grado de universalidad y universalización posible en el mundo actual, no puede disociarse de los derechos humanos, porque estos han logrado el mayor contenido universalista y la mayor universalización normativa, pese a las limitaciones que el mundo de la razón interesada y de la inmoralidad le imponen. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Bioética y derechos humanos en psiquiatría La bioética, en cuanto disciplina filosófica, está impedida para progresar por sí misma, porque la filosofía no consiste en resultados, sino en un proceso. En consecuencia, no hay progreso filosófico, porque los grandes sistemas no son superados unos por otros. La ética aristotélica no fue superada por la ética kantiana, sino que ambas éticas siempre seguirán formando parte de la filosofía, y a ellas habremos de volver una y otra vez en el proceso del filosofar. Sin embargo, la moral puede progresar o regresar. Los derechos humanos han significado un progreso para la moralidad humana, porque, al desbordar las morales nacionales, se han enunciado de un modo prescriptivo universalista para constituir a toda persona como sujeto de derechos. Son muchos los ejemplos del mundo actual en los cuales se quiere retroceder moralmente, al reintroducir la tortura, la guerra sin justificación, el doble estándar moral para ricos y para pobres, la violación de la privacidad, entre otros. Es necesario comprender que el carácter normativo de la bioética y el de los derechos humanos, al ser distintos, están asociados en una dinámica permanente. El mundo de la moral establecida de los derechos humanos necesita la reflexión crítico-normativa de la bioética para alumbrar nuevas normas y esclarecer más las ya existentes, porque el consenso político y jurídico, aun cuando es racional y amplio, no basta por sí solo para una legitimación ética. Por eso el mundo de la crítica bioética necesita reflexionar sobre el contenido universalista de los derechos humanos, en cuanto moral mayor de nuestro tiempo, para ser una reflexión concreta y poder progresar. La condición humana: dignidad y violencia La psiquiatría, como saber teórico y práctico de unas personas que actúan sobre otras personas, tiene en la bioética y en los derechos humanos una estructura normativa dinámica para su moralidad. Pero: ¿cuáles son los conceptos mayores comunes a la bioética y los derechos humanos que pueden articular el sistema de valores, principios y virtudes éticas para las conductas en psiquiatría? Kant creyó resumir el interés de la razón en tres preguntas básicas: ¿qué puedo saber?, ¿qué debo hacer?, y ¿qué me cabe esperar? Más tarde le sumó una cuarta: ¿qué es el hombre?, y consideró que las primeras podían ser reducidas a esta. Si el saber de la epistemología, el deber de la ética y el esperar de la antropología pueden condensarse en la pregunta sobre el hombre, podemos afirmar que la razón se reduce al interrogante sobre la condición humana. Y a esta pregunta tanto Kant como el derecho internacional de los derechos humanos han respondido afirmando que la condición humana es la de la dignidad, aquello que sabemos intuitivamente, que Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 253 Tealdi J. debemos respetar normativamente y que nos merecemos universalmente por el solo hecho de ser seres humanos. La dignidad como atributo constitutivo de nuestra condición de seres humanos es aquel valor trascendente del cual nadie nos puede privar por ninguna razón, porque es inalienable. Como todo valor, lo reconocemos con su contrario; sabemos lo que es digno, porque reconocemos lo que es indigno; del mismo modo sabemos lo que es la justicia, porque reconocemos lo injusto, y sabemos lo que es la salud, porque reconocemos la enfermedad. Pero por ser un valor, es absoluto porque no reconoce ninguna instancia de subordinación última. No es negociable porque su cualidad no permite más que su reconocimiento desinteresado, y frente a su disvalor, que es la indignidad, es universalizable, porque su validez conduce al grado más amplio de reconocimiento fáctico posible. Así, la dignidad, como condición humana, es el valor fundamental que constituye con sus características a cada uno de los derechos humanos. Pero si la dignidad y su respeto es un primer concepto que modula en modo positivo toda conducta ética del psiquiatra ante sus pacientes, el disvalor que representa la falta de respeto a la dignidad humana será la expresión mayor de una conducta no ética. Si tenemos en cuenta que el respeto de la dignidad es el respeto del Otro, entendido como aquel que da sentido a nuestra pro- 254 pia dignidad, entenderemos que la violación de la dignidad del Otro es el mayor contrario del valor constitutivo de la condición humana. El Otro da sentido a nuestra dignidad, porque al afirmar que poseemos en modo inalienable una cualidad o valor por el solo hecho de ser personas, necesariamente hablamos de la familia humana o de un conjunto universal de seres humanos que nos desborda en cuanto individuos aislados, pero que a la vez nos afirma en la posibilidad de nuestras diferencias. Al partir desde la dignidad que nos une en la universalidad como seres humanos, podemos trazar los fines que cada uno de nosotros proyecta para su vida y que da lugar a la diversidad en la familia humana. Con el concepto de dignidad humana negamos así el individualismo, pero afirmamos la individualidad. Por esto a la negatividad de la conducta no ética, que supone la violación de la dignidad humana, le damos el nombre de violencia. La violencia es toda acción comunicativa o instrumental que se dirige a negar algún aspecto de la dignidad humana. Y así como podemos decir que el respeto de la dignidad humana como conducta es una virtud ética, de la violencia podemos decir que en cuanto conducta que viola la dignidad humana es un vicio moral. La violencia en sus diversas clases (física, mental, intelectual, política, económica y social) condensa los diversos modos en que puede violarse la dignidad humana. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Bioética y derechos humanos en psiquiatría Desde la perspectiva moral, la violencia es injustificable en sí misma; sin embargo, se ha discutido extensamente si se justifica para defender un orden pacífico. En el plano personal, aunque el matar arbitrariamente recibe una condena unánime, el matar en defensa propia no suele ser sancionado. Pero desde su origen, las Naciones Unidas y su lenguaje de los derechos humanos han procurado responder a la mayor conducta violenta, que es la guerra con el concepto de paz, aunque los Estados mismos han violado luego esos acuerdos. El Preámbulo a la Declaración universal de derechos humanos dice: “Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”. Hasta aquí, hemos introducido la dignidad como un valor trascendente y constitutivo de la condición humana, y a su respeto como un deber y una virtud. También hemos opuesto a ello la indignidad como disvalor, y a la violación de la dignidad, como una prohibición y un vicio. Debemos decir algo más de las diferencias entre valores, deberes y virtudes para comprender cómo se construye la posibilidad de un sistema ético y de derechos humanos para la psiquiatría tomando como punto de partida al respeto de la dignidad humana como su afirmación, y a la indignidad y la violencia como su negación. Los valores son cualidades o propiedades de las personas, como la bondad o la mencionada dignidad humana, o propiedades de los objetos, como la belleza, que captamos por las emociones y distinguimos de disvalores como la maldad, la indignidad y la fealdad; les damos preferencia o jerarquía en una tabla de valores, y al apreciarlos nos impulsan a hacerlos realidad en el mundo por nuestras acciones o conducta, como ser justos o lograr la paz. Los deberes o normas éticas —por ejemplo, decir la verdad, respetar la dignidad de las personas o actuar responsablemente— son enunciados que nos dicen cuál debe ser nuestra conducta en relación con los valores, y por eso los deberes también se enuncian. Y las virtudes —como la fidelidad a la verdad, la fortaleza o la prudencia—, finalmente, son la disposición y el hábito de obrar bien haciendo que nuestra acción realice los valores y respete los deberes, y por eso las virtudes se muestran. El Ethos, como totalidad del fenómeno de la moralidad en dinámica incesante, nos muestra la presencia simultánea de valores, deberes y virtudes como realidad y nos convoca a una reflexión crítica para su progreso. Al volver a las tres preguntas kantianas, podemos decir que la dignidad, como valor constitutivo de la condición humana, es lo que podemos saber; que la justicia, como principio o deber mayor, es lo que debemos hacer, y Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 255 Tealdi J. que la paz, como virtud máxima, es lo que nos cabe esperar. Con base en estos tres fundamentos generales de tipo metaético, porque hacen al propio lenguaje moral, podemos describir un conjunto de seis valores, deberes y virtudes, que tematizan las relaciones entre bioética y derechos humanos en psiquiatría. Estos valores son la vida y la identidad, la integridad y la libertad, la salud y el bienestar. Vida (valor primario) e identidad (personal y comunitaria) La vida es el valor que primero expresa la dignidad humana, y nos resulta inalienable de modo primario. Sobre ella se hacen realidad los otros valores que forman parte del vivir humano. El privar de la vida al Otro es el máximo atentado de violencia contra su dignidad. Y el valor vida se problematiza éticamente en diversas situaciones de la práctica psiquiátrica ante pacientes con padecimiento mental: el aborto, el homicidio, la suspensión y retiro de tratamientos de sostén vital, el suicidio y la eutanasia, como ejemplos de problematización en la práctica clínica. Entre tanto, la guerra, la pena de muerte, el genocidio, la mortalidad materno-infantil y de los grupos vulnerables, como ejemplos de la problematización en la práctica social. Para los derechos humanos, todo individuo tiene derecho a la vida, y si bien el enunciado de esta norma no agota todas las situaciones en 256 las que debe ponderarse este deber, como sucede con todos los demás derechos, estos han de ser vistos no sólo en la literalidad de su texto, sino también en su interpretación y su contexto. Los derechos humanos son, en primer lugar, deberes para el Estado, y para los funcionarios que en uno u otro modo lo representan administrativamente. Los psiquiatras tienen que participar muchas veces como funcionarios públicos y, por lo tanto, recae en ellos, en modo primario, el deber de proteger la vida. La Declaración de Madrid, en las guías de su anexo sobre situaciones específicas, prohíbe a los psiquiatras el participar en ejecuciones legalmente autorizadas o en el asesoramiento sobre la competencia mental para ser ejecutado. La pena de muerte no forma parte del derecho internacional y, por ende, de la protección de los derechos humanos, porque cuando estos surgieron, una mayoría de países la practicaban para delitos militares o comunes. Pero desde entonces el movimiento de los derechos humanos ha defendido fuertemente una tendencia abolicionista, que ha llevado a que sólo seis países fueran los responsables del 90% de las 1.591 ejecuciones llevadas a cabo en 2006: China, Estados Unidos, Iraq, Irán, Sudán y Pakistán. Respecto a la eutanasia, las mismas guías declaran que los psiquiatras deben ser especialmente cuidadosos de las acciones que puedan llevar a la muerte de un paciente incapacitado para cuidarse Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Bioética y derechos humanos en psiquiatría por sí mismo. En tales situaciones, el psiquiatra debe tener conciencia de que algunas condiciones como la depresión pueden alterar el juicio de sus pacientes y saber que su deber es tratarlas. La bioética y los derechos humanos ayudan al psiquiatra, por su parte, a poder analizar críticamente los muchos casos que se problematizan con respecto al valor vida. La identidad (personal, comunitaria y cultural), a su vez, es un valor que se apoya en la vida. Toda persona tiene derecho a su personalidad jurídica, esto es, a ser un sujeto de derechos y a ver protegidos su nacionalidad y su nombre, su sexo y su pertenencia cultural, su conciencia y su religión, y todas las características que haya recibido como legado familiar o social y aquellas con las cuales se ha identificado. En el Preámbulo de la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos quedó presente que la identidad de una persona comprende dimensiones biológicas, psicológicas, sociales, culturales y espirituales. Este enunciado fue propuesto por la representación argentina ante la reunión de elaboración del documento. Y es que en Argentina, el terrorismo de Estado produjo una expresión mayor del mal radical y de la violencia atroz en la figura de los desaparecidos, personas privadas de su vida y su 2 identidad, de su integridad y su libertad, de su salud y su bienestar; convertidos a la nada por sus verdugos, en la negación más siniestra, que fuera definida de modo macabro por el dictador Videla, al decir: ... en tanto esté como tal, es una incógnita el desaparecido, si el hombre apareciera, bueno, tendrá un tratamiento X, y si la desaparición se convirtiera en certeza de su fallecimiento, tiene un tratamiento Z, pero mientras sea un desaparecido no puede tener ningún trato especial, es incógnita, es un desaparecido, no tiene entidad, no está, ni muerto ni vivo, está desaparecido2. Pero los desaparecidos fueron restituidos en su identidad por la fortaleza inclaudicable de las Madres de la Plaza de Mayo. Junto con esos desaparecidos, fueron expropiados centenares de niños, muchos de ellos nacidos en cautiverio y entregados a veces a los propios torturadores y asesinos de sus padres, quienes los criaron y pervirtieron sus orígenes y su identidad. La recuperación de estos niños y el largo proceso de restitución a sus familias de origen y de reconstrucción de su identidad fue realizado por las Abuelas de Plaza de Mayo, con un importante apoyo de muchos psiquiatras. Por esos casos límite, podemos sostener que la identidad personal es Tomado de imágenes y audio de archivo con declaraciones de Videla a un medio televisivo, Buenos Aires, s. f. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 257 Tealdi J. aquella condición de un ser que donde lo piensan es. Y esos casos forman parte de la bioética y los derechos humanos de nuestros países y su gente. Allí es donde debemos aprender bioética y derechos humanos. Hay casos de niños expropiados, quienes al ser recuperados, ya adultos, se negaban a realizarse estudios genéticos de filiación para no comprometer legalmente a quienes los habían criado. Hay otros casos en que, por el contrario, las víctimas han repudiado a los verdugos de sus padres. Pero en todos ellos la tarea psiquiátrica se enfrenta a desafíos desconocidos. La psiquiatría tiene en la identidad una problemática ética inmensa. Las migraciones o desplazamientos forzados, de las cuales Colombia es, junto a Sudán, uno de los países más afectados en ese aspecto. Las cuestiones de identidad de sexo; la discriminación, marginación y exclusión, como determinantes sociales de la identidad; la producción incesante de identidades lábiles por las corporaciones globales son ejemplos de esa problemática. Por eso la captación del valor de la identidad como parte de la dignidad humana, el respeto del deber de no violarla y la virtud de procurar para cada paciente la realización de sus propios fines son parte de la bioética y los derechos humanos en psiquiatría. Integridad y libertad Si la identidad queda ligada indisolublemente a la vida y a su 258 contrario, la muerte, de tal modo que los existencialistas pudieron llegar a afirmar que el ser no es más que ser para la muerte, el valor integridad se asocia estrechamente con la identidad. Pero es importante señalar sus diferencias, así como las que luego veremos entre integridad y libertad. Si la identidad es aquella condición particular de un individuo humano, que como resultado de un conjunto de elementos concurrentes de diverso tipo lo hacen único e irrepetible frente a todos los demás, condición por la cual predicamos que alguien es quien es, y en su límite, que alguien es donde es pensado, la integridad en cambio se nos muestra como aquella condición del ser que donde se piensa, sigue siendo. Es decir, la integridad supone la identidad, pero se diferencia de ella en que puede afirmarla o negarla. Cuando mencionamos el ejemplo de las víctimas de expropiación y sustracción de identidad, dijimos que algunas de ellas repudiaban a sus captores, quienes los habían criado como padres, y que reconstruían su identidad desde esa negación. La integridad consiste en la dinámica del proceso que puede afirmar o negar elementos de la identidad. Podría decirse también que la integridad es una identidad en movimiento o en continuo cambio y permanencia. Y podría decirse, finalmente, que la integridad no es más que el juego incesante que la libertad ejerce sobre la identidad. Porque la libertad se concibe como Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Bioética y derechos humanos en psiquiatría la capacidad de establecer los fines propios. Pero es importante distinguir unos conceptos de otros para poder construir una reflexión ética-crítica en psiquiatría. El punto débil de la bioética liberal es su excesivo énfasis en la idea de libertad, al punto de no distinguir sus diferencias con otros valores. Y esto sucede aún con autores de irrefutable compromiso social, como Amartya Sen. Al hablar de las diversas clases de identidades con las cuales estamos involucrados, Sen nos dice que en orden a decidir nuestra pertenencia a uno u otro grupo particular de los muchos posibles a los que pertenecemos, hay dos ejercicios por hacer: uno es decidir cuáles son nuestras identidades relevantes y otro es sopesar la relativa importancia de esas identidades diferentes (27). Pese a señalar esas diferencias, el concepto mayor al que va a regresar una y otra vez Sen es el de libertad, y así como en otros textos habla de libertad de bienestar, aquí deja ver que nos habla de libertad de identidad. Sin embargo, la tarea evaluativa que implica el ponderar la importancia comparativa de identidades existentes e identidades posibles no puede reducirse a la noción de libertad, aunque esta lo incluya. La libertad tiene que ver con la decisión, pero esta no se desprende de la evaluación. Podemos evaluar como de poca calidad la vida sin conciencia, pero de ello no se desprende la libertad para terminar con ella. La Convención Americana sobre Derechos Humanos establece en su artículo 5 que toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral. De acuerdo con lo que hemos dicho, este derecho viene a proteger ese ámbito propio de la dinámica de cambio personal o comunitario en el que la libertad interactúa con la identidad y que debe quedar exento de la posibilidad de ser restringido por la acción de terceros. Y si la vida y la identidad como valores universales sólo pueden ser pensados en relación con un cuerpo físico, la integridad exige aún más, porque supone también el psiquismo y la moral. De ahí que la representación mayor de la integridad como valor sea expresada por el requisito jurídico del hábeas corpus. Es en el cuerpo donde se verifica nuestra integridad; por lo tanto, debemos exigir la presencia de ese cuerpo para comprobar si se ha respetado esta integridad. La desaparición de personas es un triste ejemplo de ello. El desaparecido, primero, es privado de su libertad, al ser secuestrado; luego es privado de su integridad, al ser recluido clandestinamente y ser torturado física, psíquica y moralmente; a la vez, pierde su identidad y pasa a tener un número o un código como toda seña, y, finalmente, es privado de su vida, al ser asesinado. Por eso el reclamo de sus cuerpos es el punto de partida para la reparación en justicia de la violencia inmoral ejercida sobre ellos. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 259 Tealdi J. El respeto de los valores de la integridad y la libertad es una parte fundamental en la práctica psiquiátrica. Desde esos deberes y virtudes, podemos comprender el rol que los psiquiatras han de cumplir frente a numerosas situaciones de la práctica cotidiana. El artículo 7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece que “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. En particular, nadie será sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o científicos”. En ese sentido, el Protocolo de Estambul de las Naciones Unidas, como manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, dedica dos de sus capítulos al rol de los profesionales de salud mental ante la tortura: el dedicado a las entrevistas de las víctimas y el de la evaluación psicológica/psiquiátrica de los signos indicativos de tortura. La Declaración de Madrid de la AMP prohíbe a los psiquiatras tomar parte en ningún proceso de tortura física o mental, aun cuando las autoridades intenten forzar su participación en ellas. Y en cuanto a las investigaciones biomédicas, la problematización ética es creciente, no sólo porque el psiquiatra es llamado a intervenir una y otra vez para la ponderación de la autonomía y competencia de los participantes en general, sino también por la particularidad de 260 investigaciones psiquiátricas que, como en el caso de la enfermedad de Alzheimer, vuelven dudosa la capacidad de los pacientes para otorgar un consentimiento libre e informado y vuelven cuestionable la legitimidad ética y legal de muchos de esos estudios. Entre tanto, la conducta moral del psiquiatra ante la protección de la integridad y la libertad también se pone a prueba en otras situaciones relativas a la veracidad y confidencialidad de la información, a las intervenciones en casos de violencia familiar y, muy especialmente, en los casos de internación involuntaria, que constituyen un caso paradigmático de violación de esos deberes, cuando se han considerado los intereses profesionales, familiares o del Estado, en lugar de los mejores intereses de los pacientes. Salud y bienestar Finalmente, sobre el respeto de la dignidad humana en la vida y la identidad, en la integridad y la libertad, cabe reconocer los valores de la salud y el bienestar, y respetar los deberes de su protección y promoción. El artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales establece que “Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental”. Muchos otros documentos que ya hemos mencionado, entre ellos la Declaración de Caracas, sobre Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Bioética y derechos humanos en psiquiatría atención primaria de salud, destacan diversos aspectos particulares de la atención psiquiátrica y de las conductas dirigidas a lograr el bienestar de los pacientes. Salud y bienestar han sido asociados tan fuertemente en la definición de la OMS que por ello ha sido criticada. Es razonable objetar la noción de completo estado de bienestar, en la medida en que resulta una finalidad utópica. Sin embargo, la proximidad entre ambos conceptos, y la consideración de la salud como un estado antes que como una estructura, no resulta tan cuestionable. La noción de bienestar en bioética ha sido asociada muchas veces con calidad de vida y no pocas veces con sus instrumentos de medición. Sin embargo, el concepto de bienestar en los derechos humanos, tal como hemos mencionado, tiene un significado muy amplio, que abarca en general la noción de superación de los determinantes sociales. La pobreza y todos sus elementos aparecen así como uno de los mayores determinantes múltiples de malestar individual y social. La salud pública, entendida como un conjunto de saberes y de acciones dirigido a modificar la situación de esos determinantes, en cuanto distinta de la atención privada, se ubica en la procura de una salud asociada al bienestar o calidad de vida. Pero si el derecho a la salud, en general, y a la salud mental, en particular, es importante y sobre el mismo ha de reflexionar la bioética en torno a la justicia en la asigna- ción de recursos y la participación ciudadana en el diseño de las políticas públicas, entre otras cuestiones, también ha de señalarse la importancia de establecer indicadores del derecho a la salud por diferencia con los indicadores tradicionales de salud. Es necesario evaluar si los países tienen estos indicadores para el caso particular de los trastornos psiquiátricos, si hay legislación específica en el terreno de la salud mental, si las políticas públicas han sido diseñadas con pleno respeto de la no discriminación de los enfermos mentales, si existe un organismo nacional de seguimiento de los resultados de las normas y políticas en salud mental, si existe acceso universal a medicamentos e intervenciones básicas, etc. Y en esta especial atención a la atención de la salud y el bienestar en salud mental terminamos de cerrar el entramado de los seis valores que hemos presentado para avanzar desde la teoría a la práctica en bioética y derechos humanos en psiquiatría. Referencias 1. 2. 3. 4. Castilla del Pino C. Introducción a la psiquiatría, Vol. 1. Madrid: Alianza Editorial; 1982. Asociación Mundial de Psiquiatría. Declaración de Madrid sobre los requisitos éticos para la práctica de la psiquiatría. Anexo: Normas para situaciones específicas. Madrid: WPA; 1996. Naciones Unidas. Principios para la protección de los enfermos mentales y el mejoramiento de la atención de la salud mental. Nueva York: ONU; 1991. Asociación Mundial de Psiquiatría. Declaración de Hawai. Implicancias éticas específicas de la psiquiatría. Madrid: WPA; 1977. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 261 Tealdi J. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. World Psychiatric Association. Statement and viewpoints on the rights and legal safeguards of the mentally Ill. Chêne-Bourg (Switzerland): WPA; 1989. World Psychiatric Association. Declaration on the participation of psychiatrists in the death penalty; Chêne-Bourg (Switzerland): WPA; 1989. Federación Mundial para la Salud Mental. Declaración de los derechos humanos y la salud mental. Barcelona: FMSM; 1989. Asociación Médica Mundial. Declaración sobre los problemas éticos de pacientes con enfermedades mentales. París: AMM; 1995. Organización de las Naciones Unidas. Declaración de los derechos del retrasado mental. New York: ONU; 1971. Organización de las Naciones Unidas. Declaración de los derechos de los impedidos, Nueva York: ONU; 1975. Organización Mundial de la Salud. Declaración de Caracas. Ginebra: WHO; 1990. Organización Mundial de la Salud. Guías para la prevención primaria de los trastornos mentales, neurológicos y psicosociales. Ginebra: WHO; 1993. Organización Mundial de la Salud. Diez principios básicos de las normas para la atención de la salud mental. Ginebra: WHO; 1995. Organización Mundial de la Salud, Conjunto de Guías sobre servicios y políticas de salud mental. Ginebra: WHO; 2003. Organización Mundial de la Salud. Declaración de Montreal sobre la discapacidad intelectual. Ginebra: WHO; 2004. 16. Consejo de Europa. Recomendación 818 sobre la situación de los enfermos mentales. París: Consejo de Europa. 1977. 17. Consejo de Europa. Recomendación R (83) 2 del Comité de Ministros, relativa a la protección legal de las personas que padecen alteraciones mentales internadas como pacientes involuntarios. París: Consejo de Europa. s. f. 18. Consejo de Europa. Recomendación 1235 de la Asamblea Parlamentaria sobre Psiquiatría y Derechos Humanos. París: Consejo de Europa. s. f. 19. Consejo de Europa. Convenio de Asturias de Bioética. Asurias: Consejo de Europa; 1997. 20. Organización de Estados Americanos. Convención Americana sobre Derechos Humanos. Nueva York: OEA; 1969 [entrada en vigor en 1978]. 21. Organización de Estados Americanos. Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Nueva York: OEA; 1988. 22. Organización de Estados Americanos, Convención Interamericana para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas con minusvalías. Nueva York: OEA; 1999. 23. Habermas J. Teoría de la acción comunicativa, vol. I. Madrid: Taurus; 1987. 24. Habermas J. Teoría de la acción comunicativa, vol. II. Madrid: Taurus; 1989. 25. Maliandi R. Ética: conceptos y problemas. Buenos Aires: Biblos; 1991. 26. Rorty R. ¿Esperanza o conocimiento? Una introducción al pragmatismo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica; 1997. 27. Sen A. Identidad y violencia. Buenos Aires: Katz; 2007. Recibido para evaluación: 25 de abril de 2008 Aceptado para publicación: 20 de mayo de 2008 Correspondencia Juan Carlos Tealdi Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires Avenida Córdoba 2351, piso 11 - Programa de Bioética Buenos Aires, Argentina bioetica@hospitaldeclinicas.uba.ar 262 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Metodología El análisis de datos en la investigación en psiquiatría y salud mental de investigación y lectura crítica de estudios El análisis de datos en la investigación en psiquiatría y salud mental Pedro Monterrey1 Carlos Gómez-Restrepo2 Resumen El análisis estadístico de los datos es parte fundamental para una investigación. Está constituido por diferentes componentes, que van desde la limpieza y validación de los datos hasta la realización de inferencias en respuesta al problema de investigación. Este artículo pretende mostrar de manera sistemática cada uno de estos componentes, resaltando sus elementos constitutivos. Palabras clave: estadística, análisis de los datos, investigación en psiquiatría, metodología de investigación Title: Data Analysis in Psychiatry and Mental Health Research Abstract Statistical analysis of data constitutes a crucial part in research. It has different components ranking from cleaning and validating data to the realization of data inferences in response to specific research problems. This article presents systematically the constitutive elements of each of these components. Key words: Statistics, data analyses, psychiatric research, research methodology 1 2 Matemático, PhD en matemáticas. Profesor asociado del Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística, Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia. Médico psiquiatra. MSc en epidemiología clínica. Psicoanalista. Coordinador de la Especialidad en Psiquiatría de Enlace. Profesor asociado del Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística y del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental. Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 263 Monterrey P., Gómez-Restrepo C. Introducción “En 1903 H.G. Welles formuló la hipótesis de que el pensamiento estadístico algún día sería tan necesario, para ser buen ciudadano, como la habilidad de leer y escribir” (1). La afirmación ha llegado a ser cierta, y lamentablemente el lenguaje estadístico domina en el campo de las investigaciones, llegando a desvirtuar el proceso de investigación al que debió potenciar (2,3). Muchos investigadores pierden de vista el problema que pretenden abordar, y no logran formularlo bien porque desde el momento de su identificación comienzan a pensar en términos estadísticos, términos que en ocasiones son superficialmente comprendidos, y que se vuelven equívocamente lo primordial al estructurar la pregunta de investigación. Lo que debía ser consecuencia de la identificación del problema y pregunta de investigación se vuelve parte del mismo. El mal uso y abuso de la estadística es complejo, y se presenta tanto en el momento de identificar el problema de investigación como al analizar los datos e interpretarlos. La cuestión ha llegado al punto de que en muchas revistas científicas de prestigio se desestimula el uso de las pruebas de hipótesis en los artículos que publican, lo que es una forma de prohibición (4). Las críticas al dominio de la estadística en la investigación, y el rechazo que se desarrolla contra ella pueden resumirse en la afirmación de Rozeboom 264 “el folklorismo estadístico, herencia de un pasado primitivo, continúa dominando la escena local” (5). Buena parte de esa situación se deriva de los mecanismos de enseñanza de la estadística, es decir, es responsabilidad de los propios estadísticos, aunque en apariencia recae en los investigadores. Los avances en computación y el acceso a programas de análisis de datos han puesto a disposición del investigador técnicas de análisis, en ocasiones complejas desde el punto de vista matemático, que son aplicadas sin mayor crítica. Así, en muchos casos el investigador se deja llevar por los sistemas de computo, y su labor se reduce a seleccionar una técnica estadística “adecuada para su problema”, dentro de un recetario de opciones que provee un mecanismo de entrada de datos a una caja negra, de donde se extraen “conclusiones” a partir de algún esquema de análisis, por lo general impersonal y basado en algún algoritmo mental que conduce a una decisión. En consecuencia, el análisis estadístico se ha convertido en una especie de ritual (6,7) en el que la capacidad de análisis del investigador se suplanta por el uso de algoritmos de decisión, derivados de procedimientos estadísticos, que hacen perder el contacto con los datos y más gravemente aún, que los sustituyen a los ojos de los investigadores. Esta es posiblemente una de las causas para sugerir el uso de intervalos de confianza, en Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 El análisis de datos en la investigación en psiquiatría y salud mental vez de las pruebas de hipótesis (8), y posiblemente uno de los errores que han conducido al rechazo de la estadística en general y, en especial de las pruebas de hipótesis. Independientemente de las críticas, el beneficio y en muchas ocasiones la necesidad de la estadística en la investigación es indiscutible. La necesidad de criterios para el análisis de los datos que sean objetivos, y que permitan estructurar adecuadamente las conclusiones de la investigación es un hecho. El problema está en que el investigador debe ver la estadística como un complemento de su disciplina y, utilizar sus métodos y procedimientos adecuados a su problema de investigación. El objetivo del presente artículo es presentar secuencialmente cómo las diferentes componentes de la estadística pueden ayudar al investigador en el diseño del estudio y el análisis de sus datos, mostrando de manera especial cómo obtener y fundamentar sus conclusiones de investigación, desmitificando el exceso de fe en los intervalos de confianza como alternativa a las pruebas de hipótesis, y señalando cómo deben ser aplicadas para disminuir la posibilidad de errores, haciendo énfasis en una mirada integral a los datos como única opción de análisis. La estadística en la investigación Lo primero a determinar es el problema de investigación, siendo éste “una brecha entre una realidad observada y una realidad esperada o deseable” (9), cuya estructuración metodológica no tiene nada que ver con la estadística; en correspondencia, tampoco tiene sentido pensar en términos estadísticos al determinar la pregunta de investigación, los objetivos y las hipótesis. Estos componentes sólo se derivan del problema, siendo necesario ubicarse en el marco que brinda el área del conocimiento en que el problema se inscribe y, seguir las reglas derivadas de la metodología de la investigación. Una vez estructurado el problema de investigación se piensa cómo utilizar la estadística para abordarlo; concretamente, el primer momento debe ser determinar qué tipo de estudio resuelve la pregunta que se tiene, para posteriormente evaluar el muestreo y cuántos individuos se requieren para responder la pregunta (poder del estudio). Esta decisión no es inmediata, y es consecuencia de la obtención y estructuración de la siguiente información: • Determinación de las variables (mediciones) involucradas en el problema. • Identificación del tipo de medidas estadísticas que representan los efectos que se deseen estudiar. • Establecer los rangos de normalidad y los criterios de relevancia clínica de las mediciones. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 265 Monterrey P., Gómez-Restrepo C. Determinación de las variables involucradas en el problema El logro de los objetivos demanda la realización de un conjunto de mediciones o determinaciones. Ellas serán las variables a analizar en el proyecto; tienen diferentes funciones en la investigación, y en términos generales se corresponden con las denominadas variables dependientes, independientes y de confusión (9). Un ejemplo sería la determinación de factores de riesgo para la presencia o no de trastorno distímico. Para ello se podría iniciar con un grupo de pacientes con distimia (casos) y otros sin este trastorno (controles), e indagar sí variables como género, edad, tipo de crianza, antecedentes familiares de depresión, etc., son factores de riesgo o protección para esta entidad. Otro problema sería la determinación de dosis óptima de un antipsicótico atípico para pacientes con esquizofrenia crónica. Identificación del tipo de medidas estadísticas que representan los efectos que se desee estudiar Derivados del problema existen parámetros o valores poblacionales que representan las relaciones del problema a estudiar; su estimación y análisis constituyen interés central de la investigación que se diseña. Para la determinación de esos parámetros es importante traducir el problema de investigación al lenguaje estadístico. Por ejemplo, en la Encuesta Nacional 266 de Salud Mental se podría pretender conocer el promedio de edad para el inicio de trastornos fóbicos; en este caso el promedio poblacional sería el parámetro de interés. Un estudio de casos y controles pretendería establecer la estimación del valor poblacional del OR (odds ratio o razón de disparidad) como medida de asociación entre desarrollo de esquizofrenia en la adolescencia e influenza de la madre durante el embarazo. Establecimiento de los rangos de normalidad y los criterios de relevancia clínica de las mediciones Una vez determinadas las variables se debe buscar la siguiente información: • Unidades de medición (por ejemplo, puntajes de una escala, peso en kilogramos, etc.). • Rango de valores que caracterizan su comportamiento y la normalidad (por ejemplo, puntaje por encima del cual se identifica depresión en la escala de Hamilton o de Zung, etc.). • Rango de valores que pudieran caracterizar la relevancia y/o irrelevancia clínica de los resultados. Respecto al punto segundo (rango de valores que caracterizan su comportamiento y la normalidad) podríamos evaluar una nueva molécula antidepresiva (medicamento P), cuyo costo es dos veces más que el mejor medicamento usado (medicamento X), y tiene los mismos efectos secun- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 El análisis de datos en la investigación en psiquiatría y salud mental darios y de seguridad que éste. ¿Cuál debería ser la mínima diferencia clínicamente relevante para evaluar la eficacia del nuevo antidepresivo, si conocemos que el antidepresivo X utilizado (medicamento control) recupera al 70% de los pacientes que lo toman? Una diferencia por debajo del 5% podría ser irrelevante clínicamente, porque el beneficio no superaría los costos. El problema de investigación determina el tipo de estudio y éste, la estrategia de muestreo; de aquí se obtiene el tamaño de muestra o la cantidad de individuos a evaluar. Para esta determinación se tiene en cuenta: la diferencia que se pretende encontrar, el tipo de estudio y el procesamiento estadístico que se va a realizar, es decir, no hay un tamaño de muestra único; cada tipo de análisis estadístico demanda su tamaño de muestra adecuado. Ejemplos de ello serían para el estudio de caso y controles sobre distimia y factores de riesgo: buscar OR mayores de 1,5; o en un ensayo clínico de antidepresivos buscar diferencias mayores de 5 puntos en la escala de Hamilton. Son múltiples los criterios que se pueden emplear para determinar el tamaño de la muestra; pudiera haber tantos como criterios de análisis, pero hay dos de uso bastante generalizado: construir un intervalo de confianza, o hacer una prueba de hipótesis con ciertos patrones de calidad (4,10). Los intervalos de confianza se construyen mediante un procedi- miento que con una probabilidad dada asegura disponer de una estimación adecuada. Un intervalo de confianza con una confiabilidad del 95% es un rango de valores obtenidos a partir de la aplicación de un procedimiento de cálculo, en el que en el 95% de los casos se pueden obtener rangos de valores entre los que se encuentra el parámetro. El concepto es simple, pero su sustento es poco natural para el investigador y por ello, en muchos casos, existen malas interpretaciones de lo que es el intervalo. Lo interesante en los intervalos de confianza es que el diámetro del intervalo (la diferencia entre el mayor y el menor valor) es directamente proporcional a la incertidumbre con la que los datos permiten obtener buenas informaciones sobre el parámetro que se estima. La última información es consecuencia de que el diámetro es directamente proporcional a la variabilidad en el problema; por ello, al determinar el tamaño de muestra adecuado para utilizar los intervalos de confianza el problema sería: ¿cuál es el tamaño de muestra necesario para disponer de un intervalo de confianza con un diámetro determinado? Por ejemplo, para estimar el OR entre la presencia de distimia y los antecedentes familiares de depresión mayor se pudiera desear construir un intervalo de confianza del 95%, cuya amplitud no sea mayor que 1,5. Otro ejemplo podría ser la estimación de la prevalencia de agorafobia con un intervalo de Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 267 Monterrey P., Gómez-Restrepo C. confianza del 95% y una amplitud menor del 5%. Las pruebas de hipótesis tan cuestionadas en los últimos tiempos tienen un entorno teórico confuso. Existe una profusa literatura explicando sus ventajas y, sobre todo sus problemas; los detalles no serán abordados en este trabajo, pero pueden ser vistos en otros (4). Partiendo de dos hipótesis: la denominada hipótesis nula, H0, y su alternativa, HA, se identifican los dos errores en el problema; el error de tipo I o rechazar H0 siendo cierta y el error de tipo II o aceptar H0 siendo falsa. La cuantía del error de tipo I se identifica con la letra α. El error de tipo II es más complejo de manejar, pues normalmente es una familia de errores. El tamaño de muestra se calcula estableciendo los dos errores y, un valor a partir del cual es grave cometer el error de tipo II. Imagine en un estudio de caso y controles para medir si el buen trato (controles) y mal trato (casos) de los hijos se relacionan con el maltrato del padre durante su infancia. En ese caso la hipótesis H0 sería que la diferencia de proporciones en maltrato del padre durante su infancia en los dos grupos fuera igual a cero, pero la alternativa sería HA: p1 – p2 > 0 . Para la determinación del tamaño de muestra se prefija el error de tipo I (por ejemplo, 0,05), el error de tipo II (por ejemplo, 0,20), y se determina un valor de la diferencia entre las proporciones que se comparan, a partir del cual ese 268 error de tipo II tenga consecuencias muy desfavorables, lo que es determinado en general por la diferencia clínicamente relevante. El análisis de los datos El análisis de los datos debe permitir determinar los niveles de evidencia que ellos contienen a favor o en contra de la validez de la pregunta de investigación. Este ejercicio de análisis no debe ser hecho siguiendo esquemas rígidos, sino que debe adaptarse a las características de las mediciones. Algunos pasos que pudieran ayudar a organizar un análisis de tipo estándar son: • Limpieza de los datos. • Descripción de los datos. • Identificación de las hipótesis estadísticas y realización de las inferencias. Limpieza de los datos Limpiar los datos, en primera instancia es estar seguros de que no hay inconsistencias en ellos. El primer punto debe ser chequear la digitación; hay que evitar trabajar con datos en los que hay problemas de digitación. Un segundo momento en la validación es la búsqueda de consistencia entre respuestas a preguntas o determinaciones diferentes. Para ello se deben elaborar criterios de consistencia entre los valores de las variables; se listan los individuos con valores discordantes, y Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 El análisis de datos en la investigación en psiquiatría y salud mental se procede a analizar si son errores en la toma de la información, en la digitación o si es que los individuos son así, es decir, individuos con atributos poco usuales o extremos. Por ejemplo, un individuo con un peso extremo en un estudio descriptivo de la asociación de sobrepeso con depresión mayor. Un tercer momento es la identificación de individuos con valores extremos o valores aberrantes, los denominados outliers. Esos individuos pudieran representar patrones poblacionales interesantes, y necesitan criterios de análisis especiales; en el caso de que sus datos tengan esta característica debe auxiliarse de un especialista en estadística, para decidir la mejor forma de proceder. Descripción de los datos Esta parte complementa la visión de los datos que comenzó a obtener en el punto anterior; acá debe usar medidas de resumen y de dispersión, así como gráficos que le permitan conocer cómo se comportan sus datos, cuál es el efecto de los individuos extremos, determinar las características de la variabilidad que tuvieron sus datos, identificar cuáles son las causas y cómo se entiende esa variabilidad. Las nociones fundamentales de la estadística descriptiva son útiles en este punto, pero es recomendable utilizar también criterios del análisis de datos exploratorio, por la potencia de esas técnicas para res- ponder a las preguntas anteriores, y su capacidad de permitir construir hipótesis secundarias a partir de los datos (11). Identificación de las hipótesis estadísticas y realización de las inferencias Como están identificados los parámetros y las medidas de efecto, el primer paso debe ser construir los intervalos de confianza, con ellos se tiene una estimación de cuáles son sus valores y, calculando el diámetro del intervalo se pueden saber los niveles de incertidumbre o de calidad de esas estimaciones. Aunque algunas publicaciones están en contra de las pruebas de hipótesis estas no deben ser desechadas por su características de objetividad y porque no siempre existen intervalos de confianza adecuados para el análisis (12,13). Por otra parte proponer la alternativa de los intervalos de confianza no es la solución al problema si éstos no se utilizan adecuadamente (14) pues son parte de la teoría de la pruebas de hipótesis (13). Para hacer que las pruebas de hipótesis sean útiles y también que el análisis con los intervalos de confianza sea relevante es necesario tener en cuenta la relevancia clínica de los resultados, tal y como fue analizado en el punto “rango de valores que pudieran caracterizar la relevancia y/o irrelevancia clínica de los resultados”; por ejemplo, un medicamento nuevo puede intere- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 269 Monterrey P., Gómez-Restrepo C. Tabla 1. Criterios para la interpretación de los valores P Valor P Criterio de análisis del valor P 0,1 < P < 1,0 Débil evidencia contra la hipótesis nula 0,01 < P <0,1 A medida que P disminuye aumenta la evidencia contra la hipótesis nula 0,001 < P < 0,01 0,0001 < P < 0,001 A medida que P disminuye hay fuerte evidencia contra la hipótesis nula sar solamente si es mejor que otro. Por tanto las hipótesis sería: H0: p1 – p2 ≤ 0 y la hipótesis alternativa H0: p1 – p2 > 0. Sin embargo, si por razones de costo y eficiencia el nuevo producto sólo es recomendable si el porcentaje de éxitos aumenta en un 15%, entonces las hipótesis deberían ser H0: p1 – p2 ≤ 0,15 y la hipótesis alternativa H0: p1 – p2 > 0,15. Es recomendable calcular el valor P, que se debe publicar explícitamente; para su interpretación puede fijar un umbral con el fin de identificar valores pequeños, pero no debe utilizar universalmente 0,05, pues los niveles de riesgo varían. Es más aconsejable utilizar las consideraciones de Sterne y Smith (15), y emplear el criterio que aparece en la Tabla 1, para interpretar el valor P. No es conveniente ni aceptable publicar expresiones como NS, *, **, P<0,05, etc.; se debe publicar el valor obtenido e interpretarlo. Presentando el valor P en la publicación, el lector puede apreciar la evidencia que se obtuvo, pues el valor P es una medida de la evidencia que arrojan los datos contra H0. 270 Es muy importante tener en cuenta los resultados que indiquen efecto como aquellos que no son relevantes, pues todos los estudios finalmente podrían integrarse en un metaanálisis y ser analizados en el contexto de los resultados de otros estudios. El punto es, que aunque no haya efectos, es decir, cuando H0 sea cierta, por efectos del azar se va a cumplir que un 5% de los estudios que se realicen tendrán valor P por debajo de 0,05 aun cuando no existan diferencias, y no existan sesgos en su conducción. Referencias 1. 2. 3. 4. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Pagano M Gauvreau K. Fundamentos de bioestadística. 2ª ed. Internacional México: Thompson; 2001. Bacallao J. El fantasma de los paradigmas. Rev Habanera Cienc Méd. 2002;1(2):33-43. Silva LC. Los peligros del lenguaje estadístico. En Locutora J. (editor). De la idea a la palabra. Cómo preparar, elaborar y difundir una comunicación científica. Barcelona: Publicaciones Permayer; 2003. p.149-58. Monterrey P, Gómez-Restrepo C. Aplicación de las pruebas de hipótesis en la investigación en salud. ¿Estamos en lo correcto? Universitas Médica. 2007;48(3):193-206. El análisis de datos en la investigación en psiquiatría y salud mental 5. Rozeboom W. The fallacy of the null hypothesis significance test. Pysichological Bulletin. 1960;57(5):416-28. 6. Cohen J. The earth is round (p<0.05). Am Psychol. 1994;49(12):997-1003. 7. Gigerenzer G. We need statistical thinking, not rituals. BBS. 1998;21(2):199200. 8. Gardner MJ, Altman DG. Confidence intervals rather than P values: estimation rather than hypothesis testing. BMJ. 1986;292(6522):746-50. 9. Polit DF, Hungler BP. Investigación científica en ciencias de la salud. Principios y métodos. México: McGraw-Hill Interamericana, HealthCare Group; 2000. 10. Castañeda, GF. 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Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 271 Reporte Sarmiento M., Caballero A. de caso Pesticidas como método suicida: un reporte de caso con Chlorfenapyr María José Sarmiento Suárez1 Andrea Caballero Duque2 Resumen Introducción: La intoxicación con pesticidas es uno de los tres métodos más utilizados actualmente con fines suicidas debido a su fácil acceso. Objetivo: Discutir el curso clínico de la intoxicación con Chlorfenapyr y el uso de pesticidas con fines suicidas. Método: Reporte de caso. Resultados: Se reporta el caso de una mujer de 42 años, trabajadora en un cultivo de flores, quien ingresa a un hospital por intoxicación exógena con Chlorfenapyr con fines suicidas. Inicialmente presenta diaforesis, cefalea y tos seca. Se instaura manejo sintomático, pero al séptimo día de la ingesta presenta rápido deterioro neurológico y del patrón respiratorio, lo cual lleva a la muerte de la paciente. Discusión y conclusiones: Los pesticidas son una causa frecuente de las muertes por suicidio en el personal que trabaja en cultivos; teniendo en cuenta que aún no existe un antídoto contra el Chlorfenapyr, es prioritario enfatizar en el establecimiento de programas de salud pública y ocupacional encaminados a evaluar la salud mental del personal que trabaja en estas áreas y de este modo brindar un tratamiento adecuado y oportuno, que disminuya las tasas de suicidio y mejore la calidad de vida de estos trabajadores. Palabras clave: Chlorfenapyr, pesticidas, suicidio. Title: Use of Pesticides as a Suicide Method: A Case Report with Chlorphenapyr Abstract Introduction: One of the three most used methods with suicidal purposes is the intoxication with pesticides, due to its easy access. Objective: To discuss the clinical course of intoxication with Chlorphenapyr and the use of pesticides with suicidal purposes. Method: Case report. Results: The case of a 42 year old female flower plantation worker is reported. She enters the hospital due to exogenous intoxication with Chlorphenapyr with suicidal purposes, initially presenting diaphoresis, headache and cough. Symptomatic management is initiated, but after seven days she presents neurological and respiratory deterioration, causing her death. 1 2 Médica residente de tercer año de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. Médica residente de segundo año de Psiquiatría, Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. 272 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Pesticidas como método suicida: un reporte de caso con Chlorfenapyr Discussion and conclusions: Pesticides are a common cause of suicide in plantation workers. Taking into account that there is no antidote for Chlorphenapyr it is imperative to establish public health and occupational programs and to assess the mental health of staff working in this area providing adequate and timely treatment, in order to diminish suicide rates and improve the quality of life of these workers. Key words: Chlorfenapyr, pesticides, suicide, poisoning. Introducción Los pesticidas son sustancias creadas para interferir, destruir o controlar plagas que afectan el procesamiento, el almacenamiento, el transporte o la comercialización de artículos agrícolas de consumo (1); sin embargo, pese al beneficio que ofrecen a la agricultura y la horticultura, representan un riesgo para la salud (2). Al ser sustancias químicas deliberadamente tóxicas, estas no sólo interfieren los sistemas biológicos para los cuales han sido creadas, sino que afectan simultáneamente, en mayor o menor grado, tanto a la especie blanco como a otros seres vivos, en especial al ser humano (3). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente tres millones de personas sufren de intoxicación aguda con pesticidas, lo que causa 200.000 muertes al año (4). Estas intoxicaciones pueden presentarse por exposición ocupacional, mal manejo o uso inadecuado de dichas sustancias (5). En la actualidad, la intoxicación con pesticidas es uno de los métodos suicidas más utilizados en el mundo y representa un tercio de todos los suicidios, con una tasa de letalidad elevada, sobre todo en áreas rurales. De ahí que constituya un verdadero problema de salud pública (6). Los pesticidas son elegidos como método suicida, debido a su fácil acceso (6). En el mercado existen miles de productos, con diferentes grados de toxicidad, que pueden ser adquiridos casi sin ninguna restricción. Dentro de los pesticidas más utilizados se encuentran los clasificados, según su estructura química, como organofosforados, organoclorados, carbamatos y pyretroides (3). Al ser ampliamente utilizados en la agricultura y la horticultura, algunas especies han desarrollado resistencia a estas sustancias, lo que ha llevado a sintetizar nuevos compuestos químicos, entre los que se encuentran los clasificados como pyrroles (7). El primer pesticida (insecticida-acaricida) en comercializarse, derivado de los pyrroles, fue el Chlorfenapyr, eficaz contra un grupo importante de artrópodos que afectan la agricultura (8). Actualmente está registrado en 19 países para el control de una variedad de insectos y plagas en los cultivos de algodón, plantas ornamentales y algunos vegetales (9). El Chlorfenapyr fue desarrollado por el American Cyanamid, como un sólido cristalino blanquecino, cuya estructura química es 4-bro- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 273 Sarmiento M., Caballero A. mo-2-(4-chlorofenil)-1-etoximetil-5(trifluorometil) pyrrol-3-carbonitrilo (Figura 1). Es un proinsecticida que se convierte en un metabolito activo por la acción enzimática en el intestino de los insectos y los ácaros (7). Es un compuesto lipofílico, con baja solubilidad en agua y relativamente estable en la oscuridad. El proceso de degradación en los sistemas acuáticos es por fotólisis, con una vida media entre 5 y 7 días y un peso molecular de 407,6 (10). El principal mecanismo de acción del Chlorfenapyr es el desacoplamiento en la mitocondria de la fosforilación oxidativa (11). Una vez convertido en su metabolito activo, interrumpe el gradiente de protones a través de la membrana mitocondrial, lo que afecta la habilidad de las células para producir adenosín trifosfato (ATP) a partir de adenosín difostato (ADP). Esto lleva a la muerte celular y a la consecuente muerte del organismo (12). Según la clasificación de los pesticidas que estableció la OMS en 1978 (Tabla 1), basada en el grado de toxicidad aguda, el Chlorfenapyr está clasificado como un pesticida moderadamente peligroso (clase II). Figura 1. Estructura química del Chlorfenapyr 274 Tabla 1. Clasificación de la OMS de los pesticidas según el grado de toxicidad Clase IA IB II III Toxicidad Extremadamente peligrosos Altamente peligrosos Moderadamente peligrosos Ligeramente peligrosos Fuente: adaptado de Ramírez y cols. (3). Está clasificación mide la toxicidad de acuerdo con la dosis letal media que se determina al realizar estudios en animales de experimentación (3). Para el Chlorfenapyr se estableció una dosis letal de 45 a 50 mg/kg en ratones. Los estudios de neurotoxicidad aguda realizados en ratones, con dosis entre 90 y 180 mg/kg, reportan que entre el 20% y el 30% de los ratones presentan alteración en la marcha y se vuelven letárgicos desde el primer día de la ingesta. En los estudios post mórtem el principal hallazgo es mielinopatía vacuolar, tanto en el cerebro como en la médula espinal, lo que no se relacionan con la dosis (13). Algunos estudios reportan que el Chlorfenapyr es altamente tóxico para peces, crustáceos, abejas y muy tóxico para aves (14); sin embargo, estos indicadores no dan información respecto de la toxicidad en humanos (3). Se infiere de los estudios en animales que los síntomas de intoxicación en humanos pueden ser debilidad, cefalea, diaforesis, náusea y vómito (14). No se conoce hasta el momento un antídoto específico, por lo que el tratamiento es sintomático, teniendo en cuenta las medidas generales recomendadas Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Pesticidas como método suicida: un reporte de caso con Chlorfenapyr en las intoxicaciones con pesticidas, como la descontaminación de la piel, con el baño del paciente y el cambio de ropa; la protección de la vía aérea; la descontaminación digestiva con lavado gástrico, uso de carbón activado y de sustancias emetizantes, y el control de las convulsiones, en caso de presentarse (14,15). En Japón, en el 2007, Hoshiko y cols. (16) reportaron el caso de un hombre de 55 años de edad, trabajador de un cultivo, quien estuvo expuesto al vapor del Chlorfenapyr, luego de lo cual presentó diaforesis profusa, fatiga crónica, náuseas y vómito. Al ingreso al hospital, se encontraba deshidratado, por lo que se inició el manejo con líquidos endovenosos y soporte en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Siete días después de la exposición presentó un deterioro rápido del estado de la conciencia e hipertermia hasta de 40 grados. Por lo tanto, se iniciaron medidas de soporte y tratamiento sintomático, pese a lo cual el paciente fallece. A continuación presentamos el caso de una mujer, quien presentó intoxicación exógena con Chlorfenapyr, con fines suicidas. Caso Mujer de 42 años de edad, natural y procedente de Bogotá, trabajadora de un cultivo de flores, quien ingresó al servicio de urgencias de un hospital, remitida de un centro de salud de las afueras de la ciudad, 26 horas después de haber ingerido una cantidad no especificada (“como medio vaso”) de un insecticida que al momento del ingreso la paciente desconocía. Posteriormente, se supo que el principio activo era Chlorfenapyr. La mujer refería un cuadro de aproximadamente un año de evolución, de ánimo triste y llanto fácil, asociado con anhedonia, insomnio global, hiporexia (con pérdida de diez kilogramos de peso) e ideas de culpa, minusvalía, desesperanza, muerte y suicidio, que la paciente relacionaba con múltiples estresores familiares y económicos. Durante ese año había realizado otros tres intentos de suicidio, que requirieron atención médica en otras instituciones (relacionados con discusiones o dificultades con su pareja actual y que ella describía como “impulsivos”). La paciente no tenía ningún antecedente médico relevante para la enfermedad actual. En el examen físico de ingreso se encontró diaforética, con tensión arterial de 100/60, frecuencia cardiaca de 95 latidos por minuto, frecuencia respiratoria de 18 por minuto y saturación del 95%. En el examen mental se encontró alerta, orientada, con hipoproxesia, lenguaje de tono bajo, pensamiento de origen lógico, con ideas sobrevaloradas de culpa, minusvalía, desesperanza, muerte y suicidio y afecto triste-resonante. En el servicio de urgencias se solicitó que se le realizaran a la mujer exámenes paraclínicos: Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 275 Sarmiento M., Caballero A. cuadro hemático, función renal y hepática, tóxicos en orina, electrolitos, gases arteriales y parcial de orina; así como interconsulta por el servicio de medicina interna. Los paraclínicos se encontraron dentro de los límites normales, mientras el servicio de medicina interna conceptuó que la paciente únicamente requería hidratación con líquidos endovenosos, ya que se encontraba hemodinámicamente estable y que podía ser trasladada al piso de psiquiatría. Por la sintomatología depresiva y por el riesgo de autoagresión, se decidió hospitalizar a la mujer en la unidad de salud mental, con diagnóstico de episodio depresivo mayor sin síntomas psicóticos. Durante su estancia en la unidad de salud mental, la paciente permaneció estable, con signos vitales dentro de los límites normales; sin embargo, presentaba cefalea global, tos seca y diaforesis profusa. En la esfera mental, no se evidenció ningún cambio, pero se decidió diferir el inicio de cualquier medicación antidepresiva hasta conocer la naturaleza del tóxico ingerido. Los exámenes paraclínicos de control también se encontraron dentro de los límites normales, al igual que una radiografía de tórax que se solicitó por la presencia de tos seca continúa. Al quinto día de la hospitalización, siete días después de la ingesta, la paciente presentó un deterioro rápidamente progresivo, con taquipnea (FR: 36x’), taquicardia (FC: 103x’), fiebre (38,9°), desaturación (86%), 276 alteración del estado de conciencia, cuadriparesia, ausencia de reflejos en miembros inferiores y fasciculaciones en piernas. Se decidió iniciar oxígeno por cánula nasal y aumentar el aporte de líquidos endovenosos. Dados estos hallazgos, fue valorada de forma prioritaria por los servicios de medicina interna y neurología, que sugirieron el traslado inmediato de la paciente a la UCI. Sin embargo, antes de que esto fuera posible, y a pesar de los esfuerzos médicos y de la reanimación cardiovascular, la paciente falleció. Discusión El caso descrito es el de una mujer adulta, trabajadora de un cultivo de flores, quien presentaba un cuadro de un año de evolución de síntomas depresivos, que ella relacionaba con importantes estresores familiares y económicos, con tres intentos de suicidio durante el curso de la enfermedad, para lo cual no había recibido tratamiento psiquiátrico. Ingresó al hospital por presentar intoxicación exógena con Chlorfenapyr, con fines suicidas. Durante la entrevista se encontraba deprimida. En principio presentaba como manifestaciones clínicas de la intoxicación cefalea global, tos seca y diaforesis profusa, y se estableció un manejo sintomático, pero siete días después de la ingesta del pesticida, presentó un rápido deterioro clínico, tanto respiratorio como neurológico, que la llevó a la muerte. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Pesticidas como método suicida: un reporte de caso con Chlorfenapyr La intoxicación con pesticidas, por lo general, se presenta con signos y síntomas inespecíficos, que podrían confundirse con entidades clínicas comunes, por lo que el conocimiento de la exposición ocupacional y las características de la sustancia es un factor determinante en el diagnóstico y el tratamiento del paciente (15). Tanto en el caso presentado como en el reportado por Hoshiko y cols. (16), los síntomas iniciales eran tos seca, diaforesis profusa, cefalea, náuseas, vómito y fatiga. El diagnóstico diferencial debería establecerse con la intoxicación con organofosforados y carbamatos, cuyos principales síntomas clínicos son cefalea, náuseas, vómito, debilidad muscular, diaforesis, tos productiva (en el caso de los organofosforados), salivación (en el caso de los carbamatos), diarrea, dolor abdominal y, en casos más graves, depresión respiratoria y del sistema nervioso central. En el caso de los organofosforados, la miosis suele ser un signo útil para el diagnóstico (15). Como vemos, clínicamente estos cuadros son casi indistinguibles, por lo que el conocimiento del mecanismo de acción de la sustancia a la cual fue expuesto el paciente es fundamental. Los organofosforados y los carbamatos actúan en las colinesterasas (17). Los primeros inhiben la acetilcolinesterasa en las sinapsis, lo que resulta en acumulación de acetilcolina y sobrestimulación de los receptores de acetilcolina en las sinapsis del sistema nervioso autónomo, el sistema nervioso central y la unión neuromuscular (17). Por su parte, los carbamatos causan carbamilación reversible de la acetilcolinesterasa, lo que también se traduce en acumulación de acetilcolina (15). El manejo de estas intoxicaciones se realiza con la administración de atropina para antagonizar los efectos de la acumulación de acetilcolina en los receptores muscarínicos. En casos graves, donde se presenta deterioro respiratorio, se requiere la administración de un reactivador de la acetilcolinesterasa, tipo pralidoxima, que actúa en los receptores tanto nicotínicos como muscarínicos. Con este manejo, además de un adecuado soporte en la UCI, los cuadros clínicos se revierten favorablemente (17). En el caso de los pyrroles, específicamente del Chlorfenapyr, cuyo mecanismo de acción es en la fosforilación oxidativa, que impide la síntesis de ATP (11), la intoxicación parecería irreversible, y por ello sería insuficiente el tratamiento sintomático, pues podría terminar en la muerte del paciente cinco o siete días después de la ingesta, como en el caso de nuestra paciente. Este tiempo de evolución, al parecer, estaría relacionado con la vida media de la sustancia. En el momento no se dispone de un antídoto específico para este agente y los tratamientos disponibles para la intoxicación con organofosforados y carbamatos serían inútiles, ya que esta sustancia Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 277 Sarmiento M., Caballero A. no tiene efectos sobre las colinesterasas (13). Teniendo en cuenta que la intoxicación con pesticidas es uno de los tres métodos suicidas más utilizados, el conocimiento de los cuadros clínicos de intoxicación y de su manejo adquiere una gran importancia (6); sin embargo, en la actualidad existe un sinnúmero de pesticidas que pueden ser adquiridos y consumidos con fines suicidas, de los cuales desconocemos su toxicidad en los seres humanos, a pesar de conocer su naturaleza química y de los esfuerzos de la industria por etiquetar adecuadamente estos productos. Por lo tanto, se debe promover la investigación en este sentido, para mejorar los tratamientos médicos (18). Mientras esto es posible, la atención está dirigida a la prevención y la atención primaria. Según la OMS, el suicidio constituye uno de los problemas de salud pública más importantes y se calcula que por cada muerte atribuible a suicidio se producen entre 10 y 20 intentos de suicidio, que se traducen en lesiones, hospitalizaciones e importantes consecuencias físicas y psíquicas, por lo que se precisa atención integral oportuna (19). En la actualidad, la atención se centra en evitar el acceso a los pesticidas y las estrategias de prevención incluyen: el tratamiento de los problemas que conducen a los comportamientos suicidas, el control del acceso a los pesticidas calificados como peligrosos, el de- 278 sarrollo de prácticas de seguridad para el uso de pesticidas, la búsqueda de cambios en las creencias, el conocimiento y las actitudes frente a estos y el mejoramiento de los tratamientos médicos de la intoxicación (6). Conclusiones Los pesticidas son una causa frecuente de las muertes por suicidio en el personal que trabaja en cultivos. Por ello, teniendo en cuenta que aún no existe un antídoto contra el Chlorfenapyr, que podría considerarse tóxico y letal, es prioritario hacer hincapié en el establecimiento de programas de salud pública y ocupacional, encaminados a evaluar la salud mental del personal que trabaja en estas áreas y, de este modo, brindar un tratamiento adecuado y oportuno, que disminuya las tasas de suicidio y mejore la calidad de vida de estos trabajadores. Referencias 1. 2. 3. 4. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Food and Agriculture Organization of the United Nations (FAO). International code of conduct on the distribution and use of pesticides. Roma: FAO, 1986. Sheu JJ, Wang JD, Wu YK. Determinants of lethality from suicidal pesticide poisoning in metropolitan HsinChu. Vet Hum Toxicol. 1998;40(6):332-6. Ramírez JA, Lacasaña M. 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Recibido para evaluación: 21 de enero de 2008 Aceptado para publicación: 30 de mayo de 2008 Correspondencia María José Sarmiento Hospital Universitario San Ignacio Cr. 7 No. 40-62, piso 8 Bogotá, Colombia majosar@gmail.com Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 279 León-Sarmiento F., Pradilla G., Calderón A., Duque J. Dilación, dilatación e inclinación en hidrocefalia de presión normal Fidias E. León-Sarmiento1 Gustavo Pradilla Ardila2 Andrés Calderón3 José R. Duque4 Resumen Introducción: La hidrocefalia idiopática de presión normal es una entidad conformada por una triada de signos clínicos que incluyen alteraciones de la marcha, de la cognición y del control de esfínteres urinarios, concomitantes con un aumento de líquido cefalorraquídeo con presión normal, hidrocefalia y atrofia cortical, sin causa identificable. Métodos y resultados: Reporte de caso. Paciente colombiano, de género masculino y 26 años de edad, con un cuadro clínico de tres años de evolución: presentaba los criterios clínicos descritos anteriormente, además de una notoria afectación extrapiramidal, caracterizada por distonía focal, incluyendo pleurotonos. Sumado a lo anterior, presentó labilidad emocional, alteraciones de memoria, personalidad que pasó de introvertida a compulsiva, trastornos del sueño, aislamiento y disminución de la reacción al peligro. Inicialmente se diagnosticó depresión, y luego, esquizofrenia paranoide. Recibió olanzapina sin mejoría de su cuadro neuropsiquiátrico. Algunos de estos signos y síntomas mejoraron luego de punción lumbar, la cual tuvo una presión normal, confirmándose así el diagnóstico clínico, con posibilidades terapéuticas promisorias. Conclusión: La hidrocefalia de presión normal se debe considerar en personas jóvenes, cuya sintomatología y exámenes de neurolaboratorio no cumplan con los fundamentos de la psiquiatría basada en la evidencia. Palabras clave: Hidrocefalia de presión normal, distonía, síndrome de Pisa, pleurotonus. Title: Delay, Dilation, and Bending in Normal Pressure Hydrocephalus 1 2 3 4 Médico PhD. Miembro de la Unidad de Movimientos Anormales y Neuromagnetismo, Sección de Neurología, Fundación Santa Fe, Bogota, Colombia. Uniciencia Research Group, Universidad Nacional, Bogotá, Colombia. Médico neurólogo. Profesor titular del Departamento de Medicina Interna, Universidad Industrial de Santander (UIS), Bucaramanga, Colombia. Jefe de la Unidad de Neurología, Facultad de Salud, UIS. Director de Investigación de Neurotoxicología, UIS. Bucaramanga, Colombia. Médico. Miembro de Uniciencia Research Group, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. Médico. Miembro de Uniciencia Research Group, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia. 280 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Dilación, dilatación e inclinación en hidrocefalia de presión normal Abstract Introduction: Normal pressure hydrocephalus is a clinical entity characterized by a triad of clinical signs including gait abnormalities, cognitive disorders and sphincter dysfunction. It parallels an increased cerebrospinal fluid pressure, hydrocephalus and brain cortical atrophy. No detectable cause is a must. Methods and results: Case report. This is a Colombian male patient, 26 years-old, who had the clinical findings commented above starting three years before our evaluation. He also presented notorious extrapyramidal involvement, mostly focal dystonia including pleorotonus. Besides this, mood lability, memory disorders, personality changes turning from introverted to compulsive, sleep disorders, isolation and fearlessness were also present. Initially, depression was diagnosed and then paranoid schizophrenia was considered. Olanzapine was given with no benefits on his neuropsychiatric disorder. Some of these signs and symptoms improved after a lumbar puncture which had a normal pressure. It confirmed the diagnosis and offered very promising therapeutic possibilities. Conclusion: Normal pressure hydrocephalus must be considered in young people who have clinical symptoms and neurolaboratory findings out of the range of those commonly considered to be part of evidence-based psychiatry. Key words: Normal pressure hydrocephalus, dystonia, Pisa syndrome, pleurotonus. Introducción Para el clínico aún son un reto las enfermedades neurodegenerativas, a pesar de los avances clínicos y los recursos tecnológicos existentes. Dicho reto aumenta cuando se presentan alteraciones cognitivas, motoras y sensitivas de manera simultánea, dadas por una afectación simultánea de los sistemas piramidal y extrapiramidal. En este artículo presentamos el caso de un paciente, cuyo trastorno orgánico poseía un daño combinado de los sistemas mencionados y quien fue evaluado en, al menos, siete entidades médicas colombianas durante aproximadamente tres años, sin haberse emitido un diagnóstico certero durante este lapso. El diagnóstico se dilató y, por ende, el tratamiento de una patología, cuyo componente básico es la dilatación ventricular crónica. Métodos y resultados Este es el reporte de caso de un hombre de 26 años de edad, quien inició un cuadro clínico a los 23 años, mientras se desempeñaba como ayudante de fotografía. Durante este período fueron notorios el desenfoque en la toma de imágenes y las imperfecciones al momento de realizar el corte en el papel fotográfico; más evidente del lado derecho del paciente. De manera simultánea, aparecieron pápulas que se ulceraban y cicatrizaban en las piernas, la espalda y las manos, sin episodios febriles. Así mismo, la familia notó que el paciente se “torcía hacia el lado derecho” y que esto aumentaba con la marcha. Al tiempo apareció tristeza y llanto fácil, sin ideas suicidas, los cuales eran provocados por problemas sentimentales del paciente. Este último consultó a un médico general, quien le diagnosticó depresión. Entonces inició la toma de olanzapina, 10 mg/día. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 281 León-Sarmiento F., Pradilla G., Calderón A., Duque J. Una semana después, presentó un episodio convulsivo único tónicoclónico generalizado de tres minutos de duración, sin pérdida del conocimiento. Luego se apreció pérdida de la memoria, alteración del curso del pensamiento y de personalidad, que pasó de introvertida a compulsiva. A los 24 años de edad, un psiquiatra le diagnosticó esquizofrenia paranoide y le reajustó la olanzapina a 5 mg/día. Posterior a esto, disminuyó en el paciente la percepción de señales auditivas y visuales, al tiempo que se presentó aislamiento e incapacidad para reaccionar ante el peligro. A los 25 años apareció la pérdida del equilibrio en bipedestación, y se hizo más notoria la marcha espástica, con lateralización del tronco a la derecha (síndrome de Pisa). A los 26 años se incrementó el tropiezo con los marcos de las puertas y las paredes y las caídas de su altura, y aparece una postura diatónica en flexión de antebrazo izquierdo. El antebrazo derecho permanecía adosado al muslo, en posición sentada, y en las primeras horas de sueño. Seis meses antes de la presente evaluación por parte de nuestro grupo, era incapaz de iniciar deambulación y cambiar de posición acostado, de manera voluntaria. Hay disfagia para sólidos y líquidos, con “rumiación”; aumento de la pérdida del equilibrio; incapacidad para iniciar movimientos voluntarios; pérdida del control de los esfínteres, especialmente el urinario; alteraciones del sueño con 282 interrupciones frente a estímulos mínimos, y temblor de reposo en la mano izquierda. En el examen físico se encontró desorientado en tiempo, espacio y lugar, así como con apraxia ideomotora. La frecuencia cardiaca fue de 100 por minuto, y la presión arterial, de 140/82 mm Hg, sin cambios significativos ante la evaluación autonómica (1). Había ulceras múltiples con signos de cicatrización, redondas, de bordes bien definidos en la cara de las piernas, los brazos y la espalda (Figura 1); impersistencia motora oculobucal; disminución de la respuesta dolorosa en el nervio supraorbital izquierdo; paresia facial izquierda y deltoidea derecha; signo de rueda dentada en los miembros superiores, principalmente distal, y en el miembro inferior izquierdo; laterocolis izquierda, y temblor postural de reposo en el miembro superior izquierdo, entre 8 y 12 Hz; síndrome de Pisa con desviación del tronco a la derecha; hiperreflexia tendinomuscular generalizada; clono rotuliano bilateral; reflejo glabelar presente y marinesco bilateral. Hubo un aumento de la bradicinesia en los miembros superiores con movilización pasiva contralateral. La serología para VIH y para sífilis (VDRL), el citoquímico de líquido cefalorraquídeo (LCR) y la determinación de actividad de enzimas lisosomales y ácidos grasos de cadena larga (Iduronato-2 sulfatasa, arisulfatasa B, Alfa-L-Irudonidasa) fueron normales. Un electroencefalograma (EEG) de rutina Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Dilación, dilatación e inclinación en hidrocefalia de presión normal fue inespecífico. La biopsia de piel mostró dermatitis granulomatosa, con células gigantes. Se evalúo la integración sensorimotora del tallo cerebral mientras el sujeto estaba con los ojos abiertos y cerrados. Se encontraron latencias y amplitudes de las tres respuestas reflejas registradas en el músculo orbicular de los ojos dentro de los límites normales, cuando se realizó la estimulación eléctrica supraorbital derecha. Con la estimulación supraorbital izquierda se evidenció la prolongación de la latencia de la respuesta R2 (41,2 milisegundos) y ausencia de la respuesta tardía R3 (2-4); además, se encontró una respuesta contralatetral temprana llamada R1k, así como inestabilidad de la respuesta tardía R3 (2-4). El potencial evocado motor compuesto del nervio facial izquierdo y registrado en músculo nasalis presentó una amplitud disminuida (1,2 mv) y prolongación de la latencia (4,8 ms). Los potenciales evocados somatosensoriales de los miembros superiores se encontraron dentro de los límites normales, mientras que los obtenidos del miembro inferior izquierdo evidenciaron respuestas evocadas de baja amplitud en la corteza somatosensorial contralateral. Así mismo, se encontró impersistencia de la onda F en hasta el 90% en los miembros superiores e inferiores. Un tomografía computada de cráneo mostró hidrocefalia global con atrofia del cuerpo calloso (Figura 1). Después de una punción Figura 1. TAC de cráneo, sin contraste, que muestra aumento del tamaño en ventrículos laterales, marcada atrofia cortical y de sustancia blanca, con leve desviación de la línea media. lumbar, realizada con fines diagnósticos, el paciente presentó desaparición del síndrome de Pisa, al igual que mejoría en la deglución y en los trastornos del sueño. Tuvo una presión (110 mmHg) y citoquímico normales, se suspendió la olanzapina y se recomendó iniciar neurorrehabilitación (5). Discusión La hidrocefalia es el aumento de la cantidad de LCR dentro de la cavidad craneana, y cursa con una presión normal (60-240 mm de agua) o aumentada (6). Puede ser idiopática de presión normal (HIPN) o secundaria. La secundaria se origina por (i) síntesis aumentada de la producción de LCR; (ii) limitación en la circulación del LCR, por obs- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 283 León-Sarmiento F., Pradilla G., Calderón A., Duque J. trucción del agujero interventricular; (iii) obstrucción de los agujeros de Luschka o Magandie, con dilatación de los ventrículos tercero, cuarto y laterales, y (iv) disminución en la absorción y recirculación del LCR por exudados inflamatorios, obstrucción de los senos venosos, trombosis venosa o taponamiento de la vena yugular interna (7). Una hidrocefalia con presión normal, sin evidencia de atrofia cortical, se denomina hidrocefalia ex vacuo (8-10). La HIPN o crónica, descrita por Hakim en 1965, se diagnostica cuando no se presentan las causas descritas (11-13). Se caracteriza por la aparición progresiva y lenta de signos y síntomas neurológicos, sin una causa identificable en presencia de atrofia cerebral. La incidencia y prevalencia en países europeos es de 22 y 5,5/100.000 habitantes, respectivamente (14). En nuestro medio aún no se conocen datos al respecto (15,16). El diagnóstico debe tener en cuenta la historia clínica, el examen físico y estudios de neuroimágenes, que cumplan con los criterios de Relkin y cols. (8). La HIPN se caracteriza por alteraciones de la marcha, trastornos cognitivos e incontinencia urinaria, que se presentan como consecuencia de la compresión y deformación de las fibras nerviosas que pasan a través de porción medial de la corona radiada, con posterior desintegración sensorimotora y disfunción del tubo piramidal, que afecta el asa córtico-gangliobasal (8,10), acompañada de disfunción frontal. 284 Las alteraciones en estos circuitos corticales-subcorticales explicarían los signos y los síntomas extrapiramidales, cognitivos y visuoespaciales que presentó este paciente, quien cumplió con los criterios de Relkin y cols. (11), entre estos el aumento del índice de Evans que, en nuestro caso, fue de 0,36 (normal <0,30). La hipotrofia/atrofia o desplazamiento del cuerpo calloso da cuenta de las alteraciones de comunicación interhemisférica, que mejoran posderivación de LCR (17). El aumento de tamaño ventricular genera un efecto de masa intracerebral que comprime las estructuras subcorticales, demostradas en este caso por las alteraciones trigeminofaciales y somatosensoriales descritas arriba y evidentes en la tomografía craneana. Y aunque se considera que esta patología aparece en mayores de 40 años, ya hay indicios de que se presenta desde la niñez (18). Nuestro caso, muy probablemente, es el paciente más joven descrito hasta la fecha en Colombia. En el momento de elegir la opción de tratamiento se debe considerar el riesgo-beneficio (19). El drenaje lumbar produce beneficios alrededor de 72 horas después de la punción, algo que fue evidente en nuestro caso. En ocasiones, la comorbilidad y el deterioro clínico previo a la derivación (19) no permiten ver dicha mejoría. No todos los pacientes responden a la derivación (20). En caso de practicarse, la ventrículo-peritoneal y la ventrículo-atrial son las prefe- Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Dilación, dilatación e inclinación en hidrocefalia de presión normal ridas (8,19). La válvula ajustable o programable permite el control del sub o sobredrenaje de LCR de manera no quirúrgica. La acetazolamida y las punciones lumbares a repetición han tenido, en menor proporción, resultados favorables (11,18). Un hallazgo adicional en este caso fue el pleurototono o síndrome de Pisa. Este es un trastorno del movimiento, que se presenta como parte del abanico de alteraciones en la desintegración sensorimotora que se encuentra en la HIPN. Se caracteriza por una postura lateralizada permanente, con flexión de la cabeza y leve rotación del eje corporal en el tronco (21,22). Se ha asociado con neurolépticos, como la olanzapina y la clozapina, por bloqueo de la transmisión dopaminérgica (22,23), en hasta el 65% de los pacientes que recibe de forma crónica este tipo de antipsicóticos (24); así mismo, en algunos pacientes que reciben inhibidores de colinesterasa (25). Las variantes alélicas que intervienen en el metabolismo de estos fármacos podrían mediar diferentes grados de detoxificación y posterior aparición de este síndrome (26). El síndrome de Pisa idiopático se ha descrito en pacientes que no reciben medicación alguna y en otros trastornos neurodegenerativos (24). De acuerdo con nuestro conocimiento, no se había descrito en la literatura científica mundial este síndrome asociado con la HIPN (27), el que pudo haber empeorado por la administración incorrecta de olanzapina. La dermatitis granulomatosa de células gigantes tampoco se había asociado con la HIPN. Se considera de muy rara aparición en procesos autoinmunes, como la artritis reumatoidea (28), y su significancia en el presente caso es desconocida. Referencias 1. Valderrama C, Calderón A, Malpica D, Leon-Sarmiento FE. Evaluación no invasora del sistema nervioso autónomo: Principios prácticos y prácticas factibles. Actual Enferm. 2007;10:14-22. 2. Leon-S FE, Arimura K, Sonoda Y, Arimura Y, Osame M. Instability of R3 of the blink reflex in patients with HAM/ TSP. Funct Neurol. 1994;8:199-02. 3. León-S FE, Arimura K, Arimura Y, Sonoda Y, Osame M. Contralateral early blink reflex in patients with HTLV-I associated myelopathy/tropical spastic paraparesis. J Neurol Sci. 1995;128:51-7. 4. Leon-Sarmiento FE, Schroeder N, Ruiz S. The capsacin-blink reflex linkage revisited. Cephalalgia. 2008;28:676-7. 5. León-Sarmiento FE, Bayona-Prieto J, Cadena Y. Plasticidad neuronal, neurorehabilitación y trastornos del movimiento: el cambio es ahora. Acta Neurol Col. 2008;24:40-2. 6. 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Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Agenda Agenda de eventos de eventos XX CONGRESO PERUANO DE PSIQUIATRÍA Tema: Avances en Psiquiatría – Psiquiatría de enlace - Desastres Lima, Perú: 29 a 31 de agosto de 2008 Inf.: Asociación Peruana de Psiquiatría Tel.: 511 256 3549 Fax: 511 616 2706 Correo electrónico: app@speedy.com.pe Página de internet: www.app.org.pe II ENCUENTRO LATINOAMERICANO DE TDAH Tema: El TDAH y sus comorbilidades en Latinoamérica Mendoza, Argentina: 25 a 26 de septiembre de 2008 Inf.: Asociación Argentina de Psiquiatría Infanto Juvenil Tel.: 5411 4951 8139 Fax: 5411 4952 4501 Correo electrónico: informes@tdah2008.com.ar Página de internet: www.tdah2008.com.ar XIV CONGRESO MUNDIAL DE PSIQUIATRÍA DE LA WPA Tema: Ciencia y humanismo: por una psiquiatría centrada en la persona Praga, República Checa: 20 a 25 de septiembre de 2008 Inf.: Guarant International spol. s. r. o. Opletalova 22, 110 00 Prague 1 Tel.: 420 28400 1444 Fax: 420 28400 1448 Correo electrónico: wasp@guarant.cz Página de internet: www.wpa-prague2008.cz LX CONGRESO DEL INSTITUTO DE SERVICIOS PSIQUIÁTRICOS Tema: De paciente a socio: transformando los sistemas de atención Chicago, USA: 2 a 5 de octubre de 2008 Inf.: Annual Meetings Department, 1000 Wilson Boulevard, Suite 1825, Arlington, Va. 22209-3901 Tel.: 703 907 7300 Fax: 703 907 1090 Correo electrónico: apa@psych.org Página de internet: www.psych.org Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 287 Agenda de eventos XLVII CONGRESO COLOMBIANO DE PSIQUIATRÍA Tema: Psiquiatría más allá de la clínica, del individuo a las poblaciones Bogotá, Colombia: 9 a 13 de octubre de 2008 Inf.: Asociación Colombiana de Psiquiatría Tel.: 571 256 3549 Fax: 571 616 2706 Correo electrónico: congresoacp@psiquiatria.org.co Página de internet: www.psiquiatria.org.co/congreso CONFERENCIA INTERNACIONAL SOBRE ESQUIZOFRENIA - 2008 Tema: Tendencias globales en la atención y la investigación en esquizofrenia Chennai, India: 17 a19 de octubre de 2008 Inf.: Marundeshwara Enterpr. A2, Shanthi Apart, 18, TTK 1 ST Cross, Alwarpet, Chennai 600018 Tel.: 91 44 2435 3079 Fax: 91 44 2432 0605 Correo electrónico: info@icons-scarf.org Página de internet: www.icons-scarf.org/home.htm X CONGRESO ANUAL DE LA SOCIEDAD INTERNACIONAL DE MEDICINA DE ADICCIÓN Tema: Entendiendo las adicciones y brindando una atención integral Cape Town, Sudafrica: 16 a 20 de noviembre de 2008 Inf.: Londocor Public Relations & Event Management Tel.: 27 11 768 1174 Fax: 27 11 768 6750 Correo electrónico: Sonja@londocor.co.za Página de internet: www.isam2008.com XXV CONGRESO DE LA APAL Tema: La salud mental de nuestros pueblos: prioridad absoluta Isla Margarita, Venezuela: 18 a 22 de noviembre de 2008 Inf.: TILESA OPC Londres, 17-28028 Madrid Tel.: 34 91361 2600 Fax: 34 91355 9208 Correo electrónico: apal2008@tiesa.es Página de internet: www.apal2008.org 288 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Reglamento Reglamento de publicaciones de publicaciones Objetivos La Revista Colombiana de Psiquiatría (RCP) es una publicación oficial de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, de carácter trimestral (marzo, junio, septiembre y diciembre) y su finalidad es difundir los distintos modelos de conocimiento que actualmente configuran el cuerpo teórico y práctico de nuestra especialidad. En ésta pueden participar psiquiatras, residentes de psiquiatría, médicos no psiquiatras, psicólogos, filósofos y otros profesionales de la salud o interesados en esta área. Publica, en español o en inglés, trabajos originales, artículos de revisión o de actualización, reportes de caso de todas las áreas de la psiquiatría y la salud mental, artículos de epistemología, filosofía de la mente y bioética y artículos sobre metodología de investigación y lectura crítica. Contenido y forma de presentación Idioma. Se publicarán artículos en español o en inglés. Editorial. El editorial es un comentario crítico, hecho con profundidad y preparado por el director, los editores asociados o personas con gran experiencia del tema tratado. Presentación del número. La presentación del número es un comentario escrito por el(los) editor(es) asociado(s) o editores invitados para que presenten los temas principales tratados en el número. Artículos originales. Los artículos originales presentan resultados inéditos de investigación cuantitativa o cualitativa; contienen toda la información relevante para que el lector que lo desee pueda repetir el trabajo, así como evaluar sus resultados y conclusiones. Estos artículos deben tener resumen en español e inglés cada uno hasta de 1.500 caracteres, introducción, materiales y métodos (cuando sea pertinente se informará tipo de diseño, lugar dónde se realizó, participantes, desenlaces principales e intervención), resultados, discusión, conclusiones, agradecimientos (si se requiere) y referencias. Extensión máxima: 7.500 palabras. Los artículos pueden contener hasta 5.000 palabras sin tener en cuenta las referencias, las tablas y las figuras. El total de tablas y figuras no debe exceder de 6. En este tipo de artículos es fundamental aclarar cuáles fueron las consideraciones éticas y si el estudio y el consentimiento informado (cuando sea necesario) fueron presentados y aprobados por el Comité de Ética de la Institución. Artículos de revisión. Los artículos de revisión son enviados a la RCP o solicitados por el director o los editores asociados a especialistas del área y tratan a fondo un determinado tema, esto es, con amplia bibliografía, análisis y comentarios acerca de trabajos de otros autores. Estos artículos deben tener un resumen en español e inglés cada uno hasta de 1.500 caracteres, planteamiento del problema o introducción, desarrollo del tema, discusión, conclusiones y referencias. Extensión máxima: 6.000 palabras. Los artículos pueden contener hasta 4.000 palabras sin tener en cuenta las referencias, las tablas y las figuras. El total de tablas y figuras no debe exceder de 5. Artículos de actualización. El artículo de actualización está destinado a poner al día la información sobre temas relevantes en psiquiatría y salud mental. Son menos completos que los artículos de revisión y se enfocan en los últimos hallazgos. Estos artículos deben tener resumen en español e inglés, cada uno hasta de 1.500 caracteres, planteamiento del problema o introducción, actualización del tema, discusión, conclusiones y referencias. Extensión máxima: 4.500 palabras. Los artículos pueden contener hasta 3.000 palabras sin tener en cuenta las referencias, las tablas y las figuras. El total de tablas y figuras no debe exceder de 4. Reporte de caso. El reporte de caso es la presentación de la experiencia profesional basada en el estudio de casos particulares que revistan interés para el profesional y en el cual se discuta el tema y las posibles aproximaciones futuras. En general, los reportes de caso sugieren nuevas aproximaciones terapéuticas e hipótesis. Estos artículos deben tener, como mínimo, resumen en español e inglés (hasta de 1.500 caracteres), introducción, presentación del caso, breve revisión del tema, discusión, conclusiones y referencias. Extensión máxima: 2.400 palabras. Deben contener hasta 1.200 palabras, pero se exceptúan las referencias, las tablas y las figuras. Es necesario escribir un párrafo con consideraciones éticas y con las precauciones que se tuvieron para proteger la confidencialidad del(a) paciente. Sección de Epistemología, filosofía de la mente y bioética. Con el fin de suscitar controversia y grupos de discusión, esta sección presenta, de manera educativa y crítica, artículos sobre los temas referidos. Éstos deben tener máximo 4.500 palabras de extensión. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 289 Reglamento de publicaciones Sección de Metodología de investigación y lectura crítica. Esta sección presenta, de una manera educativa y crítica, artículos sobre los temas referidos e ideas sobre protocolos de investigación, que susciten controversia y grupos de discusión. Los artículos deben tener máximo 3.600 palabras de extensión. Agenda. La «Agenda» divulga eventos o hechos de contenido de interés para el área, actividades de la Asociación Colombiana de Psiquiatría o de otras asociaciones. Cómo enviar material a la RCP Lugar de envío, requerimientos y forma de evaluación. Los autores enviarán sus trabajos al director de la RCP, por correo electrónico (cgomez_restrepo@yahoo.com) o por correo físico (carrera 18 No. 84-87, oficina 403, Bogotá, Colombia). Éstos deben ajustarse a los Requisitos uniformes para los manuscritos enviados a revistas biomédicas, del Grupo de Vancouver (1997). Todas las contribuciones serán evaluadas por dos revisores anónimos del Comité Editorial, que determinarán la calidad científica del material, la originalidad, la validez, la importancia del trabajo y la adaptación a las normas de publicación de la RCP. Dicho Comité comunicará su aceptación provisional o su no aceptación para publicación, así como las posibles modificaciones sugeridas en un plazo máximo de tres meses a partir de su recepción. La redacción se reserva el derecho de suprimir ilustraciones y alterar el texto sin que ello modifique el contenido. Cada uno de los autores principales recibirá tres ejemplares de la Revista. Carta de presentación. El artículo debe ir acompañado de una carta firmada por el autor principal y por los demás autores, en la cual se manifieste la revisión y aprobación del material por todos ellos. La carta debe especificar si el material ha sido o no publicado en otros lugares, así como el nombre, la dirección, el teléfono y el correo electrónico de la persona a la cual se debe dirigir la correspondencia. En caso de haber sido parcialmente o totalmente publicado en otro medio se requiere la aprobación, por escrito de los editores, para ser publicado en la RCP. Los conceptos de los trabajos son de total responsabilidad de los autores. Ni la Asociación Colombiana de Psiquiatría ni la Revista Colombiana de Psiquiatría se responsabilizan por tales conceptos emitidos. Una vez aceptado para publicación, el artículo admitido es de propiedad de la ACP y su reproducción física o por medios digitales deberá ser convenientemente autorizada por el director, por los editores asociados de la RCP y por el coordinador de publicaciones de la ACP. Antes de la publicación, los autores deben informar si hay una relación (filiación, financiación) entre ellos y alguna institución pública o privada, que pudiera derivar en conflictos de intereses. Los autores aceptan la responsabilidad definida por el Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (N Engl J Med. 1997:336(4):309-15) y las recomendaciones sobre investigación clínica. Cuando se informe sobre experimentos en humanos es indispensable tener la aprobación del comité de ética de la institución donde se realizó el estudio y el desarrollo de éste debe ser seguir lo lineamientos expuestos por la Declaración de Helsinki de 1964 y sus posteriores enmiendas, que se pueden encontrar en http://www.wma.net/s/ethicsunit/helsinki.htm. En los artículos originales y reportes de caso no se deben mencionar los nombres de los pacientes, ni sus iniciales, ni los números de historia clínica, ni cualquier dato que permita su identificación. Los experimentos clínicos deben estar registrados en alguna base pública para ello (p. ej. LatinRec, ClinicalTrials). Finalmente, en caso de estudios con animales, se deben añadir las consideraciones sobre investigación en éstos (si existe o no comité de investigación en animales, los cuidados que se tuvieron con estos, etc.). Copias del material. Se deben enviar tres copias completas del artículo o material enviado (mecanografiado a doble espacio, en papel blanco tamaño carta, escrita en una sola cara, con márgenes no inferiores a 2,5 cm), acompañadas de un disquete 3,5 HD o un CD con el texto en un único archivo PC de tipo DOC o RTF (MS-Word), gráficas en formato JPG o BMP y tablas con archivos para PC de tipo DOC (MS Word), XLS (MS Excel), AI (Adobe Illustrator) o EPS (Encapsulated Post Script). Las tablas o las figuras deben ser enviadas en hojas y archivos independientes del archivo de texto. Derechos de autor. Se solicita a los autores enviar, con la firma de cada uno, una carta dirigida al director de la RCP en la cual transfieran los derechos de autor, de acuerdo con el siguiente modelo: “Yo/Nosotros... autor(es) del trabajo titulado ‘...’, someto(emos) a la aprobación de la Revista Colombiana de Psiquiatría y cedemos, en caso de ser publicado por la Revista Colombiana de Psiquiatría, los derechos sobre el artículo a favor de la Asociación Colombiana de Psiquiatría, la cual podrá publicar el artículo en cualquier formato, ya sea físico y/o electrónico, incluido Internet. Por lo tanto, está prohibida cualquier reproducción total o parcial en cualquier otro 290 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 Reglamento de publicaciones medio de divulgación. En caso de desear publicar en otro medio, solicitaré autorización por escrito de la RCP y la ACP. Fecha: ... Firma: ...”. Preparación del manuscrito. Los artículos deben ser mecanografiados en espacio doble (esto incluye tablas de referencias), usando un solo lado de la hoja, con márgenes (laterales, superiores e inferiores) de mínimo 2,5 cm en todas las páginas. Todas deben estar numeradas. En la primera página debe aparecer: (a) título; (b) nombres y apellidos de los autores con sus grados académicos más importantes y su afiliación institucional acompañada de la respectiva dirección (los nombres serán publicados en el orden y manera que fueron enviados); (c) indicación del autor responsable de la correspondencia; (d) un título abreviado (titulillo) que no exceda los cuarenta caracteres, para identificación de las páginas impares; (e) si el artículo recibió ayuda o auxilio de alguna agencia de financiación; (f) si el artículo se basa en una tesis académica, se debe indicar el título, el año y la institución donde fue presentado; (g) si el trabajo fue presentado en reunión científica, se debe indicar el nombre del evento, el lugar y la fecha, y (h) si alguno de los autores tiene conflicto de interés en el tema expuesto en el artículo por ser ponente o speaker del laboratorio, trabaja como asesor, consultor o comité de algún laboratorio. La segunda página debe presentar un resumen (en español y en inglés) estructurado, con una extensión no superior a 1.500 caracteres y con una lista de máximo cinco palabras clave (en español y en inglés). Éstas últimas deben corresponder a las propuestas en la lista de los Descriptores en Ciencias de las Salud (DeCS), de BIREME (disponible en http://decs.bvs.br/E/ homepagee.htm) y a las keywords indexadas en el Medical Subject Headings (MeSH) del Index Medicus (disponible en http://www.nlm.nih.gov/mesh/). El resumen indicará los objetivos del trabajo, los procedimientos básicos utilizados (métodos), los resultados principales (aquí se presentan datos específicos y su significación estadística, si es el caso) y las conclusiones principales. Las tablas y las figuras (gráficas, fotografías, dibujos o esquemas) deben aclarar o aportar al texto, no duplicar el contenido. En términos generales, se recomienda un máximo de seis. Cada una debe tener un título en la parte superior y si es el caso anotaciones en la parte inferior. Deben clasificarse (números arábigos) de acuerdo con el orden de aparición en el texto y sitio de inclusión. Algunas requieren permiso del editor y el crédito respectivo a la publicación original. Estas tablas y figuras deben ser enviadas en archivos y hojas independientes. Las referencias en el texto, en subtítulos y en figuras deben ser enumeradas consecutivamente en el orden en que aparecen en el texto. Se utilizarán para ello números arábigos (números índices) dentro de paréntesis. Respecto a las abreviaturas, serán indicadas en el texto en el momento de su primera utilización. Posteriormente se seguirá utilizando únicamente la abreviatura. Los agradecimientos deben ser concisos, directos y dirigidos a personas o instituciones que contribuyen sustancialmente al artículo. Deben ir antes de las referencias bibliográficas. Las referencias bibliográficas se insertan en el texto y se numeran consecutivamente siguiendo el orden en que se mencionan por primera vez. El estilo y la puntuación de las referencias sigue el formato que recomienda Requisitos uniformes, citados anteriormente. Las abreviaturas de las revistas deben estar conformes con el estilo utilizado en el Index Medicus. Aun cuando todo depende del artículo en general, se aconseja la inclusión de hasta cuarenta referencias bibliográficas para artículos originales, sesenta para artículos de revisión, cuarenta para artículos de actualización, quince para reportes de caso y doce para las secciones de «Epistemología, filosofía de la mente y bioética», «Metodología de investigación y lectura crítica». La exactitud de las referencias bibliográficas es de responsabilidad de los autores. La lista de las referencias debe seguir el modelo de los ejemplos citados a continuación: 1. Artículos de publicaciones periódicas (un autor): Streiner DL. Thinking small: research designs appropriate for clinical practice. Can J Psychiatr. 1998;43(7):737-41. 2. Artículos de publicaciones periódicas (dos a seis autores): enumere todos los autores: Vega KJ, Pina I, Krevsky B. Heart transplantation is associated with an increased risk for pancreatobiliary disease. Ann Inter Med. 1996;124:980-3. 3. Artículos de publicaciones periódicas (más de seis autores): enumere los primeros seis autores seguido por et al. Ramos A, Fraga S, Krieger M, Jardim S, Curi R, Ferreira F, et al. Aspectos psiquiátricos da intoxicacao ocupacional pelo mercúrio metálico: relato de un caso clínico. Rev Bras Psiquiatr. 1998;20:200-6. 4. Artículos sin nombre del autor: Cancer in South Africa (editorial). S Afr Med J. 1994;84:15. 5. Libros: Reichel-Dolmatoff G, Desana P. Simbolismo en los indios tukano del Vaupés. 2 ed. Bogotá (Colombia): Nueva Biblioteca Colombiana de Cultura; 1986. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008 291 Reglamento de publicaciones 6. Capítulos del libro: Kessler HH. Concepto de rehabilitación. En: González R. Rehabilitación Médica. Barcelona (España): Masson S. A.; 1997. p. 1-5. 7. Libros en que los editores son autores Norman IJ, Redfern SJ, editors. Mental health care for elderly people. New York: Churchill Livingstone; 1996. Otros tipos de referencia deberán seguir las indicaciones dadas en el documento del International Committee of Medical Journal Editors (Grupo de Vancouver), disponible en internet en http://www. icmje.org. El autor debe enviar los datos de correspondencia: la dirección de su oficina o consultorio y la dirección electrónica. Si son varios autores, sólo es necesario enviar los datos de uno de ellos. Anualmente la RCP ofrece a los autores, como estímulo a su participación, los premios (mención de honor y reconocimiento en dinero o especie) Héctor Ortega Arbeláez, al mejor artículo publicado por un profesional en el área de la salud, y Humberto Rosselli Quijano, al mejor artículo publicado por un residente de psiquiatría y el premio al mejor artículo no original. El jurado calificador está integrado por un miembro del Comité Científico de la ACP, un miembro del Comité Editorial y el director de la Revista o su delegado. Estos premios serán entregados en el marco del Congreso de nuestra asociación. El director y el Comité Editorial de la RCP invitan a los colegas y otros profesionales a participar y permitir así el desarrollo y crecimiento de la Revista. Publicación trimestral de la Asociación Colombiana de Psiquiatría. ISSN: 0034-7450. Las opiniones expresadas en los artículos firmados son de los autores y no coinciden necesariamente con las de los editores de la Revista Colombiana de Psiquiatría. Las sugerencias diagnósticas o terapéuticas, como elección de productos, dosificación y método de empleo, corresponden a la experiencia y al criterio de los autores. Todos los textos incluidos en la Revista Colombiana de Psiquiatría están protegidos por derechos de autor. Conforme a la ley, está prohibida su reproducción por cualquier medio mecánico o electrónico, sin permiso escrito del autor. Suscripciones: Internacional: 120 dólares anuales. Nacional: 120.000 pesos anuales Incluye 4 números y un suplemento. 292 Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 37 / No. 2 / 2008