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” CONTACTO: EL PRINCIPIO DE LA AMENAZA OFENSIVA Por Fred Horgan Fred Horgan es miembro de la Comisión Técnica de FIBA. Es Instructor Internacional de Arbitros FIBA, Instructor FIBA Américas, Comisionado Técnico de Canadá, y miembro de la Comisión Técnica de FIBA Américas. Fue elegido en 1996 al Salón de la Fama de Baloncesto de Canadá. Hace seis décadas, una filosofía nueva e innovadora de arbitrar fue introducida a jugadores, entrenadores y funcionarios alrededor del mundo. Había sido originado por el Sr. Oswald Tower, un líder en el baloncesto y del arbitraje del baloncesto durante muchos años, y refinado por John Bunn, entrenador renombrado y desarrollador del baloncesto. La filosofía, llamada “La Filosofía de Tower”, era básicamente muy sencilla. El contacto, así dicho, no es necesariamente un foul. El contacto llega a ser un foul cuando el jugador, que se contacta, es colocado en una desventaja injusta por ese contacto, o el jugador responsable del contacto gana una ventaja injusta al hacerlo. No tomo mucho tiempo en desarrollar varios principios con la esperanza de clarificar la Filosofía de Tower. Estos principios se han mantenido esencialmente intactos hasta el presente y continúa siendo reflejado en el Artículo 47.3 de las Reglas de FIBA. Con el tiempo, la Filosofía de Tower experimentó un cambio de nombre y llega a ser “el principio de la ventaja/desventaja”, pero la filosofía misma se quedó intacta. De hecho, continuó creciendo en popularidad e incluiría eventualmente no sólo contacto pero también violaciones (Artículo 33). Como la habilidad y la velocidad de jugadores de talla mundial continuaban creciendo, sin embargo, dos problemas relacionados a la consistencia del arbitraje llegaron a ser también aparente. Primeramente, muchos árbitros se estaban poniendo muy lenientes con el principio de la ventaja/desventaja, a veces utilizando el concepto como una excusa para justificar el no sonar su silbato en ocasiones cuando un foul o una violación eran definitivamente la decisión apropiada. En segundo lugar, no solamente los árbitros nuevos, pero los experimentados también, se estaban confundiendo con el reto de determinar bajo qué circunstancias el contacto debe ser considerado “una ventaja injusta” y cuando juzgar el contacto similar como incidental. La presencia de diez jugadores, moviéndose rápidamente en el espacio limitado que es una cancha de baloncesto, hace la determinación de decisiones precisas y consistentes muy difíciles. Las pautas o guías adicionales serían una ayuda tremenda. En un intento de ocuparse de esta necesidad, un principio nuevo fue introducido, que se ha hecho cada vez más popular con los conductores de reglas e instructores de árbitros, cuya responsabilidad era de promover una aplicación confiable y constante de las reglas. Este concepto nuevo, diseñado para complementar no para reemplazar el principio de la ventaja/desventaja, fue llamado “El Principio de la Amenaza Ofensiva”, o sencillamente “la amenaza ofensiva”. Las suposiciones básicas del Principio de la Amenaza Ofensiva son como sigue: 1. Los períodos de un juego de baloncesto que son los más emocionantes para jugadores y espectadores son esas situaciones, que implican las maniobras ofensivas que lleva a intentos de convertir goles de campo. Un juego puede volverse muy aburrido cuando es dominado por la falta de acción y juego pasivo. Por otro lado, los juegos que implican acción de “principio-al-final”, ofensiva agresiva y defensiva igualmente agresiva son, por tanto, los más memorables. La realidad es que es la ofensiva, en sus intentos para avanzar la pelota, y en última instancia, convertir un gol de campo, la que genera la defensiva reactiva y el entusiasmo resultante, que es el baloncesto en su mejor forma. 2. Cuando un equipo mueve la pelota de su zona de defensa a su zona de ataque, la anticipación que precede un intento de convertir aumenta. Esta anticipación es lo que se refiere como “la amenaza ofensiva”. En la zona de defensa, bajo circunstancias normales, esta anticipación es mínima, pero, cuando la pelota se mueve más cerca a la línea central y en la zona de ataque y del canasto del oponente, la amenaza ofensiva crece. Es en este momento donde también los alineamientos defensivos son más activos. Dónde hay la ofensiva activa equilibrada por la defensa activa, hay también un sentido elevado de la amenaza ofensiva. La amenaza ofensiva está en lo más alto cuando la pelota está en la vecindad de (o se mueve hacia) el rectángulo 5. 3. Cuando la pelota se mueve de la zona de defensa a la zona de ataque, el acompañante alerta de un crecimiento de la amenaza ofensiva crea cinco zonas, basado en la anticipación de un lanzamiento venidero para convertir un gol. Estas cinco zonas son: a) la zona de defensa (no inclusive el área de la línea central); b) el área en ambos lados de la línea central (donde, bajo circunstancias normales, la presión defensiva es encontrada primero); c) los rectángulos 1 -2 - 3 (especialmente profundo en estas áreas); d) los rectángulos 4 y 6 (donde los lanzamientos del perímetro se efectúan con frecuencia); e) el rectángulo 5 (con su jugada de poste, lanzamientos “adentro” para el gol, rebotes y congestión inevitable de jugadores). 4. Donde la pelota este situada con relación a esas cinco zonas influirá la decisión del arbitro en cuanto a si una violación potencial se debe penalizar, o debe, en vez de eso, ser juzgado como incidental a la jugada. Es decir, la ubicación de la pelota y, por lo tanto, el grado de la amenaza ofensiva puede ser muy bien una pauta en determinar si el principio de ventaja/desventaja ha sido violado. 5. La mayoría de los árbitros estarían de acuerdo que, en una situación donde la pelota está en la zona de defensa y cuando presión defensiva mínima se esta aplicando, la conveniencia de interrumpir el juego a causa del contacto involuntario es cuestionable. Esto no quiere decir que el contacto nunca se sancionara como foul si la pelota está en la zona de defensa; el contacto antideportivo siempre se juzgará como un foul, así como también el contacto ventajoso por el jugador que lleva la pelota o el jugador que lo defiende. Se debe destacar también que el aumento de la presión defensiva (tres o más jugadores defensivos en la zona de defensa del equipo ofensivo) puede crea una situación de amenaza de ofensiva. Es la naturaleza del juego que esa defensa activa genera la ofensiva reactiva. 6. Cuando la pelota se mueve fuera de la zona (a) y por las otras zonas, crece la amenaza ofensiva. Esto está en la suposición, por supuesto, que un aumento acompañado de presión defensiva será encontrando cuando la pelota se lanza de una zona a otra, algo que sucederá bajo circunstancias normales. Cuando la amenaza ofensiva aumenta, la probabilidad que un equipo obtenga una ventaja injusta por causar el contacto también aumenta. En estas situaciones es crucial que el arbitro “vea toda la jugada”. No es el contacto en si mismo lo que es un foul sino el efecto de ese contacto en la medida en que crea una ventaja injusta (y por lo tanto, la desventaja injusta) como resultado. El principio de la amenaza ofensiva puede, por lo tanto, proporcionar una asistencia muy real en decidir si un específico contacto debe ser penalizado como un foul o no. El hecho, sin embargo, que es solamente con experiencia, no sólo con arbitrar activamente, pero también con observar todos los juegos posibles, que una comprensión precisa y consistente del principio de ventaja/desventaja se puede obtener.