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ASISTENCIA A LOS MORIBUNDOS Sobre la asistencia a los moribundos Una de las más urgentes tareas de la caridad es la solidaridad con el hermano o la hermana que agoniza, uniéndose a él para implorar la misericordia de Dios y excitarlo a la confianza en nuestro Señor Jesucristo. Las oraciones y lecturas que se presentan a continuación para escoger libremente y otras que se pueden añadir, si se estima conveniente, deben adaptarse siempre al estado espiritual y corporal del moribundo y a las circunstancias especiales de lugares y personas. Recítense lentamente y en voz bien baja, interrumpiéndola con momentos de silencio. A veces será oportuno recitar, junto con el moribundo, algunas de las jaculatorias, repitiéndolas si parece oportuno, dos o tres veces, lentamente. Modo de ayudar a bien morir - En primer lugar, para que el enfermo pueda ganar las indulgencias concedidas por la autoridad legítima, recuérdensele dichas indulgencias y dígaselo lo que debe hacer para ganarlas; principalmente, que repita una o más veces con corazón contrito, el Santísimo nombre de JESÚS. - Exhórtese luego al enfermo para que, mientras conserve el conocimiento, haga actos de fe, esperanza, caridad y otras virtudes, por ejemplo: - Que crea firmemente todos los artículos de la fe y todo lo que la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana cree y enseña. - Que espere en que Nuestro Señor Jesucristo por su inmensa clemencia le será propicio, y que conseguirá la vida eterna por los méritos de la Pasión y por la intercepción de la Santísima Virgen María y de todos los Santos. - Que ame y desee amar de todo corazón a Dios con el amor con que lo aman todos los Santos y Bienaventurados. - Que de todo corazón se arrepienta de todo corazón se arrepienta de toda ofensa que de cualquier manera haya cometido contra Dios o contra el prójimo. - Que perdone de todo corazón y por amor a Dios, a todos los que le ofendieron en alguna forma y a todos sus enemigos. 1 - Que lleve con paciencia los dolores y molestias de la enfermedad que ahora sufre, por amor a Dios y en penitencia de sus pecados. - Que proponga apartarse con todas sus fuerzas del pecado y guardar los mandamientos de Dios, si él se dignare darle de nuevo la salud. - Exhórtesele también para que como le sea posible, por lo menos en su corazón, de tiempo en tiempo, dirija a Dios algunas oraciones jaculatorias. Fórmulas breves ¿Quién podrá apartarnos del Amor de Cristo? En la vida y en la muerte somos del Señor Tenemos una casa que tiene duración eterna en los cielos Estaremos siempre con el Señor Veremos a Dios tal cual es Hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos A Ti, Señor, levanto mi alma El Señor es mi luz y mi salvación Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la Vida Mi alma tiene sed del Dios Vivo Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque Tú vas conmigo Venid, vosotros, benditos de mi Padre, dice el Señor Jesús, heredad el Reino preparado para vosotros Te lo aseguro, hoy estarás conmigo en el Paraíso, dice el Señor Jesús En la casa de mi Padre hay muchas moradas Dice el Señor Jesús: Voy a prepararos un sitio y os llevaré conmigo Todo el que cree en el Hijo tiene Vida Eterna A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu Señor Jesús, recibe mi espíritu Santa María, ruega por mí San José, ruega por mí Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía Ven, Señor Jesús Oración Alma cristiana, al salir de este mundo, marcha en el nombre de Dios Padre todopoderoso, que te creó, en el nombre de Jesucristo, hijo de 2 Dios vivo, que murió por ti, en el nombre del Espíritu Santo, que sobre ti descendió. Entra en el lugar de la paz y que tu morada esté junto a Dios en Sión, la ciudad santa, con Santa María Virgen, Madre de Dios, con San José y todos los Ángeles y los Santo. Querido hermano, te entrego a Dios, y, como criatura suya, te pongo en sus manos, pues es tu Hacedor, que te formó del polvo de la tierra. Y al dejar esta vida, salgan a tu encuentro la Virgen María y todos los ángeles y los santos. Que Cristo que sufrió por ti, te conceda la libertad verdadera. Que Cristo, Hijo de Dios vivo, te aloje en su paraíso. Que Cristo, buen Pastor, te cuente entre sus ovejas. Que te perdone tus pecados todos los pecados y te agregue al número de sus elegidos. Que puedas contemplar cara a cara a tu Redentor y gozar de la visión de Dios por los siglos de los siglos. Amén. Letanías - Acoge, Señor, en tu reino a tu siervo para que alcance la salvación que espera de tu misericordia. R. Amén. - Libra, Señor a tu siervo de todos sus sufrimientos R. Amén. - Libra, Señor, a tu siervo como libraste a Noé del Diluvio. R. Amén. - Libra, Señor, a tu siervo como libraste a Abraham del País de los Caldeos. R. Amén. - Libra, Señor, a tu siervo como libraste a Job de sus sufrimientos. R. Amén. - Libra, Señor, a tu siervo como libraste a Moisés del poder del Faraón. R. Amén. - Libra, Señor, a tu siervo como libraste a Daniel de la fosa de los leones. R. Amén. - Libra, Señor, a tu siervo como libraste a los tres Jóvenes del horno ardiente y del poder del Rey Inicuo. R. Amén. - Libra, Señor, a tu siervo como libraste a Susana de la falsa acusación. R. Amén. - Libra, Señor, a tu siervo como libraste a David del Rey Saúl y de las manos de Goliat. R. Amén. - Libra, Señor, a tu siervo como libraste a Pedro y Pablo de la cárcel. R. Amén. 3 - Libra, Señor, a tu siervo por Jesús nuestro Salvador, que por nosotros sufrió cruelmente y nos obtuvo la vida eterna. Oración Señor, Jesús, Salvador del mundo, Te encomendamos a N. y te rogamos que lo (la) recibas en el gozo de tu reino, pues por él/ella bajaste a esta tierra. Y aunque haya pecado en esta vida, nunca negó al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, sino que permaneció en la fe y adoró fielmente al dios que hizo todas las cosas. Después de que haya expirado, dígase. V/. Venid en su ayuda, santos de Dios; Salid a su encuentro, ángeles del Señor. R/. Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo. V/. Cristo, que te llamó, te reciba, y los Ángeles te conduzcan al regazo de Abrahám. R/. Recibid su alma presentadla ante el Altísimo. V/. Dale, Señor, el descanso eterno, y brille para él la luz perpetua R/. Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo. V/. Oremos. Te pedimos Señor, que tu siervo/a N., muerto ya para este mundo, viva para ti, y que tu amor misericordioso borre los pecados que cometió por fragilidad humana por Jesucristo nuestro Señor. R/. Amén. V/. Acogedlo (a) y presentadlo (a) ante el Altísimo. Concédele, Señor, el descanso eterno, y brille para él la luz perpetua. Acogedlo (a) y presentadlo (a) ante el Altísimo. Oraciones por uno que acaba de expirar Oremos Padre, te encomendamos a tu hijo (a) N., para que viva unido (a) a Ti después de haber muerto para el mundo, y Tú que eres la misma bondad, dígnate perdonarle los pecados que haya cometido por la fragilidad de su condición humana. Por Cristo nuestro Señor. R/. Amén. Oremos Oh Dios, Padre de bondad, nuestra fe proclama a tu hijo, muerto y resucitado; concede, propicio, por tu Ministerio Pastoral, que tu hijo (a) N., que se durmió en Cristo se alegre, por El, al resucitar. Por Cristo nuestro Señor, R/. Amén. 4 RECOMENDACION DEL ALMA 5