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Buenos Aires, 20 de abril de 2012 Nº 869 La economía argentina crecería 3% en 2012 Se modera la expansión de la actividad La economía argentina se desaceleró en el último trimestre de 2011. Según nuestras estimaciones, el PBI creció 4,1% i.a. en este período frente al 7,7% i.a. registrado en el acumulado de los primeros tres trimestres. En el cuarto trimestre, los controles cambiarios postergaron planes de consumoinversión, el incremento de tasas impactó sobre el crédito, las trabas a las importaciones afectaron a la producción y se deterioró el contexto internacional. Algunas de estas tensiones se moderaron: el cepo a la compra de dólares generó una caída en las tasas, el Gobierno archivó los incrementos de tarifas y la inyección de liquidez en Europa descomprimió la situación de corto plazo. Del lado de la demanda, los indicadores de consumo siguieron creciendo aunque a un menor ritmo. Sin embargo, la mejora del contexto no revirtió el retroceso en la inversión. En suma, frente a la fuerte desaceleración de la economía doméstica registrada en el último trimestre de 2011, la actividad se habría mantenido estancada en los primeros meses de 2012. La escasez de dólares se convirtió en el principal limitante del crecimiento. El Ejecutivo defendió la paridad cambiaria acotando la demanda de divisas, trabando no sólo la compra y el giro de utilidades al exterior, sino también limitando las importaciones. La estacionalidad de la liquidación de divisas permitiría relajar las trabas a las importaciones en los próximos meses. Sin embargo, el balance cambiario del segundo semestre será ajustado. El aumento del límite de Adelantos Transitorios para sostener una política fiscal expansiva puede apuntalar la actividad en el corto plazo. Pero la emisión también implica presión sobre la inflación y la demanda de dólares financieros. El consumo volverá a ser el motor de la economía argentina mientras que la inversión quedará rezagada, pues no se han generado las señales necesarias para que vuelva a ser protagonista en la Argentina. La actividad económica en desaceleración La economía argentina se desaceleró en el último trimestre de 2011. Según nuestras estimaciones el PBI creció 4,1% i.a. en este período frente al 7,7% i.a. registrado en el acumulado de los primeros tres trimestres de ese año. Es más, corregida por efectos estacionales, la actividad económica se habría estancado (+0,2 s.e.) respecto al tercer trimestre. El menor dinamismo de la actividad también quedó reflejado en las cifras oficiales: el PBI del INDEC creció 7,3% i.a. en el último cuarto del año, cuando en enero-septiembre se había incrementado 9,4% i.a. En términos desestacionalizados el incremento fue de 0,8%, el más bajo desde la salida de la crisis de 2008-2009. Esta desaceleración obedeció a una multiplicidad de factores. En efecto, la incertidumbre generada por los controles cambiarios postergó planes de consumoinversión, el incremento de tasas moderó el otorgamiento de crédito, las trabas a las importaciones afectaron la provisión de insumos productivos mientras que la situación europea deterioró el contexto internacional. Durante los primeros meses de 2012 algunas de estas tensiones se moderaron aunque el impacto sobre la actividad habría resultado acotado. En este sentido, el cepo a la compra de dólares generó una fuerte caída en las tasas mientras que el crédito en pesos frenó su desaceleración. Al mismo tiempo, el Gobierno archivó buena parte de los incrementos de tarifas. Por otra parte, a nivel internacional, la inyección de liquidez del Banco Central Europeo (BCE) 1 compró algo de tiempo descomprimiendo la situación en el corto plazo. En este marco, del lado de la demanda los indicadores de consumo siguieron creciendo aunque a un menor ritmo. Por caso, los patentamientos de autos subieron 9,1% i.a. en el primer trimestre, lejos del 20,8% i.a. registrado en el 1 Ver ISE 863: “Mejoran las perspectivas de la economía global” último trimestre. Asimismo, las ventas minoritas avanzaron 2,1% i.a. entre enero y marzo frente al 7,8% i.a. del último cuarto del año. Sin embargo, la recaudación de IVA DGI (asociada al consumo interno) se aceleró en el primer trimestre: creció 37% i.a. desde el 29% i.a. de incremento del último trimestre de 2011. Sin embargo, esta mejora del contexto no habría conseguido revertir el retroceso en la inversión, que por su naturaleza necesita de un horizonte de previsibilidad más prolongado para su desarrollo. En efecto, las cantidades importadas de bienes de capital cayeron 3% i.a. en el primer bimestre mientras que la Construcción se habría estancado en términos interanuales en el primer trimestre, particularmente afectada por las restricciones a la compra de Dólares. En este sentido, los despachos de cemento se mantuvieron constantes respecto al año pasado mientras que el Índice Construya avanzó apenas 1,5% i.a. Del lado de la oferta, nuestras estimaciones de producción de bienes dan cuenta de un estancamiento de la actividad durante los primeros meses del año. En esta dirección apuntan también las cifras oficiales. En particular, el EMAE (Estimador Mensual de Actividad Económica) permaneció prácticamente sin cambios en el primer bimestre en términos desestacionalizados mientras que la industria, a pesar del repunte de marzo, cayó 1% en el primer trimestre. En suma, frente a la fuerte desaceleración de la economía doméstica registrada en el último trimestre de 2011, la actividad se habría mantenido estancada en los primeros meses de 2012. Las perspectivas de actividad para lo que resta de 2012 Como mencionamos a principios de año2, la escasez de dólares se convirtió en el principal limitante del crecimiento. El Ejecutivo defendió la paridad cambiaria 2 Ver ISE N 859 “Caja en dólares vs. nivel de actividad” acotando la demanda de divisas, trabando no sólo la compra y el giro de utilidades al exterior, sino también limitando las importaciones. Las trabas a las compras externas apuntalaron el superávit comercial en los primeros meses del año, pero a costa de un menor stock de insumos, piezas y bienes de capital importados claves para el proceso productivo. Dado que seguir recortando importaciones terminará frenando la actividad y la oferta de dólares es estacionalmente alta en el segundo trimestre (se liquida la cosecha gruesa), es probable que el Gobierno relaje algo las trabas. Sin embargo, en la segunda mitad del año el balance cambiario volverá a ser ajustado (mayores pagos de deuda e importaciones de energía en invierno) por lo que se volvería a apretar el torniquete, impactando en las compras externas y en el crecimiento. En un contexto de desaceleración del crecimiento y donde la mayoría de las provincias está subiendo impuestos para acotar el rojo de sus cuentas, el Gobierno Nacional aumentó el límite de Adelantos Transitorios para poder inyectar fondos frescos en la economía. De hecho, el sector público nacional dejó de avanzar en los recortes de subsidios (suba de tarifas) y el gasto primario continúa creciendo a un mayor ritmo que sus ingresos. Emitir para financiar al Tesoro apuntala la actividad en el corto plazo, pero también implica mayor presión sobre la inflación y la demanda de dólares financieros, complicando el panorama futuro. Lo positivo es que pese a diversas dificultades –trabas a la demanda de dólares, pérdida de competitividad e incertidumbre- la actividad crecerá en torno del 3% en 2012, impulsada principalmente por el consumo. Lo negativo, es que la inversión quedará prácticamente estancada, ya que no se generan las señales necesarias para que vuelva a ser protagonista en la economía argentina. Es importante destacar que mientras la suba de precios y salarios no converja al incremento del tipo de cambio nominal (que se ubica en un dígito), será cada vez más difícil superar la escasez de divisas (restricción externa). De hecho, para que en 2013 no se agraven los controles sobre la demanda de dólares dependeremos de factores exógenos, como una demanda creciente de nuestros productos exportables y/o un clima benigno que potencie la próxima cosecha agrícola