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Canciones y Coplas populares 1 Si el más triste de los tristes mis lamentos escuchara, por compadecer mis penas de las suyas se olvidara. 2 Cinco sentidos tenemos; todos los necesitamos; todos cinco los perdemos cuando nos enamoramos. 3 Muchos constancia prometen mientras logran sus intentos, y logrando lo que quieren, si te vide no me acuerdo. 4 Si mi cuidado es causa de disgustarte, Mira que es imposible el olvidarte; que si pudiera, sólo por complacerte, mi amor, lo hiciera. 5 Si la pasión te ciega, mira primero donde pones los ojos, no llores luego: los ojos abre; mira que cuando acuerdes será ya tarde. 6 El alma y las tres potencias con mi corazón te di, porque estaba convencido que para amarte nací. 7 La vida paso muriendo; si muriera, viviría, porque muriendo, saldría del mal que sufro viviendo. 8 A conquistar tu plaza me dirigía cuando vi que otro. puso su batería; mudé de intento y puse en otra parte mi pensamiento. 9 Malos pensamientos tienes y yo mil presentimientos: para dejar de pensar, mudemos de pensamiento 10 Cuando te contemplo ausente con más fineza te adoro, mi cogollo de romero, mi bello granito de oro. 11 Si piensas que en tí piensa mi pensamiento, piensas en una cosa que yo no pienso; si la pensara como mal pensamiento la desechara. 12 Quisiera con un suspiro descerrajar esta puerta, por ver si la vida mía está dormida o despierta. 13 El clavel que me diste lo tengo en agua, porque no se marchite, ¡prenda del alma! 14 Qué lejos estás de mí; no te alcanzo a divisar; los cerros tienen la culpa, ¡Quién los pudiera tumbar! 14 Ausente del bien que adoro cualquiera me considere: ¿Qué gustos podré tener sin saber si vive o muere? 15 Suerte, suerte desgraciada, ¿Para qué dichas mediste? ¿Por qué con tiempo no viste que dichas no duran nada? 16 Di, Cali, en qué te ofendí: ¿Por qué tanto me maceras? ¡Ay! ¿por qué como las fieras me despedazas así? 17 Adiós, Cali tan famoso, tierra donde yo nací, que para otros eres madre y madrastra para mí. 18 Adiós, Popayán hermoso, tierra de la picardía, adiós, patojas del diablo, que yo volveré algún día. 19 Allá arriba en esa loma tengo un pañuelo volando, y en las puntas tiene escrito: 'Ya mi amor se va acabando'. 20 Aunque la puerca sea rusia y la maten en la villa, y le echen leche a la sangre, siempre es negra la morcilla. 21 Si la sirena se embarca con ella te escribiré: mi sangre será la tinta, mi corazón el papel. 22 Si yo fuera pajarito, a verte fuera derecho, y con pajitas y plumas hiciera nido en tu pecho. 23 Mi vida, si tú me quieres no se lo digas a nadie; mete la mano en tu pecho, dile al corazón que calle. 24 En el mar de tu pelo navega un peine, y a las olitas que hace mi amor se duerme. 25 Propasas tanto a Venus en tu hermosura, cuanto va de lo vivo a la pintura. 26 Aunque nunca me quieras he de quererte, y se que estos amores me dan la muerte. 27 Aunque tú no me quieras, yo he de quererte, porque esos tus amores me dan la muerte. 28 Yo soy, trigueña, yo soy quien todo el alma te fía: quiéreme por vida tuya, que yo te adoro, alma mía. 29 Quien no previene los daños ni los peligros advierte, a golpes de desengaños será razón que despierte. 30 Es tanto lo que te quiero y mi amor tan majadero, que cuando te veo me escondo y por verte desespero. 31 Es tanto lo que te quiero y lo que te quiero es tanto, que te quisiera tener en mi pecho como santo. 32 Ojos negros y pardos son los comunes, pero los de mi gusto son los azules. 33 Ojitos de cambalache, que lindo mirar tenéis; por donde quiera que vais un cambalachito hacéis. 34 Ojitos de cambalache, que lindo mirar tenés; por cualquier parte que andás tu cambalachito hacés. 35 Cuando un negro me saluda, ¡Ay! que miedo que me da de verle los ojos blancos, ¡Santísima Trinidad! 36 Un volcán tengo en el pecho, que arde de diversos modos, y yo, callando, me abraso porque no lo sepan todos. 37 Ábreme la puerta, cielo, que yo no vengo a dormir, sólo te vengo a decir... que si me quieres, te quiero. 38 Ojos habrá desgraciados, pero no como los míos, porque mis ojos se hicieron para aumento de los ríos. 39 Cuando un pobre se enamora y un rico se le atraviesa, sale el pobre puerta afuera rascándose la cabeza. 40 Eres un granito de oro, una perla dibujada; eres aquel pajarito que canta a la madrugada. 41 Jamás, mi bien, hallarás quien, como yo, por tí muera: hallarás quien bien te quiera, más no quién te quiera más. 42 Ya la luna no me alumbra, los halares no hacen sombra; y con esto me despido: hasta mañana, paloma. 43 Clavelito colorado matizado con romero, ¿Cómo no te he de querer si fuiste mi amor primero? 44 Clavelito colorado, de la mata te cogí: la mata quedó llorando como yo lloro por ti. 45 Adoremos esta casa y al albañil que la hizo, pues por dentro está la gloria y por fuera el paraíso. 46 Alabemos esta casa, no por su merecimiento, sino por la gente honrada que está de puertas adentro. 47 ¿Para qué son tus caricias, tus caricias para qué, si al mismo tiempo te faltan caricias, amor y fe? 48 Te quiero porque me quieres, te quiero porque me buscas te quiero porque te quiero, te quiero porque me gustas. 49 ¡Válgame Dios! qué cosas las que preguntas: ¿Sabes por qué te quiero? porque me gustas. 50 Me mandan bailar la pisa la pisa yo no la sé, que para bailar la pisa las indias de Santa Fé. 51 De repente me han sacado a bailar el mollejón quién sabe como me vaya por ser primera ocasión. 52 Debajo de tu ventana me cogieron prisionero, y para pena mayor me ataron con tu pañuelo. 53 Mañana como a estas horas junto de ella pienso estar, contándole mis trabajos hasta que la haga llorar. 54 Por dos pesos que te di ha habido dos mil enojos: mira cuánto son dos pesos... diez y seis reales, mis ojos. 55 Te están celando por mí sin haber pasado nada: si no lo hice, lo haré, pues ya ha corrido mi fama. 56 Las niñas en la ventana cantando la mejorana; las viejas en el rincón desmotando el algodón. 57 En el monte de las Pavas de continuo está lloviendo... ¿Cómo me quieres negar lo que mis ojos van viendo? 58 ¡Qué preciosos! ¡qué preciosos! ¡arrayanes florecidos! ¡Cuánta diera por tus ojos si no estuvieran vendidos! 59 Debajo del limonero, donde el agua no corría, entregué mi corazón a quien no lo merecía. 60 Por el filo de una espada me atrevo a subir al cielo, por coronarte de gloria, hermosísimo lucero. 61 Las estrellas en el cielo caminan de dos en dos: así caminan mis ojos, mi vida, detrás de vos. 62 Por esta calle me voy, por la otra doy la vuelta; la muchacha que me quiera, que tenga la puerta abierta. 63 ¿Para qué son gustos si se han de acabar? más valen mis penas, que me han de durar. 64 Cruelísima condición la que en suerte me ha tocado: he de vivir separado de mi propio corazón. 65 A tan triste condición la suerte me ha sujetado, que he de vivir separado de mi mismo corazón. 66 La naranja nació verde y el tiempo la maduró; mi corazón nació libre y el tuyo lo cautivó. 67 Tú me amas de corazón, y que te amo, es cosa cierta; en decir tengo razón: 'Cuando la puerta está abierta no tiene culpa el ladrón'. 68 Chiquitica te buscaba, chiquitica te encontré; hermosura de mis ojos, ¡cuándo yo te olvidaré! 69 Adiós, pajarillo triste, que aprisionado en tu jaula, tan pronto gimes y lloras como enamorado cantas. 70 Quiere volar y no puede, y sacudiendo las alas, llora en su prisión primera a su libertad pasada. 71 Desde que te vi venir montadita en una avispa, le dije a mi corazón: este diablo ya no arrisca. 72 Esta noche voy allá; desde ahora te lo aviso; si la puerta es sonadora úntale cebo en el quicio. 73 Vuela, pensamiento, y dile a la niña que más quiero, que aquí en mi pecho hay amor y en mi bolsillo dinero. 74 Satisfacciones no pido: dáselas a quien quisieres, que bien satisfecha estoy del poco amor que me tienes. 75 Con esta mi bandolita me atrevo a voltear el mundo enamorando muchachas, vagamundo, vagamundo. 76 Una bonita puede con un suspiro resucitar a un muerto, matar a un vivo, 77 Donde me dijiste adiós, triste me quedé pensando, sin poderte responder: adiós, mi vida; ¿hasta cuándo? 78 Ya se murieron mis perros, ya quedó mi rancho solo; mañana me muero yo para que se acabe todo. 79 Cuando te vas a bañar avísame tres días antes, para empedrarte el camina de rubíes y diamantes. 80 Zamba del demonio, ¿Cuándo te veré en la tasajera colgada de un pié? 81 Lucerito de mañana, no te vas a enajenar, que aunque la vida me cueste contigo me he de quedar. 82 Es mucho lo que te quiero y la que te quiero es mucho, pues te quisiera llevar en la oreja como pucho. 83 Las mujeres son el diablo cuando ven a un hombre pobre: lo ponen de candelero, como si fuera de cobre. 84 El amar de las mujeres es como el del gallinazo, que en comiéndose la carne al hueso no le hacen caso. 85 Cuando una mujer te diga que te quiere y te idolatra, es porque te tiene vista la bolsa llena de plata. 86 Cuando una mujer te dice que te quiere y que te adora, es porque te tiene puesto tu buen marchante a la cola. 87 Cuando una mujer te jura que te quiere y que te estima, es porque tiene ya puesto el matachín en la esquina. 88 Yo me enamoré del aire, del aire de una mujer; como la mujer es aire en el aire me quedé. 89 Diera ya por conseguirte y porque tú me quisieras, las dos niñas de mis ojos, aunque quedara sin ellas. 90 A cada paso que doy me parece que te veo: es tu sombra que me sigue a apariencias del deseo. 91 Antes de conocerte, ya te quería, y soñaba contigo hasta de día. 92 Desde que te ví, te amé, y todo fue de improviso; no sé qué sería primero, si amarte o haberte visto. 93 Qué bonita está la luna, y un lucero la acompaña; ¡qué triste se pone un hombre cuando una mujer lo engaña! 94 Cinta colorada de la nueva unión, teñida con sangre de mi corazón. 95 Águila que vas volando y en el pico llevas viento, llévame este papelito donde está mi pensamiento. 96 Aguila que vas volando y en el pico llevas flores, llévale este papelito al amor de mis amores. 97 El naranjo tiene espinas, siendo un árbol tan frondoso mi corazón es el firme y el tuyo es el engañoso. 98 Yo soy como el tominejo, que pica de flor en flor, pues de todas me enamoro y en ninguna pongo amor. 99 Yo soy el zambo sarambo que fuma tabaco en bomba, y si saco mi garrote no hay zambo que se me ponga. 100 Yo soy hombre entre los hombres y entre las gallinas, gallo, y en el corral de mis yeguas no me relincha caballo. 101 Me decís que me querés; yo digo que así será: para mí será el cariño, para otro ... la voluntá. 102 Ya me lo quiere decir, y yo que se las entiendo... plata es lo que necesita y esa es la que yo no tengo. 103 Morenito soy, señora, yo no niego mi color, que entre rosas y azucenas lo moreno es lo mejor. 104 ¡Cuántas guayabas maduras! ¡Cuánto limón por el suelo! ¡Cuántas muchachas bonitas! ¡Cuánto galán sin dinero! 105 Dicen que los que se mueren primero visiones ven; yo he visto unos ojos negros... no sé si me moriré. 106 Corazones partidos yo no los quiero, que cuando doy el mío lo doy entero. 107 Dicen que los celos matan; los celos no matan, no, que silos celos mataran ya me hubiera muerto yo. 108 Mi madre me las pegó porque le pedí marido; vuélvame, madre, a pegar y déme lo que le pido. 109 Cuando un hombre se enamora de mujer que no lo quiere, es lo mismo que encontrarse un calvo, en la calle, un peine. 110 Allá arriba en aquel alto hay un pozo entre limones, donde lloran las mocitas tiernamente por los hombres. 111 Yo supe que te casabas y no fui a tu casamiento por no ver otro sentado donde pusiste mi asiento. 112 Las tres amonestaciones que en el coro se leyeron fueron los tres parasismos que en el corazón me dieron. 113 A ti te estarán vistiendo de blanco, verde y azul, y a mi me estarán diciendo: 'Hermano, diga Jesús'. 114 A ti te estarán probando el lindo traje de gala, y a mí me estarán sacando del aposento a la sala. 115 A ti te estarán poniendo las sortijas, los zarcillos, y a mí me estarán cargando en sus hombros mis amigos. 116 En la puerta de la iglesia a él le entregarán tu mano, y a mí me estarán poniendo un hábito franciscano. 117 En la puerta de la iglesia saldré a recibirte el cura, y a mí me estarán llevando a mi triste sepultura. 118 A ti te estarán poniendo en el cuello la cadena, y a mí me estará cubriendo la primer capa de tierra. 119 ¡Qué recio bailan los novios! ¡qué recio que están bailando! más recios suenan los golpes del cuerpo que están pisando. 120 ¿De qué te sirve, señora, tanta gala y hermosura si todo viene a quedar al pie de la sepultura? 121 Haré por ti un sacrificio, el que tú por mí no harás: quererte sin que me quieras; ¿Qué más quieres? ¿Quieres más? 122 Yo no soy de por aquí: yo soy de Barquisimeto: nadie se meta conmigo que yo con nadie me meto. 123 Yo no soy de por aquí; yo soy de ciertos lugares: nadie se meta conmigo, o le rayo los ijares. 124 Querer una, no es ninguna; querer dos, algo será: cuando la una esté brava, la otra contenta estará. 125 Quien se enamora de una debe completar las dos, y si no ajusta las tres no tiene perdón de Dios. 126 La niña que está bailando se parece a Santa Rita, por los ojitos humildes y esa boca tan bonita. 127 Si porque te quiero piensas que ya me voy a casar, escapa la banderilla, que yo lo que sé es torear. 128 Desde mi tierra he venido pisando espinas y abrojos sólo por venir a verte, vida mía de mis ojos. 129 Desde mi tierra he venido pisando espinas y abrojos sólo por venir a ver, vida de mi alma, esos ojos. 130 Desde mi tierra he venido rodando como pelota sólo por venirte a ver, barriga de puerca chota. 131 Niña de los veinte novios, ya conmigo son veintiuno; si todos son como yo te quedarás sin ninguno. 132 Allá te mandé un pañuelo llenito de colación; la punta estaba manchada con sangre del corazón. 133 Estos mocitos de ahora mucho gastan en planchado: irles a ver el bolsillo lleno de plátano asado. 134 Mañana me voy de aquí, como todos lo verán; a vuelta de mis espaldas sabe Dios lo que dirán. 135 Aunque no me quieras más después de haberme querido, siempre me queda un consuelo: en tus brazos he dormido. 136 Si porque te estoy queriendo te manifiestas ingrata, sabe que estás en el mundo, y 'quien a cuchillo mata' 137 Si porque te estoy queriendo te manifiestas infiel, sabe que estás en el mundo y 'que a donde ha de ir el buey' 138 Si porque te estoy queriendo me das tantas amarguras, sabe que estás en el mundo, y 'el que ha de morir a oscuras 139 Para los bimbos maíz, para los gansos pescado, como la mujer bonita para el hombre enamorado. 140 A las gallinas maíz, a las garzas el pescado, y las muchachas bonitas para el hombre enamorado. 141 Asómate a la vergüenza cara de poca ventana y échame un jarro de sed que me estoy muriendo de agua. 142 Asómate a la ventana y ve lo que van vendiendo; los calzones de tu amante hechos un solo remiendo, 143 Las muchachas de esta tierra son como pocas, bonitas: pero son más pedigüeñas que las ánimas benditas. 144 Te quiero más que a mí mismo, te quiero más que a mi madre, y si no fuera pecado, más que a la Virgen del Carmen. 145 Las mujeres son el diablo, son el mismo lucifer; se visten por la cabeza, se desvisten por los pies. 146 Hasta los palos del monte nacen con separación: con los unos hacen santos y con los otros carbón. 147 De una costilla de Adán hizo Dios a la mujer, para que el hombre tuviera ese hueso que roer. 148 Si el naranjito de amores no tuviera sus azares, fuera mi quita-dolores, fuera mi quita-pesares. 149 Al señor garrapatero lo llaman para escribano, y él dice que no podrá porque le tiembla la mano. 149 En un hospital de amores un loco me aconsejó que no quisiera a una sola, que de eso se enloqueció. 150 Si un caballero te manda que le ensilles el caballo, déjale la cincha floja aunque se lo lleve el diablo. 151 Antonio, te tengo dicho que echés ese gato afuera, porque no quiero en mi casa (que a mi madre no le gustan) gatos de cabeza negra ¡Quíchito, perro! ¡Quichito, gato! si no lo espanta yo ya lo mato. 152 Antonio, te tengo dicho, por el Ángel San Gabriel, que me prestes los zurrones para que tiren la miel ¡Quíchito, perro! ¡Quíchito, gato! si no lo espanta ya yo lo mato. 153 Toma un puñal, rómpeme el pecho, ve tu retrato, que está bien hecho. 154 Con esta muchachita me caso yo; bendita sea la madre que la parlo. 155 El corazón, site veo, parece que se me parte; y mi alma quiere salir para verte y abrazarte. 156 La voluntad que te tengo ¡Cuándo se me ha de acabar, si cada vez que te veo me consuelo con llorar! 157 Mi pecho, si hablas, suspira; y al verte, solloza el alma, y si te miro, a mis ojos se asoma siempre una lágrima. 158 Ojos verdes son el mar; ojos azules, el cielo; ojos pardos, purgatorios, y ojos negros, el infierno. 159 El amor es un bichito que por los ojos se mete, y en llegando al corazón, Francisco Javier, tenéte. 160 Una vez que te dije que me quisieras, te pusiste más alta que las estrellas. 161 Señor Jaramillo me escribió un papel que si yo quería casarme con él: yo le contesté, con tinta y papel, que me casaría, pero no con él. 162 Las muchachitas de mi tierra son como el terrón de azúcar; el que las llega a probar hasta los dedos se chupa. 163 Los ojos de mi morena se parecen a mis males; negros como mi fortuna, grandes como mis pesares. 164 Hice voto de quererte, mil empeños de adorarte: fortuna fue conocerte, desgracia fuera olvidarte. 165 Una guacharaca mansa y un chilacó cimarrón, y una muchacha bonita que me roba el corazón. 166 Por aquella ventana me tiran flechas; como sean de tus manos, vengan derechas. 167 No digo que no me gustan tus gracias y tu belleza; pero del amor al gusto hay una distancia inmensa. 168 Hay ojos que dan enojos, hay ojos que congracian, hay ojos que con mirar consiguen lo que desean. 169 Amantes fuimos y somos, amantes hemos de ser, porque no hay poder humano que al amor pueda vencer, 170 La pobreza es un borrón que a todo mundo oscurece: al pobre, aunque sea muy noble, no lo ven como merece. 171 Mis ojos tienen la culpa, con ellos he de pelear, porque con ellos he visto lo que no puedo olvidar. 172 Mañana me voy de aquí, mañana será mi viaje; sólo un beso y un abrazo serán mi matalotaje. 173 Mi vida, si así deseas a mis penas dar alivio, busca pronto la ocasión de verte a solas conmigo. 174 ¿De qué me sirve llorar si mi dueño no lo sabe? las lágrimas en ausencia cuestan mucho y poco valen. 175 Primero que encuentres, niña, amor firme como el mío, se volverán plata y oro los arenales del río. 176 Me acuerdo, que, llorando, dijiste un día, que sólo con la muerte me olvidarías. 177 ¿Dices que no me quieres? tengo el consuelo de saber que tú sabes que yo te quiero. 178 La camisa tengo rota y yo no la he de coser en todos los agujeros tusitas le he de meter. 179 Amante leal y rendido tu amistad solicité, y tan infeliz fuí que me hallé mal correspondido. 180 ¿Has vista cuando, al tomar un músico el instrumento, aplica el oído atento hasta poderlo templar; y si luego, al registrar, una cuerda falsa siente pone la mano impaciente, tuerce la clavija airado y da por muy bien empleado que esa cuerda se reviente? 181 Por haber mi amor mudado te quejas a grito herido: me espanta el haber querido mas no el haberme cansado. 182 Ven a ver, pasajero sensible, ven a ver con asombro y horror, las reliquias de un pueblo infeliz que Caracas por nombre llevó. 183 Si porque te quiero, quieres que yo la muerte reciba, hágase tu voluntad; muera yo porque otro viva. 184 Si me vieras padecer por ti, niña, tan de veras, lástima te había de dar aunque amor no me tuvieras. 185 Yo comí de la retama, del cogollo la mitad pues no hay cosa más amarga que un amor pagado mal. 186 Ahora que está bailando la rosa con el clavel la rosa que se deshoja y el clavel la va a coger. 187 Morir será lo mejor; mis penas se acabarán: mis padres me llorarán, que abandoné por tu amor. 188 El amor que te tenía era poco y se acabó: lo puse en una lomita y el viento se lo llevó. 189 De dos amores que tuve, al uno le dio la peste y el otro que me ha quedado... Ven, Coco, y llevaste éste. 190 Si el amor que puse en ti, tan firme y tan verdadero, yo lo hubiera puesto en Dios me hubiera ganado el cielo. 191 Dices que nada te quiero, ¿Por qué no te he de querer? yo me hago el desentendido para no darlo a entender. 192 El amor que te tenía era de vara y tres cuartas; lo puse en la talanquera; se lo comieron las vacas. 193 Déjame seguirte al monte, déjame coger la flor, déjame dormir un sueño en tus bracitos, mi amor. 194 Déjame entrar al monte, déjame coger las ramas, déjame dormir un sueño en tu regalada cama. 195 Eres un granito de oro ensartado en un bejuco; ¿Cómo quieres que te quiera si tu cuerpo es tan maluco? 196 Desde mi tierra he venido pisando chiribitales, sólo por venirte a ver, boquita de dos corales. 197 Mi mulita la tenía amarrada en la quebrada, como era de contrabando se la llevaron los guardas. 198 ¡Lástima de mi mulita! ¿Para qué la vendería? cuando yo montaba en ella, en el paso se dormía. 199 -Dime, niña bonita, ¿Quién te mantiene? -Las tropas de Colombia que van y vienen. 200 Adiós, ramita de albahaca, cogollo de ajonjolí, me tienes inquieta el alma desde la hora en que te vi. 201 Dígame, Señor herrero, cuánto fierro ha menester para ponerle un candado en la boca a mi mujer. 202 El alcalde me destierra, el cura me descomulga, mi madre me muele a palos y el amor zumba que zumba. 203 La mujer amorosa corre el peligro de las flores que nacen junto al camino. 204 Ciento cincuenta pesos daba la viuda sólo por la sotana del señor cura; el cura le responde con gran contento: -'Mi sotana se vende conmigo adentro': y la viuda contesta con alegría: -'Esa era la sotana que yo quería'! 205 No te alegres de mi mal, que pende de una campana, pues lo que hoy pasa por mí pasará por ti mañana. 206 Te dije que te quería y siempre te estoy queriendo; el amor que te tenía siempre te lo estoy teniendo. 207 Cuando vas a comprar paño pide la muestra, que en el paño hay mucho engaño, como en la mujer compuesta. 208 Al diablo doy la mujer que viste enaguas en suma, porque ave de mucha pluma tiene poco qué comer. 209 El corazón me has pedido siendo una cosa tan dura; si te doy el corazón se me daña la asadura. 210 El amor del hombre pobre es como el del gallo enano, que en correr y no alcanzar se le pasa todo el año. 211 En el patio de mi casa corre el agua a borbollón; quien te dio casa de teja que te dé la varazon. 212 A la quebradita fui sólo por verte pasar; hasta el agua se enternece de ver mis ojos llorar. 213 Dicen que una hermosa dama el corazón me entregó; pero el corazón, sin ella, ¿para qué lo quiero yo? 214 El corazón de mi dama dicen que lo tengo yo; el corazón sin la dama ¿para qué lo quiero yo? 215 Una ocasión que lloré me callaron con mamar; cebadito me quedé a cada rato llorar. 216 Échame mi manta afuera, mi mochila y mi bordón, y mis dos pares de albarcas y verás como me voy. 217 Ese tiempo que gasté en quererte, vida mía, gastado en torcer cabuya, ya hubiera hecho una guambía. 218 Has dicho que no me quieres porque soy pobre y tan feo; yo tengo mi garabato con que me las cabestreo. 219 A mi mamita le pido que no me case con tuerto, porque parece dormido cuando se está más despierto. 220 Cogí la rosa en la mano y le sacudí el rocío para ver si se juntaba tu corazón con el mío. 221 Aunque el alcalde me coja y los grillos me remache, yo nunca te olvidaré porque así fue el cambalache. 221 Dicen que el águila negra es la reina de las aves, y tus ojos han de ser de mi corazón las llaves. 222 Dicen que el águila negra es la reina de las aves, y tus negros ojos son de mi corazón las llaves. 223 Tienes unos ojos negros que parecen de azabache; si fueras cambalachera, yo te hiciera cambalache. 224 Mi mujer y mi caballo se me murieron a un tiempo: qué mujer ni qué demonio, mi caballo es lo que siento. 225 Decime si me querés, no me andés con salvajadas; ayer te escribí una carta con letricas coloradas. 226 No digo que no me gusten las gracias de su belleza pero del amor al gusto hay una distancia inmensa. 227 En el otro lado vive la que a mí me está queriendo; ella está llena de chunche y hasta a mi me está cundiendo. 228 Si alguna quiere saber cómo enamoran los blancos, asómese a una ventana... - Señora, cómpreme santos. 229 Anoche, mi bien, soñé que unos negros me mataban, y eran tus dos ojos negros que enojados me miraban. 230 Si piensas que por tu amor me he de volver aceituna, advierte que soy muchacha y que me sobra fortuna. 231 Esos tus ojos tan negros con que me alzas a mirar, abájalos un poquito que me puedo condenar. 232 Échate por la ventana que yo te recibiré, y si acaso te matares dirás que yo te maté. 233 Tienes unos ojitos y unas pestañas y una boca embustera con que me engañas. 234 Si tu fueras formalita yo te diera una camisa pero eso es vestir altar para que otro diga misa. 235 Yo no quiero tus amores ni tampoco tu camisa: tengo quien vista el altar y también quién diga misa. 236 Fuerza de amor me obligó a escribirte, porque en suma, para eso dice la pluma lo que un vergonzoso no. 237 El que te escribe soy yo, y la que dicta es el alma; el que se muere por ti ya sabes cómo se llama. 238 Con tinta negra te escribo porque muy negra es mi suerte; los renglones apartados porque de ti vivo ausente. 239 Las mocitas de este tiempo con trabajo hallan esposo, pues se dejan engañar con sortijas de corozo. 240 Corazones partidos yo no los quiero, que cuando doy el mío lo doy entero. 241 Daré mis quejas al mar, a lo hondo y más profundo, que de tus ingratitudes no quiero que sepa el mundo. 242 ¡Ojos negros, ojos negros! ¿Por qué me miráis así? tan alegres para otros y tan tristes para mí! 243 En las balanzas de amor están pesando firmezas: ¿Qué importa que el fiel sea firme si el engaño está en las pesas? 244 Temeroso de un desprecio vivo muriendo de amor, y estoy pasando una vida más triste que la de Job. 245 Temo que me des el pago que le dio David a Unas, y así, con tanta aflicción lloro como Jeremías. 246 La mujer y la gallina tienen instintos iguales: quieren mucho al sexo opuesto y del suyo son rivales. 247 Pavita del monte déjame pasar, que voy de camino para Popayán. 248 En Cali me dieron fríos, en Caloto calentura, en Cartago fue mi muerte y en Buga mi sepultura. 249 De los chuyacos del día mi chuyaco es el mejor, porque mi chuyaco tiene ajo, pimienta y color. 250 Las mujeres de este tiempo son como las avellanas: de ciento sale una buena y noventa y nueve vanas. 251 Mi mujer y mi caballo comen en un mismo plato; mi mujer por lo garosa tiene a mi caballo flaco. 252 Los suspiros que yo doy salen de mi pecho franco, y se dirigen al tuyo como las balas al blanco.