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PARA ENTENDER EL PÁNICO Mª Victoria Sánchez López, PIR Hospital Rodríguez Lafora. Madrid. ¿TENGO UN PROBLEMA DE PÁNICO? El DSM-IV-TR es un manual que recoge los criterios utilizados por psicólogos y psiquiatras de todo el mundo para diagnosticar e investigar distintos trastornos. Estos son los criterios que propone para las crisis de pánico: Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompaña de cuatro o más de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 minutos: - palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardiaca sudación temblores o sacudidas sensación de ahogo o falta de aliento sensación de atragantarse opresión o malestar torácico náuseas o molestias abdominales inestabilidad, mareo o desmayo desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo) miedo a perder el control o volverse loco miedo a morir parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo) escalofríos o sofocaciones En el trastorno de pánico se dan crisis de pánico repetidas. Además, durante un mes se produce uno o más de los siguientes síntomas: - inquietud persistente ante la posibilidad de tener más crisis preocupación por las implicaciones de la crisis o sus consecuencias cambio significativo del comportamiento relacionado con las crisis ¿CÓMO SE PRODUCEN LAS SENSACIONES TEMIDAS EN EL PÁNICO? La ansiedad es una reacción normal, con la que nos ha dotado la naturaleza, para ponernos a salvo cuando nos enfrentamos a algún peligro. La crisis de pánico es una reacción automática y refleja, cuya misión es ayudarnos a sobrevivir, y que se pone en marcha cuando percibimos un peligro grave e inminente. Si tu cerebro percibe un peligro (sea real o no), empieza a funcionar el sistema de alarma, lo que provoca distintos cambios fisiológicos que ayudan al organismo a afrontar el peligro: - - - - tu cuerpo libera adrenalina y noradrenalina, que producen una sensación de nerviosismo e inquietud aumenta la frecuencia y la fuerza de los latidos del corazón. Así, tus músculos disponen de más sangre y eliminas mejor las toxinas, lo que facilitaría un posible ataque o huída hiperventilas, respirando más cantidad de aire y más deprisa, lo que también prepara el cuerpo para la lucha o la huida tu sangre se concentra en las áreas del cuerpo donde podría ser más necesaria en una situación de peligro. Al quedar menos sangre en otras zonas, por ejemplo las manos, puede haber temblor, hormigueo… tus pupilas se dilatan, lo que sirve para detectar mejor cualquier estímulo potencialmente peligroso. Esto puede hacer que percibas las cosas de forma extraña sientes miedo y tiendes a huir para ponerte a salvo Si piensas que esas sensaciones son peligrosas, se activará aún más el sistema de alarma, lo que aumentará las sensaciones y el miedo. En las crisis de pánico, la reacción de alarma se pone en marcha sin que exista un peligro real. Estas falsas alarmas se producen porque evalúas como peligrosas ciertas sensaciones internas, que en realidad no pueden hacerte ningún daño, y que todos podemos experimentar, de forma más o menos intensa, cuando estamos nerviosos. CAMBIOS FÍSICOS DEL PÁNICO Y SU EXPLICACIÓN Taquicardia INTERPRETACIÓN CATASTRÓFICA Infarto Pérdida de sensibilidad, palidez, frío Infarto, parálisis, tumor cerebral Ahogo, falta de aire Ahogarse Mareo Desmayarse, desvanecerse Dolor en pecho y/o brazo, pinchazos Infarto SENSACIONES TEMIDAS EXPLICACION REAL El corazón bombea más fuerte y rápido para enviar sangre a las zonas vitales La sangre se concentra en las vísceras, dejando las zonas periféricas con un riego menor Aumento de O2 en la sangre (estado contrario al ahogo) Bajada de presión arterial producida por hiperventilación Patrón anómalo de respiración (mantener pulmones demasiado llenos), tensión muscular en la zona, posturas incorrectas prolongadas Temblores, pinchazos, calambres Enfermedad, infarto, locura Tensión muscular excesiva Calor, sudor, sofoco Enfermedad Boca seca, náuseas, sensaciones estómago Ver “lucecitas”, sensación de que la luz molesta, manchas en la visión Enfermedad Aumento de temperatura corporal en las zonas vitales. El organismo pone en funcionamiento el sistema de enfriamiento (glándulas sudoríparas) Descenso de la activación del sistema digestivo Las pupilas se engrandecen y dilatan para aumentar la visión periférica Volverse loco, ataque cerebral CÓMO SE PONE EN MARCHA EL CÍRCULO VICIOSO DEL PÁNICO Si al notar alguna de esas sensaciones, piensas que significan que va a ocurrirte algo terrible (por ejemplo, que te estás volviendo loco), te pones más nervioso, y aumentan tus sensaciones (recuerda que son sensaciones típicas de la ansiedad). Al pensar que estás en peligro, se pone en marcha tu sistema de alarma, que entre otras cosas, conlleva un aumento de las sensaciones internas. Ese aumento de sensaciones, sueles interpretarlo como “prueba” de que tu estado no es normal y de que algo malo te está pasando, con lo cual aumenta aún más tu ansiedad y las sensaciones derivadas de ella; es decir, se activa con mayor fuerza tu sistema de alarma. Así se forma la espiral o círculo vicioso, que puede acabar en una crisis de pánico. Analizando todo esto, te darás cuenta de que las reacciones que experimentas cuando sufres una crisis de pánico son algo normal, teniendo en cuenta que en ese momento estás convencido de que te hayas en peligro, y de que las crisis las favoreces tú mismo, al interpretar como amenaza unas sensaciones normales, que se intensifican sólo en la medida en que crees que estás en peligro. QUÉ DEBO HACER SI CREO QUE TENGO UN TRASTORNO DE PÁNICO Sin duda, lo que debes hacer es buscar la ayuda de un profesional. Puedes hacerlo directamente acudiendo a un psicólogo o yendo primero a tu médico de atención primaria para que valore si necesitas ayuda más especializada. OBJETIVOS EN EL TRATAMIENTO DEL PÁNICO El objetivo principal del tratamiento es que dejes de hacer evaluaciones erróneas de peligro, para que no se active tu sistema de alarma cuando no te hallas en situación de peligro real. Esto se conseguirá rompiendo la parte del círculo vicioso que te lleva a evaluar como amenazadoras las sensaciones normales que todos notamos cuando estamos nerviosos. Cuando aprendas a experimentar esas sensaciones, sin hacer interpretaciones catastrofistas, ya no se producirá el círculo vicioso y, por tanto, tus sensaciones de ansiedad se mantendrán en los niveles normales y deseables que experimenta cualquier persona.