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Pontificia Universidad Católica Argentina "Santa María de los Buenos Aires" Facultad de Teología 5º edición Pbro. Lic. Ernesto R. SALVIA Año 2009 UNIDAD V: VIDA DE LA IGLESIA EN EL SIGLO SEGUNDO 1. 2. 3. 4. 5. 6. La primitiva literatura post-apostólica. La organización eclesiástica: ministerios y carismas. La formación de las Iglesias particulares La literatura apologista y la defensa literaria contra el paganismo. Gnosis y fe cristiana Auge y declive del montanismo. 1.- LA PRIMITIVA LITERATURA POST-APOSTÓLICA 1.1. Introducción a los Padres de la Iglesia: A través de las anteriores unidades nos hemos acercado a la primitiva Iglesia desde los distintos aspectos y acontecimientos que se fueron sucediendo. En ellas fuimos citando a los autores cristianos gracias a los cuales, -junto a las fuentes paganas, nos dan noticia del desarrollo del Cristianismo. en estos primeros siglos de vida. Este conjunto de autores se los llama PADRES DE LA IGLESIA. Estos autores abarcan el período que interesa a nuestra materia y extienden su influencia, -según la mayoría de los autores, hasta el s. VI, En general se los clasifica de la siguiente manera1: 1. PP. Apostólicos 2. PP. Apologistas griegos 3. PP. Ante-nicenos 4. Grandes Padres de la Iglesia 4.1. PP. Griegos 4.2. PP. Latinos Podemos determinar algunas características de éstos autores que nosotros citamos frecuentemente: Santidad de vida Ortodoxia en la doctrina Aprobación eclesiástica Antigüedad 1 Acerca de las barreras o límites del estudio de los Padres, hay varias interpretaciones, por ejemplo Quasten en su obra, hace extender el estudio hasta la muerte de S. Juan Damasceno (749) para el oriente y para el occidente hasta la muerte de s. Isidoro de Sevilla (636). 2 1.2. Los Padres Apostólicos: Son los escritores que pertenecen al s. I y principios del s. II, cuyas enseñanzas pueden considerarse directas de la predicación de los Apóstoles, a quienes conocieron personalmente o a través de las instrucciones de sus discípulos. Es un grupo de obras que no tiene carácter homogéneo, pero que por su contenido y estilo están muy ligados al NT, en particular a las epístolas apostólicas. Conocen muy bien las tradiciones y herencias del AT y de las costumbres mosaicas. Este grupo de autores escribe en lengua griega koiné, aunque no les preocupe las relaciones del cristianismo naciente con el mundo helenista que lo circunda. Los autores pertenecen a diversas regiones del Imperio: Asia menor, Siria, Roma, etc. Ellos son: 1. Didajé o Doctrina de los Doce apóstoles 2. Hermas, el Pastor 3. Carta atribuida a Bernabé 4. Las cartas de S. Ignacio de Antioquía: - a los Efesios - a los Magnesios - a los Trallanos - a los Romanos - a los filadelfos - a los esmirnenses - a Policarpo 5. La carta de Policarpo de Esmirna a los Filipenses 7. La carta de Clemente de Roma a los Corintios 8. Papías de Hierápolis. 9. Carta a Diogneto2 Su importancia radica en que son los primeros en expresar tanto los contenidos de la fe, como la piedad y las costumbres de los primeros cristianos. Son ellos los que determinan la herencia recibida de Cristo a través de la “edad apostólica”. En su conjunto, forman parte del inicio de la tradición católica. Ejercen una indeleble autoridad en todos los autores cristianos que les siguen en la tradición y fueron desde muy temprano, frecuentemente citados, leídos y estudiados en toda la Iglesia. Unen de esta manera, el patrimonio cultural antiguo con la tradición cristiana, sino también, crearon las bases de la civilización espiritual de occidente.3 En definitiva, nos dan el testimonio de la vida de los cristianos de su tiempo y por ende son la fuente principal de nuestros estudios históricos para estos primeros años de la Iglesia. En la Carta Apostólica Patres Ecclesiae, con motivo del XVI centenario de la muerte DE SAN BASILIO Magno en 1980 escribió Juan Pablo II: 2 Se sigue discutiendo si en realidad forma parte de la literatura post-apostólica o bien entre los apologistas. 3 Forman los primeros capítulos para una historia de la espiritualidad cristiana, gracias a los contenidos de sus obras. Se encuentran editados en las más importantes antologías de oraciones litúrgicas como la Liturgia de las Horas. 2 3 “Padres de la Iglesia se llaman con toda razón aquellos santos que, con la fuerza de la fe, con la profundidad y riqueza de sus enseñanzas, la engendraron y formaron en el transcurso de los primeros siglos. Son de verdad "Padres" de la Iglesia, porque la Iglesia, a través del Evangelio, recibió de ellos la vida. Y son también sus constructores, ya que por ellos —sobre el único fundamento puesto por los Apóstoles, es decir, sobre Cristo— fue edificada la Iglesia de Dios en sus estructuras primordiales. La Iglesia vive todavía hoy con la vida recibida de esos Padres; y hoy sigue edificándose todavía sobre las estructuras formadas por esos constructores, entre los goces y penas de su caminar y de su trabajo cotidiano. Fueron, por tanto, sus Padres y lo siguen siendo siempre; porque ellos constituyen, en efecto, una estructura estable de la Iglesia y cumplen una función perenne en pro de la Iglesia, a lo largo de todos los siglos. De ahí que todo anuncio del Evangelio y magisterio sucesivo debe adecuarse a su anuncio y magisterio si quiere ser auténtico; todo carisma y todo ministerio debe fluir de la fuente vital de su paternidad; y, por último, toda piedra nueva, añadida al edificio santo que aumenta y se amplifica cada día, debe colocarse en las estructuras que ellos construyeron y enlazarse y soldarse con esas estructuras”. El actual pontífice desde marzo de 2006 ha venido pronunciando sistemáticamente, en sus catequesis semanales de los miércoles, las enseñanzas de los padres. Para este primer grupo, LOS PADRES APOSTÓLICOS, podemos leer sus alocuciones sobre Clemente de Roma (7 de marzo de 2009) e Ignacio de Antioquía (14 de marzo).4 1.3. Características de sus escritos: Ante todo son de carácter pastoral, se los considera como el eslabón entre la Revelación y la tradición. En general todos los escritos son de un fuerte cariz escatológico, afirman como próxima, la segunda venida de Cristo. No presentan una exposición teológica sistemática, uniforme. En sus escritos, más que definiciones doctrinales contienen mas bien algunas afirmaciones de circunstancias muy vinculadas a la terminología bíblica.5. 2.- INICIOS DE LA ORGANIZACIÓN ECLESIÁSTICA: CARISMAS Y MINISTERIOS: 2.1. Los ministerios6: La difusión del Evangelio trajo aparejadas algunas consecuencias que redundaron en la mayor organización de las comunidades al extenderse y sobre todo al crecer el número de sus miembros. Si bien no todas ellas tuvieron un desarrollo homogéneo, ni presentarán todavía una estructura jerárquica igual. Los condicionamientos 4 Cf. www.vatican.va/benedictoxvi/catequesis 5 Cf. VILANOVA, E., Historia de la teología cristiana I, Barcelona, 1987, 133-141. 6 Tengamos en cuenta que la Iglesia no fue creada por Cristo como algo totalmente terminado, sino que a lo largo de la historia, puede observarse la configuración lenta y gradual de sus estructuras, gracias a la acción del Espíritu Santo. Cf. N.BROX, Historia de la Iglesia primitiva, Barcelona, 1986. 3 4 geográficos y sobre todo culturales dejarán por lo general una huella característica. Las nuevas iglesias fundadas dependerán de alguna manera de la iglesia madre que le dio su origen, como el caso de las iglesias de Lyon y de Vienne en Galia, que guardan sin dudas una relación muy fuerte con la de Asia Menor. 2.1.1. El obispo: En el período post-apostólico que estamos estudiando, tiene lugar de manera estable la organización de cada iglesia particular o diócesis. El gobierno de ellas, asumió la forma monárquica, es decir, al frente de cada comunidad se encuentra una sola persona, el obispo. Hay que reconocer que la evolución no es clara por ejemplo en la Didajé, o bien en el mismo Clemente de Roma. Escribiendo a los corintios Clemente, subraya vigorosamente el deber de obedecer a los jefes legítimos establecidos por Dios por medio de Jesucristo (Apóstoles, obispos, y sus sucesores). Pero no precisa si la autoridad episcopal está confiada a un sólo individuo o a varias personas en la misma comunidad7. Entre el s.I y comienzos del siguiente, los jefes de la Iglesia tenían el título por ejemplo de obispos y diáconos. En algunos textos, los obispos y los presbíteros aparecen equiparados. Hay presbíteros-obispos, o mejor dicho presbíteros que ejercen el "episcopado" asistidos por diáconos. Como lo vimos en el NT, la sucesión apostólica mantiene una estrecha vinculación con el colegio de los ancianos o el presbiterio. En la obra epistolar de Ignacio de Antioquía, ya se ve claramente la forma unipersonal de gobierno en cada una de las Iglesias. Para Ignacio, la unidad de la Iglesia se juega en la comunión con el obispo. A los fieles de Esmirna les escribe: "Sigan todos al obispo, como Jesucristo al Padre, y al colegio de presbíteros, como a los Apóstoles. En cuanto a los diáconos reveréncienlos como a la ley de Dios. Que nadie, sin contar con el obispo, haga nada de cuanto atañe a la Iglesia...Donde quiera que se presente el obispo, allí también debe estar la comunidad, al igual que la presencia de Jesucristo nos asegura la presencia de la Iglesia Católica"8. Se tiene conciencia para este tiempo, que la función ejercida por el obispo le viene de la potestad de los apóstoles. Ellos perpetúan la función de regir como los apóstoles, la Iglesia de Cristo. Dice para ello Ignacio: "Desde el momento en que la caridad no me permite callarme ante vosotros, tomé la iniciativa de exhortaros a correr de acuerdo con el pensamiento de Dios. Pues Jesucristo, es el pensamiento del Padre, como a su vez, los obispos, establecidos hasta los confines de la tierra, están en el pensamiento de Jesucristo"9. Desde los textos podemos determinar algunas características esenciales de su figura: * Paternidad del obispo, Magn.3,1 ss; Ef. 6,1; a Policarpo, 1,2-3 7 A los Corintios, 40-43 y especialmente el 44. 8 Cf. A los esmirniotas, 8,1-3. 9 Cf. A los efesios, 3,2. 4 5 * Es maestro de la fe: por enseñar la enseñanza de los apóstoles, por engendrar hijos a la fe y a la Iglesia. * Preside la Eucaristía, Ef.8,1; 20,2. Tema aparte de la evolución de la figura del epíscopo, en algunas comunidades cristianas, sea los mismos obispos o los escritores del lugar, se encargaron de confeccionar las listas episcopales de las sedes en línea directa con la sucesión apostólica. Así por ejemplo Ireneo de Lyon en 185 o bien Hipólito de Roma en sus diversas obras nos aportan las sucesiones episcopales de las sedes para afirmar su apostolicidad. También Eusebio de Cesarea en su HE, recoge y nos transmite de otras fuentes que hoy no conocemos las de las sedes más importantes como Jerusalén, Roma, Alejandría y Antioquía: LIBRO III III III III III III III III III IV IV IV IV IV IV V V V VI VI VII VII PÁRRAFO 2 11 13 14-16 21 22 32 34 35 1 4 5 10 19 20-24 Prólogo 6 12 10 29 2 14 SEDE Roma Jerusalén Alejandría Roma Alejandría Antioquía Jerusalén Roma Jerusalén Roma Roma y Alejandría Jerusalén Roma y Alejandría Roma y Alejandría Antioquía Roma Roma Jerusalén Jerusalén Roma Roma Varias sedes 2.1.2. El presbítero: En este siglo que estudiamos la figura del presbítero no guarda innovación con respecto de la etapa anterior, es decir, siguen cumpliendo misiones especiales, como vemos en Ignacio de Antioquía. las fuentes en general refieren a aquellos ancianos o dirigentes de comunidades que de manera colegial, están cerca del obispo en su ministerio de predicación y acompañamiento. 2.1.3. Los diáconos: En general la función de la diakonía guardará las mismas características que las señaladas en la etapa anterior. Tienen un papel principal en las comunidades, en cuanto 5 6 al servicio de la caridad, los asuntos de la administración del patrimonio de la comunidad. Por lo que nos informan las fuentes martiriales, serán numerosos los diáconos que oficiarán de secretarios de los obispos, y por lo tanto de gran influencia y ascendiente sobre ellos. Tengamos en cuenta el caso de San Lorenzo, durante el episcopado de San Sixto en Roma. 2.2. Los carismas: No los podemos olvidar cuando hablamos de la organización interna de la iglesia primitiva. En las comunidades del NT, como ya dijimos en otra unidad, encontramos algunos fieles dotados de diversas capacidades sobrenaturales que Dios otorga en forma directa, sin mediar ley alguna: San Pablo clasifica a estos carismas varias veces, aunque de modo incompleto en 1 Co. 12,8-10.28-30; 14, 1-39; Ef. 4,11; Rom. 12, 6-8. El apóstol recalca que están destinados no al bien del individuo sino de la comunidad. Prevé posibles abusos y señala el modo evitarlos arrogándose una autoridad superior a la de los carismáticos 1 Co. 14, 37. No contrapone de manera antagónica ministerios pastorales y carismas, sino que enseña su complementariedad y función de servicio. Mientras que el apóstol señala 18, ya la Didajé a fines del s.I recuerda solo tres: apóstoles, maestros y profetas, cfr. Did, 11. Con el decurso de la historia, veremos como paulatinamente éstas funciones irán recayendo en los responsables visibles de cada comunidad, es decir en los obispos. La atención ante los falsos profetas y falsos doctores, y las desviaciones “dogmáticas” alertaron a muchas comunidades a dejar en manos del obispo el oficio del discernir los carismas en aras a la unidad de la fe de sus miembros. 3.- LA FORMACIÓN DE LAS IGLESIAS PARTICULARES: La formación de las iglesias particulares, está directamente relacionada con la difusión del Evangelio y con la necesidad de la estabilidad que van adquiriendo las comunidades, después de la fase inicial de anuncio kerigmático. Desde los centros más antiguos, de carácter apostólico se iba difundiendo de manera capilar el mensaje cristiano. Las variadas vías de comunicación, terrestres y sobre todo marítimas, hacían que las comunicaciones humanas y los “mensajes” llegaran rápidamente a los núcleos urbanos más importantes. De allí que como veremos más adelante, la evangelización en el IR, tuvo características mediterráneas. Así, fruto de la misión irán apareciendo las iglesias particulares o diócesis. Cada una de ellas tuvieron desde el principio, la conciencia de ser por un lado herederas de las comunidades apostólicas desde donde fueron fundadas, y a la vez de tener una identidad propia, es decir de ser ellas mismas gracias su propia organización interna. 3.2. La “iglesia católica”: Las comunidades que muy pronto tomaron conciencia de formar parte de la comunidad más universal, de la Iglesia católica. Conciencia de ser una iglesia en medio de una única Iglesia en medio del mundo. Ya en la Didajé, está expresada esta catolicidad cuando se habla que es una sola Iglesia en la que entran todas las iglesias locales: 6 7 "Acuérdate Señor de tu Iglesia, para librarla de todo mal, y hacerla perfecta en tu amor. Aúnala desde los cuatro vientos, la santificada en tu Reino que para ella preparaste: porque tuyo es el poder y la gloria en los siglos"10. En la carta a Diogneto, también aparece el tema de la universalidad: “Por tanto, los cristianos están en el mundo lo mismo que el alma en el cuerpo. Como el alma se difunde por todas las partes del cuerpo, así los cristianos se esparcen por las distintas ciudades de la tierra. El alma habita en el cuerpo, pero no es del cuerpo, los cristianos habitan en el mundo pero no son del mundo. Como el alma invisible es prisionera del cuerpo visible, así los cristianos son una realidad bien visible en el mundo, mientras es invisible el culto espiritual que rinden a Dios”11 A qué nos referimos cuando hablamos de la catolicidad de la Iglesia? Todas estas iglesias que estudiamos, fueron creciendo y a la vez, multiplicándose en gran número, ahora bien, todas estas comunidades suman una "gran iglesia". Si tomamos etimológicamente la palabra "católica", veremos que ella entraña dos significados bien ilustrativos: a. . .......... uno UNA Y UNIVERSAL b. .......... totalidad La cuestión en definitiva es que, si todas estas iglesias, pequeñas o grandes comunidades tenían conciencia de la catolicidad, es decir que había alguno o varios elementos que las unía a pesar de la inmensas distancias, de las culturas distintas y las dificultades del medio circundante como el hecho de las persecuciones. Siguiendo las huellas de las comunidades paulinas, que se comunicaban entre sí, y que no vivían aisladas (cf. necesidades, problemas, etc). Son claras por tanto en el NT las alusiones a la unidad entre las comunidades. Es común que se siguiera la costumbre del intercambio de la comunión. Consejos, saludos, indicaciones, prescripciones, cartas de consuelo, noticias, etc. son el argumento que con solo repasar los textos nos damos cuenta la fortaleza de esta conciencia. Así lo encontramos en los escritos de los Padres Apostólicos y en los apologistas griegos. Entre las expresiones que favorecieron justamente a incrementar la conciencia de la unidad y catolicidad encontramos las siguientes: = el mismo depósito de fe: Creencia en Cristo muerto resucitado y Señor y Salvador del mundo. = Un único Bautismo, con la fórmula trinitaria. = Las "cartas apostólicas" escritas por los obispos. Sienten la necesidad de instruir, aleccionar, amonestar sobre los asuntos diversos que viven las diversas iglesias, que inclusive pueden no necesariamente ser sus mismas comunidades, cf. Clemente obispo de Roma escribe a la iglesia de Corinto, o Ignacio de Antioquía a las 10 Cf. Did, X,5. 11 Cf. SOURCES CHRÉTIENNES, 33 bis 62-67. 7 8 iglesias del Asia Menor, o de Roma, cuando se encaminaba a la urbe a sufrir su martirio12. Tertuliano por ejemplo, nos aporta otro texto sugestivo que ilustra sobre el asunto y agrega otro dato más: "En cada ciudad (los apóstoles) fundaron Iglesias y de estas las demás Iglesias obtuvieron el germen de la fe y la semilla de la doctrina, y la obtienen cada día para hacer nuevas Iglesias. Por esto mismo son consideradas como apostólicas en cuanto son retoños de Iglesias apostólicas. Toda cosa se caracteriza necesariamente por su origen. Por esta razón, por numerosas y grandes que sean estas Iglesias, no forman sino la única y primitiva Iglesia apostólica, de la que todas procedieron. Todas son primitivas, todas apostólicas, pues todas no son sino una sola. Atestiguan esta unidad el comunicarse la paz, el llamarse hermanos y utilizar los “carnets” de hospedaje (communicatio pacis et appellatio fraternitatis et contesseratio hospitalitatis); derechos todos estos no dispuestos por otra ley que la única tradición de un mismo misterio"13. Estas cartas de comunión consistían en un documento sencillo confeccionado en pergamino o papiro. Era una “tarjeta” de presentación de un cristiano perteneciente a una comunidad que viajaba y necesitaba un testimonio escrito de su obispo para presentar a la comunidad donde se dirigiera. En definitiva era el “certificado de su fe” y de su bautismo, para poder así unirse a la Eucaristía de la comunidad que visitaba De esta forma cada iglesia particular se sentía integrada a la totalidad o catolicidad eclesial. 3.3. La Iglesia de Roma: Por último, otra expresión de la catolicidad de la Iglesia, es el lugar de Roma en la cristiandad universal. Los testimonios literarios nos van dando la pauta que, si bien en los primeros tiempos no hay mayor conciencia de su primacía sobre las demás sedes, sin embargo irá tomando importancia. Citamos los siguientes textos: 3.3.1. Clemente Romano, en su Carta a los Corintios, 5, 1-4; 6, 1-2. 3.3.2. Ignacio de Antioquía en su Carta a los romanos, 4,3 En ella ruega a los cristianos de Roma que no le priven de sufrir el martirio intercediendo por él ante las autoridades romanas. Ignacio aclara su ruego con la frase respetuosa: "Yo no os mando como Pedro y Pablo". Luego estos tuvieron bastante que ve con la Iglesia del lugar y no como meros visitantes. 3.3.3. Polémica acerca de la fecha de la Pascua: Por la cuestión sobre cuando celebrar la Pascua, el obispo de Esmirna Policarpo, va a Roma hacia el 166 para tratar con el obispo Aniceto (155-166) sobre la cuestión pascual, para llegar a un acuerdo. La Iglesia de Roma celebraba la fiesta siempre en domingo, mientras que las iglesias del Asia Menor, siguiendo el uso antiguo, mantenían el 14 de Nisán del calendario judío, aunque cayera en otro día de la semana. Si bien no hubo consenso en unificar la fecha por el momento, nos hace ver como los obispos recurren a Roma para confrontar sus doctrinas y costumbres. 3.3.4. S. Ireneo de Lyon, escribe sobre la sede de Roma: 12 HUBER, S., Los padres apostólicos, o.c., 180-226. 13 De praescriptione haereticorum 20, 5-9 en: Sources chrétiennes, 46, 112-114. 8 9 "Pero como sería muy largo, en este volumen, enumerar las sucesiones de todas las Iglesia, (nos basta) indicar la tradición de la Iglesia fundada y constituida por los dos gloriosos apóstoles Pedro y Pablo, -iglesia en verdad grande y muy antigua, conocida por todos; esta tradición que ella tiene de los Apóstoles y la fe anunciada a los hombres a través de la sucesión de sus obispos ha llegado hasta nosotros. De ésta manera hacemos callar a todos aquellos que, de diversos modo, por autocomplacencia, vanagloria, ceguera o error, constituyen grupos ilegítimos. Pues es preciso que todas las iglesias -o sea los fieles de todo el mundo-, convengan con ésta iglesia a causa de su "principalidad más importante" (= propter potenctiorem principalitatem); pues en ella los fieles de todo el mundo han podido conservar la tradición de los apóstoles"14. 3.3.5. La autoridad de la Iglesia de Roma según Tertuliano15: En este se resalta la figura de Pedro como piedra de la Iglesia, como autoridad de la misma. En otro texto, que también se centra en la polémica penitencial sentencia sobre la potestad del obispo de Roma: "Oigo, que se ha promulgado un edicto, perentorio. El pontífice máximo, el obispo de los obispos ha dicho: "A los que hagan penitencia, yo les perdono el adulterio y la fornicación"16. 3.3.6. Cipriano de Cartago en el s.III: "Quienquiera que considere y estudie estas cosas, no necesita largos discursos ni argumentos. La prueba de la fe es fácil, por ser compendiosa la verdad. El Señor habla a Pedro de esta manera: “Yo te digo que eres... (Mt. 16, 18-19). Y después de resucitado le dijo otra vez: "Apacienta mis ovejas" (Jn. 21,47). Edifica su Iglesia sobre uno solo, y le encomienda que apaciente sus ovejas. Y, aunque después de su resurrección confiara su poder a todos los apóstoles, con éstas palabras: "Como me envió el Padre, también yo los envío; recibid el Espíritu Santo; al que perdonareis los pecados, se le perdonarán, y al que se los retuviereis, se le retendrán" (Jn. 20, 21-23), sin embargo, para manifestar la unidad (estableció una cátedra) y decidió con su autoridad que el origen de la unidad proviniese de uno solo. Cierto que los demás apóstoles eran lo que era Pedro, estaban dotados como Pedro de la misma dignidad y poder, pero el principio nace de la unidad (y se otorga el primado a Pedro, para manifestar que es una la Iglesia y la cátedra de Jesucristo. También todos son pastores y a la vez, uno solo es el rebaño que debe ser apacentado por todos los apóstoles de común acuerdo, para mostrar que es única la Iglesia de Cristo),17. Todos estos textos y los problemas doctrinales que más adelante afrontará la Iglesia, harán mirar a Roma, no tanto como sede de una autoridad máxima sobre las demás Iglesias, sino en principio como la sede episcopal en donde se encuentra la recta doctrina. 14 Cf. Adversus haereses, III, 3,2. 15 Cf. De Pudicitia, 1, 1,6 De praescriptione haereticorum, 22,4; 32,2; 36,2-4. 16 Cf. CORPUS CHRISTIANORUM LATINORUM, II, 1281. 17 Cf. De unitate ecclesiae 4, en CIPRIANO Obras, BAC 241, 146-147. 9 10 Si bien es en vano buscar en la antigüedad un ejercicio del Primado romano tal como lo vemos reconocido en el Vaticano II, sin embargo se observa como la conciencia que el sucesor de Pedro tiene su carisma, y que las Iglesias locales con diferente acento le reconocen o discuten, es muy antigua y ya explícita en la edad postapostólica. 4.- LA LITERATURA APOLOGISTA GRIEGA Y LA DEFENSA LITERARIA CONTRA EL PAGANISMO: 4.1. Los Griegos, (en adelante PAG) reaccionaron contra los ataques de los autores paganos y judíos, escribiendo en medio de un mundo que les era hostil. Benedicto XVI los define así: “Con la palabra “apologista” se designa a los antiguos escritores cristianos que se proponían defender la nueva religión de las graves acusaciones de los paganos y de los judíos, y difundir la doctrina cristiana de una manera adecuada a la cultura de su tiempo… …buscan dos finalidades: una, estrictamente apologética, o sea, defender el cristianismo naciente (apología, en griego, significa precisamente “defensa”); y otra, “misionera” o sea, proponer, exponer los contenidos de la fe con un lenguaje y con categorías de pensamiento comprensibles para los contemporáneos”.18 Entre los patrólogos se discute si en verdad los PAG se dedican a la teoría y la especulación filosófica; o más bien, se dedicaron al solo objetivo de la defensa de la fe, y la atracción hacia el mundo intelectual pagano. Sus escritos están compuestos en forma de discursos o de diálogos. En su razonamiento recurren a la tradición bíblica, para defenderse de los judíos; recurren también a la filosofía platónica y estoica para explicar algunos principios denostados por los paganos, y critican duramente su politeísmo y su mitología. También desde el derecho les cuestionan a los mismos emperadores el porqué persiguen a los cristianos. Hay en sus obras dos aspectos: uno apologético, defender la fe cristiana contra los ataques y las calumnias que proceden del campo opuesto y otro iluminador o positivo, es decir, demostrar la verdad del cristianismo que a) parte de las enseñanzas del Evangelio de Cristo y no son inventos posteriores, b) que estas se basan en la autoridad vétero-testamentaria, especialmente la profética; c) quiere demostrar los óptimos efectos morales de la vida de los cristianos19. Se ven obligados a exponer en sus escritos una imagen fiel de su religión, a fin de presentar así un juicio objetivo de lo que en realidad son y viven los cristianos, y en consecuencia exigir a las mismas autoridades del Estado, a los intelectuales y al mismo vulgo, un juicio más equilibrado y sereno sobre ellos, porque no son más que ciudadanos como los demás. No vamos a encontrar en estos escritos, tratados teológicos sistemáticos como los veremos más adelante, sin embargo serán los iniciadores de una incipiente reflexión teológica. 18 Catequesis del 21 de marzo de 2009. 19 Al mismo tiempo atacan ásperamente la mitología y la inmoralidad paganas. 10 11 Cuadrato: Fue el primero cuyo nombre se conoció. Era ateniense de nacimiento y dirigió su apología al emperador Adriano (117-138). Solo se conservan algunos fragmentos de su obra. Arístides: Era originario de la ciudad de Atenas, escribió una Apología dedicada al emperador Adriano. Se ha perdido la obra entera pero se conservan 17 capítulos en lengua siríaca. En ella realiza un estudio sobre la humanidad, que divide en cuatro partes: bárbaros, griegos, judíos y cristianos, comparando la idea de Dios en cada uno de ellos. Asimismo trata de demostrar la continuidad del cristianismo con la religión judía, demostrando el verdadero conocimiento de los cristianos de la naturaleza divina.20 Justino: Es sin dudas el más importante de todos los PAG, en la patrística se lo denomina “el príncipe de los apologistas”. Nació entre el 100 y el 110, en la antigua Sichem, (Flavia Neapolis) de Palestina. Fue educado en el paganismo, se dedicó al estudio de la filosofía, profesando el estoicismo, luego pasó por la escuela peripatética y luego se pasó al pitagorismo.21 Pero en ninguna de estas filosofías encontró el sosiego intelectual y religioso. También estuvo en el platonismo hasta que un día señalado por un anciano buscó la verdad en “la única filosofía verdadera y provechosa”22 y se hizo cristiano. Justino abrió su propia escuela en Roma y en su elucubración quiso conciliar el cristianismo con el platonismo; a veces utiliza expresiones poco felices para explicar los misterios cristianos. Según Eusebio de Cesarea, escribió ocho obras de las que sólo tres han llegado hasta nosotros. La I Apología, que dedicó al emperador Antonino Pío y a sus hijos adoptivos, Marco Aurelio y Lucio Vero, entre el 150/55. La IIª Apología, considerada por algunos autores como un apéndice de la primera, fue escrita después del 160. En Diálogo contra el judío Trifón, que es una apología en forma de diálogo contra el judaísmo, de las más antiguas que se conocen. Aunque la introducción y buena parte del libro 74 se ha perdido. Destaca en sus obras, la vida honesta y la sincera devoción de los cristianos. Nos describe la vida interna de las comunidades cristianas aportando valiosas noticias acerca de la espiritualidad, liturgia de la iglesia de mediados del s. II. Tiene en sus escritos un tono positivo hacia la cultura de los pueblos paganos23. Juan Pablo II en Fides et Ratio, definió a Justino como “un pionero del encuentro positivo con el pensamiento filosófico, aunque bajo el signo de un cauto discernimiento”; y más adelante agregaba que “conservando después de la conversión una gran estima por la filosofía griega, afirmaba con fuerza y claridad que en el Cristianismo había encontrado “la única filosofía segura y provechosa” (Cf. Diálogo con Trifón, VIII, 1).24 Así mismo, entre las catequesis de Benedicto XVI, sobre los padres, figura la dedicada al santo mártir filósofo, el 21 de marzo de 2007, en donde relata el proceso de 20 En RUIZ BUENO, PAG, o.c., 103-154, QUASTEN, J. Patrología, oc., 192-195; SINISCALCO, P. En DPAC I, 201-202. 21 Cf. Dialogo con Trifón, 2, 1-6. 22 Cf. 8,1. 23 Ib. id., 155-550, QUASTEN, I, oc., 196-219; A. di Berardino, en DPAC II, 1224-1227. 24 Cf. n. 38. 11 12 su conversión y su itinerario intelectual para llegar a la “verdadera filosofía” que es el Cristianismo.25 Taciano, Era de origen sirio. Se convirtió a la fe cristiana y fue discípulo de Justino. Educado en el helenismo en letras clásicas, aunque su postura fue contraria a la filosofía griega por parecerla necia y engañosa, lo mismo que la religión de los paganos. Es autor de la Oratio adversus graecos, o Discurso contra los griegos. La más célebre de sus obras es el Diatessaron evangélico, una obra en la que funde los cuatro evangelios en un relato único, a la manera de las llamadas Vidas o historias de Jesús, que aparecieron a lo largo de la historia de la literatura. La teología que presenta Taciano tiene tendencias arcaicas judeocristianas con tendencias hacia el gnosticismo26. Otras obras escritas por él, que llegan a nosotros por la referencia de los autores son el. Ireneo de Lyon, Eusebio de Cesarea y el presbítero Epifanio, nos dicen que, tras la muerte de Justino, Taciano se alejó de la ia inclinándose hacia el encratismo27. Las últimas referencias de su vida llegan hasta el 170. Hermias, de su vida casi nada se sabe, sabemos que vivió al parecer en el s. III. Escribió la Irrisio Gentillium philosophorum, obra de un gran sarcasmo que hace notar las contradicciones en que caen los filósofos paganos en torno a temas como Dios, el mundo, el alma, etc.28. Atenágoras, filósofo ateniense, del que no se sabe casi nada de su vida, lo encontramos aproximadamente en el 177. Escribió la Supplicatio pro christianis a los emperadores Marco Aurelio y Cómodo. En su obra refuta las acusaciones clásicas una tras otra hacia los cristianos. También se le atribuye el tratado De Resurrectione 29. Melitón de Sardes, Escritor del s. II obispo de Sardes en tiempos de Marco Aurelio, según Eusebio un hombre inteligente y lleno del espíritu. Le dedicó al emperador un Apología y escribió un gran número de obras que desgraciadamente se han perdido; el mismo padre de la HE, nos enumera una larga lista de libros de su autoría, de los cuales solo se conservan fragmentos. Muy modernamente se ha descubierto su valioso Tratado sobre la Pascua, de la cual hoy casi nadie discute 30. Teófilo de Antioquía, Es obispo del s .II nacido en Asiria. La mayoría de las obras a él atribuidas están perdidas, solo se conserva completamente su apología Ad Autolicum. Autólico era un joven pagano que no comprende como un hombre puede hacerse cristiano . El autor trata de demostrar no solo las objeciones sino también justifica su fe en Dios invisible, creador y sobre todo le hace ver el hecho de la resurrección. Sabemos que escribió otras obras de carácter bíblicas, históricas con un fuerte acento apologético31. 4.2. Los latinos: 25 Cf. www.vatican... 26 Cf. RUIZ BUENO, PAG,551-630; J. QUASTEN, Patrologia I 219-226. 27 Infra. 28 PAG, 877-890; QUASTEN, Ibid. 250-251. 29 PAG, 631-754; J. QUASTEN, Ibid.227-233; NAUTIN, A en DPAC I, 267-268. 30 Ibid., 238-245; HAMMAN, A en DPAC II 1419-1420. 31 Ibid.,233-238. 12 13 La literatura apologética latina floreció en el norte de Africa, debido sin dudas a las grandes persecuciones que tuvieron lugar en esa geografía. Entre ellos encontramos a: Minucio Félix, oriundo de Numidia, de oficio abogado y conocía muy bien la filosofía estoica. Hacia el 200 escribió el Octavio, diálogo de contenido y de formas de gran belleza, donde encontramos a un pagano Cecilio y a un cristiano, Octavio que tratan los habituales y eventuales diálogos que se entablaban seguramente sobre los dioses paganos y sus diferencias con el Dios de los cristianos. Lo interesante es que el cristiano le demuestra con argumentos estrictamente filosóficos (tomados aún de las doctrinas de Cicerón y de Séneca), que su posición escéptica frente a los dioses es insostenible, en cambio el cristianismo es digno de credibilidad. El personaje rechaza también como calumnias las habituales acusaciones acerca de la ignorancia y la deshonestidad de los seguidores de Jesús.32. Tertuliano33: Nació en Cartago en el 160 ca., fue abogado y tenía amplios conocimientos no solo en derecho, sino también en filosofía y de historia que se notarán en sus diversos escritos. Podemos decir que es el primer gran escritor del occidente cristiano, y aunque murió fuera de la ortodoxia de la Iglesia, es el gran trasmisor de la vida cristiana en ésta parte del IR. Era de tendencia rigorista y llegó a ser presbítero de la iglesia de Cartago. Entre sus numerosas obras sobresalen tres de carácter apologético: Adversus iudaeos, donde demuestra cómo el cristianismo es la verdadera herencia espiritual del pueblo elegido. En Ad nationes y el Apologeticum, -su obra más conocida-, denuncia el comportamiento injusto de las autoridades políticos con respecto a la Iglesia: explica y defiende las enseñanzas y las costumbres de los cristianos; presenta las diferencias entre la nueva religión y las principales corrientes filosóficas de la época; manifiesta el triunfo del Espíritu, que opone a la violencia de los perseguidores la sangre, el sufrimiento y la paciencia de los mártires. “Aunque sea refinada –escribe-, vuestra crueldad no sirve de nada; más aun, para nuestra comunidad constituye una invitación. Después de cada uno de vuestros golpes de hacha, nos hacemos más numerosos: la sangre del os cristianos es semilla eficaz” (Apologeticum, 50,13). Se dedica pues, a defender la nueva fe ante las calumnias de antropofagia y malas costumbres que los paganos les atribuyen, y como buen jurista sobresale por su competencia y precisión en le modo de trata la cuestión de la ilicitud de las mismas persecuciones34. En su catequesis del 30 de mayo de 2009, Benedicto XVI dice: “Sus escritos manifiestas dos objetivos principales: refutar las gravísimas acusaciones que los paganos dirigían contra la nueva religión; y de una manera más positiva y misionera, comunicar el mensaje de Evangelio en diálogo con la cultura de su tiempo. Pero una búsqueda demasiado individual de la verdad y su carácter intransigente –era muy riguroso- lo llevaron poco a poco a abandonar la comunión con la Iglesia y a unirse a la secta del montanismo. Sin embargo la 32 Ibid., 460-468. Hay edición castellana edición Apostolado Mariano de Sevilla. 33 Catequesis del Benedicto XVI, del 30 de mayo de 2007. Cf. www.vatican... 34 J. QUASTEN, Patrologia I ,546-635. 13 14 originalidad de su pensamiento y la incisiva eficacia de su lenguaje lo sitúan en un lugar destacado dentro de la literatura cristiana antigua”35 Lactancio: Este escritor (+ 317), fue preceptor de los hijos de Constantino y se inscribe dentro también de los apologistas latinos. Es conocido por su obra histórica, La muerte de los perseguidores, que escribió después de la conversión del emperador. En ella quiso demostrar que todos los perseguidores de los cristianos tuvieron una mala muerte. También escribió otra de carácter apologético y teológica, Las instituciones divinas, en la que realiza una exposición sintética del pensamiento cristiano y donde refuta los argumentos esgrimidos contra los cristianos por parte de Hiérocles, uno de los principales instigadores de la persecución de Diocleciano. 5.- GNOSIS Y FE CRISTIANA: 5.1. Introducción: El gnosticismo como sistema filosófico ocupa en su espectro cronológico más amplio las páginas centrales de la historia del pensamiento occidental entre los ss. II a.C y III d.C. Un núcleo temático verdaderamente multifacético desde el cual se explican muchos aspectos del paganismo antiguo36. En nuestro vocabulario precisamos los términos y distinguimos pues la gnosis del gnosticismo. Por gnosis, en pocas palabras, designamos una forma peculiar de acceder al conocimiento y más estrictamente al conocimiento de los misterios divinos que está reservados a unos pocos elegidos. Esta acepción se aplica en forma universal tanto a corrientes filosóficas como religiosas, a lo largo de la historia37. Puede hoy en día conocerse algo más de la doctrina gnóstica gracias al hallazgo en Nag Hammadi (Egipto) en 1945 de una “biblioteca” de códices en lengua copta que contiene tratados breves que suman en total 52 obras. Desde el mismo NT, la gnosis fue entendida como conocimiento de las verdades de la fe, así como lo notamos en 1 Cor 1,5: “...en Cristo Jesús, pues en él habéis sido enriquecidos en todo, en toda palabra y en todo conocimiento, en la medida en que se ha consolidado entre vosotros el testimonio de Cristo” y 2 Pe. 1,5-8 “Por esta misma razón, poned el mayor empeño en añadir a vuestra fe la virtud, a la virtud el conocimiento, al conocimiento la templanza, a la templanza la tenacidad a la tenacidad la piedad a la piedad el amor fraterno, a amor fraterno la caridad. Pues si tenéis estas cosas y las tenéis en abundancia, no os dejarán inactivos ni estériles para el conocimiento perfecto de nuestro Señor Jesucristo”38. Por otra parte, el gnosticismo, nos refiere a la compleja y multifacética doctrina filosófica ecléctica, que reúne también contenidos religiosos. Cf. www.vatican … 36 Un buen artículo sobre el gnosticismo FILORAMO, G. en DPAC I, 952-956 y H. CORNÉLIS-A. LÉONARD, La gnosis eterna, Andorra, 1961. 37 Cf. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, 157. 38 También Rm 15,14. 35 14 15 Establecer su origen histórico es un tema complejo de resolver entre los autores de la actualidad aunque desde una visión general, podemos decir que deriva de un exacerbado platonismo, por tanto es anterior al cristianismo y se encontraba muy difundido en el s. I d.C. floreciente y muy activo durante los dos siglos siguientes, que captó las mentalidades de gran parte de los pensadores de su época. Llegó inclusive a penetrar sutilmente en las mentalidades de algunos cristianos que conscientes o no, deseaban interpretar la fe y la religión cristiana desde el puro conocimiento desencarnado del mundo y de la historia. Cayeron en el dualismo espiritualista y enfrentaron el alma con el cuerpo. Al momento de explicar el conocimiento de Cristo, no entendieron ni el misterio de la Encarnación ni el valor salvífico universal de su redención. 5.2. Doctrina: En éstas breves líneas sintetizamos los puntos más salientes, teniendo en cuenta la variedad de matices de cada autor o escuela: Dios es el origen de toda perfección, frente al cual está la materia eterna; luego ya no existe la creación sino la formación del mundo, cuyo autor es un espíritu inferior a Dios, el Demiurgo. De éste principio se seguirán dos corrientes: por un lado la que enarbola un severo ascetismo y por otra la opuesta que da vía libre a la sensualidad. ¿Cómo es posible la unión entre el bien y el mal, entre Dios y la materia y como de éstos elementos tan contrarios se ha formado el mundo? Responden: que por medio de las emanaciones. Del Ser Supremo derivan por emanaciones, numerosos eones o espíritus, cuyo ser es tanto más perfecto cuanto más próximo se encuentra al ser primero, y al contrario cuanto más lejano más imperfecto. Todas las emanaciones (se cuentan hasta 365) o eones constituyen el pléroma, contra el imperio del mal o kénoma. Trasladando al plano de la revelación judeo-cristiana, Yahvé es el creador del mundo o Demiurgo; la redención es efectuada por el eón superior, el Logos, es decir Cristo. Según su interpretación dualista de la materia, notamos que en la cristología, los gnósticos cayeron en el docetismo, es decir que Cristo, el Logos, asumió diversas formas: por eso tendrán afirmaciones como las siguientes: a) Jesús es hombre como los demás, sobre el cual descendió el eón Cristo. b) Cristo, posee un cuerpo etéreo, el cual pasó por María c) Cristo apareció sin nacimiento alguno, (como dirá Marción), de aquí se sigue que Cristo no murió ni resucitó, y la redención no estriba en su sacrificio sino en su doctrina. Los hombres para el gnosticismo se dividen en: hílicos, (= formados de matieria), psiquicos (= con alma, son los católicos), y pneumaticos (= son los gnósticos). La ética para la gnosis se caracteriza por su determinismo, se rige por el principio de que el gnóstico ya está salvado. Su superioridad respecto de las leyes y del legislador de este mundo puede desembocar en dos actitudes paralelas y antitéticas, como dijimos más arriba, o bien cayendo en prácticas libertinas (todo género de orgías) o bien practicaban un ascetismo radical. 5.3. Sistemas gnósticos: Su producción literaria se expresa en las más variadas formas y géneros literarios. Se destacaron con sus tratados filosóficos y dogmáticos; también conocemos 15 16 sus comentarios bíblicos, a los salmos y se conocieron también evangelios, como El Evangelio de la verdad, el de Tomás, de Judas, etc.39. Se distinguen en esta doctrina dos corrientes principales: un gnosticismo alejandrino y el otro sirio u oriental. Gnosticismo alejandrino: Es más de estilo y cuño helenista y filosófico, muy difundido en Egipto. Sus representantes más conocidos son: Basílides: quien vivió y enseñó en Alejandría entre el 120 y 145. Ireneo de Lyon explica su doctrina como una emanación de arriba abajo; Hipólito, como una evolución de abajo arriba. Valentín: de Alejandría pasó a Roma hacia el 136 donde enseñó hasta el 160; parece que murió en Chipre. Era un hombre de talento influenciado por la filosofía platónica, fundó un nuevo sistema con un dualismo más moderado. Según Valentin, el pléroma comprende 30 eones (15 pares de eones) a cuya cabeza está el Pater con la psiqué; el eón más ínfimo se llama sophía. Dentro de su sistema hay dos corrientes: una occidental o itálica, representada por Ptolomeo (el que mas desarrolló y propagó este sistema), Heracleón, Secundo; y la otra corriente oriental, cuyos representantes fueron, Asiónico, Teodato y Marcos. Gnosticismo sirio: de tendencia más rígida, difundido en el ámbito de Siria. Saturnino: Nacido en Antioquía, enseñó durante el gobierno de Adriano (117138). Su sistema es dualista: frente al theos agnostos está la materia dominada por Satanás. Del primero emana una serie de espíritus, cuyo grado inferior está ocupado por los 7 espíritus de los planetas, con el dios de los judíos a la cabeza ellos crean un ser: un gusano, que mediante un rayo de luz, se vuelve hombre. Lucha de los hombres materiales (de Satanás) contra los espirituales, los cuales se libran por medio de un eón: el Salvador quien enseña a los neumáticos a liberarse de lo material por medio de la gnosis y de la abstención del matrimonio y de los placeres de los sentidos. Secta de los ofitas: se formó en Siria. La serpiente es la conductora de la gnosis. Esta secta ha sufrido, a lo largo del tiempo varias transformaciones40. 5.4. Marción41: Merece un párrafo aparte, por su vinculación al cristianismo, la doctrina ecléctica de este hombre nacido (ca. 85) en Sínope del Ponto. Gozaba de un estado económico acomodado ya que tenía una pequeña empresa de barcos. Fue allí donde parece que se adhirió al Cristianismo en el que ya profesaba su padre, (según algunos autores era obispo en la zona). Era un hombre de iniciativa y de dinero que lo hicieron de carácter influyente y de espíritu organizador, esto también le trajo problemas en la comunidad de origen y dice Eusebio de Cesarea que también fue expulsado por Policarpo en Esmirna y por Papías en Hierápolis en sus respectivas comunidades. En el año 140 se presentó en la comunidad de Roma en donde ingresó. Pero en el 144 empezó a tener problemas allí también por propalar sus ideas reformadoras hasta 39MARA, M.G. en DPAC I, 169-173. 40 Enumeramos algunas: naasenios, los adoradores de la serpiente, que para ellos era el ser supremo; sethianos (= veneraban a Seth como cabeza de los pneumáticos; perates (= pasaban por el mundo sin ser víctimas de su destrucción; y los cainitas (veneraban a Caín, Esau, sodomitas, Coré, Judas, quien es el único apóstol, -según ellos-, y su Evangelio es el legítimo. 41 JEDIN, MHI I, 291-293; ALAND, en DPAC II, 1354-55. 16 17 el punto de ser excluido. Este hecho lo llevó a crear una iglesia separada, contando entre sus filas un gran número de adeptos a los cuales organizó como si fuera una Iglesia, con liturgia y culto constituidos. El gobierno de dichas comunidades estaba al frente de obispos que eran secundados a su vez, por presbíteros, etc. Fueron Justino y Tertuliano los que se dedicaron a escribir contra la doctrina marcionita que resultó ser una de las más peligrosas. Doctrina: Algunos autores no lo consideran como gnóstico. Sin embargo sus ideas están emparentadas con las doctrinas eclécticas gnósticas. El Dios del AT para Marción no es el Dios verdadero, no es el padre de Jesucristo. Es un Dios riguroso y justo que por la ley mosaica impuso al pueblo judío un yugo insoportable. En el fondo, todo el desviación de su doctrina proviene de la no aceptación del Antiguo Testamento. Para él la Biblia no tiene división porque no hay que aceptar al AT. Dice que Dios solo se reveló cuando Cristo, como redentor del mundo -que trajo a la humanidad el Evangelio, la buena nueva del Amor. Ese es el Dios bueno, mientras que el del AT, es más bien el dios de la justicia, el creador del universo que no sabe de amor. Sostiene que, el único apóstol que no falseó la doctrina de Jesucristo fue San Pablo, -de allí que se lo llame paulinista-, los demás falsearon la doctrina de Cristo , ya que le agregaron los datos del AT. Hay que purificar, dice, del NT los datos que tendieran a reducir las relaciones con la antigua Ley. En su obra Antithesis,42 de la que se conservaron pocos fragmentos se encarga de poner en contraposición frontal el A con el NT, creando de ésta forma un dualismo que constituía un error directo contra el concepto cristiano de Dios. De allí que los autores cristianos desde ese momento caratularán a Marción como un gnóstico. Esta doctrina se derivaba también en una cristología errónea y docetista, ya que no podía entender que Cristo se hiciera carne y escogiera la naturaleza humana (que es impura) y tuviera aquí su morada. No podía admitir la muerte de Cristo en la cruz, de allí entonces la ineficiencia de su redención universal. Sin embargo, Marción está lejos de las ideas extravagantes del gnosticismo clásico, acerca del pléroma, de la fe en las estrellas y está libre también de creer en las cosmogonías fantásticas de aquellos. Las exigencias morales se caracterizaron por un estricto ascetismo, por el cual (derivado de su dualismo) se debían apartar sus seguidores de todo contacto con la materia (=substancia del mundo y de sus tentaciones). Se entendía desde ese punto de vista, la prohibición de contraer matrimonio. La doctrina marcionita tuvo su esplendor entre los años 140 y 190 cuando comienza a decrecer su importancia ya que su doctrina es absorbida por el maniqueísmo. A pesar de esto se conocen marcionitas hasta f. del s. III. Para terminar, hacemos notar que el marcionismo, ayudó positivamente a la Iglesia a reflexionar sobre el lugar y la importancia de toda la Escritura y a revisar su cánon. 5. 5. Otras herejías afines a los gnósticos: 42 Era como hoy entendemos una introducción al NT del cual aceptaba solamente una parte de su contenido. Consistía en un conjunto de proposiciones dogmáticas y exegéticas contradictorias. Según la opinión de Tertuliano en Adversus Marcionem II, 28. 17 18 5.5.1. Los encratitas: cuyo fundador parece que fue Taciano. Profesaban una doctrina rigorista: abstinencia de carne y de bebidas espiritosas, abstención del matrimonio y usaban solamente agua en la celebración eucarística. 5.5.2. La doctrina de Bardesanes: Era de origen sirio, aparece en la segunda mitad del s. II, y muerto en 222. Erudito, orador y poeta; su doctrina eónica era semejante a la de Valentín, enseñaba una forma especial de docetismo: Cristo no nació de María, sino que pasó a través de María, su cuerpo era etéreo. 5.6. Crítica al Gnosticismo: El gnosticismo, como doctrina es ajena a la visión cristiana; se la considera más bien como naturalista, es decir que reduce la religión y la moral a un proceso natural que no depende de la libre voluntad del hombre. La redención de Cristo, no es un libre acto de amor de parte de Dios, sino una parte de la evolución general necesaria del mundo. La ética y la ascesis no son más que una superación física de la materia43. 5.7. Maniqueísmo: Hasta hace pocos años se conocían pocos datos de esta religión fuera de lo que nos contaban Cirilo de Jerusalén, Agustín y Jerónimo. Hoy en cambio, poseemos textos genuinos provenientes unos del la zona del Turquestán chino, escritos en persa que contienen datos sobre la vida de Mani. Los otros, fueron descubiertos en 1931 en el Fayum (Egipto) y están redactados en copto y contienen obras especiales para el conocimiento de su doctrina, Homilías, Keplalaia y Salmos. También existen monumentos epigráficos lo que nos permite una idea de su doctrina más exactamente que antes44. Es una doctrina que lleva el nombre de su creador Manes, (ca. 216-274) originario de la región de Babilonia. Era al parecer hijo de un príncipe parto y de madre judeocristiana. Educado por influencia paterna entre los baptistas, aunque sabemos que recibió influencias del brahmanismo, budismo mazdeísmo y también del cristianismo,45. A los 24 años recibe el llamado divino para que fuera apóstol de la luz para luchar contra las tinieblas. Se consideraba el continuador de Buda, Zoroastro y del mismo Jesús. Precisamente él sería el revelador supremo en quien se manifestaba toda la verdad. Tuvo un recorrido “misionero” muy amplio, desde las tierras de la India, y con autorización oficial del rey de Persia, predicó su doctrina en Egipto, Bactriana y Margiana. Hay tradiciones que dicen que también estuvo por China y el Tibet. Durante 30 años su doctrina convivió con el Zoroastrismo en el Imperio de los Persas. Pero al caer en desgracia con el sucesor de su protector Sapor, fue maltratado y murió aproximadamente a los 60 años de edad a consecuencia de tales vejaciones; sus seguidores lo veneraron desde entonces como un mártir. El maniqueísmo es un sincretismo de doctrinas judeo-cristianas e hindoiranias. La salvación del hombre consiste en un proceso de lucha constante entre los contrarios: príncipe del Bien, el reino de la Luz, y el príncipe de las tinieblas, cada uno de éstos Reinos está formado por 5 elementos: 43 Cf. H. CORNÉLIS-A. LÉONARD, La gnosis eterna, Andorra, 1961 44 DANIELOU, J. Nueva Historia de la Iglesia I, oc., 230 s. 45 Según Danielou, es una secta extendida por el oriente que tenía la tendencia ascética y que despreciaban la carne, el vino y el matrimonio. 18 19 a) el de la Luz lo componen: inteligencia, pensamiento, reflexión, voluntad, razonamiento. b) el de las tinieblas lo componen: humo ofuscante, fuego devastador, viento destructor, agua turbia, tiniebla de abismo Estas zonas se encuentran separadas por una tercera que a su vez tiene numerosas gradaciones y matices, en la cual ambos reinos están mezclados. Al cristianismo se opone claramente en cuanto que se siente el revelador de una nueva religión. En el fondo su doctrina es la de un gnosticismo dualista que es mezcla de un gnosticismo. judeo-cristiano con un zoroastrismo iranio. Se consideraba el heredero de todas las religiones, el continuador de su nueva religión es sincretista. Al presentar un dualismo en su doctrina cosmológica, esto tiene implicancias en la intelección de la figura de Jesús. Por ejemplo la pasión del Señor deja de tener un significado histórico y reviste no obstante un carácter mítico. Su dualismo cosmológico desemboca finalmente en una total condenación del mundo material: condena del matrimonio, alejamiento de ciertos alimentos, etc. Su expansión era universal, se extenderá desde China hasta el Afr. N, y se prolongará hasta la Edad Media. De alguna manera podemos considerarlo como fuera del Cristianismo y por otra parte dentro, ya que toma del cristianismo ciertos elementos. También llegó a desarrollar un monarquianismo que se extendió paralelamente al cristianismo. Las exageraciones del mencionado maniqueísmo sirvieron al Cristianismo a saber buscar un equilibrio en las cuestiones del rigorismo ascético. 6.- AUGE Y DECLIVE DEL MONTANISMO: Es una doctrina rigorista que surge en lo interno de la vida eclesial que exalta la perfección del cristiano extrayéndolo sin embargo de su contexto social y moral. El profesor Aland afirma que fue un movimiento de restauración e incluso de corte reaccionario pero doctrinalmente ortodoxo, ya que sus seguidores, vivían de las antiguas tradiciones proféticas y apocalípticas y su objetivo era restaurar la situación de la Iglesia que según ellos había caído en la corrupción de sus costumbres. Esto se notaba, -en el hecho de que, a medida que las conversiones de los paganos eran más frecuentes y constantes, la afluencia de los nuevos miembros en el seno de la Iglesia requería una mayor catequesis, una dedicada atención a la formación de las conciencias de los neófitos que provenían del paganismo y que caían en el pecado después de su bautismo. Aunque estaba clara en todas partes la oportunidad de la conversión se tenía por muy superior el pensar en una comunidad de santos y elegidos. Las persecuciones fue ocasión providencial para que en la Iglesia subiera a la superficie el criterio de mayor o menor rigurosidad en el trato a los penitentes caídos. Para estudiar esta corriente, los autores en general, dividen su evolución histórica, para un mayor y pormenorizado estudio en tres épocas a saber: sus inicios desde el 170 con Montano; el período de su adaptación con Tertuliano su principal y más conocido representante; y por último nos referimos a su decadencia a partir del s. IV. 6.1. Montano: Después de ser bautizado, Montano desde su Frigia natal, anunció a sus hermanos en la fe que él era el profeta del Espíritu Santo y que a través de su doctrina y su predicación debía caminar la cristiandad entera. Anunciaba y predicaba la 19 20 proximidad de la Jerusalén celestial y todo aquel que aceptaba este mensaje, tendría un lugar entre los elegidos de Dios en su reino eterno. Estos oráculos eran pronunciados por él mismo y por dos discípulas suyas: Priscila y Maximila, que pregonaban la “nueva profecía”. Desgraciadamente a éstos oráculos no los conocemos directamente sino por medio de los escritos antimontanistas cristianos, encontramos muy pocos fragmentos de sus oráculos, gracias a Eusebio de Cesarea quien cita a Epifanio46. Su doctrina partía desde un escatologismo: la venida del Señor sería inminente y el comienzo de la Jerusalén celestial empezaría en su pueblo de nacimiento, Pepuza. Desde aquí se derivaron algunas consecuencias para la vida práctica, como la predicación de rigurosos ayunos en el comer y abstinencia total de carnes como precepto absoluto. Por otra parte se prohibía al cristiano evadirse del martirio, huir de él implicaba un apego a este mundo que se acababa ya. Los bienes terrenos ya no tenían ningún sentido por estar cerca del final, de allí que los bienes materiales y preciosos: oro, plata, etc. es conveniente donarlos para el sustento de los predicadores y profetas. Se desestimaba al matrimonio como institución, ya que, -decía-, el unirse con la mujer es apegarse a los seres de ésta tierra según la profetisa Priscila. En este sentido la abstención sexual capacitaba según su pensamiento, para las visiones y comunicaciones proféticas. Esta corriente tuvo sus seguidores sobre todo en Asia menor, Siria y Tracia, pero después de la muerte de Maximila (+179), hizo la primera crisis ya que había dicho que después de ella vendría el final de los tiempos y el final no llegó. Entre las características particulares de su actividad profética encontramos la glosolalia y los llamados discursos inspirados. Con respecto al gobierno de la comunidad no aceptaban otra autoridad eclesiástica que no fuera él o sus dos profetisas, pretendían ser los tres portavoces de Cristo y del Espíritu Santo exigiendo la plena observancia a sus directivas. 6.2. Tertuliano y el período de “adaptación”: La adhesión de Tertuliano, marcó el origen de una nueva época para el montanismo. A éste gran escritor y polemista, le llamó la atención esta nueva profecía. Ignoramos cuales fueron las causas de su paso, solamente distinguimos que, a partir del 205-206, en sus escritos se nota una fuerte defensa del montanismo. En efecto, se advierte una intención clara y fija: la de llevar a los cristianos a la edad madura de su fe. Sus escritos defienden postulados rigoristas que provienen de la profecía, como la prohibición de huir del martirio, su concepción sobre el matrimonio único como mandato ineludible del Espíritu Santo, su inusitada dureza frente a la praxis penitencial de la Iglesia que significó su alejamiento de la fe común y el apartarse de una autoridad eclesiástica fundada en la sucesión apostólica. A pesar de su gran autoridad como apologista, tuvo pocos seguidores y adeptos cuando Tertuliano se hizo al montanista, no consiguió hacer una misión importante ni extender su apostolado47. Luego de Tertuliano, no tuvo la relevancia a destacar desde sus autores que se pudiera hacer notar en este curso. 46 Cf. HE, V, 14-19; EPIFANIO, Haereses 48 ss. 47 Cf. JEDIN, oc., 303-311; J. DANIELOU, en Nueva Historia de la Iglesia, I, 140-143. 20 21 BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL: H. CORNÉLIS-A. LÉONARD, La gnosis eterna, Andorra, 1961. DANIELOU, J. Sacramentos y culto según los Santos Padres, Madrid 2, 1964. A. HAMMAN, La oración, Barcelona, Herder, 1967 PADRES DE LA IGLESIA, El Bautismo, Buenos Aires, 1978. ------------, La unidad de la Iglesia, Buenos Aires, 1981. E., VILANOVA, Historia de la teología cristiana I, Barcelona, 1987. 21