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Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas TRABAJO PRACTICO Nº 01 MATERIA: “SOCIOLOGIA” PRFESOR: Dr. Salvador TEMA: “RevOLuCIón de LAS Colonias inglesas de américa del nORte” Grupo: Nº17 Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas Guerra de Independencia de los Estados Unidos Fecha Lugar Resultado 1775 – 1783 Norteamérica, océano Atlántico, mar Mediterráneo, mar Caribe. Tratado de París; independencia de EE. UU., recuperación de la Florida para la Corona española, anexión de Tobago a Francia Historia Thomas Jefferson, el autor secundario de la Declaración. La transformación económica, social y política que se produjeron en Inglaterra durante el siglo XVI, favorecieron su expansión colonial en el siglo XVII. Además había grupo de hombres dispuestos a migrar para colonizar nuevos territorios y comenzar una nueva vida. La reforma religiosa realizada por Enrique VIII había producido fuertes encuentros entre la corona y algunos sectores de la sociedad que se oponía a la religión anglicana y que preferían abandonar Inglaterra como una una solución para muchos perseguidos por cuestiones religiosas en los primeros años del siglo XVII. a fin de poder practicar libremente su fe. Desde entonces, los estadounidenses han considerado a su país como un gran experimento, un modelo valioso para otras naciones. Nueva Inglaterra también estableció otra tradición: un rasgo de moralismo frecuentemente intolerante. Los puritanos creían que los gobiernos debían hacer cumplir la moralidad de Dios. Castigaban severamente a los bebedores, los adúlteros, los violadores del Séptimo Día, y los herejes. En las colonias puritanas el derecho de voto se limitaba a los miembros de la iglesia, y los salarios de los ministros se pagaban de los impuestos. Roger Williams, un puritano que no estaba de acuerdo con las decisiones de la comunidad, sostuvo que el estado no debía intervenir en cuestiones religiosas. Obligado a salir de Massachusetts en 1635, fundó la vecina colonia de Rhode Island, la cual garantizaba libertad religiosa y la separación del estado y la iglesia. Las colonias de Maryland, establecida en 1634 como refugio para católicos, y Pennsylvania, fundada en 1681 por el dirigente cuáquero William Penn, también se caracterizaron por su tolerancia religiosa. Esta tolerancia, a su vez, atrajo a otros grupos de colonizadores al Nuevo Mundo. Llegó toda clase de gente: aventureros, maleantes, fervorosos creyentes, constructores, soñadores. América les prometía Un nuevo comienzo para la raza humana Por otro lado hombres de negocio organizaron compañías colonizadoras para la explotación de diversos minerales y metales preciosos que Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas creían que había. Por ejemplo las compañías de Londres y la de Plymounth con objeto de extraer oro en estas tierras. Inglaterra instaló 13 colonias, siendo la primera la de Virginia, en honor a Isabel I, la "reina virgen".Esta eran pobres, no contaban con yacimientos de metales preciosos, ni con una población indígena densa y estable para mano de obra. Su población crecía lentamente y faltaban capitales para fomentar el crecimiento. Después de la guerra de Inglaterra contra Francia, la corona quiso que las colonias le ayudasen a pagar la enorme deuda militar de alrededor de 150 millones de libras esterlinas. Con este objetivo el parlamento inglés estableció una serie de impuestos sobre el cuero, el azúcar, el papel y el té, que se importaba desde América. Con estas medidas los colonos temieron que todas las libertades que habían disfrutado hasta el momento empezaban a venirse abajo de repente. También podía significar un revés importante para el comercio que los colonos desarrollaban. Viendo el cariz que estaban tomando los acontecimientos el parlamento británico decidió derogar la primera de las leyes, la de las Estampillas, pero al mismo tiempo intensificó la segunda, la de Alojamiento, enviando oficiales de aduanas a la ciudad de Boston para que recolectaran las cuotas. Los colonos no lo aceptaron y se negaron a obedecer a los ocupantes, por lo que éstos reaccionaron mandando soldados a Boston. MOTIVOS DEL CONFLICTO al finalizar la Guerra de los 7 años (1756 a 1763), El 10 de febrero, el Tratado de París ponía fin al imperio colonial francés en América del Norte y consolidaba a Inglaterra como la potencia hegemónica. En oposición sólo tenía a España, que controlaba Nueva Orleans, la ciudad más importante, con unos 10.000 habitantes. Respecto a Francia, la pérdida territorial no fue sentida como algo catastrófico. Se conservaban los derechos pesqueros en Terranova y la población católica francófona recibiría un trato de respeto. Por otro lado en el Caribe las pérdidas pueden ser compensadas pues la colonia principal francesa del Caribe, Puerto Príncipe (la Española), produce la mitad del azúcar consumido en todo el mundo, y su comercio con África y las Antillas está en pleno apogeo. La victoria de Inglaterra condujo directamente a un conflicto con sus colonias norteamericanas. Para evitar que pelearan con los nativos de la región, llamados indios por los europeos, una proclama real negó a los colonos el derecho de establecerse al oeste de los Montes Apalaches. El gobierno británico empezó a castigar a los contrabandistas e impuso nuevos gravámenes al azúcar, el café, los textiles y otros bienes importados. La Ley de Alojamiento obligó a las colonias a alojar y alimentar a los soldados británicos; y con la aprobación de la Ley de Estampillas, debían adherirse estampillas fiscales especiales a todos los periódicos, folletos, documentos legales y licencias. Estas medidas parecieron muy justas a los políticos británicos, que habían gastado fuertes sumas de dinero para defender a sus colonias norteamericanas durante y después de la Guerra Francesa e Indígena. Seguramente su razonamiento era que los colonos debían sufragar parte de esos gastos. Pero los colonos temían que los nuevos impuestos dificultaran el comercio, y que las tropas británicas estacionadas en las colonias pudieran ser usadas para aplastar las libertades civiles que los colonos habían disfrutado hasta entonces. En general, estos temores eran infundados, pero fueron los precursores de lo que han llegado a ser tradiciones profundamente arraigadas en la política estadounidense. Los ciudadanos desconfían del "gobierno poderoso"; después de todo, millones de inmigrantes llegaron a los Estados Unidos para escapar de la represión política. En 1765, representantes de nueve colonias se reunieron como "Congreso sobre la Ley de Estampillas" y protestaron contra el nuevo impuesto. Los comerciantes se negaron a vender productos británicos, los distribuidores de estampillas se vieron amenazados por la muchedumbre enardecida y la mayoría de los colonos sencillamente se negó a comprar las mencionadas estampillas. El parlamento británico se vio forzado a revocar la Ley de Estampillas, pero hizo cumplir la Ley de Alojamiento, decretó impuestos al té y a otros productos y envió funcionarios aduaneros a Boston a cobrar esos aranceles. De nuevo los colonos optaron por desobedecer, así que se enviaron soldados británicos a Boston. Las tensiones se aliviaron cuando Lord North, el nuevo Primer ministro británico, eliminó todos los nuevos impuestos salvo el del té. En 1773, un grupo de colonos respondió a dicho impuesto escenificando Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas la Fiesta del Té de Boston: disfrazados de indígenas, abordaron buques mercantes británicos y arrojaron al agua, en el puerto de Boston, 342 huacales de té. El parlamento promulgó entonces las «Leyes Intolerables» (Intolerable Acts): la independencia del gobierno colonial de Massachusetts fue drásticamente restringida y se enviaron más soldados británicos al puerto de Boston, que ya estaba cerrado a los buques mercantes Se amplia el descontento porque Inglaterra intensificó su política colonial Prohibición de instalación de colonos al oeste de los Apalaches Las tierras del oeste ganadas a Francia eran codiciadas para instalarse y por hombres de negocios querían comprarlas y revenderlas a aquellos colonos interesados Se ven defraudados por la prohibición de ocuparlas hasta resolver el problema del reparto de tierras Sobretodo el relacionado con el destino de los indígenas de la zona Todas las colonias compartían la tradición del gobierno representativo. El monarca inglés nombraba a muchos de los gobernadores coloniales, pero todos ellos debían gobernar conjuntamente con una asamblea elegida. El voto estaba restringido a los terratenientes varones blancos, pero la mayoría de los hombres blancos tenían propiedades suficientes para votar. Inglaterra no podía ejercer un control directo sobre sus colonias norteamericanas. Londres estaba demasiado lejos, y los colonos tenían un espíritu muy independiente. UBICACIÓN DE LAS 13 COLONIAL Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas LA GUERRA Guerra de la Independencia de los Estados Unidos Collage de batallas de la Guerra de Independencia de EEUU El descontento se extendió por las Trece Colonias y provocó una manifestación en Boston en contra de los impuestos que debían pagar por artículos indispensables como el papel, el vidrio o la pintura. En esta manifestación no hubo ningún altercado y el gobierno inglés hizo oídos sordos a las peticiones de los colonos. Pero éstos no iban a consentir que la situación continuara así, con lo que se reunieron junto a varios miembros de otras poblaciones para urdir una acción más propagandística que la manifestación. En 1773 los colonos se reunieron en Boston. De Gran Bretaña llegaban tres naves cargadas de cajas que contenían té. Varios miembros de la sociedad secreta se disfrazaron de indios y fueron nadando hasta alcanzar los tres barcos. Una vez allí capturaron a sus tripulantes y tiraron la mercancía por la borda. Fue la primera acción contra la represión de impuestos, lo que intranquilizó a los británicos. En 1774 se reunió por primera vez el Congreso de colonos en contra de la servidumbre a los británicos y a favor de una patria independiente. Ya se discuten unas hipotéticas leyes. Pese al clima de enemistad contra los ingleses en las colonias, todavía había algunos colonos que apoyaban al rey inglés Jorge III, siendo llamados kings-friends. Los primeros combates Tropas alemanas que sirvieron con los británicos, llamadas «Hesianos» o «Hessians» en inglés (C. Ziegler, tras Conrad Gessner, 1799). Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas George Washington, El 19 de abril de 1775, soldados ingleses salieron de Boston para impedir la rebelión de los colonos mediante la toma de un depósito de armas de estos últimos en la vecina ciudad de Concord. En el poblado de Lexington se enfrentaron a 70 milicianos. Alguien, nadie sabe quién, abrió fuego, y comenzó de este modo la guerra de independencia. Los ingleses tomaron Lexington y Concord, pero en su regreso hacia Boston fueron hostigados por cientos de voluntarios de Massachusetts. Se producen las primeras bajas de la contienda, ocho soldados colonos. Para junio, 10.000 soldados coloniales estaban sitiando Boston. Los británicos principalmente atacaron con Casacas rojas. En mayo de 1775, un Segundo Congreso Continental se reunió en Filadelfia y empezó a asumir las funciones de gobierno nacional. Nombró catorce generales, autorizó la invasión del Canadá y organizó un ejército de campaña bajo el mando de George Washington, un hacendado virginiano y veterano de la Guerra Francesa e Indígena. Consciente de que las colonias sureñas desconfiaban del fanatismo de Massachusetts, John Adams presionó para que se eligiera a este coronel de la milicia virginiana, que tenía cuarenta y tres años, como comandante en jefe. Fue una elección inspirada. Washington, que asistía al Congreso de uniforme, tenía el aspecto adecuado; era alto y sereno, con un digno aire militar que inspiraba confianza. Como dijo un congresista: «No era un tipo que actuara alocadamente, que despotricara y jurara, sino alguien sobrio, firme y calmado». Se empezaron a reclutar soldados de entre todas las partes de las colonias. Muchos de ellos eran hombres que vivian del campo o cazadores que eran bravucones y poco avezados en el combate. En las primeras luchas contra los británicos, George Washington llegó a decir: «hemos reclutado un ejército de generales, no obedecen a nadie». Al principio, la guerra fue desfavorable para los colonos. En junio de 1775 se produjo una batalla en la colina Búnker (Bunker Hill), frente a Boston. Los colonos sublevados se encontraban perfectamente atrincherados. Los británicos asaltan la colina con 2.000 efectivos, pero los colonos no retroceden y resisten y cuando los últimos asaltantes consiguen llegar a la cima las bajas británicas son de 800. Es una victoria pírrica para los ingleses. Los insurgentes, además, hicieron circular su versión de los hechos, que no era otra sino que se habían retirado simplemente por la falta de munición y no por el empuje de los casacas rojas. Travesía del río Delaware El 2 de julio de 1776, el Congreso finalmente resolvió que: «estas Colonias Unidas son, y por derecho deben ser, estados libres y soberanos». El 4 de julio de 1776 se reunieron 56 congresistas estadounidenses para aprobar la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, que Thomas Jefferson redactó con la ayuda de otros ciudadanos de Virginia. Se imprimió papel moneda y se iniciaron relaciones diplomáticas con potencias extranjeras. En el congreso se encontraban cuatro de las principales Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas figuras de la independencia: George Washington, Thomas Jefferson, Benjamin Franklin y John Adams. De los 56 congresistas, 14 murieron durante la guerra. Benjamin Franklin se convierte en el primer embajador y jefe de los servicios secretos. La unidad se extendió entonces por las Trece Colonias para luchar contra los británicos. La declaración presentó una defensa pública de la Guerra de Independencia, incluida una larga lista de quejas contra el soberano inglés Jorge III. Pero sobre todo, explicó la filosofía que sustentaba la independencia, proclamando que todos los hombres nacen iguales, y poseen ciertos derechos inalienables, entre ellos la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que los gobiernos pueden gobernar sólo con el consentimiento de los gobernados; que cualquier gobierno puede ser disuelto cuando deja de proteger los derechos del pueblo. Esta teoría política tuvo su origen en el filósofo inglés John Locke, y ocupa un lugar prominente en la tradición política anglosajona. Estos hechos convencieron al gobierno británico de que no se enfrentaba simplemente a una turba de Nueva Inglaterra y barrió casi cualquier objeción que los miembros del gabinete tuvieran contra la conquista de las colonias. La confirmaron de que Inglaterra estaba envuelta en una guerra, y no en una simple rebelión, dictó una política militar dieciochesca convencional, consistente en maniobras y batallas entre ejércitos organizados. Este cambio de estrategia forzó a los británicos a evacuar la ciudad de Boston en marzo de 1776, y transferir sus principales fuerzas a Nueva York, cuya población se presumía era más favorable a la causa de la Corona y que contaba con un puerto superior y una posición central. En consecuencia, en el verano de 1776, sir William Howe, que sustituyó a Gage como comandante en jefe del ejército británico en Norteamérica, arribó al puerto de Nueva York con una fuerza de más de treinta mil hombres. Howe tenía intención de aislar Nueva Inglaterra de los otros rebeldes y derrotar al ejército de Washington en una batalla decisiva. Iba a pasar los dos años siguientes tratando de llevar a cabo este plan. Según todas las apariencias, un enfrentamiento militar prometía todas las ventajas para Gran Bretaña, una de las potencias más poderosas de la tierra, con una población de unos once millones, comparada con los dos millones y medio de colonos, un quinto de los cuales eran esclavos negros. La armada británica era la mayor del mundo y casi la mitad de sus buques participaron inicialmente en el conflicto con los nacientes Estados Unidos. El ejército era una fuerza profesional bien entrenada; en 1778, llegó a tener cerca de cincuenta mil soldados estacionados solo en Norteamérica, a los cuales se añadieron más de treinta mil mercenarios alemanes durante la contienda. Para enfrentarse a ese poder militar, los rebeldes tenían que empezar de la nada. El Ejército Continental que crearon tenía menos de cinco mil efectivos permanentes, complementados por unidades de las milicias estatales de diferentes tamaños. En la mayoría de los casos, unos oficiales inexpertos, no profesionales, servían como jefes militares. Washington, el comandante en jefe, por ejemplo, solo había sido coronel de regimiento en la frontera virginiana y tenía poca experiencia en el combate. No sabía nada de mover grandes masas de soldados y nunca había dirigido un asedio a una posición fortificada. Muchos de sus oficiales habían salido de las capas medias de la sociedad: había posaderos convertidos en capitanes y zapateros en coroneles, como exclamó, asombrado, un oficial francés. Es más, «sucede con frecuencia que los colonos preguntan a los oficiales franceses qué oficio tienen en Francia». No es de extrañar, pues, que la mayoría de los oficiales británicos pensara que el ejército insurgente no era «más que una banda despreciable de vagabundos, desertores y ladrones» incapaces de rivalizar con los casacas rojas de Su Majestad. Un general británico llegó a alardear que con mil granaderos podía «ir de un extremo a otro de Norteamérica y castrar a todos los hombres, en parte por la fuerza y en parte con un poco de persuasión». Sin embargo, estos contrastes eran engañosos, porque las desventajas británicas eran inmensas desde el principio del conflicto. Gran Bretaña tenía que conducir la guerra desde el otro lado del Atlántico, a cinco mil kilómetros de distancia, con los consiguientes problemas de comunicaciones y logística; incluso alimentar adecuadamente era un problema casi insalvable. Al mismo tiempo, tenía que hacer una guerra absolutamente diferente a la que cualquier país hubiera librado en el siglo XVIII. La propia Norteamérica era inconquistable. La enorme extensión del territorio hacía que las maniobras y operaciones convencionales fueran difíciles y engorrosas. El carácter local y fragmentario de la autoridad en Norteamérica inhibía cualquier acción decisiva por parte de los británicos. No había ningún centro neurálgico con cuya captura se pudiera lograr aplastar la rebelión. Los generales británicos acabaron por decidir que su principal objetivo debía ser enfrentarse al ejército de Washington en una batalla, pero, Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas como dijo el comandante en jefe británico no sabían como hacerlo, «ya que el enemigo se mueve con mucha más celeridad de la que nosotros somos capaces». Una de las causas de los resultados negativos de los colonos eran sus mosquetes, ya anticuados y que solo podían disparar a pocos metros para obtener precisión. Esto llevó a que se creara un nuevo tipo de arma más eficaz, que fue el fusil modelo Pennsylvania, de gran precisión desde más de 80 metros. Los colonos en estos primeros combates lucharon en forma de guerrillas. George Washigton, por su parte, comprendió desde el principio que, por el lado estadounidense, la guerra tenía que ser defensiva. «En todas las ocasiones debemos evitar una acción general -dijo ante el Congreso en septiembre de 1776- o arriesgar nada, a menos que nos veamos obligados por una necesidad a la cual no deberíamos vernos arrastrados.» Aunque nunca actuó como cabecilla guerrillero y se concentró todo el tiempo en crear un ejército profesional con el cual pretendía batir a los británicos en una batalla abierta, en realidad, sus tropas pasaban buena parte del tiempo librando escaramuzas con el enemigo, acosándolo y privándole de comida y avituallamiento siempre que era posible (guerra de guerrillas). En esas circunstancias, la dependencia de los estadounidenses de unas fuerzas de la milicia no profesionales y la debilidad de su ejército organizado los convertían, como dijo un oficial suizo, en más peligrosos que «si tuvieran un ejército regular». Los británicos no comprendieron nunca a qué se enfrentaban; esto es, a una verdadera revolución que contaba con un apoyo generalizado de la población. Por ello, continuamente subestimaron el aguante de los rebeldes y sobreestimaron la fuerza de los colonos leales a la Corona. Al final, la independencia acabó significando más para los estadounidenses que la reconquista o conservación de las 13 Colonias para los ingleses. Cuando las relaciones entre Gran Bretaña y sus colonias en Norteamérica se volvíeron más tensas, los colonos crearon un gabinete en la sombra en cada colonia, con un Congreso Continental y Comités de Correspondencia vinculaban. Cuando había combates en abril 1775, estos gabinetes en la sombra se encargaron de cada colonia y expulsaron a todos los funcionarios reales. El deseo de independencia aumentó rápidamente en respuesta a las acciones de Gran Bretaña y un panfleto denominado Common Sense (Sentido Común) publicado por Thomas Paine tuvo una gran resonancia, invitando a los colonos a conquistar la independencia total. Los habitantes de 96 ciudades protestaron, ya que el Parlamento no los representaba frente a la corona, y por lo tanto no podía decidir por ellos y formaron la liga de no importación, ideada por Frankiln. Cuando en 1773 se aprobó la "Ley del Té", que beneficiaba a la Compañía Británica de las Indias Orientales, los americanos arrojaron al mar todas las cajas de té que llevaban tres barcos anclados en Boston. Éste fue el llamado "motín del té en Boston", y señala el primer acto de abierta rebeldía contra el Gobierno inglés. Los colonos no cejaron en su empeño y en 1774 en Filadelfia organizaron un Congreso para evaluar el estado de la situación. Decidieron desobedecer las nuevas leyes británicas e intentar boicotear en lo posible el comercio, por lo que empezaron a buscar armas para defenderse de las posibles represalias. La respuesta, por supuesto, no se hizo esperar y el comienzo del conflicto se dio cuando en la localidad de Lexington fuerzas británicas se enfrentaron a unos setenta colonos. Alguno de los dos bandos hizo fuego por lo que la guerra ya estaba servida. Inglaterra se obstinó que los colonos debían obedecer y estalló la guerra. Los colonos confiaron el mando a George Washington, y para pedir a Francia que interviniera mandaron a Franklin como embajador. Unos años después de este hecho se organizó el segundo Congreso Continental, también en Filadelfia, con la intención de que hubiese un ejército y una marina controlados por una persona representativa de los colonos, nada más y nada menos que George Washington. Los siguientes pasos fueron el papel moneda y un principio de relaciones con otras potencias extranjeras, hasta que Thomas Jefferson redactó la llamada Declaración de independencia, en Virginia, que se aprobó en la fecha más importante hoy para los estadounidenses, el 4 de julio del año 1776. El ejército de Washington carecía de todo, estaba desorganizado, sin armas, sin pólvora, sin ropas y sin provisiones. Solamente pudo adquirir una cosa con rapidez y voluntad: la disciplina. Pero carecía de los conocimientos tácticos de los bien organizados regimientos ingleses. Éstos, en cambio, no luchaban por su tierra y su moral era bastante baja. En 1777 los americanos vencieron a los ingleses en la batalla de Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas Saratoga. Entretanto había llegado un ejército francés, y España había mandado provisiones y armas procedentes de México y las Antillas. En el año 1781 unos 8.000 soldados británicos fueron rodeados en Yorktown (Virginia) por la alianza franco norteamericana bajo las órdenes de Washington. Los británicos pidieron la paz y en el tratado de París de 1783 se reconoció por fin la independencia de los Estados Unidos. Estaban cansados de lucha y de una guerra que no era popular, pues ambos pueblos eran demasiado afines y no existía odio real que justificara la matanza. Líderes tan importantes como George Washington, Benjamin Franklin y James Madison pretendieron modificar algunos de los artículos de la Confederación, sin embargo fueron unos delegados los que tuvieron la idea de redactar una nueva legislación que dio como resultado la gran Constitución de los Estados Unidos de América que finalmente fue aceptada en 1788 tras muchas reuniones. Con esta declaración se separaron los tres poderes, el ejecutivo, legislativo y judicial, totalmente independientes entre sí, lo estados podían tomar decisiones propias, además se añadieron posteriormente un total de diez enmiendas con la intención de no fortalecer en demasía el poder central. Se quería sobre todo dejar clara la libertad individual del hombre en cualquiera de los casos, y también otras como la libertad de prensa, de religión, de expresión etc. Otras de las enmiendas ya desarrollaban temas que en otros países europeos tardarían en llegar como el derecho de la mujer a votar, así como abolir completamente la esclavitud. Este texto constitucional ha quedado inamovible para la historia y se ha situado como el gran símbolo norteamericano, envidia del resto de las naciones.Para resistir las presiones de Inglaterra, los colonos hicieron alianzas con Francia y España, y en 1783 Inglaterra tuvo que desistir y reconocer la Independencia de Estados Unidos de América. Terminada la guerra Washington fue elegido dos veces presidente de la república federal. Los Estados Unidos fueron el primer país independiente de América. Su ejemplo repercutió en el resto de las colonias española y portuguesa, pero también en Europa, ya que estimuló los sucesos que debían desembocar en la Revolución Francesa que estalló a fines del siglo XVIII. La batalla de Saratoga Las cosas empezaron a cambiar en octubre de 1777 cuando un ejército británico bajo el mando del General John Burgoyne se rindió en Saratoga, en el norte del estado de Nueva York. Este fue el golpe de gracia y propagandístico que necesitaban los colonos para su independencia. Desde Canadá llegaron indios (dirigidos por Joseph Brant), estos últimos estaban a favor de los británicos porque los colonos les estaban expropiando sus tierras cada vez más. La expedición estaba comandada por el general John Burgoyne y pretendía llegar a Albany. Sin embargo fueron interceptados y tuvieron que presentar batalla en Freeman, cerca del río Hudson. Aquí estaban los colonos comandados por Benedict Arnold (que después fue traidor), Horatio Gates y Daniel Morgan. Este último comandaba a fusileros vestidos con pieles y que eran antiguos cazadores. El general Burgoyne contaba con 600 mercenarios alemanes (los británicos llegaron a utilizar hasta 16.000 en toda la guerra) para tomar la granja. El 9 de septiembre Morgan tiene a sus hombres bien escondidos en un bosque contiguo a la granja y en los trigales de la misma. Una vez se acercan los mercenarios alemanes, los fusileros salen de sus escondites y disparan a los enemigos, produciendo gran sorpresa entre estos y provocando que caigan a decenas. Burgoyne entonces manda otros 600 más, que también caen. Los británicos retroceden, pero Burgoyne resiste, aunque sin suministros ni víveres, y consigue poco tiempo después tomar la granja. Horatio Gates, aunque hombre pesimista, es convencido por Morgan y Arnold para lanzar un ataque a los británicos. Con los cañones incautados a los británicos bombardean la granja y consiguen la rendición de Burgoyne. Entre el cañoneo de los colonos un general británico, Simon Fraser, ordenó una carga de caballería totalmente desesperada, por lo difícil de la situación. Esta carga fue rápidamente neutralizada por los hombres de Morgan, que consiguieron acabar con el general. Éste, antes de morir, pidió ser Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas enterrado en el campo de batalla, y para ello varios soldados británicos se reunieron, lo que llegó a confundir a los colonos. Creyendo que los enemigos se estaban reorganizando para otro ataque, empezaron a cañonear la zona en que estaban enterrando a Simon Fraser, y aunque no dieron en el blanco sí produjeron que los que se esforzaban en la faena fueran salpicados por la arena y el polvo. Al final se le pudo enterrar entre una lluvia de balas de cañón. Este hecho produjo esta frase de un general alemán llamado Riedesel: «¡qué gran entierro para un gran guerrero!» La ayuda extranjera y el final de la guerra Alentados por la victoria de Saratoga, Francia y España veían la oportunidad como una ocasión de oro para lograr la revancha del desastroso Tratado de París de 1763, con el que concluyó la Guerra de los Siete Años. Así Francia tras unos meses de cierta vacilación, entró abiertamente en la guerra firmando una alianza en febrero de 1778 con los colonos. Pese a sus escasas provisiones y limitado adiestramiento, las tropas coloniales pelearon bien en general, pero podrían haber perdido la guerra si no hubieran recibido ayuda del erario francés, de la poderosa marina francesa y de las tropas enviadas por Francia. Por su parte, España, aunque enseguida ayudó a los rebeldes con dinero, armas y municiones, se mostró reacia a la intervención directa, debido al temor de Floridablanca a las consecuencias de un conflicto armado; incluso aspiró a algo que, de momento, resultaba una verdadera utopía: la mediación entre los contendientes. Los objetivos españoles en América eran expulsar a los británicos tanto del golfo de México como de las orillas del Misisipi y conseguir la desaparición de sus asentamientos en América Central. Después de 1778, la lucha se trasladó en gran medida al sur y el conflicto ya había adquirido un cariz internacional con la entrada de Francia. Un año más tarde la realidad se impuso y España declaró la guerra a Inglaterra, pensando incluso en la posibilidad de invadir Gran Bretaña mediante el concurso de una armada francoespañola, plan que resultó inviable. Para su entrada abierta en el conflicto el gobierno español había firmado el llamado tratado de Aranjuez, acuerdo secreto con Francia sellado en Aranjuez recién el 12 de abril de 1779, por el cual España conseguía una serie de concesiones a cambio de unirse a Francia en la guerra. Ésta prometió su ayuda en la recuperación de Menorca, Mobile, Pensacola, la bahía de Honduras y la costa de Campeche y aseguró que no concluiría paz alguna que no supusiera la devolución de Gibraltar a España. Esto provocó que los británicos tuvieran que desviar a Gibraltar tropas destinadas en un principio a las colonias. Los puertos de Toulon y Brest, en Francia, que estaban bloqueados por los británicos, fueron desbloqueados por la falta de efectivos de los británicos. Con los puertos atlánticos abiertos, los franceses pudieron llevar tropas a América al mando de La Fayette y de Rochambeau, siendo esta ayuda de gran importancia para los colonos, como se señaló más arriba. Más tarde Holanda también se unirá a la coalición formada por España y Francia, con ambiciones de ganar posiciones por el dominio de los mares. En 1781, 8.000 soldados británicos al mando del general Charles Cornwallis fueron rodeados en Virginia, el último reducto, por una flota francesa y un ejército combinado franco-estadounidense al mando de George Washington de 16.000 hombres. Tiene lugar así la batalla de Yorktown. Cornwallis se rindió, y poco después el gobierno británico propuso la paz. Murieron 156 británicos, 52 franceses y 20 independentistas, siendo los últimos en caer en la Guerra de la Independencia. En los restantes frentes entre 1779 y 1781, España sitió Gibraltar, una vez más infructuosamente, y se iniciaron una serie de campañas en América contra distintos puntos estratégicos del golfo de México en manos británicas, en la mayor parte de los casos coronadas por el éxito (Pensacola). Por otro lado, una exitosa expedición a Menorca permitió la recuperación de la isla en febrero de 1782. El Tratado de París o Tratado de Versalles se firmó el 3 de septiembre de 1783 entre Gran Bretaña y Estados Unidos y puso Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas término a la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. El cansancio de los participantes y la evidencia de que la distribución de fuerzas, con el predominio inglés en el mar, hacía imposible un desenlace militar, condujo al cese de las hostilidades. El tratado de París de 1783 (la Paz de Versalles) Se reconocía la independencia de Estados Unidos de América y otorgó a la nueva nación todo el territorio al norte de Florida, al sur del Canadá y al este del río Misisipi. El paralelo 32º se fijaba como frontera norte. Gran Bretaña renunció, asimismo al valle del Ohio y dio a Estados Unidos plenos poderes sobre la explotación pesquera de Terranova. España mantenía los territorios recuperados de Menorca y Florida oriental y occidental. Por otro lado recuperaba las costas de Nicaragua, Honduras (Costa de los Mosquitos) y Campeche. Se reconocía la soberanía española sobre la colonia de Providencia y la inglesa sobre Bahamas. Sin embargo, Gran Bretaña conservaba la estratégica posición de Gibraltar (Londres se mostró inflexible, ya que el control del Mediterráneo era impracticable sin la fortaleza de la Roca). Francia recuperaba algunos enclaves en las Antillas, además de las plazas del río Senegal en África. Holanda recibía Sumatra, estando obligada a entregar Negapatam (en la India) a Gran Bretaña y a reconocer a los ingleses el derecho de navegar libremente por el Índico. Gran Bretaña mantenía a Canadá bajo su Imperio, a pesar de que los estadounidenses trataron de exportar a tierras canadienses su revolución. Finalmente, se acordó el intercambio de prisioneros. En general los logros alcanzados pueden juzgarse como favorables para España y en menor medida para Francia a pesar del elevado coste bélico y las pérdidas ocasionadas por la casi paralización del comercio con América, un pesado lastre que gravitaría sobre la posterior situación económica francesa. Por otra parte, el triunfo de los rebeldes estadounidenses sobre Inglaterra no iba a dejar de influir en un futuro próximo sobre las colonias españolas. Esta influencia vino por distintos caminos: la emulación de lo realizado por comunidades en similares circunstancias, la solidaridad de los antiguos colonos con los que aún lo eran, la ayuda de otras potencias interesadas en la desaparición del imperio colonial español, etc. Estos aspectos se manifestaron de un modo claro durante las Guerras Napoleónicas. De forma resumida, mediante este tratado: Se reconocía la independencia de las Trece Colonias como los Estados Unidos de América y otorgó a la nueva nación todo el territorio al norte de Florida, al sur del Canadá y al este del río Misisipi. El paralelo 32º se fijaba como frontera norte. Gran Bretaña renunció, asimismo al valle del río Ohio y dio a Estados Unidos plenos poderes sobre la explotación pesquera de Terranova (Artículos 2 y 3). El reconocimiento de las deudas contratadas legítimas debían pagarse a los acreedores de ambas partes (Artículo 4). Los Estados Unidos prevendrían futuras confiscaciones de las propiedades de los "Leales" — colonos británicos que permanecieron leales a la corona británica durante la revolución americana— (Artículo 6). Los prisioneros de guerra de ambos bandos debían ser liberados (Artículo 7). Gran Bretaña y los Estados Unidos tendrían libre acceso al río Misisipi (Artículo 8). Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas Los británicos firmaron también el mismo día acuerdos por separado con España, Francia y los Países Bajos, que ya habían sido negociados con anterioridad: España mantenía los territorios recuperados de Menorca y Florida oriental y occidental. Por otro lado recuperaba las costas de Nicaragua, Honduras (Costa de los Mosquitos) y Campeche. Se reconocía la soberanía española sobre la colonia de Providencia y la inglesa sobre Bahamas. Sin embargo, Gran Bretaña conservaba la estratégica posición de Gibraltar —Londres se mostró inflexible, ya que el control del Mediterráneo era impracticable sin la fortaleza de la Roca. Francia: Se le cedió Luisiana, San Pedro y Miquelón, Santa Lucía y Tobago. Se le otorgó el derecho de pesca en Terranova. También recupera algunos enclaves en las Antillas, además de las plazas del río Senegal en África. Los Países Bajos recibían Sumatra, estando obligados a entregar Negapatam (en la India) a Gran Bretaña y a reconocer a los ingleses el derecho de navegar libremente por el Océano Índico. Gran Bretaña mantenía a Canadá bajo su Imperio, a pesar de que los estadounidenses trataron de exportar a tierras canadienses su revolución. Consecuencias En general los logros alcanzados pueden juzgarse como favorables para España y en menor medida para Francia a pesar del elevado coste bélico y las pérdidas ocasionadas por la casi paralización del comercio con América un pesado lastre que gravitaría sobre la posterior situación económica francesa. Por otra parte, el triunfo de los rebeldes norteamericanos sobre Inglaterra no iba a dejar de influir en un futuro próximo sobre las colonias españolas. Esta influencia vino por distintos caminos: la emulación de lo realizado por comunidades en similares circunstancias, la solidaridad de los antiguos colonos con los que aún lo eran, la ayuda de otras potencias interesadas en la desaparición del imperio colonial hispano, etc. Pero estos aspectos se manifestaron de un modo claro durante las Guerras napoleónicas. La nueva constitución Una vez conquistada la independencia resultó muy complicado poner de acuerdo a todas las antiguas colonias. En 1787, 55 representantes de las antiguas colonias se reunieron en Filadelfia con el fin de redactar una constitución. Se creaba así un único gobierno federal, con un presidente de la república y dos cámaras legislativas (Cámara de Representantes y Senado). Esta constitución estaba inspirada en los principios de igualdad y libertad que defendían los ilustrados franceses y se configuró como la primera carta magna que recogía los principios del liberalismo político estableciendo un régimen republicano y democrático. La independencia y democracia estadounidense causó un notable impacto en la opinión y la política de Europa. Elaboración y aprobación de la Declaración El 11 de junio de 1776, el Congreso nombró un "Comité de los Cinco", formado por John Adams de Massachusetts, Benjamin Franklin de Pennsylvania, Thomas Jefferson de Virginia, Robert R. Livingston de Nueva York y Roger Sherman de Connecticut, para redactar una declaración. La comisión, después de debatir las líneas generales que el documento debería seguir, decidió que Jefferson escribiría el primer borrador.6 Teniendo en cuenta la apretada agenda del Congreso, Jefferson contó con tan solo 17 días para su redacción.7 Una vez elaborado el borrador por Jefferson y consultados los demás miembros, se hicieron algunos cambios y se presentó otra copia incorporando estas alteraciones. El comité presentó esta Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas copia al Congreso el 28 de junio de 1776. El título del documento era "A Declaration by the Representatives of the United States of America, in General Congress assembled. ("Una declaración de los representantes de los Estados Unidos de América reunido en Congreso General").8 El cuadro de John Trumbull La Declaración de Independencia recoge el momento de la presentación del trabajo del Comité de los cinco al Congreso. Mientras se producía el trabajo del comité del proyecto el Congreso reanudaba el debate sobre la resolución de Lee sobre la independencia. John Dickinson hizo un último esfuerzo para retrasar la decisión, pero tras un discurso de John Adams, el Congreso aprobó la misma el 2 de julio. Doce de las trece delegaciones votaron a favor; la delegación de Nueva York se abstuvo, ya que no habían sido autorizados a votar por la independencia, aunque serían autorizados por el Congreso Provincial de Nueva York una semana después.9 Con la aprobación de la resolución de la independencia, las colonias habían roto oficialmente los vínculos políticos con Gran Bretaña.10 Después de votar a favor de la resolución de independencia, el Congreso centró su atención en la comisión del proyecto de la declaración. Durante varios días de debate, el Congreso hizo algunas modificaciones en la redacción y suprimió casi una cuarta parte del texto remitido, en concreto se eliminó todo un pasaje crítico al comercio de esclavos. El 4 de julio de 1776 se aprobó la redacción de la Declaración de Independencia y se envió a la imprenta para su publicación. En la firma, Benjamín Franklin es citado como habiendo respondido a un comentario de John Hancock que deben permanecer (hang together) todos unidos: "Sí, tenemos que, de hecho, todos permanecer juntos, o casi con total certeza, todos vamos a colgar por separado," un juego de palabras que indica el hecho que de no permanecer unidos y tener éxito, serían juzgados y ejecutados, en forma individual, por traición. Fundamento filosófico El Preámbulo de la Declaración está influido por el espíritu de republicanismo, que fue usado como el marco de libertad.11 Además refleja la filosofía de Ilustración, incluyendo el concepto de la ley natural, y el derecho de libre determinación. Las ideas y frases están extraídas de las obras de John Locke. Texto de la Declaración Las cinco partes de la Declaración de Independencia son: Introducción, el Preámbulo, la Acusación de Jorge III, la Denuncia de los británicos, y la Conclusión.4 Esta versión es de Semanario Político, Económico y Literario el 12 de diciembre de 1821. Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas Declaración de Independencia de los Estados Unidos Declaración de Independencia Creado 4 de julio de 1776 Sitio Archivos Nacionales de EEUU Autores Thomas Jefferson, John Adams y Benjamin Franklin Signatarios Congreso Continental Función Declarar la independencia de Gran Bretaña Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA DE LOS ESTADOS UNIDOS Introducción Afirma que la gente tiene la habilidad de asumir la independencia política según la Ley Natural. Admite que el motivo de independencia tiene que ser razonable, y por eso, tiene que ser explicado. Preámbulo Resume la filosofía general de gobierno que justifica una revolución cuando el gobierno hace daño a los derechos naturales.4 En el preámbulo se reconocen el derecho a la Vida, a la Libertad y a la Felicidad: es el primer documento histórico en el que se reconocen los derechos humanos más fundamentales. Acusación En CONGRESO, 4 de julio de 1776. La Declaración unánime de los trece Estados unidos de América, Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han ligado a otro, y tomar entre las naciones de la tierra el puesto separado e igual al que las leyes de la naturaleza y del Dios de esa naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la Humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la separación. Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad. Que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres, los gobiernos derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se haga destructora de estos principios, el pueblo tiene el derecho a reformarla, o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que se funde en dichos principios, y a organizar sus poderes en la forma que a su juicio ofrecerá las mayores probabilidades de alcanzar su seguridad y felicidad. La prudencia, claro está, aconsejará que no se cambie por motivos leves y transitorios gobiernos de antiguo establecidos; y, en efecto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a padecer, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia aboliendo las formas a que está acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo, evidencia el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y proveer de nuevas salvaguardas para su futura seguridad y su felicidad. Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; y tal es ahora la necesidad que las compele a alterar su antiguo sistema. La historia del presente Rey de la Gran-Bretaña, es una historia de repetidas injurias y usurpaciones, cuyo objeto principal es y ha sido el establecimiento de una absoluta tiranía sobre estos estados. Para probar esto, sometemos los hechos al juicio de un mundo imparcial. Una lista de las "repetidas injurias y Ha rehusado asentir a las leyes más convenientes y necesarias al Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas usurpaciones." bien público de estas colonias, prohibiendo a sus gobernadores sancionar aun aquellas que eran de inmediata y urgente necesidad a menos que se suspendiese su ejecución hasta obtener su consentimiento, y estando así suspensas las ha desatendido enteramente. Ha reprobado las providencias dictadas para la repartición de distritos de los pueblos, exigiendo violentamente que estos renunciasen el derecho de representación en sus legislaturas, derecho inestimable para ellos, y formidable sólo para los tiranos. Ha convocado cuerpos legislativos fuera de los lugares acostumbrados, y en sitos distantes del depósito de sus registros públicos con el único fin de molestarlos hasta obligarlos a convenir con sus medidas, y cuando estas violencias no han tenido el efecto que se esperaba, se han disuelto las salas de representantes por oponerse firme y valerosamente a las invocaciones proyectadas contra los derechos del pueblo, rehusando por largo tiempo después de desolación semejante a que se eligiesen otros, por lo que los poderes legislativos, incapaces de aniquilación, han recaído sobre el pueblo para su ejercicio, quedando el estado, entre tanto, expuesto a todo el peligro de una invasión exterior y de convulsiones internas. Acusación Se ha esforzado en estorbar los progresos de la población en estos estados, obstruyendo a este fin las leyes para la naturalización de Una lista de las los extranjeros, rehusando sancionar otras para promover su "repetidas injurias y establecimiento en ellos, y prohibiéndoles adquirir nuevas usurpaciones." propiedades en estos países. En el orden judicial, ha obstruido la administración de justicia, oponiéndose a las leyes necesarias para consolidar la autoridad de los tribunales, creando jueces que dependen solamente de su voluntad, por recibir de él el nombramiento de sus empleos y pagamento de sus sueldos, y mandando un enjambre de oficiales para oprimir a nuestro pueblo y empobrecerlo con sus estafas y rapiñas. Ha atentado a la libertad civil de los ciudadanos, manteniendo en tiempo de paz entre nosotros tropas armadas, sin el consentimiento de nuestra legislatura: procurando hacer al militar independiente y superior al poder civil: combinando con nuestros vecinos, con plan despótico para sujetarnos a una jurisdicción extraña a nuestras leyes y no reconocida por nuestra constitución: destruyendo nuestro tráfico en todas las partes del mundo y poniendo contribuciones sin nuestro consentimiento: privándonos en muchos casos de las defensas que proporciona el juicio por jurados: Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas transportándonos mas allá de los mares para ser juzgados por delitos supuestos: aboliendo el libre sistema de la ley inglesa en una provincia confinante: alterando fundamentalmente las formas de nuestros gobiernos y nuestras propias legislaturas y declarándose el mismo investido con el poder de dictar leyes para nosotros en todos los casos, cualesquiera que fuesen. Acusación Ha abdicado el derecho que tenía para gobernarnos, declarándonos la guerra y poniéndonos fuera de su protección: haciendo el pillaje en nuestros mares; asolando nuestras costas; quitando la vida a nuestros conciudadanos y poniéndonos a merced de numerosos ejércitos extranjeros para completar la obra de muerte, desolación y tiranía comenzada y continuada con circunstancias de crueldad y perfidia totalmente indignas del jefe de una nación civilizada. Ha compelido a nuestros conciudadanos hechos prisioneros en alta Una lista de las "repetidas injurias y mar a llevar armas contra su patria, constituyéndose en verdugos de sus hermanos y amigos: excitando insurrecciones domésticas y usurpaciones."4 procurando igualmente irritar contra nosotros a los habitantes de las fronteras, los indios bárbaros y feroces cuyo método conocido de hacer la guerra es la destrucción de todas las edades, sexos y condiciones. A cada grado de estas opresiones hemos suplicado por la reforma en los términos más humildes; nuestras súplicas han sido contestadas con repetidas injurias. Un príncipe cuyo carácter está marcado por todos los actos que definen a un tirano, no es apto para ser el gobernador de un pueblo libre. Tampoco hemos faltado a la consideración debida hacia nuestros hermanos los habitantes de la Gran Bretaña; les hemos advertido de tiempo en tiempo del atentado cometido por su legislatura en El fin del caso de independencia. Las extender una ilegítima jurisdicción sobre las nuestras. Les hemos recordado las circunstancias de nuestra emigración y condiciones de establecimiento en estos países; hemos apelado a su natural justicia revolución son 4 y magnanimidad, conjurándolos por los vínculos de nuestro origen justificadas. común a renunciar a esas usurpaciones que inevitablemente acabarían por interrumpir nuestra correspondencia y conexiones. También se han mostrado sordos a la voz de la justicia y consanguinidad. Debemos, por tanto, someternos a la necesidad que anuncia nuestra separación, y tratarlos como al resto del género humano: enemigos en la guerra y amigos en la paz . Denuncia Conclusión Por tanto, Nosotros, los Representantes de los Estados Unidos, reunidos en Congreso General, apelando al Juez supremo del Universo, por la rectitud de nuestras intenciones, y en el nombre y Los signatarios afirman que existen con la autoridad del pueblo de estas colonias, publicamos y Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas condiciones bajo las cuales el pueblo debe cambiar su gobierno, y es necesario que las colonias anuncien su separación y disuelvan sus lazos con la corona británica. declaramos lo presente: que estas colonias son, y por derecho deben ser, estados libres e independientes; que están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona británica: que toda conexión política entre ellas y el estado de la Gran Bretaña, es y debe ser totalmente disuelta, y que como estados libres e independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concluir la paz, contraer alianzas, establecer comercio y hacer todos los otros actos que los estados independientes pueden por derecho efectuar. Así que, para sostener esta declaración con una firme confianza en la protección divina, nosotros empeñamos mutuamente nuestras vidas, nuestras fortunas y nuestro sagrado honor. Firmantes La firma primera y famosa en la versión oficial es de John Hancock, el presidente del Congreso Continental. Dos presidentes futuros, Thomas Jefferson y John Adams, son signatarios. Edward Rutledge (26 años de edad), es el firmante más joven, y Benjamin Franklin (70 años de edad) es el firmante más viejo. Los cincuenta y seis firmantes de la Declaración representaban los nuevos estados según su situación (del norte al sur):5 Nueva Hampshire: Josiah Bartlett, William Whipple, Matthew Thornton Massachusetts: Samuel Adams, John Adams, John Hancock, Robert Treat Paine, Elbridge Gerry Rhode Island: Stephen Hopkins, William Ellery Connecticut: Roger Sherman, Samuel Huntington, William Williams, Oliver Wolcott Nueva York: William Floyd, Philip Livingston, Francis Lewis, Lewis Morris Nueva Jersey: Richard Stockton, John Witherspoon, Francis Hopkinson, John Hart, Abraham Clark Pensilvania: Robert Morris, Benjamin Rush, Benjamin Franklin, John Morton, George Clymer, James Smith, George Taylor, James Wilson, George Ross Delaware: George Read, Caesar Rodney, Thomas McKean Maryland: Samuel Chase, William Paca, Thomas Stone, Charles Carroll of Carrollton Virginia: George Wythe, Richard Henry Lee, Thomas Jefferson, Benjamin Harrison, Thomas Nelson, Jr., Francis Lightfoot Lee, Carter Braxton Carolina del Norte: William Hooper, Joseph Hewes, John Penn Carolina del Sur: Edward Rutledge, Thomas Heyward, Jr., Thomas Lynch, Jr., Arthur Middleton Georgia: Button Gwinnett, Lyman Hall, George Walton Carta de Derechos de los Estados Unidos Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas Imagen de la Carta de Derechos de los Estados Unidos, en la Administración de Archivos Nacionales de EE. UU. La Carta de Derechos (en inglés, Bill of Rights) es el término por el que se conocen las diez primeras enmiendas de la Constitución de los Estados Unidos de América. Estas enmiendas limitan el poder del gobierno federal, y garantizan los derechos y libertades de las personas. Entre los derechos y libertades que la Carta de Derechos garantiza se encuentran los siguientes: la libertad de expresión, la libertad de asamblea, la libertad religiosa, la libertad de petición, y el derecho a tener y portar armas; el derecho a no ser sometido a registros e incautaciones irrazonables, o a castigos crueles e inusuales; el derecho a no testificar contra uno mismo, al debido proceso, y a un juicio rápido con un jurado imparcial y local. Además, la Carta de Derechos establece que “la enumeración en la Constitución, de ciertos derechos, no debe ser interpretada para negar o menospreciar otros retenidos por el pueblo.” La Carta de Derechos también reserva a los estados o al pueblo todos los poderes no delegados al gobierno federal. Estas enmiendas entraron en vigor el 15 de diciembre de 1791, cuando fueron ratificadas por tres cuartas partes de los estados. El primer borrador fue obra de James Madison en 1789. La Carta de Derechos fue redactada en una época de conflicto ideológico entre federalistas y antifederalistas, que se originó en la Convención de Filadelfia de 1787 y que ponía en peligro la ratificación de la Constitución. La Carta de Derechos tuvo influencias de la Declaración de Derechos de Virginia (1776) redactada por George Mason, la Carta de Derechos Inglesa de 1689, los trabajos de la época de la Ilustración referentes a los derechos naturales, y documentos políticos ingleses tales como la Carta Magna (1215). La Carta de Derechos fue una respuesta a los influyentes oponentes de la Constitución, incluyendo prominentes miembros de la Convención de Filadelfia, quienes argumentaron que fracasaba en defender los principios básicos de la libertad humana. La Carta de Derechos juega un papel central en el derecho estadounidense y en su gobierno, y continúa siendo un símbolo fundamental de la libertad y la cultura de la nación. Una de las catorce copias originales de la Carta de Derechos se encuentra expuesta públicamente, en los Archivos Nacionales en Washington D. C. Aunque el documento original contenía en realidad doce enmiendas, las dos primeras no fueron ratificadas inicialmente. Es importante destacar que la segunda fue ratificada dos centurias más tarde como la Vigesimoséptima Enmienda. Como las dos primeras enmiendas trataban sobre el propio Congreso más que sobre los derechos de las personas, el término "Carta de Derechos" tradicionalmente se refería a las enmiendas entre la tercera y la duodécima del documento, ambas incluidas, que fueron ratificadas como las primeras diez enmiendas. Este uso tradicional ha continuado incluso con la ratificación de la Vigesimoséptima Enmienda. Trasfondo Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas La Convención de Filadelfia se convocó para corregir los defectos inherentes a los Artículos de la Confederación que habían aparecido incluso antes de que la Guerra de la Independencia concluyera: se consideraba ampliamente que el gobierno central necesitaba mayor poder para introducir cambios necesarios, ya que el Congreso carecía de autoridad fiscal; el Liberum Veto y el requisito de mayoría para lograr reformas legislativas permitía a uno o dos estados derrotar propuestas legislativas; no habían previsto mecanismos para que el poder ejecutivo ejecutara las leyes o para que una corte nacional pudiera interpretarlas; y un estado podía negarse a quedar vinculado por tratados o acuerdos internacionales. La necesidad de una legislación fuerte y unificada y de una autoridad central con poder suficiente para poder conducir los asuntos importantes, llevaron a un gobierno federal fuerte adoptado por compromiso en la Convención. El nuevo gobierno federal, un producto del Compromiso de Connecticut entre el Plan de Nueva Jersey y el Plan de Virginia, incluía a un fuerte Poder ejecutivo, un fuerte Poder legislativo y un Poder judicial independiente. Sin embargo, un arduo debate entre las facciones políticas conocidas como federalistas y antifederalistas influyó sobre el equilibrio entre el fortalecimiento del gobierno nacional y el debilitamiento de los derechos de las personas, que sólo diez años antes se habían rebelado expresamente contra la tiranía de Jorge III de Inglaterra. Argumentos en contra La idea de añadir una carta de derechos a la Constitución causó controversia desde su planteamiento, y sufrió una fuerte oposición por parte de varios notables hombres estadounidenses, incluido Alexander Hamilton. En el artículo Federalist No. 84 publicado durante la Convención de Filadelfia el 28 de mayo de 1788, Hamilton argumentó que "la Constitución es en sí misma...una Carta de Derechos". Hamilton argumentó en contra de la Carta de Derechos, afirmando que la ratificación de la Constitución no implicaba la restricción de los derechos del pueblo, y por ello su protección era innecesaria: "Aquí, en estricto rigor, el pueblo no renunció a nada, y como retiene todo, no necesita reservas particulares". Como los críticos de la Constitución se referían a documentos políticos anteriores que protegían derechos específicos, Hamilton argumentaba que la Constitución era inherentemente diferente Un retrato de Alexander Hamilton por John Trumbull, 1792 Los Antifederalistas Durante el debate de ratificación de la Constitución, figuras revolucionarias famosas tales como Patrick Henry se declararon públicamente en contra de la Constitución. Argumentaban que el fuerte gobierno nacional propuesto por los federalistas era una amenaza para los derechos individuales y que el Presidente se convertiría en un rey, y objetaron al sistema judicial federal propuesto por la Constitución. Thomas Jefferson, entonces embajador en Francia, expresó su preocupación, motivada por la falta de una Carta de Derechos, entre otras críticas. En respuesta al argumento de que una lista de derechos podría ser interpretada como exhaustiva, Jefferson escribió a Madison: "la mitad de un pan es mejor que no tener uno. Si no podemos asegurar todos nuestros derechos, aseguremos, al menos, los que podamos". Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas Los mejores y más influyentes artículos y discursos que criticaban la Constitución fueron recopilados por los historiadores en una colección llamada los Papeles Antifederalistas, en alusión a los Papeles Federalistas que habían defendido la creación de un gobierno federal más fuerte. Uno de estos, un ensayo titulado “Sobre la falta de una Carta de Derechos” ("On the lack of a Bill of Rights"), posteriormente llamado “Antifederalista número 84” ("Antifederalist Number 84"), fue escrito con el seudónimo de “Brutus”, probablemente por Robert Yates. En respuesta al argumento de los federalistas que creían que era innecesario proteger a las personas de poderes que no se le concederían al gobierno, "Brutus" escribió: "Encontramos, en la novena sección del primer artículo declarado, que el procedimiento de habeas corpus no podrá ser suspendido, excepto en casos de rebelión - que ninguna pena de ejecución legislativa, o ley retroactiva, será aprobada - que ningún título de nobleza se otorgará en los Estados Unidos, etc. Si todo lo que no se otorga queda reservado, ¿cuál es el propósito de estas excepciones? ¿Otorga esta Constitución en alguna parte el poder de suspender el procedimiento de habeas corpus, de crear leyes retroactivas, o de otorgar títulos nobiliarios? Ciertamente no lo hace de forma expresa. La única respuesta que puede darse es que éstos se encuentran implícitos en los poderes generales otorgados. Con igual certeza se puede decir, que todos los poderes contra cuyo abuso la carta de derechos protege se encuentran contenidos o implícitos en los poderes generales otorgados por la Constitución". Ratificación y el Compromiso de Massachussets El individualismo era el elemento fuerte de la oposición; la necesidad, o al menos el deseo, de una carta de derechos era sentido casi universalmente, y los antifederalistas pudieron jugar con estos sentimientos en la convención de ratificación de Massachusetts. En esta etapa, cinco de los estados ya habían ratificado la Constitución con relativa calma; sin embargo, la convención de Massachusetts fue amarga y contenciosa: "En Massachusetts, la Constitución sufrió una seria y organizada oposición. La convención votó por la ratificación el 6 de febrero de 1788 (187-168) solo después de que dos líderes antifederalistas, John Adams y John Hancock, negociaran un acuerdo. Los antifederalistas habían demandado que la Constitución fuera enmendada antes de que ellos la consideraran o que las enmiendas fueran una condición para la ratificación. Los federalistas contestaron que debía ser aceptada o rechazada tal como era. Bajo el compromiso de Massachusetts, los delegados recomendaron enmiendas para que fueran consideradas por el nuevo Congreso, antes de que la Constitución entrara en vigor. El Compromiso de Massachusetts determinó el destino de la Constitución, al permitir que delegados que tenían dudas acerca de votar por ella tuvieran la esperanza de que sería enmendada."1 Cuatro de los siguientes estados en ratificar, incluyendo Nuevo Hampshire, Virginia y Nueva York, incluyeron un lenguaje similar en sus instrumentos de ratificación. Con ello, aunque los antifederalistas no tuvieron éxito en su misión de impedir la adopción de la Constitución, sus esfuerzos no fueron totalmente en vano. Borrador Una vez que la Constitución de Estados Unidos fue ratificada en 1789, el primer Congreso de los Estados Unidos se reunió en el Edificio Federal de la ciudad de Nueva York. La mayoría de los delegados acordaron que una "carta de derechos" era necesaria, y qué derechos deberían estar enumerados en ella. James Madison, a la cabeza de la delegación de Virginia en el Primer Congreso, había propuesto una Carta de Derechos con la esperanza de prevenir un potencial desastre político. La segunda Convención Constitucional podría deshacer los difíciles compromisos alcanzados en 1787, poner la Constitución Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas entera a reconsideración y subvertir el trabajo que él y muchos otros habían realizado para establecer la estructura de gobierno de los Estados Unidos. Madison basó su trabajo en la Declaración de Derechos de Virginia (1776), obra de George Mason. Además de esta influencia directa, la Carta de Derechos de Madison reflejaba siglos de derecho y filosofía ingleses, modificados por los principios de la revolución estadounidense. La tradición jurídica inglesa incluía documentos revolucionarios tales como la Carta Magna (1215), que protegió los derechos de los nobles contra el rey de Inglaterra, y la Carta de Derechos inglesa (1689), que protegió los derechos de los legisladores en el Parlamento contra de los poderes del rey. También influyó el pensamiento político de John Locke, quien había argumentado que todos los hombres tenían derechos naturales inalienables por su condición de seres humanos y que el propósito del gobierno era proteger los derechos de propiedad, ideas que se convirtieron en parte de la concepción estadounidense de gobierno. Madison, en la Carta de Derechos de Estados Unidos, continuó la tradición radical de la revolución estadounidense extendiendo y codificando estos derechos. James Madison, "Padre de la Constitución" y primer autor de la Carta de Derechos. Antecedentes Hasta cierto punto, la Carta de Derechos y la revolución estadounidense incorporaban las ideas del filósofo inglés John Locke, quien argumentó en su trabajo de 1689, Dos Tratados sobre el gobierno civil, que la sociedad civil fue creada para la protección de la propiedad (Latín proprius, o de lo que es propio de cada ser humano, refiriéndose a la "vida, libertad y estado". Locke también avanzó la noción de que cada individuo es libre e igual en el estado de naturaleza. Locke desarrolló la idea de derechos naturales inherentes a todos los individuos de la raza humana, un concepto que Madison mencionó en su discurso al presentar la Carta de Derechos al Primer Congreso. Proceso de Ratificación El 20 de noviembre de 1789, Nueva Jersey se convirtió en el primer estado en ratificar las enmiendas. El 15 de diciembre de 1791, diez de estas propuestas se convirtieron en las primeras diez enmiendas —y ley oficial de los Estados Unidos- cuando fueron ratificadas por la asamblea legislativa de Virginia. Los Artículos III–XII fueron ratificados por 11/14 estados (> 75%). El Artículo I, rechazado por Delaware, fue ratificado solo por 10/14 estados (< 75%), y a pesar de la tardía ratificación de Kentucky (11/15 estados < 75%), el artículo nunca ha recibido la aprobación suficiente para formar parte de la Constitución. El Artículo II fue ratificado por 6/14 estados, después por 7/15 estados, pero no recibió la mayoría de tres cuartos de los estados necesaria para su ratificación sino hasta 1992 cuando se convirtió en la Vigesimoséptima Enmienda de la Constitución. Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas Fechas de las ratificaciones Nueva Jersey, 20 de noviembre de 1789; rechazó el artículo II Maryland, 19 de diciembre de 1789; aprobó todo Carolina del Norte, 22 de diciembre de 1789; aprobó todo Carolina del Sur, 19 de enero de 1790; aprobó todo Nuevo Hampshire, 25 de enero de 1790; rechazó el artículo II Delaware, 28 de enero de 1790; rechazó el artículo II New York, 27 de febrero de 1790; rechazó el artículo II Pensilvania, 10 de marzo de 1790; rechazó el artículo II Rhode Island, 7 de junio de 1790; rechazó el artículo II Vermont, 3 de noviembre de 1791; aprobó todo Virginia, 15 de diciembre de 1791; aprobó todo Texto de la Carta de Derechos Preámbulo Preámbulo de la Carta de Derechos: EL Congreso de los Estados Unidos iniciado y concluido en la Ciudad de Nueva York, el miércoles cuatro de marzo, del año mil setecientos ochenta y nueve. LAS Convenciones de un número de Estados, habiendo en el momento de adoptar la Constitución, expresado el deseo, con el fin de prevenir el abuso o malinterpretación de sus poderes, de que cláusulas adicionales declaratorias y restrictivas deberían ser añadidas: Y al extender el ámbito de confianza pública hacia el Gobierno, es la mejor forma de asegurar el fin benéfico de su institución. RESUELTO por el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, reunidos como Congreso, concurriendo con dos tercios de ambas cámaras, que los siguientes artículos sean propuestos a las asambleas legislativas de los distintos estados, como enmiendas a la Constitución de los Estados Unidos, con todos, o algunos de estos artículos, cuando sean ratificados por tres cuartos de dichas asambleas legislativas, sean válidos para todos los fines y propósitos, como parte de la Constitución; viz. LOS ARTICULOS añadidos, y enmiendas a la Constitución de los Estados Unidos de América, propuestos por el Congreso, y ratificados por las asambleas legislativas de varios estados, de acuerdo con lo dispuesto en el quinto artículo de la Constitución original. ENMIENDA I Libertad de expresión, de prensa, religiosa, asamblea pacífica y de petición al gobierno. El Congreso no aprobará ley alguna por la que adopte una religión oficial del estado o prohíba el libre ejercicio de la misma, o que restrinja la libertad de expresión o de prensa, o el derecho del pueblo a reunirse pacíficamente y a pedir al gobierno la reparación de agravios. ENMIENDA II Derecho de las personas a tener y portar armas, así como a mantener una milicia. Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un estado libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas. Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas ENMIENDA III Protección contra el alojamiento de militares. En tiempo de paz no se alojará a ningún soldado en casa alguna sin el consentimiento del propietario; ni en tiempo de guerra, excepto en la forma prescrita por ley. ENMIENDA IV Protección contra registros e incautaciones irrazonables. El derecho del pueblo a que sus personas, domicilios, papeles y efectos se encuentren protegidos contra registros e incautaciones irrazonables, será inviolable, y no se expedirán al efecto órdenes que no se apoyen en un motivo verosímil, estén corroborados mediante juramento o afirmación y describan con particularidad el lugar que deba ser registrado y las personas o cosas que han de ser incautadas. ENMIENDA V Debido proceso, Non Bis In Ídem, auto-incriminación, propiedad privada. Nadie estará obligado a responder de un delito castigado con la pena capital o de otro delito infame a menos que un gran jurado lo acuse, a excepción de los casos que se presenten en las fuerzas navales o terrestres, o en la milicia nacional cuando se encuentre en servicio actual en tiempo de guerra o peligro público; tampoco se juzgará a persona alguna dos veces con motivo del mismo delito, el cual conlleve la pérdida de la vida o algún miembro ; ni se le compelerá a declarar contra sí misma en ningún juicio criminal; ni se le privará de la vida, la libertad o la propiedad sin el debido proceso legal; ni se tomará propiedad privada para uso público sin una justa indemnización. ENMIENDA VI Juicio por jurado y otros derechos del acusado. En toda causa criminal, el acusado gozará del derecho de ser juzgado rápidamente y en público por un jurado imparcial del distrito y estado en que el delito se haya cometido, Distrito que deberá haber sido determinado previamente por ley; así como de que se le haga saber la naturaleza y causa de la acusación, de que se caree con los testigos en su contra, de que se obligue a comparecer a los testigos que le favorezcan y de contar con la ayuda de un abogado que le defienda. ENMIENDA VII Juicio civil por jurado. El derecho a que se celebren ante un jurado los juicios de derecho consuetudinario en que el valor en disputa exceda de veinte dólares, será garantizado, y ningún hecho juzgado por un jurado será reexaminado en tribunal alguno de los Estados Unidos, salvo con arreglo a las normas del derecho consuetudinario. ENMIENDA VIII Prohibición de una fianza excesiva, al igual que de castigos crueles e inusuales. No se exigirán fianzas excesivas, ni se impondrán multas excesivas, ni se infligirán penas crueles e inusuales. ENMIENDA IX Protección de derechos no específicamente enumerados en la Carta de Derechos. No se interpretará la enumeración en la Constitución de ciertos derechos para negar o menospreciar otros derechos retenidos por el pueblo. ENMIENDA X Poderes de los estados y de las personas. Universidad nacional del nordeste Facultad de derecho y ciencias sociales y políticas Los poderes que la Constitución no delega a los Estados Unidos ni prohíbe a los Estados, quedan reservados a los estados respectivamente o al pueblo. Páginas Web visitadas Guerra de la Independencia es.wikipedia.org/.../Guerra_de_Independencia_de_los_Estados_U de EEU nidos Declaración de la es.wikipedia.org/.../Declaración_de_Independencia_de_los_Estad Independencia de EEUU os_Unidos Independencia de EEUU www.portalplanetasedna.com.ar/independencia_eeuu.htm Carta de los Derechos de es.wikipedia.org/.../Carta_de_Derechos_de_los_Estados_Unidos los EEUU Ultima visita realizada el 10/09/2009