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Japón, en busca de leyes para morir con dignidad Todavía no hay normas precisas que amparen a los médicos que interrumpen tratamientos de pacientes que se hallan en estado terminal. Alentados por casos de aparente eutanasia, Japón ya pide que sean posibles las "muertes dignas", lo que incluye una legislación que lo facilite. En Japón todavía son inusuales los testamentos en vida. En ellos, las personas pueden expresar si quieren seguir viviendo, en caso de quedar completamente discapacitados. Hay varios casos de enfermos terminales que, según sus allegados, querrían morir si pudieran expresar su deseo. Pero sus familiares son legalmente incapaces de hacerlo. "Sin una ley, muchos paciente mueren lastimosamente, ya que en este momento los doctores temen repercusiones legales", añadió Michio Arakawa, un doctor que además es el vice director de la Sociedad Japonesa Para la Muerte Digna. El año pasado, una doctora fue procesada por tomar la vida de un hombre en coma al quitarle la sonda respiratoria, pero recibió una sentencia en suspenso. Ella dijo que había actuado según los deseos de la familia, pero ellos lo niegan. Recientemente trascendió que siete pacientes en un hospital en Toyama, al oeste de Japón, habían muerto después de que un cirujano les quitó la asistencia vital. El incidente reavivó el debate dado que no existían confirmaciones escritas de los deseos de los pacientes. Si bien países como Holanda y Bélgica permiten el suicidio asistido, la discusión de Japón se centra en la interrupción del tratamiento para prolongar la vida cuando los pacientes padecen una condición terminal y dolorosa. El número de testamentos en vida registrados en la Sociedad Japonesa Para la Muerte Digna ha llegado a más de 100 por día, tres veces el número previo a que trascendieran las muertes de Toyama. Si bien el incidente de Toyama ha jugado un papel desencadenante, los cambios sociales como una mayor apertura médica, con pacientes de cáncer a quienes se les dice acerca de su condición, han sido claves. "Había muchos tabú, incluyendo hablar sobre la muerte", dice Keiko Iimura, quien trabaja en un hogar de ancianos. "Pero a medida que la sociedad envejece, este tipo de cosas necesitan ser discutidas", añade. Comparado con lugares como EEUU, donde los testamentos en vida son frecuentes, el debate en Japón todavía está en su etapa inicial. Algunos dicen que eso se debe a las tradiciones que ponen la prioridad en grupos como la familia y le dan menos énfasis a la voluntad de las personas. "Por sus familias, las personas sienten que no pueden expresar su deseo de morir", dice Masafumi Takai, un periodista de Arakawa. Con los doctores inseguros de si los testamentos en vida son siquiera legales o no, deben ser promulgadas leyes efectivas que procuren que los médicos no sean procesados por cumplir la voluntad de los pacientes. Un grupo de legisladores liderado por Taro Nakayama, un miembro del partido dirigente, ha comenzado a trabajar sobre una ley que les permite a los doctores interrumpir la asistencia vital si el paciente así se lo ha solicitado de antemano.