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1 EDUCACIÓN Y FILOSOFÍA Colegio Americano Adolfo García de la Sienra (Es doctor en filosofía por la universidad Stanford. Profesor de filosofía y economía en la Universidad Veracruzana, Maestro de la Escuela de Formación Cristiana, de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México) La educación integral no consiste meramente en la transmisión de retazos de conocimiento científico, sino sobre todo en la transmisión de una cosmovisión congruente con el motivo religioso de la institución educativa, lo cual incluye la inculcación de valores, hábitos y formas de interrelación social. (La falta de principios bíblicos, provoca que no se establezcan valores y por ende al reglamentar todo se vuelve un caos porque nadie lo respeta). Es por ello que la llamada educación laica tiene un carácter estrecho y limitado o incluso sesgado (un ejemplo es la evaluación, que solo lo realiza en materias de matemáticas (lógico/matemática) y español (lingüística/verbal) ¿y lo demás? Y peor aún lo usa como un marco de referencia para catalogar si es bueno o malo el alumno) no forma seres humanos integrales, sino que en lo mejor de los casos se limita a transmitirles cierta información útil, la cual tiene que ser asimilada e interpretada desde el marco de una cosmovisión (intuyo que todos tenemos idea de qué es la cos….) que no puede ser religiosamente neutral (pues ninguna cosmovisión puede serlo. Como dice el teólogo Seglar Enrique Minet Magdalena: Todos creemos en algo. Los incrédulos creen en muchas cosas. Pienso que creen en su propia incredulidad, pues la de ellos es una creencia en la anticreencia.), o forma seres humanos dentro de una cosmovisión secularizada, también religiosamente comprometida, si bien de una manera oculta y subrepticia. El concepto de cosmovisión, pues, se encuentra en el centro del debate relativo a la educación. Según el pensador reformado Alberto Wolters, una cosmovisión es el marco de referencia más global de las creencias más básicas que uno tiene acerca de las cosas. La base fundamental de una cosmovisión esta constituida por un sistema de respuestas a las siguientes cuatro preguntas: 1. ¿Quién soy yo? ¿Cuál es la naturaleza, la tarea, y el propósito de los seres humanos? 2. ¿Dónde estoy? ¿Cuál es la naturaleza del mundo y el universo en el que vivo? 3. ¿Qué esta mal? ¿Cuál es el problema básico u obstáculo que me impide lograr mi realización? En otras palabras, ¿Cómo entiendo el mal? 4. ¿Cuál es el remedio? ¿Cómo es posible franquear este obstáculo para lograr mi realización? En otras palabras cómo encuentro salvación? Cualquier respuesta e estas preguntas, implica un compromiso con creencias religiosas. Dependiendo del compromiso adoptado, resulta un tipo de cosmovisión u otro. Pero no podemos basar nuestro pensamiento científico, ni teológico ni de ninguna otra índole, más que en las respuestas pre teóricas – religiosamente cargadas y comprometidas que demos a tales preguntas últimas. 2 Es muy importante notar, sin embargo, que la conversión de una religión a otra – y con ello de un sistema de respuestas a las preguntas últimas – no acarrea automáticamente un cambio entero y perfecto de cosmovisión. (por, ejemplo los ochovarios, cabo de mes, etc…) En particular, “la conversión a Jesucristo de no borra de tajo los años de haber sido criado en otra visión religiosa. Es posible ser nacido de nuevo y, sin embargo, estar en buena medida dominado, debido al hábito, por una cosmovisión enraizada en otra creencia religiosa. A ello se debe en parte el divisionismo que impera entre cristianos incluso de la misma denominación. Y es por ello que la Escritura nos insta, de manera nada ociosa, a no conformarnos a este siglo (es decir, a la cosmovisión heredada o predominante) sino a transformarnos por medio de la renovación de nuestro entendimiento. (Rom. 12:2) Renovar nuestro entendimiento significa aplicarnos a reestructurar nuestra cosmovisión en función del compromiso religioso que implica la conversión a Cristo y la aceptación de la Escritura como Palabra de Dios autoritativa para nuestras vidas. Es por ello que cae por su propio peso que el principal objetivo de una educación integral cristiana es precisamente el imbuir (infundir) al educando una cosmovisión orientada por el motivo religioso bíblico. FILOSOFÍA Ahora bien, es importante señalar que cosmovisión no es lo mismo que filosofía, pues. “Una cosmovisión es asunto de la vida diaria, que la humanidad comparte, un componente ineludible de todo conocimiento humano, y como tal no es científico, o más bien (puesto que el conocimiento científico depende siempre del conocimiento intuitivo de nuestra experiencia diaria) es pre científico en esencia. Pertenece a un orden cognitivo más elemental que aquel de la ciencia o la teoría. Así como la estética presupone un sentido innato de la belleza, y la teoría legal presupone una noción fundamental de la justicia, así también la teología y la filosofía presuponen una perspectiva pre teórica del mundo. Dan una elaboración científica de una cosmovisión. (A. Wolters “La creación recuperada) Pero qué es la filosofía: “Filosofía es simplemente lo que la gente piensa acerca de las cosas, por ejemplo, que piensas acerca de los leones de Yucatán, te parece bien que por la crisis hipotecaria en los Estados Unidos de América se haya desatado esta crisis financiera mundial. En este sentido podemos decir entonces que filosofía, es una actividad intelectual en la cual una persona esta dispuesta a pensar descriptivamente acerca de la naturaleza de la realidad. Entonces, cuando la Biblia habla de la filosofía, deshecha las respuestas falsas y declara que la única filosofía válida es aquella que esta de acuerdo a Cristo. La palabra de Dios configura los contornos básicos de una cosmovisión cristiana, aportándonos respuestas a las preguntas últimas y fundamentales. Conforme a esta cosmovisión cristiana comúnmente mantenida se elabora a lo largo de las líneas de un análisis escrito de las estructuras y funciones de la realidad creada, da a lugar una filosofía cristiana, cuya tarea es investigar y tratar de dar cuenta de los datos empíricos de la experiencia diaria, en su profunda unidad al igual que en su diversidad. (G.J. Spykman, Teología reformacional, un nuevo paradigma para hacer la dogmática. Reformacional, porque alude a la reforma protestante, la que descubrió con frescura la enseñanza bíblica que concierne a la profundidad y al alcance del pecado y de la 3 redención. El deseo de vivir solo por medio de la Escritura, en vez de hacerlo colocándola al lado de la tradición es el sello de los reformadores.) Así la filosofía cristiana es una elaboración teórica y científica, sistemática, de la cosmovisión bíblicamente delineada. Por lo tanto es fácil ver que es de suma utilidad en todo proceso de educación cristiana, pues provee un método para la transmisión de dicha cosmovisión, de manera crítica a los educandos. Si queremos profundizar en el conocimiento y perfeccionamiento de la cosmovisión cristiana, en el desarrollo de mejores técnicas para su enseñanza, necesitamos cultivar la filosofía cristiana. De la Sienra, continúa diciendo: Pero hay otras razones que impelen (empujan) al cultivo de la filosofía cristiana. Sobre todo, que ésta es la que provee las bases para todo proyecto educativo que quiera ser consistentemente escritural. La filosofía cristiana es una base propedéutica para el cultivo y enseñanza de todas las ciencias, al proporcionar una visión global de la estructura de la realidad y las condiciones del conocimiento científico. En particular, la filosofía provee los prolegómenos (principios elementales) para la teología sistemática (La ciencia de los hechos de la revelación divina en tanto que aquellos hechos tratan de la naturaleza de Dios y de nuestra relación con él, como sus criaturas, como pecadores, y como sujetos de la redención.) y para la dogmática (sistematizar las enseñanzas de las Escrituras formando un todo coherente según las categorías teológicas, antropología, Cristología, soteriología, escatología, etc…) ofrece valiosas profundizaciones en la identidad e integridad de la teología y otras disciplinas académicas, así como de su coherente interrelación, aportando una perspectiva unificadora de la enciclopedia del conocimiento como un todo. (Spykman, Teología reformacional: Un nuevo paradigma de hacer dogmática) La filosofía cristiana nos educa a ser relevantes y captar la esencia del punto de vista desde el que se esta escudriñando la Escritura o analizando algún acontecimiento que derive de ella, incluso nos sirve para analizar diversas acciones de la vida diaria, con esto incluyo lo que se observa en los medios electrónicos de comunicación, libros, películas, y la tendencia filosófica de la escuela de nuestros hijos. (Si somos casados) Hay sin embargo, ciertas críticas que se la hecho a la empresa filosófica como tal desde ciertas posiciones evangélicas. La primera consiste en tomar la Escritura de Colosenses 2:8 como si fuera amonestación general en contra del filosofar. El texto reza así: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo y no según Cristo.” Sin embargo el texto no se opone a la filosofía en general, sino tan solo a aquella que es conforme con los “rudimentos del mundo”, los stoicheia del mundo. Ahora bien “stoicheía” es el nombre del libro de la geometría de Euclides, el cual significa principios elementales o fundamentales de la geometría. Así los stoicheia del mundo son precisamente los principios fundamentales de cualquier cosmovisión enraizada en una religión distinta a la cristiana. De manera que la Escritura lo que nos esta diciendo no es que evitemos la filosofía, si que no nos dejemos engañar por una filosofía que exprese una cosmovisión anti bíblica de esas que nos encontramos en las tradiciones de los hombres, y que están plagadas de huecas sutilezas. En otras palabras, hay una advertencia muy clara en la Escritura acerca de los peligros de una filosofía que no esté controlada por una perspectiva escritural. 4 La filosofía cristiana es esencial para el cultivo de la teología. La filosofía y la teología deben estar basadas en la misma cosmovisión, nuestra cosmovisión debe ser sistematizada y explicada por la filosofía, y la filosofía debe proporcionar los prolegómenos a la teología, así como a toda otra disciplina científica. Coincido con el Dr. De la Sienra en los siguiente: Debemos interpretar todos los tipos de conocimiento científico desde la perspectiva de la filosofía cristiana llevando cautivo todo, en efecto, todo pensamiento a la obediencia a Cristo. (2ª de Corintios 10:5) Creo que esta tipo de filosofía debe ser la matriz dentro de los que hay que reestructurar la educación presbiteriana no solamente hacia el interior de la iglesia, sino también en las escuelas que iglesia tiene, (en realidad se pueden contar) en los seminarios, presbiterios, organizaciones, e incluso en la posibilidad de un sistema educativo presbiteriano global. Es alarmante la cantidad de cristianos esto incluye a maestros, que carecen de una cosmovisión bíblica, cuyo resultado se pone en manifiesto, en su falta de mentalidad bíblica y teológica, y por supuesto la filosófica. Esto ha contribuido que no tengan las herramientas necesarias para filtrar, e interpretar los acontecimientos de la vida diaria. El resultado una gran influencia de cosmovisiones secularizadas, y lo más terrible del caso la aplicación de las mismas en su vida diaria. Yo creo que la implementación rigorosa del estudio de una cosmovisión reformacional, y filosofía cristiana, ayudará en gran manera a, orientarlo en el camino correcto de la fe. Empujando al cristiano presbiteriano a dar lo mejor de sí mismo en todo lo que emprenda en la vida, especialmente en aquellos que tienen el llamado de enseñar. (Maestros, recordemos las palabras del apóstol Santiago cuando dice: “Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que recibiremos mayor condenación.” Santiago 3:1) La propuesta es práctica y específica (De la Sienra). Se debe enseñar y cultivar la filosofía cristiana y cosmovisión en todos los niveles y empresas, organizaciones, y cuerpos eclesiásticos de la Iglesia Nacional Presbiteriana, introduciéndola como prolegómenos para la enseñanza de la fe reformada y la teología. Diseminándola, sin pretextos, en toda la Escuela de Formación Cristiana. Esto redundará en una mayor unidad confesional de la Iglesia y por lo tanto en un mejor testimonio ante la sociedad, que en la actualidad vive en la postmodernidad, cuyo resultado ha provocado un secularismo desenfrenado, como las canciónes de dos famosos cantantes, Ricky Martín y su “Living la vida loca”, y Julieta Venegas con “el presente es lo único que tengo”, ¡Por favor! Dios te bendiga J.C.M.