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Geografía Política: herramientas para la comprensión de un mundo de múltiples estados. Artieda Joaquín Rodolfo. Prandín Griselda Alicia. Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Humanidades. Departamento de Geografía. Cátedra de Geografía Política. Documento de Cátedra. Geografía Política: herramientas para la comprensión de un sistema de múltiples estados. Prof. Artieda, Joaquín Rodolfo. Prof. Prandín, Griselda Alicia. Fecha de catalogación: 19/6/2013 Artieda, Joaquín Rodolfo Geografía política : herramientas para la comprensión de un mundo de múltiples estados / Joaquín Rodolfo Artieda y Griselda Alicia Prandín. - 1a ed. - Mar del Plata : Universidad Nacional de Mar del Plata, 2013. 14 p. ; 29x21 cm. ISBN 978-987-544-509-3 1. Geografía Política. I. Prandín, Griselda Alicia II. Título CDD 910 1 Temas desarrollados en el documento: Espacio vital. El determinismo de Ratzel. Geopolítica e Imperialismo. La nueva geografía Política. Globalización Tendencias seculares del sistema capitalista. Cambio social. Sociedades múltiples y el desarrollismo. Sistemas históricos. 2 Introducción. “Mientras personalmente ganan fortunas demenciales, los dirigentes de estos fondos practican sin escrúpulos los cuatro grandes principios de la racionalización de las empresas: reducir el empleo, comprimir los salarios, aumentar los ritmos y deslocalizar. Alentados en esto por las autoridades públicas, que como hoy en Francia sueñan con modernizar el aparato de producción. Y en perjuicio de los sindicatos que ponen el grito en el cielo y denuncian el fin del contrato social.” (Ramonet, Ignacio. 2008.) Las siguientes líneas, intentarán poner en situación al lector que se acerca por primera vez a los textos de Geografía política. El objeto de este documento es muy humilde en términos teóricos y, si bien intenta hablar de geografía en un lenguaje concreto y simple, está muy lejos la ambición de producir un documento masivo y popular, ya que tiene una orientación clara y precisa, que es la de acercarse a los estudiantes de los cursos de Geografía política. Intenta, con mucho esfuerzo, poner de relieve relaciones sociales sumamente internalizadas por todos como producto de un devenir histórico, en donde se entrelazan las vivencias cotidianas con hechos que se manifiestan a escalas espaciales de mayor magnitud pero que impactan en ese espacio vivido por todos los actores. Relaciones que legitiman pautas de comportamiento, que obedecen a relaciones asimétricas que van abriendo surco en el territorio nacional, ámbito físico del Estado, cuyas instancias de realización son eminentemente sociales, expropiación y construcción del espacio, acciones que resignifican a la Geografía, como también a la Historia en el Espacio. Es el espacio ese elemento en el cuál se condensan las relaciones de dominación, además de condicionar el accionar de las fuerzas productivas, reorientando los procesos de expansión del desarrollo económico y tecnológico. Cabe aclarar que, todo el análisis de aquellas relaciones que viabilizan el desarrollo de la interestatalidad, es decir un mundo de estados, tendrá una mirada sistémica en función de ver y entender las relaciones sociales en un espacio concreto, de una economía y muchos estados e incluso asumir que la construcción del mapa político es producto de relaciones de poder. Los estudiantes del curso podrán interpretar el análisis de la Economía – Mundo propuesto por Immanuel Wallerstein y la Geografía de la Acumulación Capitalista según los postulados de David Harvey. Así como los análisis de otros investigadores tales como Ortega Valcarcel, Eugeni Sánchez, Lorenzo López Trigal. Si bien el nivel de explicación de estos temas es modesto, permitirá una aproximación a la bibliografía especializada del curso a estudiantes de los primeros años de las carreras de Geografía e Historia, no suavizando lo ambicioso de esta propuesta bibliográfica, sino en todo caso, es intención de los autores que este documento sirva como texto de motivación para la lectura y el análisis y, en su defecto, más que responder a las dudas de los estudiantes con verdades acabadas, generar más interrogantes. Entendemos que el marco histórico y social donde se desenvuelve la tarea docente y la vida de nuestros estudiantes, (de los cuales una parte para nada despreciable no solo estudian sino que comparten su actividad universitaria con el mundo del trabajo y otras instituciones públicas y privadas) necesita ser resignificado con sus propias experiencias en el espacio de cursada. Es de esperar que este trabajo sea capaz de esclarecer muchas de las páginas que leerán y contribuya a develar muchos de los procesos espaciales que se asumen como naturales, pero que obedecen a una homogenización ideológica y cultural producto de una convención, más o menos permanente en la cual a muchos les cuesta participar y reconstruir. Joaquín Artieda 3 Origen y evolución de la Geografía Política. La Geografía Política es la subdisciplina que se ocupa del comportamiento político de la sociedad y la organización del espacio. Por lo tanto, parte del análisis de las relaciones sociales, que inevitablemente se traducen en relaciones de poder. De éstas surgen formaciones espaciales, de las cuales el espacio, no solo actúa como contenedor de relaciones sociales, sino que además es un determinante que condiciona la dinámica de las relaciones de poder en su construcción. En tal sentido, la relación entre política y espacio, da como resultado el análisis del territorio y su apropiación, donde en términos del estudio de las relaciones de poder, cobra importancia el Estado, como principal actor social. En éste, se condensan las relaciones sociales y convergen las luchas que pueden contener una diversidad de actores, fuera y dentro del aparato del estado. Desde esta perspectiva la geografía política puede definirse por su objeto de estudio de la siguiente forma: “En este sentido, se definiría el objeto central de esta subdisciplina como el estudio de la organización territorial del Estado y de las Administraciones Públicas, o lo que es lo mismo, investigar las interrelaciones entre lo político-institucional y lo geográfico-espacial, el poder y el espacio.” (López Trigal, 1999) Entre los contenidos temáticos actuales de la Geografía Política podemos indicar sin ser determinantes, algunos de los más destacados: El tratamiento del poder y el espacio. El comportamiento electoral. La regionalización política. Las políticas de provisión de servicios públicos. La centralidad de las capitales administrativas. Los problemas ambientales en las diferentes escalas. Las relaciones interestatales. La Geografía Política una disciplina de fronteras. A fines del siglo XIX, el geógrafo alemán Friedrich Ratzel (1844-1904) propone una Geografía Política que relacione los hechos políticos con los geográficos, destacando la capacidad de la disciplina para el análisis de fenómenos que hasta el momento pertenecían a esferas diferentes, contempladas cada una por la Geografía Humana y Física respectivamente. La nueva disciplina presentaba dos conceptos integradores: “Son los dos conceptos básicos de la geografía política de Ratzel: die Lage (la situación) y der Raum (el espacio), apuntando a que la posición o situación influye sobre el desarrollo social y del Estado.” (Ortega Valcarcel, 2000) En este sentido, Ratzel explica el éxito de un estado a partir de su ubicación y su extensión. Cobra importancia para la época como condición para el desarrollo, el hemisferio norte, el clima templado, la salida al mar y el área de influencia (el Atlántico). La extensión territorial explica la potencia del estado y la necesidad de dominar el espacio en términos de ocupación y control de los medios de transporte y las rutas de circulación. Desde una perspectiva organicista, generada a partir del pensamiento Darwinista, en un contexto de fuerte influencia Positivista, el Estado es entendido en función del espacio, siendo este último un elemento fundamental. Es entonces que naturaleza e historia se interrelacionan para explicar la razón de ser del Estado. 4 En consecuencia, esta forma de comprender las instituciones está influenciada por el determinismo geográfico que prioriza los aspectos físicos y no los históricos. Esta preponderancia del espacio compromete la supervivencia del estado a un espacio vital; donde situación y espacio dan derecho a la expansión territorial en función de las necesidades de un pueblo, que se reconoce como tal en la construcción de una cultura territorial encarnada en un Estado. La geografía Política de la época va a formar parte del determinismo geográfico. “La geografía Política se define como la disciplina geográfica del Estado, de su organización y constitución, de sus recursos y fronteras, de los conflictos, de los factores geográficos, que determinan su expansión o su decadencia, de la competencia entre los Estados por el dominio del espacio, con aplicación tanto al presente como al pasado. Una disciplina del determinismo geográfico del poder político por excelencia, el Estado.” (Ortega Valcarcel, 2000) Antes de seguir avanzando es oportuno detenerse en el análisis del Positivismo como corriente de pensamiento y la influencia del evolucionismo en la Geografía. El Positivismo es una concepción filosófica del mundo que en términos de comprenderla como método científico, se puede describir como empirismo inductivo. Este, parte de la observación y la experiencia realizando comparaciones y clasificaciones que deberán generar leyes generales que expliquen el hecho observado. El método es ampliamente aceptado en las ciencias naturales y rápidamente se intensifica el uso de analogías organicistas en las ciencias sociales. Lo que no se puede observar no existe, por lo tanto el empirismo inductivo es “antimetafísico”, entendiendo o incluyendo en el ámbito de la metafísica una diversidad de procesos sociales que el método no puede visibilizar. Las ciencias de la naturaleza se consagran como el paradigma del conocimiento científico de la época. “Esta visión fue realzada con el triunfo del evolucionismo darwinista, a partir de la publicación del libro El origen de las especies (1859). La obra de Charles Darwin aportó elementos relacionados con la selección natural y la evolución de las especies, con fuertes connotaciones de competitividad entre los organismos, donde triunfa el que puede adaptarse al medio.” (Ana Jofre, 1999) Esta necesidad de explicar el accionar del estado, con un dogma universal que trata de justificar la competencia y la rivalidad de los estados europeos por los territorios y las áreas potenciales, tiene directa correlación con un periodo de expansión colonial que finalizará en la posguerra (como colonialismo formal) momento en el que surgen los movimientos de liberación nacional. “El inmediato y excepcional éxito de la nueva geografía política aparece vinculado a las circunstancias singulares del periodo de auge del imperialismo a finales del siglo XIX y hasta la segunda guerra mundial, período marcado por la competencia entre grandes potencias tradicionales – Reino Unido, Francia, Rusia – y las entonces emergentes – Alemania, Estados Unidos, Japón – para imponerse en el dominio del espacio terrestre, tanto en lo territorial – colonias - como en el ámbito económico – mercados - . Es decir, la lucha por la hegemonía mundial en el marco del capitalismo industrial desarrollado. (Ortega Valcarcel, 2000) Es en Alemania donde se introduce el elemento étnico cultural, que Ratzel asocia a la “comunidad étnica y cultural” fundamentando un territorio alemán en el cual se integran varios países de Europa. Estas justificaciones expansionistas, no solo surgen de lo que podríamos llamar pensamiento geográfico alemán, sino además de otros estados como el Reino Unido y con posterioridad los EEUU, aunque la evolución de la geografía política hacia la “geopolítica” está asociada al expansionismo alemán. El concepto de espacio vital justificó la propaganda nacionalista y el logro de fronteras que se ajusten a las necesidades expansionistas. 5 Para fines de la segunda guerra mundial, la Geopolítica desaparece de los círculos académicos por estar asociada a la propaganda nazi, reconvirtiendo además las áreas de estudio de la geografía política, que lentamente pasarán del estudio de las diferencias al interior de los estados a las diferencias regionales para derivar en una “geoestratégia”, directamente asociada al imperialismo norteamericano. En cierta forma, el nuevo discurso reviste el carácter hegemónico de un estado defensor de la libertad y la democracia que impone una visión estratégica para defender ese mundo libre en el contexto de la guerra fría, el factor étnico cultural da paso a la civilización y los valores occidentales. “Se manifiesta como auténtica geografía aplicada al servicio de las necesidades geoestratégicas de Estados Unidos en los decenios de 1950 y 1960, en relación con las áreas de interés politicomilitar de este país. Se puede hablar de una verdadera geopolítica estadounidense, cuyo principal representante es S. Cohen. (Ortega Valcarcel, 2000) La principal crítica que puede hacerse a esta vieja Geografía Política, es el carácter conservador de su legado en función de explicar al estado y el territorio desde una perspectiva histórica, sin reconocer el carácter social de la construcción del estado y los grupos hegemónicos que se apropian del territorio (recursos), es decir; la falta de una explicación de los asentamientos humanos en términos históricos y materiales. Las explicaciones “desarrollistas” pueden considerarse el último exponente de esta geografía política, ya que el modelo de desarrollo de los países ricos es presentado como una receta a seguir por los países pobres sin considerar las condiciones de producción vigentes en el escenario mundial. “El ejemplo mas conocido es el de las etapas de crecimiento económico de Rostow, que generaliza la historia económica británica en cinco etapas, a modo de escalones, que van desde <<la sociedad tradicional>>, como primera etapa, hasta <<la era del consumo de masas>>, como última etapa.” (Taylor, 2002) En su defecto, para que el modelo se cumpla los estados pobres deberían superar la dependencia impuesta por los estados ricos, lo cual limita las condiciones en las que los últimos alcanzaron el desarrollo. A partir de la crítica a estos modelos, surge una geografía que intenta explicar las relaciones de poder sin temor a la escala de análisis (Taylor, 2002), entendiendo a la construcción del espacio como el resultado de luchas sociales por la apropiación de los recursos. Fuera de la Geografía, comienza también una etapa de confrontación entre el discurso neoliberal académico y los opositores. Como ejemplo, podemos destacar la escuela del estructuralismo latinoamericano, que desde la economía del desarrollo plantea una fuerte oposición a la idea ricardiana del crecimiento equilibrado. Esta visión, plantea un carácter dependiente de las economías latinoamericanas y la influencia de los estados centrales en ese atraso. “Contraponiendose a visiones a la Rostow, este modelo analítico enfatizaba que no había estadios de desarrollo uniformes, ya que el desarrollo tardío de los países de América Latina tenía una dinámica radicalmente diferente a la de aquellas naciones que experimentaron un desarrollo mas temprano.”(Nahón, Cecilia y otros, 2006) En la década del 70 se intentará dar respuesta a modelos de análisis que contemplan las condiciones materiales del cambio social en el tiempo y el espacio, tendencia que se verá fuertemente cuestionada por el discurso único a partir de la proliferación de geografías de viejo cuño (neopositivismo), renovadas a partir de la “Teoría de los Sistemas”. Teoría que pretendió unificar la Geografía Física y Humana, descartando el análisis del proceso histórico. En el caso de Peter, Taylor, se incorpora al análisis sistémico una matriz espacio- temporal que recupera los procesos descartados por el neopositivista (discurso único), éste es el análisis de los sistemas-mundo en geografía política. 6 La nueva Geografía Política. Esta propuesta, pretende recuperar la política y la geografía política para analizar el poder y las relaciones de poder que existen a diferentes escalas. Entre los temas a considerar se proponen los comportamientos políticos individuales y sociales: grupos políticos y actitudes electorales, la economía mundial y las relaciones electorales en las cuales se consideran los problemas del desarrollo, la dependencia y los conflictos a nivel mundial. La nueva geografía política parte de un análisis sistémico, en el cual el conflicto se analiza a partir de un sistema mundial en donde la escala de análisis no es un problema, sino parte del objeto de estudio, es decir una característica de la estructura de las relaciones de poder. Este análisis, se basa en dos dimensiones de la economía mundo como sistema, las dos, se encuentran al mismo nivel de importancia, una, la dimensión temporal, la consecuencia social de la dinámica de la economía mundo, y la otra la dimensión espacial como consecuencia social de la estructura de la economía mundo. La dinámica entendida como el comportamiento del mercado capitalista en constante evolución cíclica, y la estructura como limitante o expansión del mercado (división internacional del trabajo y la producción). La subdisciplina cuyo principal exponente es el geógrafo británico Peter Taylor propone, el análisis de la sociedad y la construcción del espacio desde la teoría del cambio social. Esta visión no acepta la idea de sociedades nacionales o “sociedades múltiples”, según este postulado la evolución de la sociedad no se explica a partir de expresiones deterministas o voluntaristas. La explicación desarrollista de una evolución lineal de la sociedad es criticada pues, no contempla las condiciones de inicio de las diferentes sociedades en el espacio como tampoco diferencia las relaciones entre éstas. La nueva geografía plantea el desarrollo desigual a partir de las relaciones de dependencia y la existencia de una economía capitalista, es decir un mercado con múltiples estados. Los cambios a escala local, requieren de una explicación sistémica que involucra la comprensión de la dinámica y la estructura de la economía mundo. “En vez de defender que el cambio social tiene lugar país por país, Wallerstein (1979) postula la existencia de un sistema-mundo que en la actualidad tiene una extensión global. Si aceptamos este supuesto de una sociedad única las numerosas sociedades nacionales se convierten simplemente en partes de un todo mayor, por lo que un determinado cambio social solo puede ser comprendido en su totalidad en el contexto más amplio del sistema mundo moderno.” (Taylor, 2002). En este sentido, Wallerstein clasifica tres formas de organización material de la sociedad que se asocian a un determinado tipo de cambio social. El primero de ellos y más antiguo es el Mini sistema, modo de producción que se caracteriza por una escasa especialización productiva (caza, recolección y agricultura rudimentaria). La edad y el género son el principio de organización social. Estos tipos de organizaciones existieron diseminadas con escaso contacto entre sí. El segundo, en orden cronológico es el imperio mundo, cuyo modo de producción es redistributivo tributario. Existe una capacidad de generar excedentes agrícolas por encima de las necesidades de los productores, el cual es apropiado por una clase de administradores que se la define como burocrática militar. La extensión geográfica de estos imperios es notable aunque el contacto entre ellos nunca logró un desarrollo global. 7 Por último, la economía-mundo cuyo modo de producción es el capitalista, por lo tanto el objetivo de la producción es la obtención de Ganancia y su acumulación en forma de capital. Es decir, la expropiación del excedente por parte de una clase a través del mercado. El mismo autor propone cuatro tipos de cambio social, siendo el primero la Transición, que obedece a una transformación interna, cuyo ejemplo más clásico es el pasaje del Feudalismo a la Economía Mundo naciente en Europa a partir de 1450. Otra forma de cambio es la incorporación o proceso externo como puede ser el colonialismo. El tercer tipo de cambio se refiere a las rupturas que se dan en un espacio particular en un mismo modo de producción, entre un sistema que desaparece y el que sigue, por ejemplo el Imperio Romano y su destrucción hasta formarse un sistema Feudal. Por último, los cambios pueden manifestarse como una continuidad del sistema, estos se asocian al carácter cíclico de los modos de producción, que en la actualidad pueden explicarse a partir de las recurrentes crisis de acumulación. Antes de la expansión de la economía-mundo los imperios mundo absorbían (incorporación) minisistemas hasta que los gastos burocráticos y militares eran tan elevados que el imperio sufría una crisis en su expansión, de carácter coyuntural. Los elementos de la economía-mundo. En primer lugar debe quedar claro que la explicación del cambio social no admite explicaciones desarrollistas o evoluciones asociadas a las economías nacionales, pues se parte del postulado de “una economía y múltiples estados”. Por lo tanto, existe un mercado capitalista a nivel mundial, el cual funciona a partir de la competencia entre productores. El que produzca más eficientemente (a menor costo) desplazará al resto. El objetivo de producir barato se incentiva a partir del precio de una mercancía en el mercado, pues a partir de este el menor costo generará mayor ganancia y acumulación. Es importante comprender que en la producción se genera valor gracias al trabajo humano incorporado, pero este se realiza a partir de su venta en el mercado. Es decir, que en la diferencia entre el valor y su realización en capital influye el carácter geográfico de la economía-mundo, generando el primer interrogante: ¿Dónde producir y donde vender? La eficiencia productiva se logra ahorrando mano de obra y obteniendo materias primas baratas, otro argumento para la expansión territorial. Lo cual se logra en parte, por la diferenciación territorial del mercado-mundial donde las condiciones de producción varían de un estado a otro generando oportunidades de expansión, siendo las fronteras un freno a la vez que una oportunidad para la circulación de capital y mercancías “Así el mercado mundial determina a la larga, el tipo y la ubicación de la producción. El resultado tangible de este proceso ha sido un desarrollo económico desigual en el mundo. La globalización actual es la última expresión del mercado mundial, y en algunos aspectos la más desarrollada.” (Taylor,2002) Este comportamiento del mercado tiene sentido en un sistema de múltiples estados, cada uno funcionando en una división productiva de carácter desigual. Con respecto a esta característica de la economía mundo Taylor aclara: “Contrastando con la existencia de un mercado económico único, siempre ha habido varios Estados políticos en la economía mundo. Este factor forma parte de la definición de sistema; porque, si un Estado llegara a controlarlo por completo, el mercado mundial estaría sometido a un control político, se eliminaría la competencia y el sistema se transformaría en un imperio mundo. Por consiguiente el sistema interestatal es un elemento indispensable en la economía mundo.” (Taylor, 2002). 8 Para el entendimiento de esta relación contradictoria de explotación y acumulación entre estados, regiones y personas, Wallerstein propone el concepto de estructuras tripartitas, debido a que una confrontación de intereses entre dos es eternamente inestable en tanto que un tercer elemento disipa la tensión del conflicto. En este sentido, el sistema ha creado partidos políticos de centro, a las clases medias, a los estados semiperiféricos, que refuerzan el carácter estructural de las relaciones de poder facilitando su continuidad. Esta continuidad no se da en un escenario de consenso entre las partes, aunque no se excluye la posibilidad que en determinados momentos exista. El análisis de la economía mundo permite observar a los estados reconociendo condiciones internas y externas de su desarrollo como relaciones interdependientes, pues el sistema de múltiples estados funciona en una economía capitalista. Por lo tanto existe una supuesta autonomía del estado con respecto a la economía, que no es aceptada desde la perspectiva que venimos analizando pues, los intereses de los distintos grupos sociales muchas veces no son de carácter nacional y, muchas veces utilizan la institución estatal en su propio beneficio, poniendo de manifiesto la manipulabilidad del Estado. “Puesto que el Estado –cualquier Estado- es una institución, es susceptible de ser manejado para favorecer a determinados grupos sociales (clases, pueblos, etc.) en detrimento de otros en el sistema-mundo. En definitiva sustituimos la noción de autonomía relativa por la de << manipulabilidad >>.” (Taylor, 2002) Desde esta perspectiva la correspondencia de cada Estado con su economía tiene sentido con las características del fragmento de la economía mundo (una economía), a la cual pertenezca en relación a su carácter central, semiperiférico o periférico. Es decir que, si el grupo social que detenta el poder formal del Estado tiene sus intereses en la exportación de materias primas sin procesar, bajo una estructura de propiedad concentrada de los recursos, que hace rentable el negocio a escala internacional tenderá a mantener la economía del país en una situación de periférica, por lo tanto el estado y su forma tendrán las mismas características. Esa economía nacional, no es más que un fragmento de la economía mundial, una parte del sistema. No existen diferentes capitalismos, sino diferentes intereses que se expresan en los estados que a su vez se integran como ya dijimos de manera central – semiperiférica – periférica en función de, su capacidad de agregar valor, distribuir la riqueza y su capacidad de dirección de esa red ampliada que es el mercado internacional, es decir las relaciones de dependencia. Tendencias seculares de la Economía-mundo. No hace falta aclarar que uno de los rasgos más importantes de finales del siglo XX fue la creencia de que el mundo se estaba reduciendo, junto con el final de la historia. Pasado en limpio, esta visión pretendió un mundo sin conflicto y unificado. El poder de los organismos internacionales y la capacidad de inversión en tiempo real en todo el planeta apuntaban a reafirmar este mundo globalizado, en donde las multinacionales debían ser atraídas por los estados, para generar nuevas oportunidades. El territorio pierde su capacidad de resistencia, desaparecen las barreras construidas a partir de las economías nacionales, y adquieren importancia los flujos de capital dirigidos por los centros financieros a través de los Organismos Internacionales de Crédito. En este sentido la globalización pretende imponer la idea de mundo en el cual se puede alcanzar un desarrollo general de las fuerzas productivas del planeta, terminando con la miseria de aquellas áreas “subdesarrolladas”. Ahora bien, la pregunta es, ¿por qué se mueve el capital? La globalización con su tendencia a homogeneizar conductas que deben garantizar la acumulación capitalista, se alimenta de lo diferente, del fragmento. Aunque la respuesta y crítica a esta ilusión burguesa fue formulada hace tiempo: 9 “Si el capitalismo consiguiera hacer esto, no sería capitalismo; pero el desarrollo desigual y el paupérrimo nivel de existencia de las masas son condiciones fundamentales e inevitables, y constituyen las premisas de este modo de producción. Mientras el capitalismo siga siendo lo que es, el capital excedente no se utilizara con el fin de aumentar el nivel de vida de las masas en un país dado, porque esto significaría una disminución de los beneficios de los capitalistas, sino con el fin de aumentar los beneficios mediante la exportación de capital al extranjero, a países atrasados. En estos países atrasados los beneficios son normalmente elevados, porque el capital es escaso, el precio de la tierra es relativamente bajo, los salarios son bajos, las materias primas son baratas.. (Lenin, 1963,pp.716-718 citado en Harvey, 2007). A continuación se explican las tendencias que dan impulso a esta etapa del capitalismo y que de alguna manera ponen de relieve el espacio local en donde la relación dialéctica entre lo Global y lo Local dan lugar a la construcción de teorías sobre el Desarrollo Local, como expresión de un nuevo desarrollismo. Este paradigma de interpretación del desarrollo se da en un contexto de imposición del discurso neoliberal que expresa intereses sectoriales cuya actividad tiene características globales (multinacionales, grupos financieros), que ponen de manifiesto en su accionar el carácter único de la economía capitalista y la manipulabilidad de los Estados. Asumiendo el carácter anárquico del sistema, que pretende producir y acumular capital en base al ahorro de mano de obra, a la obtención de recursos baratos y a la menor intervención posible del Estado, es interesante, sin agotar el análisis, explicar algunas de las tendencias que inexorablemente se replican cíclicamente, produciendo crisis de acumulación en el sistema. Para analizar estas tendencias se tomará el marco teórico propuesto por Wallerstein, (2006) en su análisis de “la Globalización como una trayectoria, a largo plazo del sistema- mundo”. La primera tendencia es el incremento de salario como porcentaje de los costos de producción, haciendo un promedio para toda la economía mundial. Es obvio que los empresarios capitalistas necesitan salarios bajos, para ampliar su ganancia. El escenario ideal sería una empresa instalada en una comunidad con altos niveles de consumo y salarios de hambre, algo que no puede sostenerse en el tiempo, ya que la demanda es impulsada por el salario. La solución se encuentra entonces en la relocalización industrial, en la cual los procesos de mano de obra intensivos son trasladados a lugares con cantidades importantes de trabajadores rurales que migran a las ciudades para incorporarse a la vida urbana. El problema de esta tendencia a buscar salarios bajos por todo el mundo es que, con el paso de los años, los trabajadores se organizan y comienzan a luchar por mejores salarios. A esto hay que agregar que el proceso de urbanización está terminando con las poblaciones rurales, e incrementando los trabajadores urbanos desocupados cuyos reclamos son difíciles de solucionar por el estado que entra en fuerte contradicción con las fuerzas del mercado global. La segunda tendencia incorpora el análisis de la variable ambiental en el proceso de producción. Todo proceso de transformación de insumos tiene costos que son absorbidos por el productor y necesariamente tienen que recuperarse en el momento de la venta del bien producido. Aunque los recursos más usados son no renovables, generando una escasez constante que incrementa los costos de producción. Es cierto que, dicha transformación puede ocasionar un deterioro ambiental que no ingresa en los costos de producción haciendo más competitivo el producto en el mercado y preservando o ampliando la ganancia. Este proceso se lo conoce como externalización de costos o contaminación a cargo de toda la sociedad, obviamente a través del estado que cuando la situación es insostenible inicia el saneamiento como un servicio cargado a los impuestos de todos los ciudadanos. El problema se inicia, cuando la recuperación de áreas degradadas involucra el reclamo de sectores de la población que identifican a los responsables, conducta que viene en aumento, ya que la información y la organización a partir de estos reclamos es cada vez más fuerte. ( léase movimientos sociales ambientalistas, de protección de comunidades, etc ). Esta situación tiende a presionar y exigir una interiorización de los costos ambientales, lo cual atenta contra las 10 oportunidades de lograr ganancias de las empresas. Éstas operan tanto a nivel nacional como global buscan menores controles ambientales, como condición de elección para radicar plantas industriales. La última tendencia se da en la tributación, por lo cual se relaciona con las anteriores ya que el Estado es resistido por las empresas a la hora de intervenir en el mercado pero, también es llamado al auxilio de estas en momentos de crisis. La pregunta es, ¿Qué determina el nivel de impuestos? Se pueden visualizar dos exigencias constantes, que el estado resuelve incrementando los impuestos. La primera tiene que ver con la seguridad, ya que el sistema reproduce sociedades con mayores niveles de exclusión y violencia, los reclamos por más fuerzas de seguridad terminan siendo una preocupación de todos los sectores sociales. La segunda, está relacionada con la expansión de la administración pública, cuya función principal es la satisfacción de ciertos reclamos populares en forma de subsidios para los sectores pauperizados. “La principal función de expansión ha consistido en la satisfacción de ciertos reclamos populares. Este no ha sido un gasto opcional. El crecimiento de estos suministros ha sido el medio principal para asegurar la relativa estabilidad política ante el descontento en aumento de los estratos bajos por la creciente polarización del ingreso real, que ha sido un rasgo constante del sistema-mundo. El esfuerzo en favor del bienestar social de parte de los gobiernos ha sido la paga empleada para domesticar a las “clases peligrosas”, esto es, para mantener la lucha de clases dentro de fronteras acotadas” (Wallerstein, 2006) Si bien es difícil generalizar, la situación impuesta por la globalización concuerda bastante con las tres tendencias nombradas y, el escenario en donde se pretende generar un desarrollo local evidentemente tendrá particularidades que serán elegidas como oportunidades para el capital global. Dichas oportunidades serán aprovechadas por las comunidades locales en función de la calidad de selectividad que permita el juego de intereses a diferentes escalas. Causas y condicionantes de la evolución de los territorios nacionales. Es conveniente aclarar antes de empezar con este apartado, que no existe una tendencia del sistema a globalizarse. Si la “economía se globalizara” no existiría ningún conflicto entre territorios, es decir podrían existir los mismos problemas en distintos lugares, los mercados nacionales tendrían los mismos problemas al mismo tiempo: desocupación, inflación, quiebra, etc. y todos buscarían la solución o la resolución de éstos en la lucha de intereses que caracterizan a las clases sociales en el capitalismo. Esta visión de economía globalizada, pretende una reproducción de condiciones y una homologación de agentes económicos en los distintos territorios, donde no existen diferencias cualitativas entre los mismos actores a nivel local en el momento de relacionarse a escala global. Por lo ya expuesto se entiende que hay una economía mundial alimentada por las diferencias, que permiten que el intercambio sea rentable. ¿Es lo mismo un obrero industrial alemán y uno vietnamita o un empresario alemán y uno vietnamita? Como se explicó en el apartado anterior, la Globalización es una tendencia que se puede interpretar como el comportamiento del salario, el costo del funcionamiento del estado y la relación de la sociedad con la naturaleza. Esto sucede a través del tiempo en el marco de un orden social capitalista, donde el desarrollo de fuerzas productivas se basa en relaciones de producción que se expresan en lo concreto y en lo simbólico como relaciones de dominación. Reproduciendo un desarrollo desigual en la sociedad, el cual está atado a un desarrollo territorial desigual, en donde la explotación y la acumulación son la relación dialéctica que sostiene este orden social, aunque en un mundo finito, esta relación necesita de la expansión territorial y la recreación de condiciones de acumulación que Wallerstein pone en evidencia cuando explica las tres tendencias seculares. Es decir, la Globalización es en todo caso la tendencia a reproducir desigualdades sociales y profundizar el desarrollo territorial desigual para, sostener las condiciones capitalistas de producción 11 que no tienen otra alternativa que la expansión territorial. Es interesante aclarar esto debido a que, es muy fácil caer en la falaz idea posmoderna de creer en la homogenización del mundo, en donde el libre mercado brinda las condiciones necesarias para la circulación de mercancías y capitales producidos en un lugar y necesitados en otro y genera un equilibrio en el desarrollo social y económico global. Como así también la creencia en la existencia de dos capitalismos: uno desarrollado y otro subdesarrollado, cuando en realidad uno y otro son la expresión de un mismo orden desigual. 12 Bibliografía: Harvey, David: Espacios del capital. Hacia una geografía crítica. Akal. 2007. Jofre, Ana: Geografía Ambiental y Socioeconómica. Docencia. 1999. López Trigal, Lorenzo, Paz, Benito del Pozo: Geografía política. Cátedra. 1999. Nahón, Cecilia y otros. El pensamiento Latinoamericano en el campo del desarrollo del subdesarrollo: trayectorias, rupturas y continuidades. CLACSO. 2006 Ortega Valcarcel, José: Los horizontes de la Geografía. Teoría de la Geografía. Ariel. 2000. Ramonet, Ignacio: La crisis del siglo. Globalización, especulación financiera, burbujas, capitalismo salvaje, crack… Capital Intelectual. 2008. Sanchez, Eugeni: Geografía política. Espacios y sociedades N°23. Síntesis. Taylor, Peter: Geografía política. Economía mundo, estado-nación y localidad. Wallerstein, Immanuel, “La decadencia del poder estadounidense”- Le monde diplomatique. 2006. 13