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BLOQUE 5. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN (1788-1833). LIBERALISMO FRENTE AL ABSOLUTISMO 1. EL REINADO DE CARLOS IV 1788-1808 Su reinado estuvo condicionado por la débil personalidad del monarca (que delegó el gobierno en manos de su mujer María Luisa de Parma y su valido Manuel Godoy) y la crisis económica, en el sector textil pero especialmente en el ámbito agrícola, lo que provocó una crisis de subsistencia, una subida de precios y el malestar social. Cuando el rey Carlos IV llegó al trono de España, inmediatamente saltó la Revolución Francesa en el país vecino (1789) de modo que por miedo a que llegara aquí su influencia el Rey, quitó las reformas iniciadas por Carlos III bajo el despotismo ilustrado así como a los ministros promotores como Jovellanos. Así la primera reacción fue el establecimiento de una especie de “cordón sanitario” para que no llegara nada de Francia que pudiera resultar revolucionario (por ejemplo se establecieron índices de libros prohibidos) y el aislamiento respecto a este país. No obstante, la muerte de Luis XVI acabará por decidir a España para entrar en guerra contra Francia, aliándose con otras monarquías absolutas. La Paz de Basilea (1795) constituyó una gran derrota para España y el giro de su política hacia las alianzas con Francia. Así, recurriendo a los antiguos Pactos de Familia, en 1796 se firma el tratado San Ildefonso, por el cual España se convertía en aliada de Francia. Estas alianzas van a desembocar en la enemistad con Inglaterra, cuyo máximo ejemplo va a ser la batalla de Trafalgar que desembocó en un gran desastre naval para España. El desastre de Trafalgar acentuó la crisis de la Hacienda real. En estos momentos, Carlos IV, tras haber tenido en el gobierno a ministros de la talla de Floridablanca y el Conde de Aranda, había delegado su poder en el ministro Godoy, militar de prestigio muy cercano a él y a la reina y odiado por la alta nobleza y la Iglesia por su origen plebeyo y sus intentos reformistas, pero sobre todo, por el príncipe heredero que veía en él a un competidor. De hecho, el príncipe heredero ya dio muestras de sus intenciones en la conjura del Escorial, complot para destronar al Rey que fue descubierto. La labor de Godoy se centró en reformas interiores como intentos de desamortizaciones de tierras de la Iglesia para lograr recursos para el Estado, reducir el poder de la Inquisición, aumentar las contribuciones,…medidas ineficaces que le valieron una oposición aún mayor por parte de los sectores privilegiados y del campesinado que soportaba duras condiciones económicas. En el exterior, a pesar del desastre de Trafalgar, Godoy continuó con la alianza con Francia y por su mediación se llegó al Tratado de Fontainebleau por el cual España permitiría a las tropas francesas atravesarlas para atacar Portugal, (aliada de Gran Bretaña), previendo un futuro reparto del país entre ambos y el propio Godoy. No obstante, la entrada masiva de los franceses y la desconfianza del pueblo ante una posible invasión del país por los franceses provocó un motín en Aranjuez, donde estaban los reyes. Este motín pretendía la destitución de Godoy y la renuncia del Rey a favor de su hijo, Fernando. El motín triunfa y ante ello, Carlos IV pide ayuda a Napoleón para mantener su trono pero éste, al ver la inestabilidad del país sin un rey reconocido por todos, se decide a invadirlo realmente y traza una estratagema mediante la cual logra que Carlos IV y Fernando VII acudan a Bayona. En esta localidad, ambos renuncian a la Corona de España que queda en manos de Napoleón, cediéndola a su vez éste a su hermano José. Napoleón consideraba al régimen español anticuado y su hermano intentó emprender una serie de reformas para acabar con el Antiguo Régimen: desamortizó parte de las tierras del clero, desvinculó los mayorazgos y las tierras de las manos muertas y abolió el régimen señorial. En el Estatuto de Bayona, que seguía estas ideas, se reconocía la igualdad de los españoles ante la ley, los impuestos y el acceso a los cargos públicos. 1 Sin embargo, contó con escasos apoyos e incomprensión generalizada y sus actuaciones estaban subordinadas a las necesidades militares de la conquista y las violentas actuaciones de las tropas napoleónicas (con detenciones y fusilamientos) pusieron al grueso de la población en su contra. En este contexto, los españoles pensaban que Fernando VII estaba secuestrado por Napoleón, de modo que mientras ocurrían los hechos de Bayona, el 2 de mayo de 1808 el pueblo de Madrid se levantó contra la presencia francesa y la partida del resto de la familia real hacia Bayona. Aunque la represión francesa, al mando de Murat fue tremenda, sirvió de ejemplo para que en toda España empezaran a producirse movimientos de resistencia ante las tropas francesas. 2. GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: 2.1. DEFENSA Y DIVISIÓN DE LA POBLACIÓN El pueblo, ante la pasividad de parte de las élites desconcertadas por las abdicaciones de Bayona y la ausencia del rey Fernando unido a la imposición de un nuevo monarca extranjero, va a comenzar a organizarse siguiendo la estela del 2 de Mayo madrileño. Desde estos primeros levantamientos empiezan a surgir las Juntas de Armamento y Defensa. De ser juntas locales, pasaron a organizarse provincialmente y a asumir la soberanía en ausencia del Rey, declarando la guerra a Napoleón. Estas juntas enviarán representantes a Aranjuez tras la derrota de Bailén, para formar la Junta Suprema Central para coordinar la lucha y regir el país. Las juntas estaban integradas por representantes de la autoridad anterior -obispos, militares- y figuras cuyo prestigio se basaba en el valor mostrado ante la ocupación. Esta Junta reconocía a Fernando VII como el rey legítimo y con el trascurso de la guerra pasó a trasladarse a Sevilla y posteriormente, en 1810 a Cádiz, única ciudad que resistía el asedio francés. Extraoficialmente, surgieron las guerrillas, instrumento de lucha del pueblo llano frente al invasor, aunque acabaron siendo reguladas por la Junta Central. Hacían frente al ejército francés desde la retaguardia. Destacan guerrilleros como Espoz y Mina, El Cura Merino y el Empecinado. Además, el levantamiento popular y espontáneo sorprendió al ejército francés que no pudo ocupar ciudades como Gerona, Zaragoza o Valencia, cuyo sitios fueron famosos por su resistencia frente al invasor. División de la población: Ante esta situación, de la población española se dividió en dos grupos: ● Afrancesados: una minoría que apoyaba a José I, porque vean en él un verdadero ilustrado y creían en sus reformas modernizadoras, controladas desde el poder (Despotismo Ilustrado). Socialmente, hablamos de intelectuales, altos funcionarios y parte de la nobleza. Al final de la guerra, los que no fueron detenidos tuvieron que exiliarse. ● Patriotas: la mayoría de la población formó el frente patriótico, oponiéndose a la invasión pero con posiciones diferentes. Así, la nobleza quería la vuelta de Fernando VII y restauración de sus privilegios del Antiguo Régimen. Algunos ilustrados como Jovellanos, burguesía y sectores liberales veían la posibilidad de convertir a España en un sistema liberal-parlamentario (soberanía nacional, división de poderes, constitución y abolición de privilegios estamentales y gremiales). Finalmente, muchas personas no tenían ideología clara y vieron la guerra como una invasión extranjera, luchando por la vuelta de Fernando VII y defendiendo todo el sistema que lo acompañaba de privilegio. Es un grupo muy influido por la Iglesia. 2 2.2. ETAPAS DE LA GUERRA Desde el punto de vista bélico, el ejército español no podía oponerse a las fuerzas francesas, superiores en número y armamento así que optaron por dos modalidades para impedir su avance. Los sitios (las ciudades cercadas por los franceses resistían la falta de alimentos, agua y los bombardeos con tal de desgastar al ejército francés) y la guerrilla (partidas espontáneas de lucha formadas por gente diversa (campesinos, sacerdotes, burgueses,…) organizadas en torno a un jefe que solía proceder de las élites culturales. Éstas tenían como ventaja el conocimiento del terreno y el poyo de la población y actuaban mediante incursiones que desgastaban a los franceses impidiendo un enfrentamiento en campo abierto. 1ª Etapa: 1808-1809 Al comienzo de la guerra, Napoleón concibió la invasión de toda la Península disponiendo estratégicamente sus tropas en Barcelona, Vitoria y Madrid y no esperaba encontrar resistencias en un pueblo e instituciones atrasados y sin monarcas, con lo cual los primeros sitios como el de Zaragoza les provocaron enormes retrasos en su plan. Profundo impacto tuvo la derrota de Bailén (Julio 1808), que impidió la conquista de Andalucía y obligó a los franceses a replegarse al norte del Ebro y a José I a abandonar Madrid. Napoleón tuvo que replantearse la guerra y envió un ejército de 150000 hombres bajo sus órdenes directas. 2ª Etapa: 1809-1812 Ante tal situación, el propio Napoleón se desplazó aquí y desde el otoño de 1808 avanzaron con un gran despliegue de hombres hasta el sur peninsular. (Hay que recordar el traslado de las Cortes a San Fernando y finalmente a Cádiz). El ejército francés habiendo reforzado sus filas se impuso sobre el español, ocupando todo el territorio con la excepción de Cádiz y Alicante. En apoyo a las tropas peninsulares llegó a la península el ejército inglés dirigido por el duque de Wellington. 3ª Etapa: 1812-1814 La situación internacional de las guerras napoleónicas, especialmente la campaña de Rusia, obligó a Napoleón a retirar tropas de España y a centrar su atención en otras zonas de Europa. Esto fue aprovechado por las tropas en españolas, con el Duque de Wellington reconocido como comandante en jefe de los ejércitos españoles tras las batallas de Ciudad Rodrigo y Arapiles. Las últimas victorias españolas, en Vitoria y San Marcial, obligaron al ejército francés a abandonar la península. Napoleón, al borde de la derrota en Europa, firmó con Fernando VII el tratado de Valençay /diciembre de 1813) con el que finalizaron las hostilidades entre España y Francia. Fernando VII era repuesto en su trono 2.3. Consecuencias del conflicto España quedó destrozada tras la guerra: 300.000 muertos y enormes destrucciones y expolios de los franceses al patrimonio nacional. Además económicamente teníamos la agricultura arruinada, ciudades e industrias destrozadas, etc… Finalmente, socialmente, tras el enfrentamiento entre los grupos ideológicos citados anteriormente fue tan grande que tras el final de la guerra, muchos deberán partir al exilio, perdiendo España gran parte de intelectuales, artistas y funcionarios. Quedará también de la guerra un fuerte sentimiento de odio al francés, alentado por la Iglesia, una mayor participación de lo militares en la vida política, una conversión de algunas cuadrillas en bandoleros rurales y el inicio ideológico del proceso independentista americano, como veremos en algunos artículos de la Constitución de 1812. No obstante, no hay que olvidar que fue el primer intento de llevar a cabo la revolución liberal y acabar con el Antiguo Régimen. 3 3. LAS CORTES DE CÁDIZ Y LA CONSTITUCIÓN DE 1812 Para ver el origen de las Cortes, hay que remontarse a la constitución de la Junta Suprema Central Gubernativa del Reino, que asumió todo el poder y empezó a tomar decisiones en nombre de Fernando VII durante su ausencia como la alianza con Gran Bretaña, la creación de un impuesto extraordinario de guerra o la formación de un nuevo ejército. Su principal decisión, será, la convocatoria a Cortes con la esperanza de lograr una Constitución. La trayectoria de la guerra hizo que esta junta fuera itinerante pasando desde Ocaña a Sevilla y de ahí, a la Isla de León, donde ante el avance francés y las continuas críticas, sus miembros dimitieron y se designó un Consejo Supremo de Regencia, presidido por el general Castaños. Este Consejo organizó la reunión en Cortes, siendo los diputados elegidos por sufragio universal indirecto y acudiendo representantes del territorio peninsular y colonial. Debido a la guerra, gran parte de la nobleza y jerarquía eclesiástica no consiguió llegar y se les buscó suplentes entre la poblaciòn gaditana. Cádiz se había convertido durante la guerra en refugio de intelectuales y burgueses liberales, lo que explicaría en parte el sesgo liberal de la Constitución, máxime cuando entre los diputados predominaron las clases medias con formación intelectual. Las Cortes se inauguraron en la Isla de León y desde el primer momento, se aprueba que en ellas resida la soberanía nacional y acuerdan mantener la monarquía de Fernando VII. Con los poderes legislativo y ejecutivo (tras desavenencias con el Consejo de Regencia), se terminan trasladando a Cádiz ante el complicado asedio francés al que se ven sometidas. En relación a las Cortes hay que señalar que a nivel social estaban compuestas por un elevado número de eclesiásticos, nobles y clases medias urbanas -abogados, funcionarios, profesiones liberales, a nivel territorial, había representantes de todas las regiones, incluso América y a nivel ideológico había mayoría liberal, aunque también había absolutistas. En cuanto a su labor legislativa, podemos destacar: Ámbito político: establecieron soberanía nacional; Ámbito social: buscaban la igualdad ante la ley, para lo que abolieron los privilegios, los señoríos jurisdiccionales y el mayorazgo, así como la Inquisición; Ámbito económico: el objetivo era fomentar el desarrollo económico, mediante la libertad de industria, comercio y agraria. Suprimieron la Mesta y los gremios. Además inician la desamortización eclesiástica. Estas Cortes fueron Asamblea Constituyente desde el 24 de septiembre de 1810 hasta el 19 de marzo de 1812, día que se aprobó la Pepa. En este tiempo, los diputados se dividieron en tres tendencias: jovellanistas (a favor de mantener el rey y las Cortes como instituciones tradicionales), los liberales (quieren reformas radicales y creen en la soberanía nacional, identificando tercer estado con nación) y los absolutistas (defienden el poder absoluto del Rey). Será una Comisión en el seno de las Cortes, en las que destacó Argüelles, la que recibiendo propuestas, redacte el texto constitucional. La Constitución de 1812 Conocida popularmente como La Pepa, trató de aunar las tradiciones hispánicas con un espíritu más liberal, inspirándose en las ideas de la Ilustración -igualdad, justicia, progreso…-, las mismas ideas que habían inspirado la Revolución Francesa y la Declaración de Independencia de Estados Unidos. A) Tiene raíces medievales como se señala en el preámbulo donde se alude a Dios como autor y se señala claramente que la soberanía junto a éste recae en la nación, lo que supone un gran paso al recaer antes en el rey. B) Se recoge una declaración de derechos entre otros: libertad civil y derecho a la propiedad, libertad de imprenta, igualdad ante la ley,… C) Religión católica: se reconoce como verdadera y se prohíbe otra. 4 D) El régimen político es monarquía moderada y hereditaria y hay división de poderes: legislativo (Cortes unicamerales y el Rey pero teniendo la última palabra las Cortes), ejecutivo (rey ejerciéndolo a través de sus Secretarios de Estado) y judicial (tribunales). E) Se establece el sufragio universal e indirecto, pero para ser elegido diputado se requería ser propietario, excluyéndose asalariados y campesinos sin tierras. F) El Rey, asesorado por un Consejo de Estado, es sagrado e inviolable y tiene veto suspensivo a las Cortes pero tiene hasta 12 limitaciones como no disolver las Cortes, contraer matrimonio sin su permiso o imponer impuestos. G) Los tribunales se organizan según una misma ley, aparte el militar y el eclesiástico. H) Enseñanza común y extensiva en primaria a todos los pueblos. I) Deberes de los ciudadanos (obligación de contribuir a los gastos del Estado según bienes, obligación de defender a la Patria,…) J) Creación ejército permanente regulado por las Cortes y Milicia Nacional. La Constitución de 1812 tiene especial especial trascendencia por ser la primera Constitución española y el primer intento de poner fin al Antiguo Régimen para establecer el liberalismo politico y economico, aunque tuvo escasa aplicación (1812-1814, 1820-1823, 1836-1837). La Pepa fue modelo para las constituciones de los años 20 de Francia, Italia y Alemania, así como las nuevas constituciones americanas, además de un referente para las constituciones españolas del siglo XIX. 4. EL REINADO DE FERNANDO VII (1814-1833) EL SEXENIO ABSOLUTISTA (1814-1820) Tras el Tratado de Valençay, Fernando de Borbón volvió a España desembarcando en Valencia. El pueblo español tenía puestas en él todas sus esperanzas. Sin embargo, miembros de la nobleza y el clero, en el Manifiesto de los Persas, pedían al monarca volver al Antiguo Régimen. Mediante el decreto del 4 de mayo de 1814, Fernando VII suprimió las Cortes y la Constitución, amparado en el contexto europeo contrarrevolucionario imperante tras el Congreso de Viena. Poco después, se trasladó a Madrid, e inició la persecución a liberales y afrancesados, mediante la cárcel, el destierro o la pena de muerte, lo que impulsó el primer gran exilio español. ● A nivel político va a ser una etapa de inestabilidad y abandono del Gobierno en manos de hombres de confianza, que restauraron el absolutismo y los privilegios. Se implantó de nuevo la Inquisición, el antiguo Concejo de la Mesta, los gremios y el régimen señorial. Además, se devolvieron los bienes que habían sido amortizados por las Cortes de Cádiz. ● A nivel socioeconómico, en el campo se restituyeron los bienes y derechos jurisdiccionales a los privilegiados, lo que creó tensiones a nivel popular; en las ciudades, se hundió la industria y el comercio colonial, aumentando el paro. También se produjo una crisis financiera del Estado, puesto que a los gastos ordinarios se unieron los gastos de reconstrucción tras la guerra y los gastos militares producidos por la crisis en las colonias, que buscan independizarse. La posible solución a la crisis, que los privilegiados pagas en impuestos, parecía imposible de imponer. ● Finalmente, en esta etapa también va haber una relación tensa con el ejército, puesto que no se sintió recompensado tras la guerra. Su salario era bajo y llegaba tarde y se les obligaba a ir a América a defender las colonias. Esta situación llevará a una reorganización clandestina liberal apoyada por algunos militares, a pronunciamientos y levantamientos fallidos y finalmente al éxito el pronunciamiento de Riego en Cabezas de San Juan el 1 de enero de 1820. 5 EL TRIENIO LIBERAL (1820-1823) El levantamiento fue secundado por militares y civiles que obligaron al rey a jurar la Constitución de 1812. Los objetivos eran imponer una estructura liberal del Estado, poniendo en vigor la Constitución y aprobando una legislación reformista para acabar con el Antiguo Régimen. En el terreno agrario querían retomar las desamortizaciones y reducir el diezmo a la mitad. En el terreno religioso se obligó al clero a jurar y predicar la Constitución y se impuso la ley de supresión de monacales. Además se suprimió definitivamente la Inquisición. En el terreno económico, el objetivo era recortar los gastos, aceptar créditos extranjeros y establecer impuestos sobre la propiedad de la tierra. Sin embargo, la división de los propios liberales (moderados y radicales) y la presión de absolutistas del clero y la nobleza, llevaron a una situación de inestabilidad; Fernando VII acabó pidiendo ayuda a la Santa Alianza. Los Cien Mil Hijos de San Luis, provenientes de Francia, entran en la Península en abril de 1823 devolviendo a Fernando VII su poder absolutista. LA DÉCADA OMINOSA (1823-1833) Con la ejecución del general Riego se ponía fin a la etapa liberal y se iniciaba la Década Ominosa, considerada como uno de los periodos más negros de nuestra historia. Los primeros años fueron de acentuada represión política, persiguiendo a todos aquellos de carácter liberal. Un cuerpo de “voluntarios realistas” hacía la labor opuesta a la Milicia Nacional, y unas Juntas de Fe heredaban la misión de la Inquisición. Sin embargo, la mala situación del país llevó a una alianza de la monarquía con la burguesía: Fernando VII cedía en algunos aspectos de carácter político, a cambio de su apoyo económico. Ante esta situación, frente a los absolutistas moderados fieles al rey -que admitieron algunas reformas- surgieron los ultrarrealistas o carlistas, defensores de la intransigencia del hermano del rey Carlos María Isidro. Llegando al final de su reinado, después de cuatro matrimonios, ningún hijo y su mujer embarazada, Fernando VII aprobó la Pragmática Sanción. Con ella eliminaba la ley Sálica, de forma que las mujeres pudieran reinar. En octubre de 1830 nacía la futura Isabel II. Estos hechos desencadenaron en 1832 los Sucesos de la Granja. Fernando VII, enfermo y presionado por los carlistas, anulaba la Pragmática. Poco después, volvió a aprobarla, desencadenando tras su muerte la Guerra Carlista. 5. LA EMANCIPACIÓN DE LA AMÉRICA ESPAÑOLA El vacío de poder provocado por la invasión francesa determinó el inicio del proceso de independencia de las colonias americanas, en las cuales se había empezado a desarrollar una conciencia de identidad propia desde finales del siglo XVIII. El proceso se inició en 1810 y se prolongó hasta 1824. Podemos distinguir fundamentalmente 3 factores impulsores del independentismo americano: Económicos, como la reivindicación de una libertad comercial (era un mercado cautivo) que se otorga en 1796, aunque ya es demasiado tarde Políticos, puesto que el reformismo borbónico aumenta el centralismo y los criollos se ven desplazados de los puestos de gobierno por la metrópoli, que se concedían a peninsulares. Ideológicos, que tomando el ejemplo de la independencia de las colonias británicas de Norteamérica, y con la extensión de las ideas liberales europeas, influyeron en las élites criollas ilustradas. 6 El proceso de independencia se lleva a cabo en dos etapas. Durante la Guerra de Independencia (1810 – 1814) se formaron juntas leales a Fernando VII, pero en ellas el elemento criollo fue desplazando al peninsular, y entre abril y agosto de 1810 las juntas de Caracas, Buenos Aires y Santa Fe de Bogotá proclamaron su intención de separarse de España, contagiando a otros territorios como Venezuela, Uruguay, Paraguay, Ecuador y América Central, pero el envío de tropas españolas tras la guerra paralizó temporalmente los triunfos americanos, salvo en los casos de Paraguay y Venezuela, que se independizaron en 1811. La segunda fase (1815 – 1824) tendrá lugar tras la Guerra de Independencia. La lucha estuvo más organizada con campañas militares a gran escala, en las que destacaron importantes militares como José de San Martín, Simón Bolivar y Antonio José Sucre, que en pocos años consiguieron independizar la mayor parte de los territorios americanos, quedando en 1824 tan sólo Cuba y Puerto Rico en poder de la metrópoli. Las consecuencias del proceso emancipador fueron de diversa índole. Por un lado, España deja definitivamente de ser una potencia internacional, lo que se agravará en el interior de la Península por la crisis de la Hacienda Real y la pérdida de los mercados americanos. Por otro lado, en América supuso la desmembración del continente en diferentes países y continuas guerras entre ellos por ampliar sus fronteras, pasando además a depender económicamente de Inglaterra, Francia y los EE.UU. En los nuevos países también se producirá una fragmentación social, con una élite criolla que ocupará el poder y una mayoría de población autóctona que sufrirá penurias económicas. 6. GOYA Es un pintor excepcional imposible de clasificar que vivió entre los S. XVIII-XIX, sirviendo a 4 reyes: Carlos III, Carlos IV, José Bonaparte y Fernando VII. Dominó todas las técnicas, pintura mural y caballete, cartones para tapices y el grabado y abundó en todo los géneros: retrato, bodegón, cuadro religioso e histórico y escena costumbrista. Su primera etapa conocida en España está vinculada a la Real Fábrica de Santa Bárbara donde diseña los cartones para tapices que decoran las casitas de los Príncipes y refleja el mundo pintoresco y costumbrista: toreros, tonadilleras, actrices, gente del pueblo,… con los famosos majos y majas castizos. Igualmente, realiza para la aristocracia madrileña cuadros de diversión como La cucaña, El quitasol o El columpio. No obstante, el género que le dará la fama será el retrato. Pintó a los intelectuales ilustrados como Jovellanos o a la nobleza femenina como las condesas de Chinchón y de Haro o la duquesa de Alba en La Maja desnuda y La Maja vestida. Retratando con maestría a condes, marqueses y duques es nombrado primer pintor de cámara de Carlos IV de quien realizará el retrato familiar, refugiándose el artista en la penumbra del cuadro como hiciera Velázquez. La invasión napoleónica y la Guerra de la Independencia se reflejan en Los desastres y en los cuadros históricos de las jornadas del 2 y 3 de mayo de 1808 en Madrid. Recoge las espantosas impresiones de la contienda. En la misma línea patriótica, bajo encargo del Consejo de la Regencia, realizará dos obras para conmemorar las acciones del pueblo heroico. La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol , muestra la violencia del estallido popular ante la caballería africana que auxiliaba a Napoleón y Los fusilamientos de La Moncloa, donde se ve la represión francesa a los patriotas. Desencantado por los desmanes de la guerra y la posguerra, Goya se traslada a una finca que será conocida en su honor como la “Quinta del sordo” donde se retira y cuyas paredes decorará con un mundo de aquelarres, brujas,…y el duelo a garrotazos entre españoles, donde está la semilla del odio. Son las expresionistas Pinturas negras y Los disparates, una colección de pesadillas que reflejan lo absurdo de la existencia como en El Aquelarre. En 1812 los Cien Mil Hijos de San Luis restauran la monarquía absoluta de Fernando VII y Goya lo retrata aunque tiene en su trayectoria la Alegoría de la villa de Madrid donde aparecía José Bonaparte y es acusado de obsceno por la Maja desnuda así que debe exiliarse en Francia donde pintará La lechera de Burdeos, adelanto del Impresionismo. 7