Download Ethan Frome
Document related concepts
Transcript
RAZÓN Y MÉTODO: EL CRITERIO DE VERDAD –DESCARTESAfirmamos de Descartes que es un filósofo racionalista no sólo por su confianza en el poder de la razón –sería simplista- sino por su firme convicción en la existencia de verdades que no se extraen de la experiencia, sino que son independientes de ella: verdades innatas Descartes está desolado por la fragmentación y el desorden que reinan en el mundo del saber y culpa de ello a la Filosofía, que no ofrece nada que no sea objeto de disputas. Sin embargo, la Filosofía es el tronco del que brotan todas las ciencias, por lo que se ve en la obligación de reformarla para extraer de ella los principios intelectuales con los que ordenar y unificar el cuerpo del saber. Ese es su objetivo fundamental Y para conseguir este objetivo se va a servir del modelo de las matemáticas, ciencia que ha alcanzado certeza y evidencia. Esta concepción unitaria del saber proviene de la concepción unitaria que Descartes tiene de la razón. La razón es una y única e interesa conocer su estructura y funcionamiento para poder aplicarla correctamente. Hay dos modos de conocimiento, la intuición y la deducción. La intuición es una especie de ‘luz natural’ que tiene por objeto las cosas simples. Por ella captamos de manera inmediata los conceptos simples sin posibilidad alguna de error. La deducción es una sucesión de conexiones de estas naturalezas simples que la inteligencia realiza Hay una sola ciencia, pues aunque los objetos a que se aplica sean múltiples, los principios de la ciencia hay que extraerlos del entendimiento. Para ello no se puede acudir a la experiencia sensible, sino que habrá que elaborar principios intelectuales, ajenos a las cosas para, después, ver las cosas a través de ellos. El conocimiento no es un espejo –en contra de Aristóteles- que refleja el mundo, sino una construcción mental que lo interpreta. Ya no es necesario comprobar si el conocimiento de la realidad coincide con la realidad, sino que hay que exigir que las cosas se aproximen a lo que pensamos de ellas (Esto será afirmado por Hegel –las cosas deben ser como son pensadas- y negado por Ortega yo tengo que dar razón de la realidad que es previa ontológica y cronológicamente al pensamientoDe todas las ciencias sólo la aritmética y la geometría son perfectas, porque usan la deducción y ésta nunca falla si se aplica correctamente. La intuición es ‘ver con la mente que dos cosas están conectadas entre sí con necesidad’ = Evidencia. Intuir es pensar verdades evidentes En esto consiste la luz natural de la razón, en conocer por evidencia. El espíritu –yo, mente, alma, son sinónimos en Descartes- del hombre sólo alcanza conocimientos seguros profundizando en su interior (=Sócrates) y conduciéndose con acierto – prudencia, bona mens, es decir, sin aceptar nada que no se halla pasado antes por el tamiz de la razón- Esta razón es introspectiva –encuentra en sí misma la verdad- y metódica, ella y no la tradición –Aristóteles- o la experiencia es la norma de sí misma. Y por la disparidad de opiniones que Descartes encontró en las ciencias y porque la verdad solo se encuentra en la razón del hombre Descartes necesita un método un camino seguro y sencillo para dirigir la mente, método que Descartes va a formar siguiendo el modelo de las matemáticas y que consta de cuatro reglas sencillas: Evidencia: Es la regla principal. Consiste en la firme disposición de no aceptar nada como verdadero hasta que no se presente claro y distinto a la mente pura y atenta. Es el conocimiento por intuición Análisis: Puesto que en cualquier problema se mezcla lo verdadero y lo falso hay que dividir los problemas en sus partes más simples para así poder entenderlos y resolverlos mejor. Síntesis: Puesto que todo saber tiene que estar ordenado, hay que hallar el orden deductivo, es decir ir pasando de los elementos más simples a los más complejos. Enumeración: Hay que efectuar revisiones constantes para comprobar que el análisis y la síntesis se han efectuado correctamente. Usando la razón y este método deductivo Descartes tiene confianza plena en hallar la verdad. Pero como Descartes ha establecido en la primera regla del método que sólo puede partir de verdades evidentes, tiene ahora que encontrar una para iniciar su tarea de unificar las ciencias. ¿Dónde acudir? Descartes no puede apoyarse en nada que no sea la propia razón, porque en todo se puede encontrar dudas. Por eso, para encontrar una verdad evidente, de la que nadie pueda dudar resuelve ‘fingir’ una duda total y sistemática. Descartes va a dudad: De los sentidos: Puesto que éstos alguna vez nos han engañado, pueden hacerlo de nuevo De la existencia de seres materiales: Pues las noticias que de ellos tenemos las tenemos precisamente a través de los sentidos De los propios pensamientos: Ya que cuando dormimos podemos tener los mismos pensamientos que cuando estamos despiertos. Podría ser que todo lo pensado hasta ahora no pasara de ser un sueño. De los enunciados matemáticos: Porque, a veces, se cometen errores. Por último, para que nadie le pueda poner la más mínima duda, llega Descartes a poner la posibilidad de la existencia de un ‘genio maligno’ que se empeñe en hacerme errar en todo. Esta es la duda metódica -sistemática, cartesiana, universal- a la que se ve abocado Descartes para encontrar una verdad evidente, indudable. Pero en el acto mismo de dudar Descartes encuentra algo de lo que nadie puede dudar, de que mientras dudo, aunque esté en el error, tengo que existir para pensar y estar en el error. Y esto lo expresa con su famosa frase ‘pienso, luego existo’. Mientras dudo soy una cosa que piensa. Esta es la primera verdad evidente, indudable, primer principio de la filosofía y criterio infalible de verdad.