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Jesús Marínez Sevilla, Curso Monográfico de Hª y Fª de la Ciencia, 3º de Grado en Filosofía Ensayo: El progreso científico en la obra de Thomas Kuhn Es un lugar común que, con la publicación de La estructura de las revoluciones científicas, de Thomas Kuhn, en 1962, la filosofía de la ciencia entró en una fase historicista, en contraposición a una anterior más "logicista" o "sintáctica", de la cual el propio Kuhn y Paul Feyerabend fueron los principales abanderados. Las múltiples matizaciones que se podrían hacer a esta afirmación no son al caso; la cuestión es que, en general, este libro se considera una obra seminal de una forma de hacer filosofía de la ciencia. Y lo que es quizás más importante: se trata de una obra cuya influencia ha sido transversal, afectando también en gran medida a las ciencias sociales y a la historia de la ciencia. Los términos "paradigma" y "revolución científica", introducidos en La estructura..., se han vuelto de uso común, incluso más allá del ámbito académico. La inconmensurabilidad entre teorías científicas y la negación del desarrollo por acumulación son casi tópicos. Así pues, aunque sólo fuera por el revuelo causado, el interés de analizar este libro estaría más que justificado. Pero es que además, el libro plantea problemáticas filosóficas de lo más sugerentes. El concepto de Kuhn de la historia de la ciencia como una sucesión de períodos de investigación normal guiados por un paradigma, interrumpidos por procesos revolucionarios en los que el paradigma anterior es depuesto por uno nuevo e inconmensurable con él, si bien está apoyado en múltiples ejemplos históricos, plantea interrogantes difíciles de responder: ¿cómo exactamente se producen esos cambios revolucionarios? ¿Cuándo un paradigma se convierte en desechable? ¿Qué criterios se siguen a la hora de elegir uno nuevo? ¿Qué papel juega exactamente la evidencia empírica, si es que juega alguno? Pero quizás el más interesante de todos sea uno al que no se ha prestado la suficiente atención: si en la ciencia se producen revoluciones en que se descarta el conocimiento anterior, ¿cómo exactamente progresa la ciencia? Detallemos más la cuestión, para ver con claridad dónde reside el problema: según Kuhn, la investigación científica la guía un paradigma. Qué sea un paradigma ya es, de por sí, un problema suficientemente complejo1, pero basándonos en la obra posterior de Kuhn podemos asumir que lo que tiene en mente por lo común al hablar de paradigma son las aplicaciones ejemplares de una teoría2, esto es, los ejemplos paradigmáticos de éxito en su uso, que sirven a los científicos en formación para aprender a manejar esa teoría y cuyo aprendizaje, según Kuhn, precede a y prevalece sobre cualquier aprendizaje de axiomas. No tenemos más remedio que dejar de lado los 1 Es muy conocido el artículo de M. Masterman, "The Nature of a Paradigm", en el que distingue veintiún usos diferentes del término. 2 T. Kuhn, "Second Thoughts on Paradigms". Jesús Marínez Sevilla, Curso Monográfico de Hª y Fª de la Ciencia, 3º de Grado en Filosofía nuevos interrogantes que esto plantea, pues responderlos está más allá de las posibilidades de este ensayo. Sigamos con la exposición del problema central. La ciencia normal es el período de investigación en que un paradigma acapara el acuerdo de toda la comunidad científica que se dedica a una disciplina, guiando el avance de ésta al determinar el tipo de problemas que se consideran relevantes, el tipo de respuestas a esos problemas que se consideran válidas y el conjunto de cuestiones que se dan por respondidas. Durante estos períodos, el conocimiento se acumula: los científicos se dedican a la resolución de los rompecabezas que su paradigma les enseña a percibir como resolubles y relevantes, de modo que van encontrando nuevas aplicaciones para este, y dejan constancia de ello en artículos en revistas científicas que permiten seguir la evolución de la disciplina, que cada vez está más articulada y se adecúa más a la naturaleza3. Sin embargo, la historia de la ciencia presenta episodios revolucionarios, momentos en que un paradigma deja de operar, es desestimado y otro ocupa su lugar. Esto sucede, según Kuhn, cuando la investigación normal entra en crisis. La razón más citada por la que esto ocurre es que la resolución de rompecabezas deja de ser efectiva: aparecen anomalías, esto es, rompecabezas en los que las predicciones de la teoría no se cumplen, por más miembros de la comunidad que lo afronten4 y por más que se intente variar el modo de hacerlo. Ya sea porque son numerosas o porque afectan a aspectos clave de la teoría, estas anomalías ponen en entredicho que la actividad guiada por ese paradigma sea un buen método para conocer la naturaleza. En consecuencia, merma la confianza de los científicos, o al menos de parte de ellos, que ya no consideran que resolver esos rompecabezas valga la pena. Se abre entonces un período de investigación extraordinaria: los científicos (o parte de ellos) empiezan a proponer maneras diferentes de enfrentarse al campo de estudio, cuyas aplicaciones paradigmáticas son otras. Cuando aparece una alternativa suficientemente sólida (o sencillamente atractiva5), la comunidad empieza poco a poco a pasarse al nuevo paradigma, la nueva forma de investigar, y cuando esto sucede el número de casos en que el paradigma se puede aplicar se multiplica. Al cabo de un tiempo, la superioridad del nuevo paradigma es manifiesta, y todos (o la inmensa mayoría de) los científicos están dedicados a esta nueva tradición investigadora. Esta descripción, sin más añadidos, no tendría por qué ser problemática. Pero Kuhn añade que, en ese proceso de cambio de paradigma, aparece inconmensurabilidad: la nueva teoría es 3 Más adelante se aclarará en qué sentido una teoría es "adecuada a la naturaleza". 4 Kuhn subraya que, ante un caso de fracaso puntual en la resolución de un rompecabezas, no se considera que haya una anomalía en la teoría, o que ésta no funcione, sino que el científico que lo ha enfrentado lo ha hecho de manera incorrecta. Esto sólo muestra su incompetencia, no una deficiencia en la teoría. 5 Kuhn hará hincapié en el papel que juegan razones de carácter no estrictamente científico, como la estética, en los primeros pasos de la andadura de un nuevo paradigma. Jesús Marínez Sevilla, Curso Monográfico de Hª y Fª de la Ciencia, 3º de Grado en Filosofía inconmensurable con la anterior, no puede ser comparada con precisión, lo que supone que la comunicación entre los defensores de cada una de esas teorías es casi imposible. A la hora de detallar exactamente qué es lo que provoca la inconmensurabilidad, Kuhn se centra en dos aspectos: por un lado, las diferencias en lo que consideran problemas relevantes, soluciones válidas y casos resueltos (diferencias metodológicas); por otro, las diferencias en el tipo de explicaciones que se consideran válidas, en el tipo de entidades que se piensa que contiene la naturaleza y en las relaciones que pueden mantener entre sí esas entidades (diferencias conceptuales). De modo que hay dos problemas de comunicación: las dificultades (si no imposibilidad6) para traducir con precisión los conceptos de una teoría en los de la otra y las distintas concepciones generales de lo que se considera que es hacer ciencia en ese ámbito de estudio. Llegamos por tanto al área que consideramos especialmente problemática: dado que en los procesos revolucionarios el cambio de paradigma conlleva inconmensurabilidad, y que, en consecuencia, los problemas resueltos por el paradigma más antiguo son, en principio, incomunicables a los miembros del más reciente, ¿en qué sentido puede pensarse que la ciencia progresa? En otras palabras: ¿qué sucede con todos los conocimientos adquiridos en un paradigma cuando este es depuesto? En realidad, estas dos preguntas son distintas, aunque responden a la misma preocupación: primero, hemos de averiguar qué se hace de lo que la anterior tradición ha llegado a explicar de manera satisfactoria; más tarde, a la luz de la respuesta a ese punto, habremos de explorar lo que Kuhn consideraba que era el progreso científico, y veremos en qué sentidos puede ser una noción problemática. Ciertamente, la complicación de responder a ese primer punto no es poca. Quizás se trate del aspecto que el autor trata con mayor ligereza y menor grado de detalle en La estructura. Lo único que queda claro, es que al menos parte de lo que la anterior teoría conseguía explicar sobrevive al proceso revolucionario. Cómo sea esto posible queda mayormente en el aire. Teniendo en cuenta el fenómeno de la inconmensurabilidad, podemos imaginar distintos tipos de continuidad: a) Puede tratarse de problemas relacionados con fenómenos y/o observaciones cuya explicación cualitativa era proporcionada por la teoría anterior en unos términos, y que la nueva teoría es capaz de explicar también satisfatoriamente, pero en términos conceptuales inconmensurables. 6 En su última etapa de producción filosófica, Kuhn afirmará que la traducción estricta entre teorías cuyas categorías conceptuales se solapan es imposible. Lo único que se puede hacer es interpretar, de manera flexible y mediante la adquisición de compromisos, lo que dice una teoría en términos de la otra. Así pues, la inconmensurabilidad consistirá en esta forma de intraducibilidad. Jesús Marínez Sevilla, Curso Monográfico de Hª y Fª de la Ciencia, 3º de Grado en Filosofía b) Puede tratarse de predicciones cuantitativas en las que la anterior teoría acertaba, y que no presentaban anomalías, y que la nueva teoría también es capaz de acertar, aunque se haga utilizando recursos matemáticos diferentes y empleando otros conceptos. Si bien Kuhn apunta a estas explicaciones mediante sus ejemplos, no las perfila con precisión. Pero debemos recordar que la inconmensurabilidad incluye diferencias metodológicas, lo que significa que en el primer caso descrito arriba, por ejemplo, habría problemas para entender qué quiere decir "explicar satisfactoriamente". Lo que constituya una explicación satisfactoria depende del paradigma, de modo que lo único que pervive, en principio, es el reconocimiento del problema, y su consideración como resuelto. El segundo caso, en cambio, ofrece en principio menos dudas. Y esto se relaciona con algo que Kuhn subrayó durante toda su trayectoria: la importancia de las cuestiones cuantitativas en la ciencia. Por más que cambien los conceptos o el grado de complejidad de los procedimientos matemáticos utilizados, el que la predicción resulte exitosa o no es algo independiente del paradigma en que uno se encuentre7. Él mismo dirá que, por ello, uno de los criterios más relevantes que emplean los miembros de una comunidad científica a la hora de escoger entre paradigmas rivales (y, en concreto, para pasar a un nuevo paradigma) es que se conserven (podemos suponer que de un modo similar al expuesto arriba) una buena parte de los rompecabezas cuantitativos resueltos en el paradigma más antiguo. Sin embargo, esto no termina de resolver otro de los problemas planteados por la inconmensurabilidad, a saber, que la importancia que tienen unos problemas frente a otros varía con el paradigma. Es decir, que aunque sepamos que los problemas cuantitativos tienen una importancia específica, aún no está claro qué problemas cuantitativos concretos considerará imprescindible la comunidad que el nuevo paradigma resuelva para comprometerse con él frente al antiguo. En todo caso, estos son problemas de precisión: lo que queda en el aire son los detalles, las concreciones. El esquema general está razonablemente perfilado: cuando se produce un cambio de paradigma, una parte (presumiblemente, una parte importante, si no la mayoría) de los problemas resueltos por el anterior paradigma (especialmente los cuantitativos) pasan a formar parte de los problemas resueltos por el nuevo paradigma, pero se trata de explicaciones inconmensurables con las que proporcionaba el anterior paradigma, sea porque usa distintos conceptos (lo cual es razonable traducir por: los conceptos que utiliza están en un marco general distinto, por lo que su significado se ha visto alterado y eso los vuelve incomunicables a alguien que aún posea el marco 7 Probablemente el Kuhn de la época de La estructura jamás habría dicho algo así. Pero cuando menos habría reconocido que en materia cuantitativa la discusión entre paradigmas ocasionada por la inconmensurabilidad es, como poco, menos problemática. Jesús Marínez Sevilla, Curso Monográfico de Hª y Fª de la Ciencia, 3º de Grado en Filosofía anterior), sea porque considera que lo que es necesario explicar es algo distinto (es decir, porque cambia la percepción del fenómeno a explicar). El resto de problemas pasan a no considerarse problemas científicos en absoluto, o se dejan abiertos para que el propio progreso de la ciencia normal proporcione herramientas con los que resolverlos. En lo expuesto hasta ahora, la inconmensurabilidad ha aparecido mayormente como un problema lingüístico. Esto concuerda con los desarrollos de la obra de Kuhn a partir de la publicación de La estructura. Sin embargo, la forma de argumentar que existe inconmensurabilidad que ofrecía en aquel primer libro seguía un camino algo diferente. Más que un problema de diferentes "categorías conceptuales", que se reflejarían en lenguajes distintos, se trataría de diferencias perceptivas. En el décimo capítulo, titulado "Las revoluciones como cambios en la visión del mundo", Kuhn desarrolla su idea (inspirada, entre otras cosas, por su lectura de la psicología de la Gestalt) de que un cambio de teoría lleva a percibir la realidad de una manera radicalmente diferente. No se trata de que se interpreten de forma distinta los mismos datos brutos: no existirían datos brutos, ni interpretación, la percepción incorpora ya desde el principio una carga de información previa. En otras palabras: lo que seas capaz de percibir dependerá de la teoría en que estés inmerso; el mundo en que vivas, también. Lo primero que hay que aclarar es que Kuhn sí cree en un mundo externo, una naturaleza, independiente de nuestras percepciones y conocimientos. Pero esto no es lo que llama "mundo": en este contexto, "mundo" significa algo así como "representación mental del ser humano de su medio ambiente"8. Pues bien, la complicación que tiene esta otra forma de concebir la inconmensurabilidad es que dificulta sobremanera las posibilidades de comunicación entre personas con distintos paradigmas. Si la carga teórica que llevamos con nosotros influye en nuestra percepción de la realidad, hasta el punto de que nuestro mundo cambia, ¿dónde obtendremos una instancia mínimamente neutral desde la que comunicarnos con personas cuyo paradigma es distinto? En el Epílogo/Postdata de 1969, Kuhn reculará hasta cierto punto. Ante los evidentes inconvenientes que supone situar el cambio de Gestalt en la percepción misma de la realidad, Kuhn afirmará la posibilidad de traducir entre dos paradigmas9 utilizando el vocabulario de la vida diaria, aclarando que "traducir" no es lo mismo que "apropiarse" una teoría; para poder hacer lo segundo es para lo que se requiere un cambio de Gestalt. El significado preciso de esta distinción es algo 8 T. Kuhn, "El camino desde La estructura". El artículo pertenece a su época final, pero el propio concepto de "mundo" no cambia en lo esencial (cambian otros conceptos relacionados), y se trata de la formulación del mismo más precisa que puede encontrarse en su obra. 9 Aquí Kuhn no había formulado aún su concepto más estricto de traducción, de modo que utiliza el término para referirse al mismo proceso que después llamará interpretación. Jesús Marínez Sevilla, Curso Monográfico de Hª y Fª de la Ciencia, 3º de Grado en Filosofía críptico, pero parece tener que ver con el aprendizaje mediante paradigmas (modelos ejemplares): mientras no hayas investigado dentro de un paradigma, utilizando esos modelos para aprehender la realidad del campo de estudio, puedes entender lo que ese paradigma dice en términos del tuyo, pero no utilizarlo como si fueses un usuario genuino, "nativo". Posteriormente, el cambio de Gestalt básicamente desaparecerá de los escritos de Kuhn. Parece claro, pues, que ni la postura enunciada en el original ni la rectificación parcial de la Postdata le parecieron realmente útiles, cuando pudo explicar la inconmensurabilidad en otros términos (no hay que olvidar que la inconmensurabilidad es la idea central de la obra de Kuhn, según su propio análisis; podía abandonar otras ideas, pero no esta). Ya hemos esclarecido con bastante precisión cómo la inconmensurabilidad afectaría a los cambios de paradigma, y hemos analizado, dentro de lo posible, lo que sucede con los conocimientos adquiridos en un paradigma cuando se sustituye por otro. Pasemos, pues, al segundo punto antes enunciado: ¿qué concepto tiene Kuhn de progreso científico? Lo primero que hay que dejar claro es que, a pesar de todo el revuelo causado y de la influencia en corrientes de corte irracionalista, Kuhn se considera un creyente convencido en el progreso científico. Criticó duramente durante su vida posturas relativistas (o "meramente" relativistas, como especificó él mismo para distinguirlas de posturas con algo de relativismo como la suya) como las del programa fuerte de la sociología de la ciencia, por no poseer un criterio de demarcación que permita distinguir claramente disciplinas científicas y no científicas10 y por no ser capaces de relacionar la ciencia con la naturaleza. Pero entonces, ¿cómo avanza la ciencia, si no es mediante la acumulación de conocimientos? ¿Qué lugar exacamente queda para la naturaleza en el planteamineto kuhniano? Quizás la clave para entender en qué sentido piensa Kuhn que la ciencia es racional (lo cual será fundamental para entender por qué progresa) sea explicar sus ideas epistemológicas. En La estructura afirma que la epistemología tradicional se halla en crisis. Se trata de una referencia a las teorías fundacionalistas del conocimiento; estas teorías pretenden basar todo el conjunto de creencias de los seres humanos (y en concreto las científicas) sobre unas pocas creencias seguras, indudables, que permitan tener un asiento seguro sobre el mundo, para después deducir mediante procedimientos lógicos igualmente seguros el resto de las creencias. La versión empirista de esta teoría, que es la que critica fundamentalmente Kuhn, considera (en algunas de sus formulaciones) que esas creencias básicas son percepciones atómicas, unidades de experiencia. 10 Su propio criterio de demarcación es la capacidad de proponer rompecabezas. Si la actividad de la disciplina no consiste mayormente en resolver rompecabezas, entonces no es una disciplina científica. Jesús Marínez Sevilla, Curso Monográfico de Hª y Fª de la Ciencia, 3º de Grado en Filosofía La rebelión kuhniana que le lleva a hablar de la inconmensurabilidad y, en primera instancia, de los cambios de Gestalt, se debe a que rechaza de plano la tesis de que sea posible un lenguaje de observación neutro con el que describir sin dificultad esas supuestas experiencias básicas, lo cual impide la obtención de esos cimientos seguros para el resto de creencias. Pero esto no lleva a un escepticismo. El desarrollo, especialmente en el siglo XX, de teorías coherentistas brindará al autor estadounidense un enfoque alternativo desde el que analizar las creencias científicas. Según explicará en su última etapa, a la hora de analizar la verdad o falsedad de un enunciado, es necesario determinar primero si de hecho ese enunciado puede o no ser verdadero o falso dentro del lenguaje en que se está operando (si es un candidato a verdadero/falso, en términos de Kuhn). La segunda fase consistirá en examinar la evidencia que se posee en favor de ese enunciado, para ver si está justificado sostenerlo como verdadero (en seguida analizaremos la importancia de esto). Es en esa primera fase donde la inconmensurabilidad encuentra su papel: al encontrarnos ante una teoría distinta e inconmensurable con la nuestra, es necesaria una interpetación de los enunciados de aquella en los términos de esta. Al realizar esta interpretación, suceden dos cosas: la primera, que las categorías conceptuales no encajan; y la segunda, que no siempre podremos traducir del mismo modo un término, pues su intepretación más adecuada en términos de nuestra teoría puede variar según el contexto. En consecuencia, el enunciado interpretado, que en el contexto de la otra teoría es un candidato a verdadero/falso, puede no serlo en la nuestra. Estos enunciados serían esos problemas que, en un proceso revolucionario, quedarían como obsoletos. Volviendo, pues, a la segunda fase: el proceso por el cual se determina si un enunciado es verdadero o falso depende de procesos de deliberación racional, relacionados con la justificación o falta de ella que se posee para sostener ese enunciado. Aquí se introduce la racionalidad de la ciencia: no podemos sostener cualquier creencia. En una comunidad concreta, las razones por las que podemos sostener una creencia están determinadas intersubjetivamente, no son producto de la inspiración de un individuo. Las comunidades científicas están estructuradas de tal manera que el control sobre esas razones, sobre esos criterios de justificación, es máximo (Kuhn se ocupa de describir esto en detalle en La estructura). En consecuencia, la ciencia es el esfuerzo humano mejor estrucutrado para encontrar razones que justifiquen nuestras creencias11. Lo que la ciencia no es, es un proceso de aproximación progresiva a la Verdad. Este es el elemento irrenunciable de la idea kuhniana de progreso, es el aspecto que motivó la idea del 11 Las reticencias de Kuhn a expresar esta idea en estos términos no deben ocultar que el contenido de la misma sí coincide con múltiples afirmaciones que hizo a lo largo de su vida. Jesús Marínez Sevilla, Curso Monográfico de Hª y Fª de la Ciencia, 3º de Grado en Filosofía progreso no acumulativo: la ciencia no se acerca poco a poco a nada. La naturaleza no puede conocerse en sí, por lo que no podemos conocerla cada vez mejor. El progreso que experimentan las disciplinas en las épocas de ciencia normal es el de ser capaces de aplicarse cada vez a más aspectos de la naturaleza. En ese sentido, a nivel empírico, la teoría es cada vez más precisa y más abarcante. Pero no se puede nunca llegar a explicar por completo la naturaleza, porque es algo totalmente otro de nuestro conocimiento. En otras palabras: la naturaleza introduce limitaciones, regula lo que somos capaces de explicar del mundo y cómo podemos hacerlo (este es el origen del carácter empírico de las teorías); pero en última instancia, siempre se nos escapa12. Extraigamos conclusiones de lo expuesto: la ciencia no progresa por una aproximación constante hacia la Verdad (no progresa hacia una situación final), sino por una ampliación de los ámbitos de aplicación y un aumento de la precisión en esas aplicaciones (progresa desde una situación inicial). Se establece así un paralelismo entre el progreso científico y la evolución biológica (el autor consideraba que la suya era una "epistemología evolutiva"), que tras Darwin eliminó la idea de una meta del proceso evolutivo. Un matiz importante, sin embargo, que Kuhn pretendía subrayar al hablar de la inconmensurabilidad, es que con los cambios de teoría (las revoluciones), hay siempre una parte del conocimiento adquirido que se pierde (es decir, que los ámbitos de aplicación también pueden reducirse), y además el contexto general en que esos conocimientos que se heredan adquieren su significado varía, convirtiéndolos en un sentido importante en conocimientos distintos. La transformación que estos sufren, y cómo a pesar de ella perviven en la nueva teoría, es sin duda el punto menos desarrollado (y hasta cierto punto contradictorio) de la filosofía de Kuhn, aunque ya hemos visto algunas formas en que su obra nos permite aventurar que se produce. Queda todavía por explorar una cuestión: si no existen criterios lógicos para elegir entre paradigmas, como afirma reiteradamente nuestro filósofo, ¿qué nos asegura que la elección será la adecuada? ¿Cómo sabemos que la nueva teoría será la mejor? La respuesta puede ir por partes, repasando algunos de los argumentos ya expuestos. En primer lugar, lo que quiere decir que no existan criterios lógicos para elegir entre paradigmas es que no puede demostrarse deductivamente que un paradigma es superior a otro. Las deducciones precisan de axiomas, y para que haya axiomas tiene que haber 1) un lenguaje común y 2) un consenso en torno a las bases, que es precisamente de lo que se carece cuando se está en paradigmas distintos. La consecuencia directa de esto son los procesos de persuasión de los que habla Kuhn en el capítulo doce de La estructura, "La resolución de las revoluciones". 12 Es obvia, y él lo reconoce, la conexión entre estas ideas y las de Kant relativas a la cosa en sí. Jesús Marínez Sevilla, Curso Monográfico de Hª y Fª de la Ciencia, 3º de Grado en Filosofía Pero esa persuasión no es como cualquier otra. Se trata de convencer a personas que tienen aproximadamente la misma formación que tú de que tu forma de entender la disciplina (que es diferente de la de los otros), basada en tal y tal aplicación paradigmática que funciona (que son diferentes de las de los otros), es mejor a la hora de llevar a cabo el trabajo para el que se os formó. Ese trabajo es la resolución de rompecabezas; así que, como ya se vio, la capacidad relativa para solucionar rompecabezas, pese a las dificultades que puede tener el transmitirla, juega un papel clave. También lo juegan otros valores propios de los científicos, como la compatibilidad con otras disciplinas, la simplicidad... Lo que se quiere decir con esto es que, por los mismos motivos por los que la ciencia es el ámbito en el que mejor puede justificarse una creencia (es decir, porque es aquel en el que el control intersubjetivo que se da sobre las razones para sostener creencias es más estricto), los científicos formados en ese tipo de valores serán también los mejores a la hora de valorar, colectivamente, qué marco general es más adecuado para seguir con tal actividad. La razón por la que se niega que el proceso sea lógico es que las decisiones serán contexto-dependientes; no puede enunciarse una fórmula aplicable siempre por la cual obtengamos la mejor teoría, sino que, dependiendo del contexto en que se encuentre la disciplina (de la relación entre las creencias sostenidas antes de la crisis y las que propone el nuevo paradigma, de la naturaleza de las anomalías que han inducido la crisis...) la decisión se basará en unos motivos o en otros. En otras palabras: cada crisis es distinta, y cada cambio de paradigma se hace por motivos distintos, aunque tengan elementos en común. Resumamos ahora en una pocas palabras lo que Kuhn considera que es el progreso científico. Veamos antes qué es para él la ciencia. Se trata de una empresa cognoscitiva (que no consiste, como quizás se pensó en otro tiempo, en una aproximación progresiva a la Verdad) que llevan a cabo grupos humanos en los que el compromiso con el rigor en la justificación de las creencias es máximo. Estos grupos son guiados en todo momento por un marco general de creencias, en los que juegan un papel preponderante los paradigmas 13, que define, dentro del ámbito de la naturaleza que se ocupa de entender su disciplina, el tipo de cuestiones a las que se debe dedicar, y el tipo de soluciones y respuestas que el grupo considerará válidas para esas cuestiones. Cuando ese marco general de creencias entra en crisis, otro marco, en el cual los paradigmas de aplicación son diferentes, y que entenderá la disciplina de un modo muy distinto, entra en disputa con él y, caso de ganar sufiecientes adeptos, lo desplazará. Ahora, los contenidos de la disciplina 13 La problematicidad de la propuesta kuhniana se centra quizás, una vez matizada, en este punto. Que los modelos paradigmáticos de aplicación sean lo esencial es algo de lo más discutible, aunque evidentemente no podemos entrar en detalle. Jesús Marínez Sevilla, Curso Monográfico de Hª y Fª de la Ciencia, 3º de Grado en Filosofía son otros14, y las actividades que realizan los científicos pueden ser otras, pero permanece el ámbito de la realidad del que se ocupan, y el control estricto sobre los criterios de justificación. Eso es la ciencia para Kuhn. El progreso se explica así: mientras el paradigma que guíe la investigación sea uno, la disciplina acumulará cada vez más parcelas de la realidad a las que se aplica. Este es el progreso propio de la ciencia normal. Cuando, en cambio, se den revoluciones, el cambio de paradigma significará, por un lado, que al menos una parte de las aplicaciones se perderá, pero se hará para aumentar el poder explicativo en otros ámbitos; y por otro, que las explicaciones que se dan de las aplicaciones que permanecen del anterior paradigma probablemente hayan cambiado. Pero, a pesar de ese cambio, seguirán siendo explicaciones, las mejores explicaciones posibles en el contexto en que se dan. De este modo, se progresa desde una situación inical en que no se conoce nada o casi nada del ámbito de estudio, a situaciones (no existe una situación final, no hay Verdad) en que hay múltiples aspectos de esa realidad que la comunidad puede explicar. En general, cada vez serán más los aspectos que se puedan explicar; y los que dejen de ser explicables y se abandonen, lo serán por las mejores razones concebibles por el grupo en el momento de tomar la decisión. 14 Incluso los que traten de los mismos aspectos de la realidad que el anterior paradigma, puesto que los conceptos que se usen y la relación que exista entre ellos habrán cambiado.