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b> De: Dr. Fernando Bermudez A. [SMTP:fabafaba@telcel.net.ve] Estimado Juan, de acuerdo con nuextra conversación de hoy, te envío la > dirección de la página Web sobre Electrocardiografía Diagnóstica: > www.geocities.com/HotSprings/Oasis/9617 > <http://www.geocities.com/HotSprings/Oasis/9617> y anexo la historia de la cardiología: LA FIGURA DEL DOCTOR HEBERTO CUENCA CARRUYO EN EL INICIO DE LA CARDIOLOGÍA EN VENEZUELA Dr. Fernando Bermúdez Arias* Cardiólogo e Historiador Universidad del Zulia Presentado en la Cátedra Cardiológica "Dr. Luis López Grillo", de Ascardio, en Barquisimeto, el 10 de diciembre de 1999. *Miembro Titular de la Sociedad Venezolana de Cardiología. Einthoven estudió casi todas las arritmias, las cuales registró desde el hospital donde se encontraban los enfermos hasta su laboratorio, mediante un cable de casi 2 Km. construido por él mismo. La primera máquina de su invención era un conjunto impresionante de partes, que el ingenio industrial europeo fue juntando hasta llegar al electrocardiógrafo portátil. La electrocardiografía dio a la cardiología su aureola científica, de la cual jamás se ha desprendido, por ser un método de registro electrometabólico que se ha constituido y así ha sido reconocido por sus estudiosos, entre los cuales me cuento, en el procedimiento de diagnóstico complementario más seguro y extendido en medicina. La publicación, en 1936, del Atlas de enfermedades Congénitas del Corazón, compilado por la doctora Maude Abbott (34) y la concepción de la cura quirúrgica de la tetralogía de Fallot por Blalock y Taussig (35), y la cirugía en el ductus arteriosus y en la coartación de la aorta (Gross, 1938) (36), atrajo la aprobación de los cardiólogos hacia el tratamiento quirúrgico en general, tendencia vigente hasta el fin de este milenio. La actividad hemodinámica tuvo su inicio cuando W. Forsman (37), alemán, se cateterizó a sí mismo la aurícula derecha. Luego, junto con Cournand (38), quien estandarizó el método, recibiría el Premio Nobel de Medicina. Nuevas técnicas terapéuticas como el marcapaso, el desfibrilador implantable y la ablación de haces accesorios responsables de algunas arritmias, son otros adelantos técnicos sobresalientes. Aunque las modernas técnicas de examen llamadas no invasivas se han refinado de modo insospechable, y me refiero a la ecocardiografía, al ecodoppler, a los métodos nucleares, a los derivados de los rayos X y a los derivados de la electrocardiografía y de igual manera las invasivas, como el cateterismo (Introducción de un catéter en un conducto natural con fines exploratorios o terapéuticos) cardíaco, la ANGIOCARDIOGRAFÍA ( radiografía de las cavidades del corazón y de los grandes vasos que abocan en él) y la cinecoronariografía, sin embargo, las enfermedades del corazón siguen cobrando su alta cuota de inmovilización y muerte. Historia de la cardiología en el mundo occidental. Su importancia. La historia como esencia de la vida misma de todos los hombres, de su conciencia y de sus vicisitudes, es materia, tanto de estudio e interpretación, como también de la representación molecular y estructural de pensamiento, que entonces nos permite llegar al conocimiento de la circulación, observación y estudio consecutivo dependiente de la fisiología, realizado por Harvey en el siglo XVII (4); a Morgagni) (5) y a Witering (6), (siglo XVIII), uno para hacer objetivo el pensamiento científico y el otro con su maravillosa digital; a la clínica cardiológica, que toca sus clarines en el siglo XIX con Laennec (7) y su método auscultatorio torácico, hasta llegar, a fines del siglo pasado, al desbordamiento del cauce de la tecnología con Roetgen (8) y sus rayos X, a la teleradiografía del tórax, ideada por Koeler (9), en 1905, y a la electrocardiografía, descubierta en su manera práctica de realizarla en el hombre, por Einthoven, en 1903 (10). A este propósito, ha habido numerosas publicaciones admirables sobre la cardiología universal. En nuestro país algunas contribuciones son dignas de mención, como los aportes de los doctores Luis López Grillo y Juan José Puigbó, en disertaciones que fue motivo de sendas conferencias en este honorable recinto de Ascardio en la Cátedra de Cardiología "Luis López Grillo", en honor más que justificado a este excelente amigo e insigne maestro de una inmensa cantidad de cardiólogos venezolanos contemporáneos. Evolución de la cardiología. El preámbulo. - Corazón evoca lo que salta dentro del pecho, o "mariposeo", expresiva metáfora en cuanto a su continuo brincar. Martí, al relacionarlo con el amor también le dio cabida a la anatomía al decir que "cuando se pretende pintar el corazón se deben conocer todas sus fibras, ya que el amor es multiforme". Para la medicina, es el órgano vital que proporciona la sangre con sus nutrientes a todas las células, y que en nuestra opinión y a manera de hipótesis, también actúa como el órgano rector del voltaje eléctrico necesario para que todas las células inicien su actividad y manifiesten su función, al residir esa fuente vital corporal en el nodo sinusal, o en cualquier otro centro automatizado subsidiario, si éste llegase a fallar. Durante su larga vida el Padre de la Medicina, Hipócrates de Cos (11), (s. V a.d. Jesús) debió conocer casos de enfermos del corazón, quedando plasmada su experiencia en sus célebres aforismos, entre los cuales citaré los siguientes: "Los obesos se hallan más expuestos a una muerte repentina que los flacos". "Los que con frecuencia y sin causa manifiesta padecen profundos desmayos, mueren de repente". "Los que se ponen jorobados antes de la pubertad, por efecto de asma o tos, mueren muy jóvenes". "La vida es corta (que en el lenguaje cardiológico de nuestros días se expresa como muerte súbita), es lo que más angustia al enfermo del corazón". Todos ellos, manifestación del agudo poder de observación y relación con la gravedad de la enfermedad, que los médicos griegos cultivaron con sapiencia bajo la concepción del pronóstico, por encima del diagnóstico. Entre los griegos hubo buenos anatomistas, como Erasístrato (12), quien tuvo su auge aproximadamente tres siglos a.d. Jesús. Él conoció la anatomía del corazón, pero en lo concerniente a la circulación siguió la teoría del pneuma o espíritu vital, concepción que durante muchos siglos retardó el conocimiento científico de la circulación de la sangre. El juicio del pneuma se remonta a la misma aurora de la filosofía griega y fue admitida por la escuela médica hipocrática. Se basa, según Anaxímenes (13), en el aire como sustancia primordial. Los anatomistas, hasta Andrés Vesalio (1514-1564) (14) en el siglo XVI, hablan de la arteria aorta y decían que por ella circulaba el líquido vital (vitalem spiritum toti corpori deferens).Galeno de Pérgamo (138-201) (15) igualmente propaló, entre otros muchos conocimientos, el de la anatomía. Sus obras se estudiaron hasta el siglo XIX como acto de fe y de dogma, según la iglesia católica, y entre sus conceptos errados estuvo su hipótesis relacionada con el septum interventricular, al decir que la sangre rezumía del ventrículo derecho al izquierdo por poros en el tabique entre las dos cámaras ventriculares. Andrés Vesalio adquirió desde muy joven su conocimiento anatómico, procurándose en concreto por las noches cuerpos en la plaza del patíbulo. Hoy es considerado como el creador de la anatomía moderna, la cual inició con su famosa obra De Humanis Corporis Fabrica (14). En el siglo XVII Harvey (1578-1657) publica en 1628 un opúsculo de 72 páginas: Exercitatio anatómica de motu cordis et sanguinis in animalibus (4). Esta obra, base fundamental de la cardiología actual, apareció en la época cuando la mecánica y la astronomía estabanrevolucionando las creencias primitivas sobre la naturaleza de la materia y del universo. Ambas terminaron con las teorías galénicas, mantenidas como dogmas por la ciencia y la religión de esos siglos. La teoría de Harvey tuvo éxito desde el primer momento porque representaba un modo de pensar diferente, moderno, razonado, en un ambiente en el cual sucedían cambios de gran trascendencia, especialmente los relacionados con la concepción mecanicista. Esos y otros aspectos de esa visión del universo aparecieron en las mentes claras de los paladines de la ciencia revolucionaria de entonces, como son: Las leyes que igualan todas las formas de energía, la teoría molecular en química, las ecuaciones de campo que relacionan la electricidad con el magnetismo, la teoría de la evolución, la genética mendeliana, la visión estadística del comportamiento social, la revolución provocada por las vacunas y por el empleo de los fármacos en medicina. En su libro, Harvey señala muchos puntos de gran valía, entre los cuales suelen citarse: La sístole del corazón precede en una fracción de tiempo muy pequeña al pulso, de lo cual se deduce que el corazón es un saco muscular que empuja la sangre. El pulso es el resultado de este impulso y no de la expansión muscular activa de las arterias. No existen poros en el tabique interventricular. La cantidad de sangre de las arterias es la misma que la de las venas. El centro dinámico del sistema es el corazón y no el hígado, como se creía hasta entonces. Sin embargo, aunque él descubrió la circulación mayor, todavía siglo y medio después de Harvey era inexistente la ciencia médica cardiológica, porque el médico no disponía de ningún elemento de diagnóstico, salvo el pulso que había sido estudiado ampliamente por los chinos y los árabes; recuérdese el delirium cordis o arritmia de esos autores.En el siglo XVI Miguel Servet (16), teólogo español, termina en la hoguera debido a que en su obra se encuentran algunas líneas que describen perfectamente la circulación menor o pulmonar, motivo por el cual fue calcinado por la Inquisición, al contrariar, según juicio católico, las ideas de Galeno. En plena Edad Media y hasta el Renacimiento, los sacerdotes de esta religión opinaban y hacían valer el criterio de que si ellos eran capaces de curar el alma más razón tenían para curar el cuerpo, lo cual constituyó una de las causas principales de la gran mortalidad existente en esos siglos. Pero sólo es a mediados del siglo XVIII cuando Jean Baptiste Senac (1693-1770) (17), médico francés, publica, en 1749, la primera obra de conjunto sobre las enfermedades del corazón, en libro cuyo título es "Traite de la structure du coeur, de son action et de ses maladies", editado en París, en 1749. René-Théophile-Hyacinthe Laënnec (1781-1826) con su libro De L´auscultation Médiate (7), mediante su invención del estetoscopio, abrió finalmente a los médicos el conocimiento de las enfermedades del tórax. Un día que debía examinar a una opulenta y joven señora, piensa que aplicando el oído al pecho podría descubrir el mal que la aquejaba. Y para no hacerlo directamente sobre su cuerpo, coge un cuaderno que estaba por allí, lo enrolla y lo aprieta formando un cilindro. Aplica un extremo bajo el seno izquierdo y por el otro pega el oído y oye los ruidos del corazón. Perfecciona la trompetilla acústica, y sus enemigos (Broussais, entre otros) se burlaron y lo apodaron como un ser cilindromaníaco. En efecto, su estetoscopio era un cilindro de madera vacío, hoy símbolo médico, como el caduceo. Contemporáneo de Laënnec fue el gran clínico Jean-Nicolas Corvisart (1781-1826) (18), médico de Napoleón, autor del Ensayo sobre las Enfermedades y Lesiones orgánicas del Corazón y grandes Vasos (1806) que alcanzó gran popularidad y dio relevancia a la percusión y a la palpación en la exploración clínica. Un año antes de la muerte de Auenbrugger (19) tradujo de él su Inventum Novum, sobre la percusión. Ésta, junto a la auscultación, la palpación y la inspección, le dieron gran autoridad a la clínica francesa. Siguiendo la nómina del país galo señalamos la "maladie de Bouillaud" (20), como se conoció la endocarditis reumática descrita magistralmente por este médico del siglo XVIII en su libro "Tratado clínico de enfermedades del corazón", editado en París, en 1835. El ruido de galope fue para Bouillaud, como el frémito catario para Laënnec, y para ambos, preseas de estudiantes aventajados. El médico italiano Riva-Rocci (1863-1936) (21), basándose en el descubrimiento de Stephen Hales (1677-1761) (22) sobre la presión arterial, realizado en 1733, introduce el esfigmomanómetro, cuyo principio aún sigue vigente. En 1895 el médico alemán W.K. Roentegen (1845-1923) (8) contribuye con el trascendental descubrimiento que sacudió al mundo científico, los rayos X y la> radiografía médica, cuya amplia variedad multiplicadora se vive todavía. Se galardonó su labor con el Premio Nobel en 1901. Einthoven, médico holandés (1860-1927) descubre el galvanómetro de cuerda, dando así origen a la electrocardiografía, en 1903 (10), motivo por el cual recibió el Premio Nobel, en 1924. Dublín, capital de Irlanda, vio su expansión en la primera parte del siglo XIX, cuando varios médicos dieron renombre a la escuela irlandesa de cardiología. Ellos fueron Cheyne (23), Adams (24), Stokes (25), Graves (26) y Corrigan (27), entre otros. El nombre de Stokes está acoplado con el de Cheyne en un tipo de respiración, y con Adams en un tipo de bradicardia. El de Graves con el bocio y el de Corrigan con el pulso saltón y el pulso capilar de la insuficiencia aórtica. La angina, como el dolor agudo, espasmódico y paroxístico, unida a la palabra pectoris se refiere al dolor en el corazón, aunque en la antigüedad, como todavía en el vulgo, se creía que el corazón era inmune al dolor. El médico inglés W. Heberden (1710-1801) (28) hizo la primera descripción magistral de este síntoma pivote de la cardiopatía isquémica, en su libro "La historia y cura de las enfermedades", publicado en Londres, en 1802. Un nuevo capítulo de la nosología destinado a tener gran boga, se abrió en 1896 con la Tesis de René Marie, "L´infarctus du Myocarde et ses conséquences". Sin embargo, hubo que esperar hasta 1912, para que J. Herrick (1861-1954) (29), en Norteamérica, diera a conocer su clásico ensayo sobre la trombosis coronaria y popularizara la presencia de la onda Q de Pardee (30) en el electrocardiograma del infarto del miocardio, la misma que hoy se pretende minimizar en importancia como signo electrocardiográfico fundamental de la presencia de necrosis miocárdica, con el término de infarto-no Q. Los conceptos de inflamación y degeneración aparentemente oscurecieron durante mucho tiempo la realidad de la enfermedad coronaria, aunque esta idea ha vuelto por sus fueros con los mecanismos de adhesión e invasión de los macrófagos al subendotelio y el hallazgo de bacterias en mayor cantidad en la placa aterosclerosa, (clamidia neumonie y helicobacter píloris), como uno de los mecanismos causales de la aterosclerosis. Dado el auge de la cardiopatía isquémico metabólica y la importancia diagnóstica de este método, merece mención especial la electrocardiografía. En efecto, Willem Einthoven, médico e inventor, del mismo temple que otros célebres, como Gutenberg con la imprenta, Fulton con la máquina de vapor y Jacquard, con el telar, asimismo, Einthoven inventó el galvanómetro de cuerda, base del electrocardiógrafo, y señaló los principios de la interpretación del trazado obtenido con este instrumento, es decir, describió la electrocardiografía. Éste lo fundamentó en su célebre triángulo equilátero, figura en la cual integra las tres derivaciones de los miembros, mediante su simple ecuación D2 = D1 + D3, también conocida como ley de Einthoven. Además designó las ondas del trazado con letras medianas del alfabeto (P, QRS, T y U), dejando campo después de la U, por si alguien designaba otra, como en efecto sucedió cuando Wilson utilizó la letra V para designar las derivaciones unipolares de miembros y precordiales, después de haber descubierto la Central Terminal que lleva su nombre (31). Este paso fue muy importante en el desarrollo del método electrocardiográfico al incorporar tres derivaciones unipolares de miembros y seis unipolares precordiales, y así aumentar las derivaciones de registro de tres (las estadard) que eran lasregistradas por Einthoven, a doce, tal como todavía se utiliza. Goldberger (32) suministró un elemento más de suma importancia, cuando obtuvo el método de registro que condujo a un aumento considerable del voltaje de las nuevas derivaciones unipolares de miembros. Wilson, célebre electrocardiografista norteamericano, fue el investigador que después de Einthoven ha aportado más a la comprensión y utilidad del método, no solamente por haber concebido, descrito y publicado la central terminal, como ya se dijo, sino porque además publicó, entre 1915 y 1935, más de 50 trabajos relacionados con el tema, como lo señala Sodi Pallares en su libro (1945), de quien fuera su maestro. Aunque no fue cardiólogo clínico como Lewis (33) (The mechanism of the Heart beat, 1911), En la segunda mitad del siglo XX nuestra medicina observó el cambio de la influencia francesa por la norteamericana, especialmente determinada por su tecnología. Y ello basándose en la valiosa, aunque posiblemente sobreindicada participación de la cirugía en todas las especialidades, y además en cardiología, en lo que ahora se conoce como intervencionismo hemodinámico. Esa fue la razón por la cual se originó el auge de la cirugía del corazón y de los grandes vasos, imbricada con la cirugía infantil en los padecimientos congénitos. En la década de los 50 el invento de la desviación circulatoria per operatoria, mediante la bomba de circulación extracorpórea, hizo posible la cirugía a cielo abierto y no a ciegas. En 1956 Lillehei (39) reparó por primera vez una válvula mitral, y en 1960 Starr usó una prótesis valvular aceptable. Asimismo, la Unidad de Cuidados Intensivos ha mejorado la atención de los casos más graves de cardiopatía. Los transplantes del corazón también estuvieron en boga, aunque debido su escaso éxito y a lo exageradamente costoso, hoy se habla poco de ellos. La primera intervención de este tipo la realizó el cirujano sudafricano Christian Bernard el 2 de diciembre de 1967 (40), basado en la técnica desarrollada por el norteamericano Norman E. Shumwai, de California (41). Esto contribuyó a restarle importancia a la inervación externa, desviándose así la atención de los investigadores hacia el papel del colesterol en la angina de pecho y en el infarto del miocardio. Aparentemente digo, porque en esta técnica quirúrgica el paciente receptor conserva sus aurículas, manteniendo por lo tanto el nodo sinusal y en consecuencia, el influjo neurológico. Sin embargo, a partir de entonces se dio más importancia a la dieta como factor fundamental de prevención de las enfermedades cardiovasculares, volviéndose así a la vieja tradición hipocrática, que entre sus numerosos aforismos nos dejó como uno de los más valiosos el que expresa: "Que tu alimento sea tu medicina". Otras fechas de interés se resumen de la siguiente manera: 1) Carlos Chagas, en 1909, descubre en Brasil la enfermedad que lleva su nombre o tripanosomiasis americana (42). 2) Enrique Tejera, en 1919, describe la enfermedad de Chagas en Venezuela.