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Retraso mental El retraso mental hace referencia a limitaciones sustanciales en el desenvolvimiento corriente. Se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, que tiene lugar junto a limitaciones asociadas en dos o más de las siguientes áreas de habilidades adaptativas: comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales, utilización de la comunidad, autogobierno, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, ocio y trabajo. El retraso mental se manifiesta antes de los dieciocho años, normalmente. Criterios de diagnóstico según el DSM-IV Retraso mental leve CI 50-55 a 70. Se los denomina los de la “etapa educable” son alrededor del 85 % de las personas afectadas por el trastorno. Suelen desarrollar habilidades sociales y de comunicación durante los años preescolares (0-5 años de edad), tienen insuficiencias mínimas en las áreas sensorio motoras y con frecuencia no son distinguibles de otros niños sin retraso mental hasta edades posteriores. Acostumbran adquirir habilidades sociales y laborales adecuadas para una autonomía mínima, pero pueden necesitar supervisión, orientación y asistencia, especialmente en situaciones de estrés social o económico desusado. Contando con apoyos adecuados, los sujetos con retraso mental leve acostumbran a vivir satisfactoriamente en la comunidad, sea independientemente, sea en establecimientos supervisados. Retraso mental moderado CI 35-40 a 50-55. El retraso mental moderado equivale aproximadamente a la categoría pedagógica de “adiestrable”. Este grupo constituye alrededor del 10 % de toda la población con retraso mental. Adquieren habilidades de comunicación durante los primeros años de la niñez. Pueden aprovecharse de una formación laboral y, con supervisión moderada, atender a su propio cuidado personal. También pueden beneficiarse de adiestramiento en habilidades sociales y laborales, pero es improbable que progresen más allá de un segundo nivel en materias escolares. Pueden aprender a trasladarse independientemente por lugares que les son familiares. En su mayoría son capaces de realizar trabajos no cualificados o semicualificados, siempre con supervisión, en talleres protegidos o en el mercado general del trabajo. Se adaptan bien a la vida en comunidad, usualmente en instituciones con supervisión. Retraso mental grave CI 20-25 a 35-40. Incluye el 3-4 % de los individuos con retraso mental. Durante los primeros años de la niñez adquieren un lenguaje comunicativo escaso o nulo. Durante la edad escolar pueden aprender a hablar y pueden ser adiestrados en habilidades elementales de cuidado personal. Se benefician sólo limitadamente de la enseñanza de materias preacadémicas como la familiaridad con el alfabeto y el cálculo simple, pero pueden dominar ciertas habilidades como el aprendizaje de la lectura global de algunas palabras imprescindibles para la “supervivencia”. Los adultos pueden ser capaces de realizar tareas simples estrechamente supervisadas en instituciones. En su mayoría se adaptan bien a la vida en la comunidad a no ser que sufran alguna discapacidad asociada que requiera cuidados especializados o cualquier otro tipo de asistencia. Retraso mental profundo CI 20-25. Incluye aproximadamente el 1-2 % de las personas con retraso mental. La mayoría de los individuos con este diagnóstico presentan una enfermedad neurológica identificada que explica su retraso mental. Durante los primeros años desarrollan considerables alteraciones del funcionamiento sensorio motor. Puede predecirse un desarrollo óptimo en un ambiente altamente estructurado con ayudas y supervisión constantes, así como con una relación individualizada con el educador. El desarrollo motor y las habilidades para la comunicación y el cuidado personal pueden mejorar si se les somete a un adiestramiento adecuado. Algunos de ellos llegan a realizar tareas simples en instituciones protegidas y estrechamente supervisados Retraso mental de gravedad no especificada (se utiliza cuando existe claridad sobre el retraso mental, pero no es posible verificar mediante los test) Dependiendo del nivel de gravedad del retraso mental (discapacidad intelectual), el sujeto se puede "educar" y/o capacitar para que aprenda a vivir en la sociedad; puede dominar ciertas habilidades de lectura global (señalización de tránsito, por ejemplo: "PARE"), pueden trasladarse a lugares desconocidos o familiares, pueden aprender un oficio y trabajar en él; siempre y cuando la sociedad le dé la oportunidad de hacerlo. El retraso mental, en la escala de medición de la inteligencia está por debajo de 70 de CI (cociente intelectual) Es la contraparte al otro extremo de la inteligencia, que es la superdotación, esta se encuentra por arriba de 130 de CI Causas: El retraso mental significa que el funcionamiento intelectual es menor de lo normal con limitaciones del funcionamiento adaptativo. El retraso mental se presenta en personas de todas las razas y etnicidades y es el trastorno más frecuente del desarrollo, ya que afecta a aproximadamente un 1% de la población general. Las personas con retraso mental obtienen una puntuación baja en las pruebas de inteligencia (cociente intelectual [CI]), pero los efectos sobre el funcionamiento de la vida diaria dependen de su gravedad y de los deterioros asociados. Los niños con retraso leve (alrededor de un 85% de los que presentan retraso mental) suelen aprender a hablar y llegan a ser independientes para cuidar de sí mismos, a pesar de que su ritmo de desarrollo es más lento de lo normal. CAUAS DE RETRASO MENTAL El retraso mental se debe a muchas causas diferentes, aunque en ocasiones no se identifica una evidente. • Las causas genéticas incluyen el síndrome de Down, que es consecuencia de poseer un cromosoma 21 adicional, y el síndrome del X frágil, resultado de tener un cromosoma X anómalo. • Las enfermedades metabólicas son problemas de la degradación o eliminación de algunas sustancias químicas del cuerpo. Por ejemplo, la fenilcetonuria (FCU) es una enfermedad metabólica que origina lesión cerebral y retraso mental a menos que se modifique la dieta para limitar el consumo de una sustancia llamada fenilalanina. • Durante el embarazo las infecciones aumentan el riesgo de dar a luz un bebé con retraso mental. En el futuro bebé, además de problemas auditivos y visuales, virus como el de la rubéola provocan retraso mental. • Durante el embarazo el consumo de alcohol puede ser causa del trastorno de espectro de alcoholismo fetal (TEAF). Los niños con TEAF presentan una serie de problemas físicos y retraso mental. Durante el embarazo, el consumo de otras drogas es ocasionalmente causa de retraso mental. • Otras posibles causas de retraso mental son lesión del cerebro después del nacimiento debido a falta de oxígeno, traumatismo físico o desnutrición Diagnóstico El Diagnóstico diferencial del retraso mental debe realizarlo personal especializado en el uso de técnicas psicometricas estandarizadas; por lo tanto el docente deberá hacer la consulta a un centro de salud mental o directamente a un psicopedagogo Actualmente las técnicas psicometricas más utilizadas y que presentan actualizaciones en sus tabulaciones son: WISC en niños de escolaridad primaria, y GIPSY en niños de jardín de niños Otra técnica también factible de usar especialmente en niños con trastornos del lenguaje o dificultades motoras gruesas es el Raven infantil, y en casos severos se puede utilizar Terman Merril El WISC o GIPSI evalúan los aspectos cuantitativos (cocientes intelectuales) y cualitativos (edades de desarrollo intelectual equivalentes y funciones intelectuales); en dos áreas verbal y ejecutivo –concreto Los datos que aportan estas técnicas son útiles para el docente en cuanto a la conformación de su grupo de trabajo, agrupando cocientes intelectuales y edades cronológicas y, dentro de estos, clasificar las edades mentales y las áreas de mayor compromiso; facilita de este modo la implementación de tareas especificas y pautadas Programa Las pautas de interacción para atender a los alumnos de baja autoestima, en general, van en función de una serie de características: Personales: Escaso autocontrol de sus estímulos. Poseer una imagen negativa de sí mismo. Sentimientos de incapacidad respecto a otras áreas. Contexto socio-familiar: Experiencias de marginalidad respecto a su entorno. Falta de conexión entre las exigencias de la familia y la sociedad y las respuestas del niño. Múltiples variables distorsionadoras de expectativas. Contexto escolar: Fracaso escolar. Feed-back educativo de aspecto negativo frecuentemente. Etiquetaje: la respuesta del niño está en consonancia con lo que el profesor y el resto de los alumnos esperan, la profecía se cumple. Estas pautas implican una serie de necesidades: Personales: Desarrollar una serie de estrategias de autocontrol. Alcanzar metas socio-personales factibles, obtener ciertos éxitos. Crear una imagen positiva. Contexto socio-familiar: Llevar a cabo estrategias y actividades de integración social. Orientar a las familias para adecuar las metes que deben imponer a sus hijos con la realidad que estos pueden alcanzar. Contexto escolar: Desarrollar actividades escolares adecuadas al nivel de competencia y al estilo de aprendizaje del niño. Variar sus atribuciones: verbalizar con frases positivas sus conductas adecuadas. Para finalizar, e importante señalar que estas pautas determinan: -Una respuesta educativa: En el contorno del colegio, la familia y la escuela; y en consonancia. -A nivel del centro: Medidas de atención a la diversidad. Plan de acción tutorial adecuado. Colaboración con las familias. -A nivel de aula/individual: Programas de acción tutorial. Adaptaciones del currículo. Colaboraciones con las familias. El alumno deficiente En cuanto al alumno con niveles mentales deficientes debemos hacer unas consideraciones especiales. Tarde o temprano el chico/a deficiente se da cuenta de que sus límites son diferentes, y las metas que puede alcanzar están por debajo de las del resto de la gente. Llegados a este momento la autoestima del alumno puede, y suele, reducirse. El chico/a se siente inútil, no podrá desarrollar una serie de funciones o actividades comunes para el resto de la gente, o le costarán más; entonces, es consciente de ello y se hunde, piensa que no sirve para nada. Ante estos casos el entorno de la familia y la escuela debe actuar con rapidez y profesionalidad. Las terapias y charlas que informan a los niños/as acerca de sus capacidades y el alcance de estas resultan muy interesantes y pueden ser realmente fructíferas. Debemos hacer saber al alumno/a que con tiempo, ayuda y constancia, podrá llegar a realizar actividades cotidianas sin mayor esfuerzo (resulta primordial señalar que el grado de deficiencia debe tenerse muy en cuenta en este aspecto para conocer las posibilidades y limitaciones). No obstante, la práctica puede resultar mucho más interesante y beneficiosa. Debemos proponer actividades que el chico/a pueda realizar, así como otras que le cuesten más para ir avanzando y trabajar la superación, teniendo especial delicadeza con la posible frustración. Mediante trabajos del día a día el alumno/a debe ser consciente de que puede realizar funciones que les permiten llevar una vida más o menos normal; teniendo siempre presente la cuestión de los distintos grados de deficiencia. No obstante, independientemente de cada caso, se puede llevar a cabo una labor de crecimiento de la autoestima favorable. Debemos estar pendientes y asegurarnos de que el chico/a se siente querido, que es acogido en su entorno familiar, escolar y social. Es realmente trascendental que el alumno no sea marginado y que se encuentre integrado y feliz con sus relaciones y consigo mismo. Dentro de este contexto, creo que es relevante hacer un inciso para exponer que en la mayoría de las ocasiones las dificultades de aceptación son debidas a la sociedad, y nada tienen que ver con la situación del chico/a deficiente mental. Volviendo al tema a analizar, nos gusta oír cosas del tipo: `Estupendo´, `Eres fenomenal´, `Eso sí te salió bien´, `Te quiero´, `Estoy a gusto contigo´… Pues bien, debemos asegurarnos de que pronunciamos estas frases, no constantemente, pero sí lo suficiente para que el chico/a comprenda la calidad de su persona. Por otra parte, es significativo que se potencie y anime al alumno/a a realizar ciertas actividades en las que podría destacar; nos gusta que nuestros padres y profesores se interesen por nuestras aficiones, intereses, proyectos, ilusiones… Alabando cuando las cosas salen bien, y empleando adecuada y delicadamente las malas críticas, siempre de la mano de la motivación y de la vista de una mejora futura, para no retroceder en esta labor. En el retraso mental se aprecia una lentitud del desarrollo, en general en todas las áreas de funcionamiento, que se pone de manifiesto en las siguientes: Cognitivamente: puede existir una orientación hacia lo concreto, egocentrismo, distracción y poca capacidad de atención. La hiperactividad sensorial puede conducir a conductas desbordantes, a la evitación de estímulos, y a la necesidad de procesar estímulos a niveles de intensidad bajos. Emocionalmente: tienen dificultades para expresar sentimientos y percibir afectos tanto en sí mismo como en los otros. La expresividad de la afectividad puede estar modificada por los impedimentos físicos (hipertonía, hipotonía). Retraso del habla: que pueden inhibir la expresión del afecto negativo, lo que conduce a instancias de una hiperactividad afectiva aparente que incluye una ira impulsiva y una baja tolerancia a la frustración. Dificultades adaptativas: las complejidades normales de las interacciones diarias pueden poner a prueba los límites cognitivos del niño con RM. En casos extremos, el descontrol impulsivo puede conducir a la violencia y la destructividad. Los cambios en la vida diaria pueden forzar las capacidades cognitivas y las habilidades de afrontamiento, lo que a veces conduce a la frustración. Reacciones emocionales primitivas: a la frustración y a la tensión pueden implicar conductas agresivas, autolesivas o auto-estimulantes. Nueva definición de Retraso Mental según la AAMR (Asociación Americana de Retraso Mental): La definición de AAMR representa un cambio significante de la manera que se percibe el retraso mental. En lugar de describir el retraso mental como un estado de incompetencia global, la nueva percepción se refiere a un patrón de limitaciones. Esta definición de basa en cuatro premisas: Una evaluación válida considera la diversidad cultural y lingüística además de los factores de comunicación y conducta. La existencia de limitaciones de las destrezas de adaptación dentro del contexto del ámbito comunitario típico de los semejantes del individual de la misma edad y está indexada a las necesidades individualizadas de apoyo de la persona. Las limitaciones de adaptación específicas a menudo coexisten con aciertos en otras destrezas de adaptación u otras capacidades personales. Con los apoyos apropiados durante un periodo continuo, el funcionamiento vital de la persona con retraso mental generalmente mejora. La detección temprana de las limitaciones cognitivas y del desarrollo puede significar un nivel de discapacidad menor para la persona afectada, siempre que se implanten programas de intervención temprana. Sin embargo, las limitaciones cognitivas suelen pasar desapercibidas hasta el inicio de la escolaridad primaria. Un indicador precoz de las limitaciones cognitivas es el retraso en el desarrollo del lenguaje. Dos evaluaciones sencillas sirven de indicadores de alta sensibilidad: Balbuceo canónico: consiste en emisiones, (pseudopalabras), con al menos dos sílabas, que constan de un sonido vocálico y un sonido consonántico, con una articulación veloz entre ambos. Aparece entre los cuatro y los diez meses de edad. No está afectado por la prematurez, el bilingüismo, el nivel económico social, las interacciones con el entorno o el Síndrome de Down. Funciones pragmáticas: Se estructuran alrededor del año de vida; es una expresión precoz de la estructuración del lenguaje en el niño. Interacción social: registra al otro, llama la atención, saluda. Atención convocada: llama la atención de un adulto hacia un objeto que está percibiendo. Regulación conductual: lograr que otro realice una acción por él. Un segundo paso en la evaluación del lenguaje, incluye: Comprensión de vocabulario: Difícil de evaluar con precisión. Se basa en que el niño señale o tome con su mano objetos conocidos frente al requerimiento del entrevistador, o que obedezca consignas verbales simples del entrevistador. Capacidad de juego: Se puede identificar tres tipos de actividad lúdica, ligados a la adquisición de habilidades en el uso y la construcción del lenguaje. Exploratorio: agita, toca, muerde, golpea los objetos con los que toma contacto. Combinatorio: relaciona objetos. Simbólico: los objetos representan roles, tienen vínculos entre sí, son personajes de historias. La construcción del lenguaje y la estructuración del psiquismo están íntimamente relacionadas. El lenguaje, no sólo el lingüístico, es la herramienta básica del pensamiento. Un lenguaje escaso en el vocabulario, en matices, en capacidad de simbolización va de la mano de un psiquismo que no puede planificar las acciones, dar a conocer sus deseos, construirse como unidad frente a la otredad.