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Orientaciones didácticas para trabajar la educación musical en infantil Por Cristina Isabel Gallego García. Lee su curriculum. Si en el artículo de diciembre me centraba en cómo estaba contemplada la música en el primer y segundo ciclo de Educación Infantil, desde un marco legal (Colección de Materiales Curriculares de Educación Infantil de la Junta de Andalucía), en el presente número quiero dar unas orientaciones didácticas para trabajarla desde este etapa educativa, porque como dice Kurt Pahlen en su libro “La música en la educación moderna”: La Educación Musical es para todos, absolutamente todos. Sin excepción alguna. No debe ser una “materia”, una “asignatura”, con tantas (o tan pocas) horas semanales; la Educación Musical tiene que estar indisolublemente en el día del niño, del joven, tiene que formar una parte importante de su existencia. La verdadera Educación Musical se aplica a toda hora. Podemos empezar realizando un diagnóstico para detectar el grado de desarrollo de la expresión musical, observando el grado de conocimiento de las cualidades del sonido, de los instrumentos, la familiarización con canciones, audiciones musicales, bailes y danzas tradicionales y populares. Los objetivos que planteemos deben estar encaminados al desarrollo de capacidades: atención, memoria, discriminación auditiva, expresión, integración sociocultural, iniciativa, creatividad, socialización, estructuración temporal... introduciéndoles los contenidos que la favorezcan y convirtiéndolos en objetivos didácticos. Es muy importante que en nuestras programaciones favorezcamos el lenguaje musical junto con los demás lenguajes, es decir, que seleccionemos y organicemos los contenidos de expresión musical, relacionándolos con los demás aspectos de Comunicación y Representación (expresión corporal, plástica, matemática...) y con los dos ámbitos restantes (Medio Físico y Social, Comunicación y Representación), presentándolos al niño de forma global en las actividades. Las actividades que realicemos deben tener relación con el tema de trabajo que estemos desarrollando. Por ejemplo, con mi tutoría de infantil, en la Unidad Didáctica “Los animales”, hemos trabajado la canción del señor Don Gato. En primer lugar les cuento el cuento del señor Don Gato. Voy presentando a los personajes, hablando un poco de cada uno y motivando a los niños para que sean ellos quienes cuenten lo que saben. Después asociamos un instrumento musical a un personaje, a un objeto o a una situación determinada que se dé en el cuento (1 – platillos, 2 – clave, 3 – cascabel, 4 - cajas chinas, 5 – maracas, 6 – panderetas, 7 – un golpe al tambor, 8 – xilófono, 9 – golpear el tambor con las manos, 10 - todos los instrumentos). Todos los niños participan pues a todos les reparto instrumentos. Con los instrumentos que he mencionado anteriormente el cuento puede quedar de la siguiente manera (cada vez que aparece un paréntesis hago una pausa considerada en la narración para que los niños se den cuenta que es su turno para tocar y toquen su instrumento un ratito): En un día soleado (1 ), en un pueblecito con casa blancas y tejados colorados (2), vivía el señor Don Gato (3) sentadito en su tejado (2 ). Desde allí veía como el sol salía (1) tras las montañas todos los días. A sus vecinos (4) saludaba muy contento por las mañanas. Un día, el cartero (5) llegó y una carta le entregó. En ésta le decía que si quería casarse con la gata María (6). Muchos años había esperado hasta conseguir su sueño anhelado y el día que lo consiguió del tejado (2) se cayó (7 ). ¡Se ha caído! (7), ¡Se ha matado el pobre señor Don Gato! (3 ). Al romperse siete costillas, el rabo y el espinazo. El cielo triste se quedó y de pronto un chaparrón cayó (8). De camino al cementerio (9) algo inesperado ocurrió y es que el señor Don Gato (3) con el olor de las sardinas resucitó (10 ). Don Gato(3) con María (6 ) se casó y el sol (1 ) de la alegría volvió a brillar ese día. Por eso dice la gente que siete vidas tiene el gato y a raíz de esta historia los habitantes de este pueblecito esta canción inventaron: 1 - Estando el señor don Gato sentadito en su tejado, ¡marramamiau! ¡miau! ¡miau!, sentadito en su tejado, ha tenido la noticia que si quiere ser casado, ¡marramamiau! ¡miau! ¡miau!, que si quiere ser casado. 2 - Con una gata morena sobrina del gato pardo, ¡marramamiau! ¡miau! ¡miau!, sobrina del gato pardo; de contento que se ha puesto, se ha caído, se ha matado, ¡marramamiau! ¡miau! ¡miau!, se ha caído, se ha matado 3 - Se ha roto siete costillas, el rabo y el espinazo, ¡marramamiau! ¡miau! ¡miau!, el rabo y el espinazo. Ya lo llevan a enterrar por la calle del Pescado, ¡marramamiau! ¡miau! ¡miau!, por la calle del Pescado 4 - Al olor de las sardinas, el gato ha resucitado, ¡marramamiau! ¡miau! ¡miau!, el gato ha resuciotado, por eso dice la gente: “siete vidas tiene un gato”, ¡marramamiau! ¡miau! ¡miau!, “siete vidas tiene un gato”. Algunas veces yo toco la canción con un instrumento musical y los niños la cantan. En otras ocasiones reparto instrumentos fáciles de tocar por lo niños de infantil (caja china, cascabeles...) para que mientras unos cantan, otros acompañen las voces de los compañeros con estos instrumentos. También solemos sustituir algunas palabras que se repite con frecuencia (gato, gata, marramamiau... ) por gestos para favorecer la capacidad de memoria (porque tienen que recordar el gesto que corresponde a la palabra), atención..., inventamos coreografías y la bailamos juntos... Siguiendo con las orientaciones didácticas para trabajar la educación musical en infantil, se puede organizar el espacio – aula, creando diferentes zonas. En clase está presente el rincón de la música (donde se encuentran todos los materiales para favorecer su desarrollo), aunque también utilizaremos objetos de otras zonas diversificadas que en mayor o menor medida favorezcan este lenguaje. No podemos olvidarnos de las zonas individualizada y socializada; en esta última realizaremos la mayor parte de las actividades de expresión musical porque la música debe ser vivida por todos. Al organizar el tiempo, es fundamental como he dicho anteriormente tratar de forma globalizada el lenguaje musical con los demás lenguajes, ámbitos y ejes en: las rutinas diarias, actividades individuales, grupales... Podemos utilizar distintos agrupamientos con los alumnos en función de las actividades que realicemos. Por último, evaluaremos el desarrollo de las capacidades de expresión musical, junto con las demás capacidades, observando continua y permanentemente a los niños en la realización de las diferentes actividades, tanto en el aula como su participación en algún acontecimiento del entorno y valoraremos en qué medida con las programaciones y su puesta en práctica se favorece. ¿CÓMO TRABAJAR LA MÚSICA EN EDUCACIÓN INFANTIL? Por Natalia López Díaz. Titulada en magisterio. La educación musical es un aspecto muy importante en el desarrollo infantil, y se puede trabajar desde diferentes enfoques y a través de infinidad de actividades debido al principio de globalización de la educación. Esta perspectiva nos indica que no debemos separar ni jerarquizar las enseñanzas, sino trabajarlas de forma integral. Por esta razón, al ejercitar la psicomotricidad, por ejemplo, lo podemos hacer con una actividad al ritmo de algunos instrumentos musicales, favoreciendo así el contacto con distintos timbres, sonidos de percusión o de viento, diferenciar distintas intensidades…Se podría realizar sobre este juego variables del siguiente tipo: _ Danzar libremente por el aula o lugar donde se realice la actividad acompañados por el sonido de unas maracas. _ Correr o ir muy despacio hasta incluso pararnos a modo de estatua, siguiendo la velocidad de los golpes de una pandereta. _ Realizar un cuento motor en el que introduciremos lluvia (agitar de maracas), truenos (golpes de pandereta), campanas (triángulos)…y todas las demás posibilidades que nos ofrece la imaginación. De esta forma el desarrollo musical y el psicomotor se pueden trabajar en armonía y de una forma muy práctica y directa, potenciando la adquisición del esquema corporal en el niño, que es un concepto muy completo referente a la conciencia de nuestro propio cuerpo y de todas las posibilidades y limitaciones que éste nos ofrece. En esta misma línea, encontramos un juego que divierte mucho a los niños, llamado “Hago música con mi cuerpo”. En él, la idea principal sería marcar distintos ritmos con las palmas, los pies y la boca e interpretarlos posteriormente. Una variante sería realizar todos los sonidos que podamos con nuestro propio cuerpo: con los dedos, la lengua, los dientes…y dejar que sean ellos quienes aporten nuevas ideas. Es muy importante comprender la curiosidad innata de exploración que se posee desde el nacimiento y lo fascinante que resulta a esa edad descubrir las distintas características del entorno por sí mismo. A partir del contacto con los objetos, el ensayo y el juego se abre un abanico de posibilidades físicas (color, textura, forma…), entre las que incluimos, por supuesto, el sonido. Otra opción sería realizar un musicograma en la pizarra para que los alumnos lo sigan. Podríamos definir el musicograma como una interpretación de la música mediante dibujos. Así, pintando dos manos y un pie, por ejemplo, representaríamos dos palmadas y un golpe de zapato, creando de esta forma diferentes melodías además de permitir adquirir la noción de lectura musical. Existen dos formas distintas de utilizar el musicograma en clase: ☼ Una es a través de dibujos que representen una narración o apoyen diferentes momentos o sucesos de la misma. ☼ Y otra es dibujar símbolos que hacen referencia a distintos elementos de la música. Unos ejemplos gráficos podrían ser los siguientes: En estos ejemplos se alternan imágenes que representan a palmadas, golpes con los pies, maracas, platillos y silencios, de esta forma van aprendiendo a reconocer la grafía del silencio, la clave de sol, distintos instrumentos…para comenzar interpretando poco a poco sencillas partituras musicales. Los maestros debemos ser conscientes de que el desarrollo musical es un aspecto muy importante en la expresión del pequeño y que existen tantas actividades que favorecen el conocimiento musical en la infancia como todas las que nos ofrecen la imaginación y la creatividad. Desde las canciones, hasta fabricar nuestros propios instrumentos de reciclaje, poner música clásica para determinados momentos del aula, creando así una rutina diaria que acompañe a diferentes hábitos del día, como son el momento para el trabajo individual, la hora del desayuno, juego por rincones…, bailar al son de distintas músicas…etc. Todas estas posibilidades de actividad no necesitan gran cantidad de instrumentos ni de infraestructuras, lo realmente importante es saber sacar partido a las posibilidades con las que contamos e imaginar distintas soluciones. En esta línea podemos destacar el reciclaje como una actividad muy positiva en educación infantil, ya que construir instrumentos musicales despierta por completo el interés del niño (al ser algo nuevo para ellos el crear con objetos que habitualmente desechan en casa), capta su atención y participación, ya que son protagonistas de todo el proceso (pedir colaboración a la familia y aportar ellos mismos los materiales) y favorece la motivación. Este último aspecto es muy destacable pues, además de fabricar algo nuevo, les encanta la idea de fabricarlo para ellos mismos, su propio juguete para explorar, sumado al hecho de que divertirse haciendo sonar distintos elementos no suponga ningún problema (a diferencia de lo que pueda ocurrir habitualmente en el hogar si el niño realiza una exploración independiente del ritmo golpeando una cazuela, por ejemplo) y además esta producción sonora sea parte del ejercicio. De esta manera, descubrirán de forma instintiva, lúdica y natural el sonido y sus distintos parámetros, que son: Intensidad. Timbre. Altura. Duración. Algunos instrumentos musicales que podríamos fabricar para un taller de reciclaje serían: Maracas: se realiza metiendo semillas, lentejas, arroz, pequeños objetos…dentro de un envase, como una botella de plástico vacía. Castañuelas: podemos imitar unas castañuelas haciendo sonar dos cucharas de plástico. Triángulo: golpeando un objeto metálico con otro más fino, como por ejemplo una varita de metal contra una herradura. Carrillones: colocando varias botellas llenas de líquido a media altura. No debemos olvidar que al crear nuestro taller de instrumentos caseros potenciamos uno de los temas transversales de la educación infantil como es “Educación para el medio ambiente”, favoreciendo además la conciencia de reutilizar objetos con nuevas finalidades y el respeto y cuidado del entorno y la naturaleza. Una educación global persigue un desarrollo completo en los alumnos, por ello se debe favorecer el conocimiento musical en todos los ámbitos educativos y una utilización provechosa de los distintos y numerosos recursos didácticos: o Canciones. o Textos orales (nanas, cuentos, refranes…). retahílas, adivinanzas, poesías, o Exploración de la voz, sonidos realizados con nuestro cuerpo (chasquidos…). o Audiciones. o Danzas. o Juegos musicales de distinto tipo (psicomotor…). o Etc. Lo que nunca se debe hacer como educador es limitarse a las posibilidades materiales con las que contamos, sino que es nuestro deber explorar y enfocar la música como lo que es, un campo de trabajo demasiado amplio como para restringirlo a contados momentos semanales, sino que debemos concebirlo justamente como un lenguaje y una forma de expresión de sentimientos y emociones, además de una fuente de actividades y juegos. En definitiva, la educación musical es un aspecto básico para el objetivo principal de la educación, es decir, el desarrollo integral del niño. BIBLIOGRAFÍA: PROPUESTA DIDÁCTICA MÚSICA. Oxford Educación. (Imágenes).