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PRIMER CONGRESO LATINOAMERICANO DE HISTORIA ECONÓMICA Montevideo, Uruguay, 5-7 diciembre de 2007 PONENCIA PREPAPADA PARA EL SIMPOSIO 12: ESTADO Y POLÍTICAS PÚBLICAS PARA EL AGRO EN LATINOAMÉRICA (SIGLOS XIX Y XX) “Y viene el cordón sanitario”: Estado y defensa agrícola y pecuaria en México en el siglo XX, de la Revolución a la segunda posguerra. María Cecilia Zuleta Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa México En esta comunicación me propongo estudiar, bajo un prisma de análisis comparativo, los procesos institucionales, políticos, económicos y sociales domésticos e internacionales generados por el combate a dos plagas agropecuarias que azotaron México en entre las dos guerras mundiales. El objeto de estudio son dos plagas distintas, que afectaron diferentes regiones del país: una agrícola, la plaga del gusano rosado del algodón en el Norte del país (Comarca Lagunera, entre los estados de Coahuila y Durango) desde 1916, y el caso de la fiebre aftosa entre los años de 19461949 (hasta 1952, en 16 estados del país)1. Me propongo examinar especialmente dos dimensiones específicas de estos procesos: 1. la activación diferencial, en cada caso, de estrategias de interacción internacional bilateral en el ámbito transfronterizo entre Estados Unidos y México, vinculadas a la defensa sanitaria y la cooperación técnica y científica en el campo agropecuario. 2. La generación de nuevos desarrollos institucionales en el ámbito Estatal, orientados a la investigación y experimentación de 1 La aftosa afectó a Tabasco, Veracruz, San Luis Potosí, Zacatecas, Aguascalientes, Puebla, Tlaxcala, Querétaro, Hidalgo, México, Morelos, Guerrero, Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Oaxaca. 1 nuevas tecnologías agropecuarias, así como también a la educación y extensión agropecuarias entre los productores. El trabajo partió inicialmente de dos preguntas básicas: ¿Cómo, con qué métodos, estrategias y prioridades de los distintos actores gubernamentales y no gubernamentales, se dio el combate a estas dos plagas, de diferente alcance e incidencia económica en el sector agropecuario y en la economía en general? ¿Qué consecuencias tuvieron estas plagas en términos de la generación de nuevos desarrollos institucionales que respondieran a necesidades en ámbitos y campos de acción gubernamental aún poco explorados, poco consolidados, esto es, la defensa agrícola y la sanidad fitoganadera? Una primera exploración trajo otra pregunta, que trasciende el perímetro del espacio doméstico mexicano: ¿Por qué las políticas de defensa agropecuaria mexicanas se nutrieron, en los dos casos aquí estudiados, de la experiencia de interacción cooperativa técnica y científica con el país vecino, Estados Unidos? En orden a responder estas preguntas, un propósito del trabajo será estudiar la construcción de un aparato institucional y técnico especializado gubernamental en el combate a las plagas agropecuarias en México en dos momentos claves de su historia, la revolución y la segunda posguerra, así como también la dinámica de articulación de estas políticas gubernamentales con los grupos de interés agropecuario. Junto con éste, otro objetivo no menos importante será examinar las conexiones y vínculos entre el esfuerzo doméstico del combate a las plagas con la dinámica de interacción internacional respecto del país fronterizo y potencia mundial, Estados Unidos. Para ello se prestará especial atención a la creación de instancias institucionales formales de colaboración técnica binacional, y se analizará la dinámica, alcances y limitaciones de la cooperación técnica bilateral México-americana en ambos casos. 2 El texto se estructura en varias secciones. En una breve introducción presento algunas precisiones generales sobre los planteamientos y premisas de partida de la investigación. A continuación resumo, de forma sintética y general, el contexto de la agricultura del algodón y la ganadería en México posrevolucionario. Una tercera sección presenta, en contrapunto, una caracterización de la dinámica de infestación y propagación de ambas plagas, que intenta reconstruir, de manera somera, la secuencia de las plagas: detección – campaña de defensa- resultado, en ambos casos de estudio, con el objetivo de obtener una periodización y un esquema básico de los escenarios y los actores, así como de su interacción. Algunas precisiones: Ya desde la segunda mitad del siglo XIX, con la difusión del “paradigma de la agricultura científica”, en su versión europea y estadounidense, las elites mexicanas venían discutiendo las posibilidades de la aplicación de la ciencia para revolucionar la producción agrícola y pecuaria. El debate se centró en las formas y canales más adecuados para difundir e inducir la adaptación y generación en el país de nuevos adelantos científicos y tecnológicos en el sector (generación y transferencia), de modo de incrementar los rendimientos productivos del sector agropecuario, desarrollar nuevas actividades productivas (nuevos cultivos, nuevas especies), y nuevas técnicas y métodos de producción apoyadas por la investigación y experimentación racional y no por los usos y costumbres entre los productores mexicanos. La práctica de una “agricultura científica” (un paquete de nuevas tecnologías de riego, fertilización química, rotación de cultivos, selección y mejoramiento de semillas, empleo de maquinaria agrícola, y control de plagas) permitiría industrializar la agricultura, incrementar sostenidamente la producción agropecuaria para orientarla a mercados crecientemente ampliados gracias a 3 los beneficios de los modernos medios y técnicas de comunicación a escala mundial (locales, regionales, nacionales e internacionales). Ahora bien, junto con el riego, la selección de semillas, la preparación y mejoramiento de las tierras y la aplicación de fertilizantes orgánicos, minerales y químicos, el control de las plagas era uno de los pilares de esta agricultura asistida por la técnica. En las sociedades capitalistas el combate a las plagas, esto es, la defensa agrícola y pecuaria, involucra a diversos tipos de actores estatales y no estatales, pero el rol del Estado es fundamental para diseñar y conducir de manera coordinada y eficaz las campañas de defensa.2 El contexto institucional es, junto con la cooperación de los productores y consumidores, decisivo para asegurar la erradicación de las plagas agrícolas, así como el contexto económico y situación ecológica en que se desenvuelven las actividades agropecuarias son fundamentales para explicar los brotes de infestación y su diseminación y difusión espacial de las plagas. Por eso, el desarrollo de los esquemas institucionales específicos para la defensa y sanidad fitopecuaria puede considerarse un indicador de la modernización de las actividades agropecuarias, puesto que oferta la información, los medios y las técnicas para enfrentar y superar el obstáculo y el riesgo que constituye una plaga y/o epizootia para la continuidad y estabilidad de toda economía agropecuaria (producción, industrialización, comercialización, distribución). Bajo estas consideraciones, cabe señalar que México experimentó, durante todo el siglo XIX, un lento y demorado desarrollo de la organización institucional para el fomento de la agricultura. El peso de la minería dentro de la economía mexicana, la 2 Trigo, Piñeiro y Sábato, 1983, señalan las razones por las cuales, a diferencia del sector industrial, en el sector agropecuario la búsqueda de nuevas técnicas y conocimientos para aplicar a la producción (entre los cuales está la investigación entomológica y fitosanitaria) ha sido fundamentalmente una cuestión de Estado y no de mercado hasta por lo menos la década de 1970, aún en los países capitalistas. Habría, sin embargo, que matizar esto, teniendo en cuenta, por ejemplo, el desarrollo de la investigación agropecuaria por parte de grandes conglomerados empresariales frutícolas, por ejemplo, el caso de la United Fruit Company en Centroamérica entre las dos guerras mundiales. Véase Soluri, pp. 480 y ss. 4 tradicional de metales preciosos, como la moderna de metales de uso industrial desde fines de la década de 1890, oscureció la identificación de las prioridades de políticas públicas para el sector. El sector empresarial agropecuario, asimismo, no logró ni la organización gremial ni la capacidad de presión –y quizás tampoco consensuar una agenda en su interior- como para impulsar eficazmente la creación de un organismo gubernamental específico para atender los asuntos agropecuarios.3 Por lo tanto, la oferta de servicios gubernamentales federales de educación, extensión y defensa agrícola, pese a múltiples proyectos y esfuerzos inconclusos, era todavía muy limitada al comenzar el siglo XX. Fue apenas en 1909 cuando el gobierno federal dictó la primera Ley de Servicios Agrícolas Federales, que proyectaba la creación de un marco institucional y administrativo flexible, aunque centralizado, para la generación de las políticas de públicas de fomento a la modernización agrícola y pecuarias, bajo la caja de una nueva dirección dentro de la Secretaría de Fomento, la Dirección General Agraria. No fue posible, en todo el siglo XIX y hasta el primer gobierno emanado de la etapa armada de la revolución, el del primer Jefe Venustiano Carranza (1916 preconstitucional, 1917-1920 constitucional), la creación de una secretaría específica para los negocios agrícolas y pecuarios, la Secretaría de Agricultura y Fomento, en abril de 1917. 4 A pesar de esto, la Dirección General de Agricultura (DGA) concentró menos presupuesto y personal técnico que la Dirección Agraria, y que la Dirección de Aguas. La reforma agraria (la redistribución de la propiedad) y la hidráulica revolucionaria (la construcción de una infraestructura de grandes obras de regadío y generación de energía por el gobierno federal) eran los dos grandes desvelos de los tiempos de la revolución y posrevolución. 3 4 Zuleta, 2000. Al respecto, un desarrollo in extenso para el periodo 1876-1917 puede seguirse en Zuleta, 2000. 5 En este contexto, la administración federal de los asuntos pecuarios -quizás como reflejo del agotamiento, saqueo y destrucción productiva que impuso la revolución armada a la ganadería-, y no obstante el notable desarrollo y expansión que desde la década de 1890 había experimentado un sector ganadero con capacidad intermitente de exportación en los estados de Sonora, Chihuahua, Coahuila y Durango (gracias a la vinculación de la economía mexicana a la estadounidense por una dinámica red ferroviaria)5, quedó entonces reducida a dos Departamentos dentro de la DGA: el Departamento de Zootecnia y Parasitología agrícola, y la Escuela Nacional Veterinaria. Ésta, por su parte, estaba marginada respecto de la Escuela Nacional de Agricultura, y permanecía acosada constantemente por la asfixia presupuestaria y el escaso interés de alumnos, convencidos en las ventajas de la ingeniería agronómica sobre la medicina veterinaria en términos de acceso al empleo y prestigio social (gracias al amplio campo de trabajo que ofrecía la marcha de la reforma agraria para los agrónomos, desde el ámbito local en las comisiones agrarias, hasta las oficinas agrarias federales pasando por las estatales).6 Recién en la década de 1930, la ganadería, recuperada ya de la debacle que le significó la revolución armada y la economía de guerra revolucionaria en la frontera (simultáneas al incremento de la demanda de alimentos en la coyuntura bélica internacional) contó con una agencia especializada, la Dirección General de Ganadería (DGG, 1929), misma que después de 1939 cobijaba tres Departamentos específicos y era el referente gubernamental de las recientemente reorganizadas y legitimadas organizaciones empresariales ganaderas locales, estatales y nacional (1937).7 En 1939, el presidente Lázaro Cárdenas, completando un proyecto integral de reactivación del sector, creó el Instituto Pecuario, que funcionaba como Departamento al interior de la DGG. 5 De Souza Lopes y Riguzzi, mimeo. Mayer, 1987; Sigsworth, 1975. 7 González-Montangut, 1999; Sigsworth, 1975, pp. 230 y ss. 6 6 En síntesis, con este limitado y reducido contexto organizativo de instituciones federales para la generación y administración de políticas públicas agrícolas y ganaderas México enfrentó las dos plagas que nos ocupan.8 A partir de 1941, con el cambio de gobierno en medio de la complicada coyuntura doméstica e internacional, el gobierno federal, a cargo de Manuel Ávila Camacho, diseñó los llamados “Planes de Movilización Agrícola”, encaminados a resolver la complicada situación alimentaria de un país no autosuficiente en alimentos que experimentaba una acelerada industrialización y urbanización dentro del contexto dramático de alteración de los intercambios y patrones de comercio internacional. Los adelantos en la calidad, cobertura y alcance geográfico de los servicios de investigación y extensión agropecuaria fueron notables en pocos años.9 El año de 1942, después de la Conferencia de Río de Janeiro donde México se alineó en el esfuerzo de los aliados encabezado por Estados Unidos, vería luz el primer acuerdo global de cooperación económica mexicana-americana de la historia, justo cuando las complicaciones del escenario internacional volvían imprescindibles la “buena vecindad” y la cooperación defensiva.10 Y ya en 1941 atendiendo a sondeos y experimentos previamente realizados por el gobierno de L. Cárdenas en el ámbito de la cooperación agropecuaria y de la comunicación radial (1937 en adelante), desembarcaron los científicos y técnicos de la Rockefeller Foundation en tierras aztecas, para edificar las bases de la primera 8 Queda al margen de este estudio una cuestión muy importante, atendiendo a la naturaleza federal de la organización política mexicana: la caracterización de la organización gubernamental para la generación y desarrollo de políticas agropecuarias en el ámbito estatal. 9 Por ejemplo, a partir de entonces y hasta 1944, se incrementó un 30% el personal en campo del Departamento Fitosanitario (DGA), se multiplicaron por cinco los fondos asignados para el mismo. Por el contrario, si bien avanzada la exploración de las condiciones de las distintas regiones ganaderas del país (más de 40), aún quedaban en 1945 12 regiones sin estudiar; Informe…, 1942-1943, p. 33-34, p. 163 y ss; Informe…, 1945-1946, tomo II. 10 El acuerdo cubría la resolución de los pendientes históricos controversiales entre ambos países, incluidas las expropiaciones revolucionarias y petrolera, la deuda externa, así como los arreglos para “el esfuerzo bélico” en la producción y comercialización de materiales estratégicos. Imponía la formación de comisiones binacionales mixtas (gubernamentales con representación empresarial) para los sectores de la economía (agricultura, industria, comercio y finanzas). Una caracterización imprescindible en Niblo, 1995, y Riguzzi, 2006; pp. 268 y ss. 7 experiencia de cooperación y asistencia técnica agropecuaria binacional en el continente americano entre un país latinoamericano y las agencias gubernamentales y no gubernamentales de los Estados Unidos.11 Se inauguraba con ello una experiencia piloto a escala internacional, y una práctica absolutamente novedosa de importación-difusiónadaptación de nuevos conocimientos entre los latinoamericanos, con el propósito de una aplicación inmediata en la resolución de los problemas de la producción y comercialización agropecuarias.12 La Rockefeller construyó, en comunicación con la Institute of Inter American Affairs (IIAA, 1943), un centro de experimentación e investigación genético, biotécnico y fitosanitario en Chapingo (la Escuela Nacional de Agricultura), la Oficina de Estudios Especiales, y varios campos experimentales en distintos puntos del país para mejorar e hibridar las semillas de maíz y trigo (en 1945, 12 en total). 13 (Sobre la agenda de cooperación véase cuadro 1 al final). Como se ve en el mencionado cuadro, esta agenda fijaba la oferta de un paquete tecnológico completo para revolucionar la agricultura y ganadería mexicanas, orientado a la investigación y el entrenamiento de nuevos técnicos tanto como de los productores directos. La metodología de trabajo del programa, propuesta por los técnicos de la Rockefeller, se puede resumir en tres operaciones: organizar y conducir, establecer y afianzar, enseñar y educar en los nuevos Considero aquí “cooperación técnica internacional en agricultura” a todas aquellas actividades – diferentes de las importaciones de capital- que tienen como meta principal la transformación y modernización de la agricultura en un país dado (país sede) instrumentadas mediante la asistencia técnica. Ello supone un marco de interacción entre instituciones y actores del país sede y una (o varias) agencia/s u organización/es no lucrativa/s externa/s – en el cual se constituyan como socios cooperativos para activar intercambios en los cuales se activen algún tipo de proceso educativo en torno a nuevos conocimientos y prácticas técnica y tecnológicas. Puede implicar diferentes grados de cooperación y responsabilidad compartida, en distintos ámbitos operativos y diferentes escalas de interacción. Visto esto, podría afirmarse que la cooperación técnica internacional en la agricultura siempre involucra, por lo menos, a dos Estados a través de sus agencias gubernamentales, y, en ocasiones, a agencias no gubernamentales nacionales o internacionales. 12 Mosher, 1956; Kyle, 1943. Una excelente caracterización en Cotter, 2003, y en Niblo, 1995. 13 Informe…1944-1945; p. 52. 11 8 conocimientos y prácticas. ¿Era este paquete tecnológico “neutral”?14¿Era esta una revolución agrícola?15 Aquí cabe resaltar un aspecto puntual: esta práctica innovadora de intercambio científico técnico institucionalizado de naturaleza mixta (gubernamental y no gubernamental) bilateral mexicano americano, se daba in situ en campos latinoamericanos. Innovaba y dinamizaba la interacción interamericana en el ámbito económico y científico, y si bien había sido prefigurada por las distintas Comisiones de las Conferencias Internacionales Americanas ya después de la primera gran guerra, cabe señalarlo, no se había llegado a plasmar más que ocasionalmente y con marcada discontinuidad en otros ámbitos (como por ejemplo, las ciencias arqueológicas y antropológicas), y sin esa gran amplitud de cobertura geoeconómica como lo era todo un territorio nacional.16 Pero además, la promoción de una experiencia de esta envergadura tampoco había formado parte de la agenda diplomática de las demás potencias occidentales en sus relaciones con los países latinoamericanos, por lo menos hasta la emergencia del contexto bélico. Al final, lo que me interesa destacar aquí es que esta experiencia mexicana de cooperación técnica muy pronto se convirtió en modelo, tamiz y filtro para la cascada de experimentos similares que se derramaron desde entonces por todo el “Hemisferio americano” (junto con el Programa Perú, que inició en 1943), por lo menos hasta la redacción de la “Alianza para el Progreso” (cuando se redefinieron los campos y rubros de cooperación y finalizó el proyecto Rockefeller en México).17 14 El campo previo de exploración y definición había sido la agricultura sureña de los Estados Unidos antes de la primera gran guerra. Fitzgerald, 1986; pp. 460 y ss. 15 Tiempos después pasaría a la historia como la “Revolución verde”, pero abordar esta cuestión merece más que una, sino varias investigaciones específicas, hasta ahora en manos de otros científicos sociales, como antropólogos, economistas y sociólogos, entre los que los historiadores brillan por su destacada ausencia. 16 Véase un estudio rigurosamente detallado, así como un polémico balance de los problemas y los logros, en Fitzgerald, 1986. 17 Diez años después, proyectos de cooperación técnica para la agricultura se desplegaban en 22 países del Hemisferio. Wharton, 1958, p. 115. 9 Hechas estas consideraciones, volvamos a nuestro objeto de estudio, que son las plagas. Corresponde señalar que las plagas, enfermedades y epizootias tienen una dimensión internacional, tanto en lo que respecta a su propagación y difusión como a su combate, defensa y erradicación. Esto se puede apreciar en los dos casos de estudio, puesto que el país fronterizo y vecino del Norte, Estados Unidos, se vio afectado por el gusano rosado en su propio territorio primero, así como también expuesto sus ganados a la aftosa. Ambas plagas afectaron intermitentemente a los Estados Unidos desde la primera gran guerra. En particular la aftosa afectó sus ganados en varios brotes sucesivos que se lograron controlar desde 1915. Las agencias del gobierno federal estadounidense consiguieron ser, además, sistemáticas y persistentes en la generación y exportación de nuevas normas sanitarias, así como en la aplicación internacional de su política de sanidad animal. Con ello se afectó el flujo internacional de productos pecuarios, particularmente (especialmente Argentina, los bienes Uruguay pecuarios y Brasil), procedentes y Alemania.18 de Sudamérica Bajo estas consideraciones, cabe preguntarse ¿Cuál fue la interacción bilateral de México con Estados Unidos en torno al cúmulo de problemas de orden sanitario, comercial y productivo, además de social, que presentaron estas plagas para ambos países? Y ¿Cuáles fueron sus resultados? En suma, bajo esta premisa de la “dimensión internacional” de las plagas agropecuarias, lo que aquí estudio son las negociaciones para la cooperación agrícola internacional en la defensa y sanidad agropecuarias entre dos países fronterizos, México y Estados Unidos de Norteamérica (en lo sucesivo Estados Unidos) países ambos cuyas economías han sido históricamente y estructuralmente asimétricas. El objetivo, en este 18 Véase los trabajos citados al final de Manuel A. Machado, 1965, 1969. En 1915 la aftosa afectó a la gandería texana, en 1924 a la ganadería californiana. Las restricciones comerciales a los países con aftosa fueron constantes, impuestas por el Bureau de Industria Animal, desde comienzos del siglo XX, y fueron motivo de continuas negociaciones en los ámbitos bilateral norteamericano-sudamericano y multilateral inter americano desde comienzos del siglo XX. 10 sentido, es examinar la importancia que tuvo (o no tuvo) la cooperación internacional para el combate de la plaga del algodón y la epizootia pecuaria de la aftosa, vista desde un ángulo concreto: los saldos de la cooperación en la creación de una organización institucional de servicios agrícolas capaces de atender problemas en el orden de la producción, de la sanidad y defensa agrícola, de la investigación agropecuaria, de la generación, transferencia y difusión de nuevos conocimientos técnicos y tecnológicos en el sector agropecuario. Un análisis más centrado en las respuestas sociales que resultaron de esta cooperación a ambos lados de la frontera política queda, a pesar de su fertilidad para nuestro estudio, excluido por ahora en razón de su complejidad, que excede los alcances de esta comunicación. Algodón y ganado: dos economías de producción distintas, en espacios distintos Comencemos por el algodón. A pesar de su antigüedad en el país, el despegue cuantitativo de la producción de algodón no tuvo lugar hasta que coincidieron dos estímulos de naturaleza económica distinta: la demanda de la industria textil y la oferta de transporte, en la década de 1880. Así, a la vera de los linderos del Ferrocarril Central del Norte, que atravesaba México en dirección a Estados Unidos, emergió una zona, La Comarca Lagunera, con centro en las ciudades gemelas de Torreón y Gómez Palacio, limítrofes entre dos estados norteños (Coahuila y Durango), bañada estacionalmente por las aguas del río Nazas, y cerrada por el río Aguanaval, dedicada primordialmente a la agricultura comercial del algodón. Esta zona se convertiría en tan sólo dos décadas -y asemejando a los desarrollos agrícolas del templado Cono Sur-, un polo agrícola, industrial y financiero, pero que se articulaba simultáneamente con los negocios de todo el Norte Oriental (Nuevo León y Chihuahua, industrial, financiero, minero y ganadero), 11 a ambos lados de la frontera política con Estados Unidos, en un espacio transfronterizo, pero también con el Norte Occidental ganadero y minero. Los algodoneros de Torreón, Gómez Palacio y zonas circundantes produjeron primero para las fábricas textiles de la zona industrial de Puebla-Orizaba (Veracruz), con la cual estaba conectado por ferrocarril, luego para las textiles, aceiteras y jaboneras que se instalaron en la Comarca Lagunera entre fines de la década de 1890 y la primera del siglo XX, y luego para los molinos de aceite y despepitadotes de semillas que se fueron construyendo allende la frontera, en los pasos fronterizos de la misma, separados a veces por menos de 10 KM de ésta. La Comarca engrosó el empresariado agroindustrial, un sector de medianos y pequeños empresarios agrícolas, un proletariado que fluctuaba estacionalmente en el empleo agrícola, industrial y minero a ambos lados de la frontera (como el reconocido caudillo revolucionario Pancho Villa, oriundo de una región cercana), y el cuantum de la inversión extranjera en producción, comercio y finanzas. En ese “polo capitalista” se nutrió la avanzada revolucionaria del Norte mexicano, y en la propia Torreón tuvieron lugar batallas decisivas en la historia revolucionaria, primero, derrotando al usurpador militar Victoriano Huerta, después, entre las divididas fuerzas de la revolución constitucionalista entre 1915 y 1917. Torreón fue repetidamente ocupado por unos y otros revolucionarios y federales desde 1911 (y todos los demás facciones revolucionarias del Norte después, desde 1914). La economía lagunera fue desquiciada: sus bancos, fincas agrícolas e industrias intervenidas y confiscadas por los revolucionarios para nutrir las finanzas de guerra entre las distintas facciones, los conflictos obreros y campesinos eran moneda corriente, y mientras el hambre y los desastres naturales se cebaban en la miseria creciente de la población, el algodón era el botín de muchos, casi de todos: nuevos y viejos empresarios agrícolas e industriales, comerciantes exportadores, revolucionarios y 12 campesinos, pero también bandidos.19 Los revolucionarios encontraron que el mejor negocio era vender el algodón en Estados Unidos, y despacharon intermitentemente cargamentos completos hacia “el otro lado” desde 1913 en adelante, cebados por el incremento de los precios internacionales en el contexto bélico. No obstante este cúmulo de destrucción y saqueo, pasado el año de 1916 la economía del algodón se recuperaba para aproximarse al 40% de la producción nacional que había alcanzado en 1912 (en 1898 la región produjo el 66% del total nacional).20 Surgía también una nueva burguesía rural en ascenso, como producto de las intervenciones revolucionarias, y la incautación de fincas acabó consolidando al sector de medieros y arrendatarios.21 La situación política podría caracterizarse como de extrema inestabilidad, fragmentación y militarización facciosa hasta 1917, y luego de persistente zozobra en un marco de reconstrucción institucional y económica. Así que el escenario regional era todo menos sencillo cuando surgió la plaga del gusano rosado en 1916-1917, detectada en México en fecha no muy exacta, pero precisada por varios informes del Departamento de Agricultura del gobierno de Estados Unidos, así como también por el Boletín agrícola del fronterizo –y también algodonero, entre otras actividades- estado de Texas.22 Ahora bien, la plaga del gusano, que afectaba principalmente las bellotas del algodón dañando las semillas y la calidad de la fibra, había llegado para quedarse en la región por varias décadas: recién en la década de 1940 el gobierno mexicano anunció su erradicación en otra zona algodonera, robustecida después de la revolución (ChihuahuaTamaulipas). Los caminos del comercio transfronterizo de exportación de semillas 19 Zuleta, 1996. Sobre la estructura productiva y agraria pre revolucionaria véase Plana, 1991. 21 Proceso detallado con precisión por Vargas-Lobsinger, 1999. 22 Scholl, 1919; Ohlendorf, 1926. 20 13 condujeron, en un mismo flujo, la semilla y la plaga por Eagle Pass, Brownsville, y El Paso(ver mapa).23 Continuemos por la aftosa. También las rutas del comercio importaron la enfermedad a tierras mexicanas, en una primera ocasión, en la década de 1920. Una recomposición y activación de los intercambios bilaterales entre Estados Unidos y México, dinamizada por las gestiones del hábil embajador Dwight Morrow, produjo la firma de una primera convención Sanitaria entre ambos países, que comprometía a una obligada interacción en caso de plaga agropecuaria y emergencia sanitaria, y a la formación de una policía sanitaria y un servicio de certificaciones en fronteras terrestres y marítimas (portuarias) de ambas naciones.24 Esto muestra que al producirse el brote de aftosa de fines de 1946 en México, ya existía un marco institucional, aún no activado, para el combate de las plagas simultáneo y/o conjunto bilateral México-americano. Ahora bien, la ganadería mexicana de la posrevolución ha sido caracterizada como una actividad “en el limbo” (Machado), a pesar de que se trataba de una de las pocas industrias pecuarias del continente con acceso al mercado estadounidense.25 Históricamente pobre la calidad del ganado mexicano, la carne para el consumo interno y las pieles para la exportación eran sus principales productos a comienzos del siglo XX. Como arriba mencionado, la exportación de ganado producido en la zona Norte del país a Estados Unidos, intermitente desde la década de 1880, y conducida por las vías del ferrocarril, trajo un progresivo mejoramiento del stock: en la medida en que la ganadería se convirtió en una rama central de la actividad económica de los estados norteños, requirió la adaptación a los stándares internacionales de calidad: la mejora 23 Cabe señalar una limitación de nuestro estudio: queda pendiente una reconstrucción de los volúmenes, ritmos y valores del comercio bilateral México-estadounidense entre 1910 y 1950 de algodón y derivados, así como de productos cárnicos. Al respecto, Kuntz, 2007, p. 335 y ss.; y Sousa Lopes-Riguzzi, mimeo, ofrecen una base estadística indispensable. 24 Machado, 1965. 25 Un análisis puntual del impacto de la política arancelaria en la dinámica comercial de ganado en pie y pieles, los dos principales rubros de exportación a Estados Unidos, puede verse en Sousa Lopez-Riguzzi, mimeo. 14 genética, en el marco de un aprovechamiento racional de los recursos agua-tierra para la cría de las reses. No obstante, en la primera década del siglo aún estaba muy lejos de la calidad alcanzada por la ganadería del Cono Sur, tanto la rioplatense como la sud brasileña. Aún así, frigoríficos británicos llegaron a invertir en empacadoras en Chihuahua, Sonora, Jalisco y ciudad de México.26 El comercio de exportación de ganado sufrió un completo descalabro en sus pautas y volúmenes a partir de 1911. También el ganado, como el algodón y su semilla, fue “botín de muchos”: “entre los seis años, de julio de 1912 hasta julio de 1917, salieron de México 2 millones de animales vacunos a Estados Unidos, una suma casi igual al total exportado en los treinta años anteriores”.27 Para unos autores este movimiento enloquecido se definiría como un auge exportador en el marco de la revolución, para otros se trató de una descomunal fuga de capitales, en una modalidad muy distinta que la implementada por los hacendados azucareros de Morelos, que contribuyeron ellos mismos a liquidar, vendiendo como chatarra, la maquinaria de molienda y refinación instalada inoperante. Otros autores (por ejemplo la autora de este texto) preferiría discutir acerca de los alcances y resultados de la interacción de dos economías alteradas por un ciclo militar: una economía de guerra (la estadounidense) y una economía en guerra (la mexicana, en particular la región norte). Es decir, valdría la pena explorar a profundidad la incidencia de dos ciclos militares distintos pero simultáneos, ambos espacios de mercado, y en la dinámica oferta-demanda regional y global.28 El resultado de este ciclo enloquecido (nutrido incluso con imágenes míticas como las del revolucionario Pancho Villa encargándose de la venta de las reses, e 26 Sousa Lopes-Riguzzi, mimeo; pp. 24-26. Ibidem, p. 29. 28 Estos autores desatacan, por ejemplo, el repliegue experimentado por las exportaciones pecuarias canadienses al mercado estadounidense, como consecuencia de su colocación en el mercado británico para sostener la demanda de carnes del frente de guerra europeo. 27 15 instalando una empacadora “revolucionaria” de carnes), fue la destrucción del stock ganadero fronterizo mexicano (Sonora y Chuihuahua principalmente), y el deterioro inexorable del resto del patrimonio ganadero del país, mismo que se detendría después de la crisis de 1929 para iniciar una progresiva recuperación. Para 1946 se calcula un stock total de 12 millones y medio de reses y 5 millones y medio de ganado menor. 29 El promedio de exportación de ganado entre 1940 y 1946 se calcula en 424,000 cabezas.30 En este sentido, cabe señalar que existían otros dos tipos de ganadería en México de esos años de entreguerras, orientados ambos al consumo interno: la comercial y empresarial, destinada a abastecer la demanda del consumo urbano del país, constituida por un abanico bastante variado de productores grandes, medianos y pequeños, y representada en el cine mexicano de la época de “oro”, los rancheros. Al lado de éste sector de productores de carne y lácteos, muy diferenciado internamente, que se extendía por los estados de Zacatecas, Aguascalientes, Tamaulipas, San Luis Potosí e Hidalgo (Centro Norte), Veracruz, Tabasco (Golfo), y por los estados del bajío central (Guanajuato, Jalisco, Michoacán), se encontraba otro tipo de productores: los campesinos minifundistas que combinaban la ganadería, casi de subsistencia, con otras labores agrícolas, y junto con ellos, los ejidatarios, que empleaban los animales para la alimentación y el trabajo agrícola. Para estos campesinos, los animales eran parte de la comunidad y del núcleo familiar, garantizaban, en las buenas y en las malas, la sobrevivencia alimentaria. Como vemos, la complejidad del sector de productores era notable. Aún mayor era en los estados de Michoacán, Puebla, Guerrero, Tlaxcala, el Estado de México, y Oaxaca. Cabe señalar, por contrario, un patrón uniforme: el predominio de la raza criolla, sin mestizar, era mayor en estas zonas, que en el la región norte fronteriza. Y fue 29 El 60% de ese stock se concentraba en el centro Norte y Norte. Un 44% del stock total nacional se criaba en grandes y medianas fincas privadas, y el resto fincas pequeñas y ejidos, Sigsworth, cap. II. 30 Informe…1948-1949; p. 185. 16 en ese complejo contexto productivo, para dolor de cabeza de gobernantes y gobernados, en donde arraigó la fiebre aftosa apenas terminada la II gran guerra. Justo cuando, gracias a los buenos oficios de los planes de la secretaría de la economía nacional, la ganadería mexicana emprendía un franco crecimiento y modernización. Al final, el cordón sanitario y el rifle sanitario impuesto por la Comisión México americana para la Erradicación de la fiebre aftosa en el curso de 1947 se llevaron 1 millón de cabezas de ganado mayor (sin contar las del ganado menor), sin contar los millones de vacunas contra la fiebre aftosa aplicadas entre 1948 y 1951. La música popular de la ruralía mexicana le puso letra a la debacle y los pesares que trajo la “maldita fiebre aftosa”: Corrido de la fiebre aftosa31 Año de 1947 en que estamos La fiebre aftosa ha azotado Los campos mexicanos De Estados Unidos mandaron todos los veterinarios dizque para combatir la maldita fiebre aftosa ……………….. Y viene el cordón sanitario Por toda la vía central Abriendo todas las fosas Pa’ poderlos enterrar Una miseria espantosa es lo que vamos a ver ya no iremos a sembrar ni podremos mantener Si Dios no remedia esto Ni nos tiene compasión Azotará una miseria en toditita la Nación …………………. Otro corrido…32 ……………. 31 32 Transcripto en Meyer, 2003; pp. 236-240. Transcripto en Machado, 1969; p. 54. 17 Así, si el vecino ayuda Sólo lo hace por su bien Y surge al pueblo una duda ¿quién está ayudando a quién? Por eso, si éxito alcanza Aquella vacuna exótica El suspender la matanza será Una labor patriótica ………………………… Lo que los campesinos mexicanos no sabían (¿presentían?), sin embargo, que sus pesares fueron parte de los costos sociales la primera y única campaña de erradicación completa y permanente, a escala nacional, de la fiebre aftosa en Latinoamérica del siglo XX.33 Conducida con mano férrea por los gobiernos del “milagro mexicano”, se logró el milagro de la erradicación. La ganadería mexicana sería una antes y otra después. Dos plagas, dos historias distintas con puntos en común: A efectos de un análisis sintético, he estructurado en un cuadro donde se esquematizan por un lado, las diferencias y coincidencias en el contexto de emergencia, propagación y combate de ambas plagas, suscitadas en dos coyunturas históricas muy distintas en México. Otros dos cuadros (anexos al final) esquematizan el contexto social e institucional diferente en el que operó la campaña de defensa agrícola y cordón sanitario en cada caso. Veamos: 33 Posteriormente, las campañas de prevención y erradicación alcanzaron magnitud y eficiencia nacional en los países sudamericanos y en Guatemala, lo que es discutido es la perdurabilidad y permanencia en la eliminación de esta epizootia. Un instituto Panamericano Interamericano para la investigación científica de la aftosa se creó en Brasil en 1951, no comenzó a funcionar sino hasta fines de esa década. Cabe señalar que el caso de Guatemala requiere de une estudio específico: este país consiguió . 18 Cuadro 2. Dos plagas trasnacionales en entreguerras en México: el gusano del algodón y la fiebre aftosa Gusano rosado: de la armada de la revolución segunda guerra mundial etapa Fiebre aftosa: mediados década del a la veinte y 1946-1952 Plaga agrícola Afecta predominantemente Las siembras, cosechas de fibra y Semillas de algodón Plaga pecuaria Afecta al ganado mayor y al menor: enfermedad, pérdida de peso, capacidad productora de leche, y reproducción (abortos) Procedencia plaga: Hawai, Egipto, Procedencia plaga: Sudamérica, Europa. Brasil, África, Filipinas. Debate acerca de Las rutas de propagación de la fiebre aftosa las rutas de propagación. son cuestión polémica: discutible, en apariencia Sudamérica (cebúes de Brasil). Vehículo algodón. de infección: semilla Vehículo de infección: polémica científica de y política internacional e interamericana. En el brote 1946-1952 sin duda fue el comercio de ganado vivo (importaciones mexicanas). Zona de propagación transfronteriza: Zona de propagación doméstica: Golfo, Comarca Lagunera (estados de Coahuila mesa Centro, Bajío central y Pacífico, y Durango) en México, y estado de Costa Pacífico centro y Sur Texas (EE.UU.) Impacto Afecta agricultura comercial algodón, Dirigida a abastecer la industria textil doméstica y las agroindustrias oleaginosas en el norte oriental mexicano y el sur de Estados Unidos (bien primario exportable y de consumo industrial doméstico a ambos lados de la frontera) Impacto Afecta ganadería comercial dirigida al abasto interno, y ganadería tradicional de autosubsistencia campesina (minifundios) y ejidos (parcelas en propiedad común. En total 12 estados ven comprometida la producción de un bien primario esencial para la dieta popular urbana (carne, lácteos) y para el desarrollo de la pequeña agricultura de la ruralia mexicana. Afecta una franja territorial Afecta el 29% del territorio mexicano transfronteriza, del sur algodonero estadounidense y nororiente algodonero mexicano. No afecta a la ganadería comercial de No afecta los cultivos de Baja California exportación (frontera Norte, estados de ni Tamaulipas (NE Golfo, NO península Chihuahua, Sonora, Coahuila, Durango). 19 California) Peligro por exposición a las industrias agropecuarias a ambos lados de la región fronteriza. Daños Pérdidas del 25 al 50% en la producción agroindustrial algodonera, afecta mercado interno y exportaciones fibra y semillas Daños Pérdidas del 40% en la ganadería e industrias agropecuarias domésticas (agricultura, industrias lácteas) que producen para el Mercado Interno Contexto político doméstico (regional y nacional) MUY INESTABLE: Poderes fragmentados, continuidad de la etapa armada de la revolución en la Comarca lagunera, esfuerzos por la reconstrucción y vuelta a la estabilidad política, ej: acuerdo para la restitución de las fincas incautadas por Venustiano Carranza (la desincautación, 1917-1919) Lenta recuperación de la economía de guerra revolucionaria, lenta institucionalización del Estado en ámbito regional y nacional. Economía de exportación en medio de la aplicación de la reforma agraria. Contexto político doméstico ESTABLE, se define progresivamente el marco institucional, político y socioconómico que soportará el “milagro mexicano”: crecimiento económico + estabilidad política y social. Tendencia a la consolidación de la propiedad rural, estabilización del agrarismo revolucionario (certificados de inafectabilidad agraria de los ranchos ganaderos, 1937). Contexto bilateral Mex/USA: complejo Contexto y SIMULTÁNEO A LA INFESTACION cooperación. DE LA PLAGA (1917-1919), una agenda de negociación muy controvertida debido a la superposición de la revolución y la guerra internacional, cuyos puntos se discuten simultáneamente por las nuevas autoridades federales y los caudillos regionales (licencias de exportación para México, levantamiento del embargo, licencias de importación, derechos de propiedad, reclamaciones). Contexto económico general Carestía, escasez, precariedad de la propiedad de la tierra y de las cosechas (ley de reforma agraria 1/1/1915, incautación revolucionaria de propiedades y posterior restitución de las mismas mediante la negociación entre sectores interesados (grandes y medianos propietarios, campesinos, obreros bilateral Mex/USA: Contexto económico general Incremento precios en el MI, escasez, desabasto, especulación, inflación, devaluación del peso frente al dólar a mediados de 1948 (33% en julio-agosto, se desploma el peso en 1949) Aceleración de la migración rural urbana y 20 jornaleros, milicias revolucionarias, de la urbanización: presiones del lado de la burguesía revolucionaria en ascenso). demanda de productos pecuarios. Encarecimiento del costo de vida por Crisis y reestructuración de la industria consecuencia del contexto bélico textil doméstica. internacional. Acelerada industrialización por sustitución de importaciones. Contexto internacional: Primera Guerra mundial, ascenso de precios de productos agropecuarios, entre ellos el algodón, en un marco de dificultades en el tráfico internacional de mercancías CAMPAÑA DE DEFENSA Contexto internacional: II Guerra Mundial, acuerdos de cooperación económica y de defensa militar interamericanos desde 1939. Escasez y encarecimiento internacional de bienes primarios, CAMPAÑA DE DEFENSA Defensa agrícola asistemática desorganizada del lado mexicano. y Del lado mexicano, defensa agrícola doméstica inicialmente desorganizada y sin un marco institucional ni técnico bien Política del CORDÓN SANITARIO (non definido ni eficiente. Pero después de 4 cotton zones, en total VII) y cuarentena meses: en la FRONTERA internacional y en el sur de los ESTADOS UNIDOS. CAMPAÑA SANITARIA DE ERRADICACIÓN DE Pink Bollworm Act, Texas, 28/12/1917. LA FIEBRE AFTOSA A ESCALA NACIONAL Pink Bollworm Act, Texas, marzo 1919. En Texas, destrucción de cosechas, 1ª. Abril-noviembre 1947: fumigación, indemnización de Rifle sanitario: 1 millón de productores, prohibición de sembradíos cabezas de ganado mayor, aplican de algodón. Campaña financiada por indemnizaciones a los productores gobierno federal y gobierno estatal. 2ª: 1948-1951: En La Comarca Lagunera, a. vacunación y cuarentenas, Comisión Inspectora de Plagas (SAF- Servicios de educación para la defensa y DGA), ordena destrucción de cosechas y prevención de la epizootia, desinfección y desinfección de semillas y molinos de la sanidad animal. 19 millones de dosis de apenas instalado el primer gobierno vacunas aplicadas entre 1948 y 1949. revolucionario, medidas incumplidas b. reemplazo del stock ganadero desde enero de 1918 y hasta mediados de doméstico por la importación “limpia” de la década de 1920. ganado de diversa procedencia, excluida Sudamérica. Prevención en la frontera y bordes del c. reemplazo de ganado de labor cordón sanitario: control del tráfico de de campesinos con mulas y maquinaria mercancías y personas, por carreteras y agrícola, por la vía de la asistencia del vías ferroviarias, estaciones y puertos, crédito ejidal. desinfección de semillas, prohibición de 21 comercialización de algodón y subproductos fuera de las fronteras “sanitarias”, prohibición de exportación de algodones en México e importación en Estados Unidos. Campaña financiada conjuntamente por gobierno federal mexicano y gobierno estadounidense. 1947-1950=USA: 145 millones dolares/ MEX (aprox) 50 millones dólares. Técnicos en investigación y campo en equipos bi-nacionales asistidos por fuerzas armadas de la Defensa Nacional Campamentos sanitarios y Estaciones de Desinfecicón, Cerca de alambre aislante del Norte libre de aftosa! Personal técnico en el campo se incrementa aceleradamente entre mediados y fines de 1947: de 313 técnicos binacionales a casi 900 Medios de propaganda de la campaña: Medios de propaganda de la campaña de defensa y erradicación: extensión agrícola en campo, extensión agropecuaria en campo (personal multilingue, para comunicarse con campesinado), asistencia técnica en campo, prensa gubernamental, prensa comercial y asistencia técnica en campo (diseminado y prensa agrícola especializada concentrado), impresos educativos Impresos educativos Escuelas primarias rurales Pastoral educativa en parroquias rurales Medios masivos de comunicación: Radio difusión comercial y gubernamental Cinematógrafo (en poblados) Teatro Giñol (en poblados) El control de la plaga no provoca una El control de la epizootia conlleva una reestructuración de la actividad profunda y completa reestructuración del algodonera ni de la industria textil. sector pecuario: No obstante, el Departamento de agricultura federal (USA) en colaboración con el gobierno del estado a. Reducción del stock de ganado criollo, extensión del mestizaje con razas “finas” importadas por la vía 22 de Texas incentiva la reinstalación de los molinos despepitadotes y empastadores de semillas fuera de la zona de infestación y cuarentena. de la inseminación artificial asistida por servicios técnicos gubernamentales b. Desarrollo de las agroindustrias pecuarias: las empacadoras y frigoríficos de carnes, especialmente en el Norte fronterizo. Capitales nacionales y extranjeros, asistencia financiera del Import-Export Bank. c. (sólo entre 1947 y 1950 se instalan 16 empacadoras y enlatadoras en la región Norte del país) d. intervención gobierno federal en industrias lácteas: se instalan plantas estatales de re hidratación de polvos lácticos importados desde Estados Unidos en diversos puntos del país para abastecer consumo urbano creciente a precios controlados. COOPERACIÓN TÉCNICA INTERNACIONAL: COOPERACIÓN TÉCNICA INTERNACIONAL: . no sistemática ni permanente . sistemática y permanente por seis años . carece de un marco institucional ni . se crea un marco institucional y político político adecuado bajo el cual específico: la Comisión Nacional de lucha desenvolverse en ambos países contra la fiebre Aftosa, y la . carece de garantías de operación en COMISIÓN MÉXICO-AMERICANA PARA LA México: proceso de reconstrucción del ERRADICACIÓN DE LA FIEBRE AFTOSA, Estado en un contexto posrevolucionario. entidad autónoma mixta binacional, con Técnicos americanos no pueden trabajar plenas facultades ejecutivas y deliberativas. en forma permanente hasta 1919. . el combate y erradicación es una prioridad recíproca de ambos gobiernos nacionales, y de los sectores empresariales agropecuarios . prioridad del gobierno del estado de de ambos países (en particular de la zona Texas, de los algodoneros de Texas, y de transfronteriza). la Secretaría de Agricultura de Estados Unidos, pero . agenda bilateral muy fluida, dinamizada por el contexto bélico internacional y por la . no prioritaria para gobiernos mexicano concreción de los supuestos frutos de la ni estadounidense, agenda bilateral coincidencia entre la “buena vecindad” y la 23 estancada y conflictiva por el ciclo cooperación bilateral defensiva por la político y militar revolucionario coyuntura bélica. Resolución de las mexicano, las reclamaciones de las históricas cuestiones controversiales. afectaciones revolucionarias, la nueva Constitución mexicana de 1917, principalmente el artículo 27, ramo tierras y petróleo. . La experimentación sobre la plaga y los métodos de control la desarrollan técnicos norteamericanos en México en simultaneidad con la investigación en el campo texano. . Ante la imposibilidad de implementar con continuidad una experiencia de cooperación gubernamental bilateral sistemática, se activa la cooperación entre los técnicos agrícolas del Departamento Federal de Agricultura y del estado de Texas (Pink Bollworm Comission) con empresarios algodoneros, mediante la creación de estaciones experimentales: una en los terrenos de la Tlahualillo Agricultural & Colonization Company, otra en las tierras de la testamentería de Carlos González, en Torreón. RESPUESTA SOCIAL: Diferenciada. RESPUESTA SOCIAL: Diferenciada Se concentra en USA, donde tendrá lugar la campaña sanitaria: Cooperación en general, y resistencia de algunos productores, a la destrucción de cultivos y a su sustitución con otros productos. Dentro de un marco general de aceptación, se desarrolló una campaña regional de disidentes a la campaña contra el gusano rosado, que llega a la Corte del Estado de Texas, y que debate la constitucionalidad de las Pink Bollworm Act. En USA, los grandes ganaderos exigen la erradicación mediante la aplicación del rifle sanitario en México. En México, los grandes ganaderos norteños, no afectados por la epizootia, apoyan de diversas formas la campaña del rifle sanitario. En el Centro, Bajío, también el Golfo y Pacífico, surgen resistencias de ganaderos y campesinos. La violencia social (sinarquistas) se disemina por los campos mexicanos de la mano de la epizootia, se llega a la muerte de veterinarios mexicanos y estadounidenses. Se exige el fin del rifle sanitario. Explota el nacionalismo y la xenofobia, en 24 las ciudades percepciones. la prensa refleja estas Cooperación, lenta pero increscente, de la campaña de vacunación. FUENTES: Boletín de la Cámara Agrícola Nacional, 1917-1923; Dusenberry, 1955; Hunter, 1926; Loftin, 1921; Ohlendorf, 1926; Informe de labores… 1946-1949, Scholl, 1919; Sigsworth, 1975; Vargas-Lobsinger, 1999; Zuleta, 1996. El cuadro muestra dos realidades contrastantes. En el caso de la plaga del gusano rosado, pese a haber creado la DGA una comisión especial para el control de la plaga en la región lagunera, ésta no logró sus cometidos. No sólo muchos productores hacían caso omiso de la circular federal de enero de 1918 que establecía la destrucción de cosechas infestadas, la fumigación de siembras y la desinfección obligatoria de semillas en cámaras de desinfección que debían construirse ad hoc. Según los informes publicados por la Cámara Agrícola de la Laguna, no se conseguían, en medio de la guerra y las negociaciones de cuotas de importación con Estados Unidos, los químicos para la fumigación. En enero de 1919 otra circular de la DGA dispuso que fueran los propios productores quienes costearan la desinfección y fumigación, esto significaba la “privatización” de la campaña sanitaria, y el abandono a su suerte por parte del gobierno federal, para pasmo de los estadounidenses. 34 Si bien en 1919 se instaló una Oficina de Análisis de semillas dependiente de la Dirección General de Agricultura, se dispuso que ésta operara en la ciudad de México. Los productores debían enviar éstas a la ciudad de México para su análisis, lo cual obviamente reducía considerablemente el margen de operación de la oficina así como el impacto de este procedimiento en beneficio de la agricultura algodonera: los pequeños productores no 34 Boletín…enero 1919, p. 8. 25 acudían a esta oficina, además, no veían el beneficio de pagar con sus propios bolsillos el coste de los análisis. Por otra parte, el conocimiento y capacitación técnicos acerca del gusano, tanto como los cauces institucionales del apenas instalado gobierno revolucionario para la investigación entomológica y la campaña sanitaria, eran muy limitados. Los comisionados para combatir la plaga no iban al campo, daban horarios de atención de consultas en la ciudad de Torreón, esperando reunir a los productores, quienes obviamente concurrían en escaso número. Si bien los grandes productores cumplían con los procedimientos de quema, destrucción y desinfección de bellotas, roza, semillas y molinos, esperando obtener las certificaciones sanitarias correspondientes en la frontera, sólo eran unos pocos. Los pequeños productores y arrendatarios no estaban en situación económica ni disponían de los medios técnicos ni los conocimientos necesarios para limpiar sus campos y cosechas. Para complicar la situación, las cosechas eran en medio del brote, sorpresivamente buenas, los precios internacionales se movían al alza, y el clima de recuperación de los negocios, alimentado por el “combustible de la primera gran guerra”, distorsionaba las percepciones de comerciantes y productores acerca de las perspectivas económicas de la región. En suma, la situación en La Laguna fue de descontrol de la plaga del algodón desde 1917. Los poderes locales no ejercieron presión para la defensa agrícola, quizás porque las finanzas municipales dependían de los recursos generados por el algodón. La cooperación técnica no era una prioridad de todos los actores ni todas las agencias (gubernamentales y no gubernamentales) del escenario algodonero transfronterizo, y si prosperó fue más por la activación de los cauces de negociación informal entre los hombres de negocios de ambas fronteras y los técnicos del Departamento de Agricultura 26 y del estado de Texas.35 Al final, fue la persistente campaña de de defensa agrícola en los estados del sur de Estados Unidos la que permitió la investigación en el control del insecto y en el estudio de las mejores condiciones fitosanitarias para su combate. Recién a partir de 1919, una meseta en la controversial agenda diplomática de los dos gobiernos federales, estadounidense y mexicano, hizo posible el trabajo de los técnicos estadounidenses en campos laguneros mexicanos, trabajo del cual el Departamento de Agricultura del vecino país obtuvo invaluables conocimientos acerca del comportamiento de la plaga y de sus distintas respuestas a las diversas posibilidades de control sanitario. Dos décadas después, técnicos entomólogos del Departamento de Agricultura estadounidenses serían los encargados de asistir a los técnicos mexicanos en dos estaciones, una en Torreón y otra en Chihuahua, para erradicar exitosamente –por fin- el gusano rosado del algodón, que para entonces se había extendido por toda la región norte de México.36 En este contexto de desorganización general del control de plagas en el México de la posrevolución, la carga, los costes -y también los beneficios científicos de la campaña sanitaria-, la sobrellevaron los plantadores y gobiernos del sur de los Estados Unidos. Y por consecuencia, fue allí donde erupcionaron las protestas, la disidencia y la reacción organizada de algunos grupos, mismos que ya para 1920 habían sido contenidos, gracias al éxito de la propia campaña de erradicación. El caso de la fiebre aftosa muestra un panorama radicalmente distinto, con una coincidencia: el conocimiento específico, y las propuestas técnicas para el combate de la epizootia también provino de las agencias estadounidenses.37 También los medios tecnológicos empleados, por ejemplo: camionetas, jeeps, tractores, excavadoras, “Informe de la Comisión de Agricultores del Estado de Texas, acerca del gusano rosado”, en: Boletín de la Cámara Agrícola Nacional de la Comarca Lagunera, enero de 1921; pp. 8 y ss. 36 Informe…, 1942-1943; pp. 170-174. 37 En esta sección resumo la información disponible en fuentes primarias consultadas y en fuentes bibliográficas citadas al final, salvo mención. 35 27 aviones, eran “símbolos” de los nuevos tiempos de revolución tecnológica en medio de la guerra mundial, a los cuales México accedió de manera preferencial gracias a los acuerdos de cooperación. Lo notable es el rápido éxito de la radical campaña: para 1949 se había reducido ya la zona de infestación a un 21% del territorio originalmente infestado a mediados de 1947.38 El rifle sanitario fue aplicado, al parecer, de forma asombrosamente sistemática para el caso del ganado mayor, cuya indemnización fue costeada completamente con fondos estadounidenses, mientras en el caso del ganado menor era pagado por la parte mexicana. Las protestas acerca de las valuaciones que se hacían en el campo fueron una espiral política incontenible, arremolinada por el clientelismo y el caciquismo. La presencia del ejército, con hombres que hablaban las lenguas indígenas, volvió posible la campaña de acercamiento a los campesinos perdidos en las sierras de la mesa central. Cuando no se cuestionaba la matanza (al parecer cuando era evidente la infección los productores la aceptaban), se cuestionaba la vacunación.39 Los ganaderos norteños, a salvo de la epizootia pero con la espada de Damocles bajo sus cabezas, apoyaron la estrategia del rifle sanitario para reservar sus negocios y mercados. Y aprovecharon “el río revuelto” para negociar la obtención de fondos destinados a nuevos rubros de inversión: las empacadoras y frigoríficos, las cuales pronto obtendrían la posibilidad de contratos de colocación a través de la agencia comercial de reconstrucción de Europa. Por el otro lado, la resistencia social y de los productores del centro fue conducida tanto por cauces institucionales como por la movilización de los campesinos. Los rumores se multiplicaban acerca de las desventajas Informe…1948-1949; p. 185. Se pasó de 56-960.400 hectáreas infestadas a 12.200.000 entre 1947 y 1949. 39 La Unión Nacional Sinasquista, movimiento radical de derecha, lideró la oposición, con una base sólida de movilización justamente coincidente con los estados que perdían más ganado: Jalisco, Michoacán, Querétaro, Guanajuato. Los hechos violentos y muertes se suscitaron en la misma lisa de estados, pero particularmente en el estado de México, Michoacán e Hidalgo. La UNS repartió entre sus movilizados un “Formulario de Defensa Jurídica” para demandar a la Comisión Mexicana.Americana para la erradicación de la fiebre aftosa por infringir garantías constitucionales. 38 28 de unas vacunas inoculadas por “hombres altos, grandes y rubios”, en ese contexto, amainó la resistencia del movimiento sinarquista en los campos mexicanos: la cúpula sinarquista nacional declaró que era “acción patriótica” apoyar la campaña de vacunación contra la estrategia del rifle sanitario, en defensa del patrimonio familiar del pueblo mexicano.40 El dato más sobresaliente de esta campaña, además de los ya señalados, estriba en la capacidad de los mexicanos para “desandar” en camino andado, y revertir, pese a la velada oposición de los técnicos norteamericanos de la comisión mixta tanto como la mucho más férrea oposición de las agencias federales y los intereses ganaderos del vecino país, la política del rifle sanitario por la de la vacunación. También en ese camino, México contó con la cooperación técnica internacional: técnicos de Brasil Argentina, Chile, Guatemala, y después laboratorios británicos y holandeses, apoyaron la investigación para elaborar una vacuna específica contra la versión mexicana del virus de la aftosa, distinta del de la América del Sur. Balance y conclusiones En septiembre de 1949, el Secretario de Agricultura de México declaró que “corresponde a México el gran honor de haber sido el país donde se proyectó y se llevó a cabo satisfactoriamente este gran experimento científico”.41 Cabe reflexionar sobre las múltiples lecturas que podrían hacerse acerca de estos dichos acerca de la campaña de la aftosa, una de las dos campañas que nos ocuparon en este texto. Significativo señalar, por otra parte, que la erradicación de la aftosa se desarrolló exactamente 100 años después del episodio de la Guerra que enfrentó a México con Estados Unidos entre 1846 y 1848, a consecuencia de la cual el territorio del primer país sufrió una severa 40 41 Meyer, 2003; 231 y ss. Informe…1948-1949, 1949; p. 179. 29 reducción, episodio por todos conocido. Las autoridades mexicanas (el ejecutivo y el legislativo) debieron autorizar el trabajo de equipos estadounidenses en territorio soberano mexicano para el desarrollo de la campaña: ello implicaba la reversión de una histórica controversia, pero ahora (1946-1947) en el marco del respeto a la autodeterminación y la soberanía. Por empezar cabe considerar la dinámica de apropiación de nuevos conocimientos y técnicas de manejo de la economía y sanidad agropecuarias en México posrevolucionario y contemporáneo: ¿en qué medida las propias limitaciones del aparato institucional mexicano para el desarrollo de la investigación, la extensión y la defensa agrícola-pecuarias no determinaron, al momento de enfrentar las plagas, una orientación a la persistente selección de opciones tecnológicas más “destructivas” que preventivas de los sistemas de producción? En este sentido, vale la pena detenerse en las consecuencias que dejaron estas plagas en el ámbito diseño y organización institucional. Me concentraré en el caso de la aftosa. Al iniciar la campaña, la Secretaría de Agricultura y Fomento se convirtió en la Secretaría de Agricultura y Ganadería. Esto implicaba una innovación bastante revolucionaria dentro de la historia de la institución. La Dirección General de Ganadería, como vimos, creada en 1939, se convirtió simultáneamente en Subsecretaría de Estado, que albergaba cinco direcciones: Subsecretaría de Ganadería o Dirección de Industrias Lácteas o Dirección de Industrias Cárnicas o Dirección de Salud Animal o Dirección de Promoción de la Ganadería o Dirección de Servicios Regionales 30 Estos cambios no sólo reflejan una mayor especialización del aparato gubernamental para resolver las cuestiones de la ganadería, sino también, la creación de un nuevo ámbito institucional para la profesionalización de una burocracia especializada en el sector, apoyada por los fondos presupuestarios. Los cambios en la Secretaría de Agricultura manifiestan, además, las transformaciones de la economía: el problema de los lácteos y las carnes para su consumo en el mercado interno, en creciente expansión al lado de la urbanización. Dependiente de la Comisión Binacional para la erradicación se fundó, en la segunda mitad de 1947, un laboratorio en Palo Alto, Toluca, donde científicos de varias disciplinas y diferentes nacionalidades desarrollaron investigación aplicada para producir una vacuna “mexicana”, esto es, adaptada a las cepas del virus mexicano. Aquí reside un aspecto muy significativo de la cuestión: si bien se importó un paquete tecnológico, el resultado del proceso fue la generación de nuevas tecnologías in situ. Esto volvió posible la negociación, por la parte mexicana de la dirección de la campaña, de un viraje metodológico y técnico de la misma a fines de 1947. Los especialistas mexicanos, con el soporte del apoyo político de las autoridades, pudieron revertir la direccionalidad de la campaña y optar por una estrategia ya no “destructiva” sino “de mantenimiento y prevención”, una estrategia que podía ser sostenida a largo plazo. Sin duda, en este punto sobresalen los beneficios de la cooperación internacional para México: el saldo de la campaña de la aftosa fue el cimiento e impulso que brindó a la investigación científica en economía de la producción y sanidad animal, es decir, en el campo de las ciencias agropecuarias. Se consolidó la capacidad para generar investigaciones hechas por mexicanos en México, tendientes a conseguir una meta considerada prioritaria: industrializar la agricultura. 31 En estos años, el instituto de Palo Alto pasó a depender de un organismo superior, el Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias, que luego se convirtió en una Dirección General de la Secretaría de Agricultura. El instituto desarrolló desde entonces investigaciones en el campo de la genética animal, la detección de enfermedades (diagnóstico), parasitología, laboratorio de producción y laboratorio de control de medicamentos. Como hemos visto, el rol de los médicos veterinarios, patólogos, parasicólogos, bromatólogos, genetistas, especialistas en inseminación artificial, fue fundamental en el sostenimiento de la campaña de la aftosa. La aftosa implicó una revolución en el entrenamiento de los veterinarios. La demanda de estos técnicos y científicos fue creciente en el lapso de un sexenio, y sería sostenida. Los jóvenes estudiantes mexicanos se beneficiaron de programas de intercambio científico, y en pocos años se acabó consolidando un nuevo sector profesional, vinculado tanto al aparato del Estado como al ámbito empresarial: el de los médicos y científicos veterinarios. Los cambios en la estructura y escala de la ganadería mexicana (y de las industrias pecuarias en su conjunto) brindaron, rápidamente, un nuevo campo de trabajo y de desarrollo de nuevas investigaciones para este sector profesional (en particular las industrias pecuarias y la inseminación artificial). Así, 15 años después México contaba ya con 50 escuelas regionales de medicina veterinaria en todo el país. En suma, esta apretada síntesis deja, sin embargo, abierta la pregunta que los músicos formularon con claridad: Y surge al pueblo una duda ¿quién está ayudando a quién? 32 Bibliografía y fuentes citadas y de referencia Boletín de la Cámara Agrícola Nacional de la Comarca Lagunera (1917-1920), México. Boletín de la Cámara Agrícola Central, México(1920-1923). Cotter, Joseph, Troubled Harvest. Agronomy and Revolution in Mexico, 1880-2002. Wesport, Connecticut and London, 2003. Comisión México-Americana de cooperación económica. Carta de clausura de la Comisión, 29/1/1945, del Sr. Nelson Rockefeller, vicepresidente de la Comisión, leída por Wayner Taylor, Subsecretario de Comercio de los Estados Unidos. México, 1946. Department of Commerce, Bureau of Foreign and Domestic Commerce, United States trade with Latin America in 1927, compiled by H. S. Giusta. 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Mejoramiento de la producción de maíz mediante la selección, prueba de rendimientos, de genética y control fitosanitario 2. Mejoramiento de la producción del maíz, mediante idénticos procedimientos 3. Mejoramiento del frijol y aclimatación de la soya, mediante idénticos procemientos 4. Estudios químicos sobre el control fitosanitario 5. Estudios de buen manejo de suelos (preparación tierras, rotación de cultivos, empleo de fertilizantes, prácticas de irrigación 6. Investigación en aclimatación de forrajes 7. Estudio de las causas y control del derriengue en la ganadería 8. Investigación en las condiciones prevalecientes en sanidad vegetal 9. Organización de un laboratorio de semillas 10. Operación de la Estación Agrícola Experimental de Chapingo para el trabajo cooperativo con la DGA y la Escuela de agricultura 11. Fundación de Bibliotecas especializadas en agricultura 12. Intercambio y cooperación para la formación de joven personal técnico agropecuario especializado. Fuente: Informe…, 1944-1945, 1945; p. 37. 37