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POCITAS LABRADAS EN LAS ROCAS DE LA CUENCA DE MÉXICO CON POSIBLES REPRESENTACIONES DE CONSTELACIONES. Francisco Rivas Castro1 oceloayotl@yahoo.com.mx Los sistemas de representación gráfica antiguos hechos en roca, cerámica, madera, papel y piel, parecen haber sido en muchos casos un producto del mapeo, como sistemas de orientación permanente y registros de arreglos espaciales, donde se representaron eventos importantes, tales como: información de cotos de caza, disposición de sistemas de irrigación, ubicación de fuentes de agua, recursos necesarios, o lugares importantes de culto. También se representaron lugares de la cosmología y cosmovisión, tales como el Tlalocan o el Ilhuicatl; en ocasiones, se labraron algunas constelaciones como el Xonecuilli, Colotl, Mamalhuaztli, el sol (Fig. 1), asociadas a eventos mítico nacimiento de los soles de cada época, fechas de fundación, nombres calendáricos de los días, deidades, numerales, eventos históricos importantes, pies, manos, retratos y emblemas reales. 1 Arqueólogo, Etnohistoriador y Doctor en Antropología. Investigador titular de la Dirección de estudios Arqueológicos del INAH, investigador del SNI-CONACYT. Ponencia presentada en Cantos de Mesoamérica, Instituto de Astronomía de la UNAM, 8 y 9 de noviembre de 2009, México. 1 Figura 1. Piedra del sol con constelaciones Las rocas donde se labraron los modelos miniatura, se podrían considerar metáforas de cerros con representaciones de terrazas agrícolas y sistemas hidráulicos (Zimbrón, 19922; Rivas Castro, 20063). Propongo que este conjunto de rocas eran señales que establecían circuitos, donde se llevaban a cabo ceremonias periódicas de acuerdo a los diversos momentos del calendario agrícola mesoamericano, además de aprovecharlas como “mesas de ofrenda”, para colocar todos los elementos para las peticiones y las investiduras4 que se hacían en ellas. Por otro lado, retomo la propuesta de que algunos conjuntos de pocitas y canalitos también pudieron reflejar conjuntos de estrellas y astros, que probablemente se podían observar en la noche al verterles agua y transformarlas así en espejos donde se pudieran ver. La observación de estos elementos astronómicos pudo servir para predecir el temporal o para hacer otro tipo de preediciones relacionadas con la recuperación de la tona y el retorno de la energía de las personas. Terrazas agrícolas y sistemas Hidráulicos Otra propuesta es aquella que considera a las pocitas que contienen algunas rocas labradas prehispánicas, que tal vez representen de manera metafórica sistemas hidráulicos compuestos por manantiales, ojos de agua, pozos, y otros cuerpos de agua unidos por pequeños canales que los interconectan. Por otra parte sabemos que en toda la cuenca de México se desarrollaron desde la época del Formativo (1500-100 a.C) (Palerm, 1990)5, en Teotihuacan durante la época del Clásico (100 a.C-600 d.C) continuo con la práctica del manejo hidráulico ya que se han detectado sistemas de canales muy bien Zimbrón, Rafael, 1992 “Las cruces punteadas en Santa Cruz Acalpixcan, Xochimilco”. En: Cuadernos de Arquitectura Mesoamericana, No 19, pp. 59-74. México, UNAM, Postgrado en Arquitectura y Facultad de Arquitectura. 3 Rivas Castro, Francisco El paisaje ritual del occidente de México, siglo VII-XVI: Un análisis interdisciplinario. Tesis de Doctorado en Antropología, ENAH, 2006, México. 4 Existen datos de que en ciertas rocas con símbolos labrados asociados a águilas y jaguares, ambos animales emblemáticos de las dos ordenes militares más prominentes en las sociedades prehispánicas, se llevaban acabo investiduras y confirmaciones de naguales, esto es; personas que tenían la facultad de transfigurarse en diversos animales e incluso en rayos, vientos o bolas de fuego que corren a grandes velocidades y se desplazan en amplios espacios a voluntad. 5 Ángel Palerm “obras hidráulicas prehispánicas en el sistema lacustre del valle de México”, en Carmen Viqueira, editora, México prehispánico, ensayos sobre evolución y ecología (Regiones), Consejo Nacional para la cultura y las artes, Dirección General de publicaciones, México, pp. 185-243. 2 2 definidos y labrados en el tepetate relacionados con el río San Juan el cual abastecía del vital líquido a la ciudad. Existen petrograbados que indican dirección, y que tal vez fueron usados para tender líneas para la construcción urbana de Teotihuacan, se trata de las cruces punteadas. Dentro de las propuestas de interpretación figura una, la que hiciera tempranamente Mateo Walrath, quién identificó la posible representación de la desintegración de una estrella supernova; la 1054 d.C. Estudios posteriores hechos por el astrónomo Daniel Flores (2008)6 parecen confirmar este tipo de eventos que se pudieron labrar en esos grandes bloques de basalto y de andesita Cruz punteada de Temamatla con una posible representación de una explosión de supernova. Estas cruces punteadas tienen una distribución muy amplia por todo mesoamerica y aún siguen siendo objeto de estudio de los arqueoastrónomos. Durante la época tolteca también se han detectado sistemas de captación de agua y conjuntos hidráulicos relacionados con el río Tula, que abasteció por siglos a esta ciudad. Por otro lado, existen otros ejemplos del periodo Postclásico en Texcoco, en el complejo hidráulico que constituye el cerro de Tezcutzingo, donde se traía el agua de manantiales desde el cerro Metecatl, por medio del canal hoy conocido como Caño quebrado al Tezcutzinco. El Daniel J Flores Gutierrez, 2008 “La supernova de 1054”, en Arqueología Mexicana, No. 89, Tlatelolco, su historia y Arqueología, enero-febrero de 2008, pp.14. CNCA-INAH, Editorial Raíces, México 6 3 conjunto de terrazas que rodea a ambos cerros ha sido trabajado por Jeffrey Parsons (2002:54-59)7, es interesante mencionar que precisamente en la periferia del Tezcutzingo, se localizaron varias rocas labradas con pocitas asociadas a elementos escalonados que pueden ser representaciones metafóricas de los sistemas de terrazas que rodean a los cerros Metecatl y al Tezcutzingo. Modelo miniatura labrado en roca, Tezcutzinco, Edo. México. En Mesoamérica, las terrazas agrícolas y los sistemas hidráulicos, tuvieron antecedentes muy tempranos y el uso de ambas técnicas complementarias, se extendió a lo largo de varios periodos históricos. A raíz de la estas prácticas para la agricultura, se asoció siempre con la ritualización y petición de fertilidad y abundancia de agua, considero que la cronología de la aparición de rocas Jeffrey Parsons “Ingeniería hidráulica en Acolhuacan”, en Arqueología Mexicana, Vol., No.58. Nezahualcoyotl. Huey Tlatoani de Texcoco a 600 años de su nacimiento. Serie Historia de la arqueología en México, VII, México. 7 4 labradas con pocitas y pequeños canales existe desde tiempos de cazadores recolectores y en pueblos agrícolas temporales o sedentarios. La presencia de rocas labradas con pocitas, terracitas escalonadas y pequeños canales, al parecer se intensifica durante el período Postclásico (1100-1521 d.C) con los mexica, quienes imitaron, conservaron y reutilizaron muchos elementos de antigua procedencia, donde posiblemente existieron cruces punteadas de la época teotihuacana, estos ejemplos hay que analizarlos cuidadosamente, ya que existen “cruces punteadas” más tardías como los ejemplos in situ del sitio arqueológico del Calvario en el cerro de Cocotitlán reportados por Meléndez (2007:98-99)8. Cronología de las pocitas y canalitos. El análisis de las pocitas circulares hechas en modelos miniatura labrados en rocas, es muy relevante por su constante relación con el agua y la petición de lluvia. Estas rocas desde la época de los Olmecas (Preclásico temprano 1500 a.C) estuvieron relacionadas con los gobernantes, jugadores de pelota y los sacerdotes, pues las encontramos asociadas a varias cabezas monumentales y aisladas en bloques de basalto en contextos de ciudades de este momento Adán Meléndez García “La permanencia en el paisaje del santuario prehispánico de Cocotitlan”, en Festines y Ritualidades. Arqueología y Antropología de las religiones, vol II. Patricia Fournier y Walburga Whiesheu, coordinadoras, ENAH, 2007, pp.93-108, México. 8 5 Cabeza olmeca con pocitas Roca olmeca con pocitas labradas Sobre ella se esculpió una antorcha. San Lorenzo 6 Tenochtitlan, Veracruz. Roca con pocitas, San Lorenzo Tenochtitlan. Las pocitas también se utilizaron en instrumentos (nomon) para medir las posiciones del sol en el calendario de horizonte como ya lo ha reportado Broda y Galindo, el ejemplo más tácito lo tenemos en la estela de Cuicuilco, la cual tiene una pocita en su porción más alta 7 Estela (nomon) de Cuicuilco, D.F. Foto: Francisco Rivas castro 2008. muchas rocas labradas se asociaron a estructuras prehispánicas, en conjuntos de terrazas, no solo al cultivos de maíz, fríjol o calabaza, pues también se han registrado ejemplos cerca de lugares para la obtención de sal, como las estudiadas ampliamente por Hernández (1989;2008)9, por otro lado las encontramos formando un grupo o acompañados con otros pequeños diseños en piedra. 9 Hernández Rivero, José 1989 La maqueta prehispánica monolítica de Tejupilco. Melchor Ocampo, Tepotzotlan, México. 2008 “Descripción de las maquetas prehispánicas monolíticas de Tejupilco, Estado de México. Análisis de su contexto geográfico y representación ritual”. Archivo digital proporcionado por el Sr. José Ramírez del Archivo Técnico de Arqueología, con permiso del autor del estudio, México. 8 Escalinatas con pocitas labradas en su parte superior. Tejupilco, Estado de México. Foto: José Isabel Rivero Hernández, 2008. Función calendárica y astronómica. Como ya lo ha reportado Zimbrón “…En la parte más al sur del continente americano, en un sitio conocido como “El Encanto” en la Serena, Chile, hay un grupo de piedras planas en las cuales se esculpieron varias pocitas cónicas que se llenan con agua de lluvia y algunas están unidas por canalitos, en una de ellas, parece ser que algunos investigadores, identifican una cola de la constelación de Escorpión y la estrella del Sur...” (2008:400). En Perú, en el sitio conocido como Chavin de Huantar, la investigadora María Scholten (1982, Vol III: 23), menciona “la existencia de una roca, recuperada no hace mucho tiempo cerca de la esquina suroeste de la plaza Principal de Chavin. En ella se han tallado siete “pocitos”, de los cuales reproducimos una “foto aérea” tomada por Germán Costa. Si se habla de “siete”, y de cosas enigmáticas, ya que piensa en la posible relación de estos pocitos con las “siete cabrillas” nombre que daban los españoles a las Pléyades. Seguramente es por eso es que en el pueblo de Chavin llaman a esta roca: Choque 9 Chinchay, nombre que se utiliza para denominar a la constelación de las Pléyades.” (Zimbrón, 2008:400)10 Choque Chincay, Chavin de Huantar, Perú. Las rocas “pocitas” labradas como espejos para observar el firmamento en Perú y Colombia. Al igual que muchos elementos culturales que no se han comprendido su uso y simbolismo, se encuentran, “las piedras con tácitas tan difundidas en toda el área andina desde el territorio norcolombiano hasta el sur argentino, y cuya relación intrínseca con el agua aun no se ha esclarecido, existen propuestas distintas... como las de Raphael Girard...quién dice los indígenas las conciben como fuente de atracción mágica de la lluvia2, o como espejos con fines astronómicos ambas propuestas no son excluyentes, pero aun no están muy fundamentadas. Como lo dice Granda: “Es probable, a mí juicio, que existan las dos formas y algunas rocas con tácitas estuvieran ligadas a las rogativas o pedimentos de agua y otras mucho más elaboradas y ubicadas en sitios muy Rafael Zimbrón Romero, “Réplicas en miniatura del paisaje y pocitas talladas en piedra de Xochimilco y Milpa Alta. “La región sagrada de los Xochimilcas”. Tesis de maestría de Historia-Etnohistoria, Escuela Nacional de Antropología e Historia, SEP, México. 2 Granda nos dice que estas hipótesis “Pueden verse en el trabajo de Raphael Girard: Historia de las Civilizaciones Antiguas de América, T.II., pág. 76. Sin embargo, al consultar el texto citado, la numeración no corresponde con el volumen II de la edición de 1976. 10 10 estratégicos sirvieran de espejos para analizar el firmamento”(1998:12)11. En Sudamérica las pocitas de este tipo, también fueron talladas en las rocas denominadas como: Moyitas en el sitio arqueológico de Lavapatas ubicado en San Agustín, Colombia. También se localizan en rocas labradas de Sayhuite y Abancay, Perú. “Estas fuentes, compuestas por numerosos estanques o cisternas, cascadas, canalitos trazados en diversas direcciones y pocitos o “moyitas” en los bordes, a través de los cuáles corre el agua formando un conjunto de extraordinaria belleza, son pacchas talladas en las rocas…” En el oriente peruano, el utensilio sagrado o “cántaro” del agua, se le conoce con el nombre de paccha, o patcha que significa: Luna, chorro o arroyo de agua según Carrión (1955: 56 y 89) (citado por Zimbrón, 2008:390). Fuente y rocas labradas de Lavapatas, San Agustín, Colombia. 11 Osvaldo Granda Paz Mito y Arte Prehispánico en los Andes. Instituto Latinoamericano de Investigaciones Estéticas, Universidad de Nariño, Facultad de Artes, México, 1998. 11 Petrograbados de Lavapatas, Colombia. Rocas con moyitas y canal, Kenko, Perú. 12 Rocas con petrograbados y pocitas en la cuenca de México En el cerro del Cabrito, en la región periférica del santuario de la virgen de los Remedios, reportamos la existencia de un petrograbado que representa a la constelación de Xonecuilli –cuchillo curvo de obsidiana- que tal vez represente a la constelación de las siete cabrillas (Rivas Castro y Lechuga García, 2002:61-72)12. Esta misma constelación se representó en la orilla de la piedra del sol, junto con las Pléyades y la constelación de Mamalhuaztli, que tal vez represento al la constelación de Orión y el del Santa Cruz Acalpixcan, donde se represento asociada a aspectos nocturnos y con Venus como estrella que anunciaba también las lluvias para propiciar el surgimiento del maíz, la relación: Venus-lluvia-maíz ha sido ampliamente documentada en los trabajos del arqueoastrónomo Iván Sprajc (cfr. 1996)13. Petrograbado del cerro del Cabrito, Naucalpan, Estado de México. Francisco Rivas Castro y Carmen Lechuga García 2002 “Representación de una constelación en un petrograbado del cerro del Cabrito, Naucalpan, México”, en Iconografía mexicana III. Las representaciones de los astros. Colección científica, No. 442, pp. 61-72. Beatriz Barba de Piña Chan, Coordinadora, México. 13 Sprajc, Iván, 1996 Venus, lluvia y maíz: simbolismo y astronomía en la cosmovisión mesoamericana, México, INAH, Colección científica, 318. 12 13 Xonecuilli, petrograbado de Santa Cruz Acalpixcan, Xochimilco, D.F. En el cerro Moctezuma, ubicado en Naucalpan de Juárez, Estado de México, existe un gran petrograbado, donde posiblemente se representó a Venus, y la cuenta de 104 años (cfr. Rivas Castro, 1997)14. Petrograbado del cerro Moctezuma, Naucalpan, México. Foto: Fernando Botas Vera, 1998. Rivas Castro, Francisco, 1997a “Un petrograbado con posible significación astronómica en el Otoncalpulco, Naucalpan, Estado de México”, en Cuicuilco Revista de la Escuela nacional de Antropología e Historia, Nueva época, vol. 5, No 12, enero-abril, pp.109-126. 14 14 Estrella de mar, Xochicalco, Morelos, Museo de sitio. La iconografía a la que alude este petrograbado, refiere a otros ejemplos de Xochicalco, relacionados con estrellas de mar, emblemas de Venus en varios contextos gráficos contemporáneos, tales como el glifo de Venus de los dos personajes masculino y femenino, pintados en dos jambas de los templos rojos de Cacaxtla, donde se ve claramente la asociación de Venus con el escorpión. Pareja de Venus escorpión, Cacaxtla, Tlaxcala. 15 Es probable que también la cuenta de los numerales que se labraron en este ejemplo -52- por dos veces, haga alusión al ciclo sinódico de Venus de 104 años. Petrograbado de los gemelos, Bilbao, Santa Lucía Cotzumahuapa, Guatemala. (600 d.C) . Tomado de Duverger 15 En el cerro del Judío (antiguamente llamado Mazatepetl), de San Bernabé Ocotepec, en la región de Magdalena Contreras, también existen dos elementos que refieren a observaciones astronómicas: la doble voluta y el glífo de ilhuitl-el día- 15 Cristian Duverger Mesoamérica. Arte y Antropología. Bancos Inverlat y Scotiabank, México, impreso en Francia, 2000. 16 Glifo de Ilhuitl (el día), cerro del Judío, San Bernabé Ocotepec, D.F. El glífo del día Este glifo se designa en nahuatl con la palabra ilhuitl, traducido por Molina como: fiesta de guardar o cualquier día de la semana. El glífo se compone por dos volutas largas que terminan en círculo una en un sentido y la otra en sentido opuesto, lo cual denota movimiento constante. Vega Sosa explica que este símbolo es una variante más compleja de la doble espiral desdoblada, que dividida en dos secciones establece la relación del movimiento del sol y la tierra que generan el día y la noche (Vega Sosa, 1979)16 El glifo de la doble voluta. Sobre este glífo, Charles Ross, denomina a la doble espiral “la forma del año”, el considera lo anterior por unos petrograbados que localizó en el sitio de Fajado Butte, perteneciente a la cultura Chaco y que representa a los solsticios y equinoccios, por la siguiente información etnográfica Constanza Vega Sosa, 1979 “Analysis and interpretation of some glyphs of Aztec style vessels” en Simposio sobre problemas en la iconografía del arte mesoamericano Postclásico, XLIII Congreso Internacional de Americanistas. 16 17 “…The year Shape, Reversing its spiral from winter (left) to summer (right) and straightening around the beginning of spring. The difference in the curvature of the two spirals is drawn by the apparent seasonal drift of the sun and the change of speed of the earth in its orbit…”17 (Citado por Vega Sosa, 1984:156-157) Vega Sosa, a su vez también establece que este glífo de la doble espiral es la representación abstracta del movimiento que establece la relación del movimiento del sol y la tierra para generar el día y la noche (1984)18. Petrograbado de doble voluta, cerro del Judío, San Bernabé Ocotepec, D.F. Otro aspecto interesante de este sitio arqueológico, es que en el se labró una escultura en la roca madre, frente a las escalinatas del templo principal, este elemento alude a la relación que existe entre la tortuga y el jaguar como la superficie de la tierra, representada por la caparazón de este animal y las características del jaguar, ya que tiene cola y garras de jaguar. Sabemos que la piel de jaguar era una metáfora del cielo estrellado, por lo cual resulta interesante esta asociación iconográfica y simbólica. Frente a la escultura del jaguar-tortuga del cerro Mazatepetl, observe una pequeña pocita labrada, por su tamaño: 10 cm de diámetro, considero que sirvió como recipiente para colocar sangre de autosacrificio, o para verter otro líquido sagrado, como agua, o pulque, como ofrendas. Por otro lado, sacando los datos de la orientación de Charles Ross”Sun Light convergence, solar burn” in Arcahaeoastronomy, Vol, III, number I, pp.43. Constanza Vega Sosa “El curso del sol en los glífos de la cerámica Azteca tardía” en Estudios de Cultura Nahuatl, No. 17, UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, México, 1984.pp.125-170. 17 18 18 esta escultura, y utilizando la cronología del sitio, y utilizando un programa para desplegar el cielo hacia el año de 1500 d.C, efectivamente observamos la constelación de Orión que aparecía hacia principios de junio por el poniente del sitio arqueológico. Finalmente, cabe mencionar que es el 11 de junio precisamente cuando se venera al santo patrono en la región donde se ubica el cerro Maztepetl: San Bernabé Ocotepec. Evidentemente que existe una relación del culto al jaguar-tortuga con San Bernabé y la tortuga, una metáfora de la tierra, madre del maíz, con María Magdalena, otra santa patrona de la región, pues antiguamente se llamaba Santa María Magdalena Atlitlic, y la observación de la constelación de Orión que anunciaba la intensificación plena de las lluvias, lo que permitía que el maíz y las plantas útiles de las milpas pudieran madurar plenamente (Cfr. Rivas Castro) 19. Escultura del jaguar-tortuga del cerro Mazatepetl, D.F. 19 En el caso del cerro del Judío, antiguamente Mazatepetl, tenemos la presencia de una escultura monolítica labrada al frente de la estructura piramidal principal del sitio arqueológico (cfr.Rivas Castro, 2001 y 2005). “Descubrimiento de una escultura monolítica en el cerro Mazatepetl (El Judío), Magdalena Contreras, D.F”, noticia en Arqueología, segunda época No 28, pp. 131-135. Coordinación de Arqueología, INAH, México. 2001. “Sincretismo de la deidad ocelote-tortuga (prehispánica), con San Bernabé (colonial), Magdalena Contreras, D.F.”, en Arqueología y Antropología de las Religiones. Patricia Fournier y Walburga Whiesheu (Coordinadoras). CONACULTA-INAH, CONACYT, ENAH, México, pp. 93-114. 2005. 19 Pocita labrada bajo la cabeza de la escultura del jaguar-tortuga Del cerro del Judío (Mazatepetl), San Bernabé Ocotepec, D.F. Por otro lado, si observamos el dibujo de la roca con más pocitas del cerro Mazatepetl (ubicada atrás del montículo principal del sitio), encontramos cierta similitud con las estrellas del cinturón de Orión, quede como hipótesis de trabajo comprobar con observaciones directas en los espejos de agua que se formen en estas pocitas, una probable observación del cinturón de Orión en ellos, a principios de junio,. 20 Petrograbados de pocitas con canalitos, cerro del Judío. Dibujo de un conjunto de pocitas en una roca labrada del cerro del Judío, San Bernabé Ocotepec, D.F. Dibujo de Miguel Pérez Negrete, 2000. Algunas reflexiones de petrograbados y las estrellas Los anteriores ejemplos presentes en petrograbados de la cuenca de México nos indican que esos símbolos fueron parte importante de las prácticas de observación astronómica, pues se labraron en sitios específicos donde se observaban constelaciones y grandes astros como Venus o el cinturón de Orión. Estos elementos fueron de suma importancia para la vida cotidiana, y para los que ostentaban el conocimiento y el sacerdocio, pues indicaban eventos especiales para las prácticas agrícolas de temporal; así como para cultivar plantas útiles a los hombres. Existen más propuestas tales como las que indican que en los petrograbados se consignaron otros eventos importantes, tales como la explosión de supernovas (Flores Gutiérrez, 2008)20 y tal vez eclipses, que relacionaban con cambios radicales en la vida de los humanos y los animales, y que además, presagiaban hambrunas o desgracias por guerras y conquistas. Es interesante Daniel J Flores Gutierrez, 2008 “La supernova de 1054”, en Arqueología Mexicana, No. 89, Tlatelolco, su historia y Arqueología, enero-febrero de 2008, pp.14. CNCA-INAH, Editorial Raíces, México 20 21 mencionar que aún en los códices del temprano siglo XVI (el Telleriano Remensis por ejemplo), los tlacuilos seguían pintando cometas, eclipses y eventos astronómicos asociados a desplazamientos militares, a hambrunas y epidemias, por lo cual podemos inferir la importancia que tuvo para estos pueblos la observación astronómica asociada a la predicción y prevención de desastres. Otra posibilidad: pocitas sonoras Cuando fui a el sitio arqueológico de Peralta, Guanajuato, platicando con un anciano de 80 años me enseñó una roca con un pocito de unos 50 cm, que le llamaban "piedra campana", por el sonido que emite. Ese es un caso, y en el sitio arqueológico del cerro Xolotl la región de Tizayuca, Hidalgo, también existe otra "piedra campana", que según las historias del lugar se "tocaba" para anunciar peligros a la población desde la punta del cerro. Habría que explorar más ejemplos y posibilidades. 22