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Musulmán Es la persona cuyo credo religioso es el Islam. De muslim o muslima, “que se somete”, e implica la completa sumisión a la voluntad de Dios. Es aquel que se esfuerza por rendir a las órdenes de Dios cada paso de su camino, y no hay distinción hecha entre la vida cotidiana, la religión y/o la política. Llamar a musulmanes, mahometanos, es considerado incorrecto porque sugiere un culto al profeta Mahoma, contrariamente a los principios del mismo Islam. Los musulmanes consideran a Mahoma y Jesús como profetas de Dios. La tradición enseña que a Mahoma se le apareció el ángel Gabriel quien le ordenó predicar la religión de Alá. Todo empieza después de la muerte de Mahoma en 632 d. C. La filosofía musulmana temprana es ampliamente acreditada como el puente entre la civilización greco-romana y los europeos del Renacimiento. Lo que los europeos llaman la "Época Oscura" fue de hecho la época dorada para musulmanes y el Islam, que se extendió rápidamente a través de Asia hasta China en sus primeras décadas de existencia, y luego más lentamente a África e Indonesia. Durante ese tiempo el principal idioma de la religión y la ciencia para todos los musulmanes fue el árabe y para muchos fue también el idioma de la vida diaria. Los pilares del Islam Constituyen los preceptos fundamentales obligatorios para todos los musulmanes. Son: 1. La profesión de fe 2. La oración 3. La limosna 4. El ayuno 5. La peregrinación a La Meca La profesión de fe (Shahada) La Shahada o profesión de fe, es el primero y más importante de los pilares del Islam. Condensa lo esencial de la doctrina islámica en la breve frase, no hay más divinidad que Dios y Mahoma es el mensajero de Dios, traducida a menudo al castellano erróneamente como: no hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta, lema del Islam que aparece en multitud de motivos decorativos, enseñas y banderas, como por ejemplo la de Arabia Saudita. La profesión de fe propiamente dicha, la fórmula ritual mediante la que una persona profesa su adhesión al Islam es una frase algo más larga, pronunciada siempre en árabe, que incluye la anterior y dice: “Doy fe de que no hay más divinidad que Dios y Mahoma es el mensajero de Dios”. Mediante esta fórmula el musulmán proclama la unidad y la unicidad divinas. La unidad, porque declara que hay una única divinidad. La unicidad, porque declara que dicha divinidad es esencialmente una, es decir, que no tiene asociadas otras figuras divinas. La unidad divina marca la distancia respecto al politeísmo, mayoritario en la Arabia preislámica pero presente para muchos musulmanes también en el cristianismo a través del culto a los santos, mientras que el concepto de unicidad, que es central en el Islam, marca la distancia respecto a creencias como el de la Trinidad cristiana. Esta afirmación acompaña a los musulmanes durante toda su vida. Se susurra al oído de los recién nacidos, y a los moribundos se les ayuda a pronunciarla. El dedo índice apuntando al cielo es el gesto que acompaña o incluso sustituye a la shahada. La creencia sincera en ella basta para ser considerado musulmán. Su pronunciación ante testigos, tras una ablución, constituye todo el ritual necesario para convertirse al Islam. Sin embargo, de acuerdo con la doctrina islámica, por sí sola no basta para conducir al creyente al Paraíso, para ello es necesario el cumplimiento de las obligaciones de los otros cuatro pilares. La oración (Salah) La oración, plegaria o acto de devoción, es el segundo pilar del Islam. Cada musulmán debe rezar cinco veces al día en dirección a La Meca. Antes de rezar, el musulmán debe efectuar las abluciones. La menor, que es la habitual, consiste en el lavado de cara, manos, cabeza y pies. La mayor, requerida en algunos casos, consiste en el lavado completo del cuerpo. Las mezquitas tienen un lugar, generalmente un patio, donde realizar este lavado ritual. En caso de no disponer de agua, puede practicarse la llamada ablución seca, frotándose con arena limpia. No es necesario efectuar el rezo en la mezquita, pues el Islam considera toda la tierra igualmente sagrada. Se acude a la mezquita cuando se quiere realizar la oración colectivamente, sobre todo los viernes y en determinadas fechas señaladas. Para rezar los musulmanes se descalzan y, sobre todo fuera de las mezquitas, se sitúan sobre una alfombrilla especial o un trozo de tela u otro material que la sustituya. La oración se hace en dirección a La Meca, centro espiritual del Islam, y dentro de ésta hacia la Kaaba, templete situado en el centro de la mezquita mayor de la ciudad. La dirección hacia la cual se mira al rezar se llama: al qibla, palabra que en castellano generó alquibla. En las mezquitas una hornacina indica la dirección de la alquibla, y fuera de ésta el creyente tiene que buscar la dirección aproximada guiándose por los puntos cardinales. En los primeros tiempos del Islam, todavía en vida de Mahoma, se rezaba mirando hacia Jerusalén. La oración consiste en la recitación de determinadas fórmulas y versículos del Corán, acompañada de una serie de inclinaciones. A continuación se describen las oraciones diarias, con las indicaciones tradicionales para saber cuándo deben hacerse. La mayoría de los musulmanes se guían por las llamadas a la oración que se hacen desde las mezquitas. Suelen editarse también calendarios que indican las horas propicias para efectuar las oraciones cada día del año en función del lugar donde el musulmán se encuentre. 1. Oración del alba: se hace en el momento de transición entre la noche y el día. 2. Oración del mediodía: se hace antes de que el sol haya recorrido la mitad del camino que separa el cénit del poniente. 3. Oración de la tarde: en la segunda mitad de la tarde. Se toma como referencia el color del sol, debe hacerse antes de que el astro adquiera un tono anaranjado. 4. Oración de la puesta de sol: poco después del ocaso. 5. Oración de la noche: durante la noche cerrada, al menos una hora y media después de la puesta de sol. La limosna (Azaque) La limosna o azaque, probidad, es el tercer pilar del Islam. El Corán se refiere a ella en más de 80 ocasiones. Los musulmanes deben dar cada año una limosna a las personas más pobres de su comunidad, empezando por familiares y vecinos. El montante del azaque se establece idealmente en una cuarentava parte de los ahorros (2, 5%) siempre y cuando éstos superen determinada cantidad, y del 10 al 20% de la producción para los agricultores. La limosna puede hacerse en dinero y especies: no sólo las rentas económicas, sino también ganado, mercancías, minerales extraídos, frutos y cereales. Las finalidades de la limosna son limitar la acumulación de riquezas, purificar el alma de la avaricia y la codicia, ayudar a los pobres y necesitados, crear espíritu de comunidad y ayudar a la creación de obras de utilidad pública como escuelas u hospitales. Los beneficiarios de la limosna son, en primer lugar, las personas incapaces de asegurar su subsistencia. También se benefician los recaudadores de la propia limosna, por el trabajo realizado; las personas convertidas recientemente al Islam, sobre todo si tienen cierta influencia en su entorno; las personas endeudadas incapaces de hacer frente a sus deudas; los musulmanes que están lejos de sus hogares y no tienen medios para volver y, cuando existía la esclavitud, los esclavos, pues con la limosna se compraba su libertad. El ayuno (Sawm) El ayuno o sawm del mes de ramadán, es el cuarto pilar del Islam y una de las características del Islam más conocidas entre los no musulmanes. La palabra ramadán designa, fuera de la lengua árabe, más el propio ayuno que el mes. El ayuno se recomienda durante otros momentos del año, pero durante el ramadán es estrictamente obligatorio para todo el que pueda realizarlo. Se efectúa durante todos los días del mes desde la salida hasta la puesta de sol. Modifica sensiblemente la vida de los musulmanes mientras dura: se vive más de noche y la gente se junta para compartir la ruptura del ayuno. Muchos emigrantes musulmanes vuelven a sus países de origen para ayunar con los suyos, en parte porque consideran que el ayuno es más duro si se está en un medio no musulmán. También cambia la alimentación y se preparan alimentos específicos de gran aporte energético. Tiene siete condiciones: 1. Estar atento al comienzo del mes siguiendo las fases de la luna. Ramadán empieza con el noveno cuarto creciente del año, y hay que procurar verlo en su primera noche. El mes que precede a ramadán es shaabán. Si la noche del 29 es nublada y no se puede saber si ha aparecido o no la luna de ramadán, y lo relevante es verla, se considera que el shaabán cumple su día número 30 y se empieza a ayunar el día siguiente, que será necesariamente primero de ramadán porque ningún mes lunar puede tener más de 30 días. Quien no haya visto personalmente la luna, pero le confirma su salida alguien digno de confianza que haya sido testigo de la aparición del creciente, está obligado a ayunar al día siguiente. Si la luna se ve en una región y no en otra que le sea colindante y lo bastante próxima como para tener conocimiento del hecho, el ayuno es obligatorio en ambas. Si la otra región es lejana, cada país tiene su propia luna. 2. La intención. El musulmán debe hacer un acto de intención la primera noche que precede al ayuno, cada noche según los más exigentes, para hacer válido el ayuno. La intención consiste en que tome claramente la decisión de ayunar al día siguiente, o el resto del mes según los que no exigen una intención diaria, cumpliendo con la obligación de guardar ramadán. La intención debe ser concreta, no basta con decidir ayunar, sino cumplir estrictamente con el ritual del ayuno de ramadán. 3. Abstenerse de hacer llegar algo a propósito al estómago sabiendo que se está en ayunas. Ingerir algo, sólido o líquido. Como beber y fumar se dicen igual en árabe, se entiende que la abstención incluye el tabaco. Si no es intencional o se hace por olvido, no anulan la validez del ayuno. Hay que estar pendiente del momento exacto en que comienza el ayuno cada día para no ingerir nada en la barrera que separa el tiempo de comer y el tiempo de ayunar, así como al final con la puesta del sol para no romper el ayuno antes de su momento exacto, pues ello anula su validez. 4. Abstención de relaciones sexuales. Se refiere a la penetración, aunque no haya placer sexual ni eyaculación. Si la relación sexual tiene lugar durante la noche y se amanece sin haber hecho antes la ablución mayor, el estado del que deriva de haber mantenido relaciones sexuales, no anula la validez del ayuno. 5. Abstención de masturbación. Provocar una eyaculación durante el día anula la validez del ayuno. 6. Abstenerse de provocarse vómitos, no premeditado no anula el ayuno, si bien se debe procurar expulsarlo bien, evitando volver a tragarlo. Tragar mucosidades que generen pulmones o garganta no anula el ayuno, porque es prácticamente inevitable. 7. No agredir tanto verbalmente como físicamente al prójimo. Están exentos de cumplir con el ayuno los enfermos, los viajeros y las embarazadas. La peregrinación a La Meca (Hajj) El hajg o hayy, es el quinto pilar del Islam. El musulmán debe peregrinar al menos una vez en la vida a la ciudad de La Meca, siempre y cuando tenga los medios económicos y las condiciones de salud necesarias. Se realiza durante el mes de la peregrinación, duodécimo del calendario musulmán. Existen peregrinaciones menores que pueden hacerse en otros momentos. El ritual de la peregrinación varía ligeramente según se viva en la región de La Meca o se venga de fuera, particularmente el de la sacralización, que se hacen a la entrada del territorio sagrado. También las escuelas jurídicas del Islam marcan sus propios matices. En términos generales, dura cinco días. Tras una primera visita a la Mezquita Al-Haram, donde se circunvala la Kaaba y se bebe agua del Pozo de Zamzam, los peregrinos se dirigen a la localidad de Mina, a las afueras de la ciudad. El día siguiente parten hacia el monte Arafat, a 20 Km. de La Meca, y el tercer día vuelven a Mina. De Mina se regresa a La Meca, pasando antes por un lugar donde se realiza el conocido ritual de apedrear tres pilares de mampostería que representan al Diablo. El resto de rituales se realizan de nuevo en la ciudad santa. A menudo los peregrinos aprovechan la peregrinación para hacer a continuación una visita a la ciudad de Medina, donde están enterrados Mahoma y otros fundadores del Islam. Quienes han realizado la peregrinación pueden usar el tratamiento honorífico de peregrino, antepuesto al nombre. Calendario musulmán El calendario musulmán es un calendario lunar. Se basa en ciclos lunares de 30 años, 360 lunaciones, de tradición sumeria. Los 30 años del ciclo se dividen en 19 años de 354 días y 11 años de 355 días. Los años de 354 días se llaman años simples y se dividen en seis meses de 30 días y otros seis meses de 29 días. Los años de 355 días se llaman intercalares y se dividen en siete meses de 30 días y otros cinco de 29 días. Años y meses van alternándose. Es decir, cada 33 años musulmanes equivalen a 32 años cristianos. Las intercalaciones se hacen añadiendo un día al final del mes de du l-hiyya en los años 2º, 5º, 7º, 10º, 13º, 16º, 18º, 21º, 24º, 26º y 29º de cada ciclo de 30 años. El origen de este calendario es la del inicio de la Hégira, que en el calendario gregoriano correspondería al 16 de julio de 622. Hégira En árabe hiyra, indica la migración o traslado de Mahoma y la primera comunidad de musulmanes de La Meca a Medina, ocurrida en 622 de la era cristiana. Dicho evento marca en el mundo islámico el año primero. Los musulmanes toman desde el año 632 d. C. el primer día del año lunar en el que se produjo, 16/07/622, como referencia para su calendario. El término, por extensión, se aplica a cualquier fuga o emigración semejante. En el año 639 d. C., el califa Umar señaló el año de la Hégira como el primero de la era musulmana, en consecuencia, el 622 d. C. se convirtió en el año uno de la Hégira, en el calendario musulmán. Dado que el calendario musulmán cuenta por años lunares de 354 días, 8h, 48m y 38 s, 33 años suyos equivalen a 32 años solares y 4 días, 18h y 48m. Sin embargo, intercala también 11 años de 355 días en cada ciclo de 30 años. La conversión de los años musulmanes a la era cristiana se realiza sumando 621, si el año de la hégira no pasa de 32. Si pasa de 32, se le divide por 33, se resta el cociente al año dado y se le suma 622 al resultado. Para la conversión inversa, cuando el año sea menor de 641, se restará 621; si está entre el 641 y 653 se restará 620, y si pasa de 653, se restará 621, dividiendo el resultado por 33 y añadiendo al cociente el dividendo obtendremos el año de la Hégira, o alguna vez el siguiente. Existen tablas de correspondencia de años, pero para un cálculo rápido y aproximado sirven las siguientes fórmulas: Para pasar del año musulmán al cristiano G = H + 622 – (H/33). Para pasar del año cristiano al musulmán H = G – 622 + (G - 622)/31. Donde: G = año cristiano (gregoriano) H = año musulmán (hégira) Estas fórmulas sirven para establecer la correspondencia de años musulmanes y cristianos de una manera aproximada. Para establecer la correspondencia de una fecha concreta la cosa es casi imposible, e incluso los historiadores admiten un error de un día más o menos. La causa de este desfase es que el inicio y el fin de cada mes, se regula según el ciclo lunar observable, lo que lleva a introducir un día de más cuando las observaciones no coinciden con el cálculo teórico. Los días de la semana son siete: El primero, al-ahad, domingo; el segundo, al-ithnayn, lunes; el tercero, al-thalatha, martes; el cuarto, al-arba a, miércoles; el quinto, al-jamis, jueves; la reunión, al-yuma, viernes, es el día festivo y se realiza la oración colectiva en mezquita; el séptimo o el sabat, al-sabat, sábado. Los meses del año son doce: Muharram, Safar, Rabi al-Aw wal, Rabi ath-Thani, Yumada l-Üla, Yumada l-Akhira, Rayab, Shaabán, Ramadán, Shawwal, Du l-Qa'da, y Du l-Hiyya El día comienza con la caída del sol, y el mes comienza unos dos días después de la luna nueva, cuando comienza a verse el creciente lunar. Si consideramos la diferencia de días entre el calendario lunar y el solar, y el hecho de comenzar el año en fechas diferentes, nos daremos cuenta de la dificultad de establecer una correspondencia entre el calendario musulmán y el cristiano. Grupos de la comunidad islámica Sunismo (80%) Según Escuelas Según Tradición Madhab Teológica Kalam Hanafi Mutazilah Maliki Ashariyyah Shafii Maturidiyyah Hanbali Athariyyah Chiísmo (15%) Según sucesión de Según carácter de los Imames los Imames Imamíes Zaydíes Alawitas Intermedios Zaydíes Ghulat Ismailíes Grupos periféricos Drusos Alevíes Jariyismo (5%) Grupo minoritario actualmente sólo hay Ibadíes Anteriormente Omeyas Abbasíes Sunismo (Suníes o sunitas) Los suníes o sunitas, son el grupo musulmán mayoritario en la comunidad islámica mundial. La tercera de las religiones monoteístas del mundo tiene su origen en el año 610 DC en Arabia con la revelación a Mahoma por parte del Arcángel Gabriel en el monte Hira. La revelación es reproducida en versos denominados aleyas, los cuales se conjuntan en capítulos llamados suras, lo cual da forma a lo que conocemos como el texto sagrado del Corán. Muerto el profeta Mahoma en el 632 DC., sus seguidores comenzaron a cuestionar cuál sería su sucesor. Alí, primo y yerno de Mahoma, además de padre de sus nietos, reclamó sus derechos sucesorios y fue elegido cuarto califa, aunque no por unanimidad y se encontró con una oposición virulenta encabezada por Muawiya miembro del clan Omeya y gobernador de Siria. Esta oposición derivó en la batalla de Siffin en el año 661 DC, donde Alí fue derrotado, quedando a Muawiya como nuevo califa. Este conflicto dio origen a los grupos más importantes dentro del Islam: 1. Suníes o sunitas 2. Chiíes o chiitas 3. Jariyíes o jariyitas Los suníes, que representan entre el ochenta y el noventa por ciento de todos los musulmanes, consideran que la sucesión de Mahoma corresponde a un árabe miembro de la tribu de Quraish, de la que procedía Mahoma. El nombre Suní vino desde Sunna, “palabras y acciones”, “manera o ejemplo”, “pueblo del ejemplo de Mahoma y de la comunidad.” En cambio los chiíes, que suponen aproximadamente el diez por ciento de los musulmanes, consideran que Alí fue el iniciador de la línea sucesoria de Mahoma, el Shiat Ali o partido de Ali. Los chiíes consideran que los califas posteriores a la muerte de Alí han sido usurpadores. Los jariyíes pensaban que la dignidad califal emana de la comunidad, que debe elegir libremente al más digno "aunque sea un esclavo negro". Los suníes reciben su nombre debido a la importancia que dan a la Sunna, colección de dichos y hechos atribuidos a Mahoma y transmitidos en forma oral. O sea que no sólo se basan en el Corán sino también en la Sunna, lo cual permite adaptar el Corán a las exigencias de la época. Escuelas de ley islámica sunita (Madhab) Un Madhab es una forma tradicional de interpretar la ley islámica. Las escuelas fueron iniciadas por eminentes estudiosos musulmanes en los cuatro primeros siglos del Islam. La mayoría de los suníes creen que no existe nadie con vida con la estatura de los fundadores de los cuatro Madhabs. Consideran que los estudiosos contemporáneos pueden hacer comentarios sobre las tradiciones, pero ellos no pueden empezar una nueva escuela, esta creencia se conoce como "el cierre de la verja". Una Madhab no debe ser confundida con una secta. Algunos suníes consideran que se debe elegir una Madhab y seguirla, otros consideran que es aceptable mezclarlas: Hanafi: basada en trabajo de Abu Hanifa (699-767) de procedencia iraní. Es una de las ramas más tolerante y flexible. Admite la analogía como fuente del Derecho. Maliki: fundada por Malik ibn Anas Ibn Shafi (714-796) un jurista de la ciudad de Medina, Escuela de Medina, bastante rigorista, que no obstante, acepta los hechos ocurridos en tiempos del Profeta e interpretados por el mismo. Shafii: fundada por Shafii (767-820), un alumno de Malik. Otra de las escuelas más abierta o menos rígida. Fundó la jurisprudencia religiosa y admite el razonamiento analógico y el consenso, como fuentes del derecho. Hanbali: fundada por Ahmad bin Hanbal (780-855), alumno de Shafii. Se considera la escuela más rigurosa. Para ellos, el Corán y la Sunna son Ley. Esta escuela jurídica no los considera únicamente una fuente del derecho. Abogan por una interpretación y aplicación literal del Islam. En Arabia Saudí es escuela jurídica oficial, tomando la forma más rigurosa del wahabismo. No acepta la analogía ni la interpretación lógica. Tradición teológica sunita (Kalam) Algunos estudiosos islámicos enfrentaron preguntas que ellos sentían no estaban contestadas específicamente por el Corán, sobre todo preguntas respecto de cuestiones filosóficas como la naturaleza de Dios, la posibilidad del libre albedrío o la existencia eterna del Corán. Se desarrollaron varias escuelas de teología y filosofía para contestar estas preguntas: Mutazilah: establecida en Irak por Wasil bin 'Ata (699-749), estudiante distinguido de Hasan al-Basri (642-728). No cuenta con seguidores actualmente entre los suníes, aunque sus textos se leen y conservan como fuente importante para entender la historia de la teología suní. Ashariyyah: fundada por Abu al-Hasan al-Ash'ari (874–936). Es la teología dominante, enfatiza la revelación divina por encima de la razón humana. Las órdenes de Dios, reveladas a través del Corán, la práctica de Mahoma y las Sunnas, son la fuente de toda moralidad. Maturidiyyah: fundada por Abu Mansur al-Maturidi (944). Sostienen que la existencia de Dios puede demostrarse mediante el uso de la razón. Athariyyah: no tiene un fundador específico pero el Imán Ahmad ibn Hanbal jugó un rol histórico en mantener esta escuela con vida, sostiene que Dios es tal cual se describe a sí mismo en el Corán y las Sunnas. Cuadro de los primeros Imames chiíes Al-Hanafiyya 4. Muhammad al-Hanafiyya (700) (Ocultación) Kayssaníes 5. Muhammad al-Báqir (791) 1. Alí (661) Fátima (633) esposa 3. Husain (680) 2. Hasan (669) 4. Ali Zayn al-Abidin (712) Zayd ibn al-Hasan 5. Zayd ibn Ali (740) Zaydíes 6. Ya'far as-Sádiq (765) 7. Ismail ibn Ya'far as-Sádiq (760) Ismailíes 7. Musa al-Kázim (799) 8. Ali ar-Rida (818) 9. Muhammad al-Yawad (839) 10. Ali al-Hadi (868) 11. Hasan al-Askarî (874) 12. Muhammad al-Mahdi (???) (Ocultación) Duodecimanos 12. Ibn Nuzayr Alawitas (Ocultación) Drusos 20. Nizar Nizaríes 21. Hadi 22. Muhtadi 23. Al-Azikri Salam 8. Muhammad al-Maktum (813) (Ocultación) 9. Abd Allah al-Wafi (828) (Ocultación) 10. Muhammad at-Taqi (840) (Ocultación) 11. Abd Allah ar-Radi (881) (Ocultación) Cármatas 12. Ubayd Allah al-Mahdi (934) Fatimíes 13. Al-Qaim (946) 14. Al-Mansur (952) 15. Al-Muizz li-Din Allah (975) 16. Al-Aziz bi-llah (996) 17. Al-Hakim bi-Amr Allah (1021) 18. Az-Zahir (1036) 19. Al-Mustansir bi-llah (1094) 20. Mustali (1101) Mustalíes 21. Amir (1130) 22. Abu l-Qásim at-Tayyib (1142) (Ocultación) … y continua. Chiísmo (Chiíes o chiítas) Constituye una de las principales ramas del Islam, junto a sunismo y el jariyismo. Chía significa asociado, facción, partido o seguidor. Viene de la expresión partido, facción o seguidor de Alí. Cuando Mahoma murió en el año 632 no se había habilitado ningún modo de decidir quién tenía que sucederle, recurriéndose finalmente a un sistema tradicional de elección entre notables. Quienes tomaron partido por Alí, primo y yerno de Mahoma, consideraron que él era el único sucesor legítimo ya que había sido la persona más cercana a Mahoma. Así, se negaron a reconocer a los notables sucesivamente elegidos para desempeñar el papel de califas o sucesores del profeta: Abu Bakr, Omar y Otmán. Tras la muerte de este último, Alí será finalmente elegido califa. Sin embargo, acusado de haber instigado la muerte de su predecesor, su poder será cuestionado por Muawiya, gobernador de Siria y miembro de la familia de los Omeyas, iniciándose así una guerra civil entre ambas facciones. Cuando ambos líderes aceptaron en el campo de batalla de Siffín someter sus diferencias al dictamen de un árbitro independiente, de las filas de Alí surgirá una tercera facción, la de los jariyíes, que no aceptaban el arbitraje. Esta facción asesinó a Alí en el 661, y el mismo día trataron de acabar también con Muawiya y con el árbitro, sin lograrlo. Los partidarios de Alí pusieron entonces sus esperanzas en su hijo Hasan, que renunció al poder, y luego en Husain. Éste instigará una rebelión contra el poder omeya. Su terrible muerte en el campo de Batalla de Karbala (Irak), en 680, marcará el principio del cisma entre los chiíes y aquellos a quienes se llamará más tarde suníes. El destino trágico de Husain sacudió a una parte de los musulmanes y provocó una determinación de combatir hasta el fin por un ideal de poder considerado justo y respetuoso con los fundamentos del Islam. El martirio de Husain, hito fundamental del chiísmo, que lo conmemora todos los años con procesiones de penitentes, se convierte en símbolo de la lucha contra la injusticia. Los descendientes de Husain, dirigentes o imames de la comunidad dado el carácter hereditario atribuido por ésta a la sucesión, tuvieron todos un destino trágico de cárcel y muerte. El poder temporal planteaba pues un problema, que se solucionó gracias al fenómeno de la ocultación. El séptimo imam, desapareció y una parte de la comunidad consideró que se había ocultado por medios sobrenaturales pero que seguiría vivo hasta su regreso al final de los tiempos, con lo cual no podía sucederle nadie. Así pusieron fin a la cuestión, lo que permitió un acatamiento formal del poder político imperante. Los chiíes que creyeron en esa ocultación fueron llamados en lo sucesivo Septimanos o Ismailíes, por el número del imam desaparecido o por el nombre del imam, Ismail. El resto de la comunidad, mayoritario, consideró muerto a Ismail y siguió reconociendo como imames a sus descendientes, razón por la cual fueron llamados imamíes. Sin embargo, acabaron reconociendo su propio fenómeno de ocultación: el duodécimo imam, según la creencia de este grupo, se escapó de la cárcel por medios sobrenaturales y desapareció en el año 874. A los imamíes se les llamará desde entonces también duodecimanos. La existencia del Imam Oculto da una fuerte dimensión esotérica al chiísmo. Particularidades doctrinales chiítas En tanto que musulmanes, los chiíes reconocen los cinco pilares del Islam, el Corán, la Sunna, y siguen la Sunna a través de la familia de Mahoma, y en general el culto no se diferencia externamente de otras ramas del Islam. Las particularidades doctrinales más importantes son: el imamato, el esoterismo y el clero. El imamato La figura del imam, en este caso, se refiere al jefe supremo de la comunidad (equivalente al califa) y no al sentido habitual de guía o director de oración de una mezquita (que es el que hay que entender cuando se habla por ejemplo del imam Jomeini). Para los chiíes, Dios no puede admitir que el hombre camine hacia su perdición, por ello envió a los profetas para guiarle. La muerte de Mahoma, sin embargo, puso fin al ciclo profético según la creencia general del Islam. Ya que no hay profetas, es necesario un garante espiritual de la conducta humana, que sea al mismo tiempo prueba de la veracidad de la religión y guía de la comunidad: el imam. Éste debe reunir una serie de características que le hagan ser el hombre más perfecto de su tiempo: versado en la religión, justo, desprovisto de defectos. Además, tiene cierta investidura sobrenatural otorgada por el profeta y por el imam precedente. El imam es infalible. El imam debe ser descendiente directo de Mahoma, Husein, el primer imam, era hijo de Ali y de una de las hijas del profeta, Fátima. Esta reivindicación, que en su origen tenía un carácter político, adquirió con el tiempo una importante dimensión teológica. El imanato encarna a la vez los poderes espiritual y terrenal. Sin embargo, dado que el imam está oculto, los miembros de la comunidad son libres de adoptar la actitud que deseen respecto al poder terrenal existente. El esoterismo El chiísmo considera que el Corán tiene un mensaje literal, interpretable por cualquier musulmán, que es válido. Sin embargo, ese mensaje literal o exotérico es a su vez un mensaje cifrado o esotérico que oculta conocimientos que sólo son interpretables por ciertos iniciados. Hay facciones chiíes que sostienen que dicho mensaje esotérico es a su vez metáfora de un tercer mensaje, más oculto aún, y así hasta siete niveles de esoterismo. El mensaje último en cualquier caso es conocido sólo por el imam. El esoterismo, especialmente fuerte en el caso de Ismailíes, no tiene como tal repercusiones prácticas para la mayoría de los fieles, que se limitan a seguir el mensaje literal del Corán, pero está muy relacionado con la institución del imamato y con la existencia del clero y marca distancias con el Islam mayoritario, que considera que cualquier creyente puede ser su propio intérprete del mensaje divino. El origen del esoterismo chií hay que buscarlo en la expansión inicial del chiísmo por Irán y la región de Sham, donde habría adquirido características de las creencias preexistentes, en concreto de la filosofía neoplatónica y del mazdeísmo. Los supuestos mensajes ocultos estudiados por los iniciados tienen muchas características comunes con ellas. El clero Está muy relacionado con el esoterismo y el imamato. Dado que existe un mensaje invisible y dado que quien lo conoce sigue vivo pero está oculto, es necesario un cuerpo de intérpretes capaces de captar los signos enviados por el imam desde su ocultación. Podría decirse también que como el guía espiritual sigue vivo, la doctrina no está completamente cerrada. Los intérpretes son los ulemas, más frecuentemente llamados mulás, organizados jerárquicamente según su grado de iniciación. Divisiones chiítas Las diferencias en torno a la sucesión de ciertos imames son en buena medida el origen de la formación de varios grupos dentro del chiísmo; la sucesión del quinto llevó a la separación de los zaydíes y la del séptimo a los ismailíes, que a su vez se dividieron por la sucesión del califa fatimí al-Mustansir. La mayoría de los chiíes se encuadran en cuatro grandes grupos: 1. Imamíes o duodecimanos, mayoría 2. Alawitas también duodecimanos 3. Zaydíes 4. Ismailíes A ellos hay que añadir ciertos cultos situados en la periferia del Islam, es decir, que surgieron del chiísmo o de las ramas anteriores, o que mezclaron ideas musulmanas y de otras religiones, pero que no siempre son considerados musulmanes. Los más destacados son: 1. Drusos 2. Alevíes Desde el punto de vista del carácter de los imames se dividirían en: 1. Zaydíes (El Imam es sólo un líder) 2. Intermedios (El Imam es hereditario y guiado por Dios) mayoría 3. Ghulat (El Imam es manifestación de Dios) considerados no musulmanes Los chiíes constituyen hoy entre un 10 y un 15% de los musulmanes. Son mayoritarios en Irán, Azerbaiyán, Irak, Bahréin y el sur del Líbano, y existen minorías chiíes en otros lugares, especialmente en Siria, Afganistán y Pakistán. El chiísmo septimano existe en la India, Pakistán, Siria y Yemen. Los drusos se encuentran sobre todo en la región situada entre el sur del Líbano, los altos del Golán y el norte de Israel. Los zaydíes se encuentran principalmente en Yemen. Los alevíes son bastante numerosos en Siria. La familia del jefe de Estado sirio pertenece a esta confesión. Los alevíes se encuentran en el centro y este de Turquía. Jariyismo (Jariyíes o jariyitas) Los jariyíes o jariyitas son una de las tres ramas del Islam, junto a chiíes y sunníes. La palabra jariyí significa "el que se sale", en referencia a la deserción que protagonizaron en el año 657 cuando abandonaron el bando de Ali Ibn Abi Talib, al aceptar éste en el campo de batalla de Siffín un arbitraje entre él y su adversario, el omeya Muawiya. A diferencia de sunníes, que consideraban que el califa debía ser un árabe miembro de la tribu de Quraish, y de chiíes, que consideraban que debía ser Ali o un descendiente directo suyo, los jariyíes pensaban que la dignidad califal emana de la comunidad, que debe elegir libremente al más digno "aunque sea un esclavo negro". Defienden también que sin rectitud en el obrar no existe verdadera fe. El musulmán que se aparta de la ley deja de ser musulmán, y si es califa debe ser destituido. Los jariyíes provocaron grandes rebeliones contra los omeyas, debilitándoles y facilitando su sustitución por la dinastía de los abbasíes. Fue un jariyí quien asesinó a Ali en el año 661. Su rigor en lo que al cumplimiento de los preceptos del Islam se refiere tiene como contrapunto una gran tolerancia hacia las otras religiones. Los jariyíes fueron en su momento un grupo importante cualitativa y cuantitativamente. Después se dividieron en numerosas sectas. Hoy en día los pocos jariyíes que quedan pertenecen a la secta de los ibadíes y viven en el sultanato de Omán, en Zanzíbar y en algunos islotes del Magreb.