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Página 1 de 17 The Need for a New Medical Model: A Challenge for biomedicine La necesidad de un nuevo modelo médico: Un desafío para la biomedicina Science. 196; 4286: p: 129 – 136. 8 Abril 1977 Está formado por 36 extensos párrafos, divididos en 10 Apartados: [0 Introducción] Párrafos 1 y 2 I Las dos posiciones Párrafos 3 a 5 II El modelo Biomédico Párrafos 6 a 9 III Orígenes históricos del reduccionismo del modelo biomédico Párrafos 10 a 13 IV Los requerimientos de un nuevo modelo médico Párrafos 14 a 19 V Las ventajas de un modelo Biopsicosocial Párrafos 20 a 22 VI ¿Cuándo es sufrimiento la enfermedad? Párrafos 23 a 26 VII Un desafío para ambos: medicina y psiquiatría Párrafos 27 a 30 VIII Perspectiva desde la Teoría General de Sistemas Párrafo 31 IX La Biomedicina como ciencia y como dogma Página 2 de 17 Párrafos 32 a 34 X Resumen Párrafo 35 Página 3 de 17 La necesidad de un nuevo modelo médico: un desafío para la biomedicina. Por George L. Engel [0 Introducción] Párrafo 0 - 1 Traducción En una conferencia reciente sobre la educación psiquiátrica, muchos psiquiatras parecían decir a la medicina, “Por favor, déjenos ir tras ustedes y no nos desviaremos nunca más del 'modelo médico'” Ya que, como un psiquiatra crítico dijo: “ La psiquiatría ha llegado a ser una mezcla de opciones poco científicas, de filosofías clasificadas y de ' escuelas del pensamiento ', de metáforas, de la difusión de roles, de la propaganda, y del politiqueo mezclado con la ' salud mental ' y otras metas esotéricas”. En contraste, el resto de medicina aparece limpio y ordenado. Tiene una base firme en las ciencias biológicas, dirige enormes recursos tecnológicos y un expediente asombroso de éxitos en el esclarecimiento de los mecanismos de la enfermedad e de la invención de nuevos tratamientos. Pareciera que la psiquiatría haría bien emulando a sus disciplinas médicas hermanas abrazando de una vez por todas el modelo médico de enfermedad. [0 Introducción] Párrafo 0 - 2 Traducción Pero no acepto tal premisa. Más bien afirmo que toda la medicina está en crisis y, además, que la crisis de la medicina deriva del mismo defecto Página 4 de 17 básico que la psiquiatría, a saber, la adherencia a un modelo de enfermedad que ya no es el más adecuado para las tareas científicas y las responsabilidades sociales de la medicina o de la psiquiatría. La importancia de cómo los médicos conceptúan la enfermedad deriva de cómo tales conceptos determinan lo que se consideran los límites apropiados de la responsabilidad profesional y cómo influyen en las actitudes y las conductas con los pacientes. La crisis de la psiquiatría gira alrededor de la cuestión de si las categorías de la aflicción humana a las cuales se refiere, es correcto considerarlas como “enfermedad” según lo conceptuado actualmente y si la autoridad tradicional del médico es la apropiada para cumplir sus funciones de ayuda. La crisis de la medicina proviene de la inferencia lógica que resulta de definir la “enfermedad” en términos de parámetros somáticos, sin que los médicos precisen referirse a cuestiones psicosociales, cuya responsabilidad y autoridad es trasladada a ámbitos externos a la medicina. En un reciente seminario de la fundación Rockefeller sobre el concepto de la salud, una autoridad instó a que “la medicina debe concentrarse en las enfermedades ' verdaderas ' y no perder el tiempo en el sotobosque psicológico. El médico no debe ser albardado con los problemas que tienen el teólogo y el filósofo”. Otro participante demandó “el desenmarañamiento de los elementos orgánicos de la enfermedad separándolos de los elementos psicosociales del mal funcionamiento humano [human malfunction]”, arguyendo que la medicina sólo debe tener en cuenta los primeros. I Las dos posiciones Párrafo 1 - 3 Traducción El psiquiatra ha respondido a su crisis adoptando dos posiciones ostensiblemente enfrentadas. Una, simplemente excluiría la psiquiatría del campo de la medicina, mientras que la otra se adheriría estrictamente al “modelo medico” y limitaría el campo de la psiquiatría a los trastornos de conducta consiguientes a la disfunción del cerebro. El primero se ejemplifica en las artículos de Szasz y otros, que sostienen la posición de que “la enfermedad mental es un mito” puesto que no se adecua al concepto aceptado de enfermedad. Partidarios de esta posición abogan por el retiro de las funciones hasta ahora realizadas por la psiquiatría desde la jurisdicción conceptual y profesional de la medicina y su reubicación en una nueva disciplina basada en las ciencias de la conducta. De ahora en adelante, la medicina sería responsable del tratamiento y de Página 5 de 17 la curación de la enfermedad, mientras que la nueva disciplina tendría que ver con la reeducación de las personas con “problemas vitales” Implícita en esta discusión es la premisa que mientras que el modelo médico constituye un marco de referencia dentro del cual entender y tratar la enfermedad, carece de relevancia frente a los problemas de conducta y psicológicos clásicamente juzgados como el dominio de la psiquiatría. Los trastornos directamente atribuibles a desórdenes cerebrales, quedarían a cargo directamente de los neurólogos, mientras que la psiquiatría como tal dejaría de ser una disciplina médica. I Las dos posiciones Párrafo 1 - 4 Traducción La postura que pone de relieve la estricta adherencia al modelo médico se encuentra caricaturizada en el punto de vista de Ludwig sobre el psiquiatra como médico. Según Ludwig, el modelo médico sienta como premisa “que la enfermedad representa una desviación notable de la normalidad, y que la enfermedad es debida a causas naturales conocidas o desconocidas y que la eliminación de esas causas dará lugar a la curación o a la mejoría de los pacientes individualmente” (La itálica es de Ludwig). Aunque reconoce que la mayor parte de los diagnósticos psiquiátricos tienen un nivel inferior de confirmación que la mayoría de los diagnósticos médicos, agrega que no son “cualitativamente diferentes con tal de que sea asumido que la enfermedad mental se presenta en gran parte por ‘causas naturales’ más que por causas metapsicológicas, interpersonales o sociales”. “Natural” se define como “disfunciones biológicas del cerebro, sean de naturaleza bioquímica o neurofisiológica”. Por otra parte, “los desórdenes tales como los problemas vitales, reacciones de adaptación social, trastornos de carácter, síndromes de dependencia, depresiones existenciales y diversas condiciones sociales, podrían ser excluidas del concepto de enfermedad mental, puesto que estos trastornos se presentan en individuos con un funcionamiento neurofisiológico probablemente intacto y son producidos primariamente por variables de tipo psicosocial”. Tales “trastornos no-psiquiátricos” no constituyen propiamente el tema de preocupación del médico-psiquiatra y son manejadas más apropiadamente por profesionales no médicos. I Las dos posiciones Párrafo 1 - 5 Página 6 de 17 Traducción En suma, la psiquiatría lucha para clarificar su estado dentro de la corriente principal de la medicina, si verdaderamente forma parte esta. El criterio por el cual se supone que se va a poder responder a esta pregunta se asienta en el grado en el que la actividad del psiquiatra se juzga congruente con el modelo médico de enfermedad existente. Pero lo crucial en este problema es otro: el de si el modelo contemporáneo es, de hecho, más adecuado para la medicina y mucho menos para la psiquiatría. Pero si esto no fuera así, entonces quizás la crisis de la psiquiatría es parte y parcela de una crisis mayor que tiene sus raíces en el modelo en sí mismo. Si ese fuera el caso, entonces sería una imprudencia que la psiquiatría abandonara prematuramente sus modelos en favor de otro que puede ser también defectuoso. II El modelo biomédico Párrafo 2 - 6 Traducción El modelo dominante de la enfermedad es hoy biomédico, y tiene la biología molecular como su disciplina científica básica. La enfermedad es asumida completamente como las desviaciones, biológicamente mensurables, de algunas variables (somáticas) con respecto a la norma. No hay lugar, dentro de su marco conceptual, para las dimensiones sociales, psicológicas y de la conducta, de la enfermedad. El modelo biomédico exige que la enfermedad no solamente sea tratada como una entidad independiente de la conducta social, sino también demanda que las aberraciones de la conducta sean explicadas en base a alteraciones de los procesos (bioquímicos o neurofisiológicos) somáticos. Así, el modelo biomédico contiene ambos reduccionismos: el punto de vista filosófico de que los fenómenos complejos derivan, en última instancia, de un solo principio primario, y la dualidad mente-cuerpo, la doctrina que separa lo mental de lo somático. Aquí, el principio reduccionista primario es fisicalista; es decir, asume que los lenguajes de la química y de la física serán suficientes, en última instancia, para explicar los fenómenos biológicos. Desde el punto de vista del reduccionismo, las únicas herramientas conceptuales disponibles para la descripción de los fenómenos, y las únicas herramientas experimentales para estudiar los sistemas biológicos, son las de naturaleza física. Página 7 de 17 Párrafo 2 - 7 Traducción El modelo biomédico fue ideado por médicos científicos para el estudio de la enfermedad. Como tal, era un modelo científico; es decir, implicaba un sistema compartido de asunciones y de reglas de conducta basadas en el método científico, y constituyó un modelo para la investigación. No todos los modelos son científicos. De hecho, definido en sentido extenso, un modelo no es más que un sistema de creencias utilizado para explicar fenómenos naturales, para dar sentido a lo desconcertante o a lo perturbador. El fenómeno, que es lo más socialmente inquietante o individualmente perturbador, es lo que más presiona la necesidad de los seres humanos para idear sistemas explicativos. Tales esfuerzos explicativos constituyen dispositivos para la adaptación. La enfermedad ejemplifica por excelencia una categoría de fenómenos naturales que exigen una explicación urgente. Como Fabrega ha precisado, “la enfermedad”, en sentido genérico, es un término lingüístico usado para referir cierta clase de fenómenos a los cuales están expuestos los miembros de todos los grupos sociales, de un modo constante en la historia del hombre. “Cuando personas de niveles intelectuales y culturales distintos utilizan términos análogos a ‘enfermedad’ [‘disease’], tienen en mente, entre otras cosas, que el fenómeno en cuestión involucra a la persona, es lesivo e implica una desviación o una discontinuidad indeseable... asociada con debilidad o malestar” Puesto que esto es una condición no deseada, da lugar a la necesidad de emprender acciones correctivas. Estas últimas comportan diversas creencias y explicaciones sobre la enfermedad así como reglas de conducta para racionalizar las acciones del tratamiento. Esto forma dispositivos sociales adaptativos para resolver las crisis y las incertidumbres que rodean la enfermedad, tanto para el individuo como para la sociedad en la que vive la persona enferma Párrafo 2 - 8 Traducción Semejantes derivados culturales hacen creer que los sistemas sobre la enfermedad también constituyen modelos, pero no son modelos científicos Éstos modelos pueden ser referidos como modelos populares o de medicina casera. Esforzándose en su adaptación social, se contrastan con los modelos científicos que se diseñan, sobre todo, para promover la investigación científica. El hecho histórico al que tenemos que hacer Página 8 de 17 frente en la moderna sociedad occidental es que la biomedicina no solo ha proporcionado una base para el estudio científico de la enfermedad, sino que también se ha convertido en nuestra propia perspectiva cultural específica sobre la enfermedad; es decir, nuestro modelo popular. De hecho, el modelo biomédico es ahora el modelo de enfermedad popular dominante en el mundo occidental Párrafo 2 - 9 Traducción En nuestra cultura las actitudes y los sistemas de creencias de los médicos están formados por este modelo mucho antes de comenzar su educación profesional, que a su vez se refuerza sin necesariamente clarificar cómo su utilización para la adaptación social se contrapone a su uso para la investigación científica. El modelo biomédico se ha convertido así en un imperativo cultural y sus limitaciones son pasadas por alto fácilmente. Brevemente: han adquirido el estado de dogma. En ciencia, un modelo se revisa o es abandonado cuando no puede considerar adecuadamente todos los datos. Por otra parte, un dogma exige que los datos discrepantes se fuercen para tener cabida en el modelo, o para ser excluidos. El dogma biomédico exige que toda la enfermedad, incluida la “enfermedad” mental, se conceptúe en los términos de un trastorno del mecanismo físico subyacente. Esto únicamente permite dos alternativas mediante las cuales puedan reconciliarse la conducta y la enfermedad: la reduccionista, que sostiene que todos los fenómenos de la conducta de la enfermedad se deben conceptuar en los términos de los principios fisicoquímicos, y la exclusionista, que sostiene que lo que no es capaz de poder ser explicado de esta manera, se debe excluir de la categoría de enfermedad. Los reduccionistas conceden que algunos trastornos de la conducta pertenecen al espectro de la enfermedad; lo categorizan como enfermedad mental y distinguen a la psiquiatría como una disciplina médica relevante. Los exclusionistas contemplan la enfermedad mental como un mito y eliminarían la psiquiatría de la medicina. Entre los médicos y los psiquiatras, actualmente los reduccionistas son los verdaderos creyentes, los exclusionistas son los apóstatas, mientras que condenan como herejes a los que se atreven a preguntas la verdad última sobre el modelo biomédico y abogan por un modelo más útil. III Los orígenes históricos del modelo reduccionista biomédico Párrafo 3 - 10 Página 9 de 17 Traducción En la consideración de los requisitos para un modelo médico científico más inclusivo para el estudio de la enfermedad, es provechosa una perspectiva etnomédica En todas las sociedades, antiguas y modernas, tanto en las previas como en las posteriores a la escritura, los criterios principales para la identificación de la enfermedad en la naturaleza han sido siempre conductuales, psicológicos y sociales. Clásicamente, el inicio de la enfermedad está marcado por los cambios en el aspecto físico que alarman, desconciertan o aterrorizan, y por alteraciones en el funcionamiento, en las sensaciones, en el rendimiento, en el comportamiento o en las relaciones, que son experimentadas o percibidas como amenazadoras, nocivas, displacenteras, anormales, irregulares, indeseables o no queridas. Comunicado de viva voz o relatado por la víctima o por un testigo, estos son los datos primarios en los que los que se basan los juicios de primer orden sobre si una persona está o no enferma. Frente a estos trastornos y relatos, todas las sociedades responden típicamente nombrando a los individuos y desarrollando instituciones sociales cuyas funciones primarias son evaluar, interpretar y proporcionar medidas correctivas. La medicina como una institución y como una disciplina, y los médicos como profesionales, han sido desarrollados como una forma de respuesta a estas necesidades sociales. En el curso de la historia, la medicina se convirtió en científica al ir desarrollando, los médicos y otros científicos, una taxonomía y aplicaron métodos científicos a la comprensión, tratamiento y prevención de los trastornos que el público designó en primer lugar como “enfermedad” (disease) o “dolencia” (sickness). Párrafo 3 - 11 Traducción ¿Por qué se desarrolló en el oeste el modelo biomédico reductionista y dualista? Rasmussen identifica su fuente en la concesión del cristianismo ortodoxo establecido permitiendo la disección del cuerpo humano durante cinco siglos. Tal concesión estaba en armonía con la visión cristiana del cuerpo como un recipiente débil e imperfecto para transportar el alma de este mundo al siguiente. No sin ser asombroso, la permisividad de la iglesia para estudiar el cuerpo humano incluía una prohibición tácita contra la investigación científica correspondiente en torno al comportamiento de la mente humana. A los ojos de la Iglesia, esto tenía más que ver con la religión y con el alma y, por lo tanto, era de su dominio exclusivo. Este acuerdo se puede considerar en gran parte Página 10 de 17 responsable de los fundamentos anatómicos y estructurales en los que se basa la ciencia. La medicina occidental fue construyéndose de esta manera. Del mismo modo, los principios básicos sobre los que se construye la ciencia actual, enunciados por Galileo, Newton y Descartes, eran analíticos, lo que significa que las entidades que se quiere investigar han de poder estudiarse en sus partes y estar encadenadas en una serie causal, asumiéndose que el todo puede estar sobreentendido, material y conceptualmente, para reconstruir sus partes. Con el dualismo mentecuerpo establecido firmemente con el imprimatur de la Iglesia, la ciencia clásica fomentó sin dificultades la noción del cuerpo como máquina y la enfermedad como la consecuencia de una avería de la máquina, así como la tarea del médico la de reparar la máquina. Así, la aproximación científica a la enfermedad fue enfocada de una manera analíticamente fraccionaria en procesos biológicos (somáticos), haciendo caso omiso de la conducta psicosocial. Esto se mantenía así aunque en la práctica, muchos médicos, por lo menos hasta el inicio del siglo XX, veían las emociones como un elemento importante para el desarrollo y el curso de lsa enfermedades. Realmente, semejante exclusión artibraria es una estrategia aceptable en la investigación científica, especialmente cuando los conceptos y los métodos apropiados para las áreas excluídas todavía no están disponibles. Pero se torna ineficaz cuando tal estrategia se convierte en política y el área originalmente dejada de lado por razones prácticas, se excluye permanentemente, si no es que se olvida globalmente. Cuanto mayor es la restricción alcanzada, más probable es que esto suceda. El abordaje biomédico de la enfermedad ha sido próspero más allá de todas las expectativas, pero tiene un precio. Ha servido como pauta y justificación a un modo de obrar médico (Ha servido como punto de referencia a una ética médica) y la biomedicina también ha aportado una multitud de problemas, que consideraré más adelante. IV Limitaciones del modelo biomédico Párrafo 4 - 12 Traducción Vamos a hacer frente ahora a la necesidad y al desafío de ampliar el abordaje de la enfermedad de modo que incluya lo psicosocial sin sacrificar las enormes ventajas de lo biomédico. A pesar de que dada la importancia de este último, traiga consigo el reduccionismo, el exclusionismo y la herejía. En una reciente crítica de la posición del exclusionismo, Kety puso de manifiesto el contraste entre ambos, de Página 11 de 17 modo que sirviera de ayuda para definir la cuestión. “Según el modelo médico, una afección humana no se convierte en una enfermedad específica de modo inmediato y no es equivalente a ella. El modelo médico de enfermedad es un proceso que va desde el reconocimiento y alivio de los síntomas, a la caracterización de una enfermedad específica en la cual la etiología y la patogénesis son conocidos y el tratamiento es racional y específico”. Así, la taxonomía progresa desde los síntomas individuales, al agrupamiento de síntomas, hacia los síndromes y finalmente hasta las enfermedades con una especificidad patogénica y patológica. Esta secuencia describe el éxito del método científico para elucidar y clasificar en entidades discretas a las enfermedades en sentido genérico. El mérito de semejante procedimiento es indiscutible. Lo que requiere un cuidadoso examen son las distorsiones introducidas por la tendencia reduccionista a tomar la enfermedad específica como adecuadamente, si no la mejor manera, caracterizada en los términos del menor componente aislable con implicaciones causales, como por ejemplo el bioquímico; o aún más crítica es la restricción de que el apelativo “enfermedad” no debe aplicarse en ausencia de perturbaciones en el nivel bioquímico. Párrafo 4 - 13 Traducción Kety aborda este problema comparando la diabetes mellitus con la esquizofrenia como paradigmas respectivamente de enfermedad somática y mental, indicando la conveniencia del modelo médico para ambas. “Ambas son una agrupación de síntomas o síndromes, unos descritos como derivados de anomalías somáticas y bioquímicas, y los otros de anomalías psicológicas. Cada una puede tener diversas etiologías y muestran una gama de intensidad que va de grave a latente o límite. También hay pruebas de que existen factores genéticos y ambientales operando en el desarrollo de ambas”. En esta descripción hecha en términos reduccionistas, la caracterización científica de la diabetes es lo más lejos que se ha progresado desde el marco conductual de los síntomas al de las anomalías bioquímicas. En última instancia, los reduccionistas asumen que la esquizofrenia alcanzará un grado similar de resolución. Al desarrollar su posición, Kety hace notar claramente que él no tiene en cuenta los factores genéticos ni los procesos biológicos en la esquizofrenia, tal como sabemos ahora que existen (o pueden ser descubiertos en el futuro) como las únicas influencias importantes en su etiología. Él insiste en que igualmente importante es elucidar “cómo los Página 12 de 17 factores experimentales y su interacción con la vulnerabilidad biológica hacen posible o previenen el desarrollo ulterior de la esquizofrenia”. Pero se está lejos de que esta advertencia sea suficiente para contrariar el reduccionismo de base. V Los requerimientos de un nuevo modelo médico Párrafo 5 - 17 Traducción La diabetes y la esquizofrenia tienen en común el hecho de que las condiciones de la vida y el vivir constituyen las variables significativas que influyen en el momento del inicio divulgado de la enfermedad manifiesta así como de variaciones en su curso. En ambas condiciones esto resulta del hecho que las respuestas psicofisiológicas al cambio de la vida pueden obrar recíprocamente con factores somáticos existentes para alterar susceptibilidad y de tal modo para influenciar la época del inicio, de la severidad, y del curso de una enfermedad. Los estudios experimentales en animales documentan ampliamente el papel de temprano, anteriores, y experiencia actual de la vida en alterar susceptibilidad a una variedad amplia de enfermedad incluso en la presencia de un predisposición genético. La demostración de Cassel de índices más altos de la mala salud entre la población expuso a la incongruencia entre las demandas del sistema social en el cual son que viven y de trabajos y la cultura que traen con él proporciona otra ilustración entre los seres humanos del papel de variables sicosociales en la causalidad de la enfermedad. Párrafo 5 - 14 Traducción Para explorar los requisitos de un modelo médico que pueda dar cuenta de la realidad de la diabetes y de la esquizofrenia como experiencias humanas a la vez que como abstracciones de la enfermedad, permítanme ampliar la analogía de Kety asumiendo que la existencia de una anomalía bioquímica específica capaz de ser influenciada farmacológicamente tanto en la esquizofrenia como en la diabetes, es ciertamente una posibilidad plausible. Obligándonos a pensar en pacientes con diabetes, una "enfermedad somática", y con esquizofrenia, una "enfermedad mental", exactamente en los mismos términos, veremos más claramente cómo la inclusión de factores somáticos y psicosociales es imprescindible para ambos; o más concretamente, cómo concentrándonos en lo biomédico Página 13 de 17 excluyendo lo psicosocial distorsiona perspectivas e incluso interfiere con los cuidados médicos al paciente. Párrafo 5 - 15 Traducción 1) En el modelo biomédico, la demostración de la desviación bioquímica específica es contemplada generalmente como diagnóstico específico de la enfermedad. No obstante, en los términos de la enfermedad como experiencia humana, los datos de laboratorio pueden indicar solamente la potencialidad de la enfermedad, pero no la actualidad de la enfermedad en ese momento. La anomalía puede estar presente, pero el paciente puede no sentirse enfermo. Entonces, la presencia de la anomalía bioquímica en la diabetes o en la esquizofrenia, en el mejor de los casos define una condición necesaria, pero no una condición suficiente para la ocurrencia de la experiencia humana de la enfermedad [disease]: la dolencia [illness]. Más exactamente, el defecto bioquímico constituye solamente un factor entre muchos, cuya compleja interacción puede concluir finalmente en enfermedad activa o manifestarse como dolencia. El defecto bioquímico no es suficiente para explicar toda la enfermedad, porque la comprensión completa requiere conceptos y marcos adicionales de referencia. Así, mientras que el diagnóstico de diabetes es sugerido en primer lugar por un núcleo primordial de manifestaciones clínicas como por ejemplo la poliuria, polidipsia, polifagia y pérdida del peso, confirmándose mediante los datos del laboratorio el déficit relativo de insulina, el modo cómo es experimentado, cómo se manifiesta en una persona individualmente y cómo le afecta, requieren la consideración de factores psicológicos, sociales, y culturales, por no mencionar otras circunstancias o la complicación de factores biológicos. La variabilidad en la expresión clínica de la diabetes y de la esquizofrenia, así como en la vivencia y la expresión individuales de estas enfermedades, refleja tanto estos otros elementos como las variaciones cuantitativas en la anomalía bioquímica específica. Párrafo 5 - 16 Traducción 2) Establecer una relación entre los procesos bioquímicos particulares y los datos clínicos de la enfermedad requiere un abordaje científico racional de la conducta y de los datos psicosociales, porque éstos son los términos en los cuales son referidos la mayoría de los fenómenos clínicos por los pacientes. Sin estos datos, la confiabilidad de las observaciones y Página 14 de 17 la validez de las correlaciones pueden ponerse en duda. Sirve de poco el poder especificar una anomalía bioquímica en la esquizofrenia si uno no sabe relacionar esto con las expresiones psicológicas y del comportamiento particulares del desorden. El modelo biomédico otorga una atención escasa a este requisito. En cambio, pasa por alto el relato verbal del paciente depositando toda la confianza en los procedimientos técnicos y en los datos de laboratorio. En la actualidad, la tarea es apreciablemente más compleja que lo que insta a suponer el modelo biomédico. El examen de las correlaciones entre los datos clínicos y de laboratorio requiere, no solamente métodos de confianza en la recopilación de datos clínicos, específicamente las entrevistas de alto nivel, sino también la comprensión básica de los determinantes psicológicos, sociales y culturales del modo como los pacientes comunican los síntomas de la enfermedad. Por ejemplo, muchas expresiones verbales derivan de experiencias corporales tempranas en la vida, dando por resultado un grado significativo de ambigüedad en el uso de la lengua con la que expresan sus síntomas los pacientes. Por lo tanto las mismas palabras pueden servir tanto para expresiones psicológicas primarias así como para expresar los trastornos corporales, que pueden coexistir y traslaparse de maneras complejas. Así, cada uno de los síntomas clásico asociados a diabetes puede potencialmente también ser expresión de/o reacciones de un sufrimiento psíquico, del mismo modo que la cetoacidosis y la hipoglucemia pueden inducir manifestaciones psiquiátricas, incluyendo alguna característica considerada típica de la esquizofrenia. Las más esenciales habilidades del médico implican la capacidad de recabar acertadamente y después analizar correctamente el relato verbal del paciente sobre la experiencia de enfermedad. El modelo biomédico ignora el rigor requerido para confiar en el proceso de la entrevista y la necesidad de analizar el significado del relato del paciente bajo sus aspectos psicológico, social y cultural, al mismo nivel que en los términos anatómicos, fisiológicos o bioquímicos. Párrafo 5 - 17 Traducción 3) La diabetes y la esquizofrenia tienen en común el hecho de que las condiciones y el modo de vida son variables significativas que influyen tanto en el momento del inicio manifiesto de la enfermedad como en las variaciones de su curso. Esto resulta del hecho de que la respuesta Página 15 de 17 psicofisiológica a los cambios de vida puede interactuar con factores somáticos existentes que alteran la susceptibilidad individual y por esta razón influir sobre la época del inicio, de la gravedad, y del curso de una enfermedad. Estudios experimentales en animales documentan extensamente el papel de experiencias antiguas, previas y actuales en la susceptibilidad de una extensa variedad de enfermedades incluso en presencia de una predisposición genética. Cassel demostró la existencia de índices más elevados de mala salud entre poblaciones expuestas a una incongruencia entre las demandas del sistema social en el cual viven y trabajan y la cultura de la que provenían, proporcionando otra ilustración del papel que juegan las variables psicosociales en la causalidad de la enfermedad entre los seres humanos. Párrafo 5 - 18 Traducción 4) Los factores psicológicos y sociales son también cruciales en determinar el momento en el que los pacientes con una anomalía bioquímica propia de la diabetes o de la esquizofrenia se ven a sí mismos o son vistos por otros como enfermos. Además, existen otros factores de una naturaleza similar en cuanto a influir en el modo y momento en el que un individuo es incorporado en un sistema de cuidados médicos y se convierte en paciente. Así, la anomalía bioquímica puede determinar ciertas características de la enfermedad, pero no necesariamente el punto en el tiempo en que la persona cae enfermedad o acepta el papel de enfermo o el estatus de paciente. Párrafo 5 - 19 Traducción 5) El "tratamiento racional" (término de Kety) dirigido solamente a la anomalía bioquímica no restaura necesariamente la salud del paciente, incluso aunque la anomalía haya sido corregida y esté documentada o haya mejorado. Esto es tan cierto para la diabetes como puede serlo para la esquizofrenia cuando se establece un defecto bioquímico para ella. Otros factores pueden combinar para sostener el estado de enfermo incluso frente a la recuperación bioquímica. Los responsables de tan visibles discrepancias entre la corrección de anormalidades y de los resultados biológicos de los tratamientos son las variables psicologicas y sociales. Párrafo 5-20 Página 16 de 17 6) Incluso con la aplicación de terapias racionales, el comportamiento del médico y la relación entre el paciente médico y compromiso influirá poderosamente en los resultados terapéuticos para bien o para mal. Estos efectos psicológicos constituyen que puede modificar directamente la experiencia de enfermedad o indirectamente afectan a las los procesos bioquímicos, esta última en virtud de las interacciones entre psicofisiológicos reacciones bioquímicas y los procesos implicados en la enfermedad (11). Por lo tanto, las necesidades de insulina de un diabético paciente puede fluctuar considerablemente en función sobre la forma en que el paciente percibe su relación con su médico. Además, el éxito de la aplicación racional de terapias está limitada por el médico del capacidad de influir y modificar el comportamiento del paciente en las direcciones concordantes con las necesidades de salud. Contrariamente a lo que exclusionists lo que el nos quiere hacer creer, el papel del médico es, y siempre ha sido, en gran medida de que el educador y psicoterapeuta. Para saber cómo inducir la paz de la mente en el paciente y mejorar su fe en los poderes curativos de su médico psicológico requiere conocimientos y habilidades, no sólo carisma. Estos también están fuera de la biomedicina armazón. VI Las ventajas de un modelo biopsicosocial Párrafo 6-21 Esta lista seguramente no está completa pero debería ser suficiente para documentar que la diabetes mellitus y la esquizofrenia como paradigmas de "somáticas" y "mental" trastornos son totalmente análogas y, como sostiene Kęty, estén debidamente conceptualizadas en el marco de un modelo médico de la enfermedad. Sin embargo, la actual biomédica modelo no es suficiente. Para proporcionar una base para la comprensión de los factores determinantes de la enfermedad y racional de llegar a tratamientos y las pautas de la atención de la salud, un modelo médico también debe tener en cuenta el paciente, el contexto social en el que vive, y el sistema complementario elaborado por la sociedad para hacer frente a los perturbadores efectos de la enfermedad, es decir, el médico papel y el sistema de atención de salud. Esto requiere un modelo biopsicosocial. Su ámbito de aplicación está determinado por la histórica. Página 17 de 17 función del médico para establecer si la persona está solicitando ayuda "enfermo" o "bien", y en caso de enfermedad, ¿por qué los enfermos y en el que las formas de enfermedad, y luego de, desarrollar un programa racional para el tratamiento de la enfermedad (illness) y restablecer y mantener la salud. Párrafo 6-22 Los límites entre la salud y la enfermedad, entre el bien y enfermos, son mucho de claro y nunca lo será claro, por que se difunden por la cultural, social, y consideraciones psicológicas) La tradicional biomédica punto de vista, que biológica .- los índices son los criterios últimos que definen la enfermedad, conduce a la paradoja actual según la cual algunas personas con hallazgos de laboratorio positivos llevan a la conclusion se dijo que se encuentran en necesidad de tratamiento cuando en realidad se sienten bastante bien, mientras que otros sensación de mareo son Aseguró que están bien, es decir, que no tienen "disease'5, 6). biopsicosocial A modelo que incluye al paciente así como la enfermedad abarcaría ambas circunstancias. La tarea del médico es para tener en cuenta la disforia y la disfunción que llevan las personas a buscar ayuda médica, aprobar los enfermos papel, y aceptar la situación de patienthood. Debe el peso relativo de las contribuciones sociales y psicológica, así como de la diversidad biológica fictors implicados en el paciente disforia y la disfunción, así como en su decisión de aceptar o no aceptar patienthood y con ella la responsabilidad de cooperar en su propia atención de la salud.